Libro Ollas Comunes en Pandemia
Libro Ollas Comunes en Pandemia
Libro Ollas Comunes en Pandemia
Alcaldesa de Peñalolén
PALABRAS PREVIAS
Alcaldesa de Peñalolén
Para esta gestión es un orgullo poder presentar el libro: “Las ollas comunes en pandemia, todo un mundo
y recetas”, que plasma la historia de vecinas y vecinos de Peñalolén que se unieron en tiempos donde la
pandemia no daba respiro, la incertidumbre laboral y el hambre eran parte del escenario no solo a nivel
.comunal, sino que en todo el país
Una labor muy noble y hermosa que vuelve a unir a los y las vecinas de todos los rincones de la Comuna
para dar respuesta a los momentos de crisis. Quiero destacar el trascendental trabajo colaborativo, los
aportes voluntarios de los vecinos, el apoyo fundamental de las delegaciones en terreno, pero lo más
importante, el cariño y amor por el otro, que fue lo que realmente se destacó en estos tiempos difíciles
traducidos en un plato de comida, algo tan esencial y básico que pudo alimentar a niños, niñas, jóvenes,
.adultos y adultos mayores y a todo quien lo necesitara
Agradecemos a quienes colaboraron y fueron parte de este proceso con sus historias, recetas y experien-
cias dentro de una cocina comunitaria, la creatividad de poder elaborar ricos platos con elementos tan
humildes los hacen únicos, formando los lazos a través de la organización vecinal que no solo alimentan
.bocas, sino que el alma
Construir un recetario tiene como objetivo poner en valor el trabajo realizado con amor por cocineras,
.quienes no solo entregaban alimentos si no que afecto y contención, a través de un plato de comida
Peñalolén, al igual que todo Chile tuvimos que reflexionar y dar una mirada renovada hacia el futuro,
donde el trabajando en conjunto y colaborativamente nos demostró que podemos enfrentar cualquier tipo
de adversidad, como bien se ha plasmado en este libro, no solo con recetas sino un trabajo arduo y lleno
.de esperanza para las próximas generaciones
Así, la Municipalidad de Peñalolén a través de su Corporación Cultural y con la ayuda del trabajo en
conjunto con las delegaciones, se pudo evidenciar a través de un relato poético las historias y recetas de
algunas de las ollas comunes que existieron en la comuna, siendo hoy, ya parte de nuestra historia
LAS OLLAS COMUNES, TODO UN MUNDO
De necesidades, organización, participación, lucha,
solidaridad y de historia.
Dirección
Gladys Sandoval Campos
Producción General
Nicolas Giacometto Millán
Salvador Salazar Rivas
Texto Narrativo
Amante Eledin Parraguez
Recopilación de Relatos
Nicolas Giacometto Millán
Salvador Salazar Rivas
Jorge Perez Reinal
Digitación
Enrique Bertrán Aracena
Sonia Borquez Orellana
Katherine Leyton Caaballero
Equipo Revisor
Enrique Bertrán Aracena
Katalina Reyes Díaz
Roberto García Yevenes
Cristian Sottolichio Leighton
Asesor Técnico
Pablo Mellado Espinoza
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Página
Charquicán .................................................................................................................... 56
Porotos con riendas ...................................................................................................... 57
Porotos con menestrón ................................................................................................ 58
Porotos negros Simón Bolivar ..................................................................................... 59
Garbanzos .................................................................................................................... 60
Pollo al jugo con arroz .................................................................................................. 61
Pollo asado con arroz .................................................................................................... 62
Pollo al horno con papas cocidas ................................................................................. 63
Pantrucas con sopaipillas y pebre................................................................................ 64
Croquetas de jurel con arroz ........................................................................................ 65
Estofado de jurel ............................................................................................................ 66
Hamburguesas de jurel con puré................................................................................ 67
Fritos de zanahoria con papas rústicas y arroz .......................................................... 68
Guiso de Pulled Pork .................................................................................................. 69
Tallarines contundentes .............................................................................................. 70
Pastel de papas ............................................................................................................ 71
Empanadas de pino ..................................................................................................... 72
Panadería comunitaria ................................................................................................ 73
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“El pan para uno mismo es un problema material;
en cambio, el pan para los demás ya es un problema espiritual”
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I.- PRESENTACIÓN
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Cabe destacar que el motor que ha impulsado Lo más importante de esta publicación, se
el surgimiento de las ollas comunes ha sido la encuentra en los testimonios entregados por
fuerte capacidad de organización de las mu- las protagonistas, que participaron en la orga-
jeres. Ellas le han dado vida y movimiento nización y gestión de las ollas comunes aquí
con su empuje y trabajo conjunto; su entrega citadas. Estos testimonios constituyen la sus-
y creatividad, para instalarlas, mantenerlas tancia que le da vida y significación al libro.
y para cumplir con el objetivo de entregar Por cierto y como antes se señaló, no están
alimentación a las personas sin trabajo, a los todas las ollas comunes que surgieron en Pe-
enfermos; adultos mayores, personas indi- ñalolén, pero son parte del quehacer social, de
gentes, inmigrantes, niños y jóvenes. Más allá las estrategias de apoyo y sobrevivencia que
de la entrega material de un plato de comida, se dan las personas de la comunidad, movi-
hay una entrega espiritual de cuidado y amor das por una necesidad concreta, pero también
a los demás. por valores propios de solidaridad, de preo-
cupación por el otro, de organización y amor
al prójimo. La historia se cuenta por sí misma,
su corazón está en los relatos de sus prota-
gonistas, quienes las impulsaron y le dieron
vida.
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“… Desde el fondo de las ollas comunes
se están levantando los cimientos de un mundo nuevo”.
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II.- RESEÑA POÉTICA SOBRE LA HISTORIA DE LAS OLLAS COMUNES
Las ollas comunes siempre han sido parte de la historia de nuestro pueblo y siempre han surgido
como estrategias de sobrevivencia, para enfrentar los momentos de crisis social, política y econó-
mica, específicamente como recurso de ayuda ante el problema del hambre y la pobreza, porque
cuando el estado y el gobierno no acude “sólo el pueblo ayuda al pueblo”.
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Desde tiempos remotos, coloniales y desde antes,
nacieron las ollas para alimentar los sueños del pobre marginado,
en los duros tiempos de siglos anteriores,
en “las porotadas” que alimentaban a campesinos y obreros,
para renovar las fuerzas, para nutrir sus anhelos.
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Fueron parte del paisaje humano, de adultos, jóvenes, niñas y niños;
amplia fotografía de aquellos tiempos
de crisis y carencias; de necesidades y abandono.
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En los años ’80 de nuevo por cientos y miles,
por cada rincón, en sindicatos y campos,
en puertos y fábricas; en campos y desiertos,
más lejos o más cerca, en islas remotas; mares o montañas,
en las grandes ciudades o pueblos pequeños.
En los días oscuros, de persecución y dictadura,
por falta de pan y de trabajo, por el PEM y por el POJH,
el desempleo y la cesantía, el exilio y relegación;
no era sólo falta de comida, también era la represión.
De nuevo se abrieron las puertas de la ollas comunes.
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La historia se repite, la rueda nos aplasta,
y los que sufren; siempre los mismos:
vecinos, vecinas, pobladores, inmigrantes;
indigentes, extranjeros, familias completas,
y enfermos de Covid,
son niños y niñas, jóvenes, adultos y viejos.
Ante la crisis total, las ollas comunes,
último recurso para no caer en la miseria.
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El año 2020, tiempo de pandemia y crisis social,
con el azote de virus y la desigualdad,
han revivido las ollas comunes,
natural respuesta a la necesidad de comida,
como un espacio de encuentro y organización,
para la ayuda mutua y la autogestión;
lugar para compartir un poco la vida en sus carencias,
un sitio para juntar los sueños,
y para recuperar la dignidad y la alegría.
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III.- ¿DE QUÉ DAN CUENTA LAS OLLAS COMUNES?
La voz de los protagonistas
Las ollas comunes surgen en un contexto de pobreza y desamparo. Son una respuestas a las nece-
sidades básicas de alimentación que no son atendidas por el estado y los gobiernos.
Hay seres humanos que viven en la precariedad durante toda su vida. Cerca o lejos; ante nuestros
ojos o detrás de las fachadas. Son hombres, mujeres, niños y niñas; jóvenes y ancianos que viven
marginados. Son personas concretas, vecinos, vecinas, amigos, amigas, familiares o pobladores.
Esta pobreza se esconde, se disfraza, pero siempre está presente. A la pobreza no la soluciona ni
el crecimiento económico, ni el libre mercado, ni el desarrollo tecnológico, ni la globalización.
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Como sociedad, nuestro país ha vivido mu- A esta situación política y social en Chile, se
chos momentos de crisis a lo largo de su his- sumó la crisis sanitaria provocada por la Pan-
toria: desastres naturales, crisis económicas, demia del Corona Virus, (Covid 19), que en
crisis políticas, crisis sanitarias, y diversos Chile comenzó en marzo de 2020 y que ha
problemas que han sido difíciles de resolver, afectado a todo el mundo. Una crisis sanitaria
que no han tenido solución definitiva, como global, que trajo como consecuencias concre-
la pobreza y todo lo que ella implica. tas la perdida de fuentes laborales, cesantía,
falta de recursos económicos en las familias
Y llegan momentos en que las crisis se agudi- para cubrir necesidades básicas de alimen-
zan y estallan. Cuando esto sucede, se produ- tación, salud, educación, vivienda, pagos de
cen muchos efectos adversos para la vida de servicios básicos, pago de deudas, etc. Todo
los seres humanos tanto en lo personal como ello como efecto de las medidas sanitarias,
lo familiar, lo comunitario, y en la conviven- con restricciones de desplazamiento, cierre
cia social. Es lo que sucedió en Chile con el de comercios, de oficinas públicas, de escue-
estallido social de octubre de 2019, producto las y colegios, y confinamiento en las casa
de muchas demandas insatisfechas, que se incluyendo toque de queda y prohibición de
venían arrastrando desde mucho antes, en lo salir; medidas tomadas en todos lados, para
económico, social, cultural y políticos. El es- evitar los contagios, la propagación del virus
tallido social en Chile dejó a la luz los graves y para evitar la muerte de personas. Se hacen
problemas que la sociedad esta atravesando, esfuerzos, pero siempre quedan las dudas si
especialmente las dificultades de los más po- son suficientes y correctas, y si se podrían ha-
bres y la clase media. ber aminorado los efectos, si las personas y
las familias hubiesen tenido una mejor situa-
ción económica y de bienestar para afrontar
las crisis.
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Las consecuencias de esta crisis y los proble- En Peñalolén la historia continúa y las ollas
mas sufridos por la población son muchos. comunes resurgieron en diferentes sectores
La alimentación es uno de ellos y es esencial, de la comuna. Los testimonios sobre los cua-
y muy concreto: la comida. Para enfrentar les se ha escrito este libro, se refieren a algu-
este problema surgen las ollas comunes en nas de ellas, que de alguna manera son reflejo
los sectores más pobres y golpeados, como de la forma cómo las ollas comunes volvieron
ha ocurrido siempre, a lo largo de la historia en muchos lugares y rincones de Chile.
en nuestro país, aunque en esta oportunidad
también la crisis ha tocado a sectores un poco En cada territorio las ollas comunes tienen sus
más acomodados, de residentes en condomi- propias características, matices y particulari-
nios y villas, como lo señalan los testimonios. dades, pero siempre hay elementos comunes,
que las hacen universales como recursos de
Las ollas comunes son el hecho que constata sobrevivencia humana. Esto es lo que recoge
una realidad precaria que por mucho tiempo esta historia, esencialmente la importancia y
viven los pobladores. Son la evidencia más el sentido de esta organización, que se levanta
visible de la situación de pobreza y desigual- en momentos de crisis, para proteger la vida
dad social en un país que se jacta de tener un humana de tantas amenazas como el hambre.
importante ingreso per cápita, pero que no re-
presenta a la gran mayoría de las personas y
las familias de Chile; una desigualdad que en
momentos de crisis aflora y se hace patente.
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“Comer solos es muy amargo
pero no comer es profundo,
es hueco, es verde, tiene espinas
como una cadena de anzuelos
que cae desde el corazón
y que te clava por adentro.
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Pablo Neruda
¿Cómo surgen las ollas comunes?
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“La crisis que comienza aquí en Santiago con el estallido social, mucha gente quedó cesante y el
broche de oro fue la pandemia... Nosotros nos proyectamos, yo dije, con las chiquillas, que en unos
meses más, ni Dios no lo quiera, mucha gente va a quedar cesante y tenemos que hacer algo...”
“Junto con la presidenta de la Junta de Vecinos conversamos, porque empezamos a ver las necesi-
dades de nuestros vecinos. Decidimos un día empezar a cocinar con lo que nosotros teníamos…”
“Lo vimos principalmente, porque mucha gente quedó sin pega, y si tú te pones en el lugar del otro,
empatizas. Es la prioridad aquí. Empatizar con los vecinos…somos todos una familia. Aquí no hay
diferencias; y te pones a pensar en tus vecinos… y también hay niños… hay gente que no tiene
trabajo. En eso pensamos”.
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Las motivaciones para formar una olla común
Las motivaciones para formar una olla común pueden ser diversas, pero siempre detrás de todo
hay una motivación más profunda: la capacidad de empatía y afecto hacia los demás, especial-
mente hacia los que lo pasan mal.
“Esto no puede ser…ahí empecé…no era la necesidad de una familia, eran varias familias que acu-
dían a mi…”
(Olla Común La Cordillera, Unidad Vecinal Nº 21)
La solidaridad y afecto hacia los demás mueven a las personas, porque tienen conciencia de
que forman parte de una comunidad que vive en las mismas condiciones. Este es un valor muy
enraizado en la identidad popular, sustentado en la sensibilidad y la conciencia de las personas
cuando se enfrentan problemas que afectan el buen vivir. Algunos testimonios ilustran esta con-
ciencia solidaria.
“Esto nació de la necesidad de ver a la gente que lo estaba pasando mal con todos los miedos que se
tenía de la pandemia…era gente que estaba parada por una cuarentena y ver los casos de Covid; ya
la gente no podía trabajar, estaba pasando por un miedo, y la verdad que lo pensamos, pero no ima-
ginamos que iba a llegar acá, porque una enfermedad de tan lejos, no se pensó que iba a llegar acá”
“Yo creo que lo que más nos movió es el cariño que sientes tú por la gente que ves a diario, porque
independiente que este sea tu trabajo, mi trabajo, en el área de deportes con los viejos que solo vie-
nen a la cancha a fumar y a mirar, igual vas formando lazos con ellos”.
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Las personas que participan en la organiza-
ción de las Ollas Comunes son diversas en sus
experiencias de vida, algunas han sido diri-
gentes o participantes en organizaciones so-
ciales, culturales o deportivas o simplemente
pobladoras y pobladores.
“Llegué a la toma hace 50 años…Aquí esta nuestro pasado. Las vecinas que vivían aquí, la mayoría
no están, pero están sus hijas que son guerreras. La gente de ahora son de buen corazón, cariñosas
atentas. No se les puede describir a ellas por las cosas que hacen por los demás. Son todas buenas
mujeres. Cual de todas apechuga más, a pesar de que tenemos problemas… Son pocas las personas
que tienen el amor que tienen ellas.”
Para muchos, especialmente para las genera- (Olla Común La Abuela Nona)
ciones mayores, la historia se repite. Y de esas
experiencias anteriores quedaron los recuer-
dos y los aprendizajes, tanto como los valores
y motivaciones para seguir trabajando por el
bien común.
“Mi mamá siempre, antes había estado en los antiguos Comedores Populares. Siempre apoyaba todo
lo de la Vicaría, entonces siempre hemos tenido esa base…como familia nos dio esa motivación…
lo conversamos con mi hermana, con mi sobrina, mi hijo y mi marido... Y después dos amigas que
trabajaban conmigo en la Capilla”
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IV.- EL ROL DE LAS MUJERES EN LAS OLLAS COMUNES
“Esto fue iniciativa propia, gestionada por las familias, por dos o tres personas, mi suegra y mi
cuñada y decidimos un día formar la olla común. Teníamos unos porotos y bueno, hicimos unos
porotitos y pusimos un cartel afuera a ver qué pasaba y llegaron tres personas, al otro día cinco,
y así fuimos aumentando el número de familias”.
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Sin duda se trata de un arduo trabajo de coci- Pero no sólo se trata del rol tradicional del ser
nar en equipo, aprender juntas, a preparar mi- cocineras, sino también de demostrar sus ca-
nutas, compartir recetas, manejar las medidas pacidades y valores; de su creatividad para
sanitarias de autocuidado, la repartición y el resolver problemas, de sus habilidades para
despacho de las raciones de comida a las per- organizar actividades, para planificar el tra-
sonas confinadas en sus casa, a los enfermos bajo, para acoger a distintas personas e incluir
que reciben la ayuda. a todos sin discriminación. El trabajo y dedi-
cación de las mujeres en las ollas comunes es
un testimonio humano y espiritual.
Sin embargo, en algunas de ellas también se hacen presentes los hombres, en labores de apoyo y
complemento. Así lo testimonian en algunas ollas.
“Yo me dedico a esto, porque ya no tengo que trabajar de manera formal. Yo estaba en otra olla.
Alguien muy cercano me habló de esta olla común que costaba mas armarla que la otra y esta es la
cuarta semana que estoy trabajando…”
De distinta manera se integran los hombres, en la mayoría de los casos cumpliendo un papel de
apoyo y colaboración, realizando diversas tareas, que le dan significancia a su paticipación.
“Vino un vecino que era cheff, y el nos decía las raciones, las cantidades. Nos enseñó algunas téc-
nicas, cómo hacer rendir… cómo hacer para que a nosotras no nos fuera tan pesado…”
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¿Cómo se organizan las ollas comunes
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Las personas que impulsan y organizan las ollas comunes, realizan un trabajo de autogestión.
Una de las tareas en la organización es buscar y reunir los recursos esenciales que necesitan las
ollas comunes para su funcionamiento.
“De repente cosas que nos faltaban las conseguíamos; tratábamos de conseguir por fuera. Aparte
de los que nos daba el municipio, porque a veces no alcanzaba por la cantidad de gente que se le
entregaba”.
Conseguir los recursos implica hablar con los vecinos, ir a pedir ayuda a los almacenes y
a las ferias, así como solicitar apoyo de instituciones.
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Para echar a andar una olla común primero se echa mano a lo que hay en la propia comunidad;
hablar con los dueños de negocios, carnicerías y almacenes, es decir, realizar gestiones para
conseguir las cosas, tanto los alimentos, como utensilios materiales. Esta gestión también impli-
ca distribuir tareas y tiempos.
“Primero empezamos las profesoras a hacer colectas de mercadería, los mismos funcionarios
traían algunos alimentos no perecibles y empezamos a tomar algunas cajas y sólo faltó el 2019”.
“Hicimos equipos de trabajo para limpiar fondos, no es sólo cocinar. Todas ayudamos a lo que es la
verdura. Pelar (papas y otras verduras), lavar, ese tipo de cosas, como el armado, todas ayudamos
a picar cebollas…”
Las ollas comunes no son organizaciones pasivas que están a la espera que le lleguen los recursos
y las donaciones de afuera. Cuando les faltan algunos insumos, organizan otras actividades para
obtenerlos.
“Cuando nos regalaban cosas, cuando nos regalaban 10 sacos de papas, quedamos felices, podíamos
hacer papas fritas y generar lucas para poder comprar la carne y las verduras”.
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La preocupación, el esfuerzo y el cariño con que finalmente se realiza el trabajo va dando sus
frutos, se van logrando cosas, consiguiendo objetivos. Van quedando implementos para seguir
realizando otras actividades sociales de solidaridad y apoyo mutuo dentro de la comunidad.
“Con el tiempo nos fuimos armando. Ahora tenemos dos fondos, tenemos un balón de gas, entonces
uno se siente contento, y ya nosotros lo hacemos como habitual”
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¿A quiénes benefician las ollas comunes?
Las ollas comunes benefician a los distintos grupos que conforman la comunidad de marginados.
Así se cumple el principal objetivo de una olla común: entregar comida a los que no tienen re-
cursos para proveérselas a sí mismos. No discriminan, atienden a la comunidad en su conjunto,
pero a la vez, se prioriza y se distribuyen los recursos entre los que más lo necesitan, aunque haya
que romper temores, prejuicios y la vergüenza.
“El grueso son vecinos de aquí de la misma manzana... Tenemos familias extranjeras, peruanos,
haitianos y colombianos que son familias más numerosas. Entregamos a personas que son de si-
tuación calle. Le llevamos todos los días el almuerzo; calentito se lo entregamos a ellos. Tenemos
personas que están postradas y adultos mayores. Entre medio, hubo varias familias con COVID a
las cuales les llevábamos las comidas”.
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“Hicimos un catastro primero de las familias que más las necesitaban y ellos nos ayudan a preparar
los almuerzos y nosotros los acompañamos”.
“Ya había un catastro de la gente a quienes se les tenía que entregar, y también se nos fueron
uniendo la gente de la calle. Pasaban en la mañana pidiendo que los anotáramos… La gente que
se contagió de Covid, también se fueron sumando... Se mantuvo la ayuda hasta el final con ellos”.
Una de esa prioridades fueron los enfermos, afectados por el Corona Virus y otras enfermedades
preexistentes. También los niños y los adultos mayores son parte de las prioridades en la lista de
los beneficiados. Así lo reflejan estos testimonios.
“Repartíamos a las familias con COVID. Eso hacíamos y siempre, tenemo adultos mayores; ellos
siempre pasan primero. Lo tenemos como preferencia. Como en todos lados”.
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“Queremos que acá los niños y los adultos que participan no sufran. A veces es dar y recibir.
Entonces nosotros estamos apoyando a la gente que así lo requiere y no tener diferencias a lo que
estamos viviendo... Participamos en un principio de un proyecto “Sigamos creciendo juntos en la
esperanza andina”, cuando esto era un campamento y nos mantuvimos ahí 17 años. Si hay un lazo
y un objetivo, es que los niños sean formados en una actitud de servicio”.
“Se identifica con el adulto mayor y aparte de eso un grupo de extranjeros… allá arriba se aten-
día a familias completas, niños, adultos. Acá es más variado, porque hay más gente sola, abueli-
tas. Atendemos hartos abuelitos”.
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La búsqueda de mejores condiciones de vida es una causa que impulsa a las personas y a las
familias enteras a dejar sus lugares de origen, sus raíces, sus países y costumbres, dejando atrás
a seres queridos y pertenecías, llegando con mucho sacrificio, junto a sus hijos e hijas, a regiones
extranjeras y países como el nuestro, tratando de adaptarse a las exigencias de la nueva comuni-
dad a la que se integran y a las nuevas condiciones de vida. La mayoría de ellos son pobres y sin
recursos, sin la protección social. También viven y sufren la falta de comida.
“Tengo un grupito de extranjeros que llegaron hace poco aquí, a la comuna. Llegaron de allegados,
no tienen trabajo y nosotros le damos almuercitos… Están solitos y los demás son puras familias y
están sin trabajo”.
“…Aunque uno no lo crea, mucha gente lo necesita. Hay gente que necesita y dice: ¡No gracias! Y
tú sabes que esa gente lo necesita. Porque hay mucha gente que le da vergüenza pedir y prefiere no
comer por no pedir. Es por orgullo”.
“Una cosa que no se imagina uno. Ahí nos dimos cuenta que realmente había gente muy necesita-
da, que realmente necesitaba ayuda, pero no lo dicen por pura vergüenza.”
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¿Cómo se entregaba la comida?
Las ollas comunes cumplen su labor solidaria con mucha responsabilidad. En el contexto de cri-
sis sanitaria por la pandemia, se preocuparon también de la salud de las personas, siguiendo los
protocolos, para no provocar nuevos contagios al interior de los quipos ejecutores, ni en los be-
neficiarios. Por lo que la entrega de la comida también se hace a través del despacho a domicilio,
especialmente para los enfermos.
“Hacíamos el “Delivery” (despacho a domicilio). Nadie venía acá a la sede por el tema de los con-
tagios, para que la gente no saliera y que nosotros no nos contagiáramos. Era un tema de autocui-
dado. Se le iba a entregar la comida a la gente a sus casas”.
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En fin, la solidaridad aflora siempre, en todo lugar donde haya necesidad
“Siempre hemos tenido que ser solidarias en esta escuela y me acuerdo que le compramos una silla
de rueda igual a un apoderado, las muletas al Juaco, claro, y cuando empezó esto de la pandemia
a mi se me empezaron a perder muchos niños, y buscando, me dicen que se habían ido a un cam-
pamento. Los salimos a buscar y encontramos distintos campamentos, pero no encontrábamos a
nuestros apoderados... finalmente los encontramos en el campamento Dignidad, que esta en Toba-
laba con Departamental, pero que pertenece a la comuna de la Florida. Ahí nos dimos cuenta que
estaban en precarias condiciones”.
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La olla común del pueblo
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V.- ALIMENTACIÓN SALUDABLE: LOS MENÚS
El trabajo de las ollas comunes es un aporte a la comunidad que entrega lo más básico y esencial,
que tiene un valor incalculable, que si se le pusiera una cifra, resultaría sorprendente. Pero, más
allá de un valor numérico, el valor del trabajo que realizan las ollas tiene un sentido humanitario
y espiritual, como lo destacan varios testimonios de los protagonistas.
Este valor se expresa en que, en cada una de las ollas comunes, se trata de entregar la mejor ali-
mentación posible, echando mano a los recursos disponibles para preparar el mejor plato, con
los nutrientes necesarios, y equilibrando sus distintos componentes, porque no es sólo cuestión
de dar comida para llenar el estómago, es también preocupación por la salud física, mental y
espiritual de cada persona.
“Todos los días se cocina algo distinto, un día legumbres; sí o sí se cocina legumbre. Ayer se hizo
papas mayo. Mañana vamos hacer tallarines con salsa. Así vamos viendo toda los días que vamos
teniendo para poder cocinar. También podemos decir: ¡Ya! queremos hacer una cazuela, pero no
tenemos el pollo, no tenemos el zapallo; que esta tan caro, entonces vamos viendo lo que tenemos…”
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Los menús ofrecidos consistieron en un plato único para cada día de funcionamiento de la olla,
constituidos por comidas tradicionales chilenas, con los nutrientes adecuados y complementa-
dos con ensaladas de diversas verduras, aliños y especias para darle un apetecible y grato sabor.
Así lo señalan los testimonios.
“Un solo plato cada día, de charquicán, porotos, carbonada, pantruca… papas cocidas con pollo,
tallarines con Jurel. Arroz con pollo al horno, pescado con arroz…con carne vegetal… ”
“Hicimos muchas comidas ricas, cazuelas, pescado frito, pantrucas, croquetas, un montón de co-
mida… nosotros tratábamos de variar un poco los platos y también de dar postres a los vecinos,
también ensaladas, fruta para ir acompañando; el pancito también en el horario de almuerzo”.
“Las chiquillas han hecho empanadas para el 18. Está el día del Niño, donde mandaron a hacer unas
bolsitas para cada niño. Nosotros juntamos hartos dulces, hicimos las bolsitas y salimos a repartir,
caminando por toda la población. También se organizó la semana de las empanadas para adultos
mayores”.
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La recepción de la gente
“La recepción es súper buena.. La gente te da gracias y te tratan bien, súper bien y hay unas seño-
ras que pasan por aquí, y donde te ven te saludan, porque saben que somos las cocineras… de allá
afuera nos gritan ¡qué bien atendida chiquillas, las quiero! y uno igual se pone como contenta que
te saluden. Porque uno hace las cosas sin esperar nada a cambio”.
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El ambiente de trabajo, la convivencia entre los protagonistas.
El ambiente de trabajo, la convivencia hacen más gratificante la labor y entrega energía y moti-
vación extra.
“Uno se siente que importa, o sea el autoestima. Es rico, porque las chiquillas te preguntan que te
pasa, porque estas callada, porque si no, aquí hay que cocinar con amor”
El impacto de las ollas comunes alcanza más allá de la labor cumplida entregando comida. Tam-
bién afecta a cada persona en su valor como tal, en la convivencia y en la relación con los demás
del equipo.
“Bueno el ambiente acá en la cocina siempre fue un ambiente grato que permitía también que la
gente se desenvolviera en forma más cómoda. Que no hubieran roces, porque en el principio no
nos conocíamos todos… Llegamos, nos unimos las voluntarias y aquí comenzamos a conocernos,
pero gracias a Dios no tuvimos problemas con las chiquillas, siempre todo en armonía”.
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La participación de cada persona tiene un impacto relevante en varias dimensiones, como expe-
riencia de convivencia y conocimiento de los demás y de sí mismos, es decir, en la relación con la
comunidad y hacia el interior de la propia organización, en sus aspectos positivos como negati-
vos.
“Nuestra convivencia ha tenido altas y bajas…hemos tenido momentos muy buenos y momentos
fomes también… De partida es que somos personas diferentes, tenemos nuestra manera de cocinar.
Tenemos que aprender a respetar que cada una tiene su manera…”
“Hemos trabajado súper bien, nos conocemos desde siempre, hemos estado juntos trabajando a la
par en nuestro sector…ha sido una experiencia muy hermosa”.
Las Ollas Comunes, además de ser una práctica de solidaridad humana, también son un espacio
para aprender de las otras personas, a convivir y respetar las formas de ser de cada cual, com-
prender sus problemas, ideas y sentimientos.
Nosotros ya tenemos la experiencia de cocinar para hartos. Las chiquillas se manejan en el tema
culinario por cantidades, porque todas sabemos cocinar, pero ellas ya han cocinado en cantidades
grandes. También hemos tenido que ir aprendiendo en el camino”.
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¿Cuál es el sentimiento al final de la jornada?
Al final de la jornada de trabajo en la olla común los protagonistas experimentan el grato senti-
miento de la labor cumplida, del significado y la importancia del trabajo realizado por las perso-
nas de la comunidad que lo necesitan.
“…Para la mujer, aquí hay un trabajo doble y en eso hay que estar clarísimo…si bien es cierto uno
llegaba (de vuelta), agotadísima a hacer las cosas a su casa, pero también con esa sensación de que
un día más estás viva, pudiste darle comida a la gente. Pudiste hacer feliz a alguien…aquí hay una
cuestión de dignidad”
“Yo siempre digo que esto es algo reconfortante. Nosotros pudimos entregar el alimento, pero ellos
nos entregaron muchas cosas… Lleno de valores, de cada vivencia de ellos. Eso a uno lo reconforta;
poder ver a familias felices... Uno trataba de hacer lo mejor…uno le ponía su corazón para cocinar
y que quedara como para alguien nuestro. No cocinar por cocinar”.
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“Cuando uno hace las cosas con responsabilidad, sale todo bien. Responsabilidad y mucho cariño,
porque uno tiene que hacer todas estas cosas como si fueran para la familia… La gente que tenemos
del mundo social, no lo hacemos por dinero, lo hacemos porque nos nace… Hay que entregar la
comida con dignidad…”
“Ya hay una recompensa, la gente que viene a buscar la comida nos da las gracias. Hay gente que
viene en situación de calle y ha traído bebidas. ¡Una bebida para que tomen chiquillas! Nos manda-
ron una torta un día. Esa recompensa en que tú entregas un plato y la gente te sonríe. Para mí eso
ya me llena. No necesito más recompensa”.
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MAPA DE LA UBICACIÓN DE LAS OLLAS COMUNES
EN PEÑALOLÉN
LA FAENA
PEÑALOLÉN
ALTO
LO HERMIDA
PEÑALOLÉN
NUEVO
SIMBOLOGíA
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VI.- RECETARIO DE LAS OLLAS COMUNES Y SU PLATO PREFERIDO
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“Si la comida no se hace con cariño,
aunque tengas el mejor chef, la comida queda mala”
Las ollas comunes, a pesar de sus limitaciones materiales y económicas, realizan un gran esfuerzo
para entregar la mejor comida posible, bien preparada, que sea apetecible y que responda a las
necesidades alimenticias de toda persona.
Para esto recurren a las comidas tradicionales chilenas, las más conocidas, que son parte de
nuestra cultura y saber popular, como los porotos, las lentejas, los garbanzos, los tallarines, el
arroz, la carne, productos del mar en conservas, acompañadas de las verduras, hortalizas y sus
respectivos condimentos.
En algunas ocasiones también, cuando a la olla común se integra a colaborar algún chef, se pre-
paran platos especiales, como sushi.
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Estos son los principales platos preparados en las ollas comunes que entregaron
sus testimonios
Charquicán
Porotos con riendas
Porotos con menestrón
Pantrucas
Garbanzos
Tallarines
Pollo al jugo con arroz
Pollo asado con arroz
Pollo al horno con papas cocidas
Estofado de jurel
Croquetas de jurel con arroz
Hamburguesas de jurel con puré
Pastel de papas
Porotos negros Simón Bolivar
Pantrucas con sopaipillas y pebre
Fritos de zanahorias con papas rústicas y arroz graneado
Guiso de Pulled Pork
Tallarines contundentes
Empanadas de pino
Pan amasado
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“La papa nos la venden naciones varias
cuando del sur de Chile es originaria”.
Violeta Parra
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CHARQUICÁN
Preparación:
1.- Se sofrie la cebollas con todas las verduras, aliños y la carne molida.
2.- Se echan a cocer las papas y el zapallo con agua y sal.
3.-Luego de estar listo el zapallo con las papas, se muele todo y se agregan las verduras.
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POROTOS CON RIENDAS
8 kilos de porotos
Zapallo
Tallarines
Cebolla
Pimentón
Preparación:
1.- Desde el día anterior se remojan en agua fría la cantidad de porotos que se van a cocinar.
2.-Al día siguiente se cocen los porotos en agua, cuando los porotos estén blandos se le agrega el
zapallo cortado en cubitos, mientras los porotos están en cocción, se prepara un sofrito de ver-
duras en un sartén aparte, cuando estén cocidos se le agrega el sofrito antes hecho y se revuelve.
3.-Esperamos unos minutos para que se mezclan los ingredientes y luego se incorporan los talla-
rines.
4-Se puede agregar longaniza frita encima del plato con ají color. (opcional)
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POROTOS CON MENESTRÓN
“Es lo que más le ponemos amor, no tenemos todos los ingredientes que debiera de llevar, pero lo
que mas le ponemos es amor”.
La Cebolla
Ingredientes para 400 personas
Es un alimento de gran valor nutricional. Contiene
18 kgs. de porotos azúcar natural, vitaminas A, B6, C y E. También
25 kgs. de papas minerales como el sodio, potasio, hierro y fibra ali-
21 paquetes de tallarines mentaria. Además son un buena fuente de ácido
5 kgs. de zapallo fólico. 100 gramos de cebolla contienen 44 calorías
15 pimientos y 1,4 gramos de fibra.
15 paquetes de acelgas
40 cebollas
20 zanahorias
3 cabezas de ajo
Ají de color
Orégano y bicabonato.
Preparación
1.- Se remojan los porotos. Se echan a cocer con aliños y bicarbonato. Se hace un sofrito en otro
fondo con la zanahoria, la cebolla y el pimentón. Se sazona.
2.- Una vez cocidos los porotos, se agrega el zapallo, las papas y la acelga. Finalmente se incorpo-
ran los tallarines para cocción.
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POROTOS NEGROS SIMÓN BOLÍVAR
Zapallo Preparación:
Zapallo italiano
Cebollas 1.-Se prepara un sofrito con verduras; ce-
Zanahorias bolla, zanahoria, aliños. Luego se agrega la
Brocoli carne de cerdo y se saltea.
10 coliflor
Pulpa de cerdo 2.-Se agregan los porotos negros (cocidos) se
Perejil, orégano, pimentón, aliño completo. agrega el brócoli, la coliflor y el arroz.
Zapallo Italiano
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GARBANZOS
25 kgs. de garbanzos
20 cebollas
2 zapallos
2 litro. de aceite
4 bolsas de longanizas
1/2 saco de zanahorias
Preparación
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POLLO AL JUGO CON ARROZ
7 a 8 kilos de arroz
50 presas de pollo (1 caja de pollo)
Zanahoria
Cebolla
Pimentón paprika
Aliños (orégano, apio, laurel)
El Pollo
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POLLO ASADO CON ARROZ
Esta receta fue preparada por las Ollas Comúnes Villa La Cordillera y Capilla Don Bosco
Preparación:
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POLLO AL HORNO CON PAPAS COCIDAS
Las papas:
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PANTRUCAS CON SOPAIPILLAS Y PEBRE
30 cebollas
25 zanahorias Las pantrucas:
12 kg.de papas
3kgs. de huesitos Es un plato típico chileno. No se sabe exacta-
2 pimientos mente cuál es su origen, pero se dice que tiene
1 cabeza de ajo sus raíces en algunos caldos preparados por
5 kgs. de harina los incas en la antigüedad.
Levadura, sal, agua a gusto.
Pimentón rojo y verde Un plato de pantrucas o pancutras consiste en
Merkén ahumado y limón. un caldo de carne con verduras y huevo, al
que se le añade la masa de las pantrucas que
está echa con harina, agua y sal.
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CROQUETAS DE JUREL CON ARROZ
15 tarros de jurel
El Jurel
20 cebollas
28 pimentones
Es un pescado con un valor nutricional im-
4 kgs. de zanahorias
portante por su contenido en ácidos grasos,
4 kgs. de pan rayado casero
vitaminas y minerales. Es fuente de proteínas
20 huevos
de alto valor biológico y posee cantidades in-
10 kgs. de arroz
teresantes de vitaminas y minerales como fós-
foro, silenio, vitamina B12 y vitamina D.
Preparación
3. Se prepara el arroz.
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ESTOFADO DE JUREL
30 Tarros de jurel
2 sacos de papas
1 malla de zanahorias
1 malla de cebollas
15 unidades de pimentón rojo
3 cabezas de ajo
1 paquete de cilantro
200 gramos de oregano
200 gramos de comino
200 gramos de ají de color
1 litro de aceite
6 caldos de carne, sal y pimienta
Preparación
1.- Pelar y cortar en bastones las papas. Cortar medallones de zanahorias, medallones de cebolla.
Los ajos picarlos finamente. Luego sofreirlos en los fondos con aceite .
2.- Agregar el jurel cuando las verduras y las papas estén doradas y revolver. Agregar el orégano
y el comino.
3.- Agregar agua caliente y dejar cocinar por 20 minutos. Luego agregar los concentrados de car-
ne y una cucharada sopera de sal a cada fondo. Dejar cocinar 10 minutos más. Agregar cilantro
picado junto con al ají de color. Revolver y servir.
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HAMBURGUESAS DE JUREL CON PURÉ
1. Se limpia el jurel: lavado y colado. Se agregan las verduras, los 30 huevos y se mezcla todo.
3. Se pelan las papas y se cuecen en agua con sal. Luego de estar listas, se cuelan y se agrega la
mantequilla, la leche y una pisca de sal a gusto. Luego se muele con moledor de papas manual.
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FRITOS DE ZANAHORIA CON PAPAS RÚSTICAS Y ARROZ GRANEADO
Preparación:
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GUISO DE PULLED PORK
Esta receta fue preparada en la Olla Común Colegio Santa Marta, Villa El Cobre
4 sacos de papas
2 sacos de cebollas
½ saco de zanahoria
15 kg. de carne de cerdo
5 bolsas de arvejas
Aceite
Orégano, comino, pimienta
Preparación:
2.- Luego se agregan las verduras, aliño y Aportan potasio, fósforo, calcio, hierro, fibras,
carne, y al último las arvejas con tomate che- azúcares, hidratos de carbono y proteínas,
rry. (acompañadas de sopaipillas donadas) además de vitamina A. Está recomendado
para diabéticos y ayuda a eliminar el coles-
terol. También tiene un efecto tranquilizante,
beneficioso para el sistema nervioso y para
conciliar el sueño.
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LOS TALLARINES CONTUNDENTES
Esta receta fue preparada en la Olla Común Galvarino, Capilla San Luis
40 paquetes de tallarines
10 tarros de salsa de tomates
2 kg. de carne de soja
5 kg. de papas
2 pimentones
2 cabezas de ajo
3 kg.de zanahorias
10 cebollas
1 L. de aceite
Laurel, comino y sal
Preparación:
1.-Preparación para la salsa: Cortar las verduras en cubos, incluyendo también las papas, agregar-
las en una olla con aceite para hacer un sofrito.
3.- En otro recipiente se remoja la carne de soja en agua hervida, hasta que esté blanda, para des-
pués adicionarla al sofrito y mezclar. Finalmente agregar la salsa de tomates.
4.-Preparación de los tallarines: Separar la cocción de los tallarines en dos fondos. En agua hir-
viendo.
5.- Agregar aceite y sal para luego incluir los tallarines con unas hojas de laurel. Finalmente escu-
rrir los tallarines cuando se encuentren al dente.
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PASTEL DE PAPAS
430 papas
100 cebollas
7 kg. de carne
120 huevos
10 L. de leche
1 Kg de mantequilla
— Condimentos
Preparación
1.-Pelar las papas y hervirlas. Luego de estar listas, molerlas tipo puré.
4.- Se arma el pastel en bandejas de aluminio, se agrega el pino, luego los huevos, las papas y
listo.
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EMPANADAS DE PINO
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PANADERÍA COMUNITARIA
5 kg. de harina
5 cucharadas de levadura
2 cucharadas de azúcar
600 gr. de manteca de cerdo
Sal a gusto
Preparación:
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VII.- LAS OLLAS COMUNES, ¿QUÉ SON?
Para qué
la poesía
si no para juntarnos.
Para qué
si no para unir
nuestras miradas
y extender las manos
y aunarlas
compartiendo el pan
y la esperanza.
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Al concluir
Al término de este sencillo documento, el lector podrá concluir que las ollas comunes
son iniciativas de solidaridad, de auto-ayuda y auto-gestión, que surgen para resolver
un problema muy concreto y urgente: el problema de la comida como necesidad básica
impostergable, directamente relacionada con la dignidad humana.
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Las ollas comunes son ejemplo de valores arraigados en los sectores más desposeídos, los
sectores cuya vida persiste en la exclusión y marginación. Son ejemplo de la capacidad
de lucha y sobrevivencia, basada en la colaboración y la preocupación por los que sufren.
Este valor queda expresado en uno de los testimonios citado al inicio:
“Las manos que ayudan son más nobles que los labios que rezan”
Además, las ollas comunes son espacios de convivencia, de aprendizaje mutuo y de ob-
jetivos comunes ante la adversidad. Son experiencias que ayudan a comprender los pro-
blemas sociales y actuar creativamente para solucionarlos, incluyendo a todos y todas las
personas que comparten la misma preocupación y con el mismo espíritu solidario. Pode-
mos decir, que en una olla común se vive una plena democracia, porque todos participan,
cumpliendo diversos roles, donde cada cual aporta lo suyo, sin exclusión ni discrimina-
ción de ningún tipo. Es la democracia de la participación real.
Después de todo el trabajo y dedicación en la ollas comunes, queda todo el sentir de las
personas, que con amor, ayudan de distintas formas a las familias que más lo necesitan.
Motivados y movidos por la empatía y la solidaridad. Contando con estos valores de par-
te de la gente, de las organizaciones e instituciones, como la municipalidad y la iglesia ca-
tólica, se mitigan los problemas críticos, y se facilita el trabajo de las organizaciones y de
quienes coordinan para sacar adelante las tareas y cumplir con los objetivos de las ollas:
Entregar un digno plato de comida.
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Las Ollas Comunes
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Iniciativa de algunos pensando en los otros,
en las carencias del vecino,
la soledad mayor del que está solo
del amigo, del niño, del extranjero,
del desconocido, del indigente.
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Un momento de encuentro,
un instante en la historia, de ser todos uno,
sin requisitos ni costo, sólo la gracia de dar.
Es el impulso humano de sobrevivencia,
cuando no hay trabajo y falta el pan en la mesa.
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AGRADECIMIENTOS
A las ollas comunes y a sus dirigentes, que han participado con sus testimonios,
en la creación de este libro:
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