Las Multiples Disoluciones de La Arquitectura - G. Silvestri
Las Multiples Disoluciones de La Arquitectura - G. Silvestri
Las Multiples Disoluciones de La Arquitectura - G. Silvestri
¿Qué sucede con la política? No es necesario subrayar que no me refiero a la real politik, que poco tiene que ver con el
Mi propósito, en las primeras notas de este artículo, consistía en reflexionar acerca de las relaciones entre las tendencias
sentido existencial que quiero señalar: un grupo de personas actuando juntas hacia el bien común. Imposible no
arquitectónicas y los desafíos del mundo contemporáneo, en primer lugar los ambientales –un tema imposible de soslayar
considerarla para reflexionar sobre la disciplina, en la medida en que, tradicionalmente, el modelo “original” de Ciudad para
en estos días, cuando la tragedia de Japón vuelve a poner en crisis las formas de habitación humana, sin que pueda
Occidente moderno, la polis griega, implicaba de manera inescindible un espacio y una política. Pero también para la idea
recurrirse como explicación tranquilizadora a la corrupción del sistema soviético, como hicimos con Chernobyl.
clásica de lo político el espacio es secundario: si no podemos perder de vista, aunque quisiéramos, los sentidos políticos de
la edificación en el mundo urbano (tendencialmente: toda la extensión terrestre), es claro que las formaciones políticas
Pero me encontré, al escribir, con problemas impensados. Me costaba nombrar con precisión los mismos términos del concretas no pueden reemplazar sin más el trabajo específico de construir un territorio. La dimensión política todavía
conflicto: ¿Se trataba de la vieja oposición Hombre/Naturaleza, con la Naturaleza advirtiendo dramáticamente acerca de su acompaña algunas experiencias de punta en la investigación arquitectónica: sin embargo, su frecuente destino es el mismo
poder para castigar el orgullo humano? ¿O se trataba de que la ciencia y la tecnología aún no habían llegado a determinar que el de las artes hermanas, el de presentar un constructo, o un proceso, como objeto de contemplación. Esto funciona
las soluciones para estos desafíos –por ejemplo, un nuevo tipo de energía limpia, almacenable y no extinguible, sin riesgos como denuncia, como señalamiento, como advertencia, o como juego en el pródigo sentido de Schiller, pero disuelve el
en épocas de terremotos y tsunamis? desafío histórico de nuestra disciplina, que ha pretendido nunca abdicar, en nombre de la apariencia, de la técnica y el uso.
Veinte años antes, para reunir los diversos matices de las posiciones verdes, me hubiera referido sencillamente a nuevos Mencionar la articulación arte/política, refugio para muchos arquitectos que se resisten a subsumir su trabajo en un mundo
naturalismos; mientras hubiera nombrado genéricamente como progresistas -con la ambigüedad valorativa que ya se le en el que el capitalismo desregulado ha llevado a tan repulsivos abismos, nos lleva nuevamente a las perplejidades del
otorgaba al humanismo de raíces ilustradas- a aquellos que sostenían el progreso científico como única solución. Sabíamos inicio: porque lo que en las artes visuales, a las que estas tendencias acompañan, resulta patente desde el siglo pasado, es
que se trataba de dos caras de la misma moneda, en la medida en que los modernismos habían sido construidos en esta que la reducción al concepto y el abandono de la habilidad específica no sólo carecen ya de elementos revulsivos, sino que
duplicidad. Pero apenas acertábamos entonces a comprender que era la misma idea de Naturaleza, construida en los apenas encubren el desprecio por el saber artesano. En todo caso, también en la esfera de las artes se perpetúa la
últimos siglos, la que nos llevaba a tales irresolubles conflictos. herencia del pensamiento moderno: la histórica repulsa del cuerpo entendido como recipiente pasivo, ancla del pasado,
obstáculo en el motor de la Historia. ¿Qué puede hacer con esto la Arquitectura, constructora de cuerpos extensos,
Es el concepto de Naturaleza el que entra hoy en revisión, reconociéndolo como la más sólida de las construcciones pesados, de larga permanencia, entregados a los usos de la vida cotidiana?
derivadas de lo que en filosofía se conoce como la Gran Bifurcación –es decir: la división drástica entre espíritu y materia,
entre naturaleza y libertad, que se opera entre los siglos XVII y XVIII. Se habla hoy de posnatural environmentalism, de Este punto nos devuelve al planteo inicial: ¿cómo pensamos un mundo en el que las divisiones entre quienes piensan y
multinaturalismo, o incluso de pre-naturalismo -en la sugerente versión de Bruno Latour-, sabiendo que se trata de términos quienes hacen, entre quienes son capaces de discurso lingüístico y quienes no, entre lo creado y lo fabricado, entre los
de compromiso, ya que, aunque identificado el quiebre epistemológico, no acertamos a proponer nuevas narraciones que animales y el Hombre, han entrado en colapso, porque ya carecen de potencia explicativa y resolutiva? Tratándose de la
nos recoloquen en el mundo. [1] organización de espacios y cuerpos concretos, el plano político no puede eludirse para pensar. Sin embargo, como
intentaré demostrar a través de algunos casos paradigmáticos que resumen, a mi entender, el estado de las cosas en la
Entre los desastres “naturales” largamente anunciados; las cíclicas crisis que cuestionan el sistema mundo -que veinte años disciplina y la profesión, resulta notable la ausencia de lo político entre las variables que las más publicitadas tendencias
atrás se predecía como único y en tranquilo devenir-; y la lenta pero inexorable deconstrucción de las realidades últimas a toman en cuenta.
las que sujetamos nuestras más íntimas creencias, no pareciera justo pedirle al arquitecto algo más que precaución y
responsabilidad en su trabajo. Su discurso optimista se encuentra en retirada. La figura del Arquitecto sirvió como metáfora Para ello, voy a reunir primero, en los puntos siguientes, dos líneas en apariencia opuestas: las investigaciones teóricas
negativa de las críticas ecologistas: ya se ha subrayado su orgullo fáustico, su propensión a determinar dictatorialmente la sobre la disciplina, realizadas con los modernizados registros icónicos que tradicionalmente definieron el proyecto,
vida ajena, su inclinación vanguardista a la fabricación de utopías. Pareciera haber aprendido la lección y, en las décadas desarrolladas en su mayor parte en los laboratorios y centros universitarios de arquitectura; y las concreciones
finiseculares, pasó de pensar ciudades nuevas a leer juiciosamente lo que la ciudad real pudiera enseñarle, sin someterla a profesionales de avanzada, que vuelven a lidiar con programas complejos, fragmentos urbanos e incluso ciudades enteras.
otro juicio que no fuera el consensuado; de la totalidad pasó a considerar fragmentos; de las utopías, a ceñirse al asunto Ambas descansan en una renovada confianza en las posibilidades del complejo científico-tecnológico, que ha avanzado a
concreto. En tanto, otras especialidades, algunas de las cuales se habían desprendido siglos atrás del cuerpo maestro, velocidad vertiginosa en las últimas décadas. [4]
avanzaron sobre la arquitectura: el paisajismo, la ingeniería estructural, y, sobre todo, las prácticas del real estate business.
La figura histórica del Arquitecto se desarma ante nuestros ojos, pero en su lugar no encontramos ni un democrático
colectivo de decisiones, ni un equipo de sabios que renueven el pensamiento sobre el habitar, sino las más crudas
estrategias del mercado global. El Arquitecto, y toda la parafernalia ética y estética que acompañaron la construcción de
esta figura, se desvanece por el lado más banal, más peligroso para cualquier manera viable de habitar: por la Forma “orgánica y paramétrica”
multiplicación de las burocracias privadas transnacionales cuya única lógica es el incremento de las ganancias. ¿Qué
pueden entonces significar precaución y responsabilidad en este marco? El parametricismo emergió en los últimos años como la última palabra en arquitectura ecológica: según Zaha Hadid y
Patrick Schumacher, “el primer estilo unificado mundial que puede y debe sustituir al modernismo”. [5] Enfrentado, según
No es más fácil la situación para quienes nos dedicamos a la crítica de arquitectura o a la investigación teórica sobre ella: dicen, al caos metropolitano, desplaza definitivamente los monótonos modernismos (¡sic!) “con un orden complejo y
las raíces kantianas de la crítica nos llevan inevitablemente a los mismos caminos duales, mientras se sospecha que abigarrado inspirado en los procesos auto organizadores de la naturaleza”. Los parámetros son adaptables, maleables,
ninguna teoría, en sentido fuerte, ha resistido sus embates. Hemos desarmado los “grandes relatos”, pero la propia dinámicos, receptivos, interconectados, sistémicos. Apenas puede creerse que, una vez más, tan universal discurso culmine
naturaleza de la actividad crítica nos impide cualquier incidencia operativa –no ha de extrañar, pues, el divorcio creciente con el ejemplo propio de la Torre Espiral de Barcelona, un centro cultural cuyos logros se basan en la perfección de la
entre quienes trabajan en la profesión y quienes se dedican a especular sobre los caminos de la disciplina. Sólo la historia fachada de protección solar, y así en el consecuente ahorro energético. La banalidad de tal propuesta, que apenas esconde
ha quedado como parámetro de “verdad”, lo que es paradójico, porque en la historia no es posible encontrar ninguna la verdadera clave del éxito del edificio (el nombre de Zaha), haría revolverse en su tumba a Wladimiro Acosta: no
verdad. La ilustre clave temporal, por otro lado, se encuentra tradicionalmente en tensión con el ámbito material en el que el necesitamos computadoras para construir edificios y dispositivos edilicios que aprovechen luces y sombras, ventilación
arquitecto trabaja: es que la oposición espacio/tiempo, a pesar de las metáforas de reunión, reproduce también las cruzada y orientaciones adecuadas. [6] En este punto, el parametricismo -la medición precisa y veloz de condiciones
jerarquías clásicas –el tiempo espiritual, inmaterial, móvil y fluido, versus la extensión, de crasa permanencia, in- complejas a través de algoritmos- no constituye un cambio radical, sino sólo un desarrollo esperable de las premisas
significante, última pero muda realidad. Los intentos de abandonar esta razón crítica –como el muy difundido artículo de modernas, que por cierto colocaban el progreso técnico, frecuentemente, como causa única del cambio.
Alejandro Zaera Polo, en 1999, proponiendo una cartografía descriptiva de las tendencias del momento, presentada “con la
metodología” de las prácticas de marketing- redundaron en la aceptación sin resquicios del sistema político-económico
Pero sería injusto unificar las investigaciones que se toman en serio la revolución tecnológica, con la propaganda retórica
global. [2] de las obras particulares, si bien las derivaciones más ostensibles del diseño por computadora están constituidas por la
multiplicación de geometrías complejas empleadas para la construcción de edificios que recurren a ellas por su necesidad
¿Debemos -o más bien podemos- dejar a otros las consideraciones específicas sobre la construcción del espacio? Bueno, de alto clivaje simbólico.
parece difícil encontrar a esos otros. Durante un tiempo no muy lejano, la arquitectura encontró sus interlocutores en la
filosofía -o más precisamente, en el ensayo filosófico- pero, más allá de la innegable productividad del episodio No es la primera vez en la historia de la arquitectura en que se lleva al límite el recurso geométrico, como bien estudió
posmodernista en la demolición de las narrativas modernas, la arquitectura se colocó en situación de minoridad, replicando Robin Evans: la complejidad de las obras de Borromini, Guarini o De l’Orme respondía a una indagación avanzada sobre
las abstracciones de sus amigos. [3] No está en la naturaleza de la filosofía pensar el espacio en términos concretos y las cualidades del espacio, doblemente anclada en los avances científicos y en prácticas constructivas de larga duración,
constructivos, aunque muchos indicios -desde las preocupaciones hermenéuticas acerca de la escisión animal/humano, la como la estereotomía o trabajo en piedra. [7] Este empeño no es casual, ya que los siglos XVI y XVII son aquellos en los
recuperación de la experiencia, o las versiones foucaultianas del territorio y la biopolítica- nos llevan a reconocer que allí que, vislumbrados los límites del pensamiento clásico, se emprende dificultosamente la búsqueda de nuevas certezas.
también se asiste al agotamiento de una manera de pensar.
La maleabilidad del recurso geométrico también fue utilizada más recientemente, en la segunda posguerra, como réplica a
¿La ciencia, entonces, nos dará soluciones para el habitar? No es raro encontrar hoy, en los trabajos de investigación la ausencia de carácter en los productos generalizados de los modernismos; a la pobreza semántica -y social- de las
teórica en arquitectura, un llamado similar al que una vez hicieran las vanguardias clásicas: desembarazarse del peso de células repetidas en infinitos pabellones; a la “tristeza” del hormigón armado; y (last but not least), a la búsqueda de nuevas
las consideraciones históricas y semánticas, desafiar la inercia de la industria de la construcción que continúa utilizando claves para habitar. En Sudamérica, permitió el surgimiento de algunas de las arquitecturas de mayor impacto y
técnicas milenarias, y aprender de los diseñadores industriales, incorporando nuevos materiales y, sobre todo, la increíble personalidad: las de Oscar Niemeyer, Amancio Williams o Eladio Dieste.
Ahora bien: ninguno de los protagonistas de las tendencias hegemónicas de postguerra pudo pensar en la situación de un software, escribió en un artículo reciente, is ultimately used to produce ornate architectural decoration: this extremely
mundo en el que los recursos energéticos y espaciales se reconocen como limitados. La apariencia orgánica, ya sea a pragmatic production of doubly curved surfaces can quickly devolve into an aesthetic solely based upon a transformation of
través de la utilización de curvas libres y superficies regladas, o a través del regreso a la casita con hogar, o de la utilización parts within a field, a totalizing smooth and singular formal aesthetic… built upon the legacy of American formalism”. [9] Los
de los materiales locales apenas trabajados por la industria, resulta tendencialmente tanto o más brutal en su impacto proyectos realizados en esta nueva “tendencia” suponen que la posibilidad de indexar rigurosamente las transformaciones
ambiental que la utilización de grillas flexibles, aéreos pabellones o torres de planta libre. Debe notarse que pocos de estos que un sistema provoca sobre otro (como la semilla sobre la superficie), puede resumir las aleatorias variables de la
arquitectos trabajaron en un plano que excediera la apariencia: no ocupaba entonces un lugar primordial la producción habitación humana.
social de la arquitectura (Dieste constituye una notable excepción). [8]
Meredith usó la palabra smooth, suave: es que ya no vemos monstruos como hace diez años, sino amables superficies
¿Qué diferencias existen entre estos casos históricos y los actuales proyectos que basan las posibilidades de innovación continuas, alfombras mullidas que sugieren una tranquila relación con el ámbito natural, de las que el ejemplo del Rolex
formal en el diseño por computadora? En principio, debemos distinguir los trabajos de investigación proyectual -que Center, de SANAA, es paradigmático. ¿Se trata acaso de una nueva armonía?
abiertamente declaran su ambiciosa intención de explorar maneras de proyectar que no repitan el camino de la arquitectura
moderna-, del uso corriente, ya instalado, de los recursos de la computación como una herramienta más. Nos centraremos Estas amables superficies requieren para su materialización una enorme inversión económica, y un desarrollado sistema
en las líneas de investigación, evitando identificar los resultados aparentes de los procesos con la construcción real -ya que productivo –un sistema primer mundo. La complejidad geométrica, llevada a la construcción real, permanece al servicio de
por definición, sus productos sólo constituyen fases provisorias. otro legado: el del urbanismo estratégico, cuya historia transcurrió íntimamente imbricada con las investigaciones
“posmodernas” sobre el lenguaje de la arquitectura. Las primeras objeciones radicales a la planificación totalizante, la
Los resultados de estas indagaciones son por ahora imprecisos y abiertos, pero es posible, después de tres generaciones ponderación del lugar del arquitecto y de la obra elocuente en el espacio público, devienen de la época pre-computadora
que estudian las posibilidades y límites de la incorporación de las nuevas técnicas de información y registro, realizar un personal; en dos generaciones -una vez cortados los lazos con la reflexión política que caracterizó las primeras
balance. Lo primero que debe comprenderse es la forma de trabajo, instalada en el ámbito aséptico de centros investigaciones-, el propósito inicial devino en la búsqueda exclusiva de espectacularidad. Nada de esto condujo a otra cosa
universitarios o de similar rango (Columbia, Harvard, UCLA, AA). No se trata de una situación nueva, ya que el enfoque de que al privilegio de los developers y a fracturas socioespaciales que ciudades como Buenos Aires nunca había conocido –
un problema circunscripto fue característico no sólo de algunas viejas escuelas del “movimiento moderno” (la Bauhaus y escasamente puede hablarse de armonía.
sus secuelas de posguerra), sino también, más recientemente, de las revulsivas tendencias que se conocieron
públicamente con el nombre de “posmodernismo”. Se trataba, en este caso, de una vuelta de tuerca que sometía los Me interesa señalar aquí que, si estas investigaciones pueden ser tan fácilmente reutilizadas, es también porque apenas
mismos principios modernos a rigurosas indagaciones. Los estudios que poseyeron mayor alcance temporal se vincularon asoma en ellas el problema de la vida urbana – de cuya orientación depende la viabilidad de la habitación humana en el
con las preguntas al propio lenguaje arquitectónico, hallando por esa vía los límites disciplinares: la “cárcel del lenguaje” se mundo. El hermoso edificio de SANAA está realizado en el mismo medio mullido y algodonoso del campus en que las
identificaba la cárcel de la geometría proyectiva, cuyo desmonte (“deconstrucción”) arrojaría una luz impensada sobre investigaciones transcurren. Otros edificios de renombre, derivados del diseño paramétrico, no poseen otro destino, en el
trabajo rutinario del arquitecto. mejor de los casos, que el museo Guggenheim de Bilbao, bien que sus premisas pretenden ser distintas. Se podrá decir
que esto no compromete a las investigaciones disponibles más de lo que una investigación básica sobre el átomo
Pocos años más tarde, Deleuze y Derrida, la topología o los sistemas físicos complejos, ya eran menciones de rigor, compromete a la guerra atómica: pero bien sabemos que esta neutralidad ya no puede afirmarse. Así, no deja de llamar la
aunque sólo como citas de autoridad o ingenuas metáforas (las mesetas, las fracturas y quiebres, la teoría del Caos o la atención que el complejo científico técnico sea una vez más esgrimido, en la investigación del espacio, con total ausencia
geometría fractal dieron lugar a múltiples figuraciones). El énfasis se trasladó desde entonces a las nuevas tecnologías de de problematicidad.
computación, lo cual no sorprende considerando que en menos de una generación se abandonó, en las escuelas de
arquitectura, el dibujo a mano. La extensión del ordenador personal, y el impresionante desarrollo de los software high tech Tal vez esto se deba a la forma de institucionalización académica en la que estamos todos comprometidos: una forma
(algunos de los más conocidos vinculados con la renaciente industria de la animación cinematográfica), sugirieron una copiada de las ciencias duras, simplificada, en espera de resultados inmediatos, al servicio de estructuras de validación que
revolución copernicana en la misma idea de forma. no contemplan siquiera las sutilezas de las ciencias humanas: ¿cómo habrán de contemplar, entonces, las formas
novedosas de la disposición concreta de la materia física, con sus rémoras y potencialidades extraídas frecuentemente del
Allí donde poco antes la crítica a “la forma” (tanto clásica como moderna, ya que en esencia no había cambiado) se ejercía arcaico pasado, planteadas en función de tan vagos resultados como la felicidad común?
con sus propios instrumentos, mediante elegantes dibujos a manos como los de Agrest/Gandelsonas, Silvetti/Machado, o
Eisenmann, pasibles de ser interpretados poseyendo un conocimiento sustancial de la tradición arquitectónica y cultural, los
modelos complejos que permiten construir las tecnologías digitales suponen el abandono de las referencias históricas para
escapar del estrecho marco de la disciplina. Así, la segunda generación “digital” se especializó en la investigación de las
Certificado verde
formas autoorganizadas del mundo natural, de los procesos vitales, o de la dinámica social no reglada, entendida en
términos similares. Aún podemos aprender mucho de esto, pero la principal contribución se mantuvo dentro de los límites
previstos por las palabras –desplazando a Deleuze y Derrida por Bataille y Sade. El repertorio lingüístico cambió: en lugar Si esta crítica a la impostación académica de la disciplina, que multiplica papers burocráticos, se entiende como una
de extrusiones y serruchos iluminados por el constructivismo soviético, emergieron “formas monstruosas” que sugerían, celebración de la práctica profesional, me apresuro a corregirla. No es infrecuente que, perdido el hilo de la teoría y de la
según la perspectiva, intestinos, cabelleras, pulpos –o más banalmente, fideos. En todo caso, la segunda generación de crítica, el arquitecto actual continúe utilizando como cimiento de sus posturas los principios modernos en que aún es
investigadores de la forma no apuntaba a la naturaleza armónica del mundo (patente tanto en las versiones del organicismo educado en la mayoría de las escuelas, mientras remoza sus posiciones con un mayor cuidado en los aspectos
como en las del más extendido “funcionalismo”) sino a los aspectos frankesteinianos del carácter material, corpóreo, y ambientales que ya estaban implícitos en aquel ideario. No parece justo pedir otra cosa, cuando quien debe edificar en el
bárbaro del mundo. Tal vez la idea de post naturalismo pudo ser nombrada porque tales monstruos existían. mundo se enfrenta con aspectos tan disímiles, pero tan íntimamente relacionados, como las finanzas y el lenguaje, el uso y
la tecnología, el equilibrio ecológico y la irrupción de la obra humana. Pero esta situación comprensible adquiere otro tono
También de manera acelerada, los arquitectos que poco antes inscribían sus producciones en un campo cultural en cuando es colocada en ciertas coordenadas ideológicas, como las que se defienden considerando la práctica corriente y el
estrecha relación con las ciencias humanas, comenzaron a notar su infinita ignorancia de los avances científico-técnicos: la “sentido común” por encima de las “vanas” teorías (como si el arquitecto hiciera ladrillos, en lugar de proyectos –el proyecto,
biología, la física de los materiales, las geometrías no euclideanas planteadas un siglo antes. De retomar una posición en palabras de Leon Battista Alberti, es teoría). Viceversa, cuando las teorías actuales ignoran las condiciones de la
materialista, ésta no podía ser escindida de los hallazgos científicos, aun cuando se combatieran sus aspiraciones profesión, simplemente desprecian lo que significa resolver un problema real y concreto.
totalizantes.
Es posible, al igual que en el camino de la investigación, hallar islas de reflexión tanto más valiosas por hallarse inmersas
Pero ya esta segunda generación, crecida entre los algodones del laboratorio, no parecía consiente de la inevitable brecha en las duras circunstancias que el arquitecto enfrenta para construir. Pero los mejores ejemplos a los que podemos recurrir
entre el producto de la investigación y la construcción real. Agrest y Gandelsonas no pensaban en edificar su “casa están circunscriptos a programas modestos: una casita en el campo, un hotelito de lujo, un pabellón de feria. No es
escalera”; Greg Lynn edifica su Iglesia Presbiteriana Coreana. No se trata sólo de la viabilidad de la construcción: se trata secundario que muchos arquitectos que se niegan a jugar en las ligas mayores al servicio del capitalismo avanzado
de que la investigación lingüística ponía a prueba sólo un aspecto aparente de la forma, algo de lo que los más viejos eran renuncien a encargos de dimensión metropolitana: pero, aun respetando estas decisiones morales, queda claro que la
conscientes, pero sobre lo que Lynn no reflexiona. De hecho, la apariencia orgánica que se desprende de las imágenes de habitación en el mundo no se resuelve en una casita con energía solar y paredes verdes.
los protagonistas de la “segunda generación” resulta, como dije, tanto más impositiva, de cara a sus efectos en el mundo,
que una grilla ortogonal. Nos centraremos entonces en un caso que pueden ejemplificar las formas habituales de operar. Elegí, entre los muchos
posibles, el de la torre Madero Office, recientemente inaugurada en Buenos Aires, Argentina, del estudio Álvarez y
El impacto fue, sin embargo, enorme: Alejandro Zaera Polo, por ejemplo, pasó al estrellato con la asombrosa topografía de Asociados, ya que los límites de las prácticas profesionales suelen revelarse con mayor crudeza en los países
la terminal marítima de Yokohama. Para entonces, la perspectiva crítica estaba cercana a la extinción, de manera que no latinoamericanos.
extraña que la tercera generación, que creció sin asombro, incorporando naturalmente las posibilidades digitales en toda su
potencia, haya abandonado toda pregunta sustancial. Seguramente, los más jóvenes están hartos de tanta literatura Tómese en cuenta, para quien no vive en Argentina, que Mario Roberto Álvarez, veterano arquitecto recientemente fallecido
inconducente, pero no creo que radique aquí el problema: más bien, como sucede hoy en todas las profesiones, se a los 98 años, es elegido por sus colegas en los últimos años como el mejor arquitecto del país –toda una declaración de la
encuentran presurosos por ocupar los lugares que los viejos maestros continúan monopolizando, por lo que, sea a la escala distancia que los profesionales han resuelto tomar de cualquier propuesta innovadora. Por supuesto, no es Álvarez quien se
de una mesa, o a la escala de una ciudad, saben que no pueden esperar mucho para transpolar diagramas en 3D a formas encarga personalmente de las obras, aunque su estilo, ya maduro en la década del cincuenta, con obras de relevancia
materiales destinadas a la vida. como el teatro San Martín, permanece como inflexible guía de la producción de la oficina. La situación no es secundaria
para comprender el campo en que se mueve hoy la arquitectura argentina, que alguna vez fuera el foco del debate
Michael Meredith, que participa activamente de lo que en los últimos años se denominó diseño paramétrico, reconoce la sudamericano.
ausencia de reflexión social, cultural y política en los trabajos de los últimos años. “The mastering of hi-tech engineering
Las laudatorias críticas sobre la torre repiten el mismo discurso de Álvarez: se habla de “inclaudicable racionalismo”, de indicación simbólica materializada en el pórtico estructural, presentado como la puerta de Buenos Aires, que exhibe el
“simbiosis perfecta entre funcionalidad y estética”, de “máxima flexibilidad”. [10] Pero a estos obvios elogios se suma una nombre del Standard Bank –la compañía financiera que alquila trece pisos de la torre. Recuerdo cómo me llamó la atención,
cualidad de época: la torre es presentada como campeona de la construcción sostenible. Es que ha obtenido la hace dos décadas, notar en Stuttgart que el lema de la Mercedes Benz coronaba la torre de aires neomedievales de la
“precertificación” Green Building, otorgada por el USGBC (Consejo de Construcción Ecológica de los Estados Unidos). estación de ferrocarril que dominaba la plaza principal: en el caso de Stuttgart, se trataba de una empresa nacional; en el
Ninguna de las decisiones que han permitido el certificado cambia en lo más mínimo la lógica proyectual: ni los paneles del pórtico de Madero Office, la marca de un banco que aterrizó en 1998, aliado al ICBC de China desde 2008 -el banco
solares; ni el espacio para estacionar bicicletas en los subsuelos; ni las fuentes que recolectan agua de lluvia para el riego más grande del mundo en términos de capitalización bursátil. Toda una declaración simbólica acerca del destino de Buenos
de las escasas plantas en canteros; ni las canillas de cierre automático de los baños, ni la señalética didáctica. ¿Es que Aires.
acaso se puede esperar alguna innovación sustancial de tan transitada tipología?
Tanto para los desarrolladores como para el Standard Bank, el contratar a Álvarez implicó que los valores atribuibles a la
obra del viejo maestro (austeridad, contención, responsabilidad, solidez técnica) se trasladaron a toda la operación, lo que
conviene en estos tiempos tormentosos para las empresas financieras. Incluso la ausencia de experimentación de este
edificio puede ser leída en términos favorables para estos erráticos negocios. En el marco de la sociedad local, las apuestas
arquitectónicas arriesgadas podrían entenderse como capricho y así, faltas de confiabilidad.
En el mismo sentido, la obtención de green certificate no puede sino convenir a la cara pública de desarrolladores y
compañías arrendatarias. La novedad que proporciona el adecuarse a normas internacionales -que apenas se ve reflejada
en cambios sustanciales en el proyecto, y que no alteran el impacto ambiental- comienza a ser relevante en otros sentidos -
en el de la marca verde. Pero el proceso de obtener la marca introduce tendencialmente alteraciones en la organización del
trabajo en la oficina y en la obra, cuyas consecuencias aún no han sido sopesadas.
En el caso de Álvarez, la dimensión y la forma de trabajo del estudio ya eran hace tiempo diferentes de las de la mayor
parte de los estudios argentinos, que no perdieron nunca sus aspiraciones de experimentación, sus pretensiones de
inserción en el debate de la cultura arquitectónica, ni la identificación personal de cada miembro del equipo responsable.
Hace años, también, la oficina de Álvarez comprendió que la reproducción del trabajo dependía de consolidar una rama que
diseñara el negocio, antes que esperar pasivamente a los clientes. Pero la carrera recién iniciada por obtener el certificado
verde implica una complejidad adicional.
La pre-certificación LEED (Leadership in energy and environmental design) constituye un reconocimiento formal del
USGBC, mediante la garantía del cumplimiento del sistema de directivas, normas y metas de sustentabilidad ambiental.
Ahora bien: el estudio de estas normas revela que muchas son derivadas de las reglas tradicionales del arte -establecidas
tiempo antes de que avanzara la crisis ambiental-; mientras que otras, especialmente las que dependen de los avances
tecnológicos -como el tipo de aire acondicionado- pueden resolverse localmente, sin multiplicar los expertos o la
importación tecnológica. Pero estos rubros deben multiplicarse en el sistema actual, especialmente en el caso de los
Edificios Madero Office y Conurban, Buenos Aires. expertos -ya que su expertise no pasa por la pericia en temas ambientales, sino por el conocimiento de la forma burocrática
Fotos: Celina Caporossi de aplicación de las normas. Las cuestiones de fondo con respecto a la sustentabilidad no son así abordadas por los
arquitectos, que las delegan a burócratas, por lo que no extraña que la forma del edificio diste de constituir algo nuevo.
Resulta ilustrativo colocar la torre Madero Office en relación con otra torre cercana, el edificio Conurban que Ernesto El problema de la adecuación de normas internacionales al caso local ha sido escasamente tratado, aunque algunas
Katzenstein proyectó para la empresa Kokourek en 1969. La excepcional obra de Katzenstein exhibe, como bien lo señaló investigaciones desarrolladas por especialistas en la materia han puesto de relieve aspectos complicados: las exigencias
J. F Liernur, una densa trama de referencias semánticas y arquitectónicas íntimamente articuladas con soluciones del sistema LEED o del sistema BREEAM (británico) son de difícil cumplimiento en Argentina por sus diferencias con las
funcionales y tecnológicas. La famosa pared de ladrillos, de una escala nunca antes experimentada, se erige normas locales IRAM; muchas de las exigencias no son apropiadas por la diferencia de contextos culturales, climáticos o
simultáneamente como símbolo arcaico de fortaleza; negación del caos metropolitano –mientras el edificio abre sus vistas tecnológicos; el costo del proceso de certificación es significativo, habida cuenta de que no existen certificadores locales.
hacia la naturaleza del río-; sugerencia de formas tradicionales de construcción -el ladrillo-; y protección hacia el implacable [12] Los mismos resultados ambientales podrían obtenerse recurriendo a especialistas locales, e incluso al propio milenario
sol del Oeste. La planta en serrucho aumenta la superficie vidriada hacia la mejor orientación climática, logra espacios saber arquitectónico.
cualitativamente diferenciales, y al mismo tiempo distingue una organización simétrica de los núcleos de circulaciones y
servicios. El eclecticismo de las referencias, característico de la tradición local (el Mies expresionista, Louis Kahn, Alvar No debe olvidarse que la obtención del certificado verde implica un arancel, una oficina internacional –en este caso, en
Aalto), es sobrepasado en una obra que continúa, después de cuarenta años, sugiriendo nuevos sentidos en su productiva Estados Unidos-, y una burocracia privada funcionando –aunque se trate de una ONG-, ocupando el papel de cada estado
ambigüedad. [11] La Torre de Álvarez no abre ningún camino para pensar, excepto por aquello que encarna –la nacional en el asunto; una cohorte de expertos en interpretar las normas. Nadie hubiera tomado a la ligera, hace unos años,
convencional arquitectura corporativa- y su distancia con lo que dice encarnar (la arquitectura sustentable). la importación de patentes, procedimientos, formas de pensar, sin que quedara en claro en cuánto los mayores costos
redundan en una efectiva economía energética. Sí queda claro que esta multiplicación burocrática implica la profundización
Se dirá que las variables fundamentales para decidir si Puerto Madero Office abre un camino en la reflexión sobre la ciudad de las diferencias entre oficinas con capacidad económica para afrontar la aplicación de las normas, y pequeños estudios
y los problemas medioambientales no dependen del estudio de arquitectura. La torre se halla, como su nombre lo indica, en jóvenes que sólo pueden presentar su inteligencia para resolver estas cuestiones. Pero la estrategia de la corporación
Puerto Madero, el barrio derivado de la refuncionalización del viejo puerto cuyo proyecto se inició a principios de 1990. El arquitectónica ya no consiste en presionar a los Colegios o Consejos de Arquitectura, o a las oficinas estatales, o a los
proyecto urbano inicial buscaba la continuidad del tejido para asomar la ciudad al río (obsesión histórica de las ciudades órganos legislativos provinciales o nacionales, para que afinen y mejoren las normas conducentes a la sostenibilidad
litorales argentinas); tal objetivo, por diversos motivos -entre ellos que el barrio se convirtió en un enclave de lujo-, no ambiental: entregan su confianza a las organizaciones globales.
alcanzó jamás a cumplirse. Pero el florecimiento de los programas de oficinas corporativas -en un barrio que no alcanza, a
pesar de sus condiciones excepcionales, a constituirse con la densidad cultural de otros barrios porteños- se enlaza con los El debate, sin embargo, debiera exceder la pertinencia de las normas, o los cambios en la cultura local del trabajo, e incluso
famosos rascacielos de Le Corbusier, prístinas formas en el vasto horizonte pampeano. Nunca se construyó tan alto en la los intereses nacionales: muchos podrían objetar a esta reflexión que el adaptarse a las normas constituye un bien mayor y
Argentina. global. ¿Pero en qué consiste este bien mayor? La aplicación pasiva de las normas exime de cualquier reflexión que
problematice la relación arquitectura/ciudad/ territorio, por lo que lo que termina ofreciéndose es simple greenwash. Como
No pensemos que en esta carrera de altura pesa reflexivamente la tradición de la arquitectura local. Simplemente, se trata Glenn Murcutt comentó recientemente, la viabilidad ecológica pasa por un conocimiento preciso, y no abstracto, y menos
de la oportunidad de las desarrolladoras inmobiliarias. Las principales, entre ellas RAGHSA, que llevó adelante Puerto aún “normativo” en el apolítico sentido actual, de las condiciones del lugar -y, sobre todo, por una idea de economía que no
Madero Office, operan reservando tierras cuyo destino pueden alterar según los cambios del mercado inmobiliario -de debiera reducirse a lo que el capitalismo tardío entiende por ella. No se trata de modestas reducciones energéticas sobre
hecho, el terreno del dique 4 estaba inicialmente destinado a viviendas. Esta manera de acción no parece avenirse con la gastos incalculables: “No es posible hablar de sostenibilidad si hay que hacer otro proceso industrial enorme y costoso;
idea de sustentabilidad, ya que ni siquiera toma en cuenta el destino de la ciudad, operando con la lógica de las mayores (éste) debiera ser tan simple como aflojar un tornillo”. [13] En la simplicidad está también, dice Murcutt, la belleza.
ganancias. Tampoco queda claro el impacto ambiental de estas grandes torres construidas sobre un frágil aterramiento, ni
sus consecuencias en el funcionamiento urbano global. En lo referente a los recursos energéticos, es obvio que el enorme
gasto que supone esta tipología apenas puede ser suavizado por el ahorro del 1% de la energía consumida gracias al uso
de paneles solares.
Ciudad de “tecnologías limpias”
Tanto para los desarrolladores como para los principales arrendatarios, el contrato con el afamado estudio de Álvarez no
puede ser más acertado. Por un lado, porque el estudio se ha dedicado siempre a la arquitectura corporativa: de los tres En el otro extremo del mundo, en el emirato de Abu Dabi, allí donde las posibilidades económicas permitirían obtener todo
millones de metros cuadrados que lleva construidos en su larga trayectoria, un tercio obedece a estos programas. En este lo que las nuevas tecnologías brindan, y donde la ausencia de burocracias estatales modernas -de sistemas de educación
plano, resuelve con limpieza las solicitaciones del mercado: la máxima economía, la máxima flexibilidad, y una austera pública, de infraestructura para el comercio, de vida urbana en el sentido estricto- constituían hasta hace una década las
notas dominantes, brilla el espectacular proyecto de la “ciudad ecológica” de Masdar. No resultaría en principio adecuado política encarnada en las decisiones de todos -una versión que bien podría ser reconducida al saintsimonismo
para este caso el juicio con que inicié el artículo –que los arquitectos habían dejado de pensar en “ciudad”, ya sea para decimonónico).
comprenderla o para transformarla. Aquí tenemos, por el contrario, un emprendimiento que parece evocar los momentos
más audaces del modernismo de posguerra, encarnados en Brasilia. Pero nos equivocaríamos mucho en el paralelo si Las “consultorías de nuevo tipo”, sin embargo, están en pleno florecimiento, incluso en Argentina -hemos descripto su
olvidamos de que Brasilia fue iniciativa de un Estado/Nación. En Masdar, queda de manifiesto no sólo la manera en que las huevo prístino en el caso de la torre de Mario Roberto Álvarez. Pero no se trata de la producción de conocimiento
burocracias privadas avanzan en situaciones sin trabas, sino también cómo la sustentabilidad puede escindirse, sin siquiera interdisciplinario, como supone Foster, sino de una burocracia en constante crecimiento, una vuelta de tuerca con respecto
reflexionar sobre las consecuencias, de las condiciones políticas concretas. En fin, habremos de preguntarnos si Masdar es, al funcionamiento incipiente que señalamos en el caso de la Torre de Puerto Madero.
en efecto, una ciudad.
En relación con la escala global de los negocios, surgieron en los últimos veinte años las proyect management firms,
Masdar es la perla verde de las intervenciones en Oriente Medio, cuya expansión económica deriva de la providencial focalizadas en sugerir, apoyar y acompañar proyectos de desarrollo inmobiliario. El modelo de funcionamiento fue tomado
articulación de la crisis global de Estados Unidos y Europa occidental, con la liquidez financiera de los países exportadores de las consultoras contables, que temprano advirtieron el filón que significaba brindar servicios poco definidos a sus
de petróleo del Gulf Cooperation Council, que condujo a plusvalías similares a las de cuarenta años atrás. Pero hoy los clientes, antes que productos que implicaban pagos fijos y predecibles. En esta versión, la provisión del saber específico es
países del Golfo son más estratégicos en sus apuestas: la provisión de infraestructura y el desarrollo inmobiliario en la secundaria con respecto a los servicios de consulta en el desarrollo y manejo de grandes proyectos inmobiliarios. El
propia tierra adquirieron un lugar relevante, con vistas a colocar estas naciones en el concierto mundial, especialmente en fenómeno avanzó primero en la industria de la construcción, y recientemente se instala en la reestructuración de oficinas de
lo que atañe a la creación de atractivos turísticos para sectores exclusivos. arquitectura e ingeniería. [14]
Masdar se encuentra en el emirato de Abu Dabi. Su capital, del mismo nombre, es la ciudad más rica del mundo: se Estos cambios implican cuestiones que afectan íntimamente a ciertos principios sobre los cuales la profesión estaba
encuentra literalmente sentada sobre las mayores reservas petroleras. En este territorio se hallan las famosas Saadiyat edificada. En el caso de Álvarez, el estudio aún maneja las decisiones acerca de que consultoras contratar; y el servicio al
Islands, transformadas en un complejo de 30 billones de dólares, con 29 hoteles internacionales, tres marinas, dos canchas cliente culmina con un producto definido. En el caso de las nuevas organizaciones, el ala consultiva de la reestructurada
de golf, y habitación para 150 000 personas. No se trata sólo de turismo, ya que en la capital se construyó la segunda firma es inevitablemente un ala interesada: el objetivo no consiste en defender los intereses del cliente, sino de defender el
mezquita más grande del mundo, y el palacio del Sheik parece emerger de Las mil y una noches. En el distrito cultural, se saludable negocio del asesoramiento, definiéndolo de manera débil pero sugiriendo que sin éste, el cliente se verá
convocaron los nombres de los arquitectos más prestigiosos (Zaha Hadid, Tadao Ando, Jean Nouvel, Frank Gehry, Norman implicado en una maraña de cuestiones que ignora. Esto implica un cambio abismal en la ética profesional: en lugar de un
Foster), y los principales museos del mundo han cedido temporalmente parte de su patrimonio para ser exhibido. producto fijo, con un costo esperable, tenemos un continuo fluir de información que mejora las perspectivas del negocio,
Tendremos, pues, otro Louvre, otro Guggenheim, otro British Museum. Para que esto se construya, no sólo deben pero no necesariamente del negocio del cliente.
importarse trabajadores -la mayoría de los habitantes proviene de Bangla Desh, India, Pakistán, Filipinas- sino, sobre todo,
burocracias completas. La situación va más allá de la cuestión ética, ya que de esta manera se amplía la burocracia, al multiplicarse tareas y
especialidades que no necesariamente redundan en una optimización de los resultados. Oficinas como las de Foster, que
Así relatada, la aventura de este emirato que en el siglo XVIII emprendió un camino independiente al del vecino Dubai, y extienden su acción por todo el mundo (en Argentina, Foster realiza dos proyectos con socios locales), agregan en su
que aún a mediados del siglo XX, ya descubierto el petróleo, descansaba su economía en la búsqueda de perlas, no parece complejidad layers y layers de burocracia. [15] Los estudios locales que lidian con trabajos de envergadura deberán optar
distinguirse mucho de las épocas de la Argentina de las vacas gordas a principios de siglo pasado, construyendo sobre la
por este tipo de consultorías. De manera que la conexión entre Masdar y la torre de Álvarez no radica en una sutil
pampa “vacía” (el desierto sarmientino) edificios y ciudades de dimensiones nunca sospechadas en el viejo continente. Pero
interpretación crítica, sino en la práctica concreta que las grandes firmas de arquitectura e ingeniería están desarrollando,
aquí terminan los paralelos, en la medida en que Argentina estaba construyendo entonces un estado, una nación, en la que
sin que nadie advierta sus derivaciones.
el debate sobre el sistema político, más o menos restringido, excluía el poder absoluto y la unidad entre política y religión. El
emirato de Abu Dhabi está gobernado por una familia, de manera que el Sheik Khalifa bin Zayed Al Nahayan, emir
La anunciada revolución verde, asociada en el imaginario común -bizarramente- con la libertad individual, culmina en la
hereditario y presidente de los Emiratos Árabes Unidos, no es, por cierto, figura decorativa: la fortuna de la familia es la multiplicación de instancias burocráticas que sobrepasan con mucho la combatida burocracia estatal, sin que ello garantice
fortuna del país. No hacen falta más datos para saber que tal ciudad ecológica en un territorio así gobernado se encuentra la sustentabilidad efectiva del proyecto; burocracias que colocan a los estados y gobiernos nacionales en situación de
sometida a un régimen político sobre el que, al menos, debería reflexionarse cada vez que hablamos de ciudad. garantes de estas multimillonarias y complejas inversiones. De más está decir que ellas no obedecen a la lógica del bien
ciudadano, sino a la de los contadores que advirtieron por donde pasaban las ganancias.
En un artículo reciente, Norman Foster, proyectista de Masdar, resumió con sensatez y amplitud los retos actuales para
crear ciudades sostenibles: la difícil combinación de urbanización –inevitable, pero también deseable si alentamos Sería injusto, y poco productivo, pensar que Foster o Álvarez actúan cínicamente. La propia mecánica de los asuntos los ha
comunicación, igualdad, educación distributiva- y control del dispendio energético; el problema de los transportes, en colocado frente a estos problemas –bien que no como víctimas. La experiencia de Masdar, que parece reunir tecnología y
particular del automóvil individual; la lección de las viejas ciudades europeas e incluso estadounidenses (la guía maestra de ambientalismo, me llevó a reflexionar, de nuevo, sobre las ciudades latinoamericanas. No es sólo que no se pueda hacer
la igualdad habría llevado, incluso en ciudades industriales como Detroit, a que el 80% de los habitantes usara un Masdar: tal vez no se quiera hacer Masdar. Y aún queda pendiente el problema mayúsculo de las grandes metrópolis –
transporte limpio como el tranvía). Foster describe las maneras en que el proyecto de Masdar intenta “trazar una vida más formas habituales en Latinoamérica-, problema que la experiencia de ciudades pequeñas como Masdar apenas consideran.
allá de los límites de las fuentes de energía conocidas”, sin perder de vista las formas tradicionales de la habitación
nordafricana, que destilaron con los siglos una manera sensata de adaptarse al clima riguroso. El emprendimiento, iniciado
Lo grave no es el experimento en sí, del que indudablemente podrán extraerse muchas lecciones tecnológicas, sino la
en 2006, es desarrollado por la Mubadala Development Co, compañía de gobierno -y así familiar-, de la que Masdar Co. es
inconsistencia de la opinión pública, y en particular de la corporación arquitectónica, para identificar el tipo de problemas
subsidiaria. Incluye el Masdar Institute, dedicado a energías renovables, fundado con apoyo del MIT (US), cuya original
que estas formas de producir “ciudad” suponen. Coloco el término ciudad entre comillas, ya que lo grave en la versión de
propuesta consiste en proveer a los estudiantes de la posibilidad de vivir y aprender en un entorno calificado como living
Masdar es que excluye por definición una esfera pública –que pone entredicho, entonces, la misma idea de ciudad.
laboratory environment.
No se crea, sin embargo, que esto sucede sólo en emiratos hereditarios o en países tercermundistas, ya que responde a la
Las metas ecológicas de la pequeña ciudad son, sin duda, encomiables. Pero las imágenes que se difunden poseen un
expansión de las empresas trasnacionales, que tienden a colocarse por encima de los poderes públicos visibles. La
inquietante parecido a un shopping-mall con detalles orientalistas. Por cierto, las perspectivas construidas digitalmente aún
burocracia pública tiene ciudadanos o usuarios, la burocracia privada tiene clientes. Los poderes de mercado que quitan a
no aciertan a incorporar los acentos cualitativos que poseían los dibujos a mano, pero no es posible atribuir este
la política su autonomía, también quitan al individuo su iniciativa. Operan en nombre de la Técnica, y ejercen su poder sin
hiperrealismo kitsch sólo a las técnicas de computación. La fealdad exhibicionista, abigarrada, con la misma escasa
asumir ni las funciones ni las responsabilidades del gobierno, aunque son quienes realmente gobiernan.
profundidad que posee la imagen digital, no parece un efecto secundario de la forma de abordar los problemas ecológicos.
Si la ciudad parece un Shopping, es también porque se trata de un negocio privado, al que la sustentabilidad le otorga un
Es en relación a esta situación que debemos preguntarnos si la extinción del trabajo tradicional del arquitecto es deseable;
atractivo adicional.
si cabe en esta mecánica una reflexión acerca de la sustentabilidad de la habitación humana; si, en fin, lo que continuamos
llamando ciudad sobrevive cuando las claves de su producción se encuentran en este cruce entre burocracias privadas en
Masdar debe presentarse, en consonancia con su nombre de ciudad verde, como leader en tecnologías limpias. En esto
continua ampliación y poderes públicos funcionando como reaseguro de sus ganancias.
Foster es ducho: desde temprano, advirtió la naivité de las posturas ambientalistas radicales derivadas del hippismo
setentesco, para adentrarse en los secretos de la tecnología de punta. No sorprende, pues, que muchas de las figuraciones
avanzadas por el parametric design sean tomadas en sus aspectos aparienciales por el estudio de Foster. La alta
tecnología posee también un costado espectacular, como bien sabían los ingenieros decimonónicos: es necesario no sólo
hacerla sino mostrarla. El orientalismo de Masdar se reúne con ostentosas apuestas tecnológicas, para exorcizar el Arquitectura: ciudad, naturaleza, política
populismo del modelo de Las Vegas, presentándose como marca del futuro.
Si necesitamos pensar maneras viables de habitar la superficie terrestre, es fundamental comprender la Ciudad. Pero
La política es la gran ausente del artículo de Foster, y también está ausente en Masdar. No puede ser considerada, porque aquello que nombrábamos como ciudad parece haberse desvanecido: hasta la palabra metrópoli carece de potencia
nuestra versión democrática de lo político no tiene lugar en un país en el que la riqueza pública se identifica con la de la descriptiva. Sin embargo, cualquiera sea el nombre con el que definamos hoy la vida urbana (post-metrópoli, ciudad
familia gobernante. No sorprende entonces que Foster imagine como situación ideal, a futuro, una especie de entente entre territorio, etc.), la consideración acerca de lo político continúa siendo fundamental: el común denominador de los casos
técnicos de diferentes disciplinas, conducida por el organizador nato, el Arquitecto con visión integral. Tales equipos, a presentados se encuentra en la renuncia a enfrentarlo.
través de “una colaboración entre el sector privado y “los políticos”, evolucionarían en forma de “consultorías de nuevo tipo
que no existen en la actualidad” (nótese que se refiere a los políticos, profesionales de los asuntos públicos, y no a la Podría objetarse que lo político, aquello que definió históricamente la existencia de la vida urbana, nada tiene que ver con la
objetividad de los asuntos de la naturaleza. En esta versión, la política trataría sólo de los asuntos humanos, de las
cuestiones opinables, de las instituciones que garantizan cierto tipo de funcionamiento representativo; mientras que la improductiva red burocrática, que produce literalmente de todo, menos posibilidades para pensar con libertad los problemas
naturaleza reclamaría la razón de la ciencia -o, en versiones más radicales, la hermenéutica de una nueva metafísica, de mayúsculos que nos convocan.
una nueva religión. En épocas de declinación del Humanismo, y habida cuenta de los desastres que jalonan la trayectoria
de los hombres, pareciera que eliminar la política -y por ende, la ciudad-, resulta no sólo inevitable sino hasta cierto punto Probablemente el gran obstáculo que la disciplina enfrenta hoy como tal es rémora de la famosa frase de Le Corbusier,
deseable, en función de dejar al desnudo una “realidad” definida, sin contradicciones aparentes, en las coordenadas de la arquitectura o revolución: el sueño de eliminar el conflicto que lo político siempre supuso, en función de las “certezas” de la
economía y de la naturaleza. tecnología, de la ciencia, de los números del contador, de una utopía futura de reconciliación, o de la “Naturaleza”.
Sin embargo, como bien expresa Bruno Latour, no sólo los temas de la naturaleza han entrado de lleno en el tradicional GS
dominio de la política, sino que esta irrupción ha hecho más evidente lo inadecuado de las lecturas que suponían que el giro
desde el reino aparente de lo político al reino sustantivo de la Naturaleza implicaría el fin de conflictos y controversias, el Bibliografía
acuerdo debido a certezas, el abandono de las pasiones por una razón inclusiva. [16] Por el contrario, como resulta
evidente sólo repasando los casos aquí tratados, lo que sucedió es que cuestiones que antes eran colocadas por fuera del Giorgio AGAMBEN, Lo abierto. Adriana Hidalgo editora, Buenos Aires, 2007.
debate de opinión -el clima, los terremotos, o las instituciones científicas y la eficacia técnica- adquirieron en los últimos Jean BAUDRILLARD y Jean NOUVEL, Los objetos singulares. Arquitectura y Filosofía. Fondo de Cultura Económica,
años una relevancia clave como tópicos políticos, alejándose de la neutralidad que antes les otorgábamos. Mexico, 2000.
Robin EVANS, The projective cast. Architecture and its three geometries, MIT Press, 1995.
Hasta hace pocos años -y aún hoy, arrastrados por la costumbre- considerábamos que las instituciones políticas
GRIS PÚBLICO AMERICANO (compiladores), Paraformal: ecologías urbanas, Centro Cultural de España en Buenos
representaban sólo a personas. Hoy sabemos que ellas deben hablar también por un mundo infinitamente más amplio, que
Aires (CCEBA) y Bisman Ediciones, Argentina, 2011
incluye desde animales y árboles hasta suelos y vientos. Esta nueva arena es claramente política, en la medida en que
nadie puede atribuirse la última palabra en nombre de una verdad científica, ni de una primacía espiritual; nuevas Zaha HADID y Patrick SCHUMACHER, Edificios adaptables, en Babelia, suplemento cultural de El País, España,
instituciones deberán ser imaginadas, sabiendo que las controversias seguirán sucediéndose. Pero incluso inmersos en 22/01/011.
esta escena novedosa seguimos pensando en los términos clásicos de separación entre Naturaleza y Artificio, como si lo Bruno LATOUR, Steps Toward the Writing of a Compositionist Manifesto, New Literary History 41, 2010.
natural hubiese sido creado de una vez y para siempre, y los objetos técnicos constituyeran una superestructura que no Bruno LATOUR, Politics of nature: East and West perspectives, en Ethics & Global Politics, Vol. 4, No. 1, 2011.
compete a la Tierra. J. F. LIERNUR, La importancia de ser Ernesto, en Ernesto Katzentein Arquitecto, Fondo Nacional de las Artes,
Buenos Aires, Argentina, 1999
Ante esto, Latour propone, en su proyecto de manifiesto composicionista, una perspectiva original: en lugar de rasgar velos Michael MEREDITH, Never enough. (transform, repeat and nausea), en AAVV, From control to design.
con el hacha de la crítica negativa, o caer en la naivité new age ¿por qué no dedicarnos a reparar, cuidar, ensamblar y Parametric/algorithmic architecture. Verb monograph, Barcelona/New York, 2008.
reensamblar, pegar o colocar juntos cuerpos y objetos disímiles? [17] Sin renunciar a una idea progresiva del desarrollo Tony JUDT, Algo va mal, Santillana ediciones generales, Buenos Aires, 2010.
humano (debe señalarse aquí un claro matiz respecto del término progresista), Latour imagina una vía que es, al mismo Entrevista a Glenn MURCUTT, La sustentabilidad es una frase hecha, en La Nación, Buenos Aires, 21/08/2008.
tiempo, teórica y práctica -algo que para los arquitectos, que se mueven en ambas esferas, resulta de gran importancia.
Richard SENNET, El artesano, Anagrama, Barcelona, 2009.
Me llamó la atención, en particular, que la palabra composición expresara la dimensión sustantiva del manifiesto. En la S. de SCHILLER y J.M. EVANS, Desarrollo y aplicación de criterios de sustentabilidad en un proyecto urbano de
historia reciente de la arquitectura, el concepto de composición fue recuperado en contra de la mecánica proyectual habitual Buenos Aires, en Avances en energías renovables y medio ambiente, Centro de Investigación Hábitat y Energía,
en el proceso productivo del arquitecto moderno. Componer significaba ordenar y articular materiales diversos, reteniendo FADU/UBA, vol 10, 2006.
cada una su heterogeneidad y sus cualidades diferenciales: modelos y fragmentos condensados por la historia, materiales Graciela SILVESTRI, Eladio Dieste: una biografía uruguaya, en Eladio Dieste. Opera Completa, Electa Mondadori,
físicos brindados originariamente por la creación “natural”. Proyectar significaba, en cambio, imponer una Idea que en sí Milán, 2003
misma contenía todos los posibles desarrollos futuros. El resultado del proyecto, inevitablemente, era inferior a la brillante Alejandro ZAERA POLO, Un mundo lleno de agujeros, El Croquis nº 88/89, Madrid, 1998.
Idea preconcebida; lo real fue siempre su adversario. Entonces, lo real debió ser convertido en material homogéneo para
garantizar el efecto de la Idea, como si sobre la entera superficie terrestre se pasara el cepillo del Arquitecto (o, para el
caso, del científico, del sociólogo, del planificador). Notas
El rescate de la palabra componer, para Latour, posee un sentido constructivo, deliberadamente banal -su alusión al [1] Bruno Latour, ‘Steps Toward the Writing of a Compositionist Manifesto’, New Literary History 41, 2010, pp 471–90.
compromiso, su correcto olor a compost-, albergando lo múltiple. Esta elección le permite rechazar la irrelevante división
entre lo que es construido y lo que no los es, para poner la atención en lo que está bien o mal construido. Ni la [2] Alejandro Zaera Polo, « Un mundo lleno de agujeros », El Croquis nº 88/89, Madrid, 1998, pp. 308-323
universalidad, ni la “identidad” local son datos: las partes son heterogéneas y nunca culminarán en un todo completo, sino
un frágil, revisable, abierto compuesto. Rechaza tanto las ideas setentescas de un “gobierno de sabios” para solucionar las [3] Ver,
por ejemplo, el triste papel del arquitecto en las conversaciones que mantuvieron Jean Baudrillard y Jean Nouvel en
cuestiones urgentes de la “Naturaleza” (no existiría entonces una “vuelta a la “naturaleza”, como concepto definido de Los objetos singulares. Arquitectura y Filosofía. Fondo de Cultura Económica, Mexico, 2000
manera indisputable) como a una ciencia de la política -o de la economía- que se colocara, también, más allá de los
conflictos. [4] Hedecidido, como estrategia de este artículo ya de por sí largo, centrarme en lo más difundido en los medios; he dejado
afuera, así, muchas experiencias prometedoras, aunque escasamente visibles en sus aspectos más interesantes, que
Latour no es el único que ha identificado estas tradicionales divisiones como el problema/obstáculo de nuestro tiempo, enfrentan el replanteo de lo político –y del lugar tradicional del arquitecto- para pensar la construcción del habitar. Cf., por
otorgándole un estatuto eminentemente político. Giorgio Agamben se ha ocupado de ella en Lo abierto, afirmando que “el ejemplo: Paraformal: ecologías urbanas, taller de investigación que reúne, a través de una red universitaria, experiencias
conflicto político decisivo que gobierna todo otro conflicto es, en nuestra cultura, el conflicto entre la animalidad y la multidisciplinarias de Buenos Aires, Montevideo, San Pablo y Santiago de Chile.
humanidad del hombre”, por lo que la política occidental fue siempre biopolítica. [18] En términos más terrenos y
operativos, pero reconociendo la necesidad política de repensar esta división, Richard Sennet afirma que “cuando uno [5] Zaha Hadid y Patrick Schumacher, “Edificios adaptables”, en Babelia, suplemento cultural de El País, España, 22/01/011
empieza a trazar divisiones absolutas entre lo que es sordo y mudo y lo que puede hablar, puede fácilmente imaginarse que
esto no es un camino ideal para establecer cualquier suerte de democracia”. [19] Para Sennet, la férrea jerarquía en la que [6] Wladimiro Acosta,
arquitecto ruso-argentino, fue un pionero en el diseño al servicio de las condiciones climáticas. Su
aún nos debatimos remite al mito griego, en cuyo teatro de iguales muchos personajes humanos no tenían lugar: ni las sistema Helios, cuyos primeros ensayos datan de 1932, permanece como referencia insoslayable en la historia de la
mujeres ni los esclavos, entregados de distintas formas a “lo animal”. Así, el trabajo destinado a la manutención de la vida – arquitectura local.
las labores de la tierra, las labores de la casa- jamás alcanzaba la luz pública. Pero tampoco tenían lugar político los
artesanos, a pesar de su papel relevante en la construcción de la escena que permitía la emergencia de la política - [7] Robin Evans, The projective cast. Architecture and its three geometries, MIT Press, 1995.
tampoco, entonces, los arquitectos. Es notable cómo los arquitectos no hemos sabido defender que, en nuestro campo, la
acción técnica significa también enfrentar con conciencia reflexiva los desafíos éticos y políticos. [8] Paraampliar este juicio sobre Eladio Dieste, cf Graciela Silvestri, "Eladio Dieste: una biografía uruguaya", en Eladio
Dieste. Opera Completa, Electa Mondadori, Milán, 2003
No extraña, pues, que las tendencias y casos que he abordado chapoteen en el cieno de las certezas heredadas de siglos.
Mientras las tendencias “paramétricas” miran asombradas, con voluntad mimética, el trabajo de los científicos -que [9] Michael
Meredith, “Never enough. (transform, repeat and nausea)” en AAVV, From control to design.
supuestamente, al escapar de lo opinable, otorgaría una plataforma objetiva a la disciplina en plena disolución-, los Parametric/algorithmic architecture. Verb monograph, Barcelona/New York, 2008
profesionales que deben enfrentarse con el día a día se excusan de sus producciones esgrimiendo la lógica de la “realidad”,
que se mueve en el ámbito indiscutible de la economía global, como si este mundo fuera cierto y único. Proponiendo [10] Cf Arq, suplemento de arquitectura del diario Clarín, Buenos Aires, 15 de marzo de2010.
neutras tecnologías a su servicio, embelleciéndolas con formas simbólicas que aún el capital financiero necesita, ignoran
que estas condiciones aparentemente objetivas fueron recurrentemente desafiadas -como dijo John Maynard Keynes, “una [11] J.
F. Liernur, “La importancia de ser Ernesto”, en Ernesto Katzentein Arquitecto, Fondo Nacional de las Artes, Buenos
vez que nos permitimos desobedecer la prueba de los beneficios de un contable, hemos empezado a cambiar nuestra Aires, Argentina, 1999
civilización”. [20] En cuanto a los sueños de aquellos que, como Norman Foster, intentan reunir tecnología, economía y
sustentabilidad ambiental, es la deliberada ignorancia de la dimensión política la que los coloca de lleno en una