Regimen Registral Del Automotor - VENTURA-1 1
Regimen Registral Del Automotor - VENTURA-1 1
Regimen Registral Del Automotor - VENTURA-1 1
SUMARIO
OM
CAPÍTULO I: EL AUTOMOTOR COMO OBJETO DEL DERECHO- 1- EL AUTOMOTOR 2-
EL REGIMEN DE LAS COSAS MUEBLES EN EL CÓDIGO CIVIL 3- El AUTOMOTOR
COMO COSA MUEBLE REGISTRABLE 4- EL AVANCE DE LA REGISTRACIÓN EN EL
DERECHO MODERNO A- EL VALOR ECONÓMICO B- COSAS RIESGOSAS C- LA
INMATERIALIDAD DE SU OBJETO D- AUTOMOVILIDAD.
.C
REGISTRACIÓN 2- CLASIFICACIÓN DE LOS REGISTROS A- REGISTROS
OBLIGATORIOS O VOLUNTARIOS B- REGISTROS REALES, PERSONALES Y
CAUSALES C- REGISTROS CONSTITUTIVOS Y DECLARATIVOS D- CONVALIDANTES
O NO CONVALIDANTES 3- EL REGISTRO DE LA PROPIEDAD DEL AUTOMOTOR A- LA
DD
DIRECCIÓN NACIONAL DE LA PROPIEDAD DEL AUTOMOTOR B- REGISTRO
OBLIGATORIO C- REGISTRO REAL D- REGISTRO CONSTITUTIVO - LA POSESIÓN Y
LOS REGISTROS CONSTITUTIVOS - LA DENUNCIA DE VENTA E- NO CONVALIDANTE
BIBLIOGRAFÍA
Trabajo publicado originalmente en el “Tratado de Derecho Federal y Leyes Especiales”,
Dirigido por la Dra. Palacio de Caeiro, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2013.
OM
1- EL AUTOMOTOR
.C
del siglo XVIII, fue dejando su impronta durante todo el siglo XIX. Este siglo
se caracterizó por la aparición de nuevos y revolucionarios inventos con su
DD
producción en serie; por ello no es raro que en los primeros años del siglo
XX, apareciera el automóvil con las características medianamente parecidas
a aquellas con las que hoy lo conocemos. Su uso se impuso primero entre
las clases altas, y luego, a medida que se abarataban los costos, justamente
LA
1
OM
a su vez, porqué la reglamentación atinente a los automotores exige una
legislación específica y precisa que escapa al tratamiento genérico que se
otorga a otras cosas muebles.
Esto, al mismo tiempo, profundiza la necesidad de regularlo de una
.C
manera sencilla, apelando al lenguaje vulgar, accesible a toda la comunidad.
Igualmente nos permitirá reflexionar sobre la adopción de un sistema de
registración constitutiva, que, a no dudarlo, no se condice con la lógica de un
DD
sistema de adquisición en el entorno de nuestra legislación civil, dominado
por la teoría del título y modo, artículo 577 del Código Civil.
LA
“Dominio de Automotores y Publicidad Registral”, Ed. Hammurabi, Bs.As. 1981, pág. 17.
BORELLA, Alberto Omar; “Régimen Registral del Automotor”, Ed. Rubinzal Culzoni. Santa
Fe, 1993, pág. 15 y 16).
OM
fundamentos del tratamiento jurídico especial, la eventualidad de generar
daños de algunos muebles, cuando constituyen cosas riesgosas, pues ello
exige al legislador regular la atribución de responsabilidad a su dueño o
guardián, siguiendo los principios de la responsabilidad por el daño causado
.C
con las cosas, en torno al artículo 1113 del Código Civil.
El principio rector en materia de muebles en el Código de Vélez,
(artículo 2412 C.C.) es considerar título la posesión, tal como lo dispone el
DD
artículo 2279 del Código Civil Francés. En efecto, en este derecho
encontramos una verdadera síntesis histórica de la evolución del principio
“en materia de muebles la posesión vale título” (“en fait de meubles la
possessión vaut titre”). Antes de esta sanción legislativa, el propietario tenía
LA
OM
jurisprudencia del “Chatelet de París”2; pero también algunos resaltan la
labor de Bourjon, destacado jurisconsulto francés del siglo XVIII. Sin
embargo, al decir de Planiol y Ripert, es injusto considerar todo el mérito a
Bourjón, pues éste ya consideraba la máxima como algo conocido y
.C
corriente, en la práctica, por parte de todos los tribunales franceses3.
DD
3- El AUTOMOTOR COMO COSA MUEBLE REGISTRABLE
2
Antiguo Tribunal Criminal Francés (utilizó la máxima “moebl non pad suit”, a partir del siglo
XVIII, expresando que la cosa robada debía volver al propietario, salvo que hubiere pasado
a un tercero de buena fe.
3
PLANIOL, M. y RIPERT, G. (avec le concours de Maurice Picard) en su “Traité practique
de droit civil Francais”, Tomo III, “Les biens”, núm. 369, pág. 351, núm. , dice: “(...) no se ha
reparado en que Bourjon presenta esta máxima como de doctrina corriente”. LLAFAILLE,
Héctor; “Tratado de Derechos Reales”, Ediar, Bs.As. 1943, Tomo I, núm. 662, pág. 505.
SALVAT, Raymundo M. “Derechos Reales”, 5ta. Ed. TEA, Bs.As. 1961, Tomo I, núm. 265,
pág. 208. Este último autor agrega que Bourjon “…daba por existente esa regla en 1747”.
VENTURA, Gabriel B. “El artículo 2412 del Código Civil: Modo de adquirir el dominio de
muebles”, en J.A. 1985, Diario 5410, pág. 10 y 11.
OM
clásica que efectúa Vélez Sársfield, entre cosas muebles e inmuebles, a
partir del art. 2313 del C.C. La naturaleza fáctica de moverse o no moverse
en realidad poco aportaba a la problemática jurídica de los nuevos tiempos.
En efecto, más diferencias pueden advertirse entre las cosas registrables o
.C
no registrables que entre las cosas muebles e inmuebles. De manera pues
que, aun sin eliminarse por completo, esta nueva clasificación de las cosas,
distinguiendo las registrables de las no registrables, pasó a sustituir en gran
DD
medida la diferencia entre muebles e inmuebles. Dice Moisset de Espanés
que “(...) desde hace más de medio siglo la doctrina propone la distinción
entre bienes registrables y bienes que no son susceptibles de registración,
como la categoría de más trascendencia en la actualidad”4.
LA
principios.
Cabe aclarar que, desde el punto de vista jurídico y sobre todo con un
enfoque registral, el concepto de automotor excede el lenguaje vulgar. Pues
4
MOISSET DE ESPANÉS, Luis; “Pubicidad Registral”, Advocatus, Córdoba, 1997, pág. 17,
18.
5
ROMERO BASALDÚA, Luis C. “Derecho Marítimo”, 2da. Ed. Lerner, Córdoba, 1996, pág.
295, dice: “Por constituir una fuente de problemas interpretativos la calificación del buque
como „mueble‟ o „mueble registrable‟, esta doctrina se pronunciaba por considerarla como
„bienes registrables‟, no obstante fuese mueble físicamente, ya que desborda el esquema
normativo mobiliario, para encuadrar en la moderna categoría de los „bienes registrables‟
prescindiendo de su movilidad, superando la clasificación del Código Civil (…)”.
6
VIDELA ESCALADA, Federico N.; “Derecho Aeronáutico”, Ed. Zavalía, Bs.As. 1970, Tomo
II, pág. 140 a 156.
OM
reparto, ónmibus, microómnibus y colectivos, sus respectivos remolques y
acoplados, todos ellos aun cuando no estuvieren carrozados, las
maquinarias agrícolas incluidas tractores, cosechadoras, grúas, maquinarias
viales. La enumeración concluye con una expresión genérica que podría
.C
cuestionarse: “todas aquellas que se autopropulsen”7. Dada la posibilidad de
generar nuevos tipos de vehículos, conforme a las necesidades industriales
y las posibilidades tecnológicas, la norma deja en manos del Poder
DD
Ejecutivo, por vía reglamentaria, incluir otros vehículos automotores en el
presente régimen.
relación jurídica, lo cierto es que hoy podemos decir que casi no hay
aspecto de la vida de un individuo de una comunidad organizada que no
sea objeto de algún tipo de registración. Se inscriben su nacimiento, sus
7
La crítica que puede efectuarse al dispositivo es la amplitud de tomar como criterio de
registrabilidad la autopropulsión. Entrarían en ese concepto las pequeñas cortadoras de
césped, o las pequeñas grúas de operación en los supermercados (“mulitas”), lo que sería
todo un desatino. Estimamos que el criterio legal o “ratio legis” apunta a las maquinarias
que, aun esporádicamente toman calle o ruta, con el consiguiente riesgo de daños a
terceros.
OM
dominio, como los puramente administrativos y estadísticos, las diferencias
entre ellos es tan manifiesta que permite a su vez tantas fragmentaciones
como registros existan. Así, por ejemplo, no será lo mismo referirse a los
efectos de la inscripción en el registro de buques que en el registro de
.C
automotores. Destaquemos como curiosidad, que estos distintos efectos
ocurren aun dentro del mismo sistema jurídico positivo del País.
Varios son los motivos por los que un sistema exige la registración de
DD
bienes. El valor de las cosas, el riesgo que genera su utilización, su
inmaterialidad y hasta finalidades puramente estratégicas, como ocurre con
el registro de palomas de carrera mensajeras9, hacen que en una coyuntura
social o histórica determinada, el legislador instaure para ciertos fenómenos
LA
8
GARCÍA CONI, Raúl; “El contencioso registral”, Ed. Depalma, Bs.As. 1978, pág. 1.
9
Las palomas de carrera mensajeras, aquellas que tienen la costumbre de volver al punto
en que se encuentra su criador, han sido objeto de regulación expresa por decreto 17.160
de 1943, convalidado por la ley 12913/46. Se establece allí la necesidad de registración no
sólo del dominio del animal, sino de su posesión o tenencia. Lo curioso de este registro es,
además, que se trata del primer registro con efectos constitutivos en el País. Ver un breve
desarrollo del funcionamiento de este registro en FANZOLATO, Eduardo I. “El Asentimiento
Conyugal”, Ed. del autor, Córdoba, 1986, pág. 194 y ss.
10
VENTURA, Gabriel B.; “Tracto Abreviado Registral”, Ed. Hammurabi, Bs. As. 2005, pág.
31, 34.
11
La mera apariencia en el plano jurídico, justamente es considerada como opuesta a la
publicidad registral. HERNANDEZ GIL, Francisco; ob.cit., dedica un título “Publicidad y
Apariencia” para efectuar una comparación entre ambos fenómenos con iguales objetivos
pero de muy distinta jerarquía. La apariencia sólo debe admitirse, explica el registralista
español, cuando se trata de situaciones o relaciones jurídicas no sometidas al régimen de
publicidad registral. En nuestro derecho, la apariencia es usada por el legislador para
presumir varias situaciones, por ejemplo para brindar protección al poseedor a partir del art.
2468, con las acciones policiales y posesorias. La apariencia no es exacta y puede llevar a
errores. Así, por ejemplo quien posee por otro (art. 2352 del C.C.) aparece frente a terceros
OM
principios romanistas, las cosas inmuebles no podían escapar de este
imperativo. El ya aludido proloquio “res movilis res vilis” obliga a que sean
justamente las cosas inmuebles los objetos patrimoniales primeros en ser
registrados, y es en torno a esta disciplina, el derecho inmobiliario, que se
.C
van perfilando los principios rectores de todo el derecho registral, hasta
llegar a transformarse, el inmobiliario, en una suerte de “parte general” de
esta rama.
DD
Ello significa que, como ocurre con el derecho civil, el “derecho
común” que brinda las bases para efectuar cualquier aplicación de principios
jurídicos de otras disciplinas, el derecho inmobiliario registral nos da las
bases de aplicación y los principios que habrán de relacionarse con todos los
LA
como poseedor “animo propriom” y éstos le podrán tratar como tal ignorando su relación de
simple tenencia.
OM
dejado de ser privativa para los inmuebles. La necesidad de brindar una
protección más acabada considerando el valor económico de los bienes
implicados, es, en fin, uno de los móviles del legislador para determinar su
registrabilidad.
.C
Este factor es a su vez un válido elemento para ayudar a la decisión
política de determinar la registrabilidad, dado que si el bien económicamente
no justifica el costo de su registración, sería un despropósito exigirla. Así
DD
podemos ejemplificar con el registro de inmuebles y con el que aquí nos
ocupa de automotores12; también el registro de buques, aeronaves, y
caballos pura sangre de carrera, obedecen a este criterio.
LA
facie” como primer responsable del daño con ella causado. Si el elemento
atributivo de responsabilidad, en tales casos, será en principio sólo el
dominio de la cosa, sin dudas se encuentra un auxilio eficaz en un registro
12
MOISSET DE ESPANÉS, Luis; “Dominio de Automotores y Publicidad Registral”, Ed.
Hammurabí, Bs.As. 1981, pág. 42, dice: “El elevado valor de los automotores, y las
características propias de este tipo de bienes muebles que hacen posible la identificación de
cada unidad, distinguiéndola de otras por su marca, modelo y los números de series del
motor y del chasis, hicieron aconsejable crear un Registro de carácter nacional [...] para
lograr [...] poner trabas a la comercialización clandestina de vehículos robados”.
10
OM
lo vemos respecto de la propiedad intelectual propiamente dicha (ley 11723),
las patentes de invención (ley 24481), etc.
.C
integrar el fundamento de registrabilidad de ciertos bienes, no podemos
dejar de mencionar que la posibilidad de automovilidad del objeto protegido
suele estar incluida entre los argumentos utilizados para determinar su
DD
registración. En efecto, para evitar la apropiación fraudulenta, el robo, se
sostiene que es importante la registración de cosas que resultan fácilmente
trasladables de un lugar a otro. Se trata de los casos en que el ladrón huye
en la misma cosa robada: automotores o motovehículos, aeronaves, etc. En
LA
13
VENTURA, Gabriel B. “Reconocimiento y Protección del Derecho de Autor”, en Anuario
de Derecho Civil, Universidad Católica de Córdoba, Tomo IV, Ed. Alveroni, Córdoba, 1996,
pág. 231. VENTURA, Gabriel B. “Derechos Intelectuales”, Ed. Alveroni, Córdoba, 2001, pág.
140.
14
VIDELA ESCALADA, Federico N.; Ob.cit., Tomo II, pág. 128. En materia de automotores
BORELLA, Alberto O. “Régimen Registral del Automotor”, Ed. Rubinzal Culzoni, Sta. Fe.
1993, pág. 22 dice: “[...] El distinto tratamiento jurídico que a través del tiempo se fue dando
a los automotores, obedece a diferencias que los singularizan respecto de las restantes
cosas. Entre ellas podemos citar: a) Su movilidad: tanto física (pues se trasladan
rápidamente de un lugar a otro), como jurídica (generalmente cambian durante su vida útil
varias veces de dueño).”
11
OM
CAPÍTULO II
podía hacer necesaria la publicidad por los registros, eran los inmuebles16.
La posesión, exteriorización de la gran mayoría de los derechos
15
VENTURA, Gabriel B.; “Tracto Abreviado Registral”, Ed. Hammurabi, Bs. As. 2005, pág.
31, 34.
16
En las primeras ediciones del Código, incluída la edición oficial, la nota al Titulo XIV
aparecía a continuación del artículo 3203, en razón de lo cual siempre se consideró que
aclaraba dicha norma. Recientemente, gracias a las investigaciones de Moisset de
Espanés, sobre el mismo manuscrito del Código Civil, pudo determinarse que la dicha nota,
tal como lo consignamos en el texto, está ubicada en realidad al final del título XIV. Ver
sobre el tema MOISSET DE ESPANÉS, Luis; “Publicidad Registral”, 2da. Ed. Advocatus,
Córdoba, 1997, pág. 356. VENTURA, Gabriel B. “La ley 17801. Registro de la Propiedad
Inmueble. Comentada. Anotada”, Ed. Hammurabi, Bs.As. 2009, pág. 40.
12
OM
verdadero estado de la cosa que se adquiere, o sobre la que se constituye
algún derecho, que el contacto mismo con ella. La nota de Vélez al artículo
577, en el que transcribe un párrafo de Freitas, es contundente al
respecto17. De no ser por esta regla, bien podría ocurrir que la posesión que
.C
constituye el verdadero ejercicio de la propiedad y el dominio vayan por
caminos diferente, pues un comprador en ejercicio. Si el contrato es
suficiente para generar la mutación jurídico real, independientemente de
DD
cualquier manifestación exterior, el segundo adquirente podría de buena fe
transmitir también la cosa a un tercero, que así irá sucesivamente pasando
a otros, generándose un conflicto difícil de resolver en justicia.
Esta crítica sentada en la nota al artículo 577 del C.C. bien puede
LA
17
Al criticar el sistema de transmisión francés, por el solo consenso, Dice Vélez en uno de
los párrafos de la ilustrativa nota: “Las cosas que se conviene transmitir es posible que no
sean transmitidas, y la misma cosa puede ser vendida a dos personas diferentes. Si el
contrato es suficiente, independiente de cualquier manifestación exterior de la transferencia
del dominio, el segundo comprador podría de buena fe transmitir también la cosa, que así
irá sucesivamente pasando a otros. Tenemos entonces un choque de derechos, una
colisión donde por u lado se presenta el interés de uno solo y, por el otro los intereses de
muchos”. En el párrafo siguiente, explica la queja de los jurisconsultos franceses por una
cuestión que resulta ser de mucha actualidad hoy, en nuestro país: La sanción de leyes de
manera inconsulta e improvisada. Dicé Vélez: “La innovación del Cód. Civil de Francia fue
tan inesperada, tan peligrosa, tan opuesta la buena razón, que por mucho tiempo se dudó
que ella hubiese derogado el régimen de las leyes anteriores. Troplong, Martoy y otros
muchos jurisconsultos no dejaron de confesar que esta innovación tan grave fue
subrepticiamente introducida, sin la discusión especial y profunda que ella reclamaba (...)”
13
OM
intelectuales, de marcas y señales de ganado, etc.
Todos estos fenómenos de registración han sido precedidos por otros
sistemas registrales, como los registros personales de estado civil, primero
a través de los asientos parroquiales, asientos bautismales, matrimoniales,
.C
defunciones y otros. Pero lo que distingue éstos de aquellos, es la finalidad
misma que les da origen. Pues mientras aquellos procuran tutelar la
seguridad de la propiedad, tanto en su faz estática como dinámica, éstos en
DD
cambio persiguen fines más relacionados con los llamados derechos
personalísimos, como el estado de familia, el nombre, la capacidad, etc. Sin
embargo no debemos desconocer que, en ocasiones, aun los registros de
bienes pueden obedecer a otros fines que no sean la tutela dominial y del
LA
nos atañe, los automotores, son los atributivos del dominio que, sin
descartar aquellos fines genéricos que vemos como algunos de sus
objetivos, centran sin embargo su atención en la dinámica constitutiva y de
14
OM
REGISTROS OBLIGATORIOS O VOLUNTARIOS
.C
protección de un sistema registral, debe al mismo tiempo, pronunciarse
sobre la obligatoriedad o voluntariedad de su registración. Más allá de los
requerimientos del sistema para considerar nacido o no el derecho, es
DD
menester que el pronunciamiento legislativo surja de manera clara y
manifiesta. Pues sea cual fuere el efecto de la registración, si no se logra
que el derecho sea efectivamente inscripto, se lesionará la seguridad
jurídica. Adviértase que el registro de automotores tiene efectos
LA
inscripción alguna.
Por ello sostenemos que las leyes registrales deben expresar de
manera contundente este primer requerimiento. Ello se logra tanto desde el
15
OM
cierta exención impositiva o la que surja de la expresión genérica de no
gozar de la protección de la ley. Estas declaraciones legales sólo privan de
una ventaja; pero no son definitorias, por no importar una verdadera sanción,
para calificar de obligatorio un registro determinado. Si así lo fuera
.C
deberíamos afirmar que no habría registros facultativos, dado que en
cualquier sistema registral, la inscripción siempre genera ventajas directas o
indirectas para los titulares. Por ello aclara Lacruz Berdejo que debe tratarse
DD
de una “obligación estricta, y no una carga a la que viene condicionado un
beneficio”19.
Es importante también aclarar aquí, en materia de automotores, que
la obligatoriedad de la inscripción no debe confundirse con el efecto
LA
16
OM
indirecta, tal como habíamos adelantado.
Creemos que hubiera sido mejor expresar directamente que “la
transmisión del dominio o de los automotores deberá formalizarse por
instrumento público o privado y el acto transmisivo deberá inscribirse en
.C
el Registro Nacional de la Propiedad del Automotor. sólo producirá
efectos entre las partes y con relación a terceros desde la fecha de su
inscripción. La obligación de inscribir pesa sobre todas las partes del acto”.
DD
En nuestra opinión es necesario poder considerar al que no acata el
mandato legal de “incumplidor” y ello no es del todo posible sin una orden
expresa y si sólo se aplican las consecuencia legales frente a la no
inscripción del automotor a su nombre. Creemos que es conveniente que
LA
21
MOISSET DE ESPANÉS, Luis. Ob. Cit., pág. 70 – 71.
17
OM
causal por ejemplo.
Un registro será personal cuando tome como base de imputación al
sujeto titular o transmitente de los derechos de que se trate. Ejemplificamos
respecto a este tipo de registros, con el Registro de Estado Civil y Capacidad
.C
de las Personas; el Registro Nacional de Reincidencias, etc.
El registro causal toma la causa generadora o título del derecho como
elemento fundamental del asiento registral. Las causas de adquisición, en
DD
realidad un extracto o resumen de ellas, van archivándose en orden
cronológico en diversos protocolos, conforme a los derechos que hacen
nacer o a las medidas judiciales que disponen. Así tendremos protocolos de
dominios, de usufructos, de hipotecas, de embargos, de inhibiciones, etc. En
LA
Cabe advertir, sin embargo, que sea cual fuere el sistema adoptado,
todos los elementos de la relación jurídico real deben surgir del asiento.
Como es obvio, habrá más precisión o método en la especialidad o
22
MOISSET DE ESPANÉS, Luis. Ob. Cit. pág. 72.
18
OM
artículo 1 del Decreto ley 6582/58, se establece conforme al efecto
perseguido por el registro. Si la exigencia de la registración es constituir el
derecho, estaremos en presencia de un registro constitutivo. En la práctica,
en estos registros, el típico efecto de la “traditio” es sustituido por la
“inscriptio”, al punto tal que llega a sostenerse, para las cosas registrables
.C
con efectos constitutivos, parafraseando el artículo 577 del Código de Vélez,
que “antes de la inscripción no se adquiere ningún derecho real”. En un
DD
registro constitutivo pues, la registración es uno de los elementos
constitutivos del derecho real, de allí la denominación que se le ha asignado.
Cuando la registración en cambio, es requerida sólo para que el derecho sea
oponible a terceros; es decir que entre las partes el derecho real ya ha
LA
CONVALIDANTES O NO CONVALIDANTES
19
OM
quedado consolidado a pesar de ella.
.C
del asiento la menor de las veces. Al mismo tiempo surge como
consecuencia inevitable que, si el asiento ha cubierto por completo cualquier
falencia que pudiere existir en la causa que dio origen al derecho registrable,
DD
inmediatamente el asiento cobra un vigor irrefutable como prueba del
dominio. Es por ello que podemos poner de ejemplo de registro convalidante
el sistema germánico, pues, dominada por la abstracción típica del sistema
LA
23
HERNÁNDEZ GIL, Francisco. Ob. Cit., pág. 44, explica “En el siglo XV la inscripción
alcanzó carácter constitutivo para la adquisición del derecho. En adelante, el negocio
transmisivo requiere dos actos: el acuerdo de las partes y la inscripción en el Registro”.
20
OM
Otro ejemplo de este tipo de registros convalidantes, lo brinda el
sistema de registro inmobiliario ideado por Robert Richard Torrens, para su
aplicación en Australia, denominado justamente por esa circunstancia
“Sistema Torrens”. Sir Robert Richard Torrens, era un irlandés de origen,
.C
residente en Australia25, que había trabajado muchos años en aduanas
marítimas y había quedado impresionado por la celeridad con que
funcionaba el sistema de inmatriculación de los buques; estaba pues
DD
empapado del sistema jurídico inglés. Por ello para poder justipreciar su
sistema se hace necesario recordar que, como es lógico, el sistema vigente
en Australia es una primigenia copia del sistema inglés26, con las
LA
24
RODRÍGUEZ, Agustín W. “Publicidad Inmobiliaria”, Ed. Depalma, Bs.As. 1974, pág. 21.
25
ROCA SASTRE, Ramón M. Y ROCA SASTRE MUNCUNILL, Luis. “Derecho Hipotecario”,
7ma. Ed. Bosch, Madríd, 1979, Tomo I, pág. 72.
26
Recordemos que hasta 1911 en que formaron una confederación, Australia estaba
integrada por colonias que si bien tenían una cierta autonomía (la Australia Meridional,
Occidental y Septentrional), todas formaban, sin embargo, un conjunto económico explotado
por la Gran Bretaña, muy semejante al de las colonias inglesas de América del Norte.
Persiste aun hoy la dependencia política y económica a pesar del Acta de 1986 que declaró
a Australia un estado independiente.
27
LOPEZ DE ZAVALÍA, Fernando. “Curso Introductorio al Derecho Registral”, Ed. Zavalía,
Bs.As. 1983. “[...] su copia obra en poder de la parte, como título inatacable, como si hubiera
sido una concesión de la Corona (ésa es la idea madre)”.
21
OM
3- EL REGISTRO DE LA PROPIEDAD DEL AUTOMOTOR
.C
la regulación dominial general de las cosas muebles, sometidas al principio
del artículo 2412 “la posesión vale título”. El 30 de abril de 1958 el Decreto
DD
Ley 6582/58, determina la inscripción obligatoria en el Registro de la
Propiedad del automotor.
código para ser aplicada a los automotores28. La movilidad propia que posee
el automotor, la posibilidad de su individualización, el riesgo de ocasionar
daños y su elevado costo, son los motivos esgrimidos para la inclusión de
FI
28
PRÓSPERI, Fernando F. “Régimen Legal de Automotores”, Ed. La Rocca, Bs.As. 1997,
pág. 61.
29
MOISSET DE ESPANÉS, Luis; “Dominio de Automotores y Publicidad Registral”, Ed.
Hammurabi, Bs.As. 1981, pág. 20, 21.
22
OM
en virtud del segundo párrafo de la norma citada, se encuentra facultado
para crear secciones, con distinta competencia territorial y material. En
ejercicio de estas atribuciones nacen los llamados “Registros Seccionales”
que, a su vez, pueden desdoblarse según el objeto registrable, en Registros
.C
de Automotores, Maquinarias Agrícolas, de Motovehículos, etc.31.
DD
Ahora bien, la dependencia del Organismo de Aplicación que hemos
reseñado brevemente en los párrafos precedentes, lo es en cuanto a las
atribuciones administrativas y organización. En cambio, respecto a la
inscripción misma, observaciones o rechazos a las peticiones de los
LA
separadamente.
REGISTRO OBLIGATORIO
30
AGOST CARREÑO, Oscar; “Análisis Práctico del Régimen Jurídico Automotor”, Ed.
Advocatus, Córdoba, 2011, pág. 230.
31
AGOST CARREÑO, Oscar; “Analisis…”, Ob.cit. pág. 229.
23
OM
que el sistema pretende, cual es encausar la conducta de los sujetos
involucrados en la operación hacia la inscripción. En un registro obligatorio
se exige una sanción preventiva y directa del sistema a quien no inscribe.
Mientras que en un registro constitutivo la inscripción es necesaria para el
.C
nacimiento del derecho aun entre partes.
32
LACRUZ BERDEJO, José L. y SANCHO REBULLIDA, Francisco de Asis, Ob.cit., pág.
128.
33
VENTURA, Gabriel B.; “Ley 17.801…” Ob.cit., pág. 32. Decíamos ahí que “(...) no es
posible que un tema tan atinente a los efectos de la registración quede al arbitrio de los
jueces o de la doctrina”.
24
OM
que aquí no se trata de un registro de “folio real”, como se denomina en la
práctica el sistema aludiendo a la llamada “hoja fundiaria” en materia
inmobiliaria, sino que es registro real por enlegajamiento34. Cada unidad
automotor tiene asignada un legajo, un expediente o carpeta35, al cual se
van incorporando los documentos que fueren menester para acreditar las
.C
distintas situaciones jurídicas que se vayan presentando, las modificaciones
jurídicas que recaen sobre la unidad o sobre su titular, mediante la
DD
presentación de las solicitudes tipo36.
REGISTRO CONSTITUTIVO
LA
34
LÓPEZ DE ZAVALÍA, Fernando; “Curso introductorio al derecho registral”, Ed. Zavalía,
Bs.As. 1983, pág. 308, “(...) por lo menos la primera inscripción se produce por
enlegajamiento”.
35
BORELLA, Alberto O. “Régimen registral del automotor”, Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe,
1993, pág. 71. “[...] el sistema es real, pero no de folio o ficha, como en los registros
inmobiliarios, sino de legajo real”
36
En general, todo trámite registral en materia de automotores debe efectuarse mediante el
uso de solicitudes tipo que para cada gestión determina la Dirección General de Propiedad
del Automotor, según surge del art. 13 del Dcto. Ley 6582/58. MOISSET DE ESPANÉS,
Luis, “Dominio de Automotores y Publicidad Registral”, Ed. Hammurabi, Bs.As. 1981, pág.
100. LASCALA, Jorge H.; “Registración del Automotor”, Ed. Abaco, Bs.As. 1994, pág. 36 y
39.
25
OM
situación del dominio hasta la fecha de anotación de los gravámenes 37.
Igualmente, del artículo 7 surge que no sólo el dominio será objeto de
registración, sino también “… los embargos y otras medidas cautelares, las
denuncias de robo o hurto y demás actos que prevea este cuerpo legal o su
.C
reglamentación”; obviamente todas estas anotaciones se registran con
efectos constitutivos.
37
No compartimos lo expresado por BORELLA, Ob.Cit., pág. 499, 500, en el sentido de que
la inscripción del usufructo en materia de automotores no tiene efectos constitutivos. Este
autor sin citar fundamento legal alguno entiende que la inscripción del usufructo sobre
automotores es sólo publicitaria y no constitutiva. Si bien es cierto que la norma del art.
2820 del Código Civil, mencionada por Borella, determina que el usufructo constituido por
contrato sólo se adquiere por la tradición y el establecido por testamento por la muerte del
testador, ello debe interpretarse a la luz de la modificación generada por la ley especial de
automotores. Con el criterio del autor citado, en aplicación del art. 577 del C.C., tampoco
debiera funcionar una inscripción dominial. MOISSET DE ESPANÉS, Luis; “Dominio de
Automotores y Publicidad Registral”, Ed. Hammurabí, Bs.As. 1981, pág. 35, con acierto
afirma que “La ley ha concedido a la inscripción registral de los automotores efecto
constitutivo, lo que equivale a decir que sin ella no se produce la adquisición de ningún
derecho real sobre el vehículo [...]”.
26
OM
ha registrado su derecho, aun habiéndolo adquirido legalmente de su dueño,
abonado el precio y recibido la posesión del mismo ¿es poseedor legítimo o
ilegítimo? En primer lugar no podemos negarle el carácter de poseedor,
pues si bien la tradición en estos sistemas no aporta nada a la constitución
.C
del derecho real, ello no autoriza a considerar que no lo haga respecto de la
posesión que, en nuestro criterio, no sufriría modificación alguna por la
constitutividad impuesta al régimen dominial. No debemos olvidar que la
DD
posesión, justamente por su naturaleza esencialmente fáctica, trabaja o
funciona en el mundo de los hechos y se abstrae por completo del mundo
cartular (título en sentido documental) y registral. Así, en el caso del ejemplo,
LA
porque el error de derecho no sirve de excusa (arts. 923 y 2356 del C.C.), su
posesión, además de ilegítima, será de mala fe.
38
Ver sobre el tema del Registro de Palomas de Carrera mensajeras, a propósito del
asentimiento conyugal en los bienes registrables, el hermoso trabajo de FANZOLATO,
Eduardo I.; “El Asentimiento Conyugal”, Ed. del autor, Córdoba, 196, pág. 194 a 196.
27
OM
injustificada y antojadiza idea de adjudicar efectos constitutivos a la
inscripción. La más elemental idea de justicia choca frontalmente contra un
registro constitutivo. Prueba de ello es el esfuerzo jurisprudencial por paliar
los nefastos efectos de la falta de inscripción cuando la cosa se ha
.C
entregado en cumplimiento de una venta no inscripta, que concluyeron en la
creación por ley 22977 de 1983, de una situación intermedia: la llamada
“denuncia de venta” (artículo 15 y 27 del Dto. Ley 6582/58), que en realidad
DD
deberíamos llamar denuncia de transferencia o transmisión, puesto que no
sólo la venta resulta idónea para transferir el dominio, sino que puede serlo
cualquier contrato traslativo39.
LA
28
OM
responsabilidad queda sin efecto por la oportuna denuncia del transmitente.
.C
Decreto ley 6582/58 por el agregado “in fine” por ley 25232, dice: “Además
los registros seccionales del lugar de radicación del vehículo notificarán a las
DD
distintas reparticiones oficiales provinciales y/o municipales la denuncia de la
tradición del automotor, a fin de que procedan a la sustitución del sujeto
obligado al tributo (patente, impuestos, multas, etcétera) desde la fecha de la
denuncia, desligando a partir de la misma al titular transmitente”40.
LA
40
29
OM
inmuebles, art. 2505), sea porque ni siquiera ha habido transmisión de la
propiedad (hipótesis de los automotores, arts. 1 y 27 del decreto-ley
6582/58, texto ordenado)”41.
.C NO CONVALIDANTE
DD
La inscripción de cualquier mutación jurídico real en el registro
automotor no subsana las falencias que pudieren existir en la causa
generadora del derecho. A esta conclusión se llega, como habíamos
LA
CAPÍTULO III
41
MOISSET DE ESPANÉS, Luis; “La responsabilidad del titular registral del dominio” en
“Estudios”, Ed. Comercio y Justicia, Córdoba 1978, pág. 75.
30
Hoy en día nadie puede referirse a una disciplina registral sin usar
metodológicamente los llamados principios registrales. Ahora bien, cabe
OM
acotar que los operadores del derecho tienen una especial predilección por
consagrar ciertos principios, tanto en lo general como en lo particular en
cada disciplina jurídica.
.C
derecho, colocados a la par de importantes estándares, como la buena fe, la
moral y las buenas costumbres, que constituyen institutos algo difusos y
plagados de consideraciones subjetivas que, sin embargo, han sido siempre
DD
un punto de vista fundamental o un complemento para ayudar a la
interpretación de las leyes, tal como lo pregona el artículo 16 del Código
Civil. A ello se añade con frecuencia que en cada especialidad se generen
nuevos principios que rigen sus particularidades. Por ello se habla en el
LA
42
GONZÁLEZ Y MARTÍNEZ, Jerónimo; “Principios Hipotecarios”, Imp. Sáez Hermanos,
Madrid, 1931, pág. 5 y 6. LÓPEZ DE ZAVALÍA, Fernando J. “Curso Introductorio al Derecho
Registral”, Ed. Zavalía, Bs.As. 1983, pág. 288 – 289.
31
OM
una teoría general del derecho registral, que aunque no resultare de
aplicación universal, al menos pueda englobar un sistema jurídico de un país
determinado. Esta idea ha partido de la doctrina italiana al poner de resalto
que el fenómeno registral es unitario, lo que haría conveniente su
.C
tratamiento conjunto, con independencia de la variedad de manifestaciones
en cuanto a los bienes registrables43. Es decir que el derecho registral
debería buscar, como toda ciencia, la unidad dentro de una multiplicidad; de
DD
manera tal que los principios abarquen la totalidad de los registros, bienes, y
efectos jurídicos de la inscripción.
43
AMORÓS GUARDIOLA, Manuel. “Sobre el Derecho Inmobiliario Registral y su posible
autonomía”, Ed. del Ilustre Colegio Nacional de Registradores de la Propiedad de España y
del Centro de Estudios Hipotecarios”, Madrid, 1967, pág. 83.
44
LOPEZ DE ZAVALIA, Fernando J.- “Curso Introductorio al Derecho Registral”, Ed.
Zavalía, Bs.As. 1983, pág. 45. VILLARO, Felipe P.- “Elementos de Derecho Registral
Inmobiliario”, Ed. Fundación Editora Notarial, La Plata, 1980, pág. 20-21. MARÍN PÉREZ,
Pascual. “Introducción al Derecho Registral”, Ed. Revista de Derecho Privado, Madrid, pág.
165 y ss.
32
OM
efectos aun en el cotejo de sistemas registrales de las características más
diversas, puesto que lo que busca la teoría de los principios registrales, no
es necesariamente hallar idénticos efectos entre ellos, sino idénticos
problemas aunque resueltos de distinta manera. En efecto, vemos por
.C
ejemplo que no puede negarse que la distinción entre inscripción declarativa
y constitutiva, tan distante entre sí por los opuestos efectos jurídicos, puede
sin embargo hacerse aplicable a la casi totalidad de los registros
DD
existentes46, hasta como un principio universal de la registración en
cualquier país del mundo. Igualmente el principio de legitimación y
presunción de exactitud, tienen una existencia palpable en todas las
LA
45
HERNÁNDEZ GIL, Francisco; “Introducción al Derecho Hipotecario”; Ed. Revista de
Derecho Privado, Madrid, 1963, pág. 125.
46
Sin embargo es dable observar una particularidad en cuanto al registro marcario, respecto
del cual, la doctrina, usando idéntica terminología, le ha adjudicado un sentido diverso. Así
en el derecho marcario un registro declarativo se opone a uno con efectos atributivos; pero
el criterio de clasificación no repercute en la existencia del derecho o en su oponibilidad o no
a terceros, que es el fundamentum divitionis que hemos usado en el derecho registral
general, sino que aquí, en el ámbito de las marcas de fábrica, la diferencia entre un registro
atributivo y otro declarativo determina si existe o no el objeto de protección. Así, en este
sentido, el registro marcario argentino, por aplicación del art. 4 de la ley 22362, es un
registro atributivo y no declarativo. Ver sobre este punto VENTURA, Gabriel B.; “Derechos
Intelectuales” Ed. Alveroni, Córdoba, 2001, pág. 141. BERTONE, Luis – CABANELLAS DE
LAS CUEVAS, Guillermo; “Derecho de Marcas, designaciones y nombres comerciales”, Ed.
Heliasta, Bs.As. 1989, T II, pág. 269. OTAMENDI, Jorge; “Derecho de Marcas”, Ed. Abeledo
Perrot, Bs.As. 1973, pág. 12, 13.
33
OM
en una suerte de “parte general” del derecho registral48.
.C
preceptos de una ley determinada, que dan a conocer sus líneas generales.
Agrega luego que son normas jurídicas cuya formulación se ha abreviado
DD
convencionalmente para que una sola palabra o expresión den a conocer las
características más salientes de un sistema registral49.
47
GONZÁLEZ Y MARTÍNEZ, Jerónimo; “Principios Hipotecarios”, Imp. Sáez Hermanos,
Madrid, 1931 y “Estudios de Derecho Hipotecario”, Publicación del Ministerio de Justicia,
Madrid 1948.
48
VENTURA, Gabriel B.; “Tracto abreviado…”, Ob.cit. pág. 25 y 26.
49
LACRUZ BERDEJO, José L. y SANCHO REBULLIDA, Francisco de A.; “ Derecho
Inmobiliario Registral”, Ed. Bosch, Barcelona 1977, pág. 62.
34
OM
titulación que caracteriza a las leyes registrales modernas50. Quizá por ello
no encontramos norma expresa que refiera a los principios de rogación,
tracto sucesivo, presunción de exactitud o legitimación, ni fe pública registral
y sólo veremos dispositivos indirectos de los cuales se infieren aquellos51.
PRINCIPIO DE INSCRIPCION
50
Si bien ha sido objeto de reformas recientes, la más importante en el año 1983 mediante
ley 22.977, ellas no han modificado su estructura, razón por la cual continúan observándose
las falencias apuntadas en el texto.
51
BORELLA, Alberto Omar. Ob.Cit. en pág. 91 dice: “Lamentablemente, éste, como otros
principios registrales, no ha sido explícitamente consagrado en el decreto ley 6582/58 (texto
actual) ni en su decreto reglamentario”.
35
OM
dedican a desguazar los automotores robados en talleres clandestinos, y lo
trafican por piezas52. A este respecto la Ley 25761 de 2003, reglamenta al
detalle la actividad de estos emprendimientos y, entre otras exigencias les
obliga a solicitar la baja del vehículo por parte del propietario y llevar un
.C
listado de las partes no reutilizables de los vehículos desarmados.
52
AGOST CARREÑO, Oscar; “Análisis Práctico del Régimen Jurídico del Automotor”, Ed.
Advocatus, Córdoba, 2011, pág. 222.
53
BORELLA, Alberto O.; Ob.cit. pág. 289. Llega a sostener: “Antes de ese acto (se refiere a
la inscripción inicial) (...) no es un automotor en el sentido que a este sustantivo le acuerda
el decreto-ley 6582/58, pues carece de su característica esencial: no puede circular por las
calles y caminos de la República (...)”. No compartimos lo dicho por el ilustre especialista ya
que el mismo artículo 5 lo considera automotor aun sin inscripción.
36
OM
denomina “Título del Automotor” que será exigido para cualquier tramite de
transferencia o modificación de la inscripción inicial; por ejemplo para el
cambio de radicacion (art. 12, inc. a). Este “título” contiene todos los
elementos individualizantes de la unidad, tales como “(...) marca, modelo,
.C
peso, año de fabricación, origen, codificaciones de chasis y motor y, por
supuesto, se asignará un guarismo compuesto de tres letras y tres números
identificatorio del dominio, el que se mantendrá imperturbable durante toda
DD
la vida registral del vehículo”54.
LUGAR DE RADICACIÓN
54
PRÓSPERI, Fernando F. Ob.cit., pág. 189.
37
OM
“08”), copia certificada del Documento Nacional de Identidad del
peticionante, de las páginas correspondientes al domicilio.
.C
suscripción del F08, acreditando la situación, según los preceptos
reglamentarios, que básicamente determinen que el lugar de la guarda es
accesible al titular solicitante (Declaración jurada en acta notarial,
DD
acreditación del derecho al lugar de radicación, mediante contrato de
locación o título del dominio o usufructo, etc.).
LA OBLIGACIÓN DE INSCRIBIR
38
OM
EXPEDICIÓN DEL TÍTULO DEL AUTOMOTOR
.C
automotores, es la equivocada idea de considerar que es el Registro el que
expide el título del dominio. Obviamente sólo podríamos referirnos al título
en sentido formal. Pues bien, no es así, el Registro expide un documento
DD
que, por haberse así designado legalmente aparecerá como el “título del
automotor”, pero el verdadero título es extrarregistral y no es el que expide el
Registro, tal como ocurre en todo sistema jurídico causal como es el
argentino55. Será título pues el acto idóneo con la formalidad adecuada,
LA
según los términos del art. 2602 del Código Civil, que determina el concepto
de “título suficiente”; es decir la compraventa, la donación, la permuta, la
dación en pago, el aporte en capital y cualquier otro contrato innominado que
FI
55
El Código Civil argentino adopta de manera manifiesta el sistema causal, según surge de
los atrs. 499, 500 en materia obligacional y de los arts. 2505 (en su redacción originaria) y
2602 en referencia a los derechos reales, ver VENTURA, Gabriel B. “Repercusión del art.
2505 reformado en el mecanismo de constitución de los derechos reales”, en “Homenaje a
los Congresos Nacionales de Derecho Civil (1927, 1937, 1961, 1969)”, Ed. Academia
Nacional de Der. de Córdoba, 2009, pág. 2014.
39
OM
título en sentido formal o material; título en sentido de causa fin o causa
generadora, ocurre que el Decreto Ley 6582, acude a la expresión
designando así a otro elemento que no tiene absolutamente nada que ver
con una u otra clasificación. Es una expresión antojadiza la que utiliza el art.
.C
6 del Decreto Ley, que, sin que podamos considerarla incorrecta, reemplaza
la idea de un “Certificado de Propiedad o Dominio”.
fuere nulo, sin dudas, ello determinará la cancelación del asiento respectivo.
En esto último radica la fundamental diferencia entre un acuerdo transmisivo
abstracto con efectos inscriptorios convalidantes y el registro de automotores
previsto por el Decreto 6582/5857.
56
BORELLA, Alberto Omar; Ob.Cit., pág. 68.
57
BORELLA, Alberto Omar; Ob.Cit., pág. 62 y ss. Explica muy bien la diferencia, y con gran
didáctica, LOPEZ DE ZAVALIA, Fernando J.; “Curso Introductorio...” Ob.Cit., pág. 122 a
124.
40
OM
género documental en el art. 14. En definitiva, tal como lo estatuye el Código
Civil, al registro, en algunos casos, ingresan los títulos de adquisición,
modificación o extinción de derechos reales sobre automotores (en
instrumentos públicos o privados), pero lo hacen agregados a la “solicitud
.C
tipo” que consta en formularios pre impresos que emite el propio Registro
Automotor (art. 13 del Decreto Ley). Estas solicitudes tipo, fueren las que
fueren de entre las establecidas por el sistema, no constituyen tampoco el
DD
título, sino que constituyen parte de la formalidad exigida a la rogación,
aspecto que veremos al analizar justamente este principio registral.
58
LASCALA, Jorge H.; “Registración del Automotor”, Ed. Abaco 1994, pág. 93.
41
OM
PRINCIPIO DE PRIORIDAD
.C
privativo de la disciplina registral, sino que se encuentra en varios
aspectos de la vida jurídica y social. Sin dudas que al adjudicar mejor
derecho al primero en arribar a una situación determinada, el derecho,
DD
junto a un tácito consenso social, contribuye a pacificar preventivamente
futuras contiendas. El primero en llegar a un lugar determinado; el primero
en ejecutar una acción, el primero en ofertar, se encuentra siempre en
LA
59
AGOST CARREÑO, Oscar; “Análisis Práctico del Régimen Jurídico Automotor”, Ed.
Advocatus, Córdoba, 2011, pág. 16.
42
OM
respecto de otro, conforme al tiempo de sus respectivos ingresos a un
registro jurídico de bienes60.
.C
cambio en materia automotor, el instante mismo de su ingreso queda
instrumentado en el cargo que en los Registros Seccionales se debe
DD
colocar en la documentación presentada, conforme a lo preceptuado en el
art. 12, segundo párrafo, del Decreto 335/88.
60
MOISSET DE ESPANÉS, Luis; “Publicidad Regitral”, Ob.Cit. pág. 76. Este autor acota su
concepto al ámbito de los derechos reales; pero, a nuestro entender debe ampliarse
también a todos los derechos, por lo menos desde el punto de vista de la “prioridad registral”
ya que, la tutela de los derechos personales a través de las medidas precautorias, por
ejemplo un embargo, también permite advertir un conflicto de prioridades entre dos o más
pretendidos derechos personales.
61
VENTURA, Gabriel B.; “Ley 17.801…” Ob.cit. pág. 320 a 322.
43
OM
llamada “reserva de prioridad”. Funciona mediante la expedición de un
certificado registral que sólo se expide por solicitud expresa del titular
dominial o de la autoridad judicial; también se permite que lo hagan los
contratantes de gravámenes, usufructuarios, usuarios y acreedores
prendarios. La expedición del certificado genera una reserva de prioridad
.C
que garantiza, durante quince días hábiles, la inmutabilidad de la situación
registral a favor del acto para el que se lo solicitó. Por ello cuando se
DD
presente el trámite, de haberse solicitado, deberá anexarse al mismo el
pertinente certificado del art. 16.
PRINCIPIO DE ESPECIALIDAD
44
OM
decir la causa”.62
.C
a la especialidad. A manera de ejemplo citamos el contrato de compraventa,
respecto del cual surgen normas expresas que prevén “precio cierto” (art.
1323 y 1349 del Código Civil); “cosa determinada o determinable” (art.
DD
1333), etc.
número de ejes, distancia entre los mismos, número de ruedas en cada eje,
potencia en caballos de fuerza, tipo de tracción, peso del vehículo vacío, tipo
de carrocería, capacidad portante; d) Indicación de si se destinara a uso
público o privado; e) Nombre y apellido, nacionalidad, estado civil, domicilio,
documento de identidad, y clave o código de identificación otorgado por la
Administración Federal de Ingresos Públicos o por la Administración
Nacional de la Seguridad Social, así como también razón social, inscripción,
62
MOISSET DE ESPANÉS, Luis; “Publicidad Registral” Ob.Cit., pág. 111.
45
OM
de inscripción en el Registro de instrumentos públicos o privados: 1) de
prenda o locación referentes al vehículo, con indicación del nombre, apellido
y domicilio del acreedor o locatario, plazo y monto de la obligación prendaria;
2) De transferencia de dominio, con los datos personales o sociales,
.C
domicilio, documentos de identidad y clave o código de identificación del
adquirente 3) de toda inscripción que afecte el dominio, posesión o uso del
automotor, que estuviere vigente al presentarse el título en el registro y no
DD
figurase en él.
Decreto Ley, formada por letras y números. Este código aparece, amén de
delante y detrás del vehículo mismo, en letras y guarismos en blanco sobre
fondo negro, en toda la documentación del automotor. Es este el elemento
de la especialidad que más rápidamente contribuye a individualizar la
FI
unidad.
CAPÍTULO IV
1- PRINCIPIO DE ROGACIÓN
46
OM
asientos. Por ello se le llama igualmente “principio de instancia”. Se exige
pues que el interesado en asegurar el derecho o medida a registrar lo
peticione expresamente; y es recién a partir de esa petición que se inicia el
proceso registral, como dice Hernández Gil, “(...) a semejanza de la
demanda en el proceso civil”63. Pero también es necesario remarcar que
.C
amén de esta enunciación positiva que significa afirmar que es necesario el
pedido de parte interesada para generarse una mutación jurídico real o una
DD
medida determinada, también la exigencia de la rogación determina la
prohibición, como regla general, por parte del Registro mismo, de generar
por sí, por decisión unilateral, alguna variación en la situación registral.
Deberemos efectuar un recorrido por todo el Decreto Ley 6582/58,
LA
para encontrar diseminado este principio. Así, por ejemplo, apuntando solo
a las normas que aluden expresamente a “solicitud” o “pedido”, aparece en
el art. 12, al referir a la “solicitud” de cambio de radicación; en el art. 13, al
FI
63
HERNÁNDEZ GIL, Francisco; “Introducción al Derecho Hipotecario”, Ed. Revista de
Derecho Privado, Madrid, 1963, pág. 140.
64
Debemos remarcar que, de nuestra parte sostenemos que al dirigirse al Registro en un
procedimiento normal, la autoridad judicial aunque le denomine “orden” en realidad no
ordena sino que solicita; ver al respecto VENTURA, Gabriel B. “Ley 17.801…” Ob.cit., pág.
137 y 138. También KEMELMAJER de CARLUCCI, Aída; “Calificación Registral de
Documentos que tienen su origen en Decisiones Judiciales”, Ed. Colegio de Registradores
de la Propiedad y Mercantiles de España, Centro de Estudios Registrales, Madrid, 1996,
pág. 80.
47
OM
automáticas, pues a diferencia de la cancelación, no exigen petición alguna.
.C
Como vimos, el art. 13 del decreto ley 6582/58, se refiere a las
solicitudes tipo. Pues bien esta norma alude en definitiva a los que
podríamos denominar la forma de la solicitud, cuyas exigencias formales
DD
quedan exclusivamente en manos del organismo de aplicación que es el
Registro Nacional de Propiedad Automotor.
Pues bien, el Registro Nacional ha reglamentado minuciosamente
cada trámite generando numerosas “solicitudes tipo”. Entre las más usados
LA
podemos citar la solicitud “01” se usa para primera inscripción del automotor,
lo que podríamos denominar la matriculación; el “02” para anotación de
embargos, inhibiciones u otras medidas precautorias, certificados de dominio
FI
con bloqueo registral (art. 16 Dcto. Ley 6582/58) y otros; “03” para solicitar
inscripción de contrato prendario; “04” para comunicar cambio de carrocería,
denuncia de robo, recuperación, etc.; “08” para registrar las transferencias
65
Puede verse una enumeración de las solicitudes tipo más utilizadas en Luis
MOISSET DE ESPANÉS, “Dominio de Automotores y Publicidad Registral”, Ed.
Hammurabí, Bs.As. 1981, pág. 100 y hasta el “51” en Jorge H. LASCALA, “Registración
del Automotor”, Ed. Abaco, Bs.As. 1994, pág. 36 – 39.
A los fines ilustrativos transcribimos la enumeración que surge del Digesto de
Normas técnico registrales (http://www.dnrpa.gov.ar/digesto/digesto.htm) A) Solicitud Tipo
“01”. B) Solicitud Tipo “01” para uso exclusivo de automotores importados. C) Solicitud Tipo
“02”. D) Solicitud Tipo “02” Especial. E) Solicitud Tipo “03”. F) Solicitud Tipo “04”. G)
Solicitud Tipo “04-D”. H) Solicitud Tipo “04-Especial”. I) Solicitud Tipo “04” Motores para
sustitución provisoria. J) Solicitud Tipo “05”. K) Solicitud Tipo “08”. L) Solicitud Tipo “08”
Especial y su Anexo de uso exclusivo para condóminos. LL) Solicitud Tipo “10”. M) Solicitud
48
OM
referirnos brevemente a la caducidad de los asientos registrales.
Hay caducidad cuando el asiento pierde eficacia por el solo transcurso
del tiempo sin que se haya renovado. De este solo enunciado surge una de
las características fundamentales de la caducidad: es automática y no exige
solicitud ni invocación de ningún interesado. Igualmente tampoco requiere,
.C
necesariamente, la redacción de ningún asiento ni ninguna actuación
concreta por parte del registro. Una buena lectura técnica, permite al
DD
operador visualizar al computar los plazos, si el asiento tiene o no vigencia
registral. Por ello afirmamos que no es menester ninguna constancia, ni dar
de baja el asiento caduco mediante cruzamiento, o contra asiento alguno en
el legajo. Si ello se hiciera se estaría procediendo a redactar un asiento de
LA
Tipo “11”. N) Solicitud Tipo “12”. Ñ) Solicitud Tipo “14”. O) Solicitud Tipo “15”. P) Solicitud
Tipo “16”. Q) Solicitud Tipo “20”. R) Solicitud Tipo “21”. S) Solicitud Tipo “22”. T) Solicitud
Tipo “24”. U) Solicitud Tipo “53”. V) Solicitud Tipo “121”. W) Solicitud Tipo “153”. X) Solicitud
Tipo “99” Trámite Urgente. Igualmente hay otra larga nómina referida a los trámites
relacionados con motovehículos.
49
OM
extingue los efectos publicitarios del asiento. Obvio es que según cual sea el
efecto jurídico del asiento será la gravedad de la consecuencia. Por ello
podríamos decir que la caducidad en el ámbito de un registro constitutivo
como el de automotores revista mayor gravedad que en un registro
.C
declarativo. El derecho en sí, de no ser por la constitutividad del asiento,
permanece incólume y la caducidad de su registración no haría mella en su
ejecutividad.
DD
La prescripción extintiva o liberatoria requiere invocación expresa por
quien se beneficie con la liberación, como lo dispone el artículo 3964 del
Código Civil; mientras que la caducidad actúa enervando el derecho o la
prerrogativa por la colocación registral, en nuestro caso, por el sólo
LA
66
LACRUZ BERDEJO, José L. y SANCHO REBULLIDA, Francisco de A.; “Derecho
Inmobiliario Registral”, Ob.Cit. pág. 295. MOISSET DE ESPANÉS, Luis; “Curso de
Obligaciones”, Tomo II, Ob.Cit. pág. 422 a 425. MAZZEI, Juana B. “Principios Registrales -
Tracto sucesivo abreviado”, Ed. Nova Tesis, 2005, pág. 161. Dice: “Las caducidades
registrales operan ipso iure y no importan necesariamente una relación con el derecho
inscripto (puede extinguirse el asiento pero no el derecho). Su operatividad es automática y
no necesitan petición alguna para perder vigencia”. VENTURA, Gabriel B. “Ley 17.801 …”
Ob.cit. pág. 450.
50
OM
ajena, tienen la vocación de perpetuidad que pregona fundamentalmente el
artículo 2510 del Código Civil respecto del dominio.
Por ello, a la hora de determinar plazos de caducidad en el derecho
registral, que no procura sino ser el reflejo de las prerrogativas
.C
sustanciales68, se ha utilizado la técnica de la enumeración de las
excepciones que ha quedado relegada sólo para los supuestos de tutela
preventiva de créditos (embargos, inhibiciones y demás providencias
DD
cautelares).
En cierto sentido podríamos decir que la caducidad sólo sería
aplicable a las anotaciones y no a las inscripciones; pero claramente
advertimos que en el Decreto Ley 6582/58 no es dable hacer el distingo
LA
67
LEÓN, Pedro. Sus clases de Derecho Civil, Parte General.
68
VENTURA, Gabriel B.; “Tracto Abreviado…”, Ob.cit. pág. 102. Decíamos: “El fenómeno
registral no se manifiesta como objeto de estudio de una rama aislada: el llamado Derecho
Registral, sino que, como vimos, constituye el reflejo del Derecho sustancial y contribuye a
proteger justamente las prerrogativas y principios sustanciales de cada figura”.
69
Alguna doctrina, que no compartimos, distingue “anotación” de “inscripción”. El
“fundamentum divitionis” entre una y otra radicaría en la precariedad o transitoriedad de la
primera respecto de la firmeza y perpetuidad de la última. Sin embargo, la utilización de las
dos expresiones juntas, en el mismo párrafo, que efectúa el art. 17 del Decreto Ley, en
referencia a los embargos y a las inhibiciones, nos permite inferir que en materia de
automotores, más aún que en la ley registral inmobiliaria, es una distinción vacía. Ver sobre
la crítica a efectuar diferencia entre anotación e inscripción LÓPEZ DE ZAVALÍA, Fernando;
“Curso introductorio…” Ob.cit. pág. 318 y 319. VENTURA, Gabriel B.; “Ley 17.801…” Ob.cit.
pág. 37 y 38.
51
OM
legítima a alguna situación o derecho que obviamente antes de dicha
concesión no lo era o no resultaba perfectamente acreditada. Se parte pues
de la idea de que en su estado natural esa situación o estado jurídico
adolecía o podía adolecer de alguna falencia, por lo menos no se conocía a
.C
ciencia cierta si cumplía o no los requisitos legales sustanciales y, por virtud
del legislador o de cualquier otra acción jurídica, se presume legítima o
deviene en legítima. En efecto, si quien tiene efectivamente un derecho ya
DD
ostenta legitimidad, no legitimación, respecto de ese derecho, es dable que
sólo pueda hablarse de legitimación cuando por una ficción o una acción
concreta de un juez, por ejemplo, al valorar una prueba, o del legislador al
LA
52
OM
principio registral. En efecto, dice Roca Sastre, que el asiento, merced a la
presunción de exactitud, “(...) cobra una consistencia y virtualidad propias, lo
que da lugar a una especie de sustantividad del contenido del Registro”70.
En nuestra opinión los dos principios que aparecen en la doctrina
.C
española como diferentes (presunción de exactitud y legitimación) son en
realidad uno solo que se desempeña en dos etapas: una previa que
considera legítima la inscripción y su contenido; y otra que, partiendo de
DD
aquella consideración, concede la posibilidad de obrar, en distintos grados e
instancias según cada sistema.
Sin embargo, algunos autores ponen en duda si en nuestro país hay o
no presunción de exactitud, no solo en el ámbito del registro automotor, sino
LA
70
ROCA SASTRE, Ramón M. Y ROCA SASTRE MUNCUNILL, Luis. Ob.Cit. Tomo I, pág.
338. Esta afirmación del ilustre registralista español, la efectúa respecto de un registro
declarativo, lo que reafirma aún más su vigencia en el ámbito de un registro constitutivo
como de automotores.
71
LÓPEZ DE ZAVALÍA, Fernando J. “Curso Introductorio…” Ob.cit. pág.
53
OM
mantener un determinado registro si no podemos mínimamente fiarnos de su
contenido?”72
En lo referente al Decreto Ley 6582/58, vemos regulado el principio de
legitimación registral en diversas normas referidas a diversos institutos. Así,
.C
aparece en el art. 2 la legitimación de quien tenga inscripto a su nombre de
buena fe un automotor, para repeler la acción reivindicatoria, como una
verdadera paráfrasis del principio “la posesión vale título” del art. 2412 del
DD
Código Civil; o como una consecuencia de la usucapión “secundum tabulas”
en el art. 4.
cambio de radicación.
72
VENTURA, Gabriel B.; “Tracto Abreviado…”, Ob.cit. pág. 100.
73
PALOMANES, Ana M.; “La denuncia de venta y la prescripción adquisitiva de
automotores”, en “Prescripción”, Ed. Alveroni, Córdoba, 2005, pág. 197. En postura muy
original esta autora considera que la denuncia de venta posibilita la adquisición por el plazo
abreviado de usucapión al adquirente denunciado.
54
OM
Código debe leerse como “en materia de automotores la inscripción vale
título”. Por ello la similitud entre el art. 2 del Decreto Ley 6582/58 y la citada
norma del Código Civil75. En los muebles en general el art. 2412 exceptúa de
la aplicación de la máxima las cosas robadas o perdidas, en cambio en la
.C
norma equivalente del Decreto Ley de automotores sólo aparecen las
robadas o hurtadas, dado que sería un supuesto casi imposible la pérdida de
la unidad.
DD
Igualmente, y como consecuencia de lo dicho, aparece “prima faccie”
la posibilidad de repeler la acción reivindicatoria solo invocando la
inscripción. Tal derivación no es sino aplicación lógica de los efectos de un
LA
74
VENTURA, Gabriel B.; “El art. 2412 del Código Civil: Modo de adquirir el dominio de
muebles”, en J.A. 1985-II-802.
75
HIGTHON, Elena; “Derechos Reales”, Vol 1, Posesión, Ed. Ariel, Bs.As. 1979, pág. 160.
76
Remarquemos que la buena fe en el Código Civil Argentino, como regla general, se
presume, según lo dispuesto en el art. 2362.
77
HIGTHON, Elena; Ob.cit. pág. 146 y 147. VENTURA, Gabriel B. “El artículo 2412…”
Ob.cit.
55
OM
presentación del certificado registral que prevé la misma norma.
todas las condiciones generales para usucapir, que surgen de los arts. 3947
y ss. del Código Civil. La buena fe, como regla general se presume, art. 2362
C.C. si no aparece alguna medida que destruya dicha presunción, art. 16 del
Decreto ley 6582/58, ya que según dicha norma, se presume conocido el
FI
estado del dominio y sus gravámenes por la sola existencia de los asientos
de estas medidas en el registro automotor. Es importante poner énfasis en la
exigencia de la posesión, pues si bien en el sistema dominial de automotores
56
OM
Troplong, que nada escapa a su imperio79. Pues bien los automotores no
constituyen excepción, por ello la norma consagra la usucapión a favor del
titular inscripto que posea el vehículo durante dos años continua e
ininterrumpidamente, armonizando su pronunciamiento con el art. 4016 bis
.C
incorporado por la ley 17711. La norma, tanto del Decreto Ley, como la del
Código, exigen al mismo tiempo buena fe.
DD
Recordemos que uno de los grandes vacíos del Código Civil, en
materia de prescripción adquisitiva, era la ausencia de norma expresa
referida a la usucapión de muebles. Al respecto se habían producido dos
posturas bien diferenciadas en la doctrina nacional. Lafaille80 opinaba que
LA
Salvat, en cambio, expresaba que las normas genéricas de los arts. 4015 y
4016, sin hacer distingos entre muebles e inmuebles, estarían incluyendo
también las cosas muebles. Dice Salvat que “(...) los términos demás
derechos reales, de que se vale el art. 4015, deben ser ampliamente
78
Tenemos analizada la distinta mecánica de adquisición según el modo sea originario o
derivado en nuestro trabajo “Dinámica de la adquisición de los derechos reales y su
repercusión registral”, en “Anuario de Derecho Civil”, Alveroni, Córdoba, 1994.
79
El art. 2262 del Cód. Civil francés, se refiere en realidad a una prescripción general, para
todas las acciones, tanto reales como personales. En tal sentido no corresponde
exactamente al texto del art. 4015 del C.C. argentino. Ver VENTURA, Gabriel B. y
MOISSET DE ESPANÉS, Luis; “Prescripción de la Acción Reivindicatoria”, en La Ley,
Córdoba, 1986, pág. 15.
80
LAFAILLE, Héctor; “Derecho Civil – Tratado de los Derechos Reales”, Ed. Ediar, Bs.As.
1943, Tomo I, pág. 610.
57
OM
la expresión, con el principio “en materia de muebles la posesión vale título”,
adjudicando a la máxima un alcance excesivo, omitió expresamente la
usucapión mobiliaria creyendo abarcados por el supuesto del art. 2412 todos
los casos, sin advertir las otras hipótesis posibles: la mala fe; cosa robada o
.C
perdida y la transmisión a título gratuito. Lo mismo le ocurrió, pero allí
confesado en la nota, en el art. 2488 al omitir las acciones posesorias en
materia de muebles. No obstante nos parece prudente y sabia la
DD
interpretación amplia de Salvat que, amén de aplicar la literalidad del art.
4015 para salvar el vacío y aplicar el proloquio “ubi lex nec distinguit nec
distinguere debemus”, cumple al mismo tiempo con la idea general del
codificador de consagrar la prescriptibilidad a toda acción o derecho (art.
LA
81
SALVAT, Raymundo M.;” Tratado de Derecho Civil Argentino – Derechos Reales”, Ed.
TEA, Bs.As. 1962, Tomo II, pág. 269 y 270.
82
La misma idea sostiene hoy MOISSET DE ESPANÉS, Luis; “Prescripción” Ed. Advocatus,
Córdoba, 2004, pág. 493. Ver también desarrolladas estas lucubraciones en VENTURA,
Gabriel B.; “El artículo 2412…” y VENTURA, Gabriel B. y MOISSET DE ESPANES, Luis;
“Prescripción de la acción…” Ob.cit., pág. 15.
58
OM
Civil.
.C
proviniese del titular inscripto le bastará con accionar, a la manera de una
demanda de escrituración (conf. art. 1185 del C.C.) en su contra para que
DD
cumpla con la obligación de inscribir prestando la colaboración que fuere
menester. Si, en cambio, su derecho no proviniera del titular, solo podrá
apelar para adquirirlo por usucapión, al plazo general de veinte años según
la interpretación esgrimida en los párrafos precedentes. Sorteado
LA
59
3- PRINCIPIO DE LEGALIDAD
OM
En el ámbito automotor el principio de legalidad puede definirse como
la necesidad de que todo el proceso inscriptorio cumpla, tanto en lo
sustancial como en lo formal, con las exigencias que las leyes imponen
.C
como requisito de validez. Cuando aludimos a “las leyes", lo hacemos en el
sentido más general de la expresión; es decir leyes nacionales, provinciales,
reglamentarias, resoluciones administrativas de la Dirección Nacional de la
DD
Propiedad Automotor, disposiciones técnico-registrales, etc. que rigen para
las solicitudes, inscripciones y en general para todo el accionar ante el
Registro.
LA
(…)”84.
Todos los documentos, sean instrumentos públicos o privados,
formularios y trámites, deben cumplir con los recaudos legales, como
dijimos, tanto formales como sustanciales. Así, tal como lo hemos definido,
el principio de legalidad no es privativo del derecho registral, sino que es un
principio esencial que aparece en toda rama del derecho85. Si se le da aquí,
en materia registral, una trascendencia especial es porque constituye uno
83
PALOMANES, Ana M.; “La denuncia de venta…” Ob.cit. pág. 208.
84
COGHLAN, Antonio R. “Teoría General del Derecho Inmobiliario Registral”, Ed. Abeledo-
Perrot, Bs.As. 1991, pág. 127.
85
KEMELMAJER de CARLUCCI, Aida R. “Calificación Registral de Documentos que tienen
origen en decisiones judiciales”, Ed. Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles
de España, Centro de Estudios Registrales, Madrid, 1996, pág. 35. COGHLAN, Antonio R.;
Ob.Cit. pág. 127.
60
OM
registrabilidad del documento cuya inscripción se peticiona, o su prioridad
respecto de otros documentos que pudieran resultar incompatibles con aquél
y tener una prelación temporal.
Otro aspecto que surgirá del ejercicio de la función calificadora, será
.C
el cumplimiento del tracto sucesivo, pues el encargado deberá verificar la
coincidencia entre lo registrado y las constancias de la petición y
documentación con el acto a registrar. Si no aparece como transmitente el
DD
titular dominial actual, el documento será rechazado por falta de tracto
sucesivo, y si son los herederos de aquél quienes transfieran, se exigirá la
presentación de la acreditación de la circunstancia, es decir el auto de
declaratoria de herederos que legitime a los sucesores a disponer de los
LA
86
Tenemos asumido que la posibilidad de utilizar la figura de tracto sucesivo abreviado no
surge de normas registrales, sino que tiene sustento en la continuación de los herederos de
la persona del causante. Ellos son pues propietarios, acreedores y deudores de todo lo que
era el causante propietario, acreedor y deudor; sólo resta acreditar la situación de herederos
lo que se logra mediante la pertinente declaratoria de herederos. Esta a su vez legitima a los
declarados de manera exclusiva frente a terceros. Ver nuestro “Tracto abreviado…” Ob.cit.
pág. 175. Decíamos ahí que “Como tal, el heredero podrá realizar respecto de los bienes del
acervo hereditario, todo lo que podría haber realizado el causante. Y entre el cúmulo de
facultades del causante respecto del bien registrado está, lógicamente, disponer de él.
Repetimos que ello ocurriría con total independencia de que una norma registral contemple
o no de manera expresa el supuesto”.
61
OM
Algunos autores88 encaran el principio de legalidad de manera
indirecta, al relacionarlo con el problema de la función calificadora, que sin
dudas aquí, en materia registral tanto inmobiliaria como automotor, es la
.C
instancia en la que presenta mayor interés.
De nuestra parte creemos que la función calificadora es sólo la
herramienta de que se valen los registros para lograr el cumplimiento del
DD
principio de legalidad. Roca Sastre también aborda el principio de legalidad
partiendo de la función calificadora y dice que el principio de legalidad “(...)
es el que impone que los títulos que pretendan su inscripción en el Registro
de la propiedad sean sometidos a un previo examen, verificación o
LA
87
LOPEZ DE ZAVALÍA, Fernando J.; “Curso Introductorio...” Ob.Cit. pág. 399. Ver también
sobre el punto MAZZEI, Juana B. “Principios Registrales – Tracto Sucesivo Abreviado”, Ed.
Nova Tesis, Rosario, 2005, pág. 69 y 70. VENTURA, Gabriel B.; “Ley 17.801…” Ob.cit. pág.
145.
88
LACRUZ BERDEJO, José L. y SANCHO REBULLIDA, Francisco de A. Ob.Cit. pág. 353 y
354. MOISSET DE ESPANÉS, Luis. “Publicidad Registral”, Ob.Cit. pág. 91 y 153.
SERRANO ALONSO, Eduardo. “Conceptos Fundamentales del Derecho Hipotecario”,
Ob.Cit., pág. 22, dice: “También denominado de calificación en referencia a la actividad que
efectúa el Registrador.”.
89
ROCA SASTRE, Ramón M. Y Luis ROCA SASTRE, Ob.Cit., Tomo II, pág. 255. En contra
de esta idea de la función calificadora como medio de lograr el cumplimiento del principio de
legalidad, VILLARÓ, Felipe P. Ob.Cit, pág. 59, dice: “No es tampoco exacto que la
calificación sea el medio o instrumento para hacer efectivo el principio de legalidad como
afirma Roca Sastre, pues a través de la calificación se hacen efectivos otros principios como
el de tracto sucesivo, el de prioridad, el de especialidad, ya que en el momento en que se
62
OM
herramienta: la función calificadora, el registrador deberá verificar el
cumplimiento de todos los principios registrales implicados en el proceso,
razón por la cual puede válidamente concluirse que el principio de legalidad
es base de exigencia de todos los otros. Aunque le asignemos existencia
.C
autónoma, por fines didácticos, este principio involucra necesariamente a los
demás; por ello aclara García Coni que el principio de legalidad “(...) es
también la suma de las legalidades correspondientes a los otros
DD
principios(...)”90.
Ya podemos afirmar, entonces, que la función calificadora es la
atribución y el deber del registrador de verificar el cumplimiento de los
recaudos legales de toda documentación cuya registración se pretende91.
LA
63
OM
rechazo de una solicitud, pero no por no cumplir con los recaudos legales de
validez del acto traslativo o modificatorio de que se trate, sino por que no
resulta registrable en esa demarcación.
El art. 15 del Decreto Ley 6582/58, es la primera norma que nos
.C
acerca a uno de los más arduos debates que se han dado en materia
registral: el límite de la función calificadora. En efecto, el hecho de que el
registrador tenga atribución por ley de revisar y controlar la forma, tanto del
DD
documento como el contenido para permitir o no su acceso a los asientos,
ha sido objeto de controversias que, aun hoy, no se encuentran totalmente
superadas, sobre todo en referencia a los documentos judiciales y más
específicamente todavía en materia inmobiliaria.
LA
Los jueces, por el poder legal del “imperium”, han sido los primeros en
reaccionar frente a las observaciones o rechazos que necesariamente debe
practicar el registrador en su función calificadora.
FI
64
OM
en la solicitud de inscripción con el titular registrado y, de no cumplirse con
este requisito, la inscripción solicitada será denegada.
.C
12 del decreto 335/88 que las actitudes posibles del encargado del Registro
Seccional son dos: registra lo rogado, conforme a la solicitud tipo y
documentación acompañada, según los casos, u observa la petición en caso
DD
de hallar anomalía o insuficiencia en la misma.
REGISTRO SECCIONAL
92
AGOST CARREÑO, Oscar; Ob.cit., pág. 230.
65
OM
recurrida (art. 17, del Decreto 335/88). El Registro Seccional, según el art. 37
citado, por intermedio del Organismo de aplicación, es decir la Dirección
Nacional, elevará el trámite a la Cámara Federal con competencia en el
lugar del asiento del Seccional implicado.
BIBLIOGRAFÍA
BORELLA, Alberto O. “Régimen Registral del Automotor”, Ed. Rubinzal Culzoni, Sta. Fe.
1993.
BREBBIA, Roberto H. “Problemática jurídica de los automotores”, Ed. Astrea, Bs.As. 1982,
Tomo I.
COGHLAN, Antonio R. “Teoría General del Derecho Inmobiliario Registral”, Ed. Abeledo-
Perrot, Bs.As. 1991.
FANZOLATO, Eduardo I. “El Asentimiento Conyugal”, Ed. del autor, Córdoba, 1986.
GARCÍA CONI, Raúl. “El Contencioso Registral”, Ed. Depalma, Bs.As. 1978.
GONZÁLEZ Y MARTÍNEZ, Jerónimo; “Principios Hipotecarios”, Imp. Sáez Hermanos,
Madrid, 1931.
GONZÁLEZ Y MARTÍNEZ, Jerónimo; “Estudios de Derecho Hipotecario”, Publicación del
Ministerio de Justicia, Madrid 1948.
HERNÁNDEZ GIL, Francisco, “Introducción al Derecho Hipotecario”, Ed. Revista de
Derecho Privado, Madrid 1963.
HIGTHON, Elena; “Derechos Reales”, Vol 1, Posesión, Ed. Ariel, Bs.As. 1979.
66
OM
LEÓN, Pedro. Sus clases de Derecho Civil, Parte General.
LIEBAU, Florencio E. “Régimen Jurídico del Automotor”, Ed. Abaco, Bs.As. 1979.
LOPEZ DE ZAVALÍA, Fernando. “Curso Introductorio al Derecho Registral”, Ed. Zavalía,
Bs.As. 1983.
MARÍN PÉREZ, Pascual. “Introducción al Derecho Registral”, Ed. Revista de Derecho
Privado, Madrid, s/f.
MAZZEI, Juana B. “Principios Registrales - Tracto sucesivo abreviado”, Ed. Nova Tesis,
2005.
MOISSET DE ESPANÉS, Luis. “Publicidad Registral”, Ed. Advocatus, Córdoba, 1997.
.C
MOISSET DE ESPANÉS, Luis; “Curso de Obligaciones”, Ed. Advocatus, Córdoba, 1994.
MOISSET DE ESPANÉS, Luis; “Dominio de Automotores y Publicidad Registral”, Ed.
Hammurabi, Bs.As. 1981.
MOISSET DE ESPANÉS, Luis; “La responsabilidad del titular registral del dominio” en
DD
“Estudios”, Ed. Comercio y Justicia, Córdoba 1978.
MOISSET DE ESPANÉS, Luis; “Prescripción” Ed. Advocatus, Córdoba, 2004.
OTAMENDI, Jorge; “Derecho de Marcas”, Ed. Abeledo Perrot, Bs.As. 1973.
PALOMANES, Ana M.; “La denuncia de venta y la prescripción adquisitiva de automotores”,
en “Prescripción”, Ed. Alveroni, Córdoba, 2005.
PLANIOL, M. y RIPERT, G. (avec le concours de Maurice Picard) “Traité practique de droit
civil Francais”, Tomo III.
LA
SALVAT, Raymundo M.;” Tratado de Derecho Civil Argentino – Derechos Reales”, Ed. TEA,
Bs.As. 1962, Tomo II.
SERRANO ALONSO, Eduardo. “Conceptos Fundamentales del Derecho Hipotecario”,
Forum, Oviedo, 1993.
VENTURA, Gabriel B. “Derechos Intelectuales”, Ed. Alveroni, Córdoba, 2001.
67