HUME

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4.

HUME
4.1. EPISTEMOLOGÍA
Impresiones e Ideas
El objetivo de la filosofía de Hume fue establecer el origen y los límites del conocimiento
humano. Todo conocimiento se debe basar en la experiencia para no caer en el error.
En el análisis del conocimiento, Hume llama percepciones a todos los contenidos de la
mente. Estas pueden ser:
- Impresiones: son los datos de los sentidos, sensaciones y emociones. Son inmediatas,
vivaces e intensas.
- Ideas: representaciones mentales de las impresiones, son mediatas, débiles y poco
vivaces. Pueden ser:
·Simples: corresponden a impresiones.
·Complejas: se forman por asociación de otras ideas, por la memoria y la imaginación.

Las combinaciones que se llevan a cabo para formar ideas complejas a partir de otras
simples, no son arbitrarias. Obedecen a unas leyes de asociación (unas ideas hacen pensar
en otras inmediatamente). Explican el modo que tiene el ser humano de organizar las cosas,
que procede de nuestra estructura mental y no de la realidad:
- Ley de semejanza: asociar ideas semejantes en algo.
- Ley de contigüidad: asociar ideas contiguas en espacio o tiempo.
- Ley de causalidad: establecer una relación causa-efecto entre ideas contiguas
espacio-temporalmente.

Todo conocimiento o es una impresión o su representación mental. Por tanto, el origen


último de todos nuestros conocimientos está en la experiencia, y no existen ideas innatas.
El criterio de verdad para saber la autenticidad de una idea consiste en averiguar si en el
origen de esa idea hay o no alguna impresión que la origine. Si no, estamos ante una ficción
de la mente que ha producido el entendimiento por su capacidad de asociación.

Crítica a las tres sustancias y a la causalidad


Hume hace una dura crítica a las ideas básicas de la filosofía racionalista y de la ciencia.

1. Crítica a la idea de substancia extensa o materia.


Al buscar la impresión concreta de la que deriva la idea de substancia material no se
encuentra, solo se encuentra un conjunto de impresiones, pero no a lo que llamamos
materia, sustrato imposible de demostrar.
2. Crítica a la idea de substancia pensante o yo.
Al buscar la impresión concreta de la que procede la idea del ‘yo’, no la encontraremos, solo
en una sucesión de estados psíquicos, lo que percibimos empíricamente de nosotros. Esta
idea surge al asociar con la imaginación y la memoria todo ese flujo de estados psíquicos,
unificándolos en un supuesto substrato. El ’yo’ no es demostrable, y menos basar todo el
conocimiento en una idea semejante (Descartes).
3. Crítica a la idea de substancia infinita o Dios.
La existencia de Dios no es demostrable, ya que no se puede encontrar la impresión de la
que deriva esta idea.
4. Crítica al concepto de causa.
Las leyes científicas establecen una conexión causal necesaria, que se cumple siempre y en
todos los casos, entre fenómenos (A causa e inmediatamente después, B efecto). Hume
busca la impresión de la que procede nuestra idea de conexión necesaria y nos dice que si
nos atenemos sólo a los datos empíricos, lo único que podemos decir es que dos fenómenos
se han sucedido hasta hoy. Debido a la costumbre de ver en sucesión espacio-temporal estos
dos fenómenos, creemos que en el futuro van a seguir ocurriendo. Por tanto, las leyes
causales son sólo probables, debido a que es una suposición, por lo que, las leyes científicas
tienen un valor hipotético, sujetas a revisión y la ciencia debe seguir una permanente
investigación.

En conclusión, la idea de materia, yo, Dios y causa son creencias, pero fundamentales para el
ser humano, importantes para desarrollar nuestras actividades cotidianas. Por otro lado, Hume
acaba en el escepticismo que niega la posibilidad de un conocimiento objetivo y seguro de
la realidad.

Relaciones entre ideas y cuestiones de hecho


Se distinguen dos tipos de conocimiento que puede alcanzar el entendimiento humano:
- Conocimiento de relaciones entre ideas: corresponden a las ciencias formales,
matemáticas y lógica, que operan sobre contenidos ideales expresados mediante
símbolos sin hacer referencia a cosas materiales que existan realmente. La validez de
una proposición matemática depende de su coherencia respecto al resto, pero no de
la experiencia, puesto que en ella no se afirman hechos sino relaciones entre
entidades ideales. Se llaman ciencias exactas porque dan un conocimiento cierto
basado en la intuición y la deducción.
- Conocimiento sobre cuestiones de hecho: corresponden a las ciencias empíricas,
cuya verdad depende de la experiencia. No podemos alcanzar el grado de certeza que
en las anteriores, ya que las ciencias empíricas buscan relaciones causales entre
fenómenos y Hume, en su crítica de la idea de causa, ha demostrado que nuestras
inferencias causales son sólo probables.

4.2. ÉTICA (MORAL)


Hume afirma que nuestras ideas morales tienen su fundamento en la experiencia, por lo que
los seres humanos no poseemos ideas innatas sobre el bien y el mal. Se opone a la idea de
que los principios morales estén inscritos en la naturaleza humana.

Hume sostiene un emotivismo moral oponiéndose al intelectualismo moral, que basa la ética
en la razón. Para el filósofo, lo que nos impulsa a actuar y tomar decisiones morales es la
emoción, el sentimiento y el deseo.
La razón sólo es capaz de dos tipos de conocimientos: los que se refieren a relaciones de
ideas y los que se refieren a cuestiones de hecho.
- En primer lugar, Hume afirma que las cuestiones morales no son relaciones de ideas,
ya que un juicio moral no se deduce como un teorema matemático.
- En segundo lugar, la moralidad no es una cuestión de hecho particular y concreto que
esté presente en nuestra conducta.
El sentimiento es el que establece nuestras valoraciones morales: la virtud es aquello que
nos produce un sentimiento placentero de aprobación, mientras que el vicio es lo contrario.
Con esto, queda descartado que nuestros juicios morales dependan de categorías racionales,
objetivas y universales.

Pero, si lo bueno o malo, justo o injusto… depende del sentimiento de agrado o desagrado
que se genera en nosotros, ¿qué nos garantiza coincidir con los demás en estas valoraciones
morales? ¿Nos conduce esto a un relativismo moral? No, por tres razones:
1. Da por supuesto que la naturaleza humana es común y constante.
2. Gracias a la simpatía (empatía) los seres humanos pueden entender y empatizar con
las emociones de otros seres humanos. La simpatía es una fuente de placer y es la
base de la moralidad y la justicia.
3. Defiende un utilitarismo moral al afirmar que los seres humanos sentimos que es
bueno aquello que resulta útil para la sociedad, considerando entonces que nuestros
intereses privados están mejor protegidos.

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