Leone C Max Point SA S Daños y Perjuicios

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Poder Judicial de la Nación

CAMARA CIVIL - SALA M

ACUERDO. En Buenos Aires, a los días 15 del mes de mayo del año dos mil
veintitrés, hallándose reunidos los señores jueces de la Sala “M” de la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil, Dres. María Isabel Benavente, Guillermo D. González Zurro y
Carlos A. Calvo Costa, a fin de pronunciarse en los autos “Leone, Nicolás Leonardo
Sebastián c/ Max Point SA s/ daños y perjuicios”, expediente n° 42.461/2014, la Dra.
Benavente dijo:

I.- Según relató en el escrito de postulación, Nicolás Leonardo


Sebastián Leone formó parte del contingente de alumnos del “Colegio Parroquial” que el 6
de septiembre de 2013 llegó a la Ciudad de Bariloche. Una vez allí fueron convocados por
los coordinadores del Hotel Nevada para darles la bienvenida, en una celebración
programada que se llevó a cabo con los estudiantes de otros colegios del país. En el ámbito
de dicha celebración, para generar un clima festivo, los coordinadores incitaron a los
alumnos a saltar, bailar y hacer “pogo” hasta finalizar en un círculo del lobby todos juntos.
Como consecuencia del aglutinamiento y los saltos, al descender con su rodilla izquierda
Leone cayó al piso. Allí le pisaron el hombro y quedó inmovilizado por el dolor. Fue
ayudado por un compañero a salir arrastrándose del lugar, y llamó a los coordinadores para
que lo asistan.
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Una vez en la habitación, una médica le inyectó un calmante,


indicándole reposo absoluto debido a que tenía la rodilla derecha muy hinchada y el
hombro dolorido. A raíz de ello perdió todas las excursiones programadas. Al llegar a
Buenos Aires, visitó a un traumatólogo que le diagnosticó rotura de ligamentos cruzados
anterior en la rodilla derecha y traumatismo de hombro. Fue intervenido quirúrgicamente
colocándole un tornillo transversal.
Al responder la demanda, Max Point S.A. negó los hechos.
Especialmente desconoció que los coordinadores hubieran obligado ni alentado al actor a
saltar, sino que el hecho ocurrido obedece a la propia responsabilidad de la víctima.
Por su parte, Federación Patronal Seguros S.A., reconoció haber
celebrado un contrato de seguros con Max Point SA en los términos y condiciones
establecidos en la póliza n° 1722128. Negó los hechos como así también la procedencia del
reclamo.
Producida la prueba, el a quo dictó la sentencia del 15 de abril de
2021. Hizo lugar a la demanda y en su mérito, condenó a “Max Point S.A.” a pagar a
Nicolás Leandro Sebastián Leone la suma que indica, con más sus intereses y costas. Hizo
extensiva la condena contra Federación Patronal Seguros S.A.
Viene apelada por la demandada que resultó vencida y por su seguro.
La primera cuestiona la atribución de responsabilidad, la procedencia y cuantía de los
Fecha de firma: 15/05/2023
Firmado por: GUILLERMO GONZALEZ ZURRO, JUEZ DE CAMARA
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daños, como así también el orden de distribución de las costas. Federación Patronal
Seguros S.A., por su parte, sostiene que la decisión que hace extensiva la responsabilidad
por el total de la condena es arbitraria, en la medida que en la audiencia preliminar se
desestimó la prueba pericial contable que le hubiera permitido probar el límite de cobertura.
Cuestionó asimismo los montos por los que prosperó el reclamo y la tasa de interés fijada
en el pronunciamiento.

II.- Se encuentra fuera de discusión que por la fecha en que tuvo


lugar el infortunio resulta de aplicación el Código Civil sustituido y sus leyes
complementarias.
En efecto, el límite a la aplicación inmediata de una nueva ley va a
estar dado por la noción de los “hechos cumplidos”, pues aquélla podrá operar en tanto las
consecuencias no se encuentren consolidadas con anterioridad a su entrada en vigencia. Por
aplicación de este principio, la doctrina coincide en que la responsabilidad civil queda
gobernada por la ley vigente al momento del hecho antijurídico, aunque la nueva
disposición rige las consecuencias que no se encuentran agotadas al momento de entrada en
vigencia del nuevo ordenamiento1.
Por lo expuesto, es claro que este caso habrá de regirse por la ley
vigente al tiempo de su causación, con excepción de la cuantificación del daño que ha de
quedar gobernada por la nueva normativa2.

III.- Comenzaré por examinar las quejas de “Max Point SA” que
cuestiona la responsabilidad que le fue atribuida. En los agravios, además de citar una
disposición que a la fecha en que ocurrió el infortunio se encontraba derogada –Ley 19.918,
que aprobó la Convención de Bruselas con vigencia hasta el 16-12-2009- sostiene que el
colega de grado aceptó a libro cerrado la versión del actor, sin valorar que el hecho ocurrió
por culpa de la propia víctima.
Es bien sabido que el escrito de expresión de agravios deberá
contener la crítica concreta y razonada de las partes del fallo que el apelante considere
equivocadas. Por tanto, debe señalar parte por parte los errores fundamentales de la
sentencia y realizar un análisis razonado que demuestre que es errónea, injusta o contraria a
derecho. No es admisible remitirse a presentaciones anteriores (art. 265 CPCCN), ni a
argumentos previos como así tampoco realizar apreciaciones genéricas o subjetivas que
sólo revelen una mera disconformidad con la resolución apelada 3. La falta de observancia

1
Kemelmajer de Carlucci, Aída “La aplicación del Código Civil y Comercial a las relaciones y situaciones jurídicas
existentes”, en Rubinzal Culzoni, Santa Fe. 2015, p. 101 ZAVALA DE GONZÁLEZ, Matilde, "Resarcimiento de
daños" 2da Daños a las personas (integridad sicofisica), Ed. Hammurabi-Jose Luis Depalma Editor, p. 473;
Galdós, Jorge M., “La responsabilidad civil y el derecho transitorio”, en rev. La Ley del 16-11-20115, p. 3.
conf. Galdós, op.cit.
2 15/05/2023
Fecha de firma:
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de las pautas expuestas trae como consecuencia la falta de apertura de la alzada y, por
consiguiente, la deserción del recurso de apelación (art. 266 CPCCN).
En el caso, la emplazada no cuestionó el marco jurídico a partir del
cual el juzgador examinó el planteo, que no es otro que la ley 24.240, disposición ésta a la
que remite la ley 25.599 y su modificatoria, 26.208 (art. 5). Por cierto, la ley 24.240 es
reglamentaria del art. 42 CN en cuanto refiere que los consumidores y usuarios de bienes y
servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e
intereses económicos. Además, para la mejor tutela de esos intereses, el art. 5° LDC
impone en cabeza del proveedor una obligación de seguridad de resultado, por la cual se
garantiza al consumidor o usuario que no sufrirá daños en su persona o bienes como
consecuencia de la relación de consumo4. Por tanto, era a la demandada a quien incumbía
acreditar que dicha obligación se había tornado de imposible cumplimiento como
consecuencia de una causa ajena a la órbita de riesgo del organizador o prestador del
servicio o lo que es lo mismo, debe probar en el caso, la alegada culpa de la víctima con los
caracteres del casus.
No obstante tan claro y sólido argumento, Max Point S.A. insiste en
alegar genéricamente su falta de culpa, sin haber probado siquiera ningún hecho que
demuestre que el cumplimiento de la obligación de seguridad se hizo imposible por culpa
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del damnificado. Pasa por alto las declaraciones testificales de Ramírez (fs. 281), Chavez
(fs. 282) y Benvenaste (fs.284), que fueron exhaustivamente ponderadas en la sentencia. De
ellas se desprende que los coordinadores pusieron música y les dijeron a los estudiantes que
hagan “pogo”, los incitaron a ello, es decir que lejos de desalentar la exaltación de los
jóvenes, la promovieron, la estimularon, subestimando el riesgo común, frecuente y
esperable, de que el participante se caiga. Ninguna mención a la conclusión elaborada por
el juez fue cuestionada en las quejas.
Por lo demás, la empresa demandada hace caso omiso a la directiva
del art. 53 de la LDC en tanto dispone que “los proveedores deberán aportar al proceso
todos los elementos de prueba que obren en su poder conforme a las características del bien
o servicio, prestando la colaboración necesaria para el esclarecimiento de la cuestión
debatida en el juicio”. Nada de eso ocurrió. Max Point SA solo se basa en el relato del actor

3
Alsina, Hugo, “Derecho Procesal” T° IV, pág. 389; Manuel Ibáñez Frocham, "Tratado de los recursos en el
proceso civil", Buenos Aires, 1969, página 152; Morello, Augusto, "Código Procesal…", Buenos Aires, 1969,
tomo II, página 565; Fenochietto-Arazi “Código Procesal Civil y Comercial de la Nación”, T° I, pág. 939.
4
Barreiro, Karina, “Derecho de turismo”, ed. Ad Hoc 2019, T. I, p. 155 ss.; Rinesi, Antonio Juan,
“Responsabilidad del organizador de viajes”, Revista de Derecho de Daños, “Daños en el transporte”, Nro.7, p.
252/3; Agoglia, María M., “Responsabilidad del organizador de viajes de turismo combinado y de la agencia de
turismo intermediaria”, RCyS, 2008, p. 71; CNCiv., Sala L. “Mancuello, Yanina c. Turismo Río de la Plata y otros
Fecha de firma: 15/05/2023 s. daños y perjuicios”, del 10-10-2012.
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para concluir a partir de allí que nadie lo obligó a saltar y a hacer “pogo”, sino que lo hizo
voluntariamente. Olvida la declaración de los testigos que dieron cuenta del estímulo
recibido por los estudiantes de parte del coordinador –en la ocasión, dependiente de la
empresa- para comenzar la fiesta de bienvenida con saltos y festejos. A la luz del código
actualmente vigente -inaplicable al caso, como dije por la fecha en que ocurrió el hecho-, la
cuestión habría quedado enmarcada en el art. 732 del CCC, en la medida que los
coordinadores son los encargados de cumplir, por delegación de la empresa de turismo
estudiantil, el deber de seguridad de resultado al que hice anteriormente referencia.
En el mismo sentido de mi voto, en otros precedentes se ha
desestimado la culpa de la víctima invocada como causal de exoneración por el proveedor
del servicio de viaje estudiantil. Así, en un caso en que un joven se lesionó jugando en la
habitación con sus compañeros se dijo que no es extraño a la actividad empresarial de la
demandada que los adolescentes-estudiantes jueguen en sus cuartos durante el viaje de
egresados. De modo tal que en esos casos la empresa debe prestar más atención y acentuar
el deber de protección, toda vez que la apreciación de la culpa o del hecho de la víctima
debe examinarse teniendo en cuenta las especiales características de los consumidores y de
las relaciones de consumo, especialmente su condición de vulnerabilidad 5. A su vez, en el
precedente fallado por la Sala L de esta Cámara -anteriormente citado- se condenó a la
agencia de turismo por los daños experimentados por una estudiante en el interior de la
discoteca donde disfrutaba de una noche de esparcimiento estipulada en el contrato de viaje
de egresados. El hecho tuvo lugar por la gran cantidad de espuma derramada en el piso que
hizo que la joven cayera y fuera pisoteada por otros estudiantes. Allí, el vocal preopinante,
con cita de Kemelmajer de Carlucci sostuvo que la empresa organizadora de un viaje
estudiantil en carácter de prestadora del servicio, es responsable por el daño sufrido por el
pasajero pues existe un deber de seguridad a su cargo cuya transgresión se presume a partir
del daño6.
De modo que frente a la inexistencia de elementos para tener por
acreditada la imposibilidad de pago, propongo a mis apreciados colegas, declarar la
deserción de la apelación en este punto.

IV.- La citada en garantía, por su parte, se agravia porque el colega


de grado tuvo por no probado el límite máximo de la suma asegurada, que había sido
desconocido por el actor. Afirma que en la audiencia preliminar el a quo desestimó la
prueba pericial y ahora la condena por no haber probado el referido límite. Advierto que el

5
2°CCMPT, “Mendoza, “Cruz Flores, Emiliano Agustín c- Cooperativa de Transprote Automotor de Servicios s.
daños y perjuicios”, del 3-4-2027, Rubinzal Online.
6
Voto del Dr. Liberman en “Mancuello, Yanina Vanesa c/Turismo Río de la Plata S.A. y otro s/ daños y
perjuicios” Expte. 51.006/2.006 del 10-10-2012, ver también (Kemelmajer de Carlucci, Aída, “El contrato de
servicios turísticos. Su realidad en la jurisprudencia argentina reciente”, en Revista de Derecho Privado y
Comunitario
Fecha de firma: 15/05/2023 2005-2 “Contratos de servicios – II”, Rubinzal – Culzoni Editores.
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rechazo de la prueba en cuestión se fundó en que se acompañó una póliza “por accidentes
personales”, ajenas al ámbito de la citación en garantía para la cual había sido llamada a
este juicio. Esta decisión no fue siquiera cuestionada. Tampoco se hizo reserva de solicitar
su producción de la alzada.
En el referido considerando, la sentencia apelada no hace más que
reiterar lo dicho en la oportunidad de la audiencia referida. Sin embargo, ni siquiera
tardíamente el seguro critica los fundamentos por los cuales se desconoció el valor
probatorio de las pólizas. De modo tal que, no cabe una solución distinta de la que contiene
el pronunciamiento apelado.

V.- Frente a las quejas formuladas por Max Point S.A. destaco que en
virtud de la fórmula “y/o lo que en más o en menos resulte de la prueba a producirse …”,
introducida por la actora en el escrito de inicio (cfr. fs. 44 pto. I), la cuantía indemnizatoria
por incapacidad puede ser incrementada incluso por encima de las sumas oportunamente
reclamadas, pues al tratarse de una deuda de valor, el resultado final surgirá de la prueba.
Ese es uno de los beneficios que presenta esta fórmula, que permite apreciar las
oscilaciones intrínsecas del daño de modo tal de tomar medidas para resguardar su valor al
tiempo del dictado del pronunciamiento 7. Esta conclusión lejos está de vulnerar la
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congruencia del fallo sino que –muy por el contrario- evita la contaminación de la
reparación con factores exógenos8. Por lo demás, ha dicho nuestra Corte Suprema de
Justicia que “una condena judicial no quebranta los términos de la litis ni decide ultra
petita aun cuando exceda el importe indicado en la demanda, si la expresión de este último
ha sido seguida de la reserva relativa a ‘lo que en más o en menos resulte de la prueba’.
Esto es así por cuanto, en tales condiciones, debe entenderse que la determinación de los
daños ha sido dejada a lo que surja de la mencionada prueba”9.

VI.- Me ocuparé de los daños


a) Incapacidad sobreviniente (Daño físico y psíquico).
Por incapacidad sobreviniente debe entenderse cualquier alteración
del estado de salud física o psíquica de una persona que le impide gozar de la vida en la
medida en que lo hacía con anterioridad al hecho, con independencia de cualquier

7
Alterini, A.- Ameal, O.- López Cabana, R., “Derecho de Obligaciones Civiles y Comerciales”, Abeledo Perrot,
n° 616, conf. CSJN Fallos 334:69.
8
Sala M, en autos “Sánchez, Mirta Noemí c/ Ortubia, Javier Omar y ot. s/ ds y ps”, expte. n° 39.258/2.008, del
20/02/2017, entre otros.
Fecha de firma: 15/05/2023 9
Fallos: 266:223; 272:37; 291:88 y sus citas, entre otros.
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referencia a su capacidad productiva10. La protección de la integridad corporal y la salud
estuvo implícitamente consagrada en la Constitución Nacional de 185311 y, explícitamente,
en el art. 42 de la Carta Magna y a través de la incorporación de los tratados
internacionales, en la modificación de 1994. Así, tal protección resulta, entre otros, de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos (art. 25.1: “Todo ser humano tiene el
derecho a un nivel de vida que le permita a él mismo y a su familia gozar de salud y
bienestar; tiene derecho a la seguridad en caso de desempleo, enfermedad, discapacidad,
viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia”); del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (art. 12.1: “Los Estados se
comprometen al reconocimiento de derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel
posible de salud física y mental”); de la Convención Americana de Derechos Humanos (art.
5.1: “Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral” y
art. 11.1: “Toda persona tiene el derecho… al reconocimiento de su dignidad”); del art. 18
del Protocolo Adicional a la Convención Americana en materia de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (“Toda persona afectada por una disminución de sus capacidades
físicas o mentales tiene derecho a recibir una atención especial con el fin de alcanzar el
máximo desarrollo de su personalidad”).
Es importante señalar, en el plano psíquico, que éste debe ser
resarcido en la medida que signifique una disminución en las aptitudes psíquicas, con el
consiguiente quebranto espiritual, toda vez que éste importa un menoscabo a la salud
considerada en un concepto integral12. La diferencia sustancial con el daño moral es que el
daño psicológico asume el nivel de patologías. La cualidad de patológico, empero, no se
configura exclusivamente a través de la hermenéutica de textos legales, dado que esos
estudios no pertenecen al ámbito jurídico, sino que requiere del auxilio de las disciplinas
que integran el campo de la salud mental, fundamentalmente de la psiquiatría o de la teoría
psicoanalítica13.
En la especie, no existe registro de la atención médica que Leone
recibió en su habitación el día que sufrió las lesiones, conforme explicó el testigo Chaves
que estuvo presente en la habitación en ese momento (ver fs. 282).
Fue una vez finalizado el viaje, se realizó una resonancia magnética
que reveló lesiones en la pierna derecha a la altura de la rodilla (ver fs. 324/327), las cuales
motivaron que debiera ser intervenido quirúrgicamente en el Sanatorio San Pablo el 16 de
diciembre de 2013.

10
Conf. Alpa-Bessone, “Il fatti illeciti”, en Tratatto de Diritto Privato (dir. Resigno), XIV-6, p- 9.
11
S.C.J.Mendoza, sala I, marzo 1-1993, “Fundación Cardiovascular de Mendoza c/Asociación de Clínicas de
Mendoza” E.D. T. 153 pág. 163 con nota de Susana Albanese.
12
Conf. esta Sala “Escobar Nicolasa c/ Compañía de Microómnibus La Colorada S.A.C.E.I. s/ daños y
perjuicios”, del 24-04-00.
Conf. Hernán Daray, “Práctica de accidentes de
13 15/05/2023
Fecha de firma: tránsito”, pag.169, Editorial Astrea, 1999.
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La perito médica designada de oficio, Daniela Klag, comprobó


lesiones en la rodilla derecha del actor. Indicó que su rango de movilidad es casi completo,
con “hiperextensión de rodilla”, y estimó una incapacidad del 20%, parcial y permanente,
por inestabilidad de rodilla simple anterior o posterior con hipotrofia e hidrartrosis. Afirmó
que esta lesión guarda relación causal con el siniestro (ver fs. 383/386).
En la faz psíquica, la licenciada designada de oficio, Mabel Irene
Estévez, explicó que Leone se desarrollaba hasta el hecho de autos con recursos subjetivos
propiciatorios que le han permitido un desempeño satisfactorio. El hecho que se investiga
fue traumático, entendido como un suceso extremo, sorpresivo y violento. Al momento de
la entrevista pericial, presentaba un diagnóstico de trastorno adaptativo con ansiedad que
genera una incapacidad, parcial, permanente y atribuible al siniestro, del 15%. También
aconsejó que la víctima se someta a un tratamiento psicológico individual con el fin de
evitar el agravamiento de la patología (ver fs. 342/346 y 376/377).
El art. 477 del Código Procesal establece que su fuerza probatoria
será estimada por el juez teniendo en cuenta la competencia del perito, los principios
científicos o técnicos en que se funda, la concordancia de su aplicación con las reglas de la
sana crítica, las observaciones formuladas por los consultores técnicos o los letrados,
conforme a los arts. 473 y 474 -de ese mismo código- y los demás elementos de convicción
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que la causa ofrezca. En la especie, encuentro que los informes periciales están
suficientemente fundados y que los cuestionamientos formulados (ver fs. 388/389, 391/392,
394, 395/396) sin el auxilio de un consultor técnico, no alcanzan a revertir sus
conclusiones, tal como destacó el primer juzgador.
Los accionados, cuestionan la relación causal entre las lesiones y el
hecho, que según entienden, no se ha probado.
Cabe recordar que la causalidad cumple dos funciones en la
responsabilidad civil: 1) una relativa a la imputación del hecho dañoso a su autor o, si se
prefiere, tendiente a la individualización del responsable, denominada por buena parte de la
doctrina autoral italiana como "causalidad material" -ya superada a esta altura- y, 2) otra,
consistente en determinar el contenido de la obligación resarcitoria, conocida como
"causalidad jurídica” que permite establecer qué consecuencias del hecho deben ser
atribuidas al autor material14. Desde esta última perspectiva, no es dudoso que para que el
daño resulte indemnizable es preciso verificar no sólo su existencia sino su relación causal
con el hecho fuente. De este modo, se evita que se adjudique a un sujeto el daño causado
por otro o por la cosa de otro. Por cierto, la carga de probar ambos extremos incumbe al
actor (arts. 1736 CCyCN y 377 CPCCN).

14
Alterini-Ameal- López Cabana, “Derecho de Obligaciones Civiles y Comerciales”, 4 ed. Actualizada.
Fecha de firma: 15/05/2023 Reimpresión, ed. La Ley 2010, p. 249.
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En la especie, es cierto que no existen constancias de atención
médica labradas el mismo día en que se produjeron los daños, mientras el entonces menor
de edad se encontraba bajo custodia de la demandada.
Sin embargo, los tres testigos que declararon en las presentes
actuaciones refirieron que Leone se encontraba limitado para realizar las actividades del
viaje, precisamente, por dolores en su pierna/rodilla (ver fs. 281, 282 y 284).
Además, las constancias de atención e intervención quirúrgica ya
mencionadas al comienzo de este punto son de fecha cercana al regreso del viaje
estudiantil.
Llama la atención que tratándose de una relación de consumo, la
emplazada no pusiera más esfuerzo en demostrar la falta de relación causal entre los daños
peritados y el infortunio. Así, como sostienen, su parte proporcionó asistencia médica
inmediata, después de la caída es inexplicable que no hubiera adjuntado las constancias que
lo prueban, de la que podría surgir seguramente la entidad del daño- Si, como dije, fue su
parte quien contrató el seguro médico, como lógica asimismo debió muñirse de los
elementos para auditar el cumplimiento de dicha prestación que, hubiera dado cuenta tanto
de la existencia como la gravedad de las lesiones.
En la especie, los dictámenes periciales permiten razonablemente
establecer una relación de causalidad entre un hecho como el descripto en la demanda, y al
que se refirieron los testigos, y dichas secuelas.
Para justificar la cuantía de este ítem indemnizatorio, habré de tomar
como pauta de orientación la fórmula Vuoto. Es que, aun cuando la utilización de cálculos
matemáticos o tablas actuariales surgieron como una herramienta de orientación para
proporcionar mayor objetividad al sistema y, por ende, tienden a reflejar de la manera más
exacta posible el perjuicio patrimonial experimentado por el damnificado 15, existe otra serie
de elementos que complementan este método y que permiten al juez mayor flexibilidad
para fijar el monto del daño atendiendo a pautas que, aunque concretas, reclaman ser
interpretadas en cada caso. Se trata, en definitiva, de las denominadas “particularidades” de
cada situación específica que, en muchísimos casos, no son susceptibles de ser
encapsuladas dentro de fórmulas ni pueden ser mensuradas en rígidos esquemas
aritméticos16. Por tanto, en el caso, tomaré en cuenta los guarismos que surgen a partir de la
fórmula, enriquecidos y complementados con la ponderación de los elementos vitales que
surjan acreditados en la causa, a fin de evitar que la frialdad de una ecuación aritmética
cierre la mirada a lo justo en concreto que es, en definitiva, aquello que los jueces tenemos
el deber de resolver mediante una resolución razonablemente fundada (art. 3 CCyC).
Valoraré aquí las circunstancias vitales de la víctima, esto es, su edad
al momento del hecho -17 años-, la expectativa de vida (53,43,

15
Acciarri, Hugo, “Fórmulas y herramientas para cuantificar indemnizaciones por incapacidad en el nuevo
código”, diario La Ley del 15-7- 2015, p. 1.
SCBA, “P. c. Cardozo, Martiniano B. s/ daños
16 15/05/2023
Fecha de firma: y perjuicios”, del 11-2-2015, LLBA 2015 (julio), 651.
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https://sitioanterior.indec.gob.ar/nivel4_default.asp?
id_tema_1=2&id_tema_2=42&id_tema_3=148), evolución probable de ingresos, como así
también las circunstancias vitales que se desprenden tanto de estos autos como del
incidente sobre beneficio de litigar sin desembolso de gastos (expte. N°42.461/2014/2).
Para establecer la base de cálculo, ante la falta de recibo sobre los
ingresos de la víctima, dado que era menor de edad -extremo que será tenido en cuenta al
momento de cuantificar-, cabe computar el Salario Mínimo Vital y Móvil que regía en abril
de 2021 ($21.600) (conf. Res. 4/2020 Ministerio de Trabajo de la Nación).
A partir de lo expuesto, no juzgo elevado el monto total fijado por
incapacidad psíquica sobreviniente, motivo por el cual propongo a mis distinguidos colegas
confirmar la cuantía de este renglón (conf. art. 165 CPCCN).
b) Tratamiento psicológico
Es sabido que uno de los requisitos del daño resarcible es que sea
cierto, y no meramente hipotético o conjetural 17, de modo que no corresponde admitirlo si
falta certeza suficiente sobre su ocurrencia, pues ello impide dar sustento a la condena. El
daño futuro no escapa a esas exigencias. Al respecto, señala Orgaz que es aquél que aún no
se ha producido pero que aparece desde ya como previsible prolongación o agravación del
daño actual según las circunstancias del caso y la experiencia de vida 18. En concreta
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referencia a los gastos médicos futuros, señala Zavala de González que si bien su
admisibilidad no requiere seguridad de que el daño se producirá sino un suficiente grado de
probabilidad, para acreditarla es indispensable contar con una opinión pericial que revele
que la aspiración al beneficio terapéutico es razonable19.
En este aspecto, la auxiliar designada de oficio aconsejó que el actor
se someta a un tratamiento psicológico individual de no menos de doce meses con una
frecuencia semanal, cuyo costo estimó en $400 al momento de presentación del peritaje
(6-2-2017).
La experta indicó que el tratamiento recomendado tendría como
finalidad evitar el agravamiento de la patología, por lo que su concesión, además de la
suma reconocida en concepto de incapacidad psíquica, no importa una duplicidad
indemnizatoria.
En tales condiciones, si se tiene especialmente en cuenta el tiempo
transcurrido entre la presentación del dictamen y el dictado del pronunciamiento apelado, la
suma reconocida por el a quo no parece elevada (art. 165 CPCCN).

17
Conf. Llambías, Jorge J. Obligaciones, tº I, pág. 277; Bustamante Alsina, “Teoría general de la responsabilidad
civil”, Abeledo Perrot, 1993, 8º ed., pág.168; Orgaz, A. "Daño resarcible", pág.95.
18
Conf. Orgaz, Alfredo, “El daño resarcible”, pág. 71.
Fecha de firma: 15/05/2023 19
Conf. Zavala de González, Matilde, "Daños a las personas", 2 a, pág. 12
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c) Gastos médicos y farmacéuticos.
Los gastos de farmacia y medicamentos pueden ser admitidos aun
cuando no se encuentren probados, si la índole del hecho permite presumir que
necesariamente debieron efectuarse20.
Es bien sabido que los servicios que prestan tanto los hospitales
públicos, como las obras sociales no enjugan plenamente la totalidad de las erogaciones que
presuponen las lesiones padecidas. Generalmente es necesario efectuar desembolsos de
poco monto -v.gr. radiografías, inyecciones, materiales, calmantes, etc.- por los que
normalmente no se exigen o no se conservan comprobantes, pero que sumados al final del
tratamiento, pueden alcanzar proporciones significativas. Por supuesto, cuando no existen
recibos para acreditar tales gastos, la cuantía del perjuicio queda sometida a la prudente
valoración judicial (art. 165 Código Procesal). Idénticas consideraciones cabe efectuar con
relación a los gastos de traslado.
En la especie, por la índole de las lesiones es razonable presumir que
debió incurrir en algunos gastos para atender su curación, aunque también se encuentra
acreditado que poseía cobertura médica. En ese contexto, la suma de $9.000 no resulta
elevada (art. 165 CPCCN).
d) Daño moral
En cada oportunidad dejé aclarado que, entre las distintas posturas
que existen al respecto, participo de la corriente que asigna al daño moral carácter
resarcitorio21, postura que finalmente fue recibida en el art. 1741 del Código Civil y
Comercial, ya que busca en definitiva contribuir a compensar la conmoción que el
padecimiento genera mediante el alivio que puede importar la suma que se otorga 22. No
queda reducido, sin embargo, al clásico "pretium doloris" (sufrimiento, dolor,
desesperanza, aflicción, etc.), sino que además de ello, apunta a toda lesión del espíritu que
se traduce en alteraciones desfavorables para las capacidades del individuo de sentir -"lato
sensu"-, de querer y de entender23, por tanto, de lo que se trata es de proporcionar a la
víctima recursos para mitigar el detrimento causado, de modo que pueda acceder a
gratificaciones viable para superar el padecimiento24.

20
Sala G, L.L. 1993-E, págs. 228/230.
21
CSJN, del 24-8-95, “Pérez, Fredy c/ Ferrocarriles Argentinos”, JA 1997-III, síntesis; CNCiv., Sala A, del 1-10-
85, LL 1986-B, pág. 258; ídem, Sala C, del 8-6-93, JA 1994-IV-síntesis; ídem, Sala F, JA 1988-IV, pág. 651.
22
Bustamante Alsina, Jorge, "Teoría Gral. de la Responsabilidad Civil", Buenos Aires, 1989, p. 179 y sigtes.,
Cazeaux, Pedro N. y Trigo Represas, F.A., "Derecho de Obligaciones", La Plata, 1969, t. I, p. 251 y sigtes.;
Iribarne, Héctor P., “De los daños a la persona”, ed. Ediar, p.s 143 concs.
23
Bueres, Alberto J., "El daño moral y su conexión con las lesiones a la estética, a la psique, a la vida de relación y
a la persona en general", en Revista de Derecho Privado y Comunitario", Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, Nº 1, 1992,
pág. 237 a 259; Pizarro, Ramón Daniel, "Reflexiones en torno al daño moral y su reparación", JA, 1986-III- 902 y
903; Zavala de González, Matilde, "El concepto de daño moral", JA, 1985-I- 727 a 732.
24
Iribarne, op.cit., Galdós en Lorenzetti (dir), “Código Civil y Comercial de la Nación Comentado”, ed. Rubinzal
Culzoni,
Fecha de firma: t. VII, p. 503 ss.
15/05/2023
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Es sabido, por otra parte, que el daño causado a los bienes de la


personalidad -integridad psicofísica-, como ocurre en el caso, produce un daño
extrapatrimonial que, por la naturaleza del bien afectado, no requiere prueba y no tiene por
qué guardar proporción con los perjuicios materiales25, de modo que constituye una de las
excepciones a las que alude el art. 1744 del Código Civil y Comercial.
Para justificar el monto de esta partida, cabe tener presente que nadie
mejor que el damnificado puede estimar el perjuicio íntimo que le ha causado el daño. Pero
es innegable que si transcurrieron más de ocho años entre la promoción de la demanda y el
dictado del presente pronunciamiento, en una economía inestable como la nuestra, el valor
de la suma reclamada ha perdido su significación inicial. De modo que, por tratarse de una
deuda de valor, es preciso expresar el daño a valores actuales, siempre que guarde
proporción con el monto reclamado, teniendo como pauta que la cuantía resarcitoria debe
alcanzar para proporcionar a la víctima las satisfacciones sustitutivas y compensatorias a
que se refiere el art. 1741 “in fine”, del Código Civil y Comercial. No se lograría dicho
propósito si sólo se tiene en cuenta el monto histórico, pues en un contexto inflacionario
difícilmente será suficiente para lograr el objetivo diseñado por la norma citada y por el art.
1740 CCyC, según el cual la indemnización debe ser “plena”26.
A la luz de esos postulados, la lesión causada a la integridad
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psicofísica de Leone y las lesiones en su hombro que -afortunadamente- curaron sin dejar
secuelas, tienen entidad -sin duda- para causar zozobra, inquietud, pena íntima, es decir,
para causar un daño extrapatrimonial resarcible. En tales condiciones, la suma reconocida
en la sentencia no resulta elevada para proporcionar la satisfacción sustitutiva y
compensatoria que se debe al actor y propicio confirmarla (arts. 1741 del CCyC y 34 inc.
4°, 163 inc. 6° y 165 del CPCCN).

VII.- Intereses.
Desde hace un tiempo, esta Sala por unanimidad considera que
resulta admisible fijar en los juicios de daños y perjuicios la tasa activa decidida en el
plenario de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil en “Samudio de Martínez
Ladislaa c/ Transporte 270 S.A.”, del 20/04/2009– resulta la más adecuada para mantener
intangible el capital de condena en protección del principio de la reparación plena (art.
1740 CCCN). Hemos remarcado que en el contexto económico vigente, de marcada
inestabilidad económica y constante erosión del poder adquisitivo de la moneda, no solo no

25
CNCiv., Sala G L. 282.602, del 16-2-01.
26
CNCiv., esta Sala, mi voto in re acumulados “Ferraro de Bertiche, Odolinda Clara y otros c/ PAMI y otros s/
daños y perjuicios” y “Otranto, Fernando René y otro c/ Estado Nacional y otros s/ daños y perjuicios”, del 20-
Fecha de firma: 15/05/2023 2-2018.
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se verifica la salvedad que contempla el fallo plenario si se determina la indemnización a
valores actuales sino que se advierte que la tasa pura compromete el principio de
reparación plena del daño (art. 1740 CCC)27.
A ello se suma que a partir de la vigencia del Código Civil y
Comercial, la libertad de los jueces para determinar la tasa de interés no puede exorbitar el
límite establecido por el art. 768 inc. c) del Cód. Civil y Comercial, pues los réditos deben
ser fijados “según las reglamentaciones del Banco Central”. Ello quiere decir que la
facultad para determinar los intereses moratorios, en los casos en que no exista acuerdo de
partes ni ley especial que los establezca, los jueces deben de elegir entre las opciones
proporcionadas por el Banco Central, aquella tasa que sea más apropiada al caso
particular28. Precisamente, la tasa fijada en la doctrina plenaria -que es obligatoria para este
fuero en razón de lo previsto por el art. 303 del Código Procesal y en el art. 3º de la ley
27.500- no se aparta de lo dispuesto por el referido art. 768, inc. c) del CCyC29.
Por todo lo expuesto, propicio confirmar este punto de la sentencia.

VIII.- En síntesis. Postulo confirmar la sentencia en todo lo que fue


materia de agravio.
De compartirse, las costas deberán ser impuestas a los emplazados
que resultan vencidos por aplicación del criterio objetivo de la derrota que enuncia el art. 68
CPCCN.
En lo que hace a los recursos por honorarios, la Corte Suprema de
Justicia de la Nación se pronunció respecto de la aplicación temporal de la ley 27.423 en
“Establecimiento Las Marías S.A.C.I.F.A. c/ Misiones, Provincia de s/ acción
declarativa”,30 criterio que fue reafirmado en “All, Jorge Emilio y otro s/sucesión” CIV
315118/1988/1/RH001, del 26 de abril de 2022, de modo coincidente con lo decidido por
la mayoría del tribunal.31 Desde esa perspectiva, el nuevo régimen legal no resulta aplicable
27
CNCiv., esta Sala, “Lencinas c/ Crucero del Norte s/ daños y perjuicios”, Expte. Nro. 78.498/2017, del 13-6-
2022.
28
SCBA, 15/06/2016, “Cabrera, Pablo David c. Ferrari, Adrián Rubén s/ daños y perjuicios”, La Ley, TR
LALEY AR/JUR/44032/2016.
29
CNCiv. Sala F, agosto 9/2016, “Graziano Jorge Daniel Alberto c/ Aybar Lucas y otro s/ daños y perjuicios”
Expte. Nº 12.380/2009.

30
Fallos: 341:1063

31
CNCiv., esta Sala, “Grosso, Citrano J. c/ Greco, Matías E. y otro s/ daños y perjuicios”, expte.nº34.058/13,
del 30/05/2018.

Fecha de firma: 15/05/2023


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a los procesos fenecidos o en trámite, en lo que respecta a la labor desarrollada durante la


etapa concluida durante la vigencia de la ley 21.839 y su modificatoria ley 24.432, o que
hubieran tenido principio de ejecución.
Por eso, resultan de aplicación las pautas establecidas en las leyes
21.839 (y su modificatoria ley 24432) y 27423 según sea, respectivamente, el tiempo en
que fueron realizados los trabajos, respecto de los auxiliares de justicia la fecha de
aceptación del cargo, como así también las etapas comprendidas que serán detalladas a
continuación. En función de lo expuesto y para entender en las apelaciones deducidas por
considerar altos y bajos los honorarios, para los trabajos comprendidos en la primera y la
segunda etapa se tendrán en consideración la naturaleza del asunto, el mérito de la labor
profesional, apreciada por la calidad, la eficacia y la extensión de los trabajos realizados,
las etapas procesales cumplidas, el resultado obtenido, la trascendencia jurídica y moral del
litigio, el monto del proceso y las pautas legales de los arts. 6, 7, 9, 14, 19, 37 y cc. de la ley
21839 - t.o.24432.
Respecto de las auxiliares se ponderará la naturaleza de los informes
efectuados, la calidad, la importancia, la complejidad, la extensión, su mérito técnico-
científico y la proporcionalidad que deben guardar estos honorarios con relación a los de
los abogados actuantes en el juicio (cf. art. 478 del CPCCN).
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Para el conocimiento de las labores desarrolladas en la tercera


etapa, se considerará el monto del asunto conforme las pautas del art. 22, el valor, motivo,
extensión y calidad jurídica de la labor desarrollada; la complejidad; la responsabilidad que
de las particularidades del caso pudiera derivarse para los profesionales; el resultado
obtenido; la trascendencia económica y moral que para los interesados revista la cuestión
en debate y de la resolución a que se llegare para futuros casos; y pautas legales de los
artículos 1, 3, 14, 15, 16, 19, 20, 21, 22, 24, 26, 29, 51, 54, 58 y c.c. de la ley 27423.

El Dr. Guillermo González Zurro dijo:

Adhiero por análogas consideraciones al voto precedente.

A la misma cuestión el Dr. Carlos A. Calvo Costa dijo:

Fecha de firma: 15/05/2023


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Por compartir la solución a la que ha arribado, adhiero al fundado
voto de mi distinguida colega Dra. María Isabel Benavente.
En cuanto a los honorarios, dejo expresada mi disidencia parcial,
pues considero aplicable la nueva ley de honorarios a todos los asuntos en los que no
hubiera regulación de honorarios al tiempo de la modificación legislativa 32, razón por la
cual en atención a la mayoría conformada por el Tribunal, no me pronunciaré.

Con lo que terminó el acto, firmando los señores jueces por ante mi
que doy fe. Fdo.: María Isabel Benavente, Guillermo D. González Zurro y Carlos A. Calvo
Costa. Ante mí, Adrián Pablo Ricordi (Secretario). Lo transcripto es copia fiel de su
original que obra en el libro de la Sala. Conste.

ADRIAN PABLO RICORDI

///nos Aires, mayo 15 de 2023.-

Y Visto:
Lo deliberado y conclusiones establecidas en el Acuerdo precedente,
el Tribunal Resuelve: 1) Confirmar el pronunciamiento en todo lo que fue materia de
agravio. 2) Imponer las costas de Alzada a los accionados, sustancialmente vencidos (art.
68 del CPCCN). 3) En consecuencia, por resultar elevados se reducen los honorarios
regulados al Dr. Facundo Carmelo Biondi, patrocinante del accionante, por su actuación
en la primera etapa y parte de la segunda, a la suma de $182.000 y a la cantidad de $11.000
por la negligencia resuelta 11/08/2020; y los del Dr. René Reinaldo Rodríguez, también
patrocinante de la parte accionante, por su actuación en la segunda etapa a la suma de
$148.802 y por la tercera, a la cantidad de 47,82 UMA equivalente a la suma de $714.097.
Asimismo, por idéntico motivo, se reducen los honorarios del
Dr. Juan Facundo Etchenique, apoderado de la demanda Max Point S.A., por su
actuación en las primeras dos etapas a la suma de $200.000 y por su actuación en la tercera,
a la cantidad de 46,76 UMA equivalente a la suma de $698.268.
Por resultar también elevados, se reducen los honorarios del
Dr. Juan Agustín Massa, apoderado de la citada en garantía, por su actuación en las dos
primeras etapas a la suma de $150.516 y los de la Dra. Adriana Vanesa Duczynski por su
actuación en la audiencia del art. 360 del CPCCN, a la suma de $13.000.
En relación a las auxiliares de justicia, médica Daniela Klag y
psicóloga Mabel Irene Estévez, por ser altos, se los reduce a la suma de $200.000 para
cada una.
32 15/05/2023
Fecha de firma: CNCiv., Sala A, CIV 75993/2016, del 29/12/2021, entre muchos otros.
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Con respecto a los honorarios de la mediadora, Elizabeth Melina


Dalio, se considerará el monto económico comprometido y pautas del art. 2, inciso g) del
Anexo I del Decreto Reglamentario 2536/2015, razón por la cual, por ser ajustados, se los
confirma.
Por los trabajos realizados en esta instancia, se regulan los honorarios
de Dr. Juan Facundo Etchenique en la cantidad de 18,05 UMA equivalente a $269.541,
los del Dr. Juan Agustín Massa en la cantidad de 3,28 UMA, equivalente a $49.054 y los
del Dr. Rene Reinaldo Rodríguez en la cantidad de 17,34 UMA, equivalente a $258.939
(conf. art. 30 de la ley 27423).
La equivalencia de la unidad de medida arancelaria (UMA) que se
expresó es la establecida en la Ac. 9/2023 CSJN.
Regístrese, notifíquese y devuélvase.-

MARIA I. BENAVENTE

GUILLERMO D. GONZALEZ ZURRO CARLOS A. CALVO COSTA


USO OFICIAL

(en disidencia en cuanto a honorarios)

ADRIAN PABLO RICORDI

Fecha de firma: 15/05/2023


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