Jeffrey Dahmer
Jeffrey Dahmer
Jeffrey Dahmer
Introducción
Biografía
Crianza
Interés por los animales muertos
Fascinación por la muerte
Factores que propiciaron a cometer
dichos crímenes
El control absoluto
Víctimas
Durante su condena…
Testimonios
Conclusiones
INTRODUCCIÓN
EL CONTROL ABSOLUTO
De 1986 a 1988 fueron años convulsos. La policía le
detuvo por exhibicionista, intentó desenterrar el
cadáver de un chico recién fallecido para violarle. Lo
hizo en una habitación de hotel, pero como declaró
posteriormente, no recordaba cómo lo hizo.
El punto de inflexión se hizo cuando su abuela le echó
de casa. Había encontrado el maniquí de un hombre
desnudo y pegajoso escondido en un armario. Para
Jeffrey era su amante perfecto porque dentro de él
nada estaba vivo. Fue lo único que la mujer descubrió
porque de bajar al sótano hubiese encontrado varios
cadáveres y una calavera.
Aquel cráneo pulcro, blanco y perfectamente expuesto
pertenecía a Steven Tuomi, el joven al que asesinó en la
habitación de hotel en 1986. Con esta segunda víctima,
Dahmer fijó lo que luego sería su modus operandi:
Invitar a su presa a tomar alcohol en un lugar íntimo con
la excusa de practicar sexo (previamente les drogaba
con somníferos), realizarles fotografías desnudas, y,
una vez que ellos decidían marcharse, descargar una ola
de violencia contra ellos.
Cada crimen tenía un fin en sí mismo: dominar
absolutamente a sus víctimas. Como lo hacía el
Emperador Palpatine en el Retorno del Jedi de “La
Guerra de las Galaxias”. Su admirado personaje era
malo, corrupto, poderoso y tenía la capacidad de usar
poderes especiales para gobernar a otros. Y Jeff se
identificó de manera exacerbada con él.
Ya en su nuevo apartamento, los escarceos sexuales
fueron un continuo, también la ingesta de alcohol y
drogas y no paraba de tener fantasías sobre el
asesinato y el descuartizamiento de otros hombres.
Además, para Dahmer, matar estaba íntimamente
relacionado con su homosexualidad. Por no mencionar
su afición por la necrofilia. Empezó a practicar sexo con
los cuerpos de sus víctimas ya desmembradas, o con
algunas de sus partes. No era como la mayoría de los
asesinos seriales. Quería tener relaciones íntimas con
personas inconscientes o muertas.
Eso sí, todas sus víctimas cumplían con el mismo
patrón: su físico. Jeffrey los legías por su cuerpo. Le
gustaban hombres altos, musculosos y delgados. No le
importaba que fuesen blancos, negros, indios o
mulatos. Si le parecían atractivos, intentaba seducirlos.
VICTIMAS