1899-Texto Del Artículo-8984-1-10-20230717

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 25

Quaderns de Psicologia | 2023, Vol. 25, Nro.

2, e1899 ISNN: 0211-3481

 https://doi.org/10.5565/rev/qpsicologia.1899

La psicoterapia centrada en la persona en la actualidad:


Teoría, práctica e investigación
Person-centred psychotherapy today: Theory, practice and research

Pablo Sabucedo
University of Liverpool

Resumen
Enmarcada en la orientación humanista-existencial, y con más de ochenta años de historia, la
psicoterapia centrada en la persona continúa siendo uno de los principales sistemas de inter-
vención psicológica. Las ideas de su principal creador, Carl R. Rogers, han sido claves en el
desarrollo de la investigación y el ejercicio de la psicoterapia tal y como la conocemos en la
actualidad, tanto dentro como fuera de las fronteras de la orientación. Tras una introducción a
la teoría psicopatológica y psicoterapéutica que subyace al sistema, este artículo se centra tan-
to en los nuevos desarrollos dentro de la teoría rogeriana como en la investigación llevada a
cabo hasta el momento sobre ella. Revisando algunos de los debates centrales en el ámbito,
desde la perspectiva del siglo XXI, el artículo concluye con una reflexión sobre la situación ac-
tual del sistema.
Palabras clave: Terapia centrada en el cliente; Psicología existencial; Terapia
humanista; Terapia experiencial

Abstract
Person-centred therapy, a therapeutic modality situated within the humanistic-existential ap-
proach, continues to be a key form of psychological intervention eight decades after its foun-
dation. The ideas of its main founder, Carl Rogers, have been central in the development of
psychotherapy research and practice as we know it today, within the boundaries of the hu-
manistic-existential approach and beyond. First, the article introduces the psychopathological
and psychotherapeutic theory that underlie the person-centred approach. It then focuses on
recent developments within Rogerian theory, as well as on research on person-centred therapy
conducted to date. After reviewing some ongoing debates in the field, from a 21 st century per-
spective, the article concludes by reflecting on the current situation of the approach.
Keywords: Client-centred therapy; Existential psychology; Humanistic therapy;
Experiential therapy
2 Sabucedo, Pablo

INTRODUCCIÓN
Una encuesta a 800 psicólogos clínicos de la American Psychological Association
situaba a Carl Rogers (1902-1987) como el psicoterapeuta más influyente del
siglo XX, seguido tanto por Albert Ellis como por Sigmund Freud (Smith, 1982).
La encuesta de Steven J. Haggbloom et al. (2002), por otra parte, lo situaba
como el sexto psicólogo más influyente de la historia de la disciplina. Ambas
encuestas reflejan la forma en que sus teorías han influido en la profesión más
allá de las fronteras de la orientación humanista-existencial que ayudó a fun-
dar.
No en vano, su trabajo sobre la salud mental, la intervención psicológica y las
relaciones interpersonales se encuentra en el corazón de cómo entendemos no
únicamente la psicoterapia, sino también la educación, la mediación y la psico-
logía en el siglo XXI. El sistema terapéutico que emergió de su trabajo, la psi-
coterapia1 centrada en la persona, permanece como una de las modalidades
más frecuentes en la práctica clínica, siendo utilizada por entre el 9-31 % de
los clínicos encuestados en varios países (Cook et al., 2010; Smith, 1982), con-
tando con más de 200 organizaciones centradas en la persona en el mundo, y
siendo uno de los sistemas terapéuticos más citados en la literatura académica
(Kirschenbaum y Jourdan, 2005). A pesar de esta influencia, el sistema roge-
riano sigue proponiendo una visión radical: que las personas tienen el potencial
de desarrollar sus potencialidades (de actualizarse), que la función de la psico-
terapia es la de proporcionar una relación interpersonal donde este crecimien-
to sea posible, y que el terapeuta no tiene por qué patologizar o medicalizar el
sufrimiento humano para ayudar al cliente a cambiar (Hill y Cooper, 2016).
Por razones histórico-sociales, sin embargo, el sistema rogeriano no dispone del
mismo arraigo en España que en otros países europeos como Reino Unido, Ale-
mania o Austria. Buena parte de la literatura centrada en la persona, especial-
mente la más reciente, nunca ha sido traducida al castellano. Con este artículo

1
Lo que denominamos en castellano como “psicoterapia” se corresponde, en inglés, a dos tér-
minos diferentes: counselling, por un lado, y psychotherapy, por el otro. Carl Rogers fue,
precisamente, el que introdujo el término counselling, aunque utilizó ambos para referirse a
la terapia centrada en la persona. En la práctica, el término counselling se tiende a utilizar
en el mundo anglosajón para referirse a una intervención breve enfocada a una problemática
leve a moderada, especialmente desde posturas humanistas-existenciales, mientras que
psychotherapy tiende a referirse a una intervención más larga para una manifestación psico-
lógica más severa, especialmente desde posturas psicodinámicas-psicoanalíticas o cognitivo-
conductuales. Para muchos otros, sin embargo, las diferencias entre ambos términos son
prácticamente inexistentes, o se les considera como sinónimos en la práctica. Esta bifurca-
ción no existe en castellano y, puesto que traducir el término counselling como “aconseja-
miento” es problemático (estando la intervención dirigida, precisamente, a no dar consejo),
he utilizado el término “terapia” en este artículo.

http://quadernsdepsicologia.cat
La psicoterapia centrada en la persona en la actualidad: Teoría, práctica e investigación 3

me propongo introducir la psicoterapia centrada en la persona al terapeuta


humanista-existencial novel y, al mismo tiempo, también a terapeutas de
orientaciones diferentes interesados en las similitudes o diferencias con sus
propios sistemas de intervención. Me centraré en la teoría psicopatológica y
psicoterapéutica que subyace al sistema, y en su contexto socio-histórico, pero
también en los numerosos desarrollos que han surgido en sus ochenta años de
historia, y en la evidencia empírica acumulada hasta el momento sobre su efec-
tividad. Concluiré el artículo reflexionando sobre la situación del sistema en el
siglo XXI, así como revisando las obras disponibles para el lector hispanohablan-
te.

ORÍGENES DEL SISTEMA


El sistema rogeriano fue bautizado en tres ocasiones. En el periodo de entre-
guerras, en la década de 1930, Rogers comenzaba a desarrollar sus ideas en
torno a la “terapia no directiva” o “terapia relacional” (Barrett-Lennard, 2013;
Rogers, 1939). Distanciándose tanto de la orientación psicoanalítica como de la
naciente orientación conductual, e influido por las innovaciones clínicas de Ot-
to Rank, su estilo de trabajo empezaba a priorizar las cualidades del encuentro
terapéutico en vez de las teorías psicopatológicas. En la década de 1950, el
manual de su sistema terapéutico (Rogers, 1951) ya rezaba “terapia centrada
en el cliente”.
Poco después, Rogers (1957) publicaba su famoso artículo sobre Las condiciones
necesarias y suficientes para el cambio terapéutico: la comprensión empática,
la consideración positiva incondicional y la congruencia. No es sencillo com-
prender lo radical de la hipótesis de Rogers desde la perspectiva actual: en un
momento histórico en que la psicoterapia tendía a centrarse exclusivamente en
procesos de aprendizaje (para los terapeutas conductuales) o en procesos in-
conscientes (para los terapeutas psicoanalíticos), sus ideas ponían en cuestión
que cualquiera de ellos fuese un componente necesario del tratamiento. Ante
ambos modelos deterministas, Rogers defendía la importancia de cómo el tera-
peuta es en sesión por encima de lo que hace. Lo que determina la efectividad
terapéutica, por tanto, no es la técnica, orientación o experiencia del clínico,
argumentaba, sino una actitud de cara a su cliente2 que es tanto comunicada

2
En la terapia centrada en la persona, en el mundo anglosajón, se prefiere el término “clien-
te” a “paciente” con la intención de alejarse de la terminología del modelo médico. Aunque
en la psicología angloparlante esta perspectiva es común, tanto dentro como fuera de la
orientación humanista-existencial, es frecuente en castellano el utilizar el término “pacien-
te” exclusivamente desde todas las orientaciones. Hay razones tanto lingüísticas como cultu-
rales bajo esta diferencia, pero yo utilizo aquí el término “cliente” por consonancia con la
obra rogeriana.

Quaderns de Psicologia | 2023, Vol. 25, Nro. 2, e1899


4 Sabucedo, Pablo

como percibida. Su teoría ganaría tal importancia, con el paso de las décadas,
que acabaría influyendo en todas las orientaciones en psicoterapia: una en-
cuesta reciente a 2000 psicoterapeutas norteamericanos, realizada por Joan M.
Cook et al. (2010), identificaba como a las habilidades más prevalentes en se-
sión (89-97 %) a la aceptación y la empatía.
No fue hasta la década de 1960, y debido a la expansión del sistema rogeriano
más allá de la clínica hacia a la educación, que Rogers empezó a hablar de la
terapia centrada en la persona, el nombre más prevalente en la actualidad.

TEORÍA PSICOPATOLÓGICA
Es una equivocación frecuente, tanto en la literatura académica como en la
práctica clínica, el afirmar que la terapia centrada en la persona no tiene una
teoría psicopatológica, o no intenta explicar la variación del malestar psicoló-
gico que se percibe en consulta. Rogers (1959), en realidad, integró sus hipóte-
sis sobre la salud mental en Una teoría de la terapia, la personalidad y las re-
laciones interpersonales. A diferencia de algunas tendencias actuales, sin em-
bargo, su teoría es un intento de explicar tanto la neurosis como la psicosis con
la misma serie de principios (Rogers, 1990): lo que la actualidad denominaría-
mos como una orientación transdiagnóstica. Para Rogers (1959), el desequili-
brio psicológico surge cuando la persona no permite el paso a la consciencia de
una cantidad significativa de sus experiencias vitales. En otras palabras: la psi-
copatología es un desajuste entre experiencia y consciencia.
A medida que crece el porcentaje de las experiencias de la persona (pensa-
mientos, sensaciones, emociones, etc.) que no están presentes en su conscien-
cia (sea porque son distorsionadas, sea porque se les deniega el acceso), se
produce una alienación de la experiencia vital. Se crea una distancia creciente
entre el organismo completo, por un lado, y el autoconcepto, por el otro, cau-
sando la tensión psicológica que se manifiesta como ansiedad o angustia (véase
figura 1). Con el tiempo, este desajuste puede interrumpir la capacidad de la
persona para evaluar su entorno cambiante (el “proceso de valoración organís-
mica”) y, con ello, su capacidad inherente de crecimiento (la “tendencia ac-
tualizadora”). Al distorsionar o suprimir parte de sus respuestas internas a un
entorno cambiante, la persona acaba careciendo de la capacidad para adaptar-
se a él: una rigidez que le impide alcanzar el “equilibrio homeostático” (Mearns
y Thorne, 2013).

http://quadernsdepsicologia.cat
La psicoterapia centrada en la persona en la actualidad: Teoría, práctica e investigación 5

Figura 1. Una ilustración para ejemplificar la incongruencia, o la distancia significativa,


entre el organismo completo y su autoconcepto (véase Rogers, 1959).

Según la teoría rogeriana, los orígenes de este desajuste suelen originarse en la


infancia debido a un cúmulo de factores. Los niños o niñas introyectan “condi-
ciones de valor” de la sociedad, la comunidad y la familia que les rodea. Las
condiciones de valor suelen tomar la forma “si-entonces”: solo soy válido (o
bueno, querible, respetable, etc.) si hago (o siento, o soy, etc.) esto o aquello
(los hombres no lloran, por ejemplo, o una madre no se enfada con sus hijos).
Para obtener el amor ajeno, una necesidad de consideración positiva que nos
es intrínseca, el niño o niña se amolda a los que otros quieren que sea, alte-
rando o distorsionando las experiencias vitales que incumplen las condiciones
de valor. El proceso es, en fin, una consecuencia no deseada de la socialización
del individuo en la cultura donde nace, que substituye progresivamente la valo-
ración organísmica del menor por una valoración condicional externa.

SISTEMA DE PSICOTERAPIA
La terapia centrada en la persona se asienta en la etiología del sistema roge-
riano: puesto que el desajuste psicológico surge de la incongruencia, el objeti-

Quaderns de Psicologia | 2023, Vol. 25, Nro. 2, e1899


6 Sabucedo, Pablo

vo terapéutico es la disminución de la distancia entre el organismo completo,


por un lado, y su autoconcepto, por el otro3.
Proporcionando un entorno facilitador libre de condiciones de valor, la relación
terapéutica, se le otorga al cliente la oportunidad de observar toda su expe-
riencia sin juicio ajeno, sin rechazo o manipulación o amenaza, e integrarla en
su concepto de sí mismo. A medida que la persona vuelve a tomar contacto con
aquellas emociones, recuerdos, pensamientos o intuiciones que antes suprimía,
o distorsionaba, se ve también capaz de rechazar los valores introyectados: lo
que otros le dijeron que debía ser, hacer o desear (véase Tabla 1). Más libre
frente ellos, aumenta su confianza en su propio proceso de valoración organís-
mica y, a través de ello, reconecta con su tendencia actualizadora: aumenta su
flexibilidad al entorno cambiante (Mearns y Thorne, 2013) acercándose poco a
poco a ser quién verdaderamente es (Murphy y Joseph, 2016).

Si se dan las siguientes condiciones Entonces el cambio terapéutico tendrá lugar


1. Un cliente vulnerable o ansioso progresivamente, por lo que el cliente
2. está en contacto con un terapeuta Se hará más congruente, más abierto a sus ex-
que es periencias internas, menos defensivo.
3. congruente o auténtico en la relación, Aumentará su ajuste psicológico, reduciéndose
4. que acepta al cliente tu tensión psicológica y aumentando su autoes-
tima.
incondicionalmente y
Tendrá una visión más realista del mundo, por
5. que comprende su experiencia de
lo que será más efectivo en la resolución de
forma empática, problemas.
6. siendo las condiciones 4-5 percibidas Aumentará la congruencia entre su experiencia
por el cliente (al menos en un grado vs. su autoconcepto, así como su responsabili-
mínimo). dad frente a sus propias acciones o reacciones.
Sentirá más aceptación hacia otros, y será más
auténtico en su relación con ellos.

Tabla 1. Esquematización simplificada de la teoría rogeriana del cambio terapéutico


(véase Rogers, 1959, pp. 213-219)

El entorno facilitador al que Rogers (1957) se refiere está definido por sus “seis
condiciones necesarias y suficientes para el cambio” (véase Tabla 1). Las tres
últimas condiciones son las denominadas “condiciones centrales”: la considera-

3
Rogers (1959, pp. 198-200) estableció diferencias sutiles entre self o “yo” (“una Gestalt flui-
da, cambiante, un proceso”), la consciencia (la representación simbólica de todas las expe-
riencias accesibles al individuo en un momento dado) y el self-concept o “autoconcepto” (la
perspectiva de una persona sobre sí misma). La consciencia sería, en cierta forma, un instan-
te congelado, el aquí-y-ahora, en el proceso constante que es el yo. En aras de claridad, he
preferido utilizar tanto self como self-concept como sinónimos en este artículo.

http://quadernsdepsicologia.cat
La psicoterapia centrada en la persona en la actualidad: Teoría, práctica e investigación 7

ción positiva (o aceptación) incondicional, la compresión empática y la con-


gruencia (o la autenticidad). Brevemente, la hipótesis plantea que si el cliente
se encuentra en sesión con un terapeuta que es (a) “capaz de explorar el mun-
do interior del cliente como si fuese el suyo propio”; (b) siendo auténtico den-
tro de la relación, libre y profundamente; y (c) aceptando “cada aspecto de la
experiencia del cliente”, entonces se facilitará un cambio personal en la direc-
ción de la tendencia actualizadora (Rogers, 1957, pp. 97-98). Es importante de-
tenerse en estas condiciones centrales, en la forma en que se definen en la te-
rapia centrada en la persona (véase Tabla 2), en lugar de conformarse con una
primera impresión de los términos. El sistema rogeriano ha sufrido, paradóji-
camente, las consecuencias de su propio éxito, y es común que versiones des-
virtuadas de sus ideas se den por válidas tanto fuera como dentro de la orien-
tación humanista-existencial.

Consideración “Una aceptación cálida de cada aspecto de la experiencia del cliente” (Rogers, 1957,
positiva (o p. 98). Una compasión, en otras palabras, sin juicio alguno: un respeto profundo tanto
aceptación) por quién el cliente es, su humanidad (Mearns y Thorne, 2013), como por su potencial
incondicional de crecimiento. Rogers también se refirió a esta condición como “calidez no posesi-
va”.

Comprensión “Sentir el mundo privado del cliente como si fuera el tuyo propio”. (Rogers, 1957, p.
empática 99). Un proceso continuo (Mearns y Thorne, 2013) mediante el que asumimos “el mar-
co de referencia interno del cliente, percibiendo el mundo como el cliente lo percibe,
percibiendo al cliente como él se percibe a sí mismo, poniendo al margen cualquier
percepción desde un marco de referencia externo mientras lo hacemos, y comunican-
do algo de esta comprensión empática al cliente” (Rogers, 1951, p. 29).

Congruencia o “En la relación, el terapeuta es él mismo libre y profundamente, con su experiencia


autenticidad siendo representada en su consciencia de sí mismo” (Rogers, 1957, p. 97). “Con esto
nos referimos que las experiencias del terapeuta le son accesibles, están disponibles
en su consciencia de sí mismo, y que es capaz de vivir estos sentimientos, de serlos,
de comunicarlos también si es apropiado. Nadie alcanza esta condición de forma ab-
soluta, pero cuanto más capaz es el terapeuta de escuchar con aceptación lo que ocu-
rre en su interior, de permanecer con la complejidad de sus sentimientos sin miedo,
mayor es el grado de su congruencia” (Rogers, 1961, p. 61).

Tabla 2. Las tres condiciones centrales de la hipótesis de Carl Rogers (1957)

Rogers (1961) destacó la consideración positiva incondicional, entre las demás


condiciones, como el agente de cambio fundamental, una priorización acepta-
da por otros autores (Bozarth, 1998; Freire, 2001). La exploración de emocio-
nes extrañas o desconocidas que implica la psicoterapia, clarificó, es única-
mente posible si la persona se siente aceptada incondicionalmente (Rogers,
1961). Sin esta consideración positiva incondicional, las experiencias internas

Quaderns de Psicologia | 2023, Vol. 25, Nro. 2, e1899


8 Sabucedo, Pablo

que permanecen fuera de la consciencia, del autoconcepto, seguirán siendo


percibidas como demasiado amenazantes. Las tres condiciones centrales, sin
embargo, están interconectadas, puesto que ninguna tiene sentido sin las de-
más: el terapeuta no puede aceptar incondicionalmente lo que no comprende
de forma empática, y su aceptación incondicional no tiene valor alguno si no es
auténtica.
El sistema rogeriano puede parecer engañosamente sencillo al terapeuta acos-
tumbrado a trabajar de una forma más directiva, habituado a seguir instruccio-
nes explícitas sobre cómo (y cuándo) intervenir. O de depender, quizás, de un
protocolo estipulado sesión a sesión para cada tipo de manifestación clínica. Es
importante recordar el hecho de que la terapia centrada en la persona prioriza
el aprendizaje de una forma de ser en relación, en lugar de hacer en sesión. El
terapeuta personifica una forma de relacionarse con el otro en sesión, frente a
su cliente, pero también frente a sí mismo. Las tres condiciones centrales son
características que cultivar, en lugar de técnicas que implementar mecánica-
mente, como Rogers (1975, pp. 2-3) nunca dejó de insistir.

CRECIMIENTO HUMANO
La visión de la salud mental en el sistema rogeriano tiene como protagonistas
tanto la libertad como la consciencia: la capacidad de vivir más plenamente, y
auténticamente, en el momento presente (Rogers, 1990, p. 10). En su explora-
ción de lo que denominó “la persona completamente funcional”, es decir, el
objetivo final e ideal de la psicoterapia, Rogers (1963) destacó tres cualidades:
(a) la apertura total a, y la consciencia plena de, las experiencias internas, sin
necesidad de reprimirlas o distorsionarlas; (b) la capacidad de adaptarse a un
entorno eternamente cambiante, encontrando “la conducta más satisfactoria
en cada situación vital” (p. 20); y (c) la confianza en la capacidades del orga-
nismo para alcanzar esta doble meta. Como él mismo reconocía, sus conclusio-
nes respecto al crecimiento personal son extremadamente similares al trabajo
de Abraham Maslow4 sobre las “personas actualizadas”:
La persona que emerge de esta experiencia, teóricamente óptima, de la
terapia centrada en el cliente es, por lo tanto, una persona completamen-
te funcional. Es capaz de sentir completamente (y vivir con) cada una de
sus emociones y reacciones. Hace uso de toda su capacidad organísmica
para sentir, tan precisamente como es posible, la situación existencial con
la que se encuentra tanto en su interior como en su entorno. Usa toda la

4
Esta reverencia al crecimiento, sin embargo, no surge con la psicología humanista-existencial:
sus predecesores claros son autores psicodinámicos críticos con el pensamiento freudiano, co-
mo Carl Jung, Harry Stack Sullivan o Erich Fromm.

http://quadernsdepsicologia.cat
La psicoterapia centrada en la persona en la actualidad: Teoría, práctica e investigación 9

información que su sistema nervioso le puede proporcionar, utilizándola


con consciencia, pero reconociendo que su organismo total puede ser (y es,
con frecuencia) más sabio que su consciencia. (Rogers, 1963, p. 23)
Esta confianza de la persona completamente funcional en su propia capacidad,
así como la confianza del terapeuta en la capacidad de crecimiento de su clien-
te, derivan de un concepto clave en la terapia centrada en la persona: la ten-
dencia actualizadora. El término describe nuestra tendencia innata a sobrevi-
vir, a adaptarnos a nuestro entorno, a desarrollar todas nuestras capacidades
como organismo (Rogers, 1959) Aunque el énfasis en el crecimiento personal es
una constante en la psicología humanista-existencial, el énfasis de Rogers en el
crecimiento del organismo es más biológico que espiritual. Su obra abunda en
metáforas naturales al escribir sobre la tendencia actualizadora, como han ana-
lizado Keith Tudor y Mike Worrall (2006), destacando que la tendencia del or-
ganismo a crecer, mantenerse y reproducirse es lo que diferencia la vida de la
muerte (Rogers, 1980, pp. 118-119):
La tendencia actualizadora puede ser deformada o dañada, por supuesto,
pero no puede ser destruida sin destruir el organismo. Recuerdo que, en mi
infancia, el cubo donde guardábamos nuestra provisión de patatas para el
invierno estaba en la bodega, varias pulgadas bajo una pequeña ventana.
Las condiciones no eran favorables, pero las patatas comenzaban a brotar
de todas formas –brotes de un blanco pálido, tan diferentes a los brotes sa-
ludables de color verde que surgen cuando se plantan en la tierra en pri-
mavera. Pero estos brotes tristes, y delgados, solo podrían crecer dos o
tres pulgadas en longitud en la dirección de la luz distante de la ventana.
Los brotes eran, en su extraño y fútil crecimiento, una cierta expresión de-
sesperada de la tendencia direccional que he descrito […] Las condiciones
en que se han desarrollado [algunas] personas fueron tan desfavorables que
sus vidas pueden parecer anormales, retorcidas, apenas humanas en oca-
siones. Y, aun así, se puede confiar en su tendencia direccional. La pista
para entender su conducta es que están luchando, en las únicas formas que
ven disponibles, para moverse cara al crecimiento.
Es esta confianza en la capacidad de auto-curación de la persona lo que subya-
ce a la no-directividad de la psicoterapia rogeriana: no se trata de adquirir
nuevas técnicas, insisten Nathaniel J. Raskin y Rogers (2005), ni de guiar a la
persona de regreso al equilibrio psicológico, sino de proporcionar el entorno de
aceptación en donde los clientes puedan hacerlo por sí mismos. El terapeuta no
tiene la respuesta el problema, pero sí la capacidad de ofrecer una relación te-
rapéutica donde el cliente pueda encontrarla dentro de sí mismo. El objetivo
terapéutico, por tanto, se dirige a facilitar la tendencia actualizadora en lugar
de curar un trastorno, educar al cliente o enseñar técnicas de autocuidado. La
consideración positiva incondicional, como insisten Tudor y Worrall (2006, p.

Quaderns de Psicologia | 2023, Vol. 25, Nro. 2, e1899


10 Sabucedo, Pablo

89) es la manifestación “minuto a minuto” de la confianza del terapeuta en la


tendencia actualizadora del cliente.
Es en este ámbito, precisamente, donde ha habido un mayor desarrollo teórico
dentro del sistema durante las últimas tres décadas. Algunos autores, por
ejemplo, han explorado los límites de la tendencia actualizadora en el caso de
las personas que sufrieron abuso emocional, físico o sexual en la infancia. Mar-
garet Warner (2000) ha analizado los procesos terapéuticos que denomina “frá-
giles” o “disociados”, donde el cliente tiene una clara dificultad para perma-
necer en la experiencia presente, mientras que otros han teorizado sobre la
fragmentación del yo en sub-personalidades, o configuraciones, o voces, que
puede resultar del trauma psicológico (Cooper et al., 2004). Algunos, como Da-
ve Mearns y Brian Thorne (2006), prefieren hablar del “pluralismo del yo” como
respuesta a las condiciones de valor o a las experiencias traumáticas.

DESARROLLOS CONTEMPORÁNEOS
La terapia centrada en la persona ha evolucionado como sistema terapéutico,
expandiéndose teóricamente, pero también ramificándose en nuevas interven-
ciones desde la base de este corpus teórico: desde sub-modelos para dificulta-
des concretas, como la pre-terapia para la psicosis (Prouty et al., 2002), a téc-
nicas experienciales, como el focusing de Eugene T. Gendlin (1969/2021), o sis-
temas integradores, como la terapia focalizada en la emoción (Elliot y Green-
berg, 2001) (véase Figura 2). Varias de ellas se caracterizan por ser más direc-
tivas respecto al proceso terapéutico (el cómo transcurre la sesión) que la te-
rapia centrada en la persona clásica, sin ser, sin embargo, directivas respecto
al contenido (de qué se habla en sesión). Todas ellas, sin embargo, comparten
la filosofía común del sistema rogeriano (Sanders, 2012): la confianza en la
tendencia actualizadora del cliente, la convicción de que las condiciones roge-
rianas son necesarias, y la actitud no-directiva respecto al contenido de la se-
sión. A pesar de que la integración de terapias o técnicas dentro del sistema
rogeriano es un punto de contención (Bohart, 2012; Cain, 2013; Cooper y
McLeod, 2011; Ong et al, 2020), como lo es el definir las fronteras externas del
sistema5, es habitual ver referencias a la “familia” de terapias centradas en la
persona y/o experienciales. A continuación, se incluye una breve reseña de tres
de las modalidades más recientes dentro del sistema: la terapia focalizada en
5
La disensión sobre las fronteras del sistema se centra, principalmente, en un desacuerdo so-
bre los límites de la no-directividad. Mientras que algunos únicamente aceptan la no-
directividad clásica dentro del sistema, tal como se propuso en la década de 1950, otros no
dudan en introducir técnicas experienciales o analíticas siempre que se haga de acuerdo con
las condiciones rogerianas (Elliot y Greenberg, 2001; Miller y Rollnick, 2012/2015), contem-
plando también la integración con otros sistemas (Cooper y McLeod, 2011).

http://quadernsdepsicologia.cat
La psicoterapia centrada en la persona en la actualidad: Teoría, práctica e investigación 11

la emoción, la entrevista motivacional, y la terapia existencial centrada en la


persona.

Figura 2. Representación gráfica de las ramificaciones principales de las terapias


centradas en la persona, dentro de la evolución de la orientación humanista-existencial,
desde la década de 1920 a la actualidad.

Terapia focalizada en la emoción


La terapia focalizada en la emoción, también conocida como psicoterapia de
proceso experiencial, surge en la década de 1970 combinando tanto el corpus
teórico rogeriano como las técnicas de la terapia Gestalt (Elliot y Greenberg,
2001; Elliot, Watson et al., 2004) desde el marco de la teoría evolutiva de la
emoción. En la práctica, la directividad en el proceso de la terapia focalizada
en la emoción implica que el terapeuta, tras explorar los objetivos del cliente,
puede introducir técnicas concretas para facilitar el procesamiento de las emo-
ciones mediante una serie de técnicas experienciales. La técnica de la silla va-
cía, por ejemplo, puede ser utilizada para profundizar en la expresión de una
emoción concreta, o para facilitar un diálogo con una tercera persona median-
te el uso de la imaginación. La terapia focalizada en la emoción se ha investi-
gado especialmente como intervención para la depresión, con resultados pro-
metedores en ensayos controlados aleatorizados (Beasley y Ager, 2019; Watson
et al., 2003). Una intervención inspirada en la terapia focalizada en la emo-

Quaderns de Psicologia | 2023, Vol. 25, Nro. 2, e1899


12 Sabucedo, Pablo

ción, la terapia experiencial centrada en la persona para la depresión (PCE-


CfD, por sus siglas en inglés, véase Sanders y Hill, 2014), ha sido recientemente
aprobada por la NICE (2010) británica como psicoterapia basada en la evidencia
para su uso dentro del sistema nacional de salud del Reino Unido.

Entrevista motivacional
La entrevista motivacional surge del trabajo de William R. Miller en el ámbito
de la adicción en la década de 1980. Como intervención breve para el abuso de
substancias, con una duración de entre 1-4 sesiones, la entrevista motivacional
aborda el habitual problema de la ambivalencia frente al cambio (Miller y Roll-
nick, 2012/2015). La intervención se apoya en el corpus rogeriano, especial-
mente en la relación terapéutica centrada en la persona (empática, aceptado-
ra, colaborativa), pero implica también un proceso directivo de cuatro etapas
(vincular, enfocar, evocar, planificar) dirigido a una meta concreta: la motiva-
ción cara al cambio personal. La entrevista motivacional también integra inves-
tigación psicolingüística sobre el lenguaje del cliente, una herramienta que el
terapeuta utiliza para elicitar sus motivaciones, planes o recursos para el cam-
bio (el “discurso del cambio”). También integra el modelo de los estadios del
cambio (Prochaska y DiClemente, 1986), que sugiere que la entrevista motiva-
cional es especialmente adecuada para aquellos clientes en las primeras etapas
de pre-contemplación, contemplación o preparación para el cambio (Miller y
Moyers, 2017; Prochaska y DiClemente, 1984). La intervención dispone de una
fuerte evidencia experimental de su eficacia (Hettema et al., 2005; Rubak et
al., 2005), así como de sus mecanismos de cambio subyacentes (Miller y Roll-
nick, 2012/2015; Miller y Moyers, 2017), siendo utilizada con frecuencia tanto
en psicología como en el ámbito de la medicina.

Terapia existencial centrada en la persona


Surgida del trabajo de una serie de autores independientes (Cooper, 2003,
2012; Leijssen, 2014; Moreira, 2001; Vanhooren, 2018), esta modalidad se cen-
tra en la integración de la filosofía fenomenológica-existencial, junto con va-
rias terapias existenciales, con la terapia centrada en la persona. El sistema
rogeriano estuvo influenciado por la filosofía fenomenológica-existencial desde
sus orígenes, especialmente por las obras de Kierkegaard: el énfasis centrado
en la persona en la experiencia tal como es percibida, la suspensión del juicio
por parte del terapeuta, o la importancia del encuentro interpersonal terapeu-
ta-cliente son principios fenomenológicos por naturaleza (Tudor y Worrall,
2006). Esta es una crítica frecuente a la orientación humanista en su totalidad
que, si bien surge en los Estados Unidos de mano de la alianza de pensadores
como Gordon Allport, Carl Rogers o Abraham Maslow, no se puede entender sin

http://quadernsdepsicologia.cat
La psicoterapia centrada en la persona en la actualidad: Teoría, práctica e investigación 13

la influencia del humanismo filosófico europeo que le precede (Arias Gallegos,


2015; Gondra Rezola, 1984), representado por el trabajo de Edmund Husserl,
Martin Heidegger, Jean-Paul Sarte, Albert Camus, Martin Buber o Paul Tilich.
Mick Cooper (2003, 2012) defiende la utilidad del existencialismo en la terapia
en la persona como una oportunidad para compensar lo que ve como puntos
ciegos del sistema: el optimismo intrínseco en la noción de tendencia actuali-
zadora, por ejemplo, que Godfrey T. Barrett-Lennard (1998) conecta con la
idealización cultural del progreso en los Estados Unidos de la posguerra. Para
Cooper (2003, 2012), la integración existencial puede equilibrar estos sesgos al
proporcionar al terapeuta una oportunidad para (a) explorar fenomenológica-
mente temas existenciales como la libertad o la elección, (b) comprender a las
personas como seres en busca de sentido, o (c) mostrar sensibilidad respecto a
las limitaciones implícitas de la existencia humana, especialmente en el caso
del miedo a la muerte.

INVESTIGACIÓN
Los orígenes de la investigación empírica en psicoterapia, en la forma en que la
conocemos en la actualidad, están entrelazados con la historia de la terapia
centrada en la persona. Carl Rogers, junto con su equipo de investigación, fue
pionero en la introducción de la investigación empírica de psicoterapia median-
te ensayos controlados (Rogers y Dymond, 1954; Rogers et al., 1967), así como
el primer investigador en grabar, codificar, analizar y publicar casos completos
de psicoterapia (Kirschenbaum y Henderson, 1990).
A pesar de que la hipótesis sobre las condiciones centrales en psicoterapia es
demasiado compleja como para ser evaluada en su totalidad, al menos con las
metodologías a nuestra disposición hasta el momento (Means y Thorne, 2013),
la evidencia es abrumadora en torno a la importancia de la empatía, la con-
gruencia y la consideración positiva incondicional en la persona del terapeuta
(Ackerman et al., 2001; Norcross y Lambert, 2019; Watson, 2007), razón por la
cual los principios rogerianos han sido progresivamente aceptados como facto-
res comunes transversales a las orientaciones en psicoterapia. Recientemente,
una serie de meta-análisis concluía que las condiciones centrales están clara-
mente relacionadas con el éxito terapéutico, con tamaños de efecto moderados
para la empatía y la congruencia (Cohen’s d = 0.58 y 0.46 respectivamente)
(Elliot et al., 2019; Kolden et al., 2019) y un tamaño de efecto pequeño para la
consideración positiva incondicional (g = 0.28) (Farber et al., 2019). La calidad
de la relación terapéutica, asimismo, es el mayor predictor de los resultados de
la intervención psicoterapéutica (Horvath y Greenberg, 1994). Concluido el de-
bate respecto a si las seis condiciones rogerianas son necesarias, el debate se

Quaderns de Psicologia | 2023, Vol. 25, Nro. 2, e1899


14 Sabucedo, Pablo

centra en la actualidad sobre si son siempre suficientes, por sí mismas, para


producir el cambio terapéutico, con voces tanto a favor (Schmid, 2006; Zilcha-
Mano, 2017) como en contra (Kirschenbaum y Jourdan, 2005; Watson, 2007)
dentro del propio sistema. Es posible, sin embargo, que el uso de términos ab-
solutos nos impida ver el acuerdo que existe en torno a ello en el campo de la
psicoterapia, como algunos autores empiezan a proponer (Cooper, 2021): que
las condiciones rogerianas con claramente efectivas con la mayoría de clientes,
en la mayoría de situaciones, así como suficientes (como mínimo) para un sub-
grupo de los mismos.
Centrándonos en la evidencia en torno a la intervención en sí, tanto meta-
análisis (Elliot, Greenberg et al., 2004) como investigaciones naturalistas (Gib-
bard y Hanley, 2008; Styles et al., 2008) han concluido que la terapia centrada
en la persona es eficaz con la mayoría de los clientes (59-67%) no únicamente
para problemas leves o moderados, sino también en casos de síntomas severos
de larga duración. La investigación de William Stiles et al. (2008), por ejemplo,
comparando la psicoterapia recibida por clientes en atención primaria del sis-
tema de salud pública del Reino Unido (N = 5613), encontró resultados equiva-
lentes comparando la eficacia del tratamiento de los que recibieron terapia
cognitivo conductual, terapia centrada en la persona o terapia psicodinámica.
Se debe tener en cuenta, sin embargo, que los estudios naturalistas no están
exentos de limitaciones: al contrario que los ensayos controlados aleatorizados,
la validez ecológica es alta (por lo que los resultados son generalizables al tra-
bajo clínico en entornos reales), pero la validez interna es baja (por lo que es
difícil determinar si la efectividad se debe directa o exclusivamente al trata-
miento). A pesar de ello, la revisión de 18 ensayos controlados de Robert Elliot
y Elizabeth Freire (2010) tampoco detectó diferencias de efectividad significa-
tivos entre la terapia centrada en la persona y la terapia cognitivo conductual
para clientes con niveles moderados de ansiedad o depresión. En base a 60 en-
sayos publicados hasta la fecha, la terapia centrada en la persona tiene un ta-
maño de efecto elevado (ES = 0.97) como intervención (véase Elliot, 2013). Las
terapias humanistas-existenciales en general, en resumen, así como la terapia
centrada en la persona, específicamente, tienen efectos comparables a las in-
tervenciones de otras orientaciones, especialmente cuando se tiene en cuenta
el “efecto alianza”6 del investigador o cuando se investiga el ejercicio de la
psicoterapia en entornos reales (Elliot y Freire, 2010; Pybis et al., 2017).

6
El término se refiere a la posible distorsión de los resultados de investigación clínica debido a
la alianza del investigador con una orientación o sistema terapéutico (véase Luborsky et al.,
1999).

http://quadernsdepsicologia.cat
La psicoterapia centrada en la persona en la actualidad: Teoría, práctica e investigación 15

La investigación contemporánea sobre la psicoterapia centrada en la persona,


sin embargo, no puede comprenderse sin explicar su conexión con el conflicto
existente entre el modelo médico versus el modelo contextual en el ámbito de
la salud mental (Cooper et al., 2013; Elliot, 2013). El modelo médico en salud
mental, predominante en algunas disciplinas o países, defiende que las psicote-
rapias deben ser evaluadas siguiendo los mismos principios que los tratamientos
farmacológicos. Brevemente, esto significa que la intervención debe estar ma-
nualizada (el terapeuta interviene siguiendo unos principios pautados con ante-
rioridad, sesión a sesión), debe tratar un diagnóstico específico en la forma en
que se describe en las clasificaciones psiquiátricas en boga, y debe evaluarse
experimentalmente conforme a los principios de los ensayos controlados alea-
torizados. Como se deriva de la teoría centrada en la persona que he presenta-
do hasta el momento, estas premisas son contrarias a los principios rogerianos
que (a) ponen en cuestión la clasificación biomédica o nomotética de la psico-
patología en favor de una compresión ideográfica de los problemas del cliente,
que (b) priorizan la adaptación del terapeuta a la situación aquí-y-ahora, fe-
nomenológicamente, por encima de las intervenciones directivas, pautadas o
diseñadas, que (c) cuestionan las premisas positivistas de algunos métodos de
investigación cuantitativos o experimentales en las ciencias humanas, y (d) de-
fienden que la reducción de síntomas no debería ser el objetivo principal del
tratamiento, sino el crecimiento personal del cliente. Citando a Andrew Hill y
Mick Cooper (2016, p. 280):
El problema para las terapias centrada en la persona, por lo tanto, no es
que se haya demostrado que son inefectivas. Al contrario, lo que la eviden-
cia sugiere es que pueden ser eficaces en el tratamiento de una variedad
de problemas psicológicos, de forma equivalente a la terapia cognitivo
conductual o a otras orientaciones. El problema, sin embargo, es que no
existen suficientes estudios del tipo que organizaciones como la NICE res-
paldan para demostrar su efectividad. En buena medida, esto se debe a
que los miembros de la comunidad centrada en la persona tienden a recha-
zar los principios y prácticas que subyacen esos tipos de investigación.
A pesar de este conflicto, varias intervenciones centradas en la persona están
clasificadas como terapias con apoyo empírico, en base a ensayos controlados
aleatorizados, por las organizaciones correspondientes: la entrevista motiva-
cional para el abuso de substancias (Miller y Rollnick, 2012/2015) y la terapia
focalizada en la emoción para la depresión, acorde a los principios de la Divi-
sión 12 de la American Psychological Association (APA Presidential Task Force
on Evidence-Based Practice, 2006), y la terapia experiencial centrada en la
persona para la depresión (PCE-CfD), acorde a las guías NICE (2010) en el Reino
Unido.

Quaderns de Psicologia | 2023, Vol. 25, Nro. 2, e1899


16 Sabucedo, Pablo

La teoría centrada en la persona, por otra parte, se encuentra en clara sintonía


con lo que actualmente denominamos el enfoque de factores comunes en psi-
coterapia, o la investigación sobre las relaciones terapéuticas basadas en la
evidencia. Esta perspectiva se centra en integrar la evidencia que indica que
los principales factores del éxito terapéutico dependen del cliente, no del te-
rapeuta, o que la calidad de la relación terapéutica es más relevante que la
técnica o sistema de intervención utilizado (Cooper, 2008; Norcross y Lambert,
2019; Norcross y Wampold, 2010). El sistema rogeriano es, de hecho, un pre-
cursor claro de estas ideas (Miller y Moyers, 2017; Kirschenbaum y Jourdan,
2005): su énfasis en la medición de los mecanismos de cambio relacionales (de-
finidos, observables, replicables) se adelantó a su tiempo por varias décadas.
Algunos encuadran estas líneas de desarrollo dentro de un movimiento por una
terapia basada en la evidencia (APA, 2006) que vaya más allá de las limitacio-
nes de los así llamados tratamientos con apoyo empírico.

CONCLUSIÓN
Ochenta años tras su fundación, la terapia centrada en la persona goza de bue-
na salud: crece su corpus teórico, se multiplican las intervenciones que surgen
desde el sistema, y aumentan las investigaciones empíricas sobre su efectivi-
dad. El sistema se enfrenta, sin embargo, a varias encrucijadas significativas.
Por una parte, se encuentra el choque con el modelo médico en salud mental
que predomina en varios ámbitos: el dilema sobre si negarse a investigar de
una forma que algunos ven como incompatible con sus premisas humanistas o,
por el contrario, “rendirse al César” (Elliot, 2002; Hill y Cooper, 2016) amol-
dándose a diseños de investigación que muchos consideran demasiado reduc-
cionistas. A pesar del éxito significativo de varias modalidades dentro de este
clima actual, como la entrevista motivacional o terapia focalizada en la emo-
ción, sería todavía necesario encontrar una forma de investigar que sea tanto
efectiva en la práctica como compatible con el corazón ético-filosófico del sis-
tema: como defiende Elliot (2002, 2013), el resurgimiento de la investigación
cualitativa en psicoterapia podría ofrecer una oportunidad invaluable para el
uso de métodos mixtos desde posiciones humanistas, fenomenológicas e inter-
pretativistas. Como ya se preguntaba Rogers (1965, p. 42) hace medio siglo:
“¿Seremos capaces de desarrollar una filosofía y metodología de la ciencia ver-
daderamente capaces de proporcionar conocimientos verificados y, al mismo
tiempo, de reconocer el lugar de la subjetividad humana?”.
Por otra parte, se encuentra la paradoja de que, a pesar de que el sistema
pierde preeminencia en países del norte de Europa (Cooper et al., 2013; Hill y
Cooper, 2016), ideas clásicamente rogerianas, o humanistas-existenciales, son

http://quadernsdepsicologia.cat
La psicoterapia centrada en la persona en la actualidad: Teoría, práctica e investigación 17

finalmente aceptadas por otras orientaciones, lo que Kirk Schneider y Alfried


Längle (2012) han denominado “una conquista silenciosa”. A pesar de perder
fuerza como sistema independiente, en otras palabras, la convicción centrada
en la persona de que la relación terapéutica es el corazón de la efectividad es
cada vez más aceptada por los terapeutas independientemente de su afiliación
a una orientación u otra (Cook et al., 2010). El desafío aquí es encontrar el
equilibrio adecuado entre Escila y Caribdis: clarificar con rigor las fronteras del
sistema rogeriano, evitando que se diluyan sus principios en mezclas superficia-
les (Cooper et al., 2013; Sanders, 2012), sin caer en una rigidez (o incluso dog-
matismo) que constriña la innovación dentro del sistema terapéutico, o impida
el diálogo con otras orientaciones.
Espero que, con el paso de los años, nos encontremos con una terapia centrada
en la persona no únicamente fortalecida, y cambiante, sino también con una
mayor influencia en el resto de la profesión. El compromiso anti-autoritario,
holista, pluralista e interdisciplinar del sistema rogeriano nos seguirá haciendo
falta, tanto en psicología como en educación, para afrontar los desafíos para
los que aún no tenemos respuesta.

BIBLIOGRAFÍA EN CASTELLANO
Sin ser una revisión sistemática de la investigación en el ámbito, este artículo
se ha centrado en proporcionar una revisión comprehensiva del sistema roge-
riano en el contexto del siglo XXI (de su teoría, práctica e investigación) con
especial énfasis en el mundo hispanohablante. Al escribirlo me he apoyado, en
primer lugar, en una amplia búsqueda de literatura tanto en inglés como en
castellano, tanto en la base de datos de PsycINFO como en Dialnet, utilizando
los diversos nombres del sistema como términos: “terapia centrada en la per-
sona”, “terapia centrada en el cliente”, “terapia rogeriana”, “terapia expe-
riencial”. He incluido únicamente artículos académicos revisados por pares o
libros publicados por editoriales académicas. También me he apoyado en una
búsqueda retrospectiva manual en base a una serie de obras clave (Cooper et
al., 2013; Elliot y Freire, 2010; Hill y Cooper, 2016; Mearns y Thorne, 2013;
Sanders, 2012; Tudor y Worrall, 2006; Wilkins, 2015). Disponemos ya, al fin y al
cabo, tanto de los listados exhaustivos de la literatura en castellano de Alberto
A. Segrera (2007, 2008) como del meta-análisis en inglés de Elliot y Freire
(2010). Disponemos, también, de la traducción del manual de casos de Barry
Farber et al. (2001), de las revisiones críticas de Mearns y Thorne (2006) o Da-
vid Brazier (1997), y del trabajo de Charles O’Leary (2011/2017) sobre la tera-
pia de pareja. Quiero destacar, también, una serie de manuales pioneros ya
descatalogados, publicados por José M. Gondra Rezola (1976), Manuel Francisco

Quaderns de Psicologia | 2023, Vol. 25, Nro. 2, e1899


18 Sabucedo, Pablo

Artiles (1975) o Alfredo Campos (1982), así como de la desaparecida Revista


Argentina del Enfoque Centrado en la Persona o el homenaje a Carl Rogers pu-
blicado en 1997 en la Revista de Psicoterapia. Si bien los manuales contempo-
ráneos (Casemore, 2011; Cooper et al., 2013; Mearns y Thorne, 2013), que son
la mejor introducción actual al sistema centrado en la persona, no están dispo-
nibles en castellano, el lector hispanohablante dispone de traducciones de
buena parte de las obras centrales de Carl Rogers (véase Segrera, 2008). Las
obras en castellano, afortunadamente, abundan en los modelos contemporá-
neos que emergen del sistema rogeriano: la entrevista motivacional (Miller y
Rollnick, 2012/2015), la terapia focalizada en la emoción (Greenberg y Elliot,
2006; Greenberg et al., 2009; Greenberg y Paivio, 1999), la terapia de juego
centrada en el niño (West, 1996/1999) o la experiencial (Gendlin, 1969/2021,
1998/1999; Alemany, 2008), entre otras.

REFERENCIAS
Ackerman, Steven J.; Benjamin, Lorna Smith; Beutler, Larry E.; Gelso, Charles J.;
Goldfried, Marvin R.; Hill, Clara.; Lambert, Michael J.; Norcross, John C.; Orlinsky,
David E. & Rainer, Jackson (2001). Empirically supported therapy relationships: Con-
clusions and recommendations of the Division 29 Task Force. Psychotherapy: Theory,
Research, Practice, Training, 38(4), 495.497.
https://doi.org/10.1037/0033-3204.38.4.495
Alemany, Carlos (2007). Manual práctico del focusing de Gendlin. Desclée de Brouwer.
Artiles, Manuel Francisco (1975). La actitud psicoterapéutica: En torno a Carl Rogers.
Bonum.
APA Presidential Task Force on Evidence-Based Practice (2006). Evidence-based prac-
tice in psychology. The American Psychologist, 61(4), 271-285.
Arias Gallegos, Walter L. (2015). Carl R. Rogers y la terapia centrada en el cliente.
Avances en Psicología, 23(2), 141-148.
https://doi.org/10.33539/avpsicol.2015.v23n2.158
Barrett-Lennard, Godfrey T. (2013). Origins and evolution of the person-centred inno-
vation in Carl Rogers’ lifetime. En Mick Cooper, Maureen O’Hara, Peter F. Schmid, &
Arthur C. Bohart (Eds.), The handbook of person-centred psychotherapy and counsel-
ling (pp. 32-45). Palgrave MacMillan.
Beasley, Candice C. & Ager, Richard (2019). Emotionally focused couples therapy: A
systematic review of its effectiveness over the past 19 years. Journal of Evidence-
Based Social Work, 16(2), 144-159. https://doi.org/10.1080/23761407.2018.1563013
Brazier, David (1997). Más allá de Carl Rogers. Desclée de Brouwer.
Bohart, Arthrur C. (2012). Can you be integrative and a person-centred therapist at
the same time? Person-Centered & Experiential Psychotherapies, 11(1), 1-13.
https://doi.org/10.1080/14779757.2011.639461
Bozarth, Jerold (1998). Person-centered therapy: A revolutionary paradigm. PCCS
Books.

http://quadernsdepsicologia.cat
La psicoterapia centrada en la persona en la actualidad: Teoría, práctica e investigación 19

Cain, David J. (2013). Integration in person-centred psychotherapies. In Mick Cooper,


Maureen O’Hara, Peter F. Schmid, & Arthur C. Bohart, (Eds.), The handbook of per-
son-centred psychotherapy and counselling (pp. 248-260). Palgrave Macmillan.
Campos, Alfredo (1982). La psicoterapia no directiva. Herder.
Casemore, Roger (2011). Person-centred counselling in a nutshell. Sage.
Cook, Joan M.; Biyanova, Tatyana; Elhai, Jon; Schnurr, Paula P. & Coyne, James C.
(2010). What do psychotherapists really do in practice? An Internet study of over
2,000 practitioners. Psychotherapy: Theory, Research, Practice, Training, 47(2), 260-
267. https://doi.org/10.1037/a0019788
Cooper, Mick (2003). Between freedom and despair: Existential challenges and contri-
butions to person-centred and experiential therapy. Person-centered and Experien-
tial Psychotherapies, 2(1), 43-56. https://doi.org/10.1080/14779757.2003.9688292
Cooper, Mick (2008). Essential research findings in counselling and psychotherapy: The
facts are friendly. SAGE.
Cooper, Mick (2012). Existentially informed person-centred therapy. In Pete Sanders
(Ed.), The tribes of the person-centred nation (p. 131-159). PCCS Books.
Cooper, Mick (2021, 27 de marzo). Person-centred therapy: We need to talk abotut re-
search. Mick Cooper Training and Consultancy.
https://mick-cooper.squarespace.com/new-blog/2021/3/27/person-centred-
therapy-we-need-to-talk-about-research
Cooper, Mick & McLeod, J. (2011). Person-centred therapy: A pluralistic perspective.
Person-Centered & Experiential Psychotherapies, 10(3), 210-223.
https://doi.org/10.1080/14779757.2011.599517
Cooper, Mick; Mearns, Dave; Stiles, William B.; Warner, Margaret & Elliot, Robert
(2004). Developing self-pluralistic perspectives within the person-centered and expe-
riential approaches: A round table dialogue. Person-centred and experiential psycho-
therapies, 3(3), 176-191. https://doi.org/10.1080/14779757.2004.9688345
Cooper, Mick; O’Hara, Maureen; Schmid, Peter F. & Bohart, Arthur C. (2013). Person-
centred therapy today and tomorrow: Vision, challenge and growth. En Mick Cooper,
Maureen O’Hara, Peter F. Schmid, & Arthur C. Bohart (Eds.), The handbook of per-
son-centred psychotherapy and counselling (pp. 468-483). Palgrave MacMillan.
Elliot, Robert (2002). Render unto Caesar: Quantitative and qualitative knowing in re-
search on humanistic therapies. Person-Centered & Experiential Psychothera-
pies, 1(1-2), 102-117. https://doi.org/10.1080/14779757.2002.9688281
Elliot, Robert (2013). Research. En Mick Cooper, Maureen O’Hara, Peter F. Schmid, &
Arthur C. Bohart (Eds.), The handbook of person-centred psychotherapy and counsel-
ling (pp. 468-483). Palgrave MacMillan. https://doi.org/10.1007/978-1-137-32900-4
Elliot, Robert; Bohart, Arthur C.; Watson, Jeanne C. & Murphy, David (2019). Therapist
empathy and client outcome: An updated meta-analysis. Psychotherapy, 55(4), 399-
410. https://doi.org/10.1037/pst0000175
Elliot, Robert & Freire, Elizabeth (2010). The effectiveness of person-centred and ex-
periential therapies: A review of the meta-analyses. En Mick Cooper, Jeanne C. Wat-
son, & Dagmar Hölldampf (Eds.), Person-centred and experiential therapies work: A

Quaderns de Psicologia | 2023, Vol. 25, Nro. 2, e1899


20 Sabucedo, Pablo

review of the research on counselling, psychotherapy and related practices (pp. 1-


15). PCCS Books.
Elliot, Robert & Greenberg, Leslie S. (2001). Process-experiential psychotherapy. En
David J. Cain & Julius Seeman (Eds.), Humanistic psychotherapies: Handbook of re-
search and practice (pp. 279-306). American Psychological Association.
Elliot, Robert; Watson, Jeanne C.; Goldman, Rhonda N. & Greenberg, Leslie S. (2004).
Learning emotion-focused therapy: The process experiential approach to change.
American Psychological Association.
Elliot, Robert; Greenberg, Leslie S. & Lietaer, Germain (2004). Research on experien-
tial psychotherapies. In Michael J. Lambert (Ed.), Bergin & Garfield’s handbook of
psychotherapy and behaviour change (5th ed., pp. 493-539). Wiley.
Farber, Barry A.; Brink, Debora C. & Raskin, Patricia M. (2001). La psicoterapia de Carl
Rogers: Casos y comentarios. Desclée de Brouwer.
Farber, Barry A.; Suzuki, Jessica Y. & Lynch, David A. (2019). Positive regard and psy-
chotherapy outcome: A meta-analytic review. Psychotherapy, 55(4), 411-423.
https://doi.org/10.1037/pst0000171
Freire, Elizabeth (2001). Unconditional positive regard: The distinctive feature of cli-
ent-centred therapy. In Jerold Bozarth & Paul Wilkins (Eds.), Unconditional positive
regard. Roger’s therapeutic conditions: Evolution, theory and practice (Vol. 3, pp.
213-231). PCCS Books.
Gendlin, Eugene T. (1969/2021). Focusing: proceso y técnica del enfoque corporal.
Ediciones Mensajero.
Gendlin, Eugene T. (1998/1999). El focusing en psicoterapia: Manual del método ex-
periencial. Paidós.
Gibbard, Isabel & Hanley, Terry (2008). A five-year evaluation of effectiveness of per-
son-centred counselling in routine practice in primary care. Counselling and Psycho-
therapy Research, 8(4), 215-222. https://doi.org/10.1080/14733140802305440
Gondra Rezola, José M. (1976). La psicoterapia de Carl Rogers: Su evolución y relación
con la psicología científica. Desclée de Brouwer.
Gondra Rezola, José M. (1984). El status científico de la psicología y psicoterapia hu-
manista. Anuario de Psicología, 34(1), 47-61.
https://doi.org/10.33776/amc.v3i4.1456
Greenberg, Leslie S. & Elliott, Robert (2006). Terapia focalizada en las emociones: Una
introducción. En Alberto S. Segrera, Jeffrey H.D. Cornelius-White, Michael Behr &
Silvia Lombardi (Eds.), Consultorías y psicoterapias centradas en la persona y expe-
rienciales (pp. 113-118). Gran Aldea Editores.
Greenberg, Leslie S.; Elliott, Robert & Pos, Alberta (2009). La terapia focalizada en las
emociones: una visión de conjunto. Mentalización, 5, 2-19.
https://doi.org/10.2307/j.ctv2s2ppd9.10
Greenberg, Leslie S. & Paivio, Sandra C. (1999). Trabajar con las emociones en psico-
terapia. Paidós.
Haggbloom, Steven J.; Warnick, Renee; Warnick, Jason; Jones, Vinessa K.; Yarbrough,
Gary L.; Russell, Tenea M.; Borecky, Chris M.; McGahhey, Reagan; Powell, John L. III;

http://quadernsdepsicologia.cat
La psicoterapia centrada en la persona en la actualidad: Teoría, práctica e investigación 21

Beavers, Jamie; & Monte, Emmanuelle (2002). The 100 most eminent psychologists
of the 20th century. Review of General Psychology, 6(2), 139-152.
https://doi.org/10.1037/1089-2680.6.2.139
Hettema, Jennifer; Steele, Julie & Miller, William R. (2005). Motivational interviewing.
Annual Review of Clinical Psychology, 1, 91-111.
https://doi.org/10.1146/annurev.clinpsy.1.102803.143833
Hill, Andrew & Cooper, Mick (2016). Person-centred therapy in the twenty-first centu-
ry: Growth and development. In Barbara Douglas, Ray Woolfe, Sheelagh Strawbridge,
Elaine Kasket, & Victoria Galbraith (Eds.), The handbook of counselling psychology
(pp. xxx-xxx). Sage.
Horvath, Adam O. & Greenberg, Leslie S. (Eds.) (1994). The working alliance: Theory,
research, and practice. John Wiley & Sons.
Kirschenbaum, Howard & Henderson, Valerie Land (1990). Introduction. En Howard
Kirschenbaum & Valerie Land Henderson (Eds.), The Carl Rogers reader. Houghton
Mifflin.
Kirschenbaum, Howard & Jourdan, April (2005). The current status of Carl Rogers and
the person-centered approach. Psychotherapy: Theory, Research, Practice, Training,
42(1), 37-51. https://doi.org/10.1037/0033-3204.42.1.37
Kolden, Gregory G.; Wang, Chia-Chiang; Austin, Sara B.; Chang, Yunling & Klein, Mar-
jorie H. (2019). Congruence/Genuineness: A meta-analysis. Psychotherapy, 55(4),
424-433. https://doi.org/10.1037/pst0000162
Leijssen, Mia (2014). Existential wellbeing counseling. In Greg Madison (Ed.), Emerging
practice in focusing-oriented psychotherapy: Innovative theory, applications and
practice (pp. 142-157). Jessica Kingsley.
Luborsky, Lester; Diguer, Louis; Seligman, David A.; Rosenthal, Robert; Krause, Eliza-
beth D.; Johnson, Suzanne; Halperin, Gregory; Bishop, Monica; Berman, Jeffrey S. &
Schweizer, Edward (1999). The researcher’s own therapy allegiances: A “wild card”
in comparisons of treatment efficacy. Clinical Psychology: Science and Prac-
tice, 6(1), 95-106. https://doi.org/10.1093/clipsy.6.1.95
Mearns, Dave & Thorne, Brian (2006). La terapia centrada en la persona hoy. Desclée
de Brouwer.
Mearns, Dave & Thorne, Brian (2013). Person-centred counselling in action. Sage.
Miller, William R. & Moyers, Theresa B. (2017). Motivational interviewing and the clini-
cal science of Carl Rogers. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 85(8), 757-
766. https://doi.org/10.1037/ccp0000179
Miller, William R. & Rollnick, Stephen (2012/2015). La entrevista motivacional: Ayudar
a las personas a cambiar. Paidós.
Moreira, Virginia (2001). Más allá de la persona: Hacia una psicoterapia fenomenológi-
ca mundana (tesis doctoral sin publicar). Universidad de Santiago de Chile.
Murphy, David & Joseph, Stephen (2016). Person-centered therapy: Past, present, and
future orientations. American Psychology Association.

Quaderns de Psicologia | 2023, Vol. 25, Nro. 2, e1899


22 Sabucedo, Pablo

National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE) (2010). The NICE guideline
of the treatment and management of depression in adults. British Psychological So-
ciety – Royal College of Psychiatrists. https://doi.org/10.1192/bjp. bp. 110.080440
Norcross, John C, & Wampold, Bruce E. (2010). What works for whom: Tailoring psy-
chotherapy to the person. Journal of Clinical Psychology, 67(2), 127-132.
https://doi.org/10.1002/jclp.20764
Norcross, John C. & Lambert, Michael J. (2019). Psychotherapy relationships that
work. Volume 1: Evidence-based therapist contributions. Oxford University Press.
O’Leary, Charles (2011/2017). Terapia familiar y de pareja centrada en la persona en
la práctica. Gran Aldea Editores.
Ong, Wei Tao; Murphy, David & Joseph, Stephen (2020). Unnecessary and incompati-
ble: A critical response to Cooper and McLeod’s conceptualization of a pluralistic
framework for person-centred therapy. Person-Centered & Experiential Psychother-
apies, 19(2), 168-182. https://doi.org/10.1080/14779757.2020.1717987
Pybis, Jo; Saxon, David; Hill, Andrew & Barkham, Michael (2017). The comparative ef-
fectiveness and efficiency of cognitive behaviour therapy and generic counselling in
the treatment of depression: Evidence from the 2nd UK National Audit of psychologi-
cal therapies. BMC Psychiatry, 17(215). https://doi.org/10.1186/s12888-017-1370-7
Prochaska, James O. & DiClemente, Charles C. (1984). The transtheoretical approach:
Crossing traditional boundaries of therapy. Jones Irwin.
Prouty, Garry; Van Werde, Dion & Pörtner, Marlis (2002). Pre-therapy: Reaching con-
tact-impaired clients. PCCS Books.
Raskin, Nathaniel J. & Rogers, Carl R. (2005). Person-centered therapy. In Raymond J.
Corsini & Danny Wedding (Eds.), Current psychotherapies (pp. 133–167). Publishing
Co.
Rogers, Carl R. (1939). The clinical treatment of the problem child. Houghton Mifflin.
Rogers, Carl R. (1951). Client-centered therapy: Its current practice, implications and
theory. Houghton Mifflin.
Rogers, Carl R. (1957). The necessary and sufficient conditions of therapeutic person-
ality change. Journal of Consulting Psychology, 21(2), 95-103.
https://doi.org/10.1037/h0045357
Rogers, Carl R. (1959). A theory of therapy, personality, and interpersonal relation-
ships, as developed in the client-centered framework. En Sigmund Koch (Ed.), Psy-
chology: A study of a science, Study 1 (Volume 3, pp. 184-256). McGraw-Hill.
Rogers, Carl R. (1961). On becoming a person. Houghton Mifflin.
Rogers, Carl R. (1963). The concept of the fully functioning person. Psychotherapy:
Theory, Research & Practice, 1(1), 17. https://doi.org/10.1037/h0088567
Rogers, Carl R. (1965). Some questions and challenges facing a humanistic psychology.
Journal of Humanistic Psychology, 5, 1-5.
https://doi.org/10.1177/002216786500500101
Rogers, Carl R. (1975). Empathic: An unappreciated way of being. The Counselling Psy-
chologist, 5(2), 2-10.

http://quadernsdepsicologia.cat
La psicoterapia centrada en la persona en la actualidad: Teoría, práctica e investigación 23

Rogers, Carl R. (1980). A way of being. Houghton Mifflin.


Rogers, Carl R. (1990). A client-centered approach to therapy. In Howard Kirschen-
baum & Valerie Land Henderson (Ed.), The Carl Rogers reader (pp. 135-156). Hough-
ton Mifflin.
Rogers, Carl R. & Dymond, Rosalind F. (1954). Psychotherapy and personality change.
University of Chicago Press.
Rogers, Carl R.; Gendling, Eugene T.; Kiesler, Donald J. & Truax, Charles B. (1967).
The therapeutic relationship and its impact: A study of psychotherapy with schizo-
phrenics. University of Wisconsin Press.
https://doi.org/10.1177/002216786700700212
Rubak, Sune; Sandbæk, Annelli; Lauritzen, Torsten & Christensen, Bo (2005). Motiva-
tional interviewing: a systematic review and meta-analysis. British Journal of Gen-
eral Practice, 55(513), 305-312.
Sanders, Pete (2012). The tribes of the person-centred nation. PCCS Books.
Sanders, Pete & Hill, Andrew (2014.). Counselling for depression: A person-centred
and experiential approach to practice. Sage.
Schmid, Peter F. (2006). Preguntándose para responder: La posición ética y el reto de
la terapia centrada en la persona y sus “condiciones necesarias y suficientes”. Polis,
Revista Latinoamericana, 15. https://www.redalyc.org/pdf/305/30517306011.pdf
Schneider, Kirk J., & Längle, Alfried (2012). The renewal of humanism in psychothera-
py: Summary and conclusion. Psychotherapy, 49(4), 480-481.
https://doi.org/10.1037/a0028026
Segrera, Alberto S. (2007). El enfoque centrado en la persona: vigente y pujante. Re-
vista de Psicoterapia, 8(32), 5-14. https://doi.org/10.33898/rdp. v8i32.698
Segrera, Alberto S. (2008). El enfoque centrado en las personas después de Rogers: Re-
flexiones y bibliografía en español. Miscelánea Comillas, 66(128), 63-82.
https://revistas.comillas.edu/index.php/miscelaneacomillas/article/view/7362/7208
Siles, William B.; Barkham, Michael; Mellor-Clark, John & Conell, Janice (2008). Effec-
tiveness of cognitive-behavioural, person-centred, and psychodynamic therapies in
UK primare-care routine practice: Replication in a larger sample. Psychological Med-
icine, 28, 677-688. https://doi.org/10.1017/s0033291707001511
Smith, Darrell (1982). Trends in counseling and psychotherapy. American Psychologist,
37(7), 802-809.
Styles, William B.; Barkham, Michael; Mellor-Clark, John & Connell, Janice (2008). Ef-
fectiveness of cognitive-behavioural, person-centred, and psychodynamic therapies
in UK primary-care routine practice: Replication in a larger sample. Psychological
Medicine, 38(5), 677-688. https://doi.org/10.1017/S0033291707001511
Tudor, Keith & Worrall, Mike (2006). Person-centred therapy: A clinical philosophy.
Routledge.
Vanhooren, Siebrecht (2018). Experiential-existential psychotherapy: Deepening exist-
ence, engaging with life. In Manu Bazzano (Ed.), Re-visioning person-centred therapy
(pp. 151-163). Routledge.

Quaderns de Psicologia | 2023, Vol. 25, Nro. 2, e1899


24 Sabucedo, Pablo

Warner, Margaret S. (2000). Person-centred therapy at the difficult edge: A develop-


mental model of fragile and dissociated process. In Dave Mearns & Brian Thorne
(Eds.), Person-centred therapy today: New frontiers in theory and practice (pp. 144-
171). Sage.
Watson, Jeanne C. (2007). Reassessing Roger’s necessary and sufficient conditions of
change. Psychotherapy: Theory, Research and Practice, 44(3), 268-273.
https://doi.org/10.1037/0033-3204.44.3.268
Watson, Jeanne C.; Gordon, Laurel B.; Stermac, Lana; Kalogerakos, Freda & Steckley,
Patricia (2003). Comparing the effectiveness of process-experiential with cognitive-
behavioral psychotherapy in the treatment of depression. Journal of Consulting and
Clinical Psychology, 71(4), 773-781. https://doi.org/10.1037/0022-006x.71.4.773
Wilkins, Paul (2015). Person-centred and experiential therapies: Contemporary ap-
proaches and issues in practice. SAGE.
West, Janet (1996/1999). Terapia de juego centrada en el niño. Manual Moderno.
Zilcha-Mano, Sigal (2017). Is the alliance really therapeutic? Revisiting this question in
light of recent methodological advances. American Psychologist, 72(4), 311-325.
https://doi.org/10.1037/a0040435

PABLO SABUCEDO
Profesor honorario de Psicología en la Universidad de Liverpool. Doctor en Psicolo-
gía Clínica por la Universidad de Roehampton. Psicólogo especialista en psicoterapia
en ejercicio independiente de la profesión, registrado tanto con el Concilio Británi-
co de Profesiones Sanitarias (HCPC) como con la Federación Europea de Asociacio-
nes de Psicología (EFPA).
[email protected]
https://orcid.org/0000-0001-7932-0311

CONFLICTOS DE INTERÉS
El autor declara no tener conflictos de interés con relación a este artículo.

AGRADECIMIENTOS
Quiero expresar mi agradecimiento, como terapeuta pero también como autor de
este artículo, a los teóricos, terapeutas e investigadores que han mantenido al sis-
tema rogeriano vivo, creciente y flexible durante las últimas décadas, como Robert
Elliot, Garry Prouty, Eugene T. Gendlin, Mia Leijssen, Mick Cooper, William R. Miller
y Stephen Rollnick, entre muchos otros.

http://quadernsdepsicologia.cat
La psicoterapia centrada en la persona en la actualidad: Teoría, práctica e investigación 25

FORMATO DE CITACIÓN
Sabucedo, Pablo (2023). La psicoterapia centrada en la persona en la actualidad:
Teoría, práctica e investigación. Quaderns de Psicologia, 25(2), e1899.
https://doi.org/10.5565/rev/qpsicologia.1899

HISTORIA EDITORIAL
Recibido: 11-01-2022
1ª revisión: 20-07-2022
2ª revisión: 14-11-2022
Aceptado: 12-01-2023
Publicado: 30-07-2023

Quaderns de Psicologia | 2023, Vol. 25, Nro. 2, e1899

También podría gustarte