Miercoles de Ceniza
Miercoles de Ceniza
El Sentido de la Ceniza
“El comienzo de los cuarenta días de penitencia”, en el Rito romano, se caracteriza por el
austero símbolo de las Cenizas, que distingue la Liturgia del Miércoles de Ceniza. Propio de los
antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el
gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad,
que necesita ser redimida por la misericordia de Dios. Lejos de ser un gesto puramente
exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada
bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles, que
acuden en gran número a recibir la Ceniza, a que capten el significado interior que tiene este
gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual.
Cabe recordar entonces, que ha llegado a formar parte de la Liturgia del Miércoles de Ceniza,
de manera armoniosa y fructuosa. Sin embargo, la imposición de la ceniza no es en sí un
sacramento, sino solo un sacramental, que no tiene carácter de obligación, pero puede ser una
ayuda idónea para la conversión y la vida espiritual. Podemos decir con toda claridad, que hay
compromiso de asistir a la Misa del Miércoles de Ceniza, pero no así de imponerse la ceniza.
Sin embargo, imponerse ceniza es un signo que ayuda a impregnar nuestra preparación
cuaresmal de un espíritu de arrepentimiento y conversión necesarios para vivir la Pascua.
Génesis 18:27
Ritos iniciales
R. Amén
Continúa:
El guía invita a todos a orar en silencio durante unos momentos. Después dice:
Oremos.
Que el día de ayuno con el que iniciamos, señor esta Cuaresma, sea el principio de una
verdadera conversión a ti, Y que nuestros actos de penitencia nos ayuden a vencer el espíritu
del mal. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu
Santo, Y es Dios, por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Liturgia de la Palabra
Evangelio
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado de no practicar sus obras de
piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con
su Padre celestial. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen
los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro
que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano
izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu padre, que ve lo
secreto, te recompensará. Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, A
quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea
la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar,
entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre,
que ve lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos
hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están
ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes,
perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás y ayunando, sino tu
Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará”.
R. Te alabamos señor.
Reflexión en torno a la ceniza
Nos sentamos.
Habiendo hecho esta experiencia del ayuno, puedo sentirme profundamente agradecido con el
Señor, que tanto me ha amado, y orar: agradeciéndole por lo que ahora me doy cuenta que ha
hecho por mí; pidiendo su perdón porque me doy cuenta que no siempre he sabido
aprovecharlo, que incluso he llegado a desperdiciarlo o despreciarlo; orando para que, de
ahora en adelante, pueda yo ver, valorar y aprovechar todo lo que me da.
Después de la reflexión se les invita a decir el Yo confieso….
Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de
pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.
Amén.
Oración Universal
V. Puestos de pie, vamos a presentar nuestras oraciones a Dios nuestro Padre que, rico en
misericordia, no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva.
R. Escúchanos, Padre.
1. Para que todos los cristianos vivamos intensamente este tiempo de cuaresma como un
encuentro con Dios vivo, y sigamos más de cerca a Jesucristo. Oremos. R.
2. Para que los que están alejados de la fe, participen en este tiempo de la llamada alegre
de la Iglesia y puedan experimentar el amor de Dios. Oremos. R.
3. Para que encuentren nuestro amor y consuelo todos aquellos que a causa de esta
Pandemia, experimentan tristeza, soledad, desesperación, enfermedad y muerte.
Oremos. R
4. Para que los que viven hundidos bajo el peso del pecado encuentren la ayuda
necesaria para convertirse y cambiar de vida. Oremos. R.
5. Para que los que hoy nos hemos reunido aquí para recibir el signo de la ceniza, nos
dispongamos a una conversión sincera, que de abundantes frutos de amor y caridad
durante esta cuaresma y siempre. Oremos. R.
Las personas pueden hacer sus propias peticiones. Luego, el guía concluye la oración diciendo:
V. Acoge, Padre misericordioso, nuestras plegarias, y renuévanos con tu gracia amorosa. Por
Jesucristo, nuestro señor.
R. Amén.
Padre nuestro
V. Hermanos: Unidos con Jesucristo, con toda confianza Oremos a Dios, nuestro Padre, para
implorar su perdón, su fuerza para vencer al mal y renunciar al pecado. Por eso, nos atrevemos
a decir: Padrenuestro…
Padre nuestro que estás en cielo, santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino hágase
señor tu voluntad así en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día perdona
nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden no nos dejes caer en
tentación y líbranos de todo mal amén.
V. Queridos hermanos, pidamos humildemente a Dios Padre que bendiga con su gracia esta
ceniza que, en señal de penitencia, cada uno se impondrá en la cabeza. Y, después de un breve
momento de oración en silencio, y juntando las manos, dice:
V. Señor Dios, que te apiadas de quien se humilla y te muestras benévolo para quien se
arrepiente, inclina piadosamente tu oído a nuestras súplicas y derrama la gracia de tu
bendición en este momento, todos hacen el signo de la bendición sobre las cenizas. Sobre esta
familia tuya, que va a recibir la ceniza, para que, perseverando en las prácticas cuaresmales,
merezcan llegar, purificada su conciencia, a la celebración del misterio pascual de tu Hijo. Él,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Al disponernos a recibir sobre nuestras cabezas esta ceniza, que ella nos recuerde que, para
seguir al Señor, hemos de dejar ciertos caminos que nos alejan de Él, de sus mandamientos y
de nuestros prójimos. Que esta ceniza, nos ayude a caer en la cuenta que tenemos que pedir
perdón, perdonar y ser más amigos de Dios y De los demás.
Imposición de la Ceniza
Oración final
V. Señor, haz que nos convirtamos a ti de todo corazón, pues si nos defiendes cuando pecamos,
con mayor razón nos proteges cuando sinceramente nos entregamos a ti. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
R. Amén.
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal, Y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.