Ba52 56-71 Del+territorio+a+la+escalera

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RE SUME N El presente artículo estudia la escalera como recurso espacial, plástico y sim-

bólico de la arquitectura, desde una aproximación fenomenológica, destacan-


do aspectos vinculados a la experiencia humana del ascender y descender.
Se analiza este tipo de recurso considerando la dimensión temporal y espa-
cial que la caracteriza, en la que se destaca su condición protagónica en el
recorrido arquitectónico y cuya condición conectora del arriba y el abajo es
su propósito básico inicial. Junto a lo anterior, se hace referencia a la escala
territorial, urbana y arquitectónica en las que se encuentra presente, como a
sus diferentes versiones tipológicas.
La escalera es estudiada en distintos períodos históricos, presentando al-
gunos ejemplos de su valor a veces sagrado, jerárquico, lúdico, ceremonial,
etc. Arquitectos de distintas épocas han explorado en su composición muchas
veces como centro de su propósito espacial.
Del movimiento moderno se estudian obras de Le Corbusier en las que las
escaleras y rampas destacan como recurso espacial primordial de su propuesta
arquitectónica. Asimismo, y a nivel nacional durante este período, se analiza la
concepción y diseño de escaleras en tres obras del arquitecto Juan O’Gorman.

Palabras clave: Escaleras


Arquitectura
Movimiento moderno
Le Corbusier
Juan O’Gorman

DOI: 10.22201/fa.14058901p.2023.52.87270

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Del territorio a la escalera.
Desde la naturaleza
a la arquitectura

ALICIA PAZ GONZÁLEZ RIQUELME / LUIS GARCÍA GALIANO DE RIVAS

Introducción no puede observar a simple vista; el misterio aparece


como una sensación gradual en pos de descubrir y de-
velar lo inaccesible.
La construction est la langue maternelle de l’architecte. El territorio, el paisaje y la topografía configuran su
L’architecte est un poète qui pense et parle en construction. macro-entorno, desde el cual comienza un proceso
Auguste Perret gradual de domesticación del mismo. Cielo y suelo,
paisaje y forma, sol, viento, lluvia, luz, color y texturas,
La dimensión espacial más general donde el hombre ha- identifican y particularizan lugares para su habitar. His-
bita corresponde al territorio.1 En primera instancia, éste le tóricamente, los seres humanos han necesitado definir
revela posibilidades de cobijo primario necesario para pro- relaciones vitales con el ambiente natural como una ma-
tegerse de las condiciones adversas del medio ambiente. nera de dar un sentido y orden a su estar en el mundo.
Para internarse en él, para descubrirlo, lo experimenta, lo A decir de Norberg-Schulz, pionero en la incorporación
explora, lo recorre, lo descubre, lo adecua, lo cualifica. Con de una mirada fenomenológica2 en la teoría de la arqui-
ello, surge la posibilidad de asignarle usos y significados y
de desplegar diversas acciones para ocuparlo. 2
La fenomenología propone el estudio y la descripción de los fenómenos tal como
Inicialmente, apenas intervenido, el ser humano ocu- se presentan en la realidad y se experimentan a través de los sentidos a partir de
una perspectiva en primera persona. Su impulso tiene respaldo en filósofos de gran
pa el territorio como se le presenta, resolviendo condi- influencia en el pensamiento del siglo XX, entre los que destacan Edmund Husserl,
ciones básicas para establecerse momentáneamente. Martin Heidegger y Maurice Merleau-Ponty. La arquitectura se acercó a ella en la
Aparece la cueva como refugio, en la cual se interna y se década de 1950 y, a partir de entonces, el interés fue creciendo, más aún con la pre-
sencia de arquitectos prominentes como Steven Holl, Peter Zumthor y Juhani Pallas-
protege; asciende en pos de reconocer el sitio, organizar maa. El término fenomenología viene del griego: aparecer, mostrarse. El fenómeno
su habitar, dominar, controlar y/o contemplar el territo- es lo que se presenta como dato, puede ser percibido por los sentidos, recordado,
amado; no necesariamente es algo físico. Se trata de todo aquello que produce algu-
rio y el paisaje. Asciende y desciende en busca de lo que na reacción en el sujeto desprevenido. Una entrada de luz, un aroma, el sonido del
agua cayendo en una fuente son fenómenos que dan carácter especial a un espacio,
a un lugar. El ambiente concretamente se define como “el lugar” y la vida ocurre
allí. Sandra Navarrete y María Magdalena García, “Arquitectura y Fenomenología”,
1
Según la rae: Porción de la superficie terrestre perteneciente a una nación, región, Unidiversidad, 2 de diciembre de 2016, <https://www.unidiversidad.com.ar/arqui-
provincia, etc. tectura-y-fenomenologia>.

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Moray, Perú. Cercanos al Cusco, los restos arqueológicos de Moray, ubicados en el
valle sagrado de los Incas, se encuentran estas plataformas circulares escalonadas
y a veces concéntricas, destinadas al cultivo, a cuyos distintos niveles se puede
acceder mediante piedras salientes que forman pequeñas escaleras. Dibujo de la
autora a partir de una imagen del libro Herman Hertzberger, Space and the archi-
tect, Rotterdam: 010 Publishers, 2000, p. 258 (año de elaboración: 2022).

Del territorio a la escalera

Sin datos sobre el lugar. Escalera efímera que resuelve eficazmente el ascenso y la En su evolución sedentaria, las comunidades han mani-
carga, produciendo una imagen poética. Dibujos de la autora a partir de imágenes
del libro de Herman Hertzberger, Space and the architect,
pulado la naturaleza mediante la construcción de compo-
Rotterdam, 010 Publishers, 2000, p. 254 (año de elaboración: 2022). nentes arquitectónicos, desde la colocación inicial de una
piedra o una estaca para denotar un lugar, un antes y un
tectura, “[…] todo hombre que elige un lugar de su am- después, hasta llegar a concebir espacios interiores a par-
biente para establecerse y vivir es un creador de espacio tir del uso de plataformas, columnas, muros y cubiertas,
expresivo. Da significado a su ambiente, asimilándolo a primero para su cobijo y como expresión simbólica.
sus propósitos, al mismo tiempo que se acomoda a las Al conocer y abarcar los límites de una región o te-
condiciones que ofrece”.3 El ser humano, en su relación rritorio, escalar montañas, serranías y al mismo tiempo
con la naturaleza, establece una relación de orden con el admirar y asombrarse del lugar, el ser humano va confi-
mundo que le rodea: la salida y la puesta del sol, el reco- gurando el territorio para facilitar su accesibilidad, habi-
nocimiento de los puntos cardinales oriente y poniente, tarlo e incorporarlo a su experiencia. A partir de ello va
norte y sur, la dirección de los vientos, la proximidad de desarrollando diferentes destrezas para acceder a ellos,
la lluvia, étcetera. Así también, al situarse en el lugar, buscando la manera de conectarlos.
ya sea a la derecha o izquierda, adelante o atrás, arriba o La escalera y sus distintas versiones a lo largo de la
abajo, adquiere conciencia de sí mismo en el espacio y historia han facilitado el encuentro entre las diferentes
de la relatividad del aquí y del allá. cotas del territorio. La condición de verticalidad siempre
Es desde esta perspectiva de análisis que abordamos ha ido en relación dialéctica con la condición de horizon-
en este artículo la relación territorio-escalera, naturaleza talidad; el horizonte es una línea de reposo, la vertical
y arquitectura. una línea de movimiento. El horizonte, abstracción hu-
mana a partir de la naturaleza, es la línea que define la
tierra y el cielo, esto es la superficie o plano sobre el que
3
Christian Norberg-Schulz, Existencia, Espacio Arquitectura, Barcelona, Blume, 1975, se posa el ser humano, y el espacio sobre él. Asimismo,
p. 12. la horizontalidad y la verticalidad no pueden existir in-

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La escalera como recurso plástico y simbólico, correspondiente a un juguete astronómico de un maharaja, en Jaipur, India. Dibujo de la autora a partir de foto publicada en
Bernard Rudofsky, Constructores prodigiosos, México, Concepto, 1984, p. 38 (año de elaboración: 2022).

dependientemente una de la otra, están siempre pre- sotros, unido a sensaciones de seguridad, tranquilidad,
sentes en la experiencia espacial. asombro, como condiciones humanas de estar y ser par-
Reflexionando a partir de los escritos de Sigfried Gie- te del mundo, contribuyen al anhelo, deseo, y posterior
dion4 y los comienzos de la arquitectura, la verticalidad necesidad de construir conexiones que faciliten nuestra
es un principio relacionado con el estar en el mundo llegada a lo inicialmente inaccesible. Hay siempre, por
natural a partir de una característica humana esencial: ello, unido a la condición práctica de subir y bajar, una
estar de pie, el “homo erectus”. Con el devenir cultural mirada poética.5 El ascender y descender, incorpora tam-
hemos dado un valor simbólico a la vertical, donde el bién aspectos ceremoniales, así como de misterio y re-
abajo y el arriba han sido considerados por los seres hu- compensa, asociados al producto cultural-arquitectónico
manos como una dimensión sagrada. denominado escalera.
Las nociones de cielo y tierra o de dioses del supra La acción de bajar a una cañada, una barranca, un ce-
e infra mundo en antiguas culturas, o el concepto cris- note, como una necesidad de explorar y descubrir que
tiano de paraíso “cielo”, e infierno “debajo de la tierra”, hay en el “adentro” de la tierra, el espacio debajo de la
nos remiten a la importancia existencial del concepto de llanura, una planicie o al interior de una montaña, lleva-
verticalidad, ligada a los primeros pensamientos huma- ron al hombre a comprender la noción del adentro y del
nos sobre las divinidades, dioses del arriba y del abajo y afuera de algo, y después utilizarlo metafóricamente.
lugares “inalcanzables”. La escalera como producto de una acción del hombre
Por otro lado, la verticalidad y sus sombras sobre el pla- y su cultura, marcada por una condición utilitaria, ha
no horizontal, segunda abstracción de estar en el mundo, sido enriquecida desde la idea de que al unir dos ex-
proporciona una noción de temporalidad que actúa en el tremos (arriba y abajo), se van concatenando múltiples
paisaje y nuestra experiencia, a partir de la longitud de
la sombra, como un factor que colabora en nuestra pro-
pia noción de tiempo y el espacio. 5
En realidad, la belleza no se posa sobre las cosas, sino que la mirada poética reconfi-
El acto de subir al punto más elevado posible para gura como bello aquello que una mirada menos creativa interpretaría como prosaico.
La belleza conexa con el impulso evocador del que mira, no con lo mirado. La palabra
contemplar la inmensidad del paisaje más allá de no- poesía tiene su genética léxica en la palabra griega poiesis. Significa crear, compo-
ner, adoptar, fabricar, así que la mirada poética crea la belleza del mundo al mirarlo
de un modo novedoso y sorprendente. José Miguel Valle, “La mirada poética es la
mirada que ve belleza en el mundo”, Espacio Suma no Cero, 22 de marzo de 2022,
4
Sigfried Giedion, El presente eterno: los inicios de la arquitectura, Madrid, Alianza, <https://espaciosumanocero.blogspot.com/2022/03/la-mirada-poetica-es-la-mira-
1981. da-que-ve.html>. Consultado: 20 de mayo de 2023.

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experiencias memorables. La escalera en su esencia pri-
migenia es espacial y simbólica.

La escalera

La escalera es por excelencia, el elemento más lú-


dico de la arquitectura. Así lo han advertido grandes
arquitectos a través de la historia. Le Corbusier, reco-
nocido como uno de los grandes arquitectos del siglo
xx, desarrolló como pocos, cualidades compositivas que
demuestran una comprensión profunda respecto a las
características detonadoras de espacialidades arqui-
tectónicas de gran calado, entre otras, la promenade o
recorrido arquitectónico, el cual se enriquece a partir
de múltiples versiones de escalera y/o rampas, como
Puente en Salginatobel, Suiza de Robert Maillart. El puente utilizado como articula- espacios con identidad propia susceptibles de explo-
dor territorial. Equilibrio entre lo estructural, lo estético y la naturaleza.
Dibujo de la autora a partir de foto publicada en Bernard Rudofsky, Constructores
rarse como recursos arquitectónicos formales distintos
prodigiosos, México, Concepto, 1984, p. 102 (año de elaboración: 2022). potenciadores de la experiencia espacial.
De esa manera, la escalera pasa de ser un elemento
experiencias, miradas diversas, sensaciones corporales, de la arquitectura a convertirse en un recurso proyectual
simbolismos, percepciones, etcétera, que exacerban la fundamental en la relación espacio temporal del despla-
relación hombre-espacio. La construcción de la escalera, zamiento humano, en el cual la acción de ascender y/o
en sus diferentes versiones y variadas soluciones tipológi- descender como condición básica es superada por el pa-
cas ha facilitado el habitar del ser humano en escalas que seo arquitectónico en un estar ahí, que se distingue por
van del territorio a la casa, atendiendo a la necesidad de exacerbar la experiencia espacial, plástica y sensorial de
conectar verticalmente distintas zonas. Como contraparte, la arquitectura. Esto es observable en buena parte de su
el puente, nace a su vez de la necesidad de conectar y dar obra, como por ejemplo en la casa-estudio Ozenfant, en
continuidad al aquí y el allá horizontal. El puente y la esca- la villa Savoye, en la Maison Garches, entre muchas otras.6
lera no han sido solamente elementos de la arquitectura En ellas, el dinamismo espacial es logrado mediante
que contribuyen a conformar espacios, sino que ambos, el uso de variadas formas de escalera y/o rampas que
en sí mismos tienen la virtud de constituirse en espacios ofrecen distintas posibilidades de estar en el espacio.
con características y cualidades propias. Así, por ejemplo, mediante una escalera de caracol o
Acciones como estar, pasar, detenerse, observar, con- mixta, se ofrece una experiencia completamente distin-
templar, descansar, pasear, encontrarse con otros (as), son ta a aquella de dos rampas donde la condición predomi-
inherentes al espacio puente y al espacio escalera. La nante es la funcionalidad práctica.
escalera-mirador o el puente balcón hacia el paisaje, for- En la casa-estudio Ozenfant, Le Corbusier resuelve
talecen y potencian la acción de estar ahí, entre un arriba el acceso principal mediante una escalera circular que
y un abajo, o entre un aquí y un allá. avanza sobre el plano de fachada, destacando su parti-
La solución del aspecto meramente práctico en el cular volumetría, su plasticidad y su carácter escultórico.
diseño de escaleras ha despojado en nuestros tiempos Por ello, en gran medida, atrae e invita a explorar su as-
de la condición experiencial y espacial y del potencial censo hasta llegar a la planta intermedia, donde un ves-
simbólico de las mismas y, si bien la condición práctica
y funcional es una condición sine qua non, cuando sólo 6
Como una invitación a conocer su obra proponemos revisar: Hacia una arquitectura,
se responde a ello, se despoja a la arquitectura de una Principios del urbanismo, Mensaje a los estudiantes de arquitectura; y por último,
las publicaciones de sus obras completas compiladas por: Willy Boesiger y Oscar
de sus riquezas fundamentales que a través de su condi- Stonorov, Le Corbusier: Oeuvre complète: 1910-1929, vol. 1, Berlín, Birkhaüser Pu-
ción lúdica es capaz de producir en los seres humanos, blishers, 1995.

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Estos dibujos, autoría del propio Le Corbusier, dan cuenta de la importancia del gesto espacial de la rampa y de la escalera, localizadas en sentidos opuestos, en la Casa
Roche-Jeanneretret. Dibujo de la autora a partir de los dibujos de Le Corbusier publicados en Willy Boesiger y O. Stonorov, Le Corbusier: Oeuvre complète 1910-1929,
Berlín, Birkhaüser Publishers, Basel, Boston, 1999, p. 15 y p. 18 (año de elaboración: 2022).

Casa-estudio de Amadeo Ozenfant, París, 1922. Plantas arquitectónicas en la que se destacan tipologías varias de escaleras, pensadas como espacios donde se propician
distintas experiencias espaciales, que vinculan a las personas con la doble altura dsel estudio y viceversa. Es importante destacar que, siendo el estudio, para un pintor las
distancias variadas contribuyen a la apreciación de la obra pictórica. Dibujos de los autores, a partir de las plantas publicadas en Willy Boesiger y O. Stonorov, Le Corbusier:
Oeuvre complète 1910-1929, Berlín, Birkhaüser Publishers, Basel, Boston, 1999, p. 56 (año de elaboración: 2022).

tíbulo recibe y zonifica en dos la casa: la zona de trabajo que se reúnen en la decisión de hacer participar en el
y la zona privada. espacio opciones de escalera que ofrezcan múltiples
Refiriéndonos a la misma casa-estudio realizada hace maneras de experimentarlo.
exactamente un siglo, destaca una escalera como conector De manera similar, en la emblemática villa Savoye, Le
directo entre el taller de doble altura y una pequeña habi- Corbusier establece un paseo continuo desde la planta
tación privada, arriba, que se resuelve con gran ligereza. baja utilitaria, hasta el solárium, mediante una rampa
En sus obras, Le Corbusier recurre siempre al uso de jerárquicamente localizada al centro de la casa. La ram-
distintas tipologías de escaleras, conformando espacia- pa una suerte de negociación entre el eje vertical y el
lidades diversas en las que destaca el claro propósito de horizontal, prolonga y facilita la experiencia del ascen-
sublimar la experiencia plástica y la emoción estética en so ofreciendo diversas pausas espacio temporales en el
el recorrido. El uso de tipologías diversas obedece a varios recorrido, hasta llegar finalmente a la recompensa final
aspectos: la jerarquía de la escalera o rampa, su función, del solárium, en el que destacan recursos plásticos de
su localización, los espacios que conecta, su posición en gran libertad compositiva para ir ofreciendo al visitan-
el espacio, su dirección y finalmente el o los propósitos te, poco a poco, experiencias previas del lugar hasta fi-

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nalmente encontrarse con la totalidad del paisaje. José
Baltanás nos dice:

[…] Así, en la villa Savoye, obra paradigmática de


aquellos años, la situación y puesta en escena del
edificio garantiza la continuidad visual interior-ex-
terior, naturaleza y geometría (dos invariables en
la concepción arquitectónica de Le Corbusier me-
diante el itinerario de aproximación con el vehícu-
lo hasta el interior mismo de la casa y, ya a pie, en
la ceremonial ascensión desde la planta baja hasta
la cubierta, a través de los dos elementos de comu-
nicación vertical: la escalera y la rampa.
Mientras que los peldaños de la escalera de
caracol sólo permitirán un avance espasmódico
Villa Savoye. Isométrico en el que destaca la rampa central como espacio conector (subir-parar-subir-parar) para remitirnos siempre
continuo de los distintos niveles de la casa hasta concluir en el solárium. Dibujo de
la autora a partir de croquis publicado en Delia King, Alicia Paz González y Andrea
al mismo punto (motivado por el trazado de la es-
Martín, Arquitecturas de recorrido, México, uam Xochimilco, 2009, p. 26 (año de calera, tenazmente replegada sobre sí), la rampa
elaboración: 2022). facilitará una ascensión despreocupada que ha
de favorecer el despliegue encadenado de expe-
riencias perceptivas…7

En un contexto más contemporáneo encontramos a


una serie de arquitectos que han explorado la escalera
y sus variantes como espacios decisivos y/o jerárqui-
cos en la propuesta arquitectónica general. Es el caso
de antiguos discípulos de Le Corbusier, como Richard
Meier quien, por ejemplo, en El Atheneum8 propone
seis diferentes tipologías de escalera y/o rampa para
conectar el arriba y el abajo, enaltecer el entorno inme-
diato, sorprender al visitante al llegar a una inespera-
da y nueva situación espacial, o lograr la continuidad y
fluidez de todo el edificio.
Como un caso distinto tenemos a Zaha Hadid, cuyas
búsquedas siempre vanguardistas, plantearon una solu-
ción prácticamente “aérea” de las escaleras en el Museo
de Arte Moderno Siglo xxi en Roma; éstas ocupan el gran
vestíbulo de ingreso al museo, en una danza de variadas
direcciones y de un fluir continuo. Se trata de un juego a
gran escala entre los ascensos y descensos, que configu-
Villa Savoye. Vista que incluye la participación de las dos modalidades de ascenso
(rampa y escalera), ambas como distintas propuestas, plásticas, espaciales y de
recorrido. Fuente: Delia King, Alicia Paz González y Andrea Martín, Arquitecturas de
recorrido, México: uam Xochimilco, 2009, p. 26. 7
José Baltanás, Le Corbusier, promenades, Barcelona, Gustavo Gili, 2005, pp. 6-7.
8
Sobre El Atheneum, obra de Richard Meier en New Harmony, en el estado de India-
na, Estados Unidos, se sugiere revisar el libro: Delia King Binelli et. al., Arquitectura
de recorridos, cuyas autoras analizan los distintos recorridos arquitectónicos que
sugiere el edificio.

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Cinco versiones tipológicas distintas para el paseo, ascenso y descenso espacial, en El Atheneum de Richard
Meier (rampa central, escalera de caracol y rampa escalonada). Fuente: Delia King, Alicia Paz González y
Andrea Martín, Arquitecturas de recorrido, México, uam Xochimilco, 2009,

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ran un espectáculo plástico, de luz y movimiento, donde
el usuario es a la vez espectador y espectáculo.

Las escaleras, espacialidad y tectónica

La relación física de la escalera con el cuerpo, con sus


partes y medidas, se une a la experiencia emocional y
sensible. La relación antropométrica entre el peldaño y la
huella, para caminar por la escalera, el ancho y largo de
los llamados “descansos”, refieren a la necesidad de un
cuidadoso trazado.
Las dimensiones humanas están vinculadas a los nom-
bres de cada parte de las escaleras: la huella, como el lu-
gar donde se asienta el pie; el peldaño, o contrahuella,
como condición vertical del movimiento donde el cuerpo
se eleva; el “descanso”, como el lugar en donde el plano
horizontal se extiende, momento de pausa, respiro en el
camino; la línea de huellas, como condición geométrica y
del caminar necesaria para el trazo; por último, el pasama-
nos, remate superior de la barandilla, inclinación trazada
a partir de la relación entre la huella y el peldaño, objeto
necesario como apoyo y protección al andar.
La escalera nos mueve, pero también nos conmueve, Vestíbulo principal del maxxi que nos permite observar la
al jugar entre el rigor del trazo y su naturaleza lúdica. fluidez espacial de las escaleras, así como su fuerza plástica y la presencia de
las personas subiendo y bajando en un movimiento que parece perpetuo.
Sus soluciones han ido cambiando en el tiempo, pero su Fotografía de la autora, 2017.
esencia práctica, formal y espacial, su dualidad composi-
tiva, persiste siempre en las buenas arquitecturas. que en Ciudad de México será utilizada por el arquitecto
Históricamente son de destacar los siglos xvi, xvii y xviii, Guerrero y Torres en la Casa de los Condes de Valparaíso,
como precursores de las escaleras urbano arquitectóni- obra de la segunda mitad del siglo xviii.
cas. Magnífico ejemplo de ello es la escalinata-Piazza de Es durante el siglo xix, que las escaleras trascienden
Spagna en la ciudad de Roma, que ofrece innumerables la noción barroca de espacio representativo, para llegar
posibilidades de lugares para estar y ver el espectáculo a ser espacios arquitectónicos en sí mismos; ejemplos
urbano, el ir y venir y el ascender y descender de la gente, de este momento en México son las escaleras del Pala-
en un espacio abierto escalonado que conecta el valle y cio de Minería y las de la Casa de los Condes de Buena-
la colina. El movimiento intenso de la calle contrasta con vista, ambas, obras del arquitecto Manuel Tolsá.
el ralentizado espacio superior, mismo que actúa como A principios del siglo xx, destacan las escaleras del Pala-
recompensa final, después de habitar la escalinata, como cio de las Comunicaciones del arquitecto Silvio Contri, del
una prolongada pausa urbana. Palacio de Correos del arquitecto Adamo Boari y del Mu-
Cualquier recuento histórico que estudie las esca- seo de Geología del arquitecto Carlos Herrera López, en
leras como espacialidad poética exige destacar el capí- las que materiales como el acero y el vidrio, les permiten
tulo xxviii del libro primero, de Los cuatro libros de la a sus autores, explorar la ligereza y la transparencia como
arquitectura de Andrea Palladio;9 ahí las escaleras son propósito compositivo.
descritas proponiendo diversas formas, entre ellas la de La primera mitad del siglo xx fue marcada en la ar-
doble rampa de caracol en un mismo espacio, como la quitectura por el surgimiento del llamado movimiento
moderno, caracterizado por la búsqueda de diferentes
9
Andrea Palladio, Los cuatro libros de la arquitectura, México, uam / Limusa, 2005. respuestas a las nuevas condiciones económicas, pro-

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Piazza di Spagna, Roma, Italia.

ductivas, sociales, culturales y técnicas, ante las cuales,


la respuesta de los arquitectos consistió en perseguir:
economía de medios o recursos incorporando el poten-
cial de los nuevos materiales y procedimientos cons-
tructivos y, experimentando con la incorporación de
novedosos lenguajes arquitectónicos en los diversos
componentes: plataformas, muros, columnas, puertas,
ventanas, escaleras y rampas.
La racionalidad, como estructura del pensamiento,
también marcó la arquitectura. La eficiencia en el uso de
los recursos económicos llevó a la reducción de las dimen- Composición, estudio y trazo de escaleras. Propuesta por Andrea Palladio, siglo xvii.
siones de los diferentes espacios arquitectónicos, sobre Fuente: Andrea Palladio, Los cuatro libros de la arquitectura, México, uam, Limusa,
2005, p. 80.
todo en la concepción de la vivienda.
Ante las limitaciones en los recursos económicos y las
necesidades de mayores superficies edificadas para las di-
versas actividades humanas, el movimiento moderno pre-
sentó alternativas constructivas flexibles y espacialidades
innovadoras, destacando entre ellas, la ubicación de las
escaleras y rampas para la conformación de recorridos y
articulaciones espaciales dinámicas y diversas.
A la reducción de las dimensiones contrapusieron
la multi-dimensionalidad espacial, vistas infinitas en
construcciones finitas; buscando multiplicar las posibi-
lidades espaciales exploraron sus continuidades, trans-
parencias e interacciones.
Lamentablemente con el pasar de los años una parte
del pensamiento académico arquitectónico fue limitando
las búsquedas y definiendo “reglas” que se volvieron “mi-
tos” a seguir, como el de “la forma sigue a la función”, “me-
nos es más”, o el reduccionismo de las nociones de “planta Escalera-Espacio del Palacio de Minería. Proyecto y obra: arquitecto Manuel Tolsá.
Ciudad de México (1797-1813). Fotografía de la autora, 2022.
libre” y “forma abierta”.

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Sin embargo, y en un intento por resaltar algunos
ejemplos que expresen el devenir del lenguaje de la ar-
quitectura moderna en México, hemos seleccionado dos
obras del arquitecto Juan O’Gorman, que se ubican en
dos etapas de su producción arquitectónica: la casa-estu-
dio de Diego Rivera y Frida Kahlo, y su propia casa de San
Jerónimo, en Ciudad de México; ambas interesan a este
artículo porque son una impecable lección sobre la forma
de interpretar y concebir la escalera como síntesis entre su
condición utilitaria y su poética espacial.

Elogio a las escaleras

Exploración compositiva donde el espacio es escalera y viceversa, y que a su vez Juan O’Gorman nunca negó la influencia de Le Corbu-
resulta imposible su disociación. Expresa una búsqueda de esencia, de raíz, de la
condición espacial que supone este recurso arquitectónico. La plástica se observa
sier en su hacer arquitectónico; muy por el contrario, en
completamente coherente con el trazo y el material, generando ligereza y levedad las primeras obras de Altavista resaltan las condiciones
en su solución. Fotografía de la autora, 2022. espaciales de la “planta libre”, el lenguaje utilizado en
la cancelería y los volúmenes, así como los recorridos y
las diversas escaleras utilizadas, algunas marcadamente
similares a las diseñadas por Le Corbusier, su gran re-
ferente moderno, como la escalera que da acceso a las
plantas altas del estudio para el pintor Diego Rivera y
la escalera que dirige al acceso principal del estudio del
pintor Amadeo Ozenfant.
Múltiples proyectos y obras de Le Corbusier: el pro-
yecto de la Casa Citrohan (1920), el de la casa para
artistas (1922), el de la casa para artesanos (1924), el
proyecto de una casa en Auteuil (1922), la casa de fin de
semana en Rambouillet (1924), la casa “Gratte-ciel” (del
proyecto de Pessac), la casa Plainex (1927) en París, la Vi-
lla Savoy (1929) en Poissy, el proyecto para la Casa M.X.
(1929) en Bruselas, y muchos más, son claros ejemplos
de la importancia que el arquitecto otorgó a la escalera
y/o la rampa, las que exploró en su condición plástica y
fundamentalmente en su condición espacial reforzando
el recorrido, como recurso protagónico de la propuesta
arquitectónica.
El arquitecto Juan O’Gorman, al comprender la im-
portancia de la escalera como un componente espacial
y simbólico de la arquitectura moderna, explora y lleva
al límite la condición de ligereza y dinamismo. Con el
material y el procedimiento constructivo conocido como
Este grabado de Piranesi, anterior a la escalera de la imagen 15, expresa una concreto armado explora, en el caso del estudio de Al-
búsqueda similar, enfatizando la condición aérea de las escalera que juegan como tavista, la máxima resistencia y la esbeltez de la forma.
espacios dentro del espacio, espacio finalmente arquitectónico, <www.metalocus.
es/es/noticias/museo-de-arte-kunsthal-exposicion-de-grabados-de-giovanni-battis-
Las escaleras de las casas de Altavista están pensadas
ta-piranesi>, imagen descargada el 19 de mayo de 2022. como recorrido y experiencia espacial, en las que explo-

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ra la condición de estar suspendido, para dar vuelta en el
aire y llegar al mismo punto, pero en otro nivel, demorán-
dose para ver, asomarse, sentir el ascenso y el descenso
como un acontecer.
Una línea de reflexión y búsqueda continua en su
hacer arquitectónico queda expresada en la exploración
espacial de las escaleras: desde la escalera “libre”, exenta,
de la casa de 1929, pasando por la escalera de “huellas
suspendidas” adosadas al muro, que desembocan en el
puente como conector horizontal entre la casa-estudio de
Frida y el de Diego, hasta el fluir espacial del “muro esca-
lera” para su casa en San Jerónimo.
En San Jerónimo, la “poética del espacio de la arqui-
tectura moderna” se vuelve muro escalera de huellas
suspendidas, en un movimiento sinuoso. La sencillez de
un muro ondulante de piedra, el recorrido vertical y la Proyecto casa mx Le Corbusier, Bruselas (1929). Destaca en este croquis la parti-
tecné conforman la caverna de lava solidificada. cipación de la escalera-balcón volcándose a un espacio de doble altura. Dibujo
de la autora a partir de un dibujo de Le Corbusier, publicado en Boesiger, Willy y
A esto, O’Gorman integra dos espacialidades lumíni- O. Stonorov, Le Corbusier: Oeuvre complète 1910-1929, Berlín, Birkhaüser Publi-
cas (cielo y tierra), conectados por una condición de ubi- shers, Basel, Boston, 1999, p. 204 (año de elaboración: 2022).
cuidad humana, síntesis del lenguaje de la arquitectura
moderna. El resultado: levedad y pesantez en relación
dialéctica, tiempo detenido en unas huellas de concreto
incrustadas en el muro, suspendidas en el aire.
Entre los propósitos que se advierten en su propues-
ta, encontramos:
1. Ascender siguiendo el muro de la piedra volcánica
casi vuelto invisible, para llegar y salir a la terraza y al cielo.
2. Ascender hasta un descanso de luz, punto interme-
dio para dar vuelta que se convierte en una pausa para
demorarse y sentir el espacio interior.
3. Descender suavemente junto a la luz, ingresar a la
caverna de lava petrificada, para descubrir otra luz filtrada
desde arriba, sobre un muro colorido de pequeñas pie-
dras volcánicas colocadas entre dos entradas, una natural
y otra artificial, fundidas por un único muro escalera.
4. Una escalera muro ondulante con la cual se confor-
ma, articula y tensa la organicidad de la caverna de lava
con la ortogonalidad de los espacios para cocinar, comer
y dormir; un trazo geométrico de curvaturas de radios
varios, las cuales, al desplegarse y estrecharse tensan la Casa plainex. Le Corbusier, París, 1927. Presencia de las escaleras en la conforma-
condición espacial de ascender y descender. ción de fachadas como recurso de fluidez y movimiento, con tratamiento plástico
5. Al ascender, la escalera muro se “contrae” para salir, que hace referencia a los barcos. El barandal manejado como líneas muy finas y el
desarrollo de la escalera marcando el pliegue que acentúa la esencia de la misma.
y al descender, su ondulación “expande” el espacio de la Por otra parte, y como un recurso muy utilizado por el arquitecto, la asociación del
caverna, dirigiendo el recorrido a la “abertura” natural ascenso con momentos de pausa a manera de balcón. Dibujo de la autora a partir
de una imagen publicada en Boesiger, Willy y O. Stonorov, Le Corbusier:
vuelta cristal. En San Jerónimo, con su escalera-muro Oeuvre complète 1910-1929, Berlín Birkhaüser Publishers, Basel, Boston, 1999,
Juan O’Gorman reinterpreta lecciones de Le Corbusier, p. 158 (año de elaboración: 2022).

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Casa-estudio Frida Kahlo y Diego Rivera. Presencia de los distintos
postulados de la arquitectura moderna. Recursos formales identificables
en su referente arquitectónico fundamental de su primer período,
el arquitecto Le Corbusier. Fotografías de Arq. Víctor Morel y la autora, 2022.

Juan O’Gorman. Variantes de escalera en su obra de Altavista, Ciudad de


México, 1929. Destaca la correspondencia de fechas de autoría entre él y su
“maestro”. La escalera como un recurso exento que privilegia la experiencia
espacial del ascenso. Fotografía de Víctor Morel y la autora, 2022.

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Izquierda: Juan O’Gorman, sala de su casa. Ciudad de México, 1949. Además de destacar el cambio en sus búsquedas plásticas y espaciales, es también
significativo el papel de la idea de escalera, que juega y da sentido a la totalidad de la propuesta, articulando naturaleza, origen y racionalidad arquitectónica.
Fuentes: Fotografía de Juan Guzmán (s.f.). Archivo fotográfico Manuel Toussaint del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional
Autónoma de México. Dibujo de la autora a partir de la imagen publicada en Rodríguez Prampolini, Ida. Juan O’Gorman. Una autobiografía. México, unam, 1981,
p. 10 (año de elaboración: 2022). Dibujo de la autora a partir de imagen de las plantas arquitectónicas realizadas por Juan O’Gorman
para su casa de San Jerónimo (año de elaboración: 2022).

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así como de alto en el potencial espacial de las geo- permite estar entre dos matices de luz. De algún modo,
metrías ondulantes, al provocar la tensión continua de en su casa de San Jerónimo, O’Gorman nos transmite la
expansión y contracción de los límites y los espacios ar- importancia de la esencia, la vuelta al origen, al territo-
quitectónicos. Junto a todo lo anterior, como arquitecto rio, a la naturaleza.
moderno tiene la osadía de incorporar cuestiones pro-
pias de la cultura mexicana y de ese lugar natural resul- Conclusiones
tado de la conformación de un mar de lava.
Ver y leer las escaleras realizadas por Juan O’Gorman, Mediante la exposición y el análisis de distintas soluciones
en tres de sus casas emblemáticas nos ayuda a compren- de escaleras en obras de gran valor arquitectónico hemos
der la conformación de un pensamiento arquitectónico expresado la importancia del acto humano de ascender y
moderno, que trasciende la condición funcional, para descender como experiencia espacial fundamental, más
convertirse en una experiencia espacial, en ocasiones allá de su estricto carácter práctico o funcional. La forma-
atemporal y simbólica. lización de las escaleras en los casos revisados da cuenta
La sinuosidad pétrea sobre la cual se encuentran sus- de la importancia de la experiencia espacio temporal en
pendidas las huellas de concreto armado, trazados con el habitar humano contenida en una solución de escale-
el rigor de la poesía arquitectónica, atraviesan la bóveda ra, atravesando las escalas del territorio a la arquitectura.
de lava ubicando la experiencia del habitante en una Dichas soluciones se refieren a la necesidad de destacar y
dualidad entre la luz de la terraza para estar a cielo abier- recuperar su significativo papel como espacio, así como su
to (supramundo) y la experiencia de la caverna que lo riqueza lúdica y simbólica, y no sólo como recurso articula-
sumerge (inframundo), donde el recorrido de la escalera dor del arriba y el abajo.

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