Bloque 1
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Movimientos y representación
La Tierra es un planeta parte del Sistema Solar que posee un único satélite, la Luna, de
dimensiones equivalentes a la cuarta parte de la Tierra, que gira a su alrededor en órbita
elíptica, y que tiene importantes repercusiones sobre ella.
La Tierra es una esfera. La línea del horizonte, cuando la observamos desde una altura
suficiente, manifiesta una curvatura.
Durante la época griega se consideraba que era un disco plano, rodeado por un río Océano. En
el S. VI a. C. se empezó a dudar de la forma plana. Eratóstenes fue capaz de hacer una
medición aproximada de la circunferencia terrestre, en torno a los 45.000 Km.
La Academia de Ciencias de Francia determinó que la forma de la Tierra era un elipsoide con
una diferencia de tan sólo 43 km entre el diámetro mayor (ecuatorial) y menor (polar). Los
trabajos de Gauss y Helmert llevaron a que la Tierra es propiamente un geoide, figura definida
por el potencial gravitatorio.
Se considera, a efectos prácticos que la Tierra es un elipsoide cuyo radio ecuatorial mide
6.378,16 km, con un radio polar de 6.356,77 km y un radio medio de 6.367,75 Km.
Condiciona la forma en que la superficie recibe la energía, dado que los rayos solares
tienen distinto grado de inclinación, lo que hace variar la energía recibida en cada
zona.
Es responsable de gran parte de las características de la Tierra.
Permite trazar sobre la superficie terrestre una red imaginaria de líneas curvas, que se
cortan en ángulo recto (meridianos y paralelos).
Plantea también la dificultad de la representación de la superficie terrestre en dos
dimensiones.
La Tierra gira en torno a sí misma y al Sol, viéndose también sometida a otros movimientos que
afectan a oscilaciones del eje terrestre y que tienen importantes repercusiones en los climas y
en la actividad terrestre.
La Tierra gira sobre si misma completando el giro en un período de 23 horas, 56 minutos y 4,09
segundo.
Orientación y situación sobre la superficie terrestre:
para la orientación se usan los puntos cardinales Norte, Sur, Este y Oeste. Los puntos de
referencia fijos y válidos para toda la superficie terrestre son los polos, extremos del eje de
rotación, que sirven de base para trazar la red geográfica, líneas imaginarias denominadas
meridianos y paralelos.
Los primeros son arcos de círculo máximo, cuyos extremos coinciden con los polos. Cada uno
mide 180º y dos opuestos constituyen un círculo máximo. Los paralelos son círculos completos
que se obtienen por la intersección de planos perpendiculares al eje de rotación. Sólo uno
configura un círculo máximo, el Ecuador, que divide la Tierra de forma transversal en
hemisferios. El número de ambos es infinito. El punto de referencia paralelo es el Ecuador,
mientras que del meridiano es el de Greenwich.
Para la localización y medición exactas, se utilizan los valores angulares de latitud y longitud. La
longitud es el ángulo que forma el plano que pasa por el meridiano de un lugar y el eje
terrestre, con el plano que comprende este eje y el meridiano cero; Puede ser este y oeste
entre 0 y 180º. La latitud es el ángulo comprendido entre el plano que atraviesa la Tierra por el
Ecuador y la recta que pasa por el punto a considerar y el centro de la Tierra; puede ser norte y
sur, entre 0 y 90º.
El período de tiempo que tarda la Tierra en realizar el giro sobre sí misma es conocido como
día, dividido en 24 horas, siendo cada hora el tiempo que tarda la Tierra en girar 15º.
Utilizar la hora real en cada lugar representaría enormes problemas, por lo que se utiliza una
división en husos o zonas horarias, que son 24 franjas de norte a sur en las que se toma la hora
media para todo el huso
El meridiano 180º, conocido como de medianoche, es en el que desde 1884 se acordó fijar la
línea de cambio de fecha internacional.
Otras consecuencias del movimiento de rotación:
Por la rotación se generar una serie de fuerzas con diferente afectación. La fuerza centrífuga
tiende a separar los objetos de la superficie, contrarrestada por la fuerza de gravedad, que es
la fuerza teórica de atracción que experimentan entre sí los objetos con masa,
experimentando una variación sobre la trayectoria de los cuerpos móviles: en el hemisferio
norte supone un desplazamiento hacia la derecha, y en el hemisferio sur hacia la izquierda.
Este efecto es conocido como Efecto de Coriolis.
La Tierra se mueve alrededor del Sol realizando un giro completo cada 365 días, 5 horas, 48
minutos y 45,6 segundos, también conocido como año solar, mientras que el año astronómico
es el considerado entre dos pasos sucesivos de la Tierra por el mismo por el mismo punto,
medido en relación con las estrellas fijas, con una duración de 365 días, 6 horas, 4 minutos y 9
segundos. Cada cuatro años se establece un año bisiesto, de un día más, para corregir el
desfase que se produce por las horas que sobrepasan los 365 días.
Solsticios y equinoccios:
A lo largo del año se producen cuatro momentos clave, de enormes repercusiones en la vida
de la Tierra.
Sobre el 22 de diciembre, los rayos del Sol son perpendiculares al plano tangente en la
superficie terrestre en el Trópico de Capricornio. En el Ecuador hay una igualdad en la duración
del día y de la noche, y fuera de esta latitud hay una clara desigualdad. En el hemisferio norte
los días son más cortos que las noches, tanto más cuanto más nos acercamos al Círculo Polar
Ártico, donde la noche dura 24 horas. En el hemisferio sur es mayor la zona iluminada que la
oscura y a partir del Círculo Polar Antártico el día dura 24 horas. Es lo que se conoce como
solsticio de invierno.
En torno al 22 de junio se da una situación idéntica, pero invertida. Los rayos del Sol son
perpendiculares al plano tangente al Trópico de Cáncer. El Círculo Polar Ártico tiene 24 horas
de luz y los días son más largos que las noches. Es el momento del solsticio de verano.
Alrededor del 22 de marzo los rayos del Sol son perpendiculares al plano tangente a la
superficie terrestre en el Ecuador. Todos los paralelos terrestres quedan divididos en dos
semicírculos iguales, de modo que, en todas las latitudes, el día y la noche tienen la misma
duración. La altura del Sol sobre el horizonte alcanza la máxima verticalidad en el Ecuador,
mientras que para el resto de los paralelos viene a ser 90º menos el valor de su latitud. Es el
momento del equinoccio de primavera. El 22 de septiembre se produce una situación idéntica
pero invertida, dándose el equinoccio de otoño.
La Tierra se ve sometida a situaciones que cambian a lo largo del año para cada punto de su
superficie. Hay una sucesión de estaciones, en las que las horas de iluminación y oscuridad
cambian y consiguientemente también lo hacen las temperaturas, lo que afecta a los seres
vivos, al mundo animal y vegetal y al medio físico en conjunto. Las estaciones son cuatro:
primavera, verano, otoño e invierno.
Entre los trópicos se extiende la zona intertropical. En ella, los rayos solares alcanzan la
máxima verticalidad. La duración del día y la noche es sensiblemente igual a lo largo del año,
llamada zona cálida. El cinturón ecuatorial es la franja que limita los Trópicos; dentro de ellas
se encuentran las zonas tropicales, donde la desigualdad entre día y noche es más marcada y
la insolación es menor. En estas zonas se aprecia una diferencia estacional que viene
determinada por las precipitaciones.
A ambos lados de los trópicos hay dos zonas templadas, que se extienden hasta los círculos
polares. Los rayos solares llegan tanto más oblicuos cuanto mayor es la latitud. A lo largo del
año, la duración del día y la noche varía notablemente. Se dan notables oscilaciones de
temperatura, relativamente moderadas. Aun así, existen matices, las llamadas zona
subtropical y zona subpolar, y entre ambas la zona media.
Por encima de los círculos, encontramos las zonas frías o polares, una al norte, Ártica, y otra al
sur, Antártica. Se alcanza la mayor diferencia entre la duración del día y la noche, que en los
polos llega a ser de seis meses continuos. La oblicuidad de los rayos llega al máximo y la
energía calorífica recibida es menor.
Los mapas son la representación gráfica de relaciones espaciales que permiten conocer las
características de la superficie terrestre con el detalle necesario.
Para confeccionar mapas hay que establecer una red que permita trasladar la información real
al plano, con las referencias precisas. Un método consiste en cubrir el territorio con una red de
triángulos, a partir de una línea base, medida con precisión en la realidad. Después se miden
las alturas de los puntos clave y se obtienen todas las coordenadas geográficas con precisión.
Para conseguir trasladar tal información, hay que recurrir a las proyecciones.
Si consideramos la esfera inscrita en un cilindro, obtenemos, al desplegar esta figura, una red
de meridianos y paralelos ortogonal, una cuadrícula de ángulos rectos. Si la inscribimos en un
cono, tendremos una red en la que los paralelos serán arcos de círculo concéntricos y los
meridianos una red de líneas radiales. Si proyectamos sobre un plano tangente a la esfera, la
red quedará convertida en una serie de círculos concéntricos y los meridianos como los radios
de estos círculos.
Las proyecciones que respetan los ángulos se denominan conformes. En ellas, las líneas en la
esfera mantienen el mismo ángulo que en la representación plana. Son muy útiles en mapas
generales. Hay sistemas que conservan las distancias a lo largo de direcciones especiales,
denominándose equidistantes. Otras respetan las áreas, siendo fieles a la superficie de las
figuras representadas, que son equivalentes.
Tipos de proyecciones
Hay que destacar la proyección moderna de Peters, crítica con la imagen del
mundo transmitida por las proyecciones clásicas, y que propone una nueva
proyección que busca tener fidelidad de superficie, de eje y de posición.
3.2. La escala
Es la relación de reducción entre las distancias reales y las del mapa. Se expresa como una
fracción en la que el numerador es la unidad y el denominador el número de veces que
cualquier medida en el mapa es mayor en la realidad.
Se considera gran escala a la que tiene pequeño denominador y pequeña escala a la que lo
tiene grande. Los mapas de mayor escala son los planos propiamente dichos.
En los mapas se puede expresar la escala en forma numérica y también en forma gráfica, como
un segmento en el que se incorporan las equivalencias.
Gracias a la escala es posible medir también superficies, ya que las figuras representadas son
semejantes y, por tanto, las áreas son iguales al cuadrado de la razón de semejanza.
La representación del relieve representa las elevaciones del terreno como perfiles abatidos o
pequeños trazos, o simples cotas de altitud, por medio de las curvas de nivel. Esto consiste en
unir los puntos del terreno de igual altitud. La altitud se toma con una base de referencia
establecida previamente, siendo con frecuencia el nivel del mar.
En cada mapa se mantiene constante la separación de las curvas de nivel, a la que se da una
determinada equidistancia. Cuando al escala del mapa es muy pequeña las curvas de nivel se
sustituyen por tintas hipsométricas, que consisten en dar el mismo color a los espacios
comprendidos entre intervalos determinados. Para facilitar la lectura, muchos mapas aparecen
sombreados.
Las curvas de nivel son de absoluta precisión y permiten medir directamente sobre el mapa,
calcular pendientes, alturas y levantar perfiles topográficos y alzados del terreno.
Topográficos: representan la superficie tal como se presenta con su aspecto físico y los
resultados de la actividad humana.
Temáticos: tienen por objeto la representación de un tema, fenómeno o aspecto
concreto. Existen dos grupos: cualitativos, que muestran la localización o distribución
del fenómeno, y cuantitativos, que añaden una precisión numérica, estadística o de
otras categorías.
3.4. Otras formas de representación
Existen, por ejemplo, la fotografía aérea y la teledetección. Permiten captar imágenes que
permiten obtener información riquísima, en riquísima, en distintos momentos y hasta en
tiempo real. Pueden, además, capturarse con diversos procedimientos fotográficos y
traducirse a formato digital.