05 Klimovsky DesConCien2y4

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Gregorio Klimovsky Las desventuras del conocimiento cientifico Una introduccién a la epistemologia ri ‘be. AZ edifora La base empirica de la ciencia electrénico se comprueba distribucién regular de tos platino. Pero, cobse realmente los dton 0 simples manchas en wna placa fotografi La BASE EMPIRICA DE LA CIENCIA Base empirica y zona tedrica i bien en este libro ciscutiremos la problematica de la ciencia desde un pun- to de vista lingiifstico, analizando la validez y el significado de los enunciados cientificos, comenzaremos mencionando un problema de otra naturaleza que tendra notable influencia en ciertos andlisis posteriores.[Se refiere a la distincion en- tre objetos y entidades empiricas, por una parte, y objetos y entidades tedricas, por otra. \Esia distincién no es considerada conveniente ni legitima por todos los episte- mé6lgos contemporaneos, algunos de los cuales niegan terminantemente su legitimi- dad. Sin embargo, pese 2 las controversias que ha originado este tépico, considera- mos gue la distincién entre 1o empirico y lo teérico es muy util, y Ia discutiremos tanto por lo que podemos llamar las aplicaciones positivas de la misma como para poder entender mejor en qué sentido se dirigen las criticas. El origen de fa distincién se funda en Io siguiente: la ciencia no es un mero dis- curso sino que, debido « las propiedades seminticas del lenguaje ordinario y aun del lenguaje cientifico, intenta ocuparse de objetos, de cosas, de entidades, de justificar nuestras creencias acerca de ellos y de encontrar incluso regularidades (leyes natura- Jes) que las involucran. Cuando las disciplinas 0 las teorias cientificas se ocupan de objetos, hay que formular una primera distincién, Nuestro conocimiento de algunos de estos objetos es ‘o, en el sentido de que no exige ninguna mediatizacién de instrumentos 0 teorias para que podamos tener conocimiento de ellos. Se ofrecen di- rectamente la experiencia y por tanto podrian ‘denominarse provisoriamente objetos directos. Para tomar un ejemplo caracteristico, si al contemplar un instrumento que {posse un dial observamos que la aguja coincide con una marca de la escala, entonces el dial, la aguja, la marca y 1a relacin de coincidencia pueden considerarse como en- tidades directas, por cuanto se ofrecen sin mediacién a nuestra captacién, a nuestro conocimiento. Claro que no todo objeto del cual se ocupa la ciencia se halla en estas condicio- nes. Ni los atomos, ni el inconsciente, ni la estructura del lenguaje ni los genes po- seen esta cualidad. Para acceder al conocimiento de estas entidades es necesario proceder indirectamente y justificar nuestra creencia en ellas y en nuestro modo de conocerlas. Podriamos , provisionalment mbién, que estamos tratando con dhjetos_indirectos, Esta distincién entre objetos directos ¢ indirectos tendra conse- cuencias tanto epistemaldgicas como metodologicas, porque se comprende que la edificacién y justificacién del conocimiento no seran andlogas en uno u otro caso. De hecho, la captacion de entidades no es un fenémeno de nuestra conducta que se ofrezca a nuestro conocimiento sin el auxilio de algunos dispositivos, entre los cua- les el principal con que contamos es el lenguaje ordinario. Los términos y vocabula- rios de éste nos permiten una primera conceptuacién de la realidad, La experiencia se nos ofrece como una red muy compleja de elementos, un con- tinuo que hay que dividir y articular para poder concebirlo y operar con él, Esto se hace con auxilio del lenguaje y en general con todo nuestro aparato de pensamien- to. Si éstos no fueran los que nosotros poseemos, la divisién y articulacién de Ia rea- lidad tal como se nos aparece resultaria de un modo diferente. Cuando hablamos de objetos directos hay que entender que su captacién acontece con el auxilio de un CIMIENTO CIENTIFICO LAS DESVENTURAS DEL 00 aparato seméntico sin el cual no siempre los objetos que captamos serian los mis- mos, Es probable que sigios antes del presente, en que las comunicaciones han in- terconectado estrechamente al mundo, un esquimal trasplantado de pronto a una gran ciudad e instalado en una casa moderna no percibiria como objeto directo una biblioteca, como si lo hacemos nosotros. Por tanto, hay cierto relativismo y un componente cultural en lo que denominamos un objeto directo, pero la actividad cientifica se origina en una sociedad, en un momento hisiérico, en un determinado contexto, y al hacerlo de esta manera dispone de un marco lingiiistico y conceptual determinado, aunque éste no sea absoluto e independiente del momento histérico y de las circunstancias sociales particulares. De cualquier manera, en la historia de la ciencia, el lenguaje ordinario y las des- cripciones culturalizadas del mundo que nos rodea son lo suficientemente invariantes como para que, en la actualidad, lo que se discute acerca del valor del conocimiento cientifico en los medios académicos 0 educativos de Europa, Estados Unidos o Lati- noamérica tenga una dimension comtin. Supondremos, entonces, con fundamento, que los objetos directos constituyen un conjunto potencialmente andlogo para todos Ios centros culturales que puedan plantearse problemas epistemoldgicos, y flamare- mos base empirica, adopiando una nomenclatura muy en boga en los paises anglosa jones, al conjunto de los objetos que potencialmente pueden ser conocidos directa mente. Los demas objetos, acerca de los cuales no negamos que podemos adquirir conocimienio pero qué exigen estrategias indirectas y mediatizadoras para su capta- cién, constituiran lo que llamaremos zona tedrica de las disciplinas o de las teorias icas, segun la unidad de andlisis que adoptemos. Cuando un objeto, entidad o situacion en la base empirica es conocida, suele de cirse que contamos con un idgio. En otro sentido, la captacién de un objeto directo puede también denominarse una observacidn. Como sefiala el cpistemélogo Ernest Nagel, lo que puede captarse directamente y que genéricamente llamamos observa- cién puede corresponder a tres tipos de situaciones. Hay observaciones espontaneas que pueden interesar mucho al cientifico, pero que no han sido provocadas por él, y que se ofrecen porque de pronto, quizds inesperadamente, los sucesos ocurren en la realidad de cierta manera, Cuando aparece una nova en el cielo, lo directo es su as- pecto fulgurante; la atencién se dirige hacia el fenémeno por su intrinseco interés, pero aquél no ha sido provocado por nosotros. En otros casos los datos no han si- do provocados pero ha habido una busqueda de ellos, y en aquellas disciplinas en las que hay un nimero superabundante de datos es necesario realizar una serie de maniobras enistemoldgicas y metodoldgicas de control y sistematizacién de acuerdo con Ciertas normas que impone el método cientifico. Aquf también podemos recurrir a la astronomia en busca de ejemplos: no se toman los datos astrondmicos como re sultados de experimentos, poro se dispone de una cantidad suficiente, por ejemplo, de estrellas visibles a ojo desnudo o a través de instrumentos, como para efectuar estudios estadisticos. D ier manera, los datos constituyen en este caso parte de la base emp: te, cuando la observacién puede ser provocada, y ha- blamos de experi cin en cuanto a control y sistematizacién se hace por cierto mucho mejor, pero éste no es un requisito indispensable ni una condicién ne- cesaria para la aplicacién del método cientifico. Sea como fuere, observacién espon- La BASE EMPIRICA DE LA CIENCIA ténea, observacién controlada y experimento son todos aspectos de nuestro conoci- miento de Ja base empirica, Como veremos enseguida, algunos de estos conceptos pueden extenderse también a la zona teérica, pero previamente debemos hacer algu- nas advertencias preliminares. Ciertos ejemplos pueden jlustrar lo que estamos diciendo a propésito de la base empirica y la zona tebrica, Consideremos el caso de la fisica. Sin duda, cuando ana- lizamos los temas de los que se ocupa un fisico advertimos que se mencionan co- sas tales como balanzas, el fiel de la balanza, la aguja, el dial, y se habla de pesas, objetos cotidianos en repose o movimiento, etcétera, los que en determinadas con- diciones corresponden sin duda a la base empirica. Pero se habla también de cam- pos cléctricos 0 de particulas elementales, entidades que no se conocian hasta épo- cas muy recientes en la ‘oria de la ciencia, es decir, hasta la aparicidn de ciertas teorias cientificas o de instrumentos apropiados. No cabe duda de que los campos eléctricos y las particulas elementales no son observables, es decir, accesibles a la inspeccién directa, y por lo tanto corresponden a la zona teGrica de la ciencia. Una situacién totalmente ga se presenta en quimica: los tubos de ensayo, los me cheros 0 el papel de tornasol son directamente observables y corresponderian a la base empirica, pero no ocurre lo mismo cuando se habla de dtomos, de valencias, de pesos atémicos 0 de estructura atémico-molecular. En el caso de la biologia una distincién anéloga es la que existe entre fenotipo y genotipo: en la mayoria de los casos el fenolipo se refiere a una caracteristica observable de los seres vivos (plu- maje de un pajara, color de una fruta, textura de una semilla); pero el genotipo hace referencia a los genes, a los alelos, a los cromosomas, y cuando hablamos de ellos sin presuponer el auxilio de instrumentos estamos tratando con entidades de la zona tedrica. En el ambito de la lingiiistica, la distincién que formula de Sau- ssure entre la lengua y el habla corresponde también a un enfoque semejante. La lengua es un aspecto teorico y conjeturado del fendmeno lingtiistico, en tanto que el habla, en rela con los fendmenos acusticos, auditivos y la presencia de image- nes, se halla mas directamente vinculada a la base empirica, También en sociologia podemos establecer la distincién. Las planillas con que la gente ha respondido a una encuesta serian sin duda elementos de la base empirica para la investigacién que se ha emprendido, pero hablar acerca de la anomia, el conflicto 0 el estado de violen- cia en el que se encuentra una sociedad seria mencionar entidades de la zona ted- tica, En psicoandlisis, incluiros en la base empirica a las actitudes corporales, a los gestos y a las expresiones verbales, mientras que pertenecen a la zona tedrica el su- peryé, el inconsciente o las fantasias. Claro que no siempre la distincién es clara Seria interesante discutir, por ejemplo, si la inflacion es un fendmeno vinculado a la base empirica o a la zona tedrica de la economia. Pero por el momento dejaremos Ja cuestion de lado. eQué importancia tiene, realmente, la distincién entre objetos directos e indirec- tos, entre observacién directa y objeto inobservable? Desde el punto de vista episte- molégico, tendremos que preguntarnos més adelante por qué creemos que una teo- rfa es adecuada 0 inadecuada, mejor o peor que otra. Y parecerfa que el elemento de control es la concordancia o no de Ia teoria con observaciones de la base empi- rica. Esta es una de sus funciones principales para el conocimiento. Pero la base Las DESVENTURAS DEL CONGCIMIE? empirica se modifica a medida que transcurre la historia, debido al surgimiento de nuevos procedimi ‘nicos que nos permiten observar de distinta manera; por tanto, Jos elementos de control para la ciencia se modifican consecuentemente y la historia de le base ica repercute también en la historia de las teorias cientifi- cas. Otra cuestién que debemos sefialar es el distinto grado de énfasis que se pue- de poner en los aspectos empiricos y tedricos de la ciencia. Desde un punto de vi ta practico o tecnolégico, no cabe duda de que la base empirica es primordial y la zona tedrica circunstancial. Los problemas técnicos de la vida diaria estén relaciona- dos con la base empirica, con los objetos que nos rodean y las situaciones cotidia- nas que ellos nos presenten. Si algun interés depositamos en los objetos tedricos, es porque se relacionan con teorias que, a su vez, nos permiten disponer de nuevos recursos tecnolégicos para actuar y resolver problemas cotidianos. Pero cuando no tratamos acerca de problemas practicos sino del conocimiento y contemplamos la realidad desde un dngulo més Lilosdfico, los objetos teéricos adquieren mucha me- yor relevancia. Los grandes fenémenos que dan razon a las leyes bisicas explicati- vas de todo lo que ocurre en la realidad estén ligados, sin duda, a objetos tedricos tales como particulas elementales, campos, etcétera. En este sentido, el conocimien- to profundo se vincula con el aspecto tedrico de la ciencia, y la observacién resulta subsidiaria, como elemento de control. La base empirica filosdfica Se comprende que las argumentaciones para justificar un conocimiento relative ala zona teorica serén mis intrincadas que las que corresponden a la base empirica. Pe- ro para abordar la cuestién aecesitarcmos distinguir entre tres tipos de base empiri- 4: filoséfica, epistemologica v metodolégica. Sapongamos que tna discusién acerca del conocimiento tuviera lugar en el dambito de Ja filosofia. :Qué estaria en juego? Sin duda, toda el conocimiento humano. En tal caso deberiamos debatir cuestiones tales como la justificacién de nuestra creencia en un mundo exterior a la psiquis o en la existencia de ouras mentes. una palabra, si en lugar de discutir temas epis- temoldgicos discutiéramos temas de teorfa del conocimiento o gnoseologia, como se la denomina en algunos circulos, nuestra distincidn se estableceria entre aquello cu- yo conocimiento no deja la menor duda y aquello que, pese a que intuitivamente pa rece estar frente a nosotros, mereceria una justificacién filosdfica. Deberiamos funda- mentar, por ejemplo, como exigen muchos fildsofos, nuestra creencia en que existen los objetos fisicos. Si se denomina base empirica filosdéfica_al conjunto de todos los datos indubitables aun para los filosofos, se comprende que esta reunion de objetos y entidades seria mucho mas restringida que la que corresponde a la base empirica dé Ta ciencia, Los filosofos dudan de muches mas cosas que aquellas de las que du- dan los epistemélogos. Si sé quiere comprender mejor la diferencia, permitascenos imhawinar una situacidn en la que un psicoanalista amigo quiere convencernos de que de Ia teorla ica deriva un procedimiento terapéutico muy eficaz para la cu- ya de determinada neurosis, Para ello nuestro amigo comienza a describir la situa- cidn en el proceso analitico: LA BASE EMPIRICA DE LA CIENCIA -BI paciente es invitado ajrecostarse en un divan, a relajarse y hacer asociacio- nes libres, wi vagar de tema eit tema sin aingin tipo de coercién.. Pero en este punto lo inti Un momento. ¢Como sabe usted que existen cosas tales como el divin y el pa- ciente? :Cémo sabe que existen otras mentes, en particular la del paciente? De tratarse de un desconoci in duda le causariamos una gran sorpresa al ha- cerle estas preguntas. Pero se traia de un amigo, conocedor de nuestras inquietudes filosdficas, y entonces -Entiendo perfectamente lo que usted quiere significar. Pero debemos poner en claro lo siguiente: para decidir si una teoria, en este caso la psicoanalitica, es buena o mala, no tengo por qué retroceder hasta tales preguntas filosoficas bési- cas y cuestionar todo €] conocimiento acerca de la realidad de los objetos inme- diatos. Yo doy por cxistenté8 el divan, el paciente y otras mentes. Lo que debo considerar es si las hipotesis psicoanaliticas explican o no ciertos datos un tanto obvios de la vida cotidiana. Si cuestiono la existencia del divan o del paciente, es toy retrocediendo a un plano tan anterior de la discusién que ya el problema pe- culiar del psicoandlisis queda fuera de clla. Estaria poniendo en tela de juicio to- do el conocimiento, para todas les disciplinas, y entonces deberfa ocuparme tam- bien de cues tales come por qué creo en la existencia de las montatias 0 de la Luna, Esta respuesta de m ‘0 contertulio es totalmente adecuada. Ya sefialamos que Jos problemas que se plantea la filosofia no son exactamente los que se plantea la epistemologia, pues los epistemélogos no pretenden criticar y fundamentar todo el conocimiento. Para ellos e] tema es por qué tenemos que admitir una teorfa cientifi- ca desde el punto de vista mas 0 menos sensato del sentido comin de nuestra act dad cotidiana y del zrio. Por ello, el problema de la base empirica joséfica, como hemos Tamado al conjunta de datos que para un filosdfo estén fuera discusién, no es un tema que importe especialmente a los propésitos de la epis temologia y por tanto de este libro, Es interesante sefalar que no todos los filosofos comparten la conviccion de que xiste una bi sofica, pues, en general, tal tesitura es considerada fun- nas etapas de la historia de la filosofia, especialmente y del idealismo, se tomaban entidades tales co- cidn a modo de ejemplos de lo que constituiria una ba muchos filésofos pensaban que en realidad no hay datos segu- niento, De acuerdo con estos criticos, el resultado de se perece més a una descripcién de las interacciones entre las ad y de nuestros tipos de conocimiento, que a un edificio nios hacia las alturas. Ia época de o la sensacién “a Hloséiica sen parte alguna Ja actividad dlosédi intas partes construido desde cierto: ~ cientifico tratara de for r @| LAS DESVENTURAS DEL CONOCTMIENTO CIENTIFICO La base empirica epistemoldgica En determinado momento de Ja historia, ciertas comunidades humanas comenzaron a constituir la ciencia, a efectuar descubrimientos y a construir teorias. Indudable- mente este proceso se origina, como cualquier otro tipo de proceso de conocimien- to, en el andlisis de fendmenos de la vida cotidiana y del comportamiento de los grupos sociales. En cierto sentido, puede afirmarse que la ciencia es un fenomeno socidlogico vinculado 21 desarrollo de la historia. Pero cuando el proceso de consti- tucién de la ciencia adquiere un caracter sistematico, y ello acontece: con singular energia a partir del siglo XVII, se advierte que el punto de partida de los cientificos son datos obtenidos de la experiencia cotidiana, a los que se trata de reinterpretar y extender en términos que van mas alla del conocimiento vulgar. Desde esta pers- pectiva, los datos de la base empirica son aquellos que cualquier persona puede ob- tener de la vida cotidiana con el auxilio del lenguaje ordinario, y que estén por tan- to provistos ya de un suficiente poder de conceptuacién basica. A partir de ellos, el lar suposiciones que involucran entidades de la zona ted- rica y que permitan justificar nuestras creencias y explicar las regularidades que ha- Tlamos en la vida cotidiana. Estamos, pues, en presencia de un tipo de base empiriea que ya no tiene un ca racter filoséfico como Ia anterior y a la que [amaremos base empirica epistemoldgica. En ella se incluyen los datos obtenidos en la vida cotidiana de la manera antes in cada, y la zona tedrica seré, en este caso, todo aquello que la discusién cientifica de- Dera justificar a través de inferencias o también usando las propiedades de instru mentos y teorias de las que se vale para obtener conocimiento. El lector reconocera que nuestra distincién entre objetos directos e indirectos, presentada al comienzo de este capitulo, presupone la adopcién de una base empirica epistemoldgica y no filo- sofica. Conviene insistir. ademas, en que esta base empirica antecede al uso de cual- quier teoria cientifica, porque un epistemdlogo, como sefialamos en el capitulo ante- rior, pone en duda todas !as teorias cientificas y analiza criticamente los procedi- mientos de validacién o justificacion de las mismas. Desde ya, el lector debe quedar advertido de que las palabras tedrico y teoria se utilizan con distintos significados, que luego analizaremos. Nosotros hablaremos de marcos y presupuestos tedricos para referirnos a las teorias ya admitidas por el in- vestigador y que son tdcitamente utilizadas como auxiliares de la investigacion que se esid Ievando a cabo. Cuando se aplica a un objeto, feérico implica que no perte- nece_a la base empiric épistemolégica y que su conocimiento es indirecto, segura- mente facilitado por teorias e instrumentos. Fsta noménclatura €s Taronable porque, en cierto modo, los datos de la basé émpirica epistemoldgica son independientes de los marcos tedricos. También es verdad que el desarrollo cultural y la experiencia factica ensanchan y aun alteran nuestra base empirica ordinaria. Tal vez por razones culturales no admitiriamos como datos muchas cosas que se admitian como tales en la antigtiedad. Por otra parte, en la vida cotidiana aparecen datos que un cientifico no estaria dispuesto a tomar en cuenta y registrar en el curso de una investigacién. La cuestidn es del mayor interés y la discutiremos mas adelante. Habra que estable- cer ciertos requisitos adicionales para discriminar entre aquello que se admite en ca- LA BAS® EMPIRICA DE LA CIENCIA lidad de dato y lo que si tidiana sin interés plemente se considera el resultado de una experiencia co- a ciencia, La base empirica metedelégica A medida que se desarrolla la ciencia, se incorporan al conocimiento cientifico nu- mherosas teories ¢ instrumentos de observacién. Unas y otros estén estrechamente vinculados. Acepter los datos que nos proporciona un instrumento implica a la vez acepiar una teoria acerca del mismo. En estas circunstancias ocurre que, cuando uti- lizamos el instrumento, 0 a veces meramente una teoria, Hablamos de observacion an un sentido mas amplio que el que hemos descrito a propésito de la base empi- rica epistemoldgica. Quiza sea conveniente jlustrarlo nuevamente con un ejemplo imaginario. Ahora no cs un psicoanalista sino un bidlogo quien conversa con noso- tros, Nos invita @ mirar a través del microscopio y nos dict 0 -Ha Ilegado oportunamente. Fij este momento. se qué interesante célula se puede observar en Acercamos el ojo al ocular del microscopio y luego de una cuidadosa inspeccién replicamos: -Disculpe usted, pero es una mancha lum nal, en la que se a o nd cred estar observands ninguna célula. Lo que veg inosa, de forma mds @ mengs circular, ligeramente hexage- ierten algunas rayitas grises que parten de los vértices de Como en el caso de do cierta perplejidad y por ello responde: icoanalista, nuestro comentario causaria a un desconoci- 2] bilogo esté informado acerca de nuestras obsesiones -Lo que usted mancha luminosa percibida a través del ocular del mi- croscopio, es un dato epistemoldgico, es decir, un elemento de la base empirica epistemologica. Pero la célula de la que hablo no es un dato sino que csté inferi- da. La inferencia se debe a que yo, como bidlogo, acepto sin discusién la teoria que legitima el uso de! microscopio, y que ha sido justificada y aceptada por la disciplina llamade optica. Presupongo la éptica y en particular la denominada “teo- ria de los sistemas dpticos centrados”. Seguin esta teoria, la mancha luminosa es una imagen cue se corresponde con un objeto, isomdrfico a la mancha, de tama- no muchisimo menor y que se halla en el objetivo. A ese objeto inferido lo Imo célula. Reconozco que estoy haciendo una inferencia con el recurso a una teoria, pero yo no cuestiono Por tanto, acepto que la célula esid presente, que la estoy observand y hablando acerca de ella. esto) INOCIMIENTO CIENTIFICO Es evidente cue la respuesta del bidlogo es totalmente sensata y que se aplica a situaciones que se prescntan continuamente en el transcurso de una investigacién cientifica. Si inspeccionamos los textos de fisica elemental comprobamos que, en muchos de ellos, los datos a partir de los cuales se considera que la fisica comien- za a constituirse son presentados como obtenidos a través de instrumentos tales co- mo balanzas, densimetros, reglas de medir, cronometros, etcétera.’A veces, para in- ducir o justificar leyes como la de Boyle Mariotte, que rige cl comportamiento de Jos gases en ciertzs condiciones, se miden presiones, volimenes y temperatures, y a los resultados de mediciones también en este caso se los llama datos. Pero ninguno de ellos es un dato empirico en sentido epistemologico, pues se presupone para su obtencién el uso de algiin instrumento y la teoria que lo justifica, En este | caso serian datos epistemolégicos el instrumento en si mismo, como objeto, el lugar de coincidencia entre el nivel de un liquide y una raya en el densimetro 0 Ia coin- cidencia entre ima marca de una regla y el extremo de una barra. Pero si no dispo- nemos de una teoria que legitime el funcionamiento del instrumento de medicién, aquello de Jo que se esta hablando no es directamente observable, y un ignorante 0 un miembro de una cultura diferente a la nuestra no estaria en condiciones de cap- tar semejante tipo de datos en condicién de tales, Qué ocurre en esta circunstancia? Estamos ante una situacién mas ligada a la metodologia que a Ia epistemologia, pues el cientifico acepta sin discusion una serie de teorfas presupue empleara para su investigacion. Su propésito es obtener fuevos conocimientos # partir de aquellos de Jos que dispone. Las teorias aceptadas le permiten inferir conocimientos que nuestro cientifico considera datos, en un sen- tido que ya no es epistemoldgico sino metodolégico. Por eso dichos datos, obteni- dos con el recurso a ciertas teorias que no se cuestionan, forman parte de la llama- da base empirica meiodolégica. Es interesante anlizar la estructura logica de la estrategia empleada por el cien- tifico en situaciones como las que estamos analizando. En el caso del microscopio, el bidlogo conoce una ley: *“Percibo una mancha a través del ocular si y sélo si hay un objeto mucho més pequefio pero isomorfico en el objetivo”. Su forma légica es la siguiente: Asiysdlo siB (Aqui 4 resume una descripeiéa hecha en témminos que aluden a la base empiti- ca epistemologica, Se refiere a la mancha en el ocular y, en general, a cualquier da- to epistemolégico obtenible por observacién directa a través de la experiencia. En cambio B describe lo ucede en la zona tedrica, e involucra entidades tales co- mo, en él caso de] microscopio, el objeto pequefio en el objetivo, que no puede ver- se a simple vista, En general B trataré acerca de magnitudes tales como la presién o la densidad, cuyos valores son obtenidos por medio de instrumentos y pertenecen, por tanto, 2 la zona teorica, Desde el punto de vista ldgico, el enunciado “A si y sé lo si B” es una equivalencia que gerantiza la verdad de B si A es verdadero y la verdad de A si B es verdadero, En este caso, el enunciado vincula la descripcién de algo que se conoce en Ia base empirica con algo relative a la zona tedrica. Co- mo veremos més adelante, los enunciados que establecen una relacién entre el am- La BASE EMPIRICA DE LA CIENCIA bito de lojempirico y ei ambito de lo tedrico tienen una importancia crucial, y en la Jerga/@pistemologica se los llama regias de correspondencia o bien, si se quiere po- ner él/énfasis en su cardcter hipotetico, hifdtesis puente. Quien ha aceptado ya cier tas teorias,|como la teoria éptica qué fundamenta el uso del microscopio en el caso de nuestro! bidlogo general, quien ha aceptado ya cierto tipo de leyes cientifi- cas, presupone que existen reglas dé correspondencia de la forma “A si y sélo si B”, donde Aes elfcomponente empirico’ yB es sc Componente | tedrico, Con ello no que- ibe A en la base empiri ca también csté presente lo que describe B en la zona tedrica y viceversa, En el caso del microscopio, el bidlogo que afirma estar observando una célula hace en realiced un razonamiento que tiene dos premisas y una conclusién. La pri mera premisa es la rogla de correspondencia “A si y sélo si BY. La segunda es una premisa empirica que puede denominarse premisa dato: afirma A, es decir, en nues- tro ejemplo, ls presencia de la mancha vista a través del ocular. Ahora bien, hay una regia de razonamiento correcta, conocida desde la antigiiedad con el nombre de mo- dus ponons, una de cayas variantes tiene Ia siguiente forma: Asi por ‘consiguiente: B regla que se justifica porque, si se admite la equivalencia entre A y B, cuando A sea verdadera, B, la conclusidn, tendra necesariamente que ser verdadera también. En ¢] caso del microscopio, “A si y solé si B” es la regla de correspondencia qué vineula la mancha con ¢] objeto microscépico, en virtud de una teoria éptica acepta- da, mientras que la segunda premisa A expresa|el dato de que esta presente la man- cha en el ocular; entonces, por la sola existencia de la regia Ilamada modus ponens, B, la presencia en el objetivo del objeto lamado célula, tiene que ser admitida. No queremos decir de modo alguno que un cientifico procede en situaciones co- mo ésta haciendo conscientemente el razonamiento. Hemos puesto en evidencia lo que en realidad acontece en forma totalmente automatica: el razonamiento esta im- plicito y lo que se ti es B como una suerte de resultado instantaneo de contar con la regla de correspondencia y la premisa dato. De manera epistemoldgicamente incorrecta pero muy adecuada desde el punto de vista practico, conviene, y asi lo ha- cen los cientificos, exte el sentido. del termino observacion y admitir que se es- ta observando lo que se cescribe en B: observamos la célula. Cuando nos refiramos a la base empirica metodologica diremos que hemos hecho una observacién en sen- tido aimplio 0 exteriso. empirica epistemoligica y que de eau en mas dlenominarcmos sae en sen- tido estrecho. Los enunciados cientificos ot gong! retary! Kol of CER egret Lo hen base GE wt joe wth Sh EEE 4 et gag Sik purge Lhe weet Za Pigina manuscriia de Ins Didlogos sobre dos Ft yeaa, , reves cienclas 62) ge FOO eS x ‘4 de Galileo, EL autor 35 I MObe Cote, conjetura un modelo = Teqrals sat ane, de la realidad para 7% ky ubosy Te estudiar et comportamiento : de los proyectiles y muestra, en particular, ‘que dos proyectiles lanzades con éngulos de tiro complementarios tendréa et mismo alcance. ‘CIADOS CIENTIFICOS Enunciados e informacion cientifica os términos con los que se construye e] lengugje cientifico son algo as{ como Jos ladrillos fundamentales del pensamiento cientifico, pero no bastan para transmitir informacion o expresar conocimicntosUna palabra aislada, por ‘Gjemplo “azul”, pese a lo util que puede resultar para investigaciones acerca de la na- turaleza de la luz o del color, o para caracterizar el aspecto de una flor o una solu- cién quimica, no expresa ninguna informecién. Si un profesor entrara en el aula y di- jera a sus alumnos “Azul”, y luego permaneciera en silencio, ellos, un tanto estupe- factos al comienzo, acabarian por preguntarle: “Azul, ¢ La respuesta tendra que ser un enunciado, una oracidn. Cierto es que, a veces, una palabra aislada puede ex: presar implicitamente un enunciado; por ejemplo, puede ser la contestacién a una pregunta: “:De qué color es el cielo?”, y la respuesta “Azul” abrevia “El color del cie- lo es azul”. Pero una palabra o un, término aislados, cuando no abrevia un enuncia- do, no puede transmitir informacién, es decir, no es el medio adecuado para expre- sar an estado de cosas. Como ya sefialamos, informaciones y conocimientos deben expresarse mediante oraciones declarativas, asi Iamadas para distinguirlas de las in- terrogativas y exclamativas, destinadas respectivamente a requerir informaciones 0 a expresar ciertos estados de animo. En sintesis, “el conocimiento cientifico se propor ciona mediante enunciados y ésta es la razon por la cual vamos @ ocuparnos de es- tos elementos lingiiisticos. Enunciados empiricos basicos Comencemos por analizar los diversos tipos de enunciadc tensiones que tiene quien los formula, acerca de los aic ta puede ser singular o general, y puede referirse a la base empirica adoptada o bien ir més alla de lo observable. El caso mas sencillo es e] de los enunciados que llama- remos “enunciados de primer nivel” o “enunciados empiricos desde ya Gue la palabra “basico” no wadica pretensién alguna de fundamentar la cien- cia a partir de tales enunciados. Como veremos, el pape! principal que desempefian se refiere al control del conocimiento, mas que le edificacion del mismo a partir de datos o informes. {Un enunciaclo empirico basico se caracteriza por dos condicio- nes. La primera es que, ademas del vocabulario légico, todos los términos que se emplean sean empiricos} sin importar que provengan del lenguaje ordinario, def ten- guaje cientifico presupuesto o sean términos especificos de la teoria que se esta ana- lizando, En una palabra, el enunciado debe hablar exclusivamente de la base empi- tica epistemoldgica. Si se desea discutir acerca de alguna ba ica metodologi- ca, en estos enunciados pueden figurar términos tedricos del lenguaje ordinario o de las teorias presupuestas, a condicion de que nombren entidades de tal base. La se- m es que sean singulares o muestreles, con lo cual se quiere decir que se habla de una sola entidad o de un conjunto finito y accesible de ellas) Esto tiltimo es lo que los estadisticos suelen denominar una muestra, es decir,{una colec- cién de entidades o individuos cuyo numero es fo sui e pequeno como pa- cientificos, segin las Bre Las DESVENTURAS DEL CONOCIM ra que la observacion pueda ecceder a cada uno de ellos{Serian entonces enuncia- dos empiricos basicos “Esta flor es azul”, “Este animal tiene pelos”, “Aquel animal tiene plumas”, “La aguja de este dial coincide con Ja raya mimero diez de la escala”, “El trozo de papel tornasol que estoy utilizando se volvié rojo”, “El contenido de este tubo de ensayo esta produciendo espuma”, etcétera, También lo es el enunciado “El 75% de las personas que viver, en este edificio son rubios” porque, aunque no es sin- gular en el sentido de aquellos ejemplos (que se refieren a un solo individuo), ex- presa el resultado de una inspeccién directa sobre una muestra y un recuento, lo cual ofrece informacién agotable y controlable. Por definicién, una muestra es finita y accésible, Un. conjunto de 70 trillones de piedras, por ejemplo, es finito pero no accesible: no es una muestra. Es cierto que la distincién entre lo accesible y lo no accesible es vaga y que esta vaguedad se trans- fiere a un enunciado a la hora de decidir si merece o no ser llamado enunciado em- Birico basico. Ademas, como ya hemos sefialado, la nocién de base empirica cambia con el tiempo de acuerdo con el desatrollo de nuestros medios técnicos de observa- cin: la cara antiguamente invisible de la Luna ahora es visible desde nave: espacia- les y s6lo actualmente se la puede considerar como parte de la base empirica, Pero suponemos que nuestro anilisis se realiza en el marco de un determinado medio so- cial y en una determinada etapa historica, y que con relacién a ese marco los cienti- ficos han decidido ya qué enunciados se consideran empiricos basicos y cudles no. Se entiende que ambos requisites, la singularidad y el cardcter empirico de los tér- minos, han sido aclarados previamente. Conviene sefalar finalmente que! las lamadas “combinaciones proposicionales de enunciados empiricos basicos” son también enun- ciados empiricos bésicos. Si, por ejemplo, “Estd loviendo” y “Esta tronando” son enunciados empiricos basicos, las combinaciones “Esta tronando o estd Ioviendo” o bien “Esta tronando y esta Iloviendo”, también son enunciados empiricos basico: De acuerdo con lo que ya hemos dicho a propésito del requisito de efectividad para la base empirica, Jos enunciados empiricos basicos tienen le ventaja de que, me diante observaciones oportuias, puede dirimirse por s{ 0 por no el problema de su verdad o falsedad.\Naturalmente, puede haber impedimentos o perturbaciones que obstaculicen la observecion (por ejemplo, seria imposible observar un eclipse si es tuviese nublado) y en ese caso no podremos resolver el problema de la verdad o la falsedad del enunciado. Pero cn principio, salvo en tales casos ocasionales, la verdad 0 falsedad de los enunciados empiricos basicos es decidible. Esto los hace muy im- portantes desde el punto de vista cientifico, porque, considerados como problema pa ra el conocimiento, constituyen cuestiones resolubles. Desgraciadamente, la ciencia no puede tomar en cuenta unicamente este tipo de enunciados, precisamente por sus condiciones de singularidad, finitud y efectividad. Las leyes cientificas tienen que ser expresadas mediante enunciados generales, no singulares, generalizaciones que abar- can una cantidad de casos que van més alld de las muestras y, por supuesto, mucho mas alld de la singularidad de cada caso por separado. Como veremos enseguida, el caso de las generalizaciones no permite una decidibilidad efectiva en el mismo sen- tido que los enunciados empiricos basicos. El registro de observaciones o los informes de experimentos en una investiga- cion cientifica constituyen una lista de enunciados empiricos basicos, a condicion de 68 - - que no incluyan aspectos interpretativos. Si un psicoanalista, por ejemplo, nos di- ce que su paciente no contestd a una pregunta o que formuld tal o cual objecion a una interpretacion, su afirmacién constituiria un enunciado empirico basico; pero no lo seria si dice “El superyo de este paciente lo esté inhibiendo”. En este caso, aun- que el enunciado sea s . Se presupone una interpretacion, que queda en evi dencia por el uso de! termino tedrico “superyo”. En cierto modo, los enunciados em- piricos basicos se emplean cuando hay que registrar o comunicar una casuistica. A muchas disciplinas, en principio, les seria imposible ir mas alla de este primer nivel de afirmacione porque, segtin ciertos epistemélogos, no estarfan en con- diciones de alc: de segundo nivel, que expresan generalizaciones y que se utilizan para expresar las llamadas “leyes cientificas”. Este seria el caso, segun tradi- cionalmente se ha considerado, tanto de Ja historia como de la geografia, si bien en Ja actualidad se piensa que hay un nivel teérico mucho més frecuente de lo pensa- do en el desarro’ cisciplinas y, por tanto, no constituirfan una mera colec- cién de enunciados empiricos basicos. En particular, como los hechos de la historia se hallan en el pasado, pareceria que sin inferencias y sin el auxilio de teorias las afirmaciones cas no podrian siquiera ser puestas a prueba. Generalizaciones y leyes empiricas El seguado nivel de los “generalizaciones empiricas” ne iados cientificos esté constituido por las denominadas Tambiéa éstas se caracterizan por dos condiciones. Al enunciados empiticos basicos, el vocabulario de estos enunciados de segunde nivel es logic y empirico, y por tanto el discurso atafie ex: a. No aparecen en ellos entidades inobservables, de da condicién establece la diferencia con los enuncia- dos de primer nivel: va no se tata ahora de afirmaciones singulares, sino de afirma- ciones generales que establecen reguleridades, uniformidades, en conjuntos tan am- plios que no son di accesibles, como slo éran las muestras. Se habla acerca de conjuntos de s que, por su extensiéa, no se pueden agotar me- diante observaciones singulares, En una palabra, se trata de eaunciados empiricos a la bas caracter tedrico. Pero generales, tales como “Todos los cuerpos se dilatan con el calor” o “El 25% de los ha Ditantes de la ‘ine son rubios”, Denominaremos, cometiendo quizds un abuso del lenguaje, “leyes empiricas”_alos_enunciados empiricos generales aceptados por los cientificos como conocimiento valido. En tal caso, entonces, estos enunciados merecen ser considera comportamiento hum to, la aceptacion di mente han si luego analizaremo Corresponde aq! Jaracién en cuanto al uso de ia palabra “ley”. Hay dos acepciones principales de ella: la ontolégica, que se refiere a las cosas 0 entida- des, y la ingistica, vinewlade 2 los enunciados 0 expresiones que uiiliza el cientifico. En el primer sent (0 “ley natural”) indica una regularidad presente en la que expresan regularidades de la naturaleza, del dades y. en general, de la realidad) Por supues- ciados por 1a comunidad cientifica implica que previa con éxito a determinadas pruebas o verificaciones que

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