ENSAYO

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ENSAYO DE LAS DIVERSAS ACCIONES DEL EJERCICIO DE

LA PSICOLOGÍA, QUE INFLIGEN EL CÓDIGO DE ÉTICA Y


DEONTOLÓGICO DE LA PSICOLOGÍA
La práctica de la psicología es un campo complejo y multifacético que requiere
que sus profesionales naveguen por una variedad de consideraciones éticas y
deontológicas. Estas consideraciones son esenciales para garantizar que los
psicólogos brinden a sus clientes la más alta calidad de atención manteniendo la
integridad profesional y evitando daños. La Federación Nacional de Colegios,
Sociedades y Asociaciones de Psicólogos de México, A. C. (FENAPSIME), ha
mostrado interés por la necesidad de establecer una base deontológica para
aquellos profesionales de la Psicología que se encuentran afiliados dentro de su
estructura. Es por ello, que la misma Federación ha desarrollado a lo largo de
varios años una serie de trabajos colegiados que tienen la tarea de generar un
documento guía, útil y práctico. El propósito del presente Código de Ética de la
FENAPSIME es fundamentar reglas de conducta profesional, y a su vez, aportar
orientación para las psicólogas y los psicólogos dentro del ejercicio profesional de
la Psicología en cualquiera de sus funciones. Este Código contiene las pautas
deseables que conducen e inspiran a sus lectores hacia los ideales éticos más
elevados de la profesión. Estos principios deberán ser considerados al ejercer
cualquier ámbito de la Psicología, pues ser un profesional en el área los invita a
actuar en concordancia con las normativas del código de ética, con las reglas y
procedimientos utilizados para su cumplimiento. Por otra parte, el desconocimiento
o una mala comprensión, de una o más normas éticas no establece en sí mismo
defensa frente a una acusación o denuncia de conducta no ética.
El cumplimiento o la violación del presente estatuto puede admitirse, según la
circunstancia, como evidencia en algunos procedimientos de índole legal. Los
profesionales de la Psicología en su desempeño podrán considerar otros
lineamientos siempre y cuando se esté cumpliendo con las normas éticas más
elevadas, y hayan sido aprobadas por reconocidas organizaciones. El trabajo de
los profesionales de la Psicología requiere compromiso personal y un esfuerzo
ejercido a lo largo de la práctica con el fin de actuar de manera ética. Con esto se
busca que todas las personas se beneficien de los aportes de la Psicología al
tiempo que se fortalece, consolida y se establece como rama profesional.
Objetivos del presente código
1. Contar con un documento rector que guíe el desempeño ético profesional de
aquellos que ejercen la Psicología y se encuentran afiliados a las entidades que
conforman la FENAPSIME.
2. Promover un desempeño congruente y una adecuada regulación del ejercicio
profesional de los psicólogos y psicólogas de la FENAPSIME, con el interés de
resguardar la salud psicológica de la población.
3. Estimular la solidaridad, el compromiso y el respeto entre los profesionales de la
Psicología.
4. Promover una actitud responsable, respetuosa y comprometida, frente a los
usuarios de los servicios psicológicos.
5. Dar cumplimiento a las políticas, normas y leyes nacionales e internacionales, y
promover la vigilancia de los derechos humanos, principios fundamentales de las
organizaciones profesionales.
En este ensayo, exploraremos tres áreas clave de la práctica ética y deontológica
en psicología que no deberíamos como psicólogos infligir:
Confidencialidad
Los psicólogos tienen el deber de guardar secreto de todo conocimiento obtenido
en el ejercicio de su profesión. Desde la perspectiva legal, lo que se intenta
proteger con el deber de confidencialidad es el derecho a la intimidad, en relación
con la información privada que un sujeto recibe de otro en función del ejercicio de
su profesión. La confidencialidad alude a una relación establecida sobre la fe o
confianza que está ya expresada en el propio término. En efecto "con" designa la
conexión con otro, en tanto que "fidencialidad" remite al concepto de "fe" y de
"fidelidad". Al hablar de confidencialidad y secreto profesional hay situaciones
especiales que merecen ser consideradas ya que plantean desafíos éticos y
legales para el psicólogo ya que el deber de confidencialidad no es absoluto.
a) Riesgos actuales y potenciales para terceras partes
Los terapeutas tienen el deber ético y legal de prevenir que los pacientes se dañen
a sí mismos o a terceros. Si usted considera que un paciente es peligroso, deberá
tomar acciones que razonablemente protejan y adviertan a la posible víctima.
b) Riesgo de Suicidio
El deber de protección se extiende a disponer los medios adecuados para
preservar la vida del paciente. Ante la tentativa de suicidio o suicidio consumado,
surgirán procesalmente diferentes cuestiones a develar (los peritajes en estos
casos suelen basarse en estas 4 preguntas):
1) Si las ideas de suicidio eran de conocimiento del terapeuta.
2) Si el profesional evaluó adecuadamente el riesgo suicida.
3) Si el suicidio o la tentativa pudo haber sido desencadenado o facilitado por una
técnica erróneamente aplicada.
4) Si en conocimiento de las ideas suicidas se tomó alguna medida biológica,
psicológica o social para evitar el suicidio dentro de lo razonable.
Si bien hay coincidencia generalizada en que la conducta suicida es difícil de
predecir, los psicólogos pueden ser considerados responsables ante la falta de
evaluación del riesgo suicida.
c) Abuso de Menores y Violencia Familiar.
Si el psicólogo sabe o incluso si sospecha que su paciente es víctima de abuso
familiar o de ser un abusador, tiene el deber ético de proteger a las víctimas y,
dependiendo de las leyes locales, tiene la obligación legal de denunciar la
situación.
d) Enfermedades Transmisibles HIV, SIDA, Hepatitis
En el caso del SIDA existe un marco legal constituido básicamente por la Ley
23798/90 y su Decreto Reglamentario 1244/91. Esta legislación especial tiende a
resguardar la privacidad de las personas, previéndose en sus estipulados
situaciones concretas con la obligación de guardar silencio y, por otro lado,
determinan taxativamente otras situaciones representantes de una "justa causa
legal"que releva de la obligación de guardar secreto.
e) Medicina Gerenciada
No resulta fácil establecer los límites de la confidencialidad en la actual época de
medicina gerenciada, en donde la información acerca del paciente puede pasar
por supervisores, consultores, auditores y administrativos. Los informes escritos o
verbales sobre personas o grupos deberán excluir aquellos antecedentes
entregados al amparo del secreto profesional.
Relaciones no profesionales
Este tipo de relaciones se dan cuando el terapeuta interactúa con un paciente
excediendo su rol profesional, involucrándose por ejemplo como socio comercial o
como pareja sexual. Debe tenerse en cuenta que el vínculo que se establece entre
el profesional y paciente es de franca asimetría. La posición de este último en la
consulta suele ser de fragilidad, vulnerabilidad y dependencia debido a la
patología, sumado a las consecuencias frecuentes, en los cuadros graves de
enfermedad mental, de marginación social, laboral o automarginación personal. En
estos casos la dependencia al terapeuta es tan importante que el paciente llega a
delegar decisiones personales en forma irracional y subjetiva. Esta posibilidad lo
hace francamente influible, pudiendo esta situación conllevar a “situaciones de
abuso”. Esto trae aparejada la necesidad y obligación de actuar con prudencia y
máxima diligencia.
El avasallamiento de la libertad del paciente puede ser considerado un elemento
de demanda punible, a considerar en los planos extracontractuales del derecho y
en el plano contractual por imprudencia.
Las relaciones no profesionales suelen tener un comienzo sutil, gradual y
aparentemente inocuo que puede ser la consecuencia de la falta de atención del
terapeuta a la dinámica de la relación o bien pueden tener su raíz en un genuino
deseo de brindar ayuda adicional al paciente. También pueden originarse en
manipulaciones del paciente facilitadas por el proceso de transferencia o por su
propia patología.
Algunos ejemplos de relaciones no profesionales:
● Aceptar como pacientes a familiares, amigos o contactos sociales y
laborales.
● Aceptar como pacientes a personas con las que ha mantenido vínculos
sexuales.
● Aceptar cualquier tipo de negocio o sociedad con pacientes actuales o
pasados.
● Aceptar gratificaciones valiosas que van más allá de sus honorarios.
● Invitar a un paciente a un evento social.
● Aceptar favores personales por parte de los pacientes.
● Compartir sus problemas personales o revelando intimidades con los
pacientes.
Error de Diagnóstico: Cuando la Psicoterapia no Basta
Los errores diagnósticos (por no valorar ciertos síntomas que son interpretados
exclusivamente como psicológicos, el desconocimiento de síntomas expresivos de
patología mental grave, orgánica cerebral o sistémicas, conllevan a errores
terapéuticos secundarios y a la no utilización de todos los recursos terapéuticos
posibles, por ejemplo posponer una interconsulta o una apoyatura
psicofarmacológica en patologías graves sin continencia familiar o social suficiente
(privando de una adecuada atención al paciente)".
Otro factor que expone a los profesionales a enfrentarse a un tribunal es atribuir a
ultranza a condiciones psicológicas la sintomatología del paciente, pasando por
alto la posibilidad de que esos síntomas sean secundarios a una enfermedad
orgánica (Ver Tabla). Los profesionales de la Salud Mental no están obligados a
tratar estas patologías médicas, sino a investigar y reconocer todas las situaciones
que puedan provocar los desórdenes psíquicos del paciente y a realizar la
derivación o interconsulta.
El psicólogo deberá estar particularmente atento a dos tipos de pacientes:
● El paciente añoso: La aparición de síntomas clínicos (o cambios en los
síntomas psiquiátricos) en personas mayores de 70 años debería alentar la
sospecha de patología orgánica subyacente.
● El paciente psiquiátrico crónico: Muchos síntomas orgánicos en pacientes
con desórdenes psiquiátricos son atribuidos al mismo desorden. Sin
embargo, los pacientes psiquiátricos crónicos pueden desarrollar, como
cualquiera, nuevas enfermedades y síntomas que suelen ser descuidados
por este motivo. Agrava el riesgo la dificultad que existe muchas veces para
realizar un adecuado examen neurológico en un paciente psicótico, lo que
lleva a que muchas veces lo único que se registre sea la "ausencia de foco
neurológico", lo que puede resultar confuso, ya que en sentido estricto, la
presencia de síntomas psiquiátricos puede ser una manifestación focal.
● Indicaciones terapéuticas
- Programa de tratamiento.
- Psicoterapia (individual; grupal, Nº de sesiones; frecuencia).
- Otras prestaciones (psicodiagnóstico, psicoprofilaxis, orientación
vocacional, laborterapia, otros).
- Interconsultas médicas.
- Tiempo probable de tratamiento.
● Evolución: seguimiento de los resultados obtenidos; objetivos terapéuticos
logrados; modificaciones al diagnóstico o a la terapéutica.
● Alta (finalización del tratamiento, fin de la cobertura, cambio de terapeuta
abandono, otros, etc.)
● Firma y aclaración de matrícula del profesional interviniente.

En conclusión la práctica de la psicología es un campo complejo y multifacético


que requiere que sus profesionales naveguen por una variedad de
consideraciones éticas y deontológicas. Estas consideraciones son importantes
para garantizar que los psicólogos brinden atención de la más alta calidad a sus
clientes manteniendo la integridad profesional y evitando daños. Los
profesionales de la psicología podrán considerar otros lineamientos en su
desempeño siempre y cuando cumplan con los más altos estándares éticos y
estén certificados por organizaciones reconocidas.

Referencias:
Federación Nacional de Colegios, Sociedades y Asociaciones de Psicólogos de
México, A. C., FENAPSIME Av. Sierra Nevada 1046, Colonia Independencia,
44340, Guadalajara, Jalisco, México Sitio web: www.fenapsime.org.mx Segunda
reimpresión, abril del 2019.

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