Libro Meifii
Libro Meifii
Libro Meifii
Métodos de intervención
en Fisioterapia II
Material docente
UNIVERSIDAD DE MÁLAGA
2020
© Alejandro Luque Suárez; Javier Martínez Calderón; Mar
Flores Cortés; Consolación Pineda Galán.
© UMA editorial. Universidad de Málaga
Bulevar Louis Pasteur, 30 (Campus de Teatinos)
29071 Málaga
www.umaeditorial.uma.es
Impresión:
Impreso en España - Printed in Spain
3. DOLOR CERVICAL.....................................................................................................
3.1. Introducción.......................................................................................................
3.2. Alteraciones neuromusculares en sujetos con dolor cervical ...........................
3.3. Trastornos posturales en personas con dolor cervical ......................................
3.4. Disfunciones de la escápula en el dolor cervical
y en el dolor de hombro ......................................................................................
3.5. Referencias ........................................................................................................
6 ÍNDICE
1.1. INTRODUCCIÓN
Entre el 80-90% de los dolores lumbares suelen tener un buen pronóstico, recu-
perándose en 6-12 semanas. Por otro lado, existen casos de recaídas y persistencia
de síntomas. Un factor de riesgo puede ser la presencia de episodios previos: entre
el 70-90% de la población padecerá un episodio tras haber padecido uno previo y un
tercio de ellos continuarán con dolor lumbar.
Existe bastante evidencia de que el ejercicio es efectivo a medio plazo para mejorar
el dolor, el grado de actividad y la vuelta al trabajo. Existe moderada evidencia de que
el ejercicio es más efectivo a corto plazo que los tratamientos pasivos. Existe bajo nivel
de evidencia con respecto a qué tipo o intensidad de ejercicio tiene mayor efecto. En
dolor lumbar agudo no hay evidencia de mejoría del descanso frente a terapia física
y a analgésicos (Hides et al., 1996; Chok et al., 1999; van Tulder & Koes, 2002). Pero sí
hay evidencia de reducción del riesgo de recaídas con ejercicios para el dolor lumbar
(Ferreira et al., 2006). Por otro lado, existe evidencia en el dolor lumbar crónico de
mejoría frente a cuidados médicos tradicionales, pero no hay evidencia clara sobre
qué tipo de ejercicio aplicar (Soukup et al., 1999; Soukup et al., 2001). En dolor lumbar
crónico si hay evidencia de mejoría empleando ejercicios específicos sobre las regiones
lumbar y pélvica (Ferreira et al., 2006).
Existen dos modelos bien descritos para el manejo de personas con dolor lumbar:
Se realizó un estudio sobre jugadores de cricket con dolor lumbar y no dolor lumbar.
Se llevaron a cabo mediciones con ecografía en los niveles L1-L5. Interesantemente,
se pudo observar una menor sección transversal de los músculos multífidos en perso-
nas con dolor lumbar. Tras entrenamiento de los músculos estabilizadores lumbares
y pélvicos se observó un incremento del grosor de los músculos multífidos de L5 en
personas con dolor lumbar, refiriendo además menor nivel de dolor (Hides et al., 2008).
Otro estudio evaluó tres grupos. El grupo 1 realizó ejercicios específicos para músculos
lumbares y pélvicos manteniendo lordosis. El grupo 2 realizó ejercicios específicos
para músculos lumbares y pélvicos junto a 3 ejercicios dinámicos (extensiones en
prono, cuadrupedia con extensión cadera y extensiones de cadera bilaterales prono).
El grupo 3 realizó lo mismo que el grupo 2 pero con 5 segundos de contracción iso-
métrica entre concéntrico y excéntrico. Se encontraron mejores resultados en el área
de sección transversal (cross section area) en el grupo 3 tras medición con tomografía
computarizada (Danneels et al., 2001).
— Zona neutra: porción inicial del rango de movimiento (en torno postura neutra)
en la que el movimiento vertebral ocurre contra una resistencia interna mínima
(=resistencia ofrecida columna pasiva es mínima).
— Zona elástica: porción del rango de movimiento más próxima al sector final del
mismo producida contra resistencia interna importante.
Derivado del modelo pato mecánico. Propuesto por Waddell et al., 1997 (Waddell
et al., 1997), basado en un programa de ejercicios de control motor. También deno-
minado Modelo de ejercicio de estabilización segmental.
A nivel neurológico: fisiopatología del dolor crónico. A nivel de plasticidad del sistema
nervioso central: inputs nociceptivos periféricos persistentes pueden acabar induciendo
cambios neuroplásticos: sensibilización central. El concepto de sensibilización central
expone que la actividad de las neuronas nociceptivas es mantenida tras la curación
de la lesión periférica y sin estímulo nociceptivo. El umbral de excitación disminuye
y el umbral de respuesta aumenta, apareciendo conceptos como el de alodinia y el
de hiperalgesia local y generalizada. Generación espontánea de señales dolorosas.
Otros conceptos importantes son:
— Saal & Saal llevaron a cabo tratamiento no quirúrgico de los discos lumbares
herniados con radiculopatía. 50 de 52 personas obtuvieron resultados de buenos
a excelentes tras la aplicación de un entrenamiento mantenido de ejercicios de
estabilización, retornando al trabajo el 92%. La estabilización mitiga microtrauma
repetitivo en segmentos lumbares móviles, favoreciendo curación lesión inicial
y pudiendo alterar la progresión del proceso degenerativo (Saal & Saal, 1989).
— O’Sullivan y colaboradores estudiaron los efectos de los ejercicios de estabiliza-
ción en población con espondilólisis/espondilolistesis y dolor lumbar crónico.
El grupo que realizó ejercicio tuvo una reducción significativa en los niveles de
dolor e incapacidad funcional a los 30 meses de seguimiento (O'Sullivan et al.,
1997).
— La evidencia actual es limitada con hallazgos diversos. Se realizó una revisión
sistemática sobre ejercicio donde se encontró como hallazgo más significativo
que personas que no reentrenan musculatura estabilizadora profunda tienen
12.4 veces más probabilidad de padecer recidivas de dolor lumbar en los 3 años
siguientes al episodio original (Colle et al., 2002).
— Más evidencia apoya que personas que reciben ejercicios específicos, basado
en entrenamiento de los músculos multífidos con sinergia con el transverso
del abdomen, experimentan menos recurrencias que los controles. Tasa de
recurrencia el primer año: 30% versus 84%, y el segundo año: 35% versus 75%
(Hides et al., 2001).
14 DOLOR LUMBAR
— Multífidos.
— Transverso del abdomen.
— Diafragma y suelo pélvico.
— Oblicuo interno.
— Glúteo medio.
— Vasto interno.
— Serrato anterior.
— Trapecio inferior.
— Flexores profundos cervicales.
— Glúteo mayor.
— Iliopsoas.
— Subescapular.
— Infraespinoso.
— Trapecio superior.
— Cuadrado lumbar.
Los músculos movilizadores son los responsables del movimiento. Son músculos
superficiales, a menudo biarticulares y de contracción rápida. Se contraen rápidamente
en tensión y son más efectivos en cadena cinética abierta. Necesidad de activarse a
altas resistencias. En desequilibrio muscular, tienden a acortarse.
— Iliopsoas.
MÉTODOS DE INTERVENCIÓN EN FISIOTERAPIA II 15
— Isquiotibiales.
— Recto anterior cuádriceps.
— Tensor de la fascia lata.
— Aductores cadera.
— Piramidal.
— Recto abdominal.
— Oblicuo externo.
— Cuadrado lumbar.
— Erector espinal.
— Esternocleidomastoideo.
— Angular de la escápula.
— Escalenos.
— Romboides.
— Trapecio superior.
— Pectoral mayor.
— Pectoral menor.
Cuando se habla de síndrome cruzado, hay que tener en cuenta que los músculos
posturales se encuentran tensos e hipertónicos y los músculos fásicos se encuentran
débiles y alargados (Janda, 1987). Por ejemplo, en el síndrome cruzado inferior aparece
una debilidad de los músculos glúteo mayor y abdominales y un acortamiento de los
músculos erector espinal e iliopsoas (Janda, 1987).
A nivel muscular, en personas con dolor lumbar nos podemos encontrar un acorta-
miento de los músculos movilizadores, un debilitamiento de los músculos estabiliza-
16 DOLOR LUMBAR
— El movimiento es efectivo.
— El movimiento es más consistente.
— La persona es capaz de identificar sus errores.
— Estímulos propioceptivos más importantes que visuales y verbales.
— Movimiento automático.
— Es independiente de estar atento al mismo.
— Se provoca de forma rápida.
Se divide en tres fases: control local segmental; control segmental en cadena cinética
cerrada y control segmental en cadena cinética abierta.
— Instrucciones verbales: enseñanza por parte del instructor. Activación del “tono”
y contracciones suaves.
MÉTODOS DE INTERVENCIÓN EN FISIOTERAPIA II 19
Feedback manual,
apropiado en obesos,
Patología
Bipedesta- apoyo en pared para
discal
ción disminuir compensacio-
nes, posición
funcional
(I) Utilización
estabilizador por presión
(II) Posición antiálgica,
Decúbito eliminación acción
Supino movilizadores
(III) Fácil observar
compensaciones
Imagen 1-5 de arriba hacia abajo: activación transverso del abdomen en (1) cuadrupedia;
(2) decúbito prono; (3) sedestación; (4) bipedestación; (5) decúbito supino (autor Javier
Martínez Calderón).
Posición Imagen
Decúbito
Prono
MÉTODOS DE INTERVENCIÓN EN FISIOTERAPIA II 21
Posición Imagen
Decúbito
Lateral
Sedestación
(Auto palpación)
Bipedestación
(Auto palpación)
Imagen 6-9 de arriba hacia abajo: activación multífidos lumbares en (6) decúbito prono; (7)
decúbito lateral; (8) sedestación; (9) bipedestación (autores Javier Martínez Calderón; Mar
Flores Cortés).
Los pasos para conseguir los dos objetivos mencionados previamente son:
22 DOLOR LUMBAR
Los pasos para conseguir los dos objetivos mencionados previamente son:
1.7. REFERENCIAS
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2. DOLOR DE CADERA, RODILLA Y PIE
2.1. INTRODUCCIÓN
El dolor de cadera, rodilla y/o pie son formas comunes de dolor musculoesquelético.
Dentro de este tipo de dolor, el pellizcamiento fémoro-acetabular (Ganz et al., 2003),
el dolor de rodilla fémoro-patelar (Smith et al., 2018), el esguince de tobillo (Doherty
et al., 2014), así como la osteoartritis de cadera y rodilla son las más comunes (Des-
hpande et al., 2016). De hecho, la osteoartritis es probablemente el tipo de dolor en
miembro inferior más prevalente, afectando alrededor de 14 millones de personas
solo en Estados Unidos (Deshpande et al., 2016). La osteoartritis, además, es una de
las causas líderes en aumento de la discapacidad y en deterioro de la calidad de vida
(Vina & Kwoh, 2018).
Imagen 10. Test de Craig (autores Javier Martínez Calderón; Mar Flores Cortés).
Imagen 12.
Perfil rotador
interno (autor
Javier Martínez
Calderón).
30 DOLOR DE CADERA, RODILLA Y PIE
Personas con una tendencia a este perfil suelen mostrar una debilidad de los mús-
culos rotadores internos de cadera y un exceso de rango de movilidad hacia la rotación
externa. (>60º). Una prueba, aunque inespecífica para evaluar este perfil es el Log
roll test/Dial test. Importante durante la realización de esta prueba prestar atención
a la presencia de hiperlaxitud, ya que la persona puede tener exceso de movilidad en
ambas rotaciones.
Imagen 13. Rango de movimiento: rotación externa (autores Javier Martínez Calderón; Mar
Flores Cortés).
MÉTODOS DE INTERVENCIÓN EN FISIOTERAPIA II 31
Imagen 14. Dial test (autores Javier Martínez Calderón; Mar Flores Cortés).
Imagen 15. Pruebas musculares manuales: rotadores internos de cadera (autores Javier
Martínez Calderón; Mar Flores Cortés).
Imagen 17. Test de FADIR (autores Javier Martínez Calderón; Mar Flores Cortés).
Personas con una tendencia a este perfil suelen mostrar una debilidad de los mús-
culos rotadores externos de cadera y un exceso de rango de movilidad hacia la rotación
interna. (>45º). Una prueba, aunque inespecífica para evaluar este perfil es el Log
roll test/Dial test. Importante durante la realización de esta prueba prestar atención
a la presencia de hiperlaxitud, ya que la persona puede tener exceso de movilidad en
ambas rotaciones.
A nivel muscular, se pueden realizar las pruebas musculares manuales (manual
muscle testing). Evaluar los rotadores externos de cadera en diferentes posiciones, de
forma subjetiva, o de forma objetiva usando un dinamómetro de mano. Fundamental
para una correcta realización de la prueba es realizar estos movimientos desde el final
de su recorrido.
MÉTODOS DE INTERVENCIÓN EN FISIOTERAPIA II 35
Imagen 18. Rango de movimiento: rotación interna (autores Javier Martínez Calderón; Mar
Flores Cortés).
Imagen 20.
Pruebas muscu-
lares manuales:
rotadores exter-
nos de cadera
(autores Javier
Martínez Calde-
rón; Mar Flores
Cortés).
Imagen 21.
Pruebas muscu-
lares manuales:
rotadores exter-
nos de cadera
(autores Javier
Martínez Calde-
rón; Mar Flores
Cortés).
MÉTODOS DE INTERVENCIÓN EN FISIOTERAPIA II 37
Imagen 22. Test de aprensión (autores Javier Martínez Calderón; Mar Flores Cortés).
— Labrum anterior: realizar de forma pasiva una flexión 90º + separación de cadera
+ rotación externa de cadera a extensión + aducción de cadera + rotación interna
de cadera). Cotejar siempre con una resonancia magnética nuclear.
38 DOLOR DE CADERA, RODILLA Y PIE
Imagen 23 y 24. Test de Fitzgerald para labrum anterior (autores Javier Martínez Calderón;
Mar Flores Cortés).
MÉTODOS DE INTERVENCIÓN EN FISIOTERAPIA II 39
Imagen 25 y 26. Test de Fitzgerald para labrum posterior (autores Javier Martínez Calderón;
Mar Flores Cortés).
40 DOLOR DE CADERA, RODILLA Y PIE
Otra prueba que podemos realizar para el labrum es el test modificado de Thomas
para el labrum. La prueba se realiza con un descenso excéntrico de la cadera en contac-
to con la camilla (es un estiramiento excéntrico del psoas). Si aparece chasquido y/o
dolor en la zona de la cadera a los 30-40º de flexión, sospechar de una posible lesión
del labrum anterior. Hay que tener en cuenta que es una prueba muy inespecífica y
que puede confundirse con la presencia de un roce del tendón del psoas.
La última amenaza asociada a la tendencia a un perfil rotador interno es el
Snapping de las iliopsoas y el Snapping del tensor de la fascia lata. En el Snapping
de las iliopsoas se produce un roce con la eminencia ileopectínea. La persona
señala con un dedo zona exacta, caracterizado por la presencia de chasquido y/o
dolor. Se puede confundir con la presencia de un desgarro del labrum y/o presen-
cia de cuerpos extraños. Este Snapping se valora en decúbito supino, partiendo
de la posición conocida como “FABER” (flexión de cadera + separación de cadera
+ rotación externa de cadera), e ir a extensión de cadera + aducción de cadera
+ rotación interna de cadera. Todos estos movimientos los realiza la persona de
forma activa. En flexión de cadera de 30-10º, se le pide a la persona que mueva la
cadera en círculos de forma activa para explorar si se reproducen los síntomas de
chasquido/dolor (Yen et al., 2015). En este Snapping se pueden realizar ejercicios
en contracción excéntrica del músculo psoas.
En el Snapping del tensor de la fascia lata se produce un roce entre la cintilla
ileotibial y el trocánter mayor de fémur. La persona señala con un dedo zona exacta,
caracterizado por la presencia de chasquido y/o dolor. La prueba de Ober que sirve
para explorar la presencia de un acortamiento del músculo tensor de la fascia lata
suele dar positivo. Este Snapping se valora en decúbito lateral, realizando la persona
un pedaleo como en el ciclismo de forma activa, con ligera tensión en separación de
cadera (Yen et al., 2015).
2.2.5. Ejercicios para el dolor de cadera: músculos que nos interesa fortalecer
independientemente del perfil
Imagen 27 y 28. Single Leg Stance test (autor Javier Martínez Calderón).
42 DOLOR DE CADERA, RODILLA Y PIE
— Síndrome fémoro-patelar.
— Lesión cruzado anterior.
— Inestabilidad de cadera.
— Fascitis plantar.
A más flexión de rodilla, más superficie de contacto de la rótula con los cóndilos
femorales. Rotación rodilla en cadena cinética cerrada: la externa provoca una tenden-
cia al deslizamiento externo de la rótula. Ídem decir que la rotación interna de fémur
provoca lo mismo (por acortamiento del músculo tensor de la fascia lata- hipertonía,
debilidad del músculo glúteo medio, anteversión cuello femoral) Contacto rótula-fémur
comienza a los 20º de flexión de rodilla y es máximo a los 90º de flexión de rodilla.
44 DOLOR DE CADERA, RODILLA Y PIE
— Ángulo Q: formado entre la intersección de la línea que une la espina ilíaca an-
terosuperior y la rótula con el eje entre rótula y la tuberosidad tibial anterior. A
mayor ángulo, más tendencia a la lateralización patelar. El ángulo aumenta con
rotación externa de tibia, pie pronado, anteversión femoral y genu valgo. Es
mayor en mujeres. 10º en hombres y 15º en mujeres.
— Ángulo patelofemoral externo: ángulo formado entre la carilla externa de la
rótula y los dos cóndilos femorales. A menor ángulo, mayor presión rotuliana
externa.
— Distancia entre el cóndilo interno y el borde externo rotuliano. Mayor distancia,
mayor desplazamiento de la rótula hacia exterior.
— Ángulo de congruencia de Merchant: Bisectriz entre el sulcus y la línea inferior
de la rótula. Ángulo positivo, rótula desplazada hacia externa (se realiza con 45º
de F rodilla). (sirve para determinar subluxación patelar)
— Todo esto nos da la idea de que el sujeto tiene tensión en los alerones rotulia-
nos de un sitio más que en otro. Antiguamente se realizaban técnicas para la
liberación de los alerones rotulianos.
Los estabilizadores externos son los músculos vasto externo del cuádriceps y el
tensor de la fascia lata (este último puesto en duda últimamente). Los estabilizadores
internos son los músculos vasto interno oblicuo del cuádriceps (inserción aductor
mayor), y el músculo aductor mayor (sus expansiones al retináculo patelar).
— Foco rodilla: (I) colocar nuestros dedos índices en los cóndilos internos y externos
y realizar técnicas de control-seguimiento y control-evitación; (II) realizar guías
manuales (e.j., baja y sube y te ayudo con mi mano a la corrección); (III) colocar
resistencias externas (e.j., gomas elásticas).
El genu flexum se caracteriza por adelantar la rodilla por delante de tobillo, lo que
favorece el sufrimiento fémoro-patelar. Personas con genu flexum tienen una tendencia
a despegar talón del pie adelantado cuando realizan un movimiento de lunge. Por ello,
es más eficaz para prevenir y/o evitar una progresión de lesión en la articulación fémo-
ro- patelar, realizar flexiones de rodillas comprendidas entre los 0º y los 50º. Lo ideal
es la distribución del peso por igual entre el antepié y el retropié (poner plataforma
presión debajo del pie/dinamómetro).
Es importante conocer qué un pie pronado tiende a la carga posterior mientras qué
un pie supinado tiende a la carga anterior.
El pie pronado tiene una tendencia a estar asociado con la presencia de cadera
anteversa; torsión interna; colapso en valgo de rodilla; inactivación del músculo flexor
del pulgar; inactivación del músculo tibial posterior.
MÉTODOS DE INTERVENCIÓN EN FISIOTERAPIA II 49
2.5. REFERENCIAS
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3. DOLOR CERVICAL
3.1. INTRODUCCIÓN
Los sujetos con dolor cervical a menudo muestran las siguientes alteraciones neu-
romusculares.
— Menor activación del músculo semiespinal del cuello en comparación con sujetos
sanos (Schomacher et al., 2012).
— Hiperactivación de escalenos y esternocleidomastoideo durante la elevación de
un miembro superior (Falla et al., 2004b).
— Retraso en la contracción de los flexores profundos cervicales, así como del
escaleno anterior y esternocleidomastoideo contralaterales (“timing” alterado)
(Falla et al., 2004c).
— Alteración en la resistencia muscular de los flexores profundos (Falla et al., 2007).
— Mayor nivel de infiltrado graso en los extensores profundos cervicales en com-
paración con sujetos sin dolor (Elliot et al., 2011).
— Alteración de la representación cortical (borrado de la representación cortical) de
músculos cervicales en sujetos con dolor. En este sentido, se ha podido ver como
músculos flexores cervicales profundos y superficiales aparecen representados
en las mismas zonas en el córtex motor y el sensitivo cunado en situaciones
de no dolor dicho músculos aparecen bien diferenciados en el córtex motor y
sensitivo (Elgueta-Cancino et al., 2019).
MÉTODOS DE INTERVENCIÓN EN FISIOTERAPIA II 55
Imagen 32 y 33. Evaluación músculos extensores profundos cervicales (autores Javier Martí-
nez Calderón; Mar Flores Cortés).
56 DOLOR CERVICAL
Aunque el dolor cervical puede remitir parcial o totalmente a las 6 semanas con el
uso de terapias farmacológicas y fisioterápicas específicas e inespecíficas, las alteracio-
nes neuromusculares mencionadas anteriormente parecen no hacerlo. Esto favorece,
por lo tanto, la llegada de recidivas (Jull et al., 2008). Consecuentemente, la realización
de ejercicios para corregir esas alteraciones neuromusculares se torna fundamental
cuando aparezcan personas con dolor cervical.
— Pedir al paciente que mantenga la lengua en el techo del paladar, labios juntos,
dientes separados (para evitar la activación de los maseteros).
— Realizar una inspiración máxima y en la espiración llevar mentón a esternón, para
reducir la tensión de los músculos esternocleidomastoideo y escalenos.
— Instar a realizar en cualquier caso respiración diafragmática (pacientes con dolor
cervical suelen traer una respiración costal superior).
— Pedir 1 contracción y chequear si es exitosa, sin compensaciones.
— Si lo consigue, seguir subiendo mm Hg de 2 en 2 hasta 30 y chequear.
— Evitar compensaciones en rotación (estaría trabajando sobre todo esternoclei-
domastoideo).
— Hay que anotar el valor en mm Hg que realiza sin compensación (22, 24, 26…).
— En ese valor, se chequea ahora la resistencia muscular, test de 10 segundos. Si
no lo consigue, bajamos un nivel (2mmHg) y volvemos a testar.
Una vez analizada la actividad de los músculos flexores profundos cervicales, existe
otra prueba para evaluar la resistencia de esos músculos flexores profundos cervicales
(Doménech et al.. 2011):
MÉTODOS DE INTERVENCIÓN EN FISIOTERAPIA II 59
Imagen 36 y 37. Evaluación resistencia músculos flexores profundos cervicales (autor Javier
Martínez Calderón).
Actualmente, solo existen valores estándar para esta prueba en participantes sanos.
Esos valores son 39 segundos en hombres y 29 segundos en mujeres (Doménech
et al.. 2011).
60 DOLOR CERVICAL
Imagen 38. Evaluación músculos extensores profundos cervicales (autores Javier Martínez
Calderón; Mar Flores Cortés).
3.2.6. ¿Qué sentido y efectividad tiene realizar control motor selectivo sobre
estabilizadores cervicales vs ejercicio genérico de movilidad cervical y escapular
para reducir dolor y/o discapacidad?
Flexión a extensión
— Usar cuadrupedia//esfinge//sedestación.
— Orden: dorso-cuello-cráneo.
— Utilizar presas manuales, técnica activo-asistida.
— Una mano bloquea raquis suboccipital y otra tracciona de charnela C2.
— Opción desde C7-T1.
— Técnicas sin dolor.
Extensión a flexión
— Usar sedestación.
— Orden: cráneo-cuello-dorso.
— Utilizar presas manuales, técnica activo-asistida.
— Segmentar la técnica.
— Una mano en occipital y otra en zona frontal, acompañan el movimiento.
— Técnicas sin dolor.
1997; Treleaven et al., 2003; Kristjannson et al., 2004). La evidencia de esos trastornos
posturales es mayor en personas con dolor cervical tas latigazo cervical. Evidencia de
(Kristjannson et al., 2004).
Se utiliza una prueba para valorar el error de la posición articular. La prueba se de-
sarrolla de la siguiente manera:
Para la valoración del control postural podemos usar por ejemplo el Timed Test- Ta-
mdem Stance, el cual ha mostrado que personas con dolor cervical tras latigazo cervical
con mareos presentan un peor control postural que personas con dolor cervical tras
un latigazo cervical sin mareos, así como los controles (Field et al.. 2008).
MÉTODOS DE INTERVENCIÓN EN FISIOTERAPIA II 67
Cuando hay una alteración en el control oculomotor, las personas con dolor cervical
suelen mover los ojos y la columna cervical en bloque. Los pasos para evaluar el control
oculomotor son los siguientes:
apoyo bipodal sobre una superficie cómoda, progresando a superficies más estrechas,
tándem, y apoyo unipodal.
En la progresión también se pueden tener en cuenta si los ojos están abiertos, y
posteriormente cerrados, así como el tipo de superficie, progresando de una superficie
firme y estable a una superficie más blanda e inestable.
El tratamiento del control oculomotor se comienza con la mirada hacia un punto fijo
y un movimiento cervical de forma pasivo. La progresión de ese ejercicio será realizarlo
de forma activa mientras que el participante sigue manteniendo la mirada en un punto
fijo. Se pueden realizar progresiones teniendo en cuenta la posición (supino, sentado),
la velocidad del movimiento, así como el enfoque de la mirada (un punto, una tarjeta,
un fondo). Muy importante durante la realización de estos ejercicios la observación y
valoración de posibles movimientos sacádicos por parte del participante: movimientos
en golpe de la cabeza o de los ojos. Si se observa la aparición de síntomas, bajar un
nivel de progresión. Por ejemplo, bajar de sedestación a decúbito supino hasta que
desaparezcan esos síntomas.
3.4.2. ¿Es importante corregir la postura escapular en personas con dolor cervical?
En algunos casos sí, aunque no exista tanta evidencia como en el dolor de hombro.
En personas con dolor cervical, la posición de escápula y su motricidad, pueden verse
alteradas, aunque actualmente todavía no hay estudios que establezcan conclusiones
a nivel causal (Wegner et al., 2010; Cagnie et al., 2014; Cools et al., 2014; Helgadottir
et al., 2010; Szeto et al., 2002).
MÉTODOS DE INTERVENCIÓN EN FISIOTERAPIA II 69
A la hora de explorar la escápula, existen una serie de premisas que pueden tenerse
en cuenta:
Imagen 57. Reposicionamiento escapular en decúbito prono (autores Alejandro Luque Suá-
rez; Javier Martínez Calderón).
3.5. REFERENCIAS
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4. DOLOR DE HOMBRO
4.1. INTRODUCCIÓN
Lesión de SLAP
Test O’Brian positivo Resonancia
(superior labrum
Dolor en hombro. magnética nuclear con
from anterior to
Sensación de inestabilidad contraste
posterior)
Se caracteriza por dolor y déficit funcional que se exacerban con trabajo repetitivo
a la altura o por encima del hombro, y/o participación en actividades deportivas. Este
síndrome se considera cuando se encuentra el test de Hawkins positivo, el test de
Neer positivo, y al menos uno de los siguientes síntomas está presente: dolor durante
actividades de la vida diaria con separación de hombro, y/o rotación interna, dolor
nocturno o incapaz de apoyarse sobre hombro afecto, arco de movimiento doloroso,
90 DOLOR DE HOMBRO
Test de Neer
Imagen 62. Test de Neer (autores Javier Martínez Calderón; Mar Flores Cortés).
MÉTODOS DE INTERVENCIÓN EN FISIOTERAPIA II 91
Imagen 63.
Test de Haw-
kins & Ken-
nedy (autores
Javier Martí-
nez Calderón;
Mar Flores
Cortés).
Test de Jobe
Imagen 64. Test de Jobe (autores Javier Martínez Calderón; Mar Flores Cortés).
92 DOLOR DE HOMBRO
Imagen 65 y 66. Test de lata llena y lata vacía (autores Javier Martínez Calderón; Mar Flo-
res Cortés).
Dolor unilateral de hombro, localizado alrededor del acromion, que empeora con
actividad del hombro por encima de la cabeza, con normalmente todo el rango de
MÉTODOS DE INTERVENCIÓN EN FISIOTERAPIA II 93
Imagen 67 y 68. Test de O’Brien y modificación test de O’Brien (autores Javier Martínez
Calderón; Mar Flores Cortés).
Durante la primera fase, que corresponde a las primeras 4-6 semanas tras cirugía,
el uso de cabestrillo es necesario. Tener en cuenta los siguientes aspectos: (I) hipersen-
MÉTODOS DE INTERVENCIÓN EN FISIOTERAPIA II 95
sibilidad en territorio del nervio axilar; (II) evitar la flexión de hombro por encima de
130º, así como la flexión y supinación de codo para permitir una mejor cicatrización;
(III) limitar la rotación externa y la separación de hombro; (IV) evitar la extensión y
separación horizontal (Rehabilitation Guidelines For SLAP Lesion Repair). Durante la
segunda fase, que corresponde al periodo 6-12 semanas tras cirugía: (I) no pasivos de
abducción con rotación externa y extensión de hombro; (II) empezar con ejercicios
suaves de tensión del bíceps braquial (Rehabilitation Guidelines For SLAP Lesion Re-
pair). Durante la tercera fase, que corresponde al periodo 10-12 semanas tras cirugía:
(I) realizar ejercicios a baja velocidad; (II) evitar natación y deportes de lanzamiento,
así como deportes de riesgo de caída; (III) posible tensión cápsula posterior, tratar con
estiramientos si aparece (Rehabilitation Guidelines For SLAP Lesion Repair). Durante la
cuarta fase, que corresponde al periodo 16 semanas tras cirugía: (I) introducir pliometría
y altas velocidades en cadena cinética abierta de hombro; (II) aumentar resistencias;
(III) actividades aeróbicas como la bicicleta (Rehabilitation Guidelines For SLAP Lesion
Repair). Durante la quinta fase, que corresponde al periodo 22 semanas tras cirugía:
deportes de lanzamiento y actividades funcionales (Rehabilitation Guidelines For SLAP
Lesion Repair).
Entre los síntomas aparece aleteo escapular y cortedad del músculo pectoral me-
nor, cortedad del músculo trapecio superior, dolor en el borde interno de la escápula.
Su tratamiento se basa en activar los músculos serrato anterior, trapecio inferior
y subescapular. Además, la inhibición de los músculos romboides y trapecio superior
es clave durante el tratamiento.
Existe una controversia entre movilización precoz para evitar fibrosis o reposo ab-
soluto de 2 semanas. El reposo evitaría la aparición de fibrosis en espacio subacromial.
La inmovilización debe ser con ligera separación. Las movilizaciones continuas pasivas
no suponen una ventaja con movilizaciones pasivas del terapeuta y activo-asistidas.
El uso de crioterapia para el control de la inflamación postquirúrgica. Existe una serie
de fases que podemos tener en cuenta cuando tratemos una rotura del manguito de
los rotadores:
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páginas finales de libro
(penúltima)
páginas finales de libro
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