Serie EnsenÌ Anzas Que Los Padres No Podemos Delegar A Otros 3
Serie EnsenÌ Anzas Que Los Padres No Podemos Delegar A Otros 3
Serie EnsenÌ Anzas Que Los Padres No Podemos Delegar A Otros 3
Esta serie de artículos fue escrita por la Dra. María Estela Martínez y
publicada en la sección Familia y Educación de la revista LA FUENTE,
en las ediciones 206 al 208 (abril a junio de 2023).
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¿Estamos criando
personas solidarias?
EL APRENDIZAJE DE LA SOLIDARIDAD
DESDE LA VIDA HOGAREÑA
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Este valor nos lleva a comprender que los demás necesitan de
nuestro apoyo, que hay situaciones que exigen de la buena volun-
tad, empatía y amor hacia los demás. A través de la solidaridad las
personas pueden llegar a conocer más su comunidad, realizar do-
naciones o participar de algún voluntariado; estas actividades men-
cionadas siempre son puertas hacia el respeto, el amor y la empatía.
EL PODER DE LA SOLIDARIDAD
La solidaridad puede venir de parte de cualquier persona, y así mis-
mo puede dirigirse a cualquier persona, pero el alcance de la misma
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puede dejar un impacto mucho más amplio en la comunidad o el
lugar donde se la practica. Este valor tiene una particularidad muy
especial, y es que puede activar la participación de varios individuos
que se unen por una causa común, que es la de ayudar a alguien
que lo necesita. Es un valor que se considera también como una vir-
tud en las personas que la practican y hace que las mismas se man-
tengan unidas a los que necesitan, compartiendo con ellas no solo
sus necesidades, sino también aprenden a conocer de sus intereses,
incluso antes de que exista entre ellos algún lazo emocional.
¿Pero cómo hacer para que los hijos aprendan, y sobre todo prac-
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tiquen, la solidaridad? El trabajo empieza en casa, en el día a día y
con los ejemplos, y sobre todo desde pequeños. Es necesario que
los padres enseñen a los hijos a ponerse en el lugar del otro y eso
empieza en uno mismo, con los padres siendo los primeros ejem-
plos o modelos de solidaridad.
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• Donar o regalar aque-
llas cosas que ya no usa
La familia es la (calzados, ropas, libros, ju-
guetes)
cuna de todos los • Visitar un voluntariado
(llevar algo para compar-
valores que se ven tir)
reflejados en nuestro • En la escuela, compartir
la merienda con algún
día a día. compañero
• Escuchar al que lo ne-
cesita
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solidaridad, siempre es bueno tener presente hablarles de lo que es
la empatía y cómo esta contribuye a crear buenas relaciones con el
resto de las personas. Se les hará más fácil hacerlo primero con sus
seres queridos, y luego transpolar esto a los demás.
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Haga de sus hijos
personas perseverantes
ENSEÑANDO A LOS HIJOS EL VALOR
DE LA PERSEVERANCIA
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Se ha observado que los niños actuales son más propensos a la
frustración, pierden el interés con facilidad y se distraen con fre-
cuencia, lo que hace que parezca difícil enseñarles sobre la perseve-
rancia. No obstante existen técnicas que podrían ayudarnos a lo-
grar que nuestros hijos manifiesten o demuestren apertura a las en-
señanzas que reciben en casa, porque es tarea nuestra, de los pa-
dres, formar a nuestros hijos en los valores, y tarea de los maestros y
la sociedad misma reforzar estos aprendizajes adquiridos en el ho-
gar. El trabajo en conjunto es una de las capacidades que siempre
arrojan buenos resultados.
QUÉ INCULCAR
1. Sentido de propósito
Uno de los factores fundamentales es instruir a nuestros hijos para
que ellos crezcan sabiendo que tienen un propósito y ese propósito
debe darle un sentido a la vida, de tal manera a lograr en ellos no
solo el interés, sino la pasión en la práctica de la búsqueda del
propósito; es ahí donde iremos también enseñando sobre la perse-
verancia.
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cluso a la frustración que podría traer el no alcanzar lo deseado.
3. Resiliencia
Explicarles que el fracaso también forma parte del proceso de
aquello que deseamos obtener. El ser resistente a la frustración los
irá forjando de alguna manera y de hecho los ayudará a ser más re-
sistentes. Esa actitud de resiliencia les ayudará a alcanzar sus metas
y, sobre todo, les permitirá ser más felices, se sentirán seguros y con-
formes.
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verancia les enseñará que, para lograr las metas más grandes, tam-
bién tendrán que trabajar por los objetivos más pequeños. Apren-
derán el valor de hacer sacrificios, enfrentar y solucionar los proble-
mas, y en el trayecto irán conociendo sus potenciales, descubrirán
sus talentos, y se sentirán mejores personas cada día, porque cuan-
do se comprende el verdadero significado de la perseverancia, uno
se vuelve indetenible.
Algo que no podemos pasar por alto es que nuestros hijos deben
sentirse cómodos, seguros y confiados; no solo confiados en sí mis-
mos, sino confiados en los padres. Entonces, ante un desánimo o
pérdida de interés, es importante presentarles la posibilidad de es-
coger nuevas experiencias, de modo a despertar en ellos interés en
descubrir primeramente aquello que los apasione —un libro, un
instrumento musical, un deporte, etc.— y luego direccionarlos ha-
cia aquello con que se identifiquen y, a partir de ahí, instruirles en la
perseverancia por alcanzar sus anhelos.
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Al mismo tiempo, mientras crece el niño irá conociéndose, acu-
mulando experiencias que lo irán desafiando, y de esta manera irá
adquiriendo nuevas habilidades emocionantes y divertidas. Pues
cuando son pequeños, el aprendizaje ocurre rápidamente, se da ca-
si de manera espontánea, hasta que llegan a cierta edad donde el
desarrollo de ciertas capacidades se vuelve más difícil y menos no-
torio. Esto mayormente, o por lo general, se empieza a dar en la
adolescencia; es en ese momento cuando como padres uno debe
reforzar las estrategias o hacer hincapié en la práctica de los valores
ya mencionados, y ofrecerles un mayor apoyo emocional, obvia-
mente sin dejar de ser firmes. Reforzando lo aprendido por ellos, les
ayudamos a que siempre se mantengan persistentes a pesar de las
circunstancias que les toque pasar en la difícil etapa de la adoles-
cencia.
NO CANSARSE DE INSISTIR
Los casos que se dan en esta etapa tan complicada para ellos (y
también para los padres, pues no es fácil direccionar a un adoles-
cente), suelen ser la pérdida de interés en las cosas que antes les
gustaban. Entonces tienden a desistir, se vuelven incumplidos, pere-
zosos, poco responsables.
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nerables; dedicarles tiempo, atención, amor, seguridad. Todo esto
les ayudará a ser perseverantes, a valorar todo lo que alcanzan y lo-
gran, a entender que ser perseverantes no es sinónimo de ganar
siempre, sino saber que con la ayuda de Dios lo podemos lograr.
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Enseñemos a nuestros hijos a
comunicarse correctamente
ENSEÑANDO A LOS HIJOS EL VALOR
«
DE LA BUENA COMUNICACIÓN
No es lo que decimos, sino cómo lo decimos». Esta frase
siempre me lleva a reflexionar sobre la comunicación
que tengo con mis hijos y mis nietos, y al analizarlo, mu-
chas veces he tenido que reconocer que en ocasiones el mensaje
que estoy dando no les es claro y hasta les ha dañado. Me ha tocado
corregirme como madre, abuela, esposa, y hasta como profesional
en reiteradas ocasiones, no tanto por lo que digo, sino por cómo lo
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digo. Hecha esta aclaración, quisiera dejarles algunos consejos que
me han ayudado bastante en todas las áreas de mi vida.
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NIÑOS Y JÓVENES CON CONFIANZA
Por medio de una buena comunicación las personas comprenden,
estructuran modelos de pensamientos y se relacionan con los
demás de manera eficaz. Una correcta comunicación en el hogar
no solo ayudará a mejorar la relación entre los miembros de la fami-
lia, sino que además ayudará a que los niños y adolescentes puedan
emplear pautas adecuadas de comunicación, diálogo coherente y
solución de conflictos, y lograrán asimismo gestionar sus emocio-
nes y potenciar su área cognitiva. Y lo más importante: sabrán rela-
cionarse con los demás, con buena autoestima. La percepción que
tendrán de sí mismos estará cimentada en la confianza y la seguri-
dad.
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tar no solo la convivencia, sino también la salud mental de los
miembros de la familia, y enfatizando el último punto, la salud
mental se encuentra bastante desprotegida en nuestra sociedad, y
cuán necesario es empezar a cuidarla desde el hogar.
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Vivimos en un tiempo en que todo se basa en la mensajería rápida
o instantánea, donde emitimos mensajes cortos y muchas veces
poco claros, o incoherentes. Es importante el rol de la familia como
un agente preventivo para cuidar que los hijos no caigan en el error
de emitir mensajes confusos, con contenidos erróneos, o textos mal
redactados. En estos tiempos, lastimosamente, los adolescentes y
jóvenes han perdido el hábito de la lectura, y por lo mismo, sus re-
dacciones a menudo están llenas de errores ortográficos. Porque
una buena comunicación resulta de lo que hablamos o escribimos
correctamente, cualquiera sea el lenguaje que utilicemos.
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lebre el nuevo día y transmítalo en el hogar: sus hijos lo estarán imi-
tando (ellos a veces no escuchan los consejos, pero siempre miran
los ejemplos). Declare palabras de bien sobre ellos cada día: te amo,
te bendigo, todo estará bien, tú puedes, eres un campeón, lo vas a
lograr, confío en ti.
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¡Saber más!
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