RIUNNE FHUM CL Bradford ML

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MIRADA

MEMORIA
TERRITORIO

Desplazamientos

epistémicos, estéticos y patrimoniales en

Alejandra Reyero
Luciana Sudar Klappenbach
Cleopatra Barrios

coordinadoras
Mirada, memoria y territorio : desplazamientos epistémicos, estéticos y patrimoniales
en Latinoamérica / Alejandra Reyero ... [et al.] ; compilado por Alejandra Reyero ;
Luciana Sudar Klappenbach ; Cleopatra Barrios Cristaldo. - 1a ed compendiada. -
Resistencia : Instituto de Investigaciones Geohistóricas , 2021.
Libro digital, DXReader

Archivo Digital: descarga y online


ISBN 978-987-4450-11-1

1. Memoria. 2. Patrimonio Cultural. 3. Identidad Cultural. I. Reyero, Alejandra, comp. II.


Sudar Klappenbach, Luciana, comp. III. Barrios Cristaldo, Cleopatra, comp.
CDD 306.098

© Copyright by IIGHI, junio de 2021

ISBN 978-987-4450-11-1

Hecho el depósito que marca la Ley 11.723.

Editorial del Instituto de Investigaciones Geohistóricas


Av. Castelli 930, 3500, Resistencia, Chaco, Argentina

Diseño y Maquetación: Cristian Roberto Toullieux

Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorpo-
ración a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico,
mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright.
La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.
MIRADA
MEMORIA
TERRITORIO

Desplazamientos

epistémicos, estéticos y patrimoniales en

L ATI N OA M E RIC A

Alejandra Reyero
Luciana Sudar Klappenbach
Cleopatra Barrios
coordinadoras
AUTORES

Laura Aguirre

Matilde Ampuero

Cleopatra Barrios Cristaldo

Maia Bradford

Emanuel Cantero

Alejandra Fernández Robert

Andrea Geat

Mariana Giordano

Savio Guimarães

Ronald Isler Duprat

Adriana Mambrin

Alejandra Reyero

Melisa Ross

Alejandro Silva Fernández

Carolina Soler

Luciana Sudar Klappenbach

Andrea Ypa

Eleonore Zapf
ÍNDICE
Presentación

7 Alejandra Reyero, Luciana Sudar klappenbach, Cleopatra Barrios

CAPITULO I. Espacio público, políticas urbanas y patrimonialización

21 Espaços para a diversidade cultural na América Latina: entre reflexos e influências


do panorama mundial
Sávio Guimarães

39 Después del reconocimiento ¿la patrimonialización? Políticas, espacios y prácticas


de memoria en el caso argentino
Melisa Ross

60 Procesos de patrimonialización en América Latina. Reflexiones en torno a la


dimensión urbana
Luciana Sudar Klappenbach

83 Resistencia, ciudad de las esculturas y ¿patrimonio de la Humanidad?


Andrea Ypa

104 El extraño nombre de Estingana. Un proceso singular de apropiación cultural en la


provincia de Corrientes-Argentina
Ronald Isler

CAPITULO II. Crítica curatorial, circuitos expositivos y proyectos de


ruptura

135 La Artefactoría y el inicio del arte contemporáneo en el Ecuador


Matilde Ampuero

153 Un aplauso para el asador


Emanuel Cantero

172 Poéticas identitarias e imaginarios sociales. Precariedad, ironía y fugacidad en el


arte argentino contemporáneo
Andrea Geat
191 Las narrativas estéticas curatoriales. Algunos tópicos sobre las identidades en las
presentaciones históricas museables
Alejandra Fernández Robert

CAPITULO III. Deconstrucción de alteridades en fotografía, cine y


dispositivos posmediales

208 Fotografía de prensa. Captura y mediatización de Rosa Molina


Adriana Mambrin

234 Imagen-cuerpo y procesos identitarios. Tránsitos y refracciones en experiencias


dialógicas con indígenas chaqueños
Mariana Giordano y Carolina Soler

257 Autobiografía fabulada y un Gaucho sublevado en la producción fotográfica de


Marcos López
Cleopatra Barrios

284 Nación e identidad como el entre-lugar del arte contemporáneo.Operaciones


intermediales en la deconstrucción de mitos fundacionales argentinos
Alejandra Reyero

319 Del secreto fundante a la visibilidad. Gays/homosexuales y masculinidades no


hegemónicas en el cine y la televisión argentina
Alejandro Silva Fernández

CAPITULO IV. Región, territorio y mundos posibles como lugares de


enunciación

342 Bajar al abismo político. Catábasis y contextos políticos en las novelas de Juan
Rulfo y Roberto Bolaño
Eleonore Zapf

359 La literatura regional como problema teórico. Figuraciones del espacio en la


literatura chaqueña contemporánea
Laura Aguirre

379 Lo propio como extraño. Territorio y región en la narrativa de Mariano Quirós,


escritor “del interior”
Maia Bradford
Lo propio como extraño. Territorio y región en la narrativa de
Mariano Quirós, escritor “del interior”

MAIA BRADFORD

¿Qué territorios construye la literatura? ¿Qué relaciones se tienden entre el

territorio que imagina la ficción y el que existe fuera de ella? ¿Cómo imagina hoy a

la región chaqueña la literatura contemporánea? Son algunas de las preguntas que

orientan este artículo y que surgen a partir de la lectura de cierta parte de la literatura

argentina contemporánea que encontramos caracterizada por la presencia del

entorno natural y cultural “del interior” como elementos centrales de la narración. Se

trata de ficciones en las que el territorio de “las regiones”, es decir, aquellas alejadas

del centro del país y vinculadas con el espacio rural, cobra un rol protagónico desde

el cual los autores y autoras deciden explorar distintas dimensiones de lo real283.

Los discursos sociales, entre ellos, los artísticos, modelizan las prácticas del

ver/mirar de una cultura (Mitchell, 2003), así, los efectos de las experiencias con el

arte orientan la mirada de/hacia los contextos de quienes producen y reciben dichos

discursos. La literatura, en tanto una de estas prácticas, construye modos de percibir,

de mirar el territorio y de vincularse con él. En tal sentido, este trabajo aborda parte

de la producción literaria del escritor chaqueño Mariano Quirós (en Campo del cielo,

2019; La luz mala dentro de mí, 2018; Una casa junto al Tragadero, 2017) para ana-

lizar la configuración del territorio en sus obras, el espacio geográfico y cultural del

que el autor participa y que representa en sus ficciones. Se trata de una mirada que

pone en evidencia el carácter extraño de lo “propio”, de lo que se asume como más

cercano y conocido, a través de diferentes estrategias narrativas que construyen y

dialogan con un territorio, con una región. Es decir, con los espacios geográficos y

283 Entre estas ficciones podemos mencionar, además de las de Quirós, las de Selva Almada (Entre Ríos), Luciano Lamberti
(Córdoba), Federico Falco (Córdoba) o Carlos Busqued (Chaco), entre otros/as.

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MIRADA MEMORIA TERRITORIO
culturales en que este autor vivió (desde su infancia hasta hace poco tiempo) y que

son un componente central de su mundo literario.

Desde estos planteamientos, el capítulo persigue dos objetivos: por un lado,

revisar cierta noción vuelta lugar común de “región” en relación con la literatura y,

concretamente, con cierta producción literaria contemporánea de una de las regio-

nes argentinas y, por otro, analizar la construcción del territorio de esa región que

realiza uno de sus representantes más reconocidos en la escena literaria nacional. Se

trata de ficciones que, además, participan de lo que llamamos “literatura de lo ex-

traño”, deriva particular del modo de lo fantástico, pues creemos que los hechos na-

rrados que incluyen eventos que podrían leerse como sobrenaturales o fantásticos

participan más bien de una deriva del género hacia lo extraño, pero no imposible.

Retomamos la pregunta, ¿cómo participa la literatura de la construcción de

Lo propio como extraño. Territorio y región en la narrativa de Mariano Quirós, escritor “del interior”
un territorio? Cada texto construye “un real”, es decir, un discurso acerca de lo real

que toma referencias de ese conocimiento común y colectivo que llamamos rea-

lidad y que luego incluye dentro de sus mundos de ficción a través de diferentes

estrategias. Como toda forma del arte, superpone un relato sobre otro. Al mediar en

literatura el “contrato de verosimilitud” se suspenden los criterios de verdad que re-

gulan lo real y accedemos, sin cuestionamientos, al mundo de ficción. No obstante,

y por este motivo, adquiere más fuerza aquello que el arte dice sobre lo real. Sabe-

mos que los lenguajes artísticos, al llevar al límite las posibilidades del lenguaje y de

la dimensión simbólica de lo real, producen un efecto más sutil pero a la vez más

poderoso: renuevan la mirada, ofrecen un modo más agudo de percibir el entorno.

El horizonte de “posibles” que aceptamos dentro del imaginario sobre un te-

rritorio “realmente existente”, cuando no es experiencia, proviene de los discursos,

entre ellos, los literarios. Explica Angenot:


Maia Bradford

El discurso social tiene el ‘monopolio de la representación de la realidad’ (Fossaert,


1983ª: 336), representación de la realidad que contribuye en buena medida a hacer la
realidad… y la historia. Y justamente porque se trata de un monopolio, el discurso so-

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MIRADA MEMORIA TERRITORIO


cial parece adecuado como reflejo de lo real puesto que ‘todo el mundo’ ve lo real, y a
través de él, el momento histórico, más o menos de la misma manera. Representar lo
real es ordenarlo y homogeneizarlo. Lo real no podría ser un caleidoscopio. La unidad
relativa de la visión del mundo que se desprende del discurso social resulta de esta coo-
peración fatal en el ordenamiento de imágenes y datos. (2010: 64)

Las interpretaciones puestas en discurso hacen la realidad. Pero a diferencia

de otros discursos sociales, el arte –que no es sólo ni únicamente discurso-, no refle-

ja la realidad en estos términos directos ni especulares, no ordena ni representa sino

que provoca un efecto de cuestionamiento o desrealización de lo real que actualiza

la mirada sobre el entorno. Entonces, ¿qué relación establece la literatura con lo

real? Aquí coincidimos con la perspectiva de Susana Reiz cuando dice que:

Si (…) se procura establecer el grado de adecuación de un texto a la realidad, habrá que


renunciar a todo tipo de definición ontológica y basarse, más bien en aquello que acep-
tamos cotidianamente, y por lo común sin cuestionarlo, como realidad, en aquello que
aprehendemos y describimos como realidad y que al ser verbalizado es, si no constitui-

Lo propio como extraño. Territorio y región en la narrativa de Mariano Quirós, escritor “del interior”
do, al menos co-constituido por la lengua de que nos valemos para verbalizarlo y, más
específicamente, por los textos concretos en que lo verbalizamos. (1989: 110)

Sostiene la autora que, por lo tanto, no hablaremos de la realidad en sí ni del

mundo en sí sino “de los modelos interiores del mundo exterior puestos en juego por

los comunicantes en el acto de comunicación” (Reiz, 1989: 111). Realidad, entonces,

es lo que aceptamos cotidianamente y se construye en los discursos. De esa construc-

ción participa también la literatura –paradójicamente– desde “la ficción”, que en lugar

de alejarla de “la realidad”, la acerca al reflejar modelos interiores del mundo exterior.

Literatura de las regiones vs. literatura regionalista

Uno de los rasgos importantes que comparten las narrativas que aquí carac-

terizamos y de las que Mariano Quirós es un representante, es que convierten a las

regiones en territorios de exploración estética. Pequeñas ciudades, capitales urbanas


Maia Bradford

o espacios rurales del interior de las provincias argentinas –que a su vez conforman el

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MIRADA MEMORIA TERRITORIO


“interior” del país si se toma, como es habitual, a Buenos Aires como centro cultural

y económico–, son los espacios donde se sitúan y transcurren estas ficciones. En este

trabajo nos interesa detenernos concretamente en los modos en que Quirós recons-

truye su lugar de origen y en cómo esa representación se erige en componente cen-

tral de su poética para demostrar la extrañeza latente en lo real. Creemos que se trata,

además, de una decisión estética que invita al análisis sobre la relación de estas obras

con el concepto, controversial y siempre impreciso, de “literatura regional”284.

De acuerdo con María Teresa Gramuglio (1984) la literatura regional se ori-

ginó en Argentina como reacción a un proceso de centralización, es decir, “frente a

los fenómenos de urbanización, cosmopolitismo e inmigración” (12) que transfor-

maron a nuestro país, con centro en la ciudad de Buenos Aires, hacia finales del siglo

IXX. Así, inicialmente, el concepto de literatura regional adoptó criterios geográficos

Lo propio como extraño. Territorio y región en la narrativa de Mariano Quirós, escritor “del interior”
vinculados a características físicas, económicas y culturales. Sin embargo, la autora

sostiene que si optamos por una perspectiva distanciada de tales cuestiones geo-

gráficas “y más atenta a los rasgos que definen distintos subsistemas literarios (la

novela policial, por ejemplo, o el cuento folclórico), dentro del gran sistema que es

el conjunto de la literatura”, es posible advertir que existe “un conjunto de obras que

poseen características comunes lo suficientemente precisas como para integrar esa

categoría tan controvertida que se llama literatura regional.” Si nos preguntamos

cuáles son esas características que presentarían, según la autora, las obras que po-

dríamos considerar bajo la categoría de literatura regional, Gramuglio explica que:

se trata de una literatura cuyos centros de producción y de circulación (…) tienden a


ubicarse en sitios del interior del país, provincianos, ligados al terruño, a la “patria chica”,
cuyos tipos humanos, paisajes, costumbres y peculiaridades lingüísticas suele represen-
tar. Esta literatura encuentra con frecuencia sus modelos y temas estructurantes en los
relatos orales y tradicionales del lugar, con los cuales mantiene a menudo una relación
muy viva. (1984:13)
Maia Bradford

284 Para una revisión más detenida del concepto de región y su vínculo con la literatura ver el artículo “La literatura regional
como problema teórico. Figuraciones del espacio en la literatura chaqueña contemporánea” de Laura Aguirre, incluido en
este volumen.

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MIRADA MEMORIA TERRITORIO


Es posible advertir que esta definición de literatura regional remite a una repre-

sentación tipificada, basada en ciertos estereotipos, que preferimos vincular, más bien,

con la noción de literatura regionalista. Es decir, aquella preocupada por referir y remitir

a rasgos supuestamente característicos y reconocidos de los lugares que representan

en perfiles, escenarios, modos y tonos que se reconocerían como típicos. Si bien es

cierto que en las manifestaciones literarias contemporáneas producidas en las regiones

existen obras que coinciden con esa descripción, existen también otras que se alejan

de esas intenciones, así como de esa estética vuelta lugar común, más preocupada por

hacer lucir el terruño que por alumbrar ese espacio con nuevas miradas y sentidos, y

que hace de la región no un telón de fondo sino el rasgo definitorio de una poética

literaria. En estas últimas incluimos, entre otras, las obras de Mariano Quirós que, en las

antípodas del costumbrismo regionalista, hace de la región un territorio de exploración

estética, aviva la discusión teórica sobre las literaturas y lo regional y da muestra de la

Lo propio como extraño. Territorio y región en la narrativa de Mariano Quirós, escritor “del interior”
potencia de la literatura argentina contemporánea que se escribe alejada del centro.

Muestra de ello es, entre otras evidencias, que haya trascendido el ámbito de la publi-

cación en editoriales independientes y es, desde hace algunos años, editado por uno

de los sellos más importantes del mercado editorial (Tusquets Editores). Representa, sin

dudas, modos renovados de construir lo regional y, además, lo consigue porque no se

percibe explícitamente en sus intenciones tal renovación. No escribe sobre o para las

regiones, hace del territorio un espacio de exploración estética y no un asunto o tema.

En tal sentido, no representa la región, la reinventa.

Gramuglio propone pensar lo regional “como algo que se define y se diferen-

cia con respecto a un centro con el cual mantiene relaciones conflictivas” (1984:13).

Desde estas consideraciones, el centro es “el lugar privilegiado de recepción, circula-

ción y consagración para la producción cultural” esto es, el lugar donde se deciden y

proyectan las tendencias y estilos; el lugar donde se originan las transformaciones y

modas literarias, en definitiva, es “el lugar cuya influencia resulta decisiva, de modo vi-
Maia Bradford

sible, sobre todas las instancias del circuito literario: autor, obra, edición, distribución,

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MIRADA MEMORIA TERRITORIO


público.” Acordamos con la autora en que en nuestro país ese centro es Buenos Aires,

así, la tensión centro-interior o Capital- provincias es representada de múltiples mane-

ras y estilos a lo largo de la historia de la literatura nacional. Ahora bien, en la literatura

contemporánea que representa Quirós esas tensiones y diferencias no aparecen por

un afán de contraposición de características o modos de vida opuestos, sino que los

territorios regionales se manifiestan y toman forma por su propio peso, es decir, cons-

truyen mundos suficientes, interesan por sí mismos como lugares de indagación de

los límites de la realidad y de sus posibilidades. Ese funcionamiento estético de lo re-

gional también hace foco en la tensión con el centro, pero como modo de resistencia.

Coincidimos, finalmente, con Gramuglio en que lo regional es una de las for-

mas posibles en las que el arte trabaja con lo real, que se manifiesta bajo modos di-

versos, deshomogéneos. Y que ese trabajo no consiste en el registro ni en el reflejo de

Lo propio como extraño. Territorio y región en la narrativa de Mariano Quirós, escritor “del interior”
la realidad, sino que “a partir de esas difusas construcciones ideológicas y simbólicas

va creando sus instrumentos específicos (en su lenguaje, con sus procedimientos), ob-

jetos estéticos que ingresan en la realidad, la complejizan y la enriquecen” (1984: 18).

Manifestaciones contemporáneas de literatura de las regiones: el territorio


chaqueño en la narrativa de Mariano Quirós

¿Qué es un territorio en la ficción? Es una geografía más o menos delineada,

son personajes con ciertos perfiles y modos de pensar y de hablar, es una atmósfera

que habilita determinados sucesos; es un espacio que se configura para pensar lo

real. En la narrativa que estamos analizando es, además, una definición de estilo,

puesto que en Quirós la indagación del territorio es una característica distintiva de

su literatura: convierte al territorio chaqueño en elemento central de una poética.

¿Qué relaciones establece el espacio ficcional con el real? El modo en que


Maia Bradford

las narraciones literarias dan respuesta a esa pregunta orienta su participación en

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géneros específicos. En el género fantástico, para que se produzca su efecto típico de

desestabilización y cuestionamiento de los límites de la realidad, se recrea el mundo

narrado como un espacio idéntico al del lector o lectora, en sus coordenadas generales.

Es un mundo conocido el que se ve asaltado por un evento o situación que impugna

ese conocimiento y corre sus fronteras. Entendemos que ése es uno de los efectos de

lectura de la literatura de Quirós a partir de su tratamiento del territorio del Chaco,

que se figura, principalmente, como extraño. De ese modo, con el revelamiento de la

extrañeza propia de lo real, pero en ausencia de eventos o elementos imposibles o

sobrenaturales en gran parte de sus narraciones, es que postulamos que su literatura

participa de lo extraño, una deriva del género fantástico285.

Las historias de Quirós se disparan desde la construcción de un lugar caracte-

rizado por lo raro, lo insólito. De la lectura de estas ficciones se desprende que no se

Lo propio como extraño. Territorio y región en la narrativa de Mariano Quirós, escritor “del interior”
trata de una invención sino de la puesta en evidencia del carácter extraño del propio

lugar, esto es, el lugar en el que el escritor nació y que experimentó con sentido de

pertenencia y el lugar que reconstruye en sus ficciones. Creemos que, además de ser

una representación en clave literaria, es un develamiento de ciertas certezas sobre

lo real, concretamente sobre el territorio que se habita o ha habitado, como un es-

pacio de posibles ampliado, que corre los márgenes de lo natural, lo conocido y lo

posible y problematiza de ese modo la noción de real. El poder del discurso literario

reside en su capacidad para crear perspectivas y elementos ausentes en lo real, que

se incorporan a él y proponen repensarlo286.

Desde estas hipótesis y consideraciones generales, pasamos, ahora, al análisis

específico de los casos. ¿Qué continuidades y qué rupturas hay entre el Chaco como
285 Esta hipótesis acerca de la transformación del género fantástico en la literatura argentina contemporánea es una de
las ideas centrales de la tesis de doctorado en la que me encuentro trabajando, en la cual indago en un corpus de obras de
autores y autoras más amplio.
286 En tal sentido, resulta interesante pensar la construcción de estos territorios de ficción en relación con lo que propone
Jorge Monteleone (1995) sobre la ciudad y los discursos que la (re)crean: “El discurso de la ciudad abre, entonces, ese plus
que produce lo imaginario: se transforma de pronto en una invención del discurso, un espacio otro de la ciudad real. A poco
de avanzar en sus fundamentos, comprendemos que la ciudad misma está contaminada de esa irrealidad. Al conocer el
Maia Bradford

acto fundacional de numerosas ciudades que existieron previamente en la alucinación de la letra, sospechamos la incómoda
verdad: que hemos crecido al amparo de una fantasmagoría. Comprendemos que la ciudad se halla a medio camino entre lo
imaginario y lo real.” (184).

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MIRADA MEMORIA TERRITORIO


región geográfica existente que nutrió de imágenes e identidad a este escritor y el

Chaco que representa en sus historias? A diferencia de ficciones que pretenden ser

“regionalistas”, Quirós no intenta ilustrar nuestro territorio, es decir, no quiere re-

producir las pautas culturales, sociales ni geográficas del lugar que propone como

escenario de sus historias y que, por sus referencias relacionamos con el Chaco y la

región NEA, sino que amplía sus posibilidades al representar una realidad que da

cuenta de sus dimensiones más complejas, porque, como dijimos al principio, su

propuesta pone en evidencia la esencia extraña de lo cotidiano; así, mostrar que lo

extraño también es parte de la realidad, es ampliarla. No hay representación en tér-

minos miméticos sino creación de un mundo que, aunque ficticio, se acepta posible.

Tampoco hay pintoresquismo ni comicidad forzada desde el estereotipo.

De este modo, el entorno donde se recrean las ficciones del autor, aunque se

Lo propio como extraño. Territorio y región en la narrativa de Mariano Quirós, escritor “del interior”
pueda suponer propio y conocido, demuestra su natural extrañeza. ¿Pero cómo se ge-

nera lo extraño en estas narraciones? Las estrategias escriturales elegidas son diversas,

en algunos casos, es la mirada extrañada hacia lo propio y que debiera ser conocido

la que provoca el efecto inquietante característico de estas ficciones. En otros, ese

entorno se ve alterado por eventos improbables pero posibles, ya que no se conciben

totalmente fuera de las posibilidades de lo real. Veamos ejemplos breves del primer

caso, en el cual el paisaje ocupa un lugar central, afecta a los personajes al punto de

definirlos y hacerlos, a su vez, parte definitoria del territorio. En el cuento Cazador de

tapires (en La luz mala dentro de mí, 2014) escuchamos la voz del narrador, que avan-

za hacia el interior del Chaco proveniente de Resistencia, la capital provincial, para

encontrarse con su padre que, extrañamente, decidió ir a vivir a un pequeño pueblo:

Antes de llegar a Miraflores el colectivo hizo paradas en Tres Isletas y en Castelli. Yo co-
nocía muy poco el interior del Chaco, casi nada, y por la ventanilla del colectivo esas dos
ciudades me parecieron horribles. La gente que bajó allí era gente muy pobre, gente de
cara curtida y de ojos que miraban más allá, algo lejano, una vida un poco más amable.
Pensé en Miraflores y me dispuse para lo peor.
Pero no me dispuse lo suficiente: apenas bajé del colectivo, me sentí mal, descompuesto
Maia Bradford

y triste, todo a la vez. La gente que bajó conmigo también se veía mal, Mirasoles era
una réplica pequeña y precaria –aún más precaria- de Tres Isletas y Castelli. (2014: 20)

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El tono se construye sobre la primera persona, tenemos acceso a esa narra-

ción personal y, por ello, a la mirada del personaje que se va depositando sobre lo

que lo rodea, y a las sensaciones incómodas que eso genera. Más adelante, en la

misma historia leemos:

Me impresionó que el piso de la casa fuera de tierra, ni un cemento, ni siquiera tablas


de madera, nada trabajado que pisar.
Lo que había eran muchos animales: gallinas, pollos, chivos, perros, chanchos, todos
mezclados, como si fueran de una misma especie. Al único que no se veía por ningún
lado era a papá.” (2014: 21)

La sensación de extrañamiento va agudizándose y da lugar a una mirada

desrealizante. No hay fenómeno del orden de lo sobrenatural que trastorne la esta-

bilidad del mundo narrado, es la mirada del protagonista la que percibe la hostilidad

y extrañeza de lo que lo rodea: el relato delinea a un hombre de ciudad sometido

Lo propio como extraño. Territorio y región en la narrativa de Mariano Quirós, escritor “del interior”
a la inclemencia del monte chaqueño. Vemos que el entorno actúa poderosamente

sobre los personajes dejándolos a la luz de la esencia extraña de lo real. En Una casa

junto al Tragadero leemos:

Lo que más me costó fue acostumbrarme a la oscuridad. Acá se hace de noche y el mun-
do desparece. Y yo no había previsto una cosa así, no había previsto nada en realidad.
Me instalé en la casa después de merodear unas cuantas semanas por La Colonia. Pero
a la casa ya la había descubierto mucho antes, cuando todavía vivía yo en Resistencia.
(…) Yo le tenía miedo al monte, y no es que se me hubiera pasado ese miedo, pero a
medida que fui asentándome también me fui acostumbrando a la sensación. (2017: 21)

El mundo, lo conocido, va desapareciendo y da lugar al miedo. Pero es posi-

ble acostumbrarse, acomodarse a esa novedad. Entonces, y a pesar de que eso es

extraño y desestabilizador, se aprende a sobrellevarlo, se lo incorpora a “la realidad”,

como lo demuestra este otro caso:

Me contó Insúa que hay muchos hombres en La Colonia –y mujeres también- que se los
ve hablando solos, como perdidos, y eso fue por dejarse llevar. Hay tantos loros, tantas
cotorras, que uno se tienta. El monte jode así, de esa manera. (…) De repente bajaste
unos tres loros, cuatro cotorras. Tres y cuatro hacen siete, al día siguiente ese cazador
Maia Bradford

tiene siete voces en la cabeza, siete gritos que no se callan ni a la hora de dormir. Una
persona que enloquece y que ya no sirve para nada. Un inválido que ahora te sirve nada
más que para hacer daño y que te pudre todo un pueblo. (2017: 110-111).

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En su último libro de cuentos, Campo del cielo (2019) Mariano Quirós toma

la referencia del parque Campo del cielo, ubicado a 300 kilómetros de Resistencia,

para imaginar un pueblo que aparece en su ficción bajo el mismo nombre. Las po-

sibilidades de sucesos y apariciones del orden de lo extraño no se hacen esperar. En

el cuento Tibisai el trayecto en auto de un resistenciano en busca de su madre hasta

el pueblo no deja dudas al respecto:

La ruta a Campo del Cielo, muy pronto lo descubrí, era un desastre de baches y anima-
les sueltos. Entre caballos, burros y vacas dispersos en la banquina divisé también unas
cuantas especies de lo más extrañas –por lo menos para mí, que siempre fui bastante
ignorante en ese aspecto-, criaturas que asocié con un mundo fantástico y hasta un
poco terrorífico.
También la vegetación y con ella el paisaje cambiaron bruscamente en pocos kilóme-
tros: de pronto era todo más áspero, como violento y venido a menos. (2019: 70)

De esta manera, Campo del Cielo, como todos los pueblos que representa

Lo propio como extraño. Territorio y región en la narrativa de Mariano Quirós, escritor “del interior”
Quirós, nos cuenta de un paisaje que conocemos: un espacio desolado, azotado por

el calor aterrador, donde los árboles –inclusive los más raquíticos– son un refugio,

al igual que los ranchos, con su gente de aspecto particular acostumbrada a ese

lugar alucinado, comido por la precariedad y la mugre. Un lugar del que hay que

salir corriendo, como hace el protagonista de Un meteorito que corre, el tercero de

los cuentos. Pero, a la vez, la mirada del personaje inventa un paisaje que linda con

lo fantástico. El territorio imaginado juega con las referencias habituales pero crea

algo distinto, las trasciende para ofrecer una imagen del Chaco que no es solo un

territorio físico sino cultural y simbólico, que suele sintetizarse en un imaginario

construido sobre las ideas de pobreza, precariedad material, naturaleza abundante

y salvaje. Se propone una mirada renovada que, a la vez que apela a ese imaginario

naturalizado, lo complejiza y trasciende. La operación parecería ser: llevar al máxi-

mo ciertos lugares comunes para hacerlos desbordar hacia lo extraño y ver que ese

desborde también es parte de lo real.

La galería de variedades que conforman los personajes del territorio que abar-
Maia Bradford

ca Campo del Cielo es esperpéntica, compuesta por criaturas de éste y otros mundos:

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están los perros y los burros, pero también un supuesto chupacabras; hay mujeres y

hombres desesperados, embrutecidos y violentos, pero llevados por una violencia do-

méstica naturalizada, provocada por el mismo ambiente. Están también el oficial jefe

de policía del pueblo, el mecánico, el intendente, el forastero, el artista incomprendido

y un boxeador pacífico, y está Jorgelina, la cantora del pueblo, que no pierde opor-

tunidad de desplegar sus alaridos al ritmo de zambas y chacareras en cumpleaños

y velorios; está el encargado de la estación de servicio que vio tanto que ya nada lo

sorprende; hay también niños sometidos a la brutalidad de lo inhóspito, adolescentes

que no encuentran su sitio. “Los crotos de siempre”, como dice Brodsky, padre de la

cantora del pueblo. Un “pueblo de mala muerte”, como dice otro de los personajes.

En el pueblo, entonces, pasan cosas raras: hay desapariciones, transformacio-

nes, de repente las calles se siembran de perros despanzurrados. El pueblo recibe

Lo propio como extraño. Territorio y región en la narrativa de Mariano Quirós, escritor “del interior”
su nombre porque, como en el Campo del Cielo real, muchos años atrás una lluvia

de meteoritos cayó sobre el lugar y allí quedaron, pedazos de material estelar, silen-

ciosos, irradiando su poder. ¿Qué une a todos estos cuentos? La convivencia en ese

espacio alucinado, donde lo extraño encuentra su sitio. Porque, a diferencia de los

cuentos fantásticos, es decir, de la tradición clásica del género, acá no hay escándalo

ante la evidencia de que lo que no puede ser, sea. Cuando la criatura o lo supues-

tamente “irreal” aparece no hay, como en Frankenstein, como en ciertos cuentos

de Poe, de Quiroga o Kafka, el horror que lleva al enloquecimiento. En este caso, el

extrañamiento se asume no solo posible sino habitual. Lo dijimos antes, es como si

se confirmara que la realidad es más amplia de lo que muchos piensan; también más

atroz, pero eso no causa temor porque sólo se trata de la confirmación de una sos-

pecha, que en los tiempos que nos toca vivir, nos viene asolando hace rato. Intuimos

que es una de las ideas de fondo de estas narraciones: sacar al territorio del lugar

común asumiendo que lo extraño y lo caótico, si bien se manifiestan con mayor

contundencia en estos márgenes geográficos y culturales, habita en cualquier parte


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del mundo, en cualquier territorio.

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Consideraciones finales

Por lo aquí expuesto consideramos que la narrativa de Quirós representa una

tendencia observable en las manifestaciones contemporáneas de la literatura argentina:

autores y autoras que optan por formas no miméticas de representación, o que com-

binan dichos géneros con otros, al menos en parte de su producción. Lo fantástico y,

bajo otros procedimientos, también la ciencia ficción, constituyen un reto al realismo

tradicional que reafirma el pensamiento racional como método infalible de aprehensión

de la realidad. Se trata de géneros populares que, no obstante, han sido considerados

marginales en la historia general de la literatura. Sin embargo, su vigencia pone de

relieve que resultan modelos del mundo que han demostrado una gran capacidad de
transformación y expresión de inquietudes de los diferentes grupos humanos.

El escritor cordobés Luciano Lamberti, coetáneo de Mariano Quirós, dice en

Lo propio como extraño. Territorio y región en la narrativa de Mariano Quirós, escritor “del interior”
una entrevista (Yuste, 2017), refiriéndose a su generación de escritorxs: “Nos pre-

guntábamos cómo representar nuestro entorno, porque algunos no éramos solo

del Interior, sino del interior de Córdoba, pequeñas ciudades. ¿Cómo representar

eso sin caer en regionalismos o reivindicar al gaucho? A partir de esas discusiones y

conocernos, encontramos formas de solucionar ese problema con el estilo de cada


uno.” El autor manifiesta uno de los desafíos de la literatura “joven” contemporánea

y los modos en que fue asumido y superado: el estilo de autor/a, la búsqueda de

formas de representación que se apartaran de los lugares comunes de los regiona-

lismos. Esto supuso, entre otras consecuencias, la renovación de géneros clásicos

como el realismo y el fantástico, tal como hemos intentado demostrar aquí, puesto

que para que esa búsqueda de modos y estilos renovados tuviera lugar fue necesa-

rio repensar las nociones de realidad, fantasía, territorio, región. Se trata de decisio-

nes estéticas que manifiestan formas determinadas de mirar, asumir y representar

lo real. En el caso que analizamos en este trabajo, tal representación se ve motivada

por una noción ampliada de lo real que extiende y burla los límites tanto del realis-
Maia Bradford

mo clásico como de la literatura regionalista, caracterizada por los intentos de una

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representación mimética y estereotipada del territorio de las regiones argentinas

supuestamente reconocibles por el público.

Si en la narrativa de Mariano Quirós hay una recuperación de ciertas ideas y

lugares comunes vinculadas al Chaco y la región del nordeste argentino como, por

ejemplo, la pobreza, la naturaleza salvaje y un clima extremo, los pone a funcionar

a través de diferentes estrategias como la exageración (que a veces produce como

efecto el humor), la mirada extrañada de lo conocido o la inclusión de sucesos y

personajes que rozan lo irreal o imposible pero que el lector puede admitir y asimi-

lar tanto en ese mundo de ficción como en el propio. Así, en una realidad de límites

expandidos se despliega la incómoda y extraña belleza del territorio chaqueño.

La narrativa de Quirós da cuenta de las transformaciones del modo fantástico a

la vez que constituye un discurso que vuelve la mirada sobre nuestra región del NEA

Lo propio como extraño. Territorio y región en la narrativa de Mariano Quirós, escritor “del interior”
para, desde la ficción, revelarla como naturalmente extraña. Se trata de nuevas formas

de acceso a lo real a través de la ficción, ya que, como dice Luciano Lamberti (2017)

“las escenas que se viven en el interior pueden ser tan inverosímiles que el realismo

no alcanza para describirlas.”.

En estas narraciones la región es un lugar de enunciación y el eje de una

poética, de una búsqueda estética. El Chaco que Quirós y nosotros conocemos se

transforma con su producción literaria. Y, a su vez, esta literatura hace algo más,

trastoca el género fantástico. Si bien hay en su producción historias que encajan

perfectamente con la categoría de lo fantástico clásico, definido por la presencia de

lo sobrenatural que irrumpe en un espacio natural y conocido, sus obras presentan

principalmente historias en las cuales se prescinde de ese elemento fantástico y se

lo sustituye por otros lindantes, que llamamos extraños, puesto que no resultan im-

posibles para la lógica de nuestro mundo, pero que sorprenden y desestabilizan por

su extrañeza. Como intentamos demostrar, la inestabilidad producida termina por


Maia Bradford

acomodarse entre los posibles que lo real colectivo admite. Hay una mirada extraña-

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da del espacio que debiera ser conocido y, sin embargo, no lo es. Los personajes de

Quirós, tanto si son lugareños de los pueblos como habitantes de la capital chaque-

ña, padecen el extrañamiento que el propio lugar genera. El entorno –especialmente

el rural– se descubre hostil, de repente lo que siempre estuvo ahí se transforma en

algo perturbador y amenazante. La novedad reside en que no se trata de eventos

necesariamente sobrenaturales sino de la aparición de sucesos o elementos quizás

poco habituales, pero no imposibles, y de otros que, al contrario, considerándose

habituales, una mirada renovada consigue revelar como extraños, y que participan

sin conflicto de la realidad más cotidiana. Lo que sucede en estas ficciones puede

ser extensivo a las vidas “reales” de las y los lectores. Así, demuestran que lo extraño,

lo incómodo y lo insólito no está lejos, sino que es un componente esencial de los

territorios de cualquier región.

Lo propio como extraño. Territorio y región en la narrativa de Mariano Quirós, escritor “del interior”
Referencias

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decible, Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.

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Yuste, Gustavo (12-04-2017). “Entrevista a Luciano Lamberti: ´La literatura va cada


vez más hacia esa zona de placer elitista´”. En La Primera Piedra.

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_____________ (2017). La luz mala dentro de mí, Buenos Aires: Factotum.

Reiz de Rivarola, Susana (1989). Teoría y análisis del texto literario, Buenos Aires: Hachette.
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