La Imposición Al Consumo en El Perú Algunos Comentarios en Torno A Los Efectos Del IVA en El Caso de Servicios

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AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

CARRERA PROFESIONAL DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS


FACULTAD DE EDUCACIÓN

La Imposición al Consumo en el Perú Algunos Comentarios en Torno a los Efectos del


IVA en el Caso de Servicios

resumen

Asignatura:
● DERECHO TRIBUTARIO III
Docente:
● Yampara Vilca, Abdon Anibal
Estudiantes:

● Livia Delgado, Nicolay Sebastian

Semestre Académico:
X
Año académico:
2023-2

Puerto Maldonado, octubre 2023


La Imposición al Consumo en el Perú Algunos Comentarios en Torno a los Efectos del
IVA en el Caso de Servicios

Orígenes de la Imposición al Valor Agregado

La imposición al consumo bajo la técnica del valor agregado tiene sus orígenes en Alemania en 1919
(Veredelte Umsatzsteuer). Sin embargo, no fue sino hasta 1954 en que se implementó en el ámbito
normativo en Francia (Taxe sur la valeur ajoutée), luego de algunos intentos de introducirlo en el
Japón a través de la misión de expertos norteamericanos dirigidos por el profesor SHOUP, cuyo
objeto era sugerir mejoras al sistema tributario japonés. En 1967 la Comunidad Europea adoptó dicha
técnica impositiva, de tal suerte que a la fecha, de los países miembros de la OCDE, únicamente tres
no lo han adoptado todavía,

Con relación al Perú cabe señalar que la imposición al consumo tiene sus orígenes en el denominado
Impuesto a los Timbres Fiscales (Ley N° 9923), tributo que gravaba las ventas, además de toda
transacción que implica movimiento de fondos, y que afectaba el íntegro del precio de venta sin
considerar deducción alguna.

Es en 1973, a través del Decreto Ley No 19620, que se establece el Impuesto a los Bienes y Servicios
(lBS), el cual en una primera etapa era básicamente un impuesto monofásico que gravaba la venta de
bienes a nivel fabricante o importador, a partir de 1975 el régimen impositivo va camino a convertirse
en uno estructurado bajo la técnica del valor agregado,
Es a partir de 1982, con la entrada en vigencia efectiva del Decreto Legislativo No 190, que se
comienza a implementar un Impuesto General al Consumo estructurado bajo la técnica del valor
agregado.

Estructura técnica del Impuesto General a las Ventas

El Impuesto General a las Ventas (IGV) es un impuesto plurifásico estructurado en base a la técnica
del valor agregado, bajo el método de sustracción, adoptando como método de deducción el de base
financiera, en mérito del cual el valor agregado se obtiene por la diferencia entre las "ventas" y las
"compras" realizadas en el periodo, vale decir, no se persigue la determinación del valor agregado
económico o real de dicho periodo, el cual se obtendría de optarse por el método de deducción sobre
base real.

El IVA en las operaciones internacionales: el lugar de producción de efectos en el caso de los


servicios

Un impuesto estructurado bajo la técnica del valor agregado, se precipita sobre el valor agregado que
sufren los bienes y servicios durante su proceso de producción y/o comercialización o su utilización
en el país y cuyo impacto se traslada al consumidor final, lo cual implica que en cada etapa del ciclo
de producción y/o comercialización el Estado percibe el gravamen en calidad de anticipo o impuesto a
cuenta del que en definitiva asumirá el consumidor final, lo cual como podrá advertirse, funciona
adecuadamente si el consumo o utilización del bien o servicio se realiza en el propio país. No obstante
ello, en los casos de operaciones internacionales tal funcionalidad se ve alterada, en la medida que el
consumo o utilización se realizará en un país distinto al que recibió los impuestos a cuenta o anticipos.

En ese contexto, el Impuesto General a las Ventas es un impuesto que grava las manifestaciones de
riquezas traducidas en consumos, Tal es la razón por la cual se le cataloga como un impuesto
indirecto, razón por la cual su aplicación debe regirse por el principio de territorialidad.

Sabido es sin embargo, que existen servicios que siendo prestados en un territorio, son consumidos en
otro. Cobran así importancia los denominados principios de imposición en país de origen y en país de
destino. Adoptando el principio de país de destino, se grava el servicio en el país en el cual se efectúa
el servicio, evitándose con ello la eliminación de doble imposición.

En cuanto a los servicios, sólo nos queda indicar que de acuerdo a la legislación peruana, estos pueden
ser a) prestados en el país, b) utilizados en el país, o e) exportados.

Servicio Prestado en el País

El artículo 3 o literal e) numeral l, segundo párrafo del TUO de la Ley del lGV aprobado por Decreto
Supremo N° 055-99-EF, establece que el servicio es prestado en el país cuando el sujeto que lo presta
se encuentra domiciliado en él para efecto del Impuesto a la Renta, sea cual fuere el lugar de
celebración del contrato o del pago de la retribución. Sin embargo, por Decreto Supremo No 064-
2000-EF, se incorpora un segundo párrafo al literal b) del artículo 2° del Reglamento de la Ley del
IGV, indicándose que no se encuentra gravado el servicio prestado en el extranjero por sujetos
domiciliados en el país o por un establecimiento permanente domiciliado en el exterior de personas
naturales o jurídicas domiciliadas en el país, siempre que el mismo no sea consumido o empleado en
el territorio nacional.

Servicio utilizado en el país

El artículo 2 o, numeral l, literal b ), segundo párrafo del Reglamento de la Ley del IGV vigente,
según texto modificado por Decreto Supremo N° 064-2000-EF, señala que un servicio es utilizado en
el país, cuando siendo prestado por un sujeto no domiciliado, es consumido o empleado en el
territorio nacional.

Se agrega en el tercer párrafo del citado numeral, que para efectos de la utilización de servicios, se
considerará que el establecimiento permanente domiciliado en el exterior, de personas naturales o
jurídicas domiciliadas en el país, es un sujeto no domiciliado. La norma dispone que el impuesto
pagado por el usuario del servicio podrá ser utilizado como crédito fiscal pero recién al mes siguiente
de haber sido pagado.

Exportación de Servicios

Finalmente, de conformidad con el artículo 9o numeral l. del Reglamento de la Ley del IGV, para que
un servicio se considere exportado se requiere; a) que se preste a título oneroso,
b) que el exportador sea una persona domiciliada en el país, e) que el usuario o beneficiario
sea una persona no domiciliada en el país y d) que el uso, explotación o aprovechamiento de los
servicios por parte del no domiciliado tengan lugar íntegramente en el extranjero. Pero no todo
servicio que cumpla dichos requisitos se considerará exportado, pues adicionalmente, deberá
encontrarse incluido en el Apéndice V del TUO de la Ley del IGV

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