Sandrine Gasq-Dion - Serie Santorno 01 El Médico Y El Mafioso
Sandrine Gasq-Dion - Serie Santorno 01 El Médico Y El Mafioso
Sandrine Gasq-Dion - Serie Santorno 01 El Médico Y El Mafioso
Orden de lectura
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Epílogo
Skull Blasters
Advertencia
Sobre el Autor
Stefan Sanders sabe dos cosas: nunca quiere ser como su padre y él va a morir si alguien no
elimina el tumor en su cabeza. Stefan es el hijo de un mafioso notorio y despiadado, que
efectivamente, asusta a cualquier médico que haya llegado cerca de su cerebro.
Escribe pomposo y grosero y aparecerá Jordan Youngblood, un neurocirujano talentoso que no
le teme a nadie y ama un buen desafío. El doctor es su mayor admirador, y carece incluso de una
manera pasable de tratar a los pacientes, pero si hace el trabajo, ¿quién es Stefan para quejarse?
Jordan Youngblood sabe una cosa: nunca se acercará a un paciente de nuevo. Nunca. Esa regla
funciona bien hasta que Damon Santorno entra a su oficina. Jordan es un genio, y no es preciso ser
uno para descubrir cuáles son los negocios de Damon. Su hijo se está muriendo de un tumor cerebral
e incluso con todo su poder y dinero, Damon no puede salvarlo.
Pero Jordan puede.
Con un empujón no tan suave del viejo Santorno, Jordan acepta asumir el caso de Stefan. Él
espera una muesca más en su brillante bisturí, no un paciente con hoyuelos que es completamente
dulce e imposible de resistir. Las cosas se complican mientras Jordan se esfuerza por salvar la vida
de Stefan y su propio corazón.
Dicen que la manzana no cae lejos del árbol. ¿Stefan y Jordan pueden encontrar que realmente
hay muchos tonos de gris entre negro y blanco, correcto e incorrecto?
Orden de lectura
ASESINOS SHIFTERS
1) Un hombre Marcado
2) Alaska con amor
3) Bajo la Luz de la Luna
4) Media Luna Creciente
5) El Mejor Plan
6) Por el Amor de Caden
7) El Amado del General
8) Presa Rusa
9) Una Pasión Incendiaria
10) Reflash
11) La Zona Roja
12) Deseos Irlandeses
13) Suplicando la Quinta
14) Traicionado
15) Verano de Despertares
16) En la Guarida de Lyons
17) El Tiempo de Nik
18) Los más pequeños de los Asesinos Shifters
19) Lecciones Aprendidas
20) Vínculos Rotos
21) Prohibido
Justice para Skylar Los 12 Olímpicos 01
El Médico y el Mafioso The Santorno Stories 01
At Year's End The 12 Olympians 02
22) Dirty Ross
LOS 12 OLIMPIANOS:
Libro 1: Justice para Skylar
Libro 2: At Year's End
SANTORNO STORIES
Libro 1: El Médico y el Mafioso 1-21-14
Libro 2: An Eye for an Eye
Libro 3: The Harder They Fall
Libro 4: What Goes Around
Libro 5: Karma
Libro 6: Reflections
Libro 7: Open Doors
Libro 8: Beginnings
Libro 9: Making The Rules
Libro 10: V is for Vicious
Libro Second Time Around
Gabriel's Fall
Para mis lectores en LRO, siempre estaré muy agradecida con todos ustedes.
Jennifer Jacobson, quien vino conmigo en este viaje y es la reina de la edición.
Para todos ustedes que me envían un mensaje, publican en mi muro y me hacen reír. Ustedes
son realmente una familia.
SelfPubBookCovers.com/robarts
Prólogo
La gente dice que la vida es corta. Pero cuando eres miserable, la vida es larga. Muy larga.
Lo que haces durante tu tiempo en la Tierra te hace ser quién eres. Cuando el amor llame, es mejor
que lo agarres con ambas manos. Porque nunca se sabe si alguna vez volverá a aparecer.
~~ * ~~
—Sabes que se supone que no debo leerte estos libros, Charlie —El Dr. Jordan Youngblood
sonrió.
Charlie Williams – de nueve años de edad, con un tumor inoperable y meros días de vida
restantes - había convencido a Jordan para que le leyera una novela de misterio llena de
francotiradores y asesinos.
—Yo quería ser un francotirador; mi papá es un francotirador, —Charlie soltó una risita. Vio la
cara de Jordan y se puso serio. —No estés triste, Dr. Youngblood. Sé que hiciste mucho por mí.
Jordan se pasó una mano por su pelo corto. Como un oncólogo, él había intentado todo lo
posible para ayudar a Charlie. El tumor no disminuía; ningún neurólogo intentaría siquiera operar.
Peor aún, los tratamientos habían funcionado bien al principio, antes de que el cuerpo de Charlie
dejara de responder. Jordan estaba tan seguro del resultado, que había prácticamente prometido a los
padres de Charlie la recuperación completa de su hijo. Y ahora…
—Ojalá...—Jordan cerró los ojos. —Desearía que tuvieras más tiempo.
Charlie sonrió ampliamente.
—He tenido todo el tiempo que necesitaba.
~~ * ~~
Jordan se despertó con un sobresalto, tirando su papeleo del escritorio. Cerró los ojos y pensó
en Charlie. Habían pasado tres años y él todavía no podía sacudir las imágenes de la cara del niño,
sonriendo y riendo. Debido a ese caso, se había convertido en neurólogo. Había sido, en realidad, su
primera elección de carrera, pero finalmente cambió a oncología.
Después de Charlie, regresó a la neurología como una venganza.
Él era un genio y un prodigio.
Su primera cirugía había sorprendido a su jefe de personal y a los jefes de personal de la
mayoría de los hospitales del país. El hombre que había ido de estudiar el cerebro, a trabajar con
pacientes con cáncer, y luego volvió al cerebro, había hecho los cambios con facilidad. Ahora era el
mejor clasificado en ambos campos.
Tenía llamadas telefónicas de administradores de todo el mundo, rogándole que trabajase en
sus hospitales y poniendo siete cifras en los cheques de pago. Él los había rechazado a todos. No se
trataba del dinero. Se trataba de salvar una vida cuando todos los demás se habían dado por vencidos.
Entonces llegó el día en que Damon Santorno llamó. El nombre invocaba miedo instantáneo:
era despiadado, cruel y el jefe de la Mafia italiana.
¿Y qué quería Damon Santorno? Él quería que Jordan examinara a su hijo enfermo. Le habían
dicho que el tumor cerebral de su hijo era inoperable; nadie lo intentaría por miedo a incurrir en la ira
de Damon Santorno si las cosas iban mal. Como a Damon no le estaba permitido estar cerca de su
hijo - muchas mentiras, un divorcio confuso - Jordan estaba obligado a resolver las cosas sin que la
ex esposa de Santorno, o su hijo, lo averiguaran.
Jordan había estado fuera de su zona de confort, así como de su mente, cuando acordó reunirse
con Damon Santorno. Pero él era Jordan Youngblood. No tuvo más remedio que reunirse cuando
Santorno le dijo que su hijo no estaba mejorando y que sus médicos habían desistido.
Capítulo 1
—No deseo chantajearlo para que tome su caso, Dr. Youngblood. Solo quiero que lo mire—.
Damon Santorno se quedó de pie frente a la mesa del despacho de Jordan. —Por favor. Ayúdelo.
Todo en lo que Jordan se podía enfocar era en los dos enormes guardias de pie detrás del
hombre, armados hasta la empuñadura. No chantajear mi trasero. Infierno. Probablemente me
dispare si digo que no. Jordan suspiró en derrota.
—¿Dónde está su hijo, señor Santorno?
—Fort Worth, Texas.
—Oh, genial. ¿Tengo que dejar el estado de Washington para ir al infierno?1
—Puedo compensarlo…
—No, —Jordan agitó su mano. —Esto no se trata de dinero; esto es para demostrar que estos
médicos inadecuados están equivocados. Estaré allí mañana. —Jordan miró a Damon a la cara. Sus
cejas se levantaron casi hasta la línea del cabello del hombre. —¿No?
—Hoy. —Damon entrecerró sus ojos hacia el doctor.
Jordan vio a los dos hombres armados avanzar.
—Bueno, está bien, hoy.
—Gracias, Dr. Youngblood, —Damon sonrió, sacudiendo su mano. —Por favor no le diga a
Stefano que estoy involucrado; él rechazará su ayuda si él lo sabe. —Damon se volvió y asintió con
la cabeza hacia sus guardias. —Antonio y Marco se quedarán con usted.
—¿Para asegurarse de que hago mi trabajo? —Jordan arqueó una ceja. —Puedo asegurarle que
tomo la medicina en serio.
—Para asegurarse de que Stefano esté bien. No me pueden ver cerca de él.
La cara de Damon era de tristeza.
—Soy un hombre cambiado, Dr. Youngblood, pero me temo que mi hijo siempre me verá
como un monstruo.
—Bueno, sin ofender, pero está de pie en mi oficina, con dos tipos que están empacando mis
maletas con un poco de calor, pidiéndome un “favor”.
Marco se rio y Antonio golpeó su pecho, sacudiendo su cabeza en desaprobación. Damon los
miró a los dos y les hizo un gesto para que esperaran afuera. Se sentó y miró a Jordan.
—No puedo perder a mi hijo. Él significa el mundo para mí, y no le han dado mucho tiempo.
Jordan estudió al hombre. Parecía sincero, pero parecía tener una manera de ser engañosa.
Damon Santorno, por más despiadado que fuera, era un infierno de hombre atractivo. Los ojos azul
grisáceos penetrantes. Él era mayor, tal vez a finales de los cuarenta, pero tenía el cuerpo de un
hombre que trabajaba regularmente. Cada vez que Jordan pensaba en la mafia, una imagen de
Michael Corleone en “El Padrino” le venía a la mente. Damon no era nada como él. Parecía la
versión GQ2.
Jordan se levantó y extendió su mano.
—Haré lo mejor que pueda, Sr. Santorno.
—Sé que lo hará.
~~ * ~~
Jordan voló a Fort Worth a bordo del jet privado de Damon. Había sido una sorpresa, pero él le
dio la bienvenida, mucho mejor que un vuelo comercial. Damon le aseguró que le había asegurado
un lugar para quedarse, y el doctor estaría satisfecho con su alojamiento. Él también había dispuesto
que Jordan tuviera privilegios en el hospital en Texas. Se sorprendió gratamente de su entusiasmada
bienvenida al increíble Dr. Youngblood.
Estar sentado en un avión con un notorio mafioso y sus matones debería haber puesto a Jordan
incómodo, pero por alguna razón él no lo estaba. Podía ver la preocupación por su hijo en los ojos de
Damon. Él realmente se importaba, incluso si hacía las cosas de manera diferente que la mayoría de
la gente.
Tan pronto como aterrizaron, Jordan fue directamente al hospital. Él les hizo saber quién era y
por qué estaba allí.
¿Su primer problema? La madre de Stefano, que resultó estar de pie, afuera de la habitación del
joven.
—¿Usted es? —Ella entrecerró los ojos.
—Como ya he dicho, varias veces, soy el Dr. Jordan Youngblood. Estoy aquí desde Seattle
para revisar el historial de su hijo, y tal vez examinarlo. Escuché que los doctores en su caso no están
haciendo muchos progresos.
Leah Sanders lo examinó: medía cerca de un metro y medio, con cabello castaño claro y ojos
azules helados. Era atlética, pero no cubierta de músculos.
—Bueno, primero voy a tener que ver algo de documentación y referencias. ¿Y qué le hace
pensar que puede ayudar cuando otros han fallado?
Jordan cruzó sus brazos sobre su pecho y miró a la mujer con una sonrisa. —Porque ellos no
eran yo.
Se salvaron de más sparring cuando el jefe de personal del hospital llegó, sin aliento
disculpándose con Leah mientras al mismo tiempo saludaba a Jordan.
—¡Bueno, veo que ustedes dos se han conocido! —se entusiasmó. —Estamos tan honrados de
tenerle, Dr. Youn…
Mientras él continuaba, Leah suspiró y abrió la puerta de la habitación de su hijo y le indicó
que entrara. Jordan agarró la tablet y luego estudió al joven en la cama. Veintidós a lo sumo, tenía
cabello rubio como la miel y los labios más exquisitos que Jordan había visto alguna vez. Él apartó
los ojos y examinó la tablet, sacudiendo la cabeza.
Oh, por el amor de Dios.
—Bueno, ya puedo detectar dos problemas: su oncólogo es un idiota y su neurólogo otro aún
más grande. —Jordan suspiró volteando los papeles en la tablet. —Stefano debería haber seguido un
régimen completamente diferente en función del tamaño y la ubicación del tumor. Esto debería haber
sido tratado mucho más agresivamente. Necesito permiso para hacer lo que tengo que hacer, Sra.
Santorno.
Leah se erizó.
—No atiendo por ese nombre. Soy Sanders. Y por favor no lo llame Stefano; ese es su nombre
de pila, pero él prefiere Stefan.
—Como sea—. Jordan agitó su mano con desdén. —Todo lo que me importa es el paciente. Si
quiere que él viva, conseguirá que firme los papeles poniéndome en su caso y pateando a Tweedle
Dumb y Tweedle Dumber3 fuera. —Jordan le entregó la tabla.
—Él me autorizó a manejar sus asuntos debido al tumor—. Ella garabateó su nombre en el
formulario. —¿Puede salvarlo? —preguntó Leah limpiándose los ojos.
Jordan suspiró. Oh Dios, lágrimas no.
—Deme esa oportunidad.
~~ * ~~
Ella lo hizo, y después de un mes, Stefan se veía mejor. El tumor se estaba reduciendo, no tan
rápido como a Jordan le hubiera gustado, pero estaba disminuyendo.
Hizo todo lo que estuvo a su alcance para no tener ningún contacto directo con Stefan durante
ese mes. Lo último que quería era llegar cerca de un paciente; había sucedido antes y no se había
recuperado completamente.
Charlie.
~~ * ~~
—¿Dr. Youngblood?
Jordan suspiró y se frotó el puente de la nariz.
—¿Qué pasa enfermera? —Que Dios lo ayudara, no podía recordar su nombre ni, aunque
estuviera tatuado en su frente. Y ella lloraba cada vez que hablaba con ella. Al menos él pensó que
ella era la única...
—Stefan está despierto; él quiere hablar con usted.
—Tengo trabajo, ocúpese—. Jordan suspiró cuando la enfermera se fue. Él esperó hasta el
final del día y pasó por la habitación de Stefan. Él estaba dormido. Jordan quería comprobar sus
medicamentos del día. Él entró, agarró la tablet y salió por la puerta.
—¿Dr. Youngblood?
Mierda.
—Señor Santorno.
Stefan trató de sentarse.
—Es Sanders.
Jordan se giró y mantuvo sus ojos en la tabla.
—Lo que sea. ¿Qué pasa? Soy un hombre ocupado.
Stefan miró al doctor y sonrió. Él tenía el cabello marrón claro con una ligera ondulación. El
doctor levantó la vista en ese momento y Stefan dio una mirada a sus ojos. Eran un hermoso azul
claro y helado.
—Solo quería saber si planeaba operarme pronto.
Jordan casi tuvo que agarrarse a la cama para evitar caerse. Stefan tenía los ojos marrones
chocolate más sexys, y la forma en que estaba mirándole hizo que su corazón se acelerara.
—Solo estoy esperando para asegurarme de que el tumor sigue reduciéndose. Puedo asegurarle
que haré todo lo que pueda.
Stefan trató de sentarse un poco más.
—Quería agradecerle, por intentarlo, ¿sabe? Simplemente parecía que todos me desahuciaron...
—Stefan miró por la ventana.
Jordan sintió un tirón y luchó contra él. No podía, no lo haría, involucrarse con un paciente.
Además, él ni siquiera sabía si Stefan era gay. Desafortunadamente, esa pregunta fue respondida diez
segundos después. Un hombre alto, de cabello oscuro, entró en la habitación y se sentó en la cama,
tomando la mano de Stefan.
—¡Oh, guau, te ves mejor!
Stefan trató de sonreír, pero no pudo. —Morgan.
—Estaba tan preocupado por ti; he estado aquí todos los días—. Morgan apretó la mano de
Stefan en la suya.
—No, no lo has hecho, —Jordan resopló.
—¿Disculpe? —Morgan frunció el ceño, observando al hombre en la habitación de su novio.
La bata blanca decía doctor; la expresión facial decía imbécil pretencioso. —¿Quién es usted?
—El doctor de Stefan, así que sé quién entra y sale de esta habitación minuto a minuto y tú...
bueno, nunca te he visto y no estás en la lista de visitantes que hayan venido.
Morgan cruzó sus brazos sobre su pecho y fijó al doctor con una mirada.
—No sé quién es, pero Stefan es mi novio, y si quiero quedarme aquí y visitarlo, lo haré.
La mirada en la cara de Stefan le dijo a Jordan que no quería pasar tiempo con este idiota, y sus
ojos casi le suplicaban para deshacerse de él.
—Oh, bueno, lo siento ¿Sr.? —Jordan le dio una oportunidad al hombre. —¿Sabes qué? No
importa; Stefan necesita su descanso. Así que vuelve durante el horario real de visita, por favor.
Mejor aún, no lo hagas—. Jordan lo arrastró por la puerta y lo vio caminar por el pasillo,
maldiciendo.
—Gracias, —susurró Stefan.
—Estoy haciendo lo mejor para mi paciente—. Jordan mantuvo los labios rígidos. Jesús,
realmente no quería sonreírle a este niño; en este momento, él necesitaba estar lo más lejos posible.
Sus ojos eran solo... fascinantes. —Buenas noches, Sr. Santorno.
—Prefiero Sanders—. Stefan lo vio salir, dejando que la puerta se cerrase detrás de él.
Se acomodó en la cama y cerró los ojos. El Dr. Youngblood era un pedazo caliente de culo.
Stefan soltó una pequeña sonrisa y decidió que mañana, si se sentía mejor, iba a hacer algo de trabajo
con el caliente doctor.
~~ * ~~
Jordan había logrado mantenerse alejado de Stefan durante casi toda una semana. Cuando el
tratamiento de radiación había llegado a ser demasiado, Stefan había comenzado a vomitar. Jordan
estaba en la habitación cuando comenzó. Él se arrodilló a su lado en el piso del baño y le pasó una
toalla fría a través de su frente.
—¿Se supone que es así? —Stefan se limpió la boca.
—Puede ser. Lo siento, pero tenemos que tratarte agresivamente. Este es el lado negativo.
—Me encargaré de eso. —Stefan sujetó el inodoro y vomitó de nuevo. Después de unos
minutos, su estómago se tranquilizó; el doctor esperó a que cepillara sus dientes y lo llevó de vuelta a
su cama.
—Gracias.
—Trata de descansar. —Jordan se sentó en la silla al otro lado de la habitación y estudió el
gráfico; cuando volvió a mirar, Stefan se había quedado dormido.
~~ * ~~
Jordan había visto a Stefano Santorno en Internet y descubrió información muy interesante.
Stefano Santorno – o Stefan Sanders - estaba cargado. Tenía tanto dinero que era estúpido; ¿y qué
hizo con ese dinero? Lo dio a la caridad mensualmente. Él otorgó subvenciones, ayudó a financiar
refugios para personas sin hogar, proporcionó becas, salvó a las ballenas, lo que sea, él les dio dinero.
Él también era muy dulce. Las enfermeras lo amaban hasta la muerte; tuvo que escucharlas
hablar de él en más de una ocasión. Ellas estaban decepcionadas de que fuera gay.
Jordan tuvo que reírse de eso.
Pasó gran parte de su tiempo investigando protocolos para Stefan; él estaba decidido a verlo
vivir una vida larga y saludable. Morgan vino una o dos veces y Jordan lo espantó. El hombre no
parecía gustarle a ninguno de los empleados.
La consagrada fábrica de chismes del hospital siempre funcionaba, y le había preguntado a una
de las enfermeras por qué no lloraban por Morgan. Ella dijo que era un sangre azul, y que su único
interés en Stefan era la oportunidad de aprovechar su notoriedad. Su asociación con el famoso hijo de
un mafioso estaba haciendo famoso su nombre y le encantaba. Esa información impulsó a Jordan a
mantener a Morgan alejado de Stefan a toda costa. El niño necesitaba mejorar, y tener a Morgan en
su órbita no ayudaba. Al menos, eso es lo que Jordan se dijo a sí mismo.
Sí, claro.
Dirigiéndose a la habitación de Stefan, oyó la risa viniendo desde detrás de la puerta. Echando
un vistazo, vio a la enfermera, ugh, como se llame, sentada en la cama de Stefan. Estaban jugando un
juego de algún tipo. Un zumbido fuerte le dijo a Jordan exactamente qué juego era.
—Oops, —Stefan se rio.
—Golpeas el costado cada vez, Stefan —Bethany se rio.
Jordan se deslizó dentro de la habitación y se detuvo al final de la cama. Cruzando sus brazos,
inclinó su cabeza, estudiando el juego.
—¿De verdad?, ¿Operación?4
—¿Qué? ¿Nunca jugaste? —Stefan levantó sus cejas.
—No tuve tiempo para juegos, —Jordan soltó un bufido.
—¿Por qué no me sorprende? —murmuró Bethany.
—¿Disculpe? —Jordan dirigió su atención a la enfermera.
—¡Oh, mira eso! Tengo que ir a ver algunos pacientes—. Bethany saltó fuera de la cama y
salió de la habitación.
Jordan miró a Stefan. Él estaba frunciendo el ceño.
—¿Qué?
—¿Te mataría ser amable? ¿Tal vez sonreír de vez en cuando?
Jordan levantó los labios en lo que esperaba fuera una sonrisa.
—Te ves como un asesino en serie, —Stefan suspiró, frotándose la cara con sus manos. —No
hagas eso a tus otros pacientes; ellos pensarán que la parca está allí para llevarlos.
—Mira, yo no soy agradable. Hago mi trabajo y lo hago mejor que nadie.
Stefan resopló.
—¿Estás lleno de ti mismo?
Jordan se inclinó sobre el juego y comenzó a quitar todas las piezas con su mano no
dominante, ni una sola vez tocó los lados. Una vez que los había quitado todos sin activar el timbre,
le dio a Stefan otra “sonrisa”.
—Descansa un poco, —dijo y se fue.
Stefan miró al doctor con la boca abierta.
—Mierda.
Capítulo 2
Durante las próximas semanas, Stefan comenzó a perder su cabello. Él estaba en la ducha
cuando un trozo salió en sus manos. Lo miró fijamente en estado de shock. El Dr. Youngblood le
había dicho que podría pasar, pero él esperó, no, rezó, que no lo haría. Mientras estaba de pie allí,
mirando su pelo deslizarse por el desagüe, llegaron las lágrimas. No era justo. Él se había quedado
fuera de la vida de la mafia y hecho todo lo que estaba en su poder para compensar los errores de su
padre. Sin embargo, había tenido un tumor su vida estaba en peligro - sintió que la ira se levantaba y
dejó escapar un grito agonizante.
Jordan estaba en la estación de enfermeras cuando escuchó un fuerte grito viniendo de la
habitación de Stefan. Corrió por el pasillo e irrumpió en la habitación. La ducha estaba corriendo, así
que se lanzó al baño y tiró de la cortina hacia atrás.
Stefan estaba en el piso de la ducha sosteniendo matas de pelo en sus manos. La radiación
estaba haciendo mella.
—Oh, ¡Dios! —Jordan agarró una toalla y la puso alrededor de él. —Vamos.
Jordan lo secó lo mejor que pudo y lo acostó en la cama, suavemente quitándole el cabello de
sus manos. Stefan lo miró solo entonces, y Jordan trató de no jadear ante sus ojos. Se veían como
profundas piscinas de chocolate con leche salpicadas de oro.
—Está cayendo, —Stefan gimió.
—Me ahorra la molestia de afeitarte la cabeza para la operación—Jordan intentó bromear,
terminando con una sonrisa torcida.
Stefan no pudo evitarlo; él rio. La risa no se detuvo y se dobló, dejándole consumirlo. Él
necesitaba esto, necesitaba esto como necesitaba una respiración profunda de aire. Miró a Jordan y
sonrió.
—Gracias.
—Bueno, intento de vez en cuando tener sentido del humor. Ya sabes, desde que me dijiste que
necesitaba uno.
—¿Cómo te va? —Stefan sonrió.
—No tan bien como me gustaría; parece que mi timing cómico está apagado.
—Creo que lo estás haciendo bien. —Stefan miró a los ojos al doctor.
Jordan intentó mirar hacia otro lado, pero los ojos de Stefan eran tan hermosos que te atraían y
nunca querías salir. Él se pasó la mano por el cabello y apartó los ojos.
—Podré operar más temprano que tarde.
—¿En serio? —Stefan se sentó.
—Sí. Digamos que hice lo que ningún hombre ha hecho antes, —Jordan sonrió.
—¿Cruzaste la última frontera? —Stefan alzó las cejas.
—Ah, un Trekker5, —asintió Jordan. —Buena atrapada.
Stefan tomó la mano del Dr. Youngblood y lo miró a los ojos.
—Gracias, por creer en mis posibilidades.
Jordan sonrió y miró hacia otro lado.
—De nada. Consigue un poco de descanso.
Stefan lo vio irse. Había encontrado innumerables artículos sobre Jordan Youngblood el
doctor, pero nada sobre Jordan Youngblood el hombre. Y Jordan el hombre es quien le interesaba. Él
le interesaba muchísimo.
Bethany entró a su habitación con una sonrisa.
—Jesús, el hielo polar se está derritiendo.
—¿Eh? —Stefan inclinó la cabeza.
—Ese es un doctor caliente.
Stefan sonrió. —Lo es, ¿verdad?
—Sí, pero alguien debería llamar al jefe para sacar el palo de su culo.
Stefan cubrió su risa.
—¡Bethany!
—¿Qué? El doctor gruñón necesita alegrarse.
—No es tan malo—. Stefan sonrió.
—Oh, Dios mío, ¿tenemos un enamoramiento? —Bethany movió las cejas y abanicó sus
mejillas.
—¿Tú no lo tendrías?
—¿Quién dice que no lo tengo?
Stefan entrecerró los ojos. —Yo lo vi primero.
—¡Nada puede vencer a una vagina! —Bethany dijo por encima del hombro cuando ella salió
de la habitación.
—¡Una gran polla puede! —Gritó Stefan. Escuchó la risa de Bethany al final del pasillo.
~~ * ~~
Stefan se retorció las manos nerviosamente. Él estaba preparado y listo para la cirugía, pero no
había señales del Dr. Youngblood. Él, en realidad, no lo vería de antemano, ¿o sí? Bethany se puso
de pie a su lado, revisando su pulso y asegurándose de que su IV era cómodo.
—No vendrá a verme, ¿verdad? Quiero decir, todos los cirujanos ven a sus pacientes antes de
la cirugía.
—Déjame ver si puedo rastrearlo, ¿está bien? Necesitas calmarte, Stefan. Sé que estás en las
mejores manos.
Stefan se reclinó en la cama cuando Bethany se fue. El Dr. Youngblood era un gilipollas
pomposo, pero todavía era un doctor. La mano de Stefan tembló al pensar en la cirugía que estaba a
punto de tener. Él estaba a punto de hiperventilar cuando el Dr. Youngblood finalmente hizo una
aparición.
—¡Finalmente! —Stefan casi gritó. —¿Dónde has estado?
Jordan miró hacia atrás y luego a Stefan.
—¿Me estás hablando a mí?
—¡Claro que lo estoy! ¿Dónde estabas?
Jordan alisó su bata y sacó su etiqueta con su nombre ligeramente para que pudiera leerlo.
—Llevo una bata blanca y una etiqueta con el nombre de “doctor” delante de mi nombre.
Creo... ¡espera! Eso debe significar que soy un médico, —dijo inexpresivo. El puchero de Stefan
creció. —Cálmate. Tenía cosas que hacer antes de abrir tu sesera.
Stefan frunció el ceño.
—Bueno, vamos a llamar a esto un pequeño berrinche—. Jordan se acercó a la cama y miró a
Stefan a los ojos.
—¿Qué estás haciendo?
—Verificando si has reventado algo allí. Necesitas calmarte.
—Bueno, discúlpame por tener miedo. —Stefan se cruzó de brazos y resopló.
Jordan se sentó en el borde de la cama.
—No necesitas tenerlo, confía en mí; he hecho esto un millón de veces. Te vas a despertar y
sentirte diez veces mejor. No más náuseas, no más migrañas.
—¿Sostendrás mi mano? —Bromeó Stefan.
—No puedo, estaré demasiado ocupado aquí. —Jordan tocó la sien de Stefan ligeramente. Lo
notó tenso. Tomando su mano, miró a los ojos al hombre más joven. —No dejaré que te pase nada.
¿Entiendes?
Stefan se relajó y apretó la mano del Dr. Youngblood.
—Bueno.
—Bueno. Ahora déjame unirme a mis colegas de cirugía para el almuerzo, —Jordan se rio
cuando las palabrotas de Stefan lo siguieron por la puerta.
~~ * ~~
Una voz flotó desde algún lugar cercano. Alguien estaba hablando bajito y Stefan pensó que
escuchó a su madre llorar. ¿Estaba muerto? Oh, Dios, él no podría estar muerto. Ni siquiera había
tenido sexo todavía. Su cabeza palpitó y Stefan se esforzó por escuchar la tranquila conversación. Él
intentó abrir un ojo y gimió.
—Espera, no los abras aún. Déjame apagar las luces.
Stefan suspiró. Era la voz del Dr. Youngblood.
—Déjeme examinarlo y luego prometo que puede visitarlo, ¿de acuerdo? —Jordan esperó a
que Leah se fuera y luego se detuvo sobre la cabeza de Stefan. Todo parecía correcto. Por supuesto
que sí, había sido él quien había operado.
—¿Ya está hecho? —Susurró Stefan.
—Sí. Lo hiciste muy bien, Stefan.
—Estoy sediento.
—Tengo algunos trozos de hielo aquí para ti. No quiero que tomes mucha agua. Con anestesia,
a veces puedes vomitar.
—Bueno, eso no es nada nuevo. —Stefan se lamió los labios secos. Frialdad se extendió sobre
ambos y lamió los trozos de hielo.
—¿Qué año es?
—¿Huh?
—Bien, ¿cuál es tu nombre?
—Stefan Sanders.
—¿Cuál es el mío?
—Doctor Idiota.
—Muy bien, —Jordan se rio. —¿Te acuerdas prometiéndome todo tu pudín a partir de ahora?
—No hice tal cosa—. Stefan se rio suavemente e hizo una mueca. —Ay.
—Odio presumir...
—Pfft. Lo que sea.
—… Pero yo diría que la cirugía fue un éxito rotundo, Sr. Sanders.
—Entonces, ¿se ha ido? —Susurró Stefan.
—Sí, el pequeño bastardo feo se ha ido, Stefan. Nos mantendremos al día con imágenes de
resonancia magnética y otras pruebas para asegurarnos de que no vuelva, pero se ha ido.
La cara de Stefan se calentó y él sofocó un sollozo. Él no quería llorar; maldita sea, odiaba
llorar.
—Está bien, Stefan. Puedes llorar. No te hace menos hombre a mis ojos. Tienes una segunda
oportunidad en la vida.
—Gracias, por salvarme, —susurró.
—De nada. Además, espera hasta que veas mi factura, —Jordan bromeó. —Intenta descansar
un poco. Enviaré a tu madre antes de que ella me arranque los ojos.
—Bueno.
Jordan abrió la puerta e indicó a Leah que entrara. Sus ojos estaban con los bordes rojos
cuando lo abrazó. Jordan se mantuvo inmóvil, inseguro de qué hacer. Él le dio unas palmaditas en la
espalda y casi fue con un “ya, ya” pero se lo prohibió.
Leah entró a la habitación y Jordan cerró la puerta. A través de la ventana, vio cómo Leah
abrazaba a su hijo. Stefan estaba llorando y a Jordan se le cerró la garganta.
—Genial, ahora soy un llorón.
~~ * ~~
Jordan estudió una nueva exploración del cerebro de Stefan. La operación había ido sin
problemas. No había habido ningún problema, al menos no para él. Hubo un pequeño sangrado, pero
él lo había atrapado de inmediato y eliminó el tumor. Después de seis meses bajo el cuidado de
Jordan, Stefan estaba libre del tumor.
Jordan sonrió. Una vez más, había logrado algo diferente, que los otros doctores no pudieron.
Había pasado mucho tiempo lejos de Stefan, solo viéndolo cuando era absolutamente necesario.
Jordan había encontrado su armadura agrietada cuando estaba con él. Los hoyuelos de Stefan y sus
hermosos ojos eran como arenas movedizas; simplemente te atrapaban. Uf.
—¿Dr. Youngblood?
—¿Sí? —Levantó la mirada y encontró a una de las enfermeras que lo miraba.
Él inclinó su cabeza pensando. ¿Beth? No... ¿Bonnie?
—Es Bethany, doctor, —sonrió y negó con la cabeza.
—Estaba a punto de decir eso, —sonrió Jordan.
—Me llamó Bessie la última vez, —se rio Bethany.
—Ooops, —se rio Jordan. —¿En qué puedo ayudarte?
—Nos falta un paciente de cabello castaño, ojos marrones —Bethany sonrió.
Jordan suspiró.
—Está bien, vamos a dispersarnos.
Jordan agarró su abrigo. Durante la última semana, Stefan había desarrollado el hábito de
desaparecer de su habitación.
—Voy a estrangularlo.
~~ * ~~
Peinaron el hospital buscando a Stefan. Jordan estaba al mando de los dos pisos superiores, y él
abrió la puerta del tejado.
Stefan estaba en un sillón con una jarra de agua junto a él. Estaba sin camisa y bronceándose.
—¿Estás loco, señor Santorno? —preguntó Jordan, con algo más que un poco de molestia en
su tono.
Stefan lo miró. —Estoy pálido, necesito un poco de sol. He pedido repetidamente que me
llames Sanders.
—No deberías estar aquí afuera; podrías tener una infección—. Jordan salió un poco, mirando
el borde.
—¿Tienes miedo a las alturas? —Stefan sonrió.
—¿Qué? No, no seas ridículo. Ven aquí; necesitas estar de vuelta en tu habitación.
—Está bien, ven a buscarme, —sonrió Stefan.
Jordan frunció el ceño.
—Esto no es divertido.
—Estoy de acuerdo. Ven a buscarme y entraré.
Jordan miró el borde; estaba muy alto y sintió su cabeza girando.
—¿Podrías venir aquí? Esto es peligroso para ti.
Stefan suspiró.
—Vale. Sólo admite que algo te asusta, por favor.
—No, —sonrió Jordan, tomando la mano de Stefan. Una corriente lo atravesó, casi
derribándolo. Echó un vistazo a la cara de Stefan, que estaba en shock. Lo soltó rápidamente y
carraspeó.
—Está bien, vamos.
—¿Cuánto tiempo más tengo que permanecer en el hospital? Realmente estoy poniéndome
pálido.
—Te alquilaré una película de vampiros y luego no te sentirás tan mal —Jordan sonrió.
Stefan se detuvo e inclinó la cabeza hacia un lado para mirar al doctor.
—Gracias por salvar mi vida.
—Bueno, no estabas tan cerca del borde...
Stefan puso los ojos en blanco.
Jordan suspiró.
—Es mi trabajo. Deja de darme las gracias.
Stefan se acercó más.
—Tú eras el único que estaba dispuesto a asumir mi caso y darme esperanza. Siempre te estaré
agradecido.
Jordan retrocedió hasta la pared y miró a su alrededor.
—Deberíamos volver a la cama; necesitas descansar.
Stefan retrocedió.
—OK gracias.
Casi habían regresado a su habitación cuando Stefan se detuvo en medio del pasillo. Esperó a
que el doctor se diera cuenta del hecho de que ya no estaba caminando detrás de él. El Dr.
Youngblood se volvió y lo miró.
—¿Sabes por qué ninguno de los otros doctores estaba dispuesto a ayudarme? —Stefan esperó
a que el Dr. Youngblood dijera algo. Él no lo hizo. Él solo se quedó allí con los brazos cruzados,
prácticamente vibrando con un aire de superioridad. —Es porque soy el hijo de Damon Santorno, es
por eso. Ninguno de ellos quería la presión de tratar de curarme. Si no funcionaba, estaban seguros
de que mi padre los mataría.
—¿Y cómo lo sabes? —Jordan bajó los brazos. Lo último que él quería era que Stefan
descubriera su conexión con el Santorno más viejo.
—He escuchado los chismes. Los dos doctores anteriores discutieron sobre mi tratamiento. No
querían que sufriera los efectos secundarios, porque entonces tendrían que lidiar con la ira de
Santorno, que estaban seguros vendría al hacerme vomitar o quedarme calvo.
—¿Así que te ponen en riesgo a cambio? —Jordan resopló. —Eso es mucho mejor.
Stefan inclinó la cabeza pensando.
—¿Por qué lo hiciste?
—¿Por qué hice qué?
—Tomar mi caso? Debes saber quién soy.
Jordan cruzó el espacio entre ellos y tomó el brazo de Stefan, llevándolo a su habitación.
—Porque sabía que podría salvarte, es por eso. No me importa quién es tu familia. Mi única
responsabilidad es asegurarme de que vives un largo tiempo. Ahora, ve a la cama y quédate allí.
Stefan suspiró derrotado y se arrastró bajo las sábanas.
Jordan levantó la manta y sonrió.
—Si vuelves a salir, te estoy robando tu budín.
Los ojos de Stefan se abrieron de par en par.
—¡No lo harías!
—Lo haría—. Jordan se dio vuelta para irse y miró por encima del hombro. —Buenas noches,
Sr. Sanders.
Stefan sonrió y se acurrucó en su almohada.
—Buenas noches.
Tan pronto como tuvo a Stefan a salvo nuevamente en la cama, fue a la sala de guardia y se
lavó la cara. Todavía se sentía mareado por estar en el tejado y él estaba enojado consigo mismo por
haber demostrado una debilidad a Stefan. No volvería a suceder. Le había dado a Stefan una visión
de él, y él no podía tener eso. Stefan era su paciente y eso es lo que era; él no lo dejaría ir más allá.
Se miró en el espejo. Encontraba a Stefan atractivo, y eso era peligroso. Él también había pasado
mucho tiempo endureciendo su corazón para dejar que esos grandes ojos marrones y sus hoyuelos lo
rompieran.
~~ * ~~
Casi dos semanas después, estaba barajando papeleo cuando apareció el jefe de gabinete y le
entregó una carta. Él la leyó y luego miró hacia arriba.
—¡No puedes hablar en serio! ¡Han pasado más de tres años!
—Lo siento, Dr. Youngblood, pero no puedo dejar que trabaje aquí con una demanda sobre su
cabeza.
—¡Soy el doctor de Stefan! Él no puede ser visto por nadie más—. Jordan se levantó
arrojándole la carta.
—Stefan se está recuperando muy bien. Si necesita más tratamiento, vendrá de otro doctor. Lo
siento, pero tiene que irse ahora. Está bajo suspensión pagada.
—¡Maldición! —Jordan lo vio irse y agarró sus cosas, yendo por el pasillo. Se detuvo y miró a
Stefan. Dios, odiaba esto. Él estuvo siempre con sus pacientes hasta el final, tanto si el resultado fue
bueno o malo. Él se enorgullecía de estar allí y asumir la responsabilidad. Ahora tenía que dejar a
Stefan en manos de un idiota que no sabía nada de él.
Abrió la puerta y Stefan levantó la vista, sonriendo.
—Hola, ¿es hora de la aguja? ¿O estás devolviéndome mi pudín robado?
—Yo...—Jordan pasó una mano por su cabello. —Tengo que irme.
—¿Qué? ¿Por qué? —Stefan se enderezó.
Jordan suspiró y le contó la historia de Charlie Williams.
Stefan escuchó y pudo ver que le había dolido mucho al doctor perder un paciente tan joven.
También explicaba mucho sobre su comportamiento.
—Bueno, eso no fue tu culpa; hiciste lo mejor que pudiste—. Stefan tomó su mano.
Jordan bajó la vista y apartó la mano lo más rápido que pudo.
—Lo siento; tendrás que buscar otro médico para los cuidados de seguimiento.
—No puedes dejar esto así, —suplicó Stefan. —No hiciste nada malo.
—Oh, pero lo hice. Le dije a esa familia que Charlie iba a vivir. Yo lo debía saber mejor, pero
mi ego se hizo cargo y lo perdí. —Jordan sintió su garganta cerrarse y tenía que irse... rápido. —Lo
siento, Sr. Santorno. Hice todo lo que pude por ti. Ahora solo necesitas sanar. Buena suerte.
—¡Espera! —Stefan intentó levantarse, pero el doctor ya había salido por la puerta. Él suspiró.
El hombre le había salvado la vida; él se lo debía e iba a asegurarse de que tuviera el mejor abogado
disponible. Agarró el teléfono y sonrió.
—Es mi turno de salvarte.
~~ * ~~
Jordan suspiró con frustración. ¿Qué pasaba con Stefan Santorno? ¿No podía salir de su
mente? El niño lo volvía loco. Sin embargo, aquí estaba, de nuevo, pensando en él. Habían pasado
casi tres semanas y él todavía no pudo parar. Jordan suspiró y apartó los papeles. Nada se iba a hacer
hoy; él estaba seguro de eso. Unos pocos meses atrás él estaba bien, sabía a dónde iba y qué estaba
haciendo.
Ahora, él no sabía qué hacer.
Este era un nuevo territorio para él. Realmente no había salido mucho antes, nunca tuvo el
tiempo suficiente. Pero el día en que Damon Santorno entró en su oficina todo había cambiado para
él. Lo había llevado a Stefan, y ahora no podía dejar de pensar en él. No podía dejar de ver su cara,
no podía obtener el recuerdo fuera de su cabeza, no podía dejar de escuchar su voz coqueta, y ahora
no estaba tan seguro de querer que esos recuerdos se fueran. La pared que había construido después
de la muerte de Charlie había sido destruida en el momento en que había puesto los ojos en Stefan.
—Oh, sal de ahí, Jordan, —se dijo bruscamente. Empujando la silla lejos del escritorio, se
levantó e inmediatamente hizo una mueca. Sus músculos se resintieron y se dio cuenta de cuánto
tiempo había estado sentado ahí. Se pasó una mano por el pelo y miró su reloj. Las seis. Todavía
podría ir a cenar si se apuraba.
Sabía que no estaría sin trabajo por mucho tiempo, incluso con una demanda por negligencia
colgando sobre su cabeza. Incluso desistió de la suspensión pagada. Había presentado su renuncia en
el hospital a un no tan feliz jefe de personal. Joder. Jordan no tenía tiempo para tonterías. Él tenía
ofertas de trabajo de al menos doce hospitales muy grandes, pero una carta golpeó en casa.
Era del hospital de Saint Mary, también en Fort Worth. Decía que, a pesar de que sabían que
era famoso en todo el mundo, y que eran un hospital comunitario, lo querían. Lamentablemente, no
podían pagarle lo que los hospitales más grandes podrían.
Él los había llamado justo después de leer la carta. No podía volver a Washington, no sin saber
si Stefan estaba bien. Así que él había aceptado el trabajo.
Jordan agarró su abrigo y se dirigió al corredor del hospital, corriendo directamente a Stefan
Santorno. Sanders. Diablos, lo que sea.
—¿Qué...? —Jordan miró a los ojos de gacela; Dios, los había añorado. —¿Qué estás haciendo
aquí?
Stefan sonrió. —No tardé mucho en encontrarte. Vengo con buenas noticias.
—¿En serio? —Jordan arqueó una ceja.
—Te conseguí un abogado, uno bueno. Él me asegura que vas a ganar—. Stefan sonrió
ampliamente.
—No puedes comprarme—. Jordan caminó a su alrededor.
Stefan agarró la mano de Jordan.
—Eso no es lo que estoy haciendo. Tú me salvaste la vida y te devuelvo un favor. Por favor,
solo habla con él.
Jordan miró esos ojos marrones y casi suspiró. El hombre era tan hermoso; su cabello estaba
creciendo y tenía más color en sus mejillas.
—Te ves bien. —Jordan no pudo evitar sonreír.
—Te lo debo a ti, —dijo Stefan suavemente. —Por favor, solo conócelo ¿está bien?
Jordan suspiró, y al final, consintió. Oh, Cristo.
—Está bien, está bien, lo haré.
Stefan sonrió.
—Has estado trabajando en tu sonrisa. Ahora tú simplemente pareces estreñido en lugar de
demoníaco.
—Cállate, —Jordan sonrió.
~~ * ~~
Stefan pensó en su encuentro con el Dr. Youngblood. Él podría jurar que vio algo en esos ojos
azules que se parecía mucho a deseo. Sin embargo, eso no podía ser correcto. Él nunca había dado
ninguna indicación de que fuera gay, ciertamente no lo había dicho en voz alta.
Se le ocurrió que en lugar de pensar en su encuentro con Morgan y la no cita de Morgan con un
tipo llamado Ralph (un idiota - había deseado vomitar solo mirándolo), su enfoque estaba en otro
lado, y era agradable.
La ruptura con Morgan había sido civil. Bueno, al menos para él lo había sido. Sabía que
Morgan no lo amaba, y ciertamente él tampoco amaba a Morgan. Fue cómodo y eso fue todo.
Cuando él había salido por primera vez, su madre lo había entendido, pero ella todavía no se
sentía cómoda al verlo con otro hombre. Su padrastro, por otro lado, había estado completamente
bien con él desde el inicio. Stefan suspiró; su padre biológico era un monstruo. Jefe de la mafia
italiana, cruel y despiadado, y, sin embargo, ¿cuándo le contaron sus socios que su hijo era gay?
Damon Santorno había dicho que, si eso hacía feliz a su hijo, no le importaba. Por otra parte, si
alguien se burlase de su hijo, la muerte vendría rápidamente.
Toda su información vino de Internet. Él nunca habló con su padre, no quería. Heath Sanders
lo había criado; él lo consideraba su padre. El hombre había entrado en su vida cuando Stefan era
joven y lo trató como su propio hijo.
Stefan suspiró y miró sus mensajes de voz; él tenía uno del abogado que había contratado. Él
no pudo evitar reírse. El abogado se había reunido con Jordan y su primera impresión fue que él era
un asno. Stefan lo llamó de vuelta y explicó que el Dr. Youngblood podía haber parecido el mayor
imbécil en el planeta, pero su ladrido era mucho peor que su mordisco. Perder a Charlie lo había
cambiado. Se dirigió a la consulta del doctor y golpeó suavemente en la puerta.
—Oh, Dios, ¿quién es ahora?
Stefan sofocó una risita.
—Soy yo.
—¿Quién es “yo”? —Jordan cubrió su boca, tratando de no reírse.
Stefan suspiró.
—Sabes quién.
Abrió la puerta y vio al doctor sentado en su escritorio con seis cajas de comida china
rodeándolo.
—Guau.
—Tengo hambre. —Jordan empujó fideos en su boca.
—Tenemos que estar en algún lugar, —sonrió Stefan. —Estamos yendo ante el tribunal en
Washington, Dr. Youngblood. Así que empaca un traje; nos vamos esta noche.
La respiración de Jordan se detuvo repentinamente.
—¿Nosotros? —Fue todo lo que logró decir.
—Sí, nosotros. ¿Realmente no pensaste que después de lo que hiciste por mí no vería esto? —
Stefan se sentó en el borde del escritorio.
Jordan podía sentir sus manos sudar. Estaba peleando una batalla perdida y él sabía que tenía
que ser más fuerte.
—Pensé que solo me contrataste el abogado y luego seguirías con tu vida.
—No tendría una vida si no fuera por ti—. Stefan miró a Jordan, sus ojos buscando en la cara
del doctor caliente algún tipo de reacción. Él finalmente la vio: un parpadeo rápido de algo justo
debajo de la superficie.
—¿Cuándo nos vamos? —Jordan se levantó.
—Ahora.
Capítulo 3
Aterrizaron en Sea-Tac6 y se dirigieron directamente al hotel; Jordan se duchó y ordenó el
servicio de habitaciones. Hubo un golpe en la puerta y cuando la abrió, Stefan entró, sonriendo.
—Entonces, ¿a dónde quieres ir? —Stefan miró alrededor de la suite. Era idéntica a la suya:
cama de tamaño queen, televisor de pantalla plana grande, mini bar y una pequeña nevera.
—¿Para qué?
—¿Cena? Ya sabes, ¿esa comida que la gente come de noche? —Stefan se sentó en la cama y
tomó una carpeta de una pila cercana.
—Pedí servicio a la habitación, y no toques eso. —Jordan intentó arrebatarle la carpeta.
—¿Por qué? ¿Qué pasa, Jordan? —Stefan cruzó las piernas y miró a Jordan.
—Es...—Jordan se detuvo y entrecerró los ojos hacia Stefan. —¿Qué me llamaste?
—Te llamé Jordan; ese es tu nombre ¿no es así? —Stefan se inclinó hacia atrás en la cama,
descansando sobre sus codos.
La mirada de Jordan se fijó en la apariencia de Stefan. Él estaba poniendo peso ahora y se veía
tan hermoso.
—Sí, ese es mi nombre; pero siempre me has llamado Dr. Youngblood.
—Cuando era tu paciente. Ya no soy tu paciente—. Stefan se levantó y caminó alrededor de la
habitación. —Bonita suite. —Se dirigió al balcón y miró por encima del borde, silbando. —Muy alto.
—Por favor regresa adentro—. Jordan lo miró con nerviosismo.
—¿Qué? ¿Por qué? —Stefan se sentó en el borde de la pared del balcón, sonriente.
—Por favor, no hagas eso. —Las palmas de Jordan comenzaron a sudar.
—¿Tienes miedo de que me caiga? Es un largo camino hacia abajo; odiaría caer y aplastar mi
cabeza después de que trabajaste tan duro para arreglarla.
Stefan se echó hacia atrás y sonrió. Jordan agarró su mano y lo jaló hacia adelante, enviándolos
a ambos al piso de la suite. Jordan golpeó con un gruñido y se dio cuenta de que Stefan estaba
encima de él, acurrucado entre sus piernas, nada menos.
La forma en que Stefan lo miraba hizo que se le acelerara el corazón. Él no había estado cerca
de nadie en mucho tiempo, y las ganas de besar a Stefan estaban al frente y al centro. Podía sentir la
respiración del joven en su cara.
—¿Estás bien? —Susurró Stefan.
Jordan se movió y Stefan se bajó de él.
—Por favor, no vuelvas a hacer eso.
—¡Tienes miedo a las alturas! —Rio Stefan.
—No lo tengo. —Jordan sonrió y se giró.
—Entonces, la cena. ¿Dónde hay un buen lugar?
Jordan se encogió de hombros.
—Space Needle.
—Entonces, vámonos entonces—. Stefan sonrió ampliamente.
—Te lo dije, tengo servicio de habitación, —Jordan suspiró.
—Ah, sí, se me olvidó de decírtelo, le pagué y lo envié de vuelta.
Stefan agarró su chaqueta y abrió la puerta.
—La cena es por mi cuenta.
~~ * ~~
Jordan se sintió enfermo. Sabía que el restaurante se movía, pero se suponía que era un giro
lento. Por qué diablos había sugerido el Space Needle estaba más allá de él. Simplemente estar tan
arriba y ver todo tan abajo le hizo sentir náuseas.
Stefan le sonrió a Jordan; él se veía verde. Apenas había tocado su ensalada y estaba
nerviosamente girando su cuchillo sobre la mesa. Ya se había bebido dos vasos de vino y ahora
estaba buscando un tercero.
—¿Por qué elegiste este lugar? —Stefan trató de mantener a Jordan distraído.
—¿Has estado aquí? —Jordan miró a Stefan a los ojos.
—No.
—Es por eso. Si vienes a Seattle, tienes que comer aquí; eso es ley. —Jordan intentó sonreír.
—¿Hay bares gays? —Stefan sonrió.
Jordan casi escupió su agua. Tosió y agarró su servilleta.
—Sí, ¿quieres ir a uno?
—¿Te molestaría? Puedo ir por mi cuenta—. Observó su rostro buscando una reacción y sonrió
cuando Jordan arqueó una ceja.
—¿Realmente crees que te dejaría solo en una ciudad en la que nunca has estado? —Jordan
miró a Stefan. Se dio cuenta de que Stefan estaba tratando de descubrir si era gay sin preguntar
abiertamente.
—Bueno, no quiero forzarte—. Stefan sonrió, girando su tenedor.
—Creo que puedo pasar una noche en un bar gay—. Jordan mantuvo sus ojos en su plato y
trató de no sonreír.
—Bueno, entonces tenemos un plan.
Una hora más tarde, Jordan quería ahorcarse. Habían ido a un bar gay llamado Cuffs and Stuff
y en el momento en que entraron, todos los ojos habían estado en Stefan. Él no podía culparlos. El
hombre más joven era absolutamente hermoso, incluso con el pelo corto.
Jordan se consideraba apuesto. Le habían dicho eso en más de una ocasión, más de unos pocos
hombres y algunas mujeres también. Stefan, sin embargo, era uno de esos tipos que tenían el aspecto
y la personalidad extrovertida; hacía que los hombres inteligentes estuvieran pendientes de sus
palabras cuando hablaron con él.
Los labios de Stefan hicieron que Jordan quisiera besarlo. Él había guardado sus sentimientos
bajo control. No podía acercarse a nadie; el pensamiento de perder a otra persona lo mantuvo en
línea. Si él incluso pensaba en cruzar una línea, la cara de Charlie le recordaba lo que era preocuparse
por alguien solo para que se lo llevasen.
Se sentaron en una de las mesas a un lado y Jordan ordenó una cerveza. Stefan pidió un ron y
Coca y Jordan levantó ambas cejas.
—¿Qué? Estoy autorizado para beber ¿no? —preguntó Stefan.
—Sí—. Jordan lo miró dar un trago y ordenar otro.
—¿Te gustaría bailar?
Stefan levantó la vista y vio a un hombre de pie junto a él.
—Bien eso depende.
—Lo siento, si está bien con tu novio, —dijo el hombre.
Stefan sonrió.
—No es mi novio, pero depende de si vas a pisar mis pies.
—Puedo bailar.
Jordan miró al tipo. Tal vez de 1,83m, guapo. Él quería vomitar.
—Que te diviertas.
Stefan sonrió. —Nos vemos en un rato.
Jordan los vio bailar. El tipo tenía algunas manos itinerantes en él y más de una vez Stefan
tuvo que sacarlas de su culo. Jordan estaba empezando a enojarse realmente ahora.
Stefan sonrió. Podía ver a Jordan por el rabillo del ojo y parecía extremadamente enojado o
estreñido. Nunca sabías con Jordan. El hombre que le había pedido que bailara era PJ. Él no parecía
un PJ. Parecía un camión Mack.
—Creo que está funcionando.
—Puedo hacer esto toda la noche, —PJ guiñó un ojo.
—Gracias, lo aprecio, —Stefan sonrió.
—¿En serio? Tienes un gran culo.
Stefan sonrió a PJ. Él era lindo, simplemente no era su tipo.
—Bien, eres un tramposo por hacerme sentir mal.
—Creo que se está preparando para venir, ¿debería apretar esta vez?
Stefan sonrió.
—Iré al infierno, ¿verdad?
—Con seguridad.
Jordan ya había tenido suficiente; se abrió paso y tocó al idiota en el hombro.
—¿Puedo interrumpir?
—Claro, gracias por el baile, —PJ guiñó un ojo.
—Y el manoseo, —murmuró Jordan en voz baja.
—¿Qué? —Stefan miró a Jordan.
—Nada. —Jordan tomó la mano de Stefan y tiró de él hacia su pecho. Cerró los ojos mientras
se balanceaban con la música. Su mano estaba en la parte inferior de la espalda de Stefan, tirando de
él con más fuerza.
Stefan olió una pizca de loción para después de afeitar y cerró los ojos.
—La gente va a pensar que eres gay, —susurró Stefan.
—¿Y qué? No me importa lo que piense la gente—. Jordan sintió el latido del corazón de
Stefan en su pecho y enroscó sus dedos, corriendo su cara a lo largo de la mejilla de Stefan.
El cuerpo de Stefan tuvo una reacción inmediata, y sintió su pulso acelerarse. Estar en los
brazos de Jordan estaba haciendo cosas importantes para él. Él nunca se sintió así con nadie, ni
siquiera con Morgan. Su primer beso ni siquiera fue memorable, y al parecer, era la forma de Morgan
de probar las aguas para ver si era homosexual.
—Eres un buen bailarín.
—Fueron todas esas recaudaciones de fondos para hospitales de alto precio, teniendo que
sacudir manos y jugar bien. Aprendí algunas cosas. —Stefan sintió la sonrisa de Jordan en su mejilla.
Sostener a Stefan en sus brazos era una sensación cómoda, y Jordan sabía que tenía que
retroceder. Él se estaba acercando demasiado. Tan pronto como la canción terminó, prácticamente
volvió corriendo a la mesa. Tiró algo de dinero y miró a Stefan. Su rostro estaba enrojecido y parecía
caliente.
—¿Estás bien? —Jordan tocó su frente.
—Sí, creo que es solo el alcohol. No he tenido nada en mucho tiempo. —Stefan se sujetó a la
silla mientras la habitación giraba.
—Vamos a llevarte de vuelta a tu habitación. —Jordan puso su brazo alrededor de él.
~~ * ~~
Regresaron al hotel y Jordan llevó a Stefan a su habitación; no estaba cómodo dejándolo solo.
Stefan se sentó en la cama aturdido; el ron se le había subido a la cabeza a la velocidad del
rayo. —Esta no es mi habitación.
Jordan se dio la vuelta y sonrió. Stefan estaba apagado como una luz. Él le quitó la camisa a
Stefan y tiró de las mantas sobre la cama, tratando de enrollarlo como un burrito. Stefan suspiró y se
acurrucó en las almohadas. Jordan se sentó en la silla al lado de la cama y sonrió, acariciando la cara
de Stefan. Roncaba levemente y era adorable.
—Oh Dios, cálmate, —murmuró Jordan. Después de cepillarse los dientes, Jordan se tumbó en
el sofá y miró hacia el techo. Cerró los ojos y pensó en Charlie, en lo que su muerte le había hecho a
él. Ahora iba a tener que sentarse, no solo frente a la junta médica, sino ante el padre de Charlie
también.
—Mierda.
~~ * ~~
La luz del sol se filtraba a través de la cortina, despertándolo. Jordan tiró de las mantas sobre
su cabeza y luego se puso en posición vertical, mirando el reloj. Eran las siete, tenía dos horas para
vestirse y estar listo. Él se levantó y se estiró. Stefan no estaba en la cama.
—¿Stefan? —Jordan caminó por la habitación y miró en el baño. —¿Qué demonios?
Se dirigió a la sala del tribunal dos horas más tarde y encontró a su abogado esperando.
También vio a Curtis Williams. Él evitó sus ojos y se sentó. Él y su abogado revisaron todos los
hechos del caso. Jordan había usado la cantidad correcta de drogas para Charlie. De hecho, todo se
había hecho correctamente al pie de la letra. Jordan cerró los ojos. ¿Dónde estaba Stefan?
Una hora de testimonio reveló que otros doctores reconocieron que Jordan lo había hecho todo
bien, que nada podría haber salvado la vida de Charlie. Las cosas habían ido bien hasta que,
imprevisiblemente, el tumor de repente progresó muy rápido y era imposible llegar quirúrgicamente
sin matar al niño directamente.
El abogado de Jordan se puso de pie.
—Me gustaría llamar a un testigo, ¿si eso está bien?
Jordan se giró cuando la puerta se abrió y su boca se cayó abierta cuando Stefan entró.
Stefan iba a testificar por él.
Pasó la mayor parte de una hora explicando su caso a la junta médica, cómo nadie lo trató
correctamente, excepto el Dr. Youngblood. Le había salvado la vida. Se había tomado tiempo para
mirar su caso y no lo había pensado dos veces antes de aceptarlo.
—Sí, él puede ser arrogante. Pero él es el mejor en lo que hace. Lo siento mucho por Charlie,
pero he tenido mucho tiempo para observar al Dr. Youngblood. Él no tiene miedo de arriesgarse,
pero nunca es imprudente. Estoy convencido de que hizo todo lo que pudo por Charlie, porque ese es
el tipo de doctor que es. Sé que él me salvó la vida. Estarían tomando innumerables vidas si revocan
su licencia.
—Gracias, Sr. Sanders.
Stefan se dirigió a la galería y tomó asiento. Él miró para ver al padre de Charlie mirándolo.
—Revisaremos toda la evidencia; serán informados de nuestra decisión. Gracias caballeros.
Jordan se levantó y se volvió hacia su abogado. Sintió una mano sobre su hombro y giró para
ver a Curtis Williams mirándolo.
—Espero que pierdas tu licencia. Espero que pagues por lo que hiciste a mi hijo. ¡Asesino!
Jordan lo vio irse y se derrumbó en su silla con su cara entre sus manos. Sintió una mano sobre
la suya y levantó la vista para encontrar a Stefan mirándolo.
—Está dolido, Jordan; hiciste lo mejor que pudiste.
—¿Lo hice? —preguntó con cansancio, arrastrando sus manos por su rostro.
—¡Basta! —Stefan tomó la cara del doctor en sus manos. —Hiciste todo lo que pudiste. Nada
podría haberlo salvado, y necesitas creer eso de nuevo. Vamos, saldremos de aquí.
—¿A dónde vamos?
—Fuera.
~~ * ~~
Estaban de pie en el medio de un parque, al lado del agua, y los ojos de Jordan se agrandaron.
—¿Estás bromeando, ¿verdad?
—No, —sonrió Stefan. —Es mejor que te cubras rápido.
Jordan lo vio salir corriendo y casi se meó riéndose. ¿Paintball? Corrió y se escondió detrás de
una pared. Se oyó un disparo y escuchó un pequeño poof seguido de un toque de pintura al otro lado
del camino.
—¡Fallaste! —Jordan se rio.
—¡No lo estaba intentando! —Stefan respondió y echó un vistazo alrededor de la esquina. Una
bola de pintura pasó zumbando por su cabeza y miró a Jordan en choque.
—¿En serio? ¿Mi cabeza?
—¡Ya está encendido, Sanders! —Jordan rio y corrió hacia la siguiente pared, oyendo
salpicaduras de pintura detrás de él.
Estaban corriendo de pared a pared y Stefan lo había acertado en el culo dos veces. Corrió a la
vuelta de la esquina y acertó a Stefan en su mejilla derecha antes de huir y reír.
Se apoyó contra una pared, recuperando el aliento. Aquí estaba, con treinta y tres años de edad,
reconocido mundialmente por su brillantez quirúrgica, jugando paintball. Y amando cada segundo de
eso.
Se dispararon al mismo tiempo, desatando rondas el uno al otro. Stefan recibió un golpe en su
región inferior y cayó, riendo y sosteniendo sus nueces al mismo tiempo.
—¡Ay!
Jordan se cernió sobre él, riendo.
—Ooops.
Stefan dio un disparo y golpeó a Jordan directamente en sus joyas de la familia.
—¡Mierda! —Jordan cayó en un montón.
Stefan se dio vuelta, riendo.
—¿Estás bien?
—Eso pica, cierto —Jordan jadeó.
—Tienes pintura en el pelo, —Stefan sonrió, tomando el cabello entre sus dedos.
—Tú tienes en la cara—. Jordan pasó el pulgar sobre la mejilla de Stefan y lo miró a los ojos.
Los ojos de Stefan se posaron en los labios de Jordan; cuando levantó la vista, vio a Jordan
mirando los suyos. Él acarició su rostro y se inclinó.
El teléfono celular de Jordan sonó y ambos se detuvieron, mirándolo.
—Contesta, —susurró Stefan sin aliento.
—Dr. Youngblood. —Jordan cerró los ojos, esperando que le dijeran que había terminado con
la medicina para siempre. Sus ojos se abrieron y él miró a Stefan. —Gracias.
—¿Bien? —Preguntó Stefan, ansioso.
—¡Estoy libre! Dijeron que revisaron todo, y yo lo hice todo bien. —Jordan sonrió
ampliamente.
—¿Así que eso es todo? —Stefan sonrió.
—Todavía soy un doctor—. Jordan sonrió y tomó su mano. —Gracias a ti.
—Me salvaste la vida, Jordan. Me alegro de que fueran lo suficientemente inteligentes para ver
lo que tenían. —Stefan se levantó y se quitó la chaqueta.
—Deberíamos celebrarlo.
—Está bien, pero sin bares gays, —se rio Jordan dirigiéndose hacia el vestuario.
—¿Tienes un problema con los homosexuales? —Stefan puso sus manos sobre sus caderas y
arqueó una ceja.
—Bueno, eso sería extraño, ya que soy gay—. Jordan sonrió y entró al vestuario.
—¡Lo sabía!
~~ * ~~
Pasaron la cena hablando de todo. Jordan quería saber de la familia de Stefan y estaba
obteniendo una muy buena idea del joven.
Para empezar, sintió que tenía que ocuparse de todos; no era extraño que estuviera tan cansado
todo el tiempo.
Hablaron de su padre biológico y Jordan tuvo que recordarse a sí mismo no mencionar el
hecho de que Damon Santorno había sido el único que le pidió que cuidara de su hijo.
—Yo... creo que simplemente no confío en él. Solía confiar en la gente tan fácilmente y él me
mintió muchas veces sobre lo que hacía, quién era él. En que, de hecho, él simplemente fue a la
cárcel de nuevo.
—¿Por qué? —Preguntó Jordan, sorprendido.
—Secuestro, ¿puedes creerlo? Tomó a un niño de su casa en el medio de la noche. Más bien,
hizo que sus matones lo hicieran.
Stefan suspiró.
—Un niño, por el amor de Dios.
Jordan se sorprendió. Había creído que Damon le estaba diciendo la verdad. El tipo era bueno.
—Entonces este niño...
—Los padres están pidiendo que su hijo sea devuelto. Costa era el apellido, creo. Son de
Sicilia.
—¿Así que lo devolvió?
—No—. Stefan se desplomó. —No les dirá dónde está. Eso es por lo que está en la cárcel. Lo
dejarán ir si devuelve al niño, pero Damon se niega a cooperar.
—Lo siento—. Jordan tomó su mano.
—Solo pensé, no sé lo que pensaba. Se necesita mucho para que confíe en las personas ahora;
me ha lastimado muchas veces, —suspiró Stefan.
Jordan estaba empezando a sentirse como una mierda ahora. Él estaba manteniendo un secreto
de Stefan. Pero no importaba de qué fuera capaz Damon Santorno, él había pedido un favor a Jordan.
Si eso no hubiera sucedido, nunca se habría encontrado con Stefan.
—¿Jordan?
Jordan sacudió sus pensamientos y encontró a Stefan mirándole.
—Lo siento, ¿qué estabas diciendo?
—Pregunté por tu familia, —sonrió Stefan. —¿Dónde estabas justo ahora?
—Aquí, solo pensando, —Jordan sonrió. —Mis padres murieron cuando yo era más joven,
crecí en hogares de crianza. Me dejaron una herencia, pero yo ingresé en la facultad de medicina por
mi cuenta.
—Oh, Dios, lo siento mucho.
—Está bien. Aprendí mucho de esa experiencia. Eso me enseñó que familia no necesariamente
significa sangre. Puedes tener a alguien que no está relacionado contigo en absoluto, pero son familia
cuando te importan.
Jordan notó la cara de Stefan y enarcó una ceja.
—¿Qué?
—No me extraña que seas tanto frío.
Jordan se erizó.
—¿Frío?
—La pérdida de Charlie, él era como una familia—. Stefan buscó sus ojos.
—No puedo volver a pasar por eso otra vez. —Jordan se levantó y puso dinero en la mesa. —
Gracias por todo Sr. Santorno. Cuídate.
Stefan lo vio en estado de shock cuando se fue. Corrió tras él y lo atrapó entrando en un taxi.
—¿Te estás yendo?
—Tengo que volver a Fort Worth; tengo un trabajo allí.
—Estás huyendo de mí.
—No lo hago. Me estoy alejando. —Jordan subió al taxi y cerró los ojos. Él no podía mirarlo.
Stefan vio que el taxi se alejaba y sintió cómo la ira aumentaba. Jordan se preocupaba por él; él
sabía que lo hacía. Y, sin embargo, acababa de dejarlo de pie en una esquina, bajo la lluvia, en otro
estado.
—Hijo de puta.
Capítulo 4
Un mes después, Jordan estaba otra vez en su escritorio mirando papeles. Simplemente
siguieron llegando, en pilas cada vez más altas. Él no había visto a Stefan en un mes. Estaban en la
misma ciudad. Uno pensaría que él se lo encontraría en algún lado: la tienda de comestibles, el
gimnasio, mierda en cualquier parte, pero nunca sucedió. Se encontró realmente buscando ese lío de
cabello rubio miel.
Oyó un golpe en la puerta y miró sorprendido.
—¿Bonnie?
—Bethany.
—Oh, sí, —sonrió Jordan. —¿No trabajabas en el otro hospital?
—Renuncié cuando te dejaron ir, —sonrió Bethany.
—Eso es dulce, pero soy gay, —Jordan se rio.
—Lo sé, idiota. —Bethany sonrió. —Hiciste un número real en mi primo.
Jordan frunció el ceño confundido.
—No he salido con nadie aquí…
—Stefan—. Bethany disfrutó de la expresión de su rostro.
—Espera... ¿qué? —Jordan la miró de cerca; cabello oscuro y ojos le devolvieron la mirada.
—Por matrimonio.
—Oh... ¿qué quieres decir con que “hice un número”?
—Lo dejaste solo en Seattle.
—¿Regresó? —Jordan se levantó. Ahora estaba preocupado.
Bethany sonrió para sí misma. Ah, sí, a él le importaba.
—Sí, lo hizo.
Jordan suspiró.
—Vale eso está bien.
Bethany se sentó en el borde del escritorio y lo miró.
—Puedes pretender que no tienes sentimientos por Stefan, pero yo lo sé mejor, Dr. Idiota. —
Bethany sonrió y arrojó un trozo de papel sobre el escritorio. —Ten un buen día.
Jordan lo giró y recogió el papel. Era el número de teléfono de Stefan. Lo estudió por largos
minutos, pero tanto como él quería levantar el teléfono simplemente no podía.
~~ * ~~
Jordan pasó mucho tiempo conociendo Fort Worth. Él condujo por todas partes, observó el
paisaje e intentó distraerse de Stefan Santorno. Hoy estaba llegando al zoológico. Él no había estado
allí todavía y le fue muy recomendado. Estaba paseando a través de las exhibiciones antes de que
viera a Stefan.
¿En el zoológico? Ciertamente no era donde esperaba encontrarse con el joven de nuevo.
Estaba mirando los suricatos cuando levantó la vista para ver a Stefan con un bebé que parecía tener
alrededor de seis meses. Stefan estaba sonriendo y tirando de su mentón.
Jordan los siguió durante unos minutos. Aparentemente, el nombre del bebé era Jacob. Se
dirigieron a los primates y ahí fue cuando Stefan lo notó. Jordan vio emoción en sus ojos y luego
rápidamente se convirtió en enojo. Se abrió paso y Stefan sostuvo al niño más cerca de él.
—Hola—. Se veía mucho mejor. Su cabello había vuelto a crecer y había puesto algo de
músculo, probablemente en un gimnasio. En otra ciudad.
—Hola—. Stefan trató de mantener su voz enojada, pero sabía que había salido de forma
diferente, en más un “por qué no me has buscado, te extrañé” tono.
—¿A quién tienes contigo? —Jordan le sonrió al bebé. Él era adorable. Los ojos marrones lo
miraron miopes y estaba babeando.
—Este es Jacob, el hijo de Bethany—. Stefan le besó la mejilla. —Di hola, Jacob.
Jacob hizo un ruido que sonó como un chillido y rebotó arriba y abajo en los brazos de Stefan.
Jordan extendió sus brazos y miró a Stefan.
—¿Puedo?
Stefan miró a Jacob.
—¿Quieres saludar al desagradable doctor?
Jordan suspiró. —Sé que estás enojado...
—¿De verdad? ¿Qué te hace pensar eso? ¿La parte donde me dejaste en Seattle bajo la lluvia?
—Stefan dio un paso atrás, pero Jacob tenía los brazos fuera, saltando para Jordan.
Jordan se acercó y Jacob agarró su mano con la suya de pequeños dedos regordetes. Stefan lo
dejó ir y Jordan lo sostuvo en sus brazos. Él sonrió cuando Jacob golpeó sus mejillas, chillando.
—¡Es lindo! —Jordan sonrió mientras Jacob besaba su mejilla, la boca abierta de par en par,
derramando baba por su camisa.
—Él no sabe nada mejor—. Stefan tomó a Jacob de Jordan y le sonrió. —¿Quieres ir a ver más
monos?
—Creo que no son monos...—Jordan cerró la boca ante la mirada en la cara de Stefan. —Sí,
monos...
Llegaron al resto de las exhibiciones de primates. Jordan caminó detrás de ellos mientras
Stefan le señalaba todo a Jacob, quien hizo ruidos apreciativos y gritó mucho. Jordan miró a Stefan
mientras él caminaba. Realmente se había llenado nuevamente. Sostener a Jacob estaba forzando sus
bíceps contra su camisa, y Jordan no podía dejar de mirar su trasero.
—¿Hola? —Stefan lo miró a sabiendas de él había estado revisando su trasero.
—¿Sí?
—Dije que no te quedes tan cerca; son conocidos por tirar excrementos. —Stefan sonrió
maliciosamente. —Aunque en tu caso...
—Lo entiendo. Estás enojado y me lo merezco, ¿de acuerdo? —Jordan tomó su mano. —
Siento, haberme ido así.
Stefan miró su mano y Jordan retrocedió, soltándola. Miró a los ojos del hombre mayor y vio
la lucha interna. Queriendo estar cerca, pero temeroso de sentir algo por alguien.
—Bueno, fue bueno verte —Stefan se dio vuelta y caminó hacia la salida.
—¿Podríamos... quizás cenar esta noche? —Preguntó Jordan con esperanza.
Stefan se detuvo de espaldas a él.
—Estoy cuidando niños esta noche. —Se giró lentamente.
—Puedo ayudar—. Jordan sonrió mientras Jacob saltaba de un lado a otro de nuevo.
—¿Puedes ayudar a cuidar niños? ¿Sabes cómo cambiar un pañal?
Jordan hizo una mueca.
—¿No pueden usar el baño? —Stefan estaba mirándolo con las cejas levantadas. —¡Está bien!
Creo que puedo resolverlo, por el amor de Dios. Soy doctor. Y un genio, —agregó, principalmente
para él mismo.
Stefan suspiró.
—Está bien. Dame tu teléfono.
Cuando Stefan marcó la dirección, Jordan pudo oler un toque de colonia sobre él y trató de
acercarse sin ser obvio.
—Te veré allí. —Jordan miró la dirección.
—Está bien—. Stefan observó los ajustados jeans que acentuaban el culo de Jordan y la camisa
blanca abotonada con los dos primeros botones deshechos. Pudo ver su pecho asomando y Stefan
tuvo que cerrar su boca.
—Adiós.
—Adiós, Jacob—. Jordan agitó sus dedos.
Jacob se rio y lo señaló, sonriendo. Jordan los observó irse y miró su teléfono; él tenía un lugar
donde estar.
~~ * ~~
Jordan se duchó y se cambió, se cambió y se cambió. Nada se veía bien y se estaba frustrando.
Él terminó en jeans negros ajustados con una camisa azul abotonada. Incluso su cabello estaba
decidido a arruinarse. Pasó un peine a través de él y se dio por vencido.
Compró un juguete para Jacob en el camino, uno que era seguro para su edad, por supuesto.
Sintió que estaba untando al tipo equivocado, pero él no tenía idea de lo que le gustaría a Stefan así
que estaba sobornando al bebé en su lugar. Eso debería darle puntos... tal vez.
Se dirigió a la puerta y tocó el timbre. Jordan luchó para mantenerse sano cuando se abrió.
Jesús, pero Stefan se veía increíble.
—Hola, escuché que es costumbre traer un regalo.
Stefan miró al mono de goma bailado alegremente a través de su línea de visión.
—No deberías haberlo hecho.
—No lo hice. Es para Jacob.
—Pensé por un minuto que estaba recibiendo un regalo de “besa mi culo”—. Stefan se hizo a
un lado para dejarlo pasar.
—Me hice invitarme a cenar, —Jordan sonrió, pasando más allá de él.
—Mira Jacob, el Dr. Desagradable te trajo un mono—. Stefan lo levantó.
Jordan se cruzó de brazos.
—Stefan.
—¿Sí? —Stefan disfrutó la mirada enojada de Jordan.
—Lo siento.
Stefan miró a Jordan. Él claramente no estaba acostumbrado a usar esa palabra. Tenía la cara
de alguien que obtiene un tratamiento de conducto.
—Está bien.
—Está bien, ¿qué? —Jordan se acercó.
—Acepto tu disculpa—. Stefan sintió que sus ojos lo miraban por encima y él levantó la
mirada, encontrando la suya. —¿Qué?
—Has estado... entrenando—. Jordan lo miró lentamente.
Las mejillas de Stefan se calentaron ante el escrutinio de Jordan.
—Sí, yo entrenaba antes del tumor y lo hago ahora. Me gusta estar en forma.
—Sí, lo estás, —sonrió Jordan. Se acercó y corrió su mano a través del suave cabello rubio de
Stefan. —Veo que tu pelo volvió a crecer.
—Tiende a hacer eso. —Los ojos de Stefan se encontraron con los azules del océano mientras
la mirada se calentó.
—¡Babababa! —Jacob chilló.
—¿Tienes hambre? —Jordan sonrió, sacándolo de los brazos de Stefan. —Yo también tengo
hambre.
—¿Qué hay de nuevo? —Stefan rodó los ojos.
Jordan miró a la cocina.
—Entonces, ¿qué quieres? ¿Eh? ¿Un bistec? —Jordan tocó las encías de Jacob. —No, no carne
a menos que la piquemos.
Stefan sofocó una carcajada y observó a Jordan revolver el refrigerador. Sacó una botella y
movió las cejas cuando Jacob sonrió. La puso en el microondas y se puso una toalla sobre el brazo.
Él tarareó mientras esperaba, todo mientras hacía muecas a Jacob. El microondas sonó y Jordan sacó
la botella, probando la temperatura en su muñeca.
—É voila, Monsieur, su botella está lista; es un año maravilloso y tiene un hermoso bouquet.
Jacob babeó, sonrió, y agarró la botella. Jordan se dio la vuelta para mirar la nevera de nuevo.
Él asomó la cabeza por encima de la puerta, mirando a Stefan.
—¿Qué te gustaría?
Stefan se dirigió hacia allí.
—¿Qué hay ahí?
—Bueno, tenemos huevos, hay emparedados, ¿o podría pedir chino?
—El chino suena bien.
Cambiaron a Jacob después de su biberón. Stefan vio cómo Jordan cambió el pañal. Jacob
había dejado bastante regalo y Jordan lo cambió tan rápido que hizo que su cabeza girara. Jacob
estaba dando vueltas sobre la mesa todo el tiempo, agarrándose los pies y riéndose tontamente
mientras el polvo volaba en el aire. Jordan finalmente consiguió ponerle el pijama y Stefan se rio.
—¿Qué? —Jordan levantó una ceja.
Stefan señaló. —Está al revés.
Jordan miró el pijama.
—Bueno, él no está usando la aleta del trasero de cualquier manera, entonces...
Stefan sonrió y tomó a Jacob, poniendo su pijama del derecho.
—¿Nunca has tenido pijamas bodys? Los pies van delante. El colgajo trasero siempre está en la
parte posterior.
—¿Por qué? —Jordan sonrió.
—¿En serio? —Stefan arqueó una ceja.
—No... lo sé, me encantó la expresión de tu rostro, —Jordan sonrió.
Y eso era lo que hacía que fuera tan difícil mantenerse enojado con Jordan, aunque lo que
había hecho en Seattle era imperdonable.
Stefan pareció un adolescente enamorado porque el Dr. Desagradable le sonrió. Esa sonrisa
enorme, ridícula y torcida. Mierda. El tipo realmente había estado practicando sus sonrisas. Estúpido.
—Uf, —Stefan suspiró y regresó a la habitación. —¿No debería estar la comida aquí?
Jordan sonrió. —Sí, debería.
—Deja de hacer eso. —Stefan lo señaló. —Todavía estoy enojado contigo.
—¿Hacer qué?
—Sonriéndome así.
Jordan lo miró.
—¡Pero aceptaste mi disculpa! Yo lo siento. Me asusté, las cosas también se estaban
poniendo...
—¿Personales?
—Sí—. Jordan lo miró. Parecía que se estaba aferrando a la silla un poco demasiado fuerte. —
¿Qué pasa?
—Solo... mareado. —Stefan trató de enfocarse en la cara de Jordan pero estaba poniéndose
borroso. Jordan lo agarró antes de que cayera y lo recogió. Dios, él pesaba mucho más ahora. Lo
puso en el sofá y agarró la linterna que siempre tenía a mano, probando sus pupilas.
—Eso es brillante, —susurró Stefan.
—¿Cuántos dedos estoy sosteniendo? —Jordan levantó dos.
—Veinte, —sonrió Stefan. —No comí mucho hoy.
El timbre anunció la llegada de la comida. Jordan pagó y se la llevó a Stefan, sentándolo.
—Come.
—Sí, señor.
Jordan se aseguró de que Stefan comiera en abundancia. En cualquier otro momento, él habría
acunado el cartón contra su pecho gruñendo como un animal salvaje, pero Stefan lo había asustado.
Él necesitaba la comida más en este momento. Jordan sonrió cuando la salsa goteó sobre su barbilla y
la limpió con su pulgar.
—¿Necesitas un babero? Creo que Jacob tiene uno extra, —Jordan bromeó.
Stefan miró los ojos azules. Él estaba poniendo buena cara, pero podía verlo - Jordan estaba
asustado.
Stefan se inclinó, rozó sus labios suavemente contra los de Jordan y luego retrocedió,
mirándolo a los ojos. Se miraron el uno al otro por un largo momento y luego Jordan parpadeó.
—Yo... no puedo hacer esto.
—¿Qué? —Stefan se reclinó, tomado por sorpresa.
Oh, Dios, el dolor en los ojos de Stefan.
—No puedo... esto demuestra por qué no puedo acercarme. ¿Qué pasa si estos mareos son algo
más?
—No lo son. No comí lo suficiente hoy y eso es todo—. Stefan tomó su mano. —Mírame a los
ojos y dime que no me quieres, que no piensas en besarme.
—Si algo te sucede...—Jordan pasó su mano por su cabello. —No puedo... simplemente no
puedo.
Stefan se levantó y miró a Jordan; él corría hacia la maldita puerta.
—Puedes seguir corriendo, Jordan. Terminarás solo y miserable, y ¿por qué? ¡Porque la
persona con la que quieres estar podría dejarte algún día! Les pasa a todos, Jordan. La vida es lo que
tú haces y si no tienes amor... bueno, no has vivido de todas formas.
—Lo siento... lo siento mucho. —Jordan corrió hacia su auto.
Stefan se tiró en el sofá y suspiró.
—Estupendo. Jodidamente genial.
Capítulo 5
Dos semanas más tarde, Jordan estaba encorvado sobre su escritorio luchando con papeleo tal
como lo hacía todos los días. ¿La única diferencia? Él era miserable. No podía dejar de ver la cara de
Stefan. Con los ojos abiertos o cerrados, todo lo que vio fue la mirada herida en los ojos de Stefan
cuando huyó de él.
De nuevo.
Todavía podía sentir sus labios suaves y llenos, el olor de su colonia. Jordan suspiró y cerró los
ojos.
—Se me ocurre que no es feliz.
La cabeza de Jordan se disparó. Uno de los guardias de Damon: el de cabello negro y los ojos
más oscuros que había visto lo miraba.
—Él está bien, mejorando cada día.
Marco miró al doctor. Parecía una mierda.
—Tiene sentimientos por él, —asintió sabiamente.
Jordan suspiró.
—¿Está chequeando o está aquí para secuestrarme?
Marco se erizó y lo miró estrechando los ojos.
—No hable de cosas que no entiende.
Jordan apartó la vista de la intensa mirada.
—¿Qué es lo que quiere?
—¿Sabe dónde está Stefan? —Marco arrastró los pies.
Jordan se levantó.
—¿Qué quiere decir con que si sé dónde está?
Marco se pasó la mano por el pelo.
—Antonio y yo estábamos mirándolo y él... él...
—¿Lo perdieron? —Jordan adivinó irónicamente.
Marco levantó la vista con ojos enojados.
—Si no lo hubiera lastimado, él no se habría escapado.
—Whoa, ¿por qué es esto mi culpa?
—Él se preocupa por usted y usted por él, sin embargo, lo aleja porque tiene miedo. —Marco
miró su rostro. —Sabemos todo sobre usted, Dr. Youngblood. No niegue que digo la verdad.
La radio de Marco se encendió y él respondió en italiano. Jordan intentó escuchar y luego
suspiró. Él no sabía ni una palabra de italiano. Las cejas del guardaespaldas se arquearon y miró a
Jordan mientras hablaba. Tan pronto como terminó, suspiró y negó con la cabeza.
—¿Qué? —Jordan se cruzó de brazos. Marco lo miró de arriba a abajo. —¿Qué?
—Stefan está en Washington—. Marco se dio vuelta para irse. —El Señor Santorno le
agradece por todo lo que ha hecho por su hijo; nosotros no le molestaremos de nuevo.
Jordan salió de detrás del escritorio y agarró el brazo de Marco. Mierda, el hombre era enorme.
—¿Dónde en Washington?
Marco miró su brazo y luego a Jordan.
—¿Por qué le importa?
—Acaba de decirme por qué, ahora ¿dónde está él? —Jordan lo dejó ir y lo encaró.
Marco casi sonrió; el doctor se estaba enamorando.
—Seattle.
~~ * ~~
Jordan vio cómo las luces de Seattle se volvían más brillantes y luminosas mientras el avión se
acercó. Solía pensar en este lugar como en casa; ahora Fort Worth era su casa. Stefan vivía allí.
Jordan se estaba enamorando de él, lo sabía tan seguro como que el día era largo y no había nada que
él pudiera hacer para evitarlo.
Había sido derribado por el hijo de un mafioso en ocho meses y doce días...
~~ * ~~
Stefan apoyó su codo en la barra y bebió su bebida. Él no tenía idea de por qué había venido a
Seattle. Tal vez fue porque la última vez que estuvo en la ciudad, se había sentido cerca de Jordan.
Entonces todo se había ido a la mierda y el Dr. Desagradable se había escapado y lo había dejado
solo. Él lo había hecho de nuevo en Fort Worth. Stefan lo besó y Jordan salió corriendo como si la
casa estuviera en llamas.
Stefan suspiró y saludó al cantinero. Él había perdido la cuenta de cuántas veces se acercaron a
él mientras estaba sentado allí, pero había ido al mismo bar gay que antes, así que no tenía a nadie a
quien culpar sino a sí mismo.
Se estaba enamorando, él lo sabía con certeza. No pudo dejar de pensar en Jordan sin importar
cuánto lo intentase. Aunque Jordan lo había lastimado hasta el corazón, aquí estaba pensando en él
de nuevo - el cabello castaño rebelde, los ojos azules hipnóticos y esa voz...
—Stefan
Stefan se detuvo con su vaso a medio camino de sus labios.
—¿Qué estás haciendo aquí?
—Buscándote. —Jordan se sentó junto a él. —Mira-
—No te molestes, Dr. Youngblood. Sé lo que vas a decir—. Stefan arrojó algo de dinero en la
barra y se levantó. —Gracias por salvar mi vida; ahora ve a vivir la tuya. Tú solo.
Jordan lo vio salir y miró la barra. El pensamiento de nunca volver a ver a Stefan, o de verlo y
saber que él no podía tocarlo ni abrazarlo, lo estaba atando en nudos.
—Que se joda. —Jordan salió corriendo, mirando a ambos lados antes de avistar a Stefan
caminando hacia el mercado de Pike Place. Corrió para alcanzarlo y lo agarró del brazo, haciéndolo
girar. Stefan lo miró e intentó apartar su brazo.
—Déjame solo. Creo que me has lastimado lo suficiente.
—Lo siento. Sé que sigo diciendo eso, pero lo hago. Yo…
—¿Tú qué? —espetó Stefan mientras se alejaba. —Vete a casa.
—No sin ti—. Jordan tomó su mano.
—Hemos estado aquí antes; solo vete a casa. —Stefan sacudió su mano libre y comenzó a
correr. Tenía que escaparse; él no dejaría que Jordan lo lastimara de nuevo.
Jordan se quedó paralizado por un segundo antes de darse cuenta de que Stefan estaba cada vez
más lejos. Corrió, finalmente alcanzando el muelle. Cogió a Stefan y lo hizo girar. El choque
evidente en su rostro le dio a Jordan los pocos segundos que necesitaba para expresar su punto. Él
tiró de la nuca de Stefan y lo jaló bruscamente, besándolo duro. Lo sintió resistirse y lo envolvió con
más fuerza, poniendo su brazo alrededor de la cintura del joven y separando suavemente sus labios.
Sus lenguas se encontraron y Jordan dejó escapar un fuerte gemido. Las manos de Stefan
serpentearon en su pelo, agarrándolo. Jordan lo abrazó, acariciando su rostro mientras profundizaba
el beso. Las manos de Stefan acariciaron a través de su cabello.
—Lo siento, —Jordan respiró entre besos.
—Jordan, —gimió Stefan.
Jordan rompió el beso lentamente, dejando besos ligeros mientras acariciaba la cara de Stefan.
Miró fijamente a los increíbles ojos marrones.
—Siento haberte hecho daño. He estado esforzándome tanto para protegerme que corrí el
riesgo de perder algo maravilloso. Alguien maravilloso.
Stefan lo miró.
—¿Qué cambió?
—No estoy seguro. —Jordan buscó la cara de Stefan.
Stefan retrocedió.
—No puedo hacer esto. Sigues huyendo de mí y luego me vuelves a buscar, mi corazón no
puede soportar esto. —retrocedió aún más. —Hasta que puedas mirarme a los ojos y decirme que me
quieres, no puedo... Lo siento—. Corrió.
—¡Espera! —Jordan comenzó a perseguirlo, pero se detuvo. Él iba a tener que probarse a sí
mismo. No podía culpar a Stefan por correr; lo había hecho él mismo. Lo miró hasta que desapareció
de la vista, miró hacia el agua y suspiró.
—Te quiero y lo probaré.
~~ * ~~
Bethany observó el apartamento de Stefan con la boca abierta. Parecía un jardín botánico.
Había rosas en todas partes, rojas, blancas, lavandas, amarillas, y todas las cartas decían casi lo
mismo: seguirán llegando hasta que me creas.
—¡Stefan, dale una oportunidad al hombre! Te estás quedando sin lugares para sentarse. Juro
que habrá gnomos aquí pronto, y una fuente... y pájaros. —Bethany miró a su alrededor. —Solo ha
sido una semana; esto es ridículo.
—¿No crees que quiero ceder? —Stefan suspiró. Él tiró la última tarjeta del florero de flores y
sonrió mientras leía: Todavía molesto…. —No creo que vaya a rendirse—. Bethany miró alrededor
de la habitación de nuevo.
—¿Sí? El tiempo dirá.
Pasó otra semana y Stefan se estaba quedando sin espacio para vivir. Las flores cubrían el
apartamento, incluido el baño y la cocina.
Leah se detuvo para verlo y se paró en medio de la sala de estar, sobre el único lugar donde
podría en este momento.
—¡Oh, Dios mío! ¿De quién son estas flores?
—Del Dr. Youngblood. —Stefan se sentó en el sofá y movió un jarrón para poner sus pies
sobre la mesa de café.
Leah tomó una tarjeta de uno de los jarrones y la leyó, sonriendo.
—Parece que el doctor quiere una cita.
Stefan suspiró. —No puedo, mamá.
—¿Qué pasó, cariño? —Leah se unió a él en el sofá, pasando su mano por su cabello. Había
crecido más grueso que antes.
Stefan le contó la historia. Leah miró la cara de su hijo mientras él habló sobre el lado personal
del Dr. Youngblood. Ella podría decir que Stefan se estaba enamorando del impetuoso pero brillante
médico. A pesar de la ira evidente, ella podía ver el amor en sus ojos.
—Así que ahora te estás escondiendo—. Leah sonrió.
—¿Qué? No, no lo estoy. —Stefan rebotó en el sofá y fue a la nevera, moviendo jarrones en su
camino.
—Este hombre te ha enviado flores durante dos semanas. Creo que él habla en serio. —Leah se
dirigió hacia él y le tomó la mano. —¿No estás haciendo lo mismo que él hizo? ¿Correr porque tienes
miedo de lastimarte?
—¡Es diferente, mamá! Extendí la mano y él me dejó, dos veces—. Stefan suspiró.
—Bueno, parece que ya está listo.
—Sí, parece es la palabra operativa. No sé si puedo arriesgar mi corazón otra vez.
—El amor es un riesgo; si no estás dispuesto a caer, nunca vendrá. —Leah le besó la frente. —
Te veré pronto.
~~ * ~~
Tomó un poco de trabajo de detective, pero Bethany finalmente descubrió dónde se estaba
quedando Jordan.
Stefan se dirigió al ascensor e intentó respirar normalmente. Él estaba nervioso. En realidad, no
había estado con nadie de esa manera. Había besado a Morgan y se habían acariciado algo, pero
nunca habían hecho el amor. Ahora Stefan estaba nervioso. Jordan era más viejo y probablemente
había estado con varios hombres; tomó un respiro profundo y bajó del ascensor. Llamó a la puerta
suavemente, esperando a medias que Jordan no estuviera en casa. Su corazón corría un millón de
millas por hora cuando la puerta se abrió. Jordan usaba jeans, sin camisa.
—Hola. —Stefan sintió un rubor barrer sus mejillas.
—Hola—. Jordan ya quería besarlo. —¿Quieres entrar?
Stefan pasó junto a él y lo arrojó contra la puerta. Sus manos fueron al cabello de Jordan
automáticamente, y él lo atrajo al mayor beso explosivo que Jordan había sentido alguna vez. Stefan
estaba agarrando su cuello, mordiéndole el labio y empujando su lengua dentro de su boca con tal
fuerza que Jordan se olvidó de respirar.
Las manos de Stefan estaban sobre él, agarrando su trasero, acariciando el frente de sus jeans.
Desabotonó el botón superior y deslizó su mano en la delantera de los pantalones de Jordan.
Stefan apretó una erección muy grande que parecía estar haciéndose más grande.
—Jordan, —suspiró Stefan.
La cabeza de Jordan estaba en otro lado; él estaba tratando de enfocarse en lo que le estaba
sucediendo, pero por el amor de Dios, no pudo formar palabras. Los hermosos labios de Stefan
estaban en todas partes. Él rasgó la camisa de Stefan con una mano. Los botones se dispersaron y
luego las manos de Jordan estaban en él. Sus lenguas se encontraron de nuevo y Jordan lo jaló más
cerca.
—Tenemos que ir a la habitación, Stefan - ¡ahora!
Stefan agarró su mano y tiró de él por el pasillo, el instinto llevándolo a la habitación. Acaban
de llegar a la puerta cuando Jordan lo empujó hacia ella y la cerró de golpe.
—¿Qué quieres, Stefan? Dime.
Se apartó para ver la cara de Stefan, estaba cubierto de sudor, y sus labios estaban rojos y
ligeramente magullados por los besos.
—Quiero que me hagas el amor. Quiero sentirte en todos los sentidos posibles.
Jordan lo miró de pies a cabeza. Jesús, el niño parecía francamente angelical.
—¿Estás seguro? Necesito saber que no solo estás haciendo esto porque piensas que es lo que
quiero. Solo haré esto si estás listo.
Stefan suspiró y mordió su delicioso labio inferior.
—No voy a mentir. No tengo mucha experiencia con esto y no quiero decepcionarte, Jordan.
Pero te quiero; te quiero más que nada en este momento. —Stefan lo miró a los ojos. —Por favor
dime que todavía me quieres.
Jordan acarició su rostro.
—Te quiero más que a nada, Stefan. Lo hago desde hace mucho tiempo. Pero quiero que estés
seguro de que esto es lo que tú quieres. Que tú me quieres a mí y solo a mí. No hay medio camino, es
todo o nada.
Jordan esperó, contando inconscientemente las respiraciones suaves de Stefan.
—Todo.
Era lo único que Jordan necesitaba escuchar.
Finalmente llegaron a la cama, bañados por el suave resplandor de una lámpara. Jordan estaba
arriba, sus manos a ambos lados de la cara de Stefan.
—Dios mío, Stefan, eres tan hermoso, —susurró Jordan.
La cara de Stefan se enrojeció instantáneamente.
—Nadie me ha llamado nunca hermoso.
Jordan bajó lentamente sus labios hacia los de Stefan; el beso fue muy suave. Estaba tan
perdido en esos labios carnosos.
Las manos de Stefan acariciaron la cara de Jordan mientras miraba sus ojos azules.
—Me estoy enamorando de usted, Dr. Youngblood, —susurró.
Jordan levantó la cabeza y miró al hombre que quería desde hacía meses, todo lo que quería
escuchar de Stefan Sanders en realidad estaba saliendo de esa hermosa boca.
—Es Jordan—. Lo besó suavemente, pasando la lengua por sus labios.
Stefan pasó su mano por el pecho de Jordan y acarició todo el camino hasta la parte superior de
los bóxers. Él deslizó su dedo debajo de la pretina, haciendo que el aliento de Jordan se detuviera.
—Te quiero a ti y solo a ti, y te quiero ahora.
Su mano serpenteó hacia los bóxers suaves, y acarició de arriba a abajo lentamente, Jordan
dejó escapar un largo gemido y molió sus caderas despacio. Luego volvió a besar esos labios
tentadores, que habían retenido su mirada desde el primer día. Esos malditos y seductores labios iban
a ser su muerte.
Stefan tenía una idea de qué hacer, pero tenía miedo de que la inexperiencia decepcionaría al
hombre mayor. Que él no iba a dar la talla de alguna manera.
Jordan tomó su rostro entre sus manos y lo llevó a sus labios.
—Stefan, me encanta el hecho de que no hayas tenido mucha experiencia, créeme.
Se relajó un poco mientras pasaba la lengua por el pecho de Jordan.
Deteniéndose para jugar con su pezón. Encontró su camino a los calzoncillos de Jordan de
nuevo, reclamando la impresionante erección. Él la acarició lentamente, mirando su cara todo el
tiempo.
Jordan gimió y puso sus manos en las sábanas. Stefan aplicó más presión y fue más rápido.
—Jesús, Stefan, —respiró Jordan. —Voy a correrme si no disminuyes la velocidad.
—Lo siento—. Stefan lo soltó y retrocedió un poco.
—Está bien—. Jordan rodó y puso a Stefan encima. Él lo atrajo y lo besó, tomando su mano y
poniéndola entre sus piernas.
—¿Quieres hacer el amor conmigo?
—Yo... yo nunca he hecho eso, —susurró Stefan.
—Si no quieres, no tenemos que hacerlo. Estoy perfectamente bien besándote y tocándote, y
estoy realmente bien contigo tocándome, —sonrió Jordan.
—Quiero hacer el amor contigo—. Stefan lo miró a los ojos.
Jordan sonrió y lo besó. Se tomó su tiempo y ayudó Stefan con todo. Ah, ¡La juventud! Stefan
aprendió rápido y Jordan se retorcía en la cama en cuestión de minutos. Los dedos de Stefan lo
estiraron, lo examinaron, lo llevaron al borde y luego los sacó. Cuando finalmente entró, dejó escapar
un fuerte gemido y lo agarró tan duro que tenía miedo de dejar magulladuras.
La forma en que Stefan le hizo el amor... nunca nadie lo había hecho sentirse así. Era tan bueno
que quería llorar. Stefan era un natural.
La lenta embestida y los suaves besos dejaron a Jordan sin aliento, aferrándose a él, agarrando
su pelo y tirando de él para profundizar el beso. La mano de Stefan se envolvió alrededor de él y lo
acarició incluso mientras empujaba en él.
Tomó todo lo que Stefan tenía para mantener su cordura mientras Jordan se retorcía debajo de
él. Él nunca había hecho el amor y ahora parecía ir a por un registro. Sintió los dedos de Jordan
apretar su culo y luego fue atraído con fuerza por su amante. Stefan se corrió. El fuerte grito que dejó
sus labios lo sorprendió, y desencadenó el orgasmo de Jordan. Stefan cayó en un beso que lo dejó sin
aliento y lo hizo luchar para permanecer consciente.
En una maraña de extremidades y manos suavemente itinerantes, Jordan besó a Stefan y
acarició su rostro mientras exploraba su boca. Él amaba besar al joven; pensó que no podría parar.
Oyó la tranquila voz de Stefan flotar a través de su brumoso resplandor.
—¿Estuvo bien?
Jordan los hizo rodar, manteniendo a Stefan dentro de él.
—Fue el mejor que he tenido.
—Mentiroso, —Stefan sonrió.
Jordan palmeó su rostro. —No. Es verdad. Nunca he sentido por nadie lo que yo siento por ti.
—¿En serio? —Stefan sonrió tímidamente.
—De verdad—. Jordan sonrió, dejando que su pulgar acariciara sus labios. —Dios, me
encantan tus labios. La primera vez que los vi, me hundí.
Stefan sonrió.
—Bueno, he oído que son deliciosos.
—¿Chicos gay en Seattle? —Jordan arqueó una ceja.
—Sí, —Stefan se rio.
—Bueno, ahora son míos, —Jordan sonrió, fijando sus manos en la cama.
—¿En serio? —Stefan sonrió levantando la cabeza para besarlo.
Jordan lo encontró a mitad de camino.
—Si me dejas, me gustaría hacerlos míos.
Stefan sonrió, trazando los labios de Jordan con la yema del dedo.
—Yo era tuyo desde el momento en que nos encontramos.
~~ * ~~
Llegó la mañana y cuando Jordan salió de la ducha, él se dio cuenta de que nunca había estado
tan dolorido en toda su vida. Stefan no era de ninguna forma pequeño; se preguntó cómo conseguía
meterlo todo en sus pantalones. Jordan entró al dormitorio con la toalla alrededor de su cintura y se
detuvo ante la vista en su cama. Stefan estaba acostado sobre su estómago con un pie fuera y las
sábanas apenas cubriendo su hermoso trasero.
Jordan sintió que se endurecía de nuevo. El hombre en su cama era pura perfección. No había
nada sobre Stefan Sanders que no amara. Jordan estaba buscando un bóxer limpio cuando escuchó a
Stefan moverse.
—Buenos días, hermoso—. Stefan sonrió. Se dio cuenta de que Jordan se estaba vistiendo, y su
sonrisa se convirtió en un puchero. —¿Ya te duchaste y te vas?
El puchero de Stefan hizo que Jordan quisiera abrazarlo y besarlo y comprarle lo que él
quisiera. Era tan malditamente sexy.
—Duchado sí, yéndome no, —rio Jordan. —¿Por qué debería ir a cualquier lugar cuando tú
estás en mi cama?
Stefan se rio. —Bueno doctor, estoy hambriento, tuve un gran entreno anoche—. Stefan le
guiñó un ojo.
—No hagas eso, Stefan, —rio Jordan. —En algún momento de hoy tengo que comer y hacer
algunas cosas. Contigo mirándome así no me estás motivando a hacer otra cosa que no sea
arrastrarme de vuelta a la cama y hacer el amor contigo otra vez.
Stefan mantuvo su puchero.
—Awww, pobre Dr. Youngblood, seducido por un hombre más joven. Qué horrible para ti.
Stefan se dio la vuelta y se levantó de la cama. La vista de Stefan Sanders desnudo en su
habitación hizo que Jordan realmente apreciara la vida. Su pecho estaba perfectamente cincelado y
sus abdominales eran francamente escandalosos; la V hasta las caderas era perfecta. Definitivamente
había estado entrenando.
—Dr. Youngblood, ¿hola? —Stefan sonrió y agitó su mano frente a la cara del doctor. —Voy a
darme una ducha; tal vez podamos ensuciarnos nuevamente mientras nos limpiamos.
Pasó por Jordan y le quitó la toalla.
—¿Te vienes? —respiró en la oreja de Jordan.
—Todavía no, pero lo haré pronto.
Stefan se rio y entró a la ducha con Jordan detrás de él. Se volvió hacia Jordan y se lamió el
labio inferior mientras el hombre mayor lo agarró por el culo.
—Te quiero Jordan, todos los días, todo el día y toda la noche. Y siempre te querré. ¿Estás bien
con eso?
Jordan sonrió.
—Más de lo que sabes, Stefan; más de lo que tú nunca sabrás.
Capítulo 6
Stefan aún se estaba poniendo los pantalones cuando Jordan entró en la habitación. Él era
absolutamente hermoso. Jordan estaba parado en la entrada simplemente apreciando la vista.
—Hice el desayuno si tienes hambre—. Sonrió a un Stefan sin camisa. —¿Alguna vez te ves
como una mierda, Stefan?
Stefan se llevó un dedo a la frente en una postura de pensamiento falso, tocando su frente.
—Hmm... Hubo una vez cuando estaba pálido y pastoso y calvo; creo que vomité en un doctor
caliente también.
Jordan arrojó una tostada del plato que estaba sosteniendo a la cabeza de Stefan.
—Eso fue diferente; estabas enfermo. Y todavía te encontraba atractivo.
Stefan se rio.
—¡Ahora hay mantequilla en mi cabello y tengo que empezar de nuevo!
Jordan sonrió.
—Funciona en ti, déjalo.
Dio media vuelta y regresó a la cocina. Stefan salió unos minutos más tarde, pasando una toalla
sobre la parte frontal de su cabeza.
—Eres tan infantil, Jordan. En serio. ¿Tostada con mantequilla?
Jordan sonrió
—Oye, era lo único que podía arrojarte que no te haría daño.
Stefan se sentó a la mesa y comenzó a comer los huevos y el tocino.
—Realmente necesitas venir a mi casa alguna vez, Jordan. Mi mamá hace la mejor comida.
Jordan se giró y lo miró.
—¿Quieres que conozca a la familia, Stefan? Quiero decir... sé que resolvimos algunas cosas
anoche, pero ¿estás listo para presentarme como tu novio?
Stefan casi se atragantó con la comida que estaba comiendo.
—¿Quieres ser mi novio? Quiero decir, sé lo que dijiste anoche y yo sé lo que dije;
simplemente no pensé que estuvieras listo para ir a ese nivel—. Stefan se sonrojó. No tenía idea de si
Jordan realmente quería estar con él de esa manera.
Jordan suspiró.
—Bueno, estamos haciendo las cosas al revés. Normalmente no me acuesto con alguien a
menos que sea mi novio, Stefan. Mírame.
Stefan levantó la vista de su plato. Sabía que estaba sonrojado, pero no pudo evitarlo. Cuanto
más lo intentaba, más rojo se volvía.
—Quiero estar contigo. Quiero ser tu novio. Si tú lo quieres.
Stefan se levantó y caminó hacia Jordan, que estaba parado en el mostrador.
—Sí, Jordan. Quiero que seas mi novio. —Stefan ahuecó la cara de Jordan en sus manos y se
inclinó, sus labios a centímetros de distancia. —Mi sexy doctor novio, —Stefan susurró y bajó los
labios.
~~ * ~~
Estaban sentados en el sofá media hora más tarde y Jordan lo miró con la ceja arqueada.
—Lo entiendo, Stefan. Realmente lo hago; por favor deja de explicarme como si tuviera dos
años, —Jordan le sonrió.
Stefan quería decirle a su ex que estaba saliendo con su doctor. Jordan, en realidad no lo
entendía del todo; el tipo era un asno. Pero así era Stefan, tan preocupado por los demás. Había sido
una de las razones por las cuales se había enamorado de él tan fuerte y tan rápido.
Stefan sofocó una carcajada.
—A veces actúas como uno—. Estoy sorprendido de que no golpees el suelo con el pie más a
menudo.
Jordan agitó su mano.
—Uh eh, bla, bla, bla. ¡No puedo oírte! —Jordan se llevó los dedos a los oídos.
—Tengo que decírselo a Morgan en persona antes de hacerlo público, Jordan. Él merece saber
que seguí adelante, y él debería escucharlo de mí.
Jordan suspiró.
—Lo sé; no estoy celoso si eso es lo que estás pensando. Solo me preocupa que Morgan te
haga sentir culpable.
Jordan se pasó la mano por el pelo. Odiaba esta idea, Stefan a solas con Morgan, explicando
por qué siguió adelante y bla, bla, bla. Morgan realmente le inquietaba.
—Jordan, vamos, no es tan malo. Y volveré antes de que te des cuenta. —Stefan se puso de pie
y se puso la chaqueta.
—Lo sé. Voy al hospital, pero volveré a las seis, así que ¿por qué no me llamas cuando
termines? —Jordan agarró la mano de Stefan. —Si me necesitas para algo simplemente llama, ¿de
acuerdo? —Dejó caer un rápido beso en los labios de Stefan y salió por la puerta.
Stefan agarró sus llaves y echó un vistazo por el apartamento.
—Aquí vamos, —suspiró.
~~ * ~~
~~ * ~~
Jordan revisó su teléfono; un nuevo mensaje. Él había estado preocupado por la reunión de
Stefan con Morgan, pero luego, como siempre, lo habían obligado a hacer algo médico. Él sonrió y
apretó el botón de correo de voz.
—¡Hey Soy yo! ¿Puedes encontrarme en tu casa? Todavía no tengo espacio en mi casa. Un
tipo loco, pero muy caliente, me ha enviado un ramo de flores, y ahora tengo una colmena en mi
sala de estar. Te veo pronto.
Jordan sonrió y decidió guardar el mensaje. Él adoraba escuchar la voz de Stefan. No
importaba lo que estuviera pasando en su día, él sabía que podía depender de Stefan para mejorarlo.
Usualmente con alguna broma estúpida, o la forma en que mostraba esos hoyuelos criminalmente
adorables.
Jordan arrancó su auto y sonrió ante la canción de amor en la radio.
—Estoy tan enamorado.
Él sonrió.
Quince minutos después, estaba subiendo en el ascensor hacia su apartamento. Deslizó la llave
en la puerta, se dirigió a la habitación e inmediatamente contuvo la respiración.
Stefan estaba sentado en la cama, solo con un estetoscopio. Estaba contra la cabecera, tenía una
rodilla levantada, y tan pronto como Jordan entró a la habitación, comenzó a girar la mitad inferior
del estetoscopio
—¿Por favor Dr. Youngblood... me examina? —Stefan sonrió, extendiendo sus piernas más
ampliamente.
Jordan no pudo dejar de mirar. El estetoscopio contra el cuerpo desnudo de Stefan lo estaba
volviendo loco.
—Creo que necesito que me revisen el pulso, doctor.
Stefan estaba sonriendo y bateando sus pestañas. Esas pestañas largas, esa sonrisa tímida, esos
hoyuelos, era demasiado. La cabeza de Jordan zumbó con una sobrecarga sensorial sexy.
—¿Dr. Youngblood? ¿Tienes la lengua atada? Te puedo ayudar con eso si quieres...
Jordan cruzó lentamente la habitación. Stefan se puso de rodillas y se dirigió al borde de la
cama. Jordan se detuvo justo frente a él. Mirando a los ojos de Stefan, sintió una necesidad
primordial de entrar en Stefan, tenerlo todo, reclamarlo.
Stefan comenzó a desabrochar los pantalones de Jordan y los deslizó hacia abajo con su bóxer.
Jordan se quedó sin aliento y Stefan lo miró.
—Te extrañé, Jordan. Y tengo fiebre. Probablemente deberías hacerme un examen muy
completo. —Miró por debajo de sus pestañas.
La voz de Stefan era tan baja que era casi como un animal. Tomó la polla de Jordan y se la
metió en la boca. Jordan estaba tan sorprendido, soltó un gemido que era mucho más fuerte de lo que
esperaba. Stefan estaba tomándolo todo y las manos de Jordan estaban en su cabello, suavemente
empujando su cabeza.
—Stefan…—Fue todo lo que pudo decir. Tiró de un reacio Stefan lejos de su polla y lo empujó
sobre la cama. —Quiero estar dentro de ti ahora, Stefan. Quiero sentirte envuelto a mi alrededor.
Jordan se subió encima de Stefan, besándolo, chupando sus labios, agarrando y apretando todo
lo que pudo. Stefan estaba gimiendo y contorciéndose. Jordan lo penetró suavemente con su dedo.
Hubo un pequeño jadeo y luego un gemido antes de que entraran más dedos, suavemente lo sondeó y
lo estiró. Stefan estaba gimiendo tan fuerte ahora que pensó que él alertaría a todo el edificio.
Jordan buscó un condón y se lo deslizó. Él quería estar frente a Stefan; quería poder mirar esos
ojos marrón chocolate mientras le hacía el amor. Él abrió sus piernas tanto como pudo y suavemente
se introdujo. Casi llegó en ese momento. Stefan estaba tan apretado que era increíble. Jordan
lentamente se empujó más y más profundo hasta que estuvo todo adentro. Sabiendo que él era el
único hombre con el que Stefan había estado estuvo a punto de provocarle un colapso.
Stefan dejó escapar su aliento lentamente.
El dolor había sido insoportable al principio, pero a medida que Jordan se movía lentamente, se
volvió más placentero.
—Jordan... más rápido, —respiró. —¡Más fuerte!
Jordan aceleró el ritmo, golpeando a Stefan una y otra vez de nuevo, acertando su próstata.
Stefan se levantó de la cama y se vino con un fuerte grito. Agarró la cara de Jordan y tiró de él hacia
abajo; sus labios se encontraron y Jordan se vino con tanta fuerza que gritó. Él estaba dejándose caer
encima de Stefan tratando de recuperar el aliento cuando lo escuchó.
—Me siento mucho mejor doctor. Esta visita a domicilio fue justo lo que necesitaba.
Jordan se rio y lo jaló en un beso.
~~ * ~~
~~ * ~~
—¿Así que este es el hombre por el que mi sobrino ha caído? Dios mío, Dr. Youngblood, eres
un buen partido, ¿no es así? —Angela ronroneó.
La cara de Stefan se volvió de un rojo intenso.
Jordan sonrió. A él ya le gustaba esta mujer.
—Creo que soy yo el afortunado, Srta. Santorno. —Jordan tomó la mano de Angela y la
sacudió.
Stefan vio a su tía mirar a Jordan de arriba a abajo, y él estaba sorprendido de ver a Jordan
divirtiéndose.
—Tía Angie, por favor, ¿podemos sentarnos? Tenemos mucho de qué hablar.
Angela se sentó en la mesa de la cocina con Heath.
—Así que, Dr. Youngblood, Stefan nos dice que estás trabajando en Saint Mary”s. Un hombre
con tu talento debería estar trabajando en un hospital mucho más grande.
Jordan sonrió.
—Me gusta allí. El jefe de gabinete es un ex sacerdote y déjame decirte cuánto de sentido del
humor tiene ese tipo sobre los gays, —Jordan se rio entre dientes. —Él sigue queriendo que lo llame
jefe, pero yo lo llamo Harry.
—¿Es ese su nombre? —Leah se rio.
—Creo que sí, —dijo Jordan.
Angela se rio.
—Bueno Jordan, ¿cuáles son tus intenciones con nuestro Stefan entonces?
—Quiero hacerle feliz. Haré lo que sea para hacerle feliz.
Stefan se sonrojó de nuevo y tomó la mano de Jordan.
—Bueno, puedo ver cuánto te preocupas por él—. Leah ya había visto a su hijo con Jordan —
Esperaba que esto sucediera.
—Pensé que te gustaba Morgan. —Jordan sonrió.
—Quiero lo mejor para mi hijo, y tú lo eres. —Leah sacudió su mano. —Tomaste su caso
cuando nadie más haría lo que era necesario. Siempre estaré agradecida.
Jordan acarició la cara de Stefan.
—Valió la pena.
—Además, me gusta cualquier hombre con una cuenta en el florista local —Leah sonrió.
~~ * ~~
~~ * ~~
—Me divertí esta noche. —Jordan sonrió, mirando a Stefan en el asiento del pasajero.
—Yo también, —bostezó Stefan. —Creo que, si mi tía se saliera con la suya, te haría dejar de
ser gay y te llevaría con ella.
Jordan se rio.
—¿De verdad lo crees? Siempre me han gustado las mujeres mayores.
Stefan se rio.
—Cállate. —Juguetonamente golpeó a Jordan en el hombro. Una vez en casa, Jordan caminó
directamente a su habitación para encender la luz. Escuchó a Stefan tropezar con algo en la sala de
estar.
—Ay.
—Oye, ven aquí, —le susurró Jordan a Stefan.
Stefan se dirigió cuidadosamente alrededor del sofá y hacia el cuarto. Jordan cerró la puerta y
se quitó la camisa. Stefan fue dando tumbos, tratando de quitarse el otro calcetín cuando Jordan lo
empujó en la cama.
—Aquí, déjame desnudarte antes de que te caigas. Si no lo supiera mejor diría que estabas
borracho.
Stefan sonrió.
—Pero tú lo sabes mejor. Solo estoy cansado. Creo que estaba tan estresado acerca de cómo
sería la noche que cuando finalmente fue bien solo me relajé. Mucho.
Jordan estudió a Stefan, su Stefan. Suspiró y tocó su cara.
—Súbete a la cama, Stefan; pareces cansado.
Stefan se arrastró hasta las almohadas y se acurrucó; Jordan se quitó los pantalones y se
arrastró a su lado. Estaban uno frente al otro y Jordan pasó su dedo por el labio inferior de Stefan.
—¿Stefan?
—¿Hm? —Los ojos de Stefan se agitaron.
—Te amo, —Jordan susurró.
Los ojos de Stefan se abrieron de golpe.
—¿Tú lo haces?
—Sí, lo hago, —Jordan rio en voz baja. —No te veas tan sorprendido.
Stefan palmeó su rostro y lo besó suavemente.
—Yo también te amo.
Jordan lo atrajo y sintió los latidos de su corazón en su pecho; él le pasó las manos por el pelo
y le besó la frente. Escuchó la suave respiración de Stefan y miró su cara. Él lo amaba. Él nunca
había estado enamorado y ahora lo estaba.
Solo había tardado treinta y tres años.
~~ * ~~
Estaban sentados en la mesa de la cocina jugando ajedrez al día siguiente cuando Jordan dejó
escapar un suspiro exasperado.
—Stefan, estoy envejeciendo aquí.
Stefan estaba concentrado en el tablero.
—Lo sé Jordan, y está bien. Todavía te amaré cuando tu cabello se ponga gris y todos tus
dientes caigan. Especialmente cuando tus dientes se caigan. —Echó un vistazo a Jordan por debajo
de sus pestañas y levantó una ceja.
Jordan le dio la “mirada” y continuó.
—Si no mueves pronto me voy a quedar dormido. Y saca tu mente de eso.
Stefan estaba sonriendo.
—¿Qué quieres decir? Sólo lo digo. —Stefan recogió el alfil y lo movió tres espacios.
—Oh, Sr. Sanders, verá que ya estoy tres pasos por delante de usted. Debe pensar como yo
cuando jugamos al ajedrez.
Stefan se estaba frotando la sien.
—No puedo pensar como un hombre viejo y sucio; soy demasiado joven.
Jordan juguetonamente lo pateó por debajo de la mesa.
—Quería hablar contigo acerca de buscar un lugar para vivir. Realmente quiero que nos
mudemos juntos. Espero que eso sea lo que quieras, también. —Jordan levantó la vista para ver la
sorpresa en los ojos de Stefan. —Sé que será una tortura vivir conmigo – quiero decir, la comida
china, el...
Stefan llegó al lado de Jordan y lo abrazó.
—Yo quiero eso, no tienes ni idea. Quiero que tengamos un lugar propio, Jordan—. Stefan se
enganchó al cuello de Jordan, mordisqueando y corriendo besos a lo largo de su oreja.
Jordan suspiró y tiró a Stefan en su regazo. Pasó sus labios sobre Stefan lentamente.
—Te quiero en mi cama todas las noches, Stefan Sanders. Y quiero despertar para ver esta cara
todas las mañanas.
Stefan jugó con los botones de la camisa de Jordan, lentamente desabrochando uno a la vez.
—¿Qué tal si vamos a tu habitación ahora mismo y tú me enseñas algunos movimientos que no
tienen nada que ver con el ajedrez?
Jordan sintió que se ponía duro. Agarró a Stefan por la cintura y lo arrastró por el pasillo. Las
ropas salieron en un tiempo récord. Jordan tenía a Stefan en la cama, pasando su lengua por su
cuello, jugando con sus pezones y frotando su erección. La espalda de Stefan se arqueó y gimió
cuando Jordan bajó por su cuerpo. Él sintió a Stefan cogerlo del pelo y obligarle a levantarse para
que sus labios se encontrasen; sus erecciones frotándose juntas. Jordan estaba frotándose contra
Stefan, su lengua explorando su boca. Stefan dejó escapar un gemido gutural y explotó.
Pasaron la siguiente media hora en la cama discutiendo las ventajas de tener paredes
insonorizadas.
Capítulo 8
Jordan pensó en lo rápido que había pasado otro mes... era tan fácil estar con Stefan. Siempre
se estaban riendo y Stefan tenía una forma de desafiarlo como nadie más; él amaba su combate
verbal. Hoy se encontrarían en la cafetería durante su descanso para el almuerzo. Jordan estaba
esperando en la cola para tomar un café cuando apareció una cara familiar a la vista.
—Entonces, veo que ya volvimos a practicar medicina. Debe ser bueno tener abogados caros y
un novio rico, Dr. Youngblood.
Jordan lo miró.
—Mire, sé que todavía está molesto por lo que sucedió y lo siento. Pero no hice nada malo.
Hice todo lo que pude. Puede creerme o no.
Jordan miró al hombre que tenía delante; él estaba roto, tenía, al menos, un par de semanas de
vello facial, sus ojos estaban inyectados en sangre y parecía que no se había bañado en mucho
tiempo.
—¡Jordan!
La voz de Stefan flotó en la cafetería. Él había venido por la puerta de atrás.
El hombre frente a Jordan sacó algo de su bolsillo, haciendo que los ojos de Jordan se
ensanchasen en estado de shock.
—Me quitaste a la gente a la que amaba, Youngblood. Primero Charlie, y luego mi esposa ¡ella
se suicidó porque perdió a su hijo! ¡Ahora mira cómo se siente tener a alguien que te quita a quien
más amas!
Stefan vio el destello de un arma y corrió para alcanzar a Jordan, quien estaba tratando de
coger el arma. Pero el hombre fue demasiado rápido. Él se inclinó alrededor de Jordan y apretó el
gatillo. Stefan sintió que un calor increíble lo atravesó, cuando la fuerza de la bala lo derribó.
—¡Oh, Dios mío! ¡Stefan! —Jordan corrió hacia su novio, agarrando un mantel de una mesa
para aplicar presión en el abdomen de Stefan. —Por favor Stefan... oh, Dios, espera ahí. Alguien
llame a una ambulancia, ¡maldita sea!
La gente gritaba y se apresuraba para salir del café. Se disparó un segundo disparo y Jordan se
arrojó sobre el cuerpo de Stefan.
—Oh, Dios, Stefan, ¡Por favor! ¡Aguanta! ¡Te tengo! Por favor, no me dejes... por favor,
Stefan, ¡no me dejes!
Las sirenas atravesaron los gritos y Jordan se inclinó sobre Stefan de nuevo. —Ya vienen,
cariño; están casi aquí. No te voy a dejar nunca, ¿me oyes?
—Duele, Jordan, —jadeó Stefan, cerrando los ojos. —¿Por qué? ¿Por qué me disparó el Sr.
Williams?
—¡Lo siento mucho, Stefan! Dios mío, todo esto es culpa mía. ¡Lo siento! Estoy aquí. ¡Te
quiero mucho, Stefan! Por favor, quédate conmigo, ¡abre tus ojos! Stefan, oh Dios, por favor abre los
ojos! —Jordan se sentó en el piso acunando la cabeza de Stefan en su regazo y tocando ligeramente
su mejilla.
Se limpió los ojos; estaban borrosos y se dio cuenta de que estaba llorando. Esto no podía estar
sucediendo, no a Stefan. Él había pasado suficiente, maldición.
Los ojos de Stefan se agitaron.
—Te amo, Jordan, mucho.
Los técnicos de emergencias médicas aparecieron e intentaron que Jordan se alejara.
—¡Tiene que moverse, señor! ¿Quiere que muera? ¡Déjenos hacer nuestro maldito trabajo!
Jordan se movió, pero se quedó de pie mirando inexpresivamente la sangre en sus manos.
Sangre de Stefan.
Sostuvo la frágil mano de Stefan en la ambulancia; su otra mano alisando el cabello rubio de su
frente.
—Estoy aquí, Stefan... yo no te dejaré, —sollozó.
Stefan había perdido mucha sangre. Habían controlado el sangrado y estaban tratando de verter
tanta sangre en él como pudieron. Heath y Leah estaban de pie junto a las puertas del hospital cuando
la ambulancia finalmente llegó a Saint Mary.
—¡Dios mío, Jordan! ¿Qué diablos pasó? —Heath se apresuró a la camilla para ver a su hijo.
—Fue Williams, Heath, el tipo de Washington, quien me acusó de matar a su hijo. Yo... pensé
que esto había terminado. Pero él debe haberse vuelto loco y vino aquí para vengarse. Él estaba en el
café, tenía una pistola. Yo... traté de detenerlo... pero ya era demasiado tarde... disparó a Stefan...
¡Dios mío, le disparó a Stefan! —Jordan estaba llorando otra vez mientras giraba y corrió tras la
camilla hacia el hospital. —¡Necesito un equipo ahora mismo! —gritó.
—No vas a ir a ninguna parte cerca de la OR7, Jordan, —dijo Harry firmemente, agarrando al
médico más joven por el brazo. —No puedes, y lo sabes. Deja que los doctores hagan lo que mejor
saben hacer. Prometo que Stefan está en buenas manos y me aseguraré de que alguien venga aquí
para decirte lo qué está pasando. —Harry movió su mano hacia el hombro de Jordan y lo empujó
suavemente hacia la silla de la sala de espera.
Jordan levantó la mirada suplicante.
—Por favor... por favor, no lo dejes morir, Harry. Todo esto es culpa mía. ¡Dios mío, todo esto
es culpa mía!
Jordan estaba llorando otra vez, su rostro en sus manos.
—¡Hijo de puta!
Jordan escuchó la voz en el pasillo y vio a Morgan acusarlo. Se levantó para calmar la
situación, pero se encontró con un gancho de derecha en su cara.
—¿Cómo pudiste? ¿Cómo pudiste dejar que esto sucediera, hijo de puta presumido?
Heath agarró a Morgan y lo empujó.
—Escucha, Morgan, sé que estás enojado. Todos lo estamos. Pero esto no es culpa de Jordan;
no había ninguna manera de que él pudiera haber sabido que Williams iba a aparecer y disparar a
Stefan. Así que, si te vas a quedar aquí, te vas a callar y sentarte. ¿Me entiendes? —Heath gritó.
Morgan se derrumbó en una silla al otro lado de la habitación, donde Leah se unió a él.
Heath se sentó al lado de Jordan.
—Jordan, Stefan estará bien. Hiciste todo lo que pudiste.
Jordan levantó la vista.
—Debería haber sido yo, Heath. Debería haber sido yo. Lo intenté; traté de coger el arma. Yo
habría hecho cualquier cosa para proteger a Stefan. —No podía pasar por eso otra vez; él no podía
perder a alguien más.
Heath puso sus brazos alrededor de sus hombros.
—Stefan es fuerte, Jordan. Él lo es. Más de lo que crees. Él va a salir a través de esto.
Jordan levantó la vista, devastado.
—Será mejor que lo haga. Nunca me perdonaré si algo le sucede a Stefan por mi culpa. Nunca.
~~ * ~~
Dos horas después, una enfermera finalmente se les acercó. Jordan apareció al instante.
—¿Qué está pasando? Por favor, dime que él es... —Jordan intentó leer su cara.
—El Señor Sanders está fuera de cirugía. Los doctores tuvieron que quitar su bazo, pero él está
fuera de peligro. Él está bien, Dr. Youngblood. Puede ir a verlo ahora, —le dijo a Heath.
Heath se levantó.
—Gracias, enfermera—. Se volvió hacia Jordan. —Vamos.
Jordan levantó la vista, con el rostro enrojecido por el llanto. Él no se había detenido desde que
vio a Stefan caer.
—Ve con Leah y Morgan, Heath. Deberías verlo primero.
—Jordan, todos iremos e iremos ahora. Así que cálmate por Stefan. ¿Lo entiendes? —Heath
dijo con determinación.
Caminaron hacia la habitación de Stefan y Jordan dejó de respirar mientras miraron a través
del cristal. Stefan estaba acostado en la cama con una vía IV en su mano. Él tenía un vendaje grueso
en su abdomen y parecía tan pequeño.
—Pueden verlo algunos a la vez, pero no todos al mismo tiempo, —la enfermera instruyó.
Jordan se sentó junto a la cama, levantó la mano de Stefan y la besó.
—Estoy aquí Stefan... estoy aquí.
La enfermera estaba revisando su línea y fluidos.
—Él estará sedado por un tiempo; puede quedarse aquí todo el tiempo que quiera, Dr.
Youngblood.
Heath se adelantó.
—Gracias...—Él miró su etiqueta. —Gwen, lo apreciamos—. Acarició el cabello de Stefan y
se movió, así Leah podría sentarse al otro lado.
Morgan estaba parado junto a la puerta, no muy seguro de lo que debería estar haciendo.
—Dr. Youngblood, necesito hablar contigo aquí en el pasillo—. Harry hizo un gesto desde la
entrada.
—¿No puede esperar, Harry? —Jordan no quería dejar a Stefan solo todavía.
—Lo siento Jordan, no puede. Esperé todo lo que pude y ahora es necesario que vengas
conmigo.
Jordan se levantó y caminó hacia la puerta, claramente enojado.
—¿Qué es Harry? ¿No ves que estoy ocupado?
—Te necesitan en cirugía. Esperé todo lo que pude, pero está claro que el paciente necesita un
neurocirujano, y uno bueno. Si yo tuviera una elección, no te molestaría. Pero hay una bala alojada
en su lóbulo temporal derecho, y él necesita cirugía ahora.
Jordan miró a Harry. Algo en sus ojos lo estaba poniendo muy incómodo.
—¿Nombre del paciente?
Harry se movió y se preparó.
—Es Williams, Jordan. Él va a morir si no realizas la cirugía.
Jordan se quedó boquiabierto, con los ojos muy abiertos.
—¿Esperas que salve la vida del bastardo que acaba de tratar de matar al hombre que amo?
¿Has arrasado el gabinete de sustancias controladas, Harry? Debes estar drogado si crees que voy a
tocar a ese hombre, y mucho menos a salvarle la vida.
—Sé que es mucho pedir. Pero eres un doctor, el mejor. Bien, necesitamos lo mejor ahora.
Hiciste un juramento y espero que lo respetes. Créeme, traté de encontrar a alguien más para hacer
esto. Ellos no llegarán a tiempo.
Jordan estaba estupefacto.
—¿Estás bromeando no? ¡Esta mierda solo pasa en la TV y en las películas! ¡Sabes que no
puedo entrar allí y operar a ese hombre!
Oh, la ironía de eso, tener a Williams a su merced.
—Jordan.
La voz débil salió de la habitación detrás de él.
—Jordan, ven aquí, —dijo Leah.
Stefan estaba despierto, apenas. Él había escuchado la discusión cuando el volumen se
incrementó. Jordan estaba a su lado en un instante.
—Dios mío, bebé... estás bien... Lo siento mucho, Stefan... lo siento mucho.
Stefan tiró de la mano de Jordan hacia su pecho; su cabeza estaba confusa, pero él estaba
decidido.
—Tienes que operar, Jordan; no puedes dejarlo morir.
—¡No puedes hablar en serio! ¡El hombre intentó matarte!
Stefan sonrió débilmente al hombre frente a él, luchando por mantenerse consciente. Cuán
lejos habían llegado desde su primer encuentro en el hospital: las observaciones inteligentes de
Jordan, su combate verbal.
—Tú tienes que operarle, Jordan. Y tienes que dar lo mejor de ti. No puedo ser responsable de
la muerte de Williams, y si lo arruinas a propósito, sabré que lo hiciste por mí. No puedo vivir con
eso, Jordan—. Los ojos de Stefan se cerraron.
Jordan suspiró.
—No quiero dejarte, Stefan.
—Estaré bien. Mamá y papá están aquí. Quiero que hagas esto. Y tienes una obligación ética.
Jordan miró a Stefan; no podía creer que quisiera que salvara la vida del hombre que le
disparó. Pero Stefan era el hombre más cariñoso que él alguna vez se había encontrado.
—Pensé que iba a dispararte, Jordan... Vi el arma. Yo lo intenté... yo... traté de alcanzarlo antes
de que él te disparara y entonces... —La débil voz de Stefan se apagó.
—Lo sé bebé.... Shhh. Está bien; eras tú el que él quería, no yo. Él quería que hacerme sufrir
como él sufre.
Stefan alcanzó la mano de Jordan.
—Oye, estoy bien. Lo estoy. Ahora ponte en marcha y salva una vida, Dr. Youngblood. Eso es
una orden, —terminó débilmente.
—Lo haré por ti, Stefan. —Se inclinó y rozó ligeramente sus labios con los suyos. —Te amo;
Te amo mucho.
~~ * ~~
La cirugía fue mucho menos complicada de lo que esperaba Jordan. Por supuesto que fue fácil
para él; se había pasado la vida aprendiendo a hacer esto. Hubo momentos durante la cirugía en los
que Jordan tuvo que dar un paso atrás y calmarse. Nadie en el quirófano lo cuestionó. Todos ellos
sabían quién era el hombre sobre la mesa y respetaban que él realizase la operación. Él era un
profesional, y él mantendría su reputación, incluso si lo mataba. Él había trabajado demasiado para
ganarla. Tres horas después, Jordan salió del quirófano exhausto y ansioso por ver a su novio.
Se limpió, se cambió con ropas limpias y se abrió paso de regreso a la habitación de Stefan.
Estaba dormido, respirando uniformemente y con un ligero ronquido. Jordan sonrió cuando tocó
ligeramente la frente de Stefan, moviendo el cabello hacia atrás. El hombre más joven se movió.
—Jordan, —murmuró en voz baja.
Jordan se sentó al lado de la cama y tomó la mano de Stefan. Él corrió sus labios ligeramente
sobre la mano de Stefan.
—Te amo, —suspiró. Él no se había dado cuenta de que había otros en la habitación hasta que
escuchó una leve tos.
—Jordan, nos vamos a casa ahora que has vuelto. Él ha estado preguntando por ti; ha estado
dentro y fuera de la conciencia por un tiempo —Heath parecía cansado, pero logró sonreír. —Cuida
de nuestro chico, ¿quieres?
Heath lo abrazó y Jordan no pudo contener un suspiro.
—Esto no fue tu culpa; yo sé eso. Leah lo sabe y Stefan lo sabe. Así que no dejes que tu cabeza
vaya allí, debes ser fuerte para Stefan.
Leah se acercó y abrazó a Jordan.
—Cuida de mi bebé, Jordan. Él te va a necesitar—. Ella le dio un rápido beso en la mejilla y se
fue.
Morgan estaba de pie en la esquina con sus manos en sus bolsillos.
—Mire, eh, Dr. Youngblood, lamento haberle golpeado, es solo eso... bueno... ya sabe, —se
calló.
Jordan asintió y volvió su atención a Stefan.
—Volveremos por la mañana, Jordan. La enfermera dejó una cama para ti antes; ella pensó que
la necesitarías.
Con eso, Heath y compañía se fueron, dejando a Jordan al lado del hombre que amaba, el
hombre por el que haría cualquier cosa.
Capítulo 9
—Dr. Youngblood.
Era la enfermera Gwen. Jordan abrió los ojos lentamente. Stefan estaba envuelto alrededor de
él. Se había metido en la cama con él cuando Stefan despertó en pánico.
—El Dr. Thompson necesita verle. —Ella vio venir la protesta de Jordan. —Es solo por un
momento - informes post-operatorios y tal, —ella dijo rápidamente.
Jordan suspiró. Él no quería moverse. Stefan parecía tan cómodo; él no quería despertarlo.
Besó la frente de Stefan y lentamente desenredó sus miembros.
—Vuelvo enseguida, —le susurró en el cabello a Stefan mientras lo besaba.
Se encontró con Harry en el pasillo.
—Williams está despierto, Jordan. Supongo que él asumió que no iba a sobrevivir a su herida
de bala auto infligida, —Harry suspiró.
—Si no fuera por Stefan, no lo habría hecho, —gruñó Jordan.
—Sin embargo...—Harry comenzó, —Voy a ir a verlo.
—Lo tengo que ver Harry.
—Jordan.
—Simplemente lo salvé. ¡No voy a darme la vuelta y matarlo! —Jordan estalló en frustración.
—Siempre controlo a mis pacientes después de la operación y no voy a cambiar ahora.
Jordan caminó por el pasillo hacia la habitación de Williams. Había dos policías haciendo
guardia; ellos asintieron a Jordan.
—Estoy seguro de que puedo confiar en que no matará al sospechoso, ¿Verdad Dr.
Youngblood?
Jordan se volvió.
—¿Usted es?
—Trent Ridley, —sonrió el hombre. —He sido amigo de Stefan durante un largo tiempo.
—¿Después de que le prometí a Stefan que salvaría la vida de este imbécil? No voy a matarlo
en esta vida, Ridley.
Trent resopló. Todo lo que había oído sobre el doctor era cierto. Trent era un viejo amigo de
los Sanders. Cuando Bethany le contó sobre el doctor, él no había pensado que la relación
funcionara. Chico, había estado equivocado.
Jordan abrió la puerta para ver a Curtis Williams apuntalado en la cama.
—Bueno, Sr. Williams, debe ser agradable estar sentado y tener un buen desayuno sin tener
que ser alimentado a través de un tubo—. Jordan cogió el gráfico y comenzó a hojearlo. Los signos
vitales eran normales. Por supuesto que lo eran; él lo había operado.
Los ojos de Williams se abrieron de par en par.
—¿Qué demonios estás haciendo aquí? ¡Aléjate de mí!
Jordan caminó hacia la cama y puso su mano sobre la boca de Williams.
—Vamos a aclarar algo, pedazo de mierda: te salvé la vida. ¿Por qué? No por el juramento
médico de no hacer daño. Lo hice porque el hombre al que disparaste me lo pidió.
Jordan esperó a que se filtrara la información. Los ojos de Williams se hicieron más amplios.
—Está bien. Él vivió, idiota, y me pidió que salvara tu vida. Así que eso es lo que hice, porque
haría cualquier cosa por él. ¿Me entiendes?
Williams estaba sacudiendo la cabeza.
—Hice todo lo que pude por Charlie. Sí, te dije que iba a lograrlo, porque todos los signos
indicaban que era el caso. Voy a lamentar esas palabras por el resto de mi vida. Lo amaba como si
fuera mi hijo. Sé que eso no te ayudará, pero aclaremos algo: le disparaste a Stefan, vas a ir a la
cárcel y si alguna vez te acercas a Stefan otra vez... —Jordan trajo su cara lo más cerca posible de
Williams, —Terminaré con tu vida de la manera más lenta posible y me aseguraré de que estás
despierto hasta que tomes tu último aliento. ¿Está claro? —Jordan dio media vuelta y salió de la
habitación sin mirar atrás.
~~ * ~~
Stefan se sintió mucho mejor. Les pidió a las enfermeras que lo llevaran a dar un pequeño
paseo por el exterior.
—Stefan, sabes que no podemos hacer eso. Estamos bajo órdenes estrictas del Dr.
Youngblood, y sabes cómo es cuando se trata de ti—. Gwen puso los ojos en blanco.
Stefan se rio.
—Sí, sé que puede ser un poco... abrasivo.
Gwen se rio.
—Eso es decirlo suavemente. Él no te ha dejado solo en cuatro días. Tiene a alguien en la
habitación contigo todo el tiempo. Si tiene que ducharse, agarra a alguien, si tiene que...
Stefan levantó su mano. —Lo entiendo, lo entiendo, —se rio.
—¿Stefan? —Morgan estaba en la puerta, arrastrando los pies de un lado al otro. Lentamente
se dirigió hacia allí. —Oye, ¿cómo te sientes? —Se inclinó para abrazar a Stefan.
Stefan se aseguró de que fuera rápido.
—Estoy mucho mejor, gracias.
—¿Quieres que te lleve de vuelta a tu habitación, Stefan? —Gwen estaba mirando de Stefan a
Morgan.
—No, está bien. Morgan puede hacerlo, te veré más tarde.
Morgan agarró las manijas de la silla de ruedas y se dirigió hacia la habitación de Stefan.
—Odio las sillas de ruedas, —Stefan suspiró. Él había estado en una constantemente cuando
tuvo su tumor.
—Quería hablar contigo antes, Stefan, pero no tenía ganas de encontrarme con Jordan. Solo
quería decirte que me alegro de que estés bien.
—Papá me dijo que golpeaste a Jordan.
Morgan parecía sorprendido.
—Um, lo siento por eso. Sólo estaba tan enojado. No pude evitarlo. Pero él ni siquiera se
defendió. Él estaba entonces... roto, Stefan. Nunca lo había visto tan indefenso. Él te ama. Yo sé eso
ahora. Solo espero que seas feliz.
Stefan sonrió cuando Morgan lo llevó de vuelta a su habitación.
—Yo soy feliz, Morgan. Incluso aquí en el hospital, estoy feliz. Sé que Jordan me ama; sé qué
haría cualquier cosa por mí. Él cree en mí y yo creo en él. Lo siento si eso te lastima, Morgan, pero tú
y yo solo seremos amigos.
Morgan sonrió.
—Lo sé. Yo sólo quiero que seas feliz.
—Lo soy, Morgan. Realmente soy.
Jordan estaba de pie afuera de la puerta de Stefan con una gran sonrisa.
~~ * ~~
—Oh, vamos, Jordan. ¡Sabes que tienes el poder de hacer que esto suceda! —Stefan se quejó.
Él quería salir del hospital, como, ayer. Dios, estaba harto de comer comida de hospital. En raras
ocasiones, Jordan le trajo chino no picante. La mitad del tiempo él descubrió que no podía comerlo
todo, y luego Jordan lo terminaría. Estaban sentados en la cama de Stefan jugando al ajedrez de
nuevo.
—No es mi decisión, Stefan. No soy tu médico... ya lo sabes—. Jordan sonrió. Stefan se veía
mucho mejor. Su color estaba de vuelta y él había estado caminando por el hospital. Jordan estaba
feliz de que estuviera vivo y sentado junto a él.
—Lo siento, Stefan. Sé que lo he dicho cientos de veces, pero no puedo evitarlo. Lamento
mucho que te haya pasado esto—. Jordan iba a perderse; él podía sentir su garganta apretarse.
—Jordan... deja de hacerlo. ¿Cuántas veces tengo que decir que no es tu culpa? No te culpo.
No había nada que pudieras haber hecho. Estás empezando a sonar como yo, no todo es tu culpa, ¡so
idiota!
Jordan miró a Stefan entonces, tenía esa sonrisa juguetona en sus labios y sus hoyuelos se
mostraban. Él era tan condenadamente adorable. Jordan se acercó para rozar sus labios con los suyos.
—Me pregunto cuánto tiempo tomará hasta que regrese a la normalidad y podamos reanudar...
actividades. —Stefan dio su mejor sonrisa seductora.
—¡No puedes hablar en serio, Stefan! ¿Estás pensando en el sexo? —Jordan se rio.
—¿Contigo? ¡Demonios, sí, estoy pensando en eso!
—Tengo tu documentación de alta, Stefan. —Harry estaba de pie en la entrada, una sonrisa
inclinada arrugando su rostro.
Stefan se sonrojó.
—¿Supongo que escuchaste eso?
Harry sonrió.
—¿Oí qué?
Jordan se rio.
—Gracias, Harry. No puedo esperar para tener este joven hombre en casa.
Harry sonrió.
—Lo apuesto.
Stefan se arrastró fuera de la cama e intentó sacar la ropa del armario.
—Aquí, déjame ayudarte—. Jordan agarró la ropa de Stefan.
Después de que Stefan se fue a la privacidad del baño, Harry caminó hacia Jordan.
—¿Está todo en su lugar?
Jordan sonrió
—Sí, lo tengo todo hecho esta mañana, mientras él estaba durmiendo. Entonces, te veremos
alrededor de las cinco, ¿verdad?
Harry leyó su reloj.
—Correcto, Dr. Youngblood.
Dio media vuelta y caminó por el pasillo, dejando a Jordan con una sonrisa.
~~ * ~~
El viaje a casa fue demasiado tranquilo para Stefan. Para hacerlo peor, tenía los ojos vendados.
—¿Es esto realmente necesario, Jordan? Quiero decir que yo sé dónde vives y puedo decir que
no vamos allí—. Se movió en el asiento.
Jordan echó un vistazo y suspiró. Su corazón se hinchó al ver al hombre de aspecto frágil a su
lado. Pero él tenía todo su color de nuevo ahora, y estaba sanando bastante rápido.
Bethany sugirió que era por Jordan que Stefan se había recuperado tan rápido, pero Jordan
pensó que eso era una tontería. Sin embargo, cuanto más lo pensaba, más se preguntaba si era cierto.
La idea de tener a Stefan a su lado todos los días lo hacía sentir mejor, solo por saber que alguien
estaba allí y se preocupó por él.
—¿Qué quieres decir? Quizás vayamos a casa de Bethany.
—Cuando salimos del hospital, giraste a la derecha en lugar de a la izquierda. Yo puedo tener
los ojos vendados, pero he vivido aquí toda mi vida, Jordan—. Stefan estaba sonriendo ahora. Podía
escuchar el suspiro exasperado de Jordan.
—Solo siéntate ahí y sé un buen chico y deja de hostigarme. Ya casi estamos de todos modos.
—Jordan dio vuelta al auto por un camino de tierra y condujo aproximadamente una milla más o
menos antes de que el automóvil se detuviera.
Jordan hizo un balance de la casa. No era un palacio, pero era justo lo que él pensó que Stefan
amaría. Le había llevado una eternidad encontrarla. No estaba muy lejos de la ciudad y no demasiado
lejos de los padres de Stefan, por lo que era un lugar perfecto para vivir. Él quería asegurarse de que
Stefan estaba feliz, y estar cerca de la familia hacía que Stefan estuviera feliz. Jordan salió del auto y
se fue al lado de Stefan, abriendo la puerta para él.
—Estamos aquí —Jordan volvió a Stefan hacia él y le quitó la venda. Los ojos marrones
vagaron por la cara de Jordan; él estaba usando una linda sonrisa. —Bienvenido a casa, Stefan.
Espero que te guste. —Le dio a Stefan un beso rápido y luego lo giró para enfrentar la casa. Stefan
jadeó.
—¡Oh, Jordan! ¡Oh, Dios mío! ¡Es perfecta! —Caminó hacia la casa de inmediato. Las
persianas azules proporcionaron un toque de color contra el exterior blanco, y una terraza daba la
vuelta alrededor de la casa. —¿Cuándo... cuándo lo hiciste, Jordan?
—No siempre estoy en el hospital, Stefan. Yo encontré tiempo para tener otras cosas hechas.
El día que hablamos sobre la convivencia fue el día que hice algunas llamadas.
—¿Llamaste el mismo día? —Los ojos de Stefan se abrieron de par en par.
Jordan no pudo evitar reír. Parecía un niño así, con los ojos abiertos y maravillados.
Stefan había estado caminando por toda la casa durante quince minutos cuando Jordan oyó un
grito ahogado desde la habitación de atrás.
—¡Jordan! ¡No me dijiste que había un lago atrás! —Stefan había salido por la puerta de la
suite principal y estaba caminando por el campo cuando Jordan finalmente lo atrapó.
—Para alguien que acaba de salir del hospital, seguro que eres algo rápido, Stefan. —Jordan
jadeó ligeramente después de correr para alcanzar a su novio. Lo último que necesitaba era que
Stefan cayera y se rompiera algo.
—Jordan, esto es tan hermoso! ¡Es perfecto! ¡No puedo creer que hayas hecho esto! —Stefan
lo abrazó fuerte.
La cara de Jordan estaba en el cabello de Stefan y el olor de él lo volvió loco. Él besó un lado
de su cuello.
Stefan gimió e inclinó su cabeza para permitirle un mejor acceso.
Jordan estaba besando el hueco de su cuello, pasando la lengua a lo largo su mandíbula,
finalmente encontrándose con sus labios. La mano de Stefan se deslizó debajo de su camisa, mientras
que la otra mano acariciaba su culo.
—Stefan...—Estaba empezando a sentir el calor en el frente de sus pantalones.
—Mmm, Jordan...—suspiró Stefan.
Jordan intentó alejarse, pero la fuerza de la lengua de Stefan sondeándolo era demasiado.
Quería sentir su piel sobre él, pero al mismo tiempo sabía que era demasiado pronto para continuar
así. Él rompió el beso y se alejó. Los ojos de Stefan volaron hacia él y parecía herido.
—Mira Stefan... acabas de salir del hospital. Tanto como yo quiero esto ahora mismo, no
quiero hacerte daño. Me mataría si te hago daño.
Stefan suspiró.
—Lo sé, lo entiendo. Yo solo... te extraño, añoro besarte, añoro sentirte, tenerte... —su voz se
apagó y su cabeza se inclinó a la izquierda. —¿Escucho autos?
Stefan se volvió para escuchar y Jordan aprovechó ese momento para tomar su mano y guiarlo
de vuelta a la casa. Vinieron por el frente justo a tiempo para ver al menos diez automóviles en el
camino de entrada y una limusina que subía.
Stefan se volvió lentamente y puso sus manos sobre los hombros de Jordan.
—¿Qué hiciste? —preguntó con un toque de emoción en sus ojos.
Jordan dirigió una sonrisa tímida.
—Invité a tu familia a darte la bienvenida a tu hogar.
La mirada en los ojos de Stefan era pura adoración. Jordan nunca tuvo a alguien que lo hubiera
mirado así. Él quería agarrar a Stefan y besarlo, pero se quedó dónde estaba y apenas sonrió esa tonta
y torcida sonrisa.
Stefan agarró su mano
—Sé el tipo de esfuerzo que te costó hacer esto Jordan; nunca sabrás cuánto significa para mí.
—Stefan se inclinó y le dio un casto beso en la boca.
—Oigan, ustedes dos, llévenlo a un dormitorio, ¿sí? —La voz de Trent sonó.
Stefan agarró a Jordan.
—Por Dios, tú me amas, ¿verdad?
—Cuando dije que haría cualquier cosa por usted, Sr. Sanders, lo dije en serio.
~~ * ~~
A las seis, la casa estaba llena. Harry había venido con la enfermera Gwen, Bethany había
venido con Jacob a remolque, Leah y Heath estaban sentados en el sofá y Angela estaban en la
cocina con Jordan. Stefan estaba disfrutando simplemente de ver a los invitados. Trent estaba en la
chimenea hablando suavemente con Bethany. Stefan apenas podía escuchar la conversación, pero él
podría haber jurado que escuchó a Bethany decir algo sobre no discutir “eso” en este momento.
Fue a la cocina a escuchar a Jordan y Angela. Ellos estaban discutiendo la construcción de una
nueva ala de neurología en St. Mary”s, y Jordan había hecho una broma sobre cómo nunca había
querido venir al “Infierno”, el apodo para Texas. Angela soltó una carcajada y la conversación pasó a
otro tema. Trent entró en la cocina.
—¡Stefan, vamos afuera! Quiero ver todo el lugar.
Los ojos de Stefan se encontraron con los de Jordan, quien asintió.
Quería que Stefan se relajase. Él no quería que sintiera que tenía que hacer otra cosa que
divertirse.
Cuando salieron de la cocina, Stefan sonrió. Trent era como un niño pequeño, casi saltando
mientras se dirigían al lago.
—Oye, Stefan, ven a ver esto.
Trent estaba mirando el gran roble al lado del lago. Parecía que él estaba entrecerrando los
ojos. Stefan se unió a él y miró hacia donde señalaba.
Estaba un poco oscuro, pero tenía luz suficiente para ver lo que alguien había grabado en la
corteza.
—¿Eso dice lo que creo que dice? —Trent miró el árbol con su boca abierta.
Stefan miró más cerca. Sacó su teléfono celular y lo apuntó hacia el árbol.
—Todo mi amor para ti, para toda mi vida.
Stefan miró por encima de las palabras y vio su nombre tallado en el árbol, y justo debajo de
eso, el nombre de Jordan.
—¡Escribió en un árbol para ti! ¡Un árbol! —Trent jadeó. —Dios mío, el Dr. Desagradable
tiene un corazón. ¡El Dr. Jordan Youngblood talló tu nombre en un árbol! ¡Ese tipo está tan
enamorado de ti! —Trent se rio. —¡Oh, diablos! ¿Puedo darle mierda por esto? Vamos, Stefan, ¡será
mi maldita década! —Trent estaba saltando arriba y abajo. Jordan había entrado en la cara de Trent
varias veces cuando Stefan estaba en el hospital; el policía estaba decidido a obtener los recuerdos de
Stefan del tiroteo antes de que Jordan pensara que debería hacerlo.
—¡Trent crece! Y no, no puedes darle una mierda a Jordan. ¿Cuándo te convertiste en un
adolescente?
Trent hizo un puchero.
—Oh, está bien... le quitas la diversión a todo. Vamos, regresemos.
Stefan echó una última mirada al árbol y pasó sus dedos sobre la inscripción.
La noche estaba terminando y los invitados estaban haciendo sus despedidas. Jordan estaba de
pie en la entrada abrazando a todos mientras salían. Stefan todavía no podía superar a este Jordan;
este no era el hombre que llegó a la ciudad gritando órdenes a la gente e insultándolos. Bethany fue
la última en salir. Ella abrazó a Stefan y besó su mejilla.
—Te veré mañana para el almuerzo, ¿verdad? —Sonrió.
Stefan asintió y miró a Jordan. Él estaba sosteniendo a Jacob y besándolo en la frente. —
Buenas noches, pequeño amigo.
Jacob juguetonamente le dio una bofetada a Jordan en la cara y Bethany rompió a reír.
—De acuerdo muchachos, pasen una buena noche. Y disfruta de tu nuevo lugar—. Le guiñó un
ojo a Jordan.
Jordan entró a la cocina para limpiar. Para su sorpresa, estaba impecable.
—Sí, Bethany y mi madre—. Stefan señaló con la mano por la habitación. —Supongo que
estaban teniendo un ataque de TOC.
Jordan tiró de Stefan en sus brazos.
—Pasaste un buen momento, ¿bebé?
La columna vertebral de Stefan se estremeció y sintió el calor apresurarse en la parte delantera
de sus pantalones.
—Lo siento, Jordan, realmente no lo pasé bien—. Hizo una pausa durante algunos latidos. —
¡Lo pasé genial! ¡Muchas gracias por esto, Jordan! Realmente no tienes idea de lo que esto significa
para mí. No solo comprar esta hermosa casa para nosotros, sino saber lo importante que es que mi
familia y amigos compartieran mi regreso a casa.
En algún lugar entre besar la garganta de Stefan y pasar a su oído, Jordan logró una,
—¡Esa pausa te va a costar, mocoso!
Stefan lo llevó a la habitación. Estaba a punto de cerrar la puerta y luego se rio.
—¿Qué es tan gracioso? —La cabeza de Jordan estaba inclinada en confusión.
—Me acabo de dar cuenta de que no tengo que cerrar la puerta; este es nuestro lugar.
Jordan sonrió. —Sí, lo es.
Tomó la mano de Stefan y tiró de él hacia la cama. Él puso sus manos sobre su cabeza, y luego
le quitó la camiseta. Las manos de Stefan cayeron sobre su torso inmediatamente, y sus mejillas se
enrojecieron.
—¿Qué sucede? —Susurró Jordan.
Stefan se movió y se alejó.
—Yo... yo no quiero que me veas, —susurró.
Jordan lentamente giró a Stefan para enfrentarlo y la mirada en sus ojos hizo que su corazón
doliera.
—¿Por qué? ¿Por qué no puedo mirarte?
Stefan bajó la vista al suelo, todavía tratando de cubrir su abdomen con ambas manos. Jordan
lentamente le quitó las manos y se arrodilló frente a él. Pasó la yema del dedo lentamente sobre la
cicatriz donde la bala había entrado en él y lentamente la besó.
Se puso de pie y gentilmente empujó a Stefan a la cama. Él bajó él mismo hasta que estaban a
centímetros de distancia y luego bajó los labios y lo besó lentamente, pasando sus manos por el
cabello de Stefan.
—Nunca pienses que no te quiero, Stefan, o que alguna vez tienes que estar avergonzado de
cualquier cosa. Amo cada parte de ti, ¿lo entiendes?
Stefan asintió y alcanzó a Jordan. Sus labios se encontraron de nuevo y Jordan suspiró. Estaban
en su casa, en su cama. Y todo era como debería ser.
Capítulo 10
Stefan se despertó y rodó para encontrar el lado de la cama de Jordan. Vacío. Hubo un
momento de pánico antes de que el olor a canela llegase a él. Podía oler el café, también. Rodó de la
cama y se dirigió a la ducha. La sensación del agua caliente cayendo de su espalda era el cielo y él se
inclinó hacia el chorro.
Saltó cuando sintió una mano corriendo por su torso.
—¡Jordan, me has asustado!
Jordan puso sus brazos alrededor de la cintura de Stefan, tirando del joven hombre hacia su
pecho.
—No pude evitarlo; viéndote en la ducha masajear el jabón en tu pecho, era tan erótico.
Stefan enlazó sus brazos alrededor del cuello de Jordan y lo jaló hacia abajo en un beso. Jordan
gruñó y la mano de Stefan se movió hacia su creciente erección. Jordan rompió el beso y se alejó.
—Stefan, no podemos. —Jordan jadeó, mientras trataba de controlar su erección.
—Creo que alguien tiene otros planes—. Stefan señaló a Jordan sus regiones bajas.
—No es que no quiera, Stefan; solo quiero esperar un par de días más, ¿de acuerdo? —Jordan
palmeó su rostro.
—¿Un par de días más para qué? Entonces mis bolas pasarán de azul a púrpura. —Stefan hizo
un puchero. —No tenía idea de que estabas tan interesado en el color.
Jordan suspiró. Odiaba cuando Stefan hacía un puchero. Lo hacía sentir tan culpable, pero
extrañamente excitado al mismo tiempo.
—Oye, solo piensa en ellas como “bolas de humor”, ya sabes, como los anillos, —sonrió
brillantemente.
Stefan no se divirtió.
—Por favor, trata de entender; no quiero hacerte daño.
Stefan resopló.
—Pfft... bien, tienes un día más y eso es todo. —Se volvió y agarró la toalla de la puerta.
Jordan estaba solo en la ducha; él quería hacer entender a Stefan que no era porque no lo
quisiera; él solo quería asegurarse de que no tuviera ningún dolor cuando finalmente hicieran el amor
de nuevo. Finalmente entró a la cocina y vio a Stefan llenándose la cara con tostadas francesas.
—¡Oh, Dios mío! Te he convertido en mí, —se rio.
—¿Sí? Y tú te convertiste en mí—. Stefan sonrió ante el recuerdo de la talla en el roble en la
parte trasera cuando Jordan lo miró con una mirada de “¿de qué me estás hablando?” Stefan solo se
rio y empujó otro tenedor lleno de tostadas francesas en la boca.
~~ * ~~
~~ * ~~
Jordan echó un vistazo al restaurante y miró su reloj. Él estaba temprano para su reunión, pero
Stefan tenía una cita hoy para una resonancia magnética para asegurarse de que el tumor no hubiera
comenzado a regresar. Él había sido expulsado de la habitación en el momento en que había
cuestionado las credenciales del médico. Aparentemente fue grosero y egocéntrico.
Lo que sea.
Jordan resopló.
Habían pasado dos semanas desde el colapso en el mismo comedor y él no quería a Stefan con
él, de todos modos. Lo mejor era cuidar de esto solo.
—¿Dr. Youngblood?
Fue obligado a abandonar sus pensamientos por la voz del fiscal del distrito. Jordan se puso de
pie y juntó las manos con el hombre más bajo.
—Yo le agradezco su visita, Sr. Stevens. Necesito que esto esté hecho y hecho rápidamente—.
Jordan volvió a sentarse.
—Bueno, no es frecuente que mi oficina reciba una llamada de Angela Santorno, Dr.
Youngblood. Entonces, ¿quiere que el juicio avance tan pronto como sea posible?
Jordan asintió.
—¿Estoy seguro de que sabe que fue al sobrino de la Srta. Santorno a quien dispararon?
El fiscal asintió.
—Entiendo que él también es su novio.
Jordan entornó los ojos.
—¿Tiene algún problema con eso, Señor Stevens?
El fiscal parecía incómodo bajo la mirada de Jordan.
—No, en absoluto. ¿De verdad cree que usted y el Sr. Sanders son los únicos hombres gay en
la ciudad?
Jordan se rio.
—No, soy un gilipollas por naturaleza.
—Bueno, puedo ver por qué Angela le admira. ¿Cómo llegó hasta aquí?
Jordan explicó cómo había venido a Fort Worth, omitiendo la participación de Damon
Santorno.
—El caso es, Sr. Stevens…
—Es Robert, por cierto.
—Robert, mi novio necesita terminar con esto. No puedo verlo volver a la normalidad solo
para tener el trasero en el juicio seis meses o tres años a partir de ahora. Stefan necesita superar esto
ahora y seguir adelante. El asesoramiento ha ayudado, pero para realmente superar esta pesadilla,
tiene que haber terminado. En general, no soy alguien que pide favores, pero si ayuda…
Robert asintió.
—Ambos han sido citados, por lo que no hay forma en que pueda mantenerlo alejado del
tribunal. También cuenta a tu favor que salvaras la vida de Williams incluso después de que le
disparó a tu novio. —El teléfono de Robert sonó. —Disculpa, tengo que tomar esto.
Jordan se frotó la cara con las manos y suspiró profundamente. ¿Cómo iba a decirle a Stefan
que tenía que enfrentar a Williams otra vez? Eso no iba a ser fácil.
~~ * ~~
—¿Tengo que qué?
La voz de Stefan era tan pequeña que el corazón de Jordan se apretó en su pecho.
—Estaré allí. Puedes mirarme cuando testifiques, Stefan. Lo prometo. Puedes hacerlo.
Stefan había ido a ver a un terapeuta amigo de Jordan de la escuela de medicina. Ella era la
mejor.
En este momento parecía que podría vomitar. Él estaba sudando de nuevo y sus manos
comenzaron a temblar.
—No quiero verlo otra vez, Jordan. Todavía puedo ver su rostro por la noche, la mirada en sus
ojos cuando apretó el gatillo.
Jordan atrajo a Stefan hacia él; podía sentir su aliento en su cuello en bocanadas cortas. Quería
aliviar su dolor, mantenerlo seguro.
—Ya lo sé Stefan, pero tenemos que hacer esto; tienes que hacer esto para que puedas avanzar
y sanar.
Las manos de Stefan lo agarraron con más fuerza por la cintura. Jordan puso su dedo bajo su
barbilla y gentilmente levantó su rostro. Los ojos marrones hicieron que su corazón latiera más
rápido en su pecho. Él bajó la cabeza y pasó sus labios ligeramente sobre los de Stefan. El beso
comenzó lentamente y leve, pero luego Jordan sintió que Stefan se movía y ahora estaba a horcajadas
sobre él, en la silla.
La lengua de Stefan separó sus labios y él cedió con un suspiro. Sus dedos desabotonaron la
camisa de Jordan y la bajaron por su espalda, todavía buscando su boca lentamente. Él llevó sus
manos a su pecho y suavemente las bajó a sus pantalones. Desabrochó la cremallera y acarició la
erección de Jordan. Jordan gimió y echó la cabeza hacia atrás, dándole la oportunidad de besar su
cuello. Sus manos fueron instintivamente al culo de Stefan. Lo levantó de la silla y lo llevó a la
habitación.
El cuerpo de Stefan estaba comenzando a sanar. Él había recuperado el peso y sus viajes al
gimnasio estaban mostrando resultados que Jordan había notado. No habían hecho el amor en un
tiempo y él podía decir que Stefan estaba poniéndose frustrado. La primera vez que lo intentaron
después de regresar a casa, Stefan experimentó dolor cuando entró en él y eso fue todo. Jordan se
había negado a continuar. Stefan hizo un puchero.
Una semana después y Stefan se sentía mejor; eso fue obvio. Jordan sonrió. Stefan se cernió
sobre él, besando su pecho y frotándolo.
Sintió a Stefan bajar por su torso y atrapó su aliento cuando se detuvo y pasó la lengua por su
abdomen inferior.
—Date la vuelta, Jordan, —dirigió Stefan, su voz ronca y llena de lujuria.
Jordan hizo lo que le dijo y sintió el deslizamiento de la erección de Stefan entre sus mejillas
casi de inmediato. La lengua de Stefan hizo su camino abajo de la espalda de Jordan y luego Stefan
estaba mordiendo su culo. Jordan sintió que sus nalgas se extendían y, antes de que pudiera decir
nada, sintió la lengua de Stefan penetrándolo.
—¡Oh, mierda!
Él gimió y se arqueó sobre sus rodillas, dándole a Stefan la oportunidad de apoderarse de su
polla y acariciarlo. Un golpe de lengua y luego Stefan lo penetró lentamente. Jordan comenzó a
temblar, gruñir y gemir. Stefan lo levantó para que su espalda estuviera contra su pecho. Jordan puso
su brazo detrás de la cabeza de Stefan y lo jaló en un beso. Él se probó a él mismo en la lengua de
Stefan cuando se encontraron, serpenteando entre ellos y chupando suavemente mientras Jordan se
balanceaba cada vez más rápido mientras Stefan lo acariciaba.
—Stefan, voy a...
Stefan lo cortó.
—Yo también, —respiró profundamente.
Hubo un fuerte gemido y se aferraron el uno al otro. Ellos se besaron lentamente cuando
Jordan se llevó a Stefan a la cama. Él lo bajó suavemente y lo besó, pasando sus manos por su pecho.
Mientras ellos estaban uno frente al otro, todavía respirando pesadamente, él llevó sus dedos al
cabello de Stefan y lo cepilló hacia atrás.
—Podemos hacer eso, Stefan, —susurró Jordan.
—Yo puedo, Jordan. Mientras estés conmigo.
Jordan le sonrió al hombre cuya propia sonrisa hizo que su corazón se saltara un latido.
—Siempre estaré contigo, Stefan, —murmuró Jordan mientras iba a por otro beso.
~~ * ~~
Estaban desayunando en la cafetería del hospital una mañana cuando sonó el celular de Jordan.
—Hola, Robert, ¿qué puedo hacer por ti esta mañana?
Stefan miró a su novio con mucho cuidado. Fue como cuando estaban en Washington; nunca
se podría decir qué estaba pensando Jordan. A menos que estuviera pensando en sexo. El
pensamiento hizo a Stefan reírse entre dientes y él obtuvo una mirada perpleja de Jordan, lo que le
hizo reír de nuevo.
—Muy bien; gracias, le avisaré. —Jordan terminó la llamada y extendió la mano sobre la mesa
hasta las manos de Stefan. —El juicio comienza el lunes, Stefan. Somos los primeros en testificar.
Jordan miró a Stefan. Solo quería envolverlo en una burbuja y mantenerlo allí. Jordan tuvo
dificultades para creer que su dulce Stefan era el hijo de un mafioso cruel, pero luego había
momentos en que podía ver algo justo debajo de la superficie en los ojos de Stefan.
—Sé lo que estás pensando, Jordan. Puedo hacer esto. Estoy tan cansado de tener miedo todo
el tiempo, de cada pequeño ruido; tengo que volver a mi vida. No puedo estar en la cama todo el día
contigo todos los días.
Jordan hizo un puchero, lo que hizo reír a Stefan.
—No tienes la boca para hacer pucheros como yo, Dr. Youngblood—. La cara de Stefan se
transformó en su sexy puchero.
—Sabes que fue esa boca lo que me atrajo para empezar, Stefan. El primer día que te vi, no
pude dejar de mirarte la boca.
Stefan estaba sonriendo.
—¿Esta boca? —lentamente deslizó su lengua poco a poco sobre su relleno labio inferior.
—Mierda, Sanders, estamos en público, —susurró Jordan. Él sabía que estaba visiblemente
excitado.
—Bueno, entonces, vayamos a tu oficina—. Stefan se levantó y agarró sus manos.
—¡Pero no terminé de comer!
Stefan acercó sus labios a los suyos y puso las manos de Jordan sobre su trasero.
—Tengo un bocadillo para ti aquí.
Jordan no dijo nada; sacó a Stefan de la cafetería y dejó a las enfermeras detrás murmurando.
~~ * ~~
Jordan estaba en la cafetería esperando que el fiscal del distrito apareciera. No había estado allí
desde el día en que dispararon a Stefan y se estaba volviendo bastante claro para él por qué. Donde
fuera que mirara, todo lo que veía era a Stefan en el piso, Stefan sangrando.
No es de extrañar que Stefan no quisiera volver.
Hablaron largo y tendido sobre algún día volver juntos, pero por el momento Stefan estaba
bien consiguiendo cafeína en otra parte.
—Hola, Dr. Youngblood. —Morgan apareció junto a él con una bandeja en la mano. —
¿Quiere café esta mañana, o café y comida?
Jordan levantó la vista.
—¿Por qué estás trabajando aquí? ¿No tienes un camión lleno de dinero?
Morgan se erizó.
—No, mi papá tiene un camión lleno de dinero. Esto es su forma de hacerme humilde—.
Morgan puso los ojos en blanco. —Tengo que valerme por mí mismo.
Jordan estudió el menú, tratando de evitar la cara de Morgan. Pero en algún punto sabía que
tendría que mirarlo.
—Voy a tomar café, negro, sin azúcar, pero estoy esperando a alguien, así que esperaré hasta
que él llegue.
Morgan se sentó, sin ser invitado.
—¿Tiene una cita con alguien? ¡Yo sabía que usted le rompería a Stefan el corazón! Supongo
que no esperó demasiado, ¿eh? Stefan es demasiado necesitado ¿eh?
Jordan dejó su menú y miró a Morgan.
—Cierra la boca, Sr. Gibbs, antes de que lo haga por ti. No es que sea asunto tuyo, pero estoy
esperando al fiscal para poder discutir el próximo juicio, Stefan tendrá que soportarlo. Entonces, si
no te importa - o incluso si lo hace - lárgate.
Como si fuera una señal, Robert Stevens entró.
—Jordan, es bueno verte. ¿Cómo está Stefan?
Morgan se levantó rápidamente. A pesar de que tenía cerca de dos pulgadas más que Robert, se
sintió muy pequeño.
—¿Qué puedo conseguirle, señor...?
Jordan encontró el intercambio muy divertido. Robert estaba mirando a Morgan como si no
hubiera comido en semanas; la apariencia de un animal depredador estaba emergiendo mientras
miraba a Morgan como un premio.
—Es Robert. ¿Y tú eres?
Jordan suspiró.
—Es el ex de Stefan. Ah, y él es un aspirante a actor; está trabajando aquí para ser humilde.
Morgan miró a Jordan y le tendió la mano.
—Soy Morgan Gibbs.
Jordan estudió a Morgan mientras él examinaba a Robert. El fiscal tenía como un metro
ochenta, tenía el pelo negro azabache y ojos verdes. Él tenía un cuerpo bastante reforzado, que
Morgan descubrió cuando Robert se quitó la chaqueta y la arrojó sobre el respaldo de la silla.
—Bueno, un placer conocerte, Morgan. Tomaré café solo—. Robert volvió su atención a
Jordan. —Está bien, tenemos los testigos de la cafetería, y luego, por supuesto, a ti.
Los ojos de Robert seguían a Morgan por la habitación mientras hablaba. Jordan suspiró.
—¿Qué quieres saber, Robert? Lamentablemente, tengo un amplio conocimiento de Morgan
Gibbs, así que vamos a obtener esto terminado para que podamos concentrarnos en el asunto que nos
ocupa.
Jordan pasó la siguiente media hora dándole a Robert el “todo lo que querías saber sobre
Morgan Gibbs, pero realmente no querías saber” discurso. Robert se rio de vez en cuando con
algunas de las observaciones de Jordan.
—Solo por curiosidad, Robert, ¿cuántos años tienes? Me refiero a que no puedes ser más viejo
que yo, tienes una apariencia muy juvenil.
Robert se rio.
—Tengo casi treinta. Soy lo que llamarías un tipo inteligente.
Jordan no pudo reprimir una risa. —Me resulta muy difícil de creer, ya que estás mirando al
hombre al que he querido estrangular con mis manos desnudas, y diciendo que es una cosa dulce—.
Sin embargo, Jordan rio. ¿Qué infierno? Robert iba a sacar a Morgan de su órbita y la de Stefan por
un tiempo. Era obvio que Morgan estaba revisando al abogado.
Terminaron la reunión y Jordan se levantó.
—Gracias por toda tu ayuda, Robert. Nos vemos luego. —Jordan fue a pagar la cuenta y tomar
otro café para llevar.
—¡Ve por él, tigre! —Le susurró a Morgan mientras salía.
~~ * ~~
Jordan llegó a la Corporación Santorno al mediodía para sacar a Stefan a almorzar. Él podía
escuchar a su novio por teléfono mientras se acercaba a su oficina. Abrió la puerta y metió un pie
adentro, y luego más de su pierna. Luego él arrastró su pierna hacia arriba y hacia abajo por la puerta.
Podía oír a Stefan tratando de contener su risa. Jordan abrió la puerta, entró y luego la cerró
detrás de él. Stefan le dio el gesto de “un minuto más”, lo que llevó a Jordan a tomar el dedo y
ponerlo en su boca.
Los ojos de Stefan se abrieron de par en par mientras intentaba recuperar su dedo. Jordan
cambió de táctica y empujó la silla de Stefan fuera del escritorio. Él se metió debajo, volvió a colocar
la silla de Stefan e hizo un trabajo rápido de quitarle el cinturón y desabrocharle los pantalones.
Stefan lo estaba golpeando, tratando de hacer que se detuviera, pero Jordan siguió adelante.
Stefan mantuvo el teléfono más apretado mientras la cálida boca de Jordan lo envolvió.
—Sí, le llamaré más tarde conesosnúmerosahorametengoqueir. —Stefan colgó el teléfono. —
Maldita sea Jordan, bastardo...
Capítulo 11
Es una simple pregunta de sí o no, Sr. Sanders. ¿Lo hizo o no lo hizo? ¿Vio realmente a
Williams apretar el gatillo?
Stefan estaba haciendo todo lo posible para mantener el control. Como prometieron, Jordan se
sentó a su vista y mantuvo sus ojos sobre él.
—Protesto—. Robert se levantó. —Señoría, la pregunta ha sido preguntada y respondida...
repetidamente.
—Se acepta. Eso será todo, Sr. Sanders. Ha terminado.
Stefan dejó el estrado de los testigos y se movió para sentarse al lado de Jordan.
Habían estado allí durante cuatro horas. Hubo testimonios de la gente de la cafetería y de
Jordan. El abogado defensor atacó a Jordan por la muerte de Charlie, y Stefan había estado orgulloso
de cómo se mantuvo firme.
Una o dos veces, Stefan atrapó a Williams mirándolo e hizo que su piel se arrastrara. La
segunda vez que sucedió, Jordan lo sintió endurecer. Miró alrededor de Stefan para ver a Williams
mirándolo. Jordan lo fulminó con la mirada rápidamente, lo que le hizo darse la vuelta.
—¿La acusación tiene más testigos?
El Sr. Stevens estaba de pie.
—No, Su Señoría.
Stefan no escuchó nada después de eso; él tenía su cara en el cuello de Jordan. Supuso que
estaban tomando un descanso. Robert Stevens vino alrededor de la mesa para hablar con ellos.
—Creo que fue bien. Estoy bastante seguro de que no va a salir con un motivo de locura en
cualquier momento pronto. Lamento que te llamaran la última vez, Stefan...
Stefan levantó la vista.
—¿Qué quieres decir con bastante seguro? —Su pulso acelerado —Jordan, voy al baño.
Vuelvo enseguida, ¿de acuerdo? —Se levantó para irse cuando Jordan tomó su mano.
—¿Qué quieres que vaya contigo?
—Creo que soy lo suficientemente mayor para ir solo—. Stefan se rio y dejó la sala de justicia.
El tribunal volvió a estar en sesión antes de que Jordan se diera cuenta de que Stefan no había
vuelto. Miró nerviosamente y lo vio en la fila de atrás. Obviamente no había querido entrar y llamar
la atención ahora que el tribunal estaba en sesión de nuevo.
Trajeron a Williams de vuelta para escuchar la decisión del juez. El juez estaba más que
convencido por las evidencias. Encontró a Williams culpable de intento de asesinato premeditado, ya
que no solo era completamente consciente de lo que estaba haciendo cuando le disparó a Stefan, sino
que había contratado a un investigador privado para rastrear a los hombres y sobornó a alguien para
obtener sus horarios de trabajo. Lo consideró un crimen premeditado, y lo condenó a cadena perpetua
sin posibilidad de libertad condicional.
Williams se levantó.
—¡Tiene que estar burlándose de mí! ¿Ese hombre asesinó a mi hijo y se salió con la suya, y se
va a sentar allí y enviarme a la cárcel?
Los guardias de seguridad rápidamente se abrieron paso desde los cuatro lados de la sala del
tribunal. El alguacil tenía las manos de Williams y estaba esposándolo cuando todo entró en cámara
lenta.
~~ * ~~
~~ * ~~
Jordan había estado hablando por teléfono durante la última hora y media. Stefan estaba
sentado en la isla de la cocina bebiendo café y mirando la teatralidad de su novio.
Ver a Jordan pasear y agitar su mano en el aire era en realidad bastante cómico, Stefan estaba
mirando el culo cubierto por la bata como un halcón. Las pocas veces que Jordan vio a Stefan
mirándolo, sonrió. Entonces, cuando se volvió para ver a Stefan pasando la lengua por su labio
superior de una manera curiosamente seductora, Stefan sabía que Jordan estaría colgando el teléfono.
En breve.
Stefan decidió tomar una ducha. No tenía idea de cuánto tiempo Jordan iba a estar al teléfono,
y realmente sintió la necesidad de lavar el último día de sí mismo. Dio un paso en la ducha y dio la
bienvenida al agua caliente. Desde que volvieron a casa del hospital, no habían discutido su
conversación de nuevo. Jordan sabía de lo que Stefan era capaz, y no pareció molestarlo.
No era como si esto fuera algo que Stefan haría en repetidas ocasiones.
Él no quería ser como Damon.
Pero ahora sabía de lo que era capaz.
Sobornar a un guardia de seguridad no era algo que planeara hacer, pero no se había sentido
seguro yendo a la sala del tribunal con Williams. Y él no iba a hacer que Jordan pensara que no
confiaba en él para protegerlo. Ver a Jordan esperar a que Williams le disparara hizo que Stefan se
diese cuenta de que Jordan haría, y lo había hecho, todo lo que estuviera a su alcance para protegerlo.
No había pensado dos veces antes de dispararle a Curtis Williams. De hecho, había tenido la
intención de matarlo al principio, apuntando a su corazón. En el último segundo, decidió que no
podía. No terminaría en la cárcel, dejando a Jordan solo. No era una opción.
Stefan dejó que el agua caliente se deslizara por su rostro e inclinó la cabeza hacia atrás, a la
corriente caliente. Él todavía estaba emocionalmente agotado. Pasó sus dedos a través de su pelo y
sintió un brazo a su alrededor.
—Dios, eres sexy cuando estás mojado—. La lengua de Jordan acarició sobre su labio inferior
y Stefan lo dejó entrar, deleitándose con todo lo que era el Dr. Jordan Youngblood.
—Oh, estoy empezando—. Las manos de Stefan se abrieron paso por el culo de Jordan y él
deslizó un dedo, girando lentamente.
Jordan gimió y lo besó más profundamente. Él empujó a Stefan contra la pared y cubrió sus
manos por encima de su cabeza; su otra mano se movió a la erección de Stefan. Stefan estaba
jadeando e intentando empujar su lengua más profundamente en la boca de Jordan, para explorar
cada esquina, cada grieta que pudiera encontrar. Él quería probar y sentir a Jordan incluso horas
después de haber terminado de hacer el amor. Jordan dejó ir las manos de Stefan y se arrodilló para
apreciar lo que Stefan tenía para ofrecer. Él deslizó su lengua lentamente y luego lo arrastró hasta
adentro, deslizando su lengua alrededor de la cabeza en círculos.
Stefan gritó cuando Jordan insertó dos dedos y los retorció, golpeando su punto repetidamente.
—Quiero sentirte dentro de mí en este momento —jadeó. Gimió cuando Jordan empujó dos
dedos más, estirándolo hasta su punto de quiebre. Volteó a Stefan y lo inclinó, sonriendo mientras
deslizaba su erección entre sus mejillas. —Maldita sea, Jordan, —jadeó Stefan.
Con un rápido empuje, Jordan lo penetró duro y rápido. Él deslizó su mano derecha alrededor
para sujetar la dura erección de Stefan y se aferró a su cadera con su izquierda, chocando contra él.
La respiración de Stefan se enganchó y Jordan se golpeó dentro de él tan lejos como pudo, sabiendo
que eso lo empujaría al límite. Stefan dejó escapar un gemido gutural y cayó hacia adelante contra la
pared del baño.
—Dios mío, Jordan... eres tan malditamente sexy cuando haces eso—. La cara de Stefan estaba
enrojecida y sus ojos muy abiertos. Jordan se abrió paso por el torso de Stefan, dejando que su lengua
recorriera todo su cuerpo.
Stefan se estremeció.
—Está bien, nos vamos de aquí—. Agarró la mano de Jordan y lo llevó a la habitación.
~~ * ~~
—Sé lo que estás pensando, papá. Voy a decirte ahora que lo haría de nuevo. No voy a
disculparme por ello.
Stefan estaba con Heath en la mesa de la cocina. Él estaba cada vez más preocupado por el
comportamiento de Stefan. Nunca, en un millón de años, hubiera creído que Stefan lo tenía en él para
disparar a otro ser humano, pero aquí estaban, discutiendo exactamente eso.
—No te sientes ahí y me digas que si alguien amenazara a uno de nosotros no hubieras hecho
lo mismo, papá. Por una vez en mi vida, realmente entiendo a Damon.
Heath miró a Stefan con una mirada de asombro.
—¡No puedes hablar en serio, Stefan! ¿Con las cosas que Damon ha hecho?
Stefan miró a su padre. Él lo amaba, y más que nada él quería hacer entender a Heath.
—No estoy de acuerdo con las cosas que Damon ha hecho, papá. Damon me dijo que después
de que se fuera, que la gente diría cosas malas de él. Pero dijo que me amaba, y yo le creo papá.
Después de lo que Jordan y yo pasamos, nunca sabes de lo que eres capaz hasta que estás de espaldas
contra la pared.
Heath miró a Stefan —Solo quiero que tengas cuidado, Stefan. Y tienes razón, haría cualquier
cosa por proteger a mi familia.
Stefan sonrió.
—Haré lo que tenga que hacer para proteger a Jordan. Lo triste es que hay algunas personas
que simplemente no pueden dejar las cosas. Mira a Williams: incluso después de que Jordan le salvó
la vida, todavía lo quería muerto.
Heath sostuvo la mano de Stefan.
—Has crecido tanto, Stefan. Estoy muy orgulloso del hombre en el que te has convertido.
Stefan sonrió y pensó en todas las formas en que Jordan lo había hecho más fuerte solo por
quererlo y tratarlo como a un igual. Él nunca consiguió eso de Morgan. Siempre se había sentido
como una carga, donde Morgan estaba preocupado, especialmente cuando tuvo el tumor. O un
accesorio, para ser exhibido.
Stefan suspiró.
—Jordan ha sido una gran parte de eso, papá. Él puede ser un asno odioso a veces, pero una
vez que superas todo eso, es solo Jordan. Él es lo mejor que me pudo pasar. Ni siquiera puedo decirte
lo mucho que lo amo.
Heath sonrió
—Estoy contento de que hayas encontrado al “único”, Stefan. —Heath atrajo a su hijo en un
fuerte abrazo.
Leah entró.
—¿Quién quiere un pastel?
—¡Nosotros!
~~ * ~~
Las cosas habían comenzado a volver a la normalidad para ellos. Lo que sea que fuera
“normal”, por lo que Stefan había decidido que iba a darse un baño en “su” lago. Él había invitado a
Morgan. Quería mantenerlo como un amigo. Sin importar lo que hubiera pasado entre ellos, Morgan
había sido una gran parte de su vida.
Morgan aceptó la invitación y preguntó si podía traer a alguien con él. Jordan había
mencionado que Robert y Morgan habían salido un par de veces, por lo que Stefan tenía una idea de
quién estaría viniendo. Mientras vadeaba en el agua, el suave barro se deslizó a través de los dedos
de los pies. El agua tibia lamió su abdomen cuando Stefan se hundió en él.
Se dejó ir y pudo escuchar los latidos de su corazón en sus oídos; era silencioso, muy tranquilo.
Cuando finalmente salió a la superficie de nuevo, se sorprendió al ver a Morgan en la orilla.
—Eso fue rápido—. Stefan comenzó a salir, pero Morgan le detuvo.
—¿Tienes otro traje?
Stefan sonrió.
—Sí, está en el baño principal del pasillo, tercer cajón hacia abajo.
Morgan despegó y Stefan lo vio parar y hablar con Robert antes de entrar. Stefan lo saludó con
la mano. A él realmente le gustaba el fiscal. No solo era un buen tipo, sino que tenía a Morgan muy
ocupado.
Jordan salió dos segundos después y se detuvo para hablar con Robert también. Bajaron juntos
al lago. Stefan dejó el agua y vagó hacia ellos.
Robert le dio un codazo.
—Es como ver una película en cámara lenta, ¿verdad? —Robert levantó su mano y cerró la
mandíbula de Jordan. —Creo que estás babeando, Jordan.
En ese momento, Morgan salió vestido con bañador negro.
—¿Estabas diciendo? —Jordan le dio un codazo. —Oh, tienes un poco de algo allí mismo,
Robert, —dijo, señalando la esquina de la boca de Robert.
—¿Por qué siempre me siento como un pedófilo con estos tipos? —Robert se rio.
—Lo superarás. ¿Cuál es el equivalente masculino de una puma8, de todos modos? —Jordan
se estaba riendo tanto que Stefan lo miró como si hubiera perdido su mente
—Entonces... ¿vosotros dos vais a uniros a nosotros? —Stefan le dio a Jordan una mirada.
—Podríamos en un momento. Creo que Robert y yo vamos a ir a tomar una bebida, y voy a
hacer la cena.
Robert miró a Morgan, a medio camino en el agua. Su pecho desnudo estaba haciéndole cosas
horribles.
—Vamos Robert, entremos—. Jordan tuvo que prácticamente arrastrar al hombre. —Te veré
dentro de poco, Stefan —Jordan le guiñó un ojo.
~~ * ~~
—¿De qué necesitabas hablar conmigo, Stefan? —Habían estado sumergiéndose el uno al otro
durante unos quince minutos y Stefan estaba sin aliento. —Se trata de ti disparando a Williams, ¿no
es así? —Morgan adivinó cuando salieron del agua y se tumbaron en la hierba.
—Nunca le disparé a otro ser humano. Sé que se supone que debo sentirme mal por eso.
Simplemente no puedo. —Stefan se recostó al sol.
—No tienes nada por lo que sentirte mal. Si no lo hubieras hecho, Jordan estaría muerto—.
Morgan se apoyó en los codos, cruzando sus piernas en sus tobillos.
Stefan se pasó una toalla por el pelo.
—Mi padre parece pensar que estoy yendo por el camino de Santorno.
Morgan se sentó.
—No de la forma en que piensas. Eres un Santorno en una forma, pero es para proteger, no
para lastimar. ¿Tiene sentido?
—Sí. Me alegra que podamos hablar así, Morgan. Me alegro de que quedáramos amigos. Sabes
que siempre estaré aquí para ti, ¿verdad?
Morgan sonrió.
—Sí, lo sé.
—¡Hola chicos! ¡La cena está lista!
Jordan estaba en el patio con Robert, tirando filetes. Los jóvenes comenzaron a correr hacia la
casa, lo que provocó que Robert se riera.
—Es como “Baywatch”9.
Jordan se rio.
—Sí, pero solo veo a Stefan corriendo a cámara lenta.
Cenaron en el patio trasero y la conversación fluyó libremente. Stefan sonrió por la forma en
que Robert miraba a Morgan. Él miró a Morgan así todos esos años atrás. Ahora, él tenía a Jordan y
la mirada era muy diferente. Estaba llena de amor y se preguntaba cómo podrían estar tan
enamorados el uno del otro y, aun así, sobrevivir separados durante el día.
Jordan estaba frotando el muslo de Stefan debajo de la mesa, comenzando una quemadura
lentamente y haciendo que todo su cuerpo hormiguease. Le lanzó una mirada a Stefan y sonrió.
—Gracias por la cena a los dos. Será mejor que lleve a Morgan a casa, yo tengo que
levantarme temprano mañana.
Robert y Morgan llevaron sus platos a la cocina. Mientras Jordan acompañó a Robert al auto,
Morgan se contuvo un poco con Stefan.
—Cada vez que él me mira, tengo nudos en el estómago, Stefan—. Morgan sonrió mientras
miraba a Robert.
Stefan le dio una palmada a Morgan en la espalda.
—Bienvenido a mi mundo, Morgan, bienvenido a mi mundo.
~~ * ~~
Stefan se relajó en el muelle y no podía creer lo rápido que el tiempo había pasado. Él y Jordan
habían estado juntos un año.
A pesar de la advertencia de Jordan de que su trabajo no siempre encajaría perfectamente en
los planes de Stefan, él había logrado estar con él para cada fiesta.
La Navidad había sido maravillosa. Jordan encajaba naturalmente y pasó la mayor parte de la
noche con Stefan en su regazo, intercambiando zarpazos con Angela.
Morgan había estado allí con Robert, y parecían estar poniéndose muy serios. Stefan los había
pillado besándose en la parte delantera del porche varias veces.
Jordan le dio a Stefan una laptop; Stefan le dio un juego de nuevas revistas médicas y tarjetas
de regalo para cada restaurante chino en la ciudad. Pensó que Jordan podría haber llorado si no lo
hubiera interrumpido Angela.
Jordan le dio a Stefan una gran fiesta de cumpleaños en la casa de sus padres. Terminaron
quedándose despiertos toda la noche, haciendo el amor hasta el amanecer.
Stefan decidió que era hora de dejar su lugar cálido bajo el sol y poner su culo en marcha para
prepararse para esta noche. Era una noche muy especial y quería que todo fuera perfecto cuando
Jordan llegara a casa.
Se dirigió a la casa y se metió en la ducha, lavando el agua del lago y el barro de sus pies. Él
deslizó la toalla alrededor de su cintura y pasó la mano sobre el espejo empañado para limpiar un
punto de observación.
—Bueno, Sanders, esto es todo. Es mejor que hagas que valga la pena.
Se sonrió a sí mismo y se pasó una mano por el cabello mojado. Él pasó la siguiente media
hora jugando con su cabello, tratando de hacerlo bien. Su intestino estaba haciendo remolinos y
estaba tan nervioso que casi puso lubricante en su cabello en lugar de gel.
—Genial, casi me convierto en el hombre de KY10—. Stefan echó una última mirada en el
espejo. —Puedes hacer esto—. Con eso, salió por la puerta de la suite y fue hasta el lago.
Jordan había planeado llegar a casa temprano, pero los trámites posteriores a la operación lo
retrasaron. Estaba tratando de olvidar qué día era; él nunca lo reconoció de todos modos. Solo era
otro día.
La casa estaba oscura cuando él entró. Fue directo a la nevera para tomar una cerveza, pero se
detuvo cuando vio una nota de Stefan: Ven al lago.
Se puso el papelito en el bolsillo y se dirigió al agua. Las velas flotantes iluminaban una
pequeña sección del lago; luces centelleantes cubrían los árboles. El agua lamiendo en la orilla y el
canto de los grillos era el único sonido en la noche tranquila. Tan hermoso como el escenario era, la
visión de un Stefan vestido de esmoquin, rodeado de velas, lo puso en vergüenza.
—¿Stefan?
Stefan respiró hondo, sus palmas estaban sudorosas y él no pudo recuperar el aliento. Esto
tenía que salir bien. Al menos había un médico en la casa en caso de que su corazón palpitante en
realidad saltara de su pecho.
—Hola—. Oh, sí; gran comienzo. Qué manera de impresionarlo con tu poesía, Sanders.
—¿Qué está pasando? ¿Qué es todo esto? No es que me esté quejando. Te ves absolutamente
hermoso.
Stefan sonrió nerviosamente.
—¿Pensabas que no lo descubriría? Hemos estado juntos por un año, Jordan. Hice un poco de
investigación y sé que hoy es tu cumpleaños. —Sí, todavía no es material para ganar un premio,
pero al menos yo manejo más de una sílaba. UH, oh. ¿Sueno como un acosador?
Sonrió alegremente, tomó la mano de Jordan y lo llevó al árbol tallado.
—El día que me trajiste a casa, Trent y yo encontramos esto—. Corrió su dedo sobre la
inscripción.
Jordan contuvo el aliento. ¿Stefan lo había visto? Él nunca dijo cualquier cosa. Su cerebro
volteó mientras intentaba averiguar qué estaba planeando Stefan. Ah. ¿Sin palabras? ¿De verdad?
Un genio que soy...
—Nunca dije nada, porque cuando lo vi, de inmediato supe exactamente lo que quería hacer
con eso. Agregué algo, solo para ti.
Jordan miró detenidamente la nueva inscripción: Jordan, te amaré ahora, te amaré siempre...
hasta mi último aliento.
Stefan giró a Jordan para enfrentarlo.
—Nunca sabrás lo mucho lo que me has dado, Jordan. Siempre estaré muy agradecido por tu
amor. —Está bien, está bien. Mejor. Respiración profunda. Es hora del espectáculo, Sanders.
Stefan se arrodilló. Sacó una pequeña caja de su bolsillo, la abrió y miró a la banda de platino
simple. Él levantó sus ojos a los azules aturdidos de Jordan.
—¿Te casarías conmigo, Jordan?
Jordan estaba tratando de no llorar, pero su cerebro estaba gritando. ¡Sí! ¡Sí! ¡Mil veces, sí!
¡Yo sueno como una heroína isabelina! Enfoque, Youngblood. Responde al hombre antes de él
cambie de idea ¡¡¡RESPONDE!!!
—Es demasiado pronto ¿no? —Stefan comenzó a alejarse.
¡Cerebro, funciona! ¡Peligro! ¡¡Peligro!! Jordan recuperó sus sentidos y tiró de Stefan hacia
atrás. Se arrodilló frente a él y puso sus manos sobre ambos lados de su cara.
—Me encantaría casarme contigo, Stefan. No tienes idea de cómo.
Él aplastó los labios de Stefan con los suyos, presionándolo tan cerca cómo podía. Cuando
ambos emergieron para tomar aire, los labios de Stefan estaban un poco magullados y estaba
sonrojado.
—Entonces, ¿es eso un “sí”? —Stefan trató de recuperar el aliento.
—Sí. Será el mayor honor de mi muy honrada vida... —hizo una pausa cuando Stefan rodó los
ojos. —... ser tu esposo.
Stefan deslizó el anillo en su dedo y lo abrazó. Después de lo que parecieron horas, él
retrocedió.
—¡Bien, porque ahora quiero salir de este traje de pingüino! ¿Qué tal un baño?
Jordan se desabrochó la camisa.
—Muestra el camino.
Capítulo 12
Stefan luchó contra el impulso de correr por la ciudad gritando
—¡El Dr. Jordan Youngblood es mi prometido! —Estaba en el hotel Lakeview con su madre,
padre y tía. Jordan todavía estaba trabajando, pero le había prometido que estaría allí pronto.
Heath miró a su hijo atentamente. La sonrisa de Stefan era contagiosa y no pudo evitar
responder.
—¿Qué está pasando, Stefan? ¿Por qué nos quieres aquí? —Heath estaba tratando de medir la
cara de Stefan.
—Solo quería que todos tuviéramos una cena familiar, ¿es eso equivocado? —Stefan trató de
contenerse. Él quería tanto decirles sus noticias, pero había prometido esperar a Jordan.
—Lo siento, llegué tarde. Me llevó una eternidad terminar mi documentación post-operatoria.
¿Espero que no hayas esperado mucho? —Jordan se inclinó para besar la mejilla de Angela.
—No seas tonto, cariño. Hubiéramos esperado al menos otros diez minutos antes de enviar un
equipo de búsqueda. Además, tenemos cócteles.
Jordan se inclinó y besó la mejilla de Leah, luego estrechó la mano de Heath.
—Acabamos de esperar que Stefan nos diga por qué no se puede sentar todavía o dejar de
sonreír, —Leah sonrió a su hijo.
Jordan se sentó al lado de Stefan y le dio un beso casto.
—Te extrañé, —le murmuró a Stefan al oído.
Angela observó la exhibición entre su sobrino y el Doctor tan brillante con un brillo en los
ojos. Ella pensó que ella sabía cuál era la sorpresa, pero no iba a robarle el momento a Stefan.
—No estás embarazado, ¿verdad, Stefan? —Leah se rio.
Jordan escupió su bebida.
—¿Mamá? ¿En serio? —Stefan le pasó a Jordan una servilleta. —Aparte de eso, normalmente
eso sucede cuando ya estás casado, ¿verdad? —Stefan puso el énfasis en casado.
La realización golpeó a la fiesta en la mesa.
—¡Oh, Dios mío! ¡Mi bebé se va a casar! —Leah saltó de su silla y se abrazó a Stefan y
Jordan.
Angela se adelantó.
—Entonces, ¿quién fue el “hombre” en este escenario?
Jordan se rio y entró en detalles sobre la propuesta.
—¡Oh, Stefan, eso fue muy romántico! Has aprendido de tu padre —Leah tomó su mano.
—¿Así que ya habéis fijado una fecha? —La voz de Angela estalló de nuevo.
—¿Y dónde se van a casar? —Los hombres intercambiaron miradas. —Bueno, pensamos que
tal vez en enero. Y en cuanto a dónde, queremos casarnos detrás de nuestra casa, debajo del roble. —
Jordan sintió la mano de Stefan y la apretó.
—¿Una boda al aire libre en enero? —comentó Angela. —Es audaz. Me gusta. Recuérdame
que saque mi visón políticamente incorrecto del almacén.
—Sentimos que enero tenía sentido, ya que ese fue el mes que entré en la vida de tu hijo.
—Y robó mi corazón.
~~ * ~~
—¡No puedo creer que te cases! —Trent giró su taco y fingió golpear a Stefan con eso.
—Oye, no puedo evitarlo si estoy domesticado. ¡Tengo un doctor caliente! Quién no querría
sacarlo del mercado, ¡y rápido!
Stefan tomó su disparo y hundió una raya.
—Stefan, estás mal hoy, —Trent se rindió.
Stefan suspiró.
—No me puedo concentrar—. Se volvió para ver a Jordan, Robert y Morgan en la mesa.
Parecían estar en una conversación profunda. Habían ido al bar deportivo de Bronco para decir a sus
amigos sus noticias. Trent había atado a Stefan a un juego de billar.
Trent alineó su disparo. Lo perdió por completo y Bethany le dio un golpe en el trasero. —
Supongo que no eres el único que está distraído esta noche, chico apasionado.
Stefan se rio.
—¿Serás uno de mis padrinos?
Trent dejó de dar vueltas.
—¿De verdad? ¿Me querrías allí? ¿De pie contigo?
Stefan lo abrazó. —Sé que esto duele, Trent, ya que salimos juntos hace mucho tiempo—.
Stefan pensó que Bethany iba a ahogarse.
—Eso no es divertido. Nunca me recuperé de eso. —Trent había recibido una llamada
telefónica frenética de Stefan y terminó en una fiesta de fraternidad salvaje. Había encontrado a
Stefan, borracho, siendo molestado por un chico persistente. Había fingido ser el novio de Stefan
solo para conseguir sacarlo fuera de allí. Stefan lo había besado para divertirse y nunca había dejado
de ser blanco de las bromas de la Comisaría de Policía.
Stefan se movió al otro lado de la mesa de billar.
—Yo tengo ese efecto en los hombres, Trent.
Esta vez Bethany lo perdió y dejó escapar la carcajada más fuerte que Trent había escuchado
alguna vez.
—Eso no es divertido, Bethany.
Bethany estaba casi llorando.
—Los dos hacéis una linda pareja.
Trent se sonrojó. —Creo que eso fue peor que mi breve paso por prisión. Estar harto de
policías todo el día no es mi idea de un buen momento, especialmente cuando era solo un novato.
Stefan fingió una mirada herida.
—¿Cómo puedes decir eso, Trent? ¿Yo no signifiqué nada para ti?
Trent retrocedió hacia Bethany.
—Sé lo que estás haciendo, ¡Stefan, y no voy a dejarte!
Stefan rodeó la mesa con los brazos extendidos.
—Trent, bebé, vamos. Sé que extrañas nuestros momentos sexys.
Trent parecía que estaba listo para correr hacia las colinas.
—Stefan, déjalo—. Corrió por su mesa con Stefan cerca de sus talones.
Stefan finalmente logró agarrar a Trent y besarlo en la mejilla.
—¡Hombre, Stefan, déjalo!
Jordan miró la exhibición con una sonrisa.
—¿Hay algo que yo debería saber, Trent? No te sientas mal. Se necesita ser un hombre muy
fuerte para resistir el encanto de Stefan, por no mencionar sus hoyuelos.
Morgan habló.
—Sabemos que tu relación con Stefan terminó rápidamente; estas cosas toman tiempo.
Necesitas un cierre.
Trent agarró su cerveza.
—Joder, necesito un trago.
Toda la mesa estalló en carcajadas y Jordan miró la cara de Stefan. Él estaba muy feliz.
Robert se levantó.
—¡Por la feliz pareja!
Los vasos tintinearon, seguidos por la risa.
Stefan se sentó en el regazo de Jordan.
—No puedo esperar para casarme contigo, —murmuró al oído de Jordan.
Jordan sintió la piel de gallina en su brazo y sonrió a su pronto-a-ser-marido. —No puedo
esperar tampoco, Stefan.
~~ * ~~
Jordan acababa de terminar un turno de doce horas en el hospital. Él no podía esperar para
llegar a casa. Estaba agotado, de mente y cuerpo.
Sus actividades nocturnas con Stefan iban a ponerlo en una tumba temprana. Stefan tenía una
energía ilimitada; él podría ir de cero a sesenta en cuestión de segundos y a Jordan le costaba
mantenerse al día. Estaba disfrutando su camino a casa hoy; él tenía las ventanas abajo, y la cálida
brisa agitaba su cabello.
Estaba a una milla de su casa cuando los frenos dejaron de funcionar. Intentó todo: el freno de
emergencia, el cambio de marchas, parecía que el acelerador también estaba atascado.
Bueno, esto es jodidamente genial. Él sopesó sus opciones: chocar contra un árbol y romper
todos los huesos de su cuerpo; salirse de la carretera y romperse la mayoría de los huesos en su
cuerpo cuando eventualmente golpease algo; buscar algo contra lo que rozar para frenar el automóvil
y romperse huesos suficientes para sentirlos por un tiempo. Mierda.
Marcó el número del departamento de policía.
—Trent, —gritó. —¡Soy Jordan! ¡Mis frenos están fuera! ¡Estoy en Oak Grove Road, como a
media milla de casa! —Luchó con el volante. —¡Por favor avisa!
Podía escuchar a Trent llamando a las patrullas.
—Nosotros estamos en camino, Jordan: ¿qué tan rápido vas? ¿Qué planeas hacer?
—¿Cómo demonios lo voy a saber? —La mente de Jordan estaba a toda marcha, muy parecido
a su auto.
—Me dirijo al lago; ¡es lo único que se me ocurre! —Jordan se desvió por el camino de tierra,
rozó un árbol y peleó por enderezar el coche. Rozar el árbol al menos lo había frenado un poco. —
¡Mierda! ¡Eso estuvo cerca!
El lago estaba a la vista. Gracias a Dios Stefan no estaba pasando el rato en el agua.
Se dirigió directamente hacia el agua y se sostuvo, golpeando con fuerza. El impacto hizo
saltar el airbag y el agua roció por todas partes, filtrándose dentro del auto cuando el motor gruñó
hasta detenerse. Jordan luchó contra el airbag en su cara; tenía quemaduras menores en sus manos y
brazos, pero nada que pusiera en peligro su vida.
El agua entraba por la ventana abierta cuando Jordan se quitó el cinturón de seguridad y se
arrastró por la abertura. Él nadó a la orilla y se sentó. Los coches patrulla chirriaron en el camino de
entrada y luego Trent corría hacia él gritando en su teléfono.
—¡Soy Ridley, trae una ambulancia aquí! El Dr. Youngblood tiene quemaduras en sus manos y
brazos del airbag. Y consígueme una grúa y un equipo, ahora—. Trent se sentó al lado de Jordan. —
Me alegra ver qué has hecho un movimiento inteligente, conduciendo hacia el lago.
Jordan se pasó la mano por el pelo
—Stefan se va a asustar.
~~ * ~~
Stefan recibió una llamada de la oficina de Trent diciéndole que fuera al hospital porque
Jordan había tenido un accidente. Aunque Trent le aseguró que Jordan solo tenía heridas menores, el
estómago de Stefan estaba agitado. Se dirigió a la recepción en pánico.
—Stefan, su habitación está al final del pasillo. Él ha estado peleando con nosotros por las
pruebas. ¿Podrías hacer que haga lo que te pedimos? —Harry revisó el gráfico de Jordan.
—Haré lo que pueda, Harry.
Stefan corrió a la habitación de Jordan y se detuvo en la entrada. Jordan estaba tratando de
ponerse los pantalones, pero las quemaduras en sus manos estaban haciendo eso difícil, Stefan se
acercó a él y extendió su mano.
—Déjame—. Stefan apartó las manos de Jordan y tiró de su cremallera arriba, luego lo agarró
en un fuerte abrazo. —¡Estaba tan asustado, Jordan! Cuando me llamaron y me dijeron lo que
sucedió, ¡estaba tan asustado!
Jordan pasó sus dedos por el cabello de Stefan.
—Shh... está bien, Stefan, estoy bien.
—¿Qué pasó?
—Bueno, decidí que iba a tomar un chapuzón por la tarde en el lago con mi auto.
Stefan cruzó sus manos sobre su pecho.
—Eso no es gracioso, Jordan.
Jordan intentó sonreír.
—Los frenos del auto fallaron, Stefan. Hice lo mejor que pude para mantenerme vivo, ergo11,
fui al lago... —Pudo ver la cara de Stefan tratando de procesar todo.
—Mira, Jordan: Harry quiere hacer algunas pruebas—. Jordan comenzó a dudar y Stefan
levantó su mano. —Accederás a ellas, y ya está.
Jordan se sentó en la cama, derrotado.
—Bien, lo haré, pero solo por ti, —Jordan le sonrió —¿Podrías traerme un café, Stefan? Yo
realmente necesito algo de cafeína.
Stefan le sonrió —No puedo conseguir tu usual. No me voy del hospital, así que te traeré lo
que tengan en la cafetería—. Colocó un beso casto en la frente de Jordan y se fue.
—Puedes entrar ahora, Trent.
El oficial se asomó por la esquina y luego entró a la habitación.
—Bueno, el auto está fuera del lago. Va a pasar un tiempo antes de que podamos limpiarlo; las
líneas de freno fueron cortadas. Pero eso no es todo…
Trent detalló lo que el equipo de CSI y el mecánico habían encontrado.
—No hay huellas dactilares dentro o sobre el automóvil que no pertenezcan a ti o Stefan, pero
esto no fue un accidente. Este fue un trabajo profesional.
Jordan miró boquiabierto a Trent.
—¿Quién querría matarme? Hay solo un hombre en quien puedo pensar, y él está en prisión.
Trent negó con la cabeza.
—En realidad hay dos. —Trent esperó que asimilara la información. Jordan se levantó. —Te
refieres a Damon Santorno, ¿verdad? ¡Pero eso es imposible! ¡Damon está encerrado, también!
Trent se movió, parecía nervioso.
—No desde ayer.
La importancia de esa declaración golpeó a Jordan como un camión.
—¿Qué diablos, Trent? ¿Y solo me estás diciendo esto ahora? ¿Lo sabe Stefan? —Su mente
corrió a través de todo lo que Damon Santorno era capaz de, incluido el secuestro. —¡Mierda! ¡Y yo
solo lo envié a la maldita cafetería a por un café! —Jordan se levantó y corrió hacia la puerta.
Trent lo detuvo.
—Tenemos una cola en Stefan, Jordan. Lo tenemos desde que lo supimos.
Jordan se volteó hacia Trent, la ira venía tan rápido que no podía detenerse a sí mismo
—¡Hijo de puta! ¿Cuándo ibas a decirnos? ¿O no ibas a decir nada?
Trent mantuvo a Jordan a raya.
—También te hemos seguido, Jordan. No queríamos ser demasiado obvios, así que esperamos.
El accidente nos dio alguna evidencia, pero no mucho.
Jordan miró a Trent.
—Así que permíteme aclarar esto: ¿tuve que casi morir para que pudieras obtener alguna
evidencia? ¿Está dirigido el departamento de policía por el Diputado Dawg? 12 ¿Qué, Barney Fife13
no estaba disponible? ¡Lleva a tus oficiales allá y consigue a Stefan, y dile que su mafioso padre está
suelto!
La voz de Jordan era mucho más fuerte ahora, lo suficientemente fuerte como para que todos
en el pasillo oyeran todo desde el otro lado del edificio. Stefan estaba al final del pasillo y dejó caer
el café antes de apresurarse a la habitación.
—Dime que esto es una especie de broma. Damon apenas trató de matar a Jordan y
simplemente estamos descubriendo que salió de prisión ayer? —Stefan estaba luchando por mantener
el control, pero era una batalla pérdida.
—Eso parece, Stefan, pero no puedo estar cien por ciento seguro. No hay suficiente evidencia
para decir sin sombra de duda que era Damon.
Jordan se paseó, pasándose la mano por el pelo, su mente hilando. ¿Debería confesar que se
había encontrado con Damon antes de tratar a Stefan? ¿Qué era poco probable que tuviera tantos
problemas para salvar a su hijo, solo para matarlo más tarde? Por otro lado, ¿qué sabía él cómo
funcionaban los cerebros de los mafiosos? Lo mejor es dejarlo solo.
Alguien estaba tratando de matarlo; eso era en lo que necesitaba concentrarse.
—¿Y ahora qué? Fallaron, y sus hombres lo intentarán de nuevo hasta que lo consiga, ¿verdad?
Trent asintió.
—Eso sigue... pero cortando las líneas de freno en el auto no grita “Damon Santorno”.
Stefan miró a Trent con la boca abierta.
—¿Hablas en serio? ¡No tenemos idea de lo que Damon es capaz de hacer!
Trent negó con la cabeza.
—Escucha, Stefan, tu padre podría haber salido de la prisión en cualquier momento, entonces,
¿por qué ahora? Simplemente no tiene ningún sentido.
—¿Qué quieres decir?
Trent suspiró.
—Damon nunca apeló su sentencia. Su abogado me informó esta mañana que Damon siempre
había sabido que podría ser libre siempre que quisiera, pero eligió quedarse en prisión. Por alguna
razón, hace unos días, Damon llamó a su abogado para que hiciera los arreglos para ser liberado. El
abogado preguntó por qué, pero Damon dijo que tenía negocios familiares.
Stefan intentó enfocarse.
—¿Por qué quedarse en prisión? No tiene sentido.
Sonó el teléfono de Trent.
—Ridley. Sí, Jefe, estoy aquí ahora. Sí, se lo voy a decir.
Trent se enfrentó a Stefan y Jordan.
—El FBI os ha puesto a ambos bajo protección. Irás a casa hoy, pero después de eso os vais a
una casa segura. Y habrá guardias armados en vuestra propiedad.
Stefan estaba sacudiendo la cabeza.
—¿Un prisionero en nuestro propio hogar, Trent? ¡Bueno, eso es simplemente genial! Y
después, ¡en un agujero infernal!
Jordan tomó la mano de Stefan.
—Sé que estás enojado, Stefan. Yo lo estoy, también, pero no tenemos idea de lo que va a
pasar.
Stefan miró a Trent.
—Prefiero quedarme en mi propia casa, Trent. Al menos estoy familiarizado con los
alrededores. ¿Qué pasa si un idiota mata a los guardias y luego estamos atrapados en un agujero de
mierda del que no sabemos cómo salir? Sí, gracias, pero no, gracias. Me estoy apegando a la casa. Al
menos sé cuáles son mis opciones ahí.
Jordan se encogió de hombros.
—Lo escuchaste.
~~ * ~~
Stefan se rio silenciosamente fuera de las puertas de la lavandería. Estaba yendo a la cocina
cuando escuchó a Jordan maldiciendo.
—¿Por qué? ¿Por qué siempre falta un calcetín? ¡Hay un jodido gnomo de los calcetines en la
maldita secadora!
Stefan se cubrió la boca para contener la risa, pero entonces Jordan soltó su voz de tráiler de
película:
—Entran dos calcetines, pero solo uno emerge.
Stefan se perdió. Con todo el estrés en los últimos dos días, tuvo que reír. Después de escuchar
a su madre seguir y seguir sobre casas seguras y protección de testigos, él había necesitado una risa.
Jordan se asomó por la esquina de la puerta de la lavandería.
—Has oído eso, ¿eh?
Stefan lo abrazó.
—Te hice un sándwich con extra de mayonesa. —Le guiñó un ojo a Jordan.
—Oh, cariño, me encanta cuando me hablas sexualmente, —Jordan susurró en el oído de
Stefan.
Jordan trajo sus labios para encontrarse con los de Stefan en un beso ligero. Él no empujó, no
pidió la entrada. Él solo quería sentir los labios de Stefan en los suyos. Un fuerte gruñido lo congeló
en su lugar y luego la risa de Stefan rompió su momento.
—¿Hambriento? —Stefan se rio.
—Supongo que sí—. Jordan se dio una palmadita en el estómago.
—Vamos, vamos a alimentarte.
Jordan estaba sentado en la isla de la cocina comiendo su sándwich cuando el teléfono sonó.
¿El sándwich o el teléfono? Jordan decidió que el sandwich era más importante. Stefan lo miró
exasperado y descolgó el teléfono. Antes de que pudiera decir hola, la voz de Damon llegó a través
de la línea.
—¿Stefano?
La cara de Stefan se puso blanca.
—¿Damon? —Susurró.
Jordan se incorporó, se levantó de la silla y llegó al lado de Stefan en segundos.
—Necesito hablar contigo, hijo mío; es muy importante.
La mano de Stefan estaba empezando a temblar, no por miedo, sino por enfado.
—¿Qué pasa, Damon? Creo que sé lo que quieres. Yo realmente no quiero escucharlo; no
puedes alcanzarme.
Hubo un silencio en la línea y Jordan articuló “¿qué está diciendo?” Stefan negó con la cabeza.
—¿No crees que sé lo que está pasando, Stefano? Puedo decir cuántos guardias hay en tu casa.
Cuáles son sus nombres y cuándo cambian de turno. Ahora necesito hablar contigo.
Stefan tomó una respiración profunda.
—No tengo nada que decirte, Damon. —Colgó el teléfono.
—Llama a Trent. Ahora.
Stefan fue al baño y se echó agua fría sobre su cara. Sus manos temblaban mientras trataba de
recomponerse.
Jordan entró y abrazó a Stefan.
—¿Quieres hablar de eso? —No iba a empujar, pero quería que Stefan se abriera a él.
—Él sabe todo, Jordan. Él sabe quién está aquí y cuándo, ¿Lo entiendes? Él sabe todo. —
Stefan se sentó en el piso del baño.
Jordan se agachó hasta que estuvo a la altura de Stefan.
—Mírame Stefan. Estará bien, lo prometo.
Stefan se arrojó a los brazos de Jordan.
—¡No puedo perderte Jordan, no puedo! —Jordan apretó fuertemente a Stefan. —Lo siento
mucho, Jordan, yo no puedo creer que esto esté sucediendo.
Jordan tiró de Stefan en sus brazos.
—Vamos a dar un paso en este momento; él hizo contacto, ahora vemos a dónde va.
Trent había llegado y estaba ajustando el teléfono con un rastreador. Trajo más guardias y los
instaló en diferentes puntos alrededor de la propiedad, también agregando sensores de movimiento.
Stefan estaba transmitiendo su conversación telefónica con Damon al FBI.
—¿Entonces dijo que sabía quién estaba allí? Espera un momento, Stefan - ¿Dijo algo cuando
levantó el teléfono? ¿Escuchó tu voz?
Stefan pensó. Sus ojos se abrieron de par en par.
—Oh, mierda, él nos está mirando, y desde algún lugar cercano.
Trent estaba horrorizado.
—Stefan, no puedes quedarte aquí.
Jordan intervino.
—¿De verdad, Trent? Wow, eso me hace sentir mucho más seguro. Ni siquiera tienes fe en tus
propios hombres o en el FBI, —escupió Jordan.
—No nos vamos.
La voz estaba tan tranquila que Jordan tuvo que mirar a Stefan para asegurarse él estaba bien.
—Stefan, estás siendo irrazonable. No puedes quedarte aquí. Damon sabe dónde vives—. Trent
estaba tratando de llegar a Stefan, pero podía decir que iba a fallar.
—No nos vamos, y eso es todo—. Stefan entró en la habitación y se sentó.
—Jordan... por favor, tienes que hablar con él.
Jordan suspiró.
—No servirá de nada, Trent. Tú conoces a Stefan, es terco. No hay nada que pueda decir ahora
mismo para cambiar su opinión. Confío en él con mi vida. Si él dice que nos quedamos, nos
quedaremos.
Capítulo 13
Las llamadas telefónicas siguieron llegando todos los días durante una semana, pero cada vez
que Stefan intentó mantener a Damon en la línea, Damon colgó antes de que pudieran rastrearlo.
Cada vez le decía a Damon que no quería tener nada que ver con él. Los sensores de movimiento se
habían apagado dos veces desde que fueron instalados, y en ambas ocasiones, Stefan y Jordan fueron
apresurados al baño.
—¿Por qué estamos en el baño, Stefan? —Jordan había pedido a la primera vez que fueron
introducidos.
—Esta es la habitación segura, Jordan; las paredes son de concreto reforzado con acero en caso
de tornado.
Jordan se rio. Estaban en la habitación segura, pero no debido a un tornado, sino a causa del
padre mafioso. Jordan lo encontró cómico.
—No puedo creer que pienses que esto es gracioso, Jordan. Mi padre está tratando de matarte y
estás aquí riéndote.
Jordan sacó los condones y el lubricante.
—Oye, ya que no tengo idea de cuánto tiempo vamos a estar aquí... —Él elevó una ceja a
Stefan.
—¿Quién de nosotros es más joven? Se te olvidó... —Stefan lo golpeó con el desatascador.
—Está bien, eso es lo peor que me has hecho alguna vez, Stefan.
—Oh, relájate; es nuevo, nunca se ha usado... ¿ves? —Lo sostuvo frente a Jordan, que estaba
haciendo ruidos de arcadas. Stefan se rio. Los guardias habían regresado y Stefan y Jordan tenían
permitido vagar por la casa de nuevo.
~~ * ~~
Una semana después, Jordan estaba sentado en la biblioteca leyendo una revista médica. Stefan
se había ido a la cama y Jordan había prometido que estaría allí en breve. Desde algún lugar de la
casa escuchó un zumbido y se dio cuenta de que era su teléfono. El identificador de llamadas decía
“no disponible”. Su primer instinto fue llevar el teléfono a Stefan, pero la llamada telefónica estaba
entrando en su propia línea privada.
—¿Hola?
Escuchó algo de estática y luego se escuchó una voz alto y claro.
—Hola, Dr. Youngblood. ¿Confío en que sepa quién soy?
Jordan volvió a sentarse. Miró por encima del hombro hacia la ventana; a pesar de que las
persianas estaban cerradas, él sabía que estaba siendo observado.
—Sí, Damon, le recuerdo. ¿Cómo podría olvidarlo? —Escuchó a Damon reírse.
—Eso es correcto doctor, y si ama a mi hijo tanto como yo creo que sí, escuchará lo que tengo
que decir y seguirá mis órdenes al pie de la letra. ¿Está claro?
Jordan se puso rígido.
—Quiero terminar esto Damon, así que, si me quiere, está bien, pero deja a Stefan solo.
—Usted me ha conocido, Dr. Youngblood. Le pedí que salvara la vida de mi hijo y lo hizo.
¿De verdad cree que soy capaz de matarlo o a usted? Lo amo mucho.
Jordan estuvo hablando por teléfono durante otros quince minutos antes de que él colgara.
—Joder, ¿cómo voy a hacer esto? —Fue a la habitación, Stefan estaba durmiendo
pacíficamente. Se inclinó y besó su frente. —Te amo Stefan, —susurró, luego se volvió y salió por la
puerta.
~~ * ~~
Stefan estaba soñando. En su sueño, Jordan estaba siendo arrastrado lejos de él y no importaba
qué tan rápido Stefan corría, no pudo atraparlo. Sus dedos casi se habían tocado y luego Jordan se
había ido.
Stefan se despertó con una sensación de malestar en el estómago, sudando profusamente. Él
rodó hasta encontrar el lado de la cama de Jordan vacío; una mirada rápida al reloj mostró las tres de
la mañana.
Stefan saltó de la cama.
—¿Jordan?
Se dirigió al baño, sin Jordan. Stefan corrió hacia la cocina, sin Jordan.
—¿Jordan?
Revisó todas las habitaciones de la casa, pero aún sin encontrar a Jordan. Él estaba
comenzando a sentir la subida de bilis en la garganta. Jordan se había ido. Stefan corrió por la puerta
de atrás y salió disparado hacia el lago. De repente se tropezó con algo en el camino y cayó de bruces
en la hierba. Él miró por encima y vio a uno de los guardias boca abajo.
—Oh, mierda.
Stefan se arrastró hasta el guardia y buscó el pulso; él tenía uno, pero era lento. Mientras
retiraba su mano, rozó algo en el cuello del guardia. Stefan sintió plumas.
—¿Qué…?
Era un dardo tranquilizante.
Sintió ganas de vomitar. Jordan había sido tomado. Él quería gritar y ver si quedaba alguien
escondido, pero no quería llamar la atención hacia sí mismo, si lo hubiera Jordan había sido tomado.
Stefan no pudo evitarlo; vomitó en la hierba.
—Oh, Dios mío... Jordan.
De repente se dio cuenta de que estaba afuera. Stefan miró a su alrededor rápidamente y luego
corrió al frente de la casa: cuatro guardias abajo, todos con dardos en sus cuellos. Stefan corrió a la
casa y descolgó el teléfono. La línea estaba muerta. Mierda. Stefan corrió hacia el baño y cerró la
puerta. Sacó un teléfono celular de una pila de toallas y marcó la estación de policía.
Lo primero que escuchó Stefan fue un helicóptero, luego voces en la casa. Había estado
vomitando desde que colgó el teléfono y estaba ahora en posición fetal en el piso del baño.
Jordan se había ido, tomado en la noche por Damon - justo debajo de su nariz.
Jordan se había ido.
La idea dio vueltas y vueltas en su cabeza. Stefan estaba entumecido. La mitad de él había sido
tomada, la mitad de su corazón había desaparecido, la mitad de su vida se fue. El dolor en su corazón
era demasiado; él no podía sentir cualquier cosa salvo dolor. Jordan... Jordan... Dios mío, no puedo
hacer esto sin Jordan.
Entonces todo se volvió oscuro. Él se dio la vuelta cuando alguien intentó agarrarlo; estaba
pateando y gritando, su mente no podía las procesar palabras, no podía oír nada de lo que se decía, no
podía ver caras.
—Jordan... ¿dónde está Jordan? —Sintió un dolor agudo en el brazo y entonces nada.
—Jesucristo, Harry, ¿tienes que golpearlo así? —Trent estaba en la puerta del baño.
—Bueno, no vi a nadie más tratando de detenerlo. Él está medio fuera de su mente, ¡Trent!
¿Qué diablos pasó?
Trent suspiró.
—En algún momento esta noche Jordan Youngblood fue atrapado. La mitad de los guardias
fueron noqueados con tranquilizantes, las líneas de los sensores de movimiento fueron cortadas, así
como la línea telefónica. Incluso el botón de pánico está incapacitado desde afuera. Alguien sabía
exactamente lo que estaban haciendo. Esto es malo, Harry; es muy malo.
Harry estaba acunando a Stefan en sus brazos.
—Está solo empezando, Trent.
~~ * ~~
Stefan estuvo en el hospital por dos días. Tenía que estar constantemente sedado. Cada vez que
se despertaba se ponía histérico, gritando por Jordan. Nadie podía calmarlo, y cada vez que Leah
había pedido a Harry para sedarlo. Leah había estado junto a la cama de su hijo durante 24 horas
seguida. Ella no había comido ni se había duchado; ella solo se sentaba y le tomaba la mano.
—Leah, tienes que conseguir algo de comer, no puedes seguir haciéndote esto, —dijo Heath.
—No me voy a ir, Heath, —susurró. —Él me necesita; incluso si no está despierto, no puedo
dejarlo.
Heath suspiró.
—Lo siento, Leah.
De repente, Leah se desplomó sobre la cama de Stefan.
—No estoy seguro de que fuera la mejor idea, Heath, pero entiendo por qué querías hacerlo. —
Harry estaba parado detrás de él. Él palmeó su hombro. —Prepararé la línea IV para ella.
Heath se pasó una mano por el pelo.
—Cuando se despierte, aceptaré la culpa, Harry. Además, yo soy el único que la inyectó—.
Heath recogió a Leah y la llevó a la habitación de al lado. Se sentó en la silla de la esquina y
finalmente cerró los ojos.
~~ * ~~
Stefan estaba soñando de nuevo. Él y Jordan estaban sentados junto al lago jugando al
ajedrez.
—Estoy bien, sabes; nunca te dejaría sin decir adiós. —Jordan estaba palmeando su rostro.
—Pero te fuiste, Jordan, me dejaste y ahora no puedo comer, yo no puedo dormir... no puedo
respirar.
Jordan lo besó suavemente.
—Estoy bien, Stefan, realmente lo estoy; y ¿no crees que si estuviera muerto lo sabrías?
Stefan se sentó derecho en la cama cuando el sueño regresó corriendo. Él saltó de la cama y se
vistió. Abrió la puerta y se asomó; los guardias estaban sentados al otro lado de la sala jugando a las
cartas. Él no creía que fuera capaz de superar a los dos. Tenía que pensar.
Mierda, piensa en un maldito plan, Sanders. Dio un paso por la puerta y uno de ellos levantó la
vista.
—Sr. Sanders, ¿qué está haciendo? —Preguntó uno de ellos mientras Stefan estaba caminando
más allá de ellos.
—Voy a buscar a la enfermera Gwen.
El más grande se levantó. —Tiene que haber alguien con usted en todo momento, Sr. Sanders.
Stefan miró a lo largo del pasillo; vio a Bethany en el escritorio de las enfermeras.
—Voy allí mismo, —señaló. —Puedes verme desde aquí.
Stefan continuó caminando; con su visión periférica vio al guardia volver a sentarse.
—¡Stefan! Estás despierto y sorprendentemente tranquilo. —Bethany lo revisó.
—Tengo que salir de aquí, Bethany; tienes que ayudarme.
Bethany reconoció la mirada obstinada de Stefan Sanders. Ella suspiró; iba a hacer lo que él
quisiera.
~~ * ~~
Stefan se detuvo en la casa. Estaba oscuro afuera, y la única luz venía de la luna. Él caminó por
la puerta de atrás y entró en la suite principal. Stefan fue a la cama y recogió la camisa de Jordan; su
aroma era abrumador. Se quitó la camisa y luego agarró un par de pantalones. Se puso los zapatos y
se sentó en la mesa de la cocina. Jordan... el amor de su vida, el hombre que fue todo para él, estaba
perdido.
Stefan repasó todo en su cabeza. Aunque había sido un sueño, sabía que Jordan no estaba
muerto; su corazón le decía eso. Estaban conectados. Aunque Stefan se sentía vacío por dentro, sabía
que era solo porque estaban separados. Él había estado con Jordan desde hacía más de un año. Él
conocía cada parte del hombre, cada pequeña cicatriz, cada defecto, cada centímetro de él.
Su mente trajo el hermoso cabello castaño para ver, el azul de sus ojos, la pequeña brecha en
los dientes de Jordan, sus dedos largos - dedos que seguirían ligeramente el cuerpo de Stefan por la
noche dejándolo sin aliento. Su corazón se apretó en su pecho. No, Jordan no estaba muerto. Pero él
no estaba aquí, y Stefan iba a hacer lo que fuera necesario para traerlo de vuelta.
Sintió una presencia detrás de él y supo que había alguien allí.
—Estoy listo para ir ahora, haga lo que necesita hacer; no pelearé con usted. —Stefan miró al
frente.
Antonio lo inyectó y Marco lo atrapó cuando se cayó de la silla. Ambos miraron a su
alrededor, y Marco asintió con la cabeza hacia la puerta de atrás. Salieron al bosque y se encontraron
con el resto de los guardias de Damon.
—Se enojará mucho cuando se despierte, —anotó Antonio a Marco.
—Es inevitable. —Marco hizo un gesto al resto de los guardias. —Llevadlo al avión.
La próxima vez que Stefan se despertase, ya no estaría en Fort Worth.
~~ * ~~
Cuando Stefan finalmente se recuperó, estaba tendido sobre una cama king-size,
completamente vestido. Sintió la boca como si alguien le hubiera empujado algodón, y tenía una
migraña masiva. Había sido drogado, pero ya lo sabía. El dolor en su brazo derecho era insoportable.
Él tomó un minuto para orientarse, luego se deslizó fuera de la cama y abrió la puerta.
Había un hombre sentado en una silla al lado de la puerta, leyendo una revista. Miró a Stefan y
sonrió, luego volvió a leer.
Stefan pensó que si el chico quisiera lastimarlo no estaría sonriente; salió por la puerta y bajó
por el pasillo. La casa era enorme, Stefan se sintió como un ratón en un laberinto. Cada corredor
llevaba a otra habitación grande y luego otro pasillo. Finalmente llegó a una habitación que parecía
una sala de estar.
Allí, de pie junto a la ventana, estaba Damon Santorno. Él estaba vistiendo un traje y bebiendo
una taza de café.
Stefan voló hacia él.
—¡Hijo de puta! —Stefan agarró a Damon y lo tiró contra la pared; la taza de café salió
volando y golpeó el piso. —Si lo has lastimado, Damon, lo juro por Dios mientras viva y respire, te
mataré ¿Quieres que sea un Santorno? Oh, obtendrás tu deseo, está bien, pero te advierto ahora - por
lo que has hecho, ¡yo seré diez veces peor de lo que alguna vez fuiste!
Stefan quería estrangularlo, cortarle el aire y hacerle pagar por todo el dolor y el sufrimiento
que él había causado. Sus ojos se lanzaron hacia los guardias que volaban a la habitación desde todos
los lados.
Damon los despidió con la mano.
—Stefano... déjame ir, por favor.
No sabía si era el tono de la voz de Damon o la forma en la que dijo su nombre de pila, pero lo
dejó ir... un poco.
Damon miró a su hijo. Su cara estaba pálida, y se veía como si él no hubiera comido en días.
Damon sintió una punzada de dolor en su pecho. Le dolía ver a su hijo así, pero no tenía otra opción.
Él sabía que Stefan no vendría voluntariamente. Él no le hubiera creído si le hubiera intentado
explicar.
Ahora, estaba parado frente a su hijo y no podía convocar a las palabras para tratar de explicar
por qué había hecho las cosas de la forma en que lo hizo.
—Empieza a hablar, Damon, y será mejor que digas lo que quiero escuchar—. Se inclinó lo
más cerca que pudo de Damon. —O se va a poner muy desordenado aquí.
Damon nunca había visto a su hijo así, la mirada en la cara de Stefano era odio puro y pensó
que si tuviera la oportunidad él lo mataría, de hecho.
Stefan todavía tenía un control sobre el traje de Damon; su brazo derecho estaba matándolo y
cada vez era más y más difícil mantener la presión. La ira se intensificó otra vez cuando empujó a
Damon contra la pared de nuevo y luego lo liberó. Le dio la espalda a su padre y corrió una mano a
través de su cabello.
—Sé que he hecho algunas cosas malas en mi vida, Stefano, pero yo nunca te lastimaría
intencionalmente.
Stefan se volvió rápidamente.
—¿Estás jodidamente loco? ¿Dónde coño está Jordan, Damon?
Damon suspiró.
—Él está aquí, y él está bien, te lo aseguro.
Stefan regresó para enfrentar a Damon.
—Oh, será mejor que lo sea, Damon. O estás a punto de descubrir de lo que soy capaz.
Stefan estaba a punto de agarrar a Damon de nuevo cuando lo escuchó, la voz que no había
escuchado en días, la voz que le impedía pasar de todo. Su vida estaba llamando.
—Stefan.
Jordan estaba de pie en la puerta abierta. Él se veía perfecto; él parecía Jordan. Stefan corrió
hacia él y sus brazos lo rodearon instantáneamente.
—Oh, Dios mío, Jordan... estás bien, ¡estás bien!
Jordan mantuvo apretado a Stefan. Odiaba lo que había hecho, pero había sido necesario. Él lo
sabía ahora. Sus ojos se encontraron con los de Damon y él asintió.
Stefan lo besó fuerte y enérgicamente; él quería probar a Jordan, quería saborearlo, quería todo
lo que Jordan podía darle.
Jordan respondió con la misma fuerza. ¡Dios! Había extrañado a Stefan; se sintió como una
eternidad desde que lo había abrazado.
—Estás bien, —respiró. —Oh, gracias a Dios que estás bien, Stefan. Te extrañé... te extrañé
mucho.
Oyeron una leve tos y ambos miraron a Damon.
—Le dije, Dr. Youngblood, que Stefano no sería dañado. Mantuve mi promesa.
Stefan se alejó de Jordan.
—¿Qué está pasando, Jordan? ¿Qué quiere decir?
Jordan miró nerviosamente a Stefan. No tenía idea de cómo iba a explicar la parte que jugó en
todo esto, pero sintió que era mejor hacerlo rápido.
—Creo que debes sentarte, Stefan.
Stefan se sentó en el sofá y se enfrentó a Damon y Jordan. Él no podía dejar de mirar a Jordan.
Pensó que había estado soñando al principio, pero cuando se juntaron se había sentido completo otra
vez, y él sabía que era verdad. Jordan estaba vivo y de pie frente a él.
—Antes de que el Dr. Youngblood diga algo, Stefan, necesito que entiendas que fui yo quien
lo hizo venir; no le dejé elección.
Stefan miró a Damon.
—¿Por qué no lo mataste? ¿O querías esperar hasta que estuviera aquí para poder hacerlo
frente a mí?
Stefan vio a Damon ponerse tenso, vio el dolor en sus ojos.
—Me gustaría que supieras que nunca le hice daño al Dr. Youngblood, Stefano. Sé lo que él
significa para ti. Yo nunca te lastimaría así, hijo mío.
Stefan se puso de pie.
—Entonces, ¿qué diablos era esto? ¿No pensaste que llevarte al hombre que amo me
lastimaría? ¿El dolor absoluto que me causó separarme de él, sin saber al principio si estaba vivo o
muerto? Oh, no, ¿por qué eso me haría daño, Damon?
Jordan dio un paso adelante. —Stefan, por favor cálmate y escúchale. Prometo que todo tendrá
sentido.
Stefan cruzó sus brazos sobre su pecho.
—¿No crees que sería peor si Jordan estuviera muerto, Stefano? Porque si te hubieras quedado
en la casa, los dos lo estarían muertos. Incluso en mi mejor momento, no puedo estar en todas partes.
—Damon hizo una pausa, se pasó las manos por la cara y comenzó de nuevo. —Mira qué fácil fue
para mis hombres sacar a los guardias. Estabas indefenso, Stefano, ¿Qué ibas a hacer? ¿Correr al
bosque y esconderte? ¿Por cuánto tiempo? —Damon había alzado la voz un poco y la mirada de
Jordan lo instó a seguir adelante. —Todo esto comenzó hace un tiempo, cuando uno de mis
informantes llegó a mí y me dijo lo que había escuchado de uno de mis hombres en prisión. Resulta
que Curtis Williams había contratado a alguien, él te quería a ti y al Dr. Youngblood muertos.
Stefan se puso rígido. Jordan decidió que no podría estar lejos de él nunca más. Fue a sentarse
junto a Stefan y le tomó la mano.
—El resto de esto será difícil de escuchar, Stefano. He hecho algunas cosas de las que no estoy
orgulloso en las últimas semanas, pero no me disculparé por tratar de protegerte. —Damon suspiró.
Sabía que tenía que decírselo todo, e iba a ser difícil ver la cara de su hijo cuando él se diera cuenta
exactamente de lo que podría ser su padre. —Tan pronto como obtuve la información que necesitaba,
tuve a Williams eliminado. No me disculparé por eso. Hice lo que tenía que hacer; yo no podía
permitirle que intentase de nuevo matar a ninguno de los dos. —Él dio una mirada esperando la
reacción de su hijo y se sorprendió al ver que no había una. —Tú sin duda escuchaste que fui
liberado de la prisión. Fui directamente a la ciudad y ordené mis asuntos, y luego puse a mis hombres
en su lugar y esperamos. Este asesino a sueldo contratado, no trabaja solo. La primera vez que uno de
ellos intentó infiltrarse en la casa, mis hombres se lo llevaron; nosotros lo interrogamos por horas sin
resultados. Intentamos de nuevo con el siguiente, y ahí fue cuando conseguimos algo.
Damon caminó alrededor de la habitación mientras hablaba.
—Yo sabía que lo intentaría de nuevo. Intenté hacerte entender, hijo mío, pero tú te negaste a
hablarme. Al final, la única forma en que podría protegerte era traerte aquí, a Sicilia. Hablé con el Dr.
Youngblood y le hice ver que yo era el único que podía protegerte. El Dr. Youngblood comparte
mi... escepticismo sobre la efectividad de la policía en Fort Worth.
—¿Por qué? ¿Por qué me harías eso, Jordan? ¿Tienes alguna idea de lo que pasé?
Jordan se movió incómodo en el sofá.
—La primera noche que el Dr. Youngblood estuvo aquí, mis hombres tuvieron que
tranquilizarlo, —anunció Damon.
Stefan miró a Damon en estado de shock.
—¿Por qué?
Damon se sentó en la silla frente a Stefan.
—Lo que fuera que estabas sintiendo, el Dr. Youngblood podía sentirlo. Él tenía sudoración y
vómitos, estaba incoherente. Mis hombres finalmente consiguieron que el doctor viniera y lo
revisara; sintió que era mejor sedarlo. —Damon se empujó hacia adelante —Sabía que nunca me
darías una oportunidad. Así que tomé la única cosa que sabía que vendrías a buscar.
—Lo siento mucho, Stefan. Lo siento mucho —Jordan se atragantó.
Stefan lo atrajo hacia su pecho.
—Hice que mis hombres me mantuvieran informado sobre la condición del Dr. Youngblood.
Me quedé en la ciudad para protegerte. Yo conocía al asesino a sueldo que venía a ocuparse de los
dos; teníamos a todos sus cómplices... —Damon se detuvo.
Stefan levantó su mano. —Lo entiendo; no tienes que decirlo.
Damon suspiró y continuó.
—Me estaba quedando sin tiempo, tenía que llegar a ti antes que él. Cuando te vi salir del
hospital e ir a casa, decidí traerte aquí.
Stefan se inclinó hacia adelante en el sofá.
—¿No te dolió en absoluto Damon? ¿Ver a tu hijo con tanto dolor? ¿Verme entregarme
voluntariamente a quien viniera a buscarme? —Por primera vez en su vida, Stefan vio los ojos de
Damon húmedos.
—Stefano. Casi me mata, —susurró.
Stefan dirigió su mirada hacia Damon; por una vez realmente creyó que su padre estaba
diciendo la verdad.
—¿Y ahora qué? ¿Nos quedamos sentados aquí y esperamos?
Damon puso su mano sobre la de Stefan, pensó con seguridad que su hijo se retiraría, pero no
lo hizo.
—Estoy mejor equipado para protegerte a ti y al Dr. Youngblood; sé que podría haberlo hecho
de otra manera, pero no me dejaste elección.
Jordan se levantó.
—Eso no es todo.
—Dr. Youngblood... —Damon negó con la cabeza.
—Damon es la razón por la que vine a Fort Worth—. Jordan vio la cara de Stefan e
inmediatamente sintió su corazón romperse.
—¿Qué? —Susurró Stefan. No era cierto... no le mintió por tanto tiempo... no pudo haberlo
hecho.
—Es verdad; le pedí que te viera. Sabía que nadie más haría lo que se necesitaba hacer. El Dr.
Youngblood ha confirmado que los tratamientos que recibiste antes de llegar no fueron lo
suficientemente agresivos. No me disculparé por intentar salvar tu vida, Stefano. El Dr. Youngblood
es el mejor; apelé a su... ego para que mirara tu caso.
Stefan se levantó y caminó hacia la ventana.
—Necesito aire—. Se levantó y salió de la habitación.
Jordan se puso de pie y lo siguió. —Stefan espera...
Stefan se volvió.
—Lo entiendo, Jordan, realmente lo creo. Pero ahora mismo me siento traicionado. No viniste
a mí y me lo dijiste, me dejaste pensar... —Stefan miró hacia otro lado. —Y luego, mantuviste ese
secreto de mí por tanto tiempo—. Stefan negó con la cabeza. —¿Cómo pudiste?
Jordan intentó sostener la mano de Stefan.
—Lo siento mucho.
—Solo déjame en paz, Jordan; por favor. —Se apartó.
Jordan pudo sentir que Damon se acercaba.
—Solo dale algo de tiempo. Sé cómo se siente ahora y yo no lo culpo. Stefano tiene un corazón
muy indulgente, Dr. Youngblood.
Jordan estudió al hombre que tenía al lado, tan lleno de confianza. Él siempre había pensado en
Damon como “Papi Mafioso”, pero ahora mismo, ¿con todo lo que Damon había hecho? ¿Realmente
pensó que él mismo no haría lo mismo para proteger a Stefan? Jordan sabía que moriría para
protegerlo, y si tuviera que hacerlo, él mataría.
Regresaron a la sala de estar y se sentaron. En algún momento durante los minutos que se
habían ido, alguien había traído una bandeja de alimentos y bebidas.
—Damon, creo que deberías empezar a llamarme Jordan. Vas a ser mi suegro pronto, es decir,
si Stefan me perdona.
Damon sonrió.
—Escuché que mi hijo te propuso matrimonio; me alegro de que haya encontrado a alguien a
quien amar. Todo lo que quiero es que mi hijo sea feliz.
Jordan agarró un sándwich.
—¿Sabes lo que quiero escuchar? Todas las historias sobre ti que perdí. Conozco algunas de
ellas, y por eso se te conoce como “Papi Mafioso”.
Damon se rio.
—Vamos a estar aquí por un tiempo.
~~ * ~~
A Jordan realmente le gustaba Damon. Tenía un buen sentido del humor y una buena dosis de
sarcasmo. Escuchó mientras Damon le contaba todo tipo de cosas jodidas que había hecho. Él nunca
intentó defenderse, cosa que Jordan apreciaba. La forma en que habló sobre Stefan fue lo que suavizó
a Jordan hacia el hombre mayor. Podía decir que Damon realmente amaba a su hijo; nunca dijo ni
una vez nada malo sobre la forma en la que Heath lo había criado.
—Desearía tener una mejor relación con mi hijo, Jordan. Duele saber que no confía en mí, pero
me lo he ganado. Para ser honesto, todo lo que hice en las últimas dos semanas, lo haría de nuevo en
un abrir y cerrar de ojos. No me disculpo por proteger a Stefano.
Jordan asintió. Él no se disculparía por proteger a Stefan, tampoco.
—Lamento no haber llegado a tiempo para ayudarte con el incidente del auto, Jordan, pero me
divirtió tu rápida reacción.
Stefan apareció en la puerta. —Me voy a la cama ahora, y me gustaría estar solo.
Damon y Jordan se levantaron.
—¿Necesitas que te muestre tu cuarto?
Stefan negó con la cabeza.
—No, Damon. Creo que puedo encontrarlo. Buenas noches.
Jordan comenzó a acercarse a Stefan.
—Por favor, perdóname; lo siento mucho. Te amo.
Stefan se volvió.
—Yo lo siento también, Jordan.
Stefan salió, dejando a los dos hombres solos. Stefan regresó a su habitación y notó que la de
Jordan estaba al lado. Él estaba tan cansado, no podía pensar, pero la traición le dolía. Se arrastró a la
cama y miró al techo. Echaba mucho de menos a Jordan, pero no estaba listo para perdonarlo
todavía. ¿Cómo pudo haberle hecho esto? ¿Por qué no le dijo simplemente lo que estaba pasando?
¿Habría escuchado?
Ese era el punto de todo, ¿no? Si Jordan se hubiera acercado a él con la historia que Damon le
había dicho, él inmediatamente habría pensado que Damon estaba mintiendo. Para empeorarlo,
Jordan había mantenido el secreto de cómo había llegado a estar en Fort Worth. Eso fue demasiado.
Se giró de lado y cerró los ojos. Él pensaría al respecto mañana
~~ * ~~
Damon y Jordan intercambiaron buenas noches, dejando a Jordan por cuenta propia. Se detuvo
en la cocina para tomar un refrigerio. Dijo buenas noches a Antonio y Marco, y luego se dirigió a la
habitación de Stefan.
La puerta estaba abierta y pudo ver a Stefan acostado sobre su costado. Jordan sonrió al sonido
de sus suaves ronquidos. Él se deslizó en la habitación y se sentó en el piso al lado de la cama. La
mano de Stefan estaba colgando fuera del lado y Jordan la deslizó en la suya. Pasó sus labios sobre la
carne suave, respirando el aroma. Dios, había añorado todo sobre él.
Se arrastró hasta oler el cabello de Stefan; él quería correr sus dedos a través de él, pero temía
que Stefan se despertara. Él se resignó a agacharse en el piso, sosteniendo la mano de Stefan. En este
momento, tenía que bastar.
Unas pocas veces durante la noche Stefan gimió y su agarre apretó la mano de Jordan. Jordan
lo besó y él se calmó. Él solo no pudo irse; el tiempo pasado lejos de Stefan había dolido. Él sabía
que Damon tenía razón, pero eso no lo excusaba del dolor que había infligido al único hombre que
amaba.
Solo mirar a Stefan hizo que su corazón se hinchara. Él nunca había amado a nadie como
amaba a Stefan. Jordan realmente había sentido el dolor de Stefan y había sido insoportable.
Nadie había amado a Jordan de esa manera y nunca había sentido por nadie lo que él sentía por
Stefan. Apoyó la cabeza en el colchón y cerró los ojos. Solo tenía unas horas más antes de que Stefan
se despertara y él quería estar fuera de la habitación antes de que eso sucediera.
~~ * ~~
Cuando Jordan volvió a abrir los ojos, Stefan todavía estaba dormido, la luz de la ventana
cayendo sobre su cuerpo. Dios, él era hermoso. Jordan podría mirarlo todo el día. Él suavemente
quitó su mano del agarre de Stefan y escuchó un leve gemido. Echó una última mirada a Stefan y fue
a su habitación; él se cambió y se dirigió a la cocina.
Esta mañana había panqueques; tenía que acordarse de agradecer a la cocinera de Damon. Ella
se aseguró de que Jordan tuviera lo que quisiera.
Damon estaba sentado a la mesa con el periódico de la mañana y su taza de café.
—Buenos días, Jordan. ¿Confío en que dormiste bien?
Jordan suspiró y se sentó.
—No diría bien; dormí en el piso de Stefan.
Damon miró por encima del periódico.
—No te preocupes tanto, Stefano volverá a la normalidad—. Damon dejó el periódico. —¿Por
qué no vas a nadar, Jordan? Hace un buen día afuera y el agua está caliente. —Damon se puso de pie.
—Yo tengo algunas llamadas telefónicas para hacer esta mañana. Tengo a mi gente mirando todos
los medios de viajar al país. Voy a recibir una actualización sobre el asesino hoy. Dile a Stefano que
lo veré esta noche.
Jordan lo vio irse y luego llevó su plato al fregadero. Él caminó de regreso a su habitación y
verificó a Stefan de nuevo. Él todavía estaba durmiendo y Jordan no lo culpó. Todo lo que él había
pasado a través de los últimos días debía haberle pasado factura.
Jordan se cambió y se dirigió a la piscina. Era hedonista. La piscina era de tamaño olímpico y
había mesas y sillas, tumbonas y un bar.
—¡Señor Jordan! ¡Buenos días!
Antonio estaba sentado en una de las tumbonas. Él era el guardia más leal de Damon. Ahora
había sido asignado a Jordan. Antonio era mucho para asimilar; medía más de 1,83m de alto, con
pelo negro azabache, ojos grises y una construcción como un camión Mack. Antonio llegó a Jordan y
lo abrazó
—Escuché que tu hombre está enojado contigo.
Jordan se rio. Su “hombre” era el hijo del jefe.
—No te preocupes, mi amigo. Stefano es un buen chico, él va a perdonarme.
Capítulo 14
Cuando Stefan se despertó, le tomó unos segundos recordar donde estaba. Estiró sus doloridos
músculos y se levantó de la cama, moviéndose a la ventana para abrir las cortinas. Él tenía una
hermosa vista del patio trasero y la piscina.
Y Jordan. Con otro hombre. Quien lo rodeaba con sus brazos.
La furia lo golpeó como un martillo neumático. Él estaba bajando las escaleras y saliendo por
la puerta en segundos, vibrando positivamente.
Jordan vio acercarse a Stefan. La expresión de su rostro era furia.
—¿Um, Antonio? —Jordan intentó advertirle, pero ya era demasiado tarde.
Stefan ni siquiera parpadeó. Se dirigió directamente hacia ellos y, con una mano, empujó a
Antonio hacia la piscina. Los ojos de Jordan fueron entre Stefan y Antonio.
Stefan, sin embargo, estaba mirando directamente a Jordan.
—Guau. Ni siquiera un día, ¿eh? ¿Nos metemos en una pelea y estás permitiendo que este tipo
te golpee al día siguiente?
Antonio estaba tratando de salir de la piscina.
—¡Quédate ahí mismo, ¡maldición! —Gruñó Stefan.
Antonio se congeló; este era el hijo del jefe y él no iba a molestarlo. Bueno, más de lo que ya
lo había hecho.
—Stefan, este es Antonio. Mi guardaespaldas—. Jordan anunció.
Stefan abrió la boca y luego la cerró.
—Oh, mierda, —susurró.
En ese momento, otro guardia entró por las puertas, pistola en mano.
—Marco, está bien. —Antonio todavía estaba en la piscina, tratando de secar su arma en su
camisa.
—Antonio, puedes salir ahora—. Jordan extendió su mano, pero Antonio se mantuvo firme en
la piscina. La realización golpeó y Jordan rodó sus ojos a Stefan. —Cristo, Stefan, por favor dile al
hombre que puede salir de la piscina.
A Stefan se le ocurrió que como el hijo del poderoso y temido Damon Santorno, sería tratado
con el mayor respeto.
—Antonio, sal de la piscina, —suspiró Stefan mientras dejaba caer en una silla.
Jordan se agachó frente a él.
—¿De verdad crees que eres tan fácil de reemplazar, Stefan? Te amo; haría cualquier cosa por
ti. —Apretó las manos, intentando con todas sus fuerzas no tocarlo. Quería que Stefan llegara a él
cuando estuviera listo, y esperaba que no tuviera que esperar mucho.
~~ * ~~
~~ * ~~
Por la mañana, Stefan se dirigió a la piscina. Él asintió con la cabeza a Marco y saltó. El agua
se sintió bien y Stefan comenzó sus vueltas. En su segunda vuelta, notó que Antonio lo estaba
esperando.
—Quería disculparme por ayer, Sr. Santorno. No quise faltarle al respeto. —Antonio estaba
mirando hacia el suelo y Stefan no pudo evitar sonreír.
—Está bien, antes que nada, soy yo quien te debe una disculpa; y segundo, ¿podrías no
llamarme señor Santorno?
Antonio levantó la vista, su cara se puso roja.
—Por supuesto, Sr. Sanders. ¿O desea que le llame Stefan?
Stefan suspiró; ¿qué demonios?
—Puedes llamarme Stefano. Aunque escuchar cómo dijiste “Stefan” con ese acento me daría
horas de entretenimiento. —Antonio parecía confundido. —No importa; ven a sentarte.
Stefan salió del agua e hizo un gesto hacia la mesa cubierta con una sombrilla. Antonio hizo lo
que le dijeron y se sentó con sus manos juntas frente a él.
—Lo siento mucho por lo de ayer. Tuve la idea equivocada, Antonio. Aprecio mucho que estés
cuidando a Jordan.
Antonio levantó la vista.
—Me gusta mucho el Sr. Jordan, él tiene... cómo ¿tú dices? ¿Una forma de decir las palabras?
Stefan se rio a carcajadas con eso.
—Esa es una forma de poner eso. —Echó un buen vistazo a Antonio. Parecía estar alrededor
de veinticinco años. Tenía una cicatriz en la parte superior del brazo que se parecía mucho a la de
Stefan. —¿Qué pasó allí, Antonio? —Stefan señaló la cicatriz.
—Oh, alguien intentó matar a tu padre; me metí en el camino.
Stefan estaba desconcertado por el joven.
—¿Por qué? ¿Por qué estás aquí, Antonio? ¿No quieres algo más?
Antonio miró a Stefan con una expresión burlona.
—El Sr. Santorno me rescató a muy temprana edad de un padre abusivo; él me ha criado como
si fuera suyo. Le debo mucho a tu padre, Stefano.
Stefan se sentó en silencio, absorbiendo las palabras de Antonio. Él no tenía idea
Damon había cuidado tan bien a sus hombres.
—Me trató como a un hijo porque perdió el suyo—. Antonio miró al suelo de nuevo, temeroso
de haber hablado fuera de turno.
Stefan puso su mano sobre el hombro del otro hombre.
—Me alegro de que Damon te haya cuidado bien, Antonio. Ahora, ¿estás listo para ir en un
paseo en bote?
Antonio sonrió.
Se abrieron camino a través del puerto deportivo, con Jordan fijándose en todo. Fue hermoso.
El agua en la bahía era tan azul y tan clara que podría ver todo debajo de la superficie. Fue
impresionante. Stefan sonrió cuando Jordan se detuvo de vez en cuando para mirar dentro del agua.
—¿Estás buscando un tritón? —Bromeó Stefan.
—No puedo creer lo clara que es el agua, es tan hermoso aquí.
Stefan deslizó su mano en la de Jordan.
—Venga.
Caminaron hasta el final de los muelles y Antonio señaló.
—Ahí está ella.
Jordan se quedó boquiabierto.
—Eso no es un bote. ¡Es un... yate!
El tamaño de la cosa era increíble; Jordan no pudo conectarlo con la palabra “bote”.
Antonio se rio.
—Pero este es el “bote”; ¡el más grande está en el otro lado!
Jordan volvió sus ojos incrédulos hacia Stefan.
—¿El más grande? —articuló.
—Este es el bebé de Damon. Es “The Dominator”. —Stefan miró a Jordan tratando de
comprender el uso de la palabra “bote” en un vehículo de agua de ese tamaño.
Hicieron su camino hacia el “bote” y Jordan se levantó paralizado en la cocina. Había comida
en todas partes. Jordan estaba en el cielo. Stefan se rio y caminó a la cubierta; el jacuzzi estaba
encendido y había toallas y trajes distribuidos.
—Marco y yo estaremos disponibles si nos necesitas, Stefano. Por favor, no dudes en llamar.
Stefan le sonrió.
—Sabes que eres más que bienvenido a unirte a nosotros, Antonio; no tienes que esconderte.
A Antonio realmente le gustaba Stefan. Pudo ver por qué su jefe lo extrañó mucho. Stefan fue
muy cariñoso y te hacía sentir importante sin importar quién eras.
—Tal vez más tarde, Stefano. Marco y yo tenemos algo que hacer ahora.
Antonio se fue y Stefan fue a buscar a Jordan. El instinto lo llevó a la cocina, donde Jordan
estaba rellenando su rostro. Él tenía tantas cosas en su plato que parecía que podría romperse por el
peso.
—Jordan, ¿en serio? Sal a la cubierta y mira la vista.
“The Dominator” había comenzado a alejarse del muelle y dirigirse a la bahía.
—Nos dirigiremos a Mistra Bay, Stefano; tu padre quería que lo vieras.
Stefan se sentó en un sillón y se relajó al sol. El barco tomó velocidad y se fueron. Jordan
disfrutó de la sensación del sol y el aerosol salado; había estado tan preocupado la semana pasada
que su cuerpo en realidad estaba dolorido por la tensión. Ahora podía sentir todos sus músculos
relajarse. No podía creer lo rápido que alcanzaron su destino. Mistra Bay era una cala apartada, y era
preciosa.
Stefan y Jordan decidieron nadar a la orilla. Jordan nunca había visto una playa tan
brillantemente blanca. En Texas, había tenido que ir a Galveston para ver una playa. Espera, ¿qué
estaba diciendo? Él nunca tuvo tiempo de ir a la playa.
Decidieron de inmediato ir a bucear; Jordan estaba emocionado de ver qué más podía encontrar
en este tesoro escondido. Pasaron horas en el agua mirando peces de colores del arcoiris. Jugaron, y
atraparon un erizo de mar (contra el mejor juicio de Jordan). El paisaje submarino era un oasis,
diferente a todo lo que Jordan había experimentado alguna vez.
Stefan lo miró y se sintió bien de verlo tan feliz. Gastaron el resto del día enterrándose en la
arena, teniendo carreras de cangrejo ermitaño (ganó Stefan) y descansando al sol.
Para cuando regresaron a la mansión, era la una de la mañana. Stefan estaba tan cansado que ni
siquiera tenía energía para cambiarse. Gracias a Dios que se había bañado en el bote. Se quitó su ropa
y se arrastró a la cama.
Él se apoyó en un brazo.
—Ven aquí, —susurró.
Jordan se acercó lentamente a la cama. Stefan se puso de rodillas y le quitó la camisa a Jordan.
Él arrastró sus dedos hasta los pantalones de Jordan, desabrochó el botón y la cremallera, y se los
quitó. Tiró de Jordan hasta a la cama. Sentir a Jordan junto a él le dio un ataque de emoción.
Suavemente lo empujó hacia su espalda y se estiró a su lado, apoyado de nuevo sobre un codo.
Ligeramente arrastró un dedo en el pecho de Jordan.
—Te amo, ¿sabes eso verdad?
Jordan llevó sus manos a la cara de Stefan, arrastrando un dedo por el labio inferior de Stefan.
—Yo también te amo, Stefan.
~~ * ~~
Stefan abrió un ojo y miró el reloj; no podía creer que había dormido hasta el mediodía. El
brazo de Jordan serpenteó alrededor de su cintura y podía sentir su aliento en su cuello. Él no quería
moverse; la sensación de Jordan envuelto alrededor de él fue abrumadoramente reconfortante.
Sintió que el otro hombre se movía detrás de él, y luego escuchó el sonido inconfundible de un
Jordan hambriento.
—Vamos, pozo sin fondo. Bajemos y comamos.
Se arrastraron hasta la cocina, donde una vez más la cocinera de Damon tenía toneladas de
comida afuera. Ella incluso fue tan lejos como para poner comida de desayuno y almuerzo, dándoles
una opción. Damon apareció una media hora más tarde.
—¿Confío en que los dos disfrutasteis ayer?
Stefan se sonrojó.
—Sí lo hicimos; gracias, Damon.
Damon se sentó y miró a Stefan y a Jordan. —He sido informado de que esta mañana que el
asesino ha llegado a la isla.
Jordan escupió su jugo.
—¿Qué?
El estómago de Stefan se estaba atando en nudos otra vez. El odiaba sentirse así, asustado e
inseguro. Damon alcanzó la mano de Stefan.
—Stefano, nunca dejaré que os pase nada a ninguno de vosotros. He pasado tiempo haciendo
las paces con todas las... familias, como dicen en las películas. Así es como sé que él está aquí. No
hay una persona en esta isla que no haya estado esperando por él. Ahora solo tenemos que encontrar
una manera de atraerlo a la luz pública.
Damon se lanzó a una idea que tenía cuando Stefan lo detuvo.
—Creo que sé una manera, Damon.
Stefan expuso su plan. Damon escuchó atentamente, pero a Jordan no le gusto hacia donde iba
esto.
—No me gusta, Stefan. Es muy peligroso.
Stefan le sonrió.
—¿Tienes un mejor plan? Porque si lo tienes, por favor, dilo.
Damon se pasó las manos por el pelo.
—Jordan tiene razón, Stefano; esto es mucho más peligroso de lo que tenía en mente.
Stefan miró de Damon a Jordan.
—Mira, no puedo pasar el resto de mi vida mirando por encima del hombro. Tengo que seguir
con mi vida. Ninguno de tiene algo más, así que, por favor, vamos a terminar con esto.
Damon sabía que era una buena idea, pero era peligroso. A él no le gustaba.
—Hablemos con mis hombres y veamos lo que dicen. Entonces si ellos están de acuerdo,
seguimos adelante.
Stefan se puso de pie.
—Está bien, comencemos esto; quiero volver a la normalidad.
Jordan se retorció incómodo en su silla. A él no le gustó esto. A él no le gustó nada.
Capítulo 15
Pasaron la semana siguiente revisando repetidamente cómo funcionaría el plan, y cada vez
Damon y Jordan encontrarían la manera de modificarlo. Stefan estaba frustrado. Sabía que estaban
retrasando lo inevitable. Damon había hablado con todas las familias en la isla y cada uno de ellos
informó que el asesino aún estaba allí. Un día estaba en el mercado, al día siguiente en la playa.
Parecía estar buscando sistemáticamente en la isla a Stefan y Jordan, moviéndose de un área a la
siguiente, y luego repitiendo sus pasos hacia atrás al día siguiente.
La casa de Damon era un secreto muy bien guardado. Nadie sabía exactamente dónde estaba,
ni siquiera las familias. Una villa junto a la playa se duplicó como la mansión oficial de Santorno y
cualquier reunión se llevó a cabo allí.
Antonio y Marco tenían todos los equipos electrónicos listos y estaban probando y volviendo a
probarlo. Stefan se estaba volviendo loco; solo lo quería hecho. Cuanto más tiempo tenía que
sentarse, esperar y preocuparse, más difícil era mantener su resolución. Cuando llegó el informe de la
mañana con la ubicación del asesino, Stefan llegó a su punto de quiebre.
—Vamos mañana, sin argumentos, sin excusas. He terminado.
Stefan salió de la habitación, dejando a Damon y Jordan mirándose el uno al otro.
—No me gusta esto, Damon. Realmente no me gusta.
Damon suspiró y negó con la cabeza.
—No estoy feliz tampoco, Jordan, pero ya conoces a mi hijo. Él puede ser obstinado cuando se
decide.
Jordan asintió.
—Lo sé. He tratado con el obstinado Stefan. Si esto va a suceder mañana, será mejor que nos
pongamos a trabajar.
Damon caminó hacia la puerta.
—Antonio, Marco. Vamos mañana.
Jordan puso su cara en sus manos.
—Mierda.
~~ * ~~
Stefan trató de calmar su corazón acelerado. Podía escuchar a Antonio en su oído e intentaba
fingir que no sabía que un sicario lo estaba siguiendo. Hizo su mejor esfuerzo para parecer
indiferente mientras miraba las tablas de ventas. De vez en cuando recogía algo, lo miraba y lo
guardaba.
Él podía escuchar a Antonio.
—Eso está bien, Stefano; no mires atrás, ¿de acuerdo? Lo estamos viendo.
Stefan comenzó a sudar.
—De acuerdo, cuando llegues al final del pasillo, quiero que vayas por el callejón, conecta con
el próximo mercado y está vacío.
Stefan redujo su ritmo. Una vez más, el impulso de correr era tan fuerte, pero sabía que si lo
hacía, el asesino sabría que lo habían descubierto y esta oportunidad se desperdiciaría. ¿Quién sabía
cuánto tardaría en sacarlo de nuevo? Stefan finalmente bajó por el callejón y fue entonces cuando
sucedió.
El auricular dejó de funcionar.
Él fue separado de Antonio. Escuchó pasos detrás de él y giró para enfrentar al hombre que lo
quería muerto.
—¡Stefan!
Jordan le gritaba y corría por el callejón. Oh Dios no, no Jordan. Sonó un disparo y Stefan vio
a Damon saltar delante de Jordan.
Oh, Dios, esto estaba yendo mal.
Stefan se volvió para ver al asesino a sueldo sonriéndole. Sonó otro disparo, y Stefan vio cómo
el rojo comenzaba a florecer en la camisa del asesino. Se desplomó en el suelo frente al atónito
joven.
Damon sintió que iba a estar enfermo. Vio que el asesino a sueldo seguía a su hijo y eso hizo
que quisiera correr hacia él y protegerlo.
—No me siento cómodo con esto, Antonio. —Jordan estaba hablando ahora, y esto sacó a
Damon de sus pensamientos.
—Antonio, él tiene razón. No me gusta que siga a Stefano abiertamente. —¿Por qué había
aceptado esto? Stefano podría ser tan terco; sabía que era una batalla perdida cuando su hijo hizo un
puchero.
—Él va por el callejón ahora. Oh, no...
El corazón de Damon se apoderó.
—¿Qué? ¿Qué está pasando, Antonio? —Estático vino por la radio.
—Perdido... com... no puedo... escuchar.
Damon sintió que se levantaba la bilis. Intercambió miradas con Jordan y ambos se fueron al
callejón. Jordan era más joven y más rápido, dejando a Damon para ponerse al día. Escuchó a Jordan
gritar el nombre de Stefan en la entrada del callejón.
Justo cuando llegó a Jordan, vio que el asesino le apuntaba con un arma. Damon voló frente a
él, y sintió la bala entrar en él y salir de la parte posterior. Cayó sobre Jordan, tratando de recuperar el
aliento. El dolor fue casi insoportable.
Damon logró levantar la cabeza y vio al asesino sonriendo a su hijo.
Oh, Dios, no. No mi hijo.
Sintió que Jordan cambiaba de posición y luego se disparó un arma. Damon vio una mancha
roja florecer en la parte delantera de la camisa del asesino antes de desplomarse frente a Stefan.
Sonaban... sonidos de sirenas. Podía ver que su Stefano estaba bien. Oh, gracias a Dios.
—Damon, Damon, ¿puedes oírme? —Jordan se había quitado la camisa y había intentado
detener la sangre que venía del lado de Damon. Stefan corría por el callejón hacia ellos, patinando
hasta detenerse frente a Damon y cayendo de rodillas.
—Oh, Dios mío... ¡¿Papá?!
Mientras Jordan intentaba detener el sangrado, Antonio y Marco corrieron, gritando en sus
radios. Stefan se arrodilló junto a su padre.
—Stefano, me llamaste papá...
Stefan se inclinó sobre el cuerpo de su padre. Ahora no... no lo lleves ahora. La ambulancia se
detuvo y el personal médico comenzó a trabajar de inmediato. Jordan se apartó; Stefan todavía estaba
arrodillado frente a su padre.
—Ve, hijo. Te veré en el hospital, —Damon logró jadear.
Stefan se levantó y tomó la mano de Jordan.
—Lo harás, —fue todo lo que podría decir sin romperse.
La policía estaba hablando con Antonio y Marco; Antonio interrumpió y se dirigió hacia la
pareja.
—La policía se encargará de todo.
Jordan asintió.
—¿Está muerto, Antonio?
—Sí, señor Jordan. Está muerto.
Stefan apretó la mano de Jordan.
—¿Estás bien, Jordan?
Jordan se pasó la mano por el pelo.
—Sí, lo estoy. Déjame decirle a la policía...
—No hay necesidad de eso, señor Jordan. —Antonio alzó las cejas.
—Por supuesto, —Jordan estrechó la mano de Antonio y luego se volvió hacia Stefan—.
Vamos al hospital.
Damon había sido tratado y estaba en una habitación privada. Stefan tomó la mano de Jordan.
—Primero quiero hablar con él solo; ¿está bien?
Jordan deslizó un dedo por su mandíbula.
—Por supuesto. Tómate tu tiempo.
Stefan abrió la puerta para encontrar a un Damon sedado mirando por la ventana. Volvió la
cabeza lentamente cuando escuchó la puerta.
—Stefano... —Su voz se quebró.
Stefan se acercó a la cama y se sentó al lado. Tomó la mano de Damon en la suya.
—Lo que hiciste por Jordan, no lo olvidaré.
Damon sonrió.
—Lo que hice por Jordan, lo hice por ti.
Stefan apoyó la cabeza en la cama. Damon pasó su mano por el cabello de su hijo. Stefan se
levantó de la silla y envolvió sus brazos cuidadosamente alrededor de su padre.
—Shhh, Stefano... está todo bien ahora, todo está bien ahora.
Hablaron un poco antes de que Stefan se diera cuenta de que Jordan todavía estaba esperando
en el pasillo.
—Creo que Jordan quiere hablar contigo.
Damon sonrió.
—Sí, quiero hablar con él también.
Stefan encontró a Jordan sentado con Antonio y Marco.
—Damon quiere verte. —Le dio un rápido beso, y luego se sentó al lado de Marco, apoyando
su cabeza contra la pared detrás de él.
Jordan entró a la habitación.
Stefan giró su cabeza hacia Antonio.
—¿Está realmente bien, Antonio?
Antonio suspiró.
—Nunca es fácil quitarle la vida a otro hombre, Stefano. Algunas veces es por accidente, y
algunas veces es a propósito. Pero de cualquier forma, se queda contigo. Y el señor Jordan es un
sanador; luchará con esto, pero nunca se arrepentirá de haberte salvado la vida.
Damon estaba sentado en la cama cuando Jordan entró. Se veía bien, su color estaba casi de
vuelta.
—¿La bala atravesó de lado a lado?
Damon sonrió.
—El mejor tipo de herida de bala, ¿eh, Jordan?
Jordan le sonrió.
—No sabías que eso era lo que obtendrías cuando saltases frente a mí. ¿Por qué, Damon?
Damon parecía sorprendido.
—¿Cómo puedes preguntarme eso, Jordan? No solo eres el amor de la vida de Stefano, sino
que eres mi futuro yerno, ¿realmente crees que podría vivir conmigo mismo si dejo que te pase algo?
¿Que podía ver llorar a mi hijo, sabiendo que podría haberlo evitado? Quiero que Stefano y tú
vuelvan a la mansión; me dijeron que me darán de alta mañana, salvo que surjan complicaciones.
Jordan asintió.
—Voy a buscar a Stefan; quería verte de nuevo antes de irnos. Intenta no emocionarte
demasiado allí. —Jordan sonrió cuando Damon alzó una ceja hacia él—. Te están enviando a casa
con una enfermera, ¿verdad?
Damon lo fulminó con la mirada.
—Por supuesto que lo hacen. No puedes salir del hospital el día después de una herida de bala,
Damon. —Jordan entornó los ojos—. ¿Amenazaste con matarlos si no te daban el alta?
—¿Qué? ¡Por supuesto que no! —Tartamudeó Damon.
Jordan se rió entre dientes.
—Sí, lo hiciste. Me aseguraré de que tengas suficiente reposo en cama, así como también usar
un orinal. —Jordan le guiñó un ojo. La boca de Damon se abrió para discutir y Jordan abrió la puerta
—. ¡Me tengo que ir!
Dio un paso atrás en el pasillo y encontró a Stefan inmerso en una conversación con Marco.
—Stefan, Damon quiere verte.
Stefan se pasó la mano por el cabello y se levantó.
—¿Está bien?
Jordan lo atrajo hacia su pecho.
—Él está bien; ve a verlo.
Stefan entró a la habitación y regresó a la silla. Lo pensó mejor y se movió a la cama, junto a
Damon. Ninguno de los dos habló durante unos minutos, y luego Stefan lo abrazó.
—Te amo, papá.
Damon cerró los ojos y sonrió.
—Siempre te he amado, Stefano, mucho.
~~ * ~~
Stefan había estado hablando por teléfono con su madre durante media hora. Estaba cansado de
que el teléfono pasara de un lado a otro entre sus padres.
—¿Podrías ponerme en el altavoz? —Estaba agotado y realmente quería que esto terminara.
—¡Sabía que Damon te pondría en peligro! ¡Lo sabía!
Stefan suspiró.
—Nuevamente, esta fue mi idea; se me ocurrió, bla, bla, bla. —Stefan pudo escuchar la aguda
respiración de Leah.
—¡Esto no es divertido, Stefan! ¡Damon podría haberte matado! ¿Entiendes eso?
—¡Él me estaba protegiendo! Mamá, Damon recibió una bala por Jordan.
Silencio.
—¿Qué?
Esta vez fue Heath.
—Si me hubieras dejado hablar una eternidad antes, me habrías escuchado decir que esta fue
mi idea, no la de Damon. Cuando el plan se fue a la mierda... joder, Damon fue quien tomó la bala
destinada a Jordan.
Más silencio.
—No entiendo, Stefan. —Ahora era Leah otra vez.
Stefan suspiró ruidosamente.
—Mira, aquí está el trato. Este hombre estaba decidido a matarnos a mí y a Jordan. Se me
ocurrió un plan, algo salió mal, Damon recibió un disparo, y Jordan disparó al tirador. ¿Estamos
bien?
Finalmente Heath habló.
—Mira Stefan, voy a dejarte dormir un poco. Hablaremos cuando tú y Jordan vuelvan a casa.
Por cierto, ¿cuándo vuelves a casa?
Stefan consideró la pregunta. No quería empacar y marcharse después de lo que Damon había
pasado para protegerlo. Quería pasar un tiempo con él, conocerlo como padre en lugar de mafioso
—No lo sé, papá; vamos a tocar de oído.
Heath suspiró. —Está bien, Stefan. Por favor, dile a Jordan que le saludamos, y Stefan, dale las
gracias a Damon por nosotros.
Stefan podía escuchar a Leah protestar cuando la línea se cortó. Jordan le dio a Stefan su mejor
sonrisa lasciva.
—¿Qué vamos a hacer solos en esta gran mansión?
Stefan se rió.
—¡En este lugar, nunca estamos solos! Hay guardias armados veinticuatro horas al día. Pero
oye, si estás listo para jugar al escondite.
Jordan arqueó una ceja. —Uno de nosotros podría morir tratando de encontrar al otro; este
lugar es enorme.
Stefan deslizó su mano en la de Jordan.
—Vamos a nadar, —susurró.
Jordan lo miró.
—Solo si prometes no abalanzarse sobre mí, sabes que no puedo soportarlo cuando haces eso.
Stefan sofocó una carcajada y se puso su cara "seria".
—De acuerdo, doctor... Me comportaré.
La luna llena estaba apagada y las luces de la piscina estaban encendidas. Fue muy tranquilo,
muy sereno. Jordan vio cómo Stefan se hundía en el agua.
—Está tan caliente, Jordan; se siente como un baño.
Jordan se adelantó.
—Esta es una bañera infernal.
Stefan nadó hacia él y Jordan puso sus brazos alrededor de su cuello.
—Me encanta estar aquí contigo, Stefan. —Lo besó ligeramente, amando la sensación de sus
labios.
Stefan permitió que su cabeza cayera hacia atrás mientras Jordan dejaba un lento rastro de
seducción en su garganta. Él gimió y llevó sus piernas alrededor de las caderas de Jordan. Sus labios
se encontraron nuevamente y luego se retiró. Llevó sus manos a la cara de Jordan.
—Gracias. —Miró a Jordan, y en ese momento juró que podía ver su alma.
Jordan miró sus ojos; todo lo que Stefan sentía o pensaba estaba allí. Él podía transmitir mucho
con sus ojos.
—Te amo, Stefan. Te dije que haría cualquier cosa por ti, y cuando todo se redujo a casi verte
morir, hice lo que tenía que hacer. Lo haría de nuevo.
Stefan tiró de Jordan hacia él con fuerza y sintió que su pulso se aceleraba.
—Llévame arriba. —Le pasó los dientes por el lóbulo de la oreja de Jordan—. Te quiero.
Los dos finalmente llegaron a la habitación después de detenerse en cada pasillo en el camino.
—Después de esta habitación, quiero hacer el amor en la cocina, —sonrió Jordan—. Diablos,
hagámoslo en todas partes.
Stefan hizo una mueca. —Excepto en la habitación de Damon.
Jordan se estremeció. —Sí, excepto la de Damon.
~~ * ~~
Damon fue dado de alta del hospital al día siguiente. Stefan y Jordan montaron su habitación,
asegurándose de que tenía todo lo que necesitaba o quería tener al alcance de su mano. Mientras
preparaban los artículos de baño, Stefan se detuvo y miró a Jordan.
—Cuando llegó el momento, no pude hacerlo. ¿Qué dice eso sobre mí? ¿Me importa menos
porque apunté a otro lado? ¿Que no podría tomar la vida de Williams en la sala del tribunal?
Jordan se quedó boquiabierto; no tenía idea de cómo responder eso. Cuando pensó, se dio
cuenta de que no estaba pensando en dónde iría el tiro. Estaba pensando en detener al asesino, nada
más. No sabía que lo había matado hasta que Antonio lo confirmó.
—Stefan, no tenía idea de lo que iba a hacer hasta que lo hice. No estaba pensando cuando
apreté el gatillo. ¿El pánico de que algo te pueda pasar? Yo solo reaccioné. Te prometo que no estaba
apuntando a un área específica. Solo quería detenerlo. Demonios, estoy francamente sorprendido de
haberle dado.
Tiró de Stefan en sus brazos y le dio un beso en la frente.
—Eres la persona más cariñosa que conozco, Stefan. Tienes un corazón lleno de amor y
perdón y no quiero que cambies ni un poco. Sé que me quieres; lo sabía antes que tú.
Stefan sonrió y lo jaló más cerca.
—¿Oh, sí? ¿Cómo supiste?
Jordan dejó que sus labios recorrieran ligeramente los labios carnosos; dejó caer su mano sobre
el culo de Stefan y ahuecó una mejilla.
—Porque soy Jordan Youngblood. Lo sé todo.
~~ * ~~
Estaban cenando esa noche cuando Stefan abordó el tema de Damon viniendo a visitarlos en
Fort Worth.
—Oh Stefano, no sé. No estoy seguro de que vaya a ser bien recibido por... bueno, nadie. —
Damon objetó.
Jordan ahogó una carcajada.
—Mira, papá. —Stefan probó la palabra en su lengua—. Quiero que vengas a la boda.
Significaría mucho para Jordan y para mí.
Damon miró a su hijo a Jordan. ¿Cómo podría decir que no? Su hijo finalmente le había
permitido regresar a su vida; él no lo decepcionaría de nuevo.
—Está bien, pero con una condición.
Stefan se preparó.
—Hablas primero con tu madre y Heath. No quiero que los sorprendas con mi llegada.
Stefan dejó caer una sonrisa.
—Trato.
Pasaron el resto de la tarde hablando de todo y nada en particular.
Después de que Damon se retiró a su habitación, Stefan y Jordan salieron a caminar por los
terrenos. Jordan no podía creer lo grande que era la propiedad. Habían estado caminando durante
unos quince minutos cuando llegaron a una zona aislada rodeada de árboles y hierba exuberante. La
luna brillaba a través de las copas de los árboles, haciendo un foco en el suelo.
Stefan tiró de Jordan hacia él.
Jordan conocía esa mirada. Estaba llena de lujuria y deseo. Y amor. Aunque Stefan era un poco
más alto que él, sus ojos siempre estaban nivelados. Jordan miró a los ojos del hombre que amaba.
Había mucho en esos ojos: una súplica por ser amado, ser querido, ser necesitado.
Luego había piel con piel, labios que se encontraban, lenguas que bailaban.
Jordan estaba perdido en esos ojos. Él entregó su cuerpo, su mente y su alma. Ya no le
pertenecían a él.
Stefan estaba encima de él. La suave hierba se sentía erótica en su espalda.
Stefan estaba dejando un rastro de calor en su pecho, y arqueó su espalda cuando sintió que
Stefan lo tomaba en su boca. El calor se extendió a todo su cuerpo. Él gimió y pasó una mano por el
cabello de Stefan. Sintió que los dedos penetraban en su núcleo interno y anhelaba tener a Stefan
dentro de él, llenándolo, llevándolo al borde y más allá.
Sus labios se encontraron de nuevo, provocando, suplicando por la entrada. Stefan finalmente
estaba dentro de él, pero lo quería más adentro, lo quería con más fuerza. Él rogó, gimió y lo atrajo
más profundamente. Cuando llegó, Jordan gimió el nombre de Stefan una y otra vez.
Las dos almas conectadas descansaban contentas en la hierba.
Capítulo 16
Al regresar a Fort Worth, todo parecía surrealista. La familia que no había visto en semanas
estaba llorando, abrazándolo a él y a Jordan constantemente. Stefan estaba abrumado. Habían dicho
sus despedidas a Damon con la promesa de que estaría en la boda. Stefan le había dicho a Antonio y
Marco que los extrañaría y los invitó a visitarles en cualquier momento.
Ahora habían vuelto y Stefan estaba en los brazos de su madre, quien no lo dejaría en paz.
—Estoy bien, mamá. De verdad. ¿No me veo bien?
Leah solo limpiaría sus ojos y lo abrazaría nuevamente.
Jordan y Heath estaban en la cocina discutiendo los eventos que habían tenido lugar. Heath se
frotó la frente.
—Damon, es tan difícil de creer, Jordan.
Jordan sacó una cerveza de la nevera.
—Mira, Heath, he escuchado las historias y entiendo cómo te sientes. Damon no endulzó nada
de lo que había hecho. Realmente creo que él ama a Stefan incondicionalmente. Estuve allí, y sé
cómo es el amor. —Miró a Stefan y sonrió—. Ahora si me disculpas, voy a rescatar a mi prometido
de su madre.
Heath se rió y le dio una palmada en el hombro a Jordan.
Jordan fue y le susurró al oído a Stefan.
—Te hablaré un momento, mamá; voy a ir a hablar con papá.
Leah sonrió y lo abrazó de nuevo.
Se dirigió a la cocina y se sentó al lado de Heath.
—Papá... no quiero que te enfades.
Heath parecía sorprendido.
—¡No estoy enfadado, Stefan! Estoy agradecido, no tienes idea de cuánto.
Stefan abrazó a su padre con fuerza y lo miró a los ojos.
—Siempre serás mi padre, ¿lo sabes, no?
Heath miró largamente a su hijo. Había crecido tanto en el último año y medio.
—Por supuesto, Stefan. Sé que Damon es tu padre biológico, y sé que lo amas. Tú siempre lo
hiciste; simplemente no estabas de acuerdo con sus... elecciones. —Heath intentó decirlo para no
lastimarlo.
Stefan se echó a reír, lo que tomó a Heath por sorpresa.
—Eso es decirlo suavemente, papá. Pero no, realmente, quiero asegurarme de que estás de
acuerdo con que Damon venga a la boda y todo eso.
Heath alborotó el cabello de su hijo.
—Si te hace feliz, Stefan, entonces lo quiero aquí.
Stefan abrazó a su padre con fuerza. Esperaba que el día de la boda fuera perfecto. Mirando a
la otra mitad de su alma, sabía que lo sería.
~~ * ~~
Stefan y Jordan volvieron a sus vidas normales, con Jordan yendo al hospital y Stefan lidiando
con la fundación y Santorno Inc. Después del estrés y el torbellino de misterio que habían pasado,
parecía tan extraño estar de vuelta haciendo las cosas mundanas que siempre habían hecho.
Stefan entró en la cafetería por primera vez en más de un año. Él tomó asiento y miró a su
alrededor. Parecía que fue hace tanto tiempo que vio a Jordan hablar con Williams, vio al hombre
sacar un arma y sintió el dolor candente.
Jordan llegó e interrumpió sus pensamientos.
—Oye, ¿estás seguro de que quieres hacer esto? —Pudo ver la tensión en la cara de Stefan,
prácticamente podía ver los recuerdos como si estuvieran proyectados en su rostro.
—Sí, no puedo quedarme fuera de aquí para siempre. Además, el terapeuta dijo que tenía que
dejar esto atrás. Necesito volver a algún tipo de normalidad.
Jordan asintió. Él sabía lo que Stefan quería decir. Aunque Jordan no vio la necesidad de
transmitirle al mundo que había matado a alguien, al menos tenía a Stefan con quien hablar. Además,
había hablado extensamente con Heath al respecto y realmente le había ayudado a comprender la
realidad de lo que había hecho.
Stefan miró a su alrededor. Parecía extraño estar en la cafetería y no ver a Morgan limpiando el
mostrador. Morgan había ido a L.A. para vivir los sueños de su carrera cinematográfica y Stefan
estaba feliz por él. Se mantuvieron en contacto, llamándose entre sí una vez al mes.
Stefan se salió de sus pensamientos con una voz muy fuerte.
—¡Hola chicos! ¡Un gusto de verles de nuevo! No puedo esperar para la boda; ¡tengo mi
esmoquin y todo! —Trent se acercó y se sentó a la mesa—. Escuché que Damon vendrá. ¿Es verdad?
Trent miró de Jordan a Stefan.
—Sí, lo es, Trent. Lo quiero aquí. Después de lo que hizo por mí y por Jordan, realmente me
siento cerca de él.
Trent lo interrumpió.
—Sí, lo sé. No puedo creer que “Papi Mafioso” Damon haya recibido una bala por el doctor
Desagradable.
—Trent, ¿puedes ir a jugar en el tráfico? —Jordan puso los ojos en blanco.
Trent fingió dolor.
—Oh, cómo me heriste, Jordan, —gimió, tirando dramáticamente el dorso de su mano a su
frente.
Se quedaron en la cafetería durante una hora, riendo y haciendo bromas. Stefan se sintió
cómodo otra vez. Su vida estaba en camino, y estaba a punto de casarse.
Pero había una cosa más que él quería, y él no sabía si Jordan estaba listo.
~~ * ~~
~~ * ~~
El día de la boda finalmente había llegado y Jordan había estado sentado junto al lago durante
una hora. Cuando escuchó pasos detrás de él, supo quién era.
—Hola, Damon.
Damon sonrió y se sentó a su lado.
—¿Te ves un poco nervioso Jordan, teniendo dudas?
Jordan se rió.
—¿Sobre casarme con tu hijo? No en esta vida. Stefan es para mí. Él siempre lo ha sido. Desde
el primer día que lo conocí, él me volvía loco, —dijo Jordan riendo—. Pero él simplemente tiene ese
encanto contagioso que te atrae, y cuando te das cuenta de lo que está haciendo ya es demasiado
tarde y estás enamorado.
Damon se pasó una mano por el pelo.
—Esperaba la primera vez que hablamos que pudieras ayudarlo. Sé que salí un poco... —
Damon buscó la palabra correcta—. Pesado, como dicen.
Jordan miró al hombre mayor. Había tanto sobre Damon que Stefan no sabía, y Jordan se sintió
privilegiado. Damon lo había dejado entrar.
—Lo superé. Si no hubiera sucedido, nunca me hubiera encontrado con Stefan. Las cosas
pasan por una razón.
Damon estaba asintiendo con la cabeza
—Creo en el destino, Jordan; tú y mi hijo están destinados a estar juntos.
Jordan miró hacia el lago. El agua estaba tan quieta y vidriosa; sabía que en unas pocas horas
estaría cubierta de velas flotantes.
—Querías que Stefan se enamorara, ¿no? —Jordan miró a Damon de lado—. Me elegiste por
más de una razón.
—Nunca lo diré, —Damon le guiñó un ojo—. Digamos que fue un beneficio adicional.
Jordan se volvió y entrecerró los ojos.
—Sacaste a Stefan con una palmada en la muñeca por el tiroteo en la sala del tribunal, ¿no?
—No recibes una palmada en la muñeca por descargar un arma en un edificio federal, Jordan.
No iba a permitir que mi hijo sufra más. Conozco al juez; estamos en muy buenos términos.
Nosotros... nos entendemos el uno al otro.
Jordan abrió la boca para hablar cuando lo interrumpieron.
—¿Es esto una fiesta privada o alguien puede unirse? —Heath y Trent se acercaron.
—Por favor uniros a nosotros. ¿Dónde están las damas?
Heath se rió y se sentó junto a Damon; Trent tomó el lugar al lado de Jordan.
—Oh, tú conoces a las mujeres; están preparando la comida, molestando a la novia.
Jordan fingió ser ofendido.
—¿Quién dice que no soy la novia?
Los hombres se rieron.
—Estoy agradecido de que me permitas estar aquí para la boda de Stefano, Heath. Sé que he
hecho cosas terribles. Solo quiero compensar a mi hijo.
Heath extendió su mano.
—Stefan te quiere aquí, Damon, y por lo que vale, gracias. —Los dos hombres se dieron la
mano. Era una alianza incómoda, pero tenían un objetivo común: llevarse bien con Stefan.
~~ * ~~
Stefan estaba en el baño, jugueteando con su cabello. Había estado tratando de hacerlo bien
durante más de una hora. Sus palmas sudaban e intentaba calmarse.
—Bebé, va a ser perfecto. No te preocupes tanto; tu padre prometió que no mataría a Damon
hasta después de la boda.
Stefan le dio su mirada de enojo.
—No es gracioso, mamá.
Leah se fue para preparar la comida mientras Bethany intentaba presionar el esmoquin de
Stefan. Ella estaba enojada.
—Uf, odio los trajes de pingüino. Se ven geniales para ustedes, pero, ¡uf!
Stefan podía oír a su madre en la cocina golpeando ollas y sartenes.
—¿Qué está haciendo allí?
Bethany volvió la cabeza en dirección al ruido.
—Probablemente tratando de encontrar todo.
Stefan suspiró, —Le dejé un mapa detallado en el mostrador. Bueno, no lo hice. Jordan lo hizo.
Ahora Bethany se rió.
—¿Un mapa? ¿Para encontrar ollas y sartenes?
Stefan suspiró.
—No tienes idea de lo anal15 que puede ser Jordan.
Esto provocó la risa histérica de Bethany y Stefan se dio cuenta de lo que acababa de decir. El
enrojecimiento se deslizó por su rostro en segundos.
—Voy a dejar eso en paz, Stefan. Es demasiado fácil. —Bethany se rió.
Leah regresó al baño. Su hijo había crecido mucho.
—Estoy tan orgulloso de ti, cariño, y estoy tan contenta de que hayas encontrado al hombre
con quien se supone que debes estar. Jordan te ama, cualquiera puede ver eso.
Stefan la abrazó.
—Gracias, mamá. —Se enderezó—. ¿Cómo me veo?
Leah sonrió.
—¡Eres tan guapo, bebé! ¿Dónde están los anillos? —Stefan revisó sus bolsillos y recordó que
se los había dado a Heath—. Papá los tiene… creo.
Leah lo abrazó.
—No te preocupes, me aseguraré. —Ella le dio un beso en la mejilla y se fue.
—¡Guau, te ves caliente! —Trent saltó unos minutos después—. Lo digo como un hombre
heterosexual simplemente felicitando a otro hombre.
Bethany pasó caminando.
—Uh huh.
Trent la despidió con la mano. Stefan estaba completamente vestido ahora; finalmente había
conseguido su cabello como lo quería y ahora quería cambiarlo.
—Solo cálmate, tu hombre está afuera y él también se ve bien.
Stefan sonrió. Trent realmente podría volverlo loco, pero también tenía una forma de calmarlo.
—¡Bueno, no lo dejemos esperando!
El sol apenas comenzaba a ponerse, destacando las velas que flotaban en el lago. Las luces que
habían puesto en los árboles para Navidad todavía estaban allí. Gracias a Dios que optaron por el
blanco; Jordan había dicho que si iba a verse obligado a decorar por Navidad, entonces las luces
permanecerían encendidas hasta la boda.
Habían escogido el día que se predijo que sería el más cálido. Si iban a celebrar la boda fuera
en enero en Fort Worth, se verían obligados a hacer sus deberes.
Stefan se dirigió a la cocina, donde la comida estaba distribuida por todo el lugar. El pastel era
hermoso, tres niveles y lucía con orgullo a dos hombres en la parte superior.
—Está bien, ¿quién puso la bola y la cadena en la parte superior? —Stefan escuchó la risa de
Trent y era exactamente lo que necesitaba.
Era hora.
Stefan y Jordan se enfrentaron, sus ojos marrones se encontraron con el azul claro. Se tomaron
de las manos mientras recitaban sus votos.
—Stefan, el primer día que te conocí, quería estrangularte.
La multitud estalló en carcajadas.
—Todos los días estabas en mi órbita, algo cambió. Cada día, me sentía más cerca de ti.
Estuviste preocupado, considerado, me aguantaste a pesar de que era un idiota.
Desde algún lugar de la multitud escuchó la respuesta de Trent:
—Sí, eso no ha cambiado.
Más risa. Stefan estaba tratando de contener la suya.
—Siempre he sido médico primero. Era todo lo que tenía; era todo lo que era, hasta que
llegaste. Me diste una familia, me diste amigos; me has dado todo, Stefan. Soy un hombre mejor por
amarte y ser amado por ti. Pasaré el resto de mi vida tratando de darte todo lo que siempre deseas y
necesitas. Todo mi amor por ti, para toda mi vida.
Stefan tomó una respiración profunda.
—Jordan, desde el principio sabía que eras diferente. Fuiste frío y grosero. —Jordan sonrió—.
Pero vi más allá de eso. Las pequeñas cosas que hiciste siempre te delatarían. Me permitiste que te
ayudara, me diste un sentido de propósito. Siempre me trataste como a un igual; me hiciste sentir
querido y necesitado. Sabía que había algo especial allí en el momento en que te besé. Ese mismo
sentimiento ha estado allí desde ese día. Pasaré el resto de mi vida asegurándome de que sabes
cuánto te amo. Te amo ahora, te amaré siempre, hasta que tome mi último aliento.
Heath le dio a Stefan la banda de platino destinada a Jordan. La deslizó en el dedo de Jordan, el
amor brotaba de sus ojos. Jordan miró a Damon, quien le dio la banda para Stefan. Era idéntica a la
suya, y la deslizó en el dedo de Stefan.
Sus labios se encontraron en un suave beso, acompañados por aplausos y silbidos de la
multitud.
~~ * ~~
—Gracias, Damon. Me alegra mucho que pudieras venir a la boda. —Jordan se paró debajo del
roble y vio a su marido bailar con Leah.
Damon suspiró.
—Está muy feliz. Estoy tan feliz de verlo así, especialmente conmigo en la mezcla.
Se giró para mirar a Damon.
—Siempre eres bienvenido aquí, Damon. Me salvaste la vida.
Damon le dio una palmada en la espalda.
—Lo haría de nuevo. Tengo tus planes de viaje listos; partirás mañana a Nueva York para tu
boda oficial y luego a Sicilia para la luna de miel. Por cierto, pasarás la semana en el "bote" más
grande, —le guiñó un ojo—. Oh, sí, Antonio me lo dijo.
Jordan se rió.
—Si me disculpan, creo que iré a interrumpir. —Se acercó a Leah y le tocó el hombro—.
¿Puedo robarle a mi esposo?
Leah sonrió.
—Por supuesto.
Besó a Jordan en su mejilla y apretó la mano de Stefan.
Jordan hizo un gesto al DJ; de repente, Stefan escuchó "Todo" de Lifehouse. Miró a Jordan,
con los ojos muy abiertos.
—¿Cómo supiste?
—Puedo oírte en la ducha, sabes.
Sintió el rubor en sus mejillas.
—Pensé que estabas durmiendo. —Jordan lo acercó y Stefan enterró su cara en su cuello, se
balancearon con la música y Stefan recordó su primer baile en Seattle. Parecía hacía mucho tiempo, y
ahora aquí estaba casado con el hombre de sus sueños.
—Te amo. —Stefan lo besó suavemente. Jordan lo jaló más cerca, y su cuerpo se llenó de
carne de gallina cuando Jordan le susurró algo al oído.
—Te amo, Stefan Youngblood.
Capítulo 17
El vuelo de Nueva York a Sicilia no fue malo. Estaban en un jet privado, para variar. Jordan
aprovechó al máximo la cama de atrás. Estaban legalmente casados ahora, y Jordan se había salido
con la suya con Stefan en todos los rincones del avión.
—Creo que hemos consumado el matrimonio, Jordan. —Stefan yacía sin camisa en el suelo,
con los calzoncillos en las rodillas.
Jordan estaba cubierto de sudor, una gran sonrisa en su rostro.
—Tal vez una vez más.
El avión aterrizó y fueron llevados en limusina al puerto deportivo, donde Antonio esperaba en
el muelle.
—¡Señor Jordan! ¡Estoy tan feliz de verte! —Antonio le dio a Jordan uno de sus abrazos
desgarradores—. ¡Stefano! Estoy tan feliz de que estés aquí, ¡tu padre me contó las maravillosas
noticias! —Envolvió a Stefan con el mismo abrazo aplastante.
—Um, Antonio, necesito aire.
Antonio palmeó a Stefan en la espalda, impulsándolo hacia adelante.
Antonio se rió. Hizo un gesto a Marco para que preparara el yate. Jordan se quedó mirando el
tamaño de la embarcación; podrías meter otra dentro de ella.
—Marco y yo nos uniremos a ustedes, pero le prometo que no sabrán que estamos allí a menos
que nos necesiten. Tienn mi palabra.
Stefan sonrió y puso su mano sobre el hombro de Antonio.
—No estarás en la cabina todo el tiempo; te unirás a nosotros y eso es una orden.
Antonio se sonrojó, su sonrisa llegó a sus ojos.
—Gracias, Stefano; te he echado de menos.
~~ * ~~
Pasaron una semana en el agua, buceando, haciendo esnórquel y haciendo el amor en cada
playa que visitaban. Convirtieron su cabaña en una cabaña de sexo. Stefan no podía tener suficiente
de Jordan; cada vez que Jordan lo miraba se sentía endurecido. Se detuvieron en diferentes puertos
para ir de compras, y cada vez Stefan encontró algo para uno de sus padres o amigos. Su última
noche, fueron a nadar con solo la luz de la luna para guiarlos.
Se arrastraron hacia la costa, sin aliento. El bote estaba anclado bastante lejos de la costa.
Stefan se dejó caer sobre su espalda y miró hacia el cielo; era tan claro sin luz artificial para distraer.
Sintió que Jordan se acercaba a él y extendió la mano, tirando de él encima suyo.
Stefan exploró su boca, deslizando su lengua debajo de Jordan. Oyó un fuerte gemido cuando
deslizó su mano alrededor de él, agarrándolo con fuerza.
—Stefan.
—Te amo, doctor Youngblood. —Jordan sonrió en la oscuridad.
—Yo también te amo, señor Youngblood.
~~ * ~~
Se habían casado seis meses antes de que Stefan volviera a mencionar los hijos.
—Mira Jordan, no te estás volviendo más joven y mi reloj biológico está funcionando.
Jordan resopló hacia él con una fingida mirada de dolor.
—No soy tan viejo, Stefan. Lo estás haciendo sonar como si tuviera cincuenta y tantos. —
Jordan sonrió. Su esposo se veía hermoso hoy; él vestía una camiseta gris y pantalones vaqueros y su
cabello estaba haciendo esa cosa que siempre hacía. Jordan se rió. El cabello de Stefan tenía mente
propia. Le tomó los labios, que lo habían cautivado desde el momento en que había visto al joven. Y
los ojos, oh, Dios, esos ojos que contaban tanto.
—Me vuelves a mirar de esa manera, Jordan.
—¿A qué te refieres?
El timbre del teléfono los interrumpió. Jordan se levantó y le hizo un gesto.
—Lo tomaré, quédate aquí.
Stefan se sentó en la cubierta y miró el lago. No podía creer lo lejos que había llegado desde el
día en que salió con sus padres. Él estaba casado ahora. Tenía dos trabajos, y estaba deseoso de
formar una familia con el hombre que amaba.
Jordan reapareció y la expresión de su rostro repentinamente puso a Stefan muy nervioso.
—¿Qué pasa, Jordan?
Jordan se sentó en la silla junto a él.
—Ese era Antonio.
Stefan tragó saliva; la mirada en la cara de Jordan lo estaba asustando.
—Tu padre ha desaparecido.
El mundo se cayó de debajo de él. Acababa de recuperar a Damon; no podía perderlo ahora.
—Tenemos que irnos Jordan; tenemos que ir a Sicilia y descubrir qué está pasando.
Jordan asintió.
—Estoy muy por delante de ti, Stefan. Ya he hablado con Antonio y nos vamos esta noche.
Stefan llamó a su padre desde el avión; él le dio el resumen y Heath prometió tratar de
mantener a Leah tranquila.
—¿No estás enojado, papá?
Heath sintió una punzada de dolor por su hijo; siempre estaba preocupado por cómo se sentían
los demás.
—Por supuesto que no, Stefan. Sabía que querrías ayudar; no esperaría nada más.
Stefan colgó sintiéndose mejor. Deslizó sus manos en las de Jordan.
Antonio y Marco los encontraron en el aeropuerto con otros cinco guardias.
—Qué es todo esto, Antonio? —Jordan miró a su alrededor con curiosidad.
—Tenemos que tener cuidado, señor Jordan. Esto podría ser un intento de eliminar a Stefano.
Aunque su padre ha hecho las paces con las otras familias, no podemos estar seguros de que no haya
alguien en venganza.
Jordan suspiró.
—No me gusta esto, Stefan. Hemos estado aquí antes.
Stefan le apretó la mano.
—Deja de preocuparte; todo irá bien.
Llegaron a la mansión y se dirigieron directamente a la oficina de Damon. Había un hombre
calvo en el escritorio de Damon; parecía estar en la mitad de los cincuenta y llevaba gafas. Se levantó
tan pronto como entraron.
—Stefan, este es Giovani Piccoli. Él ha estado dirigiendo los negocios de tu padre durante los
últimos seis meses.
El hombre más bajo extendió su mano.
—He oído mucho sobre usted, señor Santorno; es bueno conocerte finalmente.
Stefan miró al hombre.
—Es señor Youngblood ahora, pero puedes llamarme Stefan.
El hombre se sonrojó.
—Por supuesto, como quieras.
Jordan llegó al otro lado del escritorio.
—Si no le importa al señor Piccoli, a Stefan y a mí nos gustaría revisar todos los papeles de
Damon.
El hombre se alejó,
—Por supuesto. Si necesitas algo, házmelo saber.
Stefan esperó hasta que el hombre se fue.
—¿Antonio?
Antonio vino a Stefan de inmediato.
—¿Sí?
—Que lo sigan.
Habían estado estudiando el papeleo financiero de Damon durante horas, y tenían las manos
vacías. Stefan estaba frustrado; tenía que haber algo aquí, algo que los señalara en la dirección
correcta. Jordan estaba al tanto de los trámites de envío. Su vista se estaba volviendo borrosa.
Stefan dejó escapar un suspiro exasperado.
—¿Qué nos estamos perdiendo? Tiene que haber algo aquí.
Jordan se pellizcó el puente de la nariz.
—Durmamos un poco y volvamos a esto por la mañana con los ojos frescos.
Se fueron a la cama, pero ninguno de los dos durmió bien.
~~ * ~~
La mañana llegó demasiado pronto y estaban sentados en la mesa del desayuno cuando Marco
llegó.
—Buenos días, Stefano, señor Jordan.
Stefan se rió entre dientes. Era el sobrenombre de Antonio para Jordan, y se lo había
transmitido a todos los guardias.
—Consigue algo de comer Marco; después de esto quiero que llames a todos los hombres.
Jordan miró a Stefan con una ceja levantada.
—¿Qué? —Stefan sonrió.
—Me gusta este Stefan; él es agresivo y poderoso. —Jordan tomó su mano.
—Porque él es un Santorno, le guste o no. —Marco sonrió.
Le gustaba Stefano al igual que Antonio. De hecho, todos los guardias amaban a Stefano y
Jordan; ellos siempre los trataron con respeto.
Después del desayuno, Stefan preguntó a todos los guardias más confiables de Damon:
¿Damon tenía una caja fuerte? ¿Si sí, dónde? ¿Tenía otras propiedades de las que Stefan no estaba
enterado? Hablaron durante horas, pero los únicos dos que sabían más que el resto eran Antonio y
Marco.
Stefan disculpó a los otros guardias, diciéndoles que vigilaran cualquier comportamiento
sospechoso del resto e informaran de inmediato. Antonio llevó a Stefan y Jordan a la habitación de
Damon. El retrato de Stefan y Jordan ocultaba una caja fuerte. Stefan miró la entrada del teclado.
—¿Ahora qué? ¿Suponemos?
Antonio asintió.
—Creo que tendría algo que ver contigo, Stefano. Probemos eso primero.
Stefan intentó su cumpleaños: nada. Intentó su nombre completo, nada. Pensó, y luego marcó
el equivalente numérico de “Stefano Santorno Sanders Youngblood”.
El bloqueo se desconectó.
—¿Podría haberlo hecho más largo? —Jordan resopló.
Stefan sacó el contenido de la caja fuerte. Había bonos por valor de millones de dólares, la
escritura de una propiedad en Italia, millones de dólares en efectivo, más escrituras de propiedad,
todo en Italia.
—Bueno, creo que tenemos un comienzo sobre dónde mirar. —Stefan repartió las escrituras.
Todas ellas pertenecían a Stefan y Jordan.
—¿Qué demonios? —Jordan estaba mirando las escrituras más de cerca—. Espera, ¿cuántas
propiedades tenemos ahora?
—¿Algunas? —Stefan miró por encima de su hombro a Marco—. Necesitamos un lugar para
hablar en privado.
—Sígueme. —Marco asintió.
~~ * ~~
Stefan estaba hablando con Antonio y Marco en la bodega. Jordan no tardó mucho en descubrir
por qué: las paredes estaban hechas de cemento grueso y estaba seguro de que nadie podía
escucharlos aquí.
Mientras miraba a Stefan, recordó nuevamente las películas de "El Padrino". Él soltó una breve
carcajada. Stefan lo miró con curiosidad y luego se volvió hacia Marco y Antonio.
—¡No me está gustando esto, Stefano! ¡No estarás protegido!
Jordan se acercó y puso su mano sobre el hombro de Antonio.
—Oye chico grande, ¿qué soy? ¿Carne picada?
Antonio inclinó la cabeza.
—No estoy entendiendo esto, señor Jordan; ¿Por qué eres carne?
Jordan le dio una palmada en el hombro a Antonio y luego retiró su mano.
—¡Ay! Jesús, Antonio. Lo que quiero decir es que cuidaré de Stefan. Nos cuidaremos el uno al
otro.
Marco asintió.
—Tomarás armas de fuego; insistiré en eso.
Stefan suspiró. Siempre con las armas.
—Miren, ustedes dos saben cuál es el plan aquí; no tengo que decirte qué hacer si esta casa
tiene micrófonos ocultos. —Marco ya había hecho que alguien barriera la bodega; estaba limpia—.
Tengo a alguien viniendo a verificar la casa, pero podría llevar un tiempo. Jordan y yo nos iremos a
Nápoles por la mañana.
Jordan y Antonio se fueron, y Stefan habló con Marco.
—Vigila las cosas, Marco. Cuando Jordan y yo nos vayamos, mira quién nos sigue.
~~ * ~~
~~ * ~~
Por la mañana, Jordan despertó para ver a Stefan caminar de un lado a otro. Estaba hablando
por teléfono con Antonio.
—Regresaré a la biblioteca hoy; voy a ver si puedo encontrar algo más. —Él escuchó y asintió
—. Bien, estamos en la habitación cuatro. Nos vemos pronto. —Hubo una pausa y Jordan intentó
escuchar la conversación—. Sí, Antonio, está en mis pantalones y hay un cargador completo; ahora
deja de preocuparte.
Colgó y miró a Jordan.
—¿Qué?
Jordan sonrió y extendió su mano, colocando a Stefan en su regazo.
—Voy a tomar una ducha rápida.
—Me voy a la biblioteca; nos vemos allí.
—No, Stefan, tenemos que ir juntos.
Stefan sonrió. Amaba a Jordan, pero podía ser tan dramático.
—Estoy armado; sé cómo usar un arma. Además, son solo, como veinte minutos. —Jordan
finalmente se rindió cuando Stefan hizo un puchero.
Como siempre.
La biblioteca estaba silenciosa. Stefan nuevamente fue metódicamente a través de los archivos.
Encontró más fotos de Gino y sus hermanos. Una de las imágenes tenía una choza de barcos en el
fondo. Stefan miró más de cerca, reconociendo el punto de referencia.
—Oye, ¿encontraste algo? —El cabello de Jordan todavía estaba mojado. Estaba tan
preocupado de que Stefan estuviera solo que ni siquiera se había molestado en afeitarse.
—¡Creo que lo hice! Mira esta foto: ¿no se ve como la choza que vimos en el camino a una de
las propiedades? Estaba al otro lado del agua, en el lado opuesto.
Jordan revisó la imagen de cerca.
—¡Sí, lo es! Vamos a ver.
Hicieron una copia de la imagen y luego llamaron a Antonio para contarle a donde iban.
—Deberías esperar por nosotros, Stefano. Si tienes razón, esto podría ir muy mal. Tu padre
nunca me perdonará si algo te sucede.
—Soy un hombre adulto, Antonio, y ahora también soy tu jefe. Nos vemos allí, ¿vale? —
Escuchó un profundo suspiro al otro lado de la línea.
—Como digas, Stefano.
~~ * ~~
~~ * ~~
Jordan escuchó el sonido y comenzó a correr por el camino por el que había venido,
tropezando con Antonio y Marco, ambos sin aliento.
—¡Por favor, decidme qué fuisteis vosotros! —Jordan estaba tratando de recuperar el aliento.
—¡No, no fuimos nosotros!
Los ojos de Jordan se agrandaron.
—¡Oh, mierda! Stefan! —Se dirigieron hacia el túnel de Stefan en un sprint.
~~ * ~~
—¡¿Papá?! Mírame, ¿estás bien? —Desató a Damon e inspeccionó sus heridas. Su espalda
estaba abierta, y su brazo estaba roto; también tenía la nariz rota y el labio partido.
—¡Stefano, has venido! Gino me dijo que estabas muerto; yo quería morir, —sollozó Damon.
Envolvió sus brazos alrededor de su padre y aguantó.
—Estoy bien, papá; estoy aquí.
Jordan, Antonio y Marco volaron a la habitación, y Stefan se giró, arma en mano.
—¡Guau, Stefan, somos solo nosotros! —Jordan se sorprendió; la mirada en la cara de Stefan
en realidad lo asustó.
Stefan se volvió hacia Damon.
—Jordan, necesitas echarle un vistazo, tiene los huesos rotos.
Antonio se dirigió al cuerpo de Gino en el piso. Tenía un agujero de bala en la frente.
—¿Stefano?
Stefan levantó la vista.
—Estoy tan cansado de esto, Antonio; lo trataré más tarde.
Se las arreglaron para sacar a Damon y llevarlo al hospital, donde su brazo fue arreglado y sus
heridas atendidas. Antonio y Marco se quedaron en el hospital, mientras que Stefan y Jordan
regresaron al hotel.
Stefan estaba agotado. Solo quería golpear la almohada y quedar inconsciente durante
veinticuatro horas.
—¿Estás bien, Stefan?
—Estoy bien, Jordan, estoy cansado. Antes de que preguntes, voy a decirte: Sí, quise matarlo.
Obviamente, mira donde le disparé. La única razón por la que lo hice es porque sabía que de lo
contrario, de alguna manera, encontraría la manera de volver. Siempre lo hacen, de una forma u otra.
Es como una película de terror.
Jordan miró a Stefan dormir. No importaba lo que hubiera hecho, todavía era su ángel.
~~ * ~~
Stefan salió del auto, todavía no estaba seguro de si iba a decirle a Catarina la verdad sobre su
nieto. Damon le dijo que debería saber, que D'Angelo querría que ella supiera que él no se había
quitado la vida. Se sentaron en el sofá frente a la mujer mayor y Stefan le dijo la verdad. Explicó las
circunstancias de cómo habían descubierto que había sido asesinado, y cuál fue el resultado final.
Le costó mucho explicar por qué le había disparado a Gino.
Catarina miró a Stefan de cerca. Él tenía unos ojos tan amables; ella sabía que este hombre era
capaz de mucho amor.
—Stefano, no pienses en el pasado. Mira al futuro. Has restaurado el buen nombre de mi
D'Angelo y ahora puede descansar en paz. Te agradezco a ti y a tu esposo todo lo que has hecho.
Pasaron otra hora con ella antes de reunirse con Antonio y Marco en el aeródromo privado.
Stefan durmió durante el viaje en avión a casa. Jordan llamó a Damon.
—Entonces, lo que habíamos discutido antes, ¿encontraste lo que estabas buscando? —Le
preguntó a su suegro.
—Lo hice. Llevará algún tiempo, pero se arreglará. Tienes mi palabra, Jordan.
Jordan miró a Stefan; se veía tan tranquilo.
—Estoy preocupado por él, Damon. La expresión de su cara cuando entramos en la
habitación…
Damon lo detuvo.
—Recuerda cuando disparaste a ese hombre en el callejón, Jordan, ¿no estabas enojado?
¿Alguna vez sentiste pena por él?
Jordan miró a Stefan. —No. Nunca lo hice.
~~ * ~~
Volver a Forth Worth fue cómodo. Stefan y Jordan llegaron al restaurante para almorzar al día
siguiente, esperando que Morgan y Robert se unieran a ellos. Morgan tuvo unos días libres para rodar
una película y fue su turno de visitar a Robert. Los dos entraron juntos y vieron a Robert besar a
Morgan.
Stefan sonrió, feliz de que Morgan hubiera encontrado a alguien. Hablaron de su última
aventura y la cara de Morgan se volvió shock cuando Stefan les contó lo que sucedió en Sarno.
—Entonces, escuché que pronto es el cumpleaños de alguien. —Robert miró a Stefan.
—Sí, mi papá vendrá de Sicilia; sé que habéis recibido la invitación de Jordan, ¿verdad?
Morgan asintió.
—Sí, tengo un tiempo libre para salir, una vez que termine esta película, me iré por seis meses,
así que me mudaré aquí.
Jordan miró a Robert.
—Oh, ¿en serio?
Robert se sonrojó y Morgan tomó su mano.
—Le pedí a Morgan que se mudara conmigo.
Stefan sonrió.
—¡Eso es genial! ¡Estoy tan feliz por vosotros, chicos! —Le dio un abrazo a Morgan y luego le
sonrió a Robert.
—¡Oh, qué demonios! —Abrazó a Robert, también.
Capítulo 19
Los globos llenaron la casa y Stefan se sintió como a los doce años. Él se rió de todas las
decoraciones. Como dijo Jordan, fue muy dulce. Jordan no tenía idea de lo que estaba haciendo, pero
pensó que era la idea lo que contaba.
Stefan se dejó caer en el sofá y pensó en su vida. Él quería niños; él realmente lo hizo. Quería
hablar con Jordan sobre eso otra vez, pero no quería parecer agresivo.
Escuchó autos en la entrada y supo que Jordan había regresado con Damon.
Salió corriendo por la puerta principal y se detuvo en seco. Damon llevaba un asiento de
automóvil para un bebé.
Miró de Damon a Jordan.
—¿Qué está pasando, papá? ¿Jordan?
Jordan lo abrazó.
—Feliz cumpleaños, Stefan.
Los ojos de Stefan se abrieron de par en par.
—¿Me regalas un bebé por mi cumpleaños?
Jordan sonrió.
—Damon ayudó. Como habíamos considerado adoptar antes, le pedí a Damon que revisara el
orfanato en Sicilia.
Damon trajo al transportador, tiró de la manta hacia atrás y levantó a un recién nacido. Le
entregó el bebé a Stefan. Era una niña, y ella era absolutamente hermosa. Tenía el pelo negro rizado
y Stefan podía ver que sus ojos serían azules.
—¿Cuándo... cuándo hiciste esto?
Damon intervino.
—Jordan me preguntó sobre eso la última vez que estuviste en Sicilia; sabía que tomaría años
adoptar en los Estados Unidos, así que primero nos registramos en Sicilia. —Levantó las manos—. Y
antes de preguntar, seguí todos los canales adecuados.
Stefan estaba mirando la perfección pura en sus brazos. Él ya la amaba. Jordan se acercó detrás
de él.
—¿Estás enfadado?
Stefan sonrió, las lágrimas corrían por sus mejillas.
—No, no estoy enfadado, idiota! ¡Te amo! La amo.
Los invitados habían llegado para la fiesta pero el banquete y los ahh eran por el bebé. Leah
quería saber de inmediato cómo se llamaría.
Jordan se dirigió a Stefan.
—Estaba pensando en Isabelle, ¿si está bien?
Stefan sonrió.
—Es perfecto, Jordan. Lo amo. Le conviene.
Leah tomó al bebé y Bethany se rió de la cara de Stefan cuando se llevaron al bebé.
—No te preocupes, Stefan, esa fase terminará algún día.
Stefan todavía estaba mirando al bebé.
—¿Qué?
Bethany sonrió y agitó una mano.
—No importa.
Jordan se acercó detrás de Stefan y lo abrazó.
—¿Estás feliz?
Stefan se inclinó para besarlo.
—Oh, sí, Jordan. Estoy muy feliz.
~~ * ~~
Jordan se despertó solo en la cama. Podía oír a Stefan en el dormitorio de al lado, así que se
quedó en la puerta y escuchó a Stefan consolando al bebé mientras la acunaba.
—Y tu papá estaba tan enamorado de papi Jordan que quería casarse con él.
Jordan sonrió mientras miraba a Stefan con Isabelle. Entró en la habitación y puso su mano en
el hombro de Stefan.
—¿Quieres que le dé el biberón?
Stefan se estiró.
—En realidad, ¿puedes tomarla? Necesito estirar las piernas. Iré a buscarlo.
Jordan tomó al bebé y se sentó en la mecedora.
—Así que escucha, princesa, tú y yo vamos a tener una pequeña charla ahora acerca de los
niños.
Stefan sonrió al otro lado de la puerta.
~~ * ~~
Stefan estaba agotado. Durante tres semanas, había estado despierto cada tres horas
alimentando a Isabelle. Tan pronto como Jordan llegó a casa, se desplomó en la cama. Sabía que no
era justo; Jordan trabajaba muchas horas, pero parecía que no podía dormir. Stefan ni siquiera había
ido al trabajo, ya que parecía no poder moverse.
Isabelle estaba llorando de nuevo. Sacó su culo de la cama y realizó la rutina: ir a la nevera,
obtener el biberón, calentarlo, probar la leche en la muñeca, alimentar al bebé. Se sentó en la
mecedora con su ángel perfecto y le contó un nuevo capítulo en la historia de Stefan y Jordan.
—¡Tu papá puede ser tan estúpido a veces! Tenía un hombre perfecto parado frente a él, y
estaba actuando como un... —Stefan buscó una palabra adecuada para que un recién nacido pudiera
oír—. Idiota.
~~ * ~~
~~ * ~~
Stefan se dio vuelta y miró el reloj: ocho a.m. Bostezó y se desperezó. Entonces lo golpeó.
Estaba tranquilo. Saltó de la cama y corrió a la guardería, donde encontró a Jordan dormido en la
mecedora y a Isabelle despierta en su cuna. Ella tenía su chupete, había sido cambiada y había una
nota de Jordan: alimentar al bebé a las cinco.
Jordan tenía que sentirse incómodo en esa silla, pero estaba durmiendo y su respiración era
pareja, por lo que Stefan recogió a Isabelle y se movió a la sala de estar donde vieron "Barrio
Sésamo" juntos. Bueno, vio "Barrio Sésamo". Isabelle lo miró. Sus ojos eran tan azules; él pasó su
dedo por su suave mejilla. Ella era tan bella.
Nunca pensó que pudiera amar a nadie tanto como la amaba a ella y a Jordan. Había estado
mirando a Jordan las últimas noches, y para alguien que fue tan frío cuando se habían conocido,
Stefan pensó que sus dientes se le caerían de lo dulce que era Jordan con Isabelle.
El sujeto de sus pensamientos paseaba por la sala de estar.
—Oye, —susurró, señalando el televisor—. ¿Cuál es la palabra del día?
Stefan sonrió.
~~ * ~~
Bethany vio cómo Jacob examinaba a Isabelle; los dos estaban tendidos sobre una manta en el
medio del suelo de la sala de estar. Stefan estaba sentado en el sofá de Bethany con una taza de café.
Se veía mejor.
—Entrar en una rutina nocturna ayuda, Stefan.
Stefan sonrió.
—Jordan y yo tenemos un horario. Una vez a la semana lo invertimos. Se levantará de la
medianoche a las seis, luego la tendré entre las seis y el mediodía y alternaremos después de eso.
Bethany se rió.
—Parecía que Jordan quería dormir de pie; cuando lo vi en la cafetería, creo que estaba
dormido.
Stefan vio cómo Jacob sostenía la mano de Isabelle. Los dos se miraban el uno al otro.
—Creo que estos dos pueden salir algún día.
Bethany miró a su hijo.
—No pudo encontrar una mejor chica.
~~ * ~~
—Oh, ¡ella es tan linda! ¡Simplemente quiero comerla! —Leah sostuvo a Isabelle en el aire.
Stefan y Jordan estaban en la mesa de la cocina, disfrutando de un momento de paz. Adoraban a
Isabelle, pero era agradable tener a otros cuidando de ella por el momento.
Heath observó a Stefan y Jordan; parecían agotados.
—¿Por qué no vais a pasear por el lago chicos? Podemos cuidar a Isabelle por un momento. Id
a tomar un poco de aire.
Stefan se levantó de la mesa y agarró la bolsa de pañales.
—Su fórmula está aquí y si es necesario...
Heath sonrió a su hijo.
—Estoy seguro de que lo conseguiremos, Stefan. Hemos hecho esto antes.
Jordan sonrió y tomó las manos de Stefan.
—Volveremos en un rato.
Caminaron cogidos de la mano hacia el lago, donde los dos se acomodaron y miraron el agua.
Estaba tranquilo; los grillos estaban gorjeando y las hojas crujían en los árboles. Stefan se tendió
sobre su espalda y puso sus manos detrás de su cabeza. El cielo estaba despejado y sin nubes.
Cerró los ojos y sintió los labios de Jordan tocar los suyos. Fue un beso ligero y la mano de
Jordan se movía lentamente por su camisa.
Él se estremeció por el toque ligero. Sintió un poco más de presión por parte de Jordan,
pequeños mordiscos en su labio inferior, y sintió el calor irradiando a través de su cuerpo. No habían
hecho el amor en semanas, y el cuerpo de Stefan lo quería, lo necesitaba.
Pasó su mano por el muslo de Jordan. Jordan quería hacer el amor, también. Él sonrió. Stefan
deslizó sus manos por el cálido torso de Jordan. Los labios se habían separado y Jordan estaba
explorando su boca con entusiasmo. El calor se elevó cuando Stefan sintió que sus jeans se
apretaban.
Hicieron el amor bajo las estrellas de Texas. Su médico, el que lo trajo de vuelta desde el borde
de la muerte, le estaba haciendo el amor, y todo estaba bien en el mundo.
Epílogo
Stefan se iba de Santorno Shipping y trataba de encender su Bluetooth mientras conducía.
Jordan recogió al segundo timbre.
—Oye, llego tarde ¿puedes traer a Isabelle a su cita por mí? Sé que es de último momento y
todo, pero estoy atrapado en el tráfico ahora y...
Jordan lo interrumpió.
—Baja la velocidad, Youngblood, lo tengo. No te preocupes. Solo pon tu trasero adorable en el
hospital cuando puedas, ¿está bien? Te amo y conduce seguro.
Stefan colgó el teléfono, sonriendo. Habían pasado de “señor Santorno” a “Youngblood”.
Stefan se rió y pensó en lo enojado que iba a estar Jordan cuando se diera cuenta de quién era el
pediatra de Isabelle. Él soltó una risita.
~~ * ~~
Jordan se quedó boquiabierto. El pediatra más nuevo en el personal era más joven que él y se
suponía que debía dejar que el pequeño Doctorcillo revisara a su hijo.
Oh, diablos, no.
El doctor Christian Chambers fue la última persona que Jordan quiso que tocara a su hija.
—¡Oh, tienes que estar bromeando! —Jordan miró a Chris, sosteniendo a Isabelle lo más cerca
posible—. ¡No vas a tocar a mi hija!
Chris se rió. Él se estaba acostumbrando a la teatralidad del viejo doctor.
—Jordan, ella necesita sus vacunas. ¿Quieres que se enferme? Pensé que eras un buen padre.
Jordan se irritó ante el comentario.
—Soy un buen padre, que es exactamente por eso que no tocarás a mi hija.
Stefan se deslizó dentro, asimilando la conversación con una sonrisa.
—Oye, Chris. También estás tomando una muestra de sangre hoy, ¿verdad?
Jordan miró boquiabierto a Stefan.
—¿Sangre? ¿Por qué?
Stefan puso su mano sobre el hombro de Jordan.
—Necesitamos su tipo de sangre, cariño. Ya sabes, en caso de que algo salga mal en el futuro.
Jordan dejó caer la cara.
—Está bien, pero será mejor que no le hagas daño, Chris.
En la sala de exámenes, Stefan sonrió mientras Chris atendía delicadamente a su hija.
Jordan salió de la habitación cuando sostuvieron las piernas de Isabelle para darle un tiro en el
muslo. Podía romper cráneos abiertos y enraizar a través de un cerebro, pero su corazón no podía
soportar el grito que su hija dejó escapar.
Cuando escuchó el llanto de nuevo, regresó a la habitación.
—¿Ahora qué? ¿Qué demonios estás haciendo?
Stefan apartó a Jordan.
—Tiene que sacar sangre de su pie, Jordan; cálmate. ¡Él no está tratando de lastimarla!
Chris puso la tirita y recogió a Isabelle. Jordan se la arrebató de inmediato; ella estaba llorando
y el corazón de Jordan no podía soportarlo. En cuestión de minutos, Isabelle estaba tranquila y
dormía en los brazos de Jordan.
—¿Ves? Ella está bien. —Chris arqueó una ceja.
Jordan frunció el ceño.
~~ * ~~
—Se va a caer, Stefan, y luego voy a tener que encontrar a alguien con más talento que yo para
operar, y sabes que esa persona no existe.
Jordan estaba mirando a Isabelle levantarse sobre la mesa de café; ella trató de abrirse camino
y cayó sobre su trasero. Jordan fue inmediatamente a buscarla, pero Stefan lo detuvo.
—Tienes que dejarla caer a veces, Jordan. Sé que esto te parece difícil, pero ella lo hará, y
tendrá golpes y moretones en el camino. Se llama infancia.
Stefan miró a Jordan con una sonrisa en su rostro; su marido era definitivamente un gran
bobalicón cuando se trataba de su hija.
—¿Cómo sabes tanto, Stefan? ¿Por qué siempre soy yo el que se asusta? —Jordan pasó la
mano por su pelo; él solo quería protegerla.
—¿Olvidaste que hice un montón de niñera para Bethany? ¿Sabes cuántas veces se cayó Jacob
en el trasero? —Stefan dejó a Isabelle en su parque de juegos y se dirigió a la cocina.
Damon entró en la sala de estar a tiempo para ver a Jordan sacando a Isabelle del parque. Él
movió su dedo.
—Jordan, sabes que Stefan te ha dicho que la dejes llorar de vez en cuando.
La sonrisa tímida de Jordan lo hizo reír.
—No se lo digas, por favor. Me duele el corazón oírla llorar.
Damon le dio una palmada a Jordan en la espalda.
—Tu secreto está a salvo conmigo. —Isabelle extendió sus brazos hacia Damon, quien la
levantó y plantó un beso en su nariz. —Ella es muy afortunada de tener padres tan amorosos.
Jordan sonrió cuando Isabelle agarró a Damon por la nariz.
—Nunca puedo agradecerte lo suficiente, Damon, por todo, salvar mi vida, traernos a Isabelle.
Siempre eres bienvenido aquí.
Damon estaba jugando con uno de los rizos de Isabelle. Lo sacó para verlo retroceder. Isabelle
soltó una risita.
—Gracias, Jordan. Me has dado una familia y una relación con mi hijo; esto nunca lo olvidaré.
~~ * ~~
Stefan se recostó en la cama, jadeando; no habían hecho el amor así en meses. Isabelle estaba
con Leah y Heath por la noche y Jordan había decidido que iban a bautizar toda la casa en una noche.
Le dolían los muslos y le dolían los bíceps, por no mencionar que su culo estaba en llamas. Jordan
lucía la misma apariencia, sin embargo; tenía el pelo pegado al cuello y estaba cubierto de sudor.
Ninguno de los dos tenía la fuerza para moverse.
—Tengo hambre. Stefan, tráeme un sándwich, por favor.
Stefan se rió.
—No me puedo mover, Jordan. E incluso si pudiera, no te conseguiría nada. Tráeme algo.
Jordan rodó para mirar a Stefan, sus ojos malvados.
—No te traeré algo, pero te daré algo, —le guiñó un ojo.
—¿Estás loco? ¿O simplemente tienes un deseo de morir? ¡No podría volver a hacerlo si
quisiera y soy más joven!
Jordan sonrió.
—Vamos, Stefan, ¿con qué frecuencia tenemos toda la casa para nosotros?
Stefan suspiró.
—Bien. Dame cinco minutos. —Jordan pasó la mano por el muslo de Stefan y su polla cobró
vida contra su voluntad—. Bien, que sea uno. Pero estoy arriba, maldita sea.
Jordan rodó sobre su estómago y se rió.
—Puede apostar eso, señor Youngblood.
~~ * ~~
Morgan encontraba fascinante a Isabelle, y estaba claramente enamorada de él. Ella lo llamó
“Mo”.
Stefan se rió.
—Tu nuevo nombre es Mo. Creo que le gustas, Morgan. —Morgan estaba sentado en el sofá
con Isabelle en su regazo. Se volvió hacia Stefan con una mirada seria.
—Tenías razón, sabes. No estábamos destinados a ser; tú y Jordan son el final del juego: el
amor por siempre.
Stefan sonrió, recordando todo el tiempo que pasó con Morgan, todos los argumentos
estúpidos que tenían.
—Ni siquiera sé si alguna vez quiero tener hijos, y aquí estás con Jordan, criando a Isabelle.
Nunca pensé que Jordan sería el tipo de persona que quería tener hijos. Pero lo sabías, ¿verdad,
Stefan? Lo viste por lo que realmente era.
Stefan le sonrió a su hija. Ella estaba tirando del labio inferior de Morgan, fascinada por su
rostro.
—Lo sabía; no sé cómo, pero lo hice.
~~ * ~~
En los diez años que estuvieron casados, Stefan y Jordan tuvieron otros tres hijos. Tuvieron
que hacer adiciones a la casa con cada llegada, pero mantuvieron la misma casa que compraron
juntos. Habían comprado toda la tierra alrededor de su lago para evitar que las grandes compañías la
compraran y construyeran condominios. Era pacífico allí, y querían que permaneciera de esa manera.
Stefan y Jordan habían decidido que querían al menos un hijo biológico cada uno. Las
donaciones en el banco de esperma serían un tema de discusión entre el personal en los años
venideros.
Una sustituta había entregado el hijo de Stefan y la hija de Jordan. Habían adoptado a otro niño
de Sicilia, un hermoso chico de cabello oscuro que llamaron Damon.
Su hijo Heath fue de armas tomar desde el principio. Los ataques de llanto a las tres a.m. casi
ponen a Stefan en una tumba temprana, pero Jordan lo mantuvo cuerdo.
Su hija Charlotte (Charlie, para abreviar) era una fuente constante de diversión. Stefan
regularmente la encontraba en el lago haciendo autopsias con peces muertos.
Isabelle siempre estaba calmada. Ella era la escritora. Stefan a menudo la encontró encerrada
en su habitación, escribiendo.
—¿Sobre qué estás escribiendo hoy, bebé? —Stefan se sentó en la cama.
—Estoy escribiendo sobre ti y papi Jordan, vuestra historia de amor.
Stefan alborotó su cabello.
—¡Papá Stefan! ¡Heath está robando mi comida!
Isabelle puso los ojos en blanco.
—Vuelvo enseguida, ¿de acuerdo?
Isabelle soltó una risita.
—No, no lo harás, papá; tú sabes cómo son.
Jordan había llegado a una casa llena de caos. La televisión estaba encendida, Heath estaba
persiguiendo a Charlie, y Damon estaba llorando bajo la mesa, con Stefan tratando de sacarlo.
Jordan fue al televisor y lo apagó, y luego acorraló a Heath y Charlie.
—Oigan, ustedes dos, cálmense.
Los grandes ojos azules de Charlie se alzaron hacia la cara de su padre, su cabello castaño
cayendo sobre sus hombros.
—Pero paaapiiiii, —se quejó—. ¡Heath sigue robando mi botiquín!
Stefan finalmente había sacado a Damon de debajo de la mesa, y le dio un beso a Jordan con
Damon a remolque.
—Heath, ¿qué he dicho acerca de tocar cosas que no son tuyas?
Heath miró a su padre; los ojos color marrón chocolate se encontraron con los ojos color
chocolate, incluso el cabello rubio miel combinó.
—Lo siento, papi. ¡Ella es tan mala! —Jordan no pudo evitarlo, esbozó una sonrisa.
—Basta, —susurró Stefan—. Van a caminar sobre ti.
Jordan sonrió.
—Ya lo hacen.
Stefan había pensado que Jordan sería el disciplinario, pero solo era un gran blando. Stefan
siempre fue el que mejoró. Era extraño cómo Jordan había cambiado con los niños; Stefan pensó que
era gracioso. Incluso Isabelle castigaría a Jordan por ser demasiado suave.
—Si le das helado antes de la cena, papá Jordan, papá se va a enojar.
Jordan y Charlie siempre fueron atrapados haciendo un lío. Una vez, construyeron un fuerte
elaborado en la sala de estar. Stefan los había mirado con los brazos cruzados sobre el pecho.
—¿Cuántas veces te he dicho que hagas eso en tu propia habitación? —Jordan suspiró y
Charlie soltó una risita.
—Papá dice que es demasiado pequeño en mi habitación para una buena fortaleza. —Stefan
miró a Jordan.
—¿Qué? —Jordan sonrió.
~~ * ~~
Cuando llegaron los años de la adolescencia, Jordan se puso firme.
—No, no puedes tener un teléfono móvil. No me importa cuántos niños tengan uno.
Se sentaba en el sillón reclinable en la sala de estar y esperaba a aprovechar las citas de las
chicas. “Sabes lo que hago para ganarme la vida, ¿verdad? Que llegue a casa a tiempo o tendrás una
lobotomía. No te preocupes. Lo haré gratis”.
Ese acababa de matar a Stefan y las chicas le preguntaron si por favor mantendría a su padre
alejado de sus citas. Isabelle y Charlie eran deslumbrantes y Jordan tenía pesadillas sobre la fila de
chicos esperando sacarlas.
Isabelle tenía un largo y ondulado cabello negro y ojos azules. Charlie tenía el mismo pelo
largo, pero era castaño y sus ojos eran de un azul helado. Heath y Damon no fueron de ayuda para
sus hermanas cuando se trataba de sus citas. Heath medía metro ochenta y se parecía exactamente a
Stefan. Damon era de la misma altura, con pelo negro y ojos azules.
Entre los dos, lograron fácilmente ahuyentar a posibles pretendientes.
La reunión familiar estaba en pleno apogeo. Jordan y Stefan holgazaneaban en el porche con
Bethany y Chris. Ella estaba mirando a Jacob e Isabelle; estaban en una conversación profunda.
Ella dio un codazo a Jordan.
—Creo que hay amor floreciendo allí.
Sonrió a los dos adolescentes.
Jordan miró a su hija.
—Al menos sabemos que ella está a salvo con Jacob. Ella está a salvo con Jacob, ¿no?
Stefan golpeó a Jordan en las costillas.
—Relájate, han estado saliendo durante dos semanas. Eso es, como, toda una vida, amigo.
Jordan empujó a Stefan.
—No me llames amigo.
Damon estaba jugando a la pelota con los niños en la entrada y perdiendo... mal.
—¡Papá! ¡El abuelo Damon es demasiado lento! ¡Tienes que venir y jugar porque el abuelo
Heath también es lento! —Stefan se tapó la cara con las manos y se rió.
—Vamos, Jordan, demostrémosles cómo se hace.
Más tarde, Stefan y Jordan dieron un paseo hasta el lago. Caminaban cogidos de la mano,
hablando de los niños y de dónde les habían llevado sus vidas.
—Entonces, señor Youngblood, ¿está contento de ser el marido de un médico? —Stefan jaló a
Jordan hacia él y lo besó suavemente en la boca.
—Estoy muy feliz, doctor Youngblood. ¿Quién sabía que aquí es donde estaríamos? Casados,
con cuatro hijos.
Jordan puso su mano en la cara de Stefan.
—Cuatro niños maravillosos, inteligentes y cariñosos. —Pasó la lengua por el labio inferior de
Stefan.
—¿Me quiere usted, señor Youngblood?
Stefan gimió.
—Te quiero…
*Fin*
1 Así es como se llama al estado de Texas.
2
Gentlemen’s Quarterly.- revista sobre moda, estilo y cultura para hombre.
3
Personajes de Alicia en el País de las Maravillas.
4
Juego electrónico de habilidades físicas que prueba la coordinación mano-ojo y las habilidades motoras finas.
5
Fans del universo Star Trek.
6
Aeropuerto de Seattle-Tacoma
7
Operating Room, Sala de Operaciones.
8
Cougar es una expresión del argot inglés para definir a las mujeres que buscan una pareja más joven. En el uso normal
lingüístico significa puma. Se establece un paralelismo con el mundo animal, es decir, con la caza de hombres más jóvenes por
parte de estas mujeres, con años de diferencia.
9
Los vigilantes de la playa. Serie estadunidense.
10
Personal Lubes, Sex Toys & Sexual Wellness Advice | K-Y™
11
Palabra latina que significa, Así que.
12
Personaje de dibujos animados.
13
Personaje de un vice sheriff dormilón, en una serie de comedia norteamericana.
14
Un canal porno.
15
Estas personas suelen ser obsesivos compulsivos o segun la nosografia de Freud, neuroticos obsesivos.
Obviamente… acá esta en el otro sentido… sexual.
Ojo por Ojo
SANTORNO 02
Sandrine Gasq-Dion
Skull Blasters
Sandrine (Sandy)