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Book
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5P «
EN 1842.
•1-
^
^\o me propongo decir sobre Méjico cosa
que interese mucho al erudito ni al esta-
dista ; trato solo de decir algo de lo que en
aquel pais he visto y observado y de los ,
Jesucristo.
Hoy en día Méjico y España nada de
todo esto son entre sí mas después de ha-
:
recuerdos.
Por último la desgracia persigue hoy
,
principio á mi tarea.
RECUERDOS.
cial,
grandemente secundado en esta peno-
sa labor por el celo del sacerdote del Señor,
que en todo caso, y ya que otra cosa no
pudiera, se interponía entre el verdugo y la
17
víctima para parar el golpe ó embotar sus
filos al acero. Testigo de este progreso es el
célebre viajero que á principios del siglo vi-
sitó aquellos hermosos paises.
El indio gozaba del privilegio de menor
en sus negocios civiles y ante los tribuna-
,
de su conciencia.
La tarea que le imponia el príncipe es-
taba de acuerdo con su misión evangélica;
misión de paz y de amor, de obediencia á
Dios y á los que en su nombre mandan, de
igualdad y fraternidad entre los hombres.
Protejer al indio contra las vejaciones del
blanco, interponerse entre el fuerte y el
débil, haciendo escuchar á aquel la voz del
deber y de la humanidad, y destilando so-
bre las heridas de éste el bálsamo de la re-
signación, tal era su especial misión en
América. Para ello su primer cuidado era
buscar al indio, vivir con él y compartir
23
sus miserias, rescatarle de la idolatría, ini-
ciarle en el conocimiento de la verdadera
religión, auxiliar é ilustrar su trabajo ma-
terial enseñándole el uso de los instrumen-
tos y semillas desconocidas. El misionero
llenó siempre con celo apostólico estos gran-
des deberes y fué el eslabón mas fuerte
,
y , de ordinario acontece
cual arrastra-
,
41
de almas por individuos rio disciplinados por
ningún espíritu de cuerpo, y que por ori-
gen, ideas y hábitos estaban en mas cercano
roce con el pueblo, el buen sentido de éste
hubo de malearse, aunque no sin gran di-
ficultad y artificio, y de estraviarse por sus
pastoi^es fuera de la trillada senda de la obe-
diencia, tan luego como se presentó ocasión
favorable. Asi en Méjico el bajo clero fue el
instigador y fautor eterno de la revolución,
á la que armó, si no de doctrinas que no
poseia de odios y de venganzas que le die-
,
50
mos devotamente la piedad de Dios para
que nos proteja en este conflicto, haciendo
que nuestros contrarios se inclinen á una
reconciliación equitativa!" ¡Cuan grandioso
cuadro el del levantamiento de España, en
que la fuerza y el derecho se abrazan cuer-
po á cuerpo sobre esta arena de campeones
y de lides inmortales, y dan un momento
al universo el espectáculo de una lucha de
gigantes, hasta que plugo á Dios acordarse
de que gobierna el mundo ,y que era ya
tiempo de advertirle que no en vano llevan
sus manos omnipotentes las riendas de este
gobierno
Causas semejantes están seguras de ha-
llar pechos y cabezas que las defiendan con
heroísmo é inteligencia mas nada hay de
;
66
de Escocia dirigiendo la revolución y en el ,
entre el reclamado
reclamante y debe el
92
que presentasen al siguiente día en el
se
congreso para tomar parte con los dignísi-
mos representantes del ejército en la deli-
beración de las célebres bases. Aquellos ciu-
dadanos debían continuar formando cerca
del regenerador un consejo que le ilumina-
se en la difícil tarea que se había echado á
pechos. En fin , á todo se había provisto
y ,
LofQ.
100
optar á una corona en una coyuntura que
se presentase la política de España habia
:
RELACIONES DIPLOMÁTICAS.
111
que ellos no ejercitasen el mismo derecho
que Méjico habia previamente hecho valer
contra su metrópoli, el de la insurrección;
pero esta era una cuestión de familia en ,
8
114
corregirse de una multitud de vicios radi-
cales yque adquirir sus opuestas virtudes,
nunca podrán figurar, no digo
sin las cuales
ya como repúblicas que no pueden subsistir
sin un inmenso patriotismo pero ni aun ,
IGLESIA.
125
del gobierno y por otras dificultades. La
Junta eclesiástica que se reunió en Méjico
para este efecto habia ideado revestir al me-
tropolitano con el antiguo derecho de ins-
tituir los obispos sufragáneos; mas la insti-
tución canónica ha quedado en el Papa á
presentación del gobierno, que elige en una
terna propuesta por el cabildo. También se
habia intentado estender de una manera
sustancial los derechos metropolitanos del
arzobispo de Méjico de quien acaso se qui-
,
Lázaro.
En carta dirigida á D. Manuel Sixto
Espinosa á principios de 1807 ,
graduaba
Abad y Queipo el valor de los bienes rai-
ces del clero mejicano en dos y medio á
tres millones de pesos, y los capitales que
con destino á fondos piadosos reconocian
sobre sus fincas rústicas y urbanas los par-
ticulares en cuarenta y cuatro y medio mi-
llones, en esta forma:
quiales y
; de ser su riqueza opresiva
lejos
de una clase determinada se estraia con
,
de ilustrada beneficencia.
De todas estas causas provenia que el
clero en Méjico no escitase ningún senti-
miento de mal querer en el seno de la so-
ciedad y que la revolución haya visto que-
,
EJERCITO.
de Guerrero y Mejía ,
por no mencionar
otros nombres de menor cuantía. El despo-
tismo militar que ha pesado y sigue pe-
156
sando sobre aquella sociedad, no ha sido tan
vigoroso como pudiera creerse y se debe
;
cierra un
sentido de fuerza y de intención,
sino del de las intrigas y de las revueltas
públicas. Asi pues, so color de mantener el
orden y atender á lo de Tejas y Yucatán,
aumentó á cincuenta mil hombres el ejer-
cito después de haber pagado con la gas-
,
MARINA
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
otro en la capital ,
que con el mismo re-
150
quisito fallase en la tercera cuando hubiese
lugar á ella pues dos sentencias conformes
,
cia activa.
El fuero eclesiástico subía del obispo al
metropolitano y de este al mas cercano del
,
160
dos por tales , muchas veces aprehendidos y
puestos ante los jueces , hayan salido libres
á perpetrar mayores con la confian-
delitos
za que de castigo." Este
les inspira la falta
es un hecho notorio: en Méjico se ve á los
ladrones públicos; se da uno con ellos de
codo en las calles; todo el mundo dice: "ese
es un ladrón " y ese ladrón vive segu-
ro en el seno de la sociedad á la que hace
cruda guerra, y el que quiere tener com-
pleta seguridad en los caminos necesita po-
nerse bajo su protección.
Si la justicia apenas alcanza al débil,
mucho menos alcanzará allí al poderoso,
cuyos delitos los encubre la capa del boato
y ostentación, y los disfraza el disimulo con
que se cometen. En el espacio de seis me-
ses ó poco mas, entre 4 1 y 4 2 se perpe- >
á presidio 67
á obras públicas 159 ) 4.628
á mugeres recogidas 3
al servicio de la cárcel 229
por cordillera á varios lugares. 8
164
Relativo al mismo año
y á la ciudad
federal es el siguiente estado de presos juz-
gados militarmente
Entraron en todo el año de 1826 462
Fueron sentenciados al suplicio 8
á presidio 48
al servicio militar 5
á obras públicas 55
á recogidas 6 ) 362
Fueron puestos en libertad 212
Se fugaron 12
Murieron 2
Pasados á la jurisdicción ordinaria 14
Existentes en fin de 1826, 100
Embriaguez 17
Pendencias 41
Resistencia á la autoridad 2
Total, 202
165
Yo no se qué exactitud pueda esto te-
ner; pero cualquiera que haya estado en
Méjico un solo mes habrá podido observar
mas de cinco cadáveres espuestos al público
en la Acordada habiendo dias sobre todo
; ,
HACIENDA,
cienda.
En cuanto al orden introducido en la
administración de la hacienda por mas que
,
175
Esteva en las apuntaciones á su sucesor le
ella.
nacional.
La federación pues no hizo otra cosa
que añadir ruedas sobre ruedas á la má-
quina del gobierno y aumentar prodigiosa-
mente las cargas públicas, cuando la nece-
sidad mas urgente era la de acreditar el
nuevo orden de cosas con economías y me-
joras positivas,sobre todo al salir de una
prolongada guerra que tan pesadamente
habia gravitado sobre la fortuna pública y
sobre la producción. Solo las dietas y Jos
viáticos de quinientos legisladores, con los
gastos consiguientes de secretarías y demás,
185
subían á 1.600.000 pesos. Las legaciones en
esa época de empréstitos gastaron también
espléndidamente y no parecia sino que el
,
40.153.000
Deuda posterior á la independencia 5.957.000
de semejante situación.
Hasta esa época los empréstitos estran-
geros, la tal cual actividad del comercio, y
la mayor regularidad de la administración
de Alaman habian permitido al gobierno
vivir con cierto desahogo mas desde en-
;
ASPECTO ESTERIOR
197
cuando ya rendido á la fatiga del
se halla
viage, divisa un dia por la proa del buque
un pico coronado de nieve eterna, que la
mano diestra delmarinero le ayuda á dis-
cernir de las amontonadas nubes que le sir-
ven de pintada base es el pico de Oriza va,
:
la ciudad consigo.
Las inmediaciones de Méjico carecen
pues de la hermosura del arte, pero tienen
en cambio toda la que la naturaleza les ha
prodigado, y de que la mano del hombre
no las ha podido despojar. Guadalupe Ta- ,
encuentren me-
pitalista hasta el proletario,
dio cómodo de entregarse á su favorita pa-
sión. El presidente juega con sus ministros
POBLACIÓN.
dado y,
manifestando francamente que
obrar de otro modo sería agraviar á la Pro-
videncia. Asi que, cuando ha ganado un
peso suspende en el acto su trabajo, y solo
piensa en el modo de gastarle alegremente.
Sus son tan reducidas
necesidades que ,
ta de mejora.
Debo añadir dos palabras sobre los es-
trangeros. Los ingleses, dedicados al comer-
cio en grande y á la minería, se hacen res-
petar, mas no querer. Los franceses, que
se destinan en general á oficios y profesio-
nes comunes, ni se hacen respetar ni mu-
cho menos querer ellos forman rancho
:
dia.
RIQUEZA.
el cáñamo.
De las plantas coloniales prosperan en
las tierras calientes y en las costas la cana
de azúcar, el cacao y el cafe (aunque no
en cantidad bastante para surtir el merca-
do interior), el algodón, la vainilla, la zar-
zaparrilla, el añil, el tabaco y el nopal. De
sus frutos eran artículos de esportacion en
tiempo del gobierno español el azúcar por
su superior calidad , aunque en corta can-
tidad , la vainilla, la zarzaparrilla, y sobre
todo la cochinilla ,
que formaba un impor-
tante ramo de esportacion para la provin-
cia de Oajaca, y que hoy ha dejado de ser-
lo por el progreso en Europa de los tintes
químicos: calcúlanse en 90 millones de pe-
243
sos los ingresos que tuvo por este ramo Oa-
jaca en los sesenta años que precedieron á
la independencia.
El movimiento ascendente en que el
gobierno español dejó la agricultura de Mé-
jico ha continuado después, si bien con-
tenido por la inseguridad de las institucio-
nes y de los intereses por la gran diminu-
,
247
Una de las empresas florecientes en 1842
era la compañía ele minas zacatecano-meji-
cana del Fresnillo. Sus 120 acciones, de un
coste primitivo de á 22.800 pesos, recibian
dividendos mensuales de 5 o o, y paraban en
manos de españoles y mejicanos. Adminis-
tradas las minas por el estado de Zacatecas,
Santa Anna se habia apoderado de ellas en
1 836 por derecho de conquista, y las arren-
248
En oro pesos. 63.365.406
En plata 1.318.853.130
Total pesos 1.382.218.536
tos y costosos.
Como quiera que sea Méjico debe su ,
mente.
Lleno de estas ideas creó en i83o un
banco nacional de avío para auxiliar á la
naciente industria á atravesar con bien los
cuidados y conflictos de la infancia todo :
gran porvenir.
El comercio es la vida de Méjico el ,
na en
; fin, asi solo se adquieren títulos in-
contestables al desprecio universal y se des-
,
262
mos por trescientos anos la América , esa
América tan codiciada, astro luminoso, que
á pesar de las fuertes sacudidas recibidas aún
se mueve dentro de la órbita de nuestra
moral influencia nosotros que al poner el
;
,
263
Importación de España en efectos
nacionales pesos. 11.539.219 )
on qn 80 .
zu ,áyu
-
ftt g
*
'
En 1 8 1
7 daba el consulado de Vera-
cruz el siguiente cálculo de la producción
general anual del reino.
.
,
(Consumos interiores. pesos. 133.852.G25
Agricultura..
(
Estracdon 4.997.496
Industria 61.011.818
Minerales 27.951.000
Total pesos 227.812.939
ILUSTRACIÓN.
sabiduría no radica en
corazón
el si la ,
glo XIX,
y dos periódicos que salian dos
dias á la semana todos destinados á la po-
,
la derecha y á la izquierda.
CAPACIDAD POLÍTICA
«.*
.Qué habéis hecho de la Francia que
mente hundirse.
Mas tengo yo en mi alma sobra de in-
dependencia para no unir mi voz á esa
alharaca de la opinión que cual rabioso
,
el derrumbadero de la insurrección y no
;
también la nuestra.
Itúrbide llegó en esto
, y pareció por
un momento simbolizar en su persona el
pensamiento y las necesidades de la socie-
dad americana. Piepito que la independen-
cia se hacia necesaria y de dia en dia inmi-
nente mas que por la situación de Amé-
,
ra hábitos públicos.
Instituciones se ha dado él también con
mano y ¡qué instituciones! Mas
pródiga,
estas solo prestan laforma solo son la or-
,
distancia inmensa.
Todas estas observaciones tienen rigu-
rosa aplicación á la época en que el pue-
blo mejicano entró en el camino nuevo de
la república; y si él no tenia inteligencia
suficiente para hacérselas, debieron suplirle
en este trabajo sus directores: hoy no hay
mas diferencia que la mayor esperiencia y
el principio de la formación de hábitos pú-
blicos y de un carácter nacional. Tales son
los vicios radicales de la política mejicana
respecto del gobierno: veamos cómo se ha
conducido en otras grandes cuestiones.
Entre todas descuella por su importan-
cia y ramificaciones la de razas, que llega á
confundirse con la de colonización y que ,
20
306
el gobierno español trató á su modo siem-
pre como cuestión de primer orden, y re-
solvió provisionalmente cuanto bastaba á la
estabilidad de aquel orden de cosas. Hoy,
que aquella sociedad pretende haberse cons-
tituido definitivamente, esa cuestión está
sin embargo intacta porque si se ha re-
;
feliz ,
porque comprendió los designios de
Dios. Si Méjico hubiera imitado esta con-
ducta ,
probablemente habría recogido los
mismos ó mas abundantes frutos ; porque
su suelo y su clima son mucho mas apete-
cibles que los de la vecina América, y por-
que la necesidad de emigrar se hacia y con-
tinúa haciéndose sentir mas que nunca en
Europa: pero Méjico ha sacrificado este por-
venir á su fe y ciertamente ;
si hay algo ,
CONCLUSIÓN.