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Espluga PS36

Este texto identifica los factores político-institucionales y socioculturales que influyen en la aceptación o rechazo de la energía nuclear en Europa. Debido a la crisis energética y la necesidad de descarbonización, la energía nuclear ha recuperado protagonismo como fuente de transición ecológica, aunque suele encontrar resistencia pública. La percepción varía entre países dependiendo de su contexto, como se evidenció tras el accidente de Fukushima cuando Alemania rechazó la nuclear mientras el Reino Unido la impulsó

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Espluga PS36

Este texto identifica los factores político-institucionales y socioculturales que influyen en la aceptación o rechazo de la energía nuclear en Europa. Debido a la crisis energética y la necesidad de descarbonización, la energía nuclear ha recuperado protagonismo como fuente de transición ecológica, aunque suele encontrar resistencia pública. La percepción varía entre países dependiendo de su contexto, como se evidenció tras el accidente de Fukushima cuando Alemania rechazó la nuclear mientras el Reino Unido la impulsó

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¿Una transición ecológica y nuclear?

Reflexiones sobre los factores


subyacentes a las percepciones
sociales de la energía nuclear
Josep Espluga Trenc* y Albert Presas**

RESUMEN cas fundamentales del modelo de desarrollo


industrial del siglo XX, los combustibles fósi-
El actual escenario internacional de crisis ener- les, se encuentran ante un serio problema de
gética y tendencia a la descarbonización de la econo- continuidad por diversos motivos difícilmente
mía ha comportado un nuevo protagonismo para la reversibles. Por una parte, a causa de haber
energía nuclear, llegándose a postular como fuente
superado (o estar cerca de hacerlo) su pico de
energética para la transición ecológica. Aunque el
desarrollo de la energía nuclear suele chocar con las extracción, lo cual se traduce inevitablemente
resistencias de un sector relevante de la población en una menor disponibilidad y/o un mayor
europea, se observan diferentes situaciones por paí- coste de extracción. Por otro lado, por las exi-
ses. En este texto se identifican los factores político- gencias derivadas de las políticas de mitigación
institucionales y socioculturales que, más allá de la del cambio climático, que requieren una des-
mera percepción de riesgos y beneficios, contribu- carbonización de la economía que pasa inevita-
yen a explicar la aceptación o el rechazo a la energía blemente por el cambio de matriz energética.
nuclear en diferentes países europeos. A estas causas estructurales se les podrían aña-
dir otras coyunturales, como la interrupción de
los flujos metabólicos de la economía mundial
producida por la pandemia de la COVID-19 o
la tensión bélica que impregna la escena mun-
dial en tiempos recientes.

1. Introducción Ante esta situación son muchas las voces


que advierten de que, para mantener los actua-
les niveles de consumo y desarrollo, además de
promover una ingente red de energías renova-
Si hay algo claro en el confuso panorama
bles, será preciso contar con el apoyo de otras
internacional contemporáneo es que nues-
fuentes energéticas ya disponibles. Y aquí es
tras sociedades están abocadas a protago-
donde, tras varias décadas en declive, la ener-
nizar una transición energética en un tiempo
gía nuclear ha recuperado un inesperado pro-
relativamente corto. Las fuentes energéti-
tagonismo, hasta el punto de que la Comisión
* Universitat Autònoma de Barcelona (joseplluis.
­Europea la ha calificado como energía de tran-
[email protected]). sición hacia la economía verde, facilitando así
** Universitat Pompeu Fabra (albert.presas@upf. que este sector energético, junto con el del
edu). gas natural, pueda beneficiarse de las grandes

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¿Una transición ecológica y nuclear? Reflexiones sobre los factores subyacentes a las percepciones sociales...

inversiones públicas y privadas promovidas por lar que parte de este desistimiento tuvo que ver
el Pacto Verde E
­ uropeo. Las bondades, limita- también con los crecientes costes derivados de
ciones y dependencias que comporta este ambi- las cada vez mayores exigencias de seguridad
cioso programa de inversiones europeo serían tras la producción de varios incidentes y acci-
objeto de otro debate. Aquí nos centraremos dentes, que recortaron sensiblemente su viabi-
solo en reflexionar sobre qué opciones tiene lidad económica y financiera (Lehtonen, 2020;
la energía nuclear para ser aceptada o recha- Rubio-Varas, 2022).
zada en los diferentes contextos sociopolíticos
europeos, justo en este momento histórico en Los datos disponibles muestran que las
el que los sistemas económico y político pre- percepciones públicas y las respuestas sociales
tenden virar hacia alguna forma de transición ante la energía nuclear no son unívocas, sino
ecológica. que presentan muchas diferencias entre unos
países y otros. El contexto sociopolítico de cada
lugar pesa mucho. Por ejemplo, a raíz del acci-
dente de Fukushima-Daichi (Japón) en marzo de
2. La imagen pública de la energía 2011, Alemania se apresuró a poner en marcha
nuclear su antiguo proyecto de eliminación gradual de
la energía nuclear, mientras que el Reino Unido
seguiría el camino opuesto, impulsando nue-
La energía nuclear ha sido desde sus orí- vos proyectos de reactores. Pero, claro está,
genes una tecnología controvertida. Al igual que antes de dicho accidente, Alemania y el Reino
sucedió con otros desarrollos tecnocientíficos Unido ya se caracterizaban por tener unas opi-
del último siglo, el uso de energía de fisión para niones públicas muy diferentes sobre la ener-
generar electricidad ha sido objeto de prolon- gía nuclear. Tal como muestran los datos de un
gados e intensos debates y ha tenido una gran Eurobarómetro de septiembre-octubre de 2009,
capacidad para polarizar la opinión pública. El ante la pregunta “¿Debería reducirse, mante-
hecho de que surgiera en un contexto militar, al nerse igual o aumentarse la proporción actual
final de la II Guerra Mundial, supuso un primer de energía nuclear respecto al conjunto de
marco de interpretación pública de corte apo- fuentes de energía?”, optaron por reducirla
calíptico, que años después alimentó la articula- el 25 por ciento de los británicos y el 52 por
ción de movimientos pacifistas a escala mundial ciento de los alemanes, mientras que el
frontalmente contrarios a su desarrollo tecno- 27 por ciento de los primeros y solo el 7 por
lógico (Lemkow, 1984). Sin embargo, durante ciento de los segundos apostaron por aumen-
la década de los cincuenta del siglo XX, al calor tarla (TNS Opinion & Social, 2010).
del intenso desarrollo industrial y económico de
la posguerra mundial, prevaleció una visión más Si atendemos al conjunto de los E ­stados
tecno-optimista, en la que la energía nuclear miembros de la Unión Europea, observamos
pasó a formar parte de la frontera del conoci- que, en ese mismo momento, una elevada
miento y llegó a concebirse como garantía de proporción de ciudadanos europeos expre-
progreso para un futuro mundo de abundan- saba reticencias ante la energía nuclear, con un
cia (como se llegó a decir, sería una fuente de 34 por ciento a favor de reducir su uso, un 39 por
energía too cheap to meter) (Rubio-Varas y De la ciento proclive a mantener la situación actual, y
Torre, 2017; Rubio-Varas, De la Torre y C­ onnors, solo un 17 por ciento partidario de aumentarlo.
2021). Sin embargo, a partir de los años setenta, Cuando se preguntaba al conjunto de la pobla-
varios accidentes en reactores contribuyeron ción europea sobre su percepción del balance
a articular una opinión pública contraria a la de riesgos y beneficios atribuidos a la energía
energía nuclear en muchos países occidentales, nuclear, un 51 por ciento consideraba que sus
esta vez, en un contexto sociopolítico de inten- riesgos superaban a los beneficios, mientras
sificación de la Guerra Fría. Se suelen citar los que solo un 35 por ciento creía lo contrario.
incidentes de Three Mile Island (Estados Unidos, Hay que señalar que estos datos son anteriores
1979) y Chernóbil (URSS, 1986) como los pun- al accidente de Fukushima. El Eurobarómetro
tos de inflexión en cuanto a la evolución de la dejó de emitir informes monográficos sobre la
opinión pública sobre la energía nuclear, a partir energía nuclear desde entonces, aunque siguió
de los cuales muchos países detuvieron o ralen- manteniendo una pregunta en sus barómetros
tizaron sus programas nucleares. Hay que seña- sobre las actitudes hacia la ciencia y tecnología.

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Josep Espluga Trenc y Albert Presas

Así, según el Eurobarómetro especial 516, con contrario. El resto cree que no tendrá ningún
trabajo de campo en abril-mayo de 2021, un efecto o no contesta (Kantar, 2021). Es decir, en
46 por ciento de la población europea sostiene el conjunto de Europa la polarización se man-
que la energía nuclear tendrá efectos negativos tiene, pero hay que ser conscientes de que las
en nuestra vida durante las próximas dos déca- percepciones varían considerablemente entre
das, mientras que otro 46 por ciento afirma lo países desde hace mucho tiempo.

Cuadro 1

Percepción de los riesgos y beneficios de la energía nuclear en Europa (2009)


(En porcentaje)
Cuando piensa en la energía nuclear, ¿qué es lo primero que le viene a la cabeza?
Los riesgos de la energía nuclear Las ventajas de la energía nuclear
como fuente de energía pesan más como fuente de energía pesan más
que sus ventajas que los riesgos que supone
Grecia 83 12
Chipre 82 11
Austria 65 24
Luxemburgo 65 23
Dinamarca 63 29
España 61 25
Eslovenia 58 33
Letonia 57 31
Italia 55 27
Francia 53 36
Alemania 52 36
Bélgica 51 41
UE-27 51 35
Portugal 51 18
Holanda 50 40
Polonia 50 38
Estonia 47 41
Finlandia 45 46
Hungría 45 43
Irlanda 44 23
Eslovaquia 43 52
Reino Unido 42 43
Malta 41 27
Suecia 40 52
República Checa 39 59
Lituania 39 46
Rumanía 35 29
Bulgaria 33 46

Fuente: Elaboración propia a partir de TNS Opinion & Social (2010: 41). El enunciado de la pregunta es el utilizado en el
cuestionario español.

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¿Una transición ecológica y nuclear? Reflexiones sobre los factores subyacentes a las percepciones sociales...

Volviendo al Eurobarómetro monográ- y Prades, 2018; Espluga et al.,2018), que clasifi-


fico de 2009, con datos más detallados sobre camos en los siguientes cuatro tipos (aunque el
el asunto, arrojó una amplia gama de perfiles primero se podría desdoblar).
en los 27 países europeos en lo que respecta
a las percepciones de riesgos y beneficios de La dimensión de salud y medio ambiente
la energía nuclear (cuadro 1). En países como incluye la percepción de efectos positivos y/o
Dinamarca, Austria o Grecia, por ejemplo, dos negativos relacionados con la salud humana
terceras partes de la población encuestada con- (efectos agudos o crónicos) o con daños o pér-
sideraban que los riesgos de la energía nuclear didas ambientales (contaminación del agua,
superaban con creces a los beneficios. En cam- suelo y atmósfera, pérdida de biodiversidad,
bio, en cinco países las personas encuestadas contribución al cambio climático, etc.). Las
consideraron que los beneficios superaban ­preocupaciones sobre la seguridad y otros fac-
ampliamente a los riesgos: la República Checa, tores relacionados con el control y la gestión de
Suecia, Eslovaquia, Bulgaria y Lituania. incidentes o accidentes nucleares también se
incluirían aquí.
Como se puede observar, las percepciones
son sensiblemente diferentes de unos países a La dimensión económica se refiere a la
otros. ¿Qué razones subyacen a la aceptación percepción de factores relacionados con benefi-
o al rechazo de la energía nuclear? ¿Cuál es el cios y pérdidas económicas. Incluye temas como
papel específico de los riesgos y beneficios per- la creación o destrucción de empleo, en térmi-
cibidos? ¿Qué peso tienen estos factores en la nos potenciales o reales, la promoción de nue-
formación de la opinión pública? ¿Cómo pode- vos negocios relacionados con la construcción
mos explicar tal variedad de percepciones? o gestión de infraestructuras nucleares, poten-
ciales pérdidas económicas debidas a incidentes
nucleares, garantías de seguridad del suministro
energético, contribución al progreso industrial,
3. Entender las percepciones del recursos económicos necesarios para la puesta
riesgo tecnológico en marcha de las plantas nucleares, preocupa-
ciones ciudadanas sobre los precios de la ener-
gía, etcétera.
Nuestra hipótesis es que las disparida-
des entre las visiones de los diferentes actores La dimensión sociocultural se basa en la
se basan en la existencia de diferentes percep- evidencia de que, a pesar de lo que podría espe-
ciones sobre las posibles consecuencias de las rarse, no siempre hay una relación lineal entre
tecnologías nucleares. Aquí es donde entra en la percepción de los beneficios que genera una
juego el concepto de riesgo, que suele concep- actividad o tecnología y la percepción de los
tualizarse como la posibilidad de que suceda riesgos que esta implica. Los aportes del para-
algo negativo por una acción determinada. digma psicométrico (Slovic, 2000) y de la teoría
Dicha posibilidad puede estimarse mediante el cultural del riesgo (Douglas y Wildavsky, 1982)
cálculo de probabilidades, para lo cual existen aconsejarían diferenciar esta dimensión, en la
metodologías muy sofisticadas, de tal manera que se incluyen cuestiones como las amena-
que cuantos más y mejores datos tengamos a zas percibidas para las redes sociales locales,
nuestra disposición, menores serán los márge- las identidades territoriales, los usos de la tierra
nes de error y más certezas obtendremos al res- localmente no deseados, los estilos de vida, las
pecto. Pero el quid de la cuestión se encuentra en tradiciones culturales, los valores, las ideologías,
la segunda parte de la definición, “que suceda creencias y visiones compartidas del mundo y la
algo negativo”, es decir, en los posibles daños voluntariedad o imposición en la exposición al
o pérdidas, en las consecuencias de la acción. riesgo, entre otras.
Cuando hablamos de la percepción pública de
un riesgo, no solo nos referimos a la percepción Por último, hay que tener en cuenta la
de si un hecho es más o menos probable, sino, dimensión político-institucional. Para com-
sobre todo, a la percepción de diferentes tipos prender las percepciones y respuestas ante un
de daños o pérdidas que se puedan producir. Es riesgo, es necesario analizar el contexto en las
lo que aquí denominamos las “dimensiones del que se dan. Desde esta perspectiva, cuando las
riesgo” (Espluga et al., 2017; Espluga, Ruscheinsky personas evalúan un peligro potencial, implíci-

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Josep Espluga Trenc y Albert Presas

tamente evalúan también las instituciones que técnicos (expertise), sino que tiene también una
lo promueven, lo gestionan y lo regulan. Es dimensión emocional y afectiva que es mucho
decir, emiten juicios sobre la credibilidad o con- más difícil de gestionar, especialmente cuando
fianza que les merecen (Wynne, 1996; Renn, se ha perdido (Gamero et al., 2011). Otras veces,
2008). Categorías como confianza, credibilidad, cuando las controversias o conflictos nuclea-
percepción de justicia, equidad o cuestiones de res giran en torno a cuestiones de identidades
gobernanza forman parte de esta dimensión. sociales, valores y creencias, la mera provisión
de datos objetivos probablemente también sea
Este planteamiento conceptual arroja luz infructuosa (aunque tenga que hacerse de todos
sobre la estructura de las percepciones de los modos), ya que lo que buscan los actores es un
diversos actores sociales ante la energía nuclear. reconocimiento difícilmente cuantificable (recla-
No solo nos permite huir de la distinción sim- mando bienes o cualidades tales como autono-
plista entre defensores y detractores, sino tam- mía, estatus o dignidad, etc.). En estos casos, la
bién identificar las dimensiones específicas que insistencia en proporcionar más información o
subyacen al apoyo o rechazo a esta tecnología. compensaciones económicas puede incluso lle-
De esta manera, podemos llegar a entender las gar a interpretarla el público afectado como un
frecuentes ambivalencias relacionadas con la intento de manipulación.
energía nuclear, como cuando, por ejemplo,
alguien está de acuerdo en que constituye un
beneficio económico y una garantía de suminis-
tro, pero al mismo tiempo la considera inacep-
table por lo que puede suponer de amenaza a 4. La historia cuenta: el proyecto
ciertas identidades locales (por posibles despla- HoNESt como base para
zamientos de población o por cambios en los el análisis
modos de vida tradicionales), o por vincularla a
usos no deseados del territorio (por concurren-
cia entre actividades que compiten por el agua, La base empírica de nuestro análisis
por ejemplo), o por desconfianza en las insti- parte de los informes producidos en el marco
tuciones que la promueven o gestionan, entre del reciente proyecto History of Nuclear Energy
otros factores. and Society (HoNESt), que analizó la interacción
entre el sector nuclear y la sociedad en veinte
Nuestra propuesta tiene implicaciones países en el periodo 1950-20151. Los menciona-
claras para la gestión de riesgos y su comunica- dos informes, basados en un exhaustivo trabajo
ción al público, así como para la implicación ciu- de búsqueda en archivos y de entrevistas a acto-
dadana en los procesos de transición energética. res clave en cada uno de los países estudiados,
Si el debate público se basa en preocupaciones proporcionaron las narrativas históricas de más
sobre seguridad, salud, medio ambiente o cues- de seis décadas de desarrollos nucleares, apor-
tiones económicas, la provisión de más y mejor tando evidencias sobre eventos, actores, argu-
información al público podría servir para expo- mentos, acciones y comportamientos, así como
ner argumentos, desmentir prejuicios y generar sobre diversos tipos de acciones comunicativas
un debate constructivo en el que llegar a acuer- y de implicación ciudadana llevadas a cabo en
dos. Sin embargo, si se centra en los valores, cada país.
ideologías o identidades de la población, o en
la falta de confianza en las instituciones e indus- Para poder manejar y comparar la com-
trias, entonces las cosas se vuelven más comple- plejidad del contexto sociohistórico de cada
jas, pues la mera provisión de información, por país, hemos distinguido tres grandes fases tem-
muy necesaria y objetiva que sea, difícilmente
proporcionará una base suficientemente sólida 1
En el proyecto HoNESt (financiado por el programa
para lograr acuerdos. H2020 - Euratom Research and Training, Grant Agreement
662268) se elaboró una serie de narrativas sintéticas de la
En estos casos, los datos objetivos (sobre historia nuclear de veinte países, describiendo el complejo
sistema sociotécnico articulado en torno a la energía nuclear,
las características de la tecnología o sus benefi- con especial atención a las relaciones con la sociedad y los
cios y riesgos) no están en el centro del debate. mecanismos de comunicación e implicación ciudadana. Todos
A veces, es la capacidad de las instituciones o las los informes nacionales producidos por los historiadores
de HoNESt siguieron una misma estructura para facilitar su
empresas para merecer confianza lo que está en comparación. Se pueden encontrar en el sitio web de HONEST
juego. La confianza no se basa solo en aspectos (http://www.honest2020.eu/d36-short-country-reports).

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¿Una transición ecológica y nuclear? Reflexiones sobre los factores subyacentes a las percepciones sociales...

Cuadro 2

Países analizados

País Área geográfico-política Sistema político (durante Aceptación pública


el desarrollo nuclear)
Bulgaria Europa oriental Régimen soviético + Democracia Alta
Finlandia Escandinavia Democracia Alta
Reino Unido Europa occidental Democracia Alta
Alemania Europa central Democracia Baja
España Europa mediterránea Dictadura + Democracia Baja
Suecia Escandinavia Democracia Media
Ucrania Europa oriental Régimen soviético + Democracia Media
Estados Unidos América del Norte Democracia Media

Fuente: Espluga, Medina y Konrad (2018: 12).

porales en la evolución de la energía nuclear, de la energía nuclear. Los países analizados han
que son las siguientes. sido: Alemania (la antigua República Federal
para el periodo 1950-1990 y la actual desde
La fase 1, entre 1950 y 1970, estuvo 1990 hasta 2015), Bulgaria, España, Finlandia,­
modelada por los acontecimientos de la pos- el Reino Unido, Suecia, Ucrania y Estados ­Unidos.
guerra mundial y la Guerra Fría, el programa Excepto estos dos últimos, el resto pertenecen o
Atoms for Peace y la primera fase del desarrollo pertenecían a la Unión Europea. Los ocho países
de los usos civiles de la energía nuclear. representan buena parte de la diversidad exis-
La fase 2, de 1970 a 1990, se caracterizó tente en cuanto a las relaciones entre sociedad,
por las turbulencias económicas derivadas de contexto político y energía nuclear.
las crisis del petróleo de los años setenta, y por Se ha llevado a cabo un análisis temá-
la creciente generalización de la movilización tico comparativo de los informes de cada uno
pública contra las instalaciones nucleares, refor- de esos ocho países, con la finalidad de identi-
zada a partir del incidente de Three Mile Island ficar los motivos y argumentos que definen los
(Harrisburg) y del accidente de Chernóbil. diferentes episodios de conflicto y consenso, y
La fase 3, entre 1990 y 2015, se caracte- la de intentar encontrar patrones que permitan
rizó por la caída del Telón de Acero y el final de caracterizar las relaciones entre sociedad y ener-
la política de bloques, la globalización econó- gía nuclear en el conjunto de países. Aquí pre-
mico-financiera de corte neoliberal, la irrupción sentamos una breve síntesis de los resultados2.
de Internet, el auge del cambio climático como
problema científico y político de primera mag-
nitud, el debate sobre el pico del petróleo y el 5. Diferentes países, mismos riesgos
papel de las renovables en los planes energéti- y beneficios percibidos
cos nacionales, y por el accidente de Fukushima.
De los veinte países incluidos en el pro- Una de las primeras cosas que se observa
yecto HoNESt, para el presente análisis hemos al analizar la evolución de la historia de con-
seleccionado ocho, combinando tres criterios: el
área geográfico-política, el tipo de sistema polí- 2
Una síntesis de los resultados generales del con-
tico durante la implantación y el desarrollo de la junto del proyecto HoNESt puede consultarse en Kaijser
energía nuclear, y el nivel de aceptación pública et al. (2021).

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flictos y consensos sobre la energía nuclear en les. Mientras que, en la primera y la segunda
los ocho países es que tanto los riesgos como los fase, estos se conceptualizaban más en térmi-
beneficios percibidos siguen un patrón muy nos de ofrecer una alternativa más limpia a las
parecido a lo largo del tiempo en todos ellos. centrales eléctricas de carbón convencionales, o
de evitar la construcción de embalses para cen-
Efectivamente, en todos los casos, las refe- trales hidroeléctricas, en la tercera (1990-2015)
rencias a los riesgos son relativamente escasas el debate giró radicalmente hacia los benefi-
durante la primera fase (1950-1970), aumen- cios que supondría para combatir el cambio cli-
tan en la segunda (1970-1990) y vuelven a mático. Probablemente este fuera el principal
disminuir relativamente en la tercera (1990- argumento del “renacimiento” nuclear experi-
2015). Los tipos de argumentos que se repiten mentado por el sector a principios del siglo XXI,
sobre el riesgo nuclear son muy similares en los hasta que el evento Fukushima-Daichi lo frenó
diferentes países, tratándose, básicamente, de en seco. Sin duda, la actual crisis energética y la
­preocupaciones sobre cómo la radiación ioni- voluntad política de descarbonizar la economía
zante puede afectar a la salud de la población, ha abierto una nueva ventana de oportunidad a
sobre los mecanismos de seguridad habilita- la nuclear como fuente de transición, pero para
dos para prevenir posibles accidentes, sobre los poder ser aceptada por el público y gestionada
riesgos ambientales (principalmente por con- por las instituciones políticas hay que tener en
taminación de aguas) y los económicos. Las cuenta otros factores más allá de los meros ries-
preocupaciones sobre los riesgos económicos gos y beneficios económicos, ambientales o
empezaron a crecer en la segunda fase (1970- para la salud.
1990), durante la cual el coste de los proyectos
nucleares y las incertidumbres financieras gana-
ron protagonismo, incrementándose aún más 6. Confianza, partidismo
en la tercera fase (1990-2015). y dependencias
En términos de los beneficios de la ener-
gía nuclear, las referencias a la salud y la segu- De acuerdo con las teorías interpretativas y
ridad estuvieron casi ausentes en la primera contextuales del riesgo (Horlick-Jones y Prades,
fase (1950-1970). Sin embargo, después de la 2009; Wynne, 1996), no es fácil separar las
década de 1970, en un esfuerzo por contrarres- percepciones sobre los riesgos tecnológicos del
tar las preocupaciones del público, las autorida- contexto socioeconómico y político en el que
des y las compañías eléctricas potenciaron los aquellas se producen. En nuestro análisis hemos
debates sobre las garantías de seguridad, de identificado tres factores de tipo político-insti-
modo que estas ganaron presencia. Además, tucional que subyacen a los conflictos sociales
los beneficios para la salud aparecieron vincula- relacionados con la energía nuclear y contribu-
dos, en un primer momento, a las aplicaciones yen a configurar la opinión pública: la (des)con-
médicas de ciertos desarrollos nucleares. fianza en las instituciones, el uso partidista de la
energía nuclear y el nivel de dependencia ener-
En cuanto a la dimensión económica, la gética del exterior.
percepción de la energía nuclear como econó-
micamente beneficiosa ha sido bastante cons- Uno de los motivos clave para expli-
tante durante décadas, hasta que comenzó a car el rechazo de ciertos sectores sociales a la
disminuir en la fase más reciente (desde los años energía nuclear es el mayor o menor grado
noventa), al aumentar la frecuencia de los deba- de confianza en las instituciones. La descon-
tes sobre sus costes económicos. fianza suele estar relacionada con la percepción
de comportamientos incorrectos o poco éticos de
Por otro lado, se observa que las preocupa- ciertas empresas o instituciones, por ejemplo,
ciones ambientales se vuelven más prominentes privilegiando los intereses privados sobre los
con el tiempo, lo cual da pie a la proliferación de públicos, ignorando los conflictos de intereses,
argumentos positivos sobre el papel que puede actuando contra la ley o mediante secretismos.
desempeñar la energía nuclear en la lucha con- En los informes por países del proyecto HoNESt
tra el cambio climático. De hecho, el cambio se encuentran ejemplos muy claros de estos
más importante en el debate público parece tipos de comportamientos, principalmente
darse en el campo de los beneficios ambienta- de situaciones de colusión poco transparente

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¿Una transición ecológica y nuclear? Reflexiones sobre los factores subyacentes a las percepciones sociales...

entre los reguladores y la industria nuclear, algo la historia (Chernóbil), ante el cual se articuló
común en la mayoría de los países analizados un amplio movimiento social y político de pro-
(Kirchhof y Trischler, 2017; Rubio-Varas et al., testa antinuclear que, en parte, contribuyó a la
2017; ­Kaijser, 2017). disolución de la URSS. Ese movimiento llegaría a
formar parte del relato nacional ucraniano hacia
No obstante, en algunos países, como el la independencia política. Sin embargo, una vez
Reino Unido (Butler y Bud, 2017) o Finlandia alcanzada la independencia, a partir de 1991, la
(Michelsen y Harjula, 2017), se observa un nivel adhesión a la energía nuclear pasó a ser un ele-
de confianza en las instituciones encargadas de mento clave para garantizar la propia existencia
gestionar los proyectos nucleares mayor que en del Estado ucraniano, de tal manera que se con-
el resto. El diseño institucional de la toma de virtió en una fuente energética con un amplio
decisiones, en una tradición más abierta a la incor- apoyo social.
poración de una pluralidad de voces, así como la
aceptación de la capacidad técnica (expertise)
de los promotores de las centrales nucleares,
parecen desempeñar un papel importante en
la percepción de una mayor transparencia y en la 7. Identidades territoriales,
prestigio nacional y conflictos
confianza del público.
ideológicos
Otro de los factores potencialmente con-
dicionantes del debate público es la percepción
de “juegos” políticos alrededor de la energía Finalmente, varios factores socioculturales
nuclear. Se observa que, a veces, la confianza contribuyen a configurar las percepciones públi-
pública se ve socavada por el uso instrumental cas sobre la energía nuclear. En primer lugar,
de la energía nuclear que pueden hacer parti- en todos los países hay numerosas evidencias
dos y/o cargos políticos, por ejemplo, en época de conflictos territoriales relativos al desarrollo de
de elecciones (como se menciona en el informe proyectos nucleares que tienen que ver con
alemán; Kirschhof y Trischler, 2017) o cuando la percepción de agravios comparativos entre
se producen cambios de opinión una vez en unas y otras regiones, o de conflictos entre cier-
el gobierno (como se describe en el informe tos sectores económicos por los usos del suelo
español; Rubio-Varas et al., 2017). La energía o por recursos naturales como el agua. A este
nuclear también fue un tema controvertido respecto cabe citar, por ejemplo, el problema
entre los partidos pro y antieuropeos en algu- del emplazamiento de las centrales nucleares o
nos países de la Europa del Este. En estos casos, de las infraestructuras para almacenar tempo-
como en Ucrania (Kasperski, 2017) o Bulgaria ralmente los residuos de manera segura (a día
(Tchalakov y Hristov, 2017), las decisiones sobre de hoy, ningún país ha conseguido resolver el
energía nuclear parecían menos motivadas por almacenamiento definitivo)3.
una evaluación riesgo-beneficio que por un pro-
pósito instrumental partidista en un momento 3
Los residuos radiactivos de alta actividad plantean
de transición política muy delicado. un extraordinario problema de gobernanza a causa de la
elevada incertidumbre científica sobre su comportamiento
y la necesidad de gestionarlos con seguridad a muy largo
El tercero de los factores de tipo político- plazo (siglos). Hoy, todos los países con plantas nuclea-
institucional es el referido a la percepción de la res están intentando solucionar ese problema, pero con
dependencia energética de otros países. Este poca coordinación internacional. Algunos, como Finlandia
y Suecia, han planificado almacenamientos geológicos
factor ha influido fuertemente en la opinión profundos para los próximos años. Otros, la mayoría,
pública y en la toma de decisiones en varios de siguen sin un plan definido o han pospuesto la decisión
los países analizados, llevando a ciertos gobier- hasta el próximo siglo. En España, de momento, esos resi-
duos se almacenan en las propias centrales nucleares (en
nos a adoptar políticas favorables a la energía piscinas o en almacenes temporales individualizados). Un
nuclear con el fin de garantizar la independen- intento de crear un almacén temporal centralizado (ATC)
cia energética. Las preocupaciones sobre la para guardar esos residuos de manera segura en super-
“dependencia de otros países” parecen ser más ficie por sesenta años resultó fallido a causa de agrias
disputas políticas y territoriales. El borrador del VII Plan
relevantes en los países de la Europa del Este y Nacional de Residuos Radioactivos, todavía en fase de
en los antiguos satélites de la URSS (Bulgaria y aprobación, sustituye aquella idea por varios almacenes
Ucrania, pero también en Finlandia). Es signifi- temporales individuales (ATI) emplazados en los mismos
recintos que las centrales, pero sigue tratándose de una
cativo el caso de Ucrania (Kasperski, 2017), país solución temporal, con la esperanza de que más adelante
que en 1986 sufrió el peor accidente nuclear de se encuentren mejores soluciones.

40 P anorama SOCIAL Número 36. segundo semestre. 2022


Josep Espluga Trenc y Albert Presas

Se trata de percepciones de una distribu- ideológicas y conflictos de valores que se dan en


ción territorialmente injusta de riesgos y bene- la sociedad. Se trata, por ejemplo, de disputas
ficios, mediante la cual a ciertas áreas rurales sobre estilos de vida, sobre cómo debería ser el
se les imponen infraestructuras que condicio- desarrollo económico y social, sobre el pacifismo
nan o imposibilitan su desarrollo endógeno, o los usos militares de la tecnología nuclear y
quedando al servicio de las necesidades de las sobre cómo las generaciones futuras juzgarán
grandes áreas metropolitanas. Es decir, se trata a las actuales por su manejo de energía nuclear.
de procesos percibidos como extractivos, en los Esas controversias reflejan diferentes ideologías
que unos territorios se perciben como sacrifica- o formas de entender la justicia social, la socie-
dos en favor de otros que se llevarían los bene- dad ideal y su evolución, y el papel que debería
ficios. El hecho de que los primeros suelan ser desempeñar la energía nuclear en esa sociedad.
zonas rurales o aisladas realimenta las tensiones Tanto en Alemania (Kirchhof y Trischler, 2017)
entre el desarrollo rural y el urbano. Son ilustra- como en Estados Unidos (Josephson, 2017) ese
tivos al respecto los casos de Alemania (Kirchhof tipo de conflictos ideológicos han adquirido un
y Trischler, 2017) y España (Rubio-Varas et al., peso importante en las dinámicas de rechazo a
2017). la energía nuclear.

Aunque es algo que sucede en todos los


países analizados, la gestión de esos desequili-
brios (o percepciones de agravios) se resuelve 8. Tres tipos de situaciones ante
de manera muy diferente en función de los la energía nuclear
dispositivos institucionales y las prácticas polí-
ticas diseñadas para dar voz y reconocimiento
a poblaciones y territorios. En este sentido, es
La articulación de este conjunto complejo
interesante el caso de la construcción de dos
de factores en nuestro análisis permite identifi-
centrales nucleares y un almacén geológico pro-
car tres grupos principales de países.
fundo para residuos radioactivos en Finlandia
(Michelsen y Harjula, 2017). Estas tres instala-
ciones se han gestionado con un nivel de resis- Un primer grupo está representado
tencia más bien bajo gracias a una generosa por los países en los que la energía nuclear se
distribución de recursos materiales y simbólicos entiende como un elemento clave en su cons-
integradores, haciendo partícipes a las pobla- titución como Estados independientes o se per-
ciones afectadas de los beneficios y dándoles cibe como garantía de su estabilidad. Bulgaria,
siempre la última palabra en buena parte de Ucrania y, en cierta medida, Finlandia, forma-
las decisiones a tomar. Un proceso similar se ha rían parte de este grupo. Todos ellos se carac-
llevado a cabo en Suecia con la reciente apro- terizan por una elevada aceptación pública de
bación en enero de 2022 del almacenamiento la energía nuclear a lo largo del tiempo y por
geológico profundo emplazado en Forsmark. compartir una posición de delicado equilibrio en
la fractura geopolítica entre el Este y el Oeste.
En segundo lugar, un factor de carácter En esos países, el uso de la energía nuclear fue
emocional contribuye a modular las percepcio- el resultado de decisiones geoestratégicas en
nes de la energía nuclear. En algunos países, situaciones históricas en las que los beneficios
como Finlandia (Michelsen y Harjula, 2017) o percibidos (en términos de autonomía y auto-
el Reino Unido (Butler y Bud, 2017), predomina estima colectiva, etc.) se consideraron mayores
una visión positiva de la energía nuclear debida que sus potenciales riesgos. La energía nuclear
a su identificación con el prestigio atribuido a los se impuso de facto en el pasado, pero se optó
logros científicos o militares de la nación, a veces por ella por razones de seguridad de suministro
también vinculado a una buena imagen pública y desarrollo tecnológico en un contexto inter-
de las fuerzas armadas del país. Esto último nacional en que los logros nucleares formaban
parece suceder principalmente en los países que parte de la carrera tecnológica de la Guerra Fría
disponen de armas nucleares (en nuestra mues- y el nuevo orden mundial que la siguió.
tra de análisis, Reino Unido y Estados Unidos).
Un segundo grupo lo forman los países
En tercer lugar, también influyen en la en los que la cuestión nuclear ha solido instru-
percepción de la energía nuclear ciertas disputas mentalizarse con fines políticos y electorales, y

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¿Una transición ecológica y nuclear? Reflexiones sobre los factores subyacentes a las percepciones sociales...

en los que el comportamiento de algunas ins- injusta de riesgos y beneficios y una vulneración
tituciones (empresas de la industria nuclear y/o del autogobierno. Se dio la extraña circuns-
autoridades) se ha percibido como poco fiable, tancia de que entre 2007 y 2010 quien, como
al menos en ciertos momentos de su historia presidente de la Generalitat (José M ­ ontilla),
reciente. Alemania, España y, en cierta medida, se oponía al ATC, antes había encabezado el
Suecia, quedarían incluidas en esta categoría. Ministerio de Industria que lo había impulsado.
Tras las elecciones generales de 2011, el Partido
Por ejemplo, en Alemania y en Suecia, Popular (PP) se hizo cargo del gobierno cen-
la proximidad de elecciones políticas afectó a la tral y decidió ubicar el ATC en Villar de Cañas,
toma de decisiones sobre proyectos nucleares. municipio de Castilla-La Mancha, comunidad
En 1972 se planificó una central en Breisach, autónoma gobernada entonces por ese mismo
al suroeste de Alemania, a orillas del Rin y de partido. Cuando el procedimiento ya estaba en
la frontera francesa, lo cual provocó un movi- marcha, nuevas elecciones autonómicas dieron
miento de oposición de la población local predo- lugar a un gobierno castellano-manchego del
minantemente agraria (viticultores). La cercanía PSOE, el mismo partido que había puesto en
de una campaña electoral llevó al gobierno a marcha el proceso del ATC. Sin embargo, a par-
desestimar el proyecto. Un año después de las tir de entonces se opuso frontalmente a que se
elecciones, anunció que se construiría en Wyhl, construyera en la región, apelando a una distri-
un pequeño municipio a pocos kilómetros del bución injusta de riesgos y beneficios territoriales.
emplazamiento original, lo cual provocó una Lo paradójico del caso es que tanto el PSOE como
nueva oleada de protestas, mucho más organi- el PP eran, en principio, favorables a la energía
zada, que contó incluso con el apoyo de algu- nuclear, pero las evidencias muestran que en la
nos miembros del gobierno. La decisión siguió práctica la apoyan o se oponen alternativamente
adelante hasta que se inició la construcción por razones de táctica electoral.
del reactor en 1975, sin contar con la licencia
definitiva. En 1977 un tribunal retiró la licen- Si bien los tres países mencionados,
cia de construcción de la planta, hasta que otro ­ lemania, Suecia y España, comparten algunos
A
la volvió a autorizar en 1982, originando masi- factores político-institucionales, en cambio tie-
vas manifestaciones. Finalmente, el gobierno de nen una base de factores socioculturales sen-
Baden-Württemberg desechó el proyecto y la siblemente diferente. Por ejemplo, en el caso
planta nunca se construyó. alemán, el conflicto de valores se estableció en
torno a disputas sobre modelos de desarrollo
En España también contamos con socioeconómico y sobre cómo las generaciones
ejemplos de la relevancia del juego electo- futuras juzgarán las decisiones sobre modelos
ral en la toma de decisiones sobre las centra- energéticos y sociales, junto con debates ideo-
les nucleares. Es el caso de las dos centrales de lógicos como el relativo al papel de la ener-
Valdecaballeros (Extremadura): el mismo partido
­ gía nuclear en los asuntos militares y el riesgo
(PSOE) que las promovía a escala estatal acabó potencial de guerra. En cambio, en España los
siendo su principal opositor a escala regional. principales conflictos socioculturales se cen-
Y también es el caso de Ascó. Las promotoras traron en disputas por los usos de los recursos
compraron los terrenos ocultando que iban a (suelo y aguas) y en sentimientos de agravios
construir una central nuclear. Se edificó con- territoriales (por la percepción de una desigual
tra la voluntad del municipio, que no concedió distribución de riesgos y beneficios, como se
las licencias de obras, interviniendo el gobierno ha comentado). En Suecia, por su parte, el ele-
central y el autonómico para desautorizarle. vado prestigio científico atribuido a su industria
Pero el “juego” político más rocambolesco ocu- nuclear parece ser uno de los principales facto-
rrido en esta materia es el relativo al intento res que influyen en la percepción pública, posi-
de construir el almacén temporal centralizado tiva, en este caso. Sin embargo, a escala local se
(ATC), iniciado en 2006, gobernando el Partido han producido conflictos en términos de usos
Socialista Obrero Español (PSOE), y que contó del suelo y de modelos de desarrollo local, que
con la candidatura de varios municipios para las instituciones públicas han conseguido mode-
acogerlo. Uno fue Ascó, situado en Cataluña, rar gracias a un elevado grado de transparencia
cuyo gobierno regional, de coalición (PSC-ERC- institucional y a su capacidad para integrar una
ICV), se opuso argumentando una distribución pluralidad de voces en la toma de decisiones.

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Josep Espluga Trenc y Albert Presas

Un tercer grupo de países estaría com- grupo parecen darse pocos incentivos para
puesto principalmente por el Reino Unido, ello. Es decir, en países como Bulgaria, Ucrania
pero, debido a trayectorias históricas comunes, o ­Finlandia, que la energía nuclear forme parte
se le añadirían los Estados Unidos. Ambos tuvie- de la transición ecológica podría llegar a con-
ron un desarrollo nuclear temprano, y ambos cebirse como algo razonable. En países como el
sufrieron incidentes/accidentes con impacto Reino Unido o los Estados Unidos, las principa-
en la opinión pública (Windscale en el Reino les resistencias podrían darse por motivos prin-
Unido, Fermi o Three Mile Island en los Estados cipalmente ideológicos, ligados al uso militar de
­Unidos). En el caso británico, las respuestas y el la energía nuclear. En cambio, en países como
enfoque que dieron las instituciones a la gestión Alemania o España, con una opinión pública
nuclear, basados en garantizar la máxima pro- mucho más adversa, la percepción de la ener-
tección y la tecnología más sofisticada, y unas gía nuclear parece estar ligada a la desconfianza
políticas preventivas más proactivas, favorecie- en las instituciones, algo mucho más difícil de
ron una mayor confianza en la población. Esta revertir sin cambios estructurales profundos.
confianza se tradujo en una amplia percepción
de compromiso con el interés público, esto es,
en altos niveles de confianza en las autoridades
públicas. En los últimos tiempos, aunque la con-
fianza en las instituciones públicas (reguladores
9. Conclusiones
y demás) parece mantenerse, crece la descon-
fianza de ciertos sectores del público hacia la
gestión privada de las instalaciones nucleares Si bien la evolución de los riesgos y bene-
y el secretismo u opacidad que la rodea (Butler y ficios relacionados con la energía nuclear perci-
Bud, 2017). En los Estados Unidos la relación bidos a lo largo del tiempo sigue patrones muy
entre la opinión pública, el sector nuclear y los similares en todos los países analizados, la acep-
reguladores es un poco más compleja, ya que tación pública de la energía nuclear es bastante
estos tienden a alinearse más con los intereses diferente en cada país. Esta evidencia sugiere la
de la industria nuclear que con el interés común conveniencia de considerar los factores político-
(Josephson, 2017). Además, en Estados Unidos institucionales y socioculturales como variables
la prevención contra la dependencia energética explicativas clave para comprender la mayor o
exterior ha condicionado las decisiones de pro- menor aceptación pública de la energía nuclear.
yectos nucleares, de tal forma que sus promoto-
res los presentan como una forma de garantizar ¿Qué implicaciones tiene este plantea-
la autonomía energética nacional. En cuanto a miento en el actual contexto de transición
los factores socioculturales, en ambos países se energética? En un contexto de urgencia por el
dieron conflictos entre actividades económicas cambio de matriz energética, la solución nuclear
por usos del suelo y conflictos de valores por el tendrá una aplicación previsiblemente más fácil
uso de armas nucleares y el consiguiente riesgo en los países en los que la población tenga una
bélico. Curiosamente, ambos comparten un mayor confianza en las instituciones (públicas y
fuerte orgullo colectivo por el prestigio cientí- privadas), cosa que está relacionada con la exis-
fico (y militar) nacional, lo que inevitablemente tencia de unas normas claras, la percepción de
acaba influyendo en la percepción pública de los justicia en los comportamientos de empresas
riesgos y beneficios, así como en la confianza en e instituciones, la transparencia en la toma de
las instituciones. decisiones y la capacidad de articular diferentes
intereses, entre ellos los de la población afec-
En definitiva, y hablando de manera muy tada. También será más fácil en los países en
genérica, en el primer grupo de países se podría que la población perciba que el sistema político
prever un bajo rechazo a la energía nuclear; en no hace un uso instrumental o partidista de la
el segundo, resistencias por motivos de agravios cuestión nuclear en la arena electoral; o en los
territoriales y de desconfianza en las institucio- que la energía nuclear haya llegado a formar
nes; y en el tercero, resistencias por motivos más parte del prestigio científico y militar nacional,
bien ideológicos. Tanto en el primero como en el algo que sucede principalmente en países que
tercer grupo podrían movilizarse ciertos factores precisan de la energía nuclear para garantizar
emocionales o prácticos que permitirían redu- su independencia, así como en los que cuentan
cir la oposición, mientras que en el segundo con armamento atómico.

Número 36. segundo semestre. 2022 P anorama SOCIAL 43


¿Una transición ecológica y nuclear? Reflexiones sobre los factores subyacentes a las percepciones sociales...

El recurso a la energía nuclear como fuente Los partidarios de la modernización eco-


energética de transición también podría suscitar lógica asumen que el camino del New Green
más aceptación en el público que se adhiere, en Deal europeo es el idóneo para garantizar el cre-
términos ideológicos, al modelo de desarrollo cimiento económico y la sostenibilidad ambien-
socioeconómico típico del capitalismo industrial tal. Y, en este contexto, resulta funcional la idea
y financiero, quizá con las debidas correcciones de que la energía nuclear pueda servir como
de acuerdo con la agenda internacional sobre fuente de transición y apoyo a un futuro esce-
sostenibilidad y cambio climático. En este sen- nario con mayor presencia de fuentes renova-
tido, hay que tener en cuenta que la cuestión bles, que por sí solas no podrán satisfacer las
energética de la transición ecológica nos sitúa necesidades de consumo. En cambio, desde los
ante un dilema que representa la gran disputa sectores sociales y políticos que apuestan por
ideológica de los tiempos actuales. En términos una transición ecosocial de corte estacionario o
teóricos, se identifican, al menos, dos grandes decrecentista, la energía nuclear desempeñaría
modelos de pensamiento en liza. el papel de intentar sostener el modelo socioe-
conómico basado en el crecimiento, o de pro-
Por un lado, la idea de que es posible longar su pervivencia hasta que las condiciones
cambiar la matriz energética de nuestro modelo impuestas por los límites planetarios lo hagan
socioeconómico manteniendo o, incluso, inviable. Es decir, supondría un parche para res-
aumentando los actuales niveles de produc- catar un sistema socioeconómico ineficiente,
ción y consumo. No en vano, el consumo es injusto y caduco.
considerado como el principal motor del PIB,
una magnitud que, según el pensamiento eco- En cualquier caso, el cuadro quedaría
nómico predominante, debe tender siempre al incompleto si no introducimos un último factor
crecimiento para evitar la recesión económica que es tanto sociocultural como político-institu-
y el colapso de los impuestos (de los servicios cional: el papel del Estado. La época de la globa-
públicos, en definitiva). En términos socioló- lización financiera neoliberal reafirmó el dogma
gicos, esta perspectiva se suele calificar como de reducir la intervención del Estado en la esfera
de “modernización ecológica”, y parte del económica. Sin embargo, el recurso a la energía
supuesto de que la crisis ecológica puede ser nuclear como fuente energética de apoyo a la
superada mediante innovaciones tecnológicas transición ecológica difícilmente podrá hacerse
y la desmaterialización de la economía (Mol, sin una decidida intervención estatal, ya sea en
Sonnenfeld y Spaargaren, 2009; Spaargaren,
­ términos de aportación de recursos económicos
Mol y Buttel, 2000). Desde esta perspectiva, y de provisión de garantías, ya sea de vigilancia
las políticas de protección del medio ambiente de estándares de seguridad.
y la lucha contra el cambio climático podrían
ser condiciones básicas para garantizar el cre- Si la energía nuclear perdió protagonismo
cimiento económico del siglo XXI, contribu- durante las últimas décadas, más que a los acci-
yendo a crear un mercado de productos verdes, dentes y a la presión de ciertos sectores de la
a impulsar tecnologías más limpias, al uso más sociedad, habría que atribuirlo al cambio de
eficiente de las materias primas y a un aumento contexto socioeconómico y político que trajeron
de los índices de salud en la población (Dryzek y consigo la globalización y las políticas neolibe-
Schlosberg, 1998). rales. La energía nuclear es una tecnología muy
intensa en capital, propia de una época en la
Sin embargo, estos supuestos han sido que los Estados podían dedicar recursos ingen-
cuestionados desde sectores que sostienen que tes a largo plazo a los grandes proyectos indus-
una transición ecológica basada en fuentes triales y tecnológicos, algo que en la era de la
renovables nunca podrá mantener los actuales globalización financiera, la privatización de ser-
niveles de producción y consumo; y que, por vicios públicos, la economía de la información y
ello, si queremos evitar la erosión y el colapso la reducción del papel del Estado en la econo-
de las instituciones de la sociedad industrial, mía ha dejado de ser viable. A ello pretenden
será necesario articular una nueva forma de responder los nuevos prototipos de reactores
organización socioeconómica basada en la modulares, aparentemente más económicos y
prosperidad sin crecimiento (Jackson, 2011) o de mayor rendimiento relativo. En este sentido,
en postulados decrecentistas (D’Alisa, Demaria para que la energía nuclear –en cualquiera de
y Kallis, 2015; Latouche, 2008). sus modalidades, reactores de gran potencia o

44 P anorama SOCIAL Número 36. segundo semestre. 2022


Josep Espluga Trenc y Albert Presas

reactores modulares–, desempeñe el papel que 2015). Revista Internacional de Sociología,


sus promotores le vaticinan en el marco de la 75(4), e075.
transición ecológica, solo observamos dos opcio-
nes: o se convence a los mercados financieros Espluga, J., Ruscheinsky, A. y Prades, A.
de su viabilidad (cosa que solo podrá hacerse (2018). El concepto de riesgo y su aplicación
si los Estados garantizan beneficios), o se recu- al análisis de conflictos socioambientales. En
pera el ámbito de actuación de los E ­ stados para A. Vallejos-Romero, J. Valencia Hernández y A.
que puedan apostar sin restricciones por dicha Boso (Eds.), Riesgos, gobernanza y conflictos
fuente energética. Pero ambas opciones com- socioambientales (pp. 69-90). Temuco: Edicio-
portan, por tanto, una nueva disputa ideológica nes Universidad de La Frontera.
sobre cómo organizar nuestros sistemas socioe-
conómicos y políticos, que en la práctica puede
Espluga, J., Medina, B., Konrad, W. et al.
traducirse en una lucha entre la esfera financiera
(2018). HoNESt Project. D4.3: Case studies
y la esfera estatal. Como hemos visto, no todos
reports: in-depth understanding of the
los Estados cuentan con las condiciones más
mechanisms for effective interaction with civil
idóneas para tomar decisiones energéticas acep-
society: selected case studies. http://www.
tadas por la población. Una vez más, como ya se
honest2020.eu/sites/all/themes/Porto_sub/
indicó más arriba, la discusión sobre la energía
downloads/deliverables/D4.3.pdf
nuclear acaba situándose en un contexto y plan-
teando un debate que va mucho más allá de
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