LongFoodMovementES 240303 083041
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por la alimentación:
Transformar los sistemas alimentarios
para 2045
Autores principales: Pat Mooney, Nick Jacobs, Verónica Villa, Jim
Thomas, Marie-Hélène Bacon, Louise Vandelac y Christina Schiavoni.
Este texto fue aprobado por IPES-Food y por el Grupo ETC en marzo
de 2021.
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Agradecimientos
Los autores principales desarrollaron y redactaron el presente informe organizados en un
Comité de gestión encabezado por Nick Jacobs, (director del IPES-Food), y Pat Mooney,
(líder del proyecto, miembro del IPES-Food y cofundador del Grupo ETC). Anna Paskal
brindó su valioso apoyo durante las fases finales de la investigación y la redacción. A lo largo
del proyecto, el Comité de gestión se guio por las contribuciones de un Grupo Asesor de 21
miembros procedentes de diversas regiones, organizaciones y colectivos (incluidos pueblos
indígenas, organizaciones campesinas, trabajadores del sector alimentario y jóvenes activistas
por el clima), así como de instituciones multilaterales, de una amplia variedad de disciplinas
científicas y del sector empresarial. Aunque estos expertos han contribuido ampliamente
a orientar el análisis, su participación en el Grupo Asesor no implica necesariamente que
aprueben el contenido del informe o que compartan determinadas ideas que se exponen en
el mismo. El Comité de gestión quiere expresar su sincero agradecimiento a los miembros
del Grupo Asesor por su invaluable capacidad de compromiso y por haber compartido sus
conocimientos en la materia. Asimismo, el Comité desea reconocer el papel fundamental
que ha desempeñado el IPES-Food en su conjunto en la configuración y el desarrollo de este
proyecto, así como las numerosas aportaciones del equipo del Grupo ETC a las labores de
investigación y revisión, con un agradecimiento especial a Neth Daño y Zahra Moloo. El diseño
y la producción del informe estuvo a cargo de Chantal Clément, Ronnie Hall, Jim Thomas y
Mathieu Carey, las ilustraciones son obra de Isabelle Morgan, la gráfica de la portada es de Stig
(Shtig.net) y el diseño gráfico de Hearts & Minds. A todos ellos, gracias por su compromiso y
su visión. InBoca (www.inboca.es) realizó la traducción. Melodie Tamer, Kiran Bains, Joana
Chelo y Samara Brock también han contribuido al buen desarrollo del proyecto con su apoyo
en labores administrativas y de investigación. El Comité de gestión también desea reconocer
la invaluable colaboración de Sarah Hobson y Henk Hobbelink en la conceptualización y la
búsqueda de apoyos para este proyecto. Por su parte, 11th Hour Project ha jugado un papel
importantísimo sin el que no hubiera sido posible sacar el proyecto adelante. Gracias por su
confianza y generoso apoyo financiero. Para finalizar, los autores quieren expresar su gratitud
a su principal fuente de inspiración: las numerosas organizaciones e individuos que dan vida
a movimientos por la alimentación valientes y dinámicos en todo el mundo.
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Resumen ejecutivo
En 2021, quienes trabajamos en la construcción de sistemas alimentarios justos, equitativos
y que operan dentro de los límites planetarios, tenemos mucho trabajo por hacer. El cambio
climático, la pérdida de biodiversidad y la rápida disminución de la fertilidad del suelo
están dañando seriamente la salud de las personas y del planeta, dislocando a las sociedades
y amenazando los sistemas alimentarios de todo el mundo. Hace cinco años se alcanzó un
compromiso a escala mundial para eliminar el hambre en 2030, pero desde entonces hemos
perdido mucho terreno. Se estima que 690 millones de personas pasaban hambre en 2019
y más de 2 mil millones carecían de acceso a alimentos seguros, nutritivos y suficientes de
manera regular. Y esto antes de que la pandemia de la COVID-19 sumara aproximadamente
130 millones al número de personas que padecen hambre, empujara a innumerables millones
más al borde de la hambruna y pusiera en riesgo un tercio de los medios de subsistencia de las
personas involucradas en la producción agroalimentaria.
Ante este panorama, nos planteamos cómo serían los sistemas alimentarios en 2045 si
permitimos que sigan los agronegocios de siempre. Pero también nos imaginamos lo que
podría ocurrir si, por el contrario, la sociedad civil y los movimientos sociales tomaran la
iniciativa —desde las organizaciones de base hasta las ONG internacionales, pasando por
grupos, cooperativas y sindicatos de agricultores, ganaderos y pescadores. Consideramos lo
que podría conseguir este “movimiento de largo plazo por la alimentación” si se logra pensar
con décadas de anticipación, colaborar entre sectores y escalas, asumir diferencias estratégicas,
trabajar con los gobiernos y presionarlos para que actúen, y transformar los flujos financieros,
las estructuras de gobernanza y los sistemas alimentarios desde la base.
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Horizonte 2045: Agronegocios como siempre (Escenario 1)
Primero imaginamos un sistema alimentario sin cambios respecto al actual y analizamos su
posible evolución en el próximo cuarto de siglo, a medida que las empresas y los gobiernos
responden al colapso ambiental, la dislocación social, las reconfiguraciones geopolíticas y
una amplia gama de posibilidades tecnológicas. En este escenario, las relaciones de poder
permanecen en gran medida inalteradas y la sociedad civil —atorada también en lo mismo de
siempre— consigue impugnar la agenda y evitar los peores excesos, pero no alcanza a provocar
un verdadero cambio de rumbo.
Se recurre a algoritmos para determinar las condiciones de crecimiento de cada metro cuadrado
fértil sobre la faz de la tierra, los cultivos y el ganado se hacen (y se modifican) a la medida
para adaptarse a dichas condiciones y los ecosistemas se diseñan en función de los datos
recabados con el fin de alcanzar un rendimiento óptimo. Los tractores robóticos y los drones
para fumigación y vigilancia —una suerte de “internet de las cosas agrícolas”— van ganando
terreno tan rápido como lo permiten las infraestructuras físicas y digitales (Tendencia #1).
Dejar la seguridad alimentaria a merced de las redes digitales y de posibles problemas técnicos
de datos preocupa por igual a gobiernos y movimientos por la alimentación. También resulta
inquietante la situación de los agricultores que se ven obligados a abandonar sus tierras para
trasladarse a “ciudades inteligentes” y pueblos de comercio electrónico, o se ven reducidos a
convertirse en meros jornaleros digitales. Aun así, la promesa de un futuro “climáticamente
inteligente” y “sin riesgos” convence a muchos países con ingresos bajos y medios de poner la
tierra, los recursos y los datos en manos de aquellos que suministran las tecnologías y ofrecen
comprar sus cosechas por anticipado.
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Como resultado, los gobiernos más poderosos y sus corporaciones afines tienen a su disposición
redes internas de logística que utilizan para controlar los recursos y los suministros alimentarios
a lo largo de enormes corredores económicos. A diferencia de los anteriores Tratados de Libre
Comercio (TLC) que abrían nuevos mercados, los TLC de las décadas de 2020 y 2030 sirven
principalmente para asegurar el acceso a los recursos, proteger los derechos de explotación de
los datos corporativos y poner las regulaciones desfavorables en la congeladora. Al considerar
los alimentos como un activo estratégico, se pone en marcha una nueva ola de acaparamiento
de tierras, océanos y recursos, y se militarizan cada vez más los puntos de congestión comercial
(Tendencia #2).
Al final de la cadena, en el extremo del consumidor, los datos recolectados de las actividades
en línea están siendo combinados con los metadatos generados por el uso de carteras digitales,
servicios de comida automatizados y otras actividades cotidianas. Interconectar estas fuentes
de datos abre nuevas oportunidades para rastrear, enfocar al detalle y manipular de manera
invisible los hábitos alimentarios de las personas y reconfigurar las culturas alimentarias. La
industria alimentaria destina cada vez más recursos a ofrecer nuevos barnices de consumismo
ético y sustentable, confundiendo a los ciudadanos con una abrumadora variedad de
argumentaciones y con cadenas de suministro cada vez más opacas (Tendencia #3).
En este segundo escenario, la sociedad civil toma la iniciativa y desarrolla colaboraciones que
resultan ser más profundas, amplias y eficaces que nunca. De hecho, hace tiempo que se está
gestando un movimiento de largo plazo por la alimentación. Numerosos ejemplos, que van
desde las actuales luchas indígenas contra la colonización hasta las protestas antiglobalización
que dieron lugar al concepto de soberanía alimentaria, demuestran que la sociedad civil —en
su diversidad de formas y escalas de acción— puede ser un motor de cambio muy poderoso.
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A la luz de esas experiencias, es posible identificar cuatro procesos básicos que los movimientos
por la alimentación necesitarán llevar a cabo para impulsar la transformación en el próximo
cuarto de siglo: 1) colaborar a múltiples escalas; 2) ampliar las alianzas y restructurar las
relaciones; 3) conectar el compromiso a largo plazo con un amplio “escaneo del horizonte”; y
4) prepararse para el cambio y las situaciones disruptivas.
Estas dinámicas ya están generalizadas en los movimientos por la alimentación actuales, pero
deberíamos desplegarlas de una forma más sistemática. En particular, la sociedad civil tendrá
que prepararse mejor para las numerosas crisis que se avecinan en el próximo cuarto de siglo:
los denominados “cisnes grises”, acontecimientos que no pueden predecirse en cuanto a su fecha
o sus características concretas, pero para los que sí es posible prepararse. En este escenario,
imaginamos cuatro caminos posibles e interrelacionados de reforma y transformación de los
sistemas alimentarios:
A lo largo de la década de 2020, los sistemas alimentarios basados en la diversidad han demostrado
una gran resiliencia frente a las crisis. Los mercados territoriales siguen extendiéndose y las dietas
se orientan hacia opciones éticas y saludables. Con un claro consenso en torno a la soberanía
alimentaria y la agroecología, el movimiento de largo plazo por la alimentación consigue defender
los derechos de los excluidos y amplificar sus voces a través de procesos inclusivos, promoviendo
sistemas diversificados y agroecológicos y acelerando el surgimiento de mercados alternativos y
cambios en las dietas.
Oportunidad #1
Construir resiliencia a través de la diversidad y la agroecología. A lo largo de la década de
2020, se valoran cada vez más los suelos sanos, la diversidad de variedades en cultivos y razas
de ganado y los ecosistemas acuáticos y agrícolas dinámicos. Los impactos de los diferentes
sistemas de producción se vuelven más fáciles de medir y para 2030 los sistemas agroecológicos
están establecidos y consiguen mejores resultados que la agricultura industrial en múltiples
escalas. Los pueblos indígenas y los campesinos siguen salvaguardando los paisajes y cultivando
especies olvidadas y desaprovechadas, así como otras variantes silvestres de los cultivos, a través
de la ampliación de los bancos genéticos y las colecciones vivas comunitarias, los intercambios
entre pescadores y campesinos de ecosistemas vecinos y las escuelas agroecológicas de campo.
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Se recuperan alimentos tradicionales —incluyendo cultivos más pequeños con alta tolerancia
al clima y las enfermedades y con un alto valor nutricional— gracias a los esfuerzos conjuntos
de movimientos sociales, chefs, los responsables de las compras públicas y los elaboradores
de políticas. Sin embargo, las estrategias de los campesinos para proteger la diversidad siguen
siendo atacadas, amenazando y poniendo en riesgo su capacidad de garantizar la seguridad
alimentaria hasta 2045. También se consolidan diversos apoyos políticos a la agroecología.
Basándose en el Tratado internacional sobre recursos fitogenéticos para la alimentación y la
agricultura (tratado de semillas de la FAO), la sociedad civil logra que se negocie un protocolo
sobre diversidad genética, al tiempo que salvaguarda la investigación hecha por campesinas
y campesinos, y el intercambio de sus semillas y variedades, incluso a través de las fronteras.
Oportunidad #2
Defender los derechos humanos, los derechos de la naturaleza y renegociar el contrato
entre el Estado y la sociedad. Las crisis incesantes y la creciente precariedad del próximo
cuarto de siglo hacen que los derechos humanos sean más importantes que nunca como
brújula que guíe a los movimientos por la alimentación. En la década de 2020 proliferan
nuevos modos de protección social y la sociedad civil lucha para que los derechos sean plenos
y no estén sometidos a la vigilancia de datos masivos. Con el nuevo reconocimiento del que
gozan los “trabajadores esenciales” en los sistemas alimentarios, se garantizan los derechos
laborales mediante una serie de leyes nacionales y reglamentos internacionales reforzados.
Pero esto no es suficiente: para la década de 2030, los movimientos por la alimentación piden
al Estado que defienda el acceso básico universal a los derechos y recursos (tierra, semillas,
agua, cultura) y a la producción dirigida por personas, frente a la expansión de los grandes
complejos agroindustriales y la automatización masiva. Al poner los derechos en el centro,
los gobiernos se ven obligados a vincular el próximo conjunto de objetivos de desarrollo —la
“Agenda 2045”— a un nuevo acuerdo financiero entre el Norte y el Sur. Paralelamente, los
movimientos por la alimentación exploran una serie de vías legales: aumentan el apoyo a los
defensores de los derechos civiles y lanzan poderosas campañas a gran escala para establecer
los derechos de los ríos, las cuencas hidrográficas, los ecosistemas y el planeta, garantizando
al mismo tiempo que dichos derechos no se utilicen para expulsar a las comunidades de sus
tierras. Para la década de 2040, la hambruna, el hambre, la malnutrición, los problemas de
salud y la degradación ambiental supondrán una violación penal de los derechos humanos que
podrá llevarse ante el Consejo de Derechos Humanos (o ante una Corte Penal Internacional
reestructurada).
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Oportunidad #3
Acelerar la transición hacia las cadenas de suministro territoriales y el consumo ético. Los
mercados territoriales —que ya son la norma para muchos productores y consumidores a
pequeña escala en el Sur global— siguen creciendo como consecuencia de la COVID-19. En
las décadas de 2020 y 2030 —con un mayor énfasis en la resiliencia y un apoyo creciente de
los municipios y las regiones— asistimos al auge de las iniciativas de cadenas de suministro
cortas, crece la producción de alimentos en las comunidades y los hogares y se multiplican las
cooperativas de productores y consumidores. Estas tendencias convergen en una explosión
de compras éticas, ecológicas y locales y una transición progresiva hacia dietas vegetarianas
y flexitarianas, adoptadas hasta por el 80% de las personas de grupos de población que antes
consumían mucha carne (los más acomodados). Para 2045, alrededor del 25% del consumo
mundial de ganado y de frutas y verduras procederá de hogares y granjas urbanas, otro 25%
de las centrales de abastos regionales y hasta la mitad de la oferta de la industria alimentaria
se comercializará de forma justa, a juicio de los productores campesinos. Los agricultores
y los movimientos sociales encuentran una causa común en su oposición a los nuevos
sucedáneos de la carne y los productos lácteos, y consiguen impedir la introducción masiva
de estos productos en los mercados mundiales. Para 2045, los consumidores —armados con
sofisticadas herramientas de análisis de datos públicos y aplicaciones de verificación de datos,
contabilidad de costos reales y transparencia— ya son capaces de distinguir rápidamente
entre las corporaciones que operan “como de costumbre”, haciendo los negocios “de siempre”
( “A-corps”), las empresas que asumen un compromiso permanente con la responsabilidad
corporativa (“B-corps”) y los emprendimientos cooperativos sustentables (“C-corps”).
A lo largo de los años, el movimiento de largo plazo por la alimentación lucha contra el dominio
corporativo del sistema multilateral y logra forzar una reconfiguración radical de la gobernanza.
Y ante las crisis semipermanentes, la sociedad civil consigue que se adopten disposiciones urgentes
en materia de seguridad alimentaria que desbancan las normas comerciales y los contratos de
acaparamiento de tierras, y se toman medidas estrictas contra la concentración y los remiendos
tecnológicos de la agroindustria. Estos cambios se ven respaldados por la continua proliferación
de consejos sobre política alimentaria, los procesos de reflexión compartida y otros mecanismos
que refuerzan la participación de los movimientos sociales, los pueblos indígenas y las ONG en la
gobernanza del sistema alimentario.
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Oportunidad #4
Revisar, reformar y reconfigurar los organismos agroalimentarios de la ONU. A pesar de
los muchos defectos de las instituciones multilaterales, los movimientos por la alimentación
coinciden en querer evitar el secuestro de la ONU y de sus organismos con sede en Roma
por parte de las grandes corporaciones, y empiezan por movilizarse en torno a la polémica
Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de la ONU en 2021. Aprovechando el inevitable vacío
posterior a la Cumbre, la sociedad civil presiona para que se reunifique la labor fragmentada
de dichos organismos y al mismo tiempo se refuercen los procesos regionales. Para la década
de 2030, la sociedad civil ha defendido la reforma basándose en revisiones independientes de
los organismos de la ONU con sede en Roma, en las que se revelan numerosas ineficiencias
y tergiversaciones. También ha conseguido el apoyo de gobiernos y secretarías de la ONU
afines, y ha utilizado su creciente capacidad de planificación para influir en la elección de los
directores de dichos organismos. Las reformas resultantes reunifican los tres organismos de
la ONU con sede en Roma bajo el paraguas de un Comité de Seguridad Alimentaria Mundial
(CSA) rejuvenecido y altamente incluyente, que actúa como órgano de gobierno de facto, y
vuelven a alinear al CGIAR (Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional,
conocido como CGIAR por sus siglas en inglés) con el resto de las agencias (convirtiéndolo en
el cuarto organismo de la ONU con sede en Roma).
Oportunidad #5
Acabar con la impunidad corporativa y sus remiendos tecnológicos. A lo largo de los
próximos años y décadas, los movimientos por la alimentación impulsan leyes nacionales y
un tratado de la ONU para supervisar, regular o retirar del mercado las tecnologías peligrosas
o deficientes —en particular los sistemas de datos masivos en los que se basan las estrategias
de las agroindustrias. La impunidad corporativa se ve amenazada desde diversos frentes: se
intensifica la presión para conseguir un tratado que limite el poder de las corporaciones; las
iniciativas en torno a las políticas de competencia y las normas antimonopolio cobran fuerza;
se eliminan de los acuerdos comerciales las protecciones a inversionistas; y los países se unen
para presentar demandas colectivas contra las empresas agrícolas.
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Para acelerar el progreso, los movimientos por la alimentación se asocian con gobiernos
y secretarías de la ONU afines. Los debates internacionales no tardan en abrir la puerta a
acuerdos antimonopolio y fiscales que empiezan aplicándose a los gigantes digitales para
finalmente llegar a todos los sectores. Para la década de 2030, las negociaciones han dado lugar
a una serie de tratados/protocolos diseñados para limitar la impunidad corporativa. A pesar de
que estos acuerdos solo los ratifican algunas decenas de países, y aunque algunas demandas se
resuelvan finalmente fuera de los tribunales, el efecto combinado de ambos (y su influencia en
el mercado) es suficiente para generar un cambio en las prácticas de las corporaciones globales.
Oportunidad #6
Adoptar un acuerdo internacional en materia de emergencias alimentarias. Ante el aumento
de las emergencias alimentarias durante la década de 2020, los gobiernos empiezan a tomarse
en serio la prevención de desastres y los grupos de trabajo de la sociedad civil recuperan los
marcos ya existentes y desarrollan nuevos modelos que priorizan la seguridad alimentaria
por encima de los acuerdos comerciales, los contratos de compraventa de tierras abusivos y
otros aspectos comerciales o de políticas. En la década de 2030, un gran número de gobiernos
aplican leyes modelo, y ante los casos de crisis alimentarias prolongadas, existe una voluntad
firme de acelerar las negociaciones internacionales. El recuerdo de la lucha por el acceso a las
vacunas contra la COVID-19 y las barreras provocadas por las normas de propiedad intelectual
contribuyen a multiplicar los apoyos al proceso. Con la OMC dividida y los países con mayor
vocación comercial reorientados hacia la autosuficiencia estratégica, el tratado se aprueba y
un buen número de países y regiones deciden adoptar además protocolos para eliminar los
posibles obstáculos restantes. La agroindustria intenta revocar los acuerdos, pero a lo largo de
la década de 2030, las organizaciones de la sociedad civil convencen a los gobiernos de que la
crisis es indefinida y los acuerdos en materia de emergencias deben seguir vigentes.
Oportunidad #7
Poner en marcha políticas alimentarias, consejos de política alimentaria y nuevas formas
de participación ciudadana. En paralelo a los esfuerzos que despliegan a nivel internacional,
los movimientos por la alimentación también trabajan en la consolidación y difusión de las
políticas alimentarias democráticas, los procesos de reflexión compartida y los modelos de
gobernanza multisectorial forjados en las ciudades y municipios, y a principios de la década
de 2020 empiezan a ganar terreno a nivel nacional. A lo largo de la década, los movimientos
por la alimentación acumulan victorias de manera constante, aprovechando la experiencia
de las autoridades municipales y los grupos de la sociedad civil, las redes consolidadas de
actores pioneros y la creciente visibilidad de las ciudades y regiones en las conversaciones
internacionales sobre el clima. Para la década de 2030, los nuevos procesos deliberativos
del CSA (ver Oportunidad #4) están vinculados a otros espacios de gobernanza mundial y,
como resultado, las directrices internacionales para el desarrollo de procesos y organismos de
gobernanza alimentaria inclusivos reflejan los aprendizajes de las experiencias locales.
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Trayecto 3. Reorientar los flujos financieros
La combinación de emergencias climáticas, epidemias relacionadas con los alimentos y los riesgos y
fallas tecnológicas prenden la mecha y hacen que se exija con más fuerza que nunca la reorientación
de los flujos financieros existentes. El movimiento de largo plazo por la alimentación se enfoca en
tres áreas: i) objetivos fáciles (o “frutas al alcance de la mano”) como las líneas presupuestarias
administrativas y de investigación; ii) el objetivo difícil de las subvenciones a los principales productos
básicos; y iii) las “externalidades” no gravadas y los ingresos de las corporaciones.
Oportunidad #8
Reorientar las líneas presupuestarias técnicas y de I+D hacia sistemas alimentarios
sustentables. En los próximos años, la sociedad civil se enfoca en acceder a aquellas fuentes de
financiación que pueden reasignarse sin necesidad de un gran debate político. Empiezan con
la FAO y el FIDA, donde se calcula que los responsables de los organismos y los funcionarios
afines pueden reasignar un tercio de los gastos entre los diferentes departamentos o líneas
presupuestarias. Animado por su premio Nobel, el Programa Mundial de Alimentos (PMA)
de la ONU accede a incrementar su proporción de abastecimiento local sustentable (con el
objetivo de alcanzar el 90% en 2030 como máximo), con una oposición relativamente baja. En
paralelo, la sociedad civil trabaja en la recuperación de los dudosos flujos de ayuda que subsidian
las misiones comerciales, facilitan la inversión extranjera del sector extractivo o contribuyen
a los objetivos geopolíticos de los donantes (en otras palabras, las formas residuales de “ayuda
condicionada”). Se consigue recuperar sumas más elevadas a medida que los movimientos por
la alimentación aumentan la presión sobre los donantes bilaterales, exigiéndoles que reorienten
los proyectos de investigación en países del Sur hacia la agroecología, que alineen los objetivos
de los centros de investigación globales (el GCIAI) y que reformen sus propios programas de
investigación agrícola.
Oportunidad #9
Reformar los subsidios a los principales productos básicos. La sociedad civil apuesta por
redirigir la mayor parte posible de los 720 mil millones de dólares anuales de subsidios a
los productores, para que en lugar de que acaben en el sector de la agricultura industrial se
destinen a la producción sustentable de alimentos. Al igual que las alianzas intersectoriales
que desafiaron a la OMC algunos años atrás, en el próximo cuarto de siglo los movimientos
por la alimentación, el comercio y el clima se unen a los grupos de agricultores, ganaderos,
pescadores y trabajadores de la alimentación. Exigen una reforma de los subsidios, precios
justos y salarios dignos.
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En un contexto de puntos de inflexión ambiental en el horizonte, aumento de la obesidad y
mayor visibilidad de los casos de abusos laborales en las plantaciones, los buques pesqueros
y las granjas industriales, estos esfuerzos comienzan a dar sus frutos a finales de la década de
2020. Las subvenciones al combustible de los buques pesqueros de arrastre son las primeras
en caer, y posteriormente se cortan los subsidios al cacao, el azúcar, el aceite de palma y las
explotaciones industriales de piensos. Las oportunidades de reforma se multiplican también
a nivel mundial, a medida que las subidas del precio de los alimentos y la volatilidad del
comercio se convierten en el pan de cada día. Tirando de los mismos hilos que utilizaron en
2009 para reactivar el CSA, las organizaciones de la sociedad civil se proponen aprovechar
la próxima crisis mundial de los precios de los alimentos para recapitalizar el Fondo Común
para los Productos Básicos de la ONU y reorientarlo hacia el apoyo a la diversificación. Para la
década de 2030, un grupo reducido de donantes bilaterales y fondos globales lideran el desvío
de inversiones lejos de los enfoques de la “nueva revolución verde” y hacia la agroecología.
Oportunidad #10
Gravar la comida chatarra y fijar impuestos justos a las empresas. Durante el próximo
cuarto de siglo, se multiplican las voces que reclaman más impuestos para la industria
agroalimentaria, sus productos insanos y sus impactos más contaminantes. Animados por el
éxito de las severas medidas contra la comida chatarra en México y Chile, los movimientos por
la alimentación despliegan su arsenal de estrategias de campaña a lo largo de la década de 2020
y acumulan victorias en todas las regiones del mundo. Como resultado, consiguen rescatar
nuevos ingresos fiscales, hacen mella en las ganancias de la agroindustria (y, por ende, en su
capacidad para marcar la agenda) y generan un ahorro considerable en atención sanitaria.
En la década de 2030, se han establecido nuevas conexiones con movimientos por la fiscalidad
ambiental, mientras que los consumidores tienen la posibilidad de conocer los “costos
reales” de la agricultura industrial a través de aplicaciones móviles. Los impuestos que se van
sucediendo —sobre el CO2, las toxinas, los envases de plástico y los residuos alimentarios—
son en ocasiones insignificantes. Pero, al igual que con los subsidios, los primeros en tomar la
iniciativa exigen cambios similares a sus socios comerciales, desencadenando así una cascada
de reformas y una nueva norma a escala mundial. Animados por estos logros, el movimiento de
largo plazo por la alimentación y sus aliados de otros sectores dirigen su atención a la evasión
y elusión fiscal corporativa y emprenden una cruzada contra las nuevas formas de mala praxis
de los gigantes biodigitales que ahora dominan el sector agroalimentario. Así descubren que
muchos gobiernos están llegando a un punto de inflexión en esta cuestión y están dispuestos
a tomar medidas.
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Trayecto 4. Repensar las modalidades de colaboración de la sociedad civil
Para hacer avanzar en los trayectos 1, 2 y 3, la sociedad civil debe actuar de forma más
colaborativa que nunca. Esto implica lidiar con rivalidades de históricas, prioridades divergentes
y competencia por la financiación. Existen ya numerosos de procesos colaborativos exitosos
que marcan el rumbo y el agravamiento de las crisis sociales y ambientales evidencia nuevas
oportunidades para el trabajo conjunto.
Oportunidad #11
Generalizar la colaboración intersectorial. Los movimientos por la alimentación centran sus
esfuerzos en superar los diversos obstáculos a la colaboración y conseguir que la aplicación
de enfoques intersectoriales a las estrategias se convierta en la norma. Con el futuro de la
gobernanza mundial en juego (y ante el riesgo de que sean las corporaciones quienes la
dominen), la Cumbre sobre Sistemas Alimentarios de 2021 acelera las convergencias de la
sociedad civil. En paralelo a la digitalización de los sistemas alimentarios, los activistas de la
alimentación aprenden de las luchas de los activistas de la justicia digital y viceversa, además de
multiplicar sus alianzas con los movimientos de justicia climática y ambiental. Para la década
de 2030, el sentimiento de objetivo compartido anima a las organizaciones de la sociedad
civil, las fundaciones y las redes a sincronizar sus calendarios (desde las reuniones anuales
de la junta directiva hasta los horarios de las conferencias) con vistas a facilitar los diálogos
intersectoriales, la planificación estratégica y las oportunidades de cofinanciación. Siguen
existiendo tensiones entre la adopción de medidas de supervivencia de emergencia (ante la
multiplicación de las crisis) y la elaboración de estrategias a más largo plazo. Para 2045 se
han logrado avances significativos, pero la búsqueda de una colaboración más estrecha sigue
siendo un trabajo en curso, sujeto a constantes negociaciones.
Oportunidad #12
Desarrollar nuevas herramientas para bloquear las cadenas corporativas de productos
básicos e infiltrarse en las negociaciones a puerta cerrada. Desde inicios de la década de 2020,
los movimientos por la alimentación amplían y comparten sus actividades de vigilancia de las
corporaciones, trabajando primero con aliados cercanos para después llegar a organizaciones
sociales de prácticamente todos los sectores. En aquellos lugares donde la expansión del
sector ganadero contribuye a la deforestación y la apropiación de tierras, las comunidades
indígenas, por ejemplo, se conectan con trabajadores agrícolas y del sector alimentario que
han manifestado su preocupación sobre las mismas empresas, y trabajan con organizaciones
locales de consumidores y de salud para “bloquear las cadenas” y proteger los medios de
subsistencia. En la década de 2030, los movimientos por la alimentación también aportan
herramientas digitales en búsqueda de una mayor colaboración.
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La plataforma “Agropedia” ayuda a facilitar los flujos de información sobre productos básicos,
empresas o compromisos; los algoritmos de documentos y las aplicaciones de los medios de
comunicación permiten a las organizaciones de la sociedad civil descifrar los textos de las
negociaciones e identificar a los actores que lideran y dominan esas discusiones; y se desarrollan
herramientas para conectar a las comunidades y organizaciones interesadas con las salas de
conferencias y los textos de las negociaciones, desde los ayuntamientos hasta las asambleas de
la ONU.
Oportunidad #13
Crear nuevas asociaciones para financiar un cuarto de siglo de transformación del sistema
alimentario. Con las empresas agrícolas desplegando a toda prisa sistemas alimentarios
basados en inteligencia artificial y datos masivos, y una vez superados los límites planetarios,
se hace patente que las ganancias que generan los movimientos por la alimentación son
escasas y llegan demasiado tarde. Huyendo de la trampa de los filantrocapitalistas por un
lado y los cleptofilántropos por otro, los movimientos por la alimentación recurren a los
donantes bilaterales y las fundaciones progresistas y les proponen considerar nuevas formas
de colaboración y rendición de cuentas. Como consecuencia, para la década de 2030,
los financiadores aliados pasan de las subvenciones a corto plazo por proyecto a ciclos de
financiación de cinco años, duplican su financiamiento al menos cada 10 años y se abren a
iniciativas experimentales, especulativas, interseccionales y de preparación de cara al futuro.
Y lo más importante, se muestran dispuestos a utilizar su dinero y su influencia para catalizar
cambios más grandes en los ámbitos financiero y político.
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Conclusiones
Queda claro que en un futuro liderado por la agroindustria sería imposible devolver al planeta
y a sus sistemas alimentarios a un espacio operativo seguro. De hecho, se seguirían generando
desigualdades galopantes, se agudizarían las presiones sobre los medios de subsistencia y la
inseguridad alimentaria, y se generarían nuevos impactos negativos sobre el medio ambiente.
En contraste con ese escenario, cuatro trayectos de transformación de los sistemas alimentarios
impulsados por la sociedad civil permitirían desviar 4 billones de dólares de la cadena industrial
a la soberanía alimentaria y la agroecología, reducir el 75% de las emisiones de gases con
efecto de invernadero de los sistemas alimentarios y generar beneficios incalculables para las
vidas y los medios de subsistencia de miles de millones de personas en los próximos 25 años.
No obstante, Un movimiento de largo plazo por la alimentación estaría unido a una serie
de riesgos, retos e incógnitas para los grupos de la sociedad civil. En primer lugar, implica
oportunidades inciertas y costos operativos imposibles de calcular (por ejemplo, la pérdida de
tiempo y recursos para las campañas que se realizan día a día). En segundo lugar, la combinación
del implacable cabildeo con procesos gubernamentales e intergubernamentales opacos significa
que las victorias quizás siempre sean temporales. En tercer lugar, existe un riesgo de cooptación
inherente a cualquier estrategia, incluyendo las que se han descrito aquí. Por último, aunque
mejoren en gran medida los resultados de “los negocios de siempre”, incluso estas estrategias
pueden resultar insuficientes para devolver a la humanidad a un espacio operativo seguro. En
este contexto, es comprensible que las organizaciones de la sociedad civil desplacen sus recursos
a la primera línea de lucha por la supervivencia o de respuesta a las posibles crisis.
En cualquier caso, los argumentos a favor de Un movimiento de largo plazo por la alimentación
siguen siendo convincentes. De entrada, no exige que se cambien las estrategias a corto plazo
para luchar contra el acaparamiento de tierras por campañas a favor de la firma de un nuevo
tratado internacional. En vez de eso, Un movimiento de largo plazo por la alimentación insta a
los grupos de la sociedad civil a distribuir una serie de objetivos y acciones a lo largo de una
hoja de ruta a 25 años, adoptando una visión de conjunto a la vez que se enfrentan a campañas
de gran alcance, rupturas ambientales y sociales potencialmente rápidas y el tsunami de la
agenda corporativa. En un contexto de amenazas y puntos de inflexión sin precedentes, no
asumir riesgos equivale a un fracaso seguro.
La sociedad civil puede y debe transformarse. La historia demuestra que, ante oportunidades o
situaciones de necesidad, el ser humano es capaz de adaptarse casi de la noche a la mañana. Las
guerras, los embargos, los golpes de Estado y las catástrofes naturales pueden transformar los
patrones de producción y consumo y dar lugar a nuevas redes de comunicación y cooperación.
Los enormes cambios experimentados a medida que la sociedad se ha ido adaptando a la
COVID-19, que hubieran parecido ingenuamente optimistas hace tan solo un año, nos
demuestran que mañana todo es posible.
16
Prólogo
En 2021 los sistemas alimentarios
se encuentran en un punto de inflexión
cuyo eje central es la sociedad civil
Este informe parte de la constatación de que los movimientos por la alimentación se
encuentran en una coyuntura potencialmente crítica. Y es que las épocas de mayor agitación
pueden dar paso a momentos de profunda transformación. Las pandemias que coincidieron
con alteraciones del clima en el Imperio otomano, durante las dinastías Han y Tang y en la
Edad Media europea propiciaron de manera repentina profundas transformaciones sociales.
En las primeras décadas del siglo XX, en un rincón privilegiado del planeta se gestaron a
la vez una guerra mundial, una pandemia y una depresión global. Los impactos fueron tan
atroces que se desmantelaron los monopolios corporativos, se legislaron sistemas de bienestar
social, se redujo significativamente la brecha entre los más ricos y los más pobres —al menos
en las costas del Atlántico Norte— durante algunas décadas, y decenas de países lograron
independizarse de sus opresores coloniales, aunque solo fuera sobre el papel.
Es posible que hoy nos encontremos de nuevo en un punto de inflexión similar, motivado
en un primer momento por la crisis financiera y la crisis de los precios de los alimentos de
2008 y acelerado después por la pandemia de la COVID-19, y con incesantes emergencias
ambientales y niveles históricos de desigualdad como telón de fondo. La dependencia mutua
entre nuestra salud y la del planeta es más evidente que nunca. El caos climático, el colapso
de la biodiversidad y las desastrosas estrategias de enriquecimiento económico han dado
lugar a una pandemia que está poniendo a prueba nuestros sistemas sanitarios y alimentarios,
disparando el número de personas que pasan hambre y destruyendo vidas y medios de
subsistencia. Los plásticos y la contaminación inundan los océanos, y de ahí pasan a los peces y,
asombrosamente, también a nuestras células. En 2020, los meteorólogos que ponen nombre a
los huracanes del Atlántico agotaron todas las letras del alfabeto. Y puede que nosotros también
lo hayamos hecho. El esperma de la generación Z tiene la mitad de espermatozoides que el de
la generación Y, y según un estudio de 2020, si se mantiene esta tendencia, nuestro conteo se
reducirá a cero precisamente en 2045. Existen claras sospechas de que ya hemos superado la
mitad de los límites planetarios. Hemos recorrido ya más de medio camino hacia el aumento
de la temperatura en 2ºC. Hemos perdido o estamos perdiendo la mitad de nuestras lenguas y
culturas, así como cerca de la mitad de nuestros suelos y bosques, y los multimillonarios están
a medio camino de duplicar el nivel de riqueza anterior a la pandemia.
17
Pero los puntos de inflexión pueden inclinarse en cualquier dirección, y son muchos los
actores que se disputan el control del eje central. Las empresas perciben el peligro y se
apresuran a construir un nuevo duopolio corporativo-estatal disfrazado de "multilateralismo"
y "capitalismo de las partes interesadas". La Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de 2021,
convocada con la intención expresa de restructurar el entorno reglamentario de la alimentación
y la agricultura, puede anunciarnos las batallas que se avecinan. En nombre del controvertido
logro que suponen las vacunas contra la COVID-19, las empresas reclaman luz verde para
desplegar la IV Revolución Industrial en nuestras farmacias, mercados de alimentos y sistemas
financieros.
Aplicada a la agroindustria, esta revolución implica el uso de datos digitales y ADN, inteligencia
artificial y aprendizaje automático, sensores e imágenes hiperespectrales conectados a robots,
drones y satélites que almacenan todo en nubes virtuales. Escenarios gamer de batallas
sangrientas por la alimentación: Fortnite se convierte en Food Fight. Traducido al mundo real,
esto podría implicar el abandono masivo de 300 millones de granjas, la migración forzada de
más de mil millones de personas y el desmantelamiento de las redes alimentarias diversificadas
que sostienen al 70% de la población mundial, así como poner la seguridad alimentaria de miles
de millones de personas en manos de tecnologías no probadas, bajo el control de empresas
privadas que tienen muy poco que perder en este juego.
Pero la sociedad civil también está cambiando y preparándose para las batallas que se
avecinan. El movimiento por el clima que se comprometió en París en 2015 no es el mismo
que emerge hoy de calles y escuelas y que rodea los parlamentos y los bancos. Los defensores
de la soberanía alimentaria que hoy se oponen a la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de
2021 son mucho más fuertes que los dispersos aliados de la primera cumbre de hace 25 años.
La sociedad civil y los movimientos por la alimentación actuales —desde el nivel local hasta el
global— están bien informados, colaboran y se mantienen conectados entre sí, desarrollan un
pensamiento crítico y son capaces de utilizar los ejes de apoyo para inclinar el mundo hacia
un lugar más seguro. Estos actores reconocen que el papel de los gobiernos es importante y
que, en la medida de lo posible, deben trabajar juntos para construir sistemas alimentarios
sustentables (y evitar verse atrapados en un nuevo y pretencioso “multisectorialismo”).
18
También nos preocupaba que los lectores encontraran inverosímil una planificación a 25
años, por mucho que entiendan que es prudente pensar en el futuro. Pensemos en los trece
años que han transcurrido entre las crisis alimentaria y financiera de 2008 y el actual caos de
amenazas que se cierne sobre nosotros. Basta con contrastar las miserables promesas de los
políticos en París con los incendios, los tifones y las olas de calor que vivimos en 2020. Sin
olvidar el estremecedor ascenso de las pseudodictaduras xenófobas y la repentina fragilidad
de los Estados supuestamente democráticos. En 2008, las empresas más poderosas del mundo
perforaban pozos y negociaban acciones. Doce años después, los cinco mayores gigantes
empresariales comercian con datos intangibles y —junto con un par de gestoras de activos—
acumulan más riqueza que continentes enteros. ¿Cómo nos atrevemos entonces a planificar
el futuro?
19
Hace veinte meses, los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) ocupaban un lugar central
en nuestra planificación (de ahí que los horizontes fueran 2030 y 2045), pero ahora sabemos
que las emergencias ecológicas, las pandemias y las injusticias históricas pueden llegar a copar
la agenda mundial y dejar en espera cualquier otro plan.
Los desafíos que tenemos por delante son extraordinarios, y nuestra preocupación es ahora
mayor que cuando empezamos. Nuestra casa está en llamas y los cimientos se empiezan a
desmoronar. Si este informe no consigue que todos nos sintamos incómodos, insatisfechos
y deseosos de asumir mayores riesgos, entonces habremos fracasado. Al mismo tiempo,
nuestra motivación es grande. Estos 20 meses han sacado a la luz historias olvidadas: fracasos
no estudiados y victorias no celebradas que, a fin de cuentas, demuestran que la sociedad
civil tiene la capacidad necesaria para llevarnos hacia sistemas alimentarios sustentables y
equitativos. Pero es crucial que los movimientos por la alimentación aprendan esas lecciones
y, lo que es más importante, se replanteen por completo el alcance, las escalas y la estructura
de su trabajo. En otras palabras, que se conviertan, esta vez con más razón que nunca, en un
Movimiento de largo plazo por la alimentación.
Pat Mooney
Líder del proyecto, miembro del IPES-Food
y cofundador del Grupo ETC
20
Índice
Resumen ejecutivo 4
Prólogo
En 2021 los sistemas alimentarios se encuentran en un punto de inflexión
cuyo eje central es la sociedad civil 17
Sección 1.
Una nueva anormalidad: pandemias, límites planetarios y sistemas
alimentarios bajo amenazas sin precedentes 24
Sección 2.
La sociedad civil como agente de cambio del sistema alimentario: los cuatro
ingredientes básicos de un "Movimiento de largo plazo por la alimentación" 37
Ingrediente #1. Colaborar a múltiples escalas 42
Ingrediente #2. Ampliar las alianzas y reestructurar las relaciones 46
Ingrediente #3. Conectar el compromiso a largo plazo con un amplio "
escaneo del horizonte" 49
Ingrediente #4. Prepararse para el cambio y las situaciones disruptivas 53
Sección 3.
Horizonte 2045: Agronegocios como siempre (Escenario 1) 59
Preparando la escena: trayectorias tecnológicas, consolidación empresarial
y la llegada de nuevos gigantes agroalimentarios biodigitales 61
Tendencia #1. Ecosistemas de ingeniería de precisión e internet de las cosas agrícolas 72
Tendencia #2. Corredores logísticos, conflictos por los recursos y la nueva
geopolítica de los datos 77
Tendencia #3. Híper-persuasión, dietas personalizadas y nuevas fronteras en la
configuración de la experiencia alimentaria 86
Conclusiones: fisuras y contradicciones de un futuro liderado por la agroindustria 93
Sección 4.
Horizonte 2045: Sociedad civil como nunca (Escenario 2) 96
Trayecto 1. Enraizar los sistemas alimentarios en la diversidad, la agroecología
y los derechos humanos 99
Oportunidad #1. Construir resiliencia a través de la diversidad y la agroecología 100
21
Oportunidad #2. Defender los derechos humanos, los derechos de la naturaleza
y renegociar el contrato entre el Estado y la sociedad 106
Oportunidad #3. Acelerar la transición hacia las cadenas de suministro
territoriales y el consumo ético 110
Sección 5.
Conclusiones: ¿caminar a paso lento hacia un Movimiento de largo plazo
por la alimentación? 159
22
Un movimiento de largo
plazo por la alimentación:
transformar los sistemas
alimentarios para 2045
Este informe sostiene que necesitamos urgentemente un “Movimiento de largo
plazo por la alimentación”. La sociedad civil debe desarrollar estrategias de
transformación plurianuales diseñadas específicamente para activar la palanca
del cambio de largo plazo, cuya proyección abarque la consecución de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030 y se extienda hasta una hipotética
tercera ronda de objetivos de desarrollo (¿2030-2045?). Para hacer esto de
manera eficaz, la sociedad civil tiene que llevar a cabo una reflexión mucho más
profunda (que conecte las luchas a diferentes escalas), más amplia (que incluya el
escaneo de vastos horizontes y la planificación de cara a perturbaciones futuras)
y con un mayor alcance (en colaboración con nuevos actores). A lo largo de
este informe exploramos las amenazas sin precedentes que se ciernen sobre los
sistemas alimentarios (Sección 1); los ingredientes básicos para la transformación
de los sistemas alimentarios liderada por la sociedad civil (Sección 2); lo que nos
depara el próximo cuarto de siglo si permitimos que los agronegocios sigan como
siempre (Sección 3); y cómo podrían ser los sistemas alimentarios en 2045 si, por
el contrario, la sociedad civil consigue planificar el futuro y colaborar con más
eficacia que nunca (Sección 4).
23
Sección 1.
Una nueva anormalidad:
pandemias, límites
planetarios y sistemas
alimentarios bajo
amenazas sin
precedentes
En 2021, quienes
trabajamos en la
construcción de sistemas
alimentarios justos, equitativos
y que operan dentro de los
límites planetarios, tenemos mucho
trabajo por hacer. El cambio climático,
la pérdida de biodiversidad y la rápida
disminución de la fertilidad del suelo están
dañando seriamente la salud de las personas y del
planeta, dislocando a las sociedades y amenazando los
sistemas alimentarios de todo el mundo. Hace cinco años
se alcanzó un compromiso a escala mundial para eliminar el
hambre en 2030, pero desde entonces hemos perdido mucho
terreno. La inseguridad alimentaria va en aumento: se estima
que 690 millones de personas padecían hambre en 2019 y más de
2 mil millones carecían de acceso a alimentos seguros, nutritivos y
suficientes de manera regular (FAO et al. 2020). Y esto antes de que la
pandemia de la COVID-19 estallara a escala global en 2020, sumando
aproximadamente 130 millones al número de personas que padecen
hambre (HLPE, 2020), empujando a innumerables millones más al borde
de la hambruna y poniendo en riesgo un tercio de los medios de subsistencia
(HLPE, 2020), mientras que los beneficios de la agroindustria no han dejado
de aumentar.
26
a la vivienda, al empleo o a las rentas, pero por importes no muy
superiores a los destinados a rescatar a las empresas. Mientras esto
ocurre, las autoridades de algunos lugares del mundo imponen
severas restricciones a los campesinos, los pescadores artesanales y
los mercados territoriales a los que éstos abastecen, al tiempo que
conceden privilegios adicionales a las empresas (Red Mundial por el
Derecho a la Alimentación y a la Nutrición, 2020).
27
los transgénicos hasta la inclusión del Derecho a la Alimentación
en las negociaciones intergubernamentales, pasando por el fomento
de las líneas de tendencias que apuestan por las dietas orgánicas, de
comercio justo y vegetarianas o la adopción de la Declaración de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos (UNDROP)3
y la reforma y reactivación del Comité de Seguridad Alimentaria
Mundial (CSA) de las Naciones Unidas.
28
Recuadro 1
¿Qué son los límites planetarios y de qué lado estamos nosotros?
Como bien saben sus creadores, el enfoque de los límites planetarios solo puede ofrecer
una visión imperfecta de un rompecabezas global cambiante, multidimensional y altamente
complejo. Por lo tanto, es un enfoque inevitablemente incompleto y tiene sus detractores. La
"economía del donut" de Kate Raworth trata de casar este enfoque estrictamente geofísico con
un enfoque más social en el que también se rastrean límites sociales (como la alimentación, la
salud y la equidad social) (Raworth, 2018).
29
Integridad de
la biosfera
E/MSY
Bil
(sin cuantificar) Climate Change
Entidades nuevas
(sin cuantificar)
Cambios en el
uso del suelo
Destrucción de la
capa de ozono
Uso del
agua dulce
Carga atmosférica
de aerosoles
Acidificación
P Oceánica Por abajo del límite (sin riesgo)
Zona de incertidumbre (riesgo en aumento)
N
Más allá de la zona de incertidumbre (riesgo alto)
Flujos
biogeoquímicos
30
© Wesley Tingey
nuestros suelos es excesivo: solo el 1% de los 300 millones de granjas 80% de los
que hay repartidas en todo el mundo concentran el 70% de las tierras bosques que
de cultivo, los pastos y los huertos (Watts, 2020).
quedan en el
mundo están
En 2020, el mundo también descubrió los pirocumulonimbos —
incendios hasta ahora impensables— que sembraron el terror en el
protegidos por
sur de Australia, la costa oeste de Norteamérica, la Península Ibérica 370 millones
o la tundra ártica, entre otros lugares. La quema intencional también de indígenas
ha devastado los bosques amazónicos y los suelos del Cerrado (para
dejar paso al ganado y la soya de exportación en América Latina),
la cuenca del Congo (para la exportación de carne y minerales), el
África occidental (para la producción de cacao) y el sur de Asia (para
las plantaciones de aceite de palma). Estos incendios no solo están
destruyendo los grandes pulmones del planeta: su intensidad es tal
que durante meses expulsan ceniza que llega hasta la estratosfera,
con terribles consecuencias para el clima y los pulmones de quienes
respiran este aire. El 80% de los bosques que quedan en el mundo
están protegidos por 370 millones de indígenas (Maffi, 1999)6, cuyas
tierras soberanas se enfrentan a la amenaza de mineros, ganaderos,
propietarios de plantaciones y sus aliados en los gobiernos. A medida
que los pueblos indígenas son expulsados, desaparece también su
profundo conocimiento ecológico. Un tercio de los territorios de
31
América Latina ya no tiene hablantes de las lenguas originarias que el número de
puedan explicarlos, y un tercio de las lenguas del mundo cuentan con “zonas muertas”
menos de mil hablantes (Maffi, 1999).
con déficit de
oxígeno en el
A los científicos les preocupa ahora que, en lugar de absorber dióxido
de carbono, el Amazonas se convierta próximamente en un emisor
océano ha pasado
neto (Vaughan, 2019); que la tundra ártica pueda estar ya emitiendo de 45 a más
dióxido de carbono y otros gases con efecto de invernadero; y que la de 700
capacidad de los océanos para absorber CO2 esté llegando a su punto
de saturación, coincidiendo con la disminución de su capacidad
para liberar oxígeno (Mooney y Denis, 2019). Desde la Cumbre de la
Tierra de 1992, el número de "zonas muertas" con déficit de oxígeno
en el océano —consecuencia fundamentalmente de la escorrentía de
productos agroquímicos— ha pasado de 45 a más de 700 (IPBES,
2019). Aunque los datos no son claros, algunos investigadores insisten
en que los océanos podrían llegar a acumular un volumen mayor de
plástico que de peces hacia mediados de siglo. Esto socava los medios
de subsistencia de los 30 millones de personas que sobreviven de la
pesca artesanal y trabajadores y trabajadoras del sector pesquero de
todo el planeta, que producen y procesan casi la mitad del pescado
que comemos (IPBES, 2019), y pone en peligro una quinta parte de
nuestras proteínas. Además, a finales de 2020, las Naciones Unidas
concedieron cientos de licencias de explotación minera de los fondos
marinos que, por primera vez, expusieron el suelo oceánico (y las aguas
que lo cubren) a una destrucción absolutamente incomprensible.
Pero las catástrofes ligadas al agua no acaban aquí: si se mantiene
el ritmo actual de extracción de los acuíferos subterráneos, en 2050
habrá 5700 millones de personas que se enfrenten regularmente a
escasez de agua (Naciones Unidas, 2018).7 habrá
32
climáticos y otros estresores múltiples que afectan a zonas críticas
para la diversidad biológica y cultural, limitando su capacidad para
reconstruir la resiliencia a través de la diversidad.
© Patrick Hendry
33
Un movimiento de largo plazo por la alimentación:
Por qué, cómo y qué sigue
Como sugiere su título, este proyecto parte de la premisa de que la sociedad civil, y en
particular los movimientos por la alimentación constituyen un punto focal esencial y un
motor de la transformación del sistema alimentario. El término "sociedad civil" se utiliza a lo
largo de este informe para referirse a las redes organizadas, ya sea formal o informalmente,
que reúnen a actores no estatales, incluidos los movimientos sociales, las organizaciones no
gubernamentales (ONG), los productores en pequeña escala, los sindicatos, las organizaciones
comunitarias y otros aliados que contribuyen a la promoción de sistemas alimentarios al
servicio del bien común, basados en los derechos humanos y que intentan operar dentro de
los límites planetarios. También utilizamos la expresión "movimientos por la alimentación" en
el mismo sentido. Los pueblos indígenas que han proclamado o están actualmente en lucha
por su autogobierno gozan de una identidad legal y una voz propias, incluso cuando deciden
alinear su labor de reivindicación con la de la sociedad civil. No obstante, conviene precisar que
la sociedad civil es en la práctica una realidad más amplia que aquella a la que nos referimos
con esta expresión en el presente informe, y que en ella se incluyen también grupos que se
oponen directamente a la transformación de los sistemas alimentarios9.
La noción de una perspectiva de largo alcance para el trabajo y las estrategias de los movimientos
por la alimentación se venía gestando desde una reunión mundial de organizaciones de la
sociedad civil que el AgroEcology Fund celebró en Uganda en 2016. La idea se hizo realidad
en mayo de 2019, cuando la retomaron IPES-Food y el Grupo ETC con el apoyo financiero
de 11th Hour Project. Las dos organizaciones colaboradoras recurrieron a CREPPA, un grupo
de investigación de la Universidad de Quebec en Montreal, que aceptaron estudiar los límites
planetarios en relación con los límites sociales sobre los que ya estaban investigando. Juntas,
las tres organizaciones constituyeron un Comité de gestión.
34
Desde el principio se tuvo claro que este informe debía plantearse como una llamada
de atención y no como una receta infalible, y que debía concluirse en un plazo breve, sin
pretensiones de exhaustividad. A medida que el trabajo avanzaba y nos dábamos cuenta de
los profundos cambios que afectan a los sistemas alimentarios, el informe ha ido tomando
un carácter marcado por la urgencia. A una pandemia que ha hecho mucho más patentes las
emergencias relacionadas con el clima y la biodiversidad, hay que añadir que las respuestas
de la agroindustria —en particular las que surjan de la próxima Cumbre sobre los Sistemas
Alimentarios— a las diversas crisis, cada vez más graves, deberán implicar necesariamente
consideraciones inmediatas y también de largo plazo.
Las perspectivas y las orientaciones estratégicas de una amplia gama de grupos de la sociedad
civil se incorporaron al análisis a través de tres canales: i) revisión de los sitios web y la literatura
de las OSC; ii) entrevistas y diálogos con grupos de la sociedad civil que trabajan en espacios
de gobernanza mundial, y iii) opiniones de un Grupo Asesor integrado por representantes de
múltiples sectores, organizaciones y continentes (ver Anexo 3).
•N
os hemos enfrentado al reto de presentar un informe que sea pertinente a escala
mundial y que, al mismo tiempo, refleje la disparidad de condiciones y realidades de
nuestro mundo (especialmente las diferencias entre el Sur y el Norte globales). Aunque a
lo largo de las sucesivas revisiones se ha conseguido afinar la manera en que se abordan
estas cuestiones, la limitación persiste y entendemos que en el futuro habrá que hacer un
análisis más detallado y específico de cada región;
•A
pesar de que en el informe se insiste repetidamente en la importancia de la coordinación
y la organización a múltiples escalas, no ha sido posible prestar la misma atención a los
niveles local, nacional, regional y mundial, y el informe presenta un sesgo orientado
hacia la escala mundial;
•P
or otro lado, por mucho que hayamos intentado localizar y revisar el trabajo del mayor
número posible de grupos de la sociedad civil, es imposible que este estudio llegue a ser
completo. En concreto, debido a las limitaciones asociadas al tiempo y la investigación
como tal, no ha sido posible explorar suficientemente las iniciativas y propuestas de
la sociedad civil más allá del ámbito de la alimentación y la agricultura, aunque sí
destacamos la importancia de las colaboraciones transversales.
35
Hoy en día es muy habitual (casi obligatorio) que entre los objetivos de los informes figure
también la "apertura de un diálogo". Sin embargo, somos muy conscientes de que en este caso
el diálogo está ya muy avanzado. En los próximos meses, esperamos compartir este informe
tanto en persona como de manera virtual con amigos y aliados en diversos foros regionales y
mundiales. Y si este trabajo tiene algún valor, es posible que en algún momento de los próximos
años se vea modificado por completo a la luz de las revisiones, adaptaciones u objeciones que
propongan los movimientos por la alimentación y cualquier otro aliado que decida analizarlo
en mayor o menor detalle desde su propio contexto. Veremos qué pasa después.
36
Sección 2.
La sociedad civil
como agente de
cambio del sistema
alimentario:
los cuatro
ingredientes básicos
de un «Movimiento
de largo plazo por
la alimentación»
¿Será capaz la sociedad civil ponerse a la altura
de este reto? Nuestra conclusión es que el
cambio liderado por la sociedad civil no solo
es nuestra mejor apuesta para salvar un planeta
a la deriva, sino que además, y esto es aún más
importante, todavía es posible conseguir avances
verdaderamente revolucionarios que nos permitan
cambiar de rumbo. La historia nos enseña que las
organizaciones de la sociedad civil acumulan tanto
éxitos sorprendentes como deficiencias persistentes.
A partir de esas observaciones, identificamos cuatro
ingredientes básicos que han sustentado los éxitos
del pasado y que la sociedad civil necesitará para
impulsar una transformación sin precedentes del
sistema alimentario en el próximo cuarto de siglo:
1) colaborar a múltiples escalas; 2) ampliar las
alianzas y restructurar las relaciones; 3) conectar el
compromiso a largo plazo con un amplio "escaneo
del horizonte"; y 4) prepararse para el cambio y las
situaciones disruptivas.
Frente a la inaudita combinación de mega amenazas
que se cierne sobre la humanidad, no sabemos con
exactitud qué hay que hacer ni a quién le corresponde
hacerlo. También desconocemos hasta qué punto
las amenazas a la seguridad alimentaria pueden
abordarse solo desde la reforma de los sistemas
alimentarios, teniendo en cuenta el carácter
interconectado de los sistemas terrestres.
Pero sin una sociedad civil fuerte (y que ejerza
una presión constante sobre los gobiernos
para que actúen en pro del interés público), y
sin un compromiso renovado de colaboración
de largo plazo entre los movimientos por la
alimentación, nos resulta difícil imaginar una
transformación de los sistemas alimentarios en
la escala en la que se requiere. Muchos de los
cambios que se describen a continuación han
emergido íntegramente desde la sociedad civil,
pero independientemente del nivel en el que se
iniciaran, siempre acabaron alcanzando también
a otros actores: gobiernos y partidos políticos,
científicos, empresas, fundaciones y una amplia
gama de otras comunidades e individuos. Aunque
cada pieza del rompecabezas merece un análisis
individualizado, en este caso nos centramos
esencialmente en el potencial de transformación
dirigida por la sociedad civil.
© Li An Lim
39
para fomentar la adopción de la agroecología a escala regional en el
sur de la India; para institucionalizar las políticas alimentarias locales
y nacionales (y sus correspondientes consejos) en Canadá; para gravar
con impuestos la comida chatarra en México y Chile; y para exigir
responsabilidades por los transgénicos y el acaparamiento de tierras,
a través de procesos de reflexión compartida y jurados ciudadanos
en Senegal y Mali. Igual que los políticos retirados y los funcionarios
jubilados de las Naciones Unidas se ponen sentimentales hablando
de las guerras que la diplomacia evitó, las organizaciones de la
sociedad civil también tienen infinidad de triunfos no reconocidos,
más meritorios porque ocurren en rincones sumamente aislados
geográficamente, en medio de cascadas y selvas, desafiando a los
tiranos locales. Frente a las intervenciones de elocuentes portavoces
en foros de la ONU, estas son las experiencias que han vivido y que
han compartido los "militantes indocumentados" de las comunidades
locales, los líderes indígenas y los organizadores campesinos —desde
América Central hasta el sur de Asia— cuyas luchas y cuyas muertes
han sacudido a sociedades y gobiernos.
40
estancado o están en declive, y el trabajo en condiciones de esclavitud
no solo sigue existiendo, sino que va en aumento10.
41
Cuatro ingredientes básicos para un Movimiento de largo
plazo por la alimentación
Am
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Colabor
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dis
INGREDIENTE #1
Colaborar a múltiples escalas
42
comida chatarra; que los municipios de todo el mundo hayan puesto
en marcha programas de contratación pública local/sustentable; y
que los gobiernos locales y nacionales (el más reciente, el de Canadá)
establezcan políticas públicas y comités de alimentación. Los procesos
de reflexión compartida, la eliminación de cultivos transgénicos o la
oposición a las patentes sobre formas de vida encontraron su punto
de partida en los ámbitos local o nacional, para luego trasladarse a
campañas regionales y mundiales. Los transgénicos y otras amenazas
identificadas tempranamente mediante revisión del horizonte por
organizaciones de la sociedad civil, se volvieron parte crucial de las
discusiones globales.
43
Sin embargo, la colaboración en múltiples escalas se ve sometida
a una serie de tensiones. La cooperación de lo local a lo global y
viceversa suele ser más fuerte dentro de los movimientos sociales y
más débil entre ONG. Aunque la inmensa mayoría de los actores de la
sociedad civil están integrados en las comunidades y en las luchas de
primera línea, son los actores del nivel global quienes suelen acumular
los recursos y la visibilidad, lo que a veces distorsiona y desempodera
a las comunidades. Además, las comunidades suelen preferir que las
OSC globales utilicen sus escasos recursos para apoyar las luchas
inmediatas en lugar de alertar sobre amenazas aparentemente lejanas
o gastar energías en negociaciones opacas en las Naciones Unidas.
44
Recuadro 2
¿De verdad todos los caminos llevan a Roma? Colaboración
con los organismos de la ONU con sede en Roma
A pesar de estas limitaciones, muchos actores de la sociedad civil, incluidos movimientos sociales
globales como La Vía Campesina, siguen dedicando valiosos recursos a las batallas de la ONU.
Esto puede deberse, en parte, a que las RBA disponen de más recursos, flexibilidad e influencia
de lo que parece. Además, los organismos con sede en Roma no son monolíticos y sus secretarías
gozan de mucha experiencia y buena voluntad. Para muchos, el sistema de las Naciones Unidas,
y más concretamente el renovado CSA, por lo menos reúnen las características de lo que podría
ser una gobernanza agroalimentaria equitativa12. De hecho, las organizaciones de la sociedad
civil han demostrado su capacidad para influir en las discusiones de las RBA y para transformar
estas instituciones en el proceso. Algunos ejemplos notables son la creación, encabezada por
agricultores del mundo, del Instituto Internacional de Agricultura (1908) que dio lugar a la
FAO (1945); la creación del Fondo Común para los Productos Básicos de la UNCTAD (1976)
y de la Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura de la FAO
(1983); la influencia de cumbres y procesos históricos, como la campaña de la FAO "Freedom
from Hunger" (1960-1990), la Conferencia Mundial de la Alimentación de la ONU (1974),
las Cumbres Mundiales de la Alimentación (1996, 2002, 2008) y la Conferencia Internacional
sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural (ICCARD) (2006); la reforma de 2009 del Comité
de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de la ONU, que incluye el establecimiento de un
mecanismo de participación autónoma y activa de la sociedad civil (Mecanismo de la Sociedad
Civil y los Pueblos Indígenas - MSC); y la adopción de las Directrices sobre la tenencia de la
tierra (Brent et al., 2017; Tramel, 2019). Estos avances no solo están cambiando las normas de
gobernanza, sino que también tienen una influencia sobre el conocimiento y las narrativas, tal y
como lo demuestra el reconocimiento mundial de la agroecología en los últimos años.
45
INGREDIENTE #2
Ampliar las alianzas y reestructurar las relaciones
© Felton Davis
46
Recuadro 3
Las conexiones pendientes
Los movimientos por la alimentación siguen presentando debilidades y lagunas relacionadas
con el trabajo, la salud, la descolonización, el comercio y el clima, así como una atención
inadecuada al decisivo papel de las mujeres, las comunidades racializadas, las comunidades
LGTBIQ+ y la juventud. También se observa una tendencia a prestar más atención al
campesinado que a otros tipos de proveedores de alimentos (por ejemplo, pescadores o
pastores) y, del mismo modo, a centrarse en los proveedores de alimentos más que en otras
comunidades y trabajadores marginados. Por ejemplo, los esfuerzos colaborativos en el campo
de la diversidad genética de los cultivos son considerables, mientras que existen menos apoyos
para esfuerzos enfocados a la pesca o la ganadería. Los movimientos por la alimentación
también se ven afectados por la brecha —principalmente en términos de comprensión y en la
práctica— que separa a los movimientos sociales de otras organizaciones de la sociedad civil.
Otro de los desafíos consiste en crear alianzas más fuertes y estratégicas entre los movimientos
por la alimentación y los de trabajadores para abordar los abusos de la cadena alimentaria,
desarrollar campañas para exigir salarios dignos y defender que el control y la propiedad
de los componentes del sistema alimentario estén en manos de trabajadores y trabajadoras.
También es prioritario reforzar los vínculos entre alimentación, clima y biodiversidad.
47
Smith, Byrd, Reese y Smythe, 2015). En ocasiones, las relaciones
con el Estado son inevitablemente conflictivas (son raros los casos
en los que las autoridades tirotean o atacan a los empresarios con
gas lacrimógeno); y, en otros casos, la colaboración positiva puede
limitarse a cuestiones específicas, por ejemplo, las dimensiones
humanitarias de la seguridad alimentaria.
48
patentes) y otras empresas más pequeñas de la cadena alimentaria
industrial (que luchan contra las fusiones de agroempresas). También
suele haber buena sintonía entre los movimientos por la alimentación
y las cooperativas de productores y consumidores.
En general, los movimientos por la alimentación han seguido una Aquellos que
trayectoria de altibajos a la hora de abordar los múltiples desafíos
intentan escapar
que plantea la creación de alianzas intersectoriales. Aquellos que
intentan escapar del aislamiento que representan los silos sectoriales
del aislamiento
han sido en ocasiones acusados de "desviarse del objetivo" por parte de que representan
otros interlocutores que reciben apoyo de los mismos financiadores, los silos sectoriales
y muy a menudo estas tensiones se ignoran. La colaboración con el han sido en
sector privado es quizá la más compleja, y en este caso el impulso suele ocasiones acusados
venir del exterior. Aparentemente ajenos a los desequilibrios de poder de “desviarse
y a los riesgos que éstos entrañan, los gobiernos, los financiadores y del objetivo” por
las empresas (o las asociaciones comerciales) han presionado para
parte de otros
que se celebren mesas redondas sobre productos básicos y "diálogos
multilaterales" con representación de políticos, empresas y OSC.
interlocutores
INGREDIENTE #3
Conectar el compromiso a largo plazo con un am-
plio "escaneo del horizonte"
49
a necesidades de corto plazo para cumplir objetivos trimestrales—, La sociedad civil
adquiriendo o segregando filiales, canibalizando unidades de negocio, deberá encontrar
y prescindiendo de presidentes y directores ejecutivos al gusto de
un equilibrio
los accionistas13. Por el contrario, el compromiso a largo plazo, la
memoria institucional y los contactos que mantienen los movimientos
entre el exceso
por la alimentación les permiten impulsar cambios significativos en de optimismo y el
plazos de tiempo inmejorables. Esto significa que la sociedad civil exceso de cautela,
es capaz de sobrevivir no solo a los imperativos más urgentes de puesto que ambos
crecimiento trimestral de la industria agroalimentaria, sino también podrían conducir a
a las trayectorias tecnológicas plurianuales y a las estrategias de posibles fracasos en
mercado en las que éstas se basan (ver Sección 3). La sociedad civil términos de visión
también cuenta con la ventaja de que el tiempo suele darle la razón
o aspiraciones
(por ejemplo, muchas de las tendencias que observamos hoy en día
en torno al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y las nuevas
tecnologías ya las había identificado mucho antes la sociedad civil).
Recuadro 4
Soberanía alimentaria y agroecología: ¿una visión
compartida para un Movimiento de largo plazo por
la alimentación?
A pesar de la diversidad de prioridades y planes entre los grupos de la sociedad civil, sus
visiones sobre los futuros sistemas alimentarios son en gran medida convergentes. Para
muchos, este futuro se basa en la soberanía alimentaria, definida por los movimientos
sociales como "el derecho de los pueblos a alimentos saludables y culturalmente apropiados
producidos mediante procesos ecológicos y sustentables, así como el derecho a definir sus
propios sistemas alimentarios y agrícolas" (Maitreuweb, 2007). El concepto de soberanía
alimentaria surge por primera vez de la mano del movimiento mundial La Vía Campesina
coincidiendo con la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996, aunque al margen de la
50
misma. Una década después, el concepto se había extendido mucho más allá de sus orígenes
campesinos, tal y como demostraron los movimientos de consumidores, agricultores
urbanos, trabajadores, mujeres, pueblos indígenas, pescadores o pastores, entre otros, que
se dieron cita en el Foro Mundial de Soberanía Alimentaria de Nyéléni 2007 en Mali. Ahora,
un cuarto de siglo después, la soberanía alimentaria representa un marco unificador para un
amplio abanico de movimientos frente a las crisis convergentes (Tramel, 2018). Como visión y
propuesta para transformar los sistemas alimentarios, la soberanía alimentaria se basa en los
siguientes seis principios: 1) se centra en los alimentos de calidad para los pueblos; 2) valora
a los proveedores de alimentos; 3) localiza los sistemas alimentarios; 4) sitúa el control a nivel
local; 5) promueve el conocimiento y las habilidades; y 6) es compatible con la naturaleza14.
Por su parte, la agroecología es sinónimo del sexto principio de la soberanía alimentaria ("es
compatible con la naturaleza"), puesto que implica la aplicación de principios ecológicos a
la agricultura y los sistemas alimentarios. Esto la convierte en un componente central de la
soberanía alimentaria, además de ser una ciencia, una práctica y un movimiento en pleno
auge por derecho propio15, y un marco unificador para amplios sectores de la sociedad civil
mundial.
Existen, además, otros marcos que complementan y/o amplían los de la soberanía alimentaria
y la agroecología. El derecho a la alimentación —que coincide en gran medida con el primer
principio de la soberanía alimentaria— pone el foco en las personas más vulnerables al hambre
en tanto que son titulares de derechos, y subraya la responsabilidad del Estado de garantizar el
acceso de las personas a alimentos saludables y/o a los recursos necesarios para producir sus
propios alimentos. Otro marco destacado es el de la justicia alimentaria (y, por asociación, la
justicia económica), que se promueve principalmente desde movimientos urbanos de países
del Norte, y que suele estar vinculado con las desigualdades derivadas del racismo estructural
y la colonización.
51
conceptos como el de "buen vivir". Al igual que el movimiento por la soberanía alimentaria,
los movimientos de localización y descentralización se concentran fundamentalmente en el
control de los recursos, y aplican esta lógica a la energía, las finanzas y otros elementos más
allá de los alimentos.
Estos marcos no son excluyentes entre ellos. Por ejemplo, muchas OSC hacen un uso
estratégico de los marcos de la soberanía alimentaria y los derechos humanos, en especial en
los espacios de gobernanza mundial (Claeys, 2015), como se verá en la Sección 4.
52
realidad se manifiesta de forma diferente para las OSC orientadas
a las políticas (obligadas a adoptar una posición defensiva) y las
orientadas a los proyectos (que suelen buscar apoyos para crecer),
mientras que en el caso de las organizaciones de base la cuestión
se reduce básicamente a la insuficiencia de los recursos (sean o no
condicionados).
INGREDIENTE #4
Prepararse para el cambio y las situaciones disruptivas
53
La diferencia entre los cisnes negros y los cisnes grises se reduce a dos
condiciones: que los movimientos por la alimentación dispongan de
un sistema de alerta precoz que les permita anticiparse y reconocer las
perturbaciones que se avecinan; y, en segundo lugar, que cuenten con
un sistema de escucha temprana, es decir, una estrategia de respuesta
negociada internamente para atender las crisis urgentes, además de
un plan y destinatarios para la reestructuración posterior. No hay
razón (ni excusa) para que los movimientos por la alimentación y
sus financiadores no estén preparados para los cisnes grises que nos
visitarán en los próximos años. En el Recuadro 5 se incluyen algunos
ejemplos de cómo podrían ser estos acontecimientos y las posibles
respuestas a los mismos. Por otro lado, muchas de las oportunidades
de acción futuras que se exponen en la Sección 4 se basan en la
utilización de los cisnes grises para hacer avanzar la agenda de la
sociedad civil.
© Archivo Gráfico
54
Recuadro 5
Control de daños: preparación para los próximos
cisnes grises
55
seguida de una depresión y una pandemia obligaron a los gobiernos
El trabajo actual
de Europa y Norteamérica a poner en pie sistemas de protección
social sin precedentes. Un siglo más tarde, otra pandemia —esta vez
de los movimientos
combinada con una crisis ambiental y otra financiera a la vuelta de la por la alimentación
esquina— vuelve a generar un escenario similar. consiste en
aprovechar las
Como se demuestra en un número cada vez mayor de investigaciones oportunidades de
conductuales (Centola et al., 2018; Otto et al., 2020; Robson, 2019; desarrollar una
Tàbara et al., 2018), para llegar a un punto de inflexión que dé planificación de
lugar a una transformación profunda basta con que un 25% de la futuro, y esto
población adopte una determinada idea. Algo que también se puede
exige niveles de
conseguir mediante las protestas o la movilización de un 3 o 4% de
la población. Esto apunta a la necesidad de que la sociedad civil se
coordinación y
mantenga alerta y ayude a acelerar los cambios culturales que pueden adaptabilidad sin
preceder y desencadenar (a veces muy rápidamente) cambios de precedentes, así
comportamiento y nuevas realidades políticas, más aún cuando las como una enorme
empresas encuentran nuevas formas de moldear el comportamiento capacidad de trazar
y las preferencias culturales (ver la Sección 3). estrategias de largo
plazo
Si bien es cierto que las OSC tienen mucha experiencia en el ámbito de
la respuesta a los desastres, hay que tener en cuenta que la naturaleza
y la frecuencia de estas situaciones disruptivas están cambiando.
Con importantes excepciones, la sociedad civil tiende a moverse
institucionalmente (es decir, lentamente) cuando se enfrenta a
problemas nuevos.
© Piyaset
56
Como hemos visto en la Sección 1, aunque los movimientos por
la alimentación son muy conscientes del caos climático actual y se
muestran alarmados ante la pérdida de biodiversidad, por lo general,
desconocen los detalles y las interconexiones de estas problemáticas.
Son pocas las organizaciones que están al día de los avances
tecnológicos o siguen las líneas de tendencia de las empresas. Y, en
consecuencia, existe un riesgo de que las iniciativas incrementales
se queden cortas para hacer frente a la serie de emergencias que se
avecinan.
57
adaptabilidad sin precedentes, así como una enorme capacidad de
trazar estrategias de largo plazo.
58
Sección 3.
Horizonte 2045:
Agronegocios como siempre
(Escenario 1)
En esta sección, imaginamos un sistema alimentario sin cambios
respecto al actual y analizamos su posible evolución en el próximo
cuarto de siglo, a medida que las empresas y los gobiernos responden
al colapso ambiental, la dislocación social, la reconfiguración
geopolítica y una amplia gama de posibilidades tecnológicas.
En el mundo que imaginamos en este escenario, las
relaciones de poder permanecen en gran medida
inalteradas, a pesar de que las granjas, las cadenas de
suministro de alimentos y la industria alimentaria
sí experimentan alteraciones radicales. Las
trayectorias dominantes están dirigidas por
los agronegocios. La sociedad civil, atorada
también en lo mismo de siempre,
consigue impugnar la agenda y
evitar los peores excesos, pero
no alcanza a provocar un
verdadero cambio de
rumbo.
Nos centramos en particular en
las corporaciones multinacionales
cuyas actividades se extienden a
través de los múltiples nodos de la
cadena alimentaria, impregnan los
sectores emergentes de la economía y
alcanzan simultáneamente varias regiones
del mundo. Además, cabe destacar que
la agroindustria también corre el riesgo de
convertirse en un mero apéndice de las estrategias
de otros actores económicos dominantes, como
los gigantes de los datos y las finanzas. En primer
lugar, identificamos las megatendencias de desarrollo
tecnológico y consolidación empresarial que ya están en
marcha, y posteriormente, analizamos otras tres tendencias
que podrían llegar a caracterizar los sistemas alimentarios
de 2045 si finalmente prevalece una visión dirigida por la
agroindustria:
•T
endencia #1: Ecosistemas de ingeniería de precisión e internet de
las cosas agrícolas
•T
endencia #2: Corredores logísticos, conflictos sobre los recursos y la
nueva geopolítica de los datos
endencia #3: Híper-persuasión, dietas personalizadas y nuevas fronteras
•T
en la configuración de la experiencia alimentaria
61
Se entregan las llaves del sistema alimentario a megacorporaciones
biodigitales, plataformas de datos y empresas de capital privado que,
aprovechando la proliferación de los acuerdos de fusión, se convierten
en los gigantes agroalimentarios del mañana.
Recuadro 6
FEM 2021: Vuelos a un mundo fantástico
La coincidencia de las fronteras físicas y sociales —así como la influencia que las tendencias
industriales y tecnológicas ejercen sobre ambas— se hizo palpable en 2021 cuando la
COVID-19 obligó a trasladar el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza), donde se había
celebrado los últimos 50 años, a Singapur. Los asistentes del FEM que vuelen al aeropuerto
de Changi se verán inmediatamente inmersos en la cuarta revolución industrial que, según
el propio FEM, podría salvar al planeta. De camino a las cintas transportadoras, pasarán
por el Valle del Bosque, 900 árboles envueltos en la cascada interior más alta del mundo y el
Jardín de Mariposas (Mooney y Denis, 2019). En el centro de la ciudad, los delegados podrán
resolver el problema de la seguridad alimentaria mientras recorren la granja hidropónica
más alta del mundo y podrán reajustar la cadena de producción mientras comen nuggets
de pollo de placas de Petri en el primer restaurante de carne cultivada de Singapur y del
mundo (Carrington, 2020b). Si traen a sus familias, los niños podrán hacer glamping durante
la noche en el bosque del aeropuerto e incluso coger un vuelo de Singapore Airlines que dure
el tiempo suficiente para comer en primera clase antes de aterrizar de nuevo en Singapur
(Moore, 2019). El tema del FEM para 2021, "El gran reinicio", es un buen reflejo de su visión
post-Covid sobre la gobernanza mundial. Uno de los puntos prioritarios de la agenda del
Foro es la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios que se realizará en el marco de la ONU.
A diferencia del bosque en el aeropuerto, es probable que la iniciativa de plantar un billón de
árboles que lanzó el FEM en 2020 no reciba demasiada atención (Heathcote, 2020).
62
De hecho, aquellos europeos que se identifican con la "vergüenza de volar" o los que están
preocupados por la noticia de que cada minuto se destruye una superficie forestal del tamaño
de 35 campos de fútbol (Hook, 2020) también podrían haber tomado un tren hasta Klagenfurt
(Austria), donde el curador de museo Klaus Littmann plantó 300 árboles en el estadio de
fútbol e invitó a los ciudadanos a acudir para despedirse (Heathcote, 2020).
© Cameron Venti
63
Recuadro 7
DAMN: Los cuatro ámbitos de la innovación tecnológica
destinados a transformar los sistemas alimentarios
Digitalización: Los datos masivos o macrodatos son, cada vez más, una mercancía valiosa
por derecho propio, lo que ha provocado el rápido ascenso de las plataformas de datos
en la industria agroalimentaria y la reducción a códigos y bits de todos los aspectos de la
alimentación, la agricultura, la salud, el medio ambiente y los ámbitos relacionados. Los datos
están transformando cada uno de los eslabones que componen la cadena, tanto en sentido
ascendente como descendente, impulsando estrategias de reproducción e ingeniería genética,
sistemas de logística alimentaria y envíos de materias primas intermediados por datos (como
el uso de blockchains) y la digitalización del comercio minorista (Mooney, 2018). Los nuevos
desarrollos informáticos cuánticos y biológicos ampliarán aún más la capacidad de procesar
y extraer información de los datos.
Automatización: Robots de uso personal, impresoras 3D, drones de reparto o coches que se
conducen solos son algunas de las imágenes icónicas de la denominada "cuarta revolución
industrial". Sin embargo, la automatización ya es una realidad en el trabajo en las granjas
y en los servicios alimentarios. Se espera que el valor del sector de la automatización de la
industria alimentaria a nivel mundial pase de 9.700 millones de dólares en 2020 a 14.200
millones de dólares en 2027 (Global Industry Analysts, 2020). Las nuevas redes de datos de
transmisión rápida (5G, redes periféricas, y más allá) se despliegan ahora por las tierras de
cultivo o amplían su alcance gracias a las transmisiones de internet vía satélite y por fibra
aérea. Para 2045, la miniaturización e incorporación de sensores y la reingeniería de procesos
vitales en forma de máquinas vivas programables darán lugar a una automatización cada vez
más biodigital17 (a medio camino entre los sistemas biológicos y los informáticos).
64
comunidades enteras de microbios), y los alimentos personalizados según los microbiomas
de las personas. Dentro de 25 años, cabe esperar que los datos (incluidos los de las granjas) se
transporten, almacenen y manipulen por sí mismos progresivamente en moléculas biológicas
mediante comunicación molecular (Farsad, Guo y Eckford, 2013).
65
En el sector de los fertilizantes sintéticos, las 10 principales
empresas representan más del 50% de las ventas mundiales. Solo
dos empresas abastecen a todo el mercado norteamericano de
potasa, y tres productores acumulan una cuarta parte del suministro
mundial de fertilizantes fosfatados (Yara, 2018). Los grandes actores
siguen al acecho de nuevas alianzas y las empresas de fertilizantes
de especialidad constituyen un objetivo particularmente atractivo.
La concentración del mercado en el sector de la genética animal es
más elevada en el caso de las aves de corral, seguidas por el ganado
porcino y el vacuno. Prácticamente el total de la producción avícola
del mundo está en manos de tres empresas (Grupo ETC, 2019a). Las
6 principales empresas de maquinaria agrícola representan el 52%
del mercado mundial, y el mercado norteamericano está dominado
por tan solo 3 grandes corporaciones.
66
Sin embargo, el mayor cambio es la llegada de nuevos actores. Tal
vez lo más destacable en los próximos años sea la unión entre la
gran industria agrícola (o Big Ag) y las plataformas de datos. Para las
empresas agroalimentarias, las estrategias de datos no son solo un
medio para descubrir y captar nuevas eficiencias en los alimentos,
sino que también son el resultado de diversas transformaciones
orientadas al "capitalismo de vigilancia", en el que los gigantes de los
datos acumulan y explotan conjuntos de datos como nueva forma de
capital (Biddle, 2019). Amazon y Microsoft proporcionan la mayor
parte de la infraestructura de computación en la nube del mundo y
se están asociando con plataformas de agricultura digital dirigidas por
la agroindustria para suministrar cantidades ingentes de exabytes de
datos meteorológicos, agronómicos y de producción que se generan
para y desde los sistemas de agricultura de precisión. Los gigantes de
la maquinaria agrícola se están sumando a la ola de digitalización y
están incorporando en sus tractores y cosechadoras el hardware y el
software de la llamada agricultura de "precisión" o "digital".
67
Nuevos colosos ven la luz como resultado de las fusiones de las
empresas de logística alimentaria y las plataformas de datos del Norte
global con los líderes del comercio electrónico de los mercados
emergentes. La compra de la empresa india Flipkart por parte de
Walmart en 2018, la reciente inversión de Facebook en la plataforma
india Jio (propiedad de Reliance, el mayor proveedor de telefonía
móvil), y la adquisición por parte de Alibaba de una participación
sustancial en los «unicornios»18 del comercio electrónico indio —
más concretamente, la tienda de comestibles en línea BigBasket y la
aplicación de comida a domicilio Zomato— son indicios de cómo el La creciente
Big Tech o los gigantes tecnológicos se transformarán en el Big Food financiarización
o gigantes alimentarios en el subcontinente (Phartiyal, 2018). Alibaba del sistema
y Tencent también han estado comprando plataformas de comercio alimentario
electrónico más pequeñas, e invirtiendo en tiendas de conveniencia
también está
para recopilar más datos de los consumidores y ofrecer servicios
sin personal en la India, Indonesia y otras economías emergentes.
creando una nueva
Amazon, Alibaba, Microsoft, Google (a través de su Alphabet X) y clase de gigantes
Baidu también se están adentrando en el segmento de producción agroalimentarios,
de la cadena alimentaria, con empresas de agricultura digital muy en gran medida
dependientes de sus servicios de nube, IA y procesamiento de datos invisibles
(ver Recuadro 8).
68
lo que los inversores están irrumpiendo en el sector de la agricultura
sin poseer tierras. Estas cinco empresas de gestión de activos son
titulares de entre el 10 y el 30% de las acciones de las principales
empresas agroalimentarias, y mantienen participaciones similares
en comercio electrónico y servicios en la nube (Clapp, 2019). Otros
gestores de activos que controlan los fondos de cobertura (por ejemplo,
Blackstone) han estado invirtiendo agresivamente en empresas
agroalimentarias y tierras agrícolas en países del Sur global, incluido
Brasil, donde la empresa fue identificada como impulsora directa
de la deforestación del Amazonas (Grim, 2019). La combinación de
datos masivos e inteligencia artificial aporta a los fondos de cobertura
novedosos conocimientos instantáneos que favorecen la especulación
con productos básicos, el denominado comercio de alta frecuencia. Es muy probable
El reciente aumento de las empresas llamadas "cheque en blanco" que los grandes
o empresas de adquisición con fines especiales (SPAC, por sus siglas de la alimentación
en inglés), que se crean sin otro propósito que el de participar en para 2045 sean
fusiones y adquisiciones, podría dar lugar a una nueva generación de
las empresas de
consolidación empresarial en el sector agroalimentario (Scott, 2020).
procesamiento de
Estas tendencias se verán amplificadas por la "fintech" o tecnología
datos
financiera, es decir, los pagos electrónicos, las criptomonedas y los
préstamos electrónicos que están cambiando la manera de entender
y utilizar el dinero. Los superordenadores necesarios para impulsar
la tecnología financiera son administrados por grandes empresas
—a menudo financieras— que disponen de los medios para, por
un lado, crear blockchains y, por el otro, prestar servicios bancarios
para el consumidor. Mientras tanto, la tecnología blockchain se
está convirtiendo en una herramienta que permite a las empresas
recopilar datos sobre el comportamiento de los consumidores y a la
vez transformar (a su favor) los sistemas de logística, manipulación y
producción que dirigen las cadenas alimentarias, sin tener en cuenta
los impactos en términos de empleo, equidad o ecología.
69
agricultura digital. Por otro lado, estos y otros gigantes de los datos
también están acaparando y sumándose a una red de cables, fibras,
5G, móviles, satélites y redes periféricas (es decir, internet en sus
formas evolutivas) que crece a un ritmo vertiginoso. Mientras tanto,
las compañías de telecomunicaciones tradicionales, como AT&T,
Deutsche Telecom y NTT, son las propietarias de la infraestructura
básica de internet, la fibra y las redes 5G, cuyo alcance es cada vez
mayor. Utilizan sus servicios de streaming, como por ejemplo Netflix,
para competir por el control de las redes de "edge computing" o
computación de borde, que serán igualmente importantes para
la obtención de datos en streaming procedentes del campo. Otras
empresas, como Tesla de Elon Musk, están desplegando satélites de
transmisión de internet con vistas a dominar la agricultura digital
desde el cielo. Paralelamente, conocidas empresas agrícolas como
Bayer, Yara y John Deere se están reinventando como proveedores de
datos masivos y están configurando estrategias biodigitales en las que
combinan datos y biotecnología (Grupo ETC, 2019a). Con el tiempo,
puede que no sea la nube, el hardware, la red o la capa interestelar
la que tire del carro de la cadena alimentaria digital, sino que serán
más bien las obscuras empresas de gestión de activos las que muevan
los hilos en la sombra. Y si las distintas formas de consolidación
corporativa mantienen el ritmo, de aquí a 2045, los grandes nombres
serán bastante más grandes y poderosos de lo que lo son hoy.
70
Recuadro 8
De la mesa al campo: Las plataformas de comercio
electrónico entran en el mundo de la producción alimentaria
•B
aidu (el "Google de China") está colaborando con MCFLY, de reciente creación, en el
desarrollo de tecnologías de visión hiperespectral para la agricultura inteligente, que
funcionan acopladas a drones y sirven para detectar y analizar plagas y enfermedades
directamente sobre el terreno (Global Drone Uav, 2018);
•E
l minorista líder de China, JD.com, trabaja conjuntamente con Mitsubishi Chemical en la
construcción de la mayor "fábrica de plantas" del mundo mediante el uso de la hidroponía
(Neo, 2019), además de estar desarrollando una tecnología de reconocimiento facial en
cerdos que permita una mejor gestión de las granjas y la creación de una "comunidad de
desarrollo de la agricultura inteligente" (JD Corporate Blog, 2018);
•A
mazon colabora con las principales cooperativas agrícolas de la India y procesa datos para
el sistema Climate Fieldview de Bayer, que se utiliza actualmente en más de 60 millones de
hectáreas;
•A
libaba y Tencent —que recientemente lanzó sus invernaderos autónomos controlados
por IA (Tencent, 2020)— se están asociando con pequeñas empresas agrícolas en China
para adaptar la producción de alimentos a las preferencias de los habitantes de las ciudades
(ChinaPotion, 2020);
•L
a megacorporación de juegos en línea NetEase ha empezado a criar cerdos ecológicos con
música relajante y los subasta en su página, Kaola, (que recientemente se fusionó con la
plataforma de Alibaba denominada TMall) (Juan, 2019).
71
TENDENCIA #1
Ecosistemas de ingeniería de precisión
e internet de las cosas agrícolas
Los algoritmos se usan para determinar las
condiciones de crecimiento de cada metro
cuadrado fértil sobre la faz de la tierra; los
cultivos y el ganado se hacen (y se modifican) a
la medida para adaptarse a dichas condiciones y
los ecosistemas se diseñan en función de los datos
recabados con el fin de alcanzar un rendimiento
óptimo. Los tractores robóticos y los drones para
fumigación y vigilancia —“internet de las cosas
agrícolas”— van ganando terreno tan rápido como lo
permiten las infraestructuras físicas y digitales.
72
© Kung Tom
73
Recuadro 9
Biotecnología sin OGM
En los últimos 25 años, hemos sido testigos de un movimiento mundial sostenido contra el
uso de alimentos transgénicos. Ahora, la industria biotecnológica busca activamente enfoques
que esquiven la oposición de los consumidores a los alimentos transgénicos eludiendo
técnicamente la definición de OGM, con lo que se evita también el etiquetado y la supervisión.
Se prevé que se produzcan grandes flujos de inversión en estrategias biotecnológicas que
no modifiquen el ADN del producto alimentario en sí, sino que modifiquen elementos de
los agroecosistemas tales como el ecosistema del suelo, los insectos o las malas hierbas. A
nivel comercial y reglamentario, se preferirá optar por innovaciones biotecnológicas que
deliberadamente no incorporen ADN modificado en el producto final que se vende a los
consumidores. Las estrategias de ingeniería genética que supuestamente no incluyen OGM
se basan en enfoques tales como la "modificación transitoria", y los aerosoles de ARNi, en los
que un compuesto o molécula activo diseñado genéticamente puede invadir e intervenir el
funcionamiento genético de un organismo durante un tiempo limitado, y ello supuestamente
sin modificar su ADN hereditario. Los cultivos de raíces peludas, la biosíntesis y las estrategias
de cultivo basadas en macrodatos, como TILLING (Targeting Induced Local Lesions in
Genomes), son algunos ejemplos más de enfoques biotecnológicos que la industria trata
de vender a los legisladores como productos libres de OGM (Slade et al., 2005). Con estos
argumentos, las empresas de biotecnología intentan evitar a toda costa que los organismos
editados genéticamente se vean sujetos a la normativa de aplicación en materia de OGM.
74
En la economía pospandémica, la estrecha vigilancia de los datos del
sistema alimentario se defenderá argumentando que aporta beneficios
a la seguridad alimentaria y a la salud, que sirve para controlar los
"desbordamientos" de las enfermedades zoonóticas y que facilita la
gestión de los brotes de enfermedades. A los gigantes corporativos
de los sectores avícola y ganadero, esta narrativa les conviene y, por
ello, ya están adoptando los datos masivos, la inteligencia artificial y
el internet de las cosas para reducir la mano de obra y maximizar los
beneficios. Los agricultores y trabajadores también se enfrentarán a
otro tipo de vigilancia y control gracias a las tecnologías financieras
(ver Recuadro 10).
75
Recuadro 10
Sin dinero y sin poder. Tecnologías financieras
contra los agricultores
CROWDE, una plataforma móvil de crowdfunding, permite a los usuarios realizar inversiones
a partir de un dólar en miles de parcelas de toda Indonesia. Sin embargo, en lugar de dinero en
efectivo, los agricultores reciben herramientas, semillas y fertilizantes que CROWDE compra
a un coste reducido a los proveedores agrícolas, de manera que los productores pierden el
control sobre las opciones de producción (Thomson Reuters Foundation, 2018). En México,
el crédito y los subsidios para las familias rurales más pobres se entregan ahora a través de
depósitos electrónicos a los que solo se puede acceder en ciertas tiendas que también son
bancos, donde se compran insumos, bienes de consumo, teléfonos móviles y paquetes de
datos. Si el agricultor solicita dinero en efectivo, el banco le ofrece una tarjeta de crédito de
esa misma tienda. En este caso, el pago y los intereses se deducen de las subvenciones del
gobierno20.
76
TENDENCIA #2
Corredores logísticos, conflictos
por los recursos y la nueva geopolítica
de los datos
77
y "libre de riesgos" podría ser suficiente para convencer a los países
de ingresos bajos y medios para que entreguen sus tierras, recursos
y datos.
78
sin interferencia humana. Mediante el intercambio de datos a través
del blockchain y otros programas e infraestructuras cibernéticas,
las redes internas de logística garantizan que los alimentos (y otros
productos básicos) seguirán orientándose de forma automática
hacia los mercados ricos mientras siguen ocurriendo perturbaciones
sociales, el cambio climático o las pandemias.
79
Recuadro 11
Expansión del complejo agroindustrial chino a través
de la Iniciativa de la Franja y la Ruta
En Asia central, Kazajistán es el punto focal de los planes agrícolas chinos, con infraestructuras
ya establecidas. Los inversionistas chinos ven el país como una nueva fuente de trigo, azúcar,
carne y aceite vegetal; y por su parte, los inversionistas de Kazajistán ven a China como un
mercado para las exportaciones agrícolas como la carne de vacuno, el trigo y los productos
lácteos. China también está desarrollando una Ruta de la Seda Digital (RSD) en paralelo a la
IFR. La RSD consiste en un importante programa de ayuda tecnológica, inversión y mejora
de las infraestructuras digitales para los países clientes que utilizan hardware chino. China
pretende incluir a África Occidental en la IFR, y se serviría de Senegal como trampolín para
la industria china en toda el África Occidental.
80
Uno de los requisitos básicos para mantener los corredores logísticos
del futuro serán los mercados desregulados, y las empresas seguirán
exigiendo la liberalización del comercio. Pero a diferencia de los
Tratados de Libre Comercio (TLC) que abrieron nuevos mercados
a principios del siglo XXI, los TLC de las décadas de 2020 y 2030
servirán principalmente para garantizar el acceso a los recursos,
proteger la propiedad de los datos corporativos y poner cualquier
normativa desfavorable (por ejemplo, la que regula las nuevas
tecnologías genéticas) en la congeladora.
Recuadro 12
Externalización de las emisiones al Sur global
Aunque la política agroalimentaria se regirá cada vez más por la política del carbono y del
clima, algunas de las supuestas medidas de reducción de carbono podrían ser, en realidad,
meras estrategias para deslocalizarlo. Cerca del 30% de los fertilizantes sintéticos acaban en
productos destinados a la exportación, y casi la mitad se utiliza para alimentar al ganado,
haciendo que los daños que provoca la escorrentía de los fertilizantes se desplacen desde Europa
y América del Norte (donde se destina la proteína) hacia América Latina (donde se produce
la contaminación) (Acción por la Biodiversidad, 2020; Fundación Heinrich Böll y Amigos de
la Tierra Europa, 2014). El 50% de las emisiones de óxido nitroso (265-298 veces más potente
que el CO2) proviene de los fertilizantes sintéticos empleados en solo tres países (China,
India y Estados Unidos) (Ramankutty et al., 2018). Las emisiones de metano (procedentes
de la fermentación entérica del ganado) proceden de la India, África subsahariana, Brasil y
81
Europa occidental, y alrededor del 60% del metano (procedente del arroz) lo emiten la India,
China y Vietnam. Entre el 72 y el 80% del total de las emisiones agrícolas procede del ganado
(Bowles, Alexander y Hadjikakou, 2019; Springmann et al., 2018a) y/o de su alimentación,
ganado criado en Sudamérica y consumido en el Norte global. Las emisiones de la IFR china
(ver Recuadro 11) no parecen ser contabilizadas de forma coherente, ni por China ni por los
destinatarios de su generosidad.
82
gran escala, ya que entre 2000 y 2016 se han firmado más de 420
acuerdos que afectan a diez millones de hectáreas (Goedde, Ooko-
Ombaka y Pais, 2019). Aunque en muchos casos se ha optado por
mantener la tierra en lugar de explotarla, es probable que el cambio
climático acelere la búsqueda de tierras (y agua) en el extranjero por
parte de los gobiernos para producir alimentos para sus poblaciones,
como ya están haciendo los países de Oriente Medio y el norte de
África en Sudán (Schwartzstein, 2019).
83
locales (territoriales) y mundiales (IPES-Food, 2020a). También es
probable que el uso continuado de antibióticos en el ganado dé lugar
a superbacterias resistentes a los antibióticos, un fenómeno que ya se
está produciendo en campos de todo el mundo (Harvey, 2019). Como
se indica en la Sección 1, los incendios forestales, las sequías y las
inundaciones se producirán con tal regularidad que regiones enteras
se enfrentarán a cambios irreversibles en la vegetación, pérdidas de
tierra fértil y de la capa superior del suelo, y a una reducción de la
capacidad de producción de alimentos, o incluso a crisis múltiples en
las que varias regiones consideradas "graneros del mundo" colapsan
a la vez.
84
Es probable que las respuestas políticas se vuelvan cada vez más
populistas y autoritarias. Las restricciones a las exportaciones y el
cierre de fronteras podrían convertirse rápidamente en la norma,
superando con creces las medidas adoptadas durante la crisis de la
COVID-19. Los propios puntos de congestión podrían militarizarse
cada vez más. Y en lugar de relocalizar sus cadenas de suministro,
los grandes actores mantendrán sus apuestas forjando nuevas rutas
de suministro globales. Con tanto en juego, no habrá nada que se
interponga en su camino, ni tan siquiera las plataformas de hielo.
Pekín, por ejemplo, busca un punto de apoyo en Groenlandia para
asegurarse el acceso al paso del Ártico y reducir la exposición de sus
redes de mercancías a los actuales puntos de congestión comercial.
Por su parte, los comerciantes euroasiáticos esperan que la vía
navegable E40 —una ruta marítima interior de 2000 kilómetros que
une el mar Negro con el Báltico— supere los obstáculos políticos y
ecológicos y consiga convertirse en una realidad.
85
TENDENCIA #3
Híper-persuasión, dietas
personalizadas y nuevas fronteras
en la configuración de la
experiencia alimentaria
Al final de la cadena, en el extremo del consumidor,
los datos recolectados de las actividades en línea
están siendo combinados con los metadatos
generados por el uso de carteras digitales, servicios
de comida automatizados y otras actividades
cotidianas. Interconectar estas fuentes de datos
abre nuevas oportunidades para rastrear, enfocar
al detalle y manipular de forma invisible los
hábitos alimentarios de las personas y reconfigurar
las culturas alimentarias. La industria alimentaria
destina cada vez más recursos a ofrecer nuevos
barnices de consumismo ético y sustentable,
confundiendo a los ciudadanos con una
abrumadora variedad de argumentaciones y con
cadenas de suministro cada vez más opacas.
86
múltiples desafíos, que van desde los consumidores que rechazan los
alimentos altamente procesados en favor de alternativas más sanas y
baratas, hasta la aparición de gigantescos minoristas de comestibles
que llenan los supermercados de productos de marca blanca mientras
maximizan las ventas de alimentos en línea.
87
El mercado mundial de aperitivos crecerá un 5,34% anual de aquí a
2025, y la mayor parte de esa expansión tendrá lugar en la región de
Asia-Pacífico (Mordor Intelligence, 2020).
88
"ciudades inteligentes" incluirán cada vez más cultivos hidropónicos
de interior, así como "granjas verticales" automatizadas de alto
consumo energético y de nutrientes, y biorreactores de ingredientes
alimentarios. Algunos biorreactores utilizan microbios manipulados
genéticamente y alimentados con metano o cultivos celulares
para proporcionar proteínas, aceites y sabores de alta tecnología
"elaborados localmente" o "artesanales" y destinados a la industria de
alimentos procesados.
© EthelJay
89
y medir la distancia recorrida, la frecuencia cardíaca, las horas de
sueño y el tiempo que se pasa mirando una pantalla. La siguiente
fase de la "agenciación digital" (Baum, 2018) se basa en liberar al
usuario de la 'carga cognitiva' que requiere proveerse a sí mismo de
alimentos a la hora de comer, y confiar en los asistentes de IA para
"lograr la ingesta perfecta de alimentos analizando factores como la
información genética, la etapa vital, el historial personal y familiar,
el estado de ánimo, el perfil de gustos, las necesidades energéticas,
los valores, los impactos ambientales, los costes y otras condiciones
externas" (Allen, 2017; Greatist, s.f.). A medida que el "internet de
las cosas" se afiance, esos sistemas de monitorización de datos se irán
incorporando a los electrodomésticos de la cocina, los envases y los
cubos de reciclaje y de basura. Algunas empresas pretenden incluso
monitorizar el sistema digestivo del cliente (ver Recuadro 13).
Recuadro 13
Hackers ingeribles
Según el concepto de biohacking, nuestros cuerpos son sistemas que pueden ser optimizados
mediante entrenadores digitales y dispositivos comestibles. Una vez recogidos los datos de
nuestros órganos, es posible proponernos recomendaciones nutricionales personalizadas
(Faguet, 2017). Las empresas que están invirtiendo en tecnologías de biohacking argumentan
que quieren ponerse al servicio de las personas satisfaciendo las necesidades individuales. Para
ello, están desarrollando dispositivos como los "sensores ingeribles", una especie de píldoras
rellenas de bacterias transgénicas brillantes que viajan por nuestros intestinos para medir
la temperatura, la acidez, la presencia de moléculas médicas y las hemorragias estomacales
(Molteni, 2018). Posteriormente, los datos se envían a nuestros smartphones y a las empresas
de biohacking. Las empresas que están detrás de estas tecnologías dicen que quieren pasar "de
las transacciones a las relaciones", y para ello "promueven la comercialización de alimentos
inocuos para el microbioma, con la esperanza de "construir una base mayor de clientes fieles"
(Institute for the Future y Fundación Bill y Melinda Gates, 2018).
90
Estas tendencias irán acompañadas de un sofisticado conjunto de
técnicas destinadas a dirigir o empujar a los consumidores hacia
comportamientos y productos específicos. La misma infraestructura
de datos que impulsa la agricultura digital permitirá que el "internet
de las cosas" comunique datos tanto en el hogar como en movimiento,
por lo que los minoristas del sector de la alimentación podrán extraer
mejor los datos de los consumidores, saber a qué distancia se encuentran
e intentar programar su comportamiento de consumo de alimentos.
Los planificadores de las "ciudades inteligentes" estarán encantados
de recurrir a los gigantes de los datos para que les ayuden a gestionar
los repartos de alimentos en la ciudad, al tiempo que obtienen cada
vez más datos sobre la movilidad y el consumo. Se espera que más del
92% de la población mundial posea un teléfono móvil en 2024 (Dea,
2020), lo que permitirá a las empresas conocer las preferencias de
grandes grupos de clientes que antes resultaban inaccesibles. Mientras
tanto, la tecnología financiera tiene importantes implicaciones tanto
para los consumidores como para los agricultores. A medida que
los objetos habilitados para internet ejecutan automáticamente las
transacciones (a través de "contratos inteligentes" preprogramables,
y utilizando tokens y criptomonedas), la autonomía de las personas
sobre sus compras de alimentos puede verse erosionada, y las cadenas
alimentarias cada vez más financiarizadas (Mooney, 2018).
91
Recuadro 14
Hyper-nudging o la "Teoría del empujón": la próxima
frontera en la captación de consumidores
Las críticas a las plataformas de datos suelen centrarse en el aspecto de la "vigilancia" del
capitalismo digital, pero el compañero más siniestro del gran hermano es el gran "nudge" o
empujón. La digitalización masiva en todos los ámbitos de la economía hace que los seres
humanos no solo sean rastreables, sino que además sea cada vez más fácil prescribirles
consumos y comportamientos, puesto que estamos continuamente emitiendo flujos de
"metadatos" que revelan mucho sobre nuestros intereses, motivaciones y debilidades. El hyper-
nudging o la híper-persuasión (a veces también llamado "psicografía") es una práctica que
combina deliberadamente los macrodatos con las ciencias del comportamiento para modificar
el comportamiento individual y colectivo (Yeung, 2016). Aunque las empresas alimentarias
llevan mucho tiempo tratando de manipular el deseo de los consumidores recurriendo al
marketing de masas, la gran cantidad de datos de que se dispone sobre los individuos abre
ahora la puerta al diseño de estrategias de manipulación individualizadas gestionadas con IA.
La persuasión puede adaptarse automáticamente a los perfiles psicográficos, en función de las
emociones, los factores desencadenantes y los perfiles psicológicos de cada persona, no solo
en el punto de venta, sino también a través de las redes sociales, los entornos digitalizados y
el "internet de las cosas".
92
tasa anual de crecimiento del 11,7% desde 2017 (Carolan, 2018). Debido a su invisibilidad y a
su potencial de control, el hyper-nudging puede allanar el camino para la extinción de algunos
sistemas alimentarios y el dominio de otros.
Conclusiones:
fisuras y contradicciones de un futuro liderado
por la agroindustria
Existe una incertidumbre considerable en torno a cada una de estas Y mientras
tendencias y subtendencias. Pero está claro que los agronegocios
sigan obviando
(y quizá también los gobiernos) están planificando, a su manera,
un futuro plagado de crisis ambientales, dislocación social y
la necesidad
oportunidad tecnológica, y ello mediante el afianzamiento de de devolver
corredores económicos, el diseño y el manejo de agroecosistemas o la humanidad
la manipulación del comportamiento de los consumidores. Está claro a un espacio
que la suma de estos avances no permitirá en ningún caso devolver al operativo seguro,
planeta y a sus sistemas alimentarios a un espacio operativo seguro, las industrias
y algunas tendencias como la rápida digitalización —además de todo destinarán cada
lo que implica en materia de equidad social y dignidad— generarán
vez más recursos
impactos ambientales perjudiciales por sí mismas (por ejemplo, la
energía, la extracción de recursos, el uso del agua).
a ofrecer una falsa
sustentabilidad
Lo que promueve esas diversas vías de innovación no es tanto la
urgencia de las crisis climática y ecológica, ni las necesidades de
la mayoría de los actores del sistema alimentario, sino más bien la
búsqueda de nuevos mercados en crecimiento y nuevas justificaciones
para vender en Apps los últimos avances en ciencia de datos y biología
molecular. Los principales actores se están centrando en eliminar
los factores vulnerables (por ejemplo, las personas, los suelos) de las
cadenas de suministro, en amortiguar los impactos más duros sobre
el clima o la salud que sufren determinadas poblaciones mediante
la implantación de vastos complejos agroindustriales "a prueba de
golpes", y en deslocalizar los daños ambientales de la producción
industrial de productos básicos. Y en lugar de promover cambios
profundos de comportamiento y un sentido de responsabilidad
93
colectiva, las empresas alimentarias optan por invitar a los
consumidores privilegiados a renunciar a su capacidad de decisión
sobre lo que comen y adoptar soluciones personalizadas que se
pueden encauzar o dirigir a base de "persuasiones", a la vez que siguen
erosionando las culturas alimentarias existentes y homogeneizando
las dietas de millones de personas. Y mientras sigan obviando la
necesidad de devolver la humanidad a un espacio operativo seguro,
las industrias destinarán cada vez más recursos a ofrecer una falsa
sustentabilidad, cargando a los ciudadanos —ya bombardeados por
las "fake news"— con la ardua tarea de dotar de sentido a unas cadenas
de suministro cada vez más opacas y colocándoles ante un abanico
abrumador de productos supuestamente sustentables y con "etiqueta
limpia". A los pequeños agricultores se les vende que la agricultura
"climáticamente inteligente", "basada en la naturaleza", digital y
genómicamente mejorada es una solución favorable para los pobres,
y simultáneamente, se refuerza el control de las megacorporaciones
sobre las tecnologías, los recursos y las futuras decisiones agrícolas.
94
de las respuestas que están aportando, a diferencia de la imagen
que quieren transmitir públicamente. Las tecnologías y tendencias
descritas anteriormente reflejan las aspiraciones de aquellos que más
confían en los macrodatos. Pero estas estrategias no benefician a
todos los sectores empresariales por igual, y muchos de los actores
del sector privado se negarán a seguir este guión. Es probable que
las divisiones entre las corporaciones aumenten a medida que los
ecosistemas se nieguen a ser domesticados, las personas rechacen ser
manipuladas, los agricultores pirateen su hardware, las tecnologías
empiecen a fallar, los riesgos aumenten y los puntos de inflexión
ambientales y sociales salgan a la luz.
95
Sección 4.
Horizonte 2045:
Sociedad civil como nunca
(Escenario 2)
El deterioro del medio
ambiente, las amenazas a
la seguridad alimentaria y el
impulso de las nuevas tecnologías
basadas en datos forman parte de
cualquier escenario realista para los próximos
25 años. Sin embargo, no hay nada inevitable
en las trayectorias impulsadas por la agroindustria
descritas anteriormente. Es más, siempre cabrá la
posibilidad de reorientar los sistemas alimentarios hacia
resultados muy diferentes. En esta sección, pasamos del
pesimismo a un optimismo prudente. Ahora, imaginamos que
un "movimiento de largo plazo por la alimentación" da un paso
más, dispuesto a adoptar un enfoque más amplio y exhaustivo que
nunca. Y nos planteamos cómo podrían ser los sistemas alimentarios en
2045 si la sociedad civil consigue potenciar la colaboración entre sectores
y escalas, y asumir diferencias estratégicas, desarrollando campañas cada
vez más eficaces en un horizonte de 25 años. En este escenario, imaginamos
cuatro caminos posibles e interrelacionados de reforma y transformación de
los sistemas alimentarios:
•T
rayecto #1. Enraizar los sistemas alimentarios en la diversidad, la agroecología
y los derechos humanos
•T
rayecto #2. Transformar las estructuras de gobierno
•T
rayecto #3. Reorientar los flujos financieros
•T
rayecto #4. Repensar las modalidades de colaboración de la sociedad civil
98
Trayecto 1
Enraizar los sistemas alimentarios en la diversidad,
la agroecología y los derechos humanos
A lo largo de la década de 2020, los sistemas alimentarios basados
en la diversidad han demostrado una gran resiliencia frente a las
crisis, los mercados territoriales siguen extendiéndose y las dietas se
orientan hacia opciones éticas y saludables. Aún así, estas tendencias
siguen siendo vulnerables ante un clima inestable, imperativos
políticos contrapuestos, tecnologías excluyentes y la cooptación por
parte de una industria agroalimentaria agresiva, basada en datos
y centrada en el consumidor. Con un claro consenso en tono a la
soberanía alimentaria y la agroecología, el Movimiento de largo plazo
por la alimentación consigue defender los derechos de los excluidos
y amplificar sus voces a través de procesos incluyentes, promoviendo
sistemas diversificados y agroecológicos y acelerando el surgimiento de
mercados alternativos y cambios en las dietas.
99
e internacional, los sistemas de comercio justo y adaptados al clima,
bajo el control de comunidades y productores, provocan una drástica
reducción de los beneficios de los intermediarios del comercio de
productos básicos, acaparando una parte cada vez mayor del comercio
transfronterizo. Afectadas por la preocupación de los consumidores por
una alimentación segura y saludable, las cadenas de comida rápida
convencionales luchan por sobrevivir, mientras que los vendedores
barriales de comida y los mercados de agricultores ganan terreno.
OPORTUNIDAD #1
Construir resiliencia a través de la diversidad
y la agroecología
En la década de 2020, el caos climático y la pérdida de biodiversidad
siguen minando la productividad agrícola. Aunque de entrada
resultan convincentes, las soluciones que propone la agroindustria
—desde los drones polinizadores hasta la modificación genética de
los ecosistemas— se quedan cortas en comparación con los sistemas
agrícolas diversificados. Se valoran los suelos sanos32, la diversidad de
variedades de cultivos y razas de ganado, y los ecosistemas acuáticos
y agrícolas dinámicos. Ante la dificultad de conseguir nuevas tierras
de cultivo, la restauración y regeneración de las tierras cultivables
disponibles se convierte en una prioridad.
100
Recuadro 15
Pérdida de diversidad agrícola, ganadera y acuática
A pesar de que los campesinos han sido capaces de recopilar y domesticar 7000 especies
vegetales diferentes, la cadena alimentaria industrial se enfoca en solo 16 cultivos para el
86% de su producción mundial de alimentos (Grupo ETC, 2017). Se estima que el 45% de
la producción vegetal con fines comerciales se centra en un solo cultivo: el maíz. Del mismo
modo, aunque los pastores y ganaderos han domesticado un número desconocido de especies
(de las que solo 38 han llamado la atención de los científicos), la industria limita a cinco las
consideradas importantes a escala comercial para la producción de carne, productos lácteos
y huevos. Y, a pesar de la existencia de decenas de miles de especies acuáticas©yUNmarinas,
Women
101
En este segundo escenario, a lo largo de la década de 2020, proliferaron
otros tipos de sistemas agroecológicos. A finales de la década, surgieron
nuevas herramientas para medir la salud del suelo, el secuestro de
carbono y la biodiversidad —una ventaja colateral de la "agricultura
de precisión" que los agricultores supieron aprovechar para
identificar qué sistemas de producción son realmente sustentables.
En paralelo, el conocimiento ecológico tradicional relacionado con
los sistemas alimentarios goza de un reconocimiento cada vez mayor
y experimenta un nuevo auge. A medida que la COVID-19 y otras
epidemias posteriores obligan a los países en desarrollo a desviarse
del camino hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS),
los gobiernos se interesan cada vez más por la agroecología como
vía para conciliar la respuesta al hambre, la pobreza y los objetivos
ambientales.
102
los subsidios gubernamentales "perversos" (que apenas les permiten
alcanzar un equilibrio). La alteración del medio ambiente socava
aún más la productividad y los beneficios: a mediados de la década,
la adopción de la agroecología se convierte en una necesidad
económica36. Para la década de 2030, la reforma de los subsidios
desincentiva aún más la producción industrial de productos básicos
(ver Trayecto 3). Las campañas de la sociedad civil para reorientar los
gastos de I+D del sector público (Trayecto 3) y para acabar con las
tecnologías excluyentes (Trayecto 2) también están dando sus frutos:
las nuevas plataformas de acceso abierto, sin ánimo de lucro y de La soberanía
propiedad cooperativa permiten a los agricultores agroecológicos alimentaria ha
de todo el mundo gobernar y beneficiarse de los datos por satélite, dejado de ser
la información sobre la cadena de suministro y el mercado, las un concepto
cosechadoras automatizadas y los drones en pequeña escala para
exclusivo de los
complementar el trabajo de cuidado de las siembras.
productores y
A lo largo de las décadas, estos avances viven bajo la amenaza se considera
constante de ser revertidos. Pero los movimientos por la alimentación una visión
de todo el mundo están cada vez más unidos. Tras las conferencias unificadora para
de Nyéléni de 2007 y 2015, la soberanía alimentaria ha dejado de ser una amplia
un concepto exclusivo de los productores y se considera una visión variedad de
unificadora para una amplia variedad de grupos de la sociedad civil grupos de la
(ver Recuadro 4). Las ediciones posteriores a Nyéléni refuerzan
sociedad civil
esta visión y se convierten en un trampolín para las campañas de
desarrollo de un protocolo negociado basado en el Tratado sobre
recursos fitogenéticos de la FAO (TIRFAA) y en la Declaración de
las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y Otras
Personas que Trabajan en Zonas Rurales. El acuerdo resultante
establece los términos y condiciones para el intercambio de semillas
y razas (también entre fronteras) salvaguardando al mismo tiempo la
investigación hecha por campesinos y campesinas, así como el acceso
a los beneficios y la distribución de los mismos, y la gestión de los
registros de datos digitales.
103
© Rawpixel.com
104
Recuadro 16
Reactivación de cultivos y dietas tradicionales:
ejemplos de tres continentes
•D
esde finales de la década de 1990, en las escuelas del país se sirve un menú tradicional
coreano compuesto por frutas y verduras, kimchi y carnes magras con gran variedad de
cereales y legumbres, y uso moderado de sal, aceites y grasas. Una encuesta realizada en
2010 reveló que el 50% de los adultos surcoreanos seguía esta dieta tradicional, el 40%
seguía una dieta de estilo mediterráneo y solo el 10% optaba por una dieta "occidental",
lo que representa un claro descenso en comparación con el 35% de 1998 (Greenberg y
Deckelbaum, 2016).
•E
n el año 2000, seis comunidades quechuas de la región andina de Perú crearon el Parque
de la Papa para garantizar la supervivencia de miles de variedades tradicionales de papa
que habían desaparecido con el auge de la producción masiva. Los tubérculos se habían
conservado en una colección de cultivo de tejidos y, con la colaboración de muchas partes
interesadas, se consiguió que las comunidades nativas —que las habían cultivado durante
miles de años— se reapropiaran de unas 410 variedades de papa indígenas (Argumedo,
2020). En paralelo, el Gobierno peruano busca incluir la cocina tradicional peruana en la
lista del Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad de la UNESCO (Andina, 2019).
• S udáfrica, al igual que gran parte del continente, tiene una rica historia de cultivos autóctonos
altamente nutritivos y dietas basadas en una gran variedad de legumbres, frutos secos,
cereales, frutas y verduras. Sin embargo, la rápida transición a dietas de estilo occidental está
disparando la obesidad. En respuesta, una serie de dinámicos movimientos encabezados por
chefs están desarrollando una cocina fusión con ingredientes y recetas indígenas, algunas de
las cuales se perdieron durante el periodo del apartheid (Teagle, 2018). Mientras tanto, los
gobiernos de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) se han comprometido
a seguir promoviendo las dietas indígenas en el marco de estrategias de amplio alcance
contra la obesidad38.
105
OPORTUNIDAD #2
Defender los derechos humanos, los derechos de la
naturaleza y renegociar el contrato entre el Estado
y la sociedad
106
empresas y normalizar el espionaje vinculado a las carteras digitales y
los créditos de la seguridad social. En la década de 2020, los embates
de las pandemias regionales y mundiales, junto con las pérdidas de
cosechas por alteraciones climáticas, provocan la indignación de los
ciudadanos y animan a la sociedad civil a exigir —y conquistar—
derechos humanos equitativos. Entre ellos, se incluyen formas de
renta "básica universal"39, acompañada, necesariamente de garantías
a la privacidad digital.
107
y el control de los recursos (incluidos la tierra y los datos) se convierten
en una consigna moral para la movilización interconectada.
Para la década de 2030, estas luchas se fusionan en una visión global del
trabajo, los cuidados, el buen vivir y los derechos, que es compartida
y defendida por todos los movimientos por la alimentación. Al poner
los derechos en el centro, los gobiernos se ven obligados a vincular
el próximo conjunto de objetivos de desarrollo —la “Agenda 2045”—
a un nuevo acuerdo financiero entre el Norte y el Sur globales40.
Durante la década de 2020, ante la presión de una sociedad civil
cada vez más reivindicativa e interconectada a escala mundial (que
incluye movimientos por el clima, la biodiversidad, y la justicia racial
y social, todos ellos trabajando estrechamente con y dentro de los
movimientos por la alimentación), con niveles de hambre y pobreza Las herramientas
estancados (e incluso en aumento en algunos lugares) y viendo cómo legales se
podría desencadenarse una mayor inestabilidad en sus corredores de convierten en una
suministro, los países ricos finalmente ceden. El acuerdo incluye la
parte fundamental
cancelación o restructuración de la deuda41, el aumento por la vía
del arsenal de
rápida del financiamiento para luchar contra el cambio climático
(considerado por algunos como una "reparación" de facto42) y un resistencia
nuevo pacto sobre migración (por motivos ambientales). Estos
elementos no dejan de ser imperfectos y, como advierte la sociedad
civil, puede que sea demasiado tarde. Pero se establece una nueva
lógica, y la sociedad civil consigue fortalecerse para presionar en
favor de sistemas alimentarios justos.
108
movimientos por la alimentación —en colaboración con aliados de la
sociedad civil de todos los ámbitos— refuerzan las estrategias legales
y los mecanismos de apoyo para defender los derechos políticos
civiles de las comunidades, los sindicatos y quienes organizan los
movimientos. Asistimos asimismo a un despliegue de herramientas
legales para proteger la naturaleza. Animados por las prometedoras
victorias que ya se habían conseguido en 202043, los movimientos por
la alimentación trabajan con organizaciones de base y aliados de otros
sectores para salvaguardar los derechos de la naturaleza y bloquear
desarrollos perjudiciales mediante recursos legales. Para 2030, gracias
a un observatorio jurídico que apoye estas iniciativas, los "nuevos
animistas" habrán conseguido conquistar derechos para los ríos, las
cuencas hidrográficas, los ecosistemas y el planeta. Las coaliciones de
la sociedad civil hacen retroceder los derechos de las empresas, tales
como la "personalidad corporativa”, y ponen en jaque los esfuerzos de
algunos gobiernos, municipios y organizaciones medioambientales
por utilizar su condición de "personas naturales" para reivindicar su
autoridad sobre los derechos de los pueblos indígenas y campesinos.
109
OPORTUNIDAD #3
Acelerar la transición hacia las cadenas de
suministro territoriales y el consumo ético
En el Sur global, para 2021, los mercados territoriales son ya la una serie de
norma para muchos productores y consumidores en pequeña escala. tendencias
Aunque adoptan diversas formas, rara vez están dominados por
convergentes
actores corporativos globales, y un nicho pequeño pero creciente
son los mercados intencionalmente agroecológicos, es decir,
ofrece
caracterizados por conexiones más estrechas con los consumidores, oportunidades
cadenas de suministro más cortas (con menos intermediarios) y sin precedentes
una colaboración basada en un compromiso común a favor de la para relocalizar
sustentabilidad y la equidad (FAO e INRA, 2018). Mientras tanto, los y rediseñar las
sistemas de compras públicas (tales como los servicios de comedor cadenas de
escolar) también apoyarán a los productores locales en pequeña suministro de
escala, como ya ocurre, por ejemplo, en los programas estatales de
alimentos
Brasil e India (De Schutter, 2014).
110
Recuadro 17
Mercados territoriales
Los "mercados territoriales" son "los mercados clave en los que operan los pequeños
agricultores, y en los que se alimenta la mayor parte del mundo, en zonas rurales, periurbanas y
urbanas". El término hace referencia a los alimentos producidos, procesados, comercializados
y consumidos dentro de los sistemas alimentarios locales, regionales y/o nacionales. "Pueden
ser informales, formales o de naturaleza mixta. En mayor o menor medida, todos tienen algún
tipo de vínculo con los organismos públicos correspondientes y con el Estado a través de la
recaudación de impuestos o de las inversiones públicas. Los mercados territoriales permiten
retener, redistribuir y devolver a los productores y a las economías locales una proporción
mayor de la riqueza creada", en comparación con las cadenas globales formales. También
involucran y apoyan a otros actores en pequeña escala como comerciantes, transportistas,
procesadores y cooperativas. Las mujeres son clave en los mercados territoriales.
(Ver MSC, 2016).
111
rivalizan con los Huertos de la Victoria del siglo pasado (Brimm,
2020)— siguen floreciendo y mejorando las opciones de acceso
a alimentos frescos. Para 2045, alrededor del 25% del consumo En este nuevo
mundial de ganado y de frutas y verduras procederá de hogares y contexto, las
granjas urbanas, y otro 25% de las centrales de abastos regionales46. empresas corren
el riesgo de ser
Estos avances se producen sobre el terreno gracias a los grupos de boicoteadas si no
base/comunitarios, y se ven reforzados por las batallas políticas que pueden demostrar
se libran a escala mundial. Aprovechando la agenda de resiliencia
que sus productos
posterior a la pandemia de la COVID-19, la sociedad civil trabaja
durante la década de 2020 para que se apoyen los mercados territoriales
son de origen
y se fomente el proceso político de la ONU que aspira a "conectar sustentable y de
a los pequeños agricultores con los mercados" (CSM, 2016). Los comercio justo
movimientos por la alimentación se hacen eco de esta labor en el
PMA, donde se avanza en la reorientación de las compras públicas
de ayuda alimentaria hacia una producción local y sustentable (ver
Oportunidad #8).
© Alex Hudson
112
En la década de 2020, estas tendencias convergen con una explosión
de compras éticas, orgánicas y "locales" entre las poblaciones más
ricas, basándose en las tendencias positivas de la década anterior (ver
Recuadro 18). En este nuevo contexto, las empresas corren el riesgo
de ser boicoteadas si no pueden demostrar que sus productos son de
origen sustentable y de comercio justo. En los mercados mundiales
aumenta la presión para que las multinacionales apliquen medidas
de "diligencia debida" a todos los productos agrícolas importados.
El aumento del consumismo ético y las regulaciones concomitantes
garantizan que, para 2045, hasta la mitad de la oferta de la industria
alimentaria sea de comercio justo, o al menos así lo consideran los
productores en pequeña escala47.
Recuadro 18
El auge del consumo ético
113
Entre las poblaciones más acomodadas, la tendencia a abandonar la
carne y los lácteos también sigue en aumento —aunque a un ritmo
cada vez menor— y cerca del 38% de la población de los países ricos
pasa a identificarse como vegana o vegetariana. A esto hay que añadir
que otro 50% de los ciudadanos se declaran flexitarianos, por lo que
este tipo de cambios en la dieta se producen hasta en un 80% de las
personas pertenecientes a los grupos de población (más ricos) que
antes consumían mucha carne. La reducción del consumo de carne
roja y procesada supone por sí sola un ahorro de unos 250 800 millones
de dólares al año en materia de salud a nivel mundial (Springmann
et al., 2018b).
Recuadro 19
Los vegetarianos muestran su músculo
114
La aversión a la carne de las granjas industriales refuerza la pesca y
la ganadería locales y sustentables, así como los cultivos con mayor
contenido protéico. Pero también despierta el interés del capital
riesgo por la carne de laboratorio, los sucedáneos de la carne
y los huertos hidropónicos de gran altura, ya que las empresas
emergentes predicen una reducción de los costes de producción.
Aunque los alimentos "de la placa de Petri al plato" se presentan como
soluciones limpias, "climáticamente inteligentes" y asequibles para
cubrir las proteínas y otras deficiencias nutricionales, su uniformidad
genética y los requisitos de producción de hiperesterilidad acaban Aunque los
por elevar los costes y los riesgos de enfermedades. Ante el temor a alimentos
sufrir grandes pérdidas financieras, los inversionistas y las empresas “de la placa de
emergentes presionan a los gobiernos para que concedan subsidios
Petri al plato”
y reorienten la investigación pública hacia sus problemas privados.
Al principio, algunas de las principales organizaciones ambientales
se presentan como
respaldan los nuevos alimentos, pero acaban rindiéndose ante la soluciones limpias,
oposición generalizada de los consumidores. Los defensores de “climáticamente
la salud contrarios a los alimentos ultraprocesados, los grupos de inteligentes” y
defensa de los derechos laborales, los pescadores a pequeña escala, asequibles, su
los acuicultores, los pastores, los ganaderos y los defensores de las uniformidad
dietas (convencionales) basadas en alimentos vegetales advierten genética y los
de los peligros de poner el suministro de alimentos del futuro en
requisitos de
manos de unos pocos agronegocios y gigantes tecnológicos. Como
resultado de esta campaña intersectorial, la sociedad civil logra
producción de
impedir la introducción masiva de nuevos sucedáneos de carne y de hiperesterilidad
los productos lácteos en los mercados mundiales. acaban por
elevar los costes
En todo el mundo, las políticas sobre entornos alimentarios y los riesgos de
saludables —reclamadas desde hace tiempo por los grupos de la enfermedades
sociedad civil48— se adoptan gradualmente en las décadas de 2020
y 2030, reforzando la transición hacia la compra de alimentos
saludables, sustentables y éticos. Con el tiempo, estas medidas se
traducen en cambios significativos en la planificación urbana y las
normas de comercialización, la zonificación, la concesión de licencias,
las compras públicas y otras políticas que influyen en la dieta de las
personas y en las opciones que se ponen a su disposición.
115
Junto con las campañas de educación pública dirigidas por la sociedad
civil, estos esfuerzos fomentan una mayor sensibilización pública
y un mayor interés por los alimentos producidos de forma local,
sustentable y ética, lo que repercute en todo el sistema alimentario.
116
Trayecto 2
Transformar las estructuras de gobierno
La Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de la ONU de 2021 lanza
un "cisne gris" a las OSC. Los controvertidos orígenes de la Cumbre,
combinados con la pandemia, no solo hacen que las organizaciones
de la sociedad civil cuestionen el proceso, sino que además desconfíen
de los resultados de un evento (potencialmente) virtual. La Cumbre
es solo una de las piezas del rompecabezas de la toma de control de
las corporaciones sobre la agenda multilateral. Tras sus respectivos
75 aniversarios, la ONU y las instituciones de Bretton Woods están
siendo sometidas a un profundo cuestionamiento y potencialmente
restructuradas en un nuevo sistema gobernado —en apariencia— por
los Estados, el sector privado y la sociedad civil, pero que en realidad
funciona bajo un nuevo bilateralismo estatal-corporativo.
117
Con el tiempo, las tensiones van y vienen entre las OSC comprometidas
a trabajar con los gobiernos y las instituciones intergubernamentales, y
otros movimientos sociales que representan a las poblaciones afectadas
junto con las ONG aliadas, que abogan por sus propias formas de
gobernanza y reivindican cambios más profundos. Los espacios
multinivel e intersectoriales hacen posible, en gran parte (aunque no
siempre), que los actores internos y externos del Movimiento de largo
plazo por la alimentación coordinen sus estrategias.
OPORTUNIDAD #4
Revisar, reformar y reconfigurar los organismos
agroalimentarios de la ONU
118
que se comprometían a estrechar la cooperación y a sentar las bases
para la celebración de una Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios en
2021, lo que, según las OSC, supondría la primera cumbre convocada
por el sector privado (ver Recuadro 20). La noticia se produjo poco
después de las propuestas de reunificar los 15 centros del Grupo
Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR, por
sus siglas en inglés) en una sola entidad jurídica (ver Recuadro 21), lo
que supone, de facto, la mayor toma de poder sobre bienes públicos
agrícolas a escala internacional de la historia.
Recuadro 20
La Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios: ¿una toma de
poder hostil de la gobernanza de los sistemas alimentarios?
119
A pesar de todas las deficiencias de las instituciones multilaterales, las
OSC están unidas en su decisión de evitar que la ONU y sus organismos
con sede en Roma caigan en manos de las empresas, y buena muestra
de ello son las movilizaciones en torno a la Cumbre sobre los Sistemas
Alimentarios de la ONU de 2021. En un principio, las OSC se ven las OSC están
desconcertadas por este "cisne gris" que surge del corazón mismo de la unidas en su
gobernanza mundial. Pero rápidamente se reagrupan, apoyándose en decisión de evitar
décadas de incansable movilización "interna y externa", y consiguen
que la ONU y sus
poner en cuestión el propósito de la Cumbre y reducir algunas de
sus ambiciones. En los años siguientes, la sociedad civil aprovecha
organismos con
el vacío posterior a la Cumbre para presionar a favor de sus propias sede en Roma
reformas de gobernanza. El caso de la Cumbre sobre los Sistemas caigan en manos
Alimentarios es un claro recordatorio del problemático legado de de las empresas
la Conferencia Mundial de la Alimentación de 1974: la división de
las funciones de gobernanza del sistema alimentario entre varios
organismos. El Movimiento de largo plazo por la alimentación aboga
por "RBA 3.0", es decir, por la restructuración y la reunificación de
los organismos de la ONU con sede en Roma, junto con medidas
para vincular los diferentes niveles de gobernanza (en torno a las
conferencias regionales del CSA) y promover una toma de decisiones
más participativa.
120
organismos. Tras los debates que se iniciaron en torno a la Cumbre,
las OSC trabajan con algunos gobiernos y otras organizaciones
para retroceder la toma de control de los 15 centros del CGIAR y
la consiguiente apropiación de los bienes públicos de investigación
agrícola (ver Recuadro 21).
121
Para la década de 2030 (si no antes), estos acontecimientos han
sentado las bases para los cambios de gobernanza mundial más
importantes desde la reactivación del CSA en 2009. Las reformas
resultantes reunifican los tres organismos de la ONU con sede en
Roma bajo el paraguas de un Comité de Seguridad Alimentaria
Mundial (CSA) rejuvenecido y altamente incluyente, que actúa como
órgano de gobierno de facto. Asimismo, vuelven a alinear el CGIAR
con las demás agencias, haciendo que en la práctica pase a ser el
cuarto organismo de la ONU con sede en Roma y convirtiendo sus
centros en el sistema de investigación regional de los RBA 3.052. Y lo
que es más importante, la formulación de políticas se descentraliza
y democratiza a través de los nuevos foros regionales del CSA, que
facilitan el diálogo “desde la base hasta Roma”53; se reactivan los
grupos de trabajo interinstitucionales y no jerárquicos; se generalizan
los procesos de reflexión compartida; y se establece un Consejo
Digital de la ONU para la Alimentación y la Agricultura en el marco
del "Nuevo Foro Romano"54.
122
Recuadro 21
Sometimiento de los centros internacionales
de investigación agrícola
123
OPORTUNIDAD #5
Acabar con la impunidad corporativa
y sus remiendos tecnológicos
124
del Nuevo Movimiento Brandeis en Europa y Norteamérica (Khan,
2018).
125
y Estados de los acuerdos comerciales, están pidiendo una mayor
transparencia en los diversos foros que rigen las inversiones extranjeras
y siguen avanzando en sus campañas contra los derechos de propiedad
intelectual.
Recuadro 22
Cómo desafiar al poder empresarial:
diversas tácticas para el cambio
Aunque el Consejo de Derechos Humanos parece ser el que desarrolla las negociaciones más
amplias en relación con todos los aspectos de la impunidad corporativa, la sociedad civil no
puede permitirse apostarlo todo a una carta. Existen al menos otras ocho vías —algunas ya han
sido analizadas en detalle anteriormente— desde las que los movimientos por la alimentación
y otros aliados podrían desafiar el poder corporativo:
2. Acuerdo global sobre fiscalidad: Muchos gobiernos nacionales, así como la UE y la OCDE,
están estudiando nuevas leyes y tratados que impidan los paraísos fiscales y garanticen unos
niveles de imposición justos y más exhaustivos. La nueva administración de Estados Unidos ha
126
transmitido a la UE y a la OCDE su voluntad de llegar a un acuerdo rápido sobre el control de
los paraísos fiscales y sobre el desarrollo de un régimen fiscal internacional para las empresas
de alta tecnología.
4. Prácticas comerciales restrictivas: Este término ha sido acuñado por la UNCTAD para englobar
una amplia gama de estrategias empresariales dudosas, tales como los precios de transferencia, los
cárteles, etc., que podrían encontrar apoyo político a nivel nacional y en la ONU.
5. Fusiones y adquisiciones: La ley modelo que contempla la UNCTAD es débil, por lo que
podría reforzarse y renegociarse. Muchos gobiernos reconocen que sus normas en materia
de fusiones y adquisiciones necesitan una actualización. También hay razones de peso para
regular las adquisiciones de empresas a nivel mundial mediante un tratado internacional.
6. Integración vertical: Si los esfuerzos por reformar la política nacional sobre competencia
o por establecer un tratado internacional sobre fusiones y adquisiciones son lentos (o los
resultados son inadecuados), puede ser más fácil cambiar la normativa o conseguir un
acuerdo internacional en torno a los riesgos que supone la integración vertical (cuando
la agroindustria asciende y/o desciende en la cadena alimentaria poniendo en peligro la
seguridad alimentaria).
127
OPORTUNIDAD #6
Adoptar un acuerdo internacional en materia de
emergencias alimentarias
128
Recuadro 23
Directrices de emergencia: el Marco de Sendai
y otros marcos mundiales
La preparación para las catástrofes ha sido, durante cierto tiempo, un tema de debate en el
seno de la FAO y el PMA. En 2015, la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del
Riesgo de Desastres (UNDRR) consiguió que 160 países aprobaran su Plan global para la
reducción del riesgo de desastres: el Marco de Sendai. En él, la UNDRR establece una serie
de prioridades, procedimientos y herramientas para prepararse ante emergencias nacionales,
pero no aborda qué políticas, protocolos o tratados normativos, de intercambio o comerciales
relevantes podrían acelerarse o suspenderse en caso de crisis. Aparte de la UNDRR, es probable
que la mayoría de los organismos y programas especializados de la ONU hayan desarrollado
algunas directrices o procesos de emergencia. Casi por definición, la CMNUCC y el PMA son
organismos creados específicamente para abordar la inseguridad alimentaria y otras crisis.
La FAO y el PMA han elaborado directrices y listas de comprobación, por ejemplo, pero,
una vez más, éstas no abordan los tratados internacionales ni las consideraciones normativas
nacionales. Se han celebrado debates informales a través de la Comisión de Recursos
Genéticos para la Alimentación y la Agricultura de la FAO y su Tratado sobre recursos
fitogenéticos (TIRFAA), estrechamente vinculado, pero esto no ha dado lugar a compromisos
internacionales.
129
Con la OMC dividida y los países con mayor vocación comercial
reorientados hacia la autosuficiencia estratégica —entre ellos la
UE, los Estados Unidos, China o Australia— finalmente el tratado se
aprueba, y algunos países y regiones optan por adjuntar protocolos
que sustituyen las normas comerciales63. La agroindustria intenta
revocar los acuerdos, pero a lo largo de la década de 2030, las OSC
convencen a los gobiernos de que la crisis es indefinida y los acuerdos
en materia de emergencias deben seguir vigentes.
OPORTUNIDAD #7
Poner en marcha políticas alimentarias,
consejos de política alimentaria y nuevas formas
de participación ciudadana
130
A lo largo de la década de 2020, las OSC de base seguirán construyendo
espacios de gobernanza democrática en el ámbito de la alimentación
en ciudades, regiones y países de todo el mundo, garantizando un
flujo constante de victorias. Gracias a que los sistemas de distribución
y compra pública recurren cada vez más al abastecimiento local y
debido al auge de las cooperativas (ver Oportunidad #3), los sistemas
alimentarios territoriales y las cadenas de suministro cortas están
echando raíces en un número creciente de ciudades, regiones y
provincias. Estos vínculos económicos ayudan a sentar las bases de
los organismos locales de gobernanza alimentaria, y viceversa.
131
Se desarrollan códigos de conducta para fomentar esfuerzos similares
en todo el mundo, aunque reconociendo al mismo tiempo que los
sistemas de gobernanza presentan diferencias según el país y la región.
132
Recuadro 24
Pensamiento multilateral: aprovechar los espacios
intergubernamentales subestimados
133
3. Corte Internacional de Justicia (CIJ): Más allá de las disputas fronterizas, la Corte
Internacional de Justicia juega un papel importante al responder a las consultas de los
organismos de la ONU sobre jurisdicción, mandato, procedimientos y demás. La Corte trata
de responder en un plazo de 12 meses y sus decisiones rara vez son ignoradas (los centros
del CGIAR propusieron una vez que la Corte asesorara sobre la propiedad intelectual de
las variedades vegetales, pero sus financiadores se opusieron). El acceso a la Corte depende
de las normas de cada organismo, y el potencial de la sociedad civil ha sido claramente
infravalorado.
4. Codex Alimentarius: Conjuntamente con la FAO y la OMS, las decisiones del Codex
—establecido en Roma— tienen peso en la OMC por tratarse de consideraciones sobre
seguridad alimentaria de amplia interpretación. Aunque es de difícil acceso para la sociedad
civil, su complejidad puede esconder oportunidades.
6.
Servicio de Enlace con las organizaciones No Gubernamentales de las Naciones
Unidas (conocido como UN-NGLS, por sus siglas en inglés): Creado por las agencias
de la ONU a mediados de la década de 1970 y con oficinas en Ginebra y Nueva York, este
pequeño organismo adolece de recursos limitados y abandono institucional. Sin embargo,
desempeñó un papel fundamental en las primeras reivindicaciones de la sociedad civil
sobre fórmulas infantiles, plaguicidas y semillas, y ha apoyado más recientemente la
campaña para establecer el Foro de la ONU sobre Ciencia, Tecnología e Innovación. Con
un apoyo estratégico, el UN-NGLS podría mejorar la eficacia de las OSC, reducir los costos
operativos y proporcionar información fundamental.
7. Fondo Común de las Naciones Unidas para los Productos Básicos: Iniciado por la
UNCTAD en los años 70, y con una amplia lucha detrás por parte de las OSC, la misión
del Fondo es ayudar a los países dependientes de la exportación de productos básicos a
diversificarse, cabe suponer que apoyando a los productores y fomentando los mercados
locales. Actualmente está muy debilitado.
134
8. Convención sobre modificación ambiental (Convención ENMOD): Ratificada por los
principales gobiernos en la década de 1970, la Convención tiene por objeto impedir la
instrumentalización del medio ambiente (es decir, la geoingeniería), aunque también se
han hecho tibios esfuerzos por ampliar su mandato a los pesticidas y los vertidos tóxicos.
Los vínculos diligentes de la Convención con la Asamblea General de la ONU y la Corte
Internacional de Justicia podrían convertirla en una opción convincente para abordar la
emergencia climática.
9. Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR):
Aunque se considera que ofrece un servicio más que una función normativa, la Oficina
podría resultar importante para trabajar con los gobiernos locales y nacionales y/o para
empujar a la CMNUCC, la FAO, etc. a adentrarse en un territorio político controvertido.
Trayecto 3
Reorientar los flujos financieros
Hasta la década de 2020, los fracasos de los sistemas alimentarios
industriales impulsan la resistencia pública y la acción gubernamental,
y el apoyo a la transformación del sistema alimentario se acelera a
pesar de la competencia y de la amenaza continua de cooptación. La
combinación de emergencias climáticas, epidemias relacionadas con
los alimentos y los riesgos y fallas tecnológicas obligan a descartar por
completo la posibilidad de encontrar nuevos recursos. Pero también
prenden la mecha y hacen que se exija con más fuerza que nunca la
reorientación de los flujos financieros existentes.
135
mejoran la salud y reducen los costes sanitarios, pero los beneficios
fiscales siguen corriendo el riesgo de convertirse en nuevas formas de
subsidio a la agroindustria y la industria alimentaria.
136
OPORTUNIDAD #8
Reorientar las líneas presupuestarias técnicas
y de Investigación y Desarrollo hacia sistemas
alimentarios sustentables
137
hacia fines realmente beneficiosos69. Si se aplicara esta lógica en todos
los países de la OCDE, se podrían reasignar hasta 10 000 millones de
dólares de ayuda bilateral hacia sistemas alimentarios sustentables.
© Jen Theodore
138
Tras evitar que las corporaciones y los filantrocapitalistas se hicieran
con el control de los centros de investigación agrícola mundiales
en la década de 2020 (el "CGIAR", ver Trayecto 2), la sociedad civil
convence a los gobiernos afines para que utilicen su influencia —
como principales contribuyentes a su presupuesto— para realinear
la programación del CGIAR con la agenda agroecológica que han
adoptado en sus propias iniciativas de ayuda bilateral. La sociedad civil
también se suma a los esfuerzos de aquellos que abogan por reducir
costes dentro de la organización. Juntos contribuyen a transferir
parte de los gastos administrativos del CGIAR —que según afirman
ascienden al 40% de su presupuesto— a fondos para proyectos. Estas
medidas consiguen situar al menos la mitad del presupuesto (425
millones de dólares) en el lugar correcto.
139
de los mercados territoriales. Los ministerios de defensa también
acceden a contratar a productores campesinos agroecológicos para
alimentar al personal militar.
OPORTUNIDAD #9
Reformar los subsidios a los principales
productos básicos
140
civil se arma de argumentos para presentar los grandes subsidios a
los productos básicos como una amenaza para el agricultor/pescador
medio (mediante el dumping de productos baratos subvencionados
en los mercados mundiales) y una ventaja para las multinacionales
de la agroindustria. Los consumidores, que ahora son capaces de
reconocer a estos beneficiarios como "A-Corps" (ver Trayecto 1),
también asimilan la idea.
© UN Women
141
A continuación, se recortan los subsidios a las plantaciones de cacao,
azúcar y aceite de palma. Las ayudas a los criaderos industriales75,
cuestionadas desde principios de la década, pasan directamente al
punto de mira gracias a las incansables campañas de la sociedad
civil. La crisis de la COVID-19 promueve una mayor concienciación
pública sobre las condiciones de trabajo inseguras en las cadenas
de suministro de carne y pescado, y aumenta la presión sobre los
consumidores.
142
tendencias se ven reforzadas por la transición acelerada del PMA
hacia la contratación local sustentable (ver Oportunidad #8).
143
OPORTUNIDAD #10
Gravar la comida chatarra y terminar con la evasión
de impuestos de las empresas
144
Aprovechando la ventaja de ser los primeros en actuar, los movimientos
por la alimentación consiguen enfrentarse a la dura competencia y
reclaman aproximadamente la mitad de los nuevos impuestos para
invertirlos en sistemas alimentarios sustentables y saludables. La
sociedad civil, consciente del riesgo de que se produzcan retrocesos
en las políticas, dedica grandes esfuerzos a la lucha por la reinversión
de los ingresos, y defiende con firmeza los planes integrales de
prevención en materia de salud pública con participación de las
organizaciones comunitarias de base78.
145
Recuadro 25
Evasión de impuestos del sector agroalimentario
Escándalos recientes han revelado que las multinacionales agroalimentarias no tienen reparos en
utilizar una amplia variedad de técnicas de evasión fiscal para proteger sus beneficios. Por ejemplo:
•A
raíz de una investigación realizada en 2011, se destapó que determinados comerciantes
mundiales de cereales como Cargill y Bunge "triangulaban" sus exportaciones utilizando
empresas ficticias en terceros países para evitar millones de dólares de impuestos en
Argentina (Associated Press, 2011);
•M
HP, uno de los mayores productores avícolas de Europa, consiguió eludir la totalidad del
impuesto sobre la renta correspondiente a sus 3000 millones de dólares de beneficios anuales
gracias a las devoluciones de impuestos en su país de origen (Ucrania) y a la ubicación
de su empresa matriz en paraísos fiscales (primero Luxemburgo y luego Chipre) (Counter
Balance, 2020);
•L
a multinacional con sede en India Karuturi Global, el mayor productor de rosas cortadas
del mundo, utilizó precios de transferencia indebidos para evitar pagar al gobierno de Kenia
alrededor de 11 millones de dólares en concepto de impuesto sobre las sociedades (Tax
Justice Network, 2013);
•L
os agronegocios y los narcotraficantes utilizan habitualmente el blanqueo de dinero y otras
estrategias de evasión fiscal en Brasil, Colombia, México, Guatemala y Estados Unidos. Se
suele conocer como la Paper Cow Strategy o estrategia de la "vaca de papel", y consiste en
comprar y vender ganado ficticio, pudiendo incluso exportarlo internacionalmente. En un
caso, se llegó a vender y sacrificar en repetidas ocasiones un mismo rebaño de 450 000 reses
(De Sanctis, 2017).
146
La incipiente escisión entre las "A-corps", las "B-corps" y las "C-corps"
(ver Trayecto 1) convence a algunas empresas de mejorar su
transparencia fiscal en aras de darle un nuevo brillo a sus credenciales
éticas en el lugar donde operan. A finales de la década de 2020, la
resistencia de las empresas y los cambios políticos siguen retrasando
el endurecimiento del impuesto sobre las sociedades, o bien diluyendo
el impacto de las medidas tras su adopción. Cuando se producen
verdaderos avances, éstos desencadenan círculos virtuosos: aportan Los movimientos
nuevos ingresos a las arcas públicas y limitan el poder de las empresas por la
para ejercer presión y corromper a los gobiernos. alimentación
se dedican
Paralelamente, los movimientos por la alimentación se dedican a
a elaborar
elaborar estrategias más amplias para "desfinancializar" el sistema
alimentario. Para ello, tienden puentes cada vez más sólidos con los
estrategias más
movimientos por la justicia financiera y económica. En las décadas amplias para
de 2020 y 2030, los movimientos por la alimentación se encuentran “desfinancializar”
entre los más acérrimos defensores de las tasas a las transacciones el sistema
transfronterizas y exigen la adopción de medidas enérgicas contra las alimentario
inversiones especulativas en materias primas, la inversión financiera
en fondos de renta variable que contribuyen a la concentración
empresarial, y los flujos de inversión extranjera directa perjudiciales,
incluida la inversión de fondos de cobertura privados y de fondos
de pensiones en tierras de cultivo (Morril, 2019). Estas estrategias
demuestran ser fundamentales para acelerar la reforma de los
sistemas alimentarios.
Recuadro 26
Enfoques de financiación alternativos
En todo el mundo, una serie de enfoques de financiación alternativos están ayudando a conseguir
créditos y recursos para la agricultura sustentable (normalmente, en pequeña escala) y liberando
a los agricultores de las restricciones que conllevan las opciones de financiación convencionales:
•A
gricultura sostenida por la comunidad (CSA, por sus siglas en inglés): A veces también
conocidas como "cultivos compartidos", las iniciativas de CSA permiten a los consumidores
abonarse a la cosecha de una determinada granja o grupo de granjas. Aunque hay una gran
diversidad de modalidades de acuerdos entre los más de 3 millones de grupos de CSA que
147
existen en todo el mundo, los pagos de las cuotas por los alimentos que se irán obteniendo
se suelen realizar varios meses antes del comienzo de la temporada agrícola, con el objetivo
de mejorar el flujo de caja del agricultor y compartir el riesgo. El enfoque en la agricultura
orgánica es el habitual, tal y como se ilustra en la visión de la Alianza de CSA de África
Oriental, que persigue "mejorar la productividad, la seguridad alimentaria, la rentabilidad
de las explotaciones y los sistemas agrícolas sustentables" (FAO, s.f.).
•F
ideicomisos de tierras: Los fideicomisos de tierras tienen como objetivo eliminar las
barreras de acceso a las tierras agrícolas, que suelen afectar especialmente a los agricultores
nuevos, jóvenes e inmigrantes. Los fideicomisos de tierras reciben en donación, compran,
mantienen en propiedad y protegen tierras que pueden ponerse a disposición de los
agricultores mediante diferentes acuerdos. Algunas organizaciones, como el Agrarian
Trust de Estados Unidos, exigen a los agricultores en régimen de fideicomiso que apliquen
prácticas orgánicas.
•F
inanciación social: La financiación social explota capital privado para obtener resultados
sociales y medioambientales, también en el marco de iniciativas de agricultura sustentable.
La sociedad civil se ha mostrado crítica con la financiación social, y los beneficios (o
inconvenientes) que este enfoque pueda aportar a las iniciativas del movimiento por la
alimentación suelen depender de los detalles de cada caso, como, por ejemplo, los aspectos
relacionados con las garantías, los tipos de interés y las normas de sustentabilidad.
tros enfoques emergentes son el dinero lento, las finanzas no extractivas y las cooperativas
•O
de trabajadores y comunitarias.
148
Recuadro 27
¿Más que la suma de las partes? Cálculo de beneficios
financieros que reportaría un Movimiento de largo plazo
por la alimentación
Calcular los beneficios financieros acumulativos que un Movimiento de largo plazo por
la alimentación podría aportar a las personas y/o el planeta puede parecer una empresa
descabellada. Para empezar, convencer a los gobiernos para que pongan fin a los subsidios
a la agroindustria, graven la comida chatarra o eliminen los paraísos fiscales no garantiza
que el dinero vaya a acabar destinándose a fines sustentables. Que el gasto público "negativo"
de hoy pueda pasar a la columna de "positivo" el día de mañana depende de la presión que
sea capaz de ejercer la sociedad civil a través del cabildeo, de su capacidad para mantener el
rumbo y controlar los resultados, y de muchos otros factores. El hecho de que, con el tiempo
y si funcionan, los impuestos a la comida chatarra terminen por conducir a una disminución
del consumo de comida chatarra (y, en consecuencia, de los ingresos fiscales) complica aún
más las cosas. Por otro lado, la ayuda al desarrollo en el extranjero (también conocida como
"reparaciones") seguirá fluyendo en las próximas décadas. Sin embargo, es probable que
cualquier aumento real de las transferencias totales del Norte al Sur globales se produzca en
forma de inversiones en "bienes públicos globales" más que en ayuda propiamente dicha, con
implicaciones (en términos de transferencias económicas totales y de sustentabilidad) difíciles
de predecir. Del mismo modo, la eliminación de los paraísos fiscales y la restructuración
de las relaciones fiscales entre los países están plagadas de "humo y espejos", y no ofrecen
ninguna garantía de equidad.
os 41 000 millones de dólares que actualmente se destinan al gasto anual del sector público
•L
en apoyo a los organismos de la ONU con sede en Roma (incluido el CGIAR), la asistencia
internacional para la agricultura y el desarrollo rural y la I+D agrícola del sector público
podrían, de aquí a 2045, transferirse de actividades contraproducentes o que suponen un
despilfarro administrativo a otros objetivos mejores.
os gobiernos también podrían recuperar un total de 1,1 billones de dólares del gasto anual
•L
actual si se decreta un superimpuesto del 25% a la industria mundial de alimentos y bebidas
chatarra y una reducción del 75% de los subsidios a la agroindustria.
149
or último, una reducción masiva de 3 billones de dólares en los daños anuales a la salud
•P
y al medio ambiente derivados del desperdicio y el sobreconsumo de alimentos en las
sociedades ricas no solo sería una enorme ayuda para las personas y el planeta, sino que
dotaría a todos los niveles de gobierno de una mayor flexibilidad financiera. Esta estimación
parte de un descenso del 85% en el sobreconsumo, y de solo un 80% en otras pérdidas de
alimentos (que serán más difíciles de controlar debido a la crisis climática).
En resumen, cabría esperar que el Movimiento de largo plazo por la alimentación genere
grandes beneficios para los proveedores de alimentos en pequeña escala y los pueblos
marginados, y que reduzca, al mismo tiempo, los daños globales a la salud y al medio ambiente,
lo que representaría en conjunto un valor total de más de 4,1 billones de dólares. En términos
más generales, estos cambios financieros tendrán un impacto incalculable sobre el respeto de
los límites planetarios (especialmente los relativos a biodiversidad, suelo y agua), y reducirán
las emisiones de GEI de la agricultura industrial en al menos un 75% (lo que supone una
reducción de las emisiones totales mundiales en un 23-35%).
150
Trayecto 4
Repensar las modalidades de colaboración
de la sociedad civil
Para transformar la gobernanza, redirigir los flujos financieros y
avanzar hacia sistemas alimentarios alternativos, la sociedad civil debe
actuar de forma más colaborativa que nunca. Pero el camino de 2021
a 2045 está plagado de obstáculos, estrategias políticas y desvíos. Las
rivalidades históricas, las prioridades divergentes y la competencia
por la financiación siguen a la orden del día. Sin embargo, existen ya
numerosos procesos colaborativos exitosos que marcan el rumbo y están
contribuyendo a superar algunos de estos desafíos.
151
ven obligados a negociar con ella, convertida en una tercera fuerza de
pleno derecho en la década de 2030. Y que en 2040 es, además, una
aliada fundamental de la buena gobernanza y una eficiente enemiga del
capital internacional. En algunos países, los gobiernos institucionalizan
el apoyo a las OSC (similar a las ventajas fiscales de las que ya gozan
las organizaciones en algunos países actualmente). La gobernanza con
la sociedad civil se convierte en la norma. A medida que se produce esta
institucionalización, algunos grupos toman distancia para garantizarse
la posibilidad de desarrollar una agenda más autónoma. El Movimiento
de largo plazo por la alimentación mantiene una tensión dinámica
entre los vínculos institucionales y un tipo de organización más radical.
OPORTUNIDAD #11
Generalizar la colaboración intersectorial
152
Con el futuro de la gobernanza mundial en juego, la Cumbre sobre
los Sistemas Alimentarios de 2021 acelera las convergencias de la
sociedad civil84. El Foro Social Mundial temático de 2021 se convierte
también en una nueva oportunidad de colaboración. En ambos casos,
los movimientos por la alimentación trabajan conjuntamente con
otros movimientos sociales para impulsar mensajes clave relacionados
con la importancia de la gobernanza participativa y la incipiente toma
de control de los sistemas multilaterales por parte de las empresas. En
paralelo a la digitalización de los sistemas alimentarios, los activistas
de la alimentación aprenden de las luchas de los activistas de la
justicia digital y viceversa, además de multiplicar sus alianzas con
los movimientos de justicia climática y ambiental.
153
años a nivel regional y mundial, y se celebran de forma consecutiva El Movimiento de
o sustituyen a las conferencias periódicas de financiadores y redes. largo plazo por
En ellas se intercambian ideas, se monitorizan progresos, se adoptan
la alimentación
compromisos con los responsables políticos y las secretarías, y se
actualizan las estrategias, incluidas las colaboraciones con otros
trabaja para
sectores de las OSC. Todas incluyen modalidades de participación dar respuesta a
virtual seguras, multilingües y eficaces destinadas a superar las problemáticas de
barreras de un mundo marcado por la vigilancia digital, los cierres poder y privilegio
por pandemia y los viajes con limitaciones de carbono. relacionadas
con la raza, la
Pero los avances siguen siendo frágiles. Todavía existen tensiones clase, el género
entre la adopción de medidas de supervivencia de emergencia (ante
y otras formas
la multiplicación de las crisis) y la apuesta por estrategias de más
largo plazo. La colaboración transversal dentro de los movimientos
de opresión
por la alimentación y entre ellos conlleva costos operativos, lo que que abundan
suscita inquietud ante una posible ventaja comparativa para las dentro de los
OSC con más recursos y más cercanas al poder. Incluso cuando la movimientos, así
colaboración tiene éxito, los esfuerzos para coordinar y sacar partido como para lidiar
de las reuniones nacionales e internacionales ya financiadas siguen con acusadas
requiriendo un trabajo considerable de planificación y organización. diferencias
El cambio a procesos de gobernanza "multilaterales" y virtuales, en
políticas y
contraste a las negociaciones en persona, plantea nuevas dificultades
ligadas a generación de confianza. Para 2045 se han logrado avances
tácticas
significativos, pero la búsqueda de una colaboración más estrecha
sigue siendo un trabajo en curso, sujeto a constantes negociaciones.
154
OPORTUNIDAD #12
Desarrollar nuevas herramientas para bloquear
las cadenas corporativas de productos básicos e
infiltrarse en las negociaciones a puerta cerrada
155
trabajo infantil y esclavo, así como para garantizar mejores precios y
salarios dignos, y luchar contra los reemplazos sintéticos. Los éxitos
conseguidos animan a productores y trabajadores a solventar sus
diferencias históricas.
156
OPORTUNIDAD #13
Crear nuevas asociaciones para financiar un cuarto
de siglo de transformación del sistema alimentario
157
A lo largo de la década de 2020, los donantes bilaterales y del sector
de la filantropía pasan de las subvenciones a corto plazo por proyecto
a ciclos de financiación de cinco años, duplican su financiamiento
al menos cada 10 años y se abren a iniciativas experimentales,
especulativas, interseccionales y de preparación de cara al futuro.
Y lo más importante, se muestran dispuestos a utilizar su dinero y
su influencia para catalizar cambios más grandes en los ámbitos
financiero y político. Estos esfuerzos juegan un papel esencial en la
consolidación de las acciones de la sociedad civil descritas en este
informe y, por ende, en la redirección de un volumen considerable de
recursos fuera de los sistemas alimentarios industriales (ver Recuadro
27).
A medida que surgen nuevos recursos y modalidades de
financiamiento, los movimientos por la alimentación insisten en que
se amplíe el trabajo de base y, en la medida de lo posible, que éste
reciba ayudas directas. El "escaneo de horizontes" y las actividades de
planificación a largo plazo —así como la ayuda para cubrir los costos
operativos— (de nuevo a todos los niveles) ganan apoyos. Y, aunque
la financiación de la alimentación, la agricultura y el desarrollo rural
son obviamente fundamentales para el Movimiento de largo plazo
por la alimentación, también se anima a los financiadores a apoyar el
trabajo relacionado que desarrollan los colaboradores aliados en otros
sectores. Al poner el foco en el cierre de los espacios democráticos,
la sociedad civil subraya también la necesidad de financiar a los
defensores de los derechos, los organismos de control y el periodismo
independiente.
158
Sección 5.
Conclusiones: ¿caminar a paso
lento hacia un Movimiento de
largo plazo por la alimentación?
Si comparamos el escenario optimista de la Sección 4 con las líneas de tendencia pesimistas
de los "agronegocios como siempre" de la Sección 3, queda claro que la situación podría
evolucionar hacia cualquiera de las dos direcciones. Y, probablemente, lo hará en ambos
sentidos, al menos durante los primeros años. En este contexto, las organizaciones de la
sociedad civil se enfrentarán a una serie de decisiones difíciles.
159
Los recursos legales son también un arma de doble filo, ya que ofrecen la posibilidad de cambiar
las reglas del juego, pero también conllevan el riesgo de meterse en honduras que impliquen la
pérdida de ingentes cantidades de tiempo y dinero.
En cuarto lugar, varias de las estrategias destacadas están expuestas a riesgo de cooptación.
El trabajo en los mercados territoriales, por ejemplo, podría acabar bajo el control de
corporaciones globales. La cerveza es un buen ejemplo a modo de advertencia. Tres empresas
cerveceras globales se han hecho con el control de las empresas comerciales y las ventas de
cerveza de todo el mundo, incluyendo cientos de las denominadas "cervecerías artesanales",
que muchos consumidores confunden con empresas locales. Las definiciones de soluciones
"agroecológicas", "regenerativas", "de comercio justo", "climáticamente inteligentes" y "basadas
en la naturaleza" también se exponen a un riesgo permanente de cooptación y manipulación.
Frente a la disminución de su cuota de mercado, los principales actores siempre pueden desplegar
ingentes presupuestos de marketing y cabildeo para manipular las marcas, la publicidad,
las normativas y las ordenanzas locales a favor de sus intereses. Otra táctica consiste en la
cooptación de la propia sociedad civil. A medida que las OSC se involucran en los procesos de
gobernanza mundial, existe el peligro permanente de que se construyan apresuradas alianzas
de arriba abajo entre gobiernos y organismos de la ONU con una sociedad civil impostada
(por ejemplo, la Alianza de Acción Alimentaria del Foro Económico Mundial) (FEM, 2020),
mientras que los auténticos movimientos sociales se limitan a defender el papel y los espacios
que ya ocupan en lugar de ejercer la influencia que les corresponde. Pero aún así, si asumimos
que el riesgo de cooptación estará siempre presente, la solución pasa necesariamente por
arriesgar.
160
En quinto lugar, aunque se ejecuten con la máxima celeridad, incluso estas estrategias
pueden resultar insuficientes para devolver a la humanidad a un espacio operativo seguro.
Las emisiones de gases con efecto de invernadero tendrían que reducirse en un 7,6% anual
desde ahora hasta 2030 para evitar que las temperaturas aumenten más de 1,5°C (ONU
Medio Ambiente, 2019), y para mantenernos por debajo de un aumento de 2°C, las empresas
energéticas tendrían que reducir su producción en un tercio antes de 2040. En este contexto,
es comprensible que las OSC decidan dirigir parte de sus recursos a las luchas de primera línea
por la supervivencia y como respuesta a las crisis.
En sexto lugar, un Movimiento de largo plazo por la alimentación podría verse arrastrado a
las guerras culturales. La infame "doctrina Breitbart" —según la cual la política se encuentra
corriente abajo de la cultura— constituyó un fenómeno que los nacionalistas autoritarios de
las últimas décadas se tomaron muy en serio, instrumentalizando las emociones culturales
mediante una híper-persuasión selectiva (ver Tendencia 3) dirigido a transformar el entorno
político, especialmente en Norteamérica. Los movimientos por la alimentación actuales, con
una tradición de varias décadas de proyectos contraculturales y culturas centenarias de los
pueblos rurales y obreros, han alcanzado ahora la madurez suficiente como para que los actores
corporativos y políticos los exploten. Los actores que disponen de medios digitales consiguen
fabricar subculturas instantáneas para socavar la organización política mediante la activación
y la explotación de las emociones culturales que rodean a la comida y la alimentación86.
A pesar de estos riesgos e incertidumbres, los argumentos a favor de Un movimiento de largo
plazo por la alimentación siguen siendo convincentes. De entrada, no exige que se modifiquen
las estrategias a corto plazo para luchar contra el acaparamiento de tierras por campañas a
favor de la firma de un nuevo tratado internacional. La idea no es que todos los actores adopten
la misma posición, sino ayudarles a reconocer y acoplar sus posiciones diferenciadas en un
poderoso plan de acción hacia 2045. Un Movimiento de largo plazo por la alimentación insta a
los grupos de la sociedad civil a distribuir una serie de objetivos y acciones a lo largo de una
hoja de ruta a 25 años, adoptando una visión de conjunto a la vez que se enfrentan a campañas
de gran alcance, rupturas ambientales y sociales potencialmente rápidas y el tsunami de la
agenda corporativa.
Los flujos de trabajo colaborativos que se inician ahora podrían ayudar a evitar el sabotaje a
una COP crucial sobre el clima o la biodiversidad dentro de cinco años. Y la anticipación de
cara a los planes de expansión de una cadena de productos básicos de la agroindustria, o el
surgimiento de nuevos actores biodigitales, podría ser lo que ayude a los defensores de los
derechos a detener el acaparamiento de recursos que ya está en marcha. En las cadenas de
suministro desmaterializadas, digitalizadas e hiperconectadas del futuro próximo, los límites
entre la acción global, local y cibernética pueden volverse cada vez más difusos.
161
Además, no reaccionar ha dejado de ser una opción. Suponiendo que tan solo una pequeña
parte de la Sección 3 sea cierta, en los próximos años y décadas se incrementará la presión
para debilitar la cooperación multilateral, tal y como anuncian ya las cortinas de humo del
multilateralismo. Por otro lado, desde los procesos virtuales "Zoombies" que ha traído la
pandemia de la COVID-19 hasta la toma de facto de la economía por parte de los gigantes
de los datos, todo apunta a que podríamos estar entrando ya en una era especialmente opaca
para la influencia de la sociedad civil a nivel mundial. En los próximos años, es posible que
se entreguen más espacios, que los actores corporativos invadan cualquier hueco libre y que
incluso los espacios de gobernanza semifuncionales actuales dejen de estar disponibles.
El terreno ya está cambiando: está más que claro que 2021 representa una importante
encrucijada para los sistemas alimentarios. Ninguna de las iniciativas específicas esbozadas
anteriormente abarca por completo las oportunidades que tenemos ante nosotros. El mundo
sufre el azote de una pandemia sanitaria global que está desencadenando una crisis alimentaria,
consecuencia, al menos en parte, de la emergencia climática y ecológica y de los fracasos de
la industria (no solo de la agroindustria, sino también de la sanidad y la informática) a la
hora de reconocer o responder a los desafíos que actualmente afectan a la humanidad. En
los próximos 12 a 24 meses (dependiendo de la crisis de la COVID-19 y sus secuelas, y las
consiguientes crisis alimentaria y económica), las OSC participarán en conferencias cruciales
sobre sistemas alimentarios, nutrición, clima y biodiversidad. Todo ello tendrá como telón de
fondo los prodigios de las nuevas tecnologías y el impulso de un nuevo bilateralismo en el que
converjan empresas y gobiernos. Y, tal y como han advertido el Grupo Intergubernamental de
Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y el IPBES, es probable que lo que ocurra en esta
década sea decisivo para evitar un cambio climático galopante y frenar la sexta gran extinción.
Los costos operativos no pueden reducirse a cero, ni tampoco los riesgos de cooptación o
dominación por parte de organizaciones o actores políticos de mayor peso, pero los obstáculos
a la participación pueden abordarse directamente como parte intrínseca del proceso. Podría
decirse que el desarrollo de nuevas modalidades de colaboración (es decir, el Trayecto 4) es el
único elemento innegociable de lo expuesto anteriormente.
Faltan muchas cosas en el cuadro que hemos pintado en este informe, y los autores seguimos sin
estar satisfechos. Hemos reconocido —aunque sin darles respuesta— las amenazas crónicas del
nacionalismo xenófobo, el racismo, el patriarcado, el acaparamiento de tierras, la degradación
de los suelos, la destrucción de la biodiversidad y el colapso de los climas. Tampoco hemos
abordado toda la complejidad de las relaciones entre la sociedad civil y los gobiernos. Y, de
manera similar, el informe enfrenta a la sociedad civil con las empresas, pero toca de manera
muy superficial las formas de negocio alternativas (cooperativas, industrias propiedad de los
trabajadores, etc.) que ofrecen visiones diferentes para el futuro del sector "privado".
162
Las OSC, los movimientos sociales, los gobiernos y el sector privado pueden y deben
transformarse en las próximas décadas. Las profundas transformaciones estructurales que
necesitamos se mencionan en los trayectos, pero el tiempo, los recursos y nuestras propias
imaginaciones han limitado, hasta ahora, nuestra capacidad para explorarlas en su totalidad.
Este informe habrá fracasado si no nos obliga a todos a profundizar en nuestras capacidades
colectivas para repensar el cambio. Esperamos que los lectores se inspiren del mensaje general
del informe: que la sociedad civil dispone de un enorme potencial sin explotar para lograr
un cambio profundo y transformador, que pasa necesariamente por funcionar de manera
más organizada, proactiva y orientada al futuro.
163
Notas
1 Más del 25% del trabajo agrícola mundial lo realizan trabajadores migrantes (Bello, 2020a).
2 Campaña nacional: “Gente é pra brilhar não pra morrer de fome” (“La gente está hecha para brillar, no para morir de
hambre”).
3 Gracias a las movilizaciones en favor de la UNDROP, que finalmente dieron lugar a su adopción, se está recuperando
el término “campesino” (aunque con diferentes connotaciones en función de las diferentes partes del mundo y todavía
con matices peyorativos para algunos). En el presente informe, utilizamos esta voz de manera deliberada, tal y como lo
hacen los que empiezan a hablar también de “recampesinización” (ver, por ejemplo, van der Ploeg, 2018).
4 El informe completo del CREPPA puede consultarse en: www.ipes-food.org/pages/LongFoodMovement
5 La erosión del suelo ya está afectando a 3200 millones de personas, con el 33% de las tierras de cultivo de todo el
mundo en un estado de moderadamente a muy degradado, lo que ha provocado una caída de la productividad terrestre
a nivel mundial del 23% (ver Loconto, Jiménez y Vandecandelaere, 2018).
6 En la India, Nepal y muchos otros lugares, miles de comunidades rurales luchan por proteger los bosques (ver Agarwal,
2010b).
7 Ya son más de 2 mil millones de personas las que viven en países con un alto nivel de estrés hídrico, y cerca de 4 mil
millones de personas sufren “escasez grave de agua durante al menos un mes al año” (ver Naciones Unidas, 2019a).
8 Según se informó al Memorial de Defensores y Defensoras de los Derechos Humanos, el 40% de los defensores de los
derechos humanos asesinados en 2019 trabajaban en el ámbito de los derechos sobre la tierra, los pueblos indígenas y
el medio ambiente (Front Line Defenders, 2020).
9 Los actores no estatales más poderosos de la actualidad pueden ser fundaciones filantrópicas capitalistas,
organizaciones religiosas fundamentalistas, o incluso fuerzas armadas informales que ejercen más poder que
algunos gobiernos. Cada vez es más común que las empresas con fines comerciales creen fundaciones corporativas.
Asimismo, algunas OSC están empezando a adoptar el lenguaje (y a veces la forma de actuar) de las corporaciones
multinacionales: amplían sus plataformas intersectoriales, adquieren a su competencia, gestionan programas
multimillonarios y se asocian con gobiernos y empresas.
10 La OIT calcula que la esclavitud ha aumentado en un 18% en los últimos años. Según el Índice Global de Esclavitud,
en la actualidad existen 45 millones de personas esclavizadas. Ver: https://www.globalslaveryindex.org.
11 La creación del Foro Social Mundial (FSM) estuvo liderada por movimientos sociales como La Vía Campesina, y
ejemplificó la capacidad de la sociedad civil para auto organizarse desde el nivel local al global, y en todos los sectores
de la justicia social. El movimiento Dalit, por ejemplo, estrechó lazos con el MST (el Movimiento de los Sin Tierra de
Brasil) a través de los eventos del FSM de Porto Alegre, lo que le dotó de una mayor fuerza política en su país, como
se analiza en Smith, 2016.
12 Al igual que las leyes tienen un potencial prefigurativo en el que “las construcciones legales dan forma a nuestras
propias capacidades para imaginar posibilidades sociales o políticas”, a través del renovado CSA y el Mecanismo de
la Sociedad Civil (MSC), la sociedad civil está trabajando activamente para construir una arquitectura de gobernanza
agroalimentaria global con el potencial de impulsar la soberanía alimentaria (ver McCann, 2006).
13 De 24 corporaciones consideradas líderes sociales responsables a mediados de la década de 1980, solo tres mantenían
su configuración inicial a finales de siglo (ver Giridharadas, 2018; O’Toole, 2019).
14 The Indigenous Circle, en colaboración con el proyecto People’s Food Policy, con sede en Canadá, introdujo un
séptimo principio: “la comida es sagrada” (ver Food Secure Canada, 2015).
15 Para más información sobre la agroecología, ver FAO (s.f.); IPES-Food (s.f.).
16 En la década de 1840, se perdieron simultáneamente las cosechas de papas y centeno en Bélgica; en la década de 1880,
los cultivos de café y caña de azúcar de Java se vieron afectados por enfermedades, la peste bovina atacó al ganado, el
mercado de exportación de azúcar de la isla colapsó y Java no pudo importar arroz de sus vecinos; las langostas y la
legionaria atacan hoy los cultivos africanos.
164
17 Esto implica que la automatización se programará en la genética de los seres vivos (también para la producción de
alimentos), a los que se tratará más como máquinas biológicas e internets vivas (ver Basnet y Bang, 2018).
18 Se denomina “unicornios” a las empresas emergentes privadas valoradas en más de mil millones de dólares
estadounidenses.
19 Al parecer, Corteva Agriscience es el mayor propietario de patentes sobre la técnica genética CRISPR y sus
aplicaciones en todo el mundo. Abogan por “una amplia adopción de esta tecnología en la agricultura”. Syngenta,
Bayer y BASF también tienen importantes participaciones de propiedad intelectual en las aplicaciones agrícolas de la
edición del genoma CRISPR, ya sea en forma de licencias o de patentes.
20 Testimonios de la Red de Maíz en México, reunión vía Zoom celebrada el 6 de noviembre de 2020.
21 Durante décadas, todas las grandes empresas de comercio de productos básicos que dominan la producción, el
procesamiento, el transporte, la financiación y el comercio de alimentos han tenido su sede en Estados Unidos
o Europa. La entrada de la empresa china COFCO en el comercio mundial de productos básicos, y la anterior
adquisición de Smithfield Foods por parte del Grupo WH (antes Shuanghui) con el objetivo de ganar terreno a nivel
mundial en el procesamiento de carne, suponen un claro desafío al dominio británico-estadounidense sobre los
mercados alimentarios mundiales.
22 En Laos, un proyecto ferroviario (iniciado antes de la IFR, pero que luego se ha acogido a este plan) está acaparando
las tierras de más de 4.400 familias de agricultores, que están siendo desplazadas sin compensación alguna. Muchas
de estas familias estuvieron esperando una indemnización durante más de dos años, y algunas se vieron obligadas a
emigrar a países vecinos para encontrar trabajo tras perder sus campos y explotaciones (ver Radio Free Asia, 2019).
23 El bloque Mercosur está compuesto por Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay.
24 La producción de maíz, trigo, soya y arroz —normalmente para consumo no humano— está cada vez más
concentrada. La naturaleza del comercio mundial también ha cambiado: los productos como el aceite de palma,
los zumos de frutas y algunos productos procesados generan la expansión más rápida y el comercio de bebidas
azucaradas crece a un ritmo del 8% anual o incluso mayor. Las exportaciones tradicionales, como el trigo y el café,
crecen a un ritmo más lento, en torno al 2% anual.
25 Los principales puntos de congestión son el Canal de Panamá y el Estrecho de Malaca, ambos clave para conectar
los mercados occidentales y asiáticos, el Estrecho de Turquía (especialmente para el trigo), y otros puntos de los
Estados Unidos, Brasil y el mar Negro. Se dice que la dependencia de los estrechos turcos está aumentando debido al
crecimiento de las exportaciones de la región del mar Negro, especialmente de trigo. El mar Negro, el mar Báltico y el
Canal de Suez conectan continentes y también podrían ser puntos de congestión críticos en el futuro.
26 Anuncio de Food by Robots, “una empresa pionera que pretende crear disrupción repensando, prototipando,
diseñando y promoviendo la automatización colaborativa en el sector de la hostelería” (ver https://www.foodbyrobots.
com).
27 La avalancha de alimentos procesados de los TLC en América Latina en la década de 1990 vino acompañada de
un crecimiento constante de la obesidad en Chile, Argentina, Paraguay, México y América Central. Tendencias
mundiales del índice de masa corporal, el peso por debajo del apropiado, el sobrepeso y la obesidad de 1975 a
2016: un análisis combinado de 2.416 estudios de medición basados en la población en 128,9 millones de niños,
adolescentes y adultos (ver NCD Risk Factor Collaboration (NCD-RisC), 2017; OPS, 2019).
28 Los sucedáneos de carne son nuevos productos vegetales derivados de levaduras, bacterias o algas, modificados
genéticamente para producir compuestos que imitan el contenido proteico y otras cualidades de la carne, los
productos lácteos o los huevos mediante un proceso cerrado de fermentación industrial.
29 Impossible Foods lanzó una “hamburguesa imposible” en 2016. La hamburguesa se desarrolló con una inversión total
de 372 millones de dólares procedentes de diversas fuentes tales como Google Ventures, Bill Gates, Li Ka-shing y el
banco de inversión suizo UBS (ver Grupo ETC y Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, 2019).
30 Una de las tendencias más importantes es la de los productos “mezclados”, que los grandes envasadores de carne
fabrican mezclando carne procesada con rellenos baratos de origen vegetal para luego venderlos a un precio más
elevado a los consumidores que buscan reducir su consumo de carne.
31 Ya hay al menos 25 empresas emergentes de sucedáneos de carne que desarrollan este tipo de productos en
Estados Unidos, Europa, Israel y Japón. Lejos de suponer un desafío para la gran ganadería, estas iniciativas son
complementarias a la agroindustria.
165
32 La salud del suelo ya se ha establecido como prioridad fundamental a nivel de la UE: “La salud del suelo y la
alimentación” fue identificada por la Comisión Europea como una de las cinco misiones clave para la política de
investigación europea posterior a 2020 (ver Comisión Europea, 2021).
33 Sin que medien combustibles fósiles ni comunicaciones electrónicas, los cultivos y las especies ganaderas se han ido
transfiriendo y adaptando a lo largo y ancho de océanos y continentes de una temporada de cultivo a otra o entre
generaciones de agricultores. Históricamente —y en la actualidad— los campesinos y ganaderos han recurrido a sus
propias variedades de cultivos y razas y al intercambio de las mismas para mantener la diversidad genética y adaptarse
a las condiciones cambiantes.
34 En la actualidad, alrededor de 2000 millones de personas presentan deficiencias de micronutrientes esenciales, como
el hierro o las vitaminas, necesarios para su desarrollo y salud (Hunter et al., 2019; IPBES, 2019).
35 Aunque se suelen calificar erróneamente como descuidados o infrautilizados, estos cultivos y sus parientes silvestres
se dan con frecuencia en los huertos familiares y/o son protegidos por las comunidades para usos específicos.
36 La viabilidad económica de la agroecología en Europa está cada vez más documentada y demostrada (ver, por
ejemplo, Van der Ploeg et al., 2019).
37 Entre 2014 y 2018, el Diálogo Global sobre Agroecología de la FAO se desarrolló en dos simposios internacionales
y seis regionales, en los que participaron 170 países. A esto le siguió la Iniciativa para ampliar la escala de la
Agroecología de la FAO, cuyo objetivo era acompañar y apoyar los procesos nacionales de transición agroecológica.
38 Los 16 países de la SADC asumieron estos compromisos durante un diálogo con la FAO en 2019 (ver FAO, 2019).
39 Togo, por ejemplo, introdujo una forma de renta básica universal a mediados de 2020 en respuesta a la COVID-19.
El plan, que vincula un monedero electrónico a los teléfonos móviles de los ciudadanos, ya cuenta con 1,3 millones
de personas registradas y ha enviado dinero a 500 000 beneficiarios en la región del Gran Lomé, tan solo en Togo, la
capital (Duflo y Banerjee, 2020).
40 Los autores reconocen que la división Norte/Sur podría tener implicaciones diferentes en 2045, aunque asumen que
seguirá teniendo cierta relevancia (a la luz de las arraigadas jerarquías de poder, influencia y riqueza).
41 “Los países en desarrollo han desembolsado más de 4,2 billones de dólares solo en concepto de intereses desde 1980,
lo que supone una transferencia directa de efectivo a los grandes bancos de Nueva York y Londres que eclipsa por
completo la ayuda que recibieron durante el mismo periodo” (Hickel, 2017).
42 La reparación, antes considerada como una opción poco realista, está ganando fuerza política: se ha debatido en el
parlamento belga y algunas universidades sostienen que es la solución. Las reparaciones corporativas por los crímenes
contra la humanidad de la Segunda Guerra Mundial y las medidas de algunos gobiernos (por ejemplo, Francia) y
de museos para repatriar bienes culturales han abierto el debate. Las estimaciones de las indemnizaciones asociadas
oscilan entre varios cientos de miles de millones y varios billones de dólares.
43 Dos iniciativas legales cobran fuerza. Por un lado, desde Ecuador hasta Bangladesh, las ciudades y los gobiernos
nacionales están reivindicando los derechos legales de los ríos, las cuencas hidrográficas y los ecosistemas. Y por otro,
las demandas colectivas de comunidades y niños y niñas contra los gobiernos, acusándolos de poner en peligro sus
vidas y sus medios de subsistencia por la inacción ante la pérdida de clima y biodiversidad, empiezan a encontrar
respuestas empáticas en tribunales de todo el mundo.
44 Basado en UNDRIP y UNDROP.
45 La Convención ENMOD ha sido ratificada por la mayoría de los principales gobiernos. Cuando se invoca la ENMOD,
el Secretario General de la ONU está obligado a convocar una reunión de sus Estados miembros en los 40 días
siguientes a la presentación de una demanda. Los gobiernos ya han intentado ampliar la ENMOD para incluir en la
agenda los vertidos de residuos tóxicos y los plaguicidas, y las cuestiones relacionadas con el clima y la biodiversidad
podrían también tener cabida. Abogados y grupos de la sociedad civil han estudiado la ENMOD en los últimos años
para analizar cómo podría aplicarse en el contexto actual.
46 Esta hipótesis cuenta con que ciudades de diversas regiones del mundo hayan logrado un rápido crecimiento de la
agricultura urbana. Por ejemplo, en Cuba, la agricultura urbana (prácticamente libre de productos químicos) ha
florecido, y ahora suministra hasta el 70% de las verduras frescas en las ciudades más grandes de todo el país (ver
Altieri, 2016).
166
47 Sin embargo, investigaciones recientes advierten de que no se lleva un buen seguimiento de los intermediarios y
las granjas de comercio justo, por lo que es frecuente que se produzcan fallos y distorsiones importantes. Esto se ha
visto agravado por el hecho de que los mayores procesadores y minoristas de alimentos del mundo se han pasado al
etiquetado de comercio justo “interno”, con una transparencia aún menor y resultados más que dudosos. No obstante,
el impresionante apoyo al comercio justo es un claro indicio de que los consumidores están dispuestos a pagar más
por jugar limpio, y corresponde a la sociedad civil y a los reguladores gubernamentales exigir responsabilidades a la
agroindustria.
48 Los entornos alimentarios se mencionan en la estrategia “De la granja a la mesa” de la UE, gracias a la sensibilización
y a la labor de incidencia política de la sociedad civil.
49 B Lab concede la certificación B corporation (o B-corp) a aquellas instituciones con ánimo de lucro que han
demostrado valorar la transparencia y la responsabilidad y tener en cuenta las cuestiones sociales y ambientales en
sus negocios. En la actualidad, 3500 empresas han obtenido la certificación B-corp en unos 70 países, con ámbitos de
especialización tan diversos como los de la moda, la alimentación y las bebidas, o las finanzas. Algunos ejemplos de
empresas alimentarias con certificación B-corp son Danone, Bledina, Ben & Jerry’s, Seventh Generation y Valrhona.
50 Basado en las cifras de 2018 (ver Grupo ETC, 2019a).
51 En 2019 se celebró el aniversario de las instituciones de Bretton Woods (el FMI, el Banco Mundial y la OMC), y en
2020 el de la ONU.
52 Los comités y comisiones de la FAO (por ejemplo, sobre silvicultura, productos básicos, agricultura, pesca y recursos
genéticos para la alimentación y la agricultura) suelen reunirse cada dos años para revisar el trabajo realizado,
adoptar nuevos programas de trabajo y analizar los presupuestos, así como las resoluciones especiales. En el marco
de una fusión de los RBA 3.0, los centros del CGIAR podrían estar sujetos a supervisión por parte de los comités o
comisiones existentes más relevantes en la materia.
53 Estas orientaciones ya se sugirieron en la última evaluación del CSA (ver CSA, 2017).
54 Paralelamente a la puesta en marcha del proceso de la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de la ONU, el
gobierno alemán presentó en la FAO propuestas para crear un Consejo Digital Internacional para la Alimentación y la
Agricultura, con el fin de adelantarse a otras iniciativas de fundaciones filantrocapitalistas.
55 Estas iniciativas han reunido a proveedores de alimentos, sindicatos, científicos, ONG especializadas y académicos,
lo que ha reforzado su capacidad para influir en el Mecanismo de Facilitación de la Tecnología de la ONU y en la
plataforma de Ciencia y Tecnología para la Innovación (CTI) establecida por el Secretario General después de Río+20
(ver Grupo ETC, 2019b).
56 Existen al menos ocho instrumentos de negociación a disposición de la sociedad civil para poner freno a los
agronegocios transnacionales: el proyecto de Código de conducta de las empresas transnacionales; la Declaración
tripartita de principios sobre las empresas multinacionales y la política social de la Organización Internacional
del Trabajo; las líneas directrices de la OCDE para empresas multinacionales; el Conjunto de principios y normas
equitativos convenidos multilateralmente para el control de las prácticas comerciales restrictivas de la UNCTAD; el
proyecto de Normas sobre las responsabilidades de las empresas transnacionales y otras empresas comerciales en la
esfera de los derechos humanos; el marco de los Tratados Bilaterales de Inversión; el Pacto Mundial de las Naciones
Unidas; y los Principios rectores sobre las empresas y los derechos humanos.
57 Véanse, por ejemplo, los llamamientos a un tratado vinculante realizados por Amigos de la Tierra (Amigos de la
Tierra Internacional, 2020).
58 La Campaña mundial para acabar con la impunidad de las empresas reúne ya a más de 250 OSC nacionales e
internacionales. Al mismo tiempo, está impulsando un Tratado Internacional de los Pueblos para apoyar a los
movimientos y comunidades en su resistencia frente al poder de las empresas y aboga por un tratado vinculante
del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que regule las empresas, ponga fin a las violaciones de los derechos
humanos y garantice el acceso a la justicia de las comunidades afectadas.
59 Muchos de los procedimientos judiciales en curso contra Bayer están relacionados con los efectos sobre la salud
los productos de Monsanto, y existen demandas en distintos puntos del planeta desde Sri Lanka hasta Australia,
pasando por Francia y Estados Unidos. Algunos de estos casos han tenido un éxito extraordinario (ver, por ejemplo,
International Monsanto Tribunal, 2019; US Right to Know, 2021).
167
60Los ganadores también pueden ser perdedores. En la década de 1970, Nestlé ganó un juicio por su leche de
fórmula, pero el juicio paralelo de la opinión pública llevó a la OMS a pronunciarse en contra de este producto. Más
recientemente, Monsanto llevó a los agricultores ante los tribunales por el uso de sus semillas patentadas y salió
victorioso, pero acabó convertido en un paria mediático, y posteriormente la empresa fue adquirida por Bayer.
61 Es poco probable que las emergencias alimentarias derivadas de guerras, ocupaciones y otras situaciones de conflicto
se aborden con los protocolos aquí descritos.
62 En la práctica, esto podría significar dejar de lado todas las barreras reguladoras del mercado y de los derechos de
propiedad intelectual que dificultan a los pequeños proveedores de alimentos la reproducción, el almacenamiento,
el intercambio o la comercialización de los cultivos, el pescado y el ganado (prestando especial atención al acceso a
los mercados territoriales); suspender cualquier barrera del mercado (incluida la “personalidad” corporativa) que
ponga en peligro los bienes públicos; garantizar que las mujeres y los jóvenes tengan acceso a la tierra y a los recursos,
así como a la formación; erradicar las barreras legales o reguladoras a la diversificación de los alimentos; y facilitar
un acceso a los mercados que sea estable y equitativo, de acuerdo con los imperativos existentes en el marco de la
UNDROP.
63 En virtud de las normas comerciales vigentes y de las normas de la OMPI, el Estado puede conceder licencias
obligatorias que permiten suspender las patentes en beneficio público. Del mismo modo, los Estados pueden invocar
razones de seguridad nacional para bloquear las importaciones o exportaciones. Además, otras disposiciones del
Codex Alimentarius permiten al Estado intervenir para garantizar la seguridad pública. En la mayoría de los casos,
probablemente no sea necesario un enfrentamiento directo con la OMC u otros acuerdos de libre comercio.
64 En lugar de presentaciones o debates unilaterales, los procesos de reflexión compartida permiten que actores con
diferentes puntos de vista expongan sus argumentos y luego respondan a las preguntas del público, ya sea en una sola
reunión o en varias. Los procesos de reflexión estarían organizados por la sociedad civil y seguirían siendo “eventos
paralelos”, en la jerga de la ONU.
65 Estos procesos han logrado importantes impactos políticos, desde el Jurado de Agricultores de Mali (L’ECID) que
dinamizó un debate nacional sobre los transgénicos y retrasó su introducción en el país, hasta las comunidades
agrícolas que mantienen un registro de la asignación de recursos locales en Uganda por medio de encuestas
deliberativas (Bryant, 2009; Fishkin et al., 2017).
66 Véase la Declaración de Glasgow sobre la alimentación y el clima (IPES-Food, 2021).
67 Por ejemplo y aunque con importantes excepciones, las asignaciones federales para la investigación han sido
duramente cuestionadas por las OSC en los Estados Unidos.
68 En 2019, el PMA, con un presupuesto destinado a la adquisición pública de alimentos de 1600 millones de dólares,
solo compraba la mitad de los alimentos en el país (Supply Chain Division, 2019). El PMA se ha comprometido
a seguir mejorando esta cifra y de momento su principal obstáculo sería la oposición de un único país (Estados
Unidos), por lo que parece un objetivo bastante plausible para las campañas de la sociedad civil (Park, 2019).
69 Es algo que parece poco probable en un futuro próximo en el Reino Unido, por ejemplo, ya que lo que se esperan son
más bien recortes en materia de ayuda exterior.
70 La estimación aportada por Pardey et al. (2018) es de 38 800 millones de dólares, pero le hemos restado la parte
correspondiente a la I+D internacional (1,7%) para obtener una estimación de la I+D nacional total.
71 Suiza, Francia y Alemania son algunos de los países que apuestan cada vez más por la agroecología en sus políticas de
agrodesarrollo (Biovision, IPES-Food e IDS, 2020).
72 El Financial Times (edición estadounidense) del 17 de enero de 2021 señala que la nueva normativa de la UE exigirá,
entre otras cosas, que los fondos de pensiones apliquen criterios ESG.
73 Según la OCDE, en 2016-18, las políticas agrícolas de 53 países inyectaron un total de 705 000 millones de dólares
anuales en sus sectores agrícolas. Alrededor de tres cuartas partes de estas ayudas, 528 000 millones de dólares
al año, fueron directamente a manos de productores individuales. Los 53 países analizados representan casi tres
cuartas partes del valor añadido bruto de la industria agrícola mundial. Según nuestras estimaciones, el total de
transferencias/subsidios agrícolas directos a los productores a nivel mundial asciende a unos 700 000 millones de
dólares al año (OCDE, 2019).
74 La National Family Farm Coalition de Estados Unidos, por ejemplo, insiste en que el antídoto más eficaz contra los
subsidios —y contra el desmesurado poder de las grandes corporaciones de productos básicos— es la adopción de
normativas que garanticen precios justos a los agricultores (National Family Farm Coalition, 2020).
168
75 Por ejemplo, los fondos de la Política Agrícola Común de la UE pueden ser utilizados por los Estados miembros para
proporcionar pagos “asociados” por cabeza de ganado (ver IPES-Food, 2019).
76 Aunque representan sumas menos importantes, por lo general, los subsidios a los productos básicos en los países
del G-77 han beneficiado, de manera directa o indirecta, a los intermediarios o procesadores de productos básicos
multinacionales, por lo que redirigir estos recursos hacia las granjas sustentables en pequeña escala que abastecen los
mercados locales podría ser incluso más urgente.
77 A nivel global, las ventas de bebidas azucaradas representan unos 646 600 millones de dólares, y las de productos de
confitería y snacks la friolera de 1,2 billones de dólares (Statista, 2019).
78 Diferentes estudios han demostrado que los ingresos fiscales y el ahorro sanitario deben reinvertirse en medidas
positivas para promover dietas saludables y sustentables, a fin de garantizar un conjunto de intervenciones coherente,
eficaz y políticamente vendible (Wright, Smith y Hellowell, 2017).
79 Estimaciones extraídas de Cobham, 2019.
80 Los “precios de transferencia” hacen referencia a las prácticas que pueden utilizar las empresas multinacionales
para reducir su responsabilidad fiscal trasladando los beneficios a jurisdicciones de menor imposición, por ejemplo,
sobrefacturando las operaciones entre diferentes sucursales de la misma empresa.
81 Amazon tiene su sede en Seattle, la tercera ciudad de Estados Unidos en cuanto a población de personas sin hogar.
En 2018, Amazon tumbó una propuesta del Ayuntamiento de Seattle de establecer un impuesto a los principales
empleadores de la ciudad cuya recaudación iría destinada a las personas sin hogar. La empresa detuvo sus proyectos
de construcción y amenazó con deslocalizar parte de su mano de obra local. Consiguieron evitar el impuesto, lo que
implicó la pérdida de 53 millones de dólares al año para proyectos dirigidos a personas sin hogar. Un año después,
Amazon hizo una donación puntual de 5 millones de dólares a organizaciones benéficas para personas sin hogar.
Además, al tratarse de una empresa tecnológica, Amazon también puede reducir sus obligaciones fiscales deduciendo
gran parte de sus ingresos como créditos de I+D (ver Lobo, 2020).
82 Ver el ejemplo de Virgin Atlantic (Stupples, 2020).
83 Por ejemplo, en ámbitos como: el comercio, el clima y la alimentación; la concentración de empresas multinacionales;
los desafíos al multilateralismo; la agroecología; los consejos y coaliciones de política alimentaria; los enfoques del
tipo “Green New Deal”; la evaluación de la tecnología regional; y las convergencias más amplias de los movimientos
sociales.
84 Los miembros del Comité Internacional de Planeación para la Soberanía Alimentaria y el Mecanismo de la Sociedad
Civil están desarrollando actualmente estrategias para abordar el tema de la Cumbre.
85 La información que se transporta en las blockchains gestionadas de forma privada está restringida por las propias
corporaciones, y es vulnerable a la piratería informática (ver Bas Van Leeuwen, 2020).
86 El nacionalismo, por ejemplo, es una fuerza cultural capaz de sabotear las alianzas internacionales entre los
movimientos que luchan por la alimentación y la agricultura fuera de las fronteras. Las premisas patriarcales,
coloniales y de supremacía blanca respecto de quién goza de experticia o legitimidad dentro del sistema alimentario
pueden explotarse, de la manera más cínica, mediante propuestas de dietas y agricultura “sustentables”. Si bien las
divisiones y discrepancias de los ecologistas radicales (ya sean Vegan-warriors o defensores de la Dieta Paleo) en
torno a los valores alimentarios en nombre de la salud del planeta pueden generar a su vez brechas en las alianzas
políticas, en el caso de los comerciantes corporativos no ocurre así, ya que ellos siempre seguirán sacando beneficios y
consiguiendo victorias políticas en ambos frentes de estas luchas.
169
ANEXO 1.
Glosario de tendencias tecnológicas:
términos de interés para los
movimientos por la alimentación
Regulación génica, impulsores genéticos y agentes de alteración genética horizontal del
medioambiente (HEGAA, por sus siglas en inglés): estrategias de ingeniería genética para
eliminar las barreras reproductivas naturales y en las que nuevos rasgos manipulados se
introducen de manera activa en el ambiente para su posible propagación. Un ejemplo de ello
serían el uso de impulsores genéticos, que consiste en modificar genéticamente un organismo
para que siempre transmita un rasgo determinado a su descendencia. Los impulsores
genéticos aplicados específicamente a especies de reproducción rápida (por ejemplo, insectos
o nematodos) pueden propagarse rápidamente en la naturaleza y en los agroecosistemas,
transformando poblaciones y ecosistemas enteros. Los impulsores genéticos también pueden
utilizarse para acelerar y dirigir la reproducción agrícola. Otro ejemplo son los HEGAA, que
permiten manipular un insecto para que sea portador de un virus transgénico en el ambiente,
el cual, a su vez, altera genéticamente los organismos con los que entra en contacto.
Robótica agrícola: utilización de robots autónomos (incluidos los enjambres de robots)
en la producción agrícola, en particular en el campo para desbrozar, pulverizar productos
agroquímicos, recoger, cosechar y vigilar los cultivos.
Sensores agrícolas: utilización de la tecnología de sensores digitales en la agricultura.
Comprende el uso de pequeños sensores distribuidos y conectados por internet (es decir,
internet de las cosas) para monitorizar en tiempo real el suelo, el agua, las plagas o la salud del
ganado, entre otros parámetros.
Inteligencia artificial (IA), aprendizaje automático (Machine learning o ML) y aprendizaje
profundo (Deep learning o DL): utilización de algoritmos programados y evolucionados
para detectar patrones y hacer predicciones y tomar decisiones de diseño. En el aprendizaje
automático y el aprendizaje profundo, las computadoras utilizan circuitos electrónicos
inspirados en los circuitos neuronales del cerebro para procesar los datos y entrenar al propio
dispositivo en la búsqueda de patrones útiles para la toma de decisiones.
170
Reproducción mediante IA/Lesiones locales inducidas dirigidas a objetivos en genomas
(TILLING, por sus siglas en inglés): las TILLING son un ejemplo de cómo combinar las
antiguas técnicas de mutagénesis con las nuevas formas de secuenciación del ADN y los
macrodatos para realizar una selección rápida de las mutaciones que conducen a un fenotipo
previsto. Por lo general, los criadores genómicos están utilizando sistemas de inteligencia
artificial para determinar las mutaciones genómicas que quieren aplicar a sus variedades o
razas.
Biointeligencia y biofundiciones: La biointeligencia consiste en la recopilación a gran escala
de datos genómicos digitales para entrenar sistemas de IA y en la aplicación asociada de la
IA para diseñar nuevos sistemas de ingeniería genética (por ejemplo, mediante la biología
sintética o la edición genética). Las instalaciones que llevan a cabo el diseño y la construcción
automatizados de nuevos organismos sintéticos suelen denominarse "biofundiciones".
Cadena de bloques o blockchain, criptomonedas y contratos inteligentes: Una cadena de
bloques es un libro de contabilidad digital o registro de operaciones que existe y se modifica
simultáneamente en múltiples computadoras conectadas en red, como medio para realizar
transacciones digitales automatizadas "de confianza". Aunque tiene muchas otras aplicaciones,
la cadena de bloques se conoce principalmente por ser la tecnología con la que funcionan las
criptomonedas: fichas digitales, registradas en la cadena de bloques, que pueden intercambiarse
directamente entre individuos sin que una institución intermedia de confianza verifique la
transacción, imitando así el intercambio de moneda física entre individuos. Los contratos
inteligentes son programas cortos codificados en la cadena de bloques que permiten a los
dispositivos automatizados intercambiar criptodivisas o realizar otras transacciones entre
ellos bajo condiciones acordadas, de nuevo sin intermediación humana.
Agricultura celular y cultivos de raíces peludas: la agricultura celular es el intento de cultivar
ingredientes alimentarios de alto valor mediante cultivos celulares enfocados principalmente
a las células madre. La mayoría de los esfuerzos se dedican a la "carne in vitro" cultivada
en laboratorio y otras proteínas artificiales sustitutivas de las proteínas animales, pero la
tecnología también se utiliza para cultivar células vegetales, como las de las bayas, como fuente
alimentaria. Los cultivos celulares se prestan a nuevos enfoques de ingeniería genética, como
los "cultivos de raíces peludas", en los que una célula de la raíz se infecta con una bacteria del
suelo, modificada o no, y se cultiva para producir sabores, aromas y compuestos alimentarios.
Síntesis orgánica asistida por computadora (CAOS): los químicos están aplicando programas
de CAOS al diseño de compuestos sintéticos. En este enfoque, el aprendizaje automático y el
software de computación de macrodatos sugieren nuevas rutas de procesamiento químico
para transformar sustancias de ingredientes más baratos en compuestos de alto valor, incluidos
alimentos.
171
Genómica ambiental, metagenómica, microbios y microbioma: el microbioma es el conjunto
de microbios que convive en un entorno específico. Independientemente de si se trata de los
microbios del suelo de un campo o los que están presentes en la piel, los órganos y las cavidades
del cuerpo humano, estos microbios regulan gran parte de las funciones esenciales tanto en la
agricultura como en el cuerpo, y la alteración del microbioma puede desencadenar cambios en
los resultados sanitarios y agrícolas. El auge de la metagenómica —que secuencia la genética de
poblaciones microbianas enteras y luego las reconstruye digitalmente mediante herramientas
bioinformáticas y estudia sus interacciones, funciones y relaciones— ha permitido a los
científicos describir cómo se construyen determinadas comunidades microbianas específicas y
proponer la alteración del microbioma a diferentes niveles de intervención, también mediante
nuevos "microbios" modificados genéticamente. La genómica ambiental utiliza todos los
niveles de datos sobre la biodiversidad (datos genómicos y ambientales combinados) para
diseñar nuevos organismos modificados e intervenciones para la agricultura específicamente
adaptados a cada localización.
Inteligencia artificial explicable (XAI): hace referencia a métodos y técnicas en la aplicación
de tecnología de inteligencia artificial (IA) que posibilitan que el razonamiento subyacente a
los resultados del proceso sea comprensible para los humanos. Contrasta con el concepto de
la "caja negra" asociado al aprendizaje automático (machine learning), en el que incluso los
propios diseñadores son incapaces de explicar por qué la IA llega a una decisión determinada.
Fintech: voz resultante de la expresión "tecnología financiera", se refiere al sector tecnológico
que aplica nuevos programas informáticos, dispositivos, aplicaciones y procesos a los asuntos
financieros. La fintech incluye las criptomonedas, los préstamos y operaciones digitales, los
libros de contabilidad digital o la inversión y el comercio automatizados, entre otras actividades.
Impresoras de alimentos y bioimpresión: una impresora de alimentos es un dispositivo que
construye un alimento procesado acabado capa a capa mediante técnicas de fabricación aditiva,
como boquillas de pulverización o impresión 3D. Las bioimpresoras fabrican estructuras
similares a tejidos que imitan a los naturales, por ejemplo, pueden imprimir cultivos celulares
artificiales con un entramado al que incorporan nutrientes añadidos para crear carnes
artificiales.
Escáneres de alimentos: se trata de dispositivos que utilizan la tecnología de escaneo óptico
y la IA para ofrecer un análisis en tiempo real de los nutrientes que contiene un alimento, así
como los alérgenos, las toxinas, etc.
172
Edición genética (o genómica) y repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente
espaciadas o CRISPR: las técnicas de edición genética, como por ejemplo, CRISPR CAS9,
TALENS, o la "edición primaria", son enfoques de ingeniería genética que modifican el
ADN de un organismo de manera que la modificación se convierta en un rasgo hereditario.
Las técnicas de edición genética utilizan enzimas dirigidas que cortan y luego eliminan o
sustituyen pequeños segmentos de la molécula de ADN a un ritmo de desarrollo más rápido
que los antiguos enfoques "transgénicos", más lentos y menos dirigidos. Es posible "editar" los
organismos muy rápidamente en múltiples puntos simultáneos del genoma, lo que permite
realizar cambios bastante complejos y significativos en el funcionamiento genético, incluida la
creación de impulsores genéticos.
Geoingeniería, eliminación de dióxido de carbono (CDR), gestión de la radiación solar
(SRM), bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS) y manipulación del
clima: la geoingeniería hace referencia a la modificación intencionada a gran escala de los
sistemas y procesos terrestres, como el sistema climático o los ciclos globales del nitrógeno y
del agua. La mayor parte del desarrollo de la geoingeniería se centra en intentar contrarrestar
el calentamiento derivado del cambio climático antropogénico mediante dos estrategias: en
primer lugar, la SRM, con la que los geoingenieros intentan reflejar la luz solar de vuelta hacia
el espacio (por ejemplo, colocando partículas en la atmósfera o aumentando la reflectividad
de las nubes, los mares, la tierra y el cielo); en segundo lugar, la CDR, en cuyo caso los
geoingenieros utilizan medios mecánicos y biológicos para eliminar los gases con efecto de
invernadero de la atmósfera. Una técnica de RCD estrechamente vinculada a la agricultura
es la que se conoce como BECCS, en la que se cultiva biomasa, incluida biomasa de cultivos,
que posteriormente se transforma en biocombustibles o electricidad. Los gases con efecto de
invernadero resultantes del proceso se capturan y, en teoría, se secuestran. La manipulación del
clima (por ejemplo, mediante la supresión de nubes de tormenta) también puede considerarse
una técnica de geoingeniería.
Hyper-nudging o híper-persuasión: consiste en la utilización deliberada de grandes conjuntos de
datos (por ejemplo, sobre los consumidores y su comportamiento de compra) en combinación
con perfiles psicográficos y algoritmos de IA para diseñar y dar "pequeños empujones", a veces
imperceptibles, específicamente diseñados para modificar el comportamiento de un individuo
de manera selectiva, incluyendo los relacionados con dietas, hábitos de compra de alimentos,
actitudes culturales hacia la comida, etc.
Comunicación molecular y nanobiónica: la comunicación molecular se refiere a la
codificación de datos en moléculas —en particular en moléculas biológicas como el ADN
o las feromonas— y el posterior aprovechamiento de mecanismos naturales para distribuir
y procesar esa versión molecular de los datos. Algunos ejemplos son el envío de mensajes
a distancia mediante feromonas o el almacenamiento de bibliotecas de información digital
en ADN sintético. La nanobiótica es una tecnología emergente estrechamente vinculada a la
comunicación molecular. Los investigadores han estado diseñando nanopartículas sensoras
173
capaces de ser absorbidas por las plantas que detectan cambios ambientales y transmiten datos
a dispositivos digitales como los smartphones. En un escenario futuro, las plantas nanobiónicas
podrían monitorizar los suelos y el agua y transmitir datos digitales a plataformas electrónicas.
Nanotecnología, nanopartículas y nanomateriales: la nanotecnología se refiere a la ingeniería
de la materia a escala del nanómetro (la escala de los átomos y las moléculas) y también
al aprovechamiento de las inusuales propiedades cuánticas de la materia a esa escala. Las
nanopartículas son pequeños grumos de material a nanoescala que presentan propiedades
novedosas y pueden moverse libremente en el cuerpo y el ambiente debido a su diminuto
tamaño. Otros materiales pueden ser descritos como nanomateriales cuando presentan uno
o más aspectos en escala nanométrica: por ejemplo, los revestimientos de superficies o las
formas moleculares novedosas se denominan nanomateriales.
Nuevos plaguicidas (por ejemplo, degradadores proteícos, biotensoactivos y
nanoemulsiones): los compuestos degradadores de proteínas son moléculas que actúan
sobre proteínas diana muy específicas de cultivos e insectos y posteriormente hacen que el
organismo las degrade. Esta técnica podría utilizarse para evitar la resistencia a los herbicidas,
así como para atacar las malas hierbas y los insectos de otras maneras. Los biotensoactivos
(materiales activos de superficie) son una clase de sustancias químicas muy utilizadas en los
productos agroquímicos que suelen sintetizarse a partir del petróleo, aunque en la actualidad
cada vez se desarrollan más a partir de microbios (incluidos los modificados genéticamente)
como biotensoactivos. Las empresas también están reformulando sus productos agroquímicos
en forma de nanoemulsiones, es decir, minúsculas gotitas nanoscópicas de producto químico
en aceite, que presentan una mayor actividad, mayor adherencia a la superficie de las plantas
y mayor absorción en las células.
Nutrición personalizada, nutrigenómica y dietas genómicas: los defensores de la nutrición
personalizada y la nutrigenómica sostienen que la recopilación de grandes cantidades de datos
genómicos humanos y alimentarios (además de otros datos personales) puede facilitar la
elaboración de dietas personalizadas y optimizadas completamente adaptadas a la composición
genómica del consumidor o a su microbioma. En teoría, los alimentos pueden modificarse
genéticamente para adaptarse al perfil genómico del consumidor o de sus microbios residentes.
Agricultura, pesca y silvicultura de precisión o digital e internet de las cosas: la agricultura
"de precisión" o "digital" se refiere a un sistema de producción basado en datos en el que
una combinación de datos ambientales y de campo (procedentes tanto de sensores como de
internet) orienta las decisiones agronómicas, como por ejemplo las relativas a la siembra o la
aplicación de pesticidas. Además de las herramientas de software digital para el mapeo y la
monitorización de las parcelas, los agricultores digitales también pueden incorporar drones,
robots agrícolas, sensores y otros elementos de automatización en la granja conectados en red
en un "internet de las cosas agrícolas". Otras estrategias similares basadas en datos para la pesca
y la silvicultura de precisión también utilizan modelos y mapeo de datos en combinación con
174
la automatización para maximizar la extracción de recursos naturales o gestionar ecosistemas
sensibles.
Biología sintética y biosíntesis: la biología sintética es considerada la nueva frontera de la
innovación biotecnológica y consiste en diseñar secuencias genómicas por computadora
y posteriormente utilizar ADN sintético o técnicas de edición genética para "programar"
organismos vivos. En concreto, se rediseñan genéticamente microorganismos de producción,
como levaduras, algas y bacterias, para que produzcan biosintéticamente compuestos de
alto valor, normalmente en sistemas de fermentación en grandes cubas similares a los que se
utilizan para la producción de etanol. Estos microbios modificados de rápido crecimiento, que
se alimentan de azúcar o gas natural, pueden producir compuestos sintetizados de sabores e
ingredientes, proteínas y grasas, productos agroquímicos, medicamentos veterinarios, piensos
animales, etc.
Expresión transitoria, aerosoles de ARN de interferencia (ARNi), organismos
"transitoriamente modificados" (OTM): la modificación transitoria describe técnicas en las
que se introduce material genético en un organismo para intervenir funciones celulares, pero
sin que éstas se integren ni se transmitan a las generaciones futuras. El ejemplo más destacado
son las pulverizaciones de ARNi, en las que se rocía un cultivo con pequeñas cantidades de ARN
manipulado (el mensajero que transcribe el ADN) para conseguir que la planta en cuestión
(o los insectos) expresen artificialmente determinados compuestos. Esto da lugar a los OTM,
en los que la genética se modifica únicamente en la generación actual. Los OTM también se
están utilizando como plataforma de producción de productos naturales, por ejemplo, con
casos como el de las hojas de tabaco, que se infectan transitoriamente con bacterias del suelo
modificadas para que las hojas empiecen a producir artificialmente compuestos inéditos.
Granja vertical: las granjas verticales o de interior son entornos de cultivo intensivo de
alimentos tecnificados que pueden instalarse en pueblos y ciudades, normalmente alojados
en una estructura construida. Las granjas verticales suelen estar equipadas con tecnologías de
cultivo hidropónico artificial (sin suelo) y de ciclado de nutrientes y agua, y presentan niveles
elevados de monitorización y automatización digitales.
175
ANEXO 2.
Vías para reformar los organismos de
la ONU con sede en Roma: ¿del Circo
Máximo al Foro Romano?
Las siguientes nueve iniciativas —ordenadas de las más modestas a las más significativas—
son propuestas que los agentes de la sociedad civil podrían desarrollar como vías de reforma
de los organismos con sede en Roma (también denominados los "RBA 3.0", ver Oportunidad
#4). En función de las circunstancias (y de los cisnes grises), las nueve iniciativas podrían
evolucionar de manera secuencial, simultánea o espontánea. Cada pequeño paso facilita los
siguientes. El éxito depende esencialmente de la preparación: acordar previamente el objetivo
y los parámetros de cada iniciativa y comprender bien el proceso para hacer avanzar las
iniciativas a medida que surjan las oportunidades.
176
También se podría invitar a representantes de los gobiernos, en función de lo que sea más
conveniente en cada caso.
4. Procesos de selección transparentes para los puestos de jefatura de los organismos: Aunque
los procedimientos de selección/elección de los jefes de cada uno de los organismos con sede
en Roma y del CGIAR difieren, todos implican procesos de nominación, campañas que en
ocasiones pueden ser agresivas, presentaciones públicas, y una decisión/votación final. Excepto
en la última, la sociedad civil podría participar activamente en todas las fases del proceso, por
ejemplo, a través de una página web específica e independiente, mediante el análisis de los
posibles candidatos, la organización de presentaciones y debates, e incluso sugiriendo criterios
para el puesto de trabajo. La mejor manera de poner en marcha una iniciativa de este tipo es
cuando el titular del cargo tiene asegurada la reelección. Esto permite que los gobiernos y las
secretarías se sientan cómodos con el proceso posteriormente, en el momento en que sí sea
probable un cambio de liderazgo.
1
Sin embargo, en la nueva realidad de las negociaciones digitales, también existe una necesidad urgente de herramientas y modalidades
en las que los agentes de la sociedad civil no queden eternamente silenciados, cual “Zoombies”, en las salas y reuniones de Zoom.
177
6. Evaluaciones regulares de organismos externos independientes: En la actualidad, las
evaluaciones externas de los RBA y el CGIAR son esporádicas y solo se llevan a cabo cuando
se dispone de financiación directa de una o más fuentes. La sociedad civil podría promover, de
forma más económica en comparación, evaluaciones completas o metaevaluaciones periódicas
de cada uno de los RBA, que se completarían y presentarían con anterioridad a la celebración
de eventos cruciales o de elecciones. Estas evaluaciones podrían contar con la participación
de los gobiernos de todas las regiones, así como de la Secretaría y los sindicatos del personal,
además de los usuarios finales, y probablemente serían bien recibidas por los gobiernos y muy
influyentes a la hora de establecer el curso futuro de una organización.
9. Coherencia de la misión de los organismos con sede en Roma: Los RBA y el CGIAR tienen
intereses que se superponen y a menudo se complementan. La sociedad civil, tras llevar a cabo
una ronda de evaluaciones externas, podría poner en marcha un proceso de investigación
destinado a evitar el solapamiento de las misiones y mejorar la eficiencia, analizando las formas
en que los RBA podrían organizarse más estrechamente. El resultado sería una integración de
facto de los tres RBA y el CGIAR en una sola organización en la que el CSA (o su sucesor
reforzado) se convierta en el único órgano de gobierno del "Nuevo Foro Romano".
2
Existe un precedente a nivel de la ONU en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, en el que la sociedad civil presionó con éxito
para que se establecieran requisitos en materia de conflicto de intereses en los procesos de los expertos tras revelarse información sobre
casos de cabildeo por parte de corporaciones. También hay precedentes a nivel nacional: Canadá puso un cortafuegos entre la industria
y el proceso de revisión de su guía alimentaria de 2019.
178
ANEXO 3.
Grupo Asesor del Movimiento de largo
plazo por la alimentación
Anderson, Molly (EUA, Middlebury College)* es la titular de la cátedra William R. Kenan
Jr. Chair in Food Studies en el Middlebury College de Vermont. Es especialista en hambre,
sistemas alimentarios y colaboraciones multiactores en pro de la sustentabilidad.
Agarwal, Bina (India, Universidad de Manchester)* es profesora de Economía del
Desarrollo y Medioambiente en la Universidad de Manchester. Ha obtenido numerosos
reconocimientos, entre ellos el Premio Internacional Balzan en 2017 y el Premio Leontief
en 2010, por sus escritos sobre los derechos a la Tierra, la seguridad alimentaria, la
conservación de los bosques y la desigualdad de género.
Belay, Million (Etiopía, AFSA)* es el fundador de MELCA - Etiopía y coordinador de
la Alianza para la Soberanía Alimentaria en África. Es experto y activista en materia de
conservación de los bosques, medios de subsistencia indígenas y soberanía alimentaria y de
semillas.
Chappell, Jahi (EUA, Southeastern African-American Farmers Organic Network) es el
director ejecutivo de SAAFON, además de desarrollar una labor académica y de activismo
centrada en la soberanía alimentaria, la agroecología y la política agrícola y de seguridad
alimentaria en Estados Unidos y Brasil. Es autor del galardonado Begin to End Hunger: Food
and the Environment in Belo Horizonte, Brazil and Beyond.
Clapp, Jennifer (Canadá, Universidad de Waterloo)* es titular de la cátedra de investigación
Canada Research Chair in Global Food Security and Sustainability, y ejerce como profesora
en la Facultad de Medioambiente, Recursos y Sostenibilidad de la Universidad de Waterloo,
Canadá. Acumula un nutrido número de publicaciones en materia de gobernanza mundial,
seguridad alimentaria y sistemas alimentarios.
DeClerck, Fabrice (Bélgica/EUA, EAT/OneCGIAR) ha trabajado con agricultores
de muchas partes del mundo y está especializado en dietas saludables de producción
regenerativa. Ocupa un cargo conjunto en la alianza Bioversity International/Centro
Internacional de Agricultura Tropical, como científico principal, y también es director
científico en el Foro EAT.
179
Dillon, Matthew (EUA, Clif Bar & Company/Seed Matters) es el Vicepresidente de
Relaciones Gubernamentales e Impacto Social de Clif Bar & Company. Anteriormente fundó
Organic Seed Alliance, responsable del lanzamiento de los primeros programas de cultivo
de plantas orgánicas del país, y fue nombrado miembro del Consejo Consultivo Nacional de
Recursos Genéticos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
Escalante, María Alejandra (Colombia, Jóvenes Feministas por la Justicia Climática/
Tierra y Libertad) es feminista, miembro activo del movimiento por la justicia climática y
cofundadora de TierrActiva Colombia, una plataforma liderada por jóvenes que trabaja por
el cambio sistemático a nivel nacional y regional.
Felicien, Ana (Venezuela, Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas/Semillas del
Pueblo) trabaja en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, forma parte del
movimiento nacional de semillas que participó en el proceso de creación de la ley nacional
de semillas y colabora con varios movimientos de soberanía alimentaria en Venezuela. La
agroecología y la soberanía alimentaria están entre sus principales intereses.
Frison, Emile (Bélgica, ex-Biodiversity International)* es experto en conservación y
biodiversidad agrícola. Dirigió durante diez años la organización mundial de investigación
para el desarrollo Biodiversity International, tras ocupar altos cargos en varios institutos de
investigación internacionales.
Gliessman, Steve (EUA, ex-Universidad de Santa Cruz)** es agroecólogo y cuenta con más
de 40 años de experiencia en la docencia, la investigación y sobre el terreno. Es cofundador
y Presidente del consejo de la Red de Agroecología Comunitaria (CAN), organización
sin ánimo de lucro. Es editor de la revista Agroecology and Sustainable Food Systems.
Anteriormente fue profesor de Agroecología en la Universidad de California, Santa Cruz.
Goïta, Mamadou (Mali, IRPAD /ROPPA)* es Director Ejecutivo del Instituto de
Investigación y Promoción de Alternativas en el Desarrollo (IRPAD), y anteriormente fue
secretario ejecutivo de la Organización de Agricultores y Productores de África Occidental
(ROPPA). Es miembro fundador de la Coalición para la Protección del Patrimonio Genético
Africano (COPAGEN) y la Alianza para la Soberanía Alimentaria en África (AFSA).
Guttal, Shalmali (India, Focus on the Global South)* es la Directora Ejecutiva de Focus
on the Global South. Sus investigaciones se centran en el desarrollo económico y social,
los derechos sobre los recursos comunitarios, los derechos de las mujeres, la soberanía
alimentaria, la reforma agraria y la democratización de la gobernanza en Asia, especialmente
en la región del Mekong y en India.
Herren, Hans (Suiza, Fundación Biovision)* es el Presidente y Director General del
Millennium Institute de Estados Unidos. En 2013 fue galardonado con el Premio Right
Livelihood y en 1995 recibió el Premio Mundial de la Alimentación. Su área de especialización
son los proyectos de investigación y desarrollo sobre agricultura y sistemas alimentarios
holísticos, integrados y sustentables.
180
Hobbelink, Henk (Países Bajos, GRAIN) fue cofundador de GRAIN en 1990, organización
de la que ahora es coordinador y responsable del funcionamiento general, así como de la
realización de investigaciones, publicaciones y actividades de divulgación.
Lim Li Ching (Malasia, Red del Tercer Mundo)* es investigadora principal de la Red del
Tercer Mundo, y tiene experiencia en agricultura sustentable, biotecnología y bioseguridad.
Fue autora principal regional de la Evaluación Internacional del papel del Conocimiento, la
Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD).
Longley, Sue (Reino Unido, UITA) es Secretaria General de la Organización sindical
internacional alimentaria, agrícola, hotelera y más aún (UITA), la primera mujer que ocupa
el cargo. Antes de su elección en 2017, ocupó los cargos de Secretaria General Adjunta y
Coordinadora Internacional de Agricultura y Plantaciones, ambos también en la UITA.
Patel, Raj (Reino Unido/EUA, Universidad de Texas)* es profesor de investigación en la
Facultad de Asuntos Públicos Lyndon B. Johnson de la Universidad de Texas, Austin, e
investigador asociado principal en el Departamento de Humanidades de la Universidad
de Rhodes (UHURU), en Sudáfrica. Sus investigaciones sobre ecología política y sistemas
alimentarios han sido ampliamente traducidas y enseñadas, en particular su publicación de
2008: Stuffed and Starved: The Hidden Battle for the World Food System.
Qualman, Darrin (Canadá, ex-Sindicato Nacional de Agricultores) es investigador y
escritor independiente, y autor de Civilization Critical: Energy, food nature and the future.
Anteriormente trabajó para la Unión Nacional de Agricultores de Canadá como Director de
Investigación y Secretario Ejecutivo (Director Ejecutivo).
Trujillo-Ortega, Laura (México, Universidad de Chapingo)** es experta en ecología política
y economía de las redes alimentarias globales. Fue cofundadora y dirigió las dos primeras
carreras de Agroecología y Redes Agroalimentarias en México, así como un Programa de
Doctorado en Desarrollo Rural en la Universidad de Chapingo. Actualmente es profesora
titular en la Universidad de Chapingo e investiga sobre la creación y apropiación de valor
agroalimentario a lo largo de las redes mundiales de alimentación.
VanGelder, Zoe (EUA, movimientos juveniles) es etnógrafa y ecologista política y acumula
más de una década de experiencia investigando y apoyando a movimientos sociales agrarios,
organizaciones feministas y ONG internacionales en diversas iniciativas.
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ACERCA DE IPES-FOOD
El Panel Internacional de Expertos en Sistemas de Alimentación Sostenible (IPES-Food) tiene
por objetivo informar los debates sobre la reforma de los sistemas alimentarios a través de la
investigación orientada a las políticas y la implicación directa en procesos de formulación
de políticas en todo el mundo. El panel de expertos reúne a científicos medioambientales,
economistas del desarrollo, nutricionistas, agrónomos y sociólogos, así como a profesionales
con amplia experiencia en el ámbito de la sociedad civil y los movimientos sociales. El panel
está copresidido por Olivier De Schutter, relator especial de las Naciones Unidas sobre la
pobreza extrema y los derechos humanos, y Maryam Rahmanian, experta independiente en
agricultura y sistemas alimentarios.
www.ipes-food.org
www.etcgroup.org