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Capítulo ¿?

Entramos en mi habitación y él no pierde tiempo en tomarme del mentón y besarme con ganas,
había estado deseando esto tanto como yo, me toma del trasero, apretando, mientras sigue
besándome.

Me pone de espaldas a él pegando mi espalda con su pecho. Me besa el cuello mientras una de
sus manos va a mi intimidad y presiona allí arrancándome un gemido. Y su mano libre juega con
uno de mis senos, sus manos y su boca dándome placer es tan ah…

Lo tomo de la mano y lo siento en el sofá, nuevamente vuelvo a quedar encima de él, su mirada
brilla en deseo y lujuria, joder, lo deseo tanto. Vuelvo a besarlo con pasión y él lo devuelve con las
mismas ganas, sus manos aprietan mi trasero atrayéndome más hacia él, nuestras intimidades
nuevamente rozándose y es la sensación más maravillosa del mundo. Besa mi cuello con mordidas
y lamidas que logran volverme loca. Libera uno de mis senos y en el momento en qué su boca hace
contacto con él gimo con fuerza, jadeo y respiro con fuerza en su oído mientras él se encarga de
jugar con él. Lame y succiona volviéndome totalmente loca y haciendo que mi humedad aumente,
mientras yo me encargo de desordenar su pelo.

—¿Te gusta? —pregunta.

—Sí… me encanta —admito.

Vuelve a besarme con desenfreno y le devuelvo el beso de la misma manera. Suspira en mis labios,
he notado que es un detalle que siempre hace y admito que eso me encanta.

—Tócame —pedí en su boca, sonriendo.

Obedientemente llevó su mano a mi intimidad y comenzó a tocarme, en círculos, de arriba a


abajo. Gemí y una sonrisa ladeada y arrogante se estiró en sus labios, malditamente sexy.

Luego de un rato de juego, me levanté de encima de él para guiarlo a mi cama, pero él no esperó
que lo hiciera, tiró de mi mano hacia él y volvió a besarme. Me cargó, invitándome a enrollar mis
piernas alrededor de su torso y eso fue exactamente lo que hice, lentamente me dejó sobre la
cama sin dejar de besarme. Sus manos recorrieron mi cuerpo y me miraba…fascinado, aún sin
estar desnuda. Me encendió mucho más la mirada que me dio.

Sus pupilas estaban dilatadas y sus ojos se oscurecieron más al acariciar con su pulgar mi labio
inferior antes de meterlo en mi boca, succiono y lo humedezco totalmente, se siente sucio y
morboso hacerlo bajo su atenta mirada. Lleva una mano a mi intimidad y vuelve a tocar allí,
besándome el cuello mientras sus manos paseaban por todo mi cuerpo. Mi intimidad ya era un
desastre por lo mojada que estaba. Su boca volvió a jugar con mi seno y yo creía ya no aguantar
mucho más. Desordené su pelo mientras nos besamos con desenfreno, totalmente excitados,
buscando más del otro.

Comenzó a desvestirme, me quitó la camisa y luego el brasier, dejándome desnuda de la cintura


para arriba, aunque no por mucho tiempo ya que comenzó a bajarme el short y seguido la braga.
Lo ayudé a sacarse la camisa dejándome ver sus abdominales y su torso, detuve mi mirada en la V
que se perdía en sus pantalones y joder, lo necesitaba sin nada de ropa ya. Se quitó los zapatos y
le bajé los pantalones dejando ver por encima del bóxer una erección perfectamente marcada.
Traviesamente atrapé el elástico de su bóxer con mis dientes y lentamente lo fui bajando hasta
deshacerme completamente de él.

Su cuerpo era perfecto, todo él era perfecto.

Una sonrisa traviesa se dibujó en sus labios y me recostó nuevamente sobre la cama, su rostro
quedó justamente en mi intimidad.

—Déjame complacerte, Emmey. —su aliento chocó allí haciéndome cosquillas.

Obedece.

—Como quieras, soy toda tuya. —una leve risa ronca salió de su garganta y fue sexy.

Sexy es ver lo que está haciendo allí abajo.

Bajé mi mirada y conectó con la suya, Dios, eso sí que era sexy y excitante. Él dándome placer con
su boca mientras mantiene contacto visual conmigo. Su lengua recorre ese punto en círculos luego
de arriba abajo, primero rápido y luego tortuosamente de manera lenta, lo tomé del pelo con una
mano hundiéndolo más quería más. Y la otra se aferraba a las sabanas, arrugándolas bajo mi
mano.

Gemí descontroladamente cuando finalmente me vine en su boca. Se levantó y lamió sus labios
que estaban relucientes y brillosos por mis fluidos, se colocó sobre mí y me besó, probé mi sabor
en su boca. Su miembro estaba rozando mi intimidad y eso fue más que suficiente para volver a
excitarme.

Esta vez es roce piel con piel.

Afortunadamente sí.

Me miró fijamente y sin más juegos previos, me penetró, me arqueé y puse los ojos en blanco
mientras mi boca se entreabría, era demasiado placentero el vaivén de sus caderas, el tiempo se
distorsiona poco a poco y solo existe el placer, placer y más placer. Su boca también está
entreabierta, los dos estamos con las respiraciones agitadas y vuelve a besarme volviendo el
vaivén de sus caderas más rápido.

Y esta vez, acabamos juntos.

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