Juarezy Las Revoluciones de Ayutlay de Reforma
Juarezy Las Revoluciones de Ayutlay de Reforma
Juarezy Las Revoluciones de Ayutlay de Reforma
ÁREZ
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JUAREZ
POR
FRANCISCO BULNES.
PRI!ll.E~A .EDICION.
l&CIHTO DE HOdHAJE A
DOH BENITO JUUIZ
ll,ICÉ.X:CC0.-18015.
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807
OIÓN y EL IMPERIO,
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Registrada. conforme'- la ley, Esta obra. es propiedad del,,,autor. La
venta. de ejemplares no sellados por el a.utor1 seri. perseguida. como frau-
dulenta.
MUY IMPORTANTE ADVERTENCIA.
807
mi libro "El Verdadero Juárez" y al ampliar el es-
tudio de esa notable época hasta donde lo exigen
nuestros progresos intelectuales; comprendí que no
podía, sin faltar al método crítico, dar mi segundo
libro sobre la Intervención y el Imperio, ya escrito,
sin publicar antes el estudio respecto de las revo-
luciones de Ayutla y de Reforma hasta Diciembre
de 1860. Sólo así, se puede entender bien Ja gran
revolución mejicana comenzada en 1854 y termi-
nada en 1867. Y sólo así es posible apreciar la ver-
dad sobre la personalidad.del afortunado silíceo D.
Benito Juárez.
En .virtud de lo expuesto, entrego el -presente li-
bro á los mejicanos que confunden su dignidad con
el amor y respeto á la verdad.
PRIMERA PARTE.
LA OLA DE IGNORANCIA.
*
**
Á Polibio se le ha censurado su falta de originalidad, su
forzada actitud de pedagogo para formar hombres de Esta-
do, su parcialidad política, su pasión por hacer moral sacri-
ficando los hechos, su pesadei,, su forma de retórico, sus ne-
. gligencias imperdonables y alll'l su puerilidad. Á Dionisia de
Halicarnaso, se le reprocha haber visto en los griegos puros
ausencia de discernimiento, su estilo difícilmente fabricado,
descuido completo respecto del método. A. Strabon se le con-
cede sentido critico, erudición, intuición de lo verdadero, pe·
ro más de la mitad de sus crónicas son fábulas históricas,
por el estilo de la novela histórica moderna. A. Troya Pom-
peyo se le censura ser un compilador de arengas fastidiosas,
supuestas en boca de héroes que jamás pensaron decirlas ni
meditarlas; se le conoede honradez é independencia de espí-
ritu; poniendo á sus héroes insoportablemente parlanchines
una mordaza queda un bello residuo histórico.
"Esta loca presunción (de los romanos) inspiraba á los his-
toriadores sus narraciones mentirosas, legendarias, fabulo-
sas hasta el absurdo. Dion Oasio y Salustio afirmaron que
Catilina preludiaba sns batallas con un banquete de antro-
pófagos. Snetonio·hace representará Nerón en el Oirco, ante
.il popnlacho, nn papel abominablemente vergonzoso é im-
pasible. Qninto Cnrcio escribió como novela sn historia de
(l) l\1ariua Fontane. Ath~ne11, pág. _33..
11
*
*"
Veamos cómo ha sido jnzgado el "incomparable historii,-
dor", el "magno historiador'', el "divino historiador", el "per-
fecto historiador''; el imponente Tácito. No ha habida ni hay
en el mundo escritor que se ocupe de historia, que no se in-
fle como un globo de un millón de metros cúbicos, si se ]e.
hace el cumplimiento de compararlo con Té.cito. Párá los- clá-
sicos es el Miguel Angel de la historia y para los romántkos
su Rafael, y para los que no son ni clásicos ni románticos, un
dios r!)mano que tiene su templo siempre iluminado en cadi.
conciencia ilustrada.
"Este mismo Tácito tan fértil en mentiras" (~). "Confuso
siempre desde el punto de vista geográfico". (2) "Es nece-
sario deplorar que Tácito no haya visto más que Roma en
el mundo y que el resto le haya parecido indigno de aten-
ción". (3) .'.'Estas pinturas ( las que hace Té.cito) no tienen
más que un brillo engallador, no son más que ideas dominan-
tes en una época de decadencia." (4) "Aun "La Germanía" ha
sido sospechosa para algunas críticos de sacrificaF la exacti-
tud al contraste y á lo pintoresco. (5,) "La Germania" esilá,
tan documentada como los cuentos en que Voltaire saca á la.
escena á los chinos y á los brahamas". (6) "Basta reunir lo
que Tácito, Horacio y César han dicho de los Suevos para,
juzgar de la fantasía que dispensa de las nociones históricas,
al pueblo (romano) más groseramente crédulo que ha existi·
do y cuya pereza de espíritu era inveterada y su inteligen-
cia crítica obstruida.'' (7)
El incomparable historiador Tácito, "el espectro de los ti-
(1) Tt,rtuliano. Apul. p. 21,
(2) Th. Mommsen, Histoire Romaine, t. JI, pig. 270,
(3) Prevoat-Pdradol. ·EHo.ia d'histoire TJniv., t I, pág. 388,
(4) Th. Mommaen. Hiet. Rom., tomo IX, pág. 215, ·
(5) H. Summer Maine. L'ane Droit, pág. 114,
(6) A. }'ilón. Jo. dée. Deb. 26 de Junio de 1894.
(7) M11riu1 Fon tan e. '-lLea Ba~bar.es". p\gs.. 137 y t:i8~
13
....*
¡Gregorio de Tours! ... "¡El primer gran monumento his-
tórico de la Francia!" (2) Pues bien, este ,r¡ran monumento,
creía en el próximo fin del mundo, en la ·venida del Anti-
Cri•to para obligar á la circuncisión; hace hermosas, violen-
tas y aun irracionales peroraciones patrióticas; asegura que
escribe para proclamar .su fe y ante todo ·1e preocupa el bri-
llo y triunfo de la Religión Católica. 811 parcÍa.lidad contra.
los enemigos de Francia, raya en furor, y en sus mejores pá-
ginas, se siente el terremoto de sus delirios religiosos. Ha si-
do calificado como vehemente cronista, sin espíritu de criti-
ca, con tendencias pronunciadas haci .. la historia. No obsta.n-
te está r~putado como el fundador de la historia de Francia.
El notable historiador Froisse.rt, es otro cronista, que es-
cribe primero en verso, ha.ste. que se convence de que la his-
toria debe escribirse en prosa. A Froissart se le reprocha no
haber consultado nu sólo documento, ni registre.do un archi-
vo, escribla historia conforme á lo que le relataba.n testigos,
hijos de testigos,. nietos de testigos, descendientes lejanos de
testigos; sin preocuparse de.examinar el valor more.! é inte-
lectual de .tanto testigo.
***
Después de Froissart y en toda Europa, la historia se des-
envuelve diseminada, oscura, ca.si clandestina, en cr.ónica.s
sagrada.s, vidas de se.otos, oratoria religiosa., biografias fú-
nebres, memorias, apuntes, recuerdos .... La Teología era.
una atmósfera imposible para toda ciencia que reclamase li-
(1) Marine Fontam,. "Lee Ba.rbarea". Págs. 2L\ 27 y 28,
(2} A, Jae&be Gregoño de-Tour,. ~ntrodactioA, Tomo II, pág. 260.
)B
***
En México, Alamán, es reconocido actualmente por los
liberales ilustrados ·gran historiador. Don Lorenzo Zavala
en Sil paralelo de. Alamó.n y Arizpe, afirma:-" Arizpe es vio-
lento, Alamán astuto; Arizpe es franco, AlanÍan reservado;
Arizpe arrostra los peligros, Alamán· los 'evita; Arizpe como
fodos los hombres de imaginación fuerte,· ria obra cion méto•
do ni orden, Alamán es minuciosamente· arregl11dÓ y metÓ·
ciico." (1) Alamán tiene en México pérfectamente•Mtablecida
su reputación de hombre'serenó; inteligente,cfüetói:lico, irre-
prochablemente prob.o, y no obstante, no hay ·quien ignore
que en" su·"Historia de Méj_ico", aparece ·á ínenudo apasio-
nado y casi ifrém.pre 'parcial. E,tos graves defeétes-no alean·
zan é. privar -á la obra del prestigio de notáblé' traba}ó histó-
rico, consulta.da frecuentemente y respetad& 'en innchas de
$ns conclusiones. '.
Por el contrario, y sagú;. don J ósé M. Tórnel, el ·doctor
Mora era capri<lhoso, inteligente, irascibie, violento, desoon·
fiado y agresivo sin locura: Pues liien;- hi obra dél Dr. Mora
"México y sus R,;voluóiones", ;e. aproxima mucho más á la
·(1) Zav,ala. -_Ensayo Hiet6rieo de laa Re~olucionéa dEI IIPjio(I. Tomo I¡ pi-
ginae 342 y a· 13. '
2
18
*
**
Es menos que niñería, creer que la frialdad es siempre sin-
cera y la pasión siempre parcial. Los grandes pasionales,
aun en el mes de Agosto, han dicho grandes verdades sobre.
el .amor y sobre lo que no es el amor. Víctor Rugo ha hecho
en "Napoleón el Pequefío", un torpedo de odio contra su ene- .
migo casi personal, y no obstante que el criterio político deL
inmenso poeta es una frJgua que ha fundido el diamante pa- .
ra hacer elocuencia, las verdades aparecen flotantes, sólidas, .
intactas, innegables, tremendas, abrumadord.S. No hay que
olvidar que la perfidia es fria, serena, hábil para simular la ..
justicia y la imparcialidad; y que las tres cuartas partes de
lo que se llama espíritu de partido, espíritu de corporación,.
espíritu nacional, sólo encierra perfidia. La pasión se descu-
bre lealmente para herir, se da á conocer, se entrega humil-
demente á la policfade la opinión. Hay qne desconfiar de los
fríos tanto ó más qne de los apasionados. La diplomacia es ,.
glacial y casi nunca es sincera. En el mundo penal, son los
fríos los que preparan y ejecutan los crímenes más repug·.
nantes y la mejor prueba es, que siempre encuentran indul--
gencia en los jurados los delitos pasionales.
Para valer mucho la frialdad, debe ser un efecto de la sin-
ceridad del carácter, y además, contar con la protección de
una buena inteligencia.y con el material de una vasta ins-
trucción. Prefiero el juicio de un apasionado honrado, inte-
20
*
**
He escrito todo lo que antecede para probar que aun cuan-
·d·o existiera ese historiador; eminentemente sabio, frío sere-
no, inteligente observador, justiciero; haciendo ecuación in-
variable de su espíritu analítico con su espíritu sintético;
·géneralizando hasta llegar á la ley abstracta, y a.travesando
con solemn~ impersonalidad por los 'mundos, los siglos, los
gigantes, las bacterias, la virtud y el vicio; viéndolo todo,
clasificándolo todo; apreciando y juzgando todo, con balan-
zas capaces de ·estimar millonésinicis de toxina de microbio;
ni ha existido, ni existe y, probablemente ni existirá.
¿P9r qué se me echa en cara nci ser lo que nadie ha. sido
ni puede ser? Porque en. el vulgo de lo culto, ha.y la supers-
tición de que existe la historia escrita por historiadores idea.-
les. Para ese vulgo, ese tipo de historiador abunda en todos
los países y en todos los tiempos. Tal tiro, sirve para que
los ignorantes refuten libros con desdenes de ninfa, con gaz-
moñerías de vestales, más bien que con razones de sabio.
Cuando no se puede combatir un cargo se dice: "El autor es
un hombre apasionado, sus móviles son sospechosos, no tie-
ne serenidad, no tiene criterio; no ha.y que hacerle caso."
Para ese vulgo, todo escritor cuyo estilo nci es el del grillo
que nos visita en las noches húmedas, ó bien que no suena á
cho:rro de agua cayendo á razón de litro por minuto, pe.re.
llenar un inmenso·tanque, ó bien, que no recita como monja
21
*
**
El espfoitu sintético en el critico, exige fuerza, amplitud,
grandeza. Hay fuerza cuando siendo enorme y de buena ca-
lidad el material analítico, todo él se emplea útilmente para
la síntesis; hay amplitud cuando esos materiales son varia-
dos, sin d'\jar de ser aplicables al estudio que se emprende;
hay grandeza, cuando se prueba facilidad para sintetizar con
numerosos y varia.dos materiales de un exteuso y profundo
análísis.
El mérito de una crítica depende del eq1tilibrio entre .,J
espíritu analítico del crítico y su espíritu sintético. Pocos son
los tipos equilibrados en materia de critica y nó se conocen,
-aún los perfectamente equilibrados. Según los más potentes
psicólogos figuran como equilibrados en ciencias biológicas,
Claudio Bernard y Pa.steur; en historia, Fuste! de Coulan-
27
***
Lo que acabo de escribir explica uno de los grandes obs-
táculos para que los fallos históricos puedan considerarse con
la fuerza de la cosa juzgada. Ni han existido, ni existen, ni
es posible fijar para cuándo existirán, esos historiadores y
críticos ce.paces de imponer al mundo fallos irrevocables. El
vulgo, sobre todo el pedantesco, cree que tales historiadores
y críticos se encuentran en todas las naciones, en todas las
redacciones de periódicos, en todos los banquetes donde se
brindá, en todas las ceremonias donde se adula, en todos los
sepelios de hombres célebres donde el pariente, el amigo, el
partidario, toman la trompa de la epopeya, ensordecida con
los pañuelos del llanto y proclaman coronar á lc,s difuntos
en nombre de _la historia. Como los fallos históricos no se
pueden imponer con hogueras, cárceles, bayonetas, pr.otes-
tas de estudiaotes, alaridos de ayuntamientos bárbaros, ma·
nifestaciones de fanáticos ó de cretinos, ni con decretos de
Legislaturas y penas en los Códigos; resulta que, como ya lo
dije, aun cuando existieran los magistrados divinos de la orí•
tica histórica, faltaría el público capaz de aceptar. sus fallos,
únicamente en nombre de la razón, de la virtud, de la cien-
cia, de un ilimitado respeto á la verdad. Semejantes pueblos
2,
***
Respecto á mi persona psíquica sé le concede erudición,
luego hago análisis; nadie ha intentado probarme que esa
erudición no es aplicable al caso, luego mi análisis es preci-
so. Se me reprocha mi inclinación á las generalizaciones,
luego tengo· espíritu sintético; se me reprocha, mi saña, mi
inquina, mi odio á J uárez, luego procuro hacer penetrante
mi 'análisis hasta el desmoronamiento completo de la conduc-
ta del hombre que estudio; se me reprocha mi vehemencia,
contesto haciendo mías las palabras del señor Fernando Igle-
sias Calderón al defenderse contra sus detractores: "En bue-
na dialéctica, el cargo debe ser formulado con mucha vehe-
mencia, la prueba debe ser rendida con mucha templan-
za." (1)
Se me acusa de vehemente para hacer cargos, doy las gra-
cias á mis detractores porque me reconocen esa gran cuali-
dad de crítico.
L, prueba del cargo l" rindo siempre con mucha temp!..n-
za, porqu.e consistiendo siempre ésta en documentos, no es
posible presentar un documento destemplando su contenido
á menos de alterarlo ó falsificarlo. Mis pruebas son por su
· naturaleza siempre templadas.
Hago también mio el siguiente fragmento de la bella y
(1) Femando Igleliaa Calderón. La traición de Maximiliano, pág. 20.
29
*
**
Se recomienda severamente el lenguaje natural. ¿Qué es el
lenguaje natural, sencillo, claro, tan elogiado no sólo en his-
toria sino en literatura, sobre todo en el teatro moderno?
Para una verdulera; el lenguaje natural es un desahogo d&
(1) Jos6 Maria Iglesias. Revista.e. Tome III, pág. 476.
{2) Igle~iae Calderón, uReetificaoiones Históricas," pág. 23,
31
*"*
Las llamadas bio.9Tafías de .Jnárez, escritas por los señores
Zereoero, Baz y Sosa, son excitantes de hilaridad para las
personas de criterio sano. "Biografía" quiere decir desci·ip-
ción de la vida. En la vida de todo individuo hay errores,
faltas, torpezas, malas acciones, méritos, energías, debilida-
des, y tratándose de un hombre público el conjunto de su
existencia es extremadamente complexo. En lo que se llama
biografías de Juárez, se han suprimido todos los errores, to-
das las faltas, todas las debilidades, todas las malas acciones,
y se han hiperbolizado los méritos con las turbias lentes del
politiqueo a diez mil veces sus diámetros. Semejantes obras
deben calificarse generosamente de caramelos literarios, te-
ñidos con la fushin~ del sectarismo y propinados al puebla
32
,mejicano por millones de toneladas lo hari hecho dispéptico
para la civilización.
Un pueblo cuya conciencia no tiene jugos activos para di-
.gerir la verdad, es un triste pueblo naturalmente enclenque, .
intelectualmente miserable, incapaz de entender el derecho
y de amar la justicia, inmensos bienes que sólo la verdad
puede proporcionar. Con la escuela patriótica de los carame·
,Jos literarios, en vez de obras serias, solemnes, profundas de
·crítica, vamos marchando hacia la posición infeliz del pue-
'blo coreano, cuya credulidad lo ha convertido en el ludibrio
y en la escoria de las naciones. El empleo de la l11z eléctrica
'Bin la luz intelectual, sólo sirve para realzar en un pueblo las
grandes deformidades que lo hacen propio pitra la esclavitud.
Afortunadamente en la sociedad mejicana Ja falta .de luz
intelectual sólo es aparente. Hay un gran grupo formado de
liberales, conservadores,fodiferentes, ancianos, mujere.s, adul-
tos, que se considera·capaz de figurar en la ciúlización mo-
derna y que ve con horror el programa coreano á que se le
qui~re someter por medio de los tóxicos caramelos literarios.
La fracción social mejicana civilizada, debe á todo trance
procurar la crítica histórica, único poder humano .capaz de
verler todas sus nobles esperanzas de redención en el molde
de una realidad irreprochable é indestructible.
Ofrezco,· pues, en este libro vehemencia, ímpetu, fulminar
cargos tremendos, saña é inquina en el análisis y apelar has-
ta donde me alcancen las fuerzas á todos los recursos nece-
sarios para hacer una crítica implacable de. la época, del me-
dio, de las facciones, de las leyes, de los hombres públicos y
sobre todo de J uárez; tal como la exigen la filosofía moder·
na y el ·patriotismo de una sociedad que como la de Méjico,
tiene la honra actualmente de ser invitada en calidad de na·
ción intelectual á todos los congresos científicos que celebra
la porción más florida é imponente de la humanidad:'Es dig·
no de la burla ó el desprecio de los pueblos que nos obser-
van, lo que estamos haciendo: pretender representar muy.al-
to en Europa, codearnos con las más solemnes eminencias
146229
del pé¡samiento impregnado de ciencia y de liberalismo;
ocupar butacas desde donde se COiitemplan todas las conquis-
tas de un progreso serio, exento de toda farsa., sólido, limpio
de baos bárbaros y al mismo tiempo despojarnos en nuestro
país como de una malla de cilicios del ropaje magistral de la
verdad por sentirlo abrumador para nuestras vértebras de
vieja raza indígena abortada sin elementos de reacción. ¿Nues-
tra civilización es una cáscara? ¿es un disfraz de vistosos
confetti? ó tiene algo de formal susceptible de hacer respe·
tables nuestras individuales y colectivas ambiciones?
Yo no pretendo ser el Juez Supremo en el J o~afat horri-
blemente confuso de nuestra historia. Hace pocos días, el se-
ñor Vigil me decía: "El primero que escribe sobre determi-
nado asunto histórico, no puede hacer más que un mal bo-
rrador. Viene después otro que corrige ese borrador y des-
pués un tercero que corrige al se¡¡;undo historiador, y así su-
cesivamente. Todavía en 1905, están los sabios corrigiendo
borradores de hace tres, cuatro, siete mil añcs, ó sea la his-
toria de la India, de la Asiria, del Egipto." Y en Méjico, ad·
mitimos que un granuja, un gacetillero, un político especu-
lador, un sabio sin dotes, un amigo sentimental, un agrade-
oi<lo virtuoso; en suma, cualquierd., sin más fuerza que su
audacia, su ignorancia, su cinismo, ó su negocio, nos dé fa-
llos irrevocables, infalibles, eternos, históricos! Sólo en nues-
tra lastimada patria hay profesores de historia que enseñan
la existencia de los fallos irrevocables. En el Congo no hay
sabios, pero tampoco hay historia.
Este libro es un borrador que corrige los anteriores, no
pretendo que sea otra cosa y lo único que deseo es que la na-
ción silbe á todos los infalibles y proclame como base de su
progreso moral é intelectual la libertad de la crítica impla-
cable y guarde para las bronquitis del sectarismo los cara-
melos literarios.
SEGUNDA PARTE.
¿QUÉ ES LA REFORMA?
***
Los privilegios del Estado eran:
Irresponsabilidad legal y moral del gobierno ante la na-
ción. Derecho de castigar sin juicio, imponiendo penas inu-
sitadas y excesivas y aplicando leyes posteriores al caso, ex-
pedidas para él expresamente. Exigir de sus súbditos no pri-
vilegiados servicios de todas clases, gratuitos ó miserable-
mente retribuidos. Imponer contribuciones enormes equiva-
lentes á la confiscación de los bienes ó del trabajo de los súb-
ditos. Exceptuar á clases ó individuos del deber de contri-
buir con dinero ó servicios para las necesidades del Estado.
Establecer tribunales especiales para cada clase ó para indi-
viduos, regidos por códigos especiales. Reformar y nulificar
sentencias de cualquier tribunal. Prohibir y castigar severa-
mente la manifestación pública. ó privada de las ideas. Es-
tablecer á beneficio de la burocracia la propiedad de los em-
pleos. Violar la correspondencia de los particulares. Dispo·
ner libremente del producto de las contribuciones, sin dar
cuenta de su inversión. Declarar la guerra, hacer la paz, ce-
der, vender ó hipotecar territorio nacional. Expropiar á par-
ticulares para.favorecerá d.eterminadas clases ó súbditos, sin
previa indemnización ó sin indemnización. Expedir cédulas
de prisión en blanco á favor de los intereses ú odios de las
clases privilegia.das. Ordenar el secreto en los juicios crimi-
. nales y la tortura, no permitir al acus~do defenderse y dic-
tar la sentencia con anticipa.oión.
Prohibir ó restringir la circulación de personas ó mercan-
cías dentro del pais ó su salida para el extranjero. Hacer de
la enseñanza pública un privilegio exclusivo del Estado ó de
alguna corpora.oión. Contratar el cobro de impuestos con par-
ticulares. Tener por origen la voluntad expresa de Dios.
40
*
**
Los privilegios feudales dentro de la monarquía eran:
Ejercer actos de jurisdicción civÜy penal. Disfrutar de
exención de impuestos y servicios á favor del Estado. Poseer
el derecho de iinpqner contribuciones, monopolios y servi-
cios gratuitos en el territorio de su jurisdicción. Gozar de
empleos y dignidades hereditarias. Tener siervos y en las
colonias esclavos.
*
**
Los privilegios de la burguesía ó clase industrial enrique-
cida consistían:
En monopolios comercjales ,l industriales, en estancos, en
exenciones de impuestos ó servicios, en la consideración y tí-
tulos de hombres libres, en la facultad de organizar gremios
y corporaciones para limitar la producción industrial y el
número de obreros favoreciéndoles con altos jornales y tra-
. bajo permanente. ·
Abajo de estas clases quedaban los siervos esquilmados y
las plebes hambrientas, nauseabundas, desarrapadas, remo-
lidas por el peso de los privilegios y humedeciendo la lengua.
reseca en el caldo que los fra.iles repartían en las puertas de
los conventos. Conforme á 0Ste sistema la mayoría del pue-
blo que no pertenecía á la gleba debía vivir de limosna, del
bandidaje ó de mercenarismo, convirtiendo la guerra en la.
industria única posible de las masas.
***
Los privilegios venían desde la. horda., el clan, la tribu, la
sociedad de castas, los imperios militares, la soberanía terri-
torial de la Edad Media., la formación de las potencias indus-
triales en las monarquías feudales y absolutas. Los privile-
41
____, _____
<
CAPÍTULO II.
•
**
Ningún absolutismo ha podido alcanzar la perfección, oh-
teniendo la sumisión universal. Siempre hay quien ·proteste
aun cuando sea un insecto. El germen de progreso existente
en la especie humana, ningím rey, por gran~e que haya sido
su poder, ha conseguido destruirlo. N}nguua tiranía ha te-
nido el suefl.o apacible. En el siglo XI los pueblos europeos
estaban hundidos en la fe bajo un océauo de poder divino y
sin embargo las sectas surgen esparciendo la herejía; lo que
prueba que contra el desarrollo del pensamiento no hay dog-
mas que lo estacionen, ni terrores que lo intimiden, ni per-
secuciones que Jo maten, ni tinieblas que lo sepulten,,El as-
ceta hace la guerra á la carne para no sentir la impiedad,
~usca el aniquilamient0 del organismo para no sucumbir, y
43
...
**
La ide~ de la seculari?.ación de los bienes del clero, tan
ruinosa para el poder de la Iglesia, no se debe á fos protes-
tantes, ni á los filósofos, ni mucho menos á los jacobinos; se
remonta á una época en que. la fe cristiana era la ley supre-
ma del mundo espiritual y temporal. "Federico II, empera-
dor apostólico, expresó claramente su proyecto do colocar á
la Iglesia en su pobreza primitiva, quitándole las riquezas
que la habían alterado. Juan Huss, el más ortodoxo de los
reformadores, decía: -'"que en interés de la Yeligión deberían
los príncipes quitará la Iglesia las riqu.ezas que la corrom-
pían." (1). "Un ministro de Segismundo publicó un proyec-
to de Reforma, que tendía nada menos que á secularizar to-
cios los bienes de la Iglesia." (2) S..n Bernardo afirma que el
clero en otro tiempo pescaba almas en las redes de la fe,
mientras que en su tiempo, lo que pescaba era oro ó plata.
***
El fuero eclesiástico fuá constantemente combatido por
los reyes piadosos y aun por los santos. "Desde el principio
ele su reinado Luis IX de Fraooia (San Luis) publicó un de-
creto que emancipaba á sus vasallos de la jurisdicción de I&
Iglesia y sometía á-los prelados al ju.icio del rey en materia
civil." (3)
(1) Laureot. Obra citada. Tomo· 8, pág. 22.i ..
(2) Obra, volumen y página citado,.
(3) Laurent. Tomo Vl. Pág.. 382.
;lijj
*
**
La gran Revolución dA Reforma del siglo XVI, verificada
por intolerantes, levantó en ·sus principios el estandarte de
la libertad religiosa. Desde el momento en que los protestan-
tes a.ceptaro-n como dogma que la interpretación de las San-
tas Escrituras no corresponde exclusivamente al clero, sino
a todos los fieles, tal libertad tuvo que conducirá que algu-
nos fieles lo primero que resolvían después de examinar la
Biblia era, que dicho texto no es obra divina. La libertad
de examen, en el protestantismo ha.ce imposible la herejía y
.sin herejía no es posible la intolerancia.; La gran Revolución
de Reforma concebida por teólogos, sosteni :la por las Santas
Escrituras, y sin más aspiración que purificar la Iglesia; y
de pagana en su corrupción convertirla en evangélica, füé el
.golpe más rudo que en nombre de la fe cristiana. llevó en sus
entra.ñas el catolicismo. En política produjo la existencia. de
· ,naciones completamente libres, soberanas é independientes,
***
De las naciones fieles al catolicismo, la más opuesta á los
privilegios de la Iglesia y la más celosa de la soberanía na-
cional, fué la república aristocrática de Venecia.
"Desde los primeros años del siglo XV, el clero fué sepa-
rado del gobierno y de la administración; estándole severa-
mente prohibido mezclarse en los negocios públicos. Para
asegurarse contra las in vasioues del poder eclesiástico, Ve-
necia comenzó por quitar al clero todo pretexto para inter-
venir en los asuntos del Estado. Inquebrantable en su fe no
fué menos invariable en su sistema de tolerancia. No soJ..-
mente sus súbditos de la religión griega conservaron el ejer-
cicio de su culto, á sus obispos y sacerdotes; los protestan·
tes, los armenios, los mahometanos, los judíos; todas las re-
ligiones, todas las sectas, establecidas en Venecia, tenían tem-
plos, y la sepultura en los cementerios no podía ser rehusada
á los herejes.'' (2)
"Nunca la república (aristocrática) de Venecia, descuidó
mantener al clero en una nulidad absoluta respecto de los
asuntos políticos; se puede juzgarla por la QOnducta que ob-
(1) .Laurent. Tomo YIII. P,íg. 500,
(2) Hi~toire de la Rt>pubHque de Venise, Daru, Tomo V; pág. 186.
47
*
**
La célebre Declaración galicana de 1682, está trabajada
·por prelados teólogos, bien ó mal asentada en el derecho ca-
nónico y expuesta y sostenida por legistas autores de la au-
tocracia real, inspirándose en la nacionalización de la reli-
gión en los países protestantes. La "Declaración" contiene
_cuatro artículos, en el primero se establece que en cuestio;
nes temporales sólo el rey de Francia tiene autoridad sobre
sus súbditos y que en ningún caso el Papa, puede deponerlo
y relevar á sus súbditos del juramento de fidelidad. Esta re-
solución es la misma que la del Parlamento eu el siglo XIV
y está fundada en preceptos del Evangelio. El segundo ar-
tículo fundado en decisiones del Concilio de Constanza, pro-
clama la. superioridad del poder de los concilios ecuménicos
sobre el del Papa. El tercer artículo dispone que se observa-
se al mismo tiempo el derecho canónico y las libertades ga-
licana.s y por último el cuarto artículo desconoce la. infalibi-
lidad del Papa en materias dogmáticas; sus decisiones ,nece-
sitan de la aprobación de los concilios. En realidad ladecla-
.ración de la. Iglesia. galicana. arruina. el privilegio del Pontí-
49
***
El josefi,snw fué la tentativa de la nacionalización de la re-
ligión en Austria. En 1781, el emperador José II, facultó á
los obispos para que absolviesen los pecados reservados·,.¡
Papa. En 1783, los excita á que otorguen permiso de matri-
monio entre parientes en tercero y cuarto grano. En 1784,
decreta qne no sólamente serán revisadas por su gobierno
las bulas pontificales antes de pnblic•rse, sino todas las dis-
posiciones ne los obispos que deben ser nombrados por él sin
la ratific•ción del Pitpa. En 1786, ordena que se use la len-
gua alemana en la liturgia. De,,retó quP todos ]os seminarios
estuviPran ~ajo su a.utorida<l, vigilt1.ncia é inspección. Supri-
mió todas las órdenes monásticas contemplativas y todas las
de mujeres, excepto las de benefioencia y enseñanza. Clausu-·
ró un gran número de conventos, nacionalizó sus bienes y es.
tableció en su lugar es~nelas. Suprimió muchas procesiones,.
fiestas religiosas, todas las cofradías y prohibió qu~ en su.
reino se aceptasen dignidades otorgadas por el Pontífice, sin,
su autorización. Pretendió abolir el celibato Aclesiástico, es-·
tableció e[ matrimonio civil y permitió el divorcio. Tan es-
tupen~a ohm revolucionoria fué fundada en los trabajos de·
dos legistas Fehronio y Eghel apóstoles de los derechos di-
vinos de los soberanos superiores é independientes de la au-
toridad de ¡,. Iglesia.
50
***
Aun España, nación de teólogos, de reyes devotos, de po·
'blación fanática, de tradiciones profundamente sagradas, de
.ideales místicos caballerescos, luchó enérgicamente contra
· los privilegios aplastantes de la Iglesia.
La antig~a ley española se fundaba sólidamente en el Vie-
jo testamento paro. prohibir á la Iglesia la adquisición de
·bienes raíces; pues al repartir Dios las tierras, prohibió ad-
quirir á los Levitas, entregándoselas á las once tribus res-
tantes. "Dixitque Dominus ad Aaron: In terra eorum nihil
possidebitis nec habebitis partem inter eos .... nihil aliud pos-
sideb11nt;" (1) "Non habebunt Sacerdotes et Levita, et omnes
qui de eadem tribu sunt, partem et hrereditatem mm reliquo
Israel, qui sairificia Domini et oblationes ejits conc,,dent ... " (I!)
Bajo el gobierno del piadoso Recaredo, estaba _prohibido
· á los pecheros construir Iglesias ó cede, les sus bienes sin per-
miso del rey ó sin cédulas de autorización que debía pedir
·el obispo al monarca: "Si quia ex servís fiscalibus (pecheros,
colonos, vasallos) ecclesias portasse construxerit, easque de
·sua autoritate regia confirmari." (3) Los obispos no podían
.construir ni autorizar más que solo un monai,terio en sus dió-
-0esis: Los monásterios sólo podían heredar á sus frailes ri-
cos, en el caso de que faltaran á éstos parientes hasta en el
· séptimo grado.'' (4)
Alfonso I de Castilla y VI de León, prohibió que ni por
contrato, ni de modo alguno, sus súbditos dejasen sus bienes
á las iglesias y monasterios bajo pena de perderlos. (5)
Alfonso VIII de Castilla prohibió ·terminantemente que
-"realengo pasase á abadengo", y ordenó que ni hombre ni
(1) Numer. Cap, 18, v. v. 20, 21 et 22.
·..(2¡ Deuteron<1m. Cap 18, v, J.
-(3} Canon 15 del Concilio tercero de Toledo.
(4) Fuero J~zgo, Ley 12, tít II, Lib. IV.
(5) Fuero de Sepúlveda, año 1080 y Ley 11eneral de 1102, eancionllda en Jae
Cortes de Nájera en 1138 y en lae de Benavent.e-en 1202. ,,,
ff~ ":!Í."'~:''j;~~-"'·· . .~,
51
*
**
La al,oliciJn de los diezmos, que ningún gobierno católico
se había atrevido á tacar y que constituían la renta más se-
gura y cuantiosa del fisco eclesiástico, fué decretada por la.
Asamblea Constituyente á petición de Mirabeau, vigorosa-
mente apoyado por Monseñor J uigné, arzobispo de París.
T.mbién la Asamblea Constituyente, donde no había jacobi-
nos, decretó la nacionalización de los bienes del cleró: Fué
esta misma la que declaró que el Estado no reconocía votos
,perpetuos aun cuando fuesen monásticos y en consecuencia
eran 'libres de repudiarlos todos los que los habían hecho, La.
As~mblea Legislativa, con mayoría anti-jacobina, dió el gol-
-;pe mortal á las.,eoqw.,..cio~~,r'l!igiqsa~, (lisolvi·ndo todas
53.
nos, porque cincuenta días después de· que ofició como Pon~
tífica en la fiesta del Sér Supremo, "fué decapitado. ·
*
**
En el terreno político la guerra á los privilegios del E"sta--
do, a.! poder absoluto temporal, viene de muy lejos. Todos,
los privilegios del Estado se derrumban con sólo el triunfo.
del principio. "La soberanía reside en la nación, el gobierno·
debe obrar conforme á su voluntad y ser responsable legal,.
moral y revoluoionariamente ante ella.."
Este principio füé conocido, proclamado, aceptado y apli-
cado en la antigüedad greco-romana. El pueblo juez no exis-
tía; lo que se llama pueblo griego y romano, eran plebes pri-
vilegia.das que explotaban asquerosamente la esclavitud· en,
la que se extinguía la verdadera mayoría. del pueblo. Desco-
nocida la justicia. en la.a mal llama.das repúblicas clásicas, el
privilegio de las plebes tenía que causar su degradación y á.,
su vez ésta la esclavitud de los privilegiados por el Cesa-
rismo.
La responsabilidad de los cónsules en Roma, era legalmen-
te ante el Sena.do, pero la plebe la ejercía casi siempr& ei,. su,_
tribunal feroz: el motín si no se anticipaba la soldadesca ,i.
castigar indignada por una derrota ó' por la pequeñez det,
botín.
La primera democracia efectiva, basada como debía ser en,
la igualdad de todos ante la ley, füé la de Venecia, funcio-
nando en el siglo VID, pero sin tener institucionalmente or-
ganizo da la responsabilidad gubernamental, en la imponen-
te esfera legal. Cuando el dux violaba. la ley ó. parecía vio-
larla., el pueblo se levantaba, derroca.be. al tirano, le sacaba.
los ojos, lo martirizaba, lo descuartizaba, lo servía á los pe-
rros ó abandonaba sus carnes á los buitres.
La decapitación del emperador Conradino por el duque d&
Anjou, no es caso de responsabilidad del soberano ante su.
pueblo rii ánte ley algnria; fué un atentado semejante al d&
56
***
Se encuentran en la "Gran Carta" promulgada por el rey
Enrique m de Inglaterra el 11 de Febrero de 1225, las si-
guientes libertades y garantías individuales: "Nadie está obli-
gado á prestar trabajos incompatibles con su calidad de hom-
bre libre." (Art. 10). "Nadie puede ser detenido, encarcelado,
desposeído de su calidad de hombre libre; de sus libertades
ó libres costumbres; ni puesto fuera de la ley ó desterrado,
ni molestado en manera alguna; y no nos meteremos ni he.-
remos poner la me.uo· sobre él, sino en virt,ud de un juicio le-
gal de sus pe.res y conforme á la ley del país. No v~ndere-
mos, no ·rehusaremos, no diferiremos á ne.die el derecho á la
justicia." (Art. 29). "J,a libertad de comercio y de circulación
será complete.." (Art. 30).
La eficaz garantía á favor de la propiedad individual ex-
presada por el precepto de que el soberano no puede decre-
tar impuestos sin el consentimiento de los contribuyentes, se
encuentra en la confirmación de la "Gran Carta" por el ·rey
de Inglaterra Eduardo 1, el 10 de Octubre de 1297, Y esta
preciosa garantía se encuentra confirmada por el Statat'o de
tailagio non concedando, con valor legal desde 1627. La mis-
ma garantía se encuentra confirmada por la sanción de la
primera demanda de la "Petición del Derecho" expedida en
Inglaterra el allo de 1628.
Se e)lcuentra además en dicha "Petición del Perecho:"
"Na.die puede ser juzgado ni condena.do sino en virtud de ley
anterior que consagre el derecho de libre defensa." (4•). "Na-
die puede ser juzgado por leyes privativas ó tribunales es-
peciales, ni por leyes militares siendo civil, quedando aboli-
dos los fueros ,pilitares y quedando los delitos del orden co-
mún bajo la jurisdicción civil, aun cuando sea militar el que
los cometa." (7•).
El Bill de Derechos sancionado por el rey de Inglaterra en
13 de Febrero de 1689, quien se presentó en el Parlamento
y pronunció en francés la fórmula: "Soit droit fait come est
desiré" contiene: 5. 0 "Que es un derecho de los súbditos pre-
sentar peticiones al rey y que toda .Prisión ó persecución
contra los peticionarios es ilegal." 6.• "Que el rey no puede
en tiempo de paz Ievant$r y sostener un ejércitó sin consen-
timiento del Parlamento." 7.0 "Que los súbditos protestantes
pueden portar armas conforme á su condición y permitidas
por la ley." 8. 0 "Que las elecciones de los miembros del Par-
lamento deben ser libres." 9. 0 "Que la libertad de la palabra,
de discusión y de actos en el seno del Parlamento, no puede
ser restringida ni discutida, en Corte alguna ó lugar fuera
del Parlamento." 10. "Que no se pueden imponer fianzas ó
multas excesivas, ni imponer penas crueles é inusitadas."
12. "Que las penas y confiscaciones impuestas hechas antes
que la convicción de un delito sea adquirida por la justicia;
son ilegales y nulas."
Las demás garantías de los derechos individuales, se en-
cuentran en la Ley del Habeas Corpus ó en fallos de tribu-
nales ingleses, aclamados y considerados como leyes y como
tales respetadas por el Parlamento.
Con excepción de la libertad de cultos, de conciencia, de
prensa, todas las demás se encuentran á lo largo de la His-
toria de Inglaterra, en los puntos donde más se han hecho
sentir las fuerzas de la monarquía feudal. Así pues, tales Ji-
5~
bertades y garantías no fueron descuMertas, ni impuestas ,
los reyes, ni practicades por demócratas, ni mucho menos
por jacobinos. Antes que estallara la G•an Revolución t...n-
éesa de 1789, manchada y aniquilada por los excesos jacobi,
nos; Inglaterra llevaba años y siglos de practicar libertades
que á los mejicanos en general les parecen nuevas.
La libertad de cultos tiene su origen en los Estados Uni-
rlos, la libertad de conciencia en Ginebra y sólo la libertad,
Je la ·prensa completa tiene su cun,¡. en Francia., pero no en
el jacobinismo. La libertad de la prensa forma parte de la
"Declaración de los Derechos del Hombre," votados el 27 d&
Agosto de 1789, en Francia., por una Asamblea en la qu&
tres cuartas partes de sus miembros eran monarquistas. Tal
libertad existió hasta que los jacobinos llegaron a.l poder;
pues entonces todo aquel que no era de su opi11ión perecia
en el cadalso.
CAPITULO III.
***
·Cuando la especie humana sigue una marcha contraria á
tiu progreso y aun á su existencia, llega un momento en que
en virtud de la ley de su propia conservación, aparecen
reacciones saludables que la salvan. Et ascetismo de la Edad
Media y el gran empuje de la Iglesia para convertir á la so-
ciedad civil en sociedad religiosa, conducían á Europa á su
muerte; la reacción saludable tenía que surgir y ésta fué el
Renacimiento. Las imponentes ruinas romanas hablaron al
fui á los italianos y se hicieron comprender por ellos. Las
grandezas de la antigüedad greco-romana se hicieron sentir
en los sentimientos ardientes de la Italia donde la fe se hela•
ba y produjeron un arte sobrehumano reivindicando el va-
lor social é individual de la humanidad. El ideal clásico in-
vadió al ideal religioso; la arquitectura gótica fué vista como
un enjambre de esqueletos formando un sepulcro; el mármol
antiguo que se convertía en simple cal para hacer conventos,
fué de nuevo cincelado; en los lienzos aparecio la desn.udez
sana, tibia, robusta, sustituyendo á las carnes maceradas en
sangre de los monjes empacados en cilicios. La virtuft dejó
61
***
La persecución á los árabes en España los había obligado
á emigrar 6 perecer. Los emigrantes más cultos eligieron las
opulentas ciudades del resto de Europa para refugiaras. Los
árabes llevaban en sus 6quipajes preciosos manuscritos re·
pletos de secretos de medicina, de alquimia y de astrología.
Inmediatamente se formó una clase de médicos revolucio-
narios, descaradamente heterodoxos, claramente reformistas.
Dominando la medicina teológica, en que el diagnóstico
era uniformé, pues todas las enfermedades eran manifesta-
ciones del pecado; en que la terapéutic& era siempre el mi-
lagro realizado por un santo especial; en que la etiología era
indefectiblemente la voluntad de Dios; y los establecimien-
tos de farmacia se hallaban en iglesias ri.cas de reliquias cu-
65
***
Los enormes privilegios espirituales y temporales de la
Iglesia reposaban sobre su omnipotencia y ésta á su vez so-
bre la fe religiosa absoluta de los pueblos cristianos. Era im-
posible conmover el poder rle la Iglesia sin desquiciar la fe
ó alterarla en la conciencia pública. Los herejes teólogos que
habían atacado á la Iglesia no negaban su infalibilidad, ex-
presión necesaria de su divinidad; no n°gaban lo infinito del
poder espiritual 11i la revelación en toda su integridad; acu-
saban al personal de la lglesia precisamente de haber man-
charlo la fe, adulterado el ·dogma, corrompido la moral, de-
gradado el culto, disuelto la disciplina, pnesto en peligro I&
religión en el alma pura de los fieles sin maucilla. Lo~Jegis,
tas habían at,acado ciertos pretendidos privilegios de la Igle-
sia sin negarle sn divinidad y autoridad absoluta en materias
espirituales, sin tocar las revelaciones más que para apoyar-
se en .ellas. y blandiendo únicamente para combatir, la maza
.d,el .Evangelio reforzada con toneladas de derecho canónico.
Los humanist1s .conden,.ban la religión .teológica y escolás-
.,,tici como·uo.a deJen~ra.oión.de .la doctrina ele .Jesucristo .y
67
•**
Cuando los turcos se apoderaron de Constantinopla, el pá-
nico fué inmenso, pues al mismo tiempo apareció nn cometa
presagio de que los turcos se harían pronto dueíi.os de toda
Europa. El pánico cat->lico fué _colosal; el Papa decretó un
Angelus para medio día é introdujo en la Letania la. rogati-
va: "Líbranos, 8eñor, de los Turcos y del Cometa." Esto pa·
saba en el siglo XV.
Alberto el Grande en el siglo XIII, había ya dudado de la
ma.lignidad infalible de los cometas. Paracelso h~bía decla-
rado ridícula locura el mielo á los cometas; SJaliger se ha-
bía burlado también de los presagios cometarios; y antes que
todos, Séneca había declara.do que el cometa sólo era un cuer-
po celeste sometido á leyes como los demás astros, sin gozar
de intervención en los negocios humanos. Vigénere, francés,
como galo y no como astrónomo combate el terror á.-fos co-
71 -
•**
Resumiendo: Los autores de la reforma eu el mundo han
sido los intereses feudales, monárquicos, republicanos aristó-
cratas, oligárquicos y democráticos, los intereses industria-
les creadores de los políticos; pero como la Iglesia en más
poderosa que tc,dos ellos, porque tenía á su disposición la fe
de los pueblos y la de las mi.mas clases que se oponían á sus-
privilegios, la Reforma no se hubiera hecho sin la potencia
de las clases pensadoras apostólicas qne debilitaron la fe y
abrier~n las puertas del poder á la razón expresada en todas
sus formas. Los reformadores han sido los herejes teólogos,
los legistas, los artistas, poetas y humanistas de los siglos XV
y XVI; los teólogos protestantes; los médicos y astrónomos
de los siglos XVI y XVII, los filósofos espiritualistas de la
escuela cartesiana, y por último, las eminencias inmortales de-
la verdadera ciencia ó sea la fi<lange de filósofos demoledo-
res del siglo XVIII, de todas las escuelas. En suma, la Re-
forma en el mundo se debe á todos los hombres que sintie~
74
***
Nuestros cél<>bres é inmortales insurgentes, hicieron una,
revolución de Indep<>ndencia y de Reforma. El Gener,,.lísimo
Don José María Mor.lo•, el "Héroe entre los Héroes'' como
lo llama el escritor michoacano Don Eduardo Ruiz, desem-
peñó el doble papel de Libertador y Reformador.
El Ge,;eralísimo Morelos hizo leer en el Congreso de Chil-
pancingo, con el título <le "Sentimientos de la Nación" su
programa constitucional, en el que costan como puntos prin-
cipales: "Declaración ·;¡e que la América era libre é indepen-
diente de Espaih y de toda otra nación, gobierno ó monar-
quía; la religión católic., debía ser la única, sin tolerancia de
otm, sosteniéndose sus ministros con la totalidad de los diez-
mos, pero con sólo éstos y las primicias, no teniendo el pue-
blo qite pa_qar otras obnenciones q1te las q11e fnesen de s11 det·o·
ci6n y of,·enda. La sooeranía nacional debía residir exclusiva
y esenci~lmente en el pueblo, quien la depositaría en una re-
presentación dividida en tres poderes. La esclavitud queda-
ba abolida para siempre, lo mismo que la <listinción de castas.
Todos debían ser i.1111ales ante la ley. L~ tortura debía que-
dar abo'.ida, lo mismo que las alcabalas, los e•tancos y los
tributos de los indios." (1) ·
En su programa, con muuha audacia y ularidad, Morelos
indicó la supresión de todas las órdenes monásticas, pues di-
ce que el dogma sólo debe ser sostenido por la jerarquía de
la Iglesia, que la forman el Papa, los obispos y los curas,
porque se debe arrancar toda planta qne Dios no plantó.
''Omnis plantatio qttam non plantavit Pater mettS codestis em-
dicabitur."
En la célebre Constitución política, insurgente, promulga-
da solemnemente en Apatzingan por el Generalísimo Don
José María More los (2) constan las siguientes trascendenta-
(1} Alamán. Historia de MPjieo. Tom. III. Pága. 42t y 425.
(2) Promulgada t,I 22 de Octubre de lS14_.
80
*
**
..... "sólo el ilustre Don Joaquin Fernández Lizardi (el
Pensador Mejicano), como lo hace notar su joven y juicioso
biógrafo Don Luis González Obregón, merece justamente el
nombre de iniciador de la Reforma, por haberla propagado
<>n sus escritos eminentemente populares, lo que fué causa
(lJ Conetilucióo in.eurgente, art. 34.
(2) Art. 85. (4) A,'1; 38. (61 Arto. 132, 133 y 135.
,(3J Art. a7. (5) Art. 40. (;) Art. 168.
6
82
*
**
Una vez Méjico independiente continuó su obra de-Refor-
ma. El primer Congreso Nocional decretó, "se ocupasen por
el Gobierno fas fincas destinadas para misiones ·de F_ilipinas
con todo lo perteneciente á ellas y los capit~les y bienes des-
tinados á. obras pías que no hubiesen de tener cumplimiento
en el Imperio Mejicano." (3) El decreto d~ 16 de Mayo de
1823, ordenó que fuesen vendidos los bienes de laluquisición.
0) ,Ignacio M. .A.ltaip~rano.-Bio~rutiÍl-d~'Ig:naCin Rámfrei. P\ll XXIV.
(:.?) I~nÍieiÓ R!l.mire.z.-~Obrae. Tomo I, ptíg. 2\13. ·
('.l) Ley.de 4 'cié Julio' de 1822. · .. ·
83
*
**
La Constitución promulgo.da el 4 de Octubre de 1824 sig-
nifica un loable esfuerzo liberal para reconocer á los· mejica-
nos todos los derechos individua.les respetando lo que se llama
los privilegios, inmunidades y franquicias de la Iglesia, que
no eran más que los elementos de su absoluto poder. La Cons-
titución de 1824, presentaba. otrr. inconsecuencia grave en
un sistema liberal: reconocía los fueros del ejército. Pero fué
todo lo que pudieron hacer los liberales de la época, abruma.-
dos con potencills y re.;istencias de orden tradicional y no ca·
be dud,a que hicie,:on mucho en relación con su nece•aria de-
bilidad. La Constitución de 1824, estableció la forma de go-
bierno representativo democr~tico, federal; la división de po-
deres, su independencia, sus límites, la responsabilidad legal
de su personal; la libertad de la prensa en materias políticas,
libertiid de trabajo, de profesiones; la abolición de las dife-
rencias legales de castas. Quedó igualmente abolido el tor-
mento, la aplicación retroactiv.. de las leyes, la prisión sin-
inmediato proceso, la prohibición á las autoridades políticas·.
de manteaer presos á los individuos más de cuarenta y ocho ..
horas sin consignarlos al tribunal competente; la expropia-
ción por causa de utilidad pública y con la debida indemni-
zo.ción. En suma, los liberales de 1824, no omitieron esfuer-
zo para obtener todas las reform~ destructoras de los pri- -
vilegios del Estado, compatibles con la inviolabilidad del po- ·
der espiritual y politico de la Iglesia.
Sin embargo, de una manera lenta continuó la obra de Re- ·
forma contrá la hacina de privilegios clericales. La ley de 7.
de Febrero de 1828, cedió al Estado de Chihuahua el edificio-
del colegio i:le jesuitas que se ·encontraba en su territorio. Y
en 18 de Abril del mismo año, el "Desiertó de los Carmeli-
tas'' fué cedido á los pueblos del Distrito Federal, San Bar-
tola, Santa Rusa y San Bernabé. Sa ordenó en 10 de Mayo
de 1829, la venta de los bienes.de temporalidades. Los bie-
84
*..
En 1831, el Secretario de Go-bierno-del· Estado de Zacate-
cas, era un médico de cincuenta años, de gran talento de vas•
-ta instrucción filosófica, enciclopedista del siglo XVIII, de
gran carácter eminentemente revolucionario, con facultades
brillantes de apóstol, insinuante como una armonía, honra-
do como la virtud; perseverante como los movimie~tos pla-
netarios, desinteresado como Jesucristo; su gran fortuna- la
había empleado en organiz!lr y sostener un batallón insur-
gente que luchase por la Independencia. Era pobre y senrfa
-empleos pí,blicos con las manos limpias, incorruptible y fü.er-
·te porque tenía el derecho de mirará. todos desde lo alto de
-su inmenso patriotismo, d~ su probido<d, de sus irleales, de
· sus imponentes convicciones. No era un estadista; no sabía
·mentir, -ni disimular, ni encogerse, ni ocultarse, ni ceder, ni
aflojar. Era el tipo correcto del reformador. Con la vista
constantemente fija en el porvenir, con el corazón oscilando
tranquilamente entre el apoteosis y el oadalso, con las espe-
ra~as siempre encrespadas por la agitación sideral de su es-
píritu; sabia ó entendía que su misión era el sacrificio, su ho-
gar el holocausto, su fin cualquiera tragedia y si¡ gloria la
de todos los revolucionarios: el odio de los contemporáneos
85
***
Don Valentín Gómez Farías era en 1833, el leader de un
grupo de liberales reformistas de tanto talento como instruc·
.ción, como audacia, y entre. los que descollaba¡¡ D. Lorenzo
Zavala, el Dr. Mora, D. Andrés Quintana Roo, y el Lic. D,
.Juan José Espinosa de los Monteros. El. clero comprenqió
todo el peligro de que -seme,iante apostolado hubiese tomado
las riendas·del poder y preparó inmediatamente un pronun-
ciamiento religioso. Cincuenta y seis días después de. haber
..tomado posesión del gobierno don Valentín Gómez Farias,
88
***
La Reforma hubiera continuado como huracán, si el clero
no la contiene corrompiendo á Santa. Anna, para que diese
un golpe de Estado contra su propio gobierno, Los proyec•
tos de ley pendientes de.resolución, estudiados y· presenta-
dos por las comisiones, eran terribles, iban al fondo de la Re,
forma.
El 7 de Noviembre de 1833, Don Lorenzo Zavala inició
ante el Congreso un proyecto para el arreglo de la deuda pú-
blica, basado en la nacionalización de los bienes eclesiásticos.
La iniciativa de Zaval~ pasó á la Comisión respectiva, la-que
presentó dictamen favorable en la sesión del 22 de Febrero
de 1834. En la parte relativa del expresado dictamen se lee:
"Art. 52. Son fondos del establecimiento del crédito pÚ·
blico , ... Segundo: Todo_s los bienes de temporalidades exis-
tentes que no tengan anterior designación y los que results·
ren en lo de adelante.
"Tercero. Todas .las fincas y capitales que hayan pertene-
cido á corporaciones ú obras pías existentes fuera del terri-
.torio nacional.
"Cuarto. Todas la.s fincas rústicas. y urbanas pertenecien-
.tes á lo.s conventos y comunidades de re:igiosos d~ ambos
sexos, existentes en toda la República y los capitales ill'.lpues·
tos en favor de .dichas COfl\Unidades ó qi1~ les pertenezcan
. por cualquier título, aunque sea de patroi:iato, obra pía ó re-
.serva.''
El dictamen está firmado por los diputados Espinosa de
los Monteros, Solana, Alvarado, Dr..Couto, y Salazar."
La misma comisión presentó á la Cámara el 17 de Febre-
·ro de 1834, dictamen favorable sobre la iniciativa de reduc-
ción de conventos.
~l
***
Cuando Gómez Farías volvió á subir al. poder como Pre-
sidente de la República, en su calidad de Vicepresidente, con
motivo de la Revolución que arrojó del gobierno al General
Paredes Arrillu.ga y que aclamó á Santa Anua, quien desde
(1) Justo Sierra, Méjico, en evóluoión.social.-Tolll. l.. Parte I, Pág. 188.
luego marchó á San Luis á organizar el ejército que dió la ,
batalla. de la Angostura contra el· General Norteamericano
Taylor; emprendió con vigor la obra de defensa de la patria,
aprovechándose de ella para continuar la Reforma, y pro-
mulgó la ley de nacionalización de bienes del olero por valor
de quince millones de pesos,
"Art, 1°, Se autoriza al Gobier110 para proporcionarse has-
ta quince millones de pesos, á fin de continuar 11! guerra con
l,Js Estados Unidos del Norte, hipotecando óvendiendo en su-
basta pública bienes de manos muertas al efecto indicado." (1)
El clero respondió á la ley del gobierno de Gómez Farias,
con el pronunciamiento llamado de los polkos, terminando
con la llegada de Santa Ánna á Méjico, quien tnvo el cinis-
mo de anunciar que había ganado la batalla de la Angostu-
ra, se hizo cantar por su falsa victoria un verdadero Te deum
y devolvió al clero la tranquilidad nulificando los actos de
los reformistas.
(CONTINUACIÓN.)
·•
**
i "En 1848, cuando por la primera vez se agit6 en.la pren-
sa y en loa oíroulos privados, la cuestión de libertad religio-
sa, h11bo un solo pueblo ·de l1J República, .Veracruz, la capital
de mi Estado; que represent6 al Oongreso de la época pidién-
dole que decretara la libertad de cultos." (1)
"En esa tierra de·héroes (Zitáouaro) el grito retrógrado de
Guadalaje.ra produjo una reacción contraria y en Diciembre
del mismo aAo, los vecinos de la heroica villa, se agruparon.
en la sala municipal y levantaron una acta de pronuncia-
miento.
· "Los que dieron hospitalidad á Rayón, loa que concedie-
ron día.a de gloria á la patria en las asperezas de aquella se-
rranía y en ·la majestuosa cumbre del Oóporo y Íos que ofre-
cieron eje'!'.'ploa de arrojo y de. temeridad á las huestes espa-
, :11.olas, proclamaron. entonces por primera vez en Méjico, la
tolerancia de oultos, la abolición de·Jaa aloabaláa, la secula-
rización de los bienes eclesiásticos para protejer y fomentar
la industria, y la supresión de los privilegios del clero y del
ejército." (2)
El. Sr. Ruiz al escribir lo que acabo de copiar cometió un
error.. Es cierto que la villa de Zitácuaro, la más notable en
nuestra .historia:por sus·grandes méritos á favor deJa causa
de la civilización, estampó en su progr.. ma :revuluciunario d<> 1
1862,. las grandes reformas á que se refiere el Sr. Ruiz; mas l
la iniciativa de la libertad de cultos corresponde al pueblo de
Veraoraz, por haber sido hecha en 1848; la secularización de-·"
t-~ .. .
los bienes ,eclesiásticos filé.no solamente iniciada ·sino pre·
sentada como proyecfio de ley en· el Oongreso l!'e~~al el a:11.o
(1) Jo,éi Hada Mata. Diacurao 101tente11doel al!t, 16 del proyeete'. d1' Cou1-
tituelón. Zarco. Bietoria del Oe.ngl't'ao Conetitu7ente de 1851:' á 1857. Tomo
(2) Lle. Eduardo Ruiz. Biografla del C • .Kelobor O.on>p0, pág. 43.
101
*
**
Por lo 09nsiderado debe asegurarse honradamente que la
Reforma én Méjico, no comenzó con Juárez ni fué su autor
Juárez. La. Reforma en Méjico, tanto por·lo expuesto como
por lo que seguiré exponiendo,·se debe á mnchos hombres,
á muchos acontecimientos, á una· larga y penosa gestación
social, á grandes conmociones políticas, é. crueates-·sacrificios
de honra nacional, de sangre, de humanitarismo, de morali-
dad, de elementos económicos. El levantamiento terrible y
sangriento de los insurgentes fué una revolución de Indepen·
dencia y de Reforma; la revolución de 1833 q ne proclamó
"Religión y Fueros" fué un movimiento·pretoriano y de con-
tra-reforma; el pronnnciamiento de los polkos fné nPtamen·
te contrarreformista, y la revolución centralizadora de 1852
fué un golpe contra· la amen11.Za'de la Reforma.
Antes que Juárez apareciera en la pavorosa escena políti-
ca nacional, ya la Reforma había tenido grandes oradores,
audaces escritores, insignes héroe~, '&ugustos apóstoles, seve•
ros profetas, excelsos mártires. Ya la persecución en todas
sus formas, la guerra civil con todas sus vergüenzas, la anar-
quía con todas·sus furias. la bancarrota con todos sus espec-
tros, se habf.tn ·arrojado .sobre la vida nacional deshonrando
su nombre, desprestigian-lo á su población, desquiciando su
porvenir, desmembrando su territorio. Antes de que alguien
supiese que existía J uárez, el duelo IÍ muerte entre la tradición
y la ciencia, entre los privilegios y la justicia, entre el dog-
ma que petrifica y la libertad que impulsa, entre la parálisis
completa de las costumbres y las corrientes impetuosas del
progreso, había comenzado con odio, ·con encarnizamiento,
con vigores atléticos, con el pacto fúnebre del exterminio to-
tal de un9 ó ambos adversarios. ·
102
***
En 1845 Gómez Farías estaba.proscrito,.lanzando á Méji-
co desde el destierro su palabra, sus esperanzas y .su volun·
tad para seguir la gran revolución. Ooa.mpo se había. ya. er-
guido contra la. tiranía de Santa·Anne. y don Ignacio Ramí-
rez en 1845 e.htía. en la prensa su gigantesca. campaña contra
el régimen ·dominante que a.solaba al pueblo económica y
moralmente. ¿Quién era Juárez? ¿Dónde estaba? ¿Quién lo
conocía? ¿c¡ué hacía? J uárez en 1844, era un fiel servidor del
tirano Santa Anna; era el hombre de confianza ó sea el Se-
cretario del precónsul, General D. Antonio León, uno de los
instrumentos más duros, feroces y odiosos del César clerical.
Juarez no sólo era en Oajace. en 1844 un entusiasta servidor
de la tiranía que avergonzaba al país, sino un admirador del
tirooo, cómo lo reza el siguiente documento oficial:
LA REVOLUOION DE AYUTLA.
CAPITULO I.
..**
Santa Auna era poco afecto al asesinato político, era fran-
co y para destruir á sus enemigos, expidió su ley de conspi-
radores el l;,> de Agosto de 1853, debiendo por ella ser juz-
gados los culpables sumariamente por un consejo de guerra
y fusilados sin ulterior recurso. En realidad la ley de cons-
piradores establecía una corte marcial que como todos los
tribunales de su ola.se, sirven para ej~cutar venganzas con-
tra los enemigos efectivos ó aparentes de los jefes de quie-
nes dependen. Fuera de la obra de las cortes marciales san-
timista.s, "pasaron de quinientas las personas confinadas á
8
114
***
Cuando huyó S,inta Auna en Agosto de 1855 aterrado por
el clamor de venganza de los oprimidos, cada facción preten-
dió h,cer suya la ravoluci<\n para hacer prevalecer sus inte-
reses. Sin los trabajos diplomáticos de Oomonfort y Dobla-
do y sin el gran civismo de Oomonfort, que acató la elección
de don Juan Alvarez como presidente interino de la Repú-
blica, no obstante sns graves irregularidades, la anarquía
hubiera sido el resultado del grandioso movimiento nacio-
nal iniciado en Ayutla. Comonfort mostró patriotismo, des-
interés, abnegación, mérito suficiente para ser considerado
en la historia como el primer caudillo de la revolución pre-
paratoria de lo más trascendente que ha tenido la nación
mejicana.
Durante la Revolución deAyutla, J uárez permaneció tran-
quilo en Nueva Orleans. Don Melchor Ocampo le envió di-
nero para que volviera al país, y llegó á la hora del triunfo
para ser nombrado Ministro de Justicia por el General Don
Juan Alvarez.
***
El cargo más grave que se ha hecho el general Santa Anna,
la venta de la. Mesilla, es altamente injusto. La venta de la
Mesilla no fué voluntaria, no fué un· negocio del gobierno,
no hubo trama ni especulación de agiotistas. La política de
·todos los presidentes delos Estados Unidos, para obtener su
reelección era dar el mayor gusto posible á su partido y esto
.lo conseguían despojando á Méjico de territorio. Las aspira-
ciones del partido esclavista de los Estados Unidos en 1853,
eran las guerras sucesivas con México, para. sucesivamente
absorbérselo.
El presidente esclavista de los Estados Unidos, Franklin
Pierce, comenzó por disputar la, propiedad de la Mesilla acom0
119
*
**
Co:no era indefectible, la revolución de Ayutla cargó con
la insacüble ténia q11e debía pronto absorber sus mejores'ju-
gos y resecar sus -más fre:mas promesai, Cu:tndo en uoa na:.
ción hay p~rtidos políticos, la mayorí" de ellos es sana, co-
meten errores, pero jamás su .programa íntimo es malv..do
y dictado por la mal .. fe. C11ando en vez de partidos sólo se
-0rganizan facciones como su.cedió en M~jico; su mayoría es
de gastrólatras. Al frente de cada facción se encuentran en
lo general hombres eminentes en constante pugna con el ca-
nibalismo universal de sus partidarios; y cuyo dest,ino es pe-
recer si no exterminan á esas facciones ó las reducen a reba-
123
•
i35
***
Lo expuesto nos hace conocer la oarrera política de J uá-
rez, desde que salió del Colegio hasta 1846, en que formó
parte del Ejecutivo del Esta.do de Oajaca.
1831. A.dministración del Vicepresidente D. Anastasio Bns-
tamante; J uárez fué electo popularmente regidor de la ciu-
dad de Oaja.ca.
1833 y parte de 1834. Régimen federalista, liberal radi-
oal: J uárez desempe!ló el cargo de diputado á la Legislatura
de Oajaoa.
Parte de 1834 en adelante hasta 1841. Administraciones
conservadoras. Los biógrafos de J uárez no quieren decir qué
hizo en ese período.
1841. Administración centralista, militarista y clerical de
D. Anastasio Bustamante: J uárez aparece sirviéndolo como
J nez de lo Civil de Oajaca., y pronunciándose contra Busta-
mante en Septiembre de 18H.
1842 hasta 1844. Administración centralista, militarista,
desquiciadora y fnnesta de Santa A.una. Juárez aparece en
el importante puesto político, de Secretario del gobierno del
arbitrario procónsul de Santa A.una, D. A.ntonio León.
136
/,
CAPÍTULO IV.
CONTINÚA EL JUÁREZ DE LOS NIBELUNGOS.
pasado eon sus coliseos, sus templos, SlB cúpul,.s, sus virtu-
des, sus costumbres, sus vicios, sus supersticiones, sus creen·
cias y sus deberes. Morelos, verdadero genio político, dió un
puntapié al parasitismo de la prostitución política y su muer-
te se debe á no haberlo exterminado completamente.
Ese mismo grupo aclama á Iturbide, lo lame como los nu-
bios á sus divinidades, y cuando ya no ruedan fos · doblones
lo execran y lo asesinan.
Ese grnpo impulsa al débil Guerrero á que se manche con
el cuartelazo de la Acordada que termina con el ominoso sa-
qneo del Parián, para obligarlo después á que manche sn ad-
ministracion, su_ credo político y á su patria con las leyes de
expnlsión de los españoles, imitando en una república que se
decía rei,,neradora, justiciera y liberal, á la monarquía es•
pañola en su peor época de tinieblas, cuando decidió expul-
sar á judíos y á moros. ]:n España ese acto que no se ha
cansado de reerobar la hum.:n1da.d, se aeb,,r.. ·uu sentimlen-
tó rehg10so-fe,oz, pero ~ii_cero:nitEl~tras__g_ue)a. <>1!'pulsión de
los españoles en Méjico se debió á la envidia, al rencor inex-
tingmble,alod[i.,no_olltr.iJfocion_oQn__losJ>!ÍD!)ipios, á ven-
ganzas frías-y-tenebrosas, á sentimientos bajos emanados de
as¡íirac,ones-culpabies:-Es;;. -leye;.-tuaron aplicac!as con cruel-
a. .
a:conaesígualaaa, ·con favoritismo, con rapacidad y con
cobardía.
Después, el grupo famélico y caníbal, agencia el alfanje
del pretoriano Bustama.nte para,deshacerse de Guerrero, á
quien declara imbécil con certificado de médicos y por me·
dio de un decreto del Congreso. Bustamante dirigido por
Alamán, emplea al grupo escoria en una aotiva delación, que
hace rechinar los patíbulos con el peso de numerosas vícti-
mas. En seguida el grupo aclama á Santa Anna., le da por
su juego reformista. al honrado é inmaculado Gómez Faría.s
para abandonarlo después y suplica á Santa Anna establez·
ca el Santo Oficio laico para los reformistas.
Santa Anna. desprestigia.do por su cobardía de Tejas, de-
no ' J; el,./;,., , ~¡
bió haber deup. aracido .d~ ~a políyc,'.': de_ su p~tria, salv~do-,,
,<
-- / / /. /
/'e
/- ,,
' /,
140
*
**
La primera mentira legendaria es que en 1847, no existía
en Méjico un partido rojo y, como se verá, lo que existia era
una camarilla roja marcadamente demagógica. tendiendo á
socialista.
"En ese tiempo (1846 á 1846) dice un rojo de 181:il, D. Ig-
nacio Manuel Altamirano, los libera/,es más exaltados de la
Repítblica, los enemigos más audaces del centralismo y del
clero,· a.penas se atrevían á pensar en el establecimiento de la
Constitución de 24, mirándola como la única panacea de los
males públicos .... "
"Por eso Ramírez (don Ignacio) estaba solo é iba á luchar
contra aquéllos que podía suponerse eran sus correligiona-
rios. Los avanzados iban á creerlo un soñador; los modera-
dos iban á ser tan enemigos suyos como los mismos clerica-
les." (1)
¿Qué diferencia había, pues, entre avanzados y modera-
dos? D. Melchor Ocampo, dignísimo gobernador del Esta-
do de Michoacán en 1847, liberal muy avanzado, que jamás
pasó por moderado, satisface la necesidad de que sepamos la
diferencia de avanzados y moderados en 1847 y aun después
hasta 1865.
"El señor Comonfort, dice Ocampo, me califical¡a de puro
y yo me abstuve de hacer toda calificación de su persona.
Hasta ese día. (1866) yo había visto con suma indiferencia
esa. subdivisión del partido liberal, considerándola por mis
reminiscencias fundada más bien en afecciones personales á
***
No obstante que en Méjico en 1847, el estudio de la eco-
nomía política era tan desconocido como el del sanscríto por
nuestros hombres públicos más sonoros; el error de creer que
podían obtener dinero de la Iglesia contra su voluntad, era
tan grande, que no se explica como un hombre de la alta in-
teligencia de D. Fernando Ramírez pudo basar en él la so-
147
~.i.J,.
***
Es preciso ·ser justos con todo el mundo. Hablemos de la
actitud de la Iglesia.
Al ser expulsado ·Paredes de la Presidencia el 4 de Agos-
to <je 1846, por los pretorianos que aclamaban al general
Santa Anna; dejó en la Tesorería General de la Nación, la
suma de setecientos mil pesos en dinero efoctivo. De esta su-
ma sóio llegaron veintiocho mil pesos al ejército mejicano
-que debilitado por la miseria se encontraba al frente del in-
-vasar. El resto del dinero había ..... volado! ¿Para d'ónde?
·Para'toda:s partes, menos pare.· las atenciones de los pocos
149
que se sacrificaban por el país. Había. volado principalmen·
te para. el,Bostenimiento de la voracidad del grupo pretoria-
no gastrólatra civil y militar; era el primer objeto que había
tenido la. revolución proclamada en Guadalajara y consuma·
da en la Ciudadela. "De pronto (Santa Auna) se halló gas·
ta.do casi en su totalidad el millón de pesos que de los bienes
eclesiásticos se había proporcionado Paredes." (1) ''Entonces
se dieron pagas de marcha á todos los cuerpos y ,í todos los
oficiales y jefes, para que pocos días después volasen á la
Ciudadela á proclamar una nueva revolución, auxiliados con
los recm·sos mismos qne debían servirles para marchar á Mon-
terrey (á batirse con los norteamericanos) y con la esperan·
za de lucro en la nueva revuelta. Lo de la Ciudadela vino
por fin á consumir los productos del préstamo del clero, por·
que una vez triunfante se echó mano del dinero destinado IÍ
la guerra nacional para cubrir los gastos de la Revolución.
¡Manejos infames á los que se debe en gran parte el éxito
desgraciado de nuestra contienda con el Norte!" (2)
Se me señalará que don Valentín Gómez Farias era de
honradez acrisolada. Igual honradez tenía don Guadalupe
Victoria y sin·embargo los dos cuantiosos préstamos que en
1824 nos hizo Inglaterra fueron vergonzosamente dilapida·
dos; igual honradez tenía Juárez, y no obstante, bajo su ad-
ministración los bienes del clero fueron derrochados no por
la ley, sino por el fa.melismo, el fraude, el fa.voriti•mo, la
mala administración, el per.ulado, las operaciones abomina·
bles de agio. No basta que el gobierno sea honrado, necesi-
ta comprender á su círculo, á sus amigos, á sus aduladores,
á sus especuladores, á la turba que lo rodea; para no dejarse
envolver, dominar, aplastar.
**•
J uárez en Enero de 18!7, se encontraba en la ciudad de-
Méjico y asistía á la Cámara de diputados en calidad de re·
presentante por uno de los distritos del Estado de Oajaca.
¿Cuál fue el papel del coloso en aquellos días de crisis poli-
tica colosal?
Zerecero en su caramelo, como Baz en el suyo copiando·
de aquél, han lo.grado engañar al país con mentiras escanda·
losas. Zerecero obra, como ya lo hice notar, con la mala fe
de un adulador marrullero, pues fué testigo ocular de los he-
chos, estaba interes~do en apreciarhs y tenía inteligencia
bastante para hacerlo con exactitud. Busquemos á J uárez:
hasta encontrarlo á través de la cerrada vegetación de !Den-
tiras patrióticas. ,
"Si bien es cierto, dice Zerecero y sus copistas, que el par-
tido conservador estaba en el Congreso (de 1847) en minoría,
agregósele el partido moderado, que estaba allí, bien y fuer-
temente representado y entrambos lucharon contra el ¡f{#ti-
155
***
Para fabricar pergaminos al gran partido rojo y á J uárez
títulos de divinidad democrática, los escritores sin criterio,
sin pudor ó sin ctLpacidad para el cargo, han osado afirmar
-como ya lo expuse que e~ ·¡,1 Congreso de 1847, había una
(1) Zamacoie. Hietoria de Méjico. Tomo XII. Págs. 561 y 562.
(2) Zamaooi,. Ht,toria de Méjico. Tomo XII. Pág• 562 y 563.
16'.l
*
**
La camarilla demagógica quiso el poder, pero no es cierto
que Jo consiguiera. Su infl.uenc1a no le venía de la simpatía
que á la sociedad inspiraba ni de la potencia de sus recursos
intelectuales, guerreros ó pecuniarios; toda su pótencia esta•
ha reducida á las 1njurias en la ·prensa de escándalo, en los
clubs de léperos y á los motincillos que organizaba. Es cier-
to que elevó á Gómez Farías á la vicepresidencia, pero fué
debido precisamente á su debilidad y á la torpeza del parti-
ilo moderado que dejó obrar á esa debilidad.
· El 23 de Diciembre de 1846, los diputados presentes en la
oapital que podían asistir al Congreso eran noventa y siete
y así clasificados:
Netamente santanistas ................. 39.
:Moderados y algunos conservadores ..... .45.
Puros ó demagogos ................... 13.
Total..... 97.
La lucha electoral en el seno de la Cámara de Diputados
para la presidencia de la &pública, debía tener Jugar entre
Santa Anna y Don Francisco Elorriaga, candidato de los mo-
derados.
En toda Asamblea donde hay dos partidos con fuerzas ca.-
si iguales, decide todas las cuestiones cualquier insignifican-
t<> grupo existente en la Asamblea é independiente de los
partidos contrincantes. Los moderados creyeron que los pu;
ros que habían insultado á Santa Auna en Octubre de 1846,
votarían contra él ó se abstendríar. de votar, pero los santa.-
·nistas más hábiles ofrecieron á los demagogos la vicepresi-
dencia de la República; para la persona que designaran, con
tal_ que todos sus votos los diesen á Santa Anna para presi-
dente.
166
20
El anterior cuadro nos mnestra qne la, liga de santanistas
y poros ·votó por Santa. Anna y Gómez Farías para. Presi-
dente y Vicepresidente respectivamente. Fueron candidatos
de la liga de moderados y conservadores para Presidente y
Vicepresidente respectivamente D. Francisco Elorriaga y D.
Melchor Ocampo. Lo que afirma la verdad ya citada que
asentó Ocampo: que hasta 1855, la diferencia entre modera-
dos y liberales era imperceptible. Si la elección de vicepre-
sidente hubiera sido democrática, por diputados y no por di-
putaciones, la. hubiera ganado D. Melchor Ocampo, pnes fué:
***
Zerecero, y por consiguiente todos los que lo copian, nos
informan: "La revolución clerical se había apoderado de los
puestos públicos en Oajaca, desde el lo
de Febrero de 1847;
y aunque J uárez. y sus amigos habían obtenido órdenes pa·
ra restablecer las autoridades legítimas .... " (1) ¿De quién
habían recibido esas órdenes J uárez y sus amigos? Si las ha•
bian recibido antes del 16 de Septiembre de 1847, eran ór-
denes de Santa Antla,y si las recibieron después de esa fecha,
eran órdenes de don Manuel Peña y Peña, .Presidente de la
República y jefe del partido moderado. De todos modos J uá-
rez y sus amigos recibieron esas órdenes de los enemigos más
acérrimos de los puros, y Juár~z, como nos lo dice Zerecero,
estaba dispuesto á cumplirlas. No es posible admitir que San·
ta A.una ó Peña. y Peña diesen á un rojo la comisión de apo-
derarse del gobierno de Oajaoa. La verdad es que el intran·
sigente J uárez de.spués <le aparecer Montero d,e Espinosa de
Santa Anna en Enero de 1847, en Octubre del mismo año·
se encontraba. en las filas de los .moderados por ser los que
tenían el poder. Si Juárez hubiera. sido puro, su lngar jamás
hubiera sido, al subir al poder de nuevo los moderados, el
Gobierno de Oajaca. _
Dice el adagio: "Más pronto ,:ae un man tiroso que "n co-
jo." Zerecero después de haber mentido como caballero de
industria ó de adulación, para cincelar una personalidad ro-
ja, apostólica, austera é intransigente de J uárez, conducien-
do por su palabra en 1847 el espíritu del Congreso y agitan-
do el de la Nación, nos dioe sencillamente: "Estos cinco años
de su administración (en Oajaca, 1847 á 1852) fueron I,98 que
comenzaron á hacer de J ué.rez un hombre nota.ble y conoci-
-"'--
(l) Zereoero. Biograffa de Juí.rez. EdiCión A.. Póln, pág. 34.
169
-·--.----
*
**
Dando como aceptada la versión de que la obra adminis-
·trativa de J uárez fué excelente, ya no hay para qué anali-
zarla y debo fijarme en la obra política. El seftor Pola, anhe-
·lante por presentarnos á J uárez como un Renán gobernante,
nos dice: "Entre León (el general) y Jué.rez había un abis-
mo. Baste citar como ratificación, que el primero (León) con
,todo su carácter oficial, como gobernador, había hecho sa-
ber que se procedería por los jueces y demás tribunales del
Estado contra los que rehusasen satisfacer el diezmo, porque
-decía: "constituye una parte esencial de nuestra religión ado-
·rable, de nuestra madre la Iglesia." (1) No había tal abismo
entre León y J uárez, porque lo que decía León sobre el pa-
go de diezmos en 1844, lo decía J uárez en 1849. J uárez afir-
maba en ocasión solemne: "Ella (la relajación de la obedien-
·Cia) ha producido esa tendencia que generalmente se obser-
va en los pueblos, de sustraerse á las obligaciones que las le-
yes les imponen, de contribuir para los gastos públicos y
para la manutención de los ministros de la religión que pro-
fesamos." (2) Y en la circular dirigida por el Lic. D. Manuel
.Ruiz en nombre de J uárez, Gobernador de Oajaca, á los go-
bernadores de los departamentos del Estado, dice Ruiz: "S .
.E. el gobernador del Estado, quiere que V. S. inculqne estas
(l,) A. Pola. Juí.rez, Aa[ ae gobierna. P'-g. 29,
'.(2) Juárez. Expoeición A,la Legislatura de Oajaca. Julio 2 de 1849.
1"75
*
**
J uárez era más que c&tólico, profundamente piadoso des-
de que tuvo uso de razón hasta 1853, mejor dicho hasta que
estuvo en contacto con don Melchor Ocampo, quien induda-
blem~nte modificó algo sus creencias religiosas. J uárez no
perdía de vista durante su gobierno de Oajaca, que era la
Divina Providencia la que dirigía sus pasos, la que fortifica-
ba Sil espíritu, la que conducía su mano vacilante, la que pu·
rificaba Sil corazón. En su discurso de 1848, J uárez dice:
"Quiera la Providencia Divina proteg& nuestros trabajos."
(2) Y en 1849: "Demos gracias al Todopoderoso que nos ha
concedido el beneficio de conocer nuestros pasados extra-
víos." (3) Y en 1850: "Pero gracias á la Providencia Divina
esos días de vergüenza y de ·baldón han desaparecido." (4)
Ya había expresado en el acta de pronunciamiento que fir·
mó en 1841 á favor del general Santa Auna: " ... deularán-
dose nulo desde ahora todo lo que fuere contrario á la reli-
gión." (5) Y al ordenar á los pueblos del Estado fueaen cum-
***
Desde que Juárez racibió órdenes del partido mo:leradÓ
que ocupaba el po:ler en Octubre de 1847, se dedicó á llenar
fielmente los nuevos deberes que le imponía la nueva ban-
dera política que iba á servir. "La Coearda", periódico oaja-
queño juarish, postuló el 22 de Agosto de 1850 al general
don Mariano Arista para Presidente de la República. Lo mis-
mo hizo "La Crónica" alg,mos días de•pués, periódico casi
semi-oficial, pues era el encargado de defender la adminis-
tración de J uárez contra los ataque• que le dirigían en la ca-
pital "El Universal" y el "Clamor Progresista". El "Moni-
,tor Republicano",jefe de la prensa favorable á Arista, llama-
·ba almas hermanas á los trece gobernadores de los Estados,
partidarios decididos del candidato de los moderados. El Es·
tado de Oajaca votó con entusiasmo la candidat.ura de Aris-
ta y su diputación hizo lo mismo en el Congreso de la Unión
(1). Juárez con gran habilidad y de un solo brinco se había
transbordado desde 1847, de la nave náufraga de Santa Anna
á la fragata empavesada del general Arista, favorecida vien-
to en popa por la caprichosa fortuna. J uárez de Moniero de
Espinosa del general Santa Anna en 1817, se había tranfor-
mado en alma hermana de la del general Arista y de las de
los demás modera.dos sus enemigos irraconciliables en 1847.
La solidez de los principios de J uárez es digna de que la p'>S·
teridad la recoja para hacer proyectiles eficaces contra las
planchas de los grandes acorazados de la marina de las gran-
d.es potencias. ·
Al encargarse del gobierno del E,t..do en 1857, Juárez
pone por testigo al Sér Supremo de su juramento para cum•
plir la Constitución local (2), he.bienio ya dicho al instalarse
El obispo contestó:
"Gobierno eclesiástico de Oajaca..-Exmo. Sr.-Hasido en
mi poder la atenta comunicación de V. E. de 21 del corrien-
te, relativa á que se disponga lo ,conveniente en la Santa
Iglesia Catedral para el solemne Te Deum que V. '.E. quie-
re que se cante el 23 del corriente, con motivo del juramento
de la Constitución política de la República Mejicana.
"Aunque este gobierno eclesiástico ha hecho protestas an-
te el Supremo de la República, por conducto del Ministerio
respectivo, contra algunas materias comprendidas en los ar-
tículos de la misma Constitución y que ahora reproduce y
extiende á cuanto se oponga á los sagrados cánones, supuesto
que V. E. desea que se solemnice eljuramento que van á pres-
tar las autoridades, desde luego dictaré las providencias con•
venientes para que en la Santa Iglesia Catedral se disponga
lo necesario al efecto. Dios guarde é. V. E. muchos aftos.
Oajaca, Marzo 22 de 1857. José Agustín. Obispo de Oaja-
ca." (1)
Uno de los más ardientes é inspirados apologistas de Juá-
rez, el Sr. Angel Pola, presenta con mano firme y corazón
conmovido la piedad profunda dei repúblico oajaquefto: "J uá-
rez, dice el seftor Pola, rendía culto á la Providencia, la pa·
tria y la ley. Su culto á la Providencia tal como lo concibe
la Iglesia, lo externó hasta cierto punto: de juez, de magis-
trado, de Director del Instituto de Ciencias y Artes, 9" Se-
cretario de Gobierno y de Gobernador de Oajaca, revela ser·
un católico á la antigua. En este alto empleo concurría á las
funciones de Iglesia de gran solemnidad y tomaba asiento al
lado del Evangelio, bajo el presbiterio, sobre tarima alfom-
brada, con reolinatorio y cojines y un capellán le rezaba la
confesión y el credo y le daba la paz" ..... funcionaba de
Rector del Colegio de Abogados que estaba bajo la protec-
ción de la Santísima Virgen María, electa Patrona con el tí·
tnlo de Inmacnlada Concepción; concurría, el primero, el 8
(1) :Miscelánea. Diacursos, iietámenea, comunicaeionea, reepueataa,· earias,.
etc. por Benito Juárez. -Eflición de Angel Pola.
181
***
Se me puede objetar que J uárez desde que fué goberna-
dor de Oajaca, reveló culto al sufragio popular, que era de-
mócrata de corazón y que la Iibert1<d lo atraía tanto como
la religión, y que sus discursos, exposiciones y manifiestos
rebosan de frases carillosas á esos tres cultos, sufragio, ca-
tolicismo y libertad. Es cierto, pero eso no contradice mi
apreciación: J uárez fué un Telémaco católico zapoteca.
J uárez veneraba el dogma de la soberanía del pueblo en
Oajaca; se vanagloriaba con justicia de nada deber á las fac-
ciones, ni al escándalo del motín, ni al cieno de un cuartela-
zo; pero nada de esto se opone á la pureza de su fe católica,
Santo Tomás, el potente doctor angélico, ha escrito: "Si per·
tenece al pueblo nombrar su jefe, también le corresponde de-
ponerlo ó refrenar su poder cuando abusa tiránicamente de
la autoridad suprema." (2). El gran teólogo jesuita Bellarmi-
no dice: "Depende de la voluntad del pueblo, nombrar un
rey, cónsules ú otros magistrados. Esto es evidente. Y aun
***
Queda, pues, perfectamente aclarado que en 1852, J uárez
no era libre pensador del género deísta, sino católico, apos-
tólico, ró~ano.
En el terreno histórico los católicos se dividen:
1.° Católicos medioevales. ·
2.° Católicos del siglo XIX.
3.° Católicos regalistas.
4. 0 Liberales católicos.
Los católicos de la Edad Media, aceptan todas las decla-
raciones del Papa Inooencio III, consistentes: en la suprema-
cía absoluta espiritual y temporal del Papa sobre los Conci-
lios, obispos, reyes, clero, fieles é infieles.· Obligación abso-
luta del Estado de servir incondicionalmente con todos sus
elementos la voluntad del Papa, sea cual fuere. Exterminio
calificado de obra santa de herejes é infieles resistentes á la
conversión, por medio de hecatombes militares ó por el San-
to Oficio de la Inquisición.
J uárez no podía pertenecer á esta clase de católicos, por·
que en el siglo XIX ya no existían en las esferas guberna·
tivas, ni había partido político por retrógrado que fuera que
aceptase sus principios.
Los católicos del siglo XIX eran y son aquellos que acep-
taban los principios de Inocencia III, sin más restricción que
la supresión del sagrado Tribunal de la Inquisición. Decían
en el siglo XIX, sin fundarlo filosófica ó ·teológicamente:
"Ya la Inquisición no es posible en nuestro siglo.'' Canee-
***
J uárez había estudiado en el Seminario de Oa.ja.ca con
arreglo al plan trazado por el Concilio de Trento: dos cursos
de latinidad, tres de filosofía escolástica, dos de teología es-
colástica y m;10 de teología moral. La historia. profana no fi.
gura.ha en el programa. En el Instituto de Oa.ja.ca Juárez
completó sus estudios cursando gramática castellana, Dere·
cho natural y civil, Derecho político y constitucional, Dere·
cho canónico é historia eclesiástica. (1) Con excepción del
(1) A. .PoJa. Benito Juúe~. Tomo L. Nota de la p'&"iu.a 2~.
186
***
La primera obligación de ~n gobierno es hacer justicia le-
gal y empefl.arse en proteger con la _justicia moral. J,~n 1852,
.Juárez expone á la Legislatura de Oajaca, que los curas han
ocurrido á él para que obligue á los pueblos del Estado á ser
exactos en el pago de las obvenciones parroquiales. ¿Qué era
lo que tocaba hacer á J uárez? En primer lugar, antes de dic-
tar medidas conminatorias contra los pueblos, debía -escu-
cha.rlos y preguntarles si tenían excepción que presentar
para justificar no haber pagado. Conforme á la justicia le-
.gal de 1852, á nadie se debía condenar sin oírlo.
En Michoacán en 1851, había tenido lugar una queja se-
mejante; pero el gobierno, antes de dictar disposición algu-
na, piclió informe al Ayuntamiento del pueblo inculp~do y
-éste expuso y probó que si bien era cierto que el pueblo no
pa,gaba oportuna y exactamente las obvenciones parroquia-
les, también era cierto que los curas por codicia y apatía,
habían reducido los servicios y sin embargo continuaban exi•
giendo la misma retribución, El Ayuntamiento probó que
los cánones tanto ecuménicos como nacionales, obligaban á
los curas á acompañar los entierros y á decir determinados
,responsos según la cuota del sepelio, 'y que á los cadáveres
189
*
**
Probado que Juárez no era regalista en 1852, hay que di-
lucidar si era liberal católico. Esta especie es la más vene-
nosa para la Iglesia. y la más combatida por ella. El liberal
católico y el ateo tienen el mismo programe. para destruir
los privilegios dela Iglesia. El liberal católico nieg.. la, au-
toridad del clero citando la organización de la Iglesia primi-
tiva, entendiendo por Iglesia la asociación democrática de
los fieles teniendo por cabeza é. Jesucristo. Para ellos, el cle-
ro es un servidor de los fieles como en las catacumbas, suje-
to á su vigilancia, electo por el sufragio popular y revocado
por acusación ó simple aclamación como si fuera ministerio
¡3¡:, .);{ ,"'~- ./
m /
parlamentario. Desconocen la inf.Íibilidad del Papa fundán•
dose en que los Concilios de Bale~· de Consta.nza. declararon
que toda resolución dogmática del Pontífice no debe oonsi-
dera.rse infalible hasta que reciba la sanción de un Concilio.
Sostienen la sobara.nía absoluta del E,t,d.o en que Jesucris-
to dijo: "Mi reino no es de este mundo." Sostienen la inde-
pendencia del Estado y de la Iglesia fundándose en que Je-
sucristo afirmó: "Dad al Cél!Qr lo que es del Césa.r y á Dios
lo que és de Dios." Despojan á la Iglesia de sus bienes apo-
yándose en que Jesucristo predicó la humildad y la pobreza.
Proclaman francamente la libertad de cultos citando el
versíoulo bíblico: "En todas vuestras obras escuchad vuestra
· alma y sedle fiel, así es como se cumplen los mandamientos
de Dios." (1) Predican la tolerancia y la libertad de concien·
cia, sentados en las rodillas de San P ..blo y recitando aque-
llo de: "Sed tales que no ofendáis á los judíos, ni á los gen-
tiles, ni á la Iglesia de Dios." (2) Decla.ran que hasta el ateís-
mo es católico fundados en que el gran teólogo Bergier re-
pitiendo á San Pablo, dijo: "Y todo lo que no es según fe es
pecado." De ma.uera que si no hay fe para el catolicismo, es
pecado declararse católico.
A los libera.les católicos jamás les falta en su estuche un
texto con que dejar desairada á la Iglesia. Ciertamente que
los regalistas se apoyan siempre en los cánones, Escrituras
y teología dogmática, moral ó escolástica; pero se distinguen
-en que los regalistas retrooeden ante los dos principio.a que
co~ todas sus consecuencias arruinan todos los privilegios
-eclesiásticos: la libertad de conciencia y la separación de la
Iglesia y el Estarlo.
Estos principios están condenados por el regalismo y así
debe ser. La libertad de conciencia en ma.terias religiosas
conduce neoesariamente á la libertad de conciencia en mate-
rias políticas; destruida la unidad religiosa tiene que pereoer
la unidad política y á los reyes no les agrada que sus súbdi-
(1) ~ceo, cap. 32, v. 27,
(2) San Pablo. Carta á los Corintios, 1! 10, 32.
192
***
En todo lo que se ha publicado bajo la firma de J uárez
desde que nació hasta 1859, no hay una palabra que pruebe
que· su pensamiento proyectaba grandes transformaciones
sociales, siniestros terremotos en las oonoienoias, cOrrientes
volcánicas sobre la vida tradicionalista de sus compatriotas,
explosivos utópicos contra las· costumbres. No hay nada que
pruebe en él ideas de revolucionario, temperamento de re-
formador, filosofía de misionero de alguna gran causa que
debiera imponerse á su país por medio de rayos y centellas.
Menos se ve en los escritos de J uárez la ambición de d_es-
truir religiones, derrocar dioses, pulverizar altares, exprimir
corazones con la verdad escéptica, desengaflar á los náufra-
gos flotantes en un océano de infortunios, gracias á un frag-
mento de esperanzas en la vida futura y á un sentimiento
ardiente de su inmortalidad.
Por el contrario, siempre que se sigue el desarrollo del
pensamiento de J uárez en sus escritos de Oajaca si es que
(1) No h.e logrado conocerá Roecio ni encontrar. á persona que lo conozoa,
pero no cabe duda que él fué el petróleo de loa eepfritue fuertes de Oajaca en
1828.
19"J
son suyos, (1) pues siempre fué muy poco rutilante, se sien-
te el movimiento apacible de sus ideas oficiales, la apatía de-
su conciencia, exenta de rencores contra el pasado, contra.
sus monumentos, contra sus instituciones. En sus escritos,
exposiciones, discursos, y manifiestos, se ve que sólo ambi-
ciona para su país, la paz con el trabajo, el desenvolvimien-
to de las riquezas inagotables del Estado de Oajaca, que cre0<
mari.villosas; el reinado de la justicia perfecta, el respeto da
todos poi' el derecho de todos y asegura que todo eso se con-
seguirá fácilmente, con el amor de todos á su religión, á su..
patrü1, á sus paternales gobernantes y á· la soberanía d& las.,
leyes. Pero J uárez no asegura que esas leyes deben ser nue-
vas, resultado de excelsas y audaces reformas y que las le--
yes fundamentales vigentes son malas y que es preciso des--
organizar, descoyuntar, desquiciar, remoler; para después,
amasar, aglutinar, formar y construir edificios enteramente
nuevos con el estilo especial del porvenir. Para J mírez no
hacen falta reformas á la Constitución del Esta.do, ni al fe-
deralismo y mucho menos á la religión ó á la unión perfec-
ta del Esta.do y de la Iglesia. Todas li.s cosas existentes en,.,
su momento histórico son buenas para él; todo lo que- en....
ellas se levanta es digno de respeto; y á los oajaqueños para..
ser felices, sólo les falta cesar en sus divisiones, amarse los
unos á los otros, fusionarse tiernamente dentro de lo bne1to'
y bello existente, conocer su deber sencillo y fácil que indica.,
no turbar la paz jamás.ni por motivo alguno y estar dispues~
tos á sacrifi.c,n- su vida cuando la patria esté en peligro por
la codicia de invasor extranjero. En el Juárez de Oajaca se .
ve al varón piadoso de otros tiempos, bendecido por la reli-
gión de sus padres; al hombre justo y sencillo tranquilo por_·
el triunfo definitivo de la virtud por medio de la paz, el t,,a...
bajo, el amor á Dios, al prójimo y al gobernante leal con las
leyes, con los súbditos, con su época.; que no aspira más que
ir paso á paso, y siempre con la intervención de la Provi-
(1) Los escritos que se conocen de Juá1·ez eon documentos o6eia1e1, eser~
tos g("oeralmente 11or loe 11ecretarioe ó consejeroe de loe goi}ernente,.
13.
,I94
LA REFORMA BAJO LA
DICTADURA_ DEL GENERAL COMONFORT.
...
*
"En a.tención á que 011 la. m'>druga.da. del 15 del mes ac-
tua.l ha. estalla.do una sedición en el convento de S,m Fra.n-
cisco de esta ciudad, sorprendiéndose infraganti delito, y en
los claustros y celdas del mismo convento á muchos conspi-
ra.dores, y entre ellos varios religiosos, he venido en decr~t"r
con acuerdo unánime del Consejo de Ministros lo siguiente:
''Art. 1°. Se suprime el Convento de Franciscanos de la.
ciudad de Méjico y se declara.n bienes nacionales los que le
ha.n pertenecido hasta a.qui, exoeptuándo•e la Iglesia. princi-
pa.l y las capillas que con sus vasos sagrados, paramentos sa-
cerdot,des, reliquias Á imágenes se poudré.n \Í, disposición del
limo. Señor Arzobispo pe.re. que sigan destina.d"!' a.l culto
divino." (2)
En Enero de 1857, Comonfort expidió un decreto sobre
registro civil, no ha.oiéndolo. laico, sino interviniendo en sus
funciones para mejorarlo y suprimir abusos. En el mismo
mes dió otro rela.tivo á cementerios, dictando medida.s higié·
*
**
La dictadura de Comonfort promulgó disposiciones refor-
mistas ó tendiendo irresistiblemente al régimen moderno.
Fué el primero que decretó la desamortización y nacionali-
zación de los bienes del clero. La disposición no comprendía
mas qne la diócesis de Puebla, pero esto no altera el hecho
de la aplicación dé nn gran principio; puso en vigor la ley,
declaró libres de la coacción del Estado á los que habíim he-·
cho votos monásticos. Redujo el ejército permanente soste-
niendo la abolición de sus fueros. Dictó la desamortización
de todos los bienes del clero en la República; prohibió que
el clero pudiese adquirir y poseer bienes raíces y los legados
para las almas. Fué el primero en disolver una comunidad
religiosa, nacionalizar sus bienes y abrir calle á travé, de su
convento. Puso la mano del Estado en el registro civil, en
los reglamentos de los cementerios y en las obvenciones y
derechos parroquiales; y por último, al suprimir la Univer-
sidad quitó al clero la dirección de la instrucción pública y
toda intervención en ella. /
Jnárez fué completamente extrallo á todas estas reformas,
pues desde Ensro de 1856, habla partido para Oajaca, y no
volvió á la capital hasta Noviembre de 1857.
CAPÍTULO VIII.
***
La condición esencial del sistema federativo es que fun•
cione una Cámara colegisladora compuesta de representan-
tes, no del pueblo, sino de las entidades polítioas llamadas
Estados, en la que todos ellos tengan igual representación.
En la Cámara popular, la representación se halla en relación
con la población de cada Estado. Los Estados tienen voto
en la Cámara popular en proporción del número de ·sus ha-
bitantes, y es suficiente la lig t de algunos E,tados de gran.
población, para que dominando en la Cámara popular, si es
única, sean los dominadores del país y los tiranos de los Es,
tados de mediana ó pequeña población. Comprendido el pe-
ligro de ser tiranizados los pequeños y medianos Estados,
. por los políticos representantes de las colonias de mayor po-
blación, al hacerse el pacto federativo de los Estados Uni-
dos pusieron por condición la representación igu11l de cada
Estado en una Cámara colegisladora, manifestando que de
otro modo permanecerían como naciones soberanas, libres é
independientes. Gracias á, la satisfacción de la exigencia de
las colonias de menor población, se formó la gran nación
norteamericana..
Nuestros constituyentes .no conocieron la significación del
Senado:federal en los Esb.dos Unidos, ni se informaron qué
condiciones debían llenarse para formar una federación, lo
que hubiera sido fácil estudiando el derecho constit,1cional
de los Estados Unidos. Así es que al.suprimir el Senado,su-
primieron la base del federalismo. ,
***
· La Constitución de los Estados U"i.idos no admite el par-
lamentarismo, porque todo el sistema federativo reposa so•
bre la división de poderes federales y de los Estados. El par-
lamentarismo es lo contrario del federalismo, porque re,íne
209
***
El sufragio uni versi.l asegura la democracia ó. el despotis-
mo. C,umdo una clase social es radical y esencialment"e impo•
tente para determinada función, se examina si otra clase po-
drá desempeñarla y si no existe se procurará formarla. La
mayoría de los constituyentes no pudo dejar de ver que el su-
fragio universal directo llevaría al poder público " los curas,
obispos y á los mayordomos de monjas, si era perfectamente
libre. Los constituyentes discurrieron combatir el mal con el
sufragio p1pufar indirecto, sin pensar, en que cuando el pue;
blo es esclavo de algnna clase privilegiada como el clero, si
el sufragio es directo, el cura ordena á sus súbditos que lo
elijan, y si ea iudirecto, ordena que elijan al sacristán elector,
para que éste lo elija diputado. Si el pueblo era capaz de tel
ner voluntad, el sufragio tenfa que ser clerical, y si era inca•
paz, el sufragio fuese directo ó indirecto, tenía que ser el de
la autoridad, ó el de la demagogia como excepción, pues la
demagogia se produce sólo cuando el pueblo es analfabeta;
poco ilustrado, pero fuerte. No teniendo voluntad el pueblo
mejicano hasta la demagogia era imposible. Correspondía,
piles, á los constituyentes, haber colocado el sufragio eJ> aJ.
guna clase socia.I que fuera más independiente que el pueblo;
pero el fanatismo opera los mismos prodigios de insensatez
tanto en °las o~bezas religiosas oorrio en las políticas, y que·-
dó para nuestra desgracia reinante el sufragio popular, uni-
versal, analfubeta, clerical.
211
*•*
No habiendo en Méjico pueblo democrático, el poder de•
bía tener por origen la autoridad, en consecuencia no podía
una e.utoridad abusiva, como es de la. naturaleza de toda au·
toridad, corregirse por sí misma. No habiendo pueblo, el po·
der debía. salir ele las manos del mismo poder en los Estados
y el federal resultar del acuerdo de los gobernadores de di-
chos Estados. Bastaba que los gobernadores de los grandes
Estadas como Jalisco, Méjico, Puebla y Guanajuato se liga-
ran, para hacer presidente á la persona que les conviniera y
para tiranizar a.l país, por disponer de la m~yoría de la Cá-
mara única y omnipotente. ¿Nuestra form~ de gobierno de-
bía ser no la oligarquía, sino la tetrarquía? No, porque la
duarquia, la triarquía y la tetrarquía, no tienen voluntad
constante, firme, única, gobernadora. Y como al mismo tiem-
po bastaba que el. Ejecutivo obtuviera por m9dio de la co-
rrupción muy posible, mayoría en la Cámara omnipotente du-
rante una semana, con lo que bastaba para. deponer, acusar
y condenará los miembros de la tetrarquía, resultaba que ni
aun esa. forma de gobierno era posible.
***
Resumiendo: Los Constituyentes decretaron la forma dé'-
gobierno democrático, republicano, representativo, federal.
En la práctica no podía haber república, porque sólo se inte-
resaban por la politica algunos honrados apóstoles, la buro-
cracia consolidada y los aspirantes á burócratas; en conse-
cuencia el amor al bien p(wlico, sólo era el amor al presup11es-
to. No podía haber democracia por no existir pueblo demó-
crata, ó susceptible de serlo; necesitándose de mil años para
ca.mbiar el ca.rácter de un pueblo. No podía haber sistema
representativo mas que el del mismo poder ó el de. la anar-
212
*
**
Como obra legislativa la Constitución de 1857, que ha pa-
sado ya por cuarenta y ocho reformas en ciento veintiocho ar-
tículos, era y es un fracaso, modelo de intelectualidarl de ma-
nicomio; pero como obra reformista es muy elevada: Tiene
de muy hermoso su fachada liberal, con bajorelieves ártis-
ticos, líneas puras, pórticos dóricos, y grandes salones de
desahogo ingleses, tapizados cot, gobelinos, donde aparecen
con colorido veneciano las libertades británicas y norteame-
ricanas, arropadas con el majestuoso lenguaje francés de las
Constituciones de 1793 y 1848 y que forman el monumento
de los "Derechos del Hombre." La Constitución de 1857 tie-
ne una obra que vale un templo superior al de San Pedro
de Roma y que ordena la gratitud nacional eterna para los
213
*
**
El Congreso Constituyente inauguró sus sesiones coma e!
gran Concilio de Trento.
''Circular.-Exmo. Seflor: Hoy digo al M. R. arzobispo,
á. los R. R. obispos de las diócesis de la República y á los
prelados de las órdenes religiosas, lo siguiente:
"Ayer .ha abierto sus sesiones el soberano congreso cons·
tituyente, y hoy da principio á sus importantes trabajos. El
Exmo. Sr. Presidente de la República, ha visto consumars&
la principal de las promesas del plan de Ayutla, lleno de jú-
bilo y de las más halagüeflas esperanzas. No queriendo omi-
tir ningún medio que· conduzca á realizarlas, satisfaciendo
los religiosos sentimientos de su corazón, imitando muy gus-
toso la conducta de .nuestros antepasados, ha resuelto que V.
S. I., cuyos votos son idénticos sin duda alguna é. los de S.
E., mande hacer rogativas solemnes en la santa iglesia Cate-
dral, en las parroquiales y en las de los conventos de ambos
sexos de su diócesis, para implorar de Dios Todopoderoso,
por quien los legisladores decretan lo justo, el acierto del so.,
berano Congreso, el restablecimiento de la paz y la felicidad
de la Nación.
"Las preces se harán ~l ,fía designado por el Gobierno del
Distrito en esta Capital y en el que determinen los Exmos.
Sres. gobernadores en los Estados de acuerdo con la autori-
dad eclesiástica del lugar. Asistirá á la santa iglesia Cata-
dral el Gobernador del Distrito y todas las autoridadl)B y
corporaciones que concurren en las funciones nacionales de
tabla: los gobernadores procurarán en sus respectivos Esta-
dos que la función religiosa tenga la solemnidad posible''....
"Dios y Libertad. Méjico, 20 de Febrero de 1856.-Lafra-
gua. Su rúbrica."
El venerable clero, identificado con los sentimientos de S;
E. el presidente de la República, para el restablecimiento d&
217
•
**
Para imponer la admiración en la sociedad los jacobinos-
degenerados han hecho una leyenda de la historia del Con•
greso C1mstituyente. Se ha querido igualar á nuestra Asam-
blea. de,1856 oon la francesa de 1789, formada por nobles-
ateos, por pr.elados volterianos, por abates epicúreos, por
priores rechonchos manchados de rojo por la glotonería y I&
lujuria, formada de burgueses escépticos sin la boca amar•
ga, y por profesionales con el carácter de volcanes en erup-
ción de blasfemia é impiedad. Nada de eso existió en Méji-
co, la Asamblea Constituyente estaba formada de liberales
de aquella época, no de la nuestra, y como los restos huma-
nos sobrevivientes de aquellos tiempos no quieren desmere-
cer del aprecio filosófico contemporáneo, han resuelto falsear
la historia, para desenvolvernos un espectáculo que no tuvo-
lugar.
Voy á descubrir la conciencia de los moderados tal como
se manifestó en el célebre Congreso Constituyente. El señor-
Castañeda,, personaje sincero y prominente, aseguró que la
tolerancia de cultos "convertiria el hogar doméstico en un.
caos" y tiembla por la suerte de la sociedad, y declara que-
"la unidad religiosa es el único resorte social posible de mo-
ralidad, orden y patriotismo." (1) El Sr. Jaques, se muestra
muy alarmádo porque cree que decretada la tolerancia de
cultos debían restablecerse los sacrificios humanos en honor-
de Huitzilopoxtli, que las madres serían arrojadas á la ho-
guera el día que enviudasen como en el Indostán, y que á las.
hijas las debían comprar los musulmanes, y al efecto dice:
"¿Qué reforma es ésta que reorganiza en la sociedad la mez-
quindad y suciedades asquerosas de la idolatría y el paga-
nismo?" El señor Jaques cree que los reformistas quieren.
(lJ Zarco. Congreso Conatltoyente. Tomo 1, pág. 775.
218
**
*
Los partidarios de la religión de Estado con exclusión de
cualquiera otra, en el Congreso Constituyente er,m regalis-
tas, como lo prueban los artículos que aprobaron combatidos
furiosamente por el clero. Los partidarios de la tolerancia
de cultos, eran liberales católicos, estilo francés de 1848. El
liberal católico se caracteriza porque ensalza á la religión y
odia y desprecia al clero, á quien atribuye todas las barre-
ras que la Iglesia opone á la libertad humana. Prieto en su
bello idioma de poeta, se encara con los súbd°itos del clero y
les dice; después de haber levantado á la religión como un
profeta el ensuello de venganza de Jehová: ·'La moral, se-
!lores, se quebranta, se huella con los pies llenos de fango,
cuando del hurto, del agio, ó del asalto en el camino, que es
todo uno, se cohecha á la divinidad como para que se com-
plique y disimule el delito. La moral llora sangre, señores,
cuando de la confesión auricular se hace un instrumen.to de
seducción y se envuelve un Lovelace con el sayal que lleva-
ron con gloria los Gautes y los Margiles. La moral se viola
cuando el seductor de la inocente virgen se parapeta con el
altar para esquivar sus deberes de padre, su responsabilidad
de adúltero! La moral se viola, Señor, cuando fluctuando el
espíritu entre la eternidad y la vida, se le pone á elegir en
medio de una familia consternada entre la salvación y el diez-
(1) Zarco. Congreao Conatituyente. Tomo I, pág. 846,
222
***
Al enterarse de la célebre discusión del artículo lo del pro-
yecto de Constitución en la Asamblea de 1856, impresiona
dolorosamente observar el poder del error que respecto al
concepto de libertad y democracia, desola el debate como te-
rrible pandemia mental.
Los partidarios de la intolerancia religiosa se agolpan en
un baluarte inexpugnable: "En las democracias la voluntad
del pueblo es la suprema ley; hemos proclamado la democra-
cia y el pueblo mejicano tiene aversión por la libertad de
cultos; luego nuestra ley suprema debe ser la intolerancia."
{1) Zarco, Congreso Constituyen~. Tomo I, pág. 817,
(2) Zarco. Congresu Constituyente, Tomo I, píig. 806.
(3) Z&1·cu, Obra eitaia, Tumo 1, pág. 796:
223
***
Los Constituyentes de 1866, áun los más avanzados, eran
liberales católicos poco sólidos, al esta1o pastoso en.materia
_de convicciones.
Los regalistas no admiten que sea indefinido e\ número de.
conventos y monasterios, ni que sea excesivo el número .dii
frailes, monjas y clérigos. Exigen la reducción al mínimo, de•
la clase levltica, consumidora y agotante. Los· liberales ca-
tólicos, no admiten la existencia. de las órdenes monásticas,
las que deben 9er disueltas aun cuando se atengan á sus re-
glas y estatutos.
En 1856, los frailes franciscanos fueron acu,ados de cons-
piración y sedición y la autoridad los expulsó de su conven-
to. Poco tiempo después algunos regalistas y liberales cató-
licos figurando entre ellos don Francisco Zarco, presidente
del Comité del Partido progresista, presentaron al gobierno
la siguiente petición:
·'Sello tercero, ouatro reales. Aftos de mil ochocientos cin-
cuenta y seis y cincuenta y siete. Exmo. Sr.: Los que sus-
15
226
LIBERTADES.
GARANTIAS.
***
Todo el mundo cree que al ser reprobe.do el art. 15 del
proyecto de Constitución, que autorizaba la tolerancia de
cultos, quedó reinante en la República la religión Católica
como religión de Estado, con exclusión de cualquiera otra.
No es exacto; conforme á los más elementales principios de
derecho y del sentido común, quedó en la Constitución de
1857 reconocida le. libertad de conciencia y en manos· de los
Estados la libertad de cultos.
Para probar esta afirmación que al gran vulgo letrado pa·
recerá rara, debo fijar primero lo que entiendo por libertad
de conciencia y de cultos.
La conciencia de todo individuo, es su almacén de pensa·
mientos y sentimientos. La libertad de conciencia consiste
en manifestar libremente los pensamientos y los sentimien·
tos por medio de la palabra, de la escritura y de los signos.
En la libertad de conciencia está comprendida la libertad re·
ligiosa, la política, la literaria, la artística, la de enseñanza,
la de instrucción, la de educación, y toda J., que no está so-
metida á clasificación especial, como por ejemplo decir ne-
cedades.
En la Constitución de 57 quedó consignada la libertad de
conciencia, porque la libertad de manifestaciones por medio
de la palabr.. , la escritura y los signos, no tienen más lími-
tes que el respeto á la vida privada, á la moral y al orden
público. En las Constituciones anteriores figuraba el límite
de no atacar á la religión católica. Habiendo suprimido ese
límite los constituyentes, la libertad de coaciencia quedó
completa, amplia, suficiente, como se encuentra. en las nacio·
·nes más liberales del mundo.
2~0
***
La libertad de. cultos no es más qne un caso particular de
la libertad de conciencia. Un culto, es un conjunto de actos
libres para todo el mnndo y que tienen carácter religioso
precisamente por la significación que les dan los dogmas. En
el culto católico el sacramento del bautismo consiste en que
un individuo recibe un bafl.o de a.gua parcial en la cabeza.
El sacramento de la penitencia consiste ~n que un individuo
confía á otro todos sus secretos; el sacramento de euéaristía
consiste en que el creyente se come una oblea; el sacramen-
to de la extrematmción consiste en que un individuo es un-
tado de aceite. Todos los actos de un culto conforme álamo-
ral, son actos sencillos permitidos á todos los individuos en
toda clase de sociedades, y se convierten en actos de culto
por la significación que quiere darles la conciencia del cre-
yente. Lo que hace un culto no son sus actos, sino la sobe·
ranía de la conciencia para calificar esos actos. Habiendo li-
bertad de actos no contrarios á la moral, ni al orden públi-
co, ni al derecho ajeno, y hal:iiendo al mismo tiempo liber-
tad de conciencia, la libertad de cultos está hecha.
Tal es la cuestión desde el punto de vista lógico. Véamos-
la desde el jurídico:
En la Constitución de 1857, no aparece prescrito que ha-
brá una religión de Estado, con exclusión de cualquiera otra.
En derecho público y privado, no hay prohibiciones ta~itas
ni implícitas; todas deben ser expresas y tener sanción penal.
Sin ésta la prohibición es nula conforme á la misma Consti-
tución, porque á nadie se le puede juzgar civil ó criminal-
mente, sino por ley hecha con anterioridad y exactamente
aplicable al caso.
El único precepto existente en la Constitución de 1857,
tal como salió de las manos de sus autores y relativo á cul-
tos, dice:
".<\.rt. 123. Corresponde exclusivamente á los poderes fe.
231
***
El espíritu más de camarilla que de partido, redactor en
jefe de las fábulas que llamamos historia patria, ha colmado
de honores y ~nterrado en laureles á los liberales católicos
de 1857, declarándolos únicos autores de las bellas reformas
contenidas en la Constitución de 1857.
El Congreso Con_¡¡tituyente compuesto en su mayoría de
moderados regalistas votó por unanimidad, es decir votaron
· en el mismo sentido moderados y exaltados: El derecho de
petición (Art. 8°.) La abolición de títulos de nobleza, prerro-
gativas y honores hereditarios (Art. 12). La abolición de la
· esclavitud (Art. 2°.) La inviolabilidad de la correspondencia
(Art. 25). La inviolabilidad de la propiedad (Art. 27). La in-
violabilidad del domicilio por los militares. Todas las garan-
tías del acusado en materia penal (Art. 20). Abolición de la
prisión por deudas (Art. 17). Prohibición de que un indivi-
duo dure más de tres dias preso sin que se le notifique el au-
to de prisión (Art. 19). Abolición de la pena de muerte sus-
tituida por régimen penitenciario y desde luego para delitos
politicos. (Art. 23)
Fueron aprobados casi por unanimidad, lo que prueba la
igualdad de criterio y voluntad entre el partido moderado 'y
exaltado de la Asamblea Constituyente, los siguientes artÍ·
culos:
La libertad ·de -Ja prensa fué votada por no11enta 11otos con-
tra dos. Las restricciones que tiene en la Constitución las vo-
taron los moderados, porque los exaltados querían la liber-
tad absoluta, en su mayor parte. Los moderados salvaron
al país de la tiranía asquerosa de una prensa libre paIJ> in-
juriar, difamar y calumniar, libre de todo pudor, libre para
sedición y rebelión.
El Art. 14. "No se podrá expedir ninguna ley retroactiva.
Nadie puede ser juzgado ni sentenciado sino por leyes da-
2BB
*
**
J uárez no fué diputado constituyente y para nada tuvo
que ver en la formación de la Constitución. Su influencia en
ella fné nula, pues estuvo ausente de la Capital y jamás hizo
uso de la prensa para ilustrarla como apóstol. Ni los mode-
rados ni los exaltados de la Asamblea Constituyente tuvie-
ron jefe ni quisieron tenerlo. El Congreso Constituyente
inauguró sus sesiones en Febrero de 1856 y las clausuró en
Febrero de 1867; Juárez salió para Oajaca en Enero de 1856
y volvió hasta Noviembre de 1867.
CAPITULO X.
EL TRIGÉSIMO NAUFRAGIO DE LA
DEMOCRACIA.
***
Al a.brirse,en el Congreso Constituyente el memorable de-
bate rlel art. ló del proyecto de Constitución que acordaba
la libertad de cultos, el presidente Comonfort Be esmeró en
demostr~r al país y á la Cámara su oposición reveladora de
su nueva política. Trea ministros ocuparon 1,. tribuna para
hablar en contra del proyecto: D. Luis de la Rosa, D. José
María Lafragua y D. Ezequiel Montes.
"El.Señor Montes, Ministro de Justicia y Negocios Ecle-
siásticos, declara que habla en nombre del gobierno con la
mayor franqueza y sincerida'1 .... "En vista de la multitud
de datos que están en poder de¡. Ejecutivo, asegura el Gabi-
nete que la reforma que quiere la comisión conmovería á la
socieda-l. hast!l en s,u cimientos y sería contraria á la vol1<n.
tad de la m,1,yoría ahsol1<ta de la nación. Para más corroborar
este aserto, recuerda las peticiones que ha recibido el Con-
greso y los discurso• de los diputados de los Estados de Mé-
jico, Puebla, Guanajuato y otros que han impugnado el ar-
tículo." (1)
Ninguno de los ministros en su discurso niega que sea de-
recho del hombre la libertad de cultos y estarían dispuestos
á reconocerla si la mayoría de los hombres del pa.ís pidiera
esa libertad; pero al contrario, la rechazan y la condenan co-
mo oontraria.á sus ide~les. Como filósofos están de acuerdo
con. los iniciadores, como demócr9,tas están obligados á ce-
der ante la voluntad del pueblo en conflicto con la voh¡ntad
de la comisión. La verdad es qne los partidarios de láliber-
tad de cultos, no pudieron contestar este argumento muy fá-
cil de destruir.
En Septiembre de 18ó7, Oomonfort retrocede considera-
blemente, había decretado con las facultades de su dictadu,
ra la desamortización y la nacionalización de los bienes del
clero de Puebla y decreta que Be suspenda su disposición an-
(1) Zarco. Historia del Congr"'º Constituyente. Tomo II, pág. 89.
247
terior. Había privado de su convento á los fraile• francisca•
nos, abierto una·calle á través del edificio y disuelto la co-
munidad, y á petición de varios. diputados reinstala á los se-
dicioso)l-frailes en su convento y los ampara con su clemen-
cia. La prensa progresista.indignada señala la conducta del
presidente como Une. traición; la prensa gobiernista respon-
de que la política del gobierno es democriitica y que antes
que á la revolución acata le. voluntad del pueblo contraria á
la revolución contra sus viejas .y e.me.das creencias.
.
**
El 16 de Septiembre de 1857, debía comenzar á funcionar
el primer Congreso Constitucional, precisamente en los mo-
mentos en que Comonfort se empeñaba en calmar la emoción
de las almas oristillnas con une. política franca y resueltamen-
•te regresiva. A ese primer Congreso emanado recientemente
de la voluntad del pueblo, tocaba aprobar ó condenar la polí-
tica del Presidente y acentuar la Reforma, estacionarla ó des-
truirla. La verdadera opinión del país va á revelarse, decían
los periodistas, en la actitud; pensamiento, voluntad del pri-
mer Congreso Constitucional.
El primer Congreso Constitucional pintaba muy mal. Sien-
do tan necesaria su presencie., su autoridad y sus resolucio-
nes, expresión genuina de las del pueblo, en vez de cumplir
con el precepto constitucional abriendo sus sesiones el 16 de
Septiembre, sus diputados tardan en aparecer, manifiestan
poco empeño en reunirse, parece que se esquivan y, hecho
escandaloso, el Congreso comienza sus sesiones hasta el 8 de
Octubre, con el número estrictamente necesario para que hu-
biere. quorum.
El personal del mismo Congreso desconcierta y desaliente.;
más bien dicho confunde, como un eclipse total de sol, á
una tribu de hotentotes. De los ciento cincuenta y cinco dipu-
tados electos para el Congre•o Constituyente, sólo veintii,n
aparecen reelectos para el primer Congreso Constitucional,
248
, JUÁREZ CONTRARREFORMISTA.
*
**
El pi;grama de los exaltados en 1857 en materias religio-
sas, no m=ia .qne se les diera ese nombre. Zarco, el jefe
más caracterizado de ellos, exponía todo el programa de lo•
reformista• pocos di•s después de haber pedido Comonfort
al Congreso facnltarles extraordinaritts, y cincuenta y dos
días antes del Golpe de Estadv. "Nosotros, decía Zarco, no
ocultaremos qne nuestro de~eo es que la Coustit,ución se3,.
más democrática y progresista de Jo que es, que anhelamos
la. libertad de conciencia, el sufragio directo y universal, el
juicio por jurados, la más amplia libertad electoral." (2) En
este vasto programa no había contra los privilegios de la
Iglesia más que la libertad de conciencia que, como ya Jo he
demostrado, existfa ya en la Constitución, mejor que la que
quería Zarco; pues los reformistas sostenían el artículo 16 de
Sll proyecto de Constitución que establecía tolerancia de cul-
tos y. religión de Este.do, mientras que la Constitución tal
como se hallaba vigente eontenía libertad de conciencia y
libertad de cultos sin religión de Este.do.
En suma; los reformistas de 1857 sostenían las regalías
que habían. sostenido los más piadosos reyes católicos celosos
de conservar íntegra su autoridad de derecho divino y la úni-
ca reforma no rege.lean~ era la liberta.d de cultos. Mas como
esa libertad de cultos debía acompañarse con la religión de
(1) Guifü,rmo Prieto. Lecciones de Historia Patria, págs. 573 y 662.
(2) Zarco, Siglo XlX, 25 de Octubre de 1857.
254
***
Comonfort, á nadie había ocultado su programa de retro-
ooder, hasta alinearse con las aspiraciones de lé. gran. clase
católica que aceptaba muy limitadas restricciones á los pri-
vilegios de la Iglesia. El programa regresivo de Comonfort
se había revelado en sus decretos derogativos de algunás re-
formas que él mismo había expedido en virtud de sus facul-
tades dictatoriales.
En Octubre de 1857 fué completamente franco al solicitar
del Congreso facultades extraordinarias; en su iniciativa de-
cía que "consideraba que no era bastante en aquellas cir-
cunstancias el orden constitucional para dar la paz interior
á la República; que aun cuando el gobierno había acatado y
obedecido la Constitución, conocía y comprendía que no era
265
***
Puédese objetarme que en Méjico aun cuando la Consti-
tución de 1857 no prescribe el parlamentarismo, la ignoran-
cia de nuestros políticos lo ha impuesto siempre á la Cons-
titución, y que en tal caso J uárez podía tener dignamente
opiniones políticas opuestas á las de Comonfort. Véamos la
conducta de Juárez á la luz del parlamentarismo.
En el sistema parlamentario, todos los poderes se hallan
raunidos en una sola mano: Ja de la Cámara popular. Est,.
ejerce el poder Ejecutivo por medio del Ministerio que go-
bierna al país y al soberano. En el parlamentarismo es esen-
cial que el .Ministerio tenga el mismo color político que la
mayoría de la Cámara popular, puesto que emana de la vo-
luntad soberana de ésta. ¿Cuál era el color político del Mi-.
nisterio de Comonfort nombrado el 20 de Octubre de 1857
y del que formó parte J uárez?
Ministro de Relaciones, D. Juan Antonio de la Fuente, ha-
bía hablado y votado en el Congreso Constituyente e¡:; con-
tra de la tolerancia de cultos, y había firmado la representa-
ción para que los frailes franciscanos fuesen reinstalados en
su convento, después de haber sido disueltos por sediciosos.
Ministro de Hacienda, don Manuel Payno, inspirador, or-
(1> Vi8il, Méjico t través de loe &igloe. Te1no Y, ptg, 270.
257
*
**
Pero toa:via ha.y mejores pruebas de que Juárez en 1857,
Ministro de Gobernación, estaha identificado con la política
contrarreformista de Comonfort, no con el proyecto de golpe
de Est«tl,o. J uárez estaba de acuerdo con la contrarreforma
legal.
Para luchar en las elecciones de Presidente y Vice-presi-
dente de la República, de diputados al Congreso de la Unión,
y de Magistrados de la Suprema Corte de Justicia, los pro-
gresistas, llamados también puros ó exaltados, se organiza.-
ron é. iniciativa. de uno de sus más honorables y prestigiados
jefes, D. Francisco Zarco, para formar uu gran club central
en la Capital que debía extender sus trabajos en toda la Re-
pública. Los candidatos postulados por el club central y pro-
puestos á los demás del país, estaban obligados como es de
uso y necesidad é. dar su programa conforme con el del par-
tido político que los proponía.
El club progresista de la capital postuló:
Para Presidente de la República. en el cuatrienio de 1857
é. 1861, al C. Miguel Lerdo de Tejada.
Para Vice-presidente en el mismo período, al C. Lic. Be-
nito J uárez.
El 4 de ~ayo de 18ó7 apareció en el "Siglo XIX," en ja,
primera plana y encabezandó la primera columna, lo si-
guiente:
"CRÓNICA. ELECTORAL.
''DISTRITO.
(l) José Maria Vigil. ·Méjico á través de loe siglos. Tomo V, pág. 245,
262
***
En Octgbre de 1857 Juárez vino á la ce.pita.1 con el objeto-'
de ser Ministro de un Presidente que he.bía pedido, al Con-
greso facultades extraordinarias, declarándole resueltamente
que la Constitución era contraria á la voluntad del país, y
que era indispensable hacerle reformas; Juárez. como Minis-
tro tenía que sostener el programa político contrarreformis-
ta presidencial ya anunciado al Congreso, como en efecto le
hizo, según consta de su circular de 5 de Noviembre de 1857,
d1rigida á los gobernadores de los Estados, y en la que dice:
"Fiado (el gobierno) en la justicia de la causa que defiende,
se lisonjea con la esperanza de que pronto logrará el resta•
blecimientó ·de la paz, para deponer ante· la: representación
nacional el poder extraordinarlo que se Ié ha confiado, pu·es
su mayor gloria la hace consistir en gobernar constitucio-
nalmente y con arreglo á las leyes: sin perjuicio de iniciar
las reformas que estime convenientes sobre algunos artículos de
la Constitución." (1) Juárez, pues, anuncia que el Presiden-
te iniciará reformas á la Constitución,. y si Juárez no hu]¡iera
estado de acuerdo con es~ programa, otr~ ministro y el en
ningún caso )ó habría anunciado. á los gobernadores de los
Este.dos.
Hay otra prueba aún decisiva. El 1.0 de Diciembre de
1857, Comonfort se presenta ante el Congreso á prestar el
juramento de ley y despues de haberlo preata~o dice al ter·
minar su corto discurso: "El más eficaz de e,tos (remedios
para salvar al país) será hacer al Código saludables y conve-
nientes reformas. A este fin el gobierno 08 dirigirá muy en
(1) Véase "Historia del Primer Congreilo Constitucional,'' pág. 187..
2G6
*
**
Se me dirá: ¿Y la Ley Juárez? ¿Qué mayor prueba de un
;J uá_rezp11ro, deso,·ejado, hereje, relapso, impío, azufroso? Se
-necesita toda la indefinida ignorancia que infecta á nuestros
;lustrados y sobre todo á casi todos nuestros ~scritores se-
rios, para creer que la supresión á medias de los fueros ecle-
siásticos prescrita en la ley J uárez, es una prueba de exalta-
-0ión liberal anti-religiosa, un paraxismo democrático, una
crispación de ateísmo, un calambre de espantoso maj;erialis-
mo. San Luis, Rey de Francia, quien jamás se alistó en el
partido Rojo, en sn célebre Ordenanza ya citada, pedida por
(1) Hiatorii,. dt'I le1·. Congreso Constitucionul. Se1ió11 del 1~ de Dieiembre
de 185;.
267
sus altos varones, deolaró que ninguno de· sus súbditos, ni los
eolesiástioos, podían quedar fuera de la jurisdioción real. El
Papado lleno de .ira intimó á San Luis á que revocase su Or-
denanza. y el santo Rey sostuvo que en lo temporal sólo re-
conocía. á Dios oomo superior y que era Dios quien le había
enoomenda.do hacer justicia á todos sus súbditos. No convi-
niendo áÍ Papado romper oon el Rey de Francia, aguantó de
mal humor la resolución de San Luis de no consentir fueros
eclesiásticos en sus dominios.
Respeéto de los mejicanos vemos que el Sr. Lic. Ignacio
Marisca.! aprobó y aun dice haber inspirado á J uárez, la. su-
presión del fuero eclesiástico, y sin embargo, en el Congreso
Constituyente votó contra la. tolerancia de cultos; lo que
prueba. su acendrado y ortodoxo catolicismo en aquel tiem-
po. D .. Anastasio Zerecero, en su biografía de Juárez, quiso
deprimir á Comonfort y enaltecer al biografiado, y aseguró
que .Tuárez se a.provechó de la ausencia. de Comonfort para
obtener la. firma del Presidente Alvarez, pues Comonfort se
oponía á la expedición de la ley. Juárez honra.da.mente rec-
tificó la. falsa. especie de Zerecero, a.firmando que el General
Comonfort le había. manifestado estar de acuerdo en la expe-
dición de la ley y no haber puesto tropiezo alguno á su pro-
mulgación. (1) Vemos también que Comonfort, eleve.do á
Presidente dictador con plenas facultades para derogar la ley
de J uárez, la. mantuvo vigente y mientras duró su poder ja-
más la tocó.
Como ya lo señalé, quienes abolieron completa.mente los
fueros eclesiásticos civil y criminal, fueron los Constituyen-
tes en el art. 13 de la. Constitución. La mayoría del Congre-
so Constituyente la formaban los moderados y todos ellos vo-
taron oin dificultad la. abolición del fuero eclesiástico, con
excepción de un solo voto; único que obtuvo en contra el
(1) Véaee carta de Juli.rez á. Don Matiae Romero en 1866, publicada por ée•
te en el tomo VIII de la Correspondenoia de la Legación Mejicana eo Wash-
ington y publicada también por el señor Pola al 6n de la Biografia de Ju.f.reiz,
ea el volumen intitula lo 11 Juii.rez."
268
{l) Véase Zarco. Riatoi·ia del Cong.reeo Constituyente. Tomo 11, pága. 561"
y 562.
CAPITULO XII.
(1) GL·an jurado 4e D. Ma.nnel Pllyno. Hhitoria del eiegundo Congreso Coua-
titueional, pág. 195.
(2) "Siglo XIX." MiéL"colt11 28 d., Octnbi·e d~ 1857.
('i) Zarco "Siglo XIX." Dieie1ubre 15 de 1~57.
2;2
LA REVOLUCION DE REFORMA.
CAPÍTULO I.
*:**
Juárez en Enero de 1858, era siempre el moderado cató-
lico sencillo de Oajaca. Comonfort antes de dar el golpe de
Estado quiso abandonar la Presidencia de la República y en-
tregar la situ•ción á Juarez. "Me parecía, dice Comonfort,
que retirándome de la escena· en aquellos mom~ntos, y de-
jando al fnncionario que debia s1tbstituirme (que era Jnárez
Presidente de la Suprema Corte) evidentemente expuesto á
ser desoonocido, razón tal vez que lo obligó á no aceptar el
cargo, cuando me decidí á resignarlo en su persona" ... , (l)
¿Por qué no aceptó Juárez el poder supremo cuando Comon·
fort se lo ofreció? Por modestia, porque no se creyó con fuer-
zas para conducir una situación dificil. Esto prueba que J uá-
rez no tenía temple de reformador revolucionario.
El reformador revolucionario es siempre un hombre de fe,
y un hombre de fa revolucionaria es siempre un hombre de
audacia. El reformador revolucionario tiene contra él siem-
pre el prestigio, los intereses, la corriente serena pero pode·
rosa del pasado. Con la pequeiia hacha en sus manos. y el
pensamiento que posee su espíritu, tiene que convertir en es·
éombros las obras sólidas que amasaron centenares ó milla-
res de siglos; tiene que amontonar desgracias sobre sufri-
mientos; catástrofes sobre desolacioneEI; polvo de creencias,
de riquezas, de costumbres, sobre fragmentos de ídolos ama-
(1) Gent'ral Ignacio Comenfort. Manifi.eeto publicado en la eiudad de Méji·
oo, el 19 de Diciembre de 11:157, doe diaa después del golpe de Estado.
282
"***
La leyenda, juarista refiere que al dejar caer Comonfort,
convulso por la traición, la bandera de la Reforma, J uárez
con mano de héroe y soplo de gladiador irritado la levantó-
y condujo á la lucha á valientes desmoralizados é hizo en-
trar al deber á los desertores de la buena causa. l ,a verdad
es que J uárez no tenía ni podía tener prestigio ent,re los coa-
ligados. :La historia de la administración honrada, apacible
y justiciera en Oajaca, era desconocida en ei resto del pe.fa
que poco gustaba. de literatura oficial y de las bellezas polí-
ticas de los Estados. J uárez era conocido por la ley que "
mediilS abolió los fueros eolesiástioos como un a.bogado labo-
rioso y liberal. Su elección de Presidente de la Suprema Cor-
te, debida al partid"O moderado, lo hacía conocer como un
íntimo a.migo de Comonfort y su conducta en el golpe de Es-
tado, no podía darle prestigio, desde el momento en que na-
da hizo pal'8, evitarlo, ni para denunciarlo, ni para comba-
tirlo. ·
· Parrodi por el contrario había presta.do grandes servicios
á· la causa liberal· como político y como solda.do. Pa.rrodi ha-
bía mandado en jefe la l• división en la batalla de Ocotlán
y la h,bfa deoidido por su v ..lor y habilidad profesional. Pe.-
rrocli se había lanzado contra los pronunciados de San Luis
que aparecieron temibles, los había di•persado, perseguido.
Se había, mostrado hábil en la "llfagde.lena", había vencido
al temible Osollo y lo había hecho prisionero. En el gobier-
no de Jalisco como político había termina.do satisfactoria.-
mente la cuestión local y mostrado talento administrativo y
gran honradez. Había sido el primero en oponerse á la po-
lítica. de Com,nfort, h1bía organizado la coalición, había le-
vanta.do fuerzas considerables y encontrado recursos, y era.
el jefe reconocido de los coaligados con gran prestigio de sol·
dado ante los raaocionirios, el ejército libara! y la guardia.
nacional.
2f4
***
La versión jacobina que asegura que Juárez respirando
efluvios democráticos y traspirando ideales, se lanzó á la lu-
cha como profeta cargado de visiones apocalípticas para es-
tablecer la Reforma, es pura novela para cigarreras. J uárez
con mucha calma y sensatez aceptó todas las bases de. la coa-
lición que en realidad lo nulificaban. Tenía la convicción de
que duraría muy poco ~n el puesto de presidente, en conse-
cuencia nada serio ni trascen.dente pudo proyectar. El mis·
a
mo nos lo dice el 19 de Enero de 18ú8. "Llamado este di-
fícil puesto por un precepto constitucional y no por ·el favor
288
***
El 10 de Marzo de 18ó8, al lado orienta,! de la población
de Salamanca, cinco mil cuatrocientos :réaccionarios, man·
dados por el general Osollo, derrotaron al ejército de la coa•
Iición muy mal mandado por Parrodi, pudiéndose retirar es-
te jefe con dos mil ochocientos hombres y dieciocho pieaas
de artillería.
Al tener Jnárez en Guad&lajara noticia de la der.ota del
ejército de la coalición, de la manera más triste, pues oo h.u-
bo más rasgo de valor que la co,rg&'de caballería del coro-
nel José Maria Calderón, que fué abandomado en el ataque
por la cobardí" de sus compalíerO<!, dispuso se reuniesen sus
ministros para tomar resollil.Ciones prontas en tan crítica si-
tuación.
Reunióse la junta y el Ministro Don Guillermo Prieto Ina-
bia salido de la pieza donde se celebraba la reunión, cuando
parte del 5. 0 batallón d;e infantería que mandaba el corone!
don Antonio Landa y que se había pronunciado á .i&vor de
'il> reacción, subió gritando mueras al gobierno en la escálere.
del palacio é hizo prisionero á Juárez y á los ministros ·qu,;,
con él estaban, Don Melchor Ocampo, Don Manuel Ruiz y
(1) M. CambR-. La g.nerra de tres añea, pág. 78.
(~) Véase Pola. &11ito Juúu. Discut·1tOe y lile.nlfieetos, p&f.'- JO:J,
291
***
C11ando J uárez se emb1rca en Manzanillo para. ir á Vera-
cruz y deja á Degollado la tarea inmensa de luchar contra
el enemigo poderoso, después de su triunfo de Salamanca,
después de la capitulación de Parrodi en San Pedro Tlaque-
paque y de la capitulación de Doblado en Romita, por las
que ambos entregan cerca de tres mil hombres armados y
equipados, el gra.n papel corresponde á Degollado. En efec-
to, J uárez se dirige á una plaza marítima fortificada y muy
bien artillada, que no admite sitios porque los reaccionarios
no tienen marina; en cambio Degollado no cuenta más que
con la desorganización, el vacío que· causa el pánico, las de-
fecciones por todas partes, la traición como primer enemigo.
J uárez va á la residencia del g.,bierno de un Estado rico y
al primer puerto de la República, prod 11ctor de los má, cuan·
tiosos recursos fiscales; Degollado no cuenta más que con la
dificultad de vivir _sobre un país ya conquistado por el ene·
migo. J uárez va á ser el bienvenido de una población como
b de.Veracruz, ilus~~da, ho3pit1laria, libeul, entusiasta por
Bll soberanía; De6 ollado será el réprobo de las poblaciones
más fanáticas y más subyugadas por el clero en el niáximo
de su cólera. J11árez va á esta.blecer su gobierno, es decir,
o.5.cinas; Degollado debe levantar batallones con las manos
vacías y tiene que alimentarlos sin desesperar á los pueblos
que extorsione. J uá.rez tenia el mar como retira.da ·segura.;
Degolla fo tenfa todo el país como ca falso casi evidente. De-
gollado va á luchar, á presentar su pecho á las balas, •u sa-
lucl á las intemperies, sus músculos al hambre, su alma á una
angustia infinita, su pensamiento al insomnio implaoabl~, sus
eJperanz~s á las traiciones, y sus tropas, que no podrán ser
más que chusmas, al ímpetu de los brillantes generales reac·
cionarios; en cambio, J uárez vivirá con to.:las las comodida-
des de un burgués rico, perezoso, digestor de crustáceos y
chismillos; y en caso de que la plaz, de Veracruz fuere bom·
295
*
**
L.,,. preooupación constante de Juárez era comervar intac-
ta. su legalidad, mas cuando llegó á Veracrnz el 4 de Mayo
de 185S, la legalidad de Juárez era une. farsa convencional
y los reaccionarios tuvieron razón en negársela..
J uárez se titulaba pomposamente gobierno constitucional.
L.,, Constitución do 1857, decía y dice, "que el pueblo meji-
cano ejerce su sobaranía sólo por medio de los poderas fede-
rales y de los Estados." No necesitaba decir tal cosa la Con•·
. titución; bastaba que dijera que el pueblo mejicano se cons·
tituye en democracia representativa federal, para que el pue·
blo sólo de.ha ejercer su soberanía por medio de los poderes
federales y de los E,tados. De aquí se deduce que cuando
quedan destruidos la mayoría de los poderes de los Estados
y la mayoría de los poderes federales, ya el pueblo no pne·
de ejercer su soberanía conforme á la Constitución. Cuan-
do J uárez llegó á, Veraoruz, la mayoría de los poderes fede-
rales y de los E,t.,fos no existían, luego no podía represen-
. tar un gobierno constitucional.
La Constitución no lo prescribe, pero se ha acep\ado, que
el CJongreso de la Unión, pueda suspender totalmente la vi-
gencia de la Constitución y entregar todo el poder nacional
federal y de los Estados en manos de un dictador. En este
caso, el dictador es constitucional y su gobierno tiene dere•
cho á llamarae constitncional. ·
296
Reaoclonarloa, liberalea.
:OE
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ESTADOS.
Reaultado
para
liberales.
de laa
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Paso de Car1·etas. Miramón. Zuazua. Abril. San Luis. Indeciso. Fronterizos: ~ a:i ii:1·
Toma de Za.ea.te- _ ~ ¡i'° :O
le;.11_:Ítio il.e ~Gua- Manero. Zuazna. Abril. Zaeatecas. Victoriosos. Fronterizos. f l;'" ¡
da~ajara. Casano,•a. Degollado. Jonio, Jalisco. Se retiran. Jo.~~:~n;;:~.t!\~!~;e.7 0 3 tJl:I Cj·,
Tomad8San.Luis.Sánc:bezyCalvo.,zuazua. Ju.nio. So.o Luis. Victoriosos. Fronterizos. ~ S- ;ti ·t;I>,
Bamnoa de Aten-
. qlllque. Miramón.- Degollado. Julio. Je.llsco. Victoriosos. Jaliireienses, m!.cboaca-
~
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s:i.,
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. nos y fro~terIZos. o CD O ...-:;¡
Cue~tas. Caso.nova. Degolla.do. Spbre. Jalisco. .Victoriosos. Jaliscienses y michoaea- ; ~ C::::
Ahualulco. Miramón. Vid11urri. Spbre. Zaca.tecas. Derrotados. Fr~~~rizos y zacate~
nos.
g.,,
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S-
~ 8-
~salto y toma de - 0., • tt ¡...¡
Ouadalajara. Casaqova. Degollado, Oebre. Jalisco. Yietoriosos. Lamayorparteja.Jiseien- P a> d t""'4·.
ses y miehoaeauos, aq - O
ayudados por ehihua-
huensee, dnraoguefios
¡;;;a llD
8
~
>
_. . . . y zaeaieeanos. ;, e,. · ....
Ataque á la piar.u. . , o· 1-••
de Méjico. Zuloaga. Miguel Blanco. Nbre. D. Fe_deral. Rechazados. Fronterizos, _michoaea-
nos, guan8.Juatenses.
g, :5.:
1:r:1 · )j
iCD 1
San.Miguel. Miramón. Degollado. Dlire. Jalisco. Se retiran. J11.liscienses, ~ioboaea- a:,- Q'l ; • n-
. nos, fronterizos gua-1 .,., to .
najuatenses. ~ oo .,
~ 114uín, Miramón. Degollado. jD~re. Colima. Derrotados. Los mismos anteriores. ~ -~ 1
. ,.
298
***
El encuentro de San Miguel no significa. derrota para las
fuerzas de Degollado. El general Miguel Bli,.nco explica hon-
radamente los a,conteci~ientos:
"Las brigadas de los generales Rocha.y. Pinzón, la del ·pri-
mero en el ataque del puente y la del segundo en la defensa
del paso de.Poncitlán, habían consumido mucha parte de su
parque y casi se les acabó en las descargas que hicieron á la
cabe.Hería enemiga, cuando persiguiéndome cayó entre ellos,
y en la resistencia que opu.sieron á los dos ataques. en. colum-
na de la üifaótería. Aprovechando el tiempo que el enemigo
les dió mientras pretendía Jlanquearnos, dichos gene.ralas y
el general Coronado, pudieron· hacer un reconocimiento ·de
sus municiones y calcularon tener á sus soldados··ptovistos á
cuatro ó cinco cartuchos por plaza, · col'.l excepción' de una
parte de la división del Norte ·que -tenía parque es(>ecial, pe-
ro del que por esta misma circunstancia no podía participar
á. las demás fuerzas. Qonferenciaron y acordaron retira!_se
(l) Cumbre. Guerra. de:tres·&ñoa. Plige. ·121, l22-, 123,y l!M,'·
302
**,:,:,
Hechas tan necesarias rectificaciones, se deduce del cua-
dro que he publicado al principio de este c•pítulo:
1. 0 En el aflo de 1858, hubo once acciones de ,q11e1"ra in•por-
tantes en la Guerra de Reforma, cuyo resultado fué:
Encuentros indecisos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Lo:i liberales victoriosos en. . . . . . . . . . . . . . 5
Derrotados y rechazados. . . . . . . . . . . . . . . . 3
Total............. 11
***
En Enero de 1850, el puerto de Veraorttz era la plaza más
ftterte y mejor fortificada de la República.
, Hay cuatro modos de tomar una plaza fuerte: por ham-
bre, por intimidación, por sitio, por el ataque á viva fuerza
sin preparación de obras de aproximación y destrucción de
las fortificaciones.
En 1859 era imposible tomar la plaza de Veracruz por
hambre, porque siendo marítima y careciendo de marina el
gobierno reaccionario, la plaza podía recibir indefinidamen•
te víveres, municione• y todo lo que necesitase para una re-
sistencia victoriosa.
'l'ampoco era posible que fttese tomada por intimidación,
método que requiere un bombardeo terrible hasta hacer pol-
vo la ciudad y que el pánico de la población ein abrigo obli-
gue á la guarnición á salir ó capitular. El general Miramón
carecía de los millares de bombae necesarios, y por falta. de
dinero y tiempo no podía construirlas. ,
El tercer método, el de sitio, tampoco era aplicable por fa).
ta de material de sitio, por la acción mortífera del clima, por,
la calidad de los médanos que rodean á Vero.cruz impropios
para las obras de aproximación, IÍ. mPnOS de) sacrificio de
grandes caudales y de mucho tiempo.
Sólo era posible intentar un ataque militarmente reproba-
do porque tiene el éxito como rarísima excepción.· J<;I as..lto
ó los asalto• ein preparación de clase alguna. Aun tratándo-
se de tropas ofensoras admirables y en número suficiente y
de tropas medianas detensoras, semejante operación se con•
sidera técnicamente como una de las aventuras más peli-
grosas.
30S
*
**
Un jefe de artillería, liberal, perito en asuntos de ataque.
y defensa de ple.zas fuertes, inteligénte y muy honrado para
escribir, nos explica en calidad de defensor de Veracruz en
1859, con mando importante, cuál era el estado de la plaza
en los momentos en que el general Miramón se disponía á
atacar (Febrero de 1859)..
Habla el coronel de artillería Balbontín:
"El general Traconis creía que el gobierno nos recibiría
con entusiasmo, pero no fué así, sino por el contrario, nos
recibió más bien con frialdad.
"Don Beni\;o Juárez y Don Melchor Ocampo, principal-
mente este último, eran encarnizados enemigos de los mili-
, tares, aun .cuando fueran de su partido, y si bien aceptaban
sus servicios, no por eso les guardaban las debidas conside-
raciones.
3)0
por asalto braseo, sin preparación, por seis mil hombres que
era lo más que podía hacer obrar Miramón, pues necesitaba
por lo bajo mil para sostener su• comunicaciones con Ori-
. zaba y quitarse de encima la hostilidad de fuerzas regulares
é irregulares exteriores que ascendían á más de cuatro mil
hombres, entre ellas algunas tan buenas como las que man-
daba el general Ampudia.
"Elestado de defensa en que se hallaba Veracruz era de-
bido á-la buena disposición del gobernador de Veracruz D.
Manuel Gutiérrez Zamora y al saber y actividad de los jefes
del ejército que había allí, especialmente de los ingenieros y
artillería, entre los cuales se hallab ..n D. Francisco Paz y D.
Francisco Zérega, pertenecientes á esta arma y que traba-
jaron con el mayor ahinco. La plaza la mandaba el general
de brigada D. Ramón Iglesias.
"Cuando se supo que Miramón había salido de Méjico, se
comenzaron á hacer los últimos trabajos para la defensa y á
despejar los aproches de la plaza hasta más allá de tiro de
caflón. En conoecuencia, se tuvieron que demoler los barrios
de extramuros. ·
"Yo fui comisionado para derribar la estación del ferro-
carril, operación que ejecuté con pena...... " (1)
La empresa. de Miramón sobre Veracruz era
ATAQUE DE UNA PLAZA FUERTE,
*
**
El·genera.JD .. Jose Justo Alvarez ya. se hallaba reunido
en Querétaro con el general Degolla.do el 13 de Marzo de
1859, y ambos habían recibido la c~rta del Sr. R~mero R~-
bio, relativa al entusiasmo en Veracruz y á la convicción de
sus defensores de derrotar á Miramón. Ambos generales sa-
bían el 13 de Marzo que Veracruz estaba. en verdadero es•
tado de defensa y que el ataque de Miramón daría por re-
sultado el triunfo completo. de la caun liberal, puesto· que
así lo había escrito el mismo gener,.l D. J ose Justo Alvarez
el 19 de Enero anterior al general Epitacio Huerta para que
se lo comunicara. á Degollado.
Podemos volver con Degollaio que se encontraba en Que-
retaro y que no tenía motivo de alarma por el ataque de Mi-
ramón á Veracruz, al contrario dicho ataque tenía que dar
·por resultado la ruina del ejército de Miramón y la del pres-
(1) Esta carta y la anterior están en poder del señor Melohor Alvo.1·ez, hij,>
del general D. Jo•é Justo; y debo á.. ea bondad el que me haya ent.regado las
copias, ·
311
Total. • . 15,700'
Constitucionalistas.
General Degollado, Querétaro • • • . . ·. 6,200 hombres
General Ogazón, Sur de Jalisco, terminando
su Hganización para fines de Marzo . . . 3,000
Fuerzas en los Estados de Puebla y Vera.-
cruz, al mando de Ampudia, Carbaja.1, Ala-
. triste, Méndez, regulares é irregulares. . . 4,000
Total. . . . . . . 13,200
Total. 16,500
Total.. . 4,000
**
.
¿Qué pasaba entretanto en Veracruz? ..... los generales
constitucional.istas Pedro Ampudia é Ignacio de la Llave, si-
tuaron fuerzas desde las cercanías de Córdova, hasta el puar·
to, en las gargantas y desfiladeros del camino, obstruyeron
.algunos puntos de la vía, volaron puentes y desolaron él país
{l) Cu.mbr.e. La guerra de rtres aioe. Pág,i.ol 2:n.
318
•**
Desde que Degollado conoció su mala situación, determi-
nó retirarse para evitar un seguro desastre. Conocía que na-
da había que temer por la suerte de Veracruz¡ por el contra-·
rio, como los defensores del puerto, sabía que si Miramón
atacaba estaba perdido; pues don Manuel Romero Rubio, es-
cribió al general D. José Justo Alvarez, segundo en jefe en
el ejército de Degollado lo siguiente:
"Abril l.•-11 de la noche.-No he tenido carta de Ud. y
la presente es para comunicarle las noticias que hoy tuve de
Veracruz que alcanzan hasta el 29. Según ellas Miramón no
habí1< vuelto á presentarse frente á la plaza después del 16,
y solo une. fuerza. de 100 infantes y 66 dragones llegó el 16
á Casa Mata de donde la desalojaron algunas granadas. Ha-
bía mucho entnsiasmo y decisión en los defensores. El mismo
24 una columna de 1,100 hombres al mando de C•sanova,
fué á Barra Vieja, cerca de Al varado. Les hici~ron fuego las
lanchas cañoneras, mataron 6 hombres, y se retiraron dejan-
do escritas muchas insolenuias en la arena. Bastantes solda-
dos de Miramón se habían pasado á la plaza y dos que sé
pasaron el 26 y por otro conducto se sabia allí que el 27 ha-
bía pasado por la Soledad la brigada Negrete que venia pa-
ra el interior, que era mucho el desaliento en jefes y tropa,
y que estaban en la mayor miseria, y sufriendo las penali-
dades del clima. Con fecha 29 me añaden: "Se confirma la
marcha de la gente de fuera: han venido desertados un sar-
gento y algnnos artilleros: no admite comentarios el ridicn•
lo y Echegaray ha quedado justificado. "Zamora me dice se
21
32·2
*
**
La obra funesta del pánico de Juárez no es sorprendente,
fué la consecuencia forzosa del gran vicio de organización de
nuestra Revolución de Reforma. Una revolución debe poseer
tres grandes elementos ignales en importancia: el elemento
político, el militar y el administrativo. El elemento político
lo constituyen los principios proclamados por la revolución
y cuyo triunfo es su objeto; esos principios deben ser cono-
cidos, estimados y aceptados por la opinión pública, al mis-
mo tiempo que los principios que se combaten deben desa·
credítarse en la opinión del pueblo. Tan gran tarea no co-
rresponde al gobierno sino á la prensa de la Revolución, fuera
de la intervención gubernativa enteramente libre .. La razón
y las armas debiendo hacer triunfar los principios revolucio-
narios; la prensa es el único agente propio y eficaz de la
razón.
El elemento administrativo es indispensable para la exis-
tencia del elemento militar. La obligación del soldado es ba-
tirse y morir ó vencer; pero á ese soldado se le deben pro-
porcionar alimentos, vestidos, armas, municiones, medicinas,
direcoión, disciplina, recompensas, iostruccióu y hombre que
lo reemplace cuando qnede fuera .de servicio. En la guerra
actual entre Rusia y el Japón, el poder administrativo es tan
importante como el poder militai de los ejércitos; éstos-.eci-
ben todo y_ oportunamente de sus centros administrativos que
acumulan y distribuyen toda clase de recursos. Para que el·
poder militar com l:etiente y el poder administrativo que hace
posible la acción militar puedan estar separados funcionando
en distintas regiones, es indispensable que lo! que proporcio•
n8n los 1ecursos rec·onozcan voluntariamenté ó por la fuerza
independiente del e¡ército los centros administrativos de acu-
mulación de recursos y además que existan medios adecua·
dos para su oportuna distribución.
En la guerra de secesión.de los Estados lJnidos, el gob~-,
324
/
/
CAPITULO IV.
ª"
La prensa censnrada el· cuerpo de guardia y castigada con
el cepo y los bancos de palos; el robo consular y proconsular
como única base financiera. de los privilegiados. El asesina-
to político floreciente como gran institucióa, el asesinato por
corte marcial como sanción brillante de la tiranía. La Mrre·
ra militar aclamada cotno casta divina; el pueblo aplastado
bajo nua gruesa capa de héroes de barro, sudando desprecio
por el género hnmano y ordenando que el patriotismo sea
la veneración por su brutalidad.
La Revolución teniá que hablar también con firmeza é
igual lealtad: sil~ religión era el privilegio, gran manifesta·
ción de la injusticia, los regalistas debían abandonar el re·
galismo, el liberalismo católico, el lenguaje tierno y místico
de los constituyentes de 1857, las protestas de·ortodoxia, los
ed.itoriales de periódico en forma de salmos, el arpa hebrea
del santo rey en el preámbnlo de las leyes, los golpes de p•·
cho después de cada discnrso, el ruido del mea c¡¿lpa al rede-
dor de las convicciones liberales, la timidez al marchar ha·
cia adelante, las preces místicas dando zancadilla á los sifo·
gismos, los gemidos arrancados por el ayuno y el cilicio en
los brindis dé los banquetes ofrecidos á la liberhd. Este ja-
cobinismo de sacristía. con expiaciones continna.s, con sobre·
saltos de anacoreta, con terrores de neurc1.sténico, 0011 v_isio-
nes de ultratumba, que caracterizaba á la generación liberal
de 1857, tenía que acabar como todo lo débil, lo deforme, lo
desequilibrado, cuando sonara el clarín del combate rudo,
entre dos generaciones, entre dos clases sociales, entre dos
sistemas de tratar á la humanidad; entre dos verdades, la del
cielo y la de la ciencia.
La jnventud de 1858 fué puntad á la cita que le daba la
catástrofe. Llegó al terreno con calor, con fe, con emoción
de atleta, con desprendimiento de perfume de algo inmenso,
con una cólera capaz de calentar un pueblo de carneros, con
una exalta.ción de fiebre que suel'la el crimen, con el insom·
nio de un jngador que al despuntar la anrora juega con la
332
*
**
En Michoacán el grupo rojo era poco numeroso, pero de
mucho empuje. Figuraba en él don J eslÍs Echaiz, poeta de
ideas, preciso, revolucionario; había traducido "Le bon Dieu"
de Beranger, con el uombre de Tata Dios y la traducción
valía más que el original. Florentino Mercado (hijo) se man-
tenía en la escuela negativa pura volteriana, sosteniendo una
sola afirmación: "todo se debe 11egar"; escribía. en "La Re·
forma" con tanta audacia como profusión; su palabra llega-
ba é. las masas y sn actitnd siempr0 varonil les imponía.
En la prensa y ..en la tribuna de Michoacan había un joven
de prodigioso talento, pei:judicado por una excesiva modes-
tia: Don Justo Mendoza. Poseía IÍ fondo el eclecti.,mo de Víc-
tor Cousin, seductor por la elocuencia y vicioso por la lógi-
ca. Tal eclectismo es ün majestuoso pastel de cátedra, para
reforzar el espiritualismo decidido de Descartes, de/Mal e·
branche, de Condillac. Don Justo Mendoza lo había combi-
nado con el espiritualismo alemán basado exclusivamente so·
bre la potencia de la razón pura. Había envuelto todo en el
3:13
***
En Tamaulipas en 1859, había dos periódicos rojos, cam-
peones decididos de las reformas más radi.cales, que apoya-
ban la acción en Vero.cruz de don Miguel Lerdo de Tejada,
á quien recono.cian como jefe. Don Juan José de la Garza,
Gobernador del Estado, encabezaba el grupo rojo de Tamau-
lipas, descollando entre sus miembros Don Manuel Romero
Rubio, Don Manuel Saavedra y Don Da.río Balandra.no. La
prensa atacaba igualmente al clero que al úogma con extre-
mado vigor y conforme al plan revolucionario francés del si-
glo XVIII.
*
**
El grup) juvenil raformista radical de Jalisco, era formi-
'dable por el gran talento de su• miembros, su decisión por
la lucha, su entusiasmo por per~cer con tal de dejar asegu·
rada la cosecha para el dí!\ siguiente. En este grupo se en•
contraban inteligencias y energías privilegiadas como las de
*
**
Entre los fronterizos figuraban, primeramente un joven
militar de buen talento, mucha lectura y convicto d.e misión
apostólica, Alberto Santa Fe. Fué espiritualista, después ma-
'terialiota y en sus últimos años espiritista. Hacía discurso•,
folletos, poesías. Eu 1858 y 18fül empleaba la poesÍ¡< oomo
fuerza política. Conozco. de sus poesías satíricas irreligiosas
"Las Bodas de Canaan'.', "Un bolero en Pa~esttna" y "Los
Fariseos en el Temple,". En estos trabaj~s.Jesucristo apare-
ce como un Robespierre enemigo del Papado, de los teólo-
gos y en general de la Igle~a¡ el Evangelio.casi es la Cons-
335
***
En el Estado de Zacatecas, erá Gobernador del Estado y
Comandante general, un joven de gran talento, de mucha
lectura variada, de gran verba, elocuente, insinuante, mate-
rialista., audaz hasta lo imposible y se llamaba D. Jesús Gon•
zález Ortega. Respecto de ese insigne personaje del partido
rojo, dice el escritor conservador D. Alejandro Villa.sell.or:
"Las declaraciones y discursos de este general le valieron el
sobrenombre del "Diablo Predicador" y los sucesos de Zaca-.
tecas dieron materia para que el entonces abogado y hoy co-
ronel D. Remigio Tovar, escribiera un opúsculo titulado:
"Excesos de le. demagogia" (1) en el que los relata fielmen-
te." Entre la juventud escarlata que seguía á González Orte•
ga. y le secundaba con la espada, la pluma y la palabra, los
más distinguidos eran D. Manuel A.uza y D. Jesús Lalanne.
Mucho antes que J uárez hubiera cedido é. la presión que le
hacía el partido rojo para expedir las leyes de Reforma, ya.
González Ortega, inmediatamente después de Vidaurri y éi.n
que ni uno ni otro hubiesen solicitado la autorización de Juá.
rez, decretó la n,.cionalización de los bienes del clero, dispu-
so de los valores de las iglesias, entre ellos de una gran pila
bautismal de plata maciza, disolvió la comunidad de frailes
guadalupanos, poco después que Huerta, el gobernador de
Michoaoán b&bía disuelto y expulsado á los padres Paulinos
de Pátzcua~o y Morelia..González Ortega fué el primero que
prohibió las procesiones religiosas. Por último, el general
González Ortega promulgó la ley del matrimonio civil antes
que el gobierno. de Veracruz. (2) ·
El general González Ortega, yendo más allá del programa
y
humano justiciero reformista, procedió á atacar al clero
sin misericordia exagerando el triste derecho ó la necesi-
dad inminente de represalias. Su decreto de 16 de Junio de
1859, anterior á las leyes de Reforma expedidas por J uárez,
es enteramente de la escuela terrorista de Marat. En lo re-
lativo al clero decia:
"Art. 2. 0 Sufrirán igual pena (la de muerte) los eclesiásti-
cos que ante uno ó más testigos exijaJ1 retractació11 del jura-
mento de la Constitución de 1857, ó se presten voluntaria-
mente á recibirlo; Íos que se nieguen á administrár los sa-
cramentos con motivo de dicho juramento ó de la observación
. de la ley de 25 de Junio de 1856, sobre desamortización de
fincas civiles y eclesiásticas y los que de palabra ó por escri-
to propaguen máximas ó doctrinas que tiendan á la destruc-
ción de la forma de gobierno ó la desobediencia á las leyes
y autoridades legítimas."
"Se comprenden en el final de la anterior disposición los
sermones, las cartas pastorales y cualesquiera otros docu-
mentos subversivos del orden que se lean en los templos, sin
que en ninguno de los casos que se refieren en esta ley pue-
da servir de excusa á los mencionados eclesiásticos la orden
de sus prelados superiores."
"Hechos lamentables venían ya á probar que no en vano
se había abusado escandalosamente del nombre y de los in-
tereses de la religión, pues en vez de servir nombre tan res-
petable de rémora al torrente revolucionario, éste se desbor- .
daba atacando sin rebozo cosas que hasta entonces habían
sido altamente veneradas por el pueblo mejicano. Lo-s dia-
rios conservadores referían en tono pla:iiidero las profanacio-
nes de los templos, la mutilación de las imágenes, la perse-
cución de los sacerdotes.'' (1)
(1) Joeé Muria Vigil, "Méjico á tra'Yéa de loe aigloe." Tomo V, pág. 37&
339
***
Desde Enero de 1859, el Puerto de ·veracruz á pesar de
J uárez era el foco más brillante del partido rojo reformista,
basado en la incredulidad demoledora de los enciclopedistas
del siglo XVIII. Había cuatro periódicos incendiarios: "El
Progreso", "La Reforma", "El Guillermo Tell" y "Le Trait
d'Union". En ellos eacribían Ignacio Ramirez, Francisco Zar-
co, (recientemente enrojecido), Guillermo Prieto (igualmen-
te enrojecido), Francisco Hernández y Hernández, Joaquín
Villalobos, Juan José Baz (1) y otros menos importantes.
Enviaban á los citados periódicos correspondencias de la Ca-
pital (no firmadas) y de otros puntos de la República, Joa-
quin,Alcalde, Vicente Riva Palacio, José Rivera y Río, Ig-
nacio Romero Vargas é Ignacio M. Altamirano, que escribía
en la prensa del Sur, con Condés de la Torre, y otros rojos
de menor calibre. "Le Trait d' Un ion" estaba redactado por
franceses jacobinos, modelo 1793, como don Renato Mason
y don Alfredo Bablot. Se hallaba también en el puerto y es-
cribía irregularmente en estilo Marat, el Lic. D. Bias José
Gutiérrez Flores Alatorr~.
***
'En 1859, la masonería no era lo qu~ es actualmente, una
oficina de baratijas de ex-sociedad secreta, con menos in-
fluencia política que la del Club Té. En 1859, la masonería
era la gran fuerza electoral, conspiratoria, revolucionaria del
partido liberal. Su influencia era ardientemente solicitada,
su apoyo era la seguridad dél éxito de un hombre público,
su poder era temido, sus decisiones acatadas respetuosamen·
te por sus_miembros; su organización daba disciplina á los
(1) Estuvo un año escribiendo en "La. Bandera Roja" de MoreJia y pasó des-
pués á Verácruz.
S40
*
**
El pa.rtido rojo en 1859, no se hallaba compacto, aunque
todas sus fracciones tenían el mismo programa: la reforma
hasta su último límite, con descatolización del país y reduc·
ción del clero á un súbdito sin ningún derecho, eternamente
castigado por sus crímenes é indigno de gozar de las líber•
tades comunes á las demás instituciones reli!Iiosas creadas
por la libertad de cultos. Los rojos masones de la cindad de
Méjico, los de Tamaulipas y los de Veracruz, reconocían co-
mo jefe á don Miguel Lerdo de Tejada. Los rojos fronteri-
zos reconocían por jefe á Vidaurri, antes de la escisión que
para siempre los dividió. Después de ello, unos continuaron
reconociendo á Vidaurri y la mayoría á. González Ortega.
Los rojos de Jalisco veían en Ogazón á su jefe y los d~ Mi-
choacán se inclinaban á Gonzó.l~z. Ortega. No hubo /grupo
del partido 'rojo durante fa guerra de Reforma qJ!e !101!1,mase
3H
*
**
La gran obra de 1.. Reforma anterior á la intervención de
Juárez (Julio de 1859) debo dividirla en dos partes: La acep-
tad_a plena y definitivamente por el partido conservador y la
rechazada por él y que ha sido la causa de la formación y
lucha de conservadores y liberales. Esta operación es indis-
pensable para destruir la leyenda sectaria que iguala á nues-
tros conservadores _con los. de España y Francia de 1823.
Los conservadores han aceptado desde su promulgación
por la primera vez . después de nuestra Independencia: La
abolición del derecho divino como origen. de los gobiernos.
T,a residencia de soberania en la voluntad de la Nación; la
división.de poderes; la responsabilidad de los funcionarios
públicos; el sufragio restringido ó popular como generador
de los poderes públicos. Todos "Los Derechos del Hombre"
ron excepción de la libertad religiosa;· el sistema republica-
no, representativo como forma de gobierno, y hubieran acep-
tado nuestra grandiosa ley de amparo si -la hubieran cono-
cido. ·
En materia de reformas religiosas aceptaron la supresión
de la Inquisición y de todos los tribunales de la fe; la liber•
tad de todas las creencias religiosas siempre que su manifes-
tación no fuera pública; la supresión de las órdenes monás-
ticas militares y hospitalarias; la desamortización y nacio-
nalización de los bienes de la Inquisición y de las órdenes
monásticas. hospitalarias y militares; la reducción de mo¡¡as,
terios y conventos; la reglamentación para limitar la adqui-
sición por el clero de bienes de manos muertas; la reducción
del número de frailes. y monjas; y la necesidad de reformar
345
***
Voy á ocnparme de la reforma religiosa eansa de Ia. for·
inación de los partidos mejicanos, que se verificaron .sin la,
interveneión de J uárez como hombre público ni privad.o;
346
1
Conde d~ Revillagige, (
. . 1 do, ,teoeral José Ma1·íal En materia penal fue-
Ab_~h~16n de fueros >Moreloa, ~oaq'.1ín Ffl~- ron abolidos porlaCone-
.eeleaiasticos. 1 nánde.z L1zar_d1, Ignacio I titueión de 1857. ·
Ramfrez (1845), Villa de
J Zitáeuaro ( 1852). l
Dirección de la In e-¡
itrueci(in pública quitadn 1
r
t
:', la Iglesia y entre,r,rada Fefürmistaa de 183:l.
al E13tado eou supresión 1
i1 Congreso de 1833.
l
-.zoao legal dó los diezmos, \
Libertad de rt-vocacií•n
-de l'Otos moná.ilticos ¡ia- R , . d .,
1
r
1Congreao de 1833.
.
ra. loa qu" loa hubieran)
,hecho.
ewrm1111 1as e 18,:, 3,
iConstituyentes de 1857,
l
Prohibición á. la Igle-~ . . ..i
.eia de adquirir bienes raí- R4;1fo1m1staa de 1.33 .
.eea. Ignacio Ramírf'Z.
1 Constituyentes de 1857
,c1a.
¡
. Libertad de concien· Reformietas de 1833.
Ignaeio Ramirez.
l Constitución de 1857.
) Reformiot.. de 1833. í
I IgnacioRamírez. Ciudad1_Constituyentes de 1857
Libertad de cultos.
J de Vera.cruz. Villa de Zi-
tácu&l'O. Constituyentes
1l).
de 1857. l
.ao~~::~~:!~z,•:~·,~ad:~~::} Re~ormista~ de l~Ss.f Ley-Lerdo pro~ulga-
. R 'bl' M I,ruac10 Ram1rez. D1pu- 1da por la dictadura del
·BJa eo 1a epu 1ca e- \ general Comoofort.
.. tadoa puros de 1817.
JIC811&,
Constituyentes de 1?57.
loe poderes ft1deralee.
***
Lás demás leye• de Reforma expedidas en Veracrnz fueron:
En 12 de Julio de 1859, nacionalización de los bienes del
clero, ya declarados desamortizables por la Ley-Lerdo de
25 de J uuio de 1856. Antes que el gobierno de Veraoruz,
habiau decretado la nacionalización de los biene• del clero en
1858, los gobernadores de los Estados de Nuevo León y Coa-
huila, Zacatecas, Jalisco, señores Vidaurri; Castro y Ogazón.
Además, el general D. Santos Degollatlo había decretado la'
nacionalización de los bienes del clero, suficientes á cubrir la
contribución impuesta al clero de dos millones y medio de·
pesos. (1) Los gobernadores de los E,tados de Nuevo León
350
i'
**
D. Melchor Ocampo hablando de la ley de nacionalización
de los bienes del clero, promulgada en Veracruz el 12 de Ju-
lio de 1859, afirma "que entrañan tales principios de injus-
ticia y desacierto." (1) Ocampo tiene razón, é,a ley no es
practicable como fué expedida y para aplicarla Ocampo tuvo
que expedir nna serie de circulares llamadas aclaratorias y
que en realidad reformaban sustancialmente la ley. El prin-
cipio filosófico que condena la existencia de los conventos' de
frailes, condena igualmente los de monjas, y sin embargo,
sólo fueron suprimidos los de frailes, declarando la ley sub-
sistentes los de monjas. ¿Por qué esta gran inconsecµencia y
todas las que ya señalé acompañadas de colosales desatinos?
La razón es muy sencilla: porque el gobierno de Veracruz
no había estudiado la cuestión de la Reforma y no la había
e•tudiado porque no le interesaba como bandera de la revo-
lución¡ todo lo contrario, le inspiraba terror que la Reforma
fuer4 el argumento revolucionario, y una de las mejores prua-
bas. de esta afirmación es que expidió la ley de libertad de
cultos hasta el 4 de Diciembre d.e 1860, cuando ya e~tab~
vencida la reacción. Los principios de una revolución no se
proclaman después que ésta ha triunfado. Luego no estaba
ea el programa del gobierno de Veracruz que los principios
reformistas fneran la bandera de la revolución.
Las leyes de Reforma, sin criterio filosófico, sin claridad,
sin ·condiciones practicables, sin lógica, sin estudio, sin con-
ciencia d~ lo que se hacia, se dieron en Vefacruz no por es-:
píritu reformador, sino por desesper.ición provocada por la
expo~ición que Degollado hizo de la situaci6n que se hundí¡
sin remedio si no se la· salvaba con dinero extranjero; porque
en el país ya no lo había, ni era posible segnir viviendó so~
bre los pueblos sin darles próxima y completa muerte.
(1) Ocampu. Obras completa&, Tomo II, pág. 152. Edici6n Pola.
353
***
J uárez es censurable por haber expedido las leyes de Re-
forma demasiado tarde. En la circular á los gobernadores y
caudillos que acompe.fta la ley de 12 de Julio de 1859, Juá·
rez dice:,.,"Desde entonces (el clero) escandalosamente y sin
disimul~ ha sostenido con los tesoros destinados á otro obje·
to; la fuerza arme.da que lanzó al combate". . . . "El (el cle-
ro) ha fomentado este constante malestar con el gran elemen-
to de los tesoros que la sociedad confió á su cuidado, y que
h._ malversado en la serie de tantos aftas con el fin de sobre-
ponerse y aun de oprimir á la nación y á los legítimos de-
positarios del poder. Ha sido inquieto constantemente, ha
maquine.do en favor de sus privilegios, porque ha contado
con recursos suficientes para premiar la traición y el perju-
rio, para sostener la fuerza arme.da y sostener algunos mi-
serables que se han dado á sí mismos el derecho de gobernar
é. la República. Es, pues, evidente y de todo .punto incues-
tionable, que cegando la foente de los m~les éstos desapa.re-
ceré.n como dese.parece el efecto luego que cesa la causa que
lo produce. Cuando el clero siguiendo las huellas de su Di-
vjno Maestro, no tenga en sus manos los tesoros de que ha
sido tan mal depositario; cuando por su conducta evangéli-
ca tenga que distinguirse en la sociedad, entonces y sólo en-
tonces imitará las virtudes de Aquél y seré. lo que conforme
á su elevado carácter debe ser; es decir, el Padre de los cre•
yentes y la personificación de la Providencia en la tierra."
¿Qué se diría de un médico que acertado en el diagnósti-
co. y conociendo el remedio infalible contra la enfermedad;
dejase al enfermo decaer, hasta que se anunciase la agonía
para .comeczai,. el infalible tra;tamiento? Los hombres de Ve-
racrnz sabían, antes de haber ido é. esa ciudad, que el dine~
ro del .clero figuraba demasiado en lós cuartelazos qué des;
honraba!¡ la política del país; sabían que el reme<)io eftoá'z
356
*
**
En la biografíe. de Juárez por Zerecero, delicada. apología.
;ntropólátrice., recomenda.da por don Matfas Romero como
lo mejor y más completo escrito hasta entonces (1866), revi-
sada. y rectificada por el mismo J uárez, se encuentra escrito
que "las leyes de Reforma, inspiracion de los inmortales Ler-
do de Tejada y Ocampo." (1) Estoy, pues, autorizado por el
mismo J u~rez y por los más notables prelados de su culto
para afirmar que las leyes de Reforma expedidas en Vera-
cruz, no fueron obra del pensamiento del célebre D;n Benito:
Don Juan de D. Arias, Oficíal Mayor del Ministerio de Re-
laciones del Gobierno deJuá.rez, en Veracruz, asegura: "Con
excepción de la ley ela.borada por el esclarecido pa.triotá don
Miguel Lerdo de Teja.da. sobre desamortización rle bienes
eclesiásticos, todas las demás fueron hechas por el Sr. Ocam-
po. Discutiéronse poco y se promulgaron casi como salieron
de las manos de su autor" .... "Así pues, puede asegurarse·
que ·.;n la obra de la Reforma. el benemérito don Melchor
Ocampo, fué q11ien tomó la parte mayor y más esencial: este
fué el delito que el baudo clerical no quiso p_er.ionarle." (2)
El Sr. Lic. D. Ignacio Mariscal, que puede considerarse
~omo el Camarlengo del sacro Colegio J uarista nos dice, res-'
pecto de Ocampo: " ... principal consejero del ilustre Presi-
dente (Juá.rez) al expedirse las leyes de Reforma." (3)
El Sr.. Lic. D .. Félix Rumero, jefe de la Propa_qandá fide
nos manifiesta que Ocampo füé ~1 colaborador más gTande y
competente como consejero de J uárez, el año de 59 en Ve_.
racruz. (4) El Sr. Romero llama á Ocampo Apó,tol é ilustre
Reformador.
(lJ A. Pola, páo. 83.
(2) A. Pola. Melebor Oeampo. Obras completa&. Tom::i H, Nota de la pá-
gina XC.
(3) A. Pola. Melehor Oeampo. Obras complet11.11, Tomo 11, pág. V.
(4) A. Pola. Melohor Oeampo. Obras completü1. Tomo 1,. pág. IX.
S59
El Sr. Lio. D. Justo Sierra., sin colocarse en el culto jua.·
rista, brilla como uno de los grandes admiradores de J uárez,
sin olvidar que fué hombre afligido de gr..ndes flaquez,s; oa.·
Iifica á Ocampo de hombre eminente y veriladero jefe del
partido liberal avanzado. (1)
El Lic. D. Eduardo Ruiz, otro admirador laico de J uárez,
afirma "que en aquella guerra (de Reforma) se habían con•
quistado)os principios de la Reforma y á Ocampo corres•
pondía en cierto modo recibir e! primero las ovaciones del
pueblo agradecido." (2)
E,tando ya Juárez en la capital como Presidente Consti•
tucional de la República, don Guillermo Prieto en la tribu-
na de la fiesta cívica del 16 de Septiembre, y delante de J uá-
rez que presidía la solemne ceremonia., no tuvo inconvehiente
para decir: "La• batallas se han perdido y se han ganado,
pero ese polen de la ide~ contenida en el paimero de una ge-
neración desheredada atravesó el tiempo, cayó en el terreno
de 1833; Mora y Farías la hacen florecer, y Lerdo al fin,
Lerdo inmortal, la arranca á las dudas de Comonfort, y dota
con los que siguen á un pueblo que sólo habla tenido ilusio-
nes de la. independencia mejicana". (3)
En 1861, había en la. prensa una oposición formidable con•
tra J uárez; s:,lo dos parió:licos lo sostenía.u con t.lento, leal-
tad y vigor: "El Siglo XIX" y el "Monitor Republicano." El
primero era órgano de Za.reo que ocupaba el puesto de jefe
del gabinete del presidente J uárez en Marzo de 1861 y su re-
dactor era. don Manuel María de ZamaQona, que tres meses
después fué ministro de Relaciones de Juárez; no se puede
considerar el juicio de Za.macona. sobre don Miguel Lerdo d.e
Tejada como el de uno de los partidarios de éste y el de un
enemigo de Juárez. Don Manuel María de Zama.cona decía
al anunciar la. muerte de don Miguel Lerdo de Tejada: "Po-
***
En la sesión del segundo Congreso Constitucional, corres-
pondiente al 21 de Mayo de 1861, el Sr. Manuel :Ruiz, leyó
la "exposición relativa á los dos períodos en que desempeñó-
el ministerio de Justicia, antes y después del golpe de Esta-
do,'' y entre otras cosas, expuso:
"En Julio de 1859 era ya irresistible el clamor público.
Toda la nación pedía la Reforma. Los Estados del interior
(es decir sus gobernadores) se uniformaron en la opinión y
no era menos poderosa y enérgica la voz de los demás pue-
blos que la reclamaban. Ella llegó por fin con todo su pres-
tigio á los oídos de los encargados del poder público, decidi-
damente apoyada por el Exmo. Sr. General en jefe del ejér-
cito federal D. 8antos Degollado.
"En vista de tan marcada y clara exigencia, el gobierno,
que no debía ni podía retardar por más tiempo la ejecución
de un pensamiento asentado ya en la conciencia. de la Na-
ción, se decidió á expedir las leyes que lo .contenían .. ;r (3}
¿Qué '!alor histórico tiene el documento que acabo de pre-
(1) Ignacjo M. Altamiraoo. Biografia de Ignacio Ramírez, p'&', XLVI.
· (3) Ignacio M.'AltamirÍ1110. · El mismo documento.
<3) 2, ° Congreso Cunstitueiooal. P.l'iQler Pedodo,. págs. 67 y. 613.
363
(l} El dooomento que acabo de copiar fué conocido del público haeta 186~.
(2) El Sr. José Maria Iglesias que 1e cita, no ere.el Sr. Lic. delmiemonom-
~re que fué Mini1tro de Ju_árez.
374
***
La pasión por elevar á J uárez con detrimento de todos los
hombres ilustres de Méjico, se puede comprobar á cada mo-
mento en el desarrollo de la invisible, impalpable é imagi-
naria obra de Juárez. Está comprobado y aceptado, aun por
los más furibundos juaristas que su ídolo no fué autor de
las leyes de Reforma y que ni siquiera las ilustró cuando.
fueron discutidas. Pues bien, á la ley de 22 de Noviembre
de 1855 se le llama la Ley J uárez, no obstante que fué el
];'residente don Jnan Alvarez, obrando como dictador, quien
la sancionó, firmó y promulgó. A la Ley de 25 de Junio de
1856, se le llama la Ley Lerdo y no la Ley Comonfort, · no
obstante que fué éste quien como Presidente y en virtud de
sus facultades dictatoriales la sancionó con su firma y la pro-
mulgó. A la ley de 11 de Abril de 1857 sobre obvenciones
parroquiales se le llama la Ley Iglesias, á pesar de que fuá
Comonfort quien la sancionó y promulgó. Siguiendo el mis-
mo criterio, que es sin duda alguna acertado, se debía apli·
carlo á las leyes de Reforma expedidas en Veracruz y llamar
á la ley de nacionalización de los bienes del clero Ley Ler-
do como la historia llam~ á la ley del mismo señor de des-
amortización de los bienes del clero promulgada por Comon-
fort. Y á las demás leyes de Reforma se les debía llamar le-
yes Ocampo, por haber sido Ocampo quien las hizo y quien
dando todo su apoyo al partido rojo se empeñó porque fue-
ran expedidas. Pero como en el caso de Veracruz no se tra·
ta de don Juan Al varez, ni de Comonfort, sino de J uárez,
es preciso cambiar de criterio y de justo hacerlo injusto, y
de atinado convertirlo en desacierto, y llamar á las leyes de
Reforma de Veracruz, leyes del coloso J uárez.
Si J uárez no ha querido firmar las leyes de Reforma, '10
hubieran derrocado inmediatamente los representantes del
partido rojo que se hallaban en Veracruz y que disponían
del dinero, del prestigio y de las armas.
375
*
**
Se necesita sufrir todo el deterioro mental que ocasiona
una fanatización aguda ó intentar trasformar la historia en
farsa final de maroma de arrabal, para ver en el J uárez de
Vero.cruz un coloso y sobre todo un coloso-colosal como el
que se arroja é. la estupefacción de los mejicanos cultos cada
18 de Julio. El pap~l de Juárez como reformista es tan mci·
desto y de color tan pálido, que se confundiría fácilmente
con el de una nulidad (1) .si no existiera verdaderamente la
ley-J uárez que ah.olió á medias los fueros eclesiásticos.
***
Se debe tener en cuenta. que J uárez, al expedir las leyes da
Reforma., no era un Carlos III de España ó un Luis XIV de
Francia., autócrata ciegamente obedecido por su pueblo; se
debe observar que tampoco era el jefe de una república ver·
<ladera en que un proyecto de ley es aceptado por el pueblo
y sanciona.do por su voluntad. Las leyes de Reforma. eran y
aún son demasiadq elevadas para masas que todavía no sa-
len del sistema. pre-colonial y colonia.!. Tales leyes fueron
acogidas por la. mayoría del pueblo con ira, con horror, con
asco, con desesperación y sólo las armas pudieron imponer-
las; sólo las armas las han sostenido eficazmente y sólo al am-
paro de las armas van adquiriendo favor poco é. poco en la
conciencia. nacional. El gobierno de Veracruz expidió los
proyectos de las leyes de Reforma, y llegaron al rango de
leyes cuando fueron firmadas con las espadas de los héroes
en los campos sangrientos de sus victorias. Los verdaderos le-
gisladores que expidieron las leyes de Reforma, se llaman
"Cuevitas," Asalto é. Gua.dalajara, Calamanda, Loma Alta,
"Coronilla," Peñuelas, Silao, Calderón, sitio de Gu..dalajara
y Calpulálpam. Sin esos legisla.dores, las leyes de Reforma
apenas habrían servido para el neo de las tiendas de abarro-
tes y para tema de algunas canciones burlescas reaccionarias
contra los hombres de Veracruz.
No es posible negar que el primer lugar en la guerra de
Reforma lo debemos dar á los guerreros, no á los que pre-
senciaron en cómoda y buena lumbrera la gran corrida san-
guinaria en donde se lidiaba á la tradición· con todas sus fu.
rias. Entre los guerreros, el que más descuella por su cons-
tancia, su aoti vi dad, su fé, su valor, su épico heroismo, sn
desinterés, y sus virtudes exquisitas, es sin duda D. Santos
Degollado, rodeado por González Ortega, Ogazón y G~tié-
nez Zamora, como los más distinguidos caudillos de tan me-
mora.ble revolución.
CAPÍTULO VI.
***
Dividido el país en comarcas heroicas ó cacicales graudes
y pequeñas; los grandes caciques se convirtieron bajo el fe•
deralismo en gobernadores perpetuos y dinásticos de los Es-
tados, bajo dos formas naturales que manifiesta la ley his-
tórica. Cacicazgos autocráticos, debidos á que el principal
caciq11e había logrado extermi11ar á los pequeños y fnndar
s11 dinastía asiática ó africana, y en 1856 de esta especie eran
!os Estados ,le Guerrero, Nuevo León y Coahuila, Tamauli-
pas, Chiapas, Tabasco y Chihuahua, En Sonora dos dinastías
cacica!e,, la de Gándara y la de Pesqueira, se disputat au la
corona de espinas pare. el pueblo; en Sinaloa se e•taba for-
mando el-cacicazgo de D. Plác.ido Vega que logró ser com·
pletamente absoluto.
La segunda forma de federalismo era el cacicazgo feudal.
El gobernador del Estado, sólo gobernaba en la capital y al-
guna que otra ciudad de su Estado. No siendo bastante fuer-
te ni hábil para hacer todo lo que han hecho los reyes feu-
dales para convertirse en absolutos, exterminar por la gue·
rra ó el asesinato poHtico á uno por uno de los señores feu•
dales, dejaban que los pequeños caciques gobernasen despó-
ticamente sus respectivos d0minios. Un gobernador de en·
tonces decía: "No puedo quitar al jefe político de tai pobla-
ción porque se me pronuncia y no puedo poner otro de füe-
r& ni de la localidad p@rque ¡,. familia del reinante es muy
390.
.
**
Una vez entendida. la sociología del país en su dominio po-
lítico, se explican fácil y exact,amente todos los fenómenos
de la guerra de Reforma, por inexplicabl.as que aparezcan.
Un autócrata no aguanta á otro autócrata en frente. La
yerdadera religión de un cacique es su poder; el verdadero
patriotismo de un cacique es su ambición; el· verda!'lero te•
rritorio nacional de un cacique es su persona. La religión
nunca ha podido g9bernar á los hombr!>S de carácter y de
ambición una vez que ésta comienza á funcionar á alta pre-
sión. El federalismo mejicano era la expansión y le. brillan-
te epopeya del sistema cacica! extendido en toda. la Repúbli-
ca.. El plan de Ayutla. había. conducido á la. supresión de las
comandancias militares. Un caciquismo sin comandancias mi-
litares, era la profusión de paraísos para los autócratas en la
:República Mejicana. Era la libertad completa para el des-
potismo local y el alivio pe.ra las víctimas del militarismo,
Quedaba siempre en frente del cacique otro comandante ge-
neral: el obispo, el guardián ó el prior del monasterio, pega-
do á la. aldea., el cur~ con influencia también tiránica sobre
sus ovejas.
Todos los reyes han sido partidarios del regalismo y los
reyes de gran ambición lo extendieron hasta sojuzgar á la
Iglesia bajo su poder. Le. ambición de poder es la más gran-
de de las pasiones, la más egoísta, la más audaz, la verdade-
ramente absoluta. El emperador Carlos V, profundamente
católico y supersticioso como el más bárbaro de nuestros in,
digenas, estuvo á punto de hacer polvo al Papa, al papado y
al catolicismo. El cardenal de Richelieu se puso de) lado d<!
392
***
El partido liberal tenía superioridad nota.ble en recursos,
pues las rentas anuales eran en 1859 y bajo el régimen de
paz:
Productos de aduanas marítimas y fronterizas ....$ 9.000,000
Papel sellado . . • . • . • • • • • • • • 1.100,000
Contribuciones del Distrito Federal. • • • . . . 1.150,000
Otros impuestos . . . . . . • . . • . • • • . . 800,000
Ingresos de los.Estados ó Departamentos .. 5.300,000
Total . . . . . . . • . . $ 17.350,000
Dist1"Íb11ción.
Correspondía. á los liberales el total producto
de las aduanas marítimas, más Jas rentas lo-
cales de los Estados que ocupaban, más pa-
pel sellado en los mismos puntos y. di ver.os. 11.100,000
A IQII reaccionarios, según lista anterior . • • 4.450,000
Total . . . . . . . , $ 2.040,000
***
Hemos visto que en 1859 el general Mirsmón. emprendió
la. oampafla contra la plaza de Veracruz que estaba en situa-
ción de inexpugnable ante los muy insuficientes elementos
del enemigo. Hemos visto que Juárez sin fe, sin instinto mi-
litar vulgar, sin escuchar á los jefes defensores y completa-
mente aterrado ordenó ·y reiteró la orden del sacrificio inn&-
oesario del ejército de Degollado en Tacubaya, después de
haber iía'uswo:ésá' orden la 'salvación de los tres mil rescoio<
26
402
narios en .Calamanda que debieron ser completamente des-
truídos.
La derrota del general Degollado en Tacubaya lo. obligó
á ir á Veracruz para instar á que se le buscasen recursos en
el extranjero y á que se expidieran l.as leyes de Reforma pa-
ra satisfacer.las necesidades de la guerra y las aspiraciones
del partido rojo. J uárez resistió porque estaba en su natura-
leza vacilar·y desconfiar de toda resolución grave; su carác-
ter, como he dicho tantas veces, no' era de revolucionario.
Don Miguel Lerdo de Tejada, .apenas expedidas las leyes de
Reforma, partió para los Estados Unidos para conseguir di-
nero, vendiendo ó dando garantía con los bienes del clero.
El resultado de •u urgente misión fué un completo fracaso-
***
N.o obstante los desastres que habían sufrido los liberales,
su situación era imponente el 1. 0 de Septiembre de 18ü9, po-
cos díaa después de expedidas las más importantes leyes de
Reforma:.
El general Coronado irresistible, había hecho una brillan-
te campaña y con tres mil soldados fogueados y de gran em-
. puje invadía procedente de Sinaloa el Estado de Jalisco. El
general Pesqueira dominaba en Sonora y Sinaloa, después
de haber tomado á viva fuerza la plaza de Mazatlán, el 3 de
Abril de 1859, y disponía de tres mil hombres disciplinados
y altamente .moralizados por sus triunfos. El célebre bandi-
do coronel Antonio Rojas, que con instrucción hubiera sid.o
un gran militar, se encontraba con mil hombres cerca de Te-
pic. Ogazón había terminado de organizar su división, ha-
.bía invadido á Colima, sitiado y tomado al puerto de Man-
]'lanillo. Entre Vidaurri y Garza contaban con tres mil hom-
pr~~ en disponibilidad para internarse por el Estado.d,e San
l,uis.Por último, Degolla,c\o con los recursos. qQ~ .?oíÍsiguió
!';I\.Ver~9r.u_z . procedente,s.de éliver~a~ .'?P~r:':rto1k~.,!1f!-lizad.a&
403
19,óOO
*
**
En 1859, había. la creencia general entre conservadores y
liberáles, que la guerra seria interminable por tener ambos
beligerantes recursos iguales insuficientes para que uno de
ellos pudiera vencer al otro. En 1858, ciertamente los re-
cursos fueron iguales¡ pero en 1859 ·eran superiores los re-
cursos liberales porque aun cuando cortos, no había .habido
en el partido liberal un ministro Peza, ni la jauría de agio-
tistas había devorado h"l!ta los últimos restos de las rentas,
como sucedió á.Ios-reaccionarios.
El estado más que indigente en que se encontraba en Oc-
tuhre de 1859 el gobierno de Miramón, explica por qué el
brillante caudillo de la reacción cuando Degollado con seis
mil hombres invadió el Estado de Guanajnato, haciendo re-
troceder hasta Querétáro al general Vélez, sólo pudo pre·
sentar
Fuerzas de Vélez ................. , . 800 hombres.
General Tomás Mejía .. : .......... . 1000
Guarnición de Querétaro ......... . 500
Escolta de infantería de la artillería
C?nducida de ·M~)ico p.or OrdoñeJi .. 300
-------
2,600 hombres.
Márquez no podía auxiliar á Miramón, porque hubiera te,
.nido que desocupar la.plaza de Guadalajara, amagada por la
división de Ogazón.
408
(1) Ramón Corral. Reseña Histórica del Estado de Soaora, págs, 12 y 13.
410
***
La derrota de las fuerzas liberales en la "Estancia de las
VacEIS", dió lugar á que el generai Miramón victorioso se di-
rigiese á Guadalajara, quitase el mando al" general Márquez
por haber dispuesto de $ 600,000 de una conducta de can·
dales confiada á su autoridad, y lo enviase á la ciudad de
Méjico para eer juzgado. Hecho esto, Miramón. salió inme-
diatamente sobre Ogazón, quien ee replegó.á sus excelentes
posiciones, con alta moral para combatir. El caudillo rea.e·
·(J) Véaee Balbontin. Mémoriaa.
411
*
**
En 19Ó4, algunos de mis impugné.dores han he.cho nso del
infeliz argumento de Zarco, en mejores términos, pnes me
han dicho: La prueba de que el tratado Mac-Lane-Ocampo,
no era tan ventajoso á los Est,ados Unidos es que Jo repro-
baron; luego no era un tratado inconveniente para Méjico.
La prueba plena de la iniquidad contra Méjico del tratado
Mac-Lane se encuentra en el texto del tratado. Si en un
tratado se lee q ,te un go hiero'> se compromete á V€nder la
· mitad \iel territorio naoional á un gobierno extranjero, la
prueba se encuentra absoluta eu las palabras del documen-
to, siempr" que el autor lo reconozca como suyo. Cuando en
un tribunal el que otorga un pa,qa,·é.á favor de un usurero
reconoce su firma como buena é irreprochable, no hay juez
que pida otra prueba para proceder contra el signatario del
pagaré si no paga, á menos que se pruebe que dicho signa-
tario está incapacitado Jeg•lmente por locura ó falta de .edad.
Supongamos que un rico IL1jurioso envía á uu lenón á co-
rromperá nua joven para que sea su querida. Supongamos
que la joven.acepta y entre ella y el lenón extienden un do-
cumento en que queda consignada la resolución de la joven
de prostituirse por determinada cantidad de dinero. Supón-
gamos que mientras esto sucede, el rioo lujurioso encuentra
á otra joven que le agrada más y rechaza ratificar el contra-
to con la p~imera joven. ¿Se puAde afirmar que no obstante
el documento que prueba la promesa de prostitución, la jo-
ven no ha dejado de ser irreprochablemente virtuosa porque
el rico rechazó ratificar el contrato de amasiato?
El contrato Mac-Lane-Ocampo, está firmado por Mac-La-
ne y Oeampo; y como lo probaré plenamente, despues fué ra-
tificado por J uárez bajo su firma. Este tratado tiene valor de
escritura pública intachable y toda escritura pública causa
prueba plena, sin que se admita solicitud de más pruebas.
O~anpo se obra de buena fe, como yo lo hago, preocupán-
416
*
*º
En el afio de 18191 los sudistas pidieron la incorporación
,del territorio de Missouri en la Unión como Estado escla-
vista, al mismo ti.empo que los nordistas pedían igualmente
la incorporación del territorio de Maine como Est.. do libre.
Los nordistas estaban decididos no á abolir la esclavitud, pe·
ro sí á restringirla y para ello se proponían no admitir en la
Unión más Estados esclavistas. El choque parlamentario en
la prensa y en la opinión fué tremendo. Los sudistas habla•
ron de separación y los nordistas de impedirla. Los aconte-
ci!llientos e.menazabe.n seguir una marcha trágica, cuando
·Clay propuso una transacción: Maine sería admitido como
Estado libre y Missouri como esclavista; pero quedaba para
siempre. prohibida la esclavitud en los Estados que se esta-
,blecieran al Norte del paralelo treinta y seis grado!, treinta
417
***
Una vez firmado el tratado de Guadalupe Hidalgo, que
terminó nuestra guerra con !os Estados U nidos, los esclavis-
tas creyeron que todos nuestros despojos que quedaban al
Sur del paralelo de treinta y seis grados, treinta minutos,
iban á ser dedicados á la esclavitud. El primer fracaso que
tuvieron fné perder la elección presidencial que ré~ayó en
el general Taylor quien nos ganó la batalla de la Angostu-
. ra, y que pertenecía al partido whig. El segundo golpe fué
419
*
**
El compromiso de 1820 prohibía la esclavitud para siem-
pre al norte del paralelo de treinta. y seis grados treinta mi-
nutos precis..mente en una rica zona extendida desde la línea
septentrional de Arkansas hasta_ el limite de la América in- ,
glesa, midiendo á lo largo doce y medio grados de latitud y
hacia el Oeste tocando á. los territorios de Utah y Oregon.
Esta gran región ocupada aún por indios bárbaros y atrevi-
damente recorrida por intrépidos cazadores podía proporcio-
nar veinte Estados. El partido esclavista. decidió apoderarse
de ella rompiendo !os lazos que hacían posible aún la exis-
tencia de la. Unión.
El golpe sorprendió al pueblo entero ccimo si se hubiera
propuesto derogar la Constitución. El bill se denominó de
(1) Blaine. Twe11ty yeura of Congres&.'· Pág. 114,
422
***
A primera vista, el partido esclavista había obtenido un
triunfo inmenso y. decisivo haciendo desaparecer la prohibi-
-0ión á perpetuidad del establecimiento de la esclavitud en el
inmenso territorio de Kansas y Nebraska. Como Kansas es-
taba pegado á los Estados esclavistas su población futura de·
bía serlo. Pero los Estados libres formaron sociedades para
enviar colonos y no obstante las grandes distancias que te-
nian que recorrer en regiones deshabitadas tuvieron bas-
~nte población para oponerla á los esclavistas. La lucha co-
illlenzó en el terreno legal y pronto pasó al de la guerra oi-
vil. Cuando ésta fuá reprimida quedé.ron frente á frente los
dos partidos. EL a11ti-esclavista celebró una Convención en
Topeka, votó una Constitución prohibiendo la esclavitud y
pidió entrar como Estado libre en la Unión.
· L~ mayoría democrática en las dos Cámaras, desechó en
1856, la petición del partido anti-esclavista de Kansas; ne·
gáudose á reconocer la legalidad de la Convención. El parti-
do esclavista tuvo su Convención en Lecompton; hizo una
Constitución y no la presentó al voto del pueblo, sino única-
mente la condición si debía. ó no reconocer la Constitución
la esclavitud. EL partido anti-esclavista rehusó votar, y apa-.
reció triunfante por un escandaloso fraude, la voluntad pú-
blica del territorio á favor de la esclavitud .. El Congreso de
1857, rechazó después de una lucha terrible la admisión de
Kansas como Estado bajo la Constitución votada en Lecomp·
ton.
En 1858, el presidente Buchanan anunciaba al Congreso
que el partido anti-esclavista en K,nsas dominaba la situa-
ción y que el poder se encontraba en sns manos: "The an-
tislavery party were thus placed in the ascendaut, and the
political power of the Sta.te was in their own hands." (1)
El triunfo esclavista por la ruptura del compromiso de
1820, quedaba nulificado por la actitud resuelta de la mayo-
ría. de la población de Kansas contra la esclavitud. No que-
daba al Sur antes de· apelar al ti:emenrlo y mortal recurso
de la guerra civil, más que imponer un nue•,o·despojo de te-
rritorio á la débil nación mejicana.
***
Mr. Buchanan que nada desfavorable para nosotros había
dicho en su mensaje de Diciembre de 1857, revela al Con-
greso en el de 1858, que Méjico ·ha causado mu.cho daño en
sus personas y propiedades á los ciudadanos norteanierica-
(1) Second annual meaeage. Diclembre 6 de 1858.
f24
nos residentes en nuestro territorio y que sólo las reclama·
ciones pecuniarias correspondientes ascendían á más de diez
millones de dollars. Anuncia además que su ministro en Mé·
jico había reconocido al gobierno de hecho ema.nado del plan
de Tacubaya.
Mr; Buchanan pidió al Congreso autorización para pose-
sionarse de la p~rción suficiente de territorio mexicano en
calidad de prenda y guardarlo hasta que las injurias fuesen
reparadas y satisfechas las reclamaciones, montando comó
he dicho á más de diez millones de dollars: "I sho11ld at once
have 1·eccommended to Gongress, to ,qrant the necessary power
to the president to take possession of a sufficient of the re-
mote and unsettled territory of Mexico to be held in pledge un-
til our injuries shall be redreased and our just demand besa-
tisfied." (1)
No se conformaba Mr. Buchanan con tan poca cosa: Se
quejaba de que los indios bárbaros habitantes de la fronterá.
de Méjico y Estados Unidos cometían frecu~ntes depreda-
ciones en territorio de la Unión, que no castigaba el gobier-
no mejicano cuando le correspondía, y en consecuencia, pedía
al Congreso autorización para establecer en el Norte de nues-
tros Estados de Chihuahua y Sonora un protectorado, que
duraría hasta que á juicio del gobierno norteamericano los
gobiernos de Sonora y Chihuahua estuviesen en aptitud de
ofrecer serias garantías á los ciudadanos de los Estados Uni-
dos. En suma, Mr. Buchanan nos sentenciaba á perder los
Estados de Chihuahna y Sonora y los que servirían de pren·
da para responder de más de diez millones de dollars que
importaban las reclamaciones. Tal era la revancha que el par·
tido esclavista había pensado tomar por el fracaso de la es-
clavitud en Kansas y·Nebraska.
Bajo estos amistosos auspicios se presentó Mr. Mac-Lane,
ministro plenipotenciario cerca del gobierno de Juárez, nom-
brado y suficientemente instruido por Mr. Buchanan.
CAPITULO VIII.
¡SIN HISTORIAi
(1) Citado por ViU.aseñol', Estudio.~ hi11t6ricoa, Tomo 17 págs, 300 y 301.
431
***
Voy á exponer las opiniones de los escritores y oradores
liberales, dignas de tomarse en consideración respecto del tra-
tado Mac-Lane-Ocampo.
Impugnando la concesión al Ejecutivo de facultades extra.-
ordinarias, el diputado liberal exaltado, D. José Maria Agui-
rre, decfa en la tribuna del Congreso de la Unión: "¿Cómo
se trata, añadió, de dar facultades omnímodas al Gobierno
que allá, en Veracruz, puso á los piés de los norte-america-
nos la dignidad y el decoro nacional con el tratado Mao-
Lane, por el cual se concedía é, aquellos el derecho de atrave-
sar armados por nuestra República, y que en Washington se
arreglaran los derechos que debían pagar los efectos que se
introdujeran por la frontera? Para el gobierno traidor que ha
hecho esto, no merece ninguna confian~a." (3)
D. Joaquín Villalobos, demagogo insigne, escribía:"· .. y
sólo consiguió J uárez poner en evidencia el tratado Mac-
Lane, sin que saliesen de ese tratado los recursos deseados y
· que surgiera de él todo el ridículo que nos echó por este ne-
gocio la reacción.'' (4)
(1) Citado por Villaaeñor. Estudios Hidt6rlcos. Tomo I, págs. 301 y 302.
(2) Citado por Villaeeñor. Pág. 143,
(3) Congreso de la Unión. SeRi6n del 29 de Mayo de 1861,
(J.) Guill~rmo Tell.-18 de Mayo de 1861.-Biblioteca Nacional.
4S2
*
**
El sellor Lic. Eduardo Ruiz, escritor liberdl exaltado, au-
-tor de la biografía de don :Melchor Ocampo y su admirado.r
apasionado, ha escrito fuera del calor y las pasiones del mo-
mento, en el afio dé 1893, treinta y cuatro allos después de
firmado el tratado Mac-Lane: "En medio de estas circuns-
tancias, dice Ruiz, y cuando los hombres del partido liberal
deberían haber mostrado más fe y decisión, hubo un mo-
mento en que ambas cosas faltaron á los gobernantes de Ve-
racruz y se firmó el tratado Mac-Lane, que, aparte de ser in··
decoroso para la dignidad del gobierno comprometía seria-
mente los intereses nacionales." (2)
.El Sr. Víctor Darán, escritor liberal ha afirmado: "Si J uá-
,rez se ha mostrado enérgico en la lucha que ha sostenido á
la cabeza de su partido, debemos sellalar el hecho de Antón
Lizardo y el tratado Mao-Lane c.omo dos manchas antipa·
trióticas sobre la reputación de este hombre histórico." (3)
Don Manuel Rivera Cambas, escritor liberal, dice: "Hubo
un momento eri que faltó la fe á los gobernantes de Vera-
cruz y al fin se firmó ahí un tratado entre J uárez y el minis ·
tro.americano Mac-Lane." (4). ·.... "El tratado Mac-Lane-
Ocampo, cortaba el territorio de Méjico en pedazos, facili-
tando el acceso por varias partes, confería á los Estados Uni-
dos la facultad de imponernos el gobierno de J uárez y qui-
taba á Méjico el derecho de arreglar sus divisiones intestinas
( l) Couatitu.cional, J unlo 3 de 11361.
(2). Lic. Eduardo Ruiz. Biograf1a del C. M1:tlchor Ocarupo, pq. 66.
(3) Le géneral Miramón, pá.g. 107.
{<I) Rivera Cambas, Hiatorio. de Ja 1apa. Tomo V, pi¡. 269.
433
sin intervención extranjera. Los artículos adicionales eran
altamente depresivos para nuestro país, teniendo que pagar
hasta los gastos de guerra el día que los Estados U nidos nos
intervinieran: daban á J uárez la facultad de ratificar el tra·
tado, lo que tan sólo competía al Congreso según la Consti•
tución, y humillante par~ nuestro patriotismo el que se re·
curriera al auxilio del gobierno vecino; para conservar el or-
den en el territorio mexicano." (1)
El Lic. D. Bias José Gutiérrez Flores .A.Iatorre, lib9ral ro·
jo, profesor que fué de la Escuela de Derecho de la ciudad
de Méjico, dice: "V~rdad es que el tratado que en 1859 ce-
lebró el C. Melchor Ocampo por el C. Benito J uárez con Mr.
Mac-Lane ministro del Norte, era gra.v.ísimo y seriamente
peligroso para Méjico, por la cesión á perpetuidad del dere- .
cho de tránsito por el istmo de Tehuantepec, por la exención.,
de toda clase de derechos ·,. efectos y mercancías que pasa-
sen por dicho istmo, por la autorización para introducir fuer-
zas del Norte para seguridad de personas y bienes que pa·
sasen por las rutas del propio istmo; por el derecho de trán-
s.ito de tropas, abastos militares y pertrechos de guerra des·
de Guay mas hasta. el rancho de Nogales ú otro punto de la
frontera cerca del 111 ° grado Oeste de la longitud de Green-
wich, sin p;.gar más que la mitad de los derechos comunes;
por la cesión á perpetuidad (con iguales exene.iones) del de~
recho de vía y tránsito (excepto por tropas y pertrechos) al
través der territorio mejicano desde Camargo y Matamoros
hasta otro punto del Río Grande en T .. maulipas, por vía de
Monterrey Jiasta el punto de Mazatlán y desde los expresa-
dos Rancho de Nogales ó grado 111 ° por la vía de Magda-
lena y Hermosillo en Sonoro hasta Guay mas, etc.; no recibien-
do en recompensa de tan asombrosas y ameuazadoras conce- ·
siones para Méjico, sino cuatro millones de pesos, dos en efec~·.
tivo y dos aplicables á reclamaciones de los norteamericanaa--
por perjuicios y daños sufridos, siendo uno de los mayores
peligros para nosotros la autorización acordada al Norte, en
(1) Ri,era C~mbae. IJietorja de Jalapa.. Tomo V, pág 272,
28
434
•
**
En los millares de esc11elas de la República, los nifíos so-
metidos al tratamiento conservador, aprenden que J 11árez y
los demás grandes hombres de Veracruz füeron unos traido·
res á su patria; en las esc11elas liberales, regidas por los com-
pendios históricos silenciosos, nada aprenden respecto del
as11nto que decide tantas cosas en la guerra de Reforma, y
.en las escuelas y colegios liberales que beben la verdad en
las füentes de i111stración de los autores de los textos histó-
ricos que he citado, encuentran que no hay dos escritores
que juzguen igualmente el mismo hecho:· Se ha visto que
para el Sr. Ag11irre, el tratado Mac-Lane es la traición á. la
patria; pa~a Ruiz, una indignidad que priva á Méjico de s11
tioberanía; para Rivera Oainbas, el desmembramiento y la
·pérdida del territorio nacional; para don Jnsto Sierra, un
crimen político; para el Sr. Vigil, una imprudencia excesi-
va; para el Sr. Pérez Verdía, un convenio vergonzoso; para
don Guillermo Prieto, un hecho que ca11•a responsabilidad,
para don Félix Romero, algunas franquicias respecto de Te·
huantepec; y para don Manuel Oambre, una obra correcta,
si no maestra de patriotismo.
Parece imposible que desp11és de c11arenta y seis afíos de
firmado el tratado Mac-Lane, nuestra historia no tenga con-
tiignado su j11icio respecto de él: hay tantos juicios como his-
toriadores. Ya es tiempo de que este vacío d.eshonroso para
nuestra intelect11alidad se llene con verdades. Es lo que me
propongo hacer.
CAPÍTULO IX.
Voto3. Votos.
Obtenido en las elecciones 1852. 1.601,000 155,000
" ,, 1856. 1.838,169 1.341,264
Era evidente la rlerrota del candidato esclavista para 1860,
como en efecto lo fué y coa,,o lo pronosticó la alta prensa
europea y la norteamericana anti-esclavista. Igual cosa com-
prendió el partido esclavista y lleno de terror apeló á un re-
curdo q u.e causó gran indignación hasta entre los vacilantes.
En el caso del negro Dred Scott y sin que tuviera relación
con él, la Suprema Corte de Justicia Federal, cuya mayoría
era esclavista, como debía; suponerse, puesto q~e siendo los
magistrados nombrados por el Presidente con aprobación del
Senado, tanto el uno como el otro habían sido constantemen-
te esclavistas desde 1820, con excepción de las cortas admi0
nistraciones de Harrison y Taylór.
440
•**
Los esclavistas habían perdido la mayoría en la Cámara
de Representantes y no podían tardar mucho en perder la
del Senado. La prensa de ambos ,partidos arrojaba insultos,
amenazas, lnmbre y frases explosivas como la pólvora. En
. esos momentos (Diciembre de 1858) Mr. Búchanan pidió au-
.torización para invadir á Méjico con el pretesto de castigar
(1) Blnine, Twenty Ye11.rs of Congresa. Pág. 151,
441
*
**
Como muy justamente decía Mr. Bla.ine, la política en los
Estados Unidos en 1859, había llegado al rojo blanco y sólo
podía apagarla. la sangre de la guerra civil. Buchanan bus·
.ca.ha la sdución extendiendo la esclavitud hacia Méjico, des-
,pojándolo prevía.mente de sus Estados fronterizos. El partí-
.do republicano estaba resuelto á contrariar la. política de Bu-
chanan y en consecuencia á no permitir la guerra con Méji-
co_, ni su invasión, ni intervenciones armadas, ni cosa algu·
_na que favoreciera los proyectos del Sur.
¿Cnál debió ser la política de J uárez? ¡,secundar á lo que
.parecía inconscientemente la política del enemigo declarado
de su (JO.tria, jefe de un partido que basaba su existencia en
la absorción continua del territorio mejicano; ó apoyarse en
.el partido republicano para oponerse enérgicamente á los
,proyectos de Bnchanan? No creo que Juárez, Ocampo, Ler·
do y Mata sabían io que hacían, pero su programa probado
por el tratado Mac-Lane, fué convertirse .en los más fieles
agentes y entusiastas partidarios de los pr.;yectos de Bucha·
nan, tan terribles y pérfidos contra. la. soberanía é integridad
de Méjico. Por tal motivo D. Matías Romero escribía des·
.pués á Juárez, que las simpatías de Mr. Seward estaban del
lado de los reaccionarios por oponerse á los proyectos de Bu-
chanan, mientras que en su concepto los liberales quedan
venderá su patria y ese mismo concepto tuvieron de los li-
·berales de Vera.cruz los estadistas europeos.
Desde el momento en que el tratado Mao-Lane significaba
la adquisición mal disimulada de gran parte del territorio
mejicano por los esclavistas, el partido republicano tenía que
-oponerse con todas sus fuerzas á la aprobación del tratado.
445
29
4ó0
**
•
En su mensaje al Congreso de 19 de Diciembre de 1859,
decía el presidente Bnchanan: "Espero que el Presidente, es-
cribía en Agosto último nuestto actual ministro, se sentirá
autorizado para pedir al Congreso la facultad de invadir á
Méjico con fuerzas militares de los Estados Unidos, al llama-
miento de las autoridades constitucionales para proteger á
los ciudadanos y derechos de los Estados U nidos emanados
de los tratados." "I hope the President, "wrote our present
minister in Aug¡¡st last," will feel aitfhorized to ask from Con-
gress the power to enter Mexicó with the military fqrces of the
United States at the call of the constiti.tional autiwrities, in
order to protect the citizens and the treaty rights of /he Unit-
ed Sta/es." (1)
Para que Mr. Buchanan pidiese al Congreso de los Esta-
dos Unidos la autorización para invadir á Méjico al llama-
miento de Juárez, era porque tenía la seguridad de que ese
llamamiento tendría lugar. Es imposible admitir que el Eje-
cutivo pida autorización para preparar un ejército de inva-
sión, hacer grandes gastos y promover cuestiones más ó me-
nos delicadas con otnas potencias y con los partidarios polí-
ticos nacionales, habiendo recibido una negativa terminante
de Juárez á la proposición del Ministro Mac-Lane, de acudir
con fuerzas á proteger á los ciudadanos norteamericanos eD·
el territorio de Méjico. Es imposible también admitir que
J uárez no fué interrogado por Mac-Lane, antes de escribir
á Buchanan que pidiera la autorización de invadir á Méjico
al llamamiento de J uárez.
Por otra parte, el presidente Buchanan declara, que Mac-
Lane escribió en Agosto de 1859, que el presidente debía pe-'
dir la autorización de invasión á Méjico, y .en Octubre de
1859, el "Guillermo Tell", periódico oficioso del gobierno de
(1) ~bJrll annual mt>ssag~. Diciembre l~ de J859-.
451
***
La afirmación del Sr. Lic. Félix Romero, de. que el trata-
do Mac-Lane sólo fué propalado, y la de otros escritores, de
que J uárez firmó el tratado por quitarse de encima a Bucha •
na.a y con ¡,. intención de jamás cumplirlo, son ridículas, des-
de luego porque con las bayonetas norteamericanas lo hu-
bieran obligado á cumplirlo, y después por lo que reza el si-
guiente documer.to:
"P..lacio Nacional. H. Veracruz, Febrero 8 de 1860. Au-
torización para negociar un préstamo de $ 400,000.
"Exmo. Sr::
"El Exmo. Sr. Presidente ha tenido á bien acordar que
por este Ministerio se autorice á V. E. suficientemente para
negociar en los Estados Unidos la anticipación de algunas
sumas por cuenta del tratado últimamente celebrado por es-
te ministerio con el Exmo. Sr. Ministro de los Estados Uni-
dos y cuya ratificación está pendiente de la aprobación del
Congreso de esa Unión.
"En consecuencia queda autorizado V. E. para negociar
con uno ó más banqueros de ese país hasta la cantidad de
medio millón de pesos, con el menor gravamen posible pro-
curando la inmediata remisión de libramientos al Ministerio
454
***
Hay que fijarse mucho en lo que comunica el Sr. Mata á
J uárez en su nota de 16 de Marzo de 1860, porque prueba
que Mata obraba, lo mismo que el gobierno de Veracrnz, con
plena conciencia de que en el tratado Mac· Lane había pacta·
do J uárez la intervención del gobierno de los Estados U ni-
dos en los negocios domésticos de Méjico. Dice Mata:
"El Senado de los Estados Unidos discutió ayer y n<Yápro-
bó el tratado que este país babia celebrado con Nicaragua,
***
Llegamos al asunto de las modificaciones de que habla
don Francisco Zarco, en la defensa de la conducta de J uárez.
"Entre otras cosas, escribe á Juárez don José María Mata,.
tuve una conferencia con el Ron. F. F. Simmons, senador·
por el Estado de Rhode Island, que pertenece al partido re-
publicano, y este señor me manifestó que estaba formulan·
do unas modificaciones que en su concepto es necesario ha-
cer á los artículos 8. 0 y 10. 0 del tratado para conseguir su
aprobación. Las modificaciones se refieren á los cuatro pun-
tos siguientes:
(l) Cor1·e1p11nrlt"neia d., la Le¡ación Mt-jio11.na en WHhingto11. 'J'omo I, pá-
gina 60.
45S
"Número 6ó.
"Ministerio de Relaciones Exteriores.
"Palacio Nacional. H. Veracruz, Me.yo 9 de 1860.
"Prórroga. del plazo para. ratificar el tra.tado.
"Exmo. Sr:
"Estando próximo á cumplirse el plazo que se fijó en el
tra.tado pendiente entre Méjico y los Estados Unidos para su
ratificación, Al Excmo. Sr. Presidente se ha servido disponer
quede Ud. autorizado, como en efecto se le autoriza por la
presente para q•1e de acuerdo con el Supremo Gobierno de
Washington se amplíe el término fijado en dicho tratado por
otros seis meses contados desde el día en q lle espira el que se
estipuló, ó por lo menos, si en la prudencia y tacto de V. E.,
a.sí como en el giro que lleve este negocio, lo juzga más cOn-
Veniente.
"Al efecto, y siendo tan angustiadc,s los términos, V. E.
procederá á indicarlo así, al gobierno de los Estados Unidos,
y se servirá por el conducto más inmediato trasmitir á e•ta
Secretaría el resultado de este negocio.
"Al decirlo á V. E. de ord.en del Excmo. Sr. Presidente,
me ps grato renovarle las segt1ridades de mi aprecio y con-
sideráción.-Firmado. Empáran." (2)
{1) Correspondencia de la Legación Mejicana. en Waehin,rton, Tomo I, pá-
gina 216.
· · (2) Correapondenoia de la Legación Mejicana en \Va1hiogton. Tomo I, pá-
gina, 214 y 215,
"Número 74t
"Ministerio de Relaciones Exteriores ..
"Palacio Nacional. H. Veracruz, Mayo 15 de 1860.
"Antorización al Sr. Mata para ratificar el tratado.
"Exmo. Sr.
"El Exmb. Sr. Presidente ha tenido á bien disponer se fa.
cnlte á V. E. como en efecto se le faculta, par.. qne pueda
en nombre del gobierno constitucional de la República rati-
ficar el tratado pendiente entre Méjico y los Estados Unido•,
puesto que espera de su patriotismo que no lo hará en el ca-
so que sufra va;~ie.oión ó variaciones que importen un nuevo
gravamen para la República Mejicana, arreglándose en to-
do evento á las instrucciones que se le tienen dadas para la
aceptación de las modificaciones.
"Al efecto tengo la honra de remitir .con la presente el ple-
no poder re•pectivo y la de renovarle con tal motivo mi
aprecio y consideración.-Firmado. Empáran." •
El pleno poder á que se refiere la nota anterior, dice:
"Benito J uárez, Presidente Constitucional interino de los
Estados Unidos Mejicanos, á todos los. que el presente vie-
ren, sabed: Que eu uso de las facnltades de que me hallo in·
vestido y teniendo plena confianza en el patriotismo, probi-
dad y luces del Exmo. Sr. D. José Maria Mata, he tpnido á
bien facultarlo ampliamente, para que en su carácté'r de En-
viado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de la Re-
púolica Mejicana en los Estados Unidos, pueda en nombre
del Gobieruo constitucional de Mé¡ico ratifi,;ar el tratado de
tránsitos y coUJetcio pendiente ei1tre ambos países, aproba-
das que sean por el Exmo. Sr. Mat~, las modificaciones va-t
riaciones que mejor convengan al interés mutuo de las dos
repúblicas.
"Dado en el Palacio Nacional en la H. Veracruz, firmado
de mi mano, refrendado por el Ministro de Relaciones Ex-
4Ul
***
Veamos cómo explica el Sr. Mata á J uárez la reprobación,
del trat(do Mac-Lane.
"Hoy tuve otra conferencia con S. E. el general Cass (Se-
cretario de Estado) y con algunos senadores inftuentes del
partido democrático y por lo que todos me dijeron juzgo
que es muy difícil que llegue á aprobarae el tratado con ó
siil modificaciones. La división que hay en el Senado y la
excitación en que están las pasiones de sus miembros es tal,
que no es posible esperar por ahora que los de un partido se
pongan de acuerdo con los de otro ni aun para conseguir un
objeto de reconocida conveniencia y utilidad pública. Basta.
que un partido _haya inicia.do una medida, para que éste en-
cuentre desde luego la oposición del partido contrario, opo-
sición '}Ue es mucho más formidable cuando la. medida pro-
cede de la administración cjue se ha enagenado las volunta-
des no sólo de los del partido opuesto, sino aun de algunos
de los mismos demócratas y como ninguno de los partidos.
tiene suficiente número de votos para vencer al otro nada
se puede adelantar." (1)
El Sr. Mata no consideró oportuno reproducir las razones-
aducidas por la oposición para reprobar el tratado: "Mr.
Finghall, de Tejas, demócrata, fué el primero que atacó el·
trata.do diciendo que él se opondría á la ratificación hasta
que no hubiese en Méj!oo un gobierno b,stante fuerte para.
hacerse obedecer en todo el país y bastante respetable para
que se pudiese tratar con él sin exponerse á que la Nación
rechazase el tratado; que entre tanto que esto no sucediera
era hasta indigno que el Senado se ocupase de él y lo discu--
tiera. (2)
La opinión del Presidente de los Estados Unidos James,
***
El art. 5. 0 del tratado Mac-Lane, es humillante hasta tocar
el limite de lo posible, pues dice: "Conviene la República Me-
jicana, en que si en algún tiempo se hiciere necesario emplear
fnerzas militares para la seguridad y protección de las per·
sonas y los bienes que pasen por algunas de las precitadas
rutas, empleará la fuerza necesaria al efecto; pero si, por
cualquiera causa dejare de hacerlo, el gobierno de los Es-
tados Unidos con el consentimiento ó á petición del gobier-
no de Méjico . • •
"Sin embargo, en el caso excepcional de peligro imprevis-
to ó inminente para la vida ó las propiedades de los ciuda-
danos de los Estados Unidos, quedan autorizadas las fuer-
zas de dicha República para obrar en protección de aquéllos
SIN HABB& OBTENIDO PREVIO CONSENTil{[ENTO y se retirarán di"
chas fuerzas cuando cese la necesidad de emplearlas."
Este artículo concedía á los Estados Unidos la facultad de
invadirnos cada vez que con ó sin fnndamento manifestasen
creer que sus súbditos 6 sus intereses estaban en peligro in-
minente ó grave, y el mismo articulo autorizaba á los Esta-
dos Unidos á mantener sus tropas en territorio mejicano has·
ta que cesase el peligro, y como dependía del gobierno de
los Estados Unidos creer que nunca cesaba el peligro, las
fuerzas de los Estados Unidos podían permanecer indefini-
damente en Méjico. /
Si conforme al Derecho Internacional, las servidumbres de
paso á perpetuidad, hacían descender á l[éjico, al rango de
nación semi-soberana, el artículo que acabo de copiar la ha-
cía descender al rango de nación, á la cuarta parte de sobe-
ranía.
471
*
**
Las concesiones de carácter económico eran tan ruinosas
-oomo vergonzosas; decían así:
l.• "Al usarse por primera vez bona-fide, cualquiera ruta al
través de dicho istmo (Tehue.ntepec) para transitar por ella,'
establecerá la República Mejicana dos puertos de depósito,
uno al Este y otro al Oeste del istmo." (1)
Los puertos que actualmente está estableciendo el gobier-
no mejicano, al Este y al Oeste del istmo _de Tehuantepec le
costar~n por lo menos veinte millones de pesos; pero en 1859
nadie sabía cuánto costaría establecerlos; de manera que el
gobierno de J uárez se comprometía, no con una empresa
particular, sino con el gobierno de los Éste.dos Unidos á es-
tablecer puertos que podíau cost ..r veinte, cuarenta, cien ó
más millones de pesos. El gobierno de J uárez firmaba en
blanco un compromiso d~ millones, que si no cumplía, como ·
era evidente que no hubiera podido cumplir, tenía que pagar
con territorio las reclamaciones inmensas por daños y per-
juicios tan graves como serían las que resentiría una empre-
sa ferrocarrilera ~.ue una vez terminada su vía no· pudiera
funcionar por falta de puertos. Este artículo preparaba la
pérdida del istmo para Méjico.
2.• "El gobierno de Méjico no impondrá derechos & los
efectos ó mercancías, que pasen bona-fide, por dicho istmo
y que no estén destinados al consumo de la República Meji-
cana." (2) ·
Esta concesión nulificaba el mayor beneficio del estable-
cimiento de la comunicación interocéanica para la nación
mejicana; ño podía cobrar ningún derecho por el paso de
las mercancías extranjeras que atravesasen su territorio y
esa terrible prohibición debía ser á perpetuidad. Se calcula-
(!) Art. 3~ del tratado Mao-Lane,
(2) Art. 3° del tratado Mac-Lane.
472
por lo muy bajo, que Méjico perdía con tal concesión, un mi-
llón de pesos por·año.
4. 8 "Y asimismo convienen las dos repúblicas expresamen-·.
te con las compañÍI\S ó empresas á quienes se conceda el aca-
rreo Ó trasporte, pryr cualquiera ferrocarril Ú otras vías de 00··
municación, en los precitados tránsitos, que el precio de trans-:
porte de las tropas, efectos militares y pertrechos de guerra.
de las ¡los repúblicas, será á lo sumo la mitad del precio or-
dinario que paguen los pasa,jeros ó las mercancías que pasen,
por dichos ca~inos de tránsito.'' (1)
Es evidente que las empresas ferrocarrileras le habían de
cargar á la nación mejicana, el importe de la rebaja de los.
fletes á la mitad, que deberían hacerle al gobierno norteame-
ricano por paso de tropas,· pertreohos de guerra y abastos
militares. No puedo calcular. ni aproximadamente el importe
de este gravámen.
Además de las concesiones enormes ya expuestas, el go-
bierno mejicano dejaría de cobrará perpetuidad derechos de
tonelaje y almacenaje, de bulto ó de cualquiera otra clase,
en los dos puertos al Este y al Oeste del istmo, en Matamo-
ros, en Mazatlán y en la aduana fronteriza de Nogales. No
le era permitido cobrar más que simplemente gastos de al-
macenaje. (2) Este gravamen tratándose sobre todo de los
puertos del istmo, por donde debía pasar la mayor parte del
*
**
Llegamos á lo peor, aun cuando parezca imposible que
después de lo expuesto haya peor.
El art. 1.0 adicional del tratado Mac-Lane, dice:
"Art. 1. 0 Si se violaren algunas de las estipulaciones de los
tratados existentes entre Méjico y los Estados Unidos, ó si
peligrase la seguridad de los ciudadanos de 'una de las dos
repúblicas dentro del territorio de la otra y el g~bierno le-
gítimo y reconocido de aquélla no pudiere por cualquier
mo.tivo hacer cumplir dichas estipulaciones ó proveer á esa
seguridad, será obligatorio para ese gobierno el recurrir al
otro para que le ayude á hacer ejecutar l'o pactado y á con-
servar el orden y la seguridad en el territorio de la dicha
república donde ocurro. tal desorden y discordia, y en seme-
jantes casos especiales pagará los gastos la nación dentro de
cuyo territorio s_e haga necesaria tal intervención ..... "
En ese artícuIO la traición aparece en caricatura, la reci .. ·
procidad expresa la más sangrienta burla contra la debilidad
del pueblo mejicano. ¿Con que si se turbaba la paz en los Es-
tados Unidos y se lanzaban más de un millón de hombres
armados é inflamados de inextinguible odio, como sucedió en
18()1 en los Estados Unidos, se comprometía Juárez á meter-
los. al orden con quince mil reclutas desnudos y ham_brien-
tos? ¡Qué conciencia para admitir semejante compromiso! En
cambio si estallaba una guerra civil en Méjico, el gobierno
legítimo estaba obligado á pedir la ayuda del ejército' de los
Estados Unidos para que restableciese la paz y para conser-
var el orden y la seguridad, pagando Méjico con territorio,
.471'
.
**
Comparemos el tratado Mac-Lane con el de Miramar, pri-
mero, en sus condiciones teóricas, después en sus condicio·
nea reales, prácticas é irrevocables.
Admitamos sin conceder que el objeto teórico de ambos
tratados fuese el mismo: restauración de la paz en Mejico,
su conservación indefinida, el restablecimiento de un gobier-
no estable, res..,etado y oapaz_ de dar serias garantías á los
derechos civiles de nacionales y extranjeros El procedimien-
to para alcanzar estos fines debía ser la intervención de las
armas extranjeras á costa del pueblo mejicano. Como acabo
de señalarlo en el programa frances, el pueblo en libertad
-debía elegir libremente á su gobierno; en el sistema ameri-
cano el pueblo debía someterse incondicionalmente al gober-
nante designado por los Estados Unidos y al sistema que és-
te quisiera dictarle. Buchanan nunca dijo que sostendría en
:Méjico la Constitución. de 18ó7, sino al gobierno de J uárez,
y el gobierno de J uárez en Veracruz era un gobierno revo-
lucionario y personal, desde el momento en que no emanaba
de la Constitución.
Para comparar correctamente los tratados Mac-Lane y de
:Miramar; voy á apelar al pensamiento de sus autores, pues
no creo que J uárez ni Al monte, hayan querido vender su
patria al extranjero.
Supongo que los autores de ambos tratados tenían Ja con-
vicción:
1.0 De que Buchanan y Napoleón III, obraban de buena
fe y de que ni por un momento pensaban ambos personajes
en privar á Méjico de su independencia ni de una pulgada
de su territorio.
2. 0 Los autores de ambos tratados creían que la pacifica·
ción del país, era posible en poco tiempo, por la potencia ex-
tranjera que debía ayudarlos. ·
3. 0 Los autores de ambos tratados creían que la riqueza
481
***
Supongamos que en ambos casos se hubiera realizado la
paciticación y en igual tiempo; el costo hubiera sido:
Cobrado á Maximiliano por Napoleón por
gastos totales de la expedición, desde su
principio hasta 30 de Junio de 1864... fr. 270.000,000
De 30 de Junio de 1864 á 30 de Junio de
1866, treinta y dos mil soldados á razón
de 1,000 francos por año y por soldado
según tratado de Miramar .......... . 32.000,000·
Gastos de campaña en ese año ........ . 22.000,000
Total gastos de expedición ............ fr. 324.000,000
Gastos de evacuación ................ . 7.000,000
-----
fr. 331.000,000 ·
La interveución franceaa debió haber costado ajustándose
al tratado de Miramar y supuesta terminada la pacificación:
Abono á reclamaciones francesas ....... fr. 12.000,000
FaJlado por la comisión de reclamaciones
francesas ........................ . 31.000,000-
Dos empréstitos para la instalación del
gobierno estable, del valor total de 600
millones de trancos al 60% emisión, 6%
interés anual, pérdida de 40 por ciento. 200.000,000
Gastos de pacificación................ . 331.000,000
fr. 674.000,000
En pesos mejicanos en 1866...... . . . . . $ 114.800,000
3l
482
*
**
Veamos el costo de la intervención norteamericana pac-
tada por Juárez conforme al tratado Mac-Lar,e.
Desde luego haré observar que según el historiador nor-
-teamericano Horacio Greeley, en su historia de los Estados
Unidos, el costó de la guerra de los Estados Unidos con Mé-
jico en 1847 ascendió á 150.000,000 de dollars, habiendo em·
pleado casi el mismo número de solda.dos que Francia en su
-expedición. La guerra entre los Esta.dos Unidos y Méjico
comenzó el 1.0 de Abril de 1846, al preparar el general Tay-
lor su invasión por Matamoros y terminó con la desocupa.·
ción de Vera.cruz el 30 de Junio de 1848. Duró, pues, la gne-
,rra veintisiete meses y habiendo costado en totalidad . . .
150.000,000 de dolla.rs resulta un gasto mensual en cifras re-
<:londas de 5.500,000 dollars.
El ejército francés gastó en cifras r~dondas 331.000,000
francos ó sea en pesos mejicanos en 1865 la suma de . • .
66.000,000, en cuarenta y dos meses, de donde resulta un
gasto por mes, cifras redondas de 1.500,000 pesos. El costo
de la pacificación por soldados norteamericanos era 3. 6 ve-
ces mayor que el costo de pacificación por el mismo núme-
ro de solda.dos franceses en el mismo tiempo. De manera
.que tenemos:
483
***
Veamos ahora ambos tratados en sus condiciones reales,
prácticas, evidentes, y eran:
Napoleón ID ambicionaba quedarse con Sonora y mani-
festó que se daba por pagado de todos sus créditos si se le
entregaba ese Estado; pero Buchanan, como se 16 manifestó
al Congreso de los Estados Unidos en su mensaje de 1858,
quería quedarse con la Baja California, Sonora, Sinaloa y
Chihuahua.
La pacificación no hubiera tenido lugar y la guerra con
los esclavistas de los Estados Unidos hubiera sido más cruel
y encarnizada por el viejo odio que les tenían los mejicanos.
Buchanan n(? hubiera ~ncontrado en Méjico un gran partido
auxiiiar ni la adhesión de casi toda la NtLción, que encontró
al principio Napoleón III, cuando la sociedad tuvo fe en sus
promesas. Si el Sen!'do de los Estados Unidos hubiera rati-
ficado el tratado, pues Juárez lo ratificó, se hubiera quedado
Juárez sólo en compaftía de dos ó tres amigo.s, pues todos
los caudillos liberales se hubieran lanzado á combatir á los
norteamericanos con tanto ardor como los reaccionarios, y
la nación habria dado á ambos todo su apoyo.
Es claro que el ejercito de los Estaé\os Unidos habría ven-
cido al fin, y Méjico habría perdido por lo menos como lo
indicaba Bu,chanan, los Estados de Nuevo León, <J,oahuila,
parte de Tamaulipas, Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Baja Ca-
lifornia é istmo de Tehuantepeu; pero Juárez no hubiera po-
dido ser presidente del resto que nos hubieran dejado, ni vi-
485
(l) J..io. Justo Siena. Sagundo año de Hietorla de Méjico, pág. 72.
(2) Lio. Blaa José Gutiérrez Flores Alatorre. Leyea de Reforma. Tomo III,
pAg. 24.
490
*
**
Tenemos ya suficientes elementos para establecer la ver-
dad sobre los sucesos de Antón Liza.rdo y hacien,:lo uso de
ellos, voy á acometer una obra honrada, cuyo sólo proyecto
causa espanto á nuestros libera.les que no comprenden que
la libertad tiene un noble objeto: llegar á la justicia.
Comenzaré por fijar correctamente los hechos:
Los barcos capturados en Antón Liza.rdo, por fuerza na.-
val de los Estados Unidos, fueron conducidos á Nueva Or-
leans y consignados al Tribunal de presas. El tribunal dió
fallo adverso á los ·aprehensores de'los barcos, en los siguien-
tes términos:
"Por las razones expuestas se ordenará la. restitución de
estos buques, libte de costas. Ellos, juntámente con sus jar-
cias, aparejos y cargamentos, serán entregado• á las partes
que, según consta., están especialmente autorizadas para re-
cibirlos. J,a reclamación de indemnización, habiendo sido
retirada por los acusados con la mira de entablo.ria en otro
departamento·del gobierno, no será tomada en consideración
por esta corte.'' (1)
Habiendo los aprehensores apelado de la sentencia ante la.
Suprema Corte de los E•t~dos U nidos, este alto tribunal fa.
lló: "Por las razones que oralmenta se han expuesto, se or-
dena, sentencia y decreta que el juicio rendido por el juz•
gado de Distrito, el 25 de Junio :le,1860 por el cual se de-
•echan los libelos de informes y se ordena la restitución de
los buques y sus cargamentos á los reclamantes, sin costas,
se cumpla, lo cual se confirma por el presente, haciendo di-
cho juicio suyo este tribunal.'' (2)
En los considerandos de la nota.ble sentencia del Juzgado
(1) Lic. Bias Joeá Gutiérrez. Nuevo Código de la Reforma. Tomo III, pá-
-clna, do la SO á la 34.
liOl
*."
He juzgado, y creo que con acierto, la declaración que hi-
zo J uárez respecto de los barcos de Miramóo, para los efec
tos de la soberanía nacional interior. Hay que juzgarla eu
sus relaciones con la soberanía exterior.
La declaración de piratería hecha por J uárez y que tanto
eotoy justamaute censurando, dice á la letra: "Teniendo no-
ticia el E~mo. Sr. Presidente constitucional interino (no un
autócrata) de que el ex-jefe de escuadra don Tomás Marín,
está armando en .el puerto de la Habana una escuadrilla, con
el objeto de hostilizar los puertos que la nación tiene en el
seno mejicano y conducir auxilios al bando rebelde, coope·
raudo de este modo á destruir las instituciones de la Repú·
blica; teniendo ademfa presente que tanto el expresado Ma·
rin como los otros que en calidad de oficiales tripulan aqué-
lla, h~il consorvado ilegalnieute patentes de sus empleos, por
haber sido d,,dos de baja en la Armada Nacional, con arre·
glo á las leyes vigentes como desertores á países extranjeros,
y consideran'1o por último que los buques que forman la es-
cua'1rilla de que se trata, cualquiera que sea la bandera con
que pretendan cubrirse, no pueden ni deben ser reconocidos
como legalmente autorizados para la navegación; S. E:se ha
servido declarar que dichos buques deben ser considerados y
trata<ios cómo piratas por los buques de las naciones ami·
ga•, salvando desde ahora y para siempre á la nación meji-
cana de toda responsabiUda,i por los daños que causen ague•
507
Hos que tr..en el p:1.hellóu de 1,. República. Dioa y libertad.
Heroica/Veracruz, Febr.,ro 23 de 1860.-Pdrtearroyo."
La piratería ea un delito contra el derecho de gentes y por
consiguiente todas las naciones tienen el derecho de castigar
IÍ. los piratas cualq11iera que sea su nacionalidad; pero ningu-
na está obligada á castigar la pir.. tería en virtud de declara-
ción de gobierno extranjero. Es, pues, un error grave de la
declaración de J uárez, decir que los buques de las naciones
amigas, deben considerar y tr..tar á los bu,¡ ues de Miramón
CQmo pire.tas. No estando sujetas las naciones amigas á la
soberaní.. de J uarez, la declaración de piraterí., no debe ex·
presar obligación para ellas de ac11tar · las declaracioµes de
Juárez. ·
Para los efectos de la soberanía exterior, ninguna nación
puede dictar leyes imponiendo definiciones de pirl!terla 6 ca-
lificando como piráticos hechos que no lo son. La soberauia
exterior do las naciones está limitada por el derecho de gen-
tes y todas las naciones estáu obligadas para los efectos de
su soberanía exterior á sólo cou•iderar como piratas á los
qlle así considera el derecho de gentes. Ninguna nación ci_·
vilizad11 podía con,idor,.r ni tratar como piratas á los barcos
de Miramón, por la r..zón de que no lo eran ni podían serlo.
En el Derecho Iuternacioual preve.Ieee la de6.nición de pi·
ratería de Wheaton: "ilon piratas los in lividnos que cruzan
los mares, en virtud de su propia autoridad, con el objeto de
cometer actos de depredt<ción saqueando con violencia, en
tiempo do paz ó de guerra, los buques de todas las nacio-
nes." Difícil seria hasta par« un loco afirmar que los barcos
de la escuadrilla de Ilf.Lrín estaban destinados_ á saquear á
los buques de todas las ua :ioues.
c~lvo, apoyado eu gran número de·autoridades en dere·
cho de gcutcs, dice: "Los delinouentes que hacen armas cot1·
tra el gobierno estab!ecido par« substraerse á la pena de sus
delitos y vivir del pillt<je toman el nombre de bandidos ó fa-
cinerosos. El círculo de acción de estos criminales ea gane·
ralmente li nit:LdO, no exten·liéndose más allá de los confi·
508
.(1) A. Pola. M- lchor Ül'ampo. Obraa enmpJ.-tae Tomo 11, pága. 220 y 221.
510
*.•
En el caso que trato· vuelve Juárez á mostrar el mismo cri-
terio "arbitrario y la misma conducta desleal como gobierno
yoomo beligerante. Cuando el capitán del vapor de guerra
i'Doil.á Isabei'la Católica", don Carlos del Camino, dirigió é.
Jué.rez desde el fondeadero de Sacrificios, la grosera y ame-
nazante nota' de 3 de Agosto de 1860, iutimidán\lole la de-
volución de la barca "María Concepción" con carga·y tripn·
!antes, ·mas indemnización; mas satisfacción al pabellón es·
pañol, en el improrrogable plazo de veinticuatro horas; el
ministro de Juárez don José· de Empáran se mánifiesta ha-
bilís_imo·en'dérecho internacional, pues responde entre otras
cosas:
"Estoy firmemente persuadido, dice el· se!l.or Empáran al
irritado jefe español, que V. E. no necesita de·explíoaciones
mías para; saber'no sólo la existencia sino la·notoriedad de
Ji, guerr~ que Mee tres años ·sostiene el gobierno constitu-
cional de la República Mejicana, contra las facciones/,ene-
migas de las leyes de ésta. Como debo hablará V. S. en un
lenguaje de 'todo puntó conforme con los principios del dere•
5!1
oho de gentes, OMÍTIRÉ CC,:,iSID.ERAR
Á ÁQUÉLLNÍ COMO REIJEf.·
DES, bastando para mi propósito reputar!OS co·mo UD gobierno
de hecho, ó legítimo si se quiere, para España y en frente de
otro gobierno de hecho con el cual ha, guardado en todo el
tiempo referido (tres años) un esiado de guerra abierta y
perfectim.ente conocida en tocias las naciones de Europa y
América. ·EN Es'l'As·coNTIEYDAS CIVILES 0ADA:uNo DE Los G() ..
BIERNOs QUE EXrSTEN, se considera Por las Otras náciones co·
llO REPRESENTANTE DÉ UNA POTENC[A. QUE ESTÁ EN GUERRA C'oN
LA ÓTRA y ambos en su· calidad de beligerantes tienen los
mismos derechos que los demás gobiernos cuando se encuen-
trab en estado de guem,. E,tos s0n pdncipios ele1,iéntale1i
que·no necesitan confirmarse con argtinientos ni citas de au-
toridades. De la misma evidencia es que los gobiernos ex-
traños á la guerra que se hacen dos partidos en una nación,
debm guarda,· respecto de ambos la ley estricta ·de neutrali,
dádi a.mén qué prefieran ligarse expresamente con alguno de
ellos." (1) Da manera que Juárez. pór boca del Sr. Empáran
afirma que cuando dos partidos se hacen una larga guetra
en ttna·nación, ambos deben co:nsiderarse por las derr.ás na-
ciones, como dos Estados· libres, soberanos é independien-
tes que luchan, y es deber de· dichas naciones guardar ante
la lucha estricta neutralidad¡ y en virtud· de esos principios ,
que según _Juárez-Empáran son elementales y de toda etíiden-
cia, J uárez-PartE'ari'oyo declara á ·1os barcos de Mirani.ón
piratas y reco.mienda á·la neutralidad estricta· de las demás.
naciones que los destruyan y ahorquen á sus tripulantes, je•
fes, oficiales y soldados. En virtud de esosprincipios santos,
del.derecho que Juárez-Empá.ran arroja sobre la cólera: del
jefe esp,ñol, Jnárez arroja las armasdé los Estados Unidos.
en Antón. Lizardó 'para que exterminen á mejicanos· sii bd ¡.
tos de un· beligerante acreedor á todos los dereclios de la.
guerrJ.
***
¿Qué motivo tuvo Juárez en Julio de 1860 para invocar
con magisterio de grave sacerdote oa.ldeo el Derecho Interna-
cional, asegurando en su nombre al jefe de marina espall.ol,
que tanto el gobierno de Veracruz como Miramón debíar.
ser considerados como representando dos Estados en guerra
y que sn Tribunal de Presas de Veracruz, siendo tan digno.
de respeto como los de España, merecía que Esp,.ll.a espera-
se el fallo judicial sobre la barca "María Concepción", eo
vez de apelar á los callones representantes de la ignomini...
del atentado? ¿Por qué no sostuvo Jnárez la doctrina que-
lo hizo dictar la declaración de piratería de la escuadrilla d<>'
Marín, que lo condujo al acto justiciar" de llamar á las fuer-
zas de los Estados Unidos para que en el territorio nacional
ejerciesen actos de escándalo é iniquidad?
La respuesta es bien sencilla: ya no podía contarse con lo~
proyectiles de 111 "Saratoga" ni con los tenientes norteame-
aa
ól4
•
**
Pero admitamos que hubiera sido justa la declaración de
piratería ¿autorizaba eso á llamar ó á estipular cou los nor-
teamericanos la violación del territorio nacional? El .barco
pirata sólo puede ser capturado en territorio mejicano por
fuerzas navales mejicanas. El delito de traición á la patria
castigado-por las leyes con pena de muerte se convertiría en
Derecho en una guerra civil, si fuese derecho de un beligeran-
te declarar piráticas las fuerzas navales de su· contrario y
llamar tropas extranjeras para que las persiguiesen dentro
del territorio nacional. En Méjico, no ha llegado aún el po·
litiqueo ó el espíritu de secta, hasta sostener semejante mons-
truosidad; se han adoptado dos sistemas con pudor; el silen-
cio como lo hacen los caramelistas, y omitir que Je. captura
de la escuadrilla de Marín tuvo lugar dentro del territorio
mejicano. Es claro que si la captura hubiera tenido lugar en
alta mar, el gc,bierno de Veracruz ser!& completamente irres-
ponsable ante las leyes mejicanas y ante el 'patriotismo de
la sociedad. Con excepción de los escritores liberales Vigil,
Rivera Cambas y el mayor· de infantería Campos, quienes
aseguran que la captura fué en el fondeadero de Antón ·Li-
zardo, los demás omiten consignar hecho tan abrumador pa-
ra el gobierno de Veracruz. No he encontrado escritor libe-
ral mejicano que se haya atrevido á negar que la captura de
los barcos de Marin, tuvo lugar en el fondeadero de Antón
Lizardo.
El mayor de infantería don Sebastián J. Campos, de la
guarnición de la plaz!> de Veracruz en Marzo de 1860, 1iba-
516
ral exaltado, da cuenta de los sucesos relativos á. la escua-
drilla de Marín, en los siguientes términos:
"La llega~a de esta escuadrilla no era, pries, ni un miste-
rio, ni un secreto para el gobierno liberal; agentes particu-
lares le habían he,·ho saber desde la Habana. los criminales
trabajos emprendidos sobre este partic,,Jar entre el capitán
general Serrano y el ex-jefe de escuadra reaccionario don
Tomás Marín; pero esto no era óbice para proceder CO!llO el
· caso Jo requería. Así, pues, Juego que el Gabinete dictó el
acuerdo respectivo, el Ministro de la Guerra, general don J c-
aé Gil Partearroyo, convocó una junta de guerra á. la que
asistieron los jefes de Marina, el comandante de la "Sarato-
ga", (el capitán Turner) y el asesor del ejército don Angel
del Campo .. .''
"A las seis de la tarde, una orden extraordinaria del cuar·
tel general, pidió al Coronel del batallón de infanteria Guar-
dia Nacional de Veracruz cien hombres escogidos-con su do-.
tación de oficiales, y á. las ocho de la noche recibía en el mue-
lle esa fuerza él comandante D. Daniel Traconis, á. cuyo man-
- do se encomendó. Las guarniciones de la Í•Gola'' y de la "No-
ria." y las reservas cubrieron el contingente, El general don
Ignácio d.e la Llave tomó el mando superior embarcándose
á bordo del vapor nacional "lndianola'' y á. las nueve apro~
vechando un ligero viento del Norte, que auxilió la ··marcha
de la oa.llonera salió nuestra escuadrilla acompallada' de la
"Saratoga" cuyo comandante se creyó en el deber de tomar
parte en la expedición.'' (1)
***
No puede haber Juda de que la invasión del territorio na-
cional verificada el 6 de Marzo de 1860 para ejercer actos
de guerra contra mejicanos Y. espalloles que ocupaban el
barco mejicano "Miguel Miraruón'' y espallol "Marqués de
0)Sebutiár.-J. Camroe, Rceucrdos Bi1Mricoe de la ciudad de-'Veraeruz.
517
LA FE SUBLIME DE JUÁREZ.
Piezas de artillería.
Santiago .•. • 10
San José •• 3
La Calavera . 3
San Fernan,]o . • 4
La Gola . . . . . 9
Santa Bárbara . . 3
La Noria • • • • 7
Santa Gertru<lis.. 3
Primer Gemelo. . 3
Segundo Gemelo. • . 3
A la vuelta. • • .38
6~4
Pi~zas de artillería.
De ].\ vuelta. . . .38
San Javier. , • • . 3
San Juan, , , . , 3
·san Mateo . • • , , . • . . . 3
Primera Flecha. , · , , 3
Segunda Flecha. . • • , ü
La Concepción. , , .. , • 12
Batería del Norte. • • , 6
Bater!a la Noria. . . • • . 6
Hospital Militar rayada , , 1
Ulúa y Caballero Alto. • . 35
Boca-calles, muelle y buques. . 25
Total .• , 148
piezas de artillería de los calibres 24, 36, 68 y 80, perfec-
tamente provistas y servidas, más la batería de artilleros de
Oajaca y reductos de la misma plaza ... "
"El día 26 del referido mes de Febrero, á las cinco de la
tarde, ·quedaron cubiertas las líneas, y el 27 el aspecto que
presentaba la ciudad era verdaderamente imponente, sin que
esto impidiera que sus defensores tuvieran el aire de con-
tento y alegría de que siempre estuvieron animados". (1)
Laguar'¼ición de Veracruz se elevaba á4,250hombres(2)
de buenas tropas fogueadas y disciplinadas entre las que se
contaban como excelentes los dos batallones de Oajaca y el
"Fijo de Veracruz". E!jefe de la plaza era el general don
Ramón Iglesias. El comandante de artillería era el coronel don
Francisco Paz y el de ingenieros el general don Francisco
Zérega, ambos facultativos distinguidos en su profesión, co-
mo lo probaba el formidable estado de defensa en que ha\Jian
puesto la plaza.
{l) Mayor de infanterfa de la guarnición de Verac1•uz en Marz-> de 1860.-
81:bastiá.n J. Campos. Recuerdos Hi111tórleo1 de la ciudad de Veraeruz. Pági•
1188 46 á 50.
(2) Obra citada, pág. 47.
525
***
En el horizonte e.pareció el 6 de Marzo de 1860 la escua-
drilla de Me.rín. ¿Efectos en los inmortales?: el mismo que si
hubiere. aparecido la del almirante Rojestvenski después de
haberse reunido con la 3.•, 4.•, 5.•, 6.•, 7.• y 8.•,. escuadras
del Báltico y del Mar Negro.
¿Qué valor tenía la escuadrilla de Marín?
Para atacar la plaza de Veracruz cero multiplicado por
cero. La escuadrilla de Marín se componía de dos vaporcitos
de madera mercantes; trasformados en ne.ves de guerra. Uno
de ellos "El Marqués de la Hab.;.,,a" tenía cuati-oc'entas to-
neladas y el "General Miramón" e11atrocientas treinta.-Am-
bos apenas podían servir para goletas de guerra ó sea barco
de guerra de penúltimo orden, pues la gerarquía era enton-
ces comenzando por lo superior: Navío de línea, fragata, cor-
beta, bergantín, goleta y callonera.
Cuando el Contralmirante francés Baudin atacó al Casti-
llo de Ulúe. que se hallaba en mal este.do, los proyectiles de
los callones mejicanos de 24 tocaron ciento cincuenta veces
á la fre.gat.a insignia lphigenie y la hubiere.u echado á pique
si los callones hubieran sido más grandes. Las fragatas esta-
ban en áquel tiempo protegidas por una faja gruesa de ma-
dera de roble en su línea de flotación, de setenta ó mé,s cen-
. tímetros de espesor. Los ve.porcitos mercantes de Marín no
tenían protección y el espesor de la madera en la línea de
flotación era de treinta centímetros. Hubiere. bastado para
echarlos á pique, diez minutos de fuego de los callones de
Ulúa en 1838.
En 1860, como lo declara el jefe de artillería Balbontln,
5~7
***
Llama mi atención, cómo los conservadores que ·cuentan
con militares instruidos, aceptan 111 leyenda de que si la "Sa-
ratoga" no hubiera capturado la escuadrilla de Marín, el ge-
neral Miramón infaliblemente hul:,iera tomado la plaza de
Veracrnz. Todo lo coµt,.ario, si la escuadrilla de Marin no,
hubiere. sido capturada, Mir<1món decide el ataque, y como
no tenía recursos, ni clima, ni terreno favorable, ni tiempo
para obras serias y costosas, impuestas por la ciencia al si-
tiador, habría intentado el ate.4ue á viva fuerza. con prepare,.
ción insuficiente ó sin ella y h:i.bría sido seguramente derro-
tado. La plaza era formidable para sus elementos. La "Sa-
ratoga" con su atentado no salvó á J uárez sino á Miramón,
quien viéndose sin las municiones y bombas que esperaba to-
mó el partido prudente de retirarse.
532
**..
Los liberales mejicanos creen lo mismo que los conserva-
dores aun en el afio de 1905, que sin el capitán Turnar, Ve-
racruz habría sucumbido; eso mismo creyó el gobierno de
Juárez. en Marzo de 1860, y aterrado, jadeante, descompues·
to, neurasténico, apeló al remedio que ha manchado al par-
tido liberal: llamar las armas de los Estados Unidos, para
que ejerciese en territorio patrio actos de guerra desléál con·
tra ciudadanos mejicanos.
J uárez perdió la fe en la solidez y maestría de las fortifi •
caciones, en su imponente y numerosa artillería, en la mo-
ral de sus defensores, en la inteligencia de los jefes, en lo
mortífero del clima, en la flojedad de los médanos opuestos
é. las paralelas; perdió la fe en su fuerza efectiva, in<:liscuti-
blemente superior á la de Miramón y para salvarse de derro-
tarlo con toda seguridad, llamó á Turner é. que de~onrara
su gobii,rno y á que imprimiese en nuestra historia la men-
tira como indudable verdad, de que sin la captura de los fa].
sos piratas por la mano humillante de Turner, Veracruz ha•
bria sucumbido ante Miramón como mosca pegada á la len·
gua de una águila. l,os conservadores agregan que· la toma
de Veracruz les hubiera dado el triunfo definitivo, por con-
siguiente según ellos, y hay también liberales que lo crean,
el partido liberal debe todo su poder actual á una traición á
la patria. Tal ha sido el resultado de la .fe inquebrantable
de los inmortales de Veracruz, que se nos presenta como el
faro de todas las virtudes cívioás alumbrando el oleaje im-
pío y sanguinolento de nuestra terrible guerra de Reforma.
533
*..
El 18 de Marzo de 1860, Miramón frente á Veracruz, in-
vitó á J uárez á una conferencia p&ra tr&t&r de terminar la
guerra por nn convenio entre los beligerantes. J uárez acep-
tó y nombró comisionados á sus ministros D. Santos Dego-
llado y D. José de Empáran. Los de Miramón fueron D.
IsidrP Diaz y el Gral. D. Manuel Robles Pezuela.
Los comisionados reunidos discutieron largamente el
asunto y formularon el siguiente proyecto de convenio:
"l.• Con objeto de proceder al arreglo de un armisticio
general y á acordar el restablecimiento de la paz en la Re-
pública, se suspenden desde luego las hostilidades entre el
ejército que amaga· á Vera.cruz y las fuerzas que ocupan la
plaza ó que dependi,entes operan en sus alrededores, dentro
·.,......-,,-
del término comprendido en la linea que pa.sa por los pun•
tos siguientes: La Antigua, Acotopan, Naolinco, Jalapa,
Huatusco, Orizaba, Zongolica y Alvarado.
"2.• En el término de quince días se reunirán en Tlalpan
tres comisionados de cada parte, con poderes bastantes para
arreglar los términos en que deba celebrarse un armisticio
general en toda la República, á fin de convenir durante él la
manera de restablecer la paz.
"3.• Mediarán amistosamente en esta negociación los re-
presentantes de las grandes potencias Inglaterra, Francia,
Espalla, Prusia y República de los Estados Unidos.
"4.• Los mismos comisionados y con la propia mediación,
determinarán lo que haya de hacerse respecto á los tratados
(Mac-Lane y Mon-Almonte) celebrados con potencias ex-
tranjeras, siempre que éstos nc:, se pongan de Muerdo para
tenerlos por válidos y estables. Entretanto dichos tratados
permanecerán en el estado que hoy se encuentran.
11 6.• Ambas partes contratantes en estos convenios decla-
ran que debe servir de base para los comisionados que ex•
presa el art. 2.0 el principio de que sólo la Nación puedto.re- '
531
Dipuladu GleriG&ln.
Distrito Federal. .......... : . . . . . . . . . . . . 9 ·
Estado de Aguascalientes. . . . . . . . . . . . . . . . . 2
" " Durango...................... 4
" " Guanajuato. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
!' " Jalisco (mitad)................. 10
" Méjico........................ 26
Puebla ......... , ........ : . . . . . 19
" Querétaro .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
San Luis Potosí. ...... ·. . . . . . . . . 8
Oaxaca....................... 1
Tlaxcala .................•.. ; . 2
Veracruz sólo cuatro distritos. . . . 4
,, Zacatecas................. . .. . 7
Total diputados clericales . . ._ . lü::l
Los grandes caciques no eran reformistas sino oonvenen-
cieros, se habían unido á la causa liberal porque era federa·
lista y para ellos el federalismo •ignificaba el pleno goce de
sus autocracias. Los caciques hubieran enviado al Congreso
á sus pariente•, compadres y amigos, con la consigna de sos-
tener á todo trance el sistema federal y ceder en materia de.
reformas, todo lo que fuere necesario para que no se volvie•
se á encender la guerra que amenazaba sus florecientes di-
nastía•; en consecuencia hubieran aparecido:
Dip1tados moderados.
Estado de Colima. .. .. .. .. . . .. .. .. .. .. .. 2
" Chiapas ........................ 4
Chihuahua...................... 4
Guerrero........................ 3
Sinaloa........... . . . . . . . . . . . . . 3
" Sonora......................... 3
"Tabaeco ........................ 2
"· Yucatán ......... ,.............. 8
" Baja California ................. / 1
Total. • • . 30
Diputadoa rojo11.
Estado de Jalisco (mitad)................. 10
" Michoacán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
" Oajaca ................ ·.......• 12
" Tamaulipas.................... 3
" Nuevo Leóu y Coahuila. :. . . . . . . . 6
,, Veracruz................... ... 6
· Total. . • . 48
Los elementos constitutivos del Congreso debían ser:
Diputados clericales. . . . . . . . . . . . . . . 108
Moderados. . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . 30
Rojos ....................... ;... 48
Total • • • . 186
LIBERALES.
8,660 hombres.
542
REACCIONARIOS;
*
**
El general López Uraga ordenó se concentrasen con sus,
fuerzas las de Aguascalientes y Zacatecas, las de Rég ules y
Antiltón y el 23 de Abril de 1860, esperó en "Loma Alta" á,
los tres mil quinientos hombres al mando de don Rómulo,
Díaz de la Vega. Resistió el ataque y obrando en toda regla
tomó/entonces la ofensiva y derrotó completamente á su ad-
versario que cayó prisionero en compa:flía del general Calvo,
herido, de siete jefes, gran número de oficiales y de solda-
dos. Toda la artillería y municiones quedaron en poder de
Uraga.
Después de su triunfo marchó Uraga á reunirse con Oga--
zón á Jalisco,.ascendiendo las fuerzilS de ambas divisiones á-
ocho mil quinientos hombres y cuarenta y cinco piezas de
artillería.
El general González Ortega, desde que recibió de Rojas.
la ciudad de Zacatecas se ocupó activamente de sacar recur-
sos y levantar fuerzas, y á fines de Mayo (1859) tenía listos
para entrar en campaña á dos mil hombres.
En el Estado de Guanajuato, el general Doblado había he-
cho lo mismo y su fuerza ascendía también á dos mil hom-
bres. El general Berriozábal que había estado operando con
2,500 hombres en el Estado de Méjico, que comprendía en-
tonces los actuales de Hidalgo y Morelos, apareció cerca de ·
Querétáro. ·
El geñeralisimo Degollado estableció á fines de Abril su •.
cuartel general en San Luis.
35
**
•
El ganeral Miramón habla dejado como he dicho, al aban·
- donar el Interior poco más de. ocho mil hombres de fuerzas
ti berales desmoralizadas y diseminadas en una gran exten-
sión, no habiendo fuerza mayor de mil hombres rauoida. Ha-
bía dejado Miramón en poder de sus lugartenientes ciudades
de recursos tan importantes como San Luis, Zacatecas, Aguas-
calientes y los puertos de San Bias y Manzanillo. Había de·-
. jado más de catorce mil hombres de fuerzas -regulares, dis-
ciplinadas y en condiciones de acabar fácilmente con los res
tos de las fuerzas liberales.
.A.l volverá la ciudad de Méjico después del fracaso de Ve-
. racruz, Miramón se encontraba con San Luis, 2:acatecas,
Aguascalientes, Colima y los puertos de San Bias y l[anza-
nillo ocupados por los liberales; con Lozada dos veces derro-
tado, con Calatayud 'derrotado y matado, con Valdez derro-
tado lo mismo que don Rómulo Díaz de la Vega. Los cator-
-0e mil hombres que había dejado quedaban reducidos: ·
Fuerzas en Fresnillo del general Silverio
Ramírez •. ; • . • • . . • • 3,000 hombres.
W oll en Guadalajara . • • . . . • 2,700
Fuerzas de Guanajuato y Querétaro. 1,300
Total ••• 7,000 hombres.
En cambio los liberales tenían:
El generalísimo Degollado en San Luis • 1,200 hombres.
· Generales U raga y Ogazón reunidos , 8,500
General González Ortega • 2,000
Oeneral Berriozábal • • • • 2,600
General Doblado . • . • . • 2,000
"·
Pueblita, Huerta y .A.rania . 1,800
'· General D. Plácido Vega •• 6,000
23,000
547
10,300 hombres.
/
/
CAPITULO XV.
***
El 20 de Mayo de 1861 1 "El Club Veracruzano" periódi-
co de Veracruz, calificaba á J uárez de nulo é inepto segúri
su conducta durante la guerra de Reforma y terminab" di-
.-0iendo: "A la sombra de esta heróica población y de su in-
mortal gobernador pasó el tiempo (Juárez) en no hac~r na-
da!' Zarco a1· momento tomó el escud"o y la lanza y arréme-
. tió contra el pei'iódico veracruzano diciéndole, que era in-
justo y poco inteligente exigir á J uárez lo imposible, como
,era· dirigirla guerra en todo el país desde Veracruz y ali-
iáS
(1) Carta pul,licada por ' 1El Ti ·mpo" y cuya copia fotogrtfica está en mi
poder.
(2) Mayo 20, 1!61.
(3) Ocampo. Obr.:.a compfotas. Ediclóu Pola. Tomo II, pág. LV.
,,(4) Balbout:n M 1noria11, pág. 180.
f65
·•
**
El único centro de unión y acción combinada que hubo eu
la guerra de Reforma, fuá el que con inmensos trabajos es-
~ableció don Santos Degollado. A él se le deben todas las
concentraciones importantes; la de Ahualulco, la de las fuer·
zas que asaltaron Guadalajara, la de Atenquique, Poncitlán,
San J oaq uin, Tacubaya, la Est~ncia de las Vacas. El orde-
nó la concentració_n de fuerzas que derrotaron á Miramón en
Silao, él hizo la concentración de las fuerzas que debieron
venir á Méjico, dando el mando de ellas al general González
Ortega, á él se debió la gran concentración de esas fuerzas
con las de Ogazón para sitiará Guadalajara en 1860. Sin
Degollado, tal vez nunca hubiera habido unión de caudillos
y los reaccionarios habrían podido con tres mil hombres pa-
searse por toda la República impunemente barriendo bandas
de mil ó tres mil hombres. La verdadera obra de Degollado
es casi desconocida, la envidia y ·1a ingratitud la han ente-
rrado sin epitafio á la profundidad de la asiática adulación
a Juárez.
El Sr. Cambre, escritor jalisciense, autor de la mejor obra
sobre la guerr<> de Reforma en el interior de la República,
nos dice: "A la vez que atendía el general Degollado á la
organización de los liberales tuvo que sufrir disgustos que
le daban rencillas y envidias entre sus subordinados; mas él
supo sobreponerse sacrificándose en aras de la cau~a liberal."
(1) "Pero en aquellos días de infortunio para las armas Ji.
berales, se oía la palabra profética de Degollado, que .desde
San Luis repercutía por todo el pais y desafiaba la adversi-
dad inspirando la fe más vi va en la causa de la democracia.
A la magia de la palabra del caudillo se agrupaban nueva-
mente los liberales y no tardó en seguir una sucesión de
triunfos constitucionalistas.'' (2)
(1) Cambre. La gueru, de tres año,. Pégina 219,
(2) Cnmbreo. La guerra de tres año,. Pág1na 563.
fi67
El general fronterizo don Miguel Blanco, uno de los can•
dillos más fieles de la Reforma, al explicar lo ocurrido en la
batalla de Poncitlán, afirma: "Venciendo estas dificultades
con el/genio que ha hecho de él nn tipo de heroica y pro-
verbial constancia, el general. Degollado pudo presentarse
con un cuerpo de ejército á las goteras de la ciudad de Gua-
dalajara y tomarla ·por asalto." (1) El general don Plácido
Vega se decide á penetrar con sus grandes elementos en J a-
lisco, debido á que Degollado ha vuelto á encargarse del
mando del ejército constitucionalista, "pues sin él, diré á
V d. con franqueza, que perdería los elementos del Estado,
la paciencia, el tiempo, siendo víctimas de las envidias y dis-
colerías de que han dado pruebas casi todos los jefes en la
ausencia del hombre más activo, más desprendido, más he-
roico y con el ejemplo de las virtudes que á los demás faltan
consigue orden y disciplina." (2) "Si los hijos del Estado (de
Nuevo León y Coahuila) van á despedazarse entre si, en fü.
nesta guerra fratricida, se lo debemos á don Santos Dego·
liado, quien ha logrado convencerá los jefes de nuestras fuer-
zas con excepción del general Zuazua de que continúen á su
lado para continuar yendo al matadero, por una causa IJUe
no tiene triunfo." (3) "Sin el gran Degollado probablemente·
todos los. fronterizos hubieran abandonado la lucha; la· pa·
tria continuará bendiciendo los esfuerzos del niás valioso de
nuestros caudillos." (4) "Decimos con gran pesar nuestro
porque al escribir estas líneas no podemos echar al olvido ni
los importantes servicio, que el Sr. Degollado ha prestado
durante tres sil.os á la. causa que sostenemos, ni la circuns-
tancia parUcular que hace en estos momentos casi sagrada
su persona." (5) Don Guillermo Prieto que se hallaba en Sep·
tiembre de 1860, en el campa.mento de Gonz4lez Ortega, es•
LA JUSTICIA DE JUÁREZ.
***
El general González Ortega hizo también nn plan de pa ·
~ificación, desastroso pa.ra. la. Reforma; y sin consultar á su
gobierno ni á sus compañeros se manifestó dispuesto con el
enemigo á contraer culpables compromisos.
El mismo general González Ortega nos expone con fran·
queza su criminal conducta:
"El Sr. Castillo (general D. Severo, jefe de la plaza de
Guadalajara sitiada por el general González Ortega) me ex-
puso entonces que las exigencias de su partido quedarían ob-
sequiadas con las reformas de la Constitución y con la elimi-
nación del Exmo. Sr. Presidente D. Benito Juárez, y como
entendí que estas pretensiones podían conciliarse-con el prin-
cipio constitucional, MANIFESTÉ MI CONFORMIDAD, siempre que
las reformas fuesen decretadas por el Soberano Congreso,
quien debería hacerlas en un término perentorio, con entera
libertad y sin.clase alguna de restricciones. Expuse, pues,
al señor general Castillo, que quedaría resuelto que la Cons•
titución debía ser precisa.mente reformada por aqúellos re-
presentantes, quedando entretanJ;o subsistente sin necesidad
de proclamar un Estatuto, como pretendía el señor Castillo
y cuya pretensión fué rechazada por mi en virtud de las ra•
zones que más adelante explayaré en esta nota .... "
"Accedí, pues, á la petición del Sr. general Castillo, y nues-
tro ilustre presidente don Benito J uárez habría voluntaria-
mente, estoy seguro de ello, desaparecido de la escena polí-
tica para dejar el poder, según mi oferta, á quien pertene·
ciera, con arreglo al llamamiento constitucional.
"Sorprendido el señor Castillo con mis concesiones, objetó
sin embargo que siempre tendría que ascender al poder otro
hombre de la misma comunión política del señor J ~árez, y
que de tocios modos los de su partido pretenderían Ún Esta-
tuto diverso, mientras se reformaba la Constitución .... " .
"Por lo expuesto verá V. E. y la nación toda que CONCE·
DJDAS POR MÍ LAS DOS PRINCIPALES PRETENSIONES, que me in.;.
079
LA CONDENACION DE JUAREZ.
A1·teaga._ Ber1·ivzábal.
Cal aman da. Silao.
Tacubaya. Toluca.
Estancia de las Vacas.
Sitio de Guadalajara.
Calpulalpam. ·
587
Degollado fué:
1°. El general que en la guerra de Reforma asfstió al m.,•.
yor número de acciones de guerra.
2°. El general que mandó mayor número de acciones de
guerra.
3°. El general que sostuvo· el impulso más fuerte de lá
reacción durante el largo período de la brillante carrer& de
Miramón, resultando con más éxitos que reveses.
4°. El general que organizó más fuerzas.
5°. El únioo que logró formar un centro importante de
acción militar.
Degollado fné el alma guerrera, apostólica, heroica, cons-
tante, impregnada en virtudes, de la guerra de Reforma.
*
••
Degollado fué caudillo de la Revolució.n de Ayutla, J uás
rez pasó la revolnción de Ayutla en N neva Orle&ns y llegó
al Estado de Guerrero á la hora del triunfo á recoger 19& ópi-
mos frutos de una revolución por la que nada había hecho,
Degollado antes que Juárez se lanzó á la defensa de la cau,
sa liberal cuando Comonfort dió ei" golpe de Estado. El ar,
diente y leal juarista Zarco. ha escrito: "Degollado marchó
de esta capital á la defensa de los buenos principios, el día
mismo del golpe de Estado y desde entonces 110 cesó un día
de combatir, de trabajar, c<;>n la espada, con !& pluma, con
(5'89
,la persúe.ción, en aefensa dé: los: bnenós principios." (1) Juá-
'rez entre ·tanto trabajó oon la impasibilidad, con la fe en
los esfuerzos de otros, nunca'" con los suyos.
Otro gran órgano del partido juarista en 1861, "El Moni-
tor Republicano", escribía: "El gobierno e.traviesa los ma-
res- bnsce.ndo Veracruz; la Repó.blica parece quedar acéfalá:
se encomienda al Sr. Dágollado el mando-en Colima, sin un
centavo, con un puñado de hombres al frente de la reacción
orgull99a con sus triunfos. Esta entidad invisible, este sol-
dado desvalido, al mes dé recibir el dificil encargo, conduce
,.nn ejército á Guadalajare. y he.ce morder en Cuevite.s el polvo
á los enemigos de la Reforme.."
"Se empe:i!.e. la lid, á c,ada revés contesta con un acento de
esperanza; desbande.das sus hnestes qnedabe. siempre en pie,
como nn testimonio de la inmortalidad de su cansa. El pri-
mero en los momentos del peligro, el 1íltimo á. la hora de re-
tirarse, sin odio y sin miedo, era el sacerdote que desempe-
:1!.e.ba una misión más que ef guerrero que ambicionaba nn
trinnfo," (2)
-***
Se admira la constancia de J uárez en su gran obra de có-
moda impasibilidad, porque se quiere desconocer la de De-
goHado. Se le acusa de haber faltado á. la constancia en los
'inomontos del trinnfo, al proponer su plan de pacificación.
-Como plan el de Degollado, nada sacrificaba de los· grandes
'principios porque se había luchado, mientras qne en el de
;Juárez se sacrificaba desde luego la Reforma y prácticamen-
te la Constitución. Pocos son los hombres como Degollado
que á. la hora del triunfo proponen un plan de pacificación,
con la amenaza á. sus compa:i!.eros de que si no es aceptado
se retirará. á su casa. Esto prueba la alta superioridad de De-
•
**
La cualidad nota.ble en Jnárez era la modestia; la de De-
golla.do segura.mente que no era menor. Pero la cnalidad su-
prema de Degollado er.. el desprendimiento, el desinterés, la
falta· de ambición de poder, el olvido completo de que en el
mundo existía su persona. Jnárez cobró sus sueldos íntegros
desde que fué Presidente en Enero de 1858, hasta Agosto de
1864. Degollado jamás solicitó q ne le pagitsen s'us alcances -
por suel<!os y estando en su mano hacerlo nunca se los pa·
gó; recilíía en la campaña lo mismo que sus o licia.les, y en la
ciudad de Méjico lo que le daba buenamente el gobierno.
Se encuentra en el "Diario" escrito por don Santos Degolla.-
do, recogido de su cadáver por don Francisco Schiafino: "Me
mandó el general Govantes $ 65.66 dos días de sueldo de
este mes y dos del pasado. Dí á Medina $ 10 por D. Pablo
Cárdenas." (1)
"El señor Degollado -decía el "Monitor, Republicano"
hablando de él en campaña- no tenía sueldo, ni gratifica-
ción, ni gastos; se hacía. uu vestido y hasta que le instaba.11
no ·compraba. otro para reemplaz~r el que raído no esta.ha.
decente, comía la comida de sus ayudantes y hubiera podi-
do parecer mezquino si no hubiera da.do con· liberalidad Jo,
suyo, aplicando su economía á los intereses de la nación." (2)
Degollado obtuvo el primer premio de una lotería, reci-
biendo una cantidad importante y la empleó en la guerr~.
Es el j uarista Zarco quien nos da á conocer este acto admi-
rable de desinterés. "Degollado pobre hasta. la indigencia
después de h> revolución de Ayutla. y de haber sido gober·
nador de Jalisco; salió de aquella posición porque la suerte-
le dió una lotería que empleó después en las necesidades de-
la guerra.. " (3)
{1) Siglo XIX, J uoio 22 de 1861.
(2) Monitor Republicano. Junio 23 de L86l.
(3) Siglo XIX. Juuio 18 de 1861.
-092
Al terminar la revolución de Ayutla, Degollado renunció
,el generalato; declarando que no era soldado y que había to-
mado las armas como debe hacerlo todo hombre libre con-
tra una ignominiosa dictadura. Fué postulado para gober-
nador de Michoacáu y públicamente renunció su candidatu-
ra¡ sin embargo á pes!l.r de su renuncia:, los miolioacanos se
honraron eligiéndol~. Fué postulado para presidente de la
Corte de Justicia en' varios Estados y renunció; fué postu-
lado magistrado y renunció; lo único que ese hombre no re-
imnciaba·eran los grandes sacrificios; había nacido para el
deber como otros nacen para el crimen; su pensamiento sólo
.tenía un ensueño: la democracia, y su voluntad un rumbo: fa
Patria.
No se dió nunca el caso de que Juárez hubiera renuncia-
do su candidatura para algo. La gran pasión de Juárez fué
el poder; la de Degollado ser el último de los mejicanos en
su país libre.
Degollado llegó hasta hacer el sacrificio de su reputación
por la causa liberal: asumió la responsabilidad de un robo, el
de la conduct¡ de Laguna Seca, para impedir que la·~iseria
.disolviese el gran ejército que en Septiembre de 1860, debía
apoderarse de Guadalajara y consumar el triunfo liberal.
Es siempre el gran defensor y apologista .de Juárez, Zar-
co, quien nos enseña: "No se paró (Degollado) en ningún sa-
.crificio, NI EL DE.SU REPUTACIÓN y el embargo de la conducta
de Laguna Seca, será .un rasgo apreciado por sus conciuda-
danos. No puede hacer más el hombre que era la probidad
misma que declararse reo y sacrificar todo á BU país. Na,!,ie
había llevado hasta allí la abnegación y el heroísmo." (1) .••
La cuestión Barron, es uno de los episodios más gloriosos
de su vida y que siempre será un timbre para su nombre.
Defendió dl decoro del país con energía, y triunfante de sus
enemigos consintió en someterse á nuevo juicio, sól.o por evi-
tar conflictos á la República." (2)
( 1) Zarca. Siglo XI X, Junio .
.(2.) Zarco. Siglo XIX. Junica 18 de 186[.
59-l
***
Como reformista Degollado sobrepasó á Juá.rez, Cuando
este liberal, gobernando el Estado de Oajaca, compelía á sus
gobernados para que pagasen los diezmos y demás impues-
tos eclesiásticos considerándolos justos, convenientes, dignos
del acatamiento de todo demócrata; Degolla·:lo emprendía
una polémica con el obispo de Michoacán d9n Clemente de
Jesú; Muaguía, sosteniendo lo inconveniente, lo ruinoso, lo
indebido de los diezmos. "Su primer trabajo notable, nos
dice Rivera Cambas, fué la polémica sobre dibzmos con el
señor Munguía." (1)
He citado la "Memoria del R~mo de Justicia" presenta-
da al Congreso fe:leral por el Ministro de J uárez D. Manuel
Ruiz y el Informe del Ministro Ocampo á J uá.rez sobre las
circulares relativas á. la ley de nacionalización de bienes ecle-
siásticos, y en ambos documentos, revisados y aprobados por
J uá.rez como si por él e,tuvieran firmados, se asegura que la
expedición de las leyes de Reforma en Veraeruz fué debida
principalmente á las instancias del general don Santos De-
gollado. üLlamado á. veces al ministerio promovía la Refor-
ma y dejaba. el Gabinete para lanzarse á los combates." (2)
La gran cualidad de Degollado entre las muchas que ha-
cen su figura histórica inmensa, era el valor personal. J uá-
rez tenia valor personal pero no buscaba el peligro, lo reci-
bía con serenidad, con impasibilidad, mas no lo irritaba, ni
lo punzaba, ni lo atraía, ni lo llamaba, ni se burlaba de su
poder. A Miramón se le ha celebrado la hazaña de haber
partido de la ciudad de Méjico, solo con sus ayudantes, en
una qiligencia, para ir á Querétaro y tomar el mando de lás
fue<'zas que en Noviembre de 1869 debían dar la batalla de
la Estancia de las Vacas.
*
**
El general don Jesús González Ortega, tenía poco JUICIO
pero nobles sentimientos. Cuando entró el 1.0 de. Enero de
1861 triunfante á la capital al frente del ejército liberal, for-
mado, fogueado, veteranizado por Degollado, éate se encon-
traba en nn balcón de la calle de San Francisco sin duda
conmovido viendo desfilar sus viejas tropas, cubiertas de flo•
res, mientras que á él, Juárez había pretendido ou15'rirlo de
ignominia. González Ortega al ver á Degollado sintió tal
vez que la gran revolución de Reforma con sus ojos de fue-
go y su corazón de jn,tioia veía á Degollado por los aglije-
*
**
Al ser nombrado Degollado por J uárez en Abril de 18581
ministro de la guerra y general en jefe del ejército constitil·
cionalista con facultades amplisimas, para organizar y soste•
ner la nueva campaña, Degollado, que era gobernador oons•
titucional lle! Estado de Michoacán, nombró para sustituirlo
interinamente á su protegido don Epitacio Huerta á quien
profesaba gran carillo. El nombramiento de Huerta emana·
ba de las facultades dict~toriales que J uárez creyó tener du·
rante la guerra de Reforma y que conservó hasta el día en
que el segundo congreso constitucional inauguró su primer
período de sesiones, 9 de Mayo de 1861. Huerta era, pues, un
funcionario dependiente de la autoridad de J uárez quien po•
día removerlo cuando así lo creyera conveniente.
(1) Siglo XIX. Junio 22 de 1861.
596
***
La gran facción liberal de la guerra de Reforma, mien·
tras proclamó y defendió principios, tuvo grandes ·virtudes
y en conjunto su conducta honrdrá al país y á la hnmanidad,
Per<YÚna vez triunfante en Enero de 1861, se fraccionó en
facciones ·personalistas, mezquinas, violenta,, degradadas
por ·el famelismo parasitario, por las ambiciones mal sanas,
por el lenguaje tabernario, por las pasiones viles, por esa po·
litiquería de estómago productora de las más nocivas tomaí-
nas. Las espadas flamígeras una vez envainadas, surgieron
ufias felinas y de verduleras para desprenderse la piel sin
rubor¡ los clubs se organizaron como figones de empleoma·
nía¡ la adulación cantó himnos por sus bocas fétidas; el es-
píritu guerrero se trocó en espíritu servil; se hiz.o uso de las
rodillas para arrastrarse después de haber empleado el he-
roísmo para nivelarse en la igualdad democrática. Se olvi·
dó todo lJ grande que había tenido la lucha para engullir
cobardia, miseria, indignidad. La lucha electoral de 1861,
es un fango agitado por apetitos descomunales de horribles
parásitos que .engordan en las pestilentes humedades tene~
brosas. Los pocos liberales que se conservaron en las emi-
nencias de sus principios de irreprochable moral, en su exac-
ta posición de héroes ó patriotas, en· la austeridad astringen·
te de sus virtudes, se cubrieron el rostro con el aislamiento
para no dejar ver su dolor y su vergüenza. La demagogia
empujaba al abil!mo á la democracia y la .;,etamórfosis bé.·
quica de las instituciones las hundía en miserable despres·-
tigio.
Dególlado aparecía en la política gensral lo que había si-
do como gobernador de Jalisco y de Michoacá.n, como había
(1) Santo, Dtgolla,lo. Suplemento al núm~ro 106 del Siglo XIX. Abril 30
de 1861.
600
***
Cuando se notó que Juárez perseguía con frío y concen-
trado odio á Degollado, todos vieron en el perseguidor al sal-
vador de un peligro; el pueblo sano, bonachón, justiciero, ad-
miraba á Degollado y podía elevarlo á la presidencia de la
República. De los tres candidatos que jugaban en las elec-
ciones, J uárez, Lerdo de Tejada y González Ortega, ningu-
no podía sostener lucha leal en el campo popular ó cacica!
ú oficial de los Estados con Degollado. Las facciones perso-
na.listas apoyaron con su silencio rapaz la persecución de
Degollado, pues en la República con excepción de Michoa·
cán foco de injurias contra el caudillo reformista, nadie se
atrevió á tocar un nombre que imponía exaltada conside-
racióu.
Sólo hubo uno entre los caudillos liberales, caballeresco
como un Bayardo, leal como el valor guerrero, invariable
como un fanático, que tendió no sólo la mano á Degollado,
sino todo su prestigio, toda su fuerza, todo su gran mé;ito.
Ese amigo en la desgracia fué el célebre general José Ma-
ría Arteaga, conocido por el mártir de Uruapam, pues fué
fusilado por el general imperialista Méndez en Octubre de
1865. En 1861, el general Arteaga era gobernador de Que_-
601
***
No obstante su careta zapoteca de impasibilidad, Juárez
debe haber sentido terror patibulario cuando rompió con
Gonzalez Ortega y leyó las palabras fatídicas de "L'Está-
fette": "El general-decía el órgano francés-se ha retirado
con estrépito del Ministerio, no ha entreg..do en cartera, la.
ha tirado á la c11.lle¡ al bajar la escalera principal de palacio,
ha. hecho resonar su sable en los escalones, lo bastante para
'recordará sus colegas, que aunque ya no ~s.ministro es to-
davía general del ejército. Varwick no hubiera dado su di-
misión de un.a manera más desoomedida. El señor J uárez ha
respondido á su reto con un reto, á su amenaza con una ame-
naza¡ ha conservado á los señores Ramirez y Zarco; ha pro-
visto la cartera de Guerra¡ se reserva el nombrar otro ge-
neral á la división de ·zacatecas." (2)
Se lee en el Diario de Degollado recogido de su cadáver.
"Abril 7. Comenzó la crisis entre el, Sr. J nárez y el Sr.
Ortega porque éste pide cambio de ministerio.
"Abril 8. Mandé $10 al Lic. Rniz á Palacio para la cele-
*
**
Degollado era un acusado, un olvidado, un general/sin es-
pada, un gobernador arrojado de su gobierno, un Magistra-
do de la Corte vilipendiado, un estorbo para las facciones,
una pesadilla para el presidente J uárez. Al saber el asesina·
to de Ocampo, se dirige al Congreso que estaba en sesión;
los criados debieron haberle cerrado el paso y, caso de· ha-
berlo forzado, la augusta asamblea debió despedirlo; nada.
tenía que hacer en el templo santo de las leyes.
"El Sr. Degollado-dice la Historia del 2° Congreso Cons•
titucional,(E'esión del 4 de Junio de 1861)-se presenta en
607
***
Al fin nna buena bala de fusil, bala política, bala concilia·
,dora, atravesando la cabeza del mártir salva á las facciones
del compromiso de aplastar al hombre que les estorba. La
,ütuación tuvo la gran salida inesperada; era casi imposible
que las facciones aplicasen á Degollado el asesi~ato político
á lo Tiberio, inventado para los grandes que estorban y es•
·trenado por Germánico; era igualmente imposible hacerlo
matar á lo César Borgia por un braví que lo provocara á ri•
ila ó duelo, método muy usado en la América Latina; era
completamente imposible arrojarlo al tablado de un cadalso,
bieu magullado y profanado por las garras de la infamia; un
hombre que ordenaba con su presencia el respeto á sus ene·
migos, que hacía inclinar todas las cabezas con sus virtudes,
,que ponía en pié á sus jueces, que marchaba envuelto en glo-
ria, que había electrizado al pueblo con •u voz, la voz sono-
ra de la Revolnción grandiosa, era un peligro incesante para
las facciones b~ñándose eu las grandes cazuelas del festín de
los adjudicatarios, destrozándose por los empleos y las intri-
.gas, expresando de un modo horrible la lucha por la existen-
cia en los bordes de la desvergüenza. '
U11a vez muerto Degollado y bien µiuerto, con la cabeza
agujerada, un pulmón vaciado de un lanzazo y perfectamen-
te picado á bayonetazos, sonaba la hora de que hicieta jus-
ticia el partido liberal; los elogios cayeron como crespones
de la envidia teñida de iris con la sangre, la hiel y la calum-
nia, sobre su cadáver, honrado en la Iglesia de Huisquilucan
por un jefe de sus enemigos y sus oficiales, pertenecientes á
,Ja .guerrilla de Gál vez, probablemente bandidos, y que al ver
,en su víctima al jefe de la Reforma, tuvieron nn arranque
santo para venerar la gran expresión nacional del honor y el
patriotismo.
Las facciones tienen la virtud de los dioses, hacer justicia
.á los muertos; la gloria de los que no e!l<isten es un sol hala-
609
•
**
Juárez desde Veracruz, mostró ser iuquebrautalile en su
ambición, en su cariño por los adora.dores de su ambición,
en su odio por los que perturbaron aun sin quererlo los pro-
yectos de su ambición. Inmecliatamente que J uárez supo el
asesinato de Ocampo, inició ante el Congreso de la Unión
que decretase honras fúnebres nacionales por la ilustre víc-
tima. Cuando supo que Degollado había muerto batiéndose
como un héroe, abandonado por casi todas sus tropas, guar-
dó silencio; fué el Congreso quien inició y decretó hasta el
26 de Junio (1861) que en toda la República se hicieran hon•
ras fúnebres "al más constante é ilustre de los caudillos de
la Reforma, don Santos Degollado."
En la sesión del Congreso federa.lde9 deSeptiembre(1861)
y casi tres meses después de la muerte de Degollado, fué juz·
gado por la Cámara de Diputados erigida. en gran jurado
con el objeto de que su memoria fuese rehabilitada por la
mancha que pretendieron arrojarle los· celos y en,-¡dias de
J uárez. U no de los oradores más categóricos y explícitos
fué el Sr. don Ignacio Manuel Altamirano, quien deci)iió la
discusión porque los juaristas presididos por D. Manuel Ruiz
se oponían fundados en preceptos de jurispmdencia, á la ple-
na rehabilitación del gran nombre de Degollado.
"Altamirano se levanta y exclama muy animado: yo no
puedo aceptar las razones del Sr. Ruiz (D. Manuel); es in-
dispensable rehabilitar, engrandecer la memoria del Sr. De-
gollado. Cuando el gobierno trató de denigrarlo, como tra-
ta de hacerlo con el ilustre vencedor de Calpulalpam, es pre-
ciso elevarlo, enaltecerlo. No vengo aquí con la elocuencia
gerundiana de Puebla, que tanto usa el Ministro de Justicia,
no, pero quiero que nuestros grandes hombres no perezcan.
En este sentido continuó un poco mas defendiendo la pro-
posición y atacando al gobierno. (Aplausos)". (1)
(1) Historia del 2? Congreeo Constitucional, pág. 263,
61S
CONCLUSIONES.
CAPITULO I.
0
'
NON ENIM POSSUMUS CONTRA VERITATEM. (I)
su grandeza á uno de sus reyes; como ·si se dijera que los Es-
tados Unidos deben la catarata del Niágara á. un catarro de
Washington; como si se afirmara que los japoneses deben sus
islas á. su trabajo de despuntar el continente asiático con ma-
chetes. Las plebes de levita creen fácilmente todas las pa·
memas que les arrojan del cesto del politiqueo. Pero las de
los prodigios de .Juárez, es difícil que las acepten á menos
de encontrarse b,rjo el nivel de la civili_zación de las tribus
zoólatra•.
Todos los cultos de las sociedades primitivas salvajes ó
bárbaras son forzosamente, sin excepción, politeístas. Un
pueblo zoólatra jamás _adora un solo animal, un pueblo idó-
latra reparte su veneración entre muchos ídolos, un pueblo
antropólatra es imposible que rinda culto á un solo hombre ..
La antropolatria sincera primitiva se muestra por la reve-
renci¡ y adoración por los manes ó sombras d9 los antepa-
sados; es el culto á los jefes de familia, y cada familia tiene
sus antecesores, sus penates, sus dioses la.res, íntimos, favo ..
ritos, únicos paia ella.
En la evolución del pensamiento religioso hay dos gran·
des períodos. En el primero se adora á los hombres, á los
que se dan cualidades sobrenaturales, y es la antropolatría.
En el segundo período se adora á los seres sobrenaturales
llamados dioses y á los que se les da forma y cuali_dades hu-
manas; lo que constituye el antropomorfismo y la antropa·
tía. Peró la ley es absoluta: todo pueblo organizado-en tri·
bu ó nación bárbara es inexorablemente politeísta, sin ex-
cepción.
El monoteísmo corresponde á un estado más elevado de
civilización, aun cuando siempre sea antropomórfico ,ó an·
tropático; pero ese grado de civilización necesario al 'mono·
teísmo no consiente en ningún caso que el Dios único y eter-
no haya sido primitivamente un hombre. Jesucristo repre-
senta la encarnación de Dios eri un hombre, no un hombre
ascendido á Dios. Las masas mejicanas si se les supone sal-
vajes no pueclen tener el culto único de Juárez porque se-
623
***
Ahora bien, no es posible entender á primera vista, cómo
los Estados federales mejicanos, no obstante su justo orgullo
porla gloria de sus grandes hijos y no. obstante su desen·
frenada vanidad provincialista pregonera de multitud de fal-
s:.s grandezas, han consentido tan rápida, tan.fácil y tan com-
pletamente en que tofas sus glorias locales y patrias hayan
sido desconocidas, ultrajadas, olvidadas, postergadas, por ele·
var á J uárez cuya obra sublime nadie puede entender por-
que no existe; pero aun existiendo, nunca la verdadera glo-
ria de un ciudadano, por eminente que sea, puede ser única,
absoluta, no sólo en una época, sino en una serie de· épocas
y en el indefinido del porvenir. No se explica cómo Yuca·
tán admite á J uárez sobre Quintana Roo; oómo Veracruz in-
clina á sus hombres como el insurgente Victoria, como don
Miguel Lerdo de Tejada, como don Manuel Gutiérrez Za·
lnora, para que le sean arrancados sus méritos al ser decla;<
rado Juárez el gigante de )a Independencia y la Reforma,
No se entiende cómo Jalisco no chista cuando en su suelo
nacieron Gómez Farias, Pedro Ogazón, Miguel Crnz Aedo,
Contreras Medellin. No.se explica cómo Guanajuato no re-
clama á D. Ignacio Rami~ez como gran apóstol de la Refor-
ma y á Doblado como c~udillo combatiente. Pero sobre to-
do, el Esta ~o cuya actitud confunde, es Michoacán donde
han nacido tres hombres qne dominan. en nuestra histJ)l'ia
como sus tres más eleva~as montañas volcánicas: Morelos,
Degollado y Ocampo. Duele ver que en ·Michoacán ha pro-
ducido unos cuantos tostones la subscripción para una esta·
tua dedicada al verdadero coloso Morelos y se anuncian re·
cogidos miles de pesos para una estatua á J uárez y otros mi-
les para otras estatu~s fuera del Estado. La frontera ha te·
nido igual conducta respacto de Zuazua, Blanco y Zaragoza.
Chihuahua tuvo un· gran caudillo de la Reforma, Coronado,
631
•**
Hay otro gran fenómeno en apariencia inexplicable. El
catolicismo ha progresado en Méjico como en todo el mun-
do; la Iglesia, dogmáticamente, no acepta la libertad de pen•
sar, pero la reconoce como un hecho indestructible, uni ver-
sal, sociológicamente necesario, políticamente tolerable, hu-
manamente soberano. No hay periódico· clerical que al de·
fender el catolicismo niegue á sus adversarios_ el de/echo de
no ser oatólicos; no hay órgano en ¡,. prens, clerical ni cató-
lico autorizado por el Papa ó sus ·prelados para insultar á
los no católicos; la Iglesia sólo autoriza á sus escritores á
que la defiendan con razones. _¿Oómo,se explica que preci-
samente entre loa liberales mejicanos, se halla instituido el
insulto para combatirá los que no ven en Juárez el hombre
que el jacobinismo presenta? ¿El -liberalismo enemigo del
clericalismo se está convirtiendo en religión de Edad Media,
· para ser intolerable? El fenómeno tiene esta explicación: En·
la civilización moderna no son posibles los hombres grandes
con .grandeza impuesta por verdugo, ya sea éste el Estado,
la Iglesia ó la opinión- pública. El hombre grande moderno
salé fundido deJas fraguas de la crítica implacable libremen•
te.encendidas con pasiones ó raciocinios duros, blandos, pu-
ros ó impuros. Substraer á J uárez de la liberta,:! de la críti-
ca implacable y pretender protegerlo con la critica reposa··
da, critica de familia para que no Jo hiera el menor -cam·
bio brusco atmosférico, prueba que el juarismo oree en todo
63lt
menos en la. rea.! grandeza. de su ídolo. El procedimiento en
Méjico era. útil ha.ce cincuenta. años, hoy es ridículo. Ni el
Estado, ni la. nación, ni la humanidad tienen poder ni derecho
para consagrar grande á un hombre. Ese poder y ese derecho
corresponden á un solo soberano que se llama: "El libre exa-
men." La crítica reposada es la industria que forra á los
pigmeos con oropeles.
El culto actual por J uárez es pasajero, por lo mismo que
es contrario al verdadero estado de civilización que: ha al-
canzado Méjico. J uárez en la Reforma ocupa un lugar im-
portante decorativo, puesto que con el título de Presidente
de la República expidió algunas leyes y para los pueblos la-
tinos no puede haber rey que firme una gran ley sin que sea
un gran rey; criterio que no tienen los pueblos anglosajo-
·nes y que tampoco debían tener los latinos, porque la histo-
...ria enseña que son numerosos los reyes insignificantes en el
concepto de los latinos que han sancionado con su firma le-
yes muy importantes.
Puede, pues, decirse, siempre siguiendo el criterio latino,
que Juárez fué gran Reformador porque _la casualidad lo
hizo presidente de la Repúblicá en 1858 y se halló casual-
mente en un país en donde todo el que firma ley importan-
te es grande. Mas el criterio latino de Zarco, Za.macona, Ar-
teaga, Prieto, Gutiérrez Zamora, y otros célebres liberales de
la época, no admitían que Juárez gran Reformador, fuera el
.más grande de los reformadores y mucho menos el único, ni
que tuviera más méritos que los caudillos que con sus vic-
torias dieron vida á las leyes de Reforma, decretadas la ma~
yor parte de ellas por ellos, antes que lo hiciera Juárez,
Como mi criterio no es latino, yo veo .en J uárez u~ re-
formador de mediana talla con motivo de su ley sobre fue.
ros, de Noviembre de 1855, y estoy enteramente de acuerdo
con don Miguel Lerdo de Tejada, con el "Clnb Veracruza-
no" órgano de Gutiérrez Zamora y con las apreciaciones de
Vidaurri,González Ortega, Oga.zón y otros liberales, que con-
sideraron la obra reformista de Juárez en Vera.cruz como la:
633
grave. 0~ i
3°. Resistir toda. medida. grave de cualquiera. naturaleza. \JW:IE.ND4i
que fuera., y ceder sólo, cuando en su concepto su resisten- · _../
cia. comprometía su permanencia. en el poder.
Juárez, pues, resistió á la promulgación de Ia.s leyes de Re·
forma, como resistió á los actos culpables Mac-Lane y An-
tón Liza.rdo: por consiguiente si se le toma. en cuenta como
mérito haber resistido á la comisión de actos altamente cen-
surables, debe tomarse también en cuenta para disminuir
su mérito la resistencia á la. expedición de las leyes de Re-
forma.
Juárez por sn papel de tranca atravesada en las ruedas
del carro gubernamental prestó el importante servicio de re-
bajar lós males que acostumbran prodigará las revoluciones
la.s juntas de gobierno civil compuestas de civiles, cuando
no eociste población que gobernar. Sin Jnárez estoy seguro
que el gobernador Gntiérrez Zamora se hubiera visto preci-
sado á dar un golpe de Estado y á arrojar al mar 11. los in-
mortales civiles; 'y también sin Juárez, que sabía mostrar la.
admira.ble prudencia de lo inanimado, el generalísimo Dego-
63¾
Hado no hubiera podido.impedir la ruptura definitiva entre
los caudillos del Interior y el gobi~rno civil dé Verac:i'UZ.
La firmeza loable de J uárez, no consistió en sostener la
-guerra, sino en evitar una g,uerra intestina en el mismo Ve-
racruz y fuera de Veracruz. No f11é centro de acción ni de
unión porq11e no lo hubo; pero.impidió ayudando con su ex·
tremada prudencia y humildad la obra de Degollado, que la
anarquía existente no tomar.a proporciones más desastrosas
que las que tuvo.
El papel de J uárez en la Reforma de 1858 á 1860, fué in-
significante; pero su papel en la guerra de Reforma fué al-
tamente benéfico desde el momento en que se consideraba
indispensable un imagii;iario gobierno civil cnyas funciones
eran teóricamente inótiles y prácticamente abominables.
La reforma en. Méjico como en el.mundo, se debe al mo-
vimiento intenso, continuo, evolutivo, de formidábles inte-
i;-eses morales, intelectuales, económicos. La debemos á· la ac_.
ción mei;ital de los teólogos heterodoxos, á nuestros legistas
regalistas, á nuestros liberales católicos y á nuestros libre-
pensadores rojos. La debemos al sistema cacica! dominante
en el país hasta los últimos allos; la debemos á la codicia ex.·
citada por las grandes riquezas del clero; á la fatiga de la
tiranía eclesiástica y militar; al ejemplo de las sociedades ex-
tranjeras; al deseo de libertad y justicia de los ciudadanos
sensibles á estos bienes; á los grandes desaciertos de los go-
biernos conservadores; la debemos al trabajo de cincuenta
años de una prensa implacable que no quiso hacer la ·crítica
'reposada del antiguo régimen. · ·
En 1860, la causá de la Reforma dominó debido á las vic-
torias de los caudillos liberales, pero las batallas se ganan y
~e pierden; se triunfó en Calpulalpam, pero si se· ha perdido
como estuvo á punto de sticeder la batalla de Pachuca ga-
nada por e1 general Santiago Tápi.a en Noviembre de 1861,
cuatro días después el general Márquez hubiera arrojado· á
J uárez de la capital: Las leyes de Reforma no son la obra
ele un inca en ·perpetuo sín,cope, ni la dé la potencia electo•
635
tal de~un pueblo ó de un partido, ni la:de uua revolución
poptrfa.r; son el resultado de una revolución de aspecto mili·
tar, y debemos á los caudillos militares victoriosos el triunfo
material de la Reforma. El triunfo moral aún no está consn•
mado, lo vamos obteniendo por nuestro progre•o intelectual,
POT'el de la Iglesia, por la; formación de una masa formida-
ble de intereses econó,;,icos, opuestos á todo privilegio ecle-
siástico. Los conservadores de 1905, soi:i rojos ·comparados
con los moderados de 1845. ·
Es indudable que los más distinguidos en esta gran obra,
han sido los que sostuvieron con las armas el gran choque
de 1858 á 1860, fueron guerreros, fueron apóstoles, fueron
mártires, fueron legisladores, fueron ·ejecutores de las más
trase"endentes leyes de Reforma, antes que Juáre~ hubiera
cedido al empuje de la ola roja de sangre y principios; fue-
ron esos caudillos los reformadores de J mirez que pertene·
eia por su conciencia á los moderados de 1856, y que había
perteneoido á los católicos del viejo molde de 1824. A esos
caudillos les debemos, no toda la Reforma, ni 1~ mayor par-
te de·l& Reforma, muchísimo hicieron pero hubieran fracasa-
do sin la cosecha de ideas é intereses queles legaron los refor-
madores del pasado y sin el apoyo de fuerzas superiores á
las suyas. Entre los caudillos de 1858 á 1861 el primero fué
don Santos Degollado y1e siguen inmediatamente don Pedro
Ogazó::1, don Jesús Gon;aález Ortega, don Manuel Gutiérrez
Zamora, don·Juan Zuazua, don Jostl María Díaz Ordaz, don
Esteban Coronado; viniendo después Contreras, Medellín,
Blanco, Zaragoza, Salinas, Díaz (Porfirio), Rosales, Cruz Ae•
do, Núñez (Silverio), Arteaga (José Maria), Berriozábal,. Do-
blado, Antillón, Huerta, Pneblita, Aramberri, Garza (Juan
José), Ala.triste, Alvarez, (don Justo) é Iniestra.
Debemos agradecer en ségundo término la Reforma (no
su conducta. durante la guerra) al gobierno de Vero.cruz, en
primer lugar l Ocampo, después á Lerdo de Tejada, ambo9
reformistas radicales antes de 1858, y por último ·á J uárez,
no por reformista sino por haberse dejo.do reformar y dar su
636
sanción de pura fórmula á la voluntad inexorable de la Re·
volución. J uárez fué el gran Reformado, no el gran Refor·
mador.
***
Aun cuando Juárez hubiera desempeñado en la guerra de
Reforma el gran papel de Degollado como caudilhy refor-
mador; aun cuando hubiera hecho la obra intelectual refor-
mista de Ocampo y Lerdo de Tejada; aun cuando los gober•
nadares Vidaurri, Ogazón y González Ortega no se hubie·
ran anticipado á promulgar la mayor parte de las leyes ex-
pedidas por J uárez en Veracruz, ni aun así se debería la Re•
forma en Méjico á .Juárez; sino que siempre se le debería á
generaciones de hombrAS, de épocas, de esfuer2os inauditos;
siempre se le debería á nuestra historia de sangre, vicios,
aspiraciones, degradaciones, guerras tremendas. El pretoria-
nismo y el famelismo constituyendo la bochornosa gastrola•
tria· nacional, desfiguraron; envilecieron, deshonraron la lu•
cha fratricida de sesenta años; pero dentro de esa lucha sa
dasenvolvian los principios y se verificaba el choque entre
el pasado y las necesidades del presenta.
Es profundamente ofensivo para la intalectualidad meji-
cana de 1905, proclamar que á un hombre llamado J uárez,
debemos lo que sólo se dan á si mismos los pueblos cuando
han llegado á un alto grado de cultura y riqueza: Libertad
y Democracia. La Democracia y la Libertad son obras ex·
elusivas del pueblo; ó el pueblo las realiza. ó no existen más
que borroneadas en algún papel. En cue.nto á que J uárez nos
ha dado patria, es también otra mentira, y respecto á la Re-
forma ya he dicho hasta el cansancio que una revolución
profunda y trascendental de sesenta años, no puede ser obra
de un solo hombre y mucho menos de un hombre que apa·
reció en escena en los últimos tras años de lucha, sin pensa.
miento QÍ aooión, para contemplarla como aspectáculode cir-
co yankee.
Para prostarnar mi conciencia anta la deformidad de un
637
ídolo, se me ha gritado que ¡Juárez es la Patria! Yo no ten-
go concepto tan mezquino de la Patria, que sería rechazado
con'cólera hasta por los salvajes que tienen la dignidad del
politeísmo. Yo tengo la dignidad del hombre libre, soy de
mi si¡¡lo, de mi raza, del medio intelectual mejicano en que
siempre he vivido, yo he crecido al lado de liberales Je alto
porte, y si ,luárez es la Patria, declaro que no quiero ser pa-
triota. Cuando Miramón afirmó en su Manifiesto de Agosto
de 1859: "la Religión es la Patria, y el que no ame la reli-
gión es un traidor"; Ocampo contestó: "mi deber es traicio-
nará esa Patria falsa, para engrandecer la que amo como ex-
presión de la Justicia, del Derecho y de ia Libertad."
Yo tengo la Patria de Ocampo.
Conclusión última. La obra de nuestra Reforma es colo-
nial y nacional. Se debe á generaciones de hombres ilustres
y clases sociales sensibles al progreso, y los tres hombres que
más descuellan son: Don José María Morelos, Don Valentín V' ,,.,,-M
Gómez Farías y Don Santos Degollado. L& eel'& Elel jaal.'ia -,/
mo-es despojar á todos los mejicanos ilustres de sus méritos <I
para crear un Juárez de mitología jacobina. Es deber com- j '-· 1¡.,,.,
batir semejante iniquidad. . /.
Mi libro es una obra de verdad, de moral, de justicia, dé , ~, ¿4t,;
civilización. ,e
¡;A/V
., • .· (. · ,J
,-.p1,(. • c/,{,,f'rJ..,
---------
APÉNDICE.
TRATADO MAC·LANE·OCAMPO
TAL COMO LO RATIFICÓ EL PRESIDENTE JUÁREZ
ARTÍCULOS CONVENCIONALES,
--
ÍNDICE.
P.lG&
Muy importante advertencia. . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . ó
PRIMERA PARTE.
Los elementos serios de la ola de tndtgnactón.
Cu1TUL0 I.-La ola de ignorancia................ .. .. !I
II.-Los caramelos literarios. . . . . .. . . • • • .. .. .. 22
SEGUNDA PARTE.
La Reforma antes de Juárez.
CAPITULO I.-¿Qné es la Reforma? .. ,................... 37
Il-Teólogos, santos y reyes, reformistas....... 42
III.-El arte y la ci•ncia imponiendo la Reforma.. 69
IV.-,Tuárez y la Reforma en Méjico. . . . .. .. .. .. 76
V.-Jnárez y la Reforma en Méjico. (Continuación). 93
TERCERA PARTE.
La revolución de Ayutla.
Cu1Ttto I.-La caída del dictador...................... 109
II.-La Reforma bajo la dictadura de D. Juan Al·
varez .................................. 126
650
P.i.es.
CAPITULO III.-El Juár•z de Guelatao y el Juárez ,le lo• Ni-
belungos.. . . . . . . . . . . . . . . 126
IV.-Contimla el J uárez de los Nibelungos. . . . . . . 137
V.-La politica ultracatólica de J uárM. . . . 170
VI.-El premio gordo de la lotería . . . . . . . . . . . . 195
VIL-La reforma bajo la dictadura del general Co-
monfort ... ,...... . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . 202
VHI.-La Constitu.ción y; los constituyentes.. . . . 2115
IX.-La Reforma y los constituyontes . . . . . . . . . 22i
X.-EI trigésimo naufragio de la deorocracia. . . . . 236
XL-Juárez contrarreformista................. 251
XII.-Juárez culpable en el Golpe de Estado..... 269
CUARTA PARTE.
La revolución de Refo,.-ma.
CAPITULO !.-Continúa el Juárez de los Nibelungos....... .. 279
II.-EI primer año de Jucha, 1858 ....... , , • . 297
III.-La obra funesta del pánico de Juárez...... 304
IV.-EI empuje del partido rojo... . ... . . . . . . . . . . 3i7
V.-La obra reformista de Juárez.............. 343
VI.-Las miserias del partido liberal.. 385
VII. -Méjióo para los E.lados Unidos.......... 418
VIII.-¡Sin Historia!.................... . . . . . 429
IX.-Juárez ratifica el tratado Mac-Lane Ocampo. 438
X.-El tratado Mac-Lane y el tratado de Míramar. 468
· XI.-Las arma·s ·de· los Esta.dos Unidos intervi&nen
en la contienda.. . . . . . . . . . . . • . . . . . . . .. . . . 486
XIT.-Juilrez bajo la alta protección de Mr. Bucha-
nan .......... ....................... , .. 502
XIII.-La fe sublime de Juárez ......... ,·,.... 522
",_, XI_V. 7 Una _serie de vict?rias ............. .. /.. 541
... :1f"~" -XV-:--Juár~".protegído dé Degolla~o........... 651
XVf.-;--1'.~ ,Tustic~a de Juáre~................ . . 669
XVIl.,-"La <londenación de Juárez.. . . . . . . . ... . . . 683
651
QUINTA PARTE
Conclusiones.
P.ÁGB,
0APITDLo I.-NQn enim possumus contra verita.tem ... ,.... 621
APÉNDICE.
T ~ Mac-Lane-Ocampo tal como lo ratificó el presidente
Jdrez............ .. . . .. . .. . .. . . . . .. . . . . ... . . .... 641
807
. ·~
•
~ ..... '}
11~ .. u
. : .,ro.. y c. P.•
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