26 El Discípulo y La Cosecha Fial

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#SábadodeInstrucción

El discípulo y la cosecha final

1 de julio | Evangelismo
I. Introducción
a. Ejercicio de canto.
b. Honores.
c. Bienvenida especial por nuestros amigos especiales.
d. Canto tema.
e. Lectura bíblica: Apocalipsis 14:14-16.
f. Momento de oración.
g. Participación especial (cantos, poesías, cuadros, etc.).

II. Evaluando y motivando a la iglesia


a. Registro de la tarjeta (Pase de lista).
b. Desafío (Aquí se debe hacer énfasis en el estudio de la Biblia y la testificación).
c. Lectura o repaso de los ideales de la SJA.
d. Anuncios: De la manera más atrayente, anunciar eventos, planes, etc de la SJA.

III. Desarrollo del programa


a. Participación especial (Cantos, poesías, cuadros, etc.).
b. Dinámica bíblica.
c. Testimonio o Entrevista.
d. Tema: El discípulo y la cosecha final.
INTRODUCCIÓN. En el capítulo 14 del libro de Apocalipsis, encontramos registrado el men-
INTRODUCCIÓN
saje de los tres ángeles, que simbolizan al remanente que Dios levantó en 1844 con la fina-
lidad de predicar el último mensaje al mundo. Ese mensaje debe ser proclamado a “toda
nación, tribu, lengua y pueblo”. Es un mensaje de carácter mundial, y tiene como centro el
evangelio eterno, en el marco del Juicio Investigador y la adoración al único y verdadero
Dios creador del cielo y de la tierra.
A. UN MENSAJE URGENTE
1. Esta obra debe ser hecha con rapidez. No hay tiempo que esperar. El carácter del
mensaje es urgente. Por eso, el primer ángel “vuela” en medio del cielo. Hombres y
mujeres del Remanente salen por todo el mundo proclamando este mensaje. Siem-
bran la semilla. La esparcen por todos los rincones del mundo, personalmente, y a
través de la radio, la televisión, la página impresa y las redes sociales. Es una obra de
siembra asombrosa.
2. A continuación, en el mismo capítulo 14, encontramos lo siguiente: “Miré, y vi apa-

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Unión Mexicana de Chiapas

recer una nube blanca. Sobre esa nube estaba sentado alguien que parecía ser el
Hijo del Hombre. Llevaba en la cabeza una corona de oro, y en la mano tenía una
hoz afilada. En ese momento, otro ángel salió del templo; y con fuerte voz le gritó al
que estaba sentado sobre la nube: ¡Usa tu hoz, y levanta la cosecha! ¡Ha llegado la
hora de cosechar, pues la cosecha de la tierra ya está madura! El que estaba sentado
sobre la nube lanzó su hoz sobre la tierra, y la cosecha de la tierra fue levantada”
(Apocalipsis 14:14-16).
B. LA COSECHA
1. Esta es una profecía y a la vez una promesa. Llegará el día en que el propio Señor
Jesucristo entrará en acción para cosechar lo que su iglesia sembró. Ese día, Juan verá
que lo que le parecía tiempo desperdiciado, era apenas el tiempo que Dios necesita-
ba para hacer madurar la semilla en el corazón de los seres humanos.
2. La Sierva de Dios dice: “Quizá durante algún tiempo la buena semilla permanezca
inadvertida en un corazón frío, egoísta y mundano, sin dar evidencia de que se ha
arraigado en él; pero después, cuando el Espíritu de Dios da su aliento al alma, brota
la semilla oculta, y al fin da fruto para la gloria de Dios. En la obra de nuestra vida, no
sabemos qué prosperará, si esto o aquello. No es una cuestión que nos toque decidir.
Hemos de hacer nuestro trabajo y dejar a Dios los resultados… confiando en su prome-
sa: ‘Así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, antes hará lo que
yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié’ (Isaías 55:11). ‘Irá andando
y llorando el que lleva la preciosa simiente; mas volverá a venir con regocijo, trayendo
sus gavillas’ (Salmo 126:6)” (Palabras de vida del gran Maestro, 451).
3. Una madre oró y trabajó por la conversión de su esposo por 34 largos años. Desde el
punto de vista humano, parecía que él nunca aceptaría a Jesús como su Salvador. No
era malo desde el punto de vista moral. Era un ciudadano correcto, un buen esposo y
un padre ejemplar, pero espiritualmente se encontraba muerto y no mostraba interés
por las cosas del Espíritu. Pero un día sorprendió a todos cuando confesó que se ha-
bía rendido a Jesús y que deseaba ser bautizado. Esta esposa había orado por aquel
hombre por más de tres décadas, y finalmente podía ver el trabajo de Dios hecho
realidad.
4. Sí. La conversión es una obra divina. Nosotros sólo debemos sembrar y cultivar, y
dejar en las manos de Dios el resto del trabajo.
5. “La parábola de la semilla revela que Dios obra en la naturaleza. La semilla tiene
en sí un principio germinativo, un principio que Dios mismo ha implantado; y, sin
embargo, si se abandonara la semilla a sí misma, no tendría poder para brotar. El

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Generación Transformada 2023

hombre tiene una parte que realizar para promover el crecimiento del grano. Debe
preparar y abonar el terreno, y arrojar en él la simiente. Debe arar el campo. Pero
hay un punto más allá del cual nada puede hacer. No hay fuerza ni sabiduría hu-
mana que pueda hacer brotar de la semilla la planta viva. Después de emplear sus
esfuerzos hasta el límite máximo, el hombre debe depender aún de Aquel que ha
unido la siembra a la cosecha con eslabones maravillosos de su propio poder omni-
potente” (Palabras de vida del gran Maestro, 434).
C. NO PUEDE HABER COSECHA SIN SIEMBRA
1. Ha llegado el tiempo de la cosecha final. El mundo en el que vivimos se está cayendo
a pedazos. Hay crisis de credibilidad en las naciones. Existe un miedo universal que
se apodera de los corazones. El propio planeta gime como con dolores de parto. Se
calienta el clima, se desequilibra la naturaleza. Terremotos, huracanes y otros fenó-
menos naturales siembran el pánico por doquier. Ha llegado la hora de prepararnos
para la cosecha final. Pero no puede haber cosecha donde no se sembró, ni se cultivó.
2. Esa es la misión de cada discípulo. Salir y buscar personas para Cristo. Decirles que
Dios las ama y que no hay más tiempo que perder. Ir a ellas con el instrumento del
amor y traerlas al reino del amor. Y “Bien por el siervo que, cuando su señor venga, lo
encuentre haciendo así” (Mateo 24:46).
CONCLUSIÓN. Todo miembro involucrado debiera convertirse en discípulo activo de Jesús.
Estas son algunas ideas para involucrarse personalmente:
1. Invitemos a otros miembros de la iglesia a involucrarse.
2. Involucremonos en un grupo pequeño para trabajar en favor de la comunidad don-
de vivimos.
3. Pidamos el derramamiento del Espíritu Santo todos los días.

IV. Conclusión
a. Misión RETO (Mandar un mensaje en whatsapp a todos nuestros amigos).
b. Despedida de sábado.
c. Canto de despedida de sábado.
d. Oración final.
e. Lanzamiento de RETO semanal.

Elaborado por:
Departamento de Evangelismo UMCH

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