Herac. en Grecia y Roma
Herac. en Grecia y Roma
Herac. en Grecia y Roma
Plutarco menciona con mucha frecuencia a Heracles, como es lógico dada la gran
importancia del héroe; pero no se refiere a todas sus aventuras, como seguramente
tampoco las trataría todas en su Vida de Heracles, que no conservamos. Lo menciona al
hilo de su narración, de su relato o de su argumentación filosófica, aludiendo a veces a
una leyenda concreta y, con mayor frecuencia, a su carácter y sus virtudes.
Las referencias a las virtudes y hazañas de Heracles en Moralia y en las Vidas, tanto de
griegos como de romanos, tienen diversas procedencias: por una parte, la tradición
popular; por otra, la literaria, tan conocida por nuestro erudito, en la que destaca la
tragedia; y por otra, las versiones alegóricas y racionalizadas de los intérpretes de los
mitos. Pero todo ello filtrado por el criterio de Plutarco, que selecciona, juzga, destaca,
adapta, e incluso rechaza lo que considera inapropiado.
Pero este panorama general de los contextos e interpretaciones que Plutarco ofrece de
los mitos relacionados con Heracles es demasiado amplio para tratarlo en profundidad
dado el gran número de pasajes en los que aparece, y por ese motivo me centro en la
faceta preferida por Plutarco y que justifica muchas de las alusiones al héroe y sus
acciones: la figura de Heracles como paradigma de la virtud. Esta es la característica por
la que fue transmutado en dios.
ROMA
En ESPARTA, se suele invocar su virtud, modelo para los espartanos y sobre todo para
sus reyes, descendientes suyos. Así, Licurgo, proponía la virtud de Heracles como
modelo a seguir (Apophthegmata Laconica 226A).
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SABIO E INTELECTUAL
ALEJANDRO
ANTONIO
Lo que Plutarco considera deshonroso es el abandono del esfuerzo exigido por la virtud
y la entrega del personaje al placer sometiéndose a una mujer. Por tanto, la imitación de
Heracles por parte de Antonio es ficticia, solo un disfraz, y tanto Dioniso como Heracles
lo abandonan a su suerte antes de la batalla de Acio, desmintiendo así la relación que el
general romano pretende tener con ellos.
TESEO
3
Plutarco no solo compara a Teseo con Heracles, sino que además considera al
primero imitador del segundo. Lo que Plutarco pretende (y este es el sello propio de
Plutarco) es mostrar la fuerza de la virtud, que no solo da sentido a las acciones, sino
que además tiene un valor ejemplar e inspira en unos el deseo de imitar las acciones
virtuosas de otros. Teseo se mira en el espejo de Heracles para hacer triunfar la
dikaiosyne y difundir su philanthropía.