Los Alemanes en Nicaragua

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DERECHOS RESERVADOS POR EL

FONDO DE PROMOCION CULTURAL — BANCO DE AMERICA — 1975

Impreso en los talleres de Editorial y Litografía San José, S.A., Managua, Nicaragua
OBRAS PUBLICADAS POR EL FONDO DE PROMOCION
CULTURAL DEL BANCO DE AMERICA:

SERIE: ESTUDIOS ARQUELOGICOS

1 Nicaragua Antiquities por Carl Bovallius


(Edición Bilingüe)
2 Investigaciones Arqueológicas en Nicaragua
Por J. F. Bransford — En Español y en Inglés

SERIE: FUENTES HISTORICAS

1 Diario de John Hill Wheeler


2 Documentos Diplomáticos de William Carey Jones
3 Documentos Diplomáticos para servir a la Historia
de Nicaragua — José de Marcoleta

SERIE LITERARIA

1 Pequeñeces ... Cuiscomeñas de Antón Colorado —


Enrique Guzmán
2 Versos y Versiones Nobles y Sentimentales —
Salomón de la Selva
3 La Dionisiada — Novela — Salomón de la Selva

SERIE HISTORICA

1 Filibusteros y Financieros — William O. Scroggs


2 Los Alemanes en Nicaragua — Goetz von Houwald

EN PRENSA

La Guerra en Nicaragua — William Walker


Traducción de Fabio Carnevalini

Nicaragua en las Crónicas de Indias


FONDO DE PROMOCION CULTURAL
BANCO DE AMERICA

La Junta Directiva del Banco de América, consciente de la impor-


tancia de impulsar los valores de la cultura Nicaragüense, aprobó la
creación de un Fondo de Promoción Cultural que funcionará de
acuerdo a los siguientes lineamientos.

1.— El Fondo tendrá como objetivo mediato la promoción


y desarrollo de los valores culturales de Nicaragua; y

1.—EI fondo tendrá como objetivo inmediato la formación


de una colección de obras de carácter histórico, litera-
rio, arqueológico y de cualquier naturaleza, siempre
que contribuyan a enriquecer el patrimonio cultural de
la nación. La colección patrocinada por el Fondo se
denominará oficialmente como "Colección Cultural-
Banco de América".

El Fondo de Promoción Cultural, para desempeñar sus funciones,


estará formado por un Consejo Asesor y por un Secretario. El Con-
sejo Asesor se dedicará a establecer y a vigilar el cumplimiento de
las políticas directivas y operativas del Fondo. El Secretario llevará
al campo de las realizaciones las decisiones emanadas del Consejo
Asesor.

El Consejo Asesor del Fondo de Promoción Cultural está integrado


por:

Dr. Alejandro Bolaños Geyer

Don José Coronel Urtecho

Dr. Ernesto Cruz

Don Pablo Antonio Cuadra

Dr. Ernesto Fernández Holmann

Dr. Jaime Incer Barquero

Don Orlando Cuadra Downing, Secretario


NOTA EXPLICATIVA

EL FONDO DE PROMOCION CULTURAL DEL BANCO DE AMERICA


se complace en presentar esta obra original del señor Götz Barón
von Houwald, actual Embajador de la República Federal de Ale-
mania y miembro destacado del Cuerpo Diplomático acreditado en
Nicaragua.

La extensa y profunda labor de investigación realizada por el


autor, tanto en las bibliotecas públicas y privadas y Universidades
de New York y Washington, Londres y Berlín y Hamburgo y Bremen
y otras tantas ciudades de Alemania como en las ciudades y pueblos
de Nicaragua, adonde lo llevó su afán por la exactitud y la verdad,
hace de la obra LOS ALEMANES EN NICARAGUA una interesante y
amena lectura. Cabe hacerse observar, sin embargo, que obras de
esta naturaleza no pueden nunca ser completas y que se notarán
en ésta algunas ausencias por motivos ajenos a la voluntad del
autor. La versión española del original alemán fue realizada por
la Profesora doña Resi de Pereira y se encargó de la edición el señor
Orlando Cuadra Downing en estrecha colaboración con el autor.

La exhaustiva bibliografía que la enriquece y cimento es, por sí


sola, una valiosa contribución a la cultura nicaragüense. El tesone-
ro esfuerzo puesto en su realización es digno de la tradición fami-
liar de los von Houwald, estirpe de genealogistas e historiadores
prusianos.

El aporte social, cultural, científico e histórico de este trabajo, corre


parejas con las mismas contribuciones de todos los "Miguel alemanes"
que en el siglo pasado y en el presente han hecho de Nicaragua el ob-
jeto de sus estudios, el campo de sus esfuerzos y el solar de sus ho-
gares. El Barón von Houwald ocupará, sin duda, un lugar prominente
entre los Marr, los Froebel, los von Bülow y otros tanto escritores que
han puesto en nuestro medio muy en alto la tradición del espíritu
emprendedor alemán.

Por estas razones el FONDO DE PROMOCION CULTURAL DEL BAN-


CO DE AMERICA ha considerado que la obra LOS ALEMANES EN
NICARAGUA es digna de formar parte de la SERIE HISTORICA de la
COLECCION CULTURAL-BANCO DE AMERICA.
INDICE GENERAL
Pág.

Nota Explicativa __ 5

CAPITULO I
"América, a tí te va mejor .."? . 9

CAPITULO II
Viajeros y Exploradores 49

CAPITULO III
Pioneros y Emprendedores _ 83

CAPITULO IV
Las relaciones Políticas entre Alemania y Nicaragua _ 111

CAPITULO V
Carlstad, una fundación alemana en el trópico _ 153

CAPITULO VI
La Misión de los Hermanos Herrnhut en la Costa Atlántica _ 183

CAPITULO VII
Colonizaciones alemanas en el Río Grande _ .. __ 197

CAPITULO VIII
Alemanes bajo banderas extranjeras también en Nicaragua 203

CAPITULO IX
Alemanes en la vida Cultural e Intelectual de Nicaragua 223

CAPITULO X
La obra de Sacerdotes católicos alemanes en Nicaragua....._ _ 229
CAPITULO XI
La colonia alemana en Chinandega y León 233

CAPITULO XII
La firma Bahlke y sus sucursales _ 247

CAPITULO XIII
Alemanes introducen el cultivo del café en Matagalpa
y Jinotega 269

CAPITULO XIV
Alemanes en el Río Coco y en la Costa Atlántica _ 297

CAPITULO XV
Mineros alemanes en Chontales 309

CAPITULO XVI
Alemanes en Granada y Masaya 319

CAPITULO XVII
Alemanes en Rivas 333

CAPITULO XVIII
La Colonia Alemana en Managua 337

CAPITULO XIX
Las Asociaciones Alemanas y la Escuela Alemana en Managua 369

APENDICE A
Alemanes en una lista de los extranjeros residentes en Nica-
ragua en el año 1895 381

APENDICE B
Correspondencia entre el Barón von Bülow y el Cónsul Británico
W. D. Christie sobre la Colonización de la Mosquitia 391

APENDICE C
Lista de los Misioneros alemanes de la Comunidad de la Her-
mandad Herrnhuter en Nicaragua desde 1849 411

APENDICE D
Representantes Diplomáticos y Consulares alemanes en Nica-
ragua (incluyendo a Greytown y Costa de la Mosquitia) 415

Fuentes Bibliográficas _ 421

Indice Onomástico __ 437


"AMERICA, A TI TE VA MEJOR.. " 7

La historia de los alemanes en Nicaragua podría haber


comenzado con un tal "llamado Waldmann oriundo de
Osnabruck, quien tenía el plan de establecer un negocio no
lelos del lago de Nicaragua en la aún no ocupada isla de
Bluefields" Sin embargo su petición al respecto fué re-
chazada por el rey de Prusia, Federico el Grande. (1) Así,
el plan no se realizó y casi tuvieron que transcurrir 100 años
para la llegada de los primeros alemanes a las Costas de
la Mosquitia. Entre ellos habría de contarse al comerciante
berlinés y propietario de un establecimiento, Rentheim, quien
sirvió como oficial en la armada de Nueva Granada por
unos 8 años y quien, según nos informa Keber, repetidas
veces permaneció por largo tiempo en la Mosquitia.

El interés general en Alemania por Centro-América y en


especial por Nicaragua no se despertó sino hasta mucho
más tarde. De manera que aquí no hubo ningún Utz
Schmidl como en Argentina, ningún Ambrosius Alfinger,
Nikolaus Federmann o Philipp von Hutten como en Vene-
zuela, que vinieron con los conquistadores o llegaron casi
pisándoles los talones. Tampoco encontramos aquí, como
en México, ya en la primera mitad del siglo XVI, a traba-

(1) Herbe rt schottelius, 1939, p. 24 Nota 5.

—9—
fiadores y mineros alemanes (2). Ni aún los alemanes pro-
cedentes de Brandenburg, que se encontraban desde 1681
en la isla antillana de Santo Tomás, se atrevieron a dar el
pequeño salto a las Costas de la Mosquitia, tal como lo
hicieron los ingleses desde sus posesiones en las islas del
Caribe (3). No se mencionan alemanes ni entre los tratan-
tes de esclavos, ni entre los saqueadores o piratas, quienes
en aquel tiempo en los siglos XVII y XVIII aterrorizaban las
costas centroamericanas.

Incluso el gran explorador de América, Alexander von


Humboldt, pasó dos veces (1801 y 1803) por las costas ni-
caragüenses, limitándose únicamente a admirar desde lejos
los imponetnes volcanes de esta región (4).

Es la verdad que durante el dominio español era bastan-


te difícil para los no españoles fincarse en las colonias
americanas, aunque es exagerado decir que se considerara
una excepción el hecho de que Humboldt obtuviera una visa
de entrada. Existen suficientes ejemplos de viajeros ex-
tranjeros que recorrían la América española en el siglo XVIII,
incluyendo exploradores alemanes. Cabe mencionar a
Thaddaus Haenke, a quien encontró Humboldt ya en Lima,
a Friedrich Mothes, quien llegara a Colombia antes que
Humboldt en compañía de varios ingenieros de minas de
Freiberg. Hasta el Orinoco llegó ya en 1739 el médico de
Hildesheim, Horstmann. (5)

(2) Viktor W. v. Hagen, 1970, p. 82 ff.


(3) Friedrich Wilhelm, el gran Elector de Brandenburg trató de sentar pie en 1680/81,
primero en las indias Orientales, después en el Caribe y finalmente en e) Africa
Occidental de la misma manera como lo hicieron los demás estados europeos.
En 1682 se erigió un establecimiento branderburgués en Santo Tomás (H.
Ke(lenbenz, 1965, p. 196 ff.)
(4) Otto Schmidt nos reporta que Humboldt subió al volcán Cosigüina (Revista
"Humboldt" Ed. 10/1969 Nr. 38, p. 91). Esta afirmación, sin embargo, es in-
correcta.
(5) Jacob Hoefkens, p. 251, nota 222.

— 10—
Pero aún cuando después de haberse consumado la in-
dependencia en el año 1821 las limitaciones implantadas
por la administración colonial española fueron superadas,
y en mayor cantidad viajeros, exploradores, comerciantes
extranjeros y, gradualmente, hasta colonos llegaron a Nica-
ragua, aparentemente sólo había un pequeño número de
alemanes. Esto se explica mejor, si se toma en considera-
ción, que Nicaragua desde 1823 hasta 1838 formaba parte
integral de la Federación Centroamericana, cuya capital era
Guatemala, donde todo el comercio se concentraba.

El comerciante de Bremen, Carl Friedrich Rudolf Klee, que


desde 1828 se asentara en Guatemala y desde 1841 ejer-
ciera funciones de Cónsul Hanseático para Centroamérica,
no consideró necesario sino hasta 1844 escribir el primer
reporte sobre Nicaragua para sus superiores. El mérito
imperecedero de Klee es el haber proporcionado mejores
conocimientos sobre Centroamérica en Alemania. (6)

Cuán grande era la ignorancia general del público eu-


ropeo sobre el nuevo mundo, que hasta el rey prusiano al
proponerle su ministro de relaciones exteriores en 1850 re-
conocer diplomáticamente a Costa Rica, contestó:

"Me alegro infinitamente tener la oportunidad de cono-


cer la República de Costa Rica, de la que no había oído
nunca hasta ahora ... (7).

Lo que se sabía de Nicaragua en Europa no podía diferir


mucho de eso en aquellos días.

Desde la mitad del siglo XIX aparecen nombres de ale-


manes en algunos países centroamericanos (8), sin embar-

(6) H. Dane ,1971, p. 79-93, 100-102, 118.


(7) Idem p. 134.
(8) R. Fernández Guardia, 1970, nos da muchos ejemplos, así también H. Dane,
i 971.

—11—
go muy pocos en Nicaragua. Solamente en la "Mosquitia",
que en aquel tiempo estaba bajo protectorado inglés, hay
excepciones, puesto que en 1846 llegaron allá los primeros
colonos alemanes. Pero en 1848, cuando se descubrió oro
en las propiedades del alemán Johan August Sutter en
California, lo que causó una enorme emigración de busca-
dores de fortuna de todas partes del mundo, el estrecho
Istmo Centroamericano de repente ganó una importancia
extraordinaria. Este suceso coincidió cor. los famosos "años
locos" de 1848, en los cuales la Europa Central atravesaba
una grave crisis económica, social y política. En estos días
muchos alemanes creían que en el "Nuevo Mundo" podrían
encontrar un mejor hogar.

El viaje por el continente americano en aquel entonces


era peligroso y difícil y la conexión más apropiada entre
Nueva York o Boston y San Francisco era vía Nicaragua. (9)

Se utilizaba el Lago de Nicaragua y el río San Juan para


viajar de Granada o sea por tierra sobre Masaya, o en bote
sobre el Lago de Managua hasta León, de donde ya no
quedaba lejos el puerto de El Realejo (y más tarde Corinto).
Todavía se podía acortar el camino si, en vez de ir por Gra-
nada, se viajaba hasta el puerto lacustre La Virgen, de
donde distaba solamente unos veinte kilómetros el puerto
de San Juan del Sur. Esta ruta la acondicionó Cornelius
Vanderbilt, quien ganó con esto una fortuna.

(9) Al comienzo se utilizaba más "la ruta Chagres" a través de Panamá. Hasta
el 20.2-1849, el bergantín "Mary" de la línea Gordon, zarpó con 130 pasa-
jeros de Nueva York rumbo a San Juan del Norte; de ahí seguían el viaje vía
El Realejo hasta California. El vapor de Vanderbilt "Prometheus" hizo su pri-
mer viaje a Nicaragua el 27-12-1850. Pero ya desde agosto de 1849 Van-
derbilt, White y Wolfe habían celebrado un contrato con Nicaragua en favor
de la American Atlantic and Pacific Ship Canal Company. El tráfico aumentó
entonces enormemente: por esta ruta nicaragüense viajaron 1613 personas en
el corto lapso desde el 8. hasta el 13 de Noviembre de 1850 (David J. Folkman,
(r., "The Nicaraguan Route", 1972 p. 7, 8, 18).

-12--
En aquella época se refrescaron nuevamente las viejas
ideas de la construcción de un canal interoceánico, máxime
que Humboldt ya desde 1815 había demostrado que era
técnicamente posible superar el problema de la diferencia
de niveles entre el Pacífico y el Atlántico (10). Nicaragua de
repente, había logrado ser el foco del interés mundial, y
con esto el de la especulación y la política. Aventureros
como William Walker y Henry S. Kinney intentaron aquí
realizar sus planes ambiciosos ; grupos de financieros ame-
ricanos se disputaron los derechos del tránsito de mar a
mar y con ello posibles concesiones sobre un ferrocarril o
la construcción de un canal. Gran Bretaña y los Estados
Unidos disputaron por la desembocadura del Río San Juan
con su pequeño puerto de San Juan del Norte o Greytown,
como los Ingleses insistían en llamarlo, para demostrar sus
derechos de posesión. En estas discusiones no se tomaba
muy en cuenta la opinión de Nicaragua.

De los emigrantes que tenían que pasar por esta ruta


hacia California se quedaron muchos en Nicaragua puesto
que allí también se había descubierto oro.

Es sorprendente que muchos, que en los Estados Unidos


no encontraron lo que habían llegado a buscar, regresaron
de Norteamérica para probar la suerte nuevamente en Ni-
caragua. Informaciones sobre esta tierra que hasta entonces
era casi desconocida en Alemania, ahora hallaron muchí-
simo interés. Entre las primeras noticias detalladas sobre
Nicaragua que llegaron a Alemania cabe mencionar e! in-
forme que A. Fellechner, consejero del gobierno, el Dr. D.
Müller, médico y C. L. C. Hesse, comerciante de Stettin, a
solicitud del príncipe Carl de Prusia, resultado de un viaje
a las costas de la Mosquitia en 1844. En 1845, W. Kretzs-
schmar hizo imprimir en Amsterdam y en Konigsberg un libro

110) H. Schottelius, 1939, p. 88.

—13--
titulado "Das deutsche Colonisirungsprojekt an der Mos-
quito-Küste" Al mismo tiempo apareció un escrito del
publicista berlinés y editor del periódico "Der Charlotten-
burger Beobachter", Albert Hopf, "Die deutschen Auswan-
derer auf der Mosquitoküste", Charlottenburg 1846, en el
cual se burla de los apóstoles de la emigración. Igual hu-
morismo hiriente respira su pieza "Spickaal als Beherrscher
der Mosquito-Kiiste und die Emanzipirten unter den Wilden"
que se publicó en Charlottenburg en 1846. Hopf, además,
escribió bajo los seudónimos "Brennecke" y "Otto Rippen-
schwach" artículos satíricos y comedias sobre otros temas.
También apareció otro libro titulado "Der Mosquito-Staat
nach authentischen Quellen geographisch-statistisch dar-
gestellt", Berlín 1845 por L. v. Winterfeld, que aparentemen-
te obtuvo su mayor información de Fellechner. Siguieron
los informes de los misioneros de la "Unitas Fratrum", los
hermanos moravos de Herrnhut, H. G. Pfeifer y A. A. Reinke,
quienes llegaron a Bluefields en 1847. La descripción del
viaje del diplomático americano E. G. Squier, de 1852, fue
publicada en 1854 en traducción alemana en Leipzig, mien-
tras que la primera edición española apareció hasta en
1970. También otras varias publicaciones de Squier se edi-
taron en lengua alemana así como por ejemplo "Los estados
de Centroamérica, en especial Honduras, San Salvador y la
costa de la Mosquitia", libro que el autor había dedicado
al famoso geógrafo alemán Karl Ritter (1779-1859), y que
ya en 1856, un año después de su aparición en New York,
se encontraba en una edición popular alemana. Esto es
solamente un ejemplo del interés creciente de un amplio
público en Alemania por Nicaragua. Squier, que aparen-
temente tenía relaciones estrechas con Alemanía, había in-
vitado al pintor alemán Wilhelm Heine para acompañarle
en su viaje a Nicaragua ; este plan, sin embargo fracasó,
y Heine tuvo que viajar solo. Fuera de algunos dibujos
impresionantes del mundo tropical en la "Illustrirte Zeitung"

—14—
de Leipzig, Heine publicó en 1853 sus "Wanderbilder aus
Central-America. Skizzen eines deutschen Malers"; una se-
gunda edición se efectuó en 1857. Todas estas publicacio-
nes influían fuertemente en el interés de Alemania hacia
aquellas regiones. La emigración era entonces un tema que
movía muchas agrupaciones sociales y atraía sujetos tanto
competentes como incompetentes. Reinaba un verdadero
entusiasmo de emigración del cual hasta el mismo viejo
Goethe se dejó contagiar cuando dijo: "América a tí te va
mejor (1 1)

Como una fiebre la idea de emigrar a América se apode-


ró de la imaginación de una gran parte de la población
como si hubiere en el llamado "Nuevo Mundo" y precisa-
mente en sus zonas tropicales, un verdadero paraíso. Los
unos soñaban con la libertad que creían no tener en su
patria. Los otros pensaban que las extensiones inmensas
de tierra virgen estaban a la espera para ser explotadas
muy en especial por ellos mismos y no se preocuparon de
los derechos de los aborígenes. Los lemas de libertad, de-
mocracia y derechos humanos de los cuales hicieron alarde
tantos de la llamada generación del "48" fueron en la prác-
tica vana fraseología. No solamente los derechos de los
indios no eran respetados por nadie; un demócrata entusias-
ta como Wilhelm Mar' no encontró nada en contra en el
exportar trabajadores alemanes a los territorios tropicales
de América bajo condiciones en las cuales aquellos infelices
hubieran fallecido con seguridad antes de finalizar su con-
trato. Los revolucionarios, poseídos de sus ideologías para
reformar el mundo, se tambaleaban con sus ideas e imagi-
naciones en el vacío y causaron mucho daño a varios de
sus conciudadanos que confiaron en ellos —en esto muy

(11) Goethe en "Zahme xenien", libro seis (1823): América, a tí te va mejor que
a nuestro continente, el viejo/no tienes castillos desmoronándose/ni ningún
basalto./A ti no te molestan tus problemas internos/en un tiempo viviente/
recuerdos innecesarios/y pleitos en vano... (traducción del autor).

-15-
parecidos a ciertos "expertos" modernos del desarrollo eco-
nómico—. Pero incurrieron en este entusiasmo hacia el
Nuevo Mundo también gente conocida como seria. Jacob
Haefkens, por ejemplo, Cónsul General holandés para Cen-
troamérica, dibujó en 1832 en su libro "Central America"
un cuadro futurístico de Nicaragua que, una vez que fuese
construido el canal, se transformaría en un verdadero pa-
raíso. "Las ahora abandonadas riberas del Gran Lago y del
río San Juan serían entonces el centro de la navegación
mundial y, por consiguiente, cobrarían un valor incalculable.
Miles de europeos vendrían a establecerse a estas regiones
favorecidas por el cielo y a disfrutar de una situación prós-
pera mediante el comercio y la agricultura". (12)

Scherzer tenía la esperanza de que se creara una "se-


gunda radiante Alemania en las altiplanicies de las cordi-
lleras de Centro América". El decía que con menos de la
décima parte de la suma para las preparaciones de la gue-
rra que en los últimos meses del año 1856 fue reunida por
los estados alemanes, se solucionaría todo problema de la
colonización. (13)

Apóstoles de una emigración, muy a menudo idealistas


ajenos a la realidad, pero a veces únicamente estafadores,
hacían su aparición y encontraban suficientes inocentes que
los seguían.

Aunque una buena cantidad de compañías colonizado-


ras habían fracasado de manera lamentable en las costas
centroamericanas hasta Belice ya en los años 20 y 30 del
siglo pasado (14), había siempre nuevos intentos de esta
clase y más de un embaucador se enriqueció mientras hun-

(12) Jacob Haefkens, p. 277.


(13) Karl v. Scherzer: Nicaragua, Honduras, San Salvador, p. 502.
(14) A. v. Bütow, (18491, a p. 124 cita estas incursiones 1825, 1839 y 1841 a orillas
del rio Negro y rio Ramón; precisa descripción en H. Schottelius, 1939, p.
14, 24 f; 50 i.

-16--
día a otros. Los que de tal forma procedían fueron los
causantes de aquellas tristes palabras que se escucharon por
largo tiempo entre los alemanes emigrantes: tenga cuidado
de tormenta y viento y de los alemanes en el extranjero!

Un consuelo de tonto es el de que ciudadanos de otras


naciones no fueron mejores.

No todos, es la verdad, mostraron tanta falta de escrúpu-


los como el escocés Sir Gregor McGregor quien había lucha-
do en otro tiempo al lado de Simón Bolívar y en las batallas
contra el colonialismo y quien en 1824 en un territorio de
aproximadamente 76,000 millas cuadradas que le regalara
el rey mosco George Federico en las orillas del río Negro
para un proyecto de colonización, redujo a 300 colonos es-
coceses a la miseria. A pesar de este fracaso McGregor
persuadió en 1830 a otros 70 franceses por mediación de
la Compañía parisiense "Neustria", a los que envió a las
costas de la Mosquitia (15). McGregor se hizo elegir "Ca-
cique de Poyais" y se hacía llamar "Gregor I., Sovereign
Prince of the Independant State of Poyais and its Depen-
dencies". El nombre lo tomó de la tribu de indios Poyas
cuyas tierras se extendían desde el Cabo Camarón (Brewers
Lagoon) hasta tierra adentro de Nicaragua. Por medio de
su Aude-de-Camp Tomas Strangeways hizo escribir un libro
sobre la costa de la Mosquitia y el "Estado Poyas" bajo el
título "Sketch of the Mosquito Shore, including the Territory
of Poyais" en el cual describió el país como un verdadero
Paraíso. Un dibujo muestra a "Su Alteza" en la pose de
un monarca dominador barroco. Gregor McGregor insti-
tuyó en Londres una "Legación Poya", ofreció por medio de
anuncios en los periódicos tierras en venta contra pago al

(15) Jacob Hoefkens, p. 285.

—17—
contado, las cuales incluso logró vender, repartió billetes
propios y se esforzó por conseguir un préstamo de 200,000
libras esterlinas.

Después de su detención, proceso y liberación en París


se fue para Venezuela donde apeló a la gratitud de la
nación por haber luchado al lado del Libertador Bolívar y
donde, en efecto, fue reconocido como general; murió en
Caracas en 1895. (16) En la expedición de McGregor par-
ticipó el alemán Traugott Bromme quien escribió un manual
de viales para emigrantes, libro al cual se refirió Keber,
aunque Bromme, por el contrario, advertía de desistir de
una colonización en la Mosquitia.

La conducta de McGregor es un ejemplo de cuán fácil era


entonces atraer gente crédula a través de los mares y con
qué falta de conciencia procedieron algunos organizadores
de proyectos de emigración.

El rey de la Mosquitia había otorgado a algunos capita-


nes de barcos ingleses enormes territorios para poblarlos
con colonos extranjeros. Muchas veces le habían emborra-
chado antes de persuadirle a estas donaciones. Estos ca-
pitanes ofrecían luego sus tierras en venta, con preferencia
en Alemania, donde esperaban compradores más ingenuos
que en Inglaterra. De esta forma se le ofreció también
tierras al Príncipe Carl de Prusia y al Príncipe de Schónburg-
Waldenburg. Ambos eran conocidos como filántropos y
que se preocupaban mucho por el problema de la emigra-
ción. El muy prudente Príncipe Carl, sin embargo, dió un
ejemplo de cómo se podía evitar un fracaso, planeando
mejor y examinando con anterioridad todos los aspectos del
proyecto. En consecuencia, encargó a la ya mencionada

(16) Alfred Hasbrouck, 1927; Thomas Strangeways, 1822; Herbe rt Schottelius, 1939,
p. 50; Proposed Coiony... , 1938 (sin indicación del autor); Edward Conzemius,
Los Indios Payas, p. 35.

—18—
comisión de Fellechner, Müller y Hesse para estudiar las con-
diciones en la costa de la Mosquitia antes de enviar los
colonos. A pesar de que el informe, presentado en 1844,
no era del todo negativo, el Príncipe tuvo grandes escrúpu-
los, de manera que desistió de su proyecto. A todo esto le
influyeron también, sin duda, las consideraciones políticas
hacia Inglaterra que se mostraba desde el principio en con-
tra de los planes prusianos. En todo caso, el Ministro de
Estado, el Conde Kanitz, había recomendado al Príncipe in-
sistentemente abandonar sus planes, los cuales ya le habían
enredado en debates con su hermano, el rey Federico Gui-
llermo. En vista de lo anterior, también el Príncipe Schön-
burg-Waldenburg retiró su participación financiera en el pro-
yecto, el que, sin embargo, despertó el interés en esta región
entre los hermanos moravos de Herrnhut, con quienes tenía
estrechos lazos de amistad, ya que en su opinión estas tierras
eran más aptas para el trabajo de misioneros que de colo-
nizadores.

A pesar de todo se instituyó en Julio de 1845 en Berlín


una asociación para emigrantes que querían fincarse en la
Mosquitia. La mucha propaganda que hizo causó, en efec-
to, mucho mal entre la gente. En Prusia Oriental miles ven-
dieron sus pertenencias, renunciaron a sus trabajos o los aban-
donaron para dirigirse desde Königsberg directamente a las
costas de la Mosquitia donde esperaban encontrar el paraíso
prometido. Poblaciones enteras en el distrito de Gumbinnen
quedaron abandonadas, las haciendas perdieron sus trabaja-
dores de un día para otro y la ciudad de Königsberg fué in-
vadida de gente desamparada que únicamente esperaba la
ayuda de las autoridades hasta el día de su salida hacia
América. El Rey Federico Guillermo IV se vió en la necesidad
de intervenir personalmente. Se distanció del proyecto y ad-
virtió a los que querían emigrar tener cuidado y no proceder
con imprudencia. Expresó que "nada puede corresponder me.

-19-
nos a sus intenciones patrióticas que animar a los fieles
súbditos a la emigración, porque en la patria no faltarían
ocupaciones remuneradas para brazos trabajadores". (17)
Aunque decreció un poco la alta marea del entusiasmo, siem-
pre había unos llamados idealistas, como el consejero de
justicia C. M. Keber de Königsberg, quien el 11-9-1845 fun-
dó con 18 otras personas una asociación de emigrantes para
Centroamérica, y redactó un escrito que se publicó en Ko-
nigsberg en 1846 bajo el título "Die Kolonizationsgesell-
schaft in Köngsberg zur Gründung einer deutschen Kolonie
auf Müskito in Mittel-amerika" (La asociación de colonización
de Königsberg para la fundación de una colonia alemana
en la costa de la Mosquitia en Centro-América). La Socie-
dad debía conseguir terrenos en la Mosquitia, poner en fun-
cionamiento barcos propios para transportar primero a los
colonos y después asegurar el tráfico comercial directo entre
ellos y los países vecinos. Muy típico para la mentalidad
de estos idealistas era la expresión de Keber sobre el serio
problema de la malaria: "Me permito creer que el miedo
de los zancudos no asustará a un hombre alemán". (18)

Keber aparentemente había obtenido, al igual que Win-


terfeld, Kretzschmar y muchos otros, sus conocimientos sobre
estas regiones sobre todo del informe de Fellechner. El
23-2-1847 señaló el periódico "Allgemeine Auswanderungs-
Zeitung" (Prensa general para los emigrantes), que en Kö-
nigsberg se preparaba una nueva expedición bajo la di-
rección del abogado Keber y que aparentemente habían
salido en los primeros meses del año 1847 hacia la Mosqui-
tia 125 personas. También a comienzos del año 1848 salió,
como parece un grupo de emigrantes de Königsberg vía
Kingston hacia Bluefields con 40 personas, de las cuales,
según la "Allgemeine Auswanderungs Zeitung" (Nr. 51/

117) H. Schottelius, 1939, p. 56.


118) ídem p. 56, p. 98.

—20—
1852) poco después vivía solamente la tercera parte, mien-
tras la otra tercera parte había muerto y el resto había salido
para los Estados Unidos. 1191 En Octubre 1848 se mencio-
nan otra vez 116 personas de Prusia Oriental llegados a
Bluefields. Una "carta dirigida a su patria por un prusiano
oriental emigrado con la expedición de K ö nigsberg a la Mos-
quitia" de E. Schulz se publicó en 1848 en K ö nigsberg con
el título "Prusianos orientales en la costa de la Mosquitia"
(Ostpreussen auf der Mosquitoküstel. (201.

En 1848 los misioneros de la Comunidad de Hermanos


Moravos de Herrnhut iniciaron sus trabajos en Bluefields.
El "Council of State of the Mosquito Shore " les había ofre-
cido tierras en una extensión de aproximadamente 10,000
acres a las orillas del Río Grande o Río Nava, donde se es-
peraba extraer mucha madera de caoba, a un precio de 6
d por acre, mientras el terreno en las cercanaís de Blue-
fields se cotizaba a 5 s por acre. Al mismo tiempo les
advirtió el Council por carta del 10-7-1847 que tuvieran
cuidado con los vendedores Messrs. Brown, Cox, Sheppard
y Haly, capitanes ingleses, a quienes el rey de la Mosquitia
les había regalado tierras y de las cuales ellos querían
deshacerse de forma más provechosa y habiéndolas ya
ofrecido hasta al Príncipe Carl de Prusia y al Príncipe
Sch ö nburg. Los misioneros, sin embargo, no tenían inten-
ciones de colonizar y por consiguiente no estaban interesa-
dos en comprar tierras. Pero Alejandro von B il low supo de
esta posibilidad y en base a las condiciones propuestas por
el "Council of State" desarrolló, en una carta desde Berlín
12-6-1848, dirigida al nuevo Cónsul General británico y
agente político en la costa de la Mosquitia, W. D. Christie,

(19) Ferd. Schroeder, 1939. Cifras exa ct as sobre el transporte de emigrantes llega-
dos a la Mosquitia no existen. Muchos datos por eso son contradictorias. Así
aparece Keber por ejemplo, entre los que llegaron con el "Frisch" en 1846 en
Bluefields (G. B. Henderson).
(20) Ferd Schroeder, 1939; La publicación de E. Shulz no fue accesible al autor.

—21—
el plan de una colonia alemana entre Bluefields y Monkey
Point. (21) Aunque Alejandro v. Bülow en sus actividades
fué asoblutamente honrado, los resultados de sus proyectos
fueron casi siempre desastrosos. Estaba lleno de idealismo
y de ideas en parte masónicas (22), ideas que insistía incan-
sablemente en realizar. Es sorprendente que coincide 100
años antes, es decir en 1756 con otro "Barón von Bülow"
quien intentó sin éxito crear colonias de blancos en las Indias
Holandesas. (22a) Alexander von Bülow fue dos veces di-
rector de un proyecto de colonización belga-alemán en San-
to Tomás de Guatemala, cuyos iniciadores fueron el ministro
de estado belga Conde de Mérode y el alemán Conde de
Hompesch, proyecto que al final fracasó, aunque Bülow
con afán sincero intentó corregir las graves faltas de sus
predecesores. (23) A pesar de sus fracasos Bülow nunca
aprendió de sus errores estando como estaba poseído por
sus ideas de las cuales algunas eran muy razonables, otras
muy borrosas. Después de abandonar el proyecto de Santo
Tomás, se esforzó de forma muy especial en la segunda
mitad del año de 1846 en engrandecer la población alema-
na de Carlstadt en Bluefields (241 más tarde "colonizó" de
la misma forma con resultados pobres en Costa Rica. Los
escritos de Bülow tuvieron una fuerte influencia ya que ala-
bó a Nicaragua y Costa Rica al extremo de colocarlas como
países ideales para la emigración de europeos. De esa forma
dió el empujón a numerosos proyectos de colonización, de
los cuales muchos se estancaban desde el comienzo. Bülow

121) Gavin B. Henderson, 1944. Una fotocopia tomada del Public Record Office,
London fue facilitado al autor por cortesía de la Embajada Britónica en Mana-
gua. Esta correspondencia se menciona también por W. T. Parham, p. 28, que,
sin embargo, atribuye a Bernhard v. Bülow y no a Alexander v. Bülow. Este
problema no ha sido aclarado hasta el momento. Véase en el Apéndice la
correspondencia en referencia.
( 2 2) Schottelius, 1939, p. 48, 100.
(22a) D. van Blom, p. 140 ff.
(23) Idem.. p. 48: reporte de Fellechner, p. 207. Nota: Véase también Joh. Heinrich
Siegfried Schultz: " Uber Colonisation".
(24) H. Schottelius, 1939 p. 63.

—22—
insistía en sus publicaciones ante filántropos, gente de ne-
gocios y ante un amplio público para moverlos a una emi-
gración organizada hacia Centro América, emigración que
él consideraba necesaria en el interés del comercio alemán.
(25) El buscó apoyo por medio de solicitudes ante el Minis-
tro de Comercio y hasta por medio de peticiones directas
hacia el Rey de Prusia, apoyo que él consiguió en parte.
Muchas personalidades se dejaron convencer por él, porque
muchas de sus ideas en realidad eran buenas y perspica-
ces, por ejemplo cuando decía: "Por medio de la emigra-
ción voluntaria es provechoso fundar colonias, pero es da-
ñino poseerlas y administrarlas ". (26) En unión con otros
entusiastas fundó en 1849 una "Asociación berlinesa de co-
lonización para Centro América". Según el programa había
que repartir entre los socios acciones por 100,000 Thl., para
lo cual buscaba gente interesada en especial en las ciuda-
des hanseáticas; un 10% de los dividendos se ofreció en
perspectiva. En realidad firmaron por la mitad de esa
cantidad únicamente los comerciantes hamburgueses Heeren,
Rücker y Schroeder, pero exigieron derecho de voto y pidie-
ron que las expediciones salieran de Hamburgo. Entre los
socios fundadores aparecen muchas personalidades promi-
nentes, entre ellos el Conde zu Lippe (muy probable Her-
mann, quien aparece más tarde en Costa Rica), los señores
v. Glümer, v. Retzow-Kagenow, F. A. Schumann, v. Holtzen-
dorff-Jagow, Werther y el consejero del Ministerio de Ha-
cienda Franz Hugo Hesse, senador de la cámara baja. Va-
rios juristas e industriales se contaban entre los miembros
activos, pero Bülow fué siempre el alma de todo. Por los
escritos de propaganda que sacaba esta asociación firmaba

(25) Emilio Alvarez Lejarza, Andrés Vega Bolaños, Gustavo Alemán Botaños dicen
en sus escritos: Como reincorporó Nicaragua su Costa Oriental (Rev. Cons. No.
68 p. 4), que el cónsul británico Foster en El Realejo había animado a Bülow
en 1849 para que fundara una colonia prusiana en Son Juan del Norte
(Greytown).
(26) Citado de H. Schottelius 1939, p. 93.

—23—
como responsable entre otros, el asesor jurídico Ulfert, miem-
bro de la asamblea legislativa de Berlín. En 1850 apareció
una publicación sin dar el nombre del autor bajo el título
'Deutsche Ansiedlung in Mittelamerika durch die Berliner
Colonisations-Gesellschaft für Central-America " I' Coloniza-
ción Alemana en Centroamérica por medio de la Sociedad
de Colonización berlinesa para Centroamérica"). Apenas
se supo de este propósito se inscribieron 600 familias de
Berlín y sus alrededores y otras más de las provincias del
este. 701 familias reunieron más de 500,000 Thl. Los
socios Kraetz y Hocke propusieron que la asociación de co-
lonización berlinesa asumiera el mismo proyecto en las cos-
tas de la Mosquitia, del cual se habían retirado muy acer-
tadamente los príncipes Carl y von Schoenburg. La asocia-
ción berlinesa recibió en febrero de 1852 los derechos de
corporación. El primer problema surgió cuando los miem-
bros hamburgueses no quisieron someterse a la supervisión
gubernamental prusiana y se desligaron para así fundar en
Hamburgo una asociación propia de colonización. Mientras
tanto Alexander v. Bülow había viajado a Centroamérica
en donde en realidad se encontró con que no era tan color
de rosa como se lo había imaginado en Berlín.

En lugar de los hamburgueses que se habían retirado se


tomó al costarricense Crisanto Molina quien aportó para su
participación títulos sobre tierras, que dejaban mucha duda,
pero sobre lo cual acertadamente no se le informó a las
autoridades berlineses. Todo el proyecto fue un fracaso y
Eduard Streber, ciudadano de Pommern, y revolucionario
de 1848, incitó a hacer participante a una compañía cons-
tructora de caminos en lugar de Molina. Por este medio
no solamente se distanciaron de las metas de la coloniza-
ción, sino que en el campo financiero fue también un nuevo

—24—
error. Las colonias fracasadas de Bülow en Miravalles 127),
en las tierras de Crisanto Molina y en Angostura, produ-
jeron enormes pérdidas financieras a la Asociación de co-
lonización berlinesa. (28)

Wilhelm Mart se convirtió en un fuerte crítico de Bülow


y de la asociación berlinesa. Marr en el principio había
sido partidario de la emigración a Centroamérica e incluso
algunas veces estuvo activo en proyectos de la colonización.
El publicó una obra de 2 tomos sobre sus experiencias e
impresiones. También el consejero de finanzas F. H. Hesse,
quien al comienzo estaba fuertemente entusiasmado con
los planes de colonización de Bülow cambió su opinión.
Después de haber conocido personalmente los problemas
en su calidad de Encargado de Negocios de Prusia para los
Estados Centroamericanos y Nueva Granada (Colombia),
llegó a la convicción: "Mientras más tiempo permanezco en
Centroamérica, crece más en mí la certeza, de que para
nuestros compatriotas alemanes, quienes se quieren dedicar
al cultivo, no es ésta una tierra para inmigrar. " (29)

En otoño de 1848 se formó en Berlín otra asociación para


gente adinerada con ganas de emigrar hacia Centroamé-
rica. Cuando la asociación, a manera de precaución, quiso
informarse sobre el destino de los colonos de Carlstadt en
Bluefields, y no recibió contestación, desistió de su proyecto
y se separaron. (30)

La clase menos pudiente de Berlín seguía soñando con el


paraíso tropical de que tanto les habían hablado. Afortu-

(27) Ya en el camino en la cuenca del Río Sarapiquí, el cual Bülow había sugerido
murieron muchos de los inmigrantes. De las 37 personas de Schlesien que
llegaron a Miravalles en 1851 después de dos años solo uno sobrevivía (H.
Schottelius, 1939, p. 75).
(28) H. Schottelius 1939, p. 76 ff.
(29) H. Dane, p. 86, nota 3.
(30) H. Schottelius, 1939, p. 73.

—25—
nadamente las autoridades que ya desconfiaban de estos
planes, impidieron a los apóstoles de emigración sostener
asambleas y hacer colectas públicas para sus expediciones
hacia lo desconocido. Otra Asociación, la "Vereim zur Be-
förderung von Auswanderern nach Central-America" que ya
se había formado, no se pudo desarrollar gracias a las me-
didas de seguridad que se requirieron de parte del Gobier-
no, y con lo cual se salvó mucha gente de un triste destino.
(31)

Se pueden calificar como felices aquellas empresas que


fracasaron antes de alcanzar sus metas, tal como sucedió
con el bergantín "Hever". Dirigente de un grupo de 54
personas, entre ellos 12 niños y 27 mujeres y jóvenes era el
llamado "Mosquito Winterfeld". (32) Con su secretario
-

Schneppel y un Sr. Meyerhoff, Winterfeld sostuvo al igual


que el Consejero de Justicia C. M. Keber en Kónigsberg,
ideas de una "comunidad democrática", en la que de-
bía reinar igualdad, libertad y fraternidad. Winterfeld
había reunido en Berlín y sus alrededores un grupo de
obreros y les había prometido montañas de oro en la
Mosquitia. El 26 de Julio de 1846 zarpó el barco "He-
ver " de Hamburgo rumbo a Centro-América pero llegó
solamente hasta la isla danesa de Santo Tomás, por-
que se les acabó el dinero. Los alemanes residentes en ese
lugar, entre ellos la casa Wiemann & Bollinger, acogieron
en forma más altruista a los emigrantes e iniciaron una
colecta. Entres horas recogieron 725 $ con los cuales se
les envió a Bangor en USA; solamente 12 personas se que-
(31) Idem p. 74; una información exacta sobre la fundación de todas estas asocia-
ciones no existe. Algunas asociaciones cambiaron aparentemente sus nombres
y sus organizaciones de manera que una confusión siempre es posible.
(32) L. v. Winterfeld, aparentemente, autor del libro "Der Mosquito-Staat, nach
authentischen Quellen geographisch-statistisch dargestellt", Berlín 1845. El hablo
estado antes en el Perú y escrito un libro "Der Huano. Sein Vorkommen und
seine Anwendung als Dünger. Für Landwirte nach eigenen Untersuchungen und
Beobachtungen in Perú", Berlín 1845.

—26--
daron en Santo Tomás. Winterfeld y Schneppel se escu-
rrieron y se supone se fueron hacia la isla de exilados es-
pañoles, Viequez. (33)

Peor les fue a un grupo de pietistas de Pomerania bajo la


dirección del literato Utecht los cuales habían sido inspira-
dos a ir a la Mosquitia por Alejandro v. Bülow que tam-
bién les había facilitado un lote de terreno a las orillas del
Río Grande para su colonia. La empresa fracasó completa-
mente. (34)

Debido al mal éxito de tantas expediciones organizadas


por un gran número de diferentes iniciadores, se manifestó
el deseo de planificar mejor estos proyectos y de establecer
una colaboración más estrecha entre los interesados para
cambiar experiencias. En 1849 el Juez del Tribunal de
Distrito E. A. Weimann publicó un libro que ilustra esta idea:
"Mittelamerika als gemeinsames Auswanderungsziel. Ein
Beitrag im Interesse der Centralization deutscher Auswan-
derung und Colonisation " (Centro-América como meta co-
mún de la emigración. Una contribución en el interés de
centralizar la emigración y colonización).

Entre tanto se había abandonado la idea de colonizacio-


nes rurales, las cuales resultaron ser menos adecuadas al
clima tropical, y se inclinó más —así como A. v. Bülow
ya había sugerido— a buscar la base para la subsistencia
de los colonos en el comercio con el interior del país. Se
vió casi una meta nacional en la intensificación de las rela-
ciones comerciales por medio de los colonos. Keber escri-
bió: "La agricultura, aunque no se debe descuidar, no puede
ser más al comienzo que secundaria". Partiendo de esta
opinión que en principio no estaba equivocada, Keber llamó
su asociación para la emigración "Gesellschaft der preuss-
(33) H. Schottelius, 1939, p. 66 sequ; Ferd. Schr oeder, 1929.
(34) H. Schotelius, 1939; Ferd. Schroeder, 1929.

—27—
isch-deutschen Handelskolonien in Central-Amerika" (Asocia-
ción de las colonias comerciales prusiano-alemanes). Los
miembros de esta asociación tenían que pagar una cuota
de 100 Thaler por lo menos. Tan suntuoso el nombre, tan
poco dinero se reunió. Los estatutos proveían un orden
"democrático" estricto: abolición de privilegios de clases
sociales y de diferencias religiosas, subordinación a los
dirigentes elegidos, trabajos en común, repartición equita-
tiva de la tierra, etc.
Estos estatutos despertaron la desconfianza del Gobierno
que impidió toda publicidad y examinó cuidadosamente el
proyecto. A Keber no se le concedió licencia para un viaje
a la Mosquitia. Estas medidas de precaución de parte de
las autoridades seguramente impidieron a muchos buenos
Prusianos de precipitarse a la desgracia. Pero a pesar de
todo 121 emigrantes no siguieron estos consejos y salieron
de Konigsberg el 14-5-1846 en el bergantín "Frisch" bajo
las órdenes del líder elegido, el relator de la cámara de
justicia Gerkowski. Ellos fueron los que fundaron Carlstadt
en la cercanía de Bluefields. (35)

Pero no solamente en Berlín y Königsberg la gente se


interesaba de las emigraciones para la Mosquitia. En Re-
gensburg Charles Norton publicó en 1848, un libro bajo el
título: "Der treue Führer des Auswanderers nach den Verei-
nigten Staaten von Nord-amerika, Texas nud der Mosquito-
küste ... nebst einem ausführlichen Dolmetsch ... " ("El fiel
líder del emigrante hacia los Estados Unidos de Norteamé-
rica, Texas y las costas de la Mosquitia ... junto con una
aclaración amplia...") escrito, que por lo menos tenía la
buena intención de proporcionar consejo e información.
135) Gavin 8. Henderson (p. 257-271) cita una corta de Patrick Walker al primer
ministro Lord Aberdeen del 20-10-1848 en el cual se habla de 107 emigrantes
que llegaron en el "Frisch" bajo la dirección de Mr. Kaber (en realidad Keber)
y Mr. lnkofsky (en realidad Gerkowski). T. Somerland hace de estos nombres
Kober y Berkowski. El yo mencionado "Allgemeine Auswanderungs-Zeitung"
informa que Keber salió en 1847. (Nr. 51/1852).

-28-
La asociación de colonización que surgió de la desinte-
gración de la asociación de Berlín en Hamburgo, envió en
1851 a C. F. Reichardt a Nicaragua para que pudiera for-
mar un criterio sobre ese país. Reichardt al comienzo era
un entusiasta de la emigración y hasta había tomado parte
en un plan para levantar una colonia de agricultores en el
Departamento de Segovia. 136) Sin embargo él llegó fi-
nalmente a un juicio muy escéptico no solo de este proyecto
sino también de los planes de emigración en general, que
expresó en sus libros.

Los juicios sobre el país y la gente y sobre las formas de


vida en Nicaragua difieren según el temperamento y carác-
ter del autor y según las buenas o malas experiencias per-
sonales. Algunos describen el país con colores de rosa,
alababan el saludable clima, las buenas tierras y la afabi-
lidad de los habitantes, mientras otros experimentaban
pantanos de fiebre, pestes, pobrezas y vejaciones de unos
habitantes malvados.

Wilhelm Marr no encontró en ningún lado gente más


falsa que aquí, y Carl v. Scherzer enfatizó las sombrías ca-
ras de los aborígenes, la tonta petulancia y arrogancia de
la sociedad de la Nueva España, la insolencia y los deseos
de robo y matanza de los Ladinos, el polvo, la sofocante
humedad, el aire afiebrado de Granada y la superficialidad
y la crudeza de la mayoría de los residentes alemanes. El
Dr. Berthold Seeman informa que ninguno de sus acompa-
ñantes nicaragüenses, todos ellos de buena familia, no se
lavaron ni una sola vez las manos y la cara en un viaje de
tres semanas 1371. A pesar de eso, Seeman más tarde se
quedó en Nicaragua. Alexander von Bülow por el contra-

(36) Wilhelm Marre p. 226; Dane, p. 119.


137) Pim y Seeman, p. 101.

—29--
rio, encontró todo entusiastamente y superaba toda clase de
obstáculos con (a esperanza de que sus acompañantes hi-
cieran lo mismo.

De forma objetiva y justa describe el joven inmigrante


alemán W. Schulz las condiciones en una carta a su tío G.
S. Schulz en New York City, carta, que fue publicada en el
periódico alemán "New York Staats Zeitung" el 7-5-1855
y traducida en inglés en el libro "A home in Nicaragua",
que informa sobre la llamada expedición Kinney, en la cual
tomaban parte muchos alemanes; resulta, pues, que el in-
forme fue calificado entonces como objetivo (38). El joven
Schulz invitó a su tío, amigos y otros emigrantes para que
vinieran a Nicaragua. Describe cómo al comienzo trabajó
de carpintero como empleado de la "Transit Comp." y que
ganaba 50$ mensual en trabajo soportable de las 6 de la
mañana hasta las 6 de la tarde, condición que él encontró
mucho más provechosa que en los Estados Unidos. Sin
embargo opinaba que era mejor que llegaran solamente
hombres jóvenes, sin mujeres.

En el corto tiempo entre 1850 y 1853 llegaron a Greytown


(San Juan del Norte) que en aquel tiempo era el puerto del
Atlántico más importante para Nicaragua y Costa Rica,
únicamente de Bremen 6 barcos, los cuales llevaban abordo
emigrantes para esos países. Entre ellos se encontraba
también el barco "Antoinette" que trajo muchos alemanes
que después se hicieron muy conocidos, primero en Nicara-
gua y después en Costa Rica.

(38) A Home in Nicaragua. The Kinney expedition, its character and purposes with
a description of the lands proposed to be settled and suggestions to persons
desirous of emigrating (sin autor) New York, W. C. Bryant & Co. 1855 p. 11.
la carta de W. Schulz tiene fecha Virgin Bay 20. Abril 1855. Sobre Col. H. L.
Kinney comparar Peter F. Stout: Nicaragua, past, present and future, Filadelfia
1859. Ver también, Documentos Diplomáticos de Don José de Marcoleta, Serie
Fuentes Históricas, No. 3, Colección Cultural-Banco de América, 1974.

—30--
Con otro barco de pasajeros llamado "Alfred" de Bremen
viajaron en 1850 en su mayoría emigrantes a Nicaragua,
a quienes el cauteloso Cónsul Alemán Beschor hizo seguir
viaje a Costa Rica después que su líder los había abando-
nado. (39) De 56 pasajeros que en 1851 salieron de Bre-
men en el mes de octubre, murió la mayoría en el camino
de Greytown a Costa Rica y de la expedición de la Asocia-
ción de emigrantes de Berlín que arribara el 5-3-1853 a
Greytown llegaron únicamente 19 a su destino en Costa
Rica, mientras los demás murieron en el camino; 8 se fueron
a Granada y 18 a Norteamérica. (40)

La mayoría de los colonos llegaban en estado lastimero.


Puesto que no había quienes les ayudaran ni a la salida ni
a la llegada, ni tenían quienes les aconsejaran sino por el
contrario obtuvieron informaciones falsas e incluso algunos
de los organizadores eran embaucadores, erraban los nue-
vamente llegados por las tierras sin medio de soporte.
Reichardt se encontró con algunos de esos "tristes sobrevi-
vientes de dos expediciones malogradas a través de Bremen
y traídos de Schlesien y Berlín ". (41)

Qué decía el país mismo sobre esa avalancha de inmi-


grantes que debía acoger? No eran únicamente visiones de
un futuro feliz y próspero, como las que tuvieron Hefkens y
Bülow, visiones que se debían realizar con la ayuda de los
emigrantes. Muchos de los partidarios de la emigración se
formaron con eso completamente diferentes ideas. Por
ejemplo el tío de C. F. R. Klee, el Sr. B. Schrader, que escri-
bió en 1841 en una petición al Senado de Hamburgo sugi-
riendo el nombramiento de su sobrino como Cónsul General
en Centroamérica: "Mi sobrino Klee y yo tenemos la idea

(39) H. Dane, p. 117,138; Ferd. Schroeder, 1939.


(40) Ferd Schroeder 1939. (Cita: "Aligemeine Auswanderungs-Zeitung" Nr. 51/1852
y 1.5, p. 202).
(41) C. F. Reichardt, p. 23.

—3
de instituir una gran compañía de comercio y colonización
para aquellos 5 estados con Hamburgo y Bremen, y de esa
forma Bremen y Hamburgo se desharían en corto tiempo
de tanto vagabundo y de tanta chusma innecesaria. " (42)

El "New York Herald" opinió en su número del 7 de no-


viembre de 1855 en referencia a la afluencia que tenía en
los estados el cuerpo de expedición de William Walker:
"Gracias al Coronel Walker nos podremos ver liberados en
poco tiempo de tantos innecesarios y perezosos individuos;
y el Rey Maximiliano de Bavaria preguntó al Ministro resi-
dente prusiano en una entrevista el 30-1-1859 si Central-
américa no sería apta "para los elementos inquietos de la
población". (43)

En la poco poblada Nicaragua se opinaba generalmente


que una inmigración europea o norteamericana solamente
podría ser de provecho para el desarrollo del país. Des-
pués que desaparecieron las limitaciones económicas que
Madrid había implantado en sus colonias, y después que
los gobiernos liberales de las jóvenes repúblicas habían
abolido la esclavitud, aparecieron grandes necesidades por
un lado de empresarios y por otro de trabajadores, puestos
que se esperaban llenar por medio de inmigrantes. Por tal
motivo ya las leyes de la Federación de 1842 concedían
grandes facilidades a los inmigrantes extranjeros. Es muy
significativo leer que el diplomático inglés G. A. Thompson,
cuando visitó en 1825 al candidato a la presidencia de la
Federación pudo constatar que estaba estudiando, entre
otros, un plan sobre la colonización de extranjeros en las
cercanías del río San Juan y del puerto del mismo nombre
(Greytown) en Nicaragua. (44) Paul Levy nos da una am-
(421 H. Dane p. 80.
143) Citado en nota de pie I p. 8 del prólogo de Ricardo Fernández Guardia a
"William Walker: La guerra de Nicaragua", EDUCA, San José, 2a. edición, 1970;
H. Schottelius 1939, p. 74, 75 Nota.
1441 G. A. Thompson p. 38.

—32—
plia sinópsis sobre la Legislación nicaragüense al respecto a
los inmigrantes. (451 Por medio de una ley de 1834 se les
concedió a aquellos empresarios que trajesen en los próxi-
mos 4 años 400 familias o en los próximos 10 años 1000
familias extranjeras, concesiones generales sobre tierras y
"diversos privilegios".

En base a estas disposiciones se dieron considerables con-


cesiones de tierra a extranjeros con el objeto de poblarlas.
En especial se mostraron amplios a este respecto los reyes
de la Mosquitia, citando al rey Roberts Charles Frederick,
quien muchas veces fue embriagado por capitanes de barcos
ingleses y poco a poco regaló casi la totalidad de sus tie-
rras a aventureros como fueron los capitanes Willock, A rthur
Alexander y muchos otros, hasta que su sucesor canceló
todo de nuevo.

Entre tanto sin embargo, se hacían sentir corrientes de


enemistad hacia los extranjeros, las cuales aparecieron por-.
que por un lado entre los inmigrantes llegaban toda clase
de embaucadores, pero por otro lado porque muchos colo-
nos por medio de sus trabajos y diligencias avanzaban más
rápido que los nativos, lo cual despertaba su envidia. Con
recelo se observaba que muchos inmigrantes no querían de-
jarse asimilar. Sin embargo para los políticos estaba claro
que no se podía tener ambas cosas: elementos seleccionados
y hábiles, y posiblemente adinerados que al mismo tiempo
estuvieran dispuestos a desistir de cada pensamiento que
les recordara a la vieja patria, para integrarse a la mayor
brevedad posible. En general los escépticos eran los círcu-
los católico-conservadores, mientras los liberales apoyaban
la inmigración.

(45) H. Schottelius, 1939, p. 14; Paul Lévy "Notas Geográficas", p. 250, Rev.
Cons. No. 62.

—33—
El interés de Nicaragua, como en otros países latinoame-
ricanos, era entonces reglamentar la inmigración para no
recibir principalmente a aventureros y enredadores. Por
tanto se intentaba celebrar contratos de colonización con
organizaciones privadas y hasta con gobiernos extranjeros.
Los diplomáticos nicaragüenses en Europa se comprometie-
ron en fijar su atención en esta cuestión. En eso se encon-
traban los intereses de ambos lados. El Licenciado Francis-
co Castellón, quien en 1848 fué enviado a Londres junto
con Máximo Jerez para tratar con Inglaterra sobre los pro-
blemas de soberanía de las costas de la Mosquitia, escribió
el 15-12-1848 a su Ministro de Relaciones Exteriores desde
Londres: "Tengo datos de que en la Alemania se puede
celebrar fácilmente un tratado de colonización. El Sr. Mas-
careñas, comisario de Bolivia (español de un carácter como
el de nuestro Marcoleta) me ha mostrado algunos documen-
tos que justifican lo mucho que ha adelantado en estos ne-
gocios por parte de aquella República" Castellón solicitó
instrucciones y propuso que se nombraran cónsules y vice-
cónsules en Europa para obtener inmigrantes. En vista del
activo interés de los ingleses en la costa de la Mosquitia,
propuso con el interés de contrarrestarlos que se obtuvieran
colonos alemanes, belgas o españoles. (46}

El interés del gobierno nicaragüense de fomentar la in-


migración lo llevó por el año de 1851 a otorgar mayores
privilegios a los extranjeros residentes que a los propios
ciudadanos. (47)

En general Nicaragua siempre se ha portado muy abierta


con los inmigrantes extranjeros. En efecto hoy en día, sobre

(46) Revista Conservadora No. 4-noviembre 1960. 1848: Bosquejo de la Biografía


del señor Lic. Don Francisco Castellón 1815 - 55, La Voz Sostenida, Antología
del Pensamiento Nicaragüense, Orlando Cuadra Downing, p. 55.
147) Pablo Lévy: Notas Geográficas y Económicas de Nicaragua, París 1873 (Im-
preso.-en Rev. Cons. No. 62-noviembre 1965, p. 250).

—34—
todo en la capital, existen numerosas familias que por lo
menos en parte descienden de esos inmigrantes que llega-
ron al país el siglo pasado.

Se hicieron muchos intentos de infiltrar el país con inmi-


grantes. William Walker era de la opinión que podría re-
generar esta parte de Centro América introduciendo en la
sociedad de Nicaragua un nuevo elemento por medio de una
inmigración organizada con elementos norteamericanos y
europeos. Su meta era "mejorar la raza" del país, tal
como hoy en día se diría, cuando en 1855 entró en el
contrato que el gobierno de Castellón (18541 había celebra-
do con el norteamericano Byron Cole. (481 Según esa con-
cesión se debían introducir 300 hombres como soldados
quienes luego debían fincarse allí. Esta gente, entre ellos
muchos alemales, (491 llegaron a San Juan del Sur desde
Nueva York bajo el hermano de William Walker en julio
1855. (501

Al mismo tiempo obtuvo el aventurero americano Coronel


Henry L. Kinney un contrato para establecer una colonia en
la Costa Atlántica, donde había conseguido la concesión
para un enorme territorio que el Rey Mosco había dado en
1839 a los ingleses Pedro y Samuel Shepherd y Haly. Kinney
fundó la "Central American Land & Mining Company" y
contrató en julio de 1855 varios inmigrantes voluntarios en
Nueva York. Debido a que les puso coto a muchos grupos
de financieros americanos, quienes supusieron, sin equivo-
carse, que Kinney se interesaba por concesiones del Tránsito
entre el Atlántico y el Pacífico, fue detenido en los Estados
Unidos poco antes de su viaje; se le acusó de ser un filibus-
tero al estilo de Walker. Luego de salir libre se pudo auto-

(48) William Walker op. cit., p. 29.


(49) "Illustrirte Zeitung", Leipzig, Nr. 675 v. 7-6.1865, p. 383.
(50) William Walker op. cit., p. 143.

—35—
nombrar en 1855 "Civil and Military Governor of City and
Territory San Juan del Norte (Greytown)" al que declaró
puerto libre. (51)

Existen muchos paralelos entre Kinney, Gregor McGregor


y William Walker, quien se hizo a sí mismo Presidente de
Nicaragua. Los planes de colonización de Walker y Kinney
eran principalmente de carácter político y sus metas eran
"Norteamericanizar" a Nicaragua. Patricio Rivas sin em-
bargo, quien fuera nombrado presidente provisorio de Ni-
caragua con la ayuda de Walker y quien por medio de un
decreto del 23-11-1855 prometía a cada inmigrante 250
acres de tierra baldía, creía en realidad que estaba ha-
ciendo algo bueno por su país. (52)

En aquellos años apareció en Granada como eco de


Walker y de sus colaboradores nicaragüenses el periódico
"El Nicaragüense", el cual informaba, parte en español y
parte en inglés, a un amplio público sobre las riquezas del
país con el fin de animar a los extranjeros a inmigrar. (53)

Al mismo tiempo, el gobierno envió varias comisiones al


interior con el objeto de investigar cuáles serían los mejores
lugares para la colonización. Una de las comisiones que
debían explorar Chontales estaba bajo el mando de Maxi-
milian v. Sonnenstern, cuyo informe fue muy apreciado por
William Walker. (54) También otros gobiernos nicaragüen-
ses con otras ideas políticas fomentaban la inmigración. En
1859 se celebró un contrato entre el gobierno del General

(511 Peter F. Stout, 1859, p. 174 segu. Véase también traducción al español en:
Rev. Cons. No. 102-marzo 1969. p. 41, 42, William Walker op. cit., p. 143.
(52) William Walker op. cit., p. 141.
(53) William Walker op. cit., p. 143; Catálogo de la Exposición Treinta Años de
Periodismo en Nicaragua 1830-1860, Ed. Instituto Centroamericano de Historia
Universidad Centroamericano( UCA), Managua( sin año) (1971), p. 223.
(54) William Walker op. cit., p. 142. Sonnenstern no era "Salón", como Walker es-
cribió, entendiendo esta palabro aparentemente en el sentido general como
europeo. Sonnenstern era mas bien nacido en Stuttgart.

—36—
Tomás Martínez con el inglés James Welsh sobre lo coloni-
zación de un territorio entre Matagalpa, Segovia y la Mos-
quitia a orillas del río Grande. Por medio de decreto del
10-3-1865 otorgaba el gobierno de Martínez (1859-67) a
cada familia de inmigrantes de los Estados Unidos o de cual-
quier otro país que llegara a Nicaragua con la intención de
naturalizarse, 120 manzanas de tierra baldía; personas sol-
teras obtenían solo 60 manzanas. (55) El gobierno supremo
bajo el mando de Fernando Guzmán (1867-71) se mostró
también muy partidario de la inmigración: ordenó el 31-7-
1867 varias comisiones con el objeto de investigar las po-
sibilidades de colonización en los diferentes departamentos,
como ya antes se había hecho. En el transcurso del año
1868 llegaron muchos informes, de los cuales se estudió
concienzudamente los pro y los contras de una inmigración
amplia, al mismo tiempo que se investigaban los motivos
de los fracasos anteriores. (56)

Todavía en 1890 se firmó un contrato entre el alemán


Wilhelm Jericho y el gobierno sobre la colonización de 20
familias alemanas en Matagalpa y en 1892 el Ministro de
Relaciones Exteriores Dr. Jorge Bravo movió la publicación
de un folleto sobre su país con la intención de atraer inmi-
grantes extranjeros. Estas "Breves noticias" daban la lista
de todos los extranjeros residentes en el país para probar
cuán provechoso era Nicaragua para los extranjeros.

El 10-3-1900 se concedió por medio de un contrato cele-


brado entre el conocido arqueólogo sueco Dr. Carl Bovallius
y el gobierno nicaragüense un territorio baldío de 300 man-

(55) "El Porvenir" Nr. 3 y 12-11-1866 y los números siguientes; Véase José salo-
món Delgado Venegas en: Quaterly Review LIME, Vol. XI, Nrs. 1-2/1973 p.
66 segu. (CIME Intergovernmental Committee for European Migration and the
Research Group for European Migration Problems).
(56) Revista de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua, Toma )00(V/1969
p. 23 segu., Paul Lévy: Notas Geográficas p. 251 sequ. en Rev. Cons. Nr. 63.

—37--
zonas para que aquél llevara colonos noreuropeos en un
total de 100, para que se dedicaran a la agricultura y ga-
nadería. Este territorio era del lado de Chontales. (57)

Cuáles podrían haber sido los motivos para que tantos


alemanes abandonaran sus casas en la vieja patria y se
marcharon a lo desconocido? Deseos de aventuras, los
muchos cerrados estados alemanes, las ciudadelas provin-
cianas pequeñas, la intolerancia política y religiosa, el deseo
de hacerse rico pronto, verdadera necesidad o un sentimien-
to indeterminado de nostalgia alemana hacia el extranjero?
No lo sabemos de cierto!

"Oh hablad, Por qué os marcháis de ahí?" preguntó a


los emigrantes el poeta Ferdinand Freiligrath en su tiempo,

"El valle del Neckar tiene vino y granos


La Selva Negra se yergue llena de pinos siniestros
En el Spessart suena el cuerno de los Alpes.
Cómo os faltará en las selvas extrañas,
Os atraerá el verde de las montañas patrias,
el amarillo de los trigales alemanes
y las colinas de uvas.
Cómo os dolerán, de los viejos días
los recuerdos en vuestros sueños!
Cómo una callada y sagrada leyenda
permanecerá en vuestras almas!"

Eran las condiciones en Alemania en aquel entonces en


realidad insoportables? O más bien se trataba de una
inquietud general y un descontento, como de vez en cuando
se suele posesionar de los seres humanos como una enfer-
medad contagiosa?

Es de interés notar que se encontraron relativamente mu-


chos académicos, sobre todo médicos, entre los primeros

(57) José Salomón Delgado Vanegas op. cit. p. 67.

—38—
emigrantes y entre los organizadores y apóstoles de la emi-
gración había muchos intelectuales, miembros de la nobleza,
oficiales y altos funcionarios. Muchos de los líderes, sobre
todo entre los que eran partidarios de los movimientos po-
líticos de 1830 a 1848 había muchos hombres geniales pero
algo desequilibrados que no paraban en ningún lugar, que
comenzaron una y otra cosa y que iban de un extremo al
otro, como Froebel, Bülow, Tempsky, Marr, Heine y muchos
más, para solamente nombrar a los que aparecieron en
Nicaragua.

Sobre todo: ¿Eran las condiciones que esperaban los emi-


grantes solamente un poco mejor que las que dejaron atrás?
¿Encontraron de veras libertad, igualdad y fraternidad?
¿Encontraron democracia, humanismo, desinterés o algunas
de los muchos ideales que soñaron? Y una pregunta car-
dinal: ¿Practicaban ellos mismos los ideales que proclama-
ban y que pretendían no encontrar en su patria?

Los miembros de las diferentes denominaciones protes-


tantes se pelearon durante la travesía del bergantín "Frisch";
el "demócrata " Marr quería enviar gente a Centroamérica
bajo las peores condiciones; el masón v. Bülow era un hom-
bre muy egoísta que por todos lados quería mandar ; él
mismo había sufrido de la intransigencia católica en la co-
lonia belgo-alemana de Santo Tomás. Se podría continuar
con esta lista de contradicciones!

¿Cuántos de los emigrantes lograron las metas que se


habían fijado? Muy contados fueron los que hallaron for-
tuna y sin duda alguna Goethe estaba muy equivocado
cuando creyó que a América le iba mejor, porque no estaba
cargada con tanta tradición como Europa. En los relatos
que hoy se cuentan los descendientes de inmigrantes sobre
sus abuelos y bisabuelos que llegaron hace 100 o más años

—39—
a Nicaragua, se encuentran a veces motivos muy románti-
cos por haber abandonado la vieja patria, así como nos
escribe Gratus Halftermeyer de uno de sus antepasados el
cual había encontrado a su ¡oven esposa infraganti con su
amigo, lo que le partió el alma de manera que hizo sus
maletas para olvidar su decepción en Nicaragua. (58)

Con estas conmovedoras historias se trata talvez de es-


clarecer el por qué de haber abandonado la vieja patria,
pero los verdaderos motivos podrían haber sido a veces aún
más románticos y a veces más serios.

Muchas veces sorprende el escuchar que muchos, que se


quedaron en Nicaragua, lo hicieron por pura casualidad.
Es increíble cuantos llegaron sin tener ninguna idea ni la
más remota de las tierras o de la gente, y vinieron sin co-
nocimientos de idiomas, sin metas definidas. Muchos hu-
bieran con gusto marchádose a cualquier otro lugar y to-
maron la primera oportunidad, que les pareciera la mejor,
para probar su fortuna.

Algunos habían planeado pasar únicamente un corto


tiempo afuera de su país aspirando aires extraños, es decir,
conocer algo del grande y amplio mundo, para luego re-
gresar a casa. Pero entonces se encontraron con la mujer
de sus sueños y se quedaron, o les cohibía el regresar a
casa sin la riqueza que habían venido a buscar. Es notable
que de los primeros inmigrantes, muchos intentaron primero
en los Estados Unidos antes de llegar a Nicaragua. Muchos
se habían ya nacionalizado en los Estados Unidos y por eso
aparecen como americanos en Nicaragua. Algunos hasta
podían haber tenido cierta razón para ocultar su verdadera
procedencia.

(581 Gratus Halftermeyer, 3a. edición, 1959, p. 288 sequ.

-40-
Muchos estaban esperanzados de encontrar dinero a mon-
tones u otro y volverse ricos, otros únicamente querían un
pedazo de tierra propia, para rozarla y sembrarla y no me-
terse en nada de política o tener que ver con impuestos o
con vecinos curiosos. Sospechaban siquiera que iban a unas
tierras donde constantemente había revolución y guerra ci-
vil, donde la política es un negocio y donde no hay negocio
sin política?

Miles de motivos, miles de esperanzas pero también mi-


les de desilusiones!

Cuánta nostalgia por la patria! Y cuántos intentos por


sofocar lo alemán por medio de giros bruscos!

Desde mediados del siglo pasado la corriente de emi-


grantes a Nicaragua que había sido masiva durante los
años 40 y 50, se disminuía considerablemente pero queda-
ba incesante.

Al finalizar los trabajos del ferrocarril en Panamá en el


año 1855 Nicaragua perdió interés como país de tránsito.
Pero en lugar de los inmigrantes que se quedaron en el país
más o menos por casualidad ahora llegaban uno que otro
comerciante, técnico, médico y agricultor. En los mejores
casos los que ya se habían radicado mandaron por sus her-
manos, parientes o amigos. Muchas casas comerciales ale-
manas de importancia comenzaron entonces a enviar sus
propios empleados. Ya las riquezas del país eran conoci-
das, se quería vender y comprar, invertir y ganar. Antes
del cambio del siglo, Alemania ya era un respetable cliente
de Nicaragua, un buen comprador de café, algodón, ma-
dera, colorantes y otros productos tropicales y también un
preferido proveedor de artículos de calidad "Made in Ger-
many". El valor de las exportaciones alemanas hacia Ni-
caragua en 1897 fue de 670.000 M. y al mismo tiempo se

—41—
importó por 470.000 M. Los intereses alemanas en Nica-
ragua se catalogaron en 20 Millones de Marcos en 1898.
Existían en el país en 1897 ocho grandes casas alemanas
con un capital de 1.8 Millones de Marcos. La suma total
de los capitales alemanas invertidos en Nicaragua para
1897 eran de 14 Millones de Marcos. El que tenía su
propio negocio tenía que asumir el riesgo que existía en
este país por las inquietudes políticas. Pero también se
ganaba mucho. En las casas alemanas había que trabajar
duro y los empleados comenzaban en su mayoría con mo-
destos salarios, los cuales aumentaban pronto según rendi-
mientos. El que ocupaba una posición de responsabilidad
podía contar hasta con participación en las ganancias. Luis
Frenzel, por ejemplo, en su contrato de 1904 con Jul. C.
Bahlke recibió en su primer año 1800 marcos, 2400 marcos
en el segundo y 3000 marcos en el tercer año siempre con
gastos pagados de estadía y viajes libres. Parecido fue el
contrato de Wilhelm Hüper con Mayr & B ösche en Matagal-
pa en el año 1911. Era entendido que tenía que efectuar
toda clase de trabajo en las bodegas, en las plantaciones,
en las tiendas u oficinas. Esto talvez no era muy cómodo
pero muy atractivo para un hombre joven activo. En 1927/
28 Walter Kluge ganó en Bunge & Co. en Managua $200,
como salario inicial, después de un año recibió además el
10% de la ganancia neta; y este porcentaje subió a 25%
y después a 30%. (59)

Los ciudadanos del Imperio Alemán eran bien vistos en


Nicaragua. Ellos mismos eran muy orgullosos de su gran
patria, algunas veces tal vez demasiado, como se ve en el
el caso Eisenstuck-Leal (60) y muchos, que desde su emi-

(59) Informaciones amistosas de los mencionados. Véase Gustavo Niederlein: The


State of Nicaragua, p. 65 Según él Alemania en 1895/96 era el tercer impor-
tador después de Gran Bretaña y USA, y como exportador ocupaba el primer
lugar.
(60) El caso Eisenstuck-Leal se tratará más adelante. (Capitulo XII).

—42—
gración no se habían preocupado mucho por su nacionali-
dad, ahora trataron de revivir sus viejos derechos cívicos.
(61)

El Imperio Alemán y sus representantes diplomáticos y


consulares se preocupaban por la seguridad de sus com-
patriotas, para lo que siempre había oportunidad en las
constantes revoluciones y guerras civiles. Los archivos an-
tiguos del consulado contienen numerosos casos de indemni-
zaciones de alemanes, que sufrieran daños o pérdidas de
parte de uno u otro partido político del país, en la mayoría
de los casos por ambos. Pero en los archivos se encuentran
también muchos casos de alemanes con destinos miserables
y entrampados.

En lugares donde vivían gran número de alemanes, como


en Managua, Matagalpa y Jinotega se fundaban asocia-
ciones alemanas, ondeaba la bandera alemana, era común
la música y la "Gemütlichkeit" alemana. En general
los alemanes en Nicaragua siempre estuvieron unidos, a
pesar de que Joh. Wilda por el año 1905 dice (p. 2511 que
la colonia alemana estaba "dividida en dos". Se formó
entonces una verdadera pequeña "Colonia", a la cual sin
embargo siempre faltaba la tendencia de aislarse; por el
contrario, la colonia alemana en Nicaragua siempre fue
abierta al país, considerando solamente los muchos matri-
monios que se celebraron. Con los casamientos, es la ver-
dad todo era ya una sola cosa. La iglesia católica no bendecía
ningún matrimonio cuando había un protestante entre ellos,
sino que exigía la conversión al catolicismo, lo que la ma-
yoría de los alemanes no aceptó. Así que muchos de ellos

(61) Los archivos antiguos consulares contienen numerosas solicitudes de reconoci-


miento y de nueva extensión de nacionalidad alemana. Un gran número de
solicitudes se pusieron en 1908, después de haberse celebrado un convenio con
Nicaragua en 1906 con el objeto de regular las nacionalidades.

—43—
vivían en "matrimonios clandestinos pero felices", hasta que
el matrimonio civil fue implantado y se pudieron casar
"realmente".

Las dos desdichadas guerras mundiales destruyeron estos


idilios; la propaganda hostil, en especial después de la
entrada de los Estados Unidos, tuvo su efecto también en
Nicaragua.

Sin embargo no se les confiscó, a los alemanes sus for-


tunas ni se les llevó a campos de concentración, como en
la segunda guerra mundial, aunque la interrupción de las
conexiones con la madre patria llevó a la quiebra a muchas
casas alemanas.

Después de la guerra de 1914-1918 la colonia alemana


en Nicaragua sufrió fuertes golpes. Los inmigrantes que
llegaban entonces al país eran distintos en su estructura
social de los viejos residentes: siendo en su mayoría peque-
ños empleados, oficiales despedidos sin aprendizaje de ofi- .

cio, cesanteados o expulsados. Muchos quebrados había


entre ellos. Se les hacía difícil en los contornos extraños
pero muchos pudieron rehacerse por medio de esfuerzos
propios. La colonia alemana comenzó a construir su club
y su escuela. Se avanzaba sobre el mejor camino.

La segunda guerra mundial trajo una tremenda caída a


las vidas alemanas en Nicaragua. Las duras e incompren-
sibles disposiciones que el gobierno hizo sentir, por presio-
nes norteamericanas, a todos los alemanes, incluyendo a los
viejos residentes, destruyeron casi completamente la peque-
ña colonia alemana. Ni siquiera se salvaron de estas dis-
posiciones los nacidos en el país, es decir ciudadanos nica-
ragüenses de origen alemán, siempre y cuando tuviesen
propiedades que pudieran decomisarse. Todos los hombres,
incluyendo ancianos, fueron detenidos y entregados a los

—44—
norteamericanos, quienes los llevaban a sus campos de
concentración. Los capitales fueron confiscados, liquidados
y en su gran mayoría despilfarrados. Solo muy pocos ni-
caragüenses levantaron sus voces en nombre de la justicia
en pro de sus entonces amigos alemanes. Solamente las
numerosas esposas nicaragüenses de ciudadanos alemanes
demostraron valor y entereza. Muchos alemanes no regre-
saron después de la guerra. Listas anteriores a la guerra
(1935) identifican a 330 ciudadanos alemanes, sin contar
con los descendientes de alemanes residentes en el país.
(62)

Este número quedó reducido considerablemente después


de la guerra. Pero ahora está en crecimiento. Hoy en día
puede haber 250 a 300 ciudadanos alemanes viviendo en
en el país. En este tiempo ha variado varias veces la com-
posición de la colonia. Los alemanes en Nicaragua, actual-
mente son en su mayoría empleados técnicos, a menudo
únicamente con contratos limitados. En muchos casos se
trata de gente joven, quienes quieren ganar experiencia en
el extranjero, antes de regresar a casa. Algunos logran
independizarse aquí. Mientras que antes de la primera
guerra mundial una buena parte de los alemanes residentes
se dedicaban al cultivo de café, hoy ya casi no es así. So-
lamente algunos pocos poseen tierras de cultivo en adición
a su propio negocio.

Un grupo completamente nuevo forman los especialistas


y expertos enviados por el gobierno alemán conforme al
Tratado de Asistencia Técnica 163) trabajando en diferentes
proyectos. Actualmente se encuentran con contratos de va-
rios años una serie de consultores para la instauración del
Catastro y para modernizar y aumentar las redes de Tele-

(621 Boletín de estadística de la República de Nicaragua. 1935, p. 97.


(63) Tratado del 8-4-1965, publicado en la "Gaceta' No. 132/1965, del 16.6.65.

-4 5-
comunicaciones. Ya que este grupo cuenta con una estadía
pasajera, tiene otra visión del país, una bastante diferente
de la que tenía la colonia alemana 100 años antes. De
manera que hoy no se puede hablar de una "colonia" ale-
mana en el sentido original. Afortunadamente la unión entre
los alemanes en Nicaragua no es por eso menos fuerte que
antes.

De esta manera se encuentran en Nicaragua en el pre-


sente numerosos ciudadanos alemanes con el propósito de
trabajar aquí por tiempo limitado, para luego regresar a
casa. Entre ellos también hay quienes se deciden más tarde
a quedarse. Muy a menudo se cambian los del primer gru-
po a la segunda categoría después de haberse casado aquí.
También hay alemanes que han vivido 20 o 30 años en
Nicaragua, y han hecho de ella su segunda patria, pero
mantienen su vieja nacionalidad alemana. Otro grupo for-
man los numerosos "hilos de alemanes", que nacieron en
el país y que representan la tercera o cuarta generación de
los inmigrantes.

Muchos de ellos ya no hablan el idioma alemán, pero


cultivan en general con orgullo el recuerdo de su origen y
mantienen conexiones con aquellos que acaban de llegar
de la vieja patria. A menudo envían a sus hijos "allá"
para su formación y éstos regresan a casa a veces con una
esposa alemana. De manera que las relaciones tienen una
forma de dar y tomar. Así los alemanes en Nicaragua
representan un puente de amistad y comprensión entre am-
bas naciones.

Solamente una pequeña parte es representada por aque-


llos que por algún motivo carecen de los recuerdos de la
vieja patria y muy a menudo se encuentran en Nicaragua
apellidos alemanes, cuyos portadores no se dan cuenta del

-46-
origen. A veces eso es por pura coincidencia ; por ejemplo,
cuando la parte alemana de los padres murió muy pronto,
entonces crecen los niños sin influencia alemana.

No siempre ha sido fácil presentarse como alemán: Se


tuvieron que salvar durante dos guerras y un difícil tiempo
intermedio. No faltaban enemistades y golpes. Muchos
abandonaron su patria con enojo y no encontraron el cami-
no de regreso. Alemania ha sido a veces una patria difícil.

Muchos no alcanzaron la meta que se habían propuesto


al emigrar. Solamente pocos ganaron fortunas, de las cua-
les, algunas fueron nuevamente perdidas, fortunas que se
habían conseguido por medio de duros trabajos.

Cuántos pueden haberse perdido, corrompido, destruido?


No se sabe. Nadie los ha registrado y se han olvidado. No
siempre fue su propia culpa!

Guerras, revoluciones, saqueos, decomisos, engaños, pero


también catástrofes naturales y epidemias destruyeron al-
gunos alemanes en Nicaragua y todo lo que habían obte-
nido.

La breve historia de los alemanes en Nicaragua informa


de algunas tragedias, algunas miserias, de decepciones y
necesidades pero también de fuerza de trabajo notable, de
constancia, de diligencia, valor y de sentido común desin-
teresado.

—47—
II

VIAJEROS Y EXPLORADORES

Una historia de los alemanes en Nicaragua debe comen-


zar con aquellos que fueron los primeros en informar sobre
el país, ya que ellos fueron los que llegaron como cronistas
y precursores, antes de que los inmigrantes se ubicaran.

Uno de los primeros viajeros y exploradores alemanes en


Nicaragua parece haber sido Emanuel Ritter v. Friedrichs-
thal. Nació en Brünn en 1809 y murió en 1842 en Viena,
por haberse esforzado demasiado durante su viaje por Cen-
troamérica que realizó en el año 1837.

Por algún tiempo estuvo en Washington como miembro


de la legación austríaca. Debido a su temprana muerte
fueron pocas las publicaciones sobre los resultados de sus
exploraciones. Friedrichstal describe entre otras, su esca-
lada a los volcanes Concepción y Madera. En el Journal
of the Royal Geographical Society of London, 1841, vol. XI,
p. 97. (1sepublicón)artíodéelu"Ntsof
Lake Nicaragua and the Province of Chontales"

Ya se ha mencionado al consejero del gobierno prusiano


A. Fellechner, quien junto con el médico Dr. D. Müller y el
(1) Allgemeine Deutsche Biographie, VIII. Aufl. 1878 (Neudruck 1968). Karl Sapper:
Los Volcanes de la América Central (1925), en Rev. Cons. No. 78/Marzo 1967
p. 39.

—49—
comerciante C. L. C. Hesse formaron la comisión, que tenía
la tarea asignada por el príncipe Karl de viajar en 1843 al
entonces reino de la Mosquitia para investigar las verdade-
ras ventajas para una emigración alemana. (21 La comi-
sión aprovechó la oportunidad de coleccionar apuntes gra-
maticales, un vocabulario, textos e himnos en el idioma
Misquito.

Más conocidos son los escritos de Alexander Barón


v. Bülow que encontraron un amplio público, aunque
no eran ni científicas ni descripciones de viajes, sino
propagandas para sus ideas económicas y de coloni-
zación. Alexander v. Bülow se retiró en el año 1839
del servicio activo en la guarnición de Neuruppin después
de 25 años de vida militar para dedicarse a los estudios de
ciencias de la economía, en aquel tiempo una decisión muy
audaz para un oficial prusiano de una de la más viejas
familias nobles de Prusia. Llegó a comprender el signifi-
cado de la colonización por medio de sus numerosos viajes
al extranjero y se empleó como director de una colonización
alemana-belga en Santo Tomás en Guatemala, en la cual
—sin mucha culpa de su parte —sufrió una completa de-
rrota. Sin embargo esto no le desanimó de seguir con sus
ideas que defendió en sus publicaciones en pro de la colo-
nización como parte de una política de comercio nacional.
Por medio de descripción de tierras y estadísticas intentaba
demostrar lo correcto de sus planes. Von Bülow fue todo
lo contrario de un engañador, como tantos otros, que mos-
traron actividades en el mismo ramo, pero era un idealista

(2) Reporte de Fellechner. Una versión no publicada del llamado informe Fellechner
parece encontrarse en manuscrito en los archivos de estado prusiano bajo el título;
"Informe de la comisión prusiano que se compone de los Sres. abajo mencionados,
y que tenía la tarea de investigar la laguna de Caratasca en vista de una emi-
gración alemana". (Título fue nuevamente traducido del español por el autor).
El comerciante C. L. C. Hesse no se debe confundir con el Consejero del Ministro de
Hacienda, miembro de la sociedad de colonización de Berlín y más tarde Encar-
gado de Negocios de Prusia en Centroamérica, Franz Hugo Hesse (comparar H.
Dane. p. 85 ff.).

—50--
lleno de entusiasmo por sus ideas en parte correctas, en par-
te algo nebulosas en las que creía firmemente y de las
cuales ni fracasos ni sus continuas caídas y derrotas logra-
ron protegerlo, cualidades que como dice muy acertada-
mente W. F. Leopold en servicio de su pueblo son casi tan
terribles como el engaño. Wilhelm Marr describe a Bülow
como un hombre de figura recia con cara roja que apare-
cía medio amistoso y medio gruñón. En vista de que no
abandonó nunca sus costumbres de oficial y podía gritar,
regañar y maldecir, pronto le pusieron el apodo "el hombre
salvaje" Su entusiasmo ciego por la colonización lo llevó
a disgustarse con sus más fieles colaboradores Streber y
Kurtze. Su predilección para la colonización, según Marr,
había costado a la asociación de Berlín 85.000 marcos. Aún
poco antes del disgusto de Bülow con Streber y Kurtze ha-
bían ellos formado el "gobierno provisional de la colonia
futurista" También su joven sobrino Karl v. Bülow a quien
él había traído y que primeramente trabajaba en la casa
de comercio del conde Hermann zu Lippe en Costa Rica y
después de la quiebra de esa como jefe de meseros en el
Hotel "San José", lo abandonó también. (3) (4)

Bajo el lema de "Si no puedo construir pueblos, voy a


construir ciudades", Alexander von Bülow a quien llamaron
"Bómbulo" en Costa Rica fundó las colonias de Miravalles
y Angostura, después de que no pudo realizar ningún otro
proyecto en Nicaragua que tanto había alabado. Por me-
dio de sus publicaciones bajo el título: "Der Freistaat Costa
Rica in Mittelamerika " ("El Estado libre Costa Rica en Cen-
troamérica"), logró traer de Alemania en tres barcos emi-
grantes, de los cuales la mayoría pereció en el camino des-
de las costas del Atlántico a través de San Juan del Norte

( 3 ) Werner F. Leopold, p. 65 f.
(4) Carl v. Bülow (Linea I, Asta 1, Rama I, Casa I — Comparar Gotha Genealog.
Taschenbuch Uradel 1934). Nació en 1830 en Dresden y murió en 1884 de mé-
dico en San Ramón en Costa Rica, donde é1 se casó en 1863 con Domitila Acosta.
De él viven todavía descendientes en Costa Rica.

—51—
y el Río Sarapiquí hasta San José. Este camino fue seguido
por primera vez por Bülow. De 37 personas de Schlesien
que llegaron a Miravalles en 1851, únicamente uno vivía
después de 2 años (5) y en 1854 se abandonó la colonia
Angostura por haber fracasado. Después el incansable
pionero dedicó su interés al territorio colindante entre Cos-
ta Rica y Nicaragua. Sobre esto publicó en 1854 un ensayo
en idioma español intitulado "Informe sobre el camino y
la navegación del Río San Carlos", también dibujó otro
mapa de los alrededores. Además publicó un mapa del
Río San Juan (Berlín 1851) que F. Molina incluyó en su libro
"Bosquejo de la República de Costa Rica", New York 1851,
(6). Después de esto se dedicó en Panamá a la construc-
ción de caminos y participó finalmente con el cargo de in-
geniero en la guerra contra William Walker.

Este hombre sin duda muy talentoso y lleno de energía,


en el cual desafortunadamente teoría y práctica se bifur-
caron, murió en circunstancias lamentables del cólera que
había aparecido en el ejército. (7)

Mayores efectos y más amplio público parece haber ga-


nado Wilhelm Heine por su libro "Wanderbilder aus Central-
Amerika, Skizzen eines deustchen Malers" ("Cuadros de un
caminante en Centroamérica, bosquejos de un pintor ale-
mán"), quien creó también dibujos del exótico mundo tro-
pical. Wilhelm Marr vió personalmente estos dibujos en el
"Illustrirte Zeitung" y estaba tan impresionado que se pro-
puso conocer de vista este país. (8)

15) H. Schottelius, 1939, p. 75.


(6) Otros mapas sobre el territorio del proyectado canal que aparecieron en Alemania
en esta época, eran, Perfil del Proyecto del Canal de Nicaragua, Leipzig 1890 y
Perfil de Ometepe, San Juan del Sur, Liberia, 1899 (Gotha 1905); indicados por
Ricardo Jinesta, Apuntes Históricos y Geográficos Generales sobre el Canal de Ni-
caragua después de la Independencia, en Rev. Cons. No. 108/Sept. 1969, 37 ff.
(7) W. F. Leopold p. 21 f.
(8) Wilh. Mart. Tomo 1, p. 113.

-52---
Peter Bernhardt Wilhelm Heine nació en Dresden en 1827,
donde asistió a la Academia de 1848 a 1849 y se destacó
como dibujante de arquitectura en el teatro real. En 1849
tuvo que salir hacia Norteamérica debido a que se vió en-
redados en las luchas políticas del año de la revolución de
1848. Allí se encontró con Squier, quien le propuso que le
acompañara en su próximo viaje hacia Centroamérica como
dibujante para ilustrar su obra planeada sobre estos territo-
rios. Squier tenía entonces ya renombre, no solamente como
diplomático sino también por sus investigaciones arqueoló-
gicas. Desafortunadamente el plan se deshizo debido a
que Squier no pudo salir en la fecha prevista. Heine viajó
entonces solo en 1851 ; la primera edición de su libro sobre
estas experiencias apareció en Leipzig en 1853. Inmediata-
mente después acompañó a la expedición de Perry al Japón
y en 1859 volvió a salir en una expedición prusiana hacia
Asia oriental. Al estallar la guerra civil Norteamericana
en 1861 se enlistó en las fuerzas de la Unión en las cuales
fue ascendido al rango de general. Después de la guerra
vivió Heine como Cónsul Americano en París, luego en -Li-
verpool y finalmente en Dresden, donde murió en 1885. (9)
Heine por lo demás era un ingeniero muy hábil. Prescin-
diendo de muchos libros sobre sus viajes al Asia oriental
escribió también "Le chemin de fer du Pacific" tratando
de la construcción del ferrocarril através de los Estados Uni-
dos. (10)

Wilhelm Marr, quien nació en 1819 en Magdeburg era


hijo de un actor, y perteneciendo también a la generación de
1848, se hizo de muchos enemigos como autor del "Beo-
bachter an der Elbe" debido a sus ideas liberales que
mezcló con un incandescente antisemitismo.
(9) Wilh. Heine, Tomo I P. IX (2a. Edición) (Prólogo de Friedrich Gerstäcker) "Thieme-
Becker, Allgemeines Lexikon der bildenden Künste". Leipzig 1923 (articulo de
Heine), Tomo 16; The Civil War Dictiona ry, New York 1959.
(10) Extract du bulletin de la société de géographie (Sept. 1867, Paris).

-53-
El era al comienzo dependiente de una casa comercial de
Bremen y luego estuvo en Viena y en Suiza de donde fue
expulsado en 1845 por haber publicado un escrito desapro-
bado por las autoridades con el título: "Das ¡unge Deutsch-
land und die Schweiz" (La joven Alemania y la Suiza). Ya
en Viena se había destacado con su escrito: "Der mensch
und die Ehe" (El ser humano y el matrimonio). En 1848
fue elegido en Hamburgo diputado de los liberales para
la asamblea legislativa. Debido a una publicación "Me-
phistofeles", en la que se vió un insulto al jefe del Es-
tado francés fue perseguido por la ley y procesado. Con
el objeto de conocer el mundo se había quedado en Nueva
York en 1852 y luego viajó a Nicaragua donde trabajó
cierto tiempo como boticario del Dr. Berendt, a quien le
trajo recomendaciones desde los Estados Unidos. Poco
después aceptó una oferta del comerciante Julius Bahlke
en Chinandega para ir a Costa Rica, en donde trabajó por
un tiempo como ingeniero y también como empresario en
proyectos de colonización. Su sentido crítico le hizo co-
nocer lo dudoso de aquellos planes.

En 1853 regresó a Alemania donde se casó con Georgine


Johanna Kallenbach. De 1854 hasta 1859 mantuvo Marr
una compañía de comercio en Puntarenas, Costa Rica, pero
regresó finalmente a Alemania para publicar en forma de
bosquejos sus aventuras y experiencias en el periódico ham-
burgués "Der Freischütz" en 1860161. En 1863 apareció
también la primera edición de su "Reise nach Central-Ame-
rika" (Viaje a Centro-América) en dos tomos. (11) Produ-
jo aproximadamente 30 escritos, en su mayoría de carácter
"revolucionario". Marr murió en la más grande miseria a
los 85 años de edad, el 17 de julio, 1904 en Hamburgo.

(11) Wilhelm Marr, los capítulos ref. o Costa Rico fueron publicados en traducción es-
pañola como "Viajes a Centroamérica' en: Costo Rico en el Siglo XIX, segunda
edición 1970, San José de Costo Rica. (Primera edición 19291, comparar ahí p.
191-192 (con un retrato de Marr).

-5 4—
En 1851 vino a Nicaragua procedente de los Estados Uni-
dos el Dr. Karl Hermann Berendt (1817-1878) descendiente
de una familia de médicos altamente conocida en Danzig.
Su padre era un renombrado investigador y coleccionista
de ámbar, su madre Marianne Reinick era pariente del
pintor y poeta Robert Reinick. El Dr. Berendt fue instruc-
tor privado y médico en Breslau y tuvo que abandonar el
país después que había sido miembro del parlamento en
Frankfurt/Main y de que había participado en la revolu-
ción. En el mismo año se casó con Anna Beck, hija de un
conocido doctor y profesor de la Universidad de Freiburg,
quien se enfermara y regresara a Alemania con sus dos
hijos. De 1853 hasta 1855 tuvo un consultorio en Masaya,
Granada y León, pero cada vez se dedicaba más a la in-
vestigación de los indios lo que le llevó hasta México en
donde vivió en Veracruz por 7 años; finalmente llegó a
Guatemala, donde murió. 1121

En 1874 estuvo por algún tiempo nuevamente en Nica-


ragua. El Dr. Berendt tiene todavía un gran renombre co-
mo destacado científico y se cuenta como fundador de la
etnología en Centroamérica. Gracias a sus colecciones de
materiales lingüísticos y sobre todo por el rescate de las
antiguas crónicas Mayas del Chilam Balam y por varios dic-
cionarios se ganó inolvidables méritos. Sus más importantes
publicaciones sobre Centroamérica y en especial sobre Ni-
caragua son: "Neueste Reisen in Central-Amerika" im Co-
rrespondenzblatt der deutschen Gesellschaft für Anthropo-
logie, 1874 Nr. 3; "Zur Ethnologie von Nikaragua" en el
mismo boletín, Volumen 9 Nr. 6 y 7/1874 y 1875. Su
"Report of exploration in Centralamerica" lo publicó Be-
rendt en 1877 en los Smithsonian Repo rts. El Journal of the
American Geograprical Society of New York, Vol. 8, 1870,
112) W. F. Leopold, p. 49; Franz Termer (1952); "Neue Deutsche Biographie", (Nueva
Biografía Alemana), tomo II, p. 70; H. Strebel: Recuerdos del Dr. K. H. Berendt
en "Globus" tomo 59/1891, p. 337-341.

-55-
p. 142, publicó su trabajo "Geographical distribution of the
ancient centralamerican civilization"; 1875/76 apareció en
el Bulletin of the American Geographical Society Vol. 2, su es-
crito: "Remarks of the centers of ancient civilisation in Cen-
tralamerica and their geographical distribution. Address
read before the American Geographical Society". Una con-
siderable cantidad de los resultados de sus investigaciones
no fue publicado. Entre los manuscritos que dejó y que
parte los tiene la Universidad de Tulane en New Orleans
y en parte también la Universidad de Pensilvania en Phi-
ladelphia, se destacan: "Palabras y modismos de la len-
gua castellana, según se habla en Nicaragua", así como
"Chorotega o Diriá, comparado con Chapaneca"; "Lengua
Chorotega o Mangue y Lengua Maribia de Subtiava ". Su
yerno Brinton publicó bajo su propio nombre y después de
la muerte del Dr. Berendt las piezas de teatro folklórico del
tiempo de la colonia "Loga del Niño Dios" con el subtítulo
"Representación escénica de los Mangues en Namotiya", y
sobre todo el famoso "Baile del Güegüense o Macho Ratón
en lengua Nahuatl", los que Berendt había coleccionado.
(13) Berendt fue el primero que recopiló un vocabulario
de la lengua muerta Mangue en 1874 en la isla de Omete-
pe en el Lago de Nicaragua; E. G. Squier logró apuntar en
el año 1850 solamente muy pocas palabras de ese idioma.
(14) El que Berendt ya era reconocido durante su vida se
demuestra en un a rtículo que Heinrich Gottel tomó para su
"El Porvenir de Nicaragua" el 22-3-1874 del periódico "La
Estrella de Panamá ", y que se redactó cuando Berendt lle-
gó a Centroamérica después de una estadía de 2 años en
Nueva York. Este a rtículo con el título "Exploradores cien-
tíficos en Centroamérica" representa un homenaje a los
113) Jorge Eduardo Arellano: Berendt y Briton, en "La Prensa" del 15-10-72; compa-
ror catalogue of the Berendt collection, in free mus. Sc. and art, dept, of Ar-
chaeology, univ. of Pennsilvania, bulletin. Vol. Nr. 4 )Mayo 1900), Philadelphia
1900 p. 203-234.
114) D. G. Brinton: Estudio sobre el G0egi3ense, en El Pez y La Serpiente, Nr. 10/ in-
vierno 1968.1969, p. 17 ff Managua.

-56-
Mapa de Cen tro América, de Scherzer y Wagner, 1853-1854
Mapa de Nicaragua, 1845
trabajos de Berendt en Centroamérica y Panamá. También
Karl Bovallius reconoció el valor sobresaliente de Berendt y
la ciencia actual sigue utilizando sus manuscritos funda-
mentales.

El museo de la Smithsonian Institution en Washington


fue enriquecido con una pieza precolombina de piedra por
E. G. Squier, pero que venía de la valiosa colección del
Alemán Woeniger, que se había afincado en Ometepe.
Squier describió esta colección que pertenece a las prime-
ras colecciones sistemáticas nicaragüenses, desafortunada-
mente no se conoce el destino de esta colección. (15)

Como muchos de sus conciudadanos y amigos de la ge-


neración de 1848, Julius Froebel se radicó en Nueva York,
pero luego se dirigió a Nicaragua para investigaciones cien-
tíficas. El era sobrino del famoso pedagogo Friedrich
Froebel (1782-1852), quien había trabajado junto con Pes-
talozzi, había participado en las guerras de liberación de
Alemania contra Napoleón como voluntario en el grupo de
Lützow y por medio de sus escritos educativos efectuó la
fundación del primer Kindergarten con una preparación
de institutrices ; Froebel inmortalizó su nombre con esta
fundación y con sus actividades pedagógicas modernas.
El hijo de Friedrich, Günter Froebel, propietario de la
editorial de la corte en Rudolstadt, publicó la "Deutsche
Auswanderungs-Zeitung". Con este medio se interesó en
asuntos de emigración el primo Julius (nacido en Griesheim
bei Stadtilm). Julius quien fuera huérfano desde muy niño
estuvo por un tiempo en el Centro educacional de su tío.

Para ganarse sus estudios, trabajó en los trazados topo-


gráficas de la Selva Negra y realizó más tarde en la editorial
Cotta trabajos geográficos y literarios. En 1831 participó
115) E. G. Squier, traducción al español de Luciano Cuadra, p. 415, donde no aparece
la ilustración de la edición original.

-57-
aquí entre otros en una obra "Geographischstatische Besch-
reibund von Ober-und Nieder-Perú" ("Descripciones geográ-
fico-estadísticas de Alto y Bajo Perú") y en 1832 en una
obra similar sobre Argentina. Desde entonces quedó ligado
a esta ciencia. En Berlín tuvo conexiones con Alexander v.
Humboldt.

En 1838 se hizo ciudadano del Cantón Zürich y pronto


cayó en Suiza en las líneas de la oposición política radical.
Por un tiempo dirigió el "Schweizerischen Republikaner"
("Republicano Suizo"), luego obtuvo un profesorado, que
poco después abandonó, para dedicarse al comercio de li-
bros en Zürich y en Winterthur.

En 1845 viajó a Berlín de donde fue expulsado. Las


acusaciones contra él y las prohibiciones de sus escritos
fueron, según se demostró más tarde, debido a una confusión
con el hermano Karl Froebel, quien era activo como peda-
gogo y literato liberal.

En 1847 apareció Froebel en Dresden donde escribió un


drama llamado "Die Republikaner". El Congreso Demó-
crata que se reunía en Frankfurt am Main, le nombró pre-
sidente y como diputado para el principado de Reuss, se
incorporó en la Asamblea Nacional Alemana en la Pauls-
kirche.

La revolución de 1848 lo llevó al lado de Robe rt Blum en


Viena, donde fue aprisionado y al igual que éste condenado
a muerte, pero luego fue perdonado. En 1849 se dirigió
a Nueva York. Contratado por una compañía que traba-
jaba las comunicaciones entre el Atlántico y el Pacifico
(Transit Company?) se fue junto con su hijo en 1855 a Ni-
caragua. Tuvo sin embargo que regresar a los Estados Uni-
dos debido a la guerra que había estallado allí.

-58-
En San Francisco sacó un periódico en alemán. En 1857
regresó este espíritu inquieto a Alemania y pasó algunos
arios en Viena, donde nuevamente se dedicó a la política
y debido a sus ideas Pan-Alemanes fue nombrado conseje-
ro de información del ministro Schmerling. D el 867 a 1873
dirigió en Munich la "Suddeutsche Presse"

Después de 1870 se adhirió a la idea del Imperio de


Bismarck y luego fue Cónsul General en Esmirna y Argelia.
Murió en 1893 en Zürich. Sus experiencias en el nuevo
mundo las publicó en su libro de dos tomos "Aus Amerika.
Erfahrungen, Reisen und Studien", que apareció en Leipzig
en 1857/58. (16) Otro libro de él especialmente sobre
Centroamérica fue "Seven Year's Travel and the Far West
of the United States", que salió en Londres en 1859; traba-
jos sobre Nicaragua en especial son "Die Playa von Grana-
da" en "Globus" tomo 1 (1862) y "Chontales, das Land
der edlen Metalle" ("Chontales la tierra de metales no-
bles") también en "Globus " de 1862 Nr. 14. Igualmente
debemos a Julius Froebel un mapa especial de los alrede-
dores de Tipitapa y del Estero Panaloya, mapas que fueron
muy alabados por C. F. Reichardt quien hizo una revisión
de los pocos mapas de Nicaragua existentes entonces. (171

En la región de Tipitapa recopiló Froebel los "Roman-


ces " populares que solamente verbalmente cursaban en di-
ferentes versiones. (181 Su especial interés en Nicaragua
era por los idiomas indios. Estuvo por bastante tiempo en
Chontales con los indios Woolwa (Sumu) que vivían en aquel
entonces por el Río Mico. El vocabulario que él trabajó y
al cual aportó el Dr. Bernhard algunas palabras de su pro-

(16) Mayers Konversations Lexikon, 2a. edición tomo VII; "Illustrirte Zeitung", Leip_ig,
tomo 101 (Julio-Dec. 1893 p. 662).
(17) C. F. Reichardt p. XXV.
(18) Jorge Eduardo Arellano: Los romances españoles en Nicaragua, en "La Prensa"
del 10-12-72, Managua.

-59-
pio conocimiento lo recibió Squier. (19) Pero siendo un hom-
bre de conocimientos casi universales también escaló el Vol-
cán Telica, como informa Wilh. Marr (Marr II 34), e hizo
impresionantes dibujos de paisajes.

Al sorprendente gran número de importantes viajeros y


exploradores alemanes, que visitaron Nicaragua a mediados
del siglo pasado, pertenece también el Austríaco Dr. Karl von
Scherzer, que en algunas ocasiones fue acompañado por el
Dr. Moritz Wagner y por Jacob Hützel, de origen bávaro.
Wilhelm Marr, que por cierto raras veces hablaba bien de
otra persona, y que tenía antipatía personal contra Scherzer,
se encontró con ellos en San José, donde llegaron através de
la selva, saliendo por el Río San Juan; él los llama "Cientí-
ficos" entre comillas en sus escritos. (20) En realidad tanto
Scherzer como Wagner eran científicos de mucha importan-
cia. Wagner, nacido en Bayreuth en 1813, tomó parte en
las luchas políticas de 1848 y salió en 1852 con Karl v. Scher-
zer hacia los Estados Unidos. Desde ahí viajaron ambos
hacia San Juan del Norte (Greytown), que en aquel enton-
ces era el más importante puerto de la costa atlántica de
Centroamérica y puerto de entrada para Nicaragua y Cos-
ta Rica.

Wagner trajo en 1855 especies zoológicas valiosas a Ale-


mania. En 1856-60 viajó él con el apoyo del rey de Bava-
ria por Sudamérica y escribió al respecto el libro "Naturwis-
senschaftliche Reisen im tropischen Amerika" ("Viajes de
Ciencias Naturales en la América Tropical"), obra que apa-
reció en 1870. En 1838 ya era Doctor Honoris Causa de la
Universidad de Erlangen y en 1862 fue nombrado Profesor
Honoris Causa en Munich, donde murió en 1887.

(19) Welter Lehmann Zentral-Amerika, IL Sprachen von Nikaraguo, Honduras, Salvador


und SO. — Guatemala p. 363; Julius Froebel: Aus Amerika, vol I p. 399.
(20) Wilh. Marr p. 183.

-60-
Publicaciones de Wagner con especial interés para Ni-
"
caragua son: 'Ober die Expedition Pio Alvarados von San
Carlos aus zum Rio Frio" in Petermanns Mitteilungen vol.
8/1862, ("Sobre la expedición de Pío Alvarado desde San
Carlos al Río Frío "); así como: "Ober die Expedition des
Joaquin Mora (1820) and die Indianer (Guatusos?) am Río
Sarapiquí" ( "Sobre la expedición de Joaquín Mora (1820)
y los Indios (Guatusos?) en e! Río Sarapiquí"). (21) También
escribió: "Ober einige unbekannte Vulkane im tropischen
Amerika" en Petermanns Mitteilungen 1862 y "Ober die
Naturvencaltnisse der verschiedenen Linien, welche für einen
Durchstich des Central-Americanischen Isthmus infrage kom-
men" ( "Sobre algunos Volcanes desconocidos en la Améri-
ca Tropical"), y ( "Sobre las relaciones naturales de las di-
ferentes líneas a considerarse para una incursión del istmo
Central-Americano "), en Stuttgart 1874.

Karl Ritter v. Scherzer (1821-1903) era originalmente eco-


nomista, viajó bajo contrato con el gobierno austríaco
1857-59 por el mundo y más tarde efectuó cortos viajes.
Muchos de sus libros y escritos se refieren a Centroamérica,
así: "Pharmakologische Skizzen, gesammelt auf einer Reise
durch Zentralamerika" en "Wochenblatt" d.Zeitschrift der
k. k. Gessellschaft der Arzte, Wien 1856, ( "Bosquejos Far-
macológicos, conseguidos en un viaje por Centro-América ").

Entre sus más importantes publicaciones sobre esta re-


gión cuentan : "Sprachen der Indianer Central-Amerikas"
en Sitzungsberichte der kaiser). Akademie der Wissenscha-
ften, Philos. Hist. Classe, Wien, vol. 15 Heft 1 /Jan 1855;
( "Idiomas de los indios de Centro- América "); también: "Wan-
derungen durch die mittelamerikansichen Freistaaten Nika-
ragua, Honduras und. S. Salvador, " Braunschweig 1857,
I21) Walter Lehmann, p. 375; Paul Lévy en sus Notas geográficas y económicas de
Nicaragua, Paris 1873 (comparar Rev. Cons.) pública otros siete títulos de Wagner
en especial relación a Costa Rico y a Panamá.

-61-
("Caminatas por los Estados libres Centro-Americanos Nica-
ragua, Honduras, y S. Salvador"), que al mismo tiempo
apareció en idioma inglés en Londres en dos tomos; tam-
bién escribió "Central-Amerika in seiner Bedeutung für den
deutschen Handel und die deutsche Industrie" publicado por
niederösterreichische Gewerbedein 1856, ("Centralamérica
en su importancia para el comercio y la industria alema-
na"). Otro de sus libros fue: "Aus dem Natur-und
Vólkerleben im tropischen Amerika", Leipzig 1864, ("De la
Vida Natural y Popular en la América Tropical"), (22). Junto
con Wagner publicó K. v. Scherzer 1856 la obra que hoy
en día aún tiene valor fundamental: "Die Republik Costa
Rica in Zentral-Amerika mit besonderer Berücksichtigung
der Naturverhältnisse und der Frage der deutschen Auswan-
derung und Colonisation" ("La República de Costa Rica en
Central-América tomando especial interés en las condicio-
nes naturales y en la posibilidad de la emigración y la co-
lonización alemana"I.

Un mapa de Centro-América que enseña las rutas de


Wagner y Scherzer se publicó en Petermanns Mitteilungen
en 1856, donde también se encuentra una composición del
Dr. Freiherr v. Reden sobre problemas políticos de la costa
de la Mosquitia y la disputa entre Inglaterra y los Estados
Unidos sobre estos territorios; se desconoce si Reden estuvo
en Nicaragua alguna vez. A Karl v. Scherzer se le debe
el encuentro del importante y olvidado manuscrito del "Po-
po) Vuh", libro histórico de los Indios Quiché, que él des-
cubrió en 1854 en la biblioteca de la Universidad de Gua-
temala, traducida al Español por el Padre Francisco Ximé-
nez (1688) y del cual reconoció primero su gran valor. (23)

(221 Una pequeña parte de los escritos de Scherzer fué traducido por Luciano Cuadra
balo el titulo "Don Miguel el Hidalgo del San Rafael del Norte' en Rev. Cons.
14-Nov. 1961 p. 14 ff.
(23) Adrián Recinos: Popol Vuh, Las antiguas historias del Quiché, Editorial Universi-
taria Centro-Americana EDUCA, San José, 1971, AULA, p. 14.

—62—
Entre los hombres inquietos aparece también el altamen-
te dotado Gustav Ferdinand von Tempsky, nacido en Bra-
unsberg, Prusia Oriental en 1828. De 16 años entró al ser-
vicio militar y a los 20 años se retiró, porque su pequeña
guarnición le era demasiado aburrida. Viajó hacia Nica-
ragua atraído por los planes de la colonización prusiana,
en la Mosquitia. La fecha exacta de la llegada de Tempsky
no se pudo constatar. Sus dos biógrafos W. T. Parham y
Hugh Ross (24) no concretan ningún año. Parham da úni-
camente a conocer que Tempsky pertenece a uno de los pri-
meros colonos de Carlstadt en Bluefields. Según los datos
de H. Schottelius, él llegó con los "amigos de la luz " ("Licht-
freunde"). Esto nos hace suponer que llegó a Greytown
con el bergantín "Frisch" el 15-9-1846, que muy bien po-
dría haber sido, ya que entre los pasajeros estaban regis-
trados dos jóvenes alféreces, y es muy probable que Temps-
ky tuviera este rango militar. Los "amigos de la luz" eran
aquellos pequeños grupos de emigrantes del "Frisch' que
se separaron de los "Alt-Lutheraner " ("Lutheranos"), para
adentrarse en Nicaragua mientras la mayoría iba hacia
Bluefields. Los "amigos de la luz" no pudieron afianzarse
en Nicaragua de manera que más tarde también se diri-
gieron a Bluefields, donde mientras tanto ya se había le-
vantado la ciudad de Carlstadt.

No está documentado si Tempsky pertenecía de veras a


los "amigos de la luz", aunque su devoción religiosa era
conocida ; puede ser que él se haya unido con ellos más
tarde. Se sabe solamente que muchos barcos trajeron en
aquellos años emigrantes a Nicaragua. Una carta de reco-
mendación nos hace pensar en una llegada más tarde de
1846. Esta carta era dirigida al Cónsul Patrick Walker en
Bluefields de parte del enviado inglés en Berlín, y que fue
(24) W. T. Parham: Von Tempsky Adventurer, Londres en Auckland )Hodder & Stough-
ton) sin año (1969h W. Hugh Ross en (1973) 305 Somme Parade, Wanganui, New
Zealand, Biografia (todavía no publicada) de von Tempsky.

-63-
mandada desde Alemania como se sabe, después de la sa-
lida de Tempky —tiene la fecha del 3-1-1848—, pero una
recomendación que llegaba años después de su arribo
no pudo haberle servido para mucho. En todo caso Temps-
ky estaba el 1-1-1848 en Greytown, donde llegó como
miembro del Cuerpo Militar Inglés, que poco antes había
salido de Bluefields y en el cual habían muchos alemanes
de Carlstadt, con el objeto de expulsar a la tropa nicara-
güense de este pequeño, pero importante puerto. Por eso
tiene que haber llegado a la Mosquitia a fines del . año
1847. Después de que se finalizó esta pequeña expedi-
ción militar, no le quedó mucho que hacer, fuera de entre-
nar la "Prusian Company" y a tomar parte en la educación
del joven rey Mosco, lo que a la larga no podía ser de satis-
facción para él. Como le pareció insoportablemente estre-
cho su círculo de acción, siguió la tentación de muchos
aventureros de su tiempo para probar su suerte en Califor-
nia. Tres veces ganó allí una fortuna, como buscador de
oro, y tres veces la perdió. Despojado de todas sus pose-
siones se acordó de Nicaragua donde lo esperaba la hija
del Residente inglés en Greytown, Emilia Bell. Después de
un cabalgar aventurero através de México, que él descri-
bió en su libro "Mitla, narrative of incidents and personal
adventures in México, Guatemala and Salvador in the year
1853 to 1855 with observationes on the modes of life in
those countries", que apareció en Londres en 1858, llegó
por fin a Bluefields. Fracasó su intento de publicar en el
editorial Arrowsmith de Londres un mapa, hecho por él, de
las costas de la Mosquitia. De manera que se encuentran
de él solamente muchos y bellos dibujos y bosquejos, entre
ellos uno del rey mosquito. A su regreso se casó sin tardanza
con Emilia Bell, (25) y se fue con ella a su país Escocia; es-
(251 W. T. Parham, p. 70-76 ; la Inscripción del casamiento de Tempsky se encuentro
en el libro de la iglesia (iglesia Morava ) en Bluefields; también ahí la inscripción
del bautismo del hijo Randal (nacido 29-5-1856) del 8-6-1856. Los padrinos
fueron Benno v. Tempsky, Mrs. Walker, Charles Bell (libro de bautismo No. 94).

-64-
tuvo también algún tiempo en Alemania con sus padres,
pero siempre fue atraído por lo lejano. Esta vez quiso ir a
Australia en busca de oro, pero solamente llegó a ser gran-
jero. Cuando oyó de una expedición planeada al interior
del continente, se inscribió como voluntario. Y por último
se dejó llevar a New Zealand, donde perteneció a un cuerpo
británico, que debía conquistar los territorios ocupados por
los Maori. Cayó en la batalla contra los aborígenes, siendo
Mayor británico, el 8-9-1868. Tempsky fue un hombre de
sentido fino, muy religioso, de gran coraje y valor personal,
pero un inestable con carácter hambriento de aventura sin
ninguna meta fija. (26) Su hijo mayor Randal nació el 29-5-
1856 en Bluefields. Fue luego a Hawai, donde aún viven
sus descendientes. El segundo hijo de Tempsky nació en
Glasgow en 1858. Se casó con la hija del Encargado de
Negocios . británico en Hawai y también tiene descendien-
tes allí. (27)

El naturalista Berthold Seeman, nacido el 28-2-1825 en


Hannover, quien más tarde se quedara permanentemente
en Nicaragua, publicó en 1869 junto con el capitán Pim, un
libro titulado: "Dottings on the road-side in Panama, Nica-
ragua and Misquito". Pim era un aventurero inglés, que
intentó meterse en el istmo en el negocio de tránsito y obtu-
vo en Nicaragua una concesión para la construcción de un
ferrocarril de océano a océano. Seeman hizo un viaje por
el mundo en un barco inglés, lo que supo aprovechar para
sus intereses botánicos y etnográficos. Escribió varias
obras sobre este tema, entre ellos "The aborigines of
the isthmus of Panama", 1853; "Voyage of the frigate
'Herald' " Londres 1853, el cual apareció también en idioma
alemán bajo el título "Reise und die Welt und freí Fahrten
der britischen Fregate 'Herald' ", en 1853 en Hannover; tam-

(26) W. T. Parham, p. 70-76.


(27) Genealogisches Handbusch des Adels, B. V. 1961.

-65-
bién "The botany of the voyage of H.M.S. 'Herald' under
the command of captain Henry Kellet during the years
1845/51" ; "Viti: an account of a government mission to the
Vitian or Fichi Island 1860/61"; "Naturgeschichte der Pal-
men", segunda edición 1863, y "Flora Vitiensis: A descrip-
tion of the plant of the Viti or Fichi Islands with the account
of their history, uses and proportions", Londres 1865. Más
tarde Seeman se dedicó a la minería. El gobierno nicara-
güense en su legislación de minería adoptó los proyectos
propuestos por Seeman quien viajó varias veces a Nicaragua
con el objeto de comprar una mina en nombre de una com-
pañía en la que aparentemente tenía participación. El
murió el 10-10-1871 siendo director de la mina "Jabalí"
en Chontales.

El alemán Jegor v. Sivers (1823-1879) originario del bál-


tico, realizó un viaje por Madeira y las Antillas hacia Centro
América sobre lo cual publicó un libro en Leipzig 1861 (28),
y Karl v. Seebach efectuó estudios sobre volcanes en Cen-
troamérica sobre todo en Nicaragua en los años 1864-1865,
de los cuales algunos fueron publicados en idioma español
en 1922, lo que demuestra que estas obras eran estimadas
aún 50 años después de haberse escrito. Tal y como Jaime
Incer lo expresa, debemos a Karl v. Seebach el mejor tra-
bajo sobre la erupción del volcán Cosigüina. (29) Ya hemos
hablado del ingeniero C. F. Reichardt quien llegó a Nicara-
gua en 1852 a solicitud de la asociación de colonización
de Hamburgo. El satírico Wilh Marr opina que "Reichardt
"debería ser el último que pudiera escribir un libro sobre
Nicaragua", porque según parece, fuera de una excursión
a Chontales y un viaje a Managua nada había visto del
país. En realidad, el libro de Reichardt publicado en Bra-

(28) WAlter Lehmann p. 372.


(29) Jaime Incer Barquero: Nueva Geografía de Nicaragua, 1970, p. 240; Carlos
Sapper: Los Volcanes de la América Central en Rev. Cons. 78 / Marzo 1967, p.
77 y sig.

-66-
unschweig en 1854 bajo el título "Nicaragua, nach eigener
Anschauung im Jahre 1852 und mit besonderer Beziehung
auf die Auswanderung nach den heissen Zonen Amerikas
beschrieben", describe la situación del país en una manera
muy precisa. Otro escrito de Reichardt trata de "Centro-
America, nach den gegenwärtigen Zuständen des Landes
und Volkes in Beziehung auf die Verbindug der beiden
Oceane usw.", libro que fue publicado en 1851 en Brauns-
chweig.

De importancia permanente para Nicaragua fue la acti-


vidad de Maximilian von Sonnenstern, quien nació en Stutt-
gart 1819 y que aparece según rumores como hijo ilegítimo
de la casa real de Württemberg. Llegó a Nicaragua en
1855 y se naturalizó ahí en 1869.

El 30-8-1867 le otorgó el gobierno de Nicaragua el de-


recho exclusivo de la construcción de un canal a lo largo
de la línea de tránsito, (30), puesto que ya antes había te-
nido experiencia con otros proyectos de canal. Estos pla-
nes de los que se ocupaba el mundo entero entonces, no
podía realizarlos Sonnenstern, sin embargo como ingeniero
jefe del gobierno durante 40 años, proporcionó al país
servicios muy valiosos.

En 1858 publicó en Nueva York una "Descripción de ca-


da uno de los departamentos del Estado del Salvador", en
1859 mapas de Honduras, El Salvador y Guatemala, en
1862 en Londres un "Plano de tránsito de Nicaragua" y
en 1863 un "Mapa de la República de Nicaragua", obra
magnífica en la cual Walter Lehmann, encontró, es la verdad,
algunas equivocaciones referentes a las descripciones etno-

(30) Folkmonn: Tre Nicaraguan Road, D. 20 ; se dió como fuente de información: Us


National Archives, microcopy Nr. 219, roll 15, vol. 10.

---67--
lógicas. 131) Otros títulos de trabajos de Maximilian v.
Sonnenstern son: "Informes sobre una expedición al Río
Coco", 1869; "Informe, que el ingeniero civil Don M. Sonn-
enstern da al ministerio de obras públicas sobre las varias
rutas exploradas para un canal interoceánico por Nicara-
gua, " 1873, trabajo que también apareció en idioma in-
glés en Washington D. C.., en la "Government Printing Of-
fice", 1874; además "Informe sobre El Puerto; Río San Juan
del Norte"; 1873; "Geografía de Nicaragua para el uso de
las escuelas primarias", Granada 1875, de la cual se en-
cuentra una impresión facsímil en la Revista Conservadora
Nr. 131/Aug 71, y muchos otros más. El gobierno nicara-
güense confiaba a Maximilian v. Sonnenstern todos los
trabajos importantes dentro del ramo de la construcción de
carreteras, ferrocarriles y el proyecto del canal. Así, por
ejemplo, tomó parte de una comisión mixta que a solicitud
del presidente americano Grant en 1872/73 se efectuó en Ni-
caragua para estudiar las variantes más propicias del tramo
para un canal interoceánico. En 1874 Sonnenstern entregó
su informe personalmente al gobierno americano y "El Por-
venir de Nicaragua " (321 de Heinrich Gottel le dedicó al
"Coronel Don Maximiliano Sonnenstern" (para entonces
también "v. Sonnenstern" o "de Sonnenstern"), al regresar
de los Estados Unidos en su edición Nr. 48 del 29-11-1874
un artículo de bienvenida, en el que está apreciando las
"pruebas de estimación del presidente de los Estados Uni-
dos, el gabinete, etc." El proyecto de Sonnenstern en com-
paración con otros no tomaba en consideración la línea di-
recta del Lago Nicaragua hasta el Pacífico, sino que incluía
la bahía de Zapatera o Charco Muerto en el Lago Nicara-
gua, y después el Río Ochomogo y desde ahí el valle del

(31) Walter Lehmann, p. 372. Una reproducción de este mapa se encuentro en el


calendario 1963, (Imprenta Gurdión S. A.) para el First National City Bank,
New York, Suc. Managua.
(32) "El Porvenir de Nicaragua", Colección privada del Dr. Felipe Rodríguez Serrano;
Carl Bovallius: Viole por Centro América en: Rev. Cons. Nr. 36/Sept. 63, p. 26.

—68—
Río Escalante hasta su desembocadura. Máximilian von
Sonnenstern murió a los 76 años el 14-9-1895 y fue sepul-
tado con gran concurrencia en el cementerio de extranjeros
en Managua. "El Diario de Nicaragua, órgano del Go-
bierno" le dedicó en su Nr. 257 del 18 de Sept. un mag-
nifico obituario. (33)

En la segunda mitad del Siglo XIX aparecen nombres de


exploradores en Nicaragua como: Johan Karl Eduard Bus-
chmann, quien trataba sobre Nicaragua en su trabajo:
"(her aztekische Ortsnamen" en Abhandlungen d. kgl.
Akademie d. Wissenschaften, Berlin 1853, ( "Sobre Nombres
locales Aztecas "). (34) Además aparece el Dr. Friedrich Ju-
lius Diezmann, quien se destacó en los años 50 como mé-
dico en Greytown, donde también se dedicó a los estudios
de idiomas; murió tal como citan Charnock y Blake, en el
Río Colorado, aparentemente como consecuencia de un ac-
cidente. (35)

Alexander von Frantzius (1821-1874), quien era un pri-


mo de Carl Herm. Berendt, publicó entre otras en Petermanns
Mitteilungen un trabajo sobre "Das rechte Ufer des Río San
Juan", 1862, ("La ribera derecha del Río San Juan"). Na-
ció en Danzig y se graduó en 1846 en Berlín. Enseñó en
las Universidades de Breslau y Viena, pero debido a un
padecimiento de sus pulmones se le recomendó una estadía
en países de clima caliente, por lo que en 1854 se radicó

(33) Gratus Halftermeyer p. 159.


(34) Walter Lehmann p. 360.
(35) Dr. R. S. Charnock and Dr. C. Carter: Notes on the Woolwa and Misquito voca-
bularies by Charnock and Blake, in Transactions of the Philological society 1873-74,
p. 350. La inscripción de la hija Ida Hele Louisa del matrimonio Jul. y Helene
Diezmann, Greytown 1-4-1858 y de la hija Eliza Bianca Laura, Greytown, 20-3-
1860 en el libro de bautismo de la iglesia Morava en Bluefields se refiere sin
duda al citado Dr. Diezmann.

-69--
en Costa Rica, donde trabajó como médico. En 1875 re-
gresó ya convertido en un famoso científico a Alemania,
donde murió. (36)

Otto Lerch publicó un artículo sobre "Eine Fahrt auf dem


Princepulca and Banbana-Flusse INO-Nicaragua)", "Un via-
le sobre el Río Prinzapolka, Río de Bananos (NE de Nicara-
gua)") en "Globus", tomo 70/1896, así como "Crockera
under Lacus-River (Mosquito-Küste), ("Crockera y el Río
Lacus (costo de la Mosquitia)") en "Globus" tomo 71. Hell-
mut Polakowsky escribió en 1884 sobre "Die Entdeckung
des Nicaragua-Sees and des Rio San Juan de Nicaragua
11522-1546)" ((el descubrimiento del Lago Nicaragua y del
Río San Juan de Nicaragua) en Mitteilungen der k.k. Geo-
graphischen Gesellschaft in Wien, vol. 27 No. 2, y sobre
Über die Republiken Mittelamerikas inn Jahre 1889" ("Las
Repúblicas de Centro América en el año 1889") en Zeits-
chrift der Gesellschaft für Erdkunde in Berlin, vol. 26. (37) y
Ober die verschiedenen Canalprojekte zur Verbindung des
Stillen and At)antischen Ozean" ( "sobre los diferentes pro-
yectos de canal comunicando los océanos Atlántico y Pacífi-
co") en "Globus" tomo 31.

Gustavo Niederlein, que quizá nació ya en los Estados


Unidos o en Argentina sacó en Filadelfia, donde era director
científicos del museo, en 1898 un trabajo "The State of Ni-
caragua", después de haber estado en Centro- América en
los años 1897 y 1898 (38) Todavía en 1922 dirigió un
memorandum al Reichstag alemán sobre Argentina como
país apto para una inmigración y colonización alemana

No se sabe de cierto si el autor del libro "Nicaragua y el


canal de Nicaragua", es decir el Coronel Karl Matzenauer
(361 David Solera: Ensayo de una fundamentación científica ; Dr. Alejandro von Frant•
zius: Climatología de Centro-América (con Biografía) en Rev. Cons. 79 /Abril 1967.
(37) Walter Lehmann, p. 370.
(38) Walter Lehmann, p. 367.

—70—
Henrique H. Gottel Dr. Carl Herm. Berendt

Julius Froebel Dr. Bruno Mierisch


Paisaje nicaragüense dibujado por Froebel

El Lago de Managua — dibujo de Froebel


Dr. Alexander von Frantzius

Wilhelm Marr
Dr. Karl Sapper
Franz Termer

Walter Lehman Guido Grossmann


Conde de Matzenau estuvo personalmente en Nicaragua.
El escribió también sobre el Perú y muchos otros temas.
Matzenau fue como dice "la Guía Ilustrada", Cónsul de
Perú, Venezuela y Bolivia, y desde 1894 también de Nica-
ragua en Viena. En 1895 fue Ministro Residente de Nica-
ragua, luego Enviado ante el Vaticano. Parece ser que
coleccionaba títulos diplomáticos, puesto que en 1897 lo
nombra Liberia su representante en Roma, y en 1898 apa-
rece ahí también como representante diplomático de Nica-
ragua, Honduras y El Salvador.

Karl von Girsewald estuvo en 1892, 6 meses en la región


del Río Pispis y del Río Waspuk, para investigar las minas
de oro (39). Con el mismo propósito investigó el geólogo
e ingeniero de minas Dr. Bruno Mierisch, como ingeniero
del gobierno la región entre el Río Coco y el Río Grande.
Mierisch participó también en la construcción del ferrocarril
del Pacífico y sus descendientes viven aún en Nicaragua.
Publicó en Petermanns Mitteilungen tomo 41/1805 "Eine
Reise durch Nicaragua, vom Managua-See bis nach Cabo
Gracias a Dios " (Un viaje por Nicaragua, del Lago de Ma-
nagua hasta el Cabo Gracias a Dios) así también "Informe
sobre Viaje al Atlántico 1892" en El Diario Oficial de Nica-
ragua en el año 1897 (3-6)). En vista de que la construc-
ción del ferrocarril necesitaba ciertas investigaciones tectó-
nicas, Mierisch se dedicó también a estos estudios. Nica-
ragua tendría que agradecer a muchos técnicos alemanes,
entre ellos a Mierisch. Su colaborador Emil Müller entre
otros efectuó mediciones en la laguna de Masaya en 1898.
140)

En 1893 el profesor Robert Eckman realizó investigaciones


sobre las lagunas volcánicas, en especial las de Tiscapa y
139) K. v. Girsewald "Sechs Monate in Nicaragua', Braunschweig 1896.
¿40) F. Termer, Cortos Sapper, explorador de Centro América ¿Rey. Cons. Nr. 69/Junio
1966 p. 38).

-71-
Nejapa (41). Durante su trabajo científico fue atacado una
vez por un demente, llamado Luis Fonseca, contra quien
tuvo que disparar en defensa propia por lo que fue llevado
a prisión. (42)

Uno de los proyectos más notables para la utilización de


la energía volcánica, o para usar una frase de Gothe, de
las "fuerzas plutónicas", buscaron realizar los alemanes
Dr. Weiss-Schönberg como químico y Dr. Wilhelm Scharfen-
berg como ingeniero en 1926/27. (43) Cuando el Volcán
Santiago, cerca de Masaya, se activó después de una larga
pausa, y de un hoyo profundo del cráter hizo un escape de
gases de azufre que dañaron fuertemente las plantaciones
de café en los alrededores, los dos alemanes llegaron a la
conclusión de que por medio de una tubería se podrían
concentrar los gases para llevarlos a una planta donde se
harían inofensivos y quizás hasta aprovechar de su fuerza.
Los costos, pensaron ellos, se podrían fácilmente amortizar
por medio de las materias sulfúricas que resultaran del pro-
ceso. El gobierno aprobó el plan y se formó un comité al
que pertenecían banqueros, agricultores y comerciantes. Se
decidió para el financiamiento de crear un impuesto espe-
cial sobre la exportación del café. Los dos alemanes quie-
nes a veces eran ayudados por Hermann Omichen, un pa-
riente de Jul. C. Bahlke, cuya hacienda sufría en especial
bajo los vapores venenosos, trabajaron con insistencia y en-
tusiasmo en la realización de sus planes. Por medio de
sogas bajaron a la profundidad del cráter para investigar
los diferentes materiales, que los gases no dañaban. Se
vió que fuera de metales preciosos, porcelana y ciertas cla-
ses de vidrio, ningún otro material era apropiado para la
tubería. Durante los trabajos una pequeña erupción cerró
(411 J. N. Guerrero y Iota Soriano: Monografía de Managua, 1964, p. 122.
(42) Heliodoro Cuadra, 1939, p. 138.
(43) Julián N. Guerrero y Lola Soriano: Monografía de Masaya, 1965, p. 69. (en este
escrito por equivocación escriben Shafenfer en lugar de Scharfenberg); Renato
Zoppis de Sena; El Volcán Masaya, en Rev. Cons. Nr. 28/Enero 1963 p. 32.

-72-
el escape de gas. Para evitar de que se abriese nueva-
mente y produjera nuevos daños a las plantaciones de café,
se efectuaron explosiones para vertir mayor cantidad de
tierra sobre el cráter, masas que aguantaron la presión
interior durante 21 años.

Pero, después de 21 años, se produjeron erupciones con


altas llamas, y al final solamente quedó una pequeña aber-
tura similar a una solfatara, que se intentó muchas veces
cerrar. Aviones americanos bombardearon la cima sin ob-
tener ningún resultado. 15 años más tarde en 1961 el fue-
go se apagó por sí mismo. En aquel entonces existía el
rumor de que el volcán había embrujado al Dr. Weiss-Sch-
ónberg, pues mucho tiempo anduvo él sumido en pensa-
mientos en los alrededores del Santiago hasta que finalmen-
te desapareció para siempre. Más tarde se encontraron
sus restos en un abismo lejano los que únicamente se pu-
dieron reconocer por su reloj y por su revólver. (44)

Es un hecho que con los volcanes es algo fantasmagórico


por lo menos para la población aborígen. Heliodoro Cua-
dra cuenta la fantástica historia de un alemán Edmund
Wastermann, que junto con el Cónsul General y Encargado
de Negocios Italiano Duque José Amfora de Lisignano vi-
sitó un día la laguna de Asososca para estudiar la forma
de las peñas. Aquí se encontraron con un indio, Fidel Ló-
pez, quien les contó que él, hacía algún tiempo, había ma-
tado un lagarto en cuya escama se encontraban pequeñas
partículas de oro, que el animal había traído del fondo.
López enseñó una partícula de oro a los dos viajeros como
prueba de su historia, lo que fue la gran sorpresa para
ellos. Heliodoro Cuadra cuenta la historia tal y como se la
contó a él Don Rosa Solórzano, a quien el mismo Fidel López
se la había contado, y parece ser que Cuadra al igual que el

(44) Alberto Vogel: Los Alemanes en Nicaragua, en: Nicaragua Rotaria, Enero 1963.

-73-
alemán y el italiano no consideraron como imposible de que
en el fondo de la Laguna de Asososca se encontrase un te-
.

soro. (451 En 1936-37 efectuó el Dr. F. G. K. Müllerried es-


tudios geológicos y vulcanológicos, sobre los cuales se hi-
cieron publicaciones en el Instituto Panamericano de Historia
y Geografía en México (Nr. 1938/1939). Escaló el volcán
Masaya en compañía de Fritz Morlock.

El Dr. Karl Sapper (1866-1945) efectuó en Nicaragua im-


portantes investigaciones geográficas y etnológicas. Sapper
estuvo muchos arios en Centro América, y en 1898 junto
con Bruno Mierisch y Dr. Rothschuh efectuó la primera es-
calación del Momotombo, porque se creía generalmente que
este volcán había sido la causa del terremoto del 29 de
abril 1898. (46) En 1900 visitó Sapper los Misquitos y los
Sumos. Todos los resultados de sus trabajos dejó al museo
de Stuttgart. Sapper enserió en 1902 en las Universidades
de Tübingen, y 1910 en Estrasburgo, 1919 en Würzburg, don-
de fue nombrado Rector en 1928; pasó muchos años de tra-
bajos en Centro América. Escribió una geografía económica
de México e igualmente de Centroamérica, un libro sobre
volcanes, una geomorfología del trópico y muchas otras
obras. Conocidos fueron entre sus libros en especial "Die
Tropen " (Los Trópicos) y "Der Wirtschaftsgeist und die Ar-
beitsleistungen tropischer Kolonialvólker" (El Espíritu Econó-
mico y los Rendimientos de Trabajo de la Población Colonial
Tropical). Su trabajo "Los volcanes de América-Central",
de 1925 fue publicado en la Revista Conservadora Nr. 78/
marzo 1967. Otras publicaciones de Sapper fueron: "Mit-
telamerikanische Reisen und Studien", (Viales y Estudios
Centroamericanos), Braunschweig 1902; "In den Vulkange-
bieten Mittelamerikas und Westindiens", (En los Territorios
Volcánicos de Centroamérica y Las Indias Occidentales),
(451 Heliodoro Cuadra, 1939, p. 138.
(46) Termer: Carlos Sapper, Explorador de Centroamérica, Rev. Cons. Nr. 69/Junio
1966, p. 38.

—74---
Stuttgart 1905; "Mittelamerikanische Waffen in modernem
Gebrauch", (Armas Centroamericanas en el Uso Moderno),
"Globus", tomo LXXXIII (1903) p. 53-63. "Die Ansiedlung
von Europäem in den Tropen" en: Schriften des Vereins
für Sozialpolitik, (La colonización de Europeos en el Trópi-
co), torno 147, segunda parte, 1912; "Das nikaraguanische
Erdbeben vom. 29. April 1898 und die Maribios-Vulkane"
(El Terremoto Nicaragüense del 29. Abril 1898 y Los Volca-
nes Maribios), en "Globus" Nr. 75 Nr. 13. Entre sus obras
bás básicas hay que mencionar "Die Vulkane in Mittela-
merika" (Los Volcanes en Centroamérica); "Die H ö lle von
Masaya" (El Infierno de Masaya); este último se dedicó a
la Universidad de León. Siempre queda sorprendente lo
polifacético de Karl Sapper, puesto que fue también famoso
dentro del ramo de la investigación lingüística.

Uno de los más famosos alumnos de Karl Sapper fue


Franz Termer, quien publicó una Biografía de su maestro,
la cual se encuentra también en idioma español en la Rev.
Cons. 69/junio 1966. La misma revista publicó en idioma
español el trabajo de Termer "La Habitación Rural en Cen-
troamérica" en Nr. 82/Junio 1967. Termer hizo también
un trabajo sobre los exploradores alemanes en Ibero Amé-
rica. (47)

En el museo etnológico de Berlín se encuentra el material


recopilado por el Prof. Dr. Johann Neuhaus en el Río Es-
condido. El públicó en 1905 un trabajo en "Globus", vol. 88,
titulado: "Zur ethnographischen und archäologischen Unter-
suchung der Meskitoküste" (Investigaciones Etnológicas y
Arqueológicas en la costa de la Mosquitia).

(47) En Ubersee-Rundschau, año 11. Cuademo 5 (1959) p. 15.17: Deutsche Forscher


in Ibero-Amerika: La Investigación Americanista en la América Central, en: Tra-
bajos y Conferencias, Seminarios de Estudios Americanistas, Facultad de Filosofía
y Letras, Nr. 1 p. 9-33 (Madrid 1952).

-75-
Julius Nestler describió en 1908 dos ídolos encontrados
por el cónsul austríaco, en las actas del XVI Congreso Ameri-
canista Internacional en Viena (Internationaler Amerikanis-
ten Kong ressl.

El Suizo-Alemán Albert Samuel Gatschet estudió los idio-


mas y dialectos centroamericanos, sobre todo de los Sumos,
sobre lo cual hizo sus publicaciones en 1895 y 1900. (48)

En 1909 Friedrich Uebersezig, nacido en Kempten en


Allgäu, pero residente en Matagalpa, recopiló un vocabu-
lario de les indios Sumos en el Río Murra. Sobre lo mismos
Sumos, sus costumbres y su idioma escribió el sacerdote
Guillermo Kiene, también de Matagalpa. (49) De 1907 has-
ta 1909 y de nuevo de 1925 hasta 1926 el muy famoso
lingüista alemán Dr. med. y phil. Walter Lehmann estudió
en Nicaragua los idiomas indio-americanos, entre otros Mis-
quito y Sumo. Lehmann es considerado como autor de la
obra básica en este ramo. En parte utilizó un índice de
palabras Sumas, que F. Uebersezig había recopilado en el
Río Cuá.

Otros trabajos de Walter Lehmann son: "Reisebericht aus


Managua " (Reporte de Viaje de Managua), en: Zeitschrift
für Ethnologie, Berlin vol. 41 /1909; "Ergebnisse einer Fors-
chungsreise in Mittelamerika und Mexico" (Resultados de un
Viaje de Exploración en Centroamérica y México), en la
misma revista Vol. 42/1910; "Vokabular der Rama-Sprache
nebst grammatischem Abriss", (Vocabulario de Idioma Ra-
ma junto a compendio gramatical), en: Abhandlungen der
kgl. bayer. Akademie der Wissenschaften, philosophische,
philologische und historische Klasse, München 1919, vol. 28
No. 2. "Ober die Stelliung und Verwandtschaft der Subtiava
-Sprache der pazifischen Küste Nikaraguas und die Sprache
(48) Walter Lehmann p. 363.
(49) Rev. Cons. Nr. 18/marzo 1962.

-76-
von Tapachula in Süd-Chiapas", (Sobre la posición y pa-
rentesco del idioma Subtiava de la costa del Pacífico de
Nicaragua y el idioma de Tapachula en el Sur de Chiapas"),
en: Zeitschrift für Ethnologie, Berlin, vol 47/1915, que fue
su tesis de graduación en la facultad filosófica de Munich.

En 1928 publicó Rudolph Schuller un trabajo sobre los


idiomas aborígenes en Centro América. (50)

De 1927 a 1929 trabajó Eduard Conzemius, nacido en


Merzig/Luxemburg, sobre los Indios Rama y sobre los Mis
Sumos y Poyas en Nicaragua en Honduras. (51)-quitos,
Conzemius no era etnólogo estudiado y todos sus grandes
conocimientos los obtuvo por medio de sus largas estadías
en Honduras y Nicaragua. El era un explorador por naturale-
za. En 1915 fue por primera vez a Centro América, donde
trabajó de finquero por 8 años. Sus estudios sobre la pobla-
ción indígena los efectuó principalmente entre los años 1915
y 1919, en los cuales por cuenta propia trabajó en el negocio
de madera y vivía con los nativos. De 1919 a 1922 fue
empleado por la Truxillo Railroad Comp., subsidiaria de la
United Fruit Comp. En 1922 regresó a Europa, primero a
Colonia, después a París donde trabajó como banquero y
empleado de seguros. Su sangre aventurera finalmente
lo trajo como buscador de oro a Nueva Guinea donde una
fiebre acabó con su vida.

Paul Kirchhoff dedicó sus estudios a los Indios Mosqui-


tos, Sumos, Poya y Jicaques y publicó "The Caribbean low-
land tribes" en el boletín de la Smithsonian Institution Nr.
(50) Franz Termer, 1952 p. 20. R. Schuller: Las Lenguas Indígenas de Centroamérica
con especial referencia a los idiomas aborígenes de Costa Rica, San José 1928.
(51) E. Conzemius es autor de: "Die Rama-Indianer von Nikaragua" en: Zeitschriff f.
Ethnologie, año 59 (1927) p. 291-362; "Ethnographical Survey of the Mosquito
and Sumo-Indians of Honduras and Nicaragua', Washgt. 1932, Bureau Americ.
Ethnology Bull. 106; "Notes of the Misquito and Sumo languages of eastern
Nicaragua and Honduras", Internat. Journal Americ. Ling. vol. 5, 1929; "Les
tribus indiennes de la cóte des Mosquitos", Anrhropos vol. 33/1938; compare
Victor Conzemius p. 127 ff.

-77-
143/1948, también Karl Helbig describió en especial los te-
rritorios norestes de Nicaragua por donde anduvo en 1963.
Publicó en 1958 "Von Mexiko bis zur Mosquitia, kleine Ent-
deckungsreise in Mittelamerika", (De México a la Mosqui-
tia, Pequeños Viajes de Descubrimientos en Centroamérica).
Pero su obra principal es su informe de exploración a base
de viajes de estudio realizados en los años 1953/54, 1957/
58 y 1962/63 "Zentralamerica, Natürliche Grundlagen, ihre
gegenwärtige und künftig mögliche Auswertung" (Centrala-
mérika, bases naturales, su presente y futura valorización).
(52).

Uno de los primeros científicos alemanes que llegaron a


Nicaragua después de la segunda guerra mundial fue el
profesor Richard Weyl, de la Universidad de Giessen. Pu-
blicó muchos trabajos como: "Die Geologie Westindiens"
y "Die Geologie Mittelamerikas " (La Geología de las Ca-
ribes), (La Geología de Central-América), Berlín 1961, y
"Die Vulkanlandschaften Mittelamerikas" (Los Paisajes Vol-
cánicos de Central-América), obras que son fundamenta-
les en cuanto a la geología de Nicaragua. Dr. Helmut Nuhn
de Hamburgo, escribió sobre "Die frühe Entwicklung der
Plantagenwirtschaft und die Siedlungsentwicklung an der
karibischen Küste" (El desarrollo temprano de la agricultu-
ra y el desarrollo de la colonización en las costas del Cari-
be). Pronto se publicará un atlas de Centro América tra-
bajado por él. Prof. Gerhard Sandner también de la Uni-
versidad de Hamburgo y director del Instituto de Geografía
Económica, efectuó en los años 1962 y 1972 estudios en
Nicaragua. Entre sus publicaciones tienen especial interés
para este país: "Die karibische Abdachung Zentralameri-
kas", que apareció en alemán y en español; "La Individua-
lidad Nacional de las Capitales Centroamericanas", en Re-
vista Geográfica, Rio de Janeiro, 1963, (Transfiguración y
(52) En Petermann Geogroph Mitteilungen, 1964, terc. y cuan. trimestre.

78-
Función de las capitales Centroamericanas del punto de vis-
ta histórico social). "Gestaltwandel und Fuktion der zen-
tralamerikanischen Hauptstadte aus sozialgeschichtlicher
Sicht", en: Die aktuelle Situation Zentralamerikas, 1971.
"La situación actual y la planificación regional en los
países de Centroamérica", México 1966. "Ursachen und
Konsequenzen zum wachsenden Bevölkerungsdruck im
zentralamerikanischen Agrarraum" (Motivos y Consecuen-
cias de la Presión Popular creciente en el Cuadro Agra-
rio Centroamericano) y "Die Hauptstädte Zentralamerikas"
(Las Capitales Centroamericanas), Heidelberg 1969. En 1966
trabajó el lector alemán en la Universidad Nacional,
Henning Graf, en una descripción de Nicaragua, que
desafortunadamente no ha sido publicada hasta ahora:
En 1967 estuvo en Managua Hendrik Dane, de Colonia, en
busca de material para su libro "Die wirtschaftlichen Be-
ziehungen Deutschlands zu Mexiko und Mittelamericana im
19. Jahrhundert" (Las relaciones económicas de Alemania
hacia México y Centroamérica en el Siglo XIX). Una diserta-
ción de Franz Hermann Riebel de Bonn en 1959 trata: "Ent-
wicklung und Stand der Landwirtschaft in Nikaragua" (Desa-
rrollo y situación de la Agricultura en Nicaragua).
Dentro del ramo de la arqueología realizó trabajos el Dr.
Wolfgang Haberland de Hamburgo, en la isla Ometepe y
en Chontales, y sobre las cuales publicó diferentes trabajos.
El era alumno de Franz Termer quien tantos años fue direc-
tor del museo etnológico y prehistórico de Hamburgo.

Entre los misioneros Moravos había en Nicaragua siempre.


algunos que hicieron observaciones y apuntes valiosos so-
bre costumbres de los indios. Así por ejemplo el libro del
obispo Karl A. MüIler "Among Creoles, Misquitos and Su-
mos, Eastern Nicaragua, and its Moravian Missions, " Be-
thlehem Pa. 1932, nos relata datos importantes sobre la
vida de los indios de las Tribus Prinzo, Sumo, Rama y Mis-
-79-
quito. Sobre todo en las investigaciones lingüísticas, las
cuales sirvieron a la vez para sus fines prácticos se destaca-
ron los misioneros alemanes. August Hermann Conrad Berck-
enhagen creó una obra fundamental con su "Grammar of
the Miskito language", Stolpen /Sajonia 1894 así como otros
libros que publicó sobre el idioma Misquito, por ejemplo en
1905 su "English-Misquito-Spanish Phrase Book". Anterior-
mente, sin embargo Eduard Grunewald, quien trabajaba
como misionero en la costa Atlántica desde 1857 hasta
1876, ya había escrito una gramática u un diccionario Ale-
mán-Misquito y Misquito- Alemán los que fueron, los pri-
meros de este género. (53) El compiló en 1862 también un
vocabulario del idioma Woolwa (Sumu). August Martin pu-
blicó en la revista "Globus", Vol. 65 p. 100-101 un trabajo
sobre "Handel and Kreditwesen der Miskito-Indianer" (Co-
mercio y sistema de crédito de los indios Miskitos) y junto
con Gustav Schneider el artículo "30 Jahre praktischer Mis
años de trabajo práctico como-sionarbetMqu"(30
misionero en la Mosquitia, 1859-1890). El más moderno
diccionario español -miskito / miskito- español es de Werner
G. Marx y Georg Reinke Heath y fue editado en 1961 en
segunda edición en Tegucigalpa.

H. Ziock sacó en 1894 en Herrnhut un diccionario English-


Misquito, que perfeccionó R. Reichel en 1909. (54)

El ya mencionado polifacético Hermann Berckenhagen en


1867 publicó en los "Annual Reports of the Smithsonian Ins-
titution" su "Report of Exploration in Central-America", y
fue autor en 1874 de las "Notes of the Antiquities of Nica-
ragua", que únicamente existen en forma de manuscrito.

153) Eduard Grunewald: Grammatika der Mosquito-Sprache, actas 3. Congress Interna-


tional des Americanistes, 1879 Vol. 2 p. 368-378é el mismo: Moskito-Deutsch y
Deutsch-Mosquito-Woterbich, ibid. p. 379-397.
(54) Walter Lehmann, p. 370.

--80—
H. G. Schneider se hizo conocido con sus libros "Kaisa!
Nach schriftlichen and mündlichen Mitteilungen Missionar
Siebórgers", publicado en "Die Mission der Brüdergeeminde,
Missionsstunde, vol. 5, Herrnhut (1905 (Kaisa! Según repor-
tes verbales y escritos del misionero Siebórger). Junto con
Siebórger elaboró un vocabulario del idioma Tauaxka, un
dialecto Sumu, que fue utilizado por Brinton. Wilhelm Sie-
börger fue el primero, que tradujo los evangelios y el libro
de himnos y liturgia en 1889/1893.

En 1914 apareció en Bluefields el trabajo de Guido Gros-


smann "Notes of the Mythology of the Mosquito-Indians".
Otras publicaciones de Grossman son: "Nikaragua, Land
and Leuote and die Missionsarbeit der Brüdergemeinde in
Nicaragua and Honduras", (Nicaragua, país y gentes y el
trabajo de los misioneros de la comunidad de los hermanos
(moravos) en Nicaragua y Honduras), Herrnhunt 1940, Hefte
zur Missionkunde (Herrnhuter Missionsstudien) No 33, y ade-
más "Legends and Customs of the Pansamak Sumus" en:
"The American" Bluefields 14-8-1917. Sin fecha presenta-
ron Hermann Kluge junto con G. Carlsson en Herrnhut un
trabajo: "Zu den Sumo-Indianern. Besuchsreise in die Ur-
Wälder Nikaraguas" ("A los Indios Sumo. Viaje de Visita
en las Selvas Nicaragüenses"). (55) A. O. Danneberger es-
cribió en 1932 "A sho rt Cathechism of the Christian Doc-
trine" en Misquito (Kristian Nani Kupia Bokanka Bal. Más
importante para la investigación es su libro "The Atlantic
Coast of Nicaragua, Central America, its political, economic
and religious conditions" en "Transactions of the Moravian
Historical Society", No. 14, pts. 5 and 6, pp. 325-340, Be-
thlehem, Pa., 1951.

La aportación de viajeros y exploradores alemanes en


Nicaragua fue considerable, lo que muy a menudo se olvida

(55) H. Kluge y G. Carlsson, Kleine Trallbase aus der Brüdermission Nr. 34.

-81-
o se calla. Ya Franz Termer había indicado esta anomalía.
Así contó él en el Handbook of Latin-american studies en
1936 y 1937 solamente en el terreno de la arqueología,
etnología y lingüística de las 134 publicaciones sobre Cen-
troamérica, 24 alemanas contra 69 norteamericanas y 30
iberoamericanas, mientras que todas las otras naciones eu-
ropeas ¡untas en este tiempo suman solamente 11 de esta
clase de publicaciones. Dentro del terreno de geografía y
geología estas cifras —como indica Termer— se elevarían
en favor de los alemanes. (561

(56) Franz Termer: La investigación americanista en la América Central, en: Trabajos


y Conferencias, Seminario de Estudios Americanistas, Facultad de Filosofía y Le-
tras, Nr. 1 p. 9-33 (Madrid 1952.

-82-
Ill

PIONEROS Y EMPRENDEDORES

El primer alemán que se radicó en Nicaragua podría ser


aquel comerciante en León que era conocido simplemente
como "Don Alemán" y a quien encontró Orlando W. Roberts
en 1817. 111 Su verdadero nombre desafortunadamente
no fue mencionado, y Roberts, a quien él le ofreció amistad
hospitalaria, no se recuerda si venía de Hamburgo o de
Bremen. "Don Alemán " puede haber llegado en 1810.
Tenía establecido un comercio con productos del país como
cacao, índigo, cochinilla, nácar, carey, hule, etc., así como
también importaba productos europeos, lo que lo hizo via-
jar a Europa, India y hasta China. Sin embargo encontró
la situación política en Centroamérica tan insegura que ex-
plicó a su huésped Roberts de que quería abandonar el país
tan pronto como fuese posible.

Cuando Wilhelm Marr viajó por Nicaragua en 1852 en-


contró en San Juan del Norte (Greytown) al Cónsul de las
Ciudades Hanseáticas, el comerciante W.... Marr describe
a su mujer, ya una vez viuda, como una "fregona". Se
debe haber tratado de Hen ry Wiedemann, originario de

(1) Orlando W. Robe rt s p. 221. H. Dane, p. 124, comete el error, de equivocar el año
de publicación del libro de Robe rt s 1827, con el año en que viajó por Nicaragua ;
estofun187.

-83--
Hanau que fue traído por su tío Andrés Louis Beschor, tam-
bién de Hanau, para trabajar con él en su negocio. Bes-
chor, que murió en Mayo de 1851 se radicó primeramente
en Granada como comerciante, pero a tiempo comprendió
la importancia de Greytown, adonde sus negocios lo lle-
vaban a menudo, de manera que en 1848 se cambió por
Greytown. Junto con el francés Phillippe de Barruel había
arrendado las rentas de la aduana, que fueron cobradas
desde el 1 de abril 1850 en San Juan del Norte para el rei-
no de la Mosquitia. (2)

Fue nombrado en 1850 vicecónsul hanseáatico para la


costa de la Mosquitia y en 1851 Cónsul, pero murió an-
tes de recibir en sus manos este nombramiento. Su so-
brino le siguió en la dirección de la firma Beschor & Wiede-
mann, y fue propuesto por la viuda de Beschor y el Cónsul
Inglés como sucesor, y en consecuencia fue nombrado Cón-
sul el 14-5-1852. El Encargado de Negocios prusiano Hesse
estimó a Wiedemann "como muy importante y activo Cónsul
Hanseático" (31. Según Wilhelm Marr, Wiedemann se casó
con la viuda de Beschor. En 1853 desistió de su negocio en
Greytown y se fue a California. El Consulado se lo dejó a
Georg Philipp Beschor, aparentemente hijo de André Louis,
pero pronto fue suspendido por las ciudades hanseáticas.

En 1854 aparece en Greytown todavía un J. G. Wiede-


mann (4), que muy posiblemente era un hijo de Henry. La
firma Beschor & Wiedemann, que existía hasta 1854 debe
haber sido muy importante y poseía sus propios medios de
transporte en el Lago de Nicaragua. (5) Según escribe

(2) Alejandro Montiel Argüello: Chatfield y Nicaragua, p. 38 ; Manuel Castrillo Gá-


mez: Reseña p. 455 menciona a Beschor, equivocadamente, como empleado de
Barruel.
(3( H. Dane, p. 118.
(4( Andrés Vega Bolaños: 1854 Bombardeo y Destrucción del Puerto de San Juan del
Norte de Nicaragua p. 106 (Doc. 21).
(5( H. Dane, p. 117, 126; Wilh. Marr, 1871, p. 161.

—84—
Wilhelm Marr había en Greytown en ese tiempo un "Orien-
tal alemán de Polonia", señor J.. .ky, quien tenía un ne-
gocio de textiles, un almacén y una cantina con el nombre
"New York House" (6), y también había un señor K
quien en 1852 estuvo en Greytown, pero que en realidad
vivía en Granada. (7)

Un señor von Witzleben, que según datos había sido ayu-


dante del rey de Bavaria y tuvo que ver en forma secreta
algo en sus relaciones con la bella Lola Montez, llegó en
1852 del interior de Nicaragua enfermo de fiebre a Grey-
town, con el propósito de viajar a Bluefields, donde quería
ofrecer sus servicios al rey de la Mosquitia. Pero se ahogó
a su llegada en el puerto de Bluefields al volcarse el bote.
Mare (Mary) von Witzleben, la viuda aparece todavía en
1894 en Bluefields. (8)

En 1854 cuando el buque de guerra americano "Cyane"


sin ningún motivo bombardeó el puerto de San Juan del
Norte (Greytown) y destruyó muchas casas comerciales, ha-
bía entre los quizás 500 habitantes "10 ó 12 angloameri-
canos, 25 ingleses y 12 franceses y alemanes", el resto
eran negros de Jamaica y nativos. En otros lugares se
habla de nueve o tres familias alemanas en Greytown. (9)
En todo caso el comercio de alemanes en aquel pequeño
puerto era tan importante, que el comerciante francés Phi-
lippe Auguste de Barruel Bauvert, que había viajado a
Francia para estimular al público europeo a ejercer presión
a los Estados Unidos para que ellos pagasen los daños oca-

(6) Wilh. Marr. ídem.


(7) Idem p. 162. Desafortunadamente Marr solamente algunas veces da todos les
nombres completos.
(8) Idem p. 117; More (Mary) von Witzleben aparece en el libro de la iglesia Morava
en Bluefields el 7 - 7 - 1894 como madrina del hijo Wolfgang del Rev. Leonhard
Reichel.
(9) Andrés Vega Bolaños: 1854, Bombardeo y destrucción del puerto San Juan del
Norte de Nicaragua p. 28/Doc. 3 p. 115, Doc. 21; Anthony Trollop, ob. cit. p.
519.

-85-
sionados por el bombardeo ilegal del ' Cyane,' dirigió una
carta abierta al comercio francés, británico, cerdeño, espa-
ñol, y también alemán.

Una declaración del 24-6-1856 que firmaron los más im-


portantes comerciantes y habitantes de Greytown con el
mismo objeto, contiene entre los nombres alemanes, los de
Julius Wolff, quien en 1855 era corregidor y más tarde
(1878) encargado del Consulado de Alemania en Greytown
y a quien le pertenecía la "muy bonita plantación" en el
Río San Juanillo, que fue descrita por el capitán Pim; tam-
bién firmaron Aug. K. Knipping, y J. G. Wiedemann. Una
familia Röhrlen (M. L. Röhrlen y V. Róhrlen) de Alsacia se
contaba entonces entre la colonia francesa. (10)

Cuando los primeros misioneros moravos Pfeiffer y Rein-


ke llegaron a San Juan del Norte (Greytown) era un
lugar constituido únicamente "por tres largas calles, casas
de mal aspecto con cerca de 300 habitantes". Pero el puerto
empezó a ganar importancia cuando se celebró un contra-
to con Nicaragua de parte de la New York Steam Naviga-
tion Comp. en 1849, sobre el hacer navegable el Río San
Juan.

En 1847 Peiffer y Reinke no encontraron aparentemente


ningún alemán, ya que entre la gente de raza blanca de
Greytown mencionan solamente franceses, ingleses y espa-
ñoles. Pero según sus informes, había vivido algunos años
antes en las costas de la Mosquitia, un comerciante alemán
llamado Geigger, que luego se trasladó a Kingston. (111.

110) Andrés Vega Bolaños, ob. cit. pp. 89, 106, 107, Doc. 21; p. 116 Doc. 26. En el
registro de bautismos de la iglesia Morava existe un bautismo en 1849 de un niño
Róhrlen, sin nombre, con la nota que nació en Sudamérica de padres desconocidos.
Los padrinos fueron: James Green así como Luisa Röhrlen y Mrs. Hollenbeck.
Probablemente se trota de un niño adoptado por la señora (viudo?) Röhrlen, que
fue salvado de algún naufragio. Bedford Pim: The Gates of the Pacific. p. 255.
(111 Pfeiffer/Reinke, 1848.

—86—
Cuando el tránsito de océano a oceano en 1850 se efec-
tuaba principalmente por medio del Río San Juan varios
alemanes, se quedaron allá. C. F. Reichardt anota en 1851
que entre "la gran cantidad de los inmigrantes o casuales
aventureros, especuladores y trabajadores de las distintas
naciones" los Alemanes, eran los que se lograron adaptar
bien a las condiciones, como eran para fundar una futura
existencia

Como ejemplo Reichardt señala a un alemán en Greytown,


quien había llegado a Nicaragua en 1848 "no completa-
mente sin medios y con planes razonables" pero que fue
engañado por compañeros de viaje, y compatriotas y que,
dirigido por el aquel entonces Cónsul inglés, había estable-
cido en un Bluefields un aserrío en el cual perdió todo ". El se
volvió en una triste figura, "quien en abrigo gris y en som-
brero de palma sucio constantemente atacado por la fiebre
vagabundeaba por las calles" "La mayoría de los alema-
nes fracasados" informa Reichardt, "se dedicaron a meseros
o cantineros y estaban perdidos para cualquier otro traba-
jo" Conoció en San Juan del Norte a 4 de estos cantine-
ros alemanes (tres oficiales nobles de Alemania del Sur y un
hacendado de Alemania del Norte), que se habían dedicado
a la bebida y de los cuales dos murieron pronto. (12)

Junto con la firma Beschor menciona Reichardt el nego-


cio de los hermanos Wassmann de Bremen, que desde 1850
existía en San Juan del Norte. La sede de la firma Wass-
mann & Co., que solamente importaba artículos alemanes,
mientras que Bahlke en Chinandega al mismo tiempo im-
portaba con preferencia de Inglaterra y de USA, estaba en

(12) Reichardt, p. 22 ff.

-87-
Granada. Conrad Christian Wassmann fue propuesto en
1853/54 como agente consular prusiano en San Juan del
Norte, pero no fue confirmado por Berlín. (13)

Ya en 1849 se radicó en Greytown J. E. Hollenbeck de


Los Angeles. El era aparentemente Alemán naturalizado
americano, pues repetidas veces Mr. y Mrs. Hollenbeck apa-
recen en los registros de la Iglesia Morava como padrinos
de familias alemanas en Greytown. Hollenbeck se juntó
en Abril 1867 con Carlos Gilman para formar la firma Ho-
llenbeck & Gilman; más tarde tenía un papel importante
con las compañías de tránsito. (14) Al mismo tiempo se
radicó en Greytown Luis Fromann de Coburgo. En los re-
gistros de la Iglesia Morava aparecen como hijos de Luis y
Henriette Fromman en Greytown, George (nac. 14-41864), su
hermano gemelo, Luis (muerto 21-10-1890), John Edwin Char-
les (nac. 9-7-1866), Heinrich Hugo (nac. 3-12-1867), Mar-
garethe Henriette Emilie (nac. 2 9 70) y Ernst Wilhelm (nac.
- -

18-7-1873). En 1874 estaba a cargo del consulado britá-


nico y firmó "Lewis Froman" (15); en 1875 fue vicecónsul
del Imperio Alemán en San Juan del Norte (Greytown). N.
N. Richter era socio de la casa Richter & Fromann (16), y
aparece junto con su esposa Henriette, en 1870 como pa-
drino de la hija de Fromann (17). Fromann pudo infor-
mar en 1869 que "el comercio del puerto Greytown no sin
importancia ... en su mayoría se encuentra en manos de

(13) H. Dane, p. 121 ; Wilh. Marr p. 190; Bedford Pim, p. 288 f., menciona a un Sr.
Wassman, pero en Masaya.
{14) "El Porvenir" Nr. 8/1867 del 15-5; registro de la iglesia Morava de Bluefields,
1849 como padrinos de un niño R ö hrlen, 1858 de un niño Diezmann y 1868 de
un niña Froman. Hollenbeck había obtenido en 1870 uno concesión por 25 años
paro mantener una lineo de vapores en el Río San Juan y en el Lago Nicaragua.
(Rey. Cons. Nr. 127/Abril 1971 p. 23: Luz en un Proyecto de Nicaragua, F. A.
Pellas) Uno de los barcos llevaba su nombre. En 1874 se nombró agente general
de la compañía de vapores de Nicaragua. En 1875 se retiró dejando sus dere-
chos a F. A. Pellas.
(15) "El Porvenir de Nicaragua" Nr. 11 del 15-3-1874.
(16) H. Dane p. 126.
(17) Registro de lo Iglesia Morava de Bluefields.

—88—
alemanes". (18) Por el cambio del siglo debe haber llega-
do a San Juan del Norte el carpintero Hildebrandt de Han-
nover. Antes había vivido en el Perú. El y su esposa mu-
rieron poco después, dejando una hija de 12 años. Joh. Wil-
da encontró a Emma Hildebrandt en 1905 en un rancho por
el Río San Juan frente al Río Sarapiquí, como ama de llaves
de un señor Prestinari. En las cercanías, también en la
margen nicaragüense del Río San Juan había otra casa so-
litaria de un Capitán alemán, que ya había regresado a
Alemania en una oportunidad pero que volvió otra vez.

Los libros de la Iglesia Morava depositados en Bluefields


nos informan sobre otros alemanes en Greytown en aque-
llos años: Allí aparecen desde 1858 los nombres William y
Amalie Fichtner y A. y Helene Fichtner. Como padrinos del
niño Rudolf Franz Anton Fichtner, nacido en 1863 se nom-
bra a Anton Hackler y Franz Wi rth.

Además se encuentran el médico e investigador de idio-


mas Dr. Friedrich Julius Diezmann con su esposa Helene, y
August y Diana Limberg, y, en los años 80 aparece John
Stühmer con su esposa Elisabeth; se trata probablemente
del mismo que como Johan Henrick Stühmer se casó en
Bluefields en 1881 y a quien le nació un hijo llamado John
Edwin en 1883. También Thomas y Diana Fiedler eran sin
duda de origen alemán.

En 1893 y todavía en 1906 actuó como cónsul alemán


en Greytown el comerciante C. F. Bergmann. Al mismo
tiempo aparece allá un señor J. J. Bergmann como comer-
ciante importador y exportador detallista.

Por este tiempo San Juan del Norte perdió cada vez más
en importancia y tuvo que ceder su rango como primer puer-

(18) H. Dane, p. 26 (citado del reporte de Hesse de 1869 p. 136).

-89-
to Atlántico de Nicaragua a Bluefields. Después de la rein-
corporación de la Reserva de la Mosquitia a Nicaragua, la
sede del Cónsulado alemán también se cambió a Bluefields.

En su viaje de San Juan del Norte por el Río San Juan


hacia arriba Wilhelm Marr encontró enfrente de la desembo-
cadura del Sarapiquí a un alemán llamado Hipp, quien en
conjunto con un español, que vivía en la orilla costarricen-
se, tenía un comercio floreciente de frutas y de whisky, los
que vendía a los "Californianos" que pasaban por allí.
Hipp tenía también un contrato para suministrar madera a
una línea marítima. Cómo Hipp, quien originalmente ha-
bía emigrado a los Estados Unidos, y que en forma aventu-
rera hizo un viaje por tierra de Chicago a San Francisco,
llegó a tener su esposa, cuenta Francisco Rohrmoser (191 en
su amplia descripción del viaje, que hizo de niño de Grey-
town a San José en el año 1853 en compañía de sus pa-
dres Franz Rohrmoser y Mathilde v. Chamier. La familia
viajó con seis niños, en parte muy tiernos, con la prometida
del señor v. Faber, quien entonces trabajaba con Alexander
v. Bülow, y además con un sirviente. Viajaron desde Stettin,
pasando por Greytown hasta San José de Costa Rica, donde
los esperaba un hermano de la señora Rohrmoser, el señor
v. Chamier. En el pequeñísimo barco, que estuvo 3 meses
y 15 días en camino, iban junto con la tripulación 101 per-
sonas, entre ellas también 30 trabajadores para la colonia
Angostura, que estaba planeada por A. v. Bülow en Cos-
ta Rica.

A la familia Rohrmoser, de la cual todavía existen des-


cendientes en Costa Rica y en Nicaragua, se habían ¡unta-
do dos señoritas, las cuales, solamente Dios sabe, por qué
motivos, se habían metido en este viaje de aventuras. El
(19) Manuscrito en poder del nieto de Franz Rohrmoser, señor Rudolf Schaer en Ma-
nagua, a quien se le agradece aquí su amable cooperación; el manuscrito es del
año 1917.
traslado de este grupo se hizo en una chalupa subiendo el
Río San Juan hasta la desembocadura del Sarapiquí, donde
se pasó la noche en "Hipp's Point". Ahí se enamoró una
de las mencionadas señoritas a primera vista del señor
Hipp, quien la tomó así como estaba, se fue donde el próxi-
mo juez de paz para celebrar las nupcias. El artículo "San
Juan", de 1854/55 que apareció en Harper's New Monthly
Magazine (Vol. X p. 50-61), y del que no se menciona el
nombre del autor, nos habla todavía de "Nuestro amigo
Hipp que desafortunadamente es un soltero" Se espera
que Hipp haya encontrado su fortuna con este matrimonio.
Sin embargo, Hipp quería regresar a USA tan pronto como
fuese posible. Parecía no estar muy contento en este lugar
a pesar de la situación estratégica de su establecimiento,
y aunque hacía muy buenos negocios con los viajeros. Se-
guramente el motivo era la situación legal de entonces,
puesto que tanto la Reservación de la Mosquitia como Ni-
caragua y Costa Rica se disputaban aquel territorio e in-
cluso Hipp tuvo que expulsar a un matrimonio francés, que
se quería apoderar de sus plantaciones, alegando poseer
título de propiedad de Costa Rica. (20) Su Rancho dibuja-
do en varias publicaciones de esta época ganó una cierta
fama, porque les servía a muchos miles de pasajeros en
tránsito como lugar de descanso.

El viajero inglés Frederick Boyle (21) encontró en aquellos


años por el Río San Juan "únicamente malos ranchos", con
excepción de una sola residencia que a su juicio merecía el
nombre de "plantación" y era propiedad de un señor
"Wolfe", un exoficial de la marina prusiana, quien vivía
en Nicaragua desde hacía 20 años, afirmando, que el sue-
lo era tan bueno, como se podía desear y el clima saludable.
El Sr. Wolfe sembró con éxito café y cacao.
(20) Harper's New Monthly Magazine, Vol. X/Dec. 1834-Mayo 1855, p. 59.
)21) Frederick Boyle: A Ride across a continent, a personal narrative of wanderings
through Nicaragua and Costa Rica, Vol. 12, Londres 1868, p. 59.

-91-
Félix Belly menciona un lugar en el Sarapiquí cerca del
Río San Juan, llamado Muelle, el cual —escribió-- no ha
sido indicado en su mapa, ni siquiera por Scherzer y Wag-
ner, aunque allí en 1858, un alemán-suizo poseía un rancho
y aunque se proyectaba establecer allí una colonia alema-
na, quedó abandonado desde hace muchos años, a pesar
de que fuese una vez elegido como el núcleo de una pobla-
ción alemana. (22)

En Castillo Viejo, la próxima estación río arriba, deben


haber vivido por el año 1852 varios alemanes. Marr se
inscribió en los registros de una "boarding house, " admi-
nistrada —según él cree acordarse— por un Hamburgués,
llamado Wiener. En la misma casa pasó una noche de
1851 el pintor Wilhelm Heine pagando la suma de 11/2 do-
llar. El señor Wiener fue empleado como administrador en
Castillo Viejo por el capitán Banker, quien estaba encarga-
do de la supervisión de todos los vapores del río que poseía
la compañía americana del tránsito, y —como C. F. Reich-
ardt nos informa en 1852, se estaba "construyendo un
hotel en Castillo con algunos carpinteros y trabajadores ale-
manes". Estos trabajadores alemanes deben haber sido
los que acudieron en ayuda de Wilhelm Marr, cuando tuvo
una disputa con el comandante del lugar. (23) El caso de
Orlando W. Roberts, algunos años atrás, demuestra que con
estas cosas no se podía jugar, puesto que el entonces om-
nipotente comandante español por poco lo hace ejecutar.
Reichardt describe en 1851 el Castillo como "una rara po-
blación de norteamericanos y alemanes". En el río encon-
tró algunos alemanes, que se dedicaban a la caza de la-
gartos, para conseguir "una especie de almizcle", que estos
animales tienen en sus cabezas. Félix Belly en su viaje en
1856 encontró en Castillo a Wilhelm Hanger originario de

(22) Félix Belly, 1889, p. 49, 50, p. 56 noto 1.


(23) Wilhelm Marr, p. 210.

-92-
Paisaje tropical — dibujo de Heine

Hipp's Point
Calle de Bluefields — a la derecha tienda de H.R. Siegert
Mühlhausen en Alsacia, quien era una víctima de William
Walker. Hanger había llegado de California con 6.000
piastras en el momento en que Walker se había adueñado
del país. En La Virgen fue saqueado completamente. En-
tonces estaba obligado a ganarse el pan como comandan-
te de 20 hombres en el Castillo. (24).

En San Carlos, Marr conoció a "otro alemán" , " que pa-


recía haber dividido su existencia entre delirios de fiebre y
brandy"

Más tarde se establecieron en San Carlos algunos alema-


nes, así como la familia Kautz, padre e hijo, que fundaron
la hacienda San Francisco del Río. (25)

En 1852 se fincó al "lado de Chontales" un señor Jans-


sen y Marr se preguntó a sí mismo con cierta razón, cuánto
tiempo aguantaría en este lugar. Janssen (Jansen) parece
ser el mismo que en 1852 junto con el "constructor" Reich-
ardt (26) planeaba una "colonia alemana de agricultores"
en la alta y saludable provincia de Segovia con la ayuda
de la colonización de Hamburgo. Reichardt sin embargo
viajó a Alemania de regreso y consideraba cada empresa
de colonización en Nicaragua un fracaso, mientras Janssen
aparentemente se quedó.

Mientras Hesse nos informa que en aquel entonces en


Granada "solamente habían algunos alemanes comercian-
tes, unos pocos marineros alemanes que con lanchas viaja-
ban sobre el lago de Nicaragua, y un alemán, que vivía del
transporte y del cultivo ". (27) Wilhelm Marr, cuando llegó
a Granada vivió en una " casa alemana", el "Hotel Washing-

(24) Félix Belly 1889, p. 155.


(25) José Coronel Urtecho: Viajeros en el Río, Rev. Cons. Nr. 45/Junio 1964, p. 25.
(26) Esto fue seguramente el ya mencionado C. F. Reichardt, quien, sin embargo, no
escribe nada sobre este proyecto, comprar Wilh. M rr p. 266; H. Dane p. 119.
(27) H. Dane, p. 126 según el llamado "informe Hesse'.

-93-
ton", que dirigía un berlinés ebanista Weber, "quien hacía
bastantes buenos negocios y tanto probo como listo indi-
viduo berlinés, cuya estatura gallarda, solamente un poco
decaído por causa de enfermedad". Su esposa, aunque en-
ferma del hígado "le gustaba hacer, aunque sin éxito,
el papel de la gran dama de la capital prusiana con su abun-
dante corpulencia y su insuficiencia gramatical". Weber era
—como dice el malicioso Marr— uno de los últimos sobre-
vivientes de un grupo de emigrantes de Prusia, de los cuales
la mitad se había ido a Costa Rica por el Río Sarapiquí
"debido a controversias ocurridas entre los alemanes",
mientras que la otra mitad continuó su viaje hacia el "Pa-
raíso de Mahoma", como se llamaba Nicaragua. El ma-
trimonio Weber tenía entonces "dos pálidas e infladas hi-
jas", de nueve y once años.

En el mismo hotel alemán vivían con Marr otros dos jó-


venes alemanes, "uno enflaquecido hasta los huesos, blan-
co como tiza" y el otro no mucho mejor. Ambos habían
venido de San Juan del Sur y Virgin Bay, (La Virgen) a Gra-
nada para curarse; uno de ellos era el cuñado del Dr.
Ernst Carl Bernhard, médico, originario de Schlesien, quien
tenía su consultorio en Granada y cuya esposa había falle-
cido allí poco antes de su padre y su madre. Dr. Bernhard
fue el líder de un grupo de emigrantes que llegaron a Grey-
town en 1852. (281

El Dr. Bernhard estudió Medicina en Breslau y Berlín, y


especializado como cirujano y partero. En Nicaragua logró
tener con éxito un consultorio y una farmacia. En 1854
fue nombrado agente consular prusiano para Nicaragua y
El Salvador. En 1856 se fué a San Miguel en El Salvador,
según se dice, debido a los problemas políticos de la guerra

(28) Ferd. Schróder op. cit. (ahí citado/Periódico General para Emigrantes Nr. 68/1851,
12.6., p. 270).

-94-
contra Walker. (29) En verdad cambió de lugar después
que le había enamorado a la esposa de su compatriota
Ferdinand Streber. (30) El quisquilloso Marr sabe del Dr.
Bernhard que él "en su patria estaba metido en una clase
de diletantismo conspiratorio y creyéndose por eso un exilia-
do político, se embarcó a Centro América". Marr lo describe
como un hombre jovial y despierto en la primera mitad de
los años 30, a quien le fue posible "arrebatar a los curas
el monopolio del arte de curar".

El Dr. Bernhard recibió en San Miguel el exequatur de Vi-


cecónsul Prusiano. En 1865 tuvo que abandonar el país
por un tiempo, porque había ofrecido asilo a un oficial du-
rante las intranquilidades políticas; por eso naturalmente
perdió su cargo, pero ya en 1868 fue nuevamente nombra-
do Cónsul, en 1870 Cónsul General de la Confederación
Germánica del Norte, y en 1871 Cónsul General del Impe-
rio Alemán para El Salvador, Honduras y Nicaragua. (311

Al igual que Wilhelm Witting muchos alemanes que an-


teriormente se habían radicado en Nicaragua se traslada-
ron más tarde a Costa Rica. Marr dice de Witting en 1852:
¡Dios bendiga! por fin un carácter sano, enérgico e ínte-
gro". Marr lo encontró en Granada y afirma que "poseía
suficiente energía para efectuar en Nicaragua estudios mi-
nerales y viajes de descubrimiento" Una buena parte de
los alemanes, que después se trasladaron a Costa Rica ha-
bía llegado en 1853 a Nicaragua con el barco de emigran-
tes ' Antoinette" Heine encontró a Witting junto con otro
joven ingeniero de minas, llamado Schmidt, quien había
sido estudiante de minería en Freiberg en una compañía
minera nicaragüense. Witting fue luego en Costa Rica di-

(29) H. Dane p. 143.


(30) W. F. Leopold: p. 49, 55; Wilh. Marr, p. 239; actas de la embajada alemana en
Managua.
(31) H. Dane p. 105.

-95---
redor de monedas y en su tiempo todas las monedas mos-
traban sus iniciales G. W. (Guillermo Witting). Su prede-
cesor en el mismo cargo había sido otro alemán, Joh. Barth.
(32)

También el farmacéutico Dr. Johannes Braun, quien tra-


bajó en San José en la farmacia del Dr. Ellendorf y que fué
padre del poeta Juan Diego Braun Bonilla (1859-85) a quien
Rubén Darío dedicó un soneto después de su muerte, (33),
se fué en estos años de Nicaragua hacia Costa Rica. Este
debe ser el mismo farmacéutico alemán a quien Wilhelm Marr
describe sin mencionar su nombre; él había llegado de Cali-
fornia y sus acompañantes lo llamaban jocosamente gene-
ral, lo que hizo, que las autoridades del país le rindieran
honores militares, hasta que él mismo se "desgeneralizó"
(34)

De la misma forma salieron de Nicaragua, en aquel en-


tonces plagada de inquietudes políticas, el fontanero Frie-
drich Mathis (Matthis), el joyero Carl Schwágerl y el ya
mencionado prusiano Ferdinand Streber, a quienes los la-
tinos llamaban Estreber. Mathis y Streber habían llegado
en 1853 a Greytown junto con los otros alemanes en el
barco "Antoinette". (35) Streber era como muchos de sus
compañeros emigrantes un partidario de la revolución de
1848, había pertenecido en Berlín al club de literatos "Tun-
nelgesellschafe" y fue considerado "como un jurista".

Según otras versiones él había sido solamente un comi-


sario de la justicia, originario de Greifwald y que había
sido echado por defraudación y hasta en Costa Rica obtuvo
un título de licenciado. (36) El había sido uno de los miem-

132) H. Dane p. 142, en especial nota 4.


133) W. F. Leopold p. 49, 55.
134) Wilh. Marr p. 241.
135) H. Dane p. 140, 142.
{36) H. Done p. 143.

—96—
bros más activos de la "asociación de colonización de Ber-
lín para Centro América", junto con Alexander v. Bülow,
Edward Delius de Bremen, y el ingeniero Franz Kurtze (37).
Después de que su esposa lo había abandonado con el Dr.
Bernhard tenía talvez la esperanza de poder olvidar mejor
su matrimonio fracasado en Costa Rica. Con Bülow, de
quien fué por un tiempo su secretario se desavino y siguió
como abogado. Más tarde llegó a ser gobernador de la
provincia de Guanacaste; inició una reforma de las leyes
costarricenses de hipoteca y de quiebra, según las leyes
prusianas. (38) Sobre él hay toda clase de diferentes opi-
niones, pero es injusto que lo describan la mayoría como
una personalidad de influencias pero turbia. C. F. Reich-
ardt describe la situación de Streber —a quien encontraba
en Greytown— de una forma poco positiva, que por cierto
podía haber sido influenciada por una antipatía personal.
Reichardt fue pedido un día por un joven alemán, quien
vivía ya mucho tiempo en Greytown, visitar al señor Stre-
ber. Ya que Streber en los informes de Berlín aparecía
como propietario de un establecimiento en Granada, fue
grande la sorpresa de Reichardt de encontrarlo en Greytown
en condiciones lastimeras. "En el sucio ático de un mal
hotel alemán, encontramos también " —así cuenta Reich-
ardt "a este primer emisario de la asociación de coloni-
zación de Berlín, junto a su hijo, ambos con fuerte fiebre,
en realmente lamentables condiciones. Había abandona-
do Granada para esperar la ayuda de Bülow —quien esta-
ba por llegar en Greytown Streber maldecía, como
informa Reichardt, a Bülow, aunque la culpa de su mise-
ria era principalmente de él mismo. (39) En un informe
del gobierno prusiano, se dice que Ferdinand Streber no
(37) Ing. Franz Wurtze procedía de Hamburgo, trabajó por un tiempo en el proyecto de
Bülow en Angostura, recibió en 1854 la nacionalidad costarricense, dirigió los tra-
bajos de investigación de las líneas del ferrocarril Puerto Limón-Puntorenos y mu-
rió en moyo 1858 en San José.
138) W. F. Leopold, p. 25.
139) Reichardt, p. 23.

-97-
tenía muy buena reputación. Charles N. Riotte, de proceden-
cia alemana y más tarde Ministro Residente americano en
Nicaragua, opina, que en toda su vida no había encontra-
do a otro hombre "tan capaz, pero también tan indigno".
(40)

Otro de los partidarios de la revolución de 1848 fue Her-


mann Deutsch, que llegó primero a Caracas, Venezuela y lue-
go se radicó en Masaya como comerciante. El era de Heldrun-
gen en Prusia, donde dejó a su madre Marie Deutsch y a su
hermano, Ferdinand. (41) Genaro Lugo lo enlista entre
los primeros pioneros que se dedicaron al mejoramiento de
los caminos en el interior del país; después Hermann
Deutsch mantenía por largo tiempo un servicio de mulas y
fue así precursor de Heinrich Gottel con su servicio de co-
ches. (42)

En 1868 murió en Rivas el pintor Carl Luis Ferdinand Paul,


originario de Backau cerca de Magdeburg; el cónsul de la
Confederación Germánica del Norte Dr. Bernhard en San
Miguel, El Salvador, envió en 1870 a su colega Paul Eisens-
tuck en Nicaragua documentos informándole que
(ilegible) Beese (calvez la viuda de Paul con nombre de sol-
tera Beese o su hija casada) y sus hijos eran los herederos
legales de Paul". (43)

Entre los alemanes que se quedaron en Nicaragua en


estos tiempo se cuenta el hamburgués Woeniger sobre el cual
varios viajeros de entonces nos informan porque tuvo un
destino especialmente triste. El llegó a Nicaragua, como
mucho, a travez de los Estados Unidos, donde se había apa-
rentemente naturalizado. Cuando E. G. Squier encontró a

(40) H. Dane, p. 143.


(41) Actas de la embajada alemana en Managua.
(42) Genaro Lugo: Apuntamientos del desarrollo de la industria en Nicaragua durante
el Siglo XIX, "La Industria", Rev. mens, Managua, 1901, p. 22.
(43) Actas de la Embajada alemana Managua.

—98----
Woeniger en 1849/50, éste ya llevaba viviendo 12 o 14
años en el país, pues tiene que haber llegado por 1836.
Compró un terreno en la Isla de Ometepe, rozó y plantó
con mucho éxito algodón de manera que pronto pudo im-
portar toda clase de máquinas, desmotadoras y limpiado-
ras para su cosecha. "Debido a su carácter o por alguna
condición especial "provocó el odio de los nativos. Froebel
observó que esto se debió a la forma poco agradable de tra-
tar a la gente. (44) Finalmente tuvo dificultades con sus
trabajadores, de los cuales un día en su ausencia una horda
de borrachos atacó su casa, violaron a su esposa, a una
hija de un profesor de Pensilvania y destruyeron todo.

Aunque Woeniger estaba decidido a quedarse al fin


tuvo que abandonar su hogar y huir de la Isla después de
nuevos ataques. Compró una hacienda cerca de Potosí por
el lado de Rivas, donde comenzó a sembrar cacao. Squier
alaba sus grandes conocimientos del país, su despierto inte-
rés y su colección arqueológica; lo señala como testigo de
la existencia de ídolos en Ometepe y consiguió de él varios
objetos que luego donó a la Smithsonian Institution (45)
Aparentemente Woeniger regresó pronto a la Isla, donde
encontró su destino. Froebel escribe que no se hubiera
sorprendido si Woeniger apareciera asesinado algún día.
Wilhelm Marr repite lo que Julius Bahlke le contó sobre el
el triste final de Woeniger: Julius Bahlke mismo se había
avecindado en 1849/50 a Woeniger en un esfuerzo de ha-
cerse finquero. Bahlke se había empleado como administra-
dor o socio de C..., procedente de la región del Harz, quien
estaba casado o vivía con una mujerzuela de Granada y de
quien Bahlke opinaba que era un carácter hermético y pér-
fido. C odiaba a Bahlke y éste no se podía librar de

(44) Froebel I, p. 338.


(45) Désiré Pector: Indication approximative de Vestiges laissés par les populations
précolombiennes du Nicaragua, 1. et 2. partie, Paris 1889 p. 149.

-99-
la idea de que tenía intenciones de atentar contra su vida.
De manera que para Bahlke era un hecho, de que C
tuvo la culpa de la muerte violenta de Woeniger, quien un
día fue encontrado asesinado entre La Virgen y Rivas. La
esposa de Woeniger y su hija de un año murieron poco
tiempo antes en la ausencia de Woeniger de un terrible mal
del estómago, mientras C se encontraba en la casa,
ebrio y con fiebre. Esta experiencia horrible movió a Julius
Bahlke a abandonar Ometepe definitivamente. (461

Frederick Boyle encontró en su "Ride across a continent",


en 1865 en Moyogalpa, Ometepe, a la viuda de un alemán,
que había vivido bastante tiempo allí, Mrs. Campe, el hijo
de la cual lo acompañó en sus excursiones por la Isla. (471
Froebel ya había encontrado en 1855 al viejo Campe del
cual escribió que vivió en la Isla de Ometepe en el mismo
tiempo que Woeniger, pero que después, por motivos de
seguridad había escogido Granada como su residencia.
Dice también que por la gran estimación que gozaba, fue
llamado "Rey de Ometepe". Nuevamente, sigue informan-
do Froebel, se radicó un tercer alemán en Ometepe.

Después de lo que se sabe de él y de su familia, no se


puede sospechar del viejo Campe como posible asesino o
instigador del asesinato de Woeniger; debe ser pura casua-
lidad que también su nombre comenzara con "C".

Un importante papel entre los primeros inmigrantes ale-


manes tiene Julius Bahike (48), del cual ya hemos hablado
y a quien se dedicará un capítulo aparte. Al igual que a
Heinrich Gottel se le puede contar entre las personalidades
más destacadas entre los alemanes en Nicaragua. Ambos

(46) Wilh. Marr tomo II p. 66 sequ.


(47) Frederick Boyle p. 61, 75, 101.
(48) El señor Julio E. Bahlke informó al autor en 1972 que según se acuerda su abuelo
llegó a Nicaragua por medio de la firma Woeniger en Nueva York.

—100—
tenían un gran espíritu de pionero y a ambos Nicaragua
tiene mucho que agradecer.

Heinrich Gottel, durante su vida, fué probablemente el


alemás más conocido en Nicaragua y por medio de su pe-
riódico "EI Porvenir", también se hizo popular en toda Amé-
rica Central. El gran poeta Rubén Darío, también periodista,
dice de él y de su sucesor Carnevalini: "Dos extranjeros de
grata recordación contribuyeron a la cultura del país, im-
pulsando y dando nueva vida al periodismo naciente: un
alemán, Gottel y un italiano, Fabio Carnevalini." (49) Hein-
rich Gottel nació en Danzig en 1831 y en su juventud emi-
gró a los Estados Unidos, donde estuvo 18 meses, para
aprender inglés, y donde se naturalizó supuestamente. 150)
Se quedó en Rivas, cuando venía de paso hacia California.
En marzo de 1852 celebró un contrato con la "Compañía"
(de Tránsito) en el que se obligaba a proporcionar caballos
para el transporte de equipajes y viajeros. De esta forma
los viajeros podían despachar su equipaje por 15 Centavos
la libra, estando seguros de obtener caballos de silla. 151)

Más tarde Gottel se independizó con una empresa de


transportes para pasajeros entre San Juan del Sur y La
Virgen (Virgin Bay). En la guerra contra Walker en 1856
perdió todo, pero reorganizó su empresa mejor y más gran-
de y en 1861 estableció en la misma ruta un servicio de
diligencias, el primer servicio de este tipo que hubo en Ni-
caragua. 19-2-1861 se celebró un contrato entre el go-
bierno y la nueva empresa de Gottel sobre la reconstruc-
ción de las viejas carreteras entre Granada y León. 152) Su
socio fué primero E. Carazo, con quien en su "El Porvenir"
anunciaba a precios favorables, "Reliable Transportation for

(49) Rubén Darío: El Viaje a Nicaragua, 1909 en Rev. Cons. 65/Febr. 1966, p. 17.
(50) William Walker, p. 397.
(51) D. I. Folkman, Jr. p. 51.
(52) Guerrero/soriano: Monografía de Masaya, p. 58.

—101—
Immigrants and their Freight from San Juan del Sur to Virgin
Bay ". (53) Desde 1868 fue su socio Pedro J. Ruiz Tejada,
un General de origen colombiano, que había llegado a Ni-
caragua en 1851 y se había destacado en la guerra contra
Walker. Después de la muerte de Gottel él siguió con el
servicio de diligencias y murió en 1919 en Masaya, después
de haber celebrado su 95 cumpleaños. (54) La "Compañía
Gottel y Tejada, Empresa de Diligencias " manejaba más
tarde todo el servicio de coches entre Granada y Chinan-
dega. (55) Entre otras construyó el puente de San Felipe,
que fué inaugurado con gran brillo el 25-12-1864; 4.000
personas estaban presentes y junto a la bandera de Nica-
ragua ondeaban las banderas de los Estados Unidos, In-
glaterra y varios Estados Alemanes. La "Gaceta de Nica-
ragua " publicó un largo artículo al respecto y un poema
festivo enalteció el suceso. (56)

En 1865 o 1866 Henry Gottel había fundado en Rivas


un periódico imparcial con el nombre de "El Porvenir" aun-
que él nunca habló bien Español y mucho menos lo es-
cribió. El mismo imprimía el periódico con maquinaria que
había importado de Alemania. (571

El periódico aparecía al comienzo dos veces al mes con 4


páginas y tenía según necesidad una parte en inglés. A
intervalos irregulares había también un "alcance" o anexo
con las últimas informaciones telegráficas y otras noticias
importantes. "El Porvenir" seguramente fue el primer pe-
(53) "El Porvenir" Nr. 3 del 12-11-1866 p. 4.
(54) Emiliano Chamorro: Autobiografía, p. 129 en Rev. Cons. 10/Julio 1961.
(55) H. Done p. 127.
(56) Franco Cerutti: Documentos paro la historio de Nicaragua através de lo versifica-
ción del siglo XIX (tomo II: Poemas ocasionales de distinta inspiración, Poemas de
carácter cívico-político Nr. 139, Rev. Cons. 114/marzo 1970 p. 66.
(57) E. Guzmán: Una tumba querida en: Biografía de Don H. Gottel, Managua, reim-
presión de 1925, p. 15. El año de fundación de "El Porvenir" no se puede de-
finir ocn exactitud. Montalván: Historia del Periodismo en Nicaragua, p. 14, se-
ñala 1866, mientras un contemporáneo Enrique Guzmán, habla de 1865. Nr. 3 del
primer tomo apareció el 12-11-1866, de manera que lo más probable es 1866.
(Franco Cerutti en Rev. Cons. Nr. 113/Febr. 1970, p. 21 nota 5).

—1 02-
riódico que apareció en Rivas y bajo su nuevo nombre "El
Porvenir de Nicaragua" debía ser el segundo periódico más
viejo de la capital Managua, después de la "Gaceta Ofi-
cial" (58). En vista de que se mantuvo mucho más tiempo
que la mayoría de los periódicos en Granada y en León que
periódicamente aparecieron y pronto dejaron de existir, se
puede catalogar el periódico de Gottel como el que duró
más tiempo y uno de los más leídos del Istmo.

Gottel fundó más tarde una finca a unas dos millas del
Suroeste de Managua entre Sabanagrande y Nindirí en un
lugar que entonces se llamaba "El Mojón" y después se le
dió el nombre "Valle Gottel". Allí publicó su periódico, se
dedicó a la agricultura y mantenía también un "Hotel del
Valle Gottel". Como se ve en un aviso en "El Porvenir de
Nicaragua" del 18-1-1874 se cobraba 30 centavos por la
noche, un café 15 centavos y por un refresco 10 centavos.
Por decreto del 26-3-1871 le fué entregado el terreno para
practicar la agricultura y para poblarlo. (59) Su sueño de
fundar una ciudad aquí, no logró realizarlo. Pero si Mana-
gua, después del terremoto del 23-12-1972, se extiende en
esa dirección, como parece, se ofrecería la oportunidad de
hacer honor póstumo a este gran pionero para el progreso
del país nombrando ese barrio "El Valle Gottel".

Gottel trasladó su imprenta a ese lugar y desde ahí pro-


ducía el diario. Sin embargo parece dudoso lo que Gratus
Halftermeyer y otros cuentan, de que él mismo, montado
en un burro repartía su periódico en la ciudad, puesto que
se trataba de un diario que gozaba de mucho renombre

158) El autor agradece la cordialidad del Dr. Felipe Rodríguez Serrano de haber permi-
tido ver los viejos Nrs. de "El Porvenir". Sobre la Prensa en Nicaragua 1830-60
comparar: C tálogo de lo exposición: 30 Años de Periodismo en Nicaragua 1830-60,
Instituto Centroamericano de Historia, Universidad Centroamericana, publ. Mauricio
Pallais Lacayo, sin año (1971)-1885/86 apareció otro periódico también llamado
"El Porvenir", fundado por Jesús Hernández Somoza. Pero no tiene nada que ver
con el periódico de Gottel.
(59) Heliodoro Cuadr , 1939 p. 209, 229.

—103—
comparado con los diarios de Granada, León y Masaya y
que circulaban en aquel tiempo. (601 En 1874 trasladó Got-
tel su imprenta a Managua. En la edición del 3-5-1874,
año IX, se informó a la ciudadanía que aquel era el último
número que se editaab en el Valle Gottel, ya que "graves
inconvenientes que no hemos podido superar durante nues-
tra larga permanencia en este sitio" lo obligaban a aban-
donar el Valle Gottel. Se desconoce si el motivo por el cual
Heinrich Gottel deseaba vender o arrendar su propiedad,
lo que se anunciaba desde el 20-9-1874, era su condición
de salud. Muy metido en política, Gottel tenía una enor-
me resonancia con su diario entre amigos y enemigos, tal y
como aparece en un poema burlón que fue publicado en
León el 6-9-1872. (611 El mismo no suprimió ningún artícu-
lo escrito en contra de él y de esa manera demostraba su
concepto liberal. En el Valle Gottel construyó una pequeña
capilla católica aunque no era católico sino masón, y mu-
chas veces fue atacado por la iglesia; también fundó para
los hijos de sus trabajadores una escuela elemental. Got-
tel fue nombrado Cónsul de Guatemala, lo que Gratus Half-
termeyer con razón consideraba muy ventajoso para el país.
Trajo de una estadía en Guatemala de casi un año, de
donde regresó en Abril de 1874, copias de documentos del
archivo nacional de Guatemala, que fueron para Nicaragua
de un especial valor histórico.

También había copiado actas que fueron de buen servi-


cio para Nicaragua indicando los títulos de propiedad de
bienes raíces. (621 Estos documentos más tarde sirvieron
a Bancroff para su "Historia de América". Heinrich Gottel
era músico y también escribió algunas composiciones pro-
pias.

(60) Gratus Halftermeyer: Historia de Managua, 3a. Edición, 1959, p. 335; Guerrero y
Soriano: Monografía de Managua, p. 236; Heliodoro Cuadra, 1-99; Francisco Hue-
zo: Historia del Periodismo de Nicaragua, p. 54, en Rev. Cons. Nr. 76/Enero 1967.
(61) Franco Cerutti: Documentos etc. en Rev. Cons. 114/Marzo 1970, p. 45.
(62) "El Porvenir de Nicaragua", año IX Nr. 15 del 12-4-1874 y 30.8-1874.

—104—
Murió el 11 de Enero de 1875 después de una larga en-
fermedad, pero la iglesia católica negó a este filántropo el
entierro en el cementerio considerándole "hereje". Final-
mente fue sepultado "extra-muros". Esto motivó que la
colonia extranjera y algunos de sus amigos nicaragüenses
bajo la dirección de Julius Bahlke, comprara el terreno al
lado Norte del Cementerio de la Iglesia San Pedro, donde
Gottel había encontrado su sepultura, para establecer ahí
el "Cementerio de Extranjeros ". (63) y (64). Este panteón
sirvió hasta 1936 para el descanso de los restos de la ma-
yor parte de los extranjeros, y aún se ven muchas inscrip-
ciones alemanas en las lápidas. Sus amigos erigieron ahí
un monumento a Heinrich Gottel el 5-1-1883; una columna
truncada sencilla sobre una base. Antes de 1928 la colonia
alemana compró en el cementerio occidental un lote, que
fue extendido por una donación de Friedrich Künneke Mo-
rris sirviendo entonces como cementerio alemán.

Entre los muchos alemanes, a quienes Nicaragua aún les


debe su agradecimiento, se cuentan Theocior Hocke y Julius
Wiest. Ambos eran amigos desde la juventud, estudiaron
juntos en Alemania y también se embarcaron juntos hacia
los Estados Unidos como ingenieros civiles; ambos corres-
pondieron al llamamiento del Presidente de Nicaragua Dr.
Adán Cárdenas (1883-87) y efectuaron aquí muchos traba-
jos juntos. Ambos fallecieron uno tras otro dentro de po-
co tiempo. (65)

Theodor Hocke es considerado a menudo como america-


no porque llegó a Nicaragua através de los Estados Unidos
(Cleveland-Ohio) donde probablemente obtuvo la ciudada-
nía americana.
(63) Grotus Halftermeyer p. 343 p. 159, 181, 217, 47.
(64) Enrique Guzmán: Biografía de Henrique M. Gottel, (Una Tumba Querida) Prece-
dida del discurso del Sr. Genaro Lugo al eriigrse el monumento en honor de aquel
ciudadano, Managua 1925 (reimpreso).
(65) José Andrés Urtecho: Discurso póstumo para T. E. Hocke en Rev. Cons. 88/Enero
1968 p. 71.

--1 05-
Fue nombrado presidente de la asociación de ingenieros
y constructores de la república. Participó decisivamente en
la planificación y construcción del Ferrocarril del Pacífico,
empresa de la cual fue dos veces gerente. Junto con él
trabajó temporalmente W. Teller, según su apellido también
de origen alemán. Theodor Hocke fue constructor del Palacio
Nacional, que resistió los terremotos de 1931 y 1972, hizo
muchas otras obras en Managua, así como la vieja cárcel
(1889) el Cuartel Principal y la primera estación del ferro-
carril (1884-86); ambos fueron destruidos por la explosión
del cuartel en 1902. Para el nuevo edificio del hospital
San Juan de Dios en Granada diseñó los planos sin costo
alguno. (66)

Julius Wiest, un ingeniero originario de Württemberg que


llegó a Managua a fines del siglo pasado, instaló en el Sur
de la ciudad un taller de mecánica, al que llamó "Sajonia",
nombre que despusé se dió a todo el barrio ; el taller fue
más tarde dirigido por Karl Rivnac, procedente de Austria.

Julius Wiest era un hombre interesado en todo progreso.


Bajo la presidencia del General Zelaya fue nombrado Di-
rector del Taller Central. Cuando Zelaya, en el año 1895
celebró un contrato con la casa alemana Morris, Hayden &
Co., en Managua sobre la construcción del tramo central
del Ferrocarril del Pacífico de Managua hasta La Paz Vieja
así como también el trecho entre Masaya y Carozo, Julius
Wiest fue nombrado Jefe Constructor. Más tarde Wiest
administró la empresa de ferrocarril. La casa Morris &
Hayden había sido contratada también por el General Za-
vala para construir la parte entre La Paz Centro y León Viejo,
trabajo que se terminó en 1883, y así también el trecho
Managua-Masaya, que en 1883 ya había nivelado Frie-

(66) Rev. Cons. Nr. 77/Febr. 1967 p. 11: El Hospital San Juan de Dios en Granada.
Gratus Halftermeyer p. 58, 148; Manuel Castrillo Gámez p. 95.

—1 06-
drich Künneke Morris. (67) Sobre el proyecto de ferrocarril
ya en 1883 Maximilian von Sonnenstern como Inspector de
Obras Públicas había presentado un informe y con respecto
al trazado de San Juan del Sur hasta Granada y Masaya se
celebró un contrato entre el gobierno y Wilhelm Jericho el
31-10-1887. En el artículo 6 de este contrato él se obliga-
ba al pago de una multa convencional de 50.000 Pesos 168)
En este proyecto también tomaron parte los ingenieros Emil
Müller y Dr. Bruno Mierisch. (69) Cuando se abrió el tramo
del ferrocarril en 1903, llegó a su fin el tráfico de barcos
por el lago de Managua a Momotombo.

El trazado del ferrocarril entre Masaya y Diriamba/Cara-


zo ofreció dos posibilidades diferentes; una de ellas a lo lar-
go de la orilla de la linda laguna de Apoyo con sus pre-
ciosos paisajes, pero más cara en la construcción que el
otro trecho por la llanura más monótona. El gobierno na-
turalmente se decidió por la solución más barata. Entonces
Wiest y Friedrich Künneke Morris se decidieron a pagar la
diferencia del precio de sus propios bolsillos para que los
trenes recorrieran la parte más atractiva. Fue un regalo
caro y nunca reconocido, lo que estos dos idealistas ale-
manes hicieron a Nicaragua. (70) En verdad Wiest y Kü-
nneke Morris perdieron una gran parte de su fortuna y la
Morris Hayden & Co. hasta tuvo que liquidar. Solamente
Rubén Darío perteneció a aquellos que supieron apreciar la
belleza de la naturaleza del país que querían develizar los
técnicos alemanes. Cuando viajó en 1907 por este tramo
a lo largo de la laguna de Apoyo exclamó entusiasmado:

(67) J. D. Rodríguez: Dr. Adán Cárdenas, Presidente de Nicaragua 1883-87, en Rev.


Cons. Nr. 117-Junio 1970 p. 153.
(68) Manuel Castrillo Gámez: Reseño Histórica p. 35.
(69) Dr. Bruno Mierisch tenía también la Hacienda "Las Lajas" cerca de Jinotega. El
públicó en las informaciones de Peterman 39 ((1893): 25-39. Un informe sobre
"Eine Reine nach den Goldgebieten im Osten von Nicaragua".
(70) Alberto Vogl: Los Alemanes, en: Nicaragua Rotaria, Enero 1963.

—1 07-
"Esto es maravilloso, parace que estoy en Suiza" (71). Ju-
lius Wiest había comprado un lote en la laguna de Apoyo
donde construyó una quinta en la parte más alta con la vista
más hermosa a la cual llamó Saratoga, que suena muy
bien a los oídos de todo patriota liberal, siendo el nombre
un recuerdo de la batalla de Saratoga en la cual en 1777
el ejército revolucionario americano venció las tropas del
rey británico bajo el comando del General Burgoyne. Wiest
pensaba establecer ahí un Centro de Turismo y de Recupe-
ración para que los ingenieros del ferrocarril encontraran
tranquilidad y descanso de sus trabajos en la selva y que
sirviera al público al finalizar los trabajos del ferrocarril.
Esta idea de Wiest era sumamente progresista en una época
cuando nadie pensaba en turismo.

El fracaso del proyecto del "Ferrocarril del Atlántico"


destruyó también este maravilloso plan (721.

Wiest se destacó por sus nuevas ideas, las que siempre


quiso realizar de inmediato. Así por ejemplo quiso intro-
ducir en Nicaragua la cría de gusanos de seda y plantó
moras en el terreno que por él lleva el nombre "Sajonia".
Los capullos de los gusanos de seda los trajo de Europa, pe-
ro el proyecto fracasó; las autoridades del Distrito Nacio-
nal, ejecutando obras de urbanización, derribaron los ár-
boles sin consideración alguna. (731

(711 Gratus Halftermeyer p. 346. Es de interés, que también en la construcción del


ferrocarril del Atlántico en el país vecino de Costa Rica participaron decisivamente
los alemanes Wilh. Nanne, Bornemann, Schütt und Runnebaum (W. F. Leopold).
(72) Mariano Vega Bolaños_ La Laguna de Apoyo, en Rev. Cons. del Pensamiento Cen-
troamericano, Nr. 115, Abril 1970, p. 15, 16. Después de la muerte de Julius
Wiest su hija adoptiva la señorita Lola Navarro poseía la quinta Saratoga (1932).
Es interesante de que yo en 1887 el comandante británico Bedford Clapperton
Trevelyon Pim (junto con el alemán Seeman) celebró contrato con el gobierno ni-
caragüense sobre la construcción de un ferrocarril de Monkey Point através de San
Miguelito hasta El Realejo. Ya en 1859 había conseguido Pim del Rey Mosquito
la concesión para un establecimiento en la Costa Atlántica. Pim fundó en 1866 la
"Nicaraguan Railway Comp.", que fracasó (Folkman, Jr. p. 117).
(73) Alberto Vogl: Los Alemanes en Nicaragua.

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Wiest, quien había sido nombrado en 1905 director de
la "Empresa de Vapores del Lago y Río", que realizaba el
tráfico de barcos por el lago de Nicaragua y que hasta
entonces había pertenecido al Sr. Pellas, quien la había
transferido al gobierno, más tarde también participó en el
proyecto del "Ferrocarril del Atlántico " (19061, en el que
trabajaba Th. E. Hocke y que debía ir desde Monkey Point
(Punta Mico, entre San Juan del Norte y Bluefields), hasta
San Miguelito a orillas del Lago de Nicaragua, en cierta
distancia paralelo al Río San Juan. Wiest fungía como
constructor de este proyecto. Sus colaboradores eran ing.
Emil Müller y desde 1907 el suizo Carl Bohnenblust. En el
financiamiento participaban además del consorcio inglés
Ethelburg & Co. numerosas personas alemanas en Nicara-
gua, así por ejemplo Georg Heinsch, quien había prestado a
la "Compañía Ltda. de Ferrocarriles y Vapores" casi dos
mil dólares en oro para la compra de materiales. También
la importante casa alemana Münkel, Müller & Co. en Mana-
gua, León, Granada y Jinotega era acreedora de la Compa-
ñía. La construcción del Ferrocarril estaba en contra de
determinados intereses americanos, los que todavía esta-
ban interesados en el proyecto del Canal inconcluso del
Río San Juan.

El proyecto de ferrocarril, que fue apoyado por el presi-


dente Zelaya, fue boicoteado por este grupo y después del
derrocamiento de Zelaya por medio de la revolución del
10-10-1909, el proyecto se olvidó. Una pequeña descrip-
ción de Emil Müller (74) nos da una idea de la importancia
de ese plan. El gobierno sucesor de Zelaya adquirió la com-
pañía con el nombre "Compañía Ltda. de Ferrocarriles y
Vapores de Nicaragua", solamente para liquidarla. Se pro-
dujeron largos pleitos contra el gobierno de parte de los per-

1741 Emil Mullere Los Tesoros del Antiguo Proyecto del Ferrocarril al Atlántico. Rev. Cons.
131 /Agosto 1971.

09--
judicados, entre ellos Heinsch, la casa Münkel Müller & Co.
y el Ing. Bohnenblust, quien no había recibido ningún sueldo
desde 1909 hasta 1911. El suizo-alemán Bohnenblust era
según el derecho internacional "protegido alemán" ya que
Suiza en aquel entonces no tenía ninguna representación
propia en Nicaragua. En 1930 inauguró una fabricación de
hojalata en Managua.

Los trabajos comenzados por Wiest y sus colaboradores


se suprimieron definitivamente y aún hoy se encuentran a
lo largo de los tramos planeados en medio de la selva ma-
teriales de ferrocarril abandonados. (751

Con el motivo de la construcción del ferrocarril el Ing.


Geyer había establecido una escuela para técnicos ferro-
viarios, en la cual fueron formados muchos mecánicos.

Cuando se modernizó el "Ferrocarril del Pacífico de Nica-


ragua" y fue provisto de locomotoras Diesel de Alemania,
llegó en 1955 a Nicaragua otro ingeniero alemán, el ham-
burgués Willi Busch que todavía tiene bajo su cargo el man-
tenimiento técnico de ese ferrocarril.

Resulta, que en el desarrollo de las comunicaciones te-


rrestres del país desde el comienzo participaban alemanes,
comenzando con el servicio de mulas de Hermann Deutsch,
las conexiones de diligencias de Heinrich Gottel hasta la
construcción de ferrocarriles por Morris, Hocke, Wiest, Teller,
Sonnenstern, Müller, Mierisch y otros (761.

(751 Actas de ta Embalada de Alemania en Managua; Gratus Halftermeyer p. 148, 225.


(76) Genaro Lugo: Industria, p. 22.

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