Informe Sobre La Legitimación
Informe Sobre La Legitimación
Informe Sobre La Legitimación
ASIGNATURA;
DERECHO ADMINISTRATIVO II
CATEDRÁTICO:
ABOG; JENNY SUYAPA ÁGUILAR RECONCO
ACTIVIDAD:
INFORME SOBRE LA LEGITIMACIÓN
PRESENTADO POR:
RITZA YOLANDA MEDINA ESPINOZA
CTA# 322460002
● Legitimación procesal
Se trata, como hemos dicho, de una conexión o vínculo entre un sujeto con capacidad
jurídica procesal y el objeto de un concreto proceso (la pretensión). Así, como se ha
señalado, una persona no puede reclamar el salario de un familiar suyo, sino el que se le
debe a él en su calidad de trabajador; de la misma manera, tampoco puede reclamar este
salario a una persona que no es su empleador (u otro empresario responsable solidario).
-La legitimación activa es la aptitud para ser demandante en un determinado proceso.
-La legitimación pasiva es la capacidad para ser demandado en un determinado proceso.
Habitualmente, en el proceso social, suelen ser legitimados activos los trabajadores y
beneficiarios de la Seguridad Social, y legitimados pasivos los empresarios y las entidades
gestoras de la Seguridad Social; ello se debe a la propia configuración del derecho material
(por ejemplo, si el empresario cree que una huelga es ilegal, actúa en consecuencia y si los
trabajadores reclaman, entonces es cuando se plantea judicialmente la legalidad de la
huelga), pero no es estrictamente necesario; por ejemplo, no es de ningún modo imposible
que un empresario demande a un trabajador (por ejemplo, para reclamarle daños y
perjuicios que no ha podido deducir directamente del salario).
-Normalmente, el ordenamiento concede legitimación al titular de un derecho o interés
legítimo. Este supuesto se conoce como legitimación ordinaria.
Excepcionalmente, el Derecho permite a una persona actuar en nombre propio para
defender un interés ajeno, lo que habitualmente se conoce como legitimación
extraordinaria. En el orden social actúa en nombre propio e interés de otro el Ministerio
Fiscal (como se vio en el tema 1) y pueden hacerlo en algún caso los sindicatos y, en su caso,
las asociaciones cuyo fin sea la igualdad de trato entre hombres y mujeres. Cuando se
interviene en nombre e interés de otro, estamos ante la institución de la representación.
Es fácil confundir la legitimación como requisito procesal con la consideración de si el
demandante o el demandado tienen “la razón” en el fondo del asunto al plantear la
pretensión o en la resistencia. Así, por ejemplo, si un trabajador reclama una cantidad a la
empresa RENFE en función de las tablas salariales pactadas en convenio, afirmando que es
un trabajador por cuenta ajena de esta compañía, y luego, en el curso del proceso se
determina que en realidad no era un trabajador asalariado, sino un autónomo
económicamente dependiente, puede quizás deducirse que el trabajador carecía de
legitimación activa (no podía ser demandante) y la empresa de legitimación pasiva (no
podía ser demandada en este tipo de reclamación en concreto, puesto que no se aplica el
convenio colectivo). Cuando se produce esta confusión, el concepto de legitimación pierde
todo sentido, reduciéndose al derecho a la acción en sentido concreto.
Así pues, para evaluar si existe legitimación como un presupuesto procesal no es necesario
pronunciarse sobre el “fondo del asunto”, sino más bien analizar la coherencia interna de
la pretensión: esto es, si se considerara que son ciertos los hechos y las calificaciones
jurídicas expresados en la demanda, ¿sería el demandante la persona indicada para actuar?
¿sería el demandado la persona a la que hay que dirigirse?
Es la aptitud legal de poder ser sujeto activo o pasivo en una relación jurídica procesal. No
toda persona tiene capacidad procesal, aunque toda persona individual o jurídica tenga
personalidad procesal. Un niño, un loco, pueden ser titulares de un patrimonio y por ello
podrán ser parte de un proceso sobre derechos y obligaciones, derivados de esa titularidad;
tienen personalidad procesal, pueden ser parte en un proceso, pero no pueden comparecer
ni actuar en propio nombre, pues no están en el pleno uso de sus derechos civiles y asi
como en la esfera privada no tienen capacidad de obrar, no tienen capacidad para
comparecer en un proceso, no tienen capacidad procesal. Por los que no están en el pleno
uso de sus derechos civiles comparecerán en juicio sus representantes o las personas que
deban suplir su incapacidad con arreglo a las leyes. La representación, la asistencia y la
autorización son medios de suplir o completar la falta de plena capacidad. La ley señala
cómo se presta ese suplemento en el caso del menor de edad, el emancipado menor, el
loco, sordomudo, pródigo, condenado a interdicción, ausente, etcétera. La falta de
capacidad es un defecto que da lugar a una excepción de falta de personalidad
(impropiamente llamada así) que puede ser alegada por la otra parte impidiendo que, si se
acepta, pueda dictarse una sentencia de fondo.