Tercer Palabra

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9:25 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre,

María mujer de Cleofas, y María Magdalena.

EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN JUAN, CAPITULO


19:26-27
19:26 Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que
estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.
19:27 Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el
discípulo la recibió en su casa.
Tome su lugar por favor.

INTRODUCCION:
Me permito hacerte una segunda invitación:
Vaya tomando su lugar en este escenario, así como se va narrando estos
acontecimientos y no solo en esta palabra, sino todas y cada una, porque en
ellas, en ellas viene un mensaje Divino para nuestras vidas. Hay palabra para
usted y para mí, el día de hoy. Quizá alguien acaba de ser perdonado por no
saber lo que hacía, quizá algún pecador acaba de ser justificado ante el
Padre celestial, quizá hoy alguien ha sido lavado y limpiado de sus pecados
por la sangre del cordero inmolado, o triste y lamentablemente quizá hoy
alguien siga reafirmando su condenación eterna por no aceptar el sacrificio
de Cristo en su corazón. OH, contéstese a usted mismo, que sería de ti que
en estos mensajes tan amplios en misericordia, tan amorosos, tan … Hoy no
hubiera nada, nada para usted, como diría nuestro canto miserable de
nosotros sin su amor.

Tome su lugar y acepte el mensaje.


En momentos de agonía, las personas se centran en su dolor, es su tiempo,
es su momento de partir. También cuentan los historiadores que cuando un
malhechor estaba en la cruz lanzaba palabras de venganza, de odio, de
blasfemia. No así Nuestro amado salvador, quien en el momento de su
agonía sigue amando, perdonando, prometiendo una vida mejor,
consolando los corazones tristes, como en esta palabra.
Las ovejas estaban dispersas, escondidas, espantadas, alguna ya hasta
muerta. Pero ahí hay 2 personajes especiales en la vida de Cristo, que están
al pie de la cruz

- María su madre
- El discípulo amado

Dice el pasaje que leímos: Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a


quien él amaba, que estaba presente. Presente a pesar de que era un gran
peligro ser relacionados con los condenados a la crucifixión, El pueblo
Romano era la peor bestia descrita en la profecía de Daniel, no conocían, no
practicaban la piedad, la misericordia. Y a pesar de ello, ahí están los dos.
MARÍA:
A María le toca vivir el momento más feliz: cuando es la que recibe en sus
brazos al Salvador del mundo, ve que de lejos viene a tráele presentes al rey
nacido
Pero hoy también sufre el dolor más grande, como madre terrenal del
salvador le acompaña hasta la cruz.
Y Jesús que sabía lo que sentían, voltea su mirada a ellos, Sabía lo que
estaba sintiendo aquella mujer.
- Así como le fue anticipado “Una espada traspasara tu alma” así
exactamente se sentía.
(Lee Lucas 2:22-35 Cuando presentan a Jesús en el templo) Y José y su
madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. 2:34 Y los bendijo
Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para
levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha

2:35 (y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los
pensamientos de muchos corazones.

1 Sentía traspasar una espada al ver la frente de su hijo, la que muchas


veces lleno de besos, estar perforada y bañada en sangre por las espinas
que tenía clavada,
2 Sentía traspasar la espada al ver aquellas manos que una vez tomo para
enseñarle a caminar hoy estaban traspasadas por enormes clavos sostenidas
a un madero.
3 Sentía traspasar una espada al oí las burlas, las críticas, las injurias
4 Sentía traspasar una espada al ver como repartían y decían: No la
partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será Jn19:24, (en
los tiempos bíblicos era frecuente que las los padres obsequiaran túnicas a
sus hijos, como el caso de José) Quizá, cuando Jesús comenzó su ministerio
María le había dado con amor su túnica y ahora veía como aquellos
despiadados se divertían en medio de la agonía de su hijo, algunos
comentan que fue precisamente la cumbre del dolor de María, y ahí es
cuando Jesús la mira, porque no tendríamos más de lo que no podemos
resistir.
La mira ve el sufrimiento en su rostro, ve que lleva horas de llanto, angustia
y dolor lo mira. Y Jesús no desconoce el dolor, el conocía el dolor de aquella
mujer y se muestra presto, a consolarla. La mira y le dice Mujer, he ahí tu
hijo. En medio de su agonía le dice palabras de amor, nostalgia y bienestar,
Jesús probé la necesidad de aquella mujer, aquella fiel mujer. La deja en las
manos de quien él sabe que estará bien cuidada, de quien sabe que es
amoroso, en sus cartas podemos saber cómo se dirige a la iglesia “Hijitos
míos” le provee de lo mejor.
Mujer, varón, que hoy estas aquí, Crees que no conoce tu fidelidad? Crees
que Jesús no conoce tu dolor?, crees acaso que te ha abandonado? Crees
que no te atenderá? Él es el mismo de ayer hoy y por los siglos.
Necesitamos estar a sus pies, necesitamos ser fieles.
Se fiel, escucharas esa voz diciendo mujer he ahí mi bendición, Hijo mío, he
ahí mi gloria.
El discípulo amado:
También Juan tuvo miedo cuando aprehendieron al Señor Jesús, pero sus
palabras, la enseñanza recibida, la angustia, el amor filial que sentía; lo
llevaron a buscar nuevamente a su Maestro y a pararse ahí, a sus pies.
El también sentía dolor.
Y El señor pone su mirada y le da el privilegio de cuidar de María, su madre.
Y Juan no lo toma como una carga, él se siente honrado. Siendo el más chico
de los discípulos, porque no el mayo, el que tenía más recursos económicos
…………. Porque Dios no mira lo que mira el hombre, Dios mira el corazón
1Sam 16:7. Jesús sabia, la ternura que había en Juan, la sinceridad, la
fidelidad hasta exponer vida. Y le dice He ahí tu madre Y Juan desde aquella
hora la recibió en su casa, obedeció.
Y cuantas veces hemos escuchado: El Señor no se queda con nada, que hizo
del discípulo amado, fiel y obediente?
- Le permite escribir el cuarto evangelio.
- Le permite ser pilar de la Iglesia primitiva.
- Le permite escribir 3 cartas mas
- Y le revela el apocalipsis, El plan del Trino Dios.
El Señor ha puesto su mirada en ti y en mí también, te ha dado tareas
pequeñas, esperando tu obediencia, esperando no te sea carga, sino se te
sea un privilegio, te sientas honrado al oír tu nombre, esperando fidelidad
para darte más, para que veas y contemples su gloria. Nuestro amado que
espera verte fiel en lo poco para ponerte en lo mucho.
Dice un coro: de gloria en gloria te veo, cuando más te conozco quiero
saber más de ti.
Has atendido a sus palabras, las has obedecido fielmente?
Hoy está aquí el que justifica, el que perdona, el que consuela, el que
provee, el
Pero ya sabes cuál es tu lugar
Enseñanza:

Jesús era el hijo mayor, quien estaba a punto de cortar los lasos terrenales
que les unía, pero Jesús es él hijo fiel hasta la muerte con su madre, una
mujer que inferimos ya era viuda.
Hoy en medio de un mundo de maldad, cuando los hijos se rebelan contra
los padres, hoy que no hay amor entre padres e hijos, hoy se nos dice:
“Honra a tu padre y a tu madre”
Hoy si te preguntara Jesús, estás dispuesto a cuidar de mi madre o de mis
hermanos, cual sería tu respuesta, si AMEN. 12:50 Porque todo aquel que
hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y
hermana, y madre. Tienes al alcance la familia de Cristo. Un hermano que
necesite un palabra de aliento, un hermano o hermana que necesite que
oren por él, un hno. Que quizá necesite hoy alimentar a su familia.
Hoy si escucharas tu nombre para el ministerio, estarías dispuesto a decir
FIEL.
Si es así: No dudes en que su consuelo y su bendición vendrán en medio de
tu dolor.

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