Plan de Sexualidad Afectividad y Género 2023
Plan de Sexualidad Afectividad y Género 2023
Plan de Sexualidad Afectividad y Género 2023
GÉNERO.
AÑO 2023
INDICE
I. Presentación.
II. Fundamentación.
V. Objetivos:
Objetivo General
Objetivos Específicos
I. Presentación.
El siguiente “Programa de Sexualidad, Afectividad y Género”
tiene como finalidad orientar y educar a nuestros estudiantes de básica y
media, y a la vez cumplir con la normativa vigente que exige a todos los
establecimientos educacionales, a instruir en sexualidad, afectividad y
género.
La sexualidad es una parte esencial de la vida de todos los seres
humanos, y se vive de una diversidad de formas; a través de lo que
pensamos, de lo que sentimos y de cómo actuamos.
El objetivo de educar en sexualidad, afectividad y género es
desarrollar conductas de auto-cuidado, y con ello fomentar vínculos en un
marco de respeto mutuo coherente con las emociones, corporalidad y etapa
que vivencia el niño, niña o joven.
El autocuidado y cuidado mutuo, el desarrollo personal y
fortalecimiento de la autoestima, la comprensión de la importancia de la
afectividad, lo espiritual y social para un sano desarrollo sexual, son
conocimientos, actitudes y habilidades que conforman los objetivos de
aprendizajes que se desarrollan a lo largo de la trayectoria escolar.
La educación sexual ha estado presente transversalmente, y quizás
implícitamente, en el currículum, actualmente se pretende hacer de ella algo
mucho más explícito e intencionado, debido a que las características de los
estudiantes del siglo XXI y de sus familias hacen de esto una necesidad que
debe saber satisfacer cada establecimiento educacional y su comunidad
escolar en conjunto.
De este modo, este programa viene a hacer suya esta gran tarea de
acuerdo a las características propias de nuestros alumnos y alumnas del
Colegio Villa Santa María, atendiendo a las necesidades específicas
manifestadas y observadas en ellos.
II. Fundamentación.
La Ley de Salud N° 20.418 (2010) de nuestro país, en su artículo
primero indica la obligatoriedad de los establecimientos educacionales
subvencionados por el Estado de contar con un programa de educación
sexual:
“Toda persona tiene derecho a recibir educación, información y
orientación en materia de regulación de la fertilidad, en forma clara,
comprensible, completa y, en su caso, confidencial.
Los establecimientos educacionales reconocidos por el Estado
deberán incluir dentro del ciclo de Enseñanza Media un programa de
educación sexual, el cual, según sus principios y valores, incluya
contenidos que propendan a una sexualidad responsable e informe de
manera completa sobre los diversos métodos anticonceptivos existentes
y autorizados, de acuerdo al proyecto educativo, convicciones y creencias
que adopte e imparta cada establecimiento educacional en conjunto con los
centros de padres y apoderados.”
Así mismo, señala que, para implementar dicho programa, el equipo
técnico o los docentes a cargo deben, en primer lugar, reflexionar sobre sus
propios sesgos y prejuicios, con el fin de resguardar la objetividad en la
entrega de contenidos a los educandos. De este modo, “el contenido y
alcance de la información deberá considerar la edad y madurez psicológica
de la persona a quien se entrega.”
En el año 2019, dicha ley fue modificada para ampliar este plan a
colegios de educación básica (MINEDUC, 2019), esto asegura el acceso a
una educación oportuna, reduciendo la información correcta y aumentando
el manejo de información verídica, además de clarificar y consolidar valores
o actitudes positivas que mejoren la comunicación con adultos de confianza;
finalmente, fortalecer las competencias sociales necesarias para tomar
decisiones fundamentadas y la capacidad de actuar en función de ellas
(MINEDUC,2017).
III. Marco Teórico – Conceptual.
Se suele reducir la sexualidad exclusivamente a lo que respecta a las
relaciones sexuales, sin embargo, la sexualidad trasciende con creces esta
reducción. En la definición de la Organización Mundial de la Salud, la
sexualidad integra elementos físicos, emocionales, intelectuales, culturales
y sociales, que deben ser desarrollados a través de medios que sean
positivamente enriquecedores y que potencien en las personas la
comunicación y el amor. Señala también que en la sexualidad intervienen
las emociones y/o sentimientos, la relación con el cuerpo y sus procesos y
los conocimientos sobre él.
Una afectividad sana se desarrolla a partir de diversos componentes,
entre los cuales se encuentran los vínculos tempranos de apego y
cuidado, la conformación de una autoestima positiva y la posibilidad de
desarrollar relaciones de confianza e intimidad con otros. Un desarrollo
afectivo sano apunta directamente al desarrollo de una sexualidad sana y
responsable.
Por lo tanto, formar en sexualidad implica la educación de una
sexualidad responsable, ligada a la dimensión emocional y afectiva, que
debe apuntar al desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes que
permitan a niños y jóvenes tomar decisiones informadas, autónomas y
consecuentes.
Por otra parte, es necesario que cada uno de nuestros estudiantes
tenga comprensión de éstos conceptos, y de otros relacionados, de manera
que puedan tomar decisiones informadas y no llevados por meras creencias
o suposiciones conversadas entre amigos, sino que provenga de aquellas
“instituciones núcleo” de cada niño, niña y joven, a saber: la familia y la
escuela:
El rol de la familia en este ámbito es prioritario, relevante e ineludible:
en primer lugar, es derecho y deber de la familia educar a sus hijos, tal
como lo reconoce la Ley General de Educación (Art. 4°), y le corresponde
la responsabilidad primordial en su crianza y desarrollo. La familia es la
base de la afectividad y es el espacio donde se construyen los vínculos
primarios, en el que niños y jóvenes comienzan a desarrollar su identidad,
incorporando nociones acerca de los afectos.
Sin embargo, las familias no siempre cuentan con estas
herramientas para abordar adecuadamente la formación en sexualidad,
afectividad y genero de sus hijos; algunas por desconocimiento, temor o por
experiencias dolorosas que les han impedido, incluso de adultos,
desarrollar su sexualidad de manera natural y responsable, así como
establecer vínculos afectivos sanos, resultándoles muy complejo transmitir
valores y sentimientos positivos sobre el tema. Además, existe un bajo nivel
de comunicación con sus padres e hijos, lo que refleja las dificultades que
las propias familias presentan para afrontar el tema.
Los seres humanos somos seres sexuados, y como tales requerimos
del acompañamiento, orientación y apoyo por parte de los adultos para
descubrir y valorar esta dimensión de su desarrollo como sujeto integral. De
ahí la relevancia que cobra la formación que se brinda desde la familia y la
escuela, abordando esta dimensión de manera positiva y entregando
oportunidades de aprendizajes significativos para su vida cotidiana.
Entonces, la necesidad de formar en sexualidad, afectividad y
género, se basa en que:
a. Al implementar contenidos sobre sexualidad y afectividad en nuestro
colegio permite a niños, niñas y jóvenes contar con oportunidades de
aprendizaje para reconocer valores y actitudes referidas a las relaciones
sociales y sexuales. Uno de los pilares de esta formación es brindar a
todos los estudiantes las oportunidades para que, acompañados por
adultos, reconozcan en sí mismos las actitudes que tienen o están
construyendo en referencia a estos temas.
b. Motiva a niños, niñas y jóvenes a asumir responsabilidad de su propia
conducta y a respetar los derechos de las demás personas; a convivir
respetando las diferencias.
c. Genera factores protectores en los niños, niñas y jóvenes, para
resguardarse “de la coerción, el abuso, de la explotación, del embarazo
no planificado y de las infecciones de transmisión sexual”. En otras
palabras, una formación en este tema debiese explicitar aquellas
situaciones y conductas de riesgo a que están expuestos nuestros niños,
niñas y jóvenes, brindándoles recursos para tomar decisiones y actuar,
mejorando, así, sus conductas de autocuidado.
d. Permite a los estudiantes comprender procesos afectivo – biológicos,
personales y sociales, generando una mayor cercanía consigo mismos, y
al mismo tiempo mejora su seguridad y autoestima.
e. Propicia la apreciación crítica de los modelos y estereotipos de género,
que ofrece la sociedad, fortaleciendo actitudes como el respeto y la
tolerancia consigo mismo y con los demás, evitando las situaciones de
violencia derivadas por los prejuicios por género.
Objetivos
Objetivo General:
Objetivos Específicos:
V. Propuesta Metodológica.
Recursos de implementación:
Marzo, 2023