Doc-20231105-Wa0003 231105 094111
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10 LA RIOJA LA RIOJA
Madrugada
Lunes. 5 de noviembre de 1973. era, luego del viaje en taxi, tomar cos’, como se le conocía en la zona.
el autobús de la empresa cárnica Nati y Valvanera subieron ense-
La madrugada que se nutría de operarios de Lu- guida y ocuparon su asiento de
gar del Río y de Estollo, de San Mi- escay detrás del conductor, cerca
P negra en
oco antes de las siete de la llán, de Badarán, de Cárdenas y de algunos compañeros que ha-
mañana, Julián Azofra re- de Tricio antes de llegar, casi una bían empezado el viaje ya en Es-
corrió con su taxi los ape- hora después, al nuevo matadero tollo en el autobús que manejaba
nas cuatro kilómetros que sepa- que empresarios de Logroño y Ba- su vecino Jesús Baltanás Lerena.
ran Berceo y Lugar del Río, como ños de Río Tobía habían inaugu- Sin concesión a la demora, y
hacía cada madrugada de lunes a
viernes. Faltaba una hora para que
el amanecer descubriese la rotun-
didad de la naturaleza que ador-
el Valle del rado en la carretera que une Lo-
groño con el barrio del Cortijo.
Pero ese lunes fue distinto. Se
montaron en el taxi de Julián y,
mientras el taxista y tasquero de
Berceo avisaba a la autoridad del
hallazgo de un muerto, el ‘auto-
bús de Frigoríficos’ continuaba su
na la zona alta del valle del río Cár-
denas. Entre las casas que se ali-
nean a ambos lados la carretera,
en la aldea emilianense le espe-
Cárdenas enseguida, cerca de Berceo, a un
lado de la carretera adivinaron la
presencia de algo extraño. Un cuer-
po humano que, según detalló lue-
recorrido recogiendo operarios.
La que sería su última parada la
hizo diez minutos después de las
7, según recuerda un testigo, en
raban las hermanas Natividad y go el taxista, presentaba una he- Badarán, junto al bar El Cordobés,
Valvanera Pascual Hervías. Las
dos trabajaban casi desde su ado-
5 de noviembre de 1973 Hoy se rida en el bajo vientre, golpes en
la cara y la cabeza... y carecía de
en la calle que corre paralela al río
Cárdenas y al Camino Real, vía his-
lescencia en la planta que Frigo-
ríficos Logroño había abierto en
cumplen 50 años del accidente del latido. Era, se supo luego, el cadá-
ver de Pepe Alesanco, un vecino
tórica del que esa calle toma su
nombre en el callejero sopero: ca-
la capital riojana. No eran las úni- autobús de Frigoríficos Logroño de Berceo que la noche anterior lle Real. Allí llegó, allí se detuvo
cas jóvenes del valle que cada día había alternado con normalidad con cerca de una treintena de ocu-
tenían que recorrer 45 kilómetros en Badarán que se cobró en el bar que también el taxista pantes y, con prisa por el retraso
para ir y otros tantos de vuelta
para tener un oficio y una nómi-
seis jóvenes vidas regentaba en Berceo...
En unos minutos, pocos, llega-
que acumulaba el transporte, otras
dos docenas de viajeros fueron
na. En su caso, el primer trabajo Textos: TOÑO DEL RÍO
ba a ese punto de la carretera de ocupando con celeridad los asien-
y el primer sueldo. Su intención Fotos: JUSTO RODRÍGUEZ Badarán el ‘autobús de Frigorífi- tos libres.
Ángel Martínez de Toda, César Herreros y Teodoro Lejárraga en el punto de la Revuelta por donde cayó el autobús.
El accidente
Arrancó el coche sin que nadie
advirtiese algo inhabitual. Em-
brague, primera y acelerador; em-
brague, segunda y otra vez el pie
pisando suave el pedal derecho
mientras roncaba el motor diésel
del autobús de la empresa Julio
Jiménez como lo hacían enton-
ces las mecánicas de gasoil... Cien,
doscientos metros y no hubo tiem-
po para más. En el espacio cono-
cido como la Revuelta, nombre
que se justifica en una amplia cur-
va a derechas por la que se aban-
dona la localidad, algo provocó La Revuelta, por donde el autobús se salió de la calzada y volcó; a la derecha,
a, el vehículo accidentado. FOTOS HERCE / NUEVA RIOJA
que el autocar se desplazase anor-
malmente hasta la cuneta izquier- techo, con las ruedas boca arriba el conductor gritaba ‘agarraos’... magullado pero sano, minutos des- pués aparecí llena de sangre, ti-
da. Y de ahí, casi sin haber dado como una manos de bebé exten- No lo duda Teodoro, que hoy, con pués. De sus recuerdos, hasta ahí rada en el pasillo». Con el aplomo
tiempo al conductor de negociar didas al cielo implorando soco- 68 años, guarda fresco aquel re- puede contar medio siglo después, que presta el paso del tiempo, cin-
el giro, al terraplén que aún hoy rro. No hubo más. cuerdo. «A la vez escuché un fuer- En la zona delantera del auto- cuenta años, pero sin que le falte
se abre junto a la carretera y sal- Teodoro Lejágarra ocupaba una te golpe en el lado que iba yo, en bús, casi inmediatamente detrás un punto de emoción asomando
va un desnivel de media docena de las cinco plazas de la última fila la parte izquierda, y al mirar noté del conductor, viajaba Valvanera en los ojos, se vuelve a ver tirada en
de metros. O quizás algo más. O de asientos del autobús. Con 18 que ya estábamos fuera de la cu- Pascual Hervías con su hermana el suelo. «Estaba tirando del pie
algo menos. El vehículo cedió a años se buscaba la vida en Frigo- neta; luego ruidos y silencio, si- Natividad. Y su película mental de de mi hermana, llamándole...», sin
su propio peso y a las normas in- ríficos Logroño y había subido al lencio...». Alguno de los golpes que aquellos segundos se detiene en encontrar la respuesta que bus-
quebrantables de la física para transporte en San Millán, su pue- Teodoro Lejárraga recibió en la «un plum, un golpe seco, y luego caba. «Luego apareció un chico de
volcar sobre su costado izquier- blo. «Aún era medio de noche», cabeza le provocó una estado de un silencio muy grande». «Invo- Cárdenas: mi hermana esta
do. Y ahí quedó acostado sobre su recuerda. «Oí perfectamente que inconsciencia del que solo saldría, qué a la virgen», recuerda «y des- muerta, le dije»
>
LAS VÍCTIMAS
María José Larrea Cañas, de 18 María del Carmen Moreno, de 19 María del Carmen Vegas Rubio, de Natividad Pascual Hervías, de 19 Jesús Baltanás Lerena, de 33 años,
años, de Lugar del Río. años, de Badarán. 19 años y de Badarán. años y de Lugar del Río. conductor, de Estollo.
Fallecidas Heridas Valvanera Martínez Arambarri, José María Lerena Rivero, DE VERGARA (Guipúzcoa),
Natividad Pascual Hervías DE BADARÁN Rosalía Sáenz López, Rita Echevarría Manzanares, Hermenegildo Peña Pascua
19 años (Lugar del Río) Félix Martínez Olarte, Josefa Cereceda Loza, Mari Carmen Serrano del Río, DE ESTOLLO
Mª. del Carmen Moreno López 19 Félix Martínez Terreros J.Félix Alesanco Manzanares, Mª Concepción Reinares Llanos, Begoña Sáenz Aransay,
Mª. del Carmen Vegas Rubio Inés Torrecilla Gil, Pedro Bolaños Murillo, Benito Baltanás Vázquez, María José Orodea Sáenz,
19 años J. Manuel Martínez Arambarri, Luisa Bajo del Cerro, Roberto Ibáñez Armas, Candelas Sáenz Aransay;
Pedro Gómez Lozano, Julio Sáenz Olarte, Valvanera Nieto Urcey,
(Badarán)
Adoración Alonso Santa María, Ana Julia Herreros Magdalena Ibáñez Armas, DE LUGAR DEL RÍO
Mª. José Larrea Cañas
Josefa Iglesia Domínguez, Ricardo Gabarri Jiménez; Teodoro Lejárraga Nieto, Valvanera Pascual Hervías
18 años
Álvaro Manzanares Uruñuela, Fernando Hernáez Lorenzo, y Elisa Muntión Pascual
(San Millán de la Cogolla) Victoria Vallilengua Orodea, DE SAN MILLÁN DE LA COGOLLA Salvador Vázquez Lejárraga;
Jesús Baltanás Lerena (33 cond.) Daniel López Lacalle, Constantina Sancha Hervías, DE LOGROÑO
Juan José Monasterio Herce Juana Pajuelo Moreno, José Manuel Reinares Llanos, DE BERCEO María Concepción Sáenz Cañas,
45 años María Luisa Rivero Bajo, Fernando Manzanares López, Jesús Nieto Lerena, Ana Carmen Cañas
(Estollo) Juan Cerezo Villares, José María Llorente Reinares, Mercedes Miera Azofra; José Urrutia Canillas.
> Justo detrás del chófer, más luz. «Ha sido aquí... La rueda «Le dije que no entrara...».
en la zona más afectada por
el vuelco, viajaba sentada desde
delantera pisó este pivote y ya no
hubo manera de torcer; de baja-
Ángel tiene una presencia físi-
ca tan contundente como serena. El autobús volvió a cubrir el
Estollo María José Orodea. Nadie
a su lado. Su recuerdo es rotun-
da, con la fuerza del impulso ha
dado la vuelta y caído hasta aba-
Y uno se imagina que hace cinco
décadas ambas cualidades le mismo itinerario meses después
do: «Me di cuenta de que el volan- jo», relataba al periodista sobre el acompañaron para adentrarse en
te no le respondía, que Jesús (el terreno un vecino anónimo. la oscuridad del autobús («estaba
conductor) lo intentaba pero no empezando a clarear», relataba al De las causas del siniestro
podía moverlo... Y luego me que- El rescate periodista hace 50 años) y tirar de
T. DEL RÍO
poco se supo. Entonces estas co-
dé atrapada con la butaca por en- Un grito despertó a Ángel Martí- los heridos, de cuerpos llenos de BADARÁN. El accidente fue un sas se resolvían en modo discre-
cima... Tan atrapada, inconscien- nez de Toda. Vivía en la calle Real cortes y de sangre... mazazo en las localidades que ción. Tampoco los archivos de la
te, que me dieron por muerta». Es a pocos metros de la Revuelta. En unos minutos, todo Badarán perdieron a sus jóvenes y que DGT guardan documentación del
la segunda vez que María José ha- Aquella voz anunciaba la catás- se hizo uno solo para colaborar en sufrieron con los que aún ha- suceso. Al menos al alcance de
bla con un periodista sobre el ac- trofe que, en un abrir y cerrar de el rescate, para darle la vuelta al brían de pasar días en hospita- este periodista. Frigoríficios Lo-
cidente. La primera vez fue aquel ojos, había fundido a negro la ma- autocar, para llevar a los heridos les y clínicas de Logroño con sus groño se limitó a explicar que los
aciago 5 de noviembre de 1973 y drugada del Valle del Cárdenas: a la consulta de don Florencio, el roturas, magulladuras... y mie- trabajadores estaban todos al co-
entonces estaba en una cama de «El autobús de Frigoríficos...», es- médico... Para bajarlos luego a Lo- dos. El autobús siniestrado era rriente de los pagos a la Seguri-
la que se conocía como Residen- cuchó y se echó a la calle termi- groño en los pocos coches priva- más que un simple transporte. dad Social. Y el seguro del trans-
cia Sanitaria Santiago Coello, lue- nando de ajustarse los pantalo- dos que había en la brava locali- Era la conexión entre la depre- porte, pues pagó lo que tocase,
go Hospital San Millán. Como en- nes. A una carrera de su portal, dad. Y para subir a los muertos sión rural de los años 70 y lo que reconocen algunos de lo super-
tonces, «recuerdo que lo primero una voz se interesó desde una hasta el Ayuntamiento, sobre cu- entonces se decía ‘el desarrollo’; vivientes, que no todos porque
que vi cuando recobré el conoci- ventana por lo ocurrido. Era el yas mesas reposaron las prime- lo que se entendía como progre- hablar de dinero en estas lides
miento fueron las manos de Nati padre de una de las dos soperas ras horas hasta que fueron reco- so, que pasaba por concentrar la se tiene por de mala educación.
(Natividad Pascual, una de las víc- que perdieron la vida en el sinies- nocidos por los suyos y recogidos industria en grandes núcleos e Pocos meses después, el mismo
timas mortales), aquellas manos tro. Primero llegó Ángel a la es- para ser llorados en cada casa, por ir absorviendo población que en vehículo, ya reparado, cubría de
con sus uñas pintadas...». cena donde los gritos de los pa- todo el pueblo, por todo el Valle el medio rural no veía futuro. Así, nuevo el mismo servicio, con
Las versiones que sobre el te- sajeros presagiaban dolor y luto. del Cárdenas que cada madruga- tras el accidente, no fueron po- nulo tacto de la empresa propie-
rreno tomaron los periodistas hace Luego el padre de María del Car- da recorría aquel autobús de Fri- cos los que decidieron trasladar- taria y protestas lógicas de los
cinco décadas tampoco aportan men, una de las chicas fallecidas. goríficos... se a Logroño. trabajadores de Frigoríficos.
Con el monasterio de Yuso al fondo, Teodoro Lejárraga y Toño del Río charlan en el cementario de San Millán de la Cogolla.