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Facultad de Desarrollo e Investigación Educativos

Trabajo Final de carrera del Profesorado Universitario para la Educación


Secundaria y Superior

La implementación de la ley sobre Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas


secundarias.

Alumno: Mario Arriscal


Sede Centro
Diciembre 2016

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1) TITULO:
La implementación de la ley sobre Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas
secundarias.

2) PALABRAS CLAVE:
1- Educación Sexual Integral (ESI)
2- Derecho
3- La Enseñanza Secundaria
4- Adolescentes
5- Las Prácticas Docentes
6- Proyecto Institucional

3)PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN:
¿Cómo se implementa la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral en la Escuela
Secundaria en 2016?

4) RELEVANCIA (FUNDAMENTACION):
Está dada por la necesidad de parte del Estado de hacer válido el derecho de
niños, niñas y jóvenes a recibir Educación Sexual Integral (ESI) en todos los
establecimientos educativos públicos de gestión estatal o privada. Debe asegurar
condiciones de igualdad, respetando las diferencias entre las personas, sin admitir
discriminación de género ni de ningún otro tipo. Brindar conocimientos y promover
valores que fortalezcan la formación integral de una sexualidad responsable,
promover en todos los niveles educativos y modalidades la comprensión del
concepto de eliminación de todas las formas de discriminación. El presente trabajo
final buscarealizar un diagnóstico de las prácticas pedagógicas llevadas a cabo
por los docentes de escuelas secundarias y compararlo con los contenidos
establecidos en la LeyNº 26.150 de Educación Sexual Integral (ESI).

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5) OBJETIVOS GENERALES Y ESPECÍFICOS:

5.1) OBJETIVO GENERAL:


Indagar sobre la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral Nº
26.150 declarada por el Estado Nacional en las prácticas institucionales de las
Escuelas Secundarias de Educación Media en 2016.

5.2)OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
- Relevar las prácticas docentes respecto de la educación sexual integral.
- Identificar barreras y aciertos en su implementación / ejecución.
- Analizar las condiciones institucionales en el tratamiento de la educación
sexual integral.
- Relacionar lo establecido por la ley con las prácticas instituidas sobre el tema.

6) ESTADO DEL ARTE:


Los enfoques son muy diversos, desde los roles que deben cumplir la escuela, la
familia y la sociedad en general, los cambios de paradigmas respecto a lo que se
debe (o no) abordar sobre el tema en cada etapa evolutiva de los niños, niñas y
adolescentes, y el desafío que implica su implementación para los docentes de
todas las áreas educativas.
Entre las investigaciones y notas relacionadas a este último ítem, hemos
detectado cuatrode ellas que nos han resultado particularmente relevantes. La
primera es una investigación- y la que más se relaciona con nuestro trabajo –
denominada “Educación Sexual Integral en la Escuela Secundaria. Posibilidades,
límites y tensiones” (Ramírez, 2013) y presentada como trabajo final de posgrado
de la Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación. En ella el autor aborda la problemática de la implementación de la ley
Nº 26.150 con el fin de contribuir al establecimiento de un estado situacional a
partir del diagnóstico de diferentes categorías (Adolescencias/Juventudes,
Sexualidad y Género, Educación Sexual,
Educación Secundaria). Al final del mismo, concluye en que es necesario pensar
estrategias tomando en cuenta las diferencias que se dan en cada grupo de
jóvenes y adolescentes, como así también el marco de las leyes, ya que cada
institución educativa debería, según el autor, realizar las contextualizaciones
necesarias, en términos de pensar, rediseñar, preguntar y crear intervenciones
adecuadas a cada particularidad, trabajando en pos del consenso. Reconocer las

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diferencias debe tender a consolidar la equidad y no, a naturalizar las
desigualdades.
La segunda investigación que nos resulta relevante se llama “Seis años después:
dificultades para la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral” (Iñón,
2012) y surge como un trabajo final de integración / tesina para la Especialización
Superior en Educación Sexual del Instituto Superior del Profesorado“Dr. Joaquín
V. González”. La misma nos propone como objetivo elucidar las causas que
dificultan la implementación en las escuelas, valiéndose de consultas a docentes
del Nivel Medio del sistema educativo de CABA y a especialistas en Educación
Sexual Integral.
En tercer lugar, consideramos conveniente mencionar una investigación que lleva
por título “Educación Sexual en el Jardín de Infantes” (Naverrete, 2012),realizada
como estudio de caso y presentado como tesis de Licenciatura en Educación
Inicial de la Facultad de Investigación y Desarrollo de la Universidad Abierta
Interamericana. Dentro de sus objetivos, se propone describir las estrategias que
implementan los docentes en la tercera sección de un Jardín de Infantes de la
ciudad de La Plata - Provincia de Buenos Aires - para la enseñanza de educación
sexual.
Independientemente a las investigaciones sobre el tema anteriormente
mencionadas.
Por último, la revista “El monitor de la educación” del Ministerio de Educación,
Ciencia y Tecnología de la Nación, en su edición Nº 11, 5º época, Marzo / Abril
2007 dedicó en una de sus ediciones 15 páginas al tema, incluyendo notas de
varios autores. Ente ellos podemos mencionar los siguientes abordajes realizados
por cada uno:
Eleonor Faur en su nota denominada “La educación en sexualidad” nos recuerda
que la escuela siempre asumió el rol de transmisión de conocimientos en torno a
la prevención de embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual,
pero no se ocupó hasta ahora de formar en valores, sentimientos y aptitudes
positivas frente a la sexualidad. Plantea además la incomodidad que se produce
en algunos adultos por abordar estos temas por temor a no saber todas las
respuestas, pero reivindica la importancia de estos espacios de diálogo para
buscar juntos –adultos y adolescentes– las respuestas buscadas. En este sentido
menciona también la importancia de los padres y madres a conversar con sus
hijos sobre los cambios corporales que se atraviesan mediante el crecimiento.
También agrega que al Estado le corresponde la responsabilidad de igualar las
oportunidades de acceso a la información de calidad y a recursos efectivos a los

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niños, niñas y adolescentes de todo el país, para así promover la salud de toda la
población argentina.
Adriana Hernández y Carmen Reybetescribieron juntas un artículo denominado
“La/s sexualidad/es ¿tema de quiénes?” en donde parten de un contrato implícito
entre familia-escuela a través del cual los padres/madres traspasan la educación
infantil a la esfera pública, pero en este traspaso en donde la escuela comienza a
hacerse cargo de las tareas originalmente atribuidas a las familias, la educación
sexual tendió a aparecer como un asunto privado/intimo, no delegado a
instituciones públicas o estatales, al menos hasta tiempos recientes. Y en el
momento en que la escuela pudo agregar la transmisión de estos conocimientos,
se encontró con docentes que no se sentían capacitados para enseñarlo, y pedían
a médicos de hospitales que cubran este contenido, limitando la sexualidad solo a
la genitalidad.
Por su parte Eduardo Bertolino, Mónica Evangelisti yLaura Perellien su nota
llamada “Una demanda ética impostergable” mencionan que si bien la ley nacional
instala una decisión ética importantísima, muchas veces confronta con prejuicios o
creencias religiosas que eluden y hasta, en algunos casos, censuran el tema. Este
panorama coexiste, paradójicamente, con la preocupación de muchos docentes
por el aumento de embarazos no deseados cada vez a edades más tempranas
entre las adolescentes, seguidos frecuentemente del abandono escolar.
Finalmente agregan otros dos factores como causas frecuentes por las cuales no
se aborda el tema de la sexualidad en las escuelascomo por ejemplo la falta de
capacitación por parte de los docentes, y el temor a las reacciones negativas por
parte de los padres.
Finalmente, Laura Morroni en su artículo intitulado “Generando géneros” hace un
cuestionamiento de las identidades genéricas desde la teoría feminista y comienza
haciendo una primera distinción entre “sexo” y “género”, definiendo al primero
como una identificación biológica y al segundo como una identificación cultural.
Nos dice que entrados los años 80, otras fuerzas de mujeres intervienen, fuera de
la visión occidental, blanca, europea y heterosexual. Son las mujeres inmigrantes,
negras, judías, lesbianas, islámicas, orientales, latinoamericanas. Lo que
denuncian estas mujeres es que no son todas iguales ni piensan lo mismo por el
simple hecho de tener la misma biología.Se torna imprescindible reconocer y dar
espacio a la diversidad constitutiva de nuestro colectivo.
Personalmente, nos resulta importante aclarar que uno de los fundamentos que
impulsaron la implementación de la Ley se basa en llamativas estadísticas

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relacionadas con el aborto adolescente, identificada como la primera causa de
muerte materna en Argentina según Bianco (2008). (2)
En su artículo 10º, la Ley establece un plazo máximo de implementación de 4
años y tomando en cuenta que su sanción fue realizada en 2006, marca al año
2010 como el momento de implementación plena de la misma.
A pesar de ello, las cifras del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas
2010 consultadas nos arrojan resultados poco alentadores en relación a los
porcentajes de adolescentes que se convierten en madres entre los 15 y los 19
años, que nos llevan a preguntarnos si la implementación de la misma realmente
se está realizando.

7) MARCO TEÓRICO.
Muchos son los abordajes que se pueden realizar en torno a la ley 26.150 que
establece el dictado de la Educación Sexual Integral en las escuelas. Se puede
determinar su estudio a partir de un enfoque biológico, cultural, ideológico,
religioso, legal, etc.
Sería muy extenso y probablemente imposible analizarla desde todos estos
puntos, es por ello que en nuestro trabajo hemos decidido tomar posición sobre
las “barreras culturales” que intervienen en su implementación dentro del ámbito
escolar, en la educación secundaria.
A los efectos de encuadrar el sentido y significado de las palabras claves, a
continuación se desarrollará un encuadre explicativo de las palabras
seleccionadas.

7.1 Educación Sexual Integral (ESI)


A fin de brindar claridad en los conceptos expresados, podemos comenzar
mencionando que el Ministerio de Educación de la Nación Argentina, denomina
Educación Sexual Integral (ESI) al espacio sistemático de enseñanza aprendizaje
que promueve saberes y habilidades para la toma de decisiones consientes y
críticas en relación con el cuidado del propio cuerpo, las relaciones
interpersonales, el ejercicio de la sexualidad y de los derechos de los niños, las
niñas y los jóvenes.
• Comprende contenidos de distintas áreas y/o disciplinas, y considera
situaciones de la vida cotidiana del aula y de la escuela, así como sus formas
de organización.
•Responde a las etapas del desarrollo de las alumnas y de los alumnos.

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•Se incluye en el proyecto educativo de la escuela.
•Promueve el trabajo articulado con centros de salud, las organizaciones
sociales y las familias.
La ESI es una obligación del Estado Nacional y de los Estados Provinciales tal
como lo establece la Ley 26.150.
7.2 Derecho
La ESI es un Derechode los chicos y de las chicas de todas las escuelas del país,
privadas y/o estatales, confesionales o laicas, de nivel inicial, primario, La
Educación Secundariay para la educación superior.
El comité de Derechos del Niño ha expresado que “Los adolescentes tienen
derecho a acceder a información adecuada que sea esencial para su salud y
desarrollo así como su capacidad de tener una participación activa en la
sociedad…Debería incluir información sobre el uso y abuso del tabaco, el alcohol
y otras sustancias, los comportamientos sociales y sexuales sanos y respetuosos,
las dietas y las actividades físicas…” (puntos 26 y 27 Obs. Gen. Nº 4).
En 2006, se sancionó la Ley Nacional 26.601 de protección integral de los
Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes. Esta norma rige en todo el territorio
nacional e impone la obligación de respetar su condición de sujeto de derecho y
tener en cuenta su edad, grado de madurez, capacidad de disernimiento y demás
condiciones personales (art. 3 incisos a y d).
Asimismo, establece además que los organismos del Estado deben garantizar “el
acceso a servicios de salud, respetando las pautas familiares y culturales
reconocidas por la familia y la comunidad a la que pertenecen siempre que no
constituyan peligro para su vida e integridad” (inc.a) y afirma que “las niñas, niños
y adolescentes tienen derecho a la atención integral de su salud, a recibir
asistencia médica necesaria y a acceder en igualdad de oportunidades a los
servicios y acciones de prevención, promoción, información, protección,
diagnóstico precoz, tratamiento oportuno y recuperación de la salud”.

7.3 Escuelas secundarias


La relación entre la escuela secundaria y la sexualidad, históricamente se limitó a
temas vinculados con la genitalidad y la reproducción y relacionada de manera
exclusiva con las ciencias naturales. Los contenidos relacionados con el tema
buscaban ser neutrales y no controvertidos.
Ya incluso antes del arribo de la Ley 26.150 al país, algunos profesionales de las
áreas de Ciencias de la Educación, comenzaron a hablar de la necesidad de
trabajar el tema de la sexualidad de manera transversal a varias áreas del saber.

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Tal es así el caso de DeMarinis y Colman (1995) que plantean “dar a los
contenidos específicos de cada área, un enfoque diferente, de trabajarlo desde
ciertos valores y hacia determinadas aplicaciones. (…) La Educación Sexual no
debe ser una nueva materia, sino un enfoque hacia preocupaciones diarias, hacia
lo que está presente en la vida diaria, hacia el abordaje y resolución de conflictos
humanos, de conflictos afectivos (¡nada menos!). No se trata de “más contenidos”
sino de contemplar lo que existe con ojos diferentes, de darles otro significado.(…)
Nuestra mira está puesta en que los adolescentes desarrollen capacidades para
una convivencia enriquecedora; para que tengan mayores posibilidades de
realización eligiendo, libre y razonadamente, entre una gama de opciones válidas
y legítimas, el tipo de relaciones personales que más se adecue a sus
necesidades y proyectos. (…) El cambio educativo solo será posible si la vida
entra en las aulas de forma diversa y plural, y si el saber escolar se emancipa de
los estereotipos orientándose a una comprensión totalizadora, crítica y
comprometida de la realidad.

7.4 Adolescentes
Nos resulta relevante comenzar con la definición de la palabra adolescente. Al
respecto Fize (2001) hace una alusión a la etimología de la palabra que tiene sus
primeras menciones en Ovidio, en El arte de amar, o bien en Platón, en El
banquete. Aquí se evoca la belleza que no dura, según Ovidio, y también el
dinamismo.También nos dice que la palabra parece proceder de una raíz
indoeuropea que significa “nutrir”.
En otromomento de su obra, nos advierte que la palabra adolescencia en una
noción ambigua que se confunde finalmente con otras parecidas: pubertad,
juventud…La adolescencia no es la pubertad, o más bien es uno de sus
componentes. Digamos, para simplificar, que la pubertad es la parte biológica de
la adolescencia. (…) Evitemos caer también en el prejuicio según el cual la
pubertad marca el comienzo de la adolescencia. Estamos inclinados a pensar que
hoy en día, los fenómenos culturales, y no los de la pubertad, marcan la entrada a
la adolescencia, cada vez más temprano (9, 10, 11 años), y también cada vez con
mayor fuerza, por medio del lenguaje, y el modo de vestir, los gustos musicales…
(…) Para retomar la expresión de Montherlant, la adolescencia no es solo un
rostro con barros y espinillas. Tampoco es únicamente un carácter y unos
humores. También, y sobre todo, es un conjunto de prácticas culturales y de
conductas sociales; es un grupo de edad y no sólo cuerpos hermosos en
formación o mentes traviesas que entran en acción. (…) La adolescencia es una

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creación reciente; coincide con el nacimiento de la escuela secundaria, a finales
del siglo XIX. Sin lugar a dudas, es una creación de la burguesía para asegurar el
poder de sus hijos sobre el saber.
Rousseau, en el famoso texto del libro IV del Emilio, (…) oculta por completo a la
adolescencia con la crisis de la pubertad. “Nacemos, por decirlo así, dos veces.
Una para existir y la otra para vivir; una para la especie y la otra para el sexo (…).
El peligro adolescente (…) es el sexo. La adolescencia es la edad de la crisis, que
urge controlar.

7.5 Docentes
Se puede definir a un Docentecomo un adjetivo “Que enseña” o bien
“Perteneciente o relativo a la enseñanza”. Cuando relacionamos estas definiciones
con la temática de la sexualidad, nos encontramos con temores basados en
creencias, estereotipos, tabúes, prejuicios y modelos sobre la sexualidad y la
educación sexual que fueron incorporando a lo largo de su historia personal, por
medio de tradiciones culturales, sociales y escolares que han transitado. La mejor
manera de abordar estos temores y tabúes es a través del diálogo entre adultos.
No es suficiente contar con ciertos saberes, sino también desarrollar la capacidad
de acompañamiento, de reconocimiento y respeto del otro, de cuidad y escuchar.
Tradicionalmente, la educación sexual se ha trabajado en las escuelas
convocando a especialistas externos (por lo general del área médica) para que
dieran charlas a los alumnos. Pero la Ley Nacional 26.150 conlleva un
reposicionamiento de la escuela y también de los servicios de salud en relación
con las instituciones educativas, y una transformación de las propias prácticas
docentes, entendiendo que los profesores son las personas que deben asumir
esta tarea, que es pedagógica y educativa. En todo caso, el mejor apoyo que los
especialistas pueden dar a los docentes se traduce en instancias de formación y/o
asesoramiento. Si trabajan de forma directa con el alumnado, es conveniente que
lo hagan bajo la mirada pedagógica del docente, en el marco de un proceso de
trabajo con el curso y con la escuela en general, en el cual la charla de los
especialistas sea un espacio que enriquezca y se integre a un proyecto
pedagógico de ESI más amplio.

7.6 Proyecto institucional


Docentes y equipo de conducción deben pensar y decidir las formas de incorporar
los lineamientos curriculares de Educación Sexual Integral en los contenidos de
las disciplinas o áreas desarrollados diariamente en el aula.Habrá que pensar

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cómo abordar los temas de ESI: en forma transversal,desde las asignaturas,
incorporándolos a proyectos realizados entre distintas áreas o bien a
otrosproyectos.Asimismo, es posible pensar en la organización de
espaciosespecíficos,pero en este caso deninguna manera debe sesgar el enfoque
integral que entiende la sexualidad como un campo complejoy multideterminado.
Cualquiera sea el modo de desarrollo curricular, esta dimensión implica la
posibilidad de contar con espacios y tiempos para reflexionar y planificar, e ir
reconociendo las necesidades de acceder a recursos didácticos y capacitaciones.
Asimismo, en cada escuela se puede pensar qué otras propuestas pedagógicas
pueden hacerse eco de los propósitos formativos de la ESI; por ejemplo: en el
proyecto institucional, en los programas socioeducativos que estén funcionando en
la escuela, en los proyectos de educación no formal y de participación juvenil, en
los proyectos extracurriculares, artísticos, entre otros.

Con el fin de comprender la complejidad que rodea al tratamiento de la Educación


Sexual Integral en las escuelas, abordaremos algunos subtemas que, en cierta
forma, la afectan.

La perspectiva de género y la educación


Desde el momento uno de escolarización de las personas, la escuela hace una
primera división entre los géneros masculinos y femeninos. No nos resulta
sorprendente ver en un grupo mixto, que los listados de esos alumnos se
compongan en dos grupos separados (uno de niños y otro de niña); o que los
niños y las niñas en muchas oportunidades tengan diferentes uniformes (aunque
sea diferenciado por pollera para ellas y pantalones para ellos); o que exista una
restricción para que los varones asistan con pelo corto y las chicas con el cabello
atado. Estas diferencias tienen que ver con categorías relacionadas a cuestiones
culturales, pero parten claramente de una división primeramente biológica.
Con el objetivo de dar una definición clara del concepto de género, Marta Lamans
() hace una investigación sobre la etimología de la palabra en diferentes idiomas y
al referirse al castellano sostiene que, como la anatomía ha sido una de las bases
más importantes para la clasificación de las personas, a los machos y a las

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hembras de la especie se les designa como los géneros masculino y femenino. En
castellano la connotación de género como cuestión relativa a la construcción de lo
masculino y lo femenino sólo se comprende en función del género gramatical, y
sólo las personas que ya están en antecedentes del debate teórico al respecto lo
comprenden como la simbolización o construcción cultural que alude a la relación
entre los sexos. (…)
Por más que la igualdad entre hombres y mujeres esté consagrada en el artículo
4º de nuestra Constitución, es necesario reconocer que una sociedad desigual
tiende a repetir la desigualdad en todas sus instituciones.
El trato igualitario dado a personas socialmente desiguales no genera por sí solo
igualdad.
(…) Para alcanzar un desarrollo equilibrado y productivo del país urge establecer
condiciones de igualdad de trato entre hombres y mujeres, desarrollar políticas de
igualdad de oportunidades y sobre todo, impulsar una educación igualitaria.
(…)Esto supone desarrollar una visión sobre los problemas de la relación
hombre/mujer con una perspectiva de género capaz de distinguir correctamente el
origen cultural de muchos de éstos, y plantear alternativas sociales –como la
educación– para su resolución.(…)
Al tomar como punto de referencia la anatomía de mujeres y de hombres, con sus
funciones reproductivas evidentemente distintas, cada cultura establece un
conjunto de prácticas, ideas, discursos y representaciones sociales que atribuyen
características específicas a mujeres y a hombres. Esta construcción simbólica
que en las ciencias sociales se denomina género, reglamenta y condiciona la
conducta objetiva y subjetiva de las personas. O sea, mediante el proceso de
constitución del género, la sociedad fabrica las ideas de lo que deben ser los
hombres y las mujeres, de lo que se supone es "propio" de cada sexo.
Por eso es que las desigualdades entre los sexos no se pueden rectificar si no se
tienen en cuenta los presupuestos sociales que han impedido la igualdad,
especialmente los efectos que ha generado la división ámbito privado=femenino y
ámbito público=masculino. (…)

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No se puede gobernar ni impulsar una buena administración pública simplemente
respondiendo con una normatividad jurídica que consagre la igualdad entre
hombres y mujeres (…) Por eso es indispensable una perspectiva de género.
Por su parte Weis y Greco (1995) señalan que las personas solemos
reconocernos diferentes. “Sabemos” que algunos somos varones y otras, mujeres;
algunos de raza blanca y otros de raza negra, cristianos, judíos o musulmanes,
algunos heterosexuales y otros homosexuales, unos discapacitados y otros sin
discapacidad aparente.
Así podríamos seguir describiendo diferencias que van desde las más evidentes o
marcadas hasta las diferencias sutiles que siempre existen entre una persona y
otra, entre un grupo y otro.
Cuando discriminamos es porque esas diferencias nos molestan… ¿Podríamos
decir que nunca discriminamos o que nunca fuimos discriminados por otros? (…)
Una de las pautas, de las normas que generalmente se consideran fijas y
establecidas tiene que ver con el sexo, es decir cómo debe ser un varón y cómo
debe ser una mujer, las cosas que pueden hacer y que no pueden hacer de
acuerdo con su sexo, los roles que deben cumplir en la familia, en el trabajo, en la
sociedad.
A veces ser varón o ser mujer funcionan como estereotipos, es decir, como formas
rígidas que se presentan de una sola manera y para siempre.
Con frecuencia, cuando los varones u mujeres salen de esos estereotipos y se
proponen ocupar otros roles, realizan trabajos o actividades que generalmente
realiza el otro sexo, son discriminados. (…)
Esos estereotipos o modelos rígidos se van transmitiendo de una generación a
otra, se enseñan y se aprenden, se incorporan desde los primeros años de vida a
través de formas de vida, de actitudes, de aquello que se dice. (…)
Si miramos a nuestro alrededor, veremos que estos modelos hoy han cambiado.
Muchos hombres y mujeres comparten diversas tareas, sostienen juntos
económicamente el hogar, ambos se ocupan de los hijos, una y otro pueden
dedicarse a trabajos intelectuales, manuales o artísticos.

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Varones y mujeres sienten, se emocionan, lloran, necesitan afecto y el
acompañamiento de un otro. Ambos pueden ser por momentos activos y pasivos,
dependientes o independientes.
A pesar de que pertenecemos a sexos opuestos y discriminamos unos a otros,
pensamos como seres humanos diferentes, que compartimos muchas cosas y nos
complementamos en algunos aspectos, que podemos convivir sin enfrentarnos por
ocupar el mismo lugar, respetándonos nuestras diferencias.

La problemática actual de los adolescentes y la sexualidad


Anteriormente, en el apartado de la definición de adolescente, hemos citado a
Rousseau y su reflexión acerca de que el peligro adolescente (…) es el sexo.
Sabemos además que el descubrimiento del sexo en esa etapa de la vida de las
personas provoca mucha atracción y curiosidad, pero también muchos miedos.
Con el fin de ahuyentar esos fantasmas en un libro destinado personas de esta
franja etaria, Mosso y Penjerek (2008) señalan que la sexualidad es simplemente
una función biológica más de las personas. Tan normal y sana como lo son comer
y dormir.
Más allá de los parámetros que dan significación al sexo dentro de un grupo
social, muchas veces desvirtuándolo, haciéndolo sentir como algo vergonzoso o
inmoral, analicemos biológicamente esta función que irrumpe en la adolescencia,
acompañada de nuevas sensaciones, placenteras y complicadas de manejar: el
deseo sexual. “Cuanto más se separa el sexo de la simple procreación, menos
animal y más humano resulta. Claro que de ello derivan consecuencias buenas y
malas, como siempre que la libertad está en juego…Lo que se agazapa en toda
esa obsesión sobre la ‘inmoralidad’ sexual no es ni más ni menos que uno de esos
viejos temores sociales del hombre: el miedo al placer. Y como el places sexual
destaca entre los más intensos y vivos que pueden sentirse, por eso se ve
rodeado de tan enfáticos recelos y cautelas. ¿Por qué asusta el placer? Supongo
que será porque nos gusta demasiado.” Así reflexionaba el filósofo Fernando
Savater en Ética para amador, un libro escrito para su hijo adolescente. ¿Por qué

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el sexo se relaciona tan estrechamente con el placer? ¿Por qué una sensación tan
primitiva, tan visceral, tan buscada y tan negada por el hombre?
La clave está en comprender los mecanismos biológicos de la vida.
Relacionando este descubrimiento de la sexualidad por parte de los adolescentes
y las instituciones educativas, Vargas y Ortiz (2003) señalan que la escuela es uno
de los espacios donde se transmiten valores, conocimientos e información con
mayor sistematicidad durante la infancia y adolescencia. Se trata de un ámbito
donde los chicos y chicas pasan buena parte del día, y donde además, comparten
su crecimiento no solo con pares, sino también con docentes y otras personas
investidas de determinada autoridad en la transmisión de conocimientos válidos y
socialmente significativos.
Se parte, entonces, del supuesto que la educación en sexualidad constituye una
práctica constante que, de manera intencionada o no, desarrollan actores diversos
como los padres y madres, los educadores, los profesionales de la salud, entre
otros. Sin embargo, al Estado le corresponde la responsabilidad de igualar las
oportunidades de acceso a información de calidad y a recursos efectivos a los
niños, niñas y adolescentes de todo el país, para así promover la salud de toda la
población argentina. Es un derecho que tienen los chicos del país, una
responsabilidad de los adultos y una obligación del Estado.
Para ello, se requiere impulsar una educación en sexualidad que pueda ser
abierta, respetuosa de las ideas y opciones de los alumnos y alumnas, y que
promueva tanto el conocimiento intelectual y la transmisión de información
científica y confiable acerca de la prevención de riesgos y de embarazos
tempranos, como la construcción paulatina de actitudes, sentimientos, valores y
habilidades para el ejercicio de una sexualidad sana, segura, responsable y sin
riesgos. Las escuelas pueden también establecer puentes con las familias, a fin de
desarrollar procesos de trabajo conjunto
Educar en sexualidad implica por tanto entender que, con frecuencia, ha operado
el silencio o la omisión en cuestiones tan importantes en la vida de las personas
como lo es su relación con el propio cuerpo y con las demás personas. Que esta
omisión tiene efectos diferenciales para distintos adolescentes y jóvenes, que en

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el contexto de las desigualdades sociales, regionales y culturales observables en
nuestro país, muestran que existen también diferencias en los niveles de
embarazo y maternidad, en los modos en que esto se vive, y en los riesgos
asociados a ello, para adolescentes de distintas regiones, entornos socio-
culturales o que provienen de familias con distintos niveles de ingresos. La
escuela, entonces, puede operar como una de las instituciones que contribuya a
equiparar las oportunidades de acceso a información y recursos de los
adolescentes de todo el país.
A partir de la creación del Programa Nacional de Educación Sexual Integral Ley
26.150, la escuela debe incorporar contenidos curriculares específicos en este
terreno, pero también puede construir espacios de diálogo con los alumnos
respecto a su sexualidad. Espacios que evidencien que los adultos tampoco
tenemos todas las respuestas a las dudas y necesidades de los jóvenes, pero
donde sea posible expresar la confianza y el compromiso de buscar juntos -
adultos y adolescentes- las respuestas buscadas.
Estos espacios permitirán establecer vínculos suficientemente valiosos para que el
propio acto de escuchar a los adolescentes sea, en sí mismo, un acto de cuidado.
Entendida desde una perspectiva amplia, la educación en sexualidad responde
entonces a la necesidad de cuidado del otro -de los alumnos y alumnas- que hace
parte de toda práctica pedagógica. (…)
El de la sexualidad es un terreno plagado de dudas no solo para los y las
adolescentes, sino también para los adultos. Desde este punto de vista, es
necesario que los adultos nos ubiquemos también en una situación de continuo
aprendizaje, que podamos revisar y valorar críticamente los sentimientos y
pensamientos que habitualmente tenemos respecto de la sexualidad, y ponderar
en qué sentido pueden estos resultar un obstáculo para acompañar a los
adolescentes en la adopción de comportamientos de cuidado.

Entendiendo el concepto de “Integralidad”


Cuando hacemos mención a la Ley de Educación Sexual Integral, nos resulta
claro entender el abordaje de las palabras “Educación”, relacionada con la

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construcción de saberes que se produce entre las personas y “Sexual”, asociada a
la cuestión de género antes mencionada que diferencia lo masculino de lo
femenino y también, por qué no, a una cuestión biológica que surge de la
diferencia de cada uno de nuestros aparatos reproductivos. Sin embargo es
conveniente hacer un apartado específico para comprender mejor el término
“Integral”. Marina (2013) nos dice al respecto y en referencia a la Ley 26.150 queel
abordaje integral tiene que ver con sacar a la educación sexual de aquel lugar en
el que estaba tradicionalmente encasillada, que es el de la Biología, el de las
Ciencias Naturales, la reproducción y la sexualidad como sinónimo de genitalidad.
Y, al mismo tiempo, incorporar el conocimiento del cuerpo y de las diferencias
corporales entre varones y mujeres; la afectividad y la valoración de los
sentimientos y emociones; los derechos en general de las chicas y los chicos y los
sexuales y reproductivos en particular; la perspectiva de género, a fin de procurar
igualdad de trato y de oportunidades entre varones y mujeres; así como el rechazo
por todas las formas de discriminación, incluyendo aquellas que tienen que ver
con la orientación sexual de las personas. Por lo que el desafío es entender que
estos contenidos se deben cruzar con las distintas asignaturas. Mirar el currículum
que tienen los docentes y revisarlo viendo qué cuestiones sí están llevando
adelante que tienen que ver con la ESI y qué cuestiones la escuela no está
pudiendo mirar.

Los roles docentes y directivos


La escuela tradicionalmente y como ya hemos mencionado anteriormente, no
solamente se ha limitado al abordaje biológico de la sexualidad de manera
específica, sino que ha derivado el tratamiento de estos temas a profesionales de
la salud. Al intentar entender el porqué de estas prácticas, Marina (2013)
menciona queen comunidades más conservadoras, el miedo a una posible
reacción es fundada. Pero en otros, tiene que ver con el propio temor de los
docentes, que ponen en otros obstáculos que son suyos. Aquí es necesario hablar
del marco legal que los protege, que los defiende, porque están cumpliendo con
su obligación; no es una iniciativa personal por la que tienen que pedir permiso.

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Éstas son algunas de las más grandes resistencias. Y después, la posición frente
a algunos temas, la dificultad de procesarlos primero y después transmitirlos.

También menciona la importancia del rol directivo, a la que califica como muy
importante. La gestión directiva debería generar las condiciones de encuentro
entre los docentes, para que puedan decir libremente qué piensan, cuáles son sus
temores, cuál es su experiencia; esto es, fomentar un primer momento que tenga
que ver con la reflexión sobre el propio posicionamiento. Y después, hacer circular
materiales y documentos sobre la Ley, dar a conocer los lineamientos, cuál es la
responsabilidad de la escuela e impulsar la planificación y el uso de las láminas y
cuadernillos existentes. A muchas escuelas han llegado los materiales y quedaron
guardados en la Dirección. Otra función de los directores y directoras también es
acudir a otras instituciones de la sociedad –como los centros de salud– y convocar
a las familias para mantenerlas informadas.
En cuanto a los docentes, concluye que lo primero es tener confianza en sí
mismos: son capaces de hacer esto desde su formación. Si no se sienten
debidamente preparados, tienen que exigir la capacitación necesaria. Es una tarea
que seguramente al principio les traiga algún dolor de cabeza porque es una
batalla contracultural, pero al mismo tiempo es muy agradable y esperanzador que
un agente del Estado pueda garantizarle a los chicos el derecho a recibir
conocimiento, información, escucha atenta sobre temas que no sólo tienen que ver
con los riesgos, sino también con el afecto, con el placer y las emociones.

La Educación Sexual Integral como responsabilidad del Estado


El Estado es por supuesto un actor fundamental que debe estar presente en la
generación de propuestas didácticas, animación y control de la implementación de
la Ley de Educación Sexual Integral que asista a los niños y jóvenes de todo el
territorio nacional.
Vinculado a esto y años antes de la sanción de la Ley 26.150, Peralta (2003) ya
señalaba que asumir desde el Estado la responsabilidad de ofrecer contenidos
curriculares vinculados a la educación sexual forma parte de un compromiso con

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la ciudadanía, con la democracia y con los derechos humanos. Implica ofrecer a
niños, niñas y adolescentes la posibilidad de valorar la sexualidad como un campo
de desarrollo, crecimiento y realización personal, en el marco de proyectos de vida
solidarios que les permitan disfrutar plenamente de su sexualidad, atendiendo al
cuidado de la salud integral propia y de los demás.
Para que ello sea posible, será necesario abrir instancias de diálogo y ofrecer
instrumentos intelectuales y socio-emocionales que permitan construir la
responsabilidad, el cuidado mutuo, la alegría y el placer como actitudes
fundamentales hacia la sexualidad.

Marco Legal
PROGRAMA NACIONAL DE EDUCACION SEXUAL INTEGRAL
Ley 26.150
Establece que todos los educandos tienen derecho a recibir educaciónsexual
integral en los establecimientos educativos públicos, de gestiónestatal y privada de
las jurisdicciones nacional, provincial, de laCiudad Autónoma de Buenos Aires y
municipal. Creación y Objetivos de dicho Programa.
Sancionada: Octubre 4 de 2006
Promulgada: Octubre 23 de 2006
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso,
etc.sancionan con fuerza de Ley:
PROGRAMA NACIONAL DE EDUCACIONSEXUAL INTEGRAL
ARTICULO 1º — Todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual
integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada
de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
y municipal. A los efectos de esta ley, entiéndase como educación sexual integral
la que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos.
ARTICULO 2º — Créase el Programa Nacional de Educación Sexual Integral en
elámbito del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, con la finalidad
decumplir en los establecimientos educativos referidos en el artículo 1º
lasdisposiciones específicas de la Ley 25.673, de creación del Programa Nacional
deSalud Sexual y Procreación Responsable; Ley 23.849, de Ratificación de la
Convención de los Derechos del Niño; Ley 23.179, de Ratificación de la
Convenciónsobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer, quecuentan con rango constitucional; Ley 26.061, de Protección Integral de

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losDerechos de las Niñas, Niños y Adolescentes(4) y las leyes generales de
educación de la Nación.
ARTICULO 3º — Los objetivos del Programa Nacional de Educación Sexual
Integral son:
a) Incorporar la educación sexual integral dentro de las propuestas
educativasorientadas a la formación armónica, equilibrada y permanente de las
personas;
b) Asegurar la transmisión de conocimientos pertinentes, precisos, confiables
yactualizados sobre los distintos aspectos involucrados en la educación
sexualintegral;
c) Promover actitudes responsables ante la sexualidad;
d) Prevenir los problemas relacionados con la salud en general y la salud sexual
yreproductiva en particular;
e) Procurar igualdad de trato y oportunidades para varones y mujeres.
ARTICULO 4º — Las acciones que promueva el Programa Nacional de Educación
Sexual Integral están destinadas a los educandos del sistema educativo nacional,
que asisten a establecimientos públicos de gestión estatal o privada, desde el nivel
inicial hasta el nivel superior de formación docente y de educación técnica no
universitaria.
ARTICULO 5º — Las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires y municipal garantizarán la realización obligatoria, a lo largo del
ciclo lectivo, de acciones educativas sistemáticas en los establecimientos
escolares, para el cumplimiento del Programa Nacional de Educación Sexual
Integral. Cada comunidad educativa incluirá en el proceso de elaboración de su
proyecto institucional (6), la adaptación de las propuestas a su realidad
sociocultural, en el marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones
de sus miembros.
ARTICULO 6º — El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología definirá,
enconsulta con el Consejo Federal de Cultura y Educación, los lineamientos
curriculares básicos del Programa Nacional de Educación Sexual Integral, de
modo tal que se respeten y articulen los programas y actividades que las
jurisdicciones tengan en aplicación al momento de la sanción de la presente ley.
ARTICULO 7º — La definición de los lineamientos curriculares básicos para
laeducación sexual integral será asesorada por una comisión interdisciplinaria
deespecialistas en la temática, convocada por el Ministerio de Educación, Ciencia
yTecnología, con los propósitos de elaborar documentos orientadores
preliminares, incorporar los resultados de un diálogo sobre sus contenidos con

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distintos sectores del sistema educativo nacional, sistematizar las experiencias ya
desarrolladas por estados provinciales, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y
municipalidades, y aportar al Consejo Federal de Cultura y Educación una
propuesta de materiales y orientaciones que puedan favorecer la aplicación del
programa.
ARTICULO 8º — Cada jurisdicción implementará el programa a través de:
a) La difusión de los objetivos de la presente ley, en los distintos niveles
delsistema educativo;
b) El diseño de las propuestas de enseñanza, con secuencias y pautas de
abordaje pedagógico, en función de la diversidad sociocultural local y de las
necesidades de los grupos etarios;
c) El diseño, producción o selección de los materiales didácticos que
serecomiende, utilizar a nivel institucional;
d) El seguimiento, supervisión y evaluación del desarrollo de las
actividadesobligatorias realizadas;
e) Los programas de capacitación permanente y gratuita de los educadores en
elmarco de la formación docente continua;
f) La inclusión de los contenidos y didáctica de la educación sexual integral en los
programas de formación de educadores.
ARTICULO 9º — Las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires y municipal, con apoyo del programa, deberán organizar en todos
los establecimientos educativos espacios de formación para los padres o
responsables que tienen derecho a estar informados. Los objetivos de estos
espacios son:
a) Ampliar la información sobre aspectos biológicos, fisiológicos,
genéticos,psicológicos, éticos, jurídicos y pedagógicos en relación con la
sexualidad de niños, niñas y adolescentes;
b) Promover la comprensión y el acompañamiento en la maduración afectiva
delniño, niña y adolescente ayudándolo a formar su sexualidad y preparándolo
paraentablar relaciones interpersonales positivas;
c) Vincular más estrechamente la escuela y la familia para el logro de los
objetivosdel programa.
ARTICULO 10. — Disposición transitoria:
La presente ley tendrá una aplicación gradual y progresiva, acorde al desarrollo de
las acciones preparatorias en aspectos curriculares y de capacitación docente.
La autoridad de aplicación establecerá en un plazo de ciento ochenta (180) días
un plan que permita el cumplimiento de la presente ley, a partir de su vigencia y en

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un plazo máximo de cuatro (4) años. El Ministerio de Educación, Ciencia y
Tecnología integrará a las jurisdicciones y comunidades escolares que
implementan planes similares y que se ajusten a la presente ley.
ARTICULO 11. — Comuníquese al Poder Ejecutivo.
DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN
BUENOS AIRES, A LOS CUATRO DIAS DEL MES DE OCTUBRE DEL AÑO DOS
MIL SEIS.
— REGISTRADA BAJO EL Nº 26.150 —
ALBERTO E. BALESTRINI. — DANIEL O. SCIOLI. — Enrique Hidalgo. — Juan H.
Estrada.

8) METODOLOGÍA

La investigación será cualitativa y cuantitativa de tipo descriptiva.

Población: Alumnos y docentes de escuela secundaria.

Muestra: 2 docentes de 2º año / 1 docente de 3º y 4º año.

Instrumentos serán observaciones, registros documentales y entrevistas


realizadas a docentes de la institución analizada

Contexto: Barrio de Lanús Este, escuela técnica secundaria en donde asisten


alumnos de clase media, media/baja, mayormente de población masculina.

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9) BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA
De Marinis, D. & Colman, Odina (1995). Educación Sexual. Orientaciones
didácticas para la Educación Secundaria Obligatoria. (1ª ed., 1995). Madrid,
España: Visor Distribuciones S.A.

Fizé, M. (2001). ¿Adolescencia en crisis? Por el derecho al reconocimiento social.


(1ª ed. en español, 2001). Buenos Aires, Argentina: Siglo Veintiuno Editores
Argentina S.A.

Lamas, M. (20..)La perspectiva del género. Revista de Educación y Cultura de la


sección 47 del SNTE http://www.latarea.com.mx/articu/articu8/lamas8.htm

Ley nacional Nº 26150/08, Programa Nacional de Educación Sexual Integral.

Marina, M. (2013). Es una batalla contracultural. Revista Saberes. Publicación del


Ministerio de Educación. Gobierno de la Provincia de Córdoba
http://revistasaberes.com.ar/2013/02/es-una-batalla-contracultural/

Mosso, L &Penjerek, M. (2008) Yo me cuido ¿sol@? (1º ed., 2008, 2º reimp.,


2012) Buenos Aires, Argentina: Editorial Maipue

Peralta, J. (2003). Los múltiples escenarios de la sexualidad humana en Salud,


sexualidad y VIH/SIDA. GCBA, Secretaría de Educación, Dirección de Currícula y
Secretaría de Salud, Coordinación SIDA.

Vargas, C & Ortiz E. (2003) ¡Hablemos de educación y salud sexual! Manual para
Profesionales de la Educación. Información, herramientas y recursos, Volumen I,
Asociación Mexicana de Educación Sexual, A. C. Asociación Mexicana para la
Salud Sexual, A. C. México: UNFPA

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Weiss, M &Grecco, M. (1995). Charlando sobre nuestra sexualidad Ficha Nº9 Ser
diferentes. Buenos Aires, Argentina: Editorial Troquel

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