ANTEPROYECTO de TESIS - 5 - Gerardo Oziel Perez Aguilar

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA

DE ZACATECAS

SEMINARIO: SEMINARIO DE TESIS


GERARDO OZIEL PÉREZ AGUILAR

PROTOCOLO DE TESIS:

“EL SÍNTOMA PSICOSOMATICO DESDE FREUD HACIA


LA NOCIÓN DE LA CURA EN LACAN”

1
INTRODUCCION

Los sufrimientos de la neurosis y de la psicosis son para nosotros la escuela de las pasiones

del alma. J. Lacan.

Es de conocimiento popular referir que ciertas enfermedades son de origen nervioso,

utilizando frases que explican un fenómeno que dice: “es por estrés”, sería imposible

dividir la relación entre el psiquismo y el cuerpo en un discurso que desscribe síntomas que

se manifiestan solo en lo corpóreo. Por un lado tenemos un cuerpo sensorial erótico y

también un cuerpo de dolor, cuerpo que tiende a la reducción de aspectos displacenteros y al

aumento de los placenteros, esto implica un cuerpo con fenomenos, como de la

incomodidad, de la molestia, del placer, etc. Los discursos personales pueden configurar un

cuerpo físico, determinando también los afectos implicados en el mismo, lo cual es parte de

un producto de construcciones lingüísticas, de discursos que determinan tendencias al goce

y de las construcciones culturales. La historia de los sujetos se va agregando a este discursó

personal y que en todo esto siempre está puesto el discurso del Otro, que inscritas las

informaciones que percibimos se imprimen en el psiquismo en este discurso con una

respectiva tendencia somática, es decir un resultado de todos los eventos impresos en la

psique y en automático al cuerpo. En este fenómeno el cuerpo puede reflejar un discurso

expresándose en una físico fuerte, enfermo, saludable, cansado, etcétera. La relevancia de lo

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anterior se presenta cuando el sujeto discursa un síntoma respecto del propio cuerpo y su

condición. La tendencia al goce podrá dejarnos observar en los sujetos sus intentos hacia el

mismo y su relación con su propia corporalidad, así, en el cuerpo se inscriben ideas,

conceptos, limitaciones, producto de significados culturales, históricos y personales.

Podríamos decir que hasta cierto punto es nuestro cuerpo como un objeto de inscripciones,

de las cuales no todas son conscientes, incluso al grado de no conocer nada de estas,

asemejando a inscripciones totalmente desconocidas. Parece ser que no decidimos que las

cosas se inscriban, mucho menos los afectos del cuerpo que se relacionan con estas, es decir

es poco lo que la voluntad puede hacer contra lo que ya está determinado, en primera por

una cuestión bilógica y en seguida de la sociocultural, pero tal vez sea la función del

Psicoanálisis adentrarse en las construcciones del significante procurando hacer historia de

otro modo de tal forma que las inscripciones logren valiosas enseñanzas para atender alguna

enfermedad. Podría decir que pocas ocasiones podemos elegir enfermar o no, pero el

psicoanálisis apuntando a la cura, surge de los enfermos que la ciencia en turno no podía

atender ¿pero acaso ya tenemos la cura a la mayoría de los padecimientos?

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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Las hipótesis, el ensayo y el error nos permiten avanzar algunos metros sobre la

enfermedad, creo que el psicoanálisis es una propuesta alternativa para tratar los síntomas

desde otro lado, puesto que aparentemente no deseamos enfermar, expreso aparentemente ya

que se plantea la posibilidad de una enfermedad como una solución a otro significante, pero

de un inicio no se desea la decisión de enfermar, tendremos que ver entonces que de un

momento a otro el cuerpo es el lugar de la enfermedad, recinto de los síntomas. La tendencia

al goce es también una vía alterna en tratar al cuerpo respecto al síntoma, el cuerpo es un

quehacer, pero también un una pregunta de ¿Qué hacer con este? Es por ello que el

psicoanálisis con el comercio asociativo implica un interés respecto al significante del

sujeto, sobre la verdad en sus asociaciones significantes siempre y cuando el sujeto haga de

sus aspectos un síntoma. La enfermedad psíquica obedece a un motivo reflejando un

automatismo de nuestras ecuaciones psíquicas, domeñados por un cuerpo con instintos, con

inscripciones donde las enfermedades psíquicas y corporales pueden estar ligadas cuando

existe una soldadura por medio del síntoma y que por medio del discursó favorecerá las

asociaciones que tiene con la enfermedad siendo esto una alternativa en el tratamiento de

enfermedades que tienen el índole nervioso que el lenguaje cotidiano describe. Ciertas

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enfermedades pueden mantenerse a bajo control con ciertas acciones como el manejo de los

propios hábitos, esto dependerá de una capacidad del sujeto para observar una realidad de

causa y efecto y que a partir del análisis pueda reflejarse sus goces y la relación que tiene

con la salud o la enfermedad, de lo que está en su manos hacer, esta sería una cuestión que

refleja la capacidad personal para modificar la realidad del sujeto en su escala de valores

decidiendo si desea analizar qué cosas tendrán más valor que otras, así como cuales

sacrificar. Algunos no alcanzaremos a contemplar los alcances de nuestras acciones

teniendo como resultado el error, la muerte o la enfermedad y que relativo al deseo

inconsciente, traducido en síntoma del sujeto, podrá dirigirse la tentativa a la cura. Los

avances del pensamiento científico, y en concreto la medicina permiten ahorrar tiempo en la

soluciones a diversos problemas, tal vez su intención sea favorable pero en ocasiones no es

la más indicada, ya que en el cuerpo, como una expresión de lo psíquico, el tratamiento

médico apunta solo al síntoma físico sin el componente psíquico privandole de un saber,

retoñando en ocasiones el síntoma ya que la causa en muchos caso es psíquica. La tendencia

médica es manejar algunas enfermedades, por ejemplo las “psiquitaricas” desde un costo-

beneficio, con la esperanza que el medicamento logre lo deseado, pero pensemos, ¿Quién

logra lo que desea? ¿Dónde está el deseo del sujeto en discurso medico psiquiátrico? Puedo

acertar que la ciencia médica tiene progresos pero los alcances sobre lo psíquico tienen un

componente también curativo.

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JUSTIFICACION

Desde la postura de Freud algunos síntomas se encuentran en la historia del paciente, pero

que el sujeto al presentar diversos factores no accede a una aproximación asociativa, sea por

no tener conciencia o porque le es incapaz de hacer ecuaciones que le liberen de afecto, es

decir existen sujetos que no requieren de análisis, ni de otras psicologías por que resuelven

sus cargas de afecto de manera que no presentan síntomas. Puede también surgir en otros

una cuestión poco atractiva de educarse, de autocomprenderse, de evitar pensar en lógica,

moral o filosofía, para algunos razonar los problemas no es apremiante, o presentan una

falta de pericia para ahondar en cuestiones éticas o sociales, es decir que para algunos

sujetos será una tarea difícil lograr asociar de tal forma que se mantengan libres de afectos

como la angustia y que una representación dolorosa no cause mayor efecto por medio de sus

asociaciones. Si la persona permite anudar significados de los sucesos con su síntoma,

podremos decir que ha elaborado ecuaciones. Los problemas sociales enfrentan a factores de

diferentes ámbitos, sea políticos, culturales, psíquicos y biológicos de modo que someten al

sujetos a diversas patologías psíquicas, malestares y síntomas por lo que una de las

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alternativas que pueden contribuir a estos problemas es la comprensión de los fenómenos y

de esta manera se puede lograr cierto dominio sobre tal causa o efecto. Sería una tarea

imposible dominar el inconsciente, comprenderlo también resulta paradójico aun, pero las

aproximaciones pueden darnos cuenta de que somos dominados como apunta Grodeck, en el

libro del ello, por poderes “ignotos e invisibles”, y a partir de ahí contemplar el limitado

dominio sobre uno mismo construyendo con esto un pensamiento más flexible, un proceder

que tiene un sentido con el síntoma, esto es un saber y una ecuación. De esta forma diversos

problemas sociales pueden ser explicados y resueltos, desde la comprensión incluyendo un

saber que en este caso particular, es donde participa en psicoanálisis, en lo oculto y lo

cifrado. La justificación de la presente investigación requiere abordar la necesidad de

proporcionar y encontrar aspectos relevantes en la dirección de la cura en los fenómenos

sintomatológicos que implican el cuerpo a partir de las ecuaciones psíquicas no tramitadas,

sea por traumas o representaciones que señalan discursivamente, dicho de otro modo la

significación del cuerpo con algún suceso como una configuración del síntoma. Una las

razones del por qué abordar el tema, es proponer la alternativa del análisis como un

método que tiene un efecto sobre una sintomatología corporal, en un cuerpo que es

atravesado por un discurso de representaciones no elaboradas, descargas no ejecutadas

o satisfacciones sustitutivas dominadas por la represión, así como una ganancia secundaria

pone en juego el síntoma en un conflicto psíquico que no puede ser tolerado al no

contemplar las alternativas.

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II. ANTECEDENTES

Enfermedad histérica es una sola palabra que comprende bajo su significado muy diferentes
e innumerables elementos .GALENO.

La histeria se ha confundido continuamente con otras enfermedades, comúnmente con la


epilepsia, desde antes de cristo hay datos sobre esta enfermedad, que incluso actualmente
suele asociarse aun a otros cuadros clínicos. Las denominaciones de la enfermedad han
venido cambiando con los siglos, cuestión comprensible gracias al abordaje múltiple que
diversas partes han hecho. Desde aproximadamente el año 2080 antes de cristo se
encuentran descripciones de la enfermedad en la antigua Mesopotamia explicando los
síntomas físicos. Los egipcios para el 1700 a. C. creían en un origen sobrenatural como
castigo. Un texto medico, el “ sakikku” (1067-1046 a. C.) de los babilónicos, describen la
enfermedad atribuida a espíritus malignos, cuestión que transcurre a pesar del tiempo, este
libro también pretendía dar un tratamiento. Los Griegos la denominaban “morbus sacer” o
mal sagrado, cuestión que perduro también por los años, que como el nombre lo menciona,
atribuido a los dioses. Hacia el 130 d. C. Podemos rastrear a la histeria desde antiguos
escritos médicos y filosóficos, parte de estos en la Grecia antigua como Demócrito y Platón,
con esto los inicios de la medicina establecieron una dirección en lo que respecta al estudio
de la histeria, Platón proponía ya sus teorías de esta afectación y escribió:

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“La matriz es un animal que desea ardientemente engendrar niños. A partir de la
pubertad, si permanece estéril mucho tiempo le resulta muy penoso soportarlo, se
indigna, recorre todo el cuerpo taponando las salidas del aire, deteniendo la
respiración, arrojando al cuerpo a peligros extremos y ocasionando diversas
enfermedades, hasta que el deseo y el amor, juntando al hombre con la mujer, hacen
nacer un fruto y lo recolectan como si del de un árbol se tratase”

Estas líneas del dialogo “El Timeo” de Platón (360 a. C.) está el aforismo: “Nubat illa et
morbus effugiet” (En cuanto se case desaparecerá la enfermedad) alude a una relación con
lo afectivo y lo sexual, así como algo propio de la mujer. Desde los hipocráticos trataban de
demostrar la histeria como una enfermedad apegada a layes biológicas contra lo
comúnmente denominado como enfermedad sagrada “morbus sacer”, que como los griegos
lo creían, solo los dioses podían mandar estas afectaciones y quitárselas en otro momento.
Hipócrates asentaba su causa en el cerebro. Al transcurrir de los años los médicos y sabios,
tratando de atender los fenómenos de la enfermedad atribuyen sus teorías a diferentes
descripciones y etiologías. Celso o Aulo Cornelio Celsio, erudito romano que vivió en entre
el 63 a. C. y el 37 d. C., médico ejerciente o quizá sólo un profundo conocedor de la
medicina de la primera era cristiana, admirador de Hipócrates nos dice sobre la histeria
diferenciando de la epilepsia:

“A las mujeres, desde la vulva [por extensión, la matriz] también les surge a veces
una violenta enfermedad, y, junto al estómago, este órgano es uno de los que más se
afectan del cuerpo y es el que más influye sobre él. En muchas de esas ocasiones, la
mujer queda tan insensible que cae al suelo como si sufriese epilepsia. Estos casos,
sin embargo, difieren de la epilepsia en que los ojos no se vuelven del revés, ni hay
espuma en la boca, ni espasmos de los tendones: es simplemente sopor. En algunas
mujeres los ataques vuelven a aparecer con frecuencia y la enfermedad dura toda su
vida.”
En ese entonces los intentos por explicar, tratar y diferenciar las enfermedades implica una
clasificación de síntomas y la relación con el cuerpo, en concreto con los órganos y sus
funciones. Galeno o Claudio Galeno (131-200), Filósofo, geómetra, gramático y célebre
médico griego seguidor de Hipócrates, se cree escribió unos 500 tratados sobre medicina,

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ubica aun la histeria exclusiva en la mujer. Platón gracias a sus conocimientos de anatomía,
argumenta: “Id vero quoque viris evenire solet” (“Es cierto que también suele ocurrir a los
varones”). Tenemos pues una serie de personajes a lo largo de la historia tratando a su modo
y recursos obtener una descripción, cura o tratamiento a las patologías. La explicación del
cristianismo sobre algunas enfermedades era y siguen siendo de algún modo atribuidas a
procesos espirituales-demoniacos. La ciencia pretendía explicar y la religión también,
sustrayendo cada uno sus hipótesis. Una dificultad en ese entonces, (aunque el problema
continúa) era diferenciar y diagnosticar la histeria en comparación de otras enfermedades,
los abanicos para diagnosticar enfermedades actualmente son amplios y cabe dentro de ahí
casi cualquier cuadro de síntomas, es sencillo para algunos médicos poner en un frasco bajo
un nombre la enfermedad y proseguir con un tratamiento psiquiátrico. Los antecedentes de
la histeria denotan que frecuentemente fue asociada y confundida con otras enfermedades
como epilepsia, con otras etiquetas medicas como hipocondría, confusión que esta presente
aun en algunos círculos terapéuticos por la complejidad sintomática. Michael Foucault en su
libro los anormales se permitió hacer una reflexión histórica dejando ver que las personas
que padecían enfermedades eran segregadas por la desaprobación que sus costumbres
implican, y aunque existen costumbres culturales que son denotadas por las leyes y normas
sociales (siempre cambiantes), los factores que denotan una patologías era y es indicada en
la medida de la legislación de las necesidades de cierto número de personas, de ciencia cierta
podremos apuntar la incógnita si esto democrático, tema aparte. El tipo de normas que
determinan lo bueno y lo malo en una sociedad cambiante, global y capitalizada, tendrá
como resultado un dictamen de la normalidad que es relativo, cuestión que atañe al estudio
de la verdad, trabajada desde siempre por la ciencia y la filosofía, cuestión que aún no es
resuelta del todo ni podrá serlo completamente, solo nos aproximamos a la comprensión de
algunas leyes del universo, en esta falta de saber falta la concepción de lo bueno y lo malo
que nos dotaría de reflexiones morales, éticas, legislativas, biológicas y sociales, cuestión
que se encuentra en vías y en suspenso. Mientras tanto cada disciplina del saber explica con
sus medios los fenómenos. La teología podrá apuntar, respecto diversas enfermedades, como
decía hace poco, una relación con el demonio, es por esto que dentro de las explicaciones de
la histeria una de ellas fue la de las posesiones y la relación con espíritus. Los alienistas de
Pisuerga nos brindan algunas ideas sobre los fenómenos asociados:

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«Ya en 1574 se había visto en Aix-la-Chapelle llegar en tropel hombres y mujeres
procedentes de Alemania, los cuales, unidos por un delirio común, ofrecían a los
lugareños un extraño espectáculo en calles e iglesias. Cogidos de la mano y
arrastrados por sus sentidos, que ya no eran capaces de controlar, danzaban
durante horas y horas y prolongaban esta exhibición sin intimidarse ante los
asistentes, hasta que, agotados, caían por tierra. Luego se quejaban con gran
angustia y gemían como si hubiesen sentido acercarse a la muerte, hasta que se les
ceñía el vientre con vendas; tras lo cual volvían en sí y se encontraban
momentáneamente libres de su mal. La maniobra del vendaje tenía como finalidad
actuar contra la timpanitis que se manifestaba después de los accesos; a menudo se
la combatía de una forma mucho más sencilla, propinándoles puñetazos y patadas
en el bajo vientre. Durante la danza tenían apariciones¸ no veían ni oían nada real y
su imaginación les hacía ver espíritus cuyos nombres pronunciaban o más bien
gemían...».

Las enfermedades entonces también se consideraban castigo divino, entonces se hacían


rituales para pedir favores a dios y a los santos:

“Los Flagelantes, secta originaria de Hungría, cubrían su cabeza con una capucha
roja y vagabundeaban aplicándose latigazos. El baile de SAN JUAN (que era el
santo patrón antiepiléptico) o de SAN GUY, más conocido por baile de SAN VITO
(martirizado por Diocleciano, san Vito prometió a quienes celebrasen los
aniversarios de su muerte protegerles del “mal de san Juan”, esto es, la epilepsia),
causó muchas epidemias: en la de 1374 se reunieron en Aquisgrán cientos de
danzantes, que continuaron su bailona peregrinación por Colonia, Metz y Erfurt…
En los casos en que la enfermedad se había desarrollado completamente, los
accesos comenzaban con convulsiones epilépticas. Los enfermos caían a tierra
jadeando, sin conocimiento, echando espuma por la boca, después se levantaban de
un salto y empezaban su baile acompañado de repugnantes contorsiones”

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Autores como Jean Wier (1515-1588) de Bélgica dieron una importancia a los estudios de
posesiones demoniacas desde una perspectiva diferente e interesante, Wier estudió filosofía
y teología en Alemania con Cornelius Agripa, y después medicina en París:

“Sus inclinaciones humanísticas le convirtieron en el primer defensor de las


mujeres, oponiéndose a la Inquisición con una obra, De las imposturas y engaños
del demonio (1564), en la que achacaba a la enfermedad de la melancolía las
presuntas posesiones diabólicas de las jovencitas, y solicitaba su perdón. Fue él
mismo acusado por la Iglesia de brujería, y sólo se libró por la protección del duque
Guillermo.”

En 1618 Charles Lepois (Carolus Piso) realizo un estudio de la histeria de valor para
estudios recientes, con su aportaciones se aproxima a la histeria del hombre y la mujer y
pone en relieve a los nervios en una papel básico: “Quoniam igitur, in hysterica
suffocatione, totum comveltur et rigescit corpus, principium sané nervorum patiatur necesse
est” (“Por lo tanto y resumiendo, como en la asfixia histérica el cuerpo entero es presa de
convulsiones y contractura, es absolutamente lógico que comience mediante una alteración
de los nervios”).
A principios del siglo XVII existía una teoría de vapores corporales que afectaban por
acumulación explicando comportamientos, tal es el caso de Pierre Pomme (1728-1814) que
ejerció en París como médico, su obra Tratado de las afecciones vaporosas de los dos sexos,
trato muchos enfermos relacionados con la histeria, Voltaire le adjudica “más curas que los
milagros que hicieron los sacerdotes de Isis, de Diana o cualesquiera otros todos juntos”. A
lo largo de la historia las personas han enfrentado fenómenos y tratado de manejarlos, las
explicaciones son sin número, atribuidas desde la retención del semen femenino, la retención
del flujo menstrual”, con lo diabólico, la relación con la hipocondría o epilepsia, estos solo
por mencionar algunos que den cuenta de la multiplicidad de teorías. Conforme las
investigaciones avanzaron, nos encontramos con un fenómeno esperable relativo a las
ubicaciones territoriales, junto con el desarrollo científico, esto es que los avances en
descubrimientos son diferentes en cada país y época. En este caso Sir Benjamin Brodie
(1783-1862), médico inglés profesor de anatomía comparada y de fisiología en el Royal

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College admite la histeria en el varón y explica dentro de sus valiosas aportaciones: “No
son los músculos los que no obedecen a la voluntad, sino que es la voluntad en sí misma lo
que no entra en juego”; Él asocia “La retención urinaria, las neuralgias, la timpanitis” son
“el seno histérico”, aboga por una terapéutica de las contracturas y las parálisis con un
tratamiento más noble, como menciona: “ya que la mayoría de esas afecciones se curan
por sí mismas bajo la influencia de una intensa impresión moral”(2). Sus obras más
destacables en este campo fueron Conferencias para ilustrar algunas afecciones nerviosas
localizadas (1837) e Investigaciones psicológicas para ilustrar las relaciones mutuas que
existen entre la organización física y las facultades mentales (1854). Pero es una lástima que
los contemporáneos de Brodie en otros países no conocieran sus aportaciones ya que tuvo
avances valiosos. Pierre Briquet (1796-1881) médico internista y profesor, atendió enfermos
diagnosticados con histeria, recopilo más de cuatrocientos estudios detallados en relación
con la histeria, este análisis resulto en “una neurosis de la porción del encéfalo destinada a
recibir las impresiones afectivas y las sensaciones”, una “enfermedad dinámica” que
implica el cuerpo completo. Publico un Tratado clínico y terapéutico de la histeria, asocio la
enfermedad con emociones prolongadas o grandes disgustos en personas predispuestas por
herencia o por una “susceptibilidad” especial, así como favorecer la hipótesis de la histeria
masculina. Deja un camino marcado que Charcot continuaría. Briquet describe:

“Me encontré, por el contrario, que se trataba de una enfermedad cuya naturaleza
era muy fácil de comprender, cuyos síntomas tenían correspondencias en el campo
de lo fisiológico, y sólo eran extraños en apariencia”

Sobre los fenómenos de la histeria comenta que:

“…esos signos son los cambios exteriores mediante los que se manifiestan las
sensaciones, las pasiones y las necesidades; desde la luciérnaga, que enciende sus
luminarias cuando desea la proximidad de su semejante, hasta el hombre, que
manifiesta los movimientos de su alma y sus necesidades mediante sus gestos, su voz
y la expresión de su cara… Son estos cambios, particulares de cada sensación
afectiva y de cada pasión, los que en la especie humana constituyen el campo de la

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histeria; todo fenómeno histérico tiene su propio modelo en los diversos actos vitales
mediante los que las sensaciones afectivas y las pasiones se manifiestan al
exterior…Todos esos síntomas histéricos que tan raros parecen y que durante tanto
tiempo han desorientado a los médicos, no son sino la repetición pura y simple de
esos actos, aumentados, debilitados o desviados de su finalidad natural; tómese un
síntoma cualquiera de la histeria, y se encontrará siempre su modelo en alguno de
los hechos que constituyen las manifestaciones emocionales”

Explica que los fenómenos histéricos son un medio de expresión de afectos reflejados en lo
corporal reflejando penas o agresiones, explora una gran cantidad de síntomas físicos
asociados a la histeria atribuyendo una etiología de emociones:

“…Al cabo, tales manifestaciones, debido a su frecuente repetición, terminan


produciendo lesiones, bien sean funcionales o materiales, en los órganos de los que
se sirven, y añaden así una nueva serie de elementos que viene a completar el
atrezzo que utiliza la histeria. Estas ideas están muy lejos, es verdad, de las teorías
que no encuentran en la histeria más que apetitos insatisfechos, u órganos genitales
presas de inflamaciones, de supuraciones o de cánceres.”

Hacia 1816 nace en Francias Charles Laségue, licenciado en letras, profesor de filosofía, se
desempeñó en el hospital la Salpêtrière y se interesa por la medicina mental, en 1839
aportando grandes contribuciones sobre todo en lo denominado anorexia histérica. Una
aportación relevante y con mucho sentido sentido es: “Lo que domina en el estado mental de
la histérica es ante todo una–yo diría casi una placidez– verdaderamente patológica”. Las
ideas junto a las teorías fueron construyendo un andamiaje actual que permite una
observación diferente a comparación de hace más de dos mil años, donde ya había intentos
de descripción de la histeria, con esfuerzos insuficientes, donde permanecía una tendencia a
reducir los sintomas al plano anatómico, lo cual sin frutos objetivos, las circunstancias
empujaron a pensar la histeria desde otras exploración más allá de los órganos y de la
conciencia. Georges Gilles de la Tourette hacia 1876 contemporáneo y colaborador de
Charcot ingresa en La Salpêtrière, aportando diversos volúmenes en el Tratado clínico y
terapéutico de la histeria según la enseñanza de La Salpêtrière (1895). Su obra principal fue
sobre artículos médicos como El hipnotismo y los estados análogos desde el punto de vista
14
médico, 1887; Tratado sobre la histeria, 1893. Elaboro estudios histórico-médicos como el
episodio de las posesas Ursulinas de Loudun sobre el “El manuscrito de sor Juana de los
Ángeles”, El proceso de Gaufridi por brujería, escrito en 1900 y otros. Su aportación teórica
comprende varios aforismos entre ellos:

“La histeria imita a casi todas las enfermedades que le ocurren al género humano;
pues en cualquier parte del cuerpo a la que afecte, produce enseguida los síntomas
que son propios a dicha parte. Y si el médico no tiene mucha sagacidad y
experiencia, se engañará fácilmente y atribuirá a una enfermedad esencial y propia
de tal o cual órgano unos síntomas que dependen únicamente de la afección
histérica”.

Tourette sienta las bases de las recientes investigaciones que incluye lo nombrado por
epilepsia:

“Un profundo análisis de las observaciones hechas a lo largo de varios años le


demostró con claridad que la histeria y la epilepsia no se combinan jamás, pero que
ambas podían existir en estado aislado, independientes la una de la otra en el mismo
individuo. La histeroepilepsia, a pesar de su apariencia, no era más que histeria
pura, la expresión más elaborada de la histeria mediante síntomas convulsivos, la
hysteria major, la gran histeria”.

Tourette elabora un estudio recorriendo un interesante tramo de historia de la que esta


investigación también hace valerse denominado Consideraciones históricas acerca de la
histeria (1891). Contiene lo siguiente:

 Los médicos y los filósofos de la Antigua Grecia.— Demócrito, Hipócrates3, Platón, Areteo.
 Los médicos de los primeros siglos de la Era Cristiana.— Celso, Galeno, Aecio, Pablo de Egina.
 La histeria a través de la Edad Media.— Importancia de los documentos ilustrados sacados a la luz
por Charcot y Paul Richer.—
 Las grandes epidemias de corea rítmica y de demonopatía de los siglos XIV a XVIII.
 La histeria, desde el Renacimiento hasta el siglo XIX.— A. Paré, Fernel, Mercurialis, Baillon,
Forestus.— Los trabajos de Charles Lepois y de Sydenham.— Discusión acerca de las relaciones
entre la histeria y la hipocondría.— La histeria en el varón.— Willis, Highmore, Raulin, R. Whytt,
Astruc, Sauvages, Pomme.

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 La histeria en el siglo XIX.— Violenta reacción contra las ideas de Lepois y de Sydenham.— Louyer-
Villermay, 1802-1816.— Georget las defi ende, 1831. Periodo de los concursos académicos.— Real
Sociedad de Medicina de Burdeos: Dubois, d’Amiens, 1833.— Academia de Medicina, 1845.—
Tratados de Brachet y de Landouzy.
 La histeria en Inglaterra.— Las lecciones de Brodie, 1837.— La histeria en Alemania.— Romberg,
Valentiner, Meyer. Charcot se hace cargo del Servicio de Histéricas de La Salpêtrière, 1862.—
Discusión sobre las relaciones que unen la histeria y la epilepsia.— La histeroepilepsia no tiene nada
que ver con la epilepsia.— Leyes del ataque. Impulso dado al estudio de la histeria por Charcot y su
escuela.

No todo fue descripción histórica, Tourette logra junto con Charcot sentar las bases de las
leyes del ataque y diferenciar la histeria de la epilepsia. En 1833 describe una tabla
estadística hecha por Beau que ilustra, observa el número de enfermos con diferentes
patologías dejando ver los tratamientos ineficaces en comparación con la demanda del
hospital (imagen 1).

Imagen 1.
Tomada de libro: La histeria antes de Freud. Alienistas del Pisuerga, Madrid 2010.

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Cerca de 1878 con Jean Martin Charcot el avance en la comprensión de la histeria, gracias
a las bases ya existentes, dio un progreso a determinarla como una conmoción neuro-
psíquica:

“Esta misma circunstancia en el desarrollo de los fenómenos histéricos, como


consecuencia y con ocasión de un «shock» con o sin traumatismo, pero en el que la
conmoción ha tenido una importancia mayor, la volverán a encontrar, señores míos,
en la mayor parte del resto de los enfermos que a continuación les presentaré…”

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Para 1883 Emil Kraepelin, médico y psiquiatra quien sentó las bases los actuales DSM y
otros tratados nosograficos, aporto también cuestiones interesantes a la histeria como una
especie de locura, aunque con críticas a sus trabajos por la cuestión nosografía también hizo
notables aportación del campo desde la psicología hacia los trastornos mentales, apuntaba
que los trastornos pueden tener una causa por “medios psicológicos mediante
representaciones con un contenido emocional excepcionalmente fuerte…Estas
circunstancias me parecen confirmar la hipótesis de que siempre prevalecen los impactos
no controlados de sentimientos muy vivos”. El reconoce el papel que la voluntad juega en la
histeria es casi inexistente, aboga por que la enfermedad le da una satisfacción a la enferma
(Genugtuung: del alemán que significa satisfacción), “Se explican porque la enfermedad se
ha convertido, básicamente, en una necesidad esencial de la vida.”

Hyppolite Bernheim, médico perteneciente a la escuela de Nancy, sostuvo ideas casi


opuestas a las de Charcot, hacia 1913 publica “La histeria”. Bernheim encuentra que
también son diversos síntomas lo que compone un ataque de histeria:

“El delirio, las alucinaciones, el sonambulismo, las alteraciones de la conciencia…


son perturbaciones cerebrales, psicosis producidas por un choque emocional que
perturba la ideación y la afectividad igual que perturba la motilidad y la
sensibilidad…son manifestaciones psiconerviosas psíquicas que se agregan a los
otros síntomas psiconerviosos, sensitivos, motores, sensoriales, viscerales, cuyo
conjunto complejo y variable constituye el síndrome de la crisis; manifestaciones
que son todas ellas pasajeras, simples dinamismos cerebrales, que en general se
resuelven mediante la psicoterapia.”.

Bernheim supone ya la relación de la enfermedad histérica con la angustia o con fenómenos


de ideas “obsesivas o alucinatorias”, aborda también ya los afectos prolongados y agudos
como causas (espanto, el furor, la angustia). Explica una alteración del sistema nervioso
producido por “conmoción psíquica” que evoluciona a un fenómeno histérico: “olas de
dolores neurálgicos, sobre todo en las regiones intercostales, dolores musculares, sensación

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de bolo”. De este modo un gran aporte de teorías sentaron las columnas para descartar lo que
no servía e ir puliendo una teórica y técnica que mediante errores fue marcando un camino.
Fue necesaria una brecha para que Freud accediera, gracias a las anteriores aportaciones, a
nuevas hipótesis, despegándose del discurso médico- biológico hacia un tratamiento que
apuntaba a las ideas de los pacientes.

III. FUNDAMENTACION TEORICA

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“Donde la palabra termina el acto empieza”. Lacan

HISTERIA

Freud en los escritos sobre histeria propone el concepto de segunda conciencia para hacer
alusión a procesos inconscientes, procesos mnémicos inscritos entre los cuales puede ser
existir una brecha que separa un discurso consiente de uno inconsciente. En los inicios del
trabajo terapéutico de Freud y Breuer se dirigió hacia la expresión verbal del afecto
describiendo el suceso o sucesos traumáticos con la finalidad de hacerle desprovisto de
afecto, “El histérico padecería principalmente de reminiscencias”. Citando a Freud:

“La debilitación o perdida de afecto de un recuerdo depende de varios factores y,


sobre todo, de que el sujeto reaccione o no enérgicamente al suceso estimulante.
Entendemos aquí por reacción toda la serie de reflejos, voluntarios e involuntarios-
desde el llanto hasta el acto de venganza-, en lo que, según sabemos por
experiencia, se descargan los afectos. Cuando esta reacción sobreviene con
intensidad suficiente, desaparece con ella gran cantidad de afecto. En cambio sí se
reprime la reacción, queda el afecto ligado al recuerdo. El recuerdo de una ofensa
castigada, aunque solo fuese con palabras, es muy distinto del de otra que hubo de
ser tolerada sin protesta”… “El recuerdo que forma el contenido del ataque
histérico no es recuerdo cualquiera, sino que es el retorno de aquella vivencia que
causo el desencadenamiento de la histeria, o sea del trauma psíquico”…

La histeria es atribuida a una cierta cantidad de excitación, afecto o energía mental. En los
individuos sanos, tal cantidad es transformada ya que existe una vinculación entre el deseo o
la necesidad hacia el objeto de deseo, en las afectaciones neuróticas el deseo es mermado y
existen satisfacciones sustitutivas que generan afectos angustiantes, penosos u otros.

20
Entonces los ataques de histeria sugieren que no existió una descarga adecuada de las
impresiones, ya sea porque el paciente experimento afecto contradictorio, represión o sus
representaciones psíquicas no tenían suficientes recursos para manejarse.

SÍNTOMA

Si consideramos la postulación freudiana: “El sistema nervioso tiene la tendencia de


mantener constante, en sus condiciones funcionales, algo que cabe denominar –suma de
excitación-. Procura mantener esta precondición de la salud, resolviendo asociativamente
todo incremento sensorial de la excitación o descargándolo por medio de una reacción
motriz apropiada…”

En los individuos no histéricos los afectos son derivados acorde a un suceso en relación del
tal manera que le mantenga libre de tensión, en la histeria los deseos del sujeto no son
derivados al objeto del deseo, es decir no existe relación entre causa y efecto que de manera
asociativa hagan que el sujeto se mantenga libre de tensión, porque no ejecuta algún deseo o
no se atreva a intentarlo, la pulsión queda entonces almacenada en el cuerpo experimentando
diversos fenómenos que en determinado momento podrán ser síntomas. Freud Explica:

“La reacción del sujeto al trauma solo alcanza un efecto catártico cuando es
adecuado, por ejemplo la venganza. Pero el hombre encuentra en la palabra un
subrogado del hecho, con cuyo auxilio puede al afecto ser también casi igualmente
descargado por reacción. En otros casos la palabra es misma es el reflejo adecuado
a título de lamentación, o de alivio del peso de un secreto. Cuando no llega a
producirse tal reacción por medio de actos o palabras, y en los casos más leves, por
medio de llanto, el recuerdo del suceso conserva al principio la acentuación
afectiva.”

Por ejemplo: el recuerdo de una pelea es corregido mediante la reflexión (asociación -


elaboración) sobre la moral, de esta forma algunos logran suprimir el afecto ligado al

21
trauma, esto puede presentarse como “debilitación de la impresiones” hasta poder lograr una
carencia afectiva que le permita estabilizar el síntoma asociado. Los traumas que no son
descargados por elaboración asociativa o por descarga motriz conservan la representación
patógena de manera fresca y colmada de afecto, según explica Freud por:

a) Le esta negado psíquicamente el desgaste por una asociación.

b) Una asociación totalmente restrictiva.

Freud propone que tratar de olvidar no siempre funciona ya que las representaciones
traumáticas no han sido elaboradas y el afecto asociado a estas permanece inconsciente:

“Existe otra vía diferente a tratar de olvidar, que es debilitar la representación


penosa, pero esta labor siempre deja un rastro, es así cuando la representación
dividida toman diversos caminos y empleos, en la histeria camina hacia excitaciones
somáticas o lo denominado conversión.”

En el mejor de los casos, cuando se acude a análisis es que algo se espera de este, es aquí
donde se puede reflejar un saber que contenga un sentido para el analizante y que según la
demanda, en el fenómeno histérico le permita conocer la forma de operación de síntoma y el
deseo de quien consulta. Es mediante el análisis que podría ser que la persona adquiera una
nueva forma de experimentar su corporalidad y lo que esta implica. Freud en el escrito de
El yo y el ello (1923) resalta que:

“El dolor parece desempeñar en esta cuestión un importante papel, y la forma en


que adquirimos un nuevo conocimiento de nuestros órganos cuando padecemos una
dolorosa enfermedad constituye quizá el prototipo de aquella en la que llegamos a
la representación de nuestro propio cuerpo.”

Lo anterior me parece bien explicado en Freud sobre el principio de placer y el de realidad


mediante un juego de experimentación hacia la comprensión de su psiquismo con lo real en
el deseo de implícito de conservación.

22
CONVERSIÓN

Freud observa estados afectivos que son “excluidos de un comercio asociativo” los cuales
emergen de una segunda conciencia o inconsciente hacia la vigilia, es decir un afecto que
atraviesa el cuerpo proveniente de un estado inconsciente, puedo decir también, proveniente
de un estado alucinatorio pero también sugiero onírico, dicho de otra forma un síntoma de
histeria se apodera del cuerpo sin que una parte de la conciencia advierta de esto. Freud lo
explica de esta manera “expresión general de la emoción concomitante, ya que
corresponden a la acciones implícitas en el proceso mnémico alucinatorio”.

En cierta manera la mayoría de las personas utilizan la conversión para valerse a sus
necesidades, Pierre Briquet ya lo hacía notar, que la histeria es un mecanismo que activa los
procesos corporales biológicos con un fin determinado e inconsciente, que se vale de
síntomas para cumplir su función, que mediante la pregunta neurótica y el análisis el sujeto
pueda dar cuenta de sus características sintomáticas, en ese sentido encuentre los rastros de
la causa y el efecto siento esto una manera de manejar el deseo y el síntoma. El problema
será entonces un discurso que asocia a una falta, a un deseo, a un síntoma que mediante el
lenguaje ponga en evidencia las características, de aquí podemos explicar la extensión
temporal del análisis ya que el lenguaje asocia representaciones que con constructos sociales
y culturales heredados, almacenados mnémicamente, inscritos con un significado que da
cuenta de usos y costumbres, es una forma de proceder en cada sujeto que la representacion
le procura. Si partimos que la ciencia aun no comprende el todo, es esperable que el
inconsciente sea una difícil tarea ya que podría ser cuestión que los diferentes saberes den un
método clínico adecuado a las patologías, que podemos ver a lo largo de los años tratar las
enfermedades y explicarlas, aun sin logar lo esperado por muchos, ¿sería esto algo lógico?
tratar de conocer el inconsciente, pero tal vez acercarnos sea más accesible, en este sentido,
habrá cosas que podamos explicar con facilidad según nuestra pericia, creo que es lo mismo
en el Psicoanálisis, según la pericia y el interés podremos comprender más los fenómenos
del síntoma y la conversión, esto es que podemos dar cuenta en momentos de los deseos, de
las relaciones con los objetos, de la relación con el Otro. Las representación de cada persona
entonces tendrán una carga afectiva, de la cual según la falta y el deseo generara diversos

23
afectos, algunos los podrán manejar mejor que otros, según sus significados, esto es como
ejemplo un duelo o una situación traumática que implica recordar lo que no se tiene, aquí la
representación opera con una carga alucinatoria del significado del objeto, que dependiendo
si está o no esta, generara sintomatología, dependiendo de la tramitación y los recursos de
cada uno para enfrentarse a su deseo o necesidad es que podrá experimentar menor o mayor
tensión y con esto un estado psíquico-corporal relativo, Freud Explica:

“En cambio con un símbolo mnémico que en calidad de inervación motora


insoluble o de sensación alucinatoria de continuo retorno habita como parasito en
la conciencia y perdura hasta que tiene lugar un conversión opuesta. La huella
mnémica no desaparece por ello, sino que forma a partir de aquí el nódulo de un
segundo grupo psíquico…El complejo sintomático de la histeria justifica la
hipótesis de una disociación de la conciencia, con formación de grupos psíquicos
separados”

Freud describe que tales sucesos traumáticos que no son elaborados de tal forma que no
generen dolor son lanzados al inconsciente en calidad de inervación motora*, esto es que la
energía de la representación queda almacenada en el inconsciente y se extiende al cuerpo, en
este sentido la identificación corporal del síntoma tiene una ligazón con el trauma o traumas.
Una vez que los sucesos traumáticos cargan de afecto al cuerpo, podría decirse que se halla
en un especial estado psíquico por consiguiente este necesitara una descarga adecuada,
Freud en Estudios sobre la histeria propone dos vías, una elaboración asociativa y una
descarga motriz apropiada, en notas sobre Charcot sugiere que “la enferma se conduce
como obediente a un motivo…o trauma susceptible de generar fenómenos”. Estos
fenómenos presentan un abanico de posibilidades psíquicas y corporales.

___________________________________________

*Acción que produce el sistema nervioso en las funciones de los demás órganos del cuerpo,
una distribución o disposición de los nervios en un órgano o una parte del cuerpo)

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Freud advierte que las representaciones tiene una carga pulsional que tendrá que ser
derivada de acuerdo a la necesidad como significado personal y al no hacerlo, sea por que la
represión o la negación no lo permita generara el estancamiento de la libido:

“Hemos de afirmar más bien que el trauma psíquico, o su recuerdo, actúa a modo
de un cuerpo extraño; que continúa ejerciendo sobre el organismo una acción eficaz
y presente, por mucho tiempo que haya transcurrido desde su penetración en él”.

La importancia de la elaboración de representaciones permitirá al sujeto tramitar su afectos


hacia la disminución de la tensión con esto también a diversos síntomas, pero de esto
dependerá que el sujeto reconozca la carga afectiva de las representaciones, que se permita
asociar en lo que podríamos denominar causa-efecto y se permita el análisis de las
alternativas y de los deseos, sobre esto Freud escribe:

“El yo rechaza la representación intolerable conjuntamente con su afecto y se


conduce como si la representación no hubiese jamás llegado a él. En el momento en
que en que esto queda conseguido sucumbe el sujeto a una psicosis que hemos de
calificar de locura alucinatoria. ”.

La causa de la neurosis es la entrada de información que no puede ser manejada con


facilidad lo que produce un síntoma. Podemos ahora observar que el resultado de las
representaciones son en una parte memorias de los actos del sujeto, es decir los actos tiene
también un contenido afectivo, ahora bien, el discurso cargado de afecto representa también
un acto grabado mnémicamente con el mismo afecto, Freud propone ilustrados ejemplos:

“sucedido esto, nada hay ya que se oponga a que el afecto sustitutivo se haga
consciente. De este modo el reproche (de haber realizado en la niñez el acto sexual
de que se trate) se transforma fácilmente en vergüenza (de que otra persona lo
sepa), en miedo hipocondriaco (de las consecuencias físicas de aquel acto), en
miedo social (a la condenación social por el delito), en miedo a la tentación
(desconfianza justificada en la propia fuerza moral de resistencia)…”

25
INFLUENCIA DE LA ENFERMEDAD ORGÁNICA EN LA DISTRIBUCIÓN
DE LA LIBIDO

Freud en “introducción al narcicismo” propone la idea sobre la influencia de la


enfermedad orgánica en la distribución de la libido que mediante la retirada de todo interés
del sujeto a sus diferentes objetos, excepto de aquellos que tienen una relación con su
síntoma, es que el sujeto configura sus procesos psíquicos.

Freud escribe en Los instintos y sus destinos que: “…actúan auto eróticamente, esto es, que
su objeto es pasado por alto ante el órgano que constituye su fuente y coincide casi siempre
con él…la forma y función del órgano deciden la actividad o pasividad del instinto”, esta
frase puede abonar la hipótesis sobre el significado que tiene el síntoma con el deseo, y con
la hipótesis del síntoma como signo de la renuncia al otro.

La pulsión de muerte en Freud puede explicar también cierta estabilidad en ese retorno a lo
inanimado, en más allá del principio de placer comenta: “…el proceso de la vida del
individuo conduce, obedeciendo causas internas, a la nivelación de las tensiones químicas”,
esto puede aplicarse en el síntoma que implica una afectación física grave o no, ya que el
síntoma puede garantizarle al sujeto cierta estabilidad, algo así como el coste del síntoma es
preferible al de enfrentar el deseo, por la incertidumbre que implica, con esto último,
soportar más angustia. La histeria puede asociarse un fenómeno narcisista ya que parece que
no soporta tolerar la angustia y repele mediante el cuerpo, la enfermedad o el síntoma. El
papel de la voluntad juega un desempeño notable, ya que en la histeria juega un papel
intermitente y en ocasiones nulo, como si el cuerpo obedeciera un motivo más que a la
voluntad, Freud citando a Groddeck dice: “El cual afirma siempre que aquello que
llamamos nuestro yo se conduce pasivamente y que, en vez de vivir, somos vividos por
poderes ignotos e invencibles”. En este sentido el estudio del inconsciente sería de gran
utilidad en este trabajo ya que me podrá permitir el acceso la comprensión de los fenómenos
oníricos, lenguaje, el cuerpo, la motilidad y la voluntad.

26
SATISFACCIONES SUSTITUTIVAS DEFORMADAS DE LOS INSTINTOS

Freud propone en El porvenir de la terapia psicoanalítica, traducción de Ballesteros (Titulo


también llamado las perspectivas futuras de la terapia psicoanalítica) el termino de:
Satisfacciones sustitutivas deformadas de los instintos (1910, p. 1568), conceptos que me
indican que el sujeto no accede a sus legítimos deseos, más bien sustituye por otros más
“aceptables”, cuestión neurótica de como la represión sugiere ocultar algo, así que Freud
continua en el mismo texto: “La existencia de las psiconeurosis reposa en esta deformación
y este desconocimiento” (1910, p. 1568). Es decir que esta sustitución falsa y que reprimida
no encuentra la satisfacción del instinto por la vía deseada tomando otro camino
produciendo un síntoma. En Los caminos de la psicoterapia analítica, Freud menciona:
“recordareis que lo que hizo enfermar al sujeto fue una privación, y que sus síntomas
constituyen para él una satisfacción sustitutiva”.

METODO PSICOANALITICO DE FREUD Y NOCION DE CURA DE LACAN EN


LA HISTERIA

No solo puede decirse que la única vía será una descarga motriz, las experiencias psíquicas
dolorosas tienen también otra vía de descarga, Freud continua: “Pero el hombre encuentra
en la palabra un subrogado del hecho, con cuyo auxilio puede el afecto ser también casi
igualmente descargado por reacción (Abreagiert)”. Ciertas palabras, el dialogo, el llanto y
algunos sonidos favorecen la abreacción. La curación por la palabra puede sugerir un
método que sustituye el trauma por medio ideas que re-significan, esto es que lo sucedido
tiene otra apreciación, otro significado. La dificultad constituye aquellas impresiones que
han quedado privadas de una descarga adecuada, Lo anterior supone ciertas dificultades por
las cuales el sujeto no logra elaborar su construcción asociativa por lo que Freud describe
algunos aspectos sobre esto:

“Olvidar intencionalmente una vivencia traumática, inhibir o suprimir una


intención o una representación, algunos se rehúsan a resolver asociativamente por

27
miedo a conflictos psíquicos dolorosos, sea por que el pudor les impide o las
circunstancias sociales, sea porque su sistema nervioso es incapaz de enfrentar una
resolución ( en el caso de algunas impresiones sexuales), recuerdos no elaborados
que continúan causando dolor; otra forma de no acceder a la descarga es la poca
capacidad asociativa que tiene el sujeto del síntoma con el trauma o con la vivencia
dolorosa.”

En ocasiones el síntoma es sugerido por el inconsciente como una organización. No solo


una nueva construcción intelectual puede surgir de un análisis sino una descarga adecuada a
su necesidad, una catexis que pueda ser sublimada, hacia un principio de realidad acorde al
sujeto, esto puede aplicar a los cambios de objeto, es decir una sustitución de objeto los
cuales impliquen una satisfacción pero también una reducción o eliminación del síntoma.
Esto podría observarse efectivo en una sublimacion que podría ser útil siempre y cuando no
surja en el sujeto una representación obsesiva o neurótica que le inunde todavía en el auto-
reproche. Freud en tres ensayos para una teoría sexual describe un refrán: “joven prostituta,
vieja beata” lo cual sugiere que por la decisión, por voluntad, de esta persona se lleva a cabo
este cambio de objeto, pero precisamente por decisión, por el uso de la voluntad de
convencerse en un posible dialogo personal “el goce ahora está en ser beata”, la auto
nominación es que opera aquí, el problema en muchas ocasiones es que la voluntad no opera
para dar un significado nuevo a las cosas, es decir no es suficiente para algunas personas
construir intelectualmente sus representaciones, algunas requerirán también derivar su afecto
por vías que tengan una relación con sus intereses personales, parte esto en un acceso al
inconsciente puede dar parte a identificar sus limitaciones, pasiones, deseos, etc. Freud en un
ejemplo sobre un hombre dice que es más facil: “convencerle de su inadecuada localización
de la libido que aun hombre moderado y sencillo en sus aspiraciones”, continua, a
diferencia un hombre de “altos ideales”. Freud en la Disección de la personalidad psíquica
expone sobre el psicoanálisis:

“Su propósito es robustecer al yo, hacerlo más independiente del súper yo, ampliar
su campo de percepción y desarrollar su organización, de manera que pueda
apropiarse de nuevas partes del ello. Donde era ello, ha de ser yo.”

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Según Aristóteles el sueño es la continuación del pensamiento durante el reposo, pensar no
es otra cosa que el deseo alucinatorio, es por esto que mediante el uso de la palabra en el
análisis el sujeto se permita elaborar construcciones psíquicas que puedan inscribirse, el
material para la construcción será sacado entonces de sus asociaciones y de las formaciones
del inconsciente que el analista le refleje. En Recuerdo, repetición y elaboración Freud
observa que: “La iniciación al tratamiento trae ya consigo una modificación de la actitud
consiente del enfermo ante su enfermedad. Generalmente, se ha limitado a dolerse de ella y
a despreciarla, sin estimar debidamente su importancia”. (1914, p. 1686). La interpretación
sería entonces una herramienta del analista, puesto que obtendremos material en bruto del
cual poder devolverle un producto que pueda valorar como propio y del cual partir. Freud en
el porvenir de la terapia psicoanalítica indica una especie de traducción de los síntomas:
“…-su exagerada ternura angustiada, destinada a encubrir su odio; su agorafobia que
delata su ambición defraudada; su actos obsesivos, que representan reproches y medidas de
seguridad contra sus propios propósitos malignos” (1910, p1568).

J. Lacan continua trabajando algunos principios del psicoanálisis de Freud, en este sentido,
los aportes que se construyen desde ese momento dan un giro y una “noción de la cura” asi
como a una serie de aportaciones que ponen en juego elementos como la falta, el deseo, el
fantasma, los discursos, el Otro y más. Lacan contribuye al psicoanálisis abonando con otras
disciplinas como la lingüística o la filosofía que permiten comprender desde otro lado el
psicoanálisis y el psiquismo. Lacan advierte ya la importancia del inconsciente como una
estructuración, de aquí la importancia de la escucha y de la transferencia que permitan al
sujeto la libertad necesaria para que asocie comunicando sus aspectos. Lacan dice: “El
sujeto verdadero, es decir el sujeto del inconsciente, no procede de otra manera en el
lenguaje de sus síntomas”. Los términos que cada autor propone contienen particularidades
que pueden darle un sentido a cada teoría, en Lacan aparece el termino significante,
haciendo alusión a lo que Freud propone como representación, por lo que respecto a la
presente investigación que aborda el cuerpo, Lacan tendrá aportes valiosos para comprender
la histeria: “Que desde el principio el cuerpo, nuestra presencia de cuerpo animal, es el
primer lugar donde meter inscripciones, el primer significante.”. Ya en ambos autores se
hace presente la elección de objeto, desde el punto de vista erótico, pulsional, libidinal,
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cuestiones que atañen a la sexualidad tambien y al amor, podemos encontrar en Lacan lo
denominado goce, cuestiones esperables en los asuntos del hombre y la mujer. La cuestión
del Otro está implícita en todo el andamiaje de Lacan pero existe en Freud obviamente
aunque no nominado como tal. Existen puntos que anudan a los autores de manera que
podemos explicar fenómenos con suficiente material, regresando a Freud, en lo tocante al
amor escribe:

“El amor es aquello que posee la perfección que le falta al yo para ser el ideal, esto
en ocasiones es sustituido como objeto satisfactorio con la sexualidad. Respecto a
las prácticas del amor el sujeto podrá sentirse completo con la elección de una
pareja que llene aquello que no tiene, pero será necesario comprender que solo es
un auxilio amoroso”

En las neurosis no solo los temas de síntomas, enfermedades y cuerpo habitan la teoría, el
amor es un tema que va marcando una dirección.

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ESTADO DEL ARTE

FREUD, SIGMUND

o Estudios sobre la histeria

o El yo y el ello. Siglo veintiuno editores

o Introducción al narcisismo

o Las neuropsicosis de defensa

o Más allá del principio del placer

o Manuscrito B

o Manuscrito D

o Las fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad

o Pulsión y destinos de pulsión

o Tomem y tabu. Animismo y pensamiento mágico

o Tratamiento por el espíritu,

o Tres ensayos para una teoría sexual

o Proyecto de una psicología

31
o Contribuciones para un debate sobre el onanismo

o Moisés y la religión monoteísta

JACQUES LACAN

 El Seminario libro 1: Los escritos técnicos de Freud

 El Seminario libro 5: Las formaciones del inconsciente

 El Seminario libro10: La Angustia.

 El Seminario libro11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis

 El Seminario libro 17: El reverso del psicoanálisis, los cuatro discursos

 Escritos 1 y 2: Las formulas de la sexuación; Función y campo de la palabra; del

lenguaje en psicoanálisis; Subversión del sujeto.

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IV. HIPÓTESIS

 El síntoma físico como representante de la representación puede ser manejado por


medio del análisis.

 Las expresiones corporales del síntoma son manejados por medio de los significantes
en el tratamiento.

 La expresión sintomática corporal como una renuncia al Otro.

 La expresión somática del síntoma es una ganancia secundaria como tendencia de


goce.

 Las ecuaciones elaboradas en el análisis permiten tramitar las alternativas en los


goces para que la ganancia secundaria del síntoma permita dar cuenta del fenómeno.

V. OBJETIVOS.

 Conocer técnicas y teorías en la intervención en los fenómenos de los síntomas

psicosomaticos.

 Proponer la alternativa del análisis como un método que tiene un efecto sobre una

sintomatología corporal, en un cuerpo que es atravesado por un discurso de

33
representaciones no elaboradas, descargas no ejecutadas o satisfacciones sustitutivas

dominadas por la represión.

 Ejecutar los descubrimientos de la presente investigación para que sean de utilidad

en los diferentes ámbitos de aplicación, sean asuntos personales, clínicos, sociales y

laborales.

 PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

 ¿Cuáles son las características que permiten hacer operar los significados discursivos

a través del manejo de los síntomas psicosomáticos por medio de la construcción

elaborada en el análisis?

VI. METODOLOGÍA

 Sera una investigación documental – teórica con viñetas clínicas

BIBLIOGRAFIA

- Freud, Sigmund (1893). Charcot. Obras completas. (Vol. 1).. Buenos Aires:

Biblioteca Nueva, Siglo XXI Editores.

- Freud, Sigmund (1893 [1895]). Estudios sobre la histeria. Obras completas. (Vol. 1).

Buenos Aires: Biblioteca Nueva, Siglo XXI Editores.

- Freud, Sigmund (1894). Las neuropsicosis de defensa. Obras completas. (Vol. 1).

Buenos Aires: Biblioteca Nueva, Siglo XXI Editores.

- Freud, Sigmund (1894). Nuevas observaciones sobre las neuropsicosis de defensa.

Obras completas. (Vol. 2). Buenos Aires: Biblioteca Nueva, Siglo XXI Editores.

34
- Freud, Sigmund (1904[1905]).). Sobre psicoterapia. Obras completas. (Vol. 7).

Buenos Aires: Biblioteca Nueva, Siglo XXI Editores.

- Freud, Sigmund (1905). Tres ensayos para una teoría sexual. . Obras completas.

(Vol. 9). Buenos Aires: Biblioteca Nueva, Siglo XXI Editores.

- Freud, Sigmund (1910). El porvenir de la terapia psicoanalítica. Obras completas.

(Vol. 12). Buenos Aires: Biblioteca Nueva, Siglo XXI Editores.

- Freud, Sigmund (1914). Recuerdo, repetición y elaboración. Obras completas. (Vol.

12). Buenos Aires: Biblioteca Nueva, Siglo XXI Editores.

- Freud, Sigmund (1914). Introducción al narcicismo. Obras completas. (Vol. 15).

Buenos Aires: Biblioteca Nueva, Siglo XXI Editores.

- Freud, Sigmund (1915). Los instintos y sus destinos. Obras completas. (Vol. 15).

Buenos Aires: Biblioteca Nueva, Siglo XXI Editores.

- Freud, Sigmund (1918 [919]). Los caminos de la terapia psicoanalítica. Obras

completas. (Vol. 18). Buenos Aires: Biblioteca Nueva, Siglo XXI Editores.

- Freud, Sigmund (1919[1920]). Más allá del principio de placer. Obras completas.

(Vol. 18). Buenos Aires: Biblioteca Nueva, Siglo XXI Editores.

- Freud, Sigmund (1923). El yo y el ello. Obras completas. (Vol. 19). Buenos Aires:

Biblioteca Nueva, Siglo XXI Editores.

- Freud, Sigmund (1932[1933]). Nuevas lecciones introductorias al psicoanálisis.

Obras completas. (Vol. 23). Buenos Aires: Biblioteca Nueva, Siglo XXI Editores.

- Freud, Sigmund (1937). Análisis terminable e interminable. Obras completas. (Vol.

24). Buenos Aires: Biblioteca Nueva, Siglo XXI Editores.

- De La Tourette, Gilles. Briquet. Charcot, et al. (2010). La Histeria antes de Freud.

Madrid. Alienistas de Pisuerga.


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