Vision y Mision de La Iglesia
Vision y Mision de La Iglesia
Vision y Mision de La Iglesia
INTRODUCCION
1. Confiando en Dios
5. Uniendo iglesias
VII. CONCLUSION
LA VOCACION DE LA IGLESIA (ELECCION - LLAMAMIENTO)
Hechos 13:1-4
Antes de la caída:
3. HACER : Lo bueno
3. HACER : Lo bueno
4. Acción Misionera es el amor en acción Hec 10: 38 como Dios ungió con
el Espíritu Santo y poder a Jesús y como este anduvo haciendo bienes y
sanando a todos los oprimidos por el diablo porque Dios estaba con él.
CONCLUSION:
RESPUESTA: Si, es posible, y por una sencilla razón, porque somos humanos.
EI problema es siempre el hombre y no exactamente las circunstancias que le
rodean. También, las fricciones surgen por ignorancia, por no tener todos el
mismo grado de cultura, y, en fin de cuentas, por ser cristianos carnales y no
espirituales. En la iglesia hay individuos convertidos y algunos que no lo son.
Los hermanos en la fe deben orar unos por otros. Este espíritu de amor y de
acercamiento amistoso caracteriza a los que somos verdaderamente hijos de
Dios, Juan 13:34-35; Mateo 25:34-40; Hebreos 10:24.
RESPUESTA: Dios nos capacita dotándonos de poder por medio del Espíritu
Santo. Esta fue la promesa que nuestro Señor dio a sus discípulos, según
leemos en Hechos 1:8, La obra del Señor la debemos hacer en el poder y bajo
la dirección y la bendición del Espíritu Santo. Además, Dios imparte, según su
voluntad, los clones espirituales a los cristianos en la iglesia, para ser usados
en la adoración, en el servicio, en el testimonio y en la edificación de los
creyentes. Uno no puede exigir los dones espirituales sino recibirlos según el
Espíritu Santo los dé y ejercerlos en orden y con humildad. De la lista de los
dones espirituales, el más importante en cuanto a la relación y motivación es el
don del amor, y luego, en cuanto a ministerio de enseñanza y edificación el don
de profecía. Nadie puede tener los dones del Espíritu si primero no tiene al
Espíritu de los dones. Debemos pues permitir que el Espíritu Santo nos use
como él quiera. El que dice que tiene al Espíritu Santo debe también poder
decir que el Espíritu Santo lo tiene a él. Y la principal evidencia de esta
reciproca posesión es una vida gozosa de santidad dinamica.1 Corintios 12:1,
7-11; 28-31; 13:1, 8,13; 14:1 3; 39, 40; 1 Tesalonicenses 5:23.
Introducción
Antes de conocer al Señor, Pablo había dedicado todas sus energías a la tarea
de perseguir a la Iglesia, pero cuando conoció la gracia de Dios, se produjo en
él un cambio tan radical que desde ese momento canalizó todas sus fuerzas en
servir a la causa de Cristo. En esta tarea se destacó sobre los otros apóstoles,
llegando a producir un volumen de trabajo asombroso.
(1 Co 15:10) “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido
en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo,
sino la gracia de Dios conmigo”
Como él mismo reconoce, la clave de esta obra fue la gracia de Dios que
obraba en él. Así que, antes de que nadie pudiera acusarle de jactancia o de
falta de humildad, se apresuró a dar todo el crédito de su trabajo a Dios.
Ahora bien, es cierto que Pablo trabajó mucho, pero lo hizo siguiendo cierta
estrategia que el Espíritu Santo le fue clarificando a lo largo de los años.
Veamos en qué consistía.
Por tanto, cuando Pablo llegaba a una nueva ciudad, el primer lugar a
donde se dirigía era a la sinagoga judía, y dada su condición de rabino
procedente de Jerusalen, siempre encontraba las puertas abiertas. Allí
predicaba a los judíos primeramente, pero no solo a ellos, sino también a un
grupo de gentiles temerosos del Dios de Israel que también asistia a las
reuniones de la sinagoga.
Estos gentiles eran temerosos de Dios que estaban familiarizados con las
escrituras del Antiguo Testamento, pero que no podían compartir los
privilegios del pueblo de Dios a no ser que se hicieran prosélitos del
judaísmo. Pero el evangelio que Pablo predicaba les aseguraba que la
esperanza de Israel se había cumplido en Jesus, y que mediante la fe en él
podían recibir la gracia salvadora de Dios en igualdad de condiciones con
los creyentes judíos, y ser miembros de la iglesia, la nueva comunidad
mesiánica del pueblo de Dios, sin distinción alguna con los creyentes judíos.
Muchos de los gentiles temerosos de Dios abrazaban el evangelio, lo que
inmediatamente ocasionaba el rechazo de los judíos y la ruptura de la
sinagoga con Pablo. Esta situación se repitió constantemente en casi todos
los lugares a los que el apóstol llegó predicando, creándole muchas
situaciones conflictivas, pero al mismo tiempo, también es cierto que
rápidamente se formaban grupos de creyentes entre los que había números
gentiles. Estos eran una cabeza de puente preparada providencialmente por
Dios para acceder a un circulo mas amplio de gentiles en cada ciudad.
Claro está, los judíos vieron en Pablo a un peligroso hereje que dividia sus
sinagogas allí a donde llegaba, por lo que le declararon la guerra. Este tipo
de situaciones explica el porque Dios en su sabiduría dividio el campo de
misión entre judíos y gentiles.
Así pues, el apóstol fue desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilirico,
llenándolo todo del evangelio de Cristo. Por supuesto esto no significa que
Pablo había “saturado” toda la región con el evangelio. Su estrategia
consistía en evangelizar ciudades populosas e influyentes, y fundar iglesias
allí, y luego dejar a otros la tarea de irradiar el evangelio hacia las
poblaciones vecinas. De modo que debemos entender su declaración de
haber completado la predicación del evangelio como una afirmación de
haber llevado a cabo esa predicación pionera y precursora que consideraba
como la misión apostólica especial que le correspondía cumplir a él.
Cuando las iglesias habían recibido la enseñanza suficiente para entender
su posición y responsabilidad cristiana, el apóstol se trasladaba a otro lugar
para continuar la misma clase de trabajo. De esta manera Pablo recorrió las
principales vías romanas de comunicación estableciendo iglesias en centros
estratégicos. A partir de tales centros, el mensaje seria esparcido; de este
modo, Tesalónica sirvió de base para la posterior evangelización de
Macedonia; Corinto para la de Acaya, y Éfeso para la de Asia. Y de la
misma forma proyectaba llegar a España, aunque no sabemos si realmente
lo consiguió, ni tampoco cual habría sido la ciudad elegida como su centro
de operaciones en esta parte al oeste del Mediterráneo.
Cuando escribe a los creyentes en Roma les dice que deseaba verles al
pasar por allí en su camino hacia España y que esperaba ser encaminado
allá por ellos después de haber gozado de un tiempo de comunión con
ellos. Po lo tanto, Pablo consideraba su visita a Roma como una escala
conveniente en el camino a España, pero al mismo tiempo esperaba que
ellos le ayudaran a continuar el viaje. La palabra que utiliza (“encaminado”)
llegó a ser un termino técnico entre los cristianos para colaborar con los
misioneros en el logro de sus objetivos (Tit 3:13) (3 Jn 1: 6-8). Es indudable
que incluia mas que desearles un buen viaje y ofrecer una oración de
despedida. Comprendia el aporte de provisiones y dinero, y a veces incluso
la provision de alguien que lo acompañase por lo menos parte del camino.
Es posible que Pablo haya alentado la esperanza de establecer una
relación continua con los cristianos de Roma, a fin de que siguieran
apoyándolo, como habían hecho otras iglesias anteriormente (Fil 4:14-16).
Pablo combinaba una extraordinaria visión misionera con una actitud que le
permitía acercarse a las personas. Él mismo da a conocer los métodos que
usaba para ganar a los hombres para Cristo.