La Edad Media Española y La Empresa de América - Claudio Sánchez Albornoz
La Edad Media Española y La Empresa de América - Claudio Sánchez Albornoz
La Edad Media Española y La Empresa de América - Claudio Sánchez Albornoz
LA EDAD MEDIA
ESPAÑOLA Y
LA EMPRESA DE
AMERICA
ENFOQUE PREVIO
En el Congreso de Historia Americana, celebrado en Sevilla en
mayo de 1930, leí una comunicación que titulé La Edad Media y
la empresa de América. Con ocasión de mi venida a la Argentina
en 1933, releí ese ensayo en la Universidad de La Plata y ésta, que
presidía Enrique Levene, tuvo la gentileza de editarla.
LA CAUSALIDAD EN LA HISTORIA
Un problema inicial nos sale al paso. ¿Es lícito formular científi
camente tal interrogación? O dicho de otra forma, ¿cabe confiar
en poder dar una respuesta firme y convincente a tal pregunta?
La osadía de los historiadores al buscar explicaciones a los hechos
históricos acaso haga sonreír a los hombres de ciencia e incluso a
los filósofos y a los hombres de letras.
DESCUBRIMIENTOS Y CONQUISTAS
No, no fueron casuales ni el descubrimiento ni la conquista ni la
colonización de América. El descubrimiento fue fruto de un acto
de fe y de audacia pero, además, de la idiosincrasia de Castilla.
Otro hombre de fe y de audacia habría podido proyectar la empre
sa; es muy dudoso que otro pueblo con otra histórica tradición que
el castellano a fines del siglo XV le hubiese secundado. La aven
tura colombina era en apariencia un problemático negocio. Un
pueblo de banqueros y armadores como Génova o un pueblo como
Venecia, de características bien notorias, difícilmente hubiese
arriesgado las sumas que la aventuradísima empresa requería.
Sólo un pueblo sacudido por un desorbitado dinamismo aventurero
tras siglos de batalla y de empresas arriesgadas y con una hipersen-
sibilidad religiosa extrema podía acometer la aventura.
SINGULAR NATURALEZA
DE LA COLONIZACION HISPANA
El gran historiador belga Verlinden ha hipertrofiado la influencia
en la colonización hispana de la tradición colonizadora de las
señorías italianas del Mediterráneo. La relativa unidad de la civi
lización atlántica de hoy, el europeísmo de sus cuadros institucio
nales y económicos y su contraste con los del mundo árabe o chino
no dependen de la filiación común de aquéllos en comunes empre
sas modernas de los pueblos occidentales de Europa. Las modali
dades nacionales de los métodos de colonización de esos pueblos
fueron muy diversas. El acercamiento entre sus creaciones atlán
ticas de hoy se vincula con la general integración en la cultura de
Occidente de las metrópolis colonizadoras y con la fecunda acción
unificadora del último siglo. Y aun así son todavía muy gran
des las divergencias que apartan a las naciones de origen hispano
de las naciones de estirpe anglosajona. En la raiz remota de esas
diferencias se hallan los muy diversos métodos de colonizaciones
de las dos comunidades matrices.
Los Fueros de población, con los Municipios, anuncian una integración nacional
basada en el reconocimiento de los derechos regionales. El Fuero de Población
y Conquista de Córdoba, fechado en 1279.
V
Castilla poseía, sí, una tradición naval que se remontaba a los días
de Alfonso XI (t 1350) y de Pedro I (t 1369). La necesidad de la
lucha con los Benimerines africanos y la defensa del Estrecho
había movido al primero de los monarcas a la creación de una
escuadra de importancia. El Rey Cruel la había aprovechado
para sus empresas contra la corona aragonesa. Los Trastámaras
la habían empleado para asistir a la Francia amiga en sus luchas
con Inglaterra. Los barcos castellanos habían penetrado un día
victoriosos por el Estuario del Támesis. Y la misma ansia norteña
había buscado la alianza de la marina de Castilla. Esta no tenía
que improvisarse marinera en 1492 para iniciar la empresa ameri
cana.
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La batalla del hombre contra la muerte y contra el tiempo lleva a los españoles
de la Edad Media y el Renacimiento a emprender aventuras místico-militares
que prenuncian a Don Quijote, caballero armado.
No recojo ahora por primera vez estos tres pasajes literarios que
evidencian esa apetencia de expansión.
BELICISMO CASTELLANO:
LOS ABUELOS DE LOS CONQUISTADORES
Se proyectaba y se organizaba la empresa del descubrimiento
como trampolín para la conquista de bárbaras naciones. Sacudía
a Castilla un ímpetu bélico.
EL ENIGMA DE ESPAÑA
No fue pues casual el descubrimiento ni ocasional la conquista.
En verdad, la ilusión de ganar nuevas tierras decidió a las instan
cias centrales de la monarquía a facilitar la empresa colombina, y
fue el espíritu guerrero del pueblo castellano, del que tantas prue
bas quedan alegadas, el que proyectándose en las Indias, como lla
maron en Castilla a las tierras descubiertas, lanzó a los castellanos
a la gran aventura.
La poesía española, desde la Edad Media, dio la medida del alma y del carácter
de los españoles.
VIII
vivir libres del yugo sarraceno. Las guerras civiles entre los con
quistadores facilitan la supervivencia de los cristianos norteños.
También ellos tienen sus problemas internos. Vascones y gallegos
no se someten gustosos a los reyes de Oviedo. Pero al cabo surge
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la idea de la restauración de la monarquía visigoda. A fines de
siglo tienen que sufrir bárbaras acometidas islamitas tendentes a
suprimir definitivamente todo foco de rebeldía cristiana en el Nor
te. El asturorum regnum resiste los crueles zarpazos y poco a
poco surge en sus montañas la idea de la reconquista de España
contra el enemigo musulmán.
SIEMPRE EN FRONTERA
RECONQUISTA, COLONIZACION
Y CRISTIANIZACION
Hace muchos, muchos años califiqué a la Reconquista de clave de
la historia de España. Y creo haber probado despaciosa y
exhaustivamente la realidad de tal afirmación. La Reconquista
fue posible porque los pueblos del Norte Cantábrico, conservando
la herencia temperamental acuñada en milenios —la estudié en su
día despaciosamente—, pudieron iniciar y llevar a cabo la gran
aventura. Me he detenido otrora a demostrar esa realidad y creo
haberlo conseguido.
Otra vez batallas, cercos, algaras; otra vez discordias civiles tras el
triunfo. Heroísmos y crueldades. Siempre un más allá anhelado
que a veces tarda en alcanzarse pero que al cabo se consigue.
Ciudades ganadas por la espada, vaciadas a veces de sus antaño
nes pobladores —incluso lo fueron Córdoba y Sevilla—. Siempre
una esperanza en un mañana venturoso en el cual la raya fronteri
za avanzaría en tierras de moros y se obtendrían nuevos hogares y
nuevas riquezas.
peleando contra tus enemigos, que por serlo, son también los
míos”.
Tales eran las ideas y las oraciones de los castellanos de entre los
cuales iban a surgir los conquistadores de América. Hasta el
Salado (1340) siempre todos en áspera batalla. Después, ni los
caballeros ni el pueblo perdieron su talante ancestral. Y aunque
las discordias civiles remansaran la Reconquista, las largas déca
das de las batallas contra el reino de Granada revivificaron la vieja
tradición y prepararon las almas de los castellanos para proseguir
a este lado del mar tenebroso las hazañas y los pensamientos y
esperanzas de sus abuelos, espadas y siervos del Altísimo, siempre
por El alentados y siempre anhelantes de un mañana mejor con la
cruz en sus banderas y con sus espadas al servicio de Dios.
España se vuelca sobre el mundo y se funde con las razas y religiones sin perder
su idiosincrasia.
X
Las crisis políticas, es decir, las guerras civiles que soportó el reino
de Castilla desde fines del reinado del Rey Sabio hasta la afirma
ción en el trono de Alfonso XI y luego durante el reinado de Pedro
el Cruel, e incluso durante los días de sus sucesores, no habrían
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favorecido el desarrollo de la vida económica en el reino aun cuan
do no hubiese éste padecido la peste negra.
Y que por tanto sólo pudimos traer a estas latitudes, con nuestro
ímpetu bélico y nuestras concepciones religiosas, nuestras creacio
nes espirituales maduradas en la tardía Edad Media; sólo ése fue el
regalo de la Castilla reconquistadora a estas tierras conquistadas
aquende el Atlántico.
EXALTACION RELIGIOSA
utnraw
Un valle, una llanura, una montaña, una villa, una gran ciudad
eran ganadas al Islam porque el Señor había sido generoso; y
como proyección de la merced divina, castillos, palacios, casas,
heredades... Se habían jugado a cara o cruz la vida, habían tal
vez caído en la batalla padres, hijos, hermanos... pero después, en
lo alto de las torres, el símbolo magno de la pasión de Cristo. Y
nuevas tierras que dedicar al culto del hijo de Dios.
GUERRAS CIVILIZADORAS
Fue el descubrimiento fruto de la apetencia castellana de extender
el dominio de la fe cristiana y de la soberanía de Castilla allende los
mares en misteriosas tierras ignotas. Y fue la conquista proyec
ción de la singular Edad Media de Castilla, centrada en un tríptico
que, como queda dicho, podíamos definir con tres infinitivos:
luchar, rezar, avanzar; luchar para recuperar el solar de España;
rezar para pedir a Dios auxilio en la batalla y para agradecerle la
victoria, y avanzar colonizando con nuevos pobladores cristianos
las tierras ganadas al Islam. Este tríptico preside al cabo nuestras
gestas colonizadoras en este lado del mar.
Sí, hay guerras saludables para unir pueblos que la locura de algu
nas minorías o clases del ayer han separado; para defender la liber
tad y los derechos del hombre y, digámoslo, también para civilizar
comunidades humanas a las cuales la historia mantiene en Ja bar
barie o en sus aledaños.
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Si, hay guerras justas emprendidas para propagar no sólo las semi
llas, los avances de la civilización. Podríamos compararlas con la
acción del arado que abre e hiere la tierra para poder arrojar en ella
los granos fecundos que permiten después alcanzar las horas de la
siega. Por la condición de sembradora de un triple conjunto de
civilización, fe y libertad se justifica la conquista de las Indias por
España.
113
Y es injusto arrojarnos al rostro las pirámides mejicanas y las rui
nas de la misteriosa Machu Picchu peruana, para registrar la gloria
de las culturas de los pueblos conquistados. ¿Cómo comparar
Machu Picchu con Toledo, Compostela, Sevilla... ni siquiera con
Salamanca, Avila y Segovia? Mi homenaje a la cultura Maya, pero
¿cómo compararla con los hallazgos científicos de la Civilización
Occidental?
143
INDICE PAG.
ADVERTENCIA............................................................. 5
I ENFOQUE PREVIO....................................................... 9
II LA CAUSALIDAD EN LA HISTORIA....................... 15
III DESCUBRIMIENTOS Y CONQUISTAS................... 21
IV SINGULAR NATURALEZA DE LA COLONI
ZACION HISPANA.................................................. 29
V APETITO DE MAS ALLA........................................... 37
VI BELICISMO CASTELLANO: LOS ABUELOS DE
LOS CONQUISTADO RES...................................... 43
VII EL ENIGMA DE ESPAÑA.......................................... 51
VIII «LA PERDIDA DE ESPAÑA» Y EL INICIO DE
LA RECONQUISTA................................................. 63
IX SIEMPRE EN FRONTERA RECONQUISTA,
COLONIZACION Y CRISTIANIZACION .... 71
X EL LEGADO ESPIRITUAL DE CASTILLA........... 85
XI SIN ESPIRITU BURGUES... . . .................................. 91
XII EXALTACION RELIGIOSA..................................... 101
XIII GUERRAS CIVILIZADORAS................................... 107
XIV ¿EMPRESA CASTELLANA O ESPAÑOLA? .... 115
XV LA MEDIEVAL AVENTURA CASTELLANA
EN AMERICA Y SU PROYECCION EN ESPA
ÑA........................................................................... 123
EPILOGO................................................................... 139
SE TERMINO DE IMPRIMIR ESTA OBRA
EL DIA 7 DE MARZO DE 1983 EN LOS
TALLERES DE I. G. MAGERIT, S. A.