Ensayo - Psicología Criminal

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA


VICERRECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE INVESTIGACIÓN, EXTENSIÓN Y POSTGRADO
SAN JOAQUÍN DE TURMERO - ESTADO ARAGUA

PSICOLOGÍA CRIMINAL: CONCEPCIÓN, BASES Y


FUNDAMENTOS.

AUTOR(A): KIMBERLYN CACERES

San Joaquín de Turmero, febrero, 2022.


La psicología es una rama de la ciencia que estudia variedad de
aspectos y/o contextos relacionados con los seres humanos; uno de estos
tópicos está relacionado con el marco jurídico, inicialmente estimulado
debido la preocupación por la naturaleza humana, su correspondencia
con la desviación de la conducta normal y un cierto rasgo de condición
hacia el delito. Existen distintas posturas teóricas que tratan de la
desviación de la conducta sana y su conducción hacia el delito:
Lacassagne, por ejemplo, se interesó por la explicación del crimen y
destacó la importancia del entorno y el ámbito social en el individuo que
comete el delito. Asimismo, surge la frenología como doctrina o
planteamiento teórico desarrollado por Franz Gall, la cual consistía en la
medición del cráneo para estudiar la mente, se creía que mediante la
forma del cráneo se podía conocer el carácter de una persona; y por su
parte, Césare Lombroso, quien fue uno de los máximos representantes
del positivismo criminológico, se centró en el estudio y clasificación de los
delincuentes, con enfoque en los rasgos físicos y al asegurar que los
delincuentes tenían tendencias innatas malignas ligadas a su fisionomía.
(Universidad Insurgentes, pág. 4) En este orden, se mencionan además
los diferentes paradigmas de la psicología criminal, que apoyan o se
fundamentan en estas posturas.

Aristizabal E., y Amar, J. (2010) en su libro publicado titulado:


“Psicología forense: estudio de la mente criminal”, exponen que la
conducta criminal no se presenta por sí sola en el individuo, ni este nace
con ella, ya que hay una serie de razones que la produce, sustenta y
mantiene, por tanto, fundamentados en este supuesto, a lo largo de este
ensayo se expone de manera específica y estructurada la concepción, las
bases y los fundamentos que sustentan esta rama de la psicología
jurídica. Aunque la relación entre la psicología y el sistema de justicia es
un área altamente compleja y en constante desarrollo, se han podido
identificar y desarrollar diferentes enfoques teóricos, metodológicos y
campos de acción en los que el psicólogo forense tiene su participación.

La psicología forense es una rama de la psicología jurídica que, al


igual que la psicología criminal, se preocupa por las causas, motivos,
normales o patológicos, que conducen a una persona a convertirse en un
criminal, por tanto, la psicología criminal, se ocupa de estudiar la conducta
criminal, su génesis, desarrollo y configuración; centrándose en el estudio
de la individualidad criminal y de aquellos factores significativos en la
historia personal. (Soria, M. y Saíz, D. 2006)

Estos autores establecen que la Psicología criminal ha sido


entendida tradicionalmente como la ciencia que estudia las causas y
motivos, normales y/o patológicos que conducen a una persona a
convertirse en un delincuente, definiéndola además como “aquella
vertiente de la Psicología jurídica que agrupando diversas áreas de la
misma intenta abordar la comprensión del fenómeno de la delincuencia,
sus causas, efectos y tratamiento, con la finalidad de ayudar a su
reducción mediante métodos preventivos o interventivos.” (pág. 29)

Por su parte, un artículo publicado por la Universidad Insurgentes,


establece a la psicología criminal como la “rama aplicada de la psicología
que se encuentra dentro del ámbito penal y se centra en el estudio de los
mecanismos psicológicos involucrados en la comisión de actos delictivos
bajo el criterio práctico del atentado contra la norma jurídica”. En síntesis
se puede concebir a la psicología criminal como el estudio de los factores
bio-psico-sociales que determinan en un individuo la conducta criminal,
focalizándose tanto en la persona como en el hecho criminal con la
finalidad de estudiar, identificar, intervenir y prevenir este tipo de
conducta.

Ahora bien, habiendo identificado una definición sobre la psicología


criminal, se puede ampliar sobre el objeto de estudio de la misma.
Cuando se dice que tiene como finalidad estudiar, identificar, intervenir y
prevenir este tipo de conducta, se hace referencia a todo el espectro
amplio de cada tópico, es decir, estudiando las características del crimen
y estudiando las circunstancias, el tipo de conducta y las motivaciones del
criminal. Al respecto, cabe señalar que “la conducta criminal puede ser
consecuencia de un proceso deficiente de la conciencia, una deficiencia
en la voluntad, o puede ser resultado de un proceso de influencia
psíquica, de cierta incapacidad psíquica, de una afectación psicológica o
de unos patrones de personalidad establecidos desde la infancia”.
(Aristizabal E., y Amar, J., 2010)

Ahora bien, por otra parte, sobre la metodología en la psicología


criminal, Soria, M. y Saíz, D. (2006), mencionan una distinción básica
entre dos tipos: la metodología inductiva y la deductiva. Por un lado el
perfil criminal inductivo, que deriva de principios psicológicos generales
acerca del comportamiento criminal a partir de datos analizados
empíricamente y estadísticamente, que provienen de un cierto número de
casos resueltos. De este modo, se trata de un tipo de perfil que es
generalizado a un criminal individual, a partir de las características
conductuales y demográficas compartidas por otros criminales que han
sido estudiados en el pasado y que encajan con el mismo patrón de
comportamiento mostrado por el criminal individual. Este tipo de perfil
criminal se nutre de tres tipos de fuentes: estudios formales e informales
de poblaciones de criminales encarcelados, experiencia práctica del
perfilador con casos aislados y fuentes de datos públicos tales como los
del FBI.

Por otro lado, el perfil criminal deductivo, que es definido como el


proceso de interpretar evidencia forense, incluyendo las fotografías de la
escena del crimen, informes de autopsias, fotografías de la autopsia y un
minucioso estudio de la victimología, con la finalidad de reconstruir de la
manera más exacta los patrones de comportamiento del criminal en la
escena del crimen y, a partir de esos patrones específicos de
comportamiento, deducir características demográficas y psicológicas del
criminal, así como su motivación para perpetrar el crimen. El perfil
deductivo excluye todo tipo de información obtenida de otros criminales y
crímenes similares, y realiza un fuerte énfasis en la llamada
reconstrucción forense bien fundada.

Expuesto todo lo anterior, los campos de aplicación de la psicología


criminal quedan al descubierto, estos son en la elaboración de teorías
sobre el delito, elaboración de técnicas específicas de intervención,
victimización y reacción social, testimonios, investigación policial,
prevención del delito, y la psicología forense. Ahora bien, finalmente los
paradigmas de la psicología criminal se pueden agrupar en cuatro
apartados siendo así: el paradigma biopsicosocial, el paradigma de
control social, el paradigma del delincuente racional y el paradigma de la
psicología del desarrollo aplicada a la delincuencia.

Dentro del paradigma biopsicosocial, se encuentran: la psicología


evolucionista, en donde el crimen es visto como una conducta necesaria
para la preservación y conservación de la especie humana, ya que el
objetivo es sobrevivir y propagar los genes mediante la reproducción; la
genética del comportamiento, basada en destacar el papel preponderante
de la genética en las conductas antisociales, ya que los genes codifican
proteínas e influencian procesos biológicos que desembocan
determinadas conductas criminales; y la psicología neurofisiológica,
desde donde la conducta criminal se puede entender como una
predisposición a cometer actos delictivos debido a factores orgánicos.

Por su parte, dentro del paradigma del control social/autocontrol, se


encuentran: la teoría de los vínculos sociales y la teoría del bajo
autocontrol. La primera, fue desarrollada partiendo del criterio de que el
control necesario para que el individuo no actúe delincuencialmente,
radica en los nexos que el mismo establece con la sociedad. Según esta
posición teórica, la necesidad de autopercibirse y ser reconocido como
integrante pleno y respetado de los diversos grupos sociales de
pertenencia, actúa como elemento conductual controlador, tomando en
cuenta cuatro elementos del vínculo social: apego a los padres,
compromiso de las líneas convencionales de acción, participación en
actividades convencionales y creencia en un valor común. Estos cuatro
elementos del vínculo social convierten a la persona en un ser prosocial y
obediente de las leyes. La segunda, parte del concepto del autocontrol,
entendido como el nivel o grado que cada persona tiene de vulnerabilidad
ante las tentaciones o situaciones adversas que se le presentan. Los
individuos con bajo control, suelen dar respuesta inmediatas e impulsivas
ante los estímulos que se les presentan, les gustan las emociones fuertes
y les cuesta llevar a cabo planificaciones a largo plazo.

Dentro del paradigma de la psicología del desarrollo aplicada a la


delincuencia se parte de dos premisas: las personas están influidas por
diferentes factores según la etapa de la vida y que las relaciones sociales
se modifican. En este sentido, se estudian criterios como las fases de la
vida de los delincuentes donde se hace referencia a que las personas a lo
largo de su vida viven nuevas experiencias diversas, se establecen
propuestas dinámicas que hablan de diversas causas de los delitos en
distintas etapas.

Por último, dentro del paradigma del delincuente racional, el delito


es visto como una elección que el individuo lleva a cabo de manera
racional, buscando obtener un beneficio por medio de la conducta
delictiva. Entre los antecedentes o explicaciones del comportamiento
delictivo pueden hallarse: factores psicológicos, factores sociales y/o la
propia experiencia personal. Sin embargo, bajo este paradigma, se
considera que la clave para explicar de la conducta delictiva reside en que
ciertos sujetos poseen una mentalidad criminal.
En concreto, la psicología cuenta con buenas teorías y
explicaciones de la delincuencia, con análisis precisos del inicio,
mantenimiento y desistimiento en las carreras delictivas y, especialmente,
con sólidos tratamientos psicológicos que logran resultados notables en la
disminución de las tasas de reincidencia en el delito. Como resultado de
todo lo anterior, un número considerable de psicólogos trabajan en los
países desarrollados en los ámbitos del análisis, predicción, prevención y
tratamiento de la delincuencia. (Redondo, S. y Pueyo, A. 2007)

En conclusión, tomando como base que la criminalidad se define


como el conjunto de agresiones en quebranto de la sociedad, los códigos
morales establecidos, la propiedad y el orden público, se puede
determinar que dichos actos son cometidos en su mayoría y dependiendo
del caso, por sujetos conscientes de este concepto, así pues dentro de
estudio criminal-psicológico, no está de más tomar en cuenta todos los
paradigmas anteriormente mencionados con el objetivo de realizar un
descarte de posibilidades. Si bien, hay variedad de estudios relacionados
sobre la criminalidad desde un enfoque psicológico, se pueden además
identificar los tipos de crímenes más cometidos, patrones, detonantes,
conductas, pensamientos, ideas, creencias y variedades de aspectos y
contextos correlacionados.

Es por esto que dentro del estudio inicial en este campo, es


importante poder identificar los factores de riesgos que provocan o
pueden llegar a provocar la criminalidad, desde una óptica multifactorial
del análisis de la sociedad con el fin de establecer líneas generales de
información básica existente sobre el comportamiento de la colectividad.
Referencias:

● Aristizabal E., y Amar, J. (2010) Psicología forense: estudio de la

mente criminal. Editorial Universidad del Norte, Ediciones de la U,


Primera edición, ISBN 978-958-741-051-8 Recuperado de:
https://www.untumbes.edu.pe//vcs/biblioteca/document/varioslibros/
1513.%20Psicologia%20Forense%20%20Estudio%20de%20la
%20mente%20criminal.pdf Revisado el 04/02/2022

● Guillen, C. y Vozmediano, L. (2018) Psicología criminal.

EDITORIAL SÍNTESIS, S. A. ISBN: 978-84-9171-231-2 Depósito Legal:


M. 30.263-2018 Vallehermoso, 34. 28015 Madrid – España. Recuperado
de: https://www.sintesis.com/data/indices/9788491712312.pdf
Revisado el 04/02/2022

● Redondo, S. y Pueyo, A. (2007) La psicología de la delincuencia.

Papeles del Psicólogo, vol. 28, núm. 3, pp. 147-156 Consejo General de
Colegios Oficiales de Psicólogos Madrid, España. Recuperado de:
https://www.redalyc.org/pdf/778/77828302.pdf Revisado el 04/02/2022

● Soria, M. y Saíz, D. (2006) Psicología criminal. PEARSON

EDUCACIÓN, S. A., Madrid, ISBN 10: 84-8322-306-6 ISBN 13: 978-84-


8322-306-2 Materia: 343 Recuperado de:
https://www.scenacriminis.com/wp-content/uploads/2021/03/Psicolog
ia-criminal-Miguel-Angel-Soria-Verde-1-Ed.pdf Revisado el 04/02/2022

● Universidad Insurgentes (s. f.) Psicología criminológica y sus

paradigmas. Psicología criminal – Bloque 1. PCA0420. Recuperado de:


https://repositorio.scalahed.com/recursos/files/r171r/w26917w/Psicol
ogiaCriminal_Ant_B1_C.pdf Revisado el 04/02/2022

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