Ensayo Psicología Del Mexicano en El Trabajo

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 11

UNIVERSIDAD DEL PAÍS INNOVA

Área:
Doctorado en Alta Dirección y Negocios

Asignatura:
Comportamiento Humano y Desarrollo Organizacional

Nombre del Trabajo:


Ensayo del libro “La psicología del mexicano en el trabajo”

Alumno:
Hermilo Bedrán Ruiz

Imparte:
Dr. Martín de Jesús Ovalle Sosa

Fecha:
29 de Abril de 2023
INTRODUCCIÓN
El libro “Psicología del mexicano en el trabajo”, es un claro ejemplo del comportamiento humano que
tenemos los mexicanos en el ámbito laboral, nos va narrando desde el hecho que todos partimos de la
naturaleza humana y de la misma especie Homo sapiens, ya sean alemanes, japoneses, canadienses entre
otros, los mexicanos no somos iguales con ellos como seres humanos ni como trabajadores. Nos explica
desde el comportamiento desde el origen de la conquista realizada por los españoles, hasta principios de
1990; prácticamente el desarrollo como mexicanos en los últimos 500 años; donde pudimos observar que
gran parte de nuestras conductas derivan de nuestra gran historia la cual no debemos olvidar e ignorar; nos
va llevando de la mano en la formación de nuestra identidad por épocas claves en nuestro país como fue la
independencia de México, la invasión de estados unidos, la revolución mexicana y llegando al México
contemporáneo y moderno que conocimos hasta casi el término del régimen priista en la esfera política.
Llevándonos poco a poco a tener conocimiento en los aspectos culturales, los traumas que pasaron nuestros
antepasados que nos fueron llevando a una psicología que nos permitió identificar las crisis de identidad que
como mexicanos fuimos teniendo, sobre todo por la gran dependencia que la Colonia nos dejó en diversas
áreas como el Gobierno, la familia, lo místico; lo anterior nos hace reflexionar la autodevaluación que como
personas muchos aún tenemos y seguimos pasando por algunas situaciones que llevan a ello; hasta llegar
a analizar la psicología social en tiempos actuales, no pudiese eso entenderse si no hace referencia del
origen que se tuvo desde los Aztecas; donde se observa claramente por lo menos dos naciones dentro de
México, una moderna para grupos de privilegiados y otra donde se ve la opresión y marginación que es sin
duda la mayoría que conforma el territorio nacional.

Lo anterior nos permitió conocer más a fondo como es en realidad el trabajador mexicano y desde luego
como han sido ya en la era moderna el empresario o directivo que tiene relación con los trabajadores;
pasando por los efectos de los sindicatos, ya sea abogando estos por sus trabajadores o la falta muchas
veces acuerdos entre la empresa y el sector sindical. Vemos cómo el Gobierno incluso crea organismos o
confederaciones a favor de los trabajadores pero que sirvieron para manipulación política con los lideres
sindicales; así también la gran diferencia que se ha marcado en el ámbito laboral con la mujer; quien muchos
siguen considerando que su lugar está en la casa y ver por la familia.

Lo anterior también analizado desde la perspectiva de lo que sucede en otros países en la conducta de sus
trabajadores, lo cual sirve de aprendizaje de lo vivido en la cultura organizacional en nuestro país.
Rescatando que no todo ha sido malo en nuestra psicología laboral, hemos tenido buenos valores que fueron
recalcados, sobre todo los que tienen que ver con la convivencia y el respeto; por lo cual se destacan valores
fundamentales que hacen que los mexicanos tengamos aspectos positivos como trabajadores. Lo anterior
nos permitió conocer que en el aspecto empresarial México ha sobresalido por su gran calidad y productividad
con ejemplos claros que cuando los trabajadores son esenciales para los directivos de empresas, se pueden
dar grandes resultados a favor de ambos. Todo esto nos lleva a demostrar que los mexicanos estamos en un
proceso de cambio que ha permitido el desarrollo de actitudes laborales muy positivas, lo que hace que aún
sigamos buscando a encontrar una identidad propia para poder con ello crecer y dejar de ser un país en vías
de desarrollo a pasar a ser un país desarrollado, algo que hemos escuchado mucho sobre todo a partir de
1988 que se pensó que el liderazgo que encabezaba a nuestra nación supo vender esa idea muy bien y al
final pasó lo de siempre, que seguimos sin dar ese escalón, que con lo que pudimos observar es posible
llevar a cabo. Muy posible eso suceda cuando Sociedad- Gobierno y Empresarios trabajen en una actitud de
cooperación y todos desde la trinchera que les corresponde hagan su parte.

CONTENIDO
“Psicología del mexicano en el trabajo”, aborda temas muy importantes que van algunos ligados entre sí
y nos pone el contexto desde la perspectiva del autor hechos que han llevado a tener un conocimiento general
del comportamiento del mexicano en el ámbito laboral a lo largo de los años, explicaremos algunos que
consideramos de relevancia para poder tener un contexto de los temas centrales que ha llevado a poder
tener una identidad propia del trabajador en México.

• Capacitación, productividad y psicología nacional y procesos de aculturación del ser


humano:
Estudios de Naciones Unidad identificaron los recursos naturales esenciales para el desarrollo y la
riqueza de los países, determinaron 29; donde México cuenta con todos ellos y es considerado un país
en vías de desarrollo, en sí, un país pobre; cuando algunos países como Japón y Taiwán poseen
solamente 3 de esos elementos y son actualmente ricos en economía ¿A qué se debe? A la forma de
actuar de su población, las cuales algunas son dinámicas y otras apáticas. Los profesionistas que salen
de universidades comprueban que no basta solo con el conocimiento adquirido; sino que también es
importante el manejo del elemento humano.

Las raíces de las conductas laborales deben buscarse en la psicología e idiosincrasia de nuestra nación,
siendo la cultura una fuerza importante del comportamiento; por lo que, si nuestro reto es comprender al
mexicano y orientarlo, sin duda es importante conocer la psicología del mexicano y para ello lograrlo
conocer su historia; ya que debemos tener en cuenta que el trabajo es una función de la personalidad y
que el hombre se proyecta en su oficio o en la profesión que desarrolle.

La conciencia de lo “mexicano” se desarrolla a partir de la independencia de México en 1821; sin


embargo, fue hasta el siglo XX donde se empezó a investigar sobre su esencia, los pioneros en ello
fueron: José Vasconcelos, Antonio Caso y Samuel Ramos y más actuales Octavio Paz, Santiago
Ramírez, Carlos Fuentes y Enrique Krauze.

• La sociedad mexicana, su cultura y los traumas a lo largo de los siglos:


Los mexicanos somos un conglomerado de 3 ingredientes: a) El factor indígena: el autoritarismo
teocrático azteca. b) El factor hispano-cristiano: esto se refiere a la sangre y cultura de los conquistadores
y c) Factor anglosajón: por nuestros vecinos del norte.
El México-Tenochtitlán alcanzo una organización grandiosa para su época, no había un campesino sin
tierra, buen desarrollo urbano y estableció la educación obligatoria, no había alcoholismo; sin embargo,
en 1492 se dio el descubrimiento de América y aquí tenemos la cruzada religiosa militar dirigida por Cortés
y los frailes. Los conquistadores fueron, por un lado, soldados audaces, rudos, ambiciosos (como una
figura paterna) y los frailes misioneros (representantes de la iglesia) gente servicial, pero solidaria a los
abusos del régimen colonial.

Hablar de conquista o evangelización fue en realidad un choque violento. Los europeos católicos llegaban
a “las indias” a tomar posesión como dueños; por todo ello toda la historia de México ha sido traumática,
en parte por la superioridad de los invasores que montaban a caballo y utilizaban cañones, frente a los
indios de a pie, semi desnudos portando flechas y escudos de palo y cuero.

Por lo cual destacan 8 situaciones agudas de traumas: 1) La conquista militar 2) La conquista espiritual
3) El mestizaje 4) La secularización 5) La independencia 6) La mutilación del territorio nacional 7) La
reforma 8) La revolución.
La doble conquista expulsó al indio como protagonista de la historia; lo borro y anuló. Traumático fueron
trabajos forzados para la construcción de palacios y templos en el territorio nacional que fueron refugio
para los españoles y símbolo de poderío de las ordenes evangelizadoras. No podemos negar que a causa
de todo lo sucedido a los indígenas, 500 años después aún muchas comunidades no se acaban de
integrar a la sociedad nacional y siguen siendo los “marginados”.

Para cohesionar a una población harta de las desigualdades surge el movimiento independentista
quienes utilizaron en su momento con Hidalgo un símbolo religioso-patriótico: la Virgen de Guadalupe, la
cual llevó 11 años su consolidación. En 1821 la independencia de México se había consumado. No
obstante 26 años después México sufrió la mutilación de más de la mitad de su territorio siendo los E.U.A.
los responsables; años después se da el movimiento de Reforma el cual culmina con la elaboración de
la Constitución de 1857.
Luego vino el porfiriato con su nuevo feudalismo y paz, se reestablece el orden, pero se nota una clara
riqueza para una aristocracia y miseria para la muchedumbre; por ello se genera un sentimiento de
justicia, democracia y libertad una convulsión popular que llevo a la Revolución en 1910.

En el transcurso del siglo XX nos invade el neocolonialismo del vecino del Norte, con sus transnacionales,
sus productos, sus modas, manipulando nuestra economía y nuestra política, es su forma de
controlarnos; la propia expropiación petrolera fue promovida por ellos para expulsar a sus competidores
y lograr una dependencia en lo tecnológico de ellos. Ya en los años setentas nos esperaba otro trauma,
las devaluaciones y la inflación.

• Psicología profunda y la dependencia ancestral:


Se entiende por identidad nacional la conciencia de determinados rasgos compartidos por la colectividad
y la aceptación de un estilo de vida que incluye un sistema de normas y valores; parece que la historia
se repite, así como el mexicano de los siglos pasados admiraba y respetaba al conquistador español,
ahora admira y respeta al conquistador estadounidense.

El constante temor de perder su identidad hace al mexicano de clase popular patriotero y agresivo; por
suerte existen recursos positivos para buscar y afirmar la identidad nacional: los símbolos nacionales, la
común idiosincrasia, el folklore, las obras de grandes muralistas, el deporte. En México la ideología
dominante es el nacionalismo; para las mayorías la Nación es cultura, mentalidad, mito y mesianismo.

En el panorama ético de la población mexicana destaca una nube de cinismo: la mordida, el soborno,
violaciones a la constitución, la infidelidad, los que cobran sueldo sin trabajar, los fraudes y evasión fiscal.

Por siglos la norma a lo largo y ancho de nuestro territorio fue la dependencia. La Colonia fue el mundo
de lo ajeno. El mexicano del México independiente acusa fuertes dependencias: a) Al Gobierno b) De lo
divino y sobre natural c) A la familia d) Del medio ambiente e) De las tradiciones f) De la naturaleza g) Del
vecino del Norte; por lo anterior podemos resumir: el mexicano es inseguro, tiene baja autoestima, no se
involucra a fondo y no es un país culto en lectura de calidad.

Es claro que no negamos nuestra herencia colonial; no hemos superado el prototipo del padre ausente,
ése que menosprecia a la mujer, con este patrón crecen los hijos varones y varios reproducirán el modelo.
• La autodevaluación del mexicano y la sociedad actual:
Existen varias evidencias de la autodevaluación del mexicano: sobrevaloración de los extranjeros,
influyentismo, fanfarronería, impuntualidad, las antesalas, insubordinación y anarquía, el miedo, la
envidia, el despilfarro, el fenómeno del tapado, la basura, susceptibilidad, fe guadalupana, soborno y
mordida; esto último llamado corrupción la cual es un problema cultural tan grande que para muchos se
ha convertido en algo normal; con ello va a la par el disimulo en una sociedad de dos caras: En la retórica
oficial, la democracia; en la realidad la dedocracia. En el discurso político, interés por el campo, en la vida
real los campesinos son los olvidados y otro no menos trascendental: el camaleonismo político, en general
funcionarios y empresarios van tomando el color del grupo en el poder.

En la actualidad la sociedad somos dos naciones en una: la moderna, la de la minoría privilegiada que
acapara ciencia, riqueza y poder y la antigua, la de la mayoría oprimida y marginada.

La familia, en las clases populares el padre sigue siendo una especie de dueño de la mujer y de los hijos;
esto lleva a que muchos obreros sometidos al autoritarismo del patrón tiendan a reproducirlo en su
relación de pareja. De ello la mujer ha sido identificada como símbolo de debilidad, del sometimiento y
de la inferioridad social; en México fue hasta 1953 que se le otorgó derecho de votar, cuando países como
Australia lo hacían desde 1902; por lo que el perfil psicológico de la mujer mexicana es: abnegada,
disimulada y fingida, sometida, religiosa y tradicionalista. En los jóvenes su psicología es diversa según
la clase social y tomando como base la clase media podemos decir que: tienen conciencia de clase a
cierto estrato social, piensan que viven en el país de la corrupción, viven en función de la simulación.

Las clases sociales en los mexicanos son: a) los de abajo (sobresale la resignación, la impotencia y la
derrota) b) la clase media (conforma una estructura de enajenación y simulación) c) la clase poderosa
(es la aristocracia económica que controla los medios de comunicación, las empresas y a los obreros);
sobresaliendo de todo ello poco sentido social y mucho individualismo; por lo cual el mexicano no es muy
institucional, ya que presenta lo siguiente: comportamientos desorganizados, poco sentido social y de
cooperación, poca responsabilidad social, prefiere trabajar sólo (no cree en el equipo), han florecido más
como artesanos que como industriales (ya que este exige hacer equipo).

• El trabajador mexicano:
Durante la dominación española el trabajador pasó a la categoría de peón, en ese entonces el sistema
colonial, el poder, el dinero y prestigio dependían de nexos con la Corona española, no del trabajo. Por
lo cual en esa época trabajar era sinónimo de servir a un empleador explotador y ventajoso.
En tiempos más actuales para comprender al mexicano en el ámbito laboral, hay que distinguir entre el
empresario y el personal que labora bajo la dirección de ellos, ya que desde luego se da una interacción
entre unos y otros. Muchos mexicanos ven en el trabajo sólo un medio para subsistir y en las
organizaciones mexicanas cita Horacio Andrade “hay una fuerte lucha por el poder y las áreas suelen
convertirse en feudos que compiten entre sí, por lo que la colaboración interdepartamental es poco
frecuente. El trabajo en equipo es prácticamente inexistente”.

En México existen oficialmente un número alto de días no laborables y otros días de descanso obligatorio
por las “conquistas sindicales”; alto índice de ausentismo, de impuntualidad, de accidentes y
enfermedades relacionadas con el trabajo; el mexicano rehúsa asumir el liderazgo por temor a ser
rechazado, por considerar que no está altamente capacitado, ya que representa ello mayor
responsabilidad; lo que realmente sucede es que sus expectativas de obtener logros, reconocimiento y
autoestima son escasas, su sentimiento de minusvalía le hace suponer que difícilmente puede lograrlo.

Cuando los sindicatos abogan por sus representados, exigen mayores sueldos, más prestaciones,
reducción de actividades. Están muy lejos de la necesaria sinergia “sindicato-consejo administrativo de
la empresa”; también algo importante es recalcar que por la geografía de nuestro territorio existen
diferencias entre el trabajador mexicano por ejemplo de la zona norte con otro de la zona sureste de
México; el primero es más austero, disciplinado y activo, comparando con el del sur que por su tipo de
clima es menos activo, es despilfarrador y más fiestero.

El campesino ha necesitado emigrar a zonas urbanas y se ha convertido en obrero y por su actividad


natural es más pasivo y al incorporarse a industrias le ha provocado conflictos en su forma de vivir.

Ancestralmente la mujer ha vivido en una situación asimétrica y desigual respecto al sexo opuesto, no
negando que en tiempos más recientes se ha empezado a percibir un cambio en algunos sectores; pero
muchos aún la siguen viendo en su papel de estar en el hogar y con la familia. Afortunadamente la
sociedad empieza a ser más abierta y se ha incrementado su nivel de escolaridad. Ahora la mujer se
encuentra con mayores posibilidades de estudiar, trabajar y contar con una vida social activa.

Referente a la contraparte que son los empresarios que dirigen a los trabajadores, aún muchos
centralizan el poder de la toma de decisiones, ya que se desconfía de la capacidad de las personas en
niveles inferiores para actuar por cuenta propia, por lo cual se limita al trabajador a sólo cumplir órdenes.
Las comunicaciones son descendentes y verticales, lo que incrementa la dificultad de la integración de
los equipos, la percepción completa de los objetivos y el involucramiento de los trabajadores en el proceso
productivo. Tanto directivos como sindicatos se olvidan de buscar caminos para otorgar en forma objetiva
reconocimientos al esfuerzo y a la dedicación al trabajo, lo cual es una queja constante de los
trabajadores, ya que si cometen un error rápido los sancionan, pero si el trabajo es bueno nadie lo nota.

La empresa privada y la pública se han caracterizado por su liderazgo autoritario y la otra por su estado
liberal. En la primera el trabajador da mayor productividad, pero más insatisfacción personal por la presión
del líder autoritario, lo que genera una disminución del rendimiento a la largar; en el otro caso se propicia
la apatía, la indiferencia hacia el trabajo y una organización informal cohesiva lo que lleva a la
improductividad, la ineficiencia y al desinterés por la calidad.

• Otras culturas y conductas laborales:


Un gran aprendizaje es la analogía y otra es el contraste, por lo cual es importante saber que sucede en
otras culturas. La cultura moldea a los habitantes de un país; las tradiciones, costumbres y valores difieren
de una sociedad a otra, por lo cual la conducta de sus pueblos también es distinta. Los estadounidenses
conciben la vida para disfrutar y, por ello, el individuo debe transformar su entorno a fin de hacerlo cómodo
y práctico; en comparación con el mexicano que se auto modifica para amoldarse al medio. Los europeos,
ingleses y holandeses llegados a América se habituaron a estar dispuestos en trabajar duro. Las
organizaciones estadounidenses han desarrollado valores como la eficiencia, los resultados tangibles y
la especialización, y los han enmarcado en sistemas de reglas y normas bien definidas a fin de garantizar
el cumplimiento de los objetivos. Logrando un alto nivel de desarrollo tecnológico y un pueblo
individualista, competitivo, con fuerte deseo de ganar.

La ex Unión Soviética, se percató que el modelo comunista no dio los resultados esperados; generó alto
índice de alcoholismo y los bajos niveles de productividad reflejaban insatisfacción de los habitantes,
provocando descontrol social. Así también China, con abundante mano de obra, ha evitado la
mecanización de las labores, pero el trabajo es rutinario y la gente se limita a cumplir; sin embargo, tiene
un alto nivel de educación, 98% cuenta con bachillerato y comparando con México es abismal, ya que
nuestro país tiene un nivel de estudios de 6º de primaria.

Por su parte Japón tiene problemas de sobrepoblación, carencia de espacios para cultivar y habitar, altos
índices de suicidio; sin embargo, es un pueblo inminentemente laborioso que se ha unido para surgir de
la destrucción y convertirse en una potencia económica y procura cultivar las mejores virtudes del ser
humano a través de la religión.

Países asiáticos como Taiwán, Corea del Sur y Hong Kong, se han colocado en la actualidad como
proveedores de múltiples artículos de excelente calidad que se venden por todo el mundo, todos ellos
tienen en común la disciplina, la laboriosidad, la lealtad y perseverancia y altos niveles educativos, para
todos ellos el trabajo es sinónimo de triunfo.

Resulta claro que el comportamiento de los individuos se ve afectado enormemente por los valores
predominantes en su cultura, valores adquiridos desde la infancia y reflejados en su vida adulta.
Conscientes de lo positivo y lo negativo, los mexicanos podemos transformar algunos de nuestros
patrones culturales en aras de nuestro desarrollo como individuos y del engrandecimiento de nuestro
México.

• Los aspectos positivos de nuestra psicología y el desarrollo de actitudes labores


positivas:
En México la mayoría de las personas recurren a su familia o a la religión para solicitar apoyo emocional,
lo que destaca la fuerza social, la cohesión de la familia y las creencias religiosas como fuentes de
seguridad. En la familia los mexicanos encuentran tranquilidad, seguridad, alegría, satisfacción,
confianza, amor; la misma cultura mexicana al ser revalorada en sus dimensiones genuinas puede ser
altamente positiva; si bien es cierto que no sobresalimos en valores de logro, como la iniciativa, la
ambición, la independencia, la audacia y la perseverancia, también es cierto que cultivamos valores de
convivencia, como el respeto afectuoso, la bondad, la humildad, la paciencia, la tolerancia y la amistad;
sin duda los valores fundamentales de los mexicanos son la familia, la patria y la religión.

En consecuencia, los aspectos más positivos del trabajador mexicano los encontramos en su actitud
servicial, inclinada a la colaboración, siempre y cuando se sienta aceptado y valioso. Las empresas harían
bien en aprovechar estas cualidades recompensando a sus trabajadores por su actitud servicial y
cooperativa; asimismo, su ingenio puede aprovecharse para el mejoramiento de la calidad de los servicios
y productos. El respeto y la obediencia, unidos a su flexibilidad e ingenio, hacen que el trabajador
mexicano sea muy apreciado en otras culturas. Tenemos tanto o más potencial que los habitantes de
otros países, sólo hace falta aumentar la responsabilidad por parte de los trabajadores y fomentar el
aprecio de estos valores por parte de los empresarios.

No podemos omitir que, así como los mexicanos tenemos valores, existen empresas mexicanas que han
destacado por su productividad y por el crecimiento que han alcanzado. La clave de ello está en su gente,
en la actitud de sus directivos, en su preocupación por el mejoramiento que se refleja en objetivos bien
definidos en intensos programas de capacitación, en control de resultados y retroalimentación constante,
así como en los programas de desarrollo y crecimiento de su personal; algunas de ellas son: Hoteles
Camino Real, Aeroméxico, Restaurantes Vips, Hylsa, Bimbo.
Por lo tanto, los mexicanos hemos tomado conciencia de ser una sociedad en proceso de cambio y un
gran laboratorio de transformación; por lo que se ha visto la base del desarrollo humano está en el
conocimiento de uno mismo; saber cuáles son nuestras cualidades y cuáles nuestras debilidades nos
permiten aprovechar las primeras y esforzarnos por superar las segundas. Los mexicanos no somos
inferiores, pero no hemos alcanzado el pleno desarrollo porque no nos sentimos capaces de lograrlo.
Nuestros recursos tanto materiales como humanos son tantos que nos pueden convertir en un país rico
y poderoso. Si todas las empresas mexicanas y todos los mexicanos pensáramos en términos de valores,
nuestro camino hacia la superación sería fácil y agradable.

El proceso consiste en dejar atrás el estado de dependencia respecto a la familia, al patrón, al gobierno,
a los países extranjeros; lograr la verdadera independencia significa saber valernos por nosotros
mismos y sentirnos seguros de lograrlo; por lo cual debemos promover en nuestros hijos su
independencia psicológica porque así podrían obtener seguridad en sí mismos, una alta autoestima, más
posibilidades de lograr sus metas y, en consecuencia, mayor satisfacción.

Nuestras instituciones educativas deben abogar por el aprendizaje crítico y creativo a través de la reflexión
y de la comprensión personal de los temas de estudio. Por otra parte, los jefes deben dejar de considerar
a sus trabajadores como simples subordinados, deben considerarlos colaboradores. Si todos nos
esforzamos en ser mejores obtendremos satisfacción por el trabajo responsable, bien hecho y a tiempo.

Para lograr el éxito y ser excelente, México debe valorar, aprovechar y cuidar sus recursos naturales;
enaltecer el valor del trabajo; incrementar la dedicación e interés de los padres en la educación de sus
hijos. En México deben trabajar unidos empresa y gobierno, en actitud de cooperación en torno a la
calidad total de los productos para lograr el fin común: el crecimiento y el desarrollo.

CONCLUSIÓN
El libro “Psicología del mexicano en el trabajo”, nos hace reflexionar sobre el comportamiento humano del
mexicano en el trabajo, ante la sociedad y en el circulo más cercano del individuo que es la familia; lo cual
sería imposible de comprender si no tuviésemos el contexto real de nuestra historia; el llevarnos al tiempo de
la Conquista de los españoles al pueblo Azteca, pasando por diferentes momentos trascendentales en el
desarrollo de nuestro país y de nuestra historia, hasta llegar al México contemporáneo casi a finales del siglo
XX, hace que comprendamos el porque nos hemos sentido sometidos no sólo en el trabajo; si no también en
nuestro circulo social y en la que comúnmente llamamos la base de la sociedad que es la familia.
Sin duda podemos transformar ese sentimiento que se tiene de no poder hacer las cosas, podemos llevar a
cabo las transformaciones en temas de super importante relevancia como lo es la educación, que permitirían
ir rompiendo el ciclo de generaciones que ha arrastrado por 500 años dicha actitud.

Importante lograr que sociedad-gobierno-empresas sufran una inyección de renovación que permita el
crecimiento a cada uno, que logre que el colaborador sea reconocido como tal por los empresarios y que el
gobierno vea en la iniciativa privada el motor que le pueda permitir llevar desarrollo a todo el territorio nacional
y lograr con ello paulatinamente ser un país desarrollado; lo cual sin duda es posible por la gran riqueza no
sólo en recursos naturales y materiales que tenemos; si no por que contamos con mexicanos con grandes
valores, quienes sin duda son el principal activo que tienen las empresas.

No hay duda que la experiencia de otros países debe ser un motivador para el nuestro y con ello tener una
cultura organizacional basada desde la perspectiva del trabajador en lo buenos valores que tenemos; con
ello la psicología laboral del mexicano se posicionaría grandemente y con ello las empresas sin duda
reconocerían el esfuerzo y dedicación que sus colaboradores realizan y llevaría a poder incentivar y motivar
al personal para que también la empresa produzca con mucho mejor calidad y con ello lograr aumentar su
productividad, lo que se reflejaría en mejores dividendos que es lo que por naturaleza busca todo empresario.

Las bases para lograr ese gran proceso de cambio están dadas, ahora sólo es cuestión de saber encausarlas
cada uno desde la posición que le corresponde, el colaborador ya sea hombre o mujer siendo más
comprometido con sus funciones, las empresas valorando y trabajando con una sinergia positiva con ellos y
el gobierno impulsando la producción nacional y permitiendo que sean las empresas el motor que impulse el
crecimiento económico, el cual se debe ver reflejado en mejores condiciones laborables y sueldos mejor
pagados que permitan también al trabajador crecer en su economía y poder brindar a su familia mayor
bienestar, es importante para el gobierno que permita que la iniciativa privada sea la generadora de empleos
y riqueza para México, lo cual llevaría a nuestra nación a salir de esta situación que por tanto tiempo ha
imperado.

¡Hagámoslo realidad! Claro que podemos ver un México con mejores condiciones sociales, igualdad y
equidad entre hombres y mujeres que le permita a las futuras generaciones disfrutar en todos los aspectos
lo que nos ofrece esta gran nación, debemos todos estar orgullosos de nuestra cultura y valores adquiridos,
debemos estar sumamente orgullosos de ser mexicanos.

Referencia Bibliográfica:
Rodríguez, M; Ramírez, P. Psicología del mexicano en el trabajo (2aª. Edición). México.
Editorial McGraw- Hill Interamericana Editores, S.A. de C.V.

También podría gustarte