Amén y Aleluya
Amén y Aleluya
Amén y Aleluya
Un uso primitivo de ʼāmēn aparece en 1 Reyes 1:36, en donde sirve para introducir una respuesta
afirmativa.
“ אָ מֵ ן כֵן י ֹאמַ ר יְ הוָהʼāmēn kēn yōmar adonai ” = “Amén. Así lo diga el Señor”
אָ מֵ ן ַיעֲשֶׂ ה יְ הוָה “ ʼāmēn kēn yaʻăśeh adonai ” = “Amén. Así lo haga el Señor”
Sin embargo, en otro pasaje (Jeremías 11:5), el profeta muestra familiaridad con el ʼāmēn
apartado, que se usa cuando se omite la respuesta esperada y se deja deducir del contexto:
Números 5:22 (en donde ʼāmēn se repite dos veces), Deuteronomio 27:15+, y Nehemías 5:13,
muestran que el ʼāmēn aislado fue empleado en solemnes juramentos para los cuales el breve
ʼāmēn era más efectivo que una oración completa.
El Talmud enseña, homiléticamente (retórica teológica), que ʼāmēn se puede interpretar como un
acróstico de
אֵ ל מֶׂ לְֶׂך נֶׂאֶׂ מָ ן “ ʼēl méleḵ neʼemān ” = “Dios es un fiel rey”
No obstante, el uso adverbial de este término hebreo (de cierto, en verdad, así sea) sirve para
manifestar aquiescencia o vivo deseo de que tenga efecto lo que se dice.
“ אָ מֵ ןʼāmēn” tiene su origen en la palabra אָ מַ ן “ʼāman” = “creer”, cuya raíz es .ן.מ.א, que
significa “estar firme, aguantar, ser fiel, ser veraz, aferrase, confiar, tener fe, creer ”.
Asimismo, merece comentar que “amén” está emparentada con estas palabras de Isaías 25:1
Así como con el verbo inicial de Génesis 15:6 (forma verbal hiphil, perfecto, 3ps de “ʼāman”).
Desde la primera vez que escuché la canción “Hallelujah” de Leonard Cohen, allá por 1984, me
enamoré de ella. A partir de entonces más de trescientas versiones se han hecho de ella, lo que
demuestra el tremendo éxito de este poema, impulsado por su estribillo “Hallelujah”, repetido
hasta catorce veces. En 1741, Haendel finaliza su famoso oratorio “Messiah” con un sobrecogedor
“Hallelujah”. En 1773, Mozart compone su obra “Exultate, jubilate”, en el que el allegro final es
un destacado y alegre “Alleluja”. En 1972, Elvis Presley cantó como nadie el “Himno de la
Batalla de la República” compuesto en 1862 por Julia W. Howe, cuyo pegadizo estribillo reza
“¡gloria, gloria, aleluya!”. En 1979, Gali Atari acompañado por el grupo Milk & Honey, ganó el
Festival de Eurovisión representando a Israel, con el tema “Halleluyah”.
“Aleluya” es una palabra maravillosa, mágica. En la Biblia, aparece sólo en el libro de los Salmos;
sin embargo, esta exclamación de alegría y gratitud a Dios ha sobrevivido al paso de los siglos,
trascendiendo las barreras del lenguaje y la cultura, pero ¿qué significa exactamente?
El Talmud Babilónico (Tratado Berajot 10a) aclara que el tema de este versículo es la destrucción
del mal. El Rey David, explica, sólo comenzó a emplear esta alabanza especial a Dios después de
que presenció la caída de los malvados.
Si pudiéramos elevar nuestra mirada y entender el propósito del mal, si pudiéramos comprender
que un mundo en el que alguna vez existió el mal y fue superado, es mayor que aquel en el que el
mal nunca desempeñó un papel, entonces podríamos combinar honestamente el elogio de Dios
“halᵉlû” con el nombre “yāḣ”. Esta combinación indica que reconocemos el valor de un mundo en
el que se permite que exista injusticia. Así, la expresión “halᵉlû־yāḣ” alcanza esta perspectiva
elevada, reconociendo la alabanza de Dios en un mundo incompleto.
El Rey David obtuvo esta idea cuando fue testigo de la caída de los malvados. Al comprenderlo
pudo gritar: “¡halᵉlû־yāḣ!” (Salmo 106:1)
“¡Aleluya!
Dad gracias al Señor, porque es bueno;
porque para siempre es su misericordia”
La palabra “ הַ ּלְ לּו־יָּהhalᵉlû־yāḣ” es en realidad una palabra compuesta por un verbo (pi’el -
imperativo, 2mp) “ הַ ּלְ לּוhalᵉlû” = “¡alabad!” y el nombre corto del Señor " יָּהyāḣ" de יְ הוָה
“yhwh”, unidos por un maqqef.
De esa raíz procede, asimismo, el nombre hebreo para el Libro de los Salmos, que es simplemente
el equivalente a “Cantos de Alabanza” " ְתהִ ּלִ יםtᵉhillîm”. Este plural masculino se refiere al
libro en sí, toda vez que el plural de “ ְתהִ ּלָהtᵉhillāh” = “alabanza” es la forma femenina
“ ְתהִ ּלֹותtᵉhillôt” = “alabanzas”. Su denominación hebrea “tᵉhillîm” es más apropiada que
"salmos", que, procedente del griego, tiene que ver más con el acompañamiento del canto con un
instrumento de cuerda de algún tipo, que con el tipo de canto.