Peomas de Eleodoro Vargas Vicuña Revisda Haraui
Peomas de Eleodoro Vargas Vicuña Revisda Haraui
Peomas de Eleodoro Vargas Vicuña Revisda Haraui
Director: Francisco Carrillo Bolivia 174 Chosica- Pení. Editor: Víctor Mazzi
'Retrato áe Poeta
Tranquilo o exaltado, trata de vivir poeticarnente. Una Fa-
cultad de aventura lo mueve hacia el mundo donde el hombre es
símbolo de lo humano, donde la muerte existe como afirmación
de vida. De allí su confianza: el Sol, la montaña, el mar: no le ha-
blan a quien no tiene, en su interior; el ánima de otro Sol, otro
mar; otra montaña.
El hombre es siempre actual, presente en la tierra prome-
tida, porque la Tierra es él, la promesa, en quien se cumple el
gesto único y múltiple del día y la noche, del futuro y del pasado.
Corno en Zora imagen de Poesía, la eternidad vive en su mirada.
Desde el instante en que por amor dio nombre a las cosas,
el poeta adquirió su espíritu, recobró su unidad con la Naturale-
za a través del cielo que él ha inventado. Con ello instaló el reino
de la imaginación, el terreno firme de las significaciones, allí don-
de existencia y realidad son los ojos de su mirada. De este modo
el hombre es la conciencia, el corazón del Universo.
Cuantas mascarillas de aparecer: tantos rostros tiene la
Poesía, corno ojos de ver el creyente. Si es imposible definirla,
tal vez podría referirse a su actitud obstinada, a su poderosa ago-
nía por descubrirla. Le parece haber logrado alguna vez lo in-
tenso de lo íntimo, su resonancia, allí donde el sonido, su ima-
gen, recuerda lo creado.
Si sabe lo que debe decir, no sabe cómo decirlo y si su-
piera cómo hacerlo, dejaría de escribir. Su trabajo es una bús-
queda leal y persistente, la certeza de quien halló una forma de
vida posible de acercarlo, alerta y dócil, al oculto lenguaje de la
tierra.
El río, un árbol, una nube, un toro, se encuentran en los
lugares por donde va de regreso.
Así como
la tierra, los árboles o nubes,
tú serás el signo
por quien vea el gesto interno
de las cosas y
pronuncie su nombre verdadero.
Tal es ahora,
la alegría con que te consagro
descubro tu rostro
ysé:
Han empezado tus canciones.
~
~
O eres
un sentimiento que
me llega
como a esos árboles
de los cielos
la oculta
ternura de la tierra.
Sus ramas
se inclinan.
Y son oraciones
o rastros
cantares al viento,
cuando -
se adivina su sombra,
viviente,
entre las sombras.
No hay otra realidad
más evidente
que tu amor:
Tu amor es mi fuerza.
Losé.
Aún si muriera
seguiría
mirando por tus ojos.
No obstante,
con la tarde,
entre la sombra,
solitario,
alguien en nú,
lejano,
obscuro se desangra.
'Raíces
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