Banda Frontera
Banda Frontera
La Banda Oriental, era zona de conflicto entre España y Portugal. Despertó el interés de
la Corona española al ser un territorio de conflicto entre sus posesiones y las
portuguesas. Los portugueses no se habían conformado con lo establecido en el Tratado
de Tordesillas y habían traspasado sus fronteras. Afirmaban que la frontera natural de
sus territorios americanos era el Río de la Plata. Este río junto al Uruguay y el Paraná
eran la única puerta de entrada a su rica región del Mato Grosso. Ambicionaban,
además, la riqueza ganadera de este territorio. Entre el 21 y 30 de enero de 1680, el
gobernador de Río de Janeiro, Manuel de Lobo, fundó en las costas del Río de la Plata,
una población que denominó Colonia do Sacramento. La ciudad llegó a tener 2600
habitantes y fue un importante centro de comercio y contrabando portugués e inglés
(aliado de Portugal). Por su puerto salían grandes cantidades de oro y plata provenientes
de las minas españolas del Alto Perú (Bolivia). Entre 1680 y 1777, España y Portugal se
enfrentaron por la posesión de esta Banda tanto en forma diplomática como militar. La
guerra tuvo dos escenarios: Europa y América. Mientras en el Río de la Plata, España
ganaba la guerra y reconquistaba Colonia, el rey, en Europa la entregaba a Portugal, por
acuerdos diplomáticos. Finalmente, en 1777 finalizó este conflicto con la firma del
Tratado de San Ildefonso que estableció los límites definitivos de las posesiones
españolas y portuguesas en América.
En medio del conflicto entre España y Portugal por la posesión de Colonia del
Sacramento y los intentos de ocupación portuguesa de la bahía de Montevideo en 1723,
la Corona española vio la necesidad de poblar oficialmente estos territorios, para
defender las fronteras de su imperio. El gobernador de Buenos Aires, Bruno Mauricio de
Zabala se dirigió hacia la costa oriental para desalojar a los portugueses, quienes
abandonaron el territorio. Comenzó así el proceso fundacional de Montevideo, en l724 y
terminó en l730, con la instalación del primer Cabildo de la ciudad.
• 1724: Zabala fundó el fuerte de San José e instaló allí una guarnición militar,
destinada a proteger la entrada de la bahía. Llegaron las primeras familias
procedentes de Buenos Aires entre los que se encontraban los abuelos de Artigas.
Eran 34 pobladores de los cuales 24 eran parientes entre sí.
• 1726: Un nuevo contingente de 13 familias (96 personas) procedentes de las Islas
Canarias llegaron y se instalaron en Montevideo. Pedro Millán realizó el primer
padrón de los vecinos de Montevideo, fijó la jurisdicción de la nueva ciudad
(abarcaba los actuales departamentos de San José, Canelones, Montevideo, parte de
Maldonado, Florida y Flores) y comenzó la entrega de solares en la planta urbana,
según el plano realizado por el ingeniero Domingo Petrarca. De acuerdo a las leyes
de Indias, este plano adoptó la forma de damero (forma de origen romano), de modo
que “aún a mediodía, una de las aceras recibía sombra”. Las manzanas se disponían
en torno a un espacio central, “la plaza mayor”. Zabala dispuso la creación de la
ciudad y le dio el nombre de San Felipe y Santiago de Montevideo.
• 1727: Se fijó el ejido, actualmente calle Ejido, espacio destinado a la expansión de la
ciudad, y los propios, hoy zona del arroyo Miguelete y el Bulevar Batlle y Ordóñez.
(Antiguo Bulevar Propios). Se adjudicaron chacras a los vecinos sobre los arroyos
Miguelete, Pantanoso y Carrasco.
• 1728: Se repartieron las primeras estancias a orillas de los arroyos Pando y Carrasco.
• 1729: Llegó un segundo grupo de familias de las Islas Canarias, compuesto por 130
personas y en diciembre de este mismo año, Zabala eligió los primeros cabildantes.
• 1730: El 1º de enero comenzó a funcionar el primer Cabildo, culminado, de esta
manera, el proceso fundacional.
• 1749: Se estableció la gobernación de Montevideo.
• 1751: Joaquín de Viana fue nombrado primer gobernador de Montevideo.
Lee atentamente: “Que en el presente se les haga repartir solares en la planta de la
nueva ciudad y lugares para chacras y estancias a cada uno de los pobladores (...) Que
también a costa de Su Majestad, se les ayudará con todo género de herramientas (...)
Que se les ha de ayudar con aquella cantidad de granos que sea competente para
semilleras y que por el primer año sean asistidos con bizcocho, yerba, tabaco y sal,
como también la carne. (...) Que para gozar de lo referido, (...), han de ser obligados a
mantener la vecindad por cinco años”. Bruno Mauricio de Zabala, agosto de 1726.
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