El Experimento Psicosocial No3, también conocido como "Una Clase Dividida", fue llevado a cabo por Jane Elliott en 1968 para explorar los efectos del prejuicio racial en niños. Elliott dividió a los estudiantes en grupos basados en el color de sus ojos y simuló la discriminación, favoreciendo a un grupo sobre el otro. Esto llevó a cambios en el comportamiento y rendimiento de los niños, mostrando cómo las actitudes discriminatorias pueden desarrollarse rápidamente. Aunque el experimento resaltó los impactos de la discriminación
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El Experimento Psicosocial No3, también conocido como "Una Clase Dividida", fue llevado a cabo por Jane Elliott en 1968 para explorar los efectos del prejuicio racial en niños. Elliott dividió a los estudiantes en grupos basados en el color de sus ojos y simuló la discriminación, favoreciendo a un grupo sobre el otro. Esto llevó a cambios en el comportamiento y rendimiento de los niños, mostrando cómo las actitudes discriminatorias pueden desarrollarse rápidamente. Aunque el experimento resaltó los impactos de la discriminación
El Experimento Psicosocial No3, también conocido como "Una Clase Dividida", fue llevado a cabo por Jane Elliott en 1968 para explorar los efectos del prejuicio racial en niños. Elliott dividió a los estudiantes en grupos basados en el color de sus ojos y simuló la discriminación, favoreciendo a un grupo sobre el otro. Esto llevó a cambios en el comportamiento y rendimiento de los niños, mostrando cómo las actitudes discriminatorias pueden desarrollarse rápidamente. Aunque el experimento resaltó los impactos de la discriminación
El Experimento Psicosocial No3, también conocido como "Una Clase Dividida", fue llevado a cabo por Jane Elliott en 1968 para explorar los efectos del prejuicio racial en niños. Elliott dividió a los estudiantes en grupos basados en el color de sus ojos y simuló la discriminación, favoreciendo a un grupo sobre el otro. Esto llevó a cambios en el comportamiento y rendimiento de los niños, mostrando cómo las actitudes discriminatorias pueden desarrollarse rápidamente. Aunque el experimento resaltó los impactos de la discriminación
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COMENTARIO BREVE
El Experimento Psicosocial Nº3, también conocido como "Una Clase
Dividida", realizado por Jane Elliott en 1968, ofrece una visión impactante de los efectos del prejuicio y la discriminación racial en un entorno educativo. Al dividir a los niños en grupos según el color de sus ojos, Elliott simula de manera efectiva la injusticia racial y expone la rapidez con la que las actitudes discriminatorias pueden arraigarse. Sin embargo, cabe destacar que la metodología del experimento plantea preocupaciones éticas, ya que implica favorecer a un grupo sobre el otro y crear tensiones deliberadas entre los participantes. Si bien el propósito es generar conciencia sobre los impactos de la discriminación, el método utilizado para lograrlo podría considerarse como una manipulación emocional y psicológica de los niños. Además, la simulación de la discriminación racial a través de características físicas arbitrarias puede simplificar en exceso la complejidad del racismo real, que está arraigado en factores históricos, culturales y socioeconómicos. La aplicación de estereotipos basados en el color de los ojos puede no reflejar completamente la profundidad y gravedad de la discriminación racial que enfrentan algunas comunidades. Aunque el experimento destaca la importancia de abordar el prejuicio desde una edad temprana y fomenta la empatía y la comprensión, es esencial considerar las posibles implicaciones negativas de utilizar métodos tan intensos y controvertidos en un entorno educativo. La educación sobre la discriminación racial es crucial, pero debe llevarse a cabo de manera ética y respetuosa, evitando crear tensiones innecesarias o traumatizar a los participantes.
El Experimento Psicosocial Nº3, también conocido como "Una Clase
Dividida", fue llevado a cabo por la educadora Jane Elliott en 1968, apenas un día después del asesinato de Martin Luther King Jr. El propósito de este experimento era explorar los efectos del prejuicio y la discriminación racial en un entorno educativo. Jane Elliott dividió a su clase de tercer grado en dos grupos, designando a uno como el grupo de "personas de ojos azules" y al otro como el grupo de "personas de ojos marrones". Utilizó estas características físicas arbitrarias para simular la discriminación racial y crear una experiencia inmersiva en la que los niños vivieron los efectos del prejuicio en primera persona. A lo largo del experimento, Elliott favoreció a un grupo sobre el otro, proporcionándoles privilegios y tratándolos de manera preferencial. Esta discriminación artificial llevó a cambios significativos en el comportamiento y el rendimiento académico de los niños. Además, observó cómo se desarrollaban actitudes negativas y estereotipos entre los grupos, generando conflictos y tensiones. El experimento de Jane Elliott destaca la rapidez con la que las personas pueden adoptar actitudes discriminatorias y cómo estas pueden afectar su comportamiento y autoconcepto. Además, busca sensibilizar a los participantes sobre los impactos emocionales y sociales de la discriminación, fomentando la empatía y la comprensión. El trabajo de Elliott ha sido influyente en la comprensión de la psicología social y ha contribuido al diálogo sobre la importancia de abordar el prejuicio y la discriminación desde una edad temprana.
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