LibroC - Rion 2012 MasasrenalesCap6
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Jorge Ocantos
Hospital Italiano de Buenos Aires
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ciar una masa de una pseudomasa en cada nosticados mediante la detección incidental
método. Se pondrá el énfasis en las masas de una masa renal, y la mayoría se encuentra
renales pequeñas, analizando criterios ge- en estadio T1 o T2 (17, 18). La precocidad de
nerales y particulares para su caracteriza- este hallazgo (mejor aún si trata de un pa-
ción y, finalmente, se detallarán los datos ciente asintomático), ha mejorado en forma
necesarios en la estadificación que deben significativa la sobrevida. Se sabe que cuan-
ser contemplados en el informe radiológico to menor es el tamaño y más corto el tiempo
de una masa renal. de evolución, mejor es el pronóstico.
y caracterización de las masas renales ponien- den visualizar hasta dos tabiques delgados y
do el énfasis en cuáles son las herramientas lisos en su interior (13). Por el contrario, la de-
de mayor utilidad en cada método utilizado en tección de calcificaciones –más de dos tabi-
la caracterización de las masas renales. ques–, el engrosamiento o nodularidad septal
y la presencia de componente sólido (nodular
También, se describirá en cada método cuá- o no) indican la necesidad de continuar con el
les son los elementos que se tienen que te- estudio de estas lesiones (Fig. 1).
ner en cuenta para diferenciar las pseudoma-
sas de las masas verdaderas, primer paso de En las masas pequeñas sólidas o quísticas
la estrategia propuesta para la caracterización complejas, la combinación de la informa-
de las masas renales por imágenes. ción obtenida del modo B (bidimensio-
nal clásico) y del modo Doppler (Power
Doppler) en adelante (B+D), permite la
Urograma excretor (UE)
caracterización de estas masas con una
Es un método poco sensible y ampliamen- certeza cercana al 80% (22).
te superado por los métodos de corte (US,
TC o RM) en la investigación de la patología La técnica Doppler permite reconocer con
urológica y, además, un estudio normal no mayor sensibilidad flujos vasculares lentos,
excluye la presencia de una masa renal. Uti- la distribución vascular agrega información
lizando la TC como estándar de referencia, importante para el diagnóstico diferencial
el UE permite la identificación de masas de de las pequeñas masas. Se han descripto
2 cm, 2-3 y mayores de 3 cm de diámetro diferentes patrones de distribución vascular
en solamente un 21%, un 52% y un 82%, que son de utilidad en la caracterización de
respectivamente. No resulta útil para su las masas sólidas pequeñas. (Fig. 2)
caracterización ni para su seguimiento y no
tiene indicación actual (19, 20). Herramientas para la caracterización en
ecografía (Fig. 3)
Ultrasonido (US) Modo B: (Bidimensional)
Es el método con mejor relación costo-efec- • Ecogenicidad (tono de gris)
tividad en la detección de masas renales, • Textura (heterogénea-homogénea)
su sensibilidad para la detección y caracteri- • Bordes (pseudocápsula)
zación de masas pequeñas es del 79% (14). • Imágenes quísticas (dentro de la masa)
En términos generales, aproximadamente,
Modo D: (Doppler)
el 80% de las masas renales detectadas
• Patrones de distribución vascular 0 a 5
cumple con los criterios de quistes simples
y no requiere de evaluación posterior; en el
Caracterización de pseudomasas y ma-
20% restante, debe avanzarse en su carac-
sas en encografía
terización a través de la TC o RM (19).
La combinación de ambas herramientas
Los hallazgos ecográficos compatibles con (características del modo B y patrones
quistes simples son la presencia de una masa Doppler) colabora en la distinción entre
anecoica, homogénea, sin pared perceptible pseudomasas y masas como también en
y con refuerzo acústico posterior y se pue- su respectiva caracterización.
Las pseudomasas pueden discriminarse me- terización y estadificación de las masas re-
diante el modo B sobre la base de su ecoge- nales. Aproximadamente, el 15% de todas
nicidad; pueden ser hipoecogénicas (pielone- las masas renales detectadas por TC son
fritis focal, quistes con detritus, aneurismas, benignas y el 85% restante son tumores
pseudoaneurismas, etc.), isoecogénicas (hi- malignos, y la mayoría corresponde a CCR
pertrofia columnar, etc.) o hiperecogénicas (23). De cualquier manera, la proporción
(cicatriz, lobulación fetal persistente, etc.). de tumores benignos aumenta en la medi-
da en que aumenta la detección de masas
Un dato importante en el modo B es que pequeñas (24, 25).
estas lesiones (pseudomasas) tienen una
textura y ecogenicidad similar en todos los La Uro-Tomografía (UTC) combina principios
planos, y es de gran utilidad su exploración del urograma excretor con técnicas de ad-
en los planos oblicuos empleando el modo quisición volumétrica de TC, permite así la
B, a fin de confirmar la persistencia de ese evaluación del árbol vascular, del parénqui-
comportamiento en todos los planos; ade- ma renal y de las vías urinarias en un mismo
más, la mayoría de estas formaciones no examen. La fase corticomedular (25-30s
presenta señal Doppler en su interior. postcontraste) ofrece una representación
vascular útil para el abordaje quirúrgico. La
Cuando las pseudomasas presentan señal fase nefrográfica (70-90 s postcontraste) es
Doppler, deben diferenciarse tres situacio- la de mayor utilidad para la caracterización
nes. Una posibilidad es que se trate de un de masas renales (23). Los registros tardíos
Patrón 3 (Fig. 2,3) y en modo B la lesión sea identifican el sistema excretor, mostrando
anecogénica o hipoecogénica y, en este su relación con el tumor.
caso, puede tratarse de un quiste, de un
absceso o de una pielonefritis focal. Otra La reciente introducción de la tomogra-
posibilidad es que una lesión isoecogénica fía computada de múltiples detectores
presente un patrón de vascularización con (TCMD), que en pocos segundos obtiene
arquitectura vascular similar al resto del pa- imágenes de excelente resolución anatómi-
rénquima y, en este caso, lo más probable ca con mínimas dosis de contraste, ha me-
es que se trate de una hipertrofia colum- jorado aún más la detección de masas, el
nar (Fig. 5). Por último, si la formación es 100% de las masas menores de 8 mm son
hipoecogénica con una pared más o me- detectadas con esta técnica.
nos ecogénica, y la lesión presenta flujo
abundante y turbulento en la exploración El alto número de masas menores de 10 cm
Doppler, lo más probable es que se trate de detectadas con TCMD, que debido a su pe-
un aneurisma o pseudoaneurisma (Fig.6). queño tamaño son de difícil caracterización
por el riesgo de artificio por volumen parcial
o pseudorealce, debido a que se incluye en
las mediciones el parénquima sano circun-
Tomografía computada (TC) dante y, además, por el desconocimiento del
La TC es, actualmente, el método gold riesgo real de crecimiento y de la progresión
standard para la detección (sensibilidad en masas de este tamaño, han sido denomi-
del 94% para lesiones ≤ de 3 cm), carac- nadas “masas indeterminadas”.
La TCMD no solo permite evaluar el parén- noso. Un dato diferencial importante es que
quima renal con sumo detalle, sino que, las masas quirúrgicas realzan en forma más
además, con técnicas de AngioTC y Uro TC, intensa y temprana que el parénquima cir-
permite estudiar con gran detalle los vasos cundante, mientras que los procesos infec-
renales y el sistema pielocalicial de forma ciosos realzan menos y más tardíamente
más precisa y completa que la TC helicoidal que el parénquima normal (Fig. 2).
simple (monodetector).
Independientemente del método por imá- Con US, en el análisis de las masas sólidas,
genes, el primer paso siempre es excluir la particularmente las menores de 4 cm, debe
posibilidad de una pseudomasa; una vez rea- tenerse en cuenta que del 50% al 70% de los
lizado este paso, el siguiente es diferenciar CCR son iso o hipoecogénicos, y el 30% res-
entre masa quirúrgica y no quirúrgica; final- tante puede ser hiperecogénico (simulando
mente, es de gran utilidad orientar hacia la un angiomiolipoma). A la inversa, una tercera
variedad histológica de la lesión y junto con parte de los angiomiolipomas pueden ser hi-
ello hacia los aspectos de estadificación. poecogénicos (simulando un CCR). Además,
los oncocitomas de estos tamaños suelen
Como se describió en los párrafos anterio-
ser isoecogénicos y sin cicatriz central (22).
res, para la caracterización de una masa
renal, pueden utilizarse numerosas herra- De lo anteriormente expuesto, se despren-
mientas en cada uno de los métodos por de que empleando solamente las caracte-
imágenes mencionados. En la Tabla 1, se rísticas ultrasonográficas del modo B, solo
resumen las principales herramientas para es posible caracterizar aproximadamente
la caracterización de las masas renales en del 65% al 70% de las masas, mientras que
cada método. En los apartados siguientes, si a las características del modo B, se le su-
se agruparán las características orientado- man las características de vascularización
ras en generales y particulares. con Doppler, de acuerdo con los patrones
de la clasificación de Jimzaky, la seguridad
en la caracterización alcanza un 80% (22).
Características
orientadoras generales Utilizando técnica Doppler, la clasificación
En este apartado, se revisará la manera de mencionada comprende 6 patrones. Los
interpretar y jerarquizar los hallazgos en patrones 1 y 2 son característicos de an-
los diferentes métodos por imágenes y los giomiolipoma o de masas benignas (abs-
criterios que se consideran de mayor utili- cesos, quistes, etc.), el patrón 3 se asocia
Tabla 1: Herramientas empleadas para la caracterización de las masas renales en US, TC y RM.
a lesiones quísticas o sólidas con necrosis tección y evaluación previa y en algunos ca-
masiva y el patrón 4 se relaciona a masa sos después de TC o RM no concluyentes,
sólida, este último está presente en la ma- particularmente, en la diferenciación entre
yoría de los CCR. masas verdaderas de pseudomasas y en
la caracterización de los angiomilipomas no
De manera que combinando los hallaz- completamente hiperecogénicos, lesiones
gos del modo B y el Doppler, si una lesión en las que el patrón Doppler de vasculariza-
(hipo o hiperecogénica) presenta un patrón ción es de gran utilidad en la caracterización.
Doppler 0, 1 o 2, muy probablemente no
corresponda a una masa quirúrgica y pueda En TC, la principal característica que permi-
controlarse con este método. Si la lesión te la discriminación inicial de las masas sóli-
(hipo o hiperecogénica) presenta un patrón das es la densidad precontraste medida en
3 o 4 muy posiblemente sea una lesión qui- UH que permite una primera aproximación
rúrgica y está indicado su estudio con otro acerca del tipo de lesión y guía la elección
método, TC o RM (Fig. 3). entre TC o RM con contraste.
Las lesiones con densidades cercanas a -10 una masa renal incidental, es diagnóstico
y +10 UH son de difícil caracterización sola- de angiomiolipoma.
mente en base a su densidad sin contraste:
Cuando la TC no resulta concluyente, la RM
• C
uando la densidad precontraste de
está indicada, utilizando secuencias de ca-
estas lesiones se encuentra cercana a
racterización tisular, como supresión grasa
-10 UH, se plantea el diagnóstico dife-
o corrida química y realce con contraste, si
rencial entre angiomiolipoma y quiste,
dos métodos confirman la presencia de gra-
en este grupo la TC es el método con
sa en una lesión que no modificó su tama-
mejor rendimiento.
ño en 6 meses puede considerarse la lesión
• P
ara aquellas con densidades cercanas como angiomiolipoma (Fig. 11).
a +10 UH es necesario distinguir entre
quiste y masa sólida, si bien la US com- El grupo de las masas con densidad pre-
binando B+D tiene muy buenos resulta- contraste alrededor de +10 UH obliga a
dos, la TC con contraste resuelve la ma- establecer la diferencia entre quiste de alta
yoría de los casos. densidad (alto contenido proteico, detritus,
etc.) y masa sólida quirúrgica; la ecografía
En el grupo de las masas con densidad combinando B+D ha mostrado excelen-
precontraste alrededor de -10 UH, es obli- tes resultados, con una certeza cercana al
gatorio establecer la diferenciación entre 80%. Si no se desea tomar el riesgo con el
angiomiolipoma y quiste de baja densidad. 20% restante, la TC o la RM con contraste
La primera consideración es la búsqueda y evaluación de realce constituyen opciones
minuciosa (píxel por píxel) de densidades igualmente seguras, que además resolve-
correspondientes a tejido adiposo en cortes rán en un solo paso la estadificación si di-
de un espesor de por lo menos la mitad del cha lesión presenta realce compatible con
diámetro de la lesión y la segunda conside- lesión quirúrgica (Fig. 12).
ración es la determinación del realce con
contraste, con estos dos recursos suelen En el otro extremo del espectro, las ma-
discriminarse la mayoría de estas lesiones sas con densidad precontraste mayor de
mediante TC (Fig. 9,10). +20 UH, constituyen un grupo heterogéneo
que incluye los quistes hiperdensos (he-
La detección de grasa en una masa renal morragia, infección, diálisis, etc.), el onco-
pequeña es diagnóstica de angiomiolipoma citoma, el 5% de los angiomiolipomas sin
(36, 37). Dicha lesión, cuando mide menos componente adiposo detectable, el CCR, el
de 4 cm, presenta bajo riesgo de sangra- carcinoma de células transicionales, etcéte-
do, por lo tanto, no requiere de tratamiento ra. La TC o RM con contraste y evaluación del
(38, 39). A pesar de que su apariencia en realce son alternativas igualmente válidas si
ecografía en modo B puede simular un pe- la presunción es de lesión quística compleja
queño CCR, las características tomográfi- (quiste complicado o tumor quístico).
cas son definitorias en el 95% de los angio-
miolipomas, y este es el método con mejor La RM multiparamétrica (múltiples secuen-
rendimiento en la caracterización, si la me- cias de caracterización tisular), que incluye
dición precontraste es menor de -20 UH en secuencias de supresión grasa, corrida
realzan (Bosniak III) y septos gruesos y nó- dar la particular, aunque para nada específi-
dulos que realzan (Bosniak IV). ca, captación de contraste del oncocitoma,
por lo que en pacientes con múltiples co-
morbilidades o riesgo quirúrgico alto, puede
Características ayudar en la decisión de conducta expec-
orientadoras particulares tante y controles periódicos.
A continuación, se detallan algunas de las
características propias de la biología tumoral Respecto de los angiomiolipomas, debe te-
que, independiente del método empleado, nerse en cuenta que en un 5% no puede de-
pueden ser útiles para orientar el diagnósti- mostrarse grasa por TC ni RM, resultando in-
co diferencial entre una masa renal benig- distinguibles de un carcinoma renal mediante
na y una maligna; a pesar de que algunas las imágenes (40). Es útil recordar que cuando
características imagenológicas sugieren la una masa sólida con tejido adiposo, además,
benignidad de una masa renal, es necesa- presenta calcificaciones, el diagnóstico de an-
rio tener en cuenta que estas no siempre giomiolipoma puede ser excluido, ya que los
están presentes y que los hallazgos por angiomiolipomas raramente calcifican.
imágenes pueden no ser concluyentes.
Los carcinomas suelen presentar algunas
En principio, en el caso de los oncocito- características que permiten orientar el
mas, se ha descripto la presencia de una diagnóstico diferencial. El CCR se origina en
cicatriz estrellada central que raramente la corteza renal y, por lo tanto, generalmen-
se encuentra cuando los oncocitomas son te se observa en la periferia o cerca de la
menores de 4 cm (41). Por otro lado, carac- unión corticomedular, esta es una caracte-
terísticamente los oncocitomas presentan rística que se pierde en tumores de mayor
captación intensa y homogénea del con- tamaño (Fig. 17).
traste en fase arterial, (gris claro sobre fon-
do gris oscuro) y un lavado rápido y también El carcinoma de células transicionales (CCT)
homogéneo en la fase de excreción en TC se desarrolla a partir del urotelio del sistema
(gris oscuro en fondo gris claro) (Fig. 16). pielocalicial, se localiza generalmente en la re-
gión central del riñón y usualmente desplaza
Independientemente de estos hallazgos, la grasa circundante (42). Resulta útil la reali-
es importante recordar que alrededor de un zación de una urotomografía y de una urore-
10% de oncocitomas presenta algún grado sonancia para visualizar el sistema excretor.
de atipía o puede estar asociado a carcino-
ma cromófobo y su diferenciación por biop- Algunos CCR quísticos o poco vasculariza-
sia puede ser difícil, razones por las cuales dos (CCR papilar o tubulopapilar) realzan
deben considerarse lesiones quirúrgicas. entre 10-15 UH. A pesar de que este ran-
go de realce puede ser observado en una
Publicaciones recientes señalan que hasta masa benigna, como un quiste complica-
el 40% de las masas sólidas renales meno- do, algunos autores lo consideran suficien-
res de 4 cm biopsiadas resultan ser benig- te para plantear el diagnóstico presuntivo
nas y hasta el 60% resultan oncocitomas de CCR, particularmente en pacientes con
(43). En este contexto, puede ser útil recor- riesgo elevado (enfermedad de von Hippel-
Lindau, etc.). Estas masas plantean la ne- en los tejidos de poca celularidad (espacio
cesidad de un seguimiento activo, general- extracelular amplio) o entre membranas
mente, son masas sólidas, pero muchas celulares destruidas (necrosis tumoral, li-
aparecen como quistes simples con meta- cuefacción en los abscesos, tumores con
plasia en la pared, que realza con contraste sectores quísticos, etc.) (Fig. 10).
en TC o RM (Fig. 18).
Lo tumores sólidos y los sectores sólidos
El carcinoma de los túbulos colectores y el de los tumores quísticos demuestran mayor
carcinoma medular crecen de los conduc- celularidad y, por lo tanto, menor espacio
tos de Bellini o de los conductos colectores extracelular que los tejidos circundantes,
distales, por lo tanto, la localización de estos en consecuencia, presentan mayor restric-
tipos de tumores es más central que la del ción a la difusión de las moléculas de agua.
CCR convencional y se desarrollan con un
patrón infiltrante (42). Debido a su naturaleza Se han publicado valores de sensibilidad cer-
agresiva, estas masas suelen ser de gran ta- canos al 100% y de especificidad cercanos
maño en el momento del diagnóstico. al 88% empleando RM con difusión/ADC
para diferenciar lesiones benignas de malig-
Si bien los criterios mencionados en los nas y quistes benignos de carcinomas quísti-
últimos párrafos son válidos, representan cos y utilizando como punto de corte valores
situaciones donde la discriminación entre de ADC de 2,2 x 10-3 mm 2/s. Además, se
uno u otro tipo de tumor suele ser difícil, a ha estimado que el RM puede ayudar en la
pesar de que se empleen técnicas dinámi- determinación del subtipo histológico (44).
cas con contraste endovenoso tanto en TC
como en RM. Por último, si bien las calcificaciones repre-
sentan un hallazgo inespecífico y son infre-
Actualmente, la RM ofrece una nueva he- cuentes en las pequeñas masas renales,
rramienta conocida como secuencias de puede resultar útil recordar los datos de aso-
difusión/ADC que, como se mencionó pre- ciación de calcificaciones con masas renales
viamente, valora la difusión (movimiento al que se resumen en la Tabla 2 con la finalidad
azar) de las moléculas de agua a través de de asignar un valor correcto a este hallazgo
membranas. Este movimiento es mayor en la caracterización de dichas masas.
su informe en los estudios para estadifica- ii.Diferenciar entre invasión por conti-
ción de las masas renales son los siguientes: güidad considerada T4, de compro-
T: Tumor primario miso sin contigüidad considerado
a) Tamaño en sus diámetros mayores metástasis M1
y lateralidad del tumor. e) Sistema nervioso central: lesiones hiper-
b) Presencia de una lesión sincrónica vasculares, que pueden sangrar
ipsilateral o contralateral.
c) Porcentaje de lesión exofítica (por fuera
del contorno renal). Conclusión
d) Cualquier otra anormalidad El desarrollo permanente y el uso creciente
renal contralateral. de US, TC y RM han determinado un au-
mento notable en la detección de masas
E: Extensión local
renales pequeñas, que constituyen un pro-
a) Presencia o ausencia de trombo en la
blema diagnóstico y terapéutico cada vez
vena renal o vena cava inferior y el límite
más frecuente.
cefálico del trombo.
b) Presencia de variantes anatómicas El UE es muy limitado en la detección de ma-
vasculares (vena renal izquierda circu- sas renales, presentando una sensibilidad del
maórtica o retroaórtica, arterias renales 50% para la identificación de lesiones meno-
múltiples, etc.). res de 3 cm, no tiene indicación actual.
c) Evidencia de extensión perinéfrica: limi-
tada al tejido adiposo de la celda renal, La US es el método con mejor relación cos-
compromiso de la fascia de Gerota. to-efectividad en la detección, constituye
d) Invasión directa de los órganos adyacen- un instrumento muy importante en el abor-
tes o músculos. daje inicial y en la diferenciación entre le-
siones sólidas y quísticas. Los patrones de
N: Ganglios linfáticos regionales distribución vascular con técnicas Doppler
a) Ubicación y tamaño de los ganglios linfáti- aportan información adicional en la caracte-
cos regionales (hiliares, retroperitoneales). rización de masas sólidas pequeñas, parti-
Las adenopatías mediastinales e hiliares cularmente, mejoran la caracterización de
pulmonares son consideradas metástasis. angiomiolipomas ecográficamente atípicos.
Las nuevas técnicas utilizadas en RM con les debido a la captación moderada de FDG
contraste y difusión constituyen una herra- que presentan estas lesiones y a la acumu-
mienta importante para resolver situacio- lación fisiológica del radiofarmárco en el
nes dudosas, son particularmente útiles sistema excretor. La angiografía tiene, tam-
en pacientes monorrenos o con contrain- bién, una aplicación diagnóstica limitada, ya
dicaciones para la utilización de contrastes que en tumores pequeños puede resultar
iodados. La RM multiparamétrica está in- negativa o dudosa.
dicada actualmente cuando es necesario
diferenciar lesiones quísticas dudosas por Finalmente, si bien el desarrollo de las imá-
otros métodos o quiste complicado contra genes ha permitido detectar y caracterizar
carcinoma renal quístico o hipovascular. lesiones pequeñas asintomáticas y producir
Cuando se trata de riñones poliquísticos, un impacto en la sobrevida de pacientes con
es el método elegido. neoplasias renales, el correcto análisis de las
características de las imágenes junto con los
El PET aporta información limitada en cuan- datos clínicos es indispensable para evitar el
to a la detección de tumores primarios rena- uso y abuso indebido de estos métodos.
Imágenes de referencia
Figura 4: Pseudomasa dismórfica: a) US que muestra imagen isoecogénica limitada por bandas ecogénicas (flechas); b) TC fase
nefrográfica, la pseudomasa capta el contraste de manera similar al resto del parénquima renal y coincide con deformación de
cálices vecinos evidentes; en c) fase de excreción, corresponde a deformación del parénquima secuela de pielonefritis antigua.
Figura 5: Pseudomasa dismórfica: a) US que muestra imagen isoecogénica (flecha); b) la exploración Doppler no muestra
distorsión de la arquitectura vascular en relación al resto del parénquima renal (flecha); c) a f) TC fases nefrográfica y excreción,
el comportamiento de la pseudolesión con contraste endovenoso es el mismo que el resto del parénquima renal, corresponde
a una hipertrofia columnar.
Figura 6: Pseudomasa vascular: a) US Doppler: Lesión focal con flujo bidireccional (flechas blanca y negra) en un paciente con
tumorectomía reciente, aspecto ecográfico típico del pseudoaneurisma; b) TC fase córticomedular donde se aprecian la lesión
(entre flechas) y un sector que realza en forma similar a la arteria (flechas negras); en c) TC fase nefrográfica, dicho sector realza
en forma similar a la vena (flechas negras), corresponde a sector no trombosado del pseudoaneurisma.
Figura 7: Pseudomasa infecciosa-inflamatoria: a) US donde se evidencia masa sólida hipoecogénica (flecha), con patrón 0 al em-
plear técnica Doppler, la TC de la misma lesión; en e) y f) donde se aprecia zona de menor perfusión con captación del contraste
diferente a los vasos y al parénquima, las alteraciones en el flujo son debidas a edema intersticial de una pielonefritis focal.
Obsérvese la irregularidad en la captación de contraste en el resto del parénquima renal.
Figura 8: Herramientas en TC para caracterización. Búsqueda minuciosa de tejido adiposo: a) pixel por pixel; b) mediante la
determinación de un área de interés que permite graficar el espectro de las densidades presentes; según c), la flecha indica
la presencia de densidades menores a 0 confirmando la presencia de tejido adiposo en el área seleccionada; en b) realce con
contraste; d) gráfico que ejemplifica el momento cero y la fase nefrográfica para determinar si hay o no realce significativo; e)
densidades a los 0 s (rrecontraste); f) densidades a los 90 s (fase nefrográfica).
Figura 10: Herramientas en RM para caracterización. Perfusión (realce con contraste ): quiste (flechas blancas) y masa quirúrgica
(flechas negras) en polo superior del riñón derecho, a)secuencia T2 la lesión quística presenta señal hiperintensa y el tumor
sólido de señal heterogénea predominantemente isointensa; b) secuencia T1 sin contraste, el quiste es hipointenso y la masa
continúa presentando señal isointensa; c) y d) secuencias T1 con contraste, donde el quiste no realza y la masa lo hace en
forma heterogénea, indicador de vascularización tumoral. Celularidad (difusión/ADC): e) a g) difusión (valores b decrecientes) y
h) ADC, el quiste es hiperintenso decreciente en difusión y la masa isointensa, en ADC el quiste mantiene su hiperintensidad y
el tumor se hace francamente hipointenso (negro) evidenciando la alta celularidad de la lesión.
Figura 12: Masa quística dudosa: Arriba: a) US que muestra lesión heterogénea con áreas quísticas, con algunos septos en
su interior, la TC; b) sin contraste: muestra densidad espontánea mayor de 20 UH; c) con contraste: el realce es de 14 UH. No
puede definirse como lesión sólida o quiste denso, o pseudorealce. Abajo: la RM muestra en d) lesión negra en secuencia
T1; e) blanca en secuencia T2 y que no suprime como la grasa; en f) secuencia supresión grasa T2. Las características en RM
confirman se trata de un quiste simple.
Figura 13: Quiste hemorrágico. RM sin contraste: En un paciente con poliquistosis hepatorrenal a) Secuencia T1: donde se
aprecia un quiste francamente hiperintenso (flecha) que en b) Secuencia T2: presenta señal intermedia, esta combinación en
secuencia T1 y T2 traduce componente hemático, mientras que en c) difusión b 400 y en d) ADC la formación es persistente-
mente hiperintensa confirmando su naturaleza líquida.
Figura 14: Quiste hemorrágico. RM con contraste: a) Secuencia T1: donde se aprecia un quiste francamente hiperintenso con
un área hipointensa (flecha) que en b) Secuencia T2, presenta señal hipointensa, esta combinación de secuencia T1 y T2 traduce
componente hemático antiguo con abundante metahemoglobina, mientras que en ADC la formación es persistentemente
hiperintensa confirmando su naturaleza quística, y en d) con contraste, no se identifica captación de contraste, comportamiento
característico de quiste hemorrágico antiguo.
Figura 15: Tumor quístico. RM con contraste: a) Secuencia T2: formación quística con múltiples septos confluentes y septos
gruesos con sectores de aspecto nodular; b) Secuencia T1: sin contraste; c y d) Secuencia T1: con contraste axial y coronal que
ponen de manifiesto el realce de tabiques y nódulos, mejor evidenciado en imagen coronal (flecha negra); e) histología corres-
pondiente a tumor quístico, carcinoma variedad cromófobo (flechas negras).
Figura 16: Oncocitoma. TC con contraste: a) Sin contraste endovenoso, se aprecia formación espontáneamente más densa que
el parénquima renal (flecha); b) Con contraste fase corticomedular, donde la lesión muestra realce intenso y homogéneo; y en
c), fase nefrográfica que muestra lavado rápido y homogéneo, comportamiento de masa quirúrgica compatible con oncocitoma.
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