Renacimiento y Revolución Científica

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EL ORIGEN DE LA MODERNIDAD: RENACIMIENTO Y REVOLUCIÓN CIENTÍFICA

1.Características de la Modernidad
La Modernidad es el período que comprende los siglos XVI, XVII y XVIII. En torno al
añ o 1500 van a suceder varios hechos que marcan el inicio del período, entre los
que destacamos: el descubrimiento de América en 1492, el inicio de la Reforma
Protestante cuando Lutero clava las “95 tesis” en la puerta de la Iglesia de
Wittenberg en 1517 (Guerras de religió n) o cuando Gutenberg inventa la imprenta
en 1449. Por otro lado, en torno a 1800, este período se cerrará alrededor de la
Revolució n Industrial, la proclamació n de la Constitució n de los Estados Unidos en
1797 o la Revolució n Francesa en 1789.
La modernidad se trata del período de desarrollo y esplendor del pensamiento
asociado a la burguesía de las ciudades europeas, y que se expresa en tres
“realizaciones” o proyectos característicos: Proyecto Capitalista, basado en el
cá lculo racional -matemá tico del precio y el beneficio-; el Estado Moderno, (frente
al estado absolutista de muchas monarquías en las que el rey tenía un poder
arbitrario)centralizado y burocrá tico; y la Ciencia, demostrativa, empírica y
matemá tica. Estos tres proyectos comparten una forma muy característica de
racionalidad basada en dos ideas:
Secularizació n: el traspaso o traducció n en clave mundana -no religiosa- del
contenido de los misterios de la Religió n Cristiana, de la salvació n. El arte, la
política, el derecho van a ser entendido en términos no religiosos. Decadencia en
las prá cticas y creencias religiosas en las sociedades modernas. La Religió n había
tenido un papel fundamental en el Estado durante la Edad Media pero con el inicio
de la Modernidad, El Estado y la Iglesia son dos poderes distintos. El Estado deja
de ser confesional.
La religió n queda en el á mbito privado (sinagoga, mezquita, templo…) pero no se
entromete en el á mbito pú blico.
Modernizació n: racionalizació n de la realidad, desencantamiento del mundo. El
uso de una Razó n Instrumental, un medio para conseguir unos fines, un saber para
poder, un saber para hacer, y una Razó n Procedimental, que nos da pautas para
regularizar los asuntos pú blicos. Desencantamiento del mundo es el concepto
filosó fico utilizado por Weber para describir a la sociedad moderna como una
spciedad burocratizada (en la que cualquier gestió n pú blica se desarrolla por
medio de unos trá mites y documentos. Ej denuncia no vale el ojo por ojo),
secularizada, donde la comprensió n científica está má s valorada que las creencias.
Hay dos nuevas actitudes ante el mundo, el Naturalismo -liberar al mundo de lo
sobrenatural y ver la naturaleza como algo valioso en sí mismo que se puede
estudiar porque es un á mbito sujeto a leyes universale- y el Humanismo -el
hombre se vuelve el “ente de fundamento”, el concepto desde el que se interpreta
a Dios y al Cosmos-. El hombre se vuelve el centro del cosmos, desde el cual se
debe estudiar toda la realidad( antropocentrismo). Frente al teocentrismo de la
época medieval donde el centro era Dios.
EL ORIGEN DE LA MODERNIDAD: RENACIMIENTO Y REVOLUCIÓN CIENTÍFICA

Por ú ltimo podemos decir que las cuatro ideas má s características de la


Modernidad son:
SUJETO: Es el nuevo “ser fundamental”, la realidad que soporta el orden del
mundo, la nueva realidad desde la que se conocen todas las demá s. En latín
significa “lo que está debajo” (sub-iectum) y es, fundamentalmente y siguiendo a
Descartes, Autoconciencia del hombre. Centro
OBJETO: Ya no es “ente” ni “causa sui”, sino “ente para el hombre” o “cosa para el
hombre”; ya no es la realidad sin má s, sino la realidad en funció n de los intereses y
proyectos del hombre. Mientras que Aristó teles hablaba de la “totalidad de lo real”,
los modernos solo se atreven a hablar “de la realidad que conocemos y tal y como
la conocemos”. El objeto( las cosas distintas al sujeto) se vuelven significativas
solo en cuanto que pueden ser estudiadas por el hombre. No podemos acceder a la
realidad objetiva sino solo a conocer la realidad, tal y como lo permiten mis
facultades sensoriales, perceptivas y mentales.
LIBERTAD: Entienden la libertad como “liberació n”, en tres sentidos: 1. religiosa:
con la Reforma el hombre se libera de los intermediarios privilegiados en su
relació n con Dios. Se trata, sobre todo, de denunciar el papel privilegiado de la
Iglesia, que media toda la relació n entre el hombre y Dios y si no es a través de ella
no hay posibilidad de salvació n. 2. ilustrada: con la Ciencia y la Enciclopedia (obra
de ilustrados franceses y símbolo de la libertad, del saber, del progreso) el hombre
es libre para pensar y criticar por sí mismo. Se trata de liberarse del Principio de
Autoridad, que hace que todo lo que se investigue o defienda tenga que basarse en
Aristó teles, Plató n y/o Santo Tomá s. Ya no se debe aceptar algo como vá lido
simplemente porque lo haya dicho un filó sofo, el Papa sino que debe ser
investigado.3. política: con la Revolució n el hombre se libera de los intermediarios
privilegiados con el poder y el Estado. Se trata de que es el ciudadano y su voluntad
las que forman la base del Estado Nació n. Que las voces de los ciudadanos sean
tenidas en cuenta.
RAZÓN: Es el “sentido comú n” que proponía Descartes como “el bien mejor
repartido”. Consiste en “la capacidad para discriminar lo verdadero de lo falso, lo
bueno de lo malo, lo bello de lo feo, etcétera” que posee cada individuo y por tanto
lo hace autó nomo. La razó n como la capacidad humana liberadora
Desde el punto de vista de la historia del pensamiento, el Renacimiento puede ser
considerado como un período de transició n entre la filosofía medieval y la filosofía
moderna. El Humanismo, (movimiento intelectual desarrollado en Europa
durantes los siglos XIV Y XV) que rompiendo con las tradiciones escolá sticas
medievales, exalta las cualidades de la naturaleza humana, pretende descubrir la
esencia del hombre y el sentido de la vida, redescubriendo a los clá sicos griegos y
latinos, se estudian las obras de estos. la Reforma protestante y el desarrollo de la
ciencia caracterizan este período y determinan el advenimiento de la Modernidad.
El progreso científico se ve impulsado por dos factores: necesidades de tipo técnico
(armamento, navegació n, etc.) y por el descubrimiento de textos de científicos
griegos (especialmente de Arquímedes y el pitagorismo). La vuelta a lo clá sico
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influyó positivamente en la configuració n de la ciencia moderna, cuyo triunfo


definitivo se producirá en el s. XVIII.
El Renacimiento no supone una ruptura con la Edad Media sino un desarrollo
definitivo de lo que a finales de ésta empieza a gestarse:
I. En lo político, la creació n de los Estados nacionales es el desarrollo de la
desintegració n del Imperio acaecida al final de la Edad Media.
II. En lo econó mico, el individualismo y el ascenso de la burguesía tienen
también su iniciació n en el s. XIV.
III. En la literatura, el Humanismo tiene sus predecesores italianos en el siglo
XIV (Petrarca).
IV. En lo filosófico, la penetración de la filosofía griega propia del
Renacimiento tiene su origen en el s. XIII (traducción de los griegos,
especialmente de Aristóteles). Subrayar esto
3. Renacimiento y filosofía: una nueva forma de ver el mundo
La filosofía medieval es prá cticamente una teología (a cargo de los Padres de la
Iglesia―San Agustín― y posteriormente de la filosofía escolá stica ―Santo Tomá s),
que olvida el estudio de la naturaleza. En general, la filosofía, la Razó n, está
supeditada a la Fe, que en ú ltima instancia decide lo que es verdadero y cuando la
razó n se convierte en herejía.
El siglo XIV (alta Edad Media) supone una auténtica revolució n de estos
planteamientos que prepararía el advenimiento de la "ciencia moderna" a partir
del Renacimiento. Como figura central podemos situar a Guillermo de Ockham
(1290-1349). Su intento será separar definitivamente RAZÓ N y FE, dando a cada
una sus á mbitos propios de aplicació n:
• La razó n no puede explicar las verdades de fe, que corresponderá n
exclusivamente a ésta (límite de la razó n)
• La Iglesia no debe condenar afirmaciones filosó ficas no concernientes a la fe
(autonomía de la razó n).
Esta ruptura supone el fin de la problemá tica escolá stica (existencia de Dios,
naturaleza de Dios, el alma, el pecado, la esencia del mal...) y la apertura de la
investigació n hacia la naturaleza que permitiría el surgimiento de la ciencia
moderna.
EL RENACIMIENTO supondrá una aportació n fundamental en la sustitució n de la
visió n aristotélica del mundo. “Renacimiento” deriva de “renacer”. Efectivamente
es un renacer del hombre en el mundo, una valoració n de la investigació n de la
naturaleza como medio para alcanzar los "fines humanos". Influirá n en esta
transformació n:
- El humanismo: con su traducció n de los clá sicos, su antropocentrismo (contra el
teocentrismo medieval) y su naturalismo (importancia de la investigació n de la
naturaleza, separació n de lo natural frente a lo sobrenatural). EL humanismo
supone una nueva concepció n del ser humano como ser natural que vive en la
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Naturaleza como en su verdadero hogar. El ser humano es el centro y síntesis del


Universo, por encima del cual só lo está Dios. Se destaca su individualidad y
peculiaridad, así como su voluntad, libertad y poder de construir su propio
destino. “Como es sabido, el Protestantismo adoptó una actitud diametralmente
opuesta ante [el problema de la libertad]. Subrayando el cará cter corrompido de la
naturaleza humana, afirmó que el hombre no es libre de hacer el bien, que todas
las obras del hombre son malas, que só lo la fe y la gracia pueden salvarlo. El
humanismo del Renacimiento, en cambio, defendió la tesis de que el hombre es
naturalmente bueno.
Ambas tesis -la de la bondad natural y la de la maldad natural del hombre-
volverá n a aparecer en la Modernidad en relació n con el tema del origen y la
naturaleza de la sociedad: Rousseau recogerá la tesis del optimismo humanista, de
la bondad natural del hombre; Hobbes, por el contrario, tomará como punto de
partida de su teoría política la tesis pesimista de la maldad natural del ser
humano.”
Filósofos renacentistas:
Francis Bacon (1561 - 1626) Su obra más conocida es el Novum organom. El
mérito de este filó sofo inglés, radica en haber destacado, frente a la concepció n
exclusivamente teó rica del saber antiguo, la funció n prá ctica de la ciencia
(“conocer es poder”) a la que consideró un instrumento ú til para mejorar las
condiciones de la vida de la humanidad.
Otra contribució n fundamental de Bacon fue haber expuesto el método inductivo
experimental. Rechaza la deducció n (propia del método antiguo: el silogismo
aristotélico) en favor de la inducció n:
1. Amplia recogida de datos (p. e., si quisiéramos estudiar el calor: observar todos
los fenó menos donde aparece y donde está ausente).
2. Formulació n de hipó tesis (p. e. el calor tiene que ver con el movimiento).
3. Contrastació n experimental (comprobamos que en todos los fenó menos de
movimiento se desprende calor)
El método inductivo-experimental de Bacon es el opuesto al método deductivo
matemá tico de la física moderna que estaba siendo desarrollado por Galileo como
veremos. Ambos métodos persistirá n en la ciencia moderna: el primero aplicado a
las ciencias naturales y el segundo a la Física.
También resulta muy sugerente su aná lisis de la fuente de los errores en la
investigació n, los prejuicios. Los clasifica en:
i. Ídolos de la TRIBU: dejarse llevar de las apariencias, tendencia a desechar
los planteamientos que contradicen nuestras teorías previas.
ii. Ídolos de la CAVERNA: Prejuicios propios del investigador: su
temperamento, gustos, educació n, los há bitos.
iii. Ídolos del Á GORA: Errores provocados por la imprecisió n y ambigü edad del
lenguaje.
EL ORIGEN DE LA MODERNIDAD: RENACIMIENTO Y REVOLUCIÓN CIENTÍFICA

iv. Ídolos del TEATRO: Crítica al criterio de Autoridad, la aceptació n acrítica de


las opiniones de los antiguos.
Nicolás Maquiavelo (1469 - 1527) Realismo político, El Príncipe. Es un
tratado político del siglo XVI. Su autor, Maquivelo fue un diplomá tico, funcionario,
filó sofo político y escritor italiano, considerado el padre de la Ciencia Política
moderna. Sus obras influyeron en el humanismo. Fue durante añ os uno de los
políticos má s importantes de la Repú blica de Florencia y con su experiencia
redactó uno de los tratados má s influyentes en el pensamiento político de todas
las épocas. El hombre es malo por naturaleza y por ello la política no debe basarse
en la ética, sino en el consenso de los intereses particulares. En política rigen la
necesidad, la supervivencia del Estado -o lo que es lo mismo la del Príncipe-, y el
principio del mal menor -dado que el mal es inevitable-. Se le atribuye la famosa
frase “El fin justifica los medios”. El resultado justifica la acció n. “Cuando está en
juego la salvació n de la patria, no se debe guardar ninguna consideració n a lo justo
o lo injusto, lo piadoso o lo cruel, lo laudable o lo vergonzoso, sino que, dejando de
lado cualquier otro respeto, se ha de seguir aquel camino que salve la vida de la
patria y mantenga su libertad.” (Discursos sobre la primera Década de Tito Livio)
"Si una persona desea fundar un estado y crear sus leyes, debe comenzar por
asumir que todos los hombres son perversos y que está n preparados para mostrar
su naturaleza, siempre y cuando encuentren la ocasió n para ello."
Partidario de la repú blica. El príncipe presenta analogías con la figura romana y
republicana del dictador, investido de poderes absolutos durante un breve
período y teniendo que rendir cuentas posteriormente ante la repú blica. Aquel
príncipe que obtenga el poder mediante el crimen y el maltrato, siendo este vil y
déspota, debe entender que una vez subido al poder tiene que cambiar esa actitud
hacia el pueblo. Dá ndole libertad al pueblo, para ganarse el favor del mismo, ya
que al fin y al cabo estos será n los que decidan su futuro.
Tomas Moro (1478- 1535) Fue Primer Ministro de Inglaterra con Enrique VIII,
que lo condenó a muerte. En su obra Utopía nos propone una sociedad justa y
fraterna organizada por la Razó n; igualitaria, donde el trabajo y la educació n son
obligatorios, los cargos electos, y una moral racionalista basada en la tolerancia
religiosa.
Martín Lutero (1561- 1626) La rebelió n de Lutero contra la corrupció n en la
Iglesia Cató lica supondrá la ruptura de la unidad del Cristianismo en el
Cristianismo Romano y el Reformado o Protestante. Su reforma se basa en que el
hombre es malo por naturaleza y só lo la estricta observancia de los mandamientos
de Dios le pueden llevar a la salvació n. La salvació n se consigue siendo muy
autoexigente en el día a día, haciendo bien todo lo que haga, y no só lo mediante la
confesió n -un acto puntual de arrepentimiento-. Todo hombre puede hablarle
directamente a Dios.
3. La revolución científica
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El cosmos aristotélico está dividido en dos mundos que obedecen a leyes diversas:
el sublunar -que estudia la física- y el supralunar -que estudia la astronomía-.
Aristó teles consideraba que el mundo era cerrado (finito) y lleno - el vacío era
inconcebible. Los siete astros: la Luna, Mercurio, Venus, Sol, Martes, Jú piter y
Saturno (Urano y Neptuno no se conocían puesto que no se perciben a simple
vista), estaban compuestos de una materia incorruptible y sin peso que llama É ter,
y engastados en esferas igualmente etéreas cuyo movimiento era circular y
uniforme. Envolviendo las esferas que contienen a los siete cuerpos celeste está la
esfera de las estrellas fijas. Como se observa, ésta gira igualmente alrededor de la
Tierra diariamente. Coherente con el principio fundamental de Aristó teles
respecto al movimiento: "todo lo que se mueve es movido por otro", el movimiento
de la esferas celestes es transmitido un "primer motor" o "motor inmó vil" (que
Santo Tomá s identificó con el Dios Cristiano).
Del estudio de las leyes que rigen el espacio sublunar se ocupa la física. Este
mundo está compuesto por los cuatro elementos de Empédocles: tierra, agua, aire
y fuego, cada uno con su "lugar natural". Por esta razó n LA TIERRA ESTÁ INMÓ VIL
EN EL CENTRO DEL MUNDO ocupando su "lugar natural" -esta será una de las
razones esgrimidas contra el heliocentrismo-. Decir que la tierra se mueve es ir
contra el nú cleo de la teoría aristotélica, contra su bien fundada concepció n del
mundo).
Anomalías más importantes de la ciencia aristotélica
- Variació n de las distancias del Sol a la Tierra. Efectivamente el sol se ve má s
grande en verano que en invierno, y algunos planetas brillan má s en determinadas
épocas, muestra de que las distancias de estos astros a la Tierra varían.
- Precesió n o movimiento retró grado de los planetas. Los planetas retroceden
aparentemente en determinadas fases de su trayectoria celeste; esto es así porque
la Tierra los adelanta -o es adelantada- en su ó rbita alrededor del sol.
- Las manchas solares ... cuya aparició n y desaparició n estaba expresamente
prohibida en la física aristotélica; en el mundo supralunar no había movimientos
de generació n o degeneració n, solo los circulares.
- Ademá s, la observació n de las trayectorias de los proyectiles de la artillería.
A pesar de las anomalías del sistema aristotélico es de tal solidez y coherencia que
resulta má s interesante modificarlo que suplantarlo... Y esto será lo que haga
Ptolomeo en el siglo II d. C. (Alejandría) agregando epiciclos, esferas que giran
sobre las esferas, complicando el esquema aristotélico.
A lo largo de la Edad Media, a medida que mejoran los aparatos de observació n -
brú julas, cronó metros, sextantes, etcétera-, empeora la capacidad del modelo
ptolemaico-aristotélico de explicar los movimientos de los planetas. Los
astró nomos irá n añ adiendo elementos geométricos cada vez má s complejos para
intentar hacer coincidir las observaciones con la teoría; ademá s se ha ido
incrustando dentro de la Teología Cristiana, especialmente gracias a Santo Tomá s
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de Aquino, hasta formar una parte má s de la Escolá stica, o sea, el dogma de la


Iglesia Cató lica.
Nicolás Copérnico (1473 - 1543) Clérigo polaco que postula por primera vez el
sistema heliocéntrico apoyá ndose en datos observacionales. Plató nico pertinaz
considera que el sistema Ptolelmaico es demasiado artificioso: el cielo debe estar
organizado de una forma simple y armó nica. En 1543, el añ o de su muerte, se
publica De revolutionibus orbium coelestium. Las tesis centrales podrían
exponerse así :

✴La Tierra junto con los demá s planetas giran alrededor del Sol.

✴ La Tierra gira ademá s sobre su propio eje.

✴ La Luna gira alrededor de la Tierra.

✴ Las estrellas está n fijas. La ventaja fundamental que ofrece respecto al modelo
de Ptolomeo es su mayor simplicidad para explicar los movimientos aparentes de
los planetas. Sin embargo sus desventajas son muchas, las má s importantes serían:
- Oposició n a las fuentes supremas de autoridad: Aristó teles (al que se referían
como "el filó sofo") y a la Biblia . Lutero lo calificará de "loco y herético", y los
cató licos pondrá n su libro en el "Índice de libros prohibidos".
- Oposició n al sentido comú n: No apreciamos que la Tierra se mueva, ¿por qué los
pá jaros no se desplazan hacia atrá s?, ¿por qué caen los cuerpos
perpendicularmente?... En definitiva, podemos decir que el sistema heliocéntrico
no desplazará al geocéntrico por evidencias observables sino má s bien por motivos
estéticos y místicoreligiosos (neoplatonismo).
Johannes Kepler (1571 - 1630) Astró nomo holandés y seguidor de Copérnico,
vería en su heliocentrismo una confirmació n de su pitagorismo y neoplatonismo
(simplicidad, armonía y ajuste de las irregularidades aparentes a las regularidades
de la matemá ticas). Describió el movimiento de los planetas con sus conocidas tres
Leyes -o leyes de Kepler-:
1. Los planetas giran alrededor del Sol describiendo ó rbitas elípticas con el Sol en
uno de sus focos.
2. La velocidad vectorial de los planetas es constante: la línea que los une al Sol
barre á reas iguales en tiempos iguales.
3. Los cuadrados de los períodos de revolució n de los planetas son proporcionales
a los cubos de sus distancias al Sol. Lo importante es que las ó rbitas -no esferas-
son elípticas, no circulares: ¡la observació n prima sobre la metafísica!; y que los
movimientos de los planetas pueden explicarse utilizando fó rmulas matemá ticas.
Estas leyes, que son coherentes con las observaciones que realizan los astró nomos,
suponen, de facto, el fin de la física aristotélica.
Galileo Galilei (1564 - 1642) Aunque su contribució n cuantitativa a la
astronomía fuera menor que la de su amigo Kepler, Galileo es una figura clave en la
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Revolució n Copernicana. Combate las objeciones contra el copernicanismo y


ayuda, con sus trabajos sobre MECÁ NICA, a derrocar las estructuras de la física
aristotélica en la cual se apoya el geocentrismo. Cuando publica sobre astronomía,
ya es un científico reputado por su trabajo sobre las leyes del péndulo y sobre la
caída de los cuerpos, que ha descrito como un movimiento uniformemente
acelerado -y a cuantificado la constante gravitacional, 9,8 m/s2-. En El mensajero
celestial (1610) presenta argumentos a favor del heliocentrismo basados en sus
observaciones con el telescopio, que él había perfeccionado:
I. Observó crá teres lunares y manchas en el sol.
II. Descubre los satélites medíceos -los cuatro satélites de Jú piter- y que
cumplen las leyes de Kepler (¡no todos los astros giran alrededor de la
Tierra).
III. Observó las fases de Venus, inexplicables desde el geocentrismo. En
Diálogos sobre los dos grandes sistemas del mundo (1632) presenta
argumentos racionales a favor del heliocentrismo, por ejemplo: vista la
magnitud de la esfera de las estrellas, parece má s razonable que sea la
Tierra la que gira sobre sí -¿qué velocidad tendría que mantener aquella
para girar 360º en 24 horas?-.
Es procesado por estas opiniones -que son contrarias al dogma cristiano, donde se
funde la religió n con las doctrinas aristotélicas- y se produce un juicio ante la
Inquisició n. Se va a defender usando argumentos teoló gicos, sobre todo que el
Universo es la obra de Dios, y él nos ha dado la inteligencia para descubrir có mo lo
ha hecho; mientras que el relato Bíblico es simbó lico -no científico- y por tanto no
hay que tomarlo en un sentido literal -có mo había defendido Averroes-. La Iglesia
le obliga a abjurar en 1633. Desde este momento hasta su muerte dedica todos sus
esfuerzos a establecer las leyes de la mecá nica rebatiendo los conceptos
aristotélicos. Para Galileo, y a partir de él para toda la ciencia moderna lo esencial
de los fenó menos es só lo aquello que puede cuantificarse (materia y movimiento)
y por tanto expresarse en lenguaje matemá tico: el libro de la naturaleza, nos dice,
está escrito en caracteres matemá ticos. Introduce el método de investigació n
científica que podemos llamar matemá tico-experimental (o hipotético-deductivo).
Cuando Galileo analiza el movimiento de caída de un grave, no le interesa como a
Aristó teles “el porqué” - recuerda que para el estagirita la piedra caía “por que”
tendía a su lugar natural- sino el “como” se produce el movimiento.

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