I. La Resolución O Acto Administrativo Que Se Impugna:: en Consecuencia de Lo Anterior
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I. La Resolución O Acto Administrativo Que Se Impugna:: en Consecuencia de Lo Anterior
PRESENTE
EXPONER
Que dé propio Derecho, por medio del presente ocurso, me presento a demandar
la nulidad lisa y llana de los actos administrativos que mencionare en el capítulo
correspondiente; así pues, a fin de atender lo establecido en los artículos 35 y 36
de la Ley de Justicia Administrativa del Estado de Jalisco señaló lo siguiente;
I. LA RESOLUCIÓN O ACTO ADMINISTRATIVO QUE SE IMPUGNA:
V. CONCEPTOS DE IMPUGNACIÓN:
Conforme al inciso “H” de la fracción III del artículo 115 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, los servicios de tránsito es una función de
los municipios y no de los estados:
Sin embargo, en todo caso, para que un gobierno estatal asuma una función
reservada para los municipios, esta delegación o tutela se debe realizar de
acuerdo a lo estipulado por el inciso “D” de la fracción II del artículo antes citado.
Los ayuntamientos tendrán facultades para aprobar, de acuerdo con las leyes
en materia municipal que deberán expedir las legislaturas de los Estados, los
bandos de policía y gobierno, los reglamentos, circulares y disposiciones
administrativas de observancia general dentro de sus respectivas
jurisdicciones, que organicen la administración pública municipal, regulen las
materias, procedimientos, funciones y servicios públicos de su competencia y
aseguren la participación ciudadana y vecinal.
Las normas que las Legislaturas Estatales pueden emitir en materia de tránsito,
como derivación de las facultades concedidas a los Estados por el segundo párrafo
de la fracción II del artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, deben limitarse a dar un marco normativo homogéneo que otorgue
cierta uniformidad a la prestación del servicio en toda la entidad. La competencia
normativa estatal se extiende, entre otros, a los siguientes rubros: registro y control
de vehículos; reglas de autorización de su circulación; emisión de placas,
calcomanías y hologramas de identificación vehicular; reglas de expedición de
licencias de manejo y otros requerimientos necesarios para que puedan circular,
reglas a las que deben sujetarse los pasajeros y peatones respecto a su circulación,
estacionamiento y seguridad; fijación de conductas que constituyan infracciones y
sanciones aplicables; facultades de las autoridades de tránsito, y los medios de
impugnación de los actos de las autoridades competentes en la materia. El esquema
normativo estatal debe habilitar un espacio real para el dictado de normas
municipales que regulen los servicios públicos que la Constitución deja a cargo de
los Municipios conforme a las especificidades de su contexto. Entonces, las
facultades municipales de creación normativa se desplegarán, al menos, respecto
de la administración, organización, planeación y operación del servicio de tránsito
dentro de su jurisdicción, en garantía de su prestación continua, uniforme,
permanente y regular. Estos rubros permiten a los Municipios regular cuestiones
como el sentido de circulación de las calles y avenidas, el horario para la
prestación de los servicios administrativos, el reparto competencial entre las
diversas autoridades municipales en materia de tránsito, las reglas de seguridad
vial en el Municipio y los medios de impugnación contra los actos de las
autoridades municipales, de manera no limitativa. De ahí que serán, por tanto,
inconstitucionales todas las normas estatales que no contengan este tipo de
regulación general y no concedan a los Municipios espacio suficiente para adoptar
normas de concreción y ejecución que deben permitirles ejercer su potestad
constitucional a ser distintos en lo que les es propio, y a expresarlo desplegando la
facultad normativa exclusiva que les confiere el segundo párrafo de la fracción II
del artículo 115 constitucional.
En los artículos 11, punto 1, fracción V, 12, punto 1, fracción 1 y 13, punto 1,
fracciones II, V al XII, todos de la Ley De Firma Electrónica Avanzada Para El
Estado De Jalisco y sus Municipios, correspondientemente se previene que para
que una firma electrónica avanzada se considere válida, deberá satisfacer el
siguiente requisito:
Fracción V. Que esté respaldada por un certificado electrónico expedido por algún
prestador de servicios de certificación o bien, por una autoridad certificadora;
Por último, el artículo 21. 1. de la citada Ley impone al titular del certificado
electrónico la obligación de: “Proporcionar datos veraces, completos, oportunos y
exactos;”
La motivación de los actos debe ser expresa y no es posible inferirla con base en
presunciones, pues nada libera a la autoridad de la obligación de precisar los
motivos de su acto, entre los que se encuentra, aquellos que se refieren a la
intencionalidad de la infracción.
Establece el artículo 16 de nuestra Carta Magna que: “nadie puede ser molestado
en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de
mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa
legal del procedimiento”.
En efecto, si bien es cierto que la ley reconoce a las fotografías como medio de
prueba, también lo es que deviene sencillamente imposible que a través de
simples imágenes fotográficas contenidas en los actos impugnados, se
pretende atribuirme, por mero capricho de la autoridad demandada, una
improbable violación a la Ley de Movilidad y Transporte, y menos que dichos
instrumentos fotográficos sirvan para demostrar, y hagan prueba plena, de un
supuesto exceso de velocidad, con todo y que hayan sido emitidos -hablando sin
conceder- por un supuesto servidor público en ejercicio de sus funciones, ya que
lo único que pueden probar es una pelada reproducción de imágenes lo que
jurídicamente, por mucho, está lejos de producir convicción en cuanto a las
conductas antijurídicas que indebidamente se me imputan en especie.
Para saber si se está en los supuestos de la fracción II del artículo 238 del Código
Fiscal de la Federación, o en los de la fracción IV del mismo artículo, resulta
necesario distinguir entre la- falta de fundamentación y motivación que se pudiera
advertir en la resolución reclamada, que contiene los créditos impugnados, y la
falta de fundamentación y motivación de los créditos en sí mismos, cuando ésta se
origina con el desconocimiento de los datos, elementos o documentos en que la
autoridad se apoya para emitir la misma. En el primer caso, y siempre que la
resolución se haya emitido en un procedimiento en el que por su naturaleza el
particular hubiera tenido la oportunidad de oponer defensas o excepciones, la
omisión de fundar y motivar implica que se afecten las defensas del particular, y
que ésta trascienda al resultado de la resolución emitida por la autoridad, por lo
que, al cometerse una violación formal, procede declarar la nulidad para el efecto
de que se emita una nueva resolución contra la cual el gobernado pueda hacer
valer, eventualmente, sus defensas. Sin embargo, en el segundo caso, es decir,
cuando la resolución impugnada no ha sido emitida dentro de un procedimiento
fiscal y, el contribuyente no tiene conocimiento de los fundamentos y motivos que
justifican los créditos fincados en su contra, estamos frente a violaciones de fondo
y, por tanto, la nulidad debe ser lisa y llana, pues por un lado los hechos y
fundamentos que motivaron los créditos fiscales no fueron conocidos por el
interesado, ni quedaron demostrados en cuanto a su existencia jurídica y, por otro
lado, no es posible obligar a la autoridad a que haga uso de sus facultades de
fiscalización, dado que ésta, en ejercicio de sus atribuciones podrá o no hacerlo. En
otras palabras, para que proceda la nulidad para efectos, es menester que no se
analice el fondo de la resolución impugnada, es decir, basta con que existan vicios
formales en la tramitación o resolución reclamada. En cambio, si se analiza el
fondo de la cuestión alegada, y se estima que la resolución en sí misma es ilegal
porque no se ajusta a derecho al dictarse en contravención de disposiciones
normativas, la nulidad del acto debe ser lisa y llana.
Para que las fotografías ofrecidas como prueba sean apreciadas correctamente
debe tomarse en cuenta el texto del artículo 217 del Código Federal de
Procedimientos Civiles. El mismo expresa: "El valor de las pruebas fotográficas,
taquigráficas y de otras cualquiera aportadas por los descubrimientos de la
ciencia, quedará al prudente arbitrio judicial. Las fotografías de personas, lugares,
edificios, construcciones, papeles, documentos y objetos de cualquiera especie,
deberán contener la certificación correspondiente que acredite el lugar, tiempo y
circunstancias en que fueron tomadas, así como que corresponden a lo presentado
en ellas, para que constituyan prueba plena. En cualquier otro caso, su valor
probatorio queda al prudente arbitrio judicial". Esto quiere decir que las
fotografías presentadas en un incidente de suspensión, al no estar certificadas, no
hacen prueba plena.
Una vez dejado que claro lo anterior, se afirma que la resolución impugnada se
encuentra indebidamente fundada y motivada, por la siguiente razón:
Juicio de Nulidad, expediente I-A 34/96 promovido por Jorge Kosonoy Celedón en
contra del C. Tesorero Municipal y Director de Inspección de Reglamentos y
Espectáculos, ambos del H. Ayuntamiento Constitucional de Guadalajara, Jalisco,
sentencia definitiva dictada con fecha 02 dos de Febrero de 1999 mil novecientos
noventa y nueve, resuelto por unanimidad de votos, Magistrado Ponente Lic.
Manuel Hermosillo Allende, Secretario de Sala: Lic. Francisco José Carrillo
González.
Ahora bien, manifiesto bajo protesta de decir verdad que el suscrito soy
comerciante y mi utilidad promedio en un día es de $300.00 trescientos pesos,
por lo que la multa contraviene a lo dispuesto en el artículo 55 de la constitución
estatal, siendo que excede un día de salario mínimo o el equivalente a un día de
mis ingresos.
Lo anterior es lógico si se toma en cuenta que la finalidad que persigue este tipo
de sanciones es además de intimidatoria, la de evitar la reincidencia de los
infractores, mas no la de terminar con sus patrimonios, a lo cual se llegaría de
aceptarse la imposición de multas que rebasen la capacidad económica. Así, la
única forma de evitar la imposición de sanciones pecuniarias irrazonables o
desproporcionadas, que contraríen la disposición Constitucional, es que la multa
no sobrepase un día de salario mínimo o la utilidad de un día, tal y como las
contempladas en el artículo 21 constitucional y 55, segundo párrafo, de la
Constitución política del Estado de Jalisco, por lo que, al no ajustarse los actos
refutados al pacto federal y a lo dispuesto por la Constitución del Estado, los
mismos resultan violatorios de garantías, en virtud de que, no obstante tratarse en
el particular de un pequeño comerciante, la multa impuesta excede del
equivalente a un día de salario mínimo o un día de mis ingresos, de manera
que es procedente decretar su nulidad lisa y llana, en los términos del numerario
76, párrafo primero, de la ley de justicia administrativa del Estado, nulificándolo
con todas sus consecuencias, restituyéndome en el goce de mis derechos
vulnerados, restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de que se
hubiere ocurrido el acto o resolución impugnada.
MULTAS FISCALES.
MULTAS FISCALES.
Ahora bien, bajo la teoría de la apariencia del buen derecho y es dable apreciar la
ilegalidad de la resolución es impugnadas los actos controvertidos a través del
presente ordinario, por lo que solicitó al Tribunal me sea concedida la
SUSPENSIÓN de los actos administrativos tildados de ilegalidad, y de su
posible ejecución administrativa, esto es, para que NO se inicie el
procedimiento administrativo de ejecución; para que NO se requiera de pago
o se causen recargos o multas por falta de pago; para que NO se me
secuestre el vehículo a razón de la falta de pago; hasta en tanto quede firme la
sentencia de ponga fin al presente juicio.
P R U E B AS :
P I D O :
ATENTAMENTE
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_ J JESUS LOPEZ LOPEZ