Educación y Comportamiento Amb

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EDUCACIÓN Y COMPORTAMIENTO

AMBIENTAL.
UN ESTUDIO DE CASO *

Diana Pérez Arangoa


Andres Camacho Murillob

*
DOI: https://doi.org/10.18601/01245996.v25n48.11. Recepción: 01-11-
2022, modificación final: 28-11-2022, aceptación: 16-12-2022. Sugerencia
de citación: Pérez A., D. y Camacho M., A. (2023). Educación y compor-
tamiento sostenible. Un estudio de caso. Revista de Economía Institucional,
25(48), 193-213.
a
Magister en Economía y Política de la Educación. Investigadora inde-
pendiente, [[email protected]].
b
PhD en Economía. Profesor de Métodos Cuantitativos, Facultad de Eco-
nomía, Universidad Externado de Colombia, [giovanni.camacho@uexternado.
edu.co], [https://orcid.org/0000-0002-6182-0972].

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Educación y comportamiento ambiental. Un estudio de caso

Resumen Este artículo analiza la influencia de la educación en el comportamiento


ambiental de los habitantes del municipio de Sabaneta. Con datos de la Encuesta de
Percepción Ciudadana de Calidad de Vida de 2018 se emplea un modelo probit para
analizar los efectos de la educación considerando características sociodemográficas.
Los resultados muestran comportamientos más favorables con el medio ambiente a
medida que aumenta la escolaridad, aunque existen diferencias significativas entre
personas: es más favorable entre menores de 55 años y habitantes rurales que entre
miembros de sus grupos de control. Estos resultados son de interés para las iniciativas
educativas que buscan mejorar la actitud hacia el medio ambiente.

Palabras clave: comportamiento sostenible, educación, modelo probit multinomial


ordenado, cambio climático; JEL: C35, D12, I25, Q50

Education and sustainable behavior. A case study

Abstract This article analyzes the influence of education on the sustainable behavior
of the inhabitants of the municipality of Sabaneta. Using data from the 2018 Citizen
Perception Survey on Quality of Life, a probit model is used to analyze the effects
of education considering sociodemographic characteristics. The results show better
environmental behavior as schooling increases, although there are significative di-
fferences between individuals: it is more favorable among people under 55 years of
age and rural dwellers than among members of their control groups. These results
are of interest for educational initiatives aimed at improving attitudes towards the
environment.

Keywords: sustainable behaviors, education, ordered multinomial probit model,


climate change; JEL: C35, D12, I25, Q50

Educação e comportamento sustentável. Um estudo de caso

Resumo Este artigo analisa a influência da educação sobre o comportamento sus-


tentável dos habitantes do município de Sabaneta. Usando dados da Pesquisa de
Percepção Cidadã sobre Qualidade de Vida de 2018, um modelo probit é usado
para analisar os efeitos da educação considerando as características sociodemográ-
ficas. Os resultados mostram comportamentos mais favoráveis ao meio ambiente à
medida que a escolaridade aumenta, embora existam diferenças significativas entre
os indivíduos: é mais favorável entre os menores de 55 anos e os moradores rurais
de que entre membros de seus grupos de controle. Estes resultados são de interesse
para iniciativas educacionais para melhorar as atitudes em relação ao meio ambiente.

Palavras-chave: comportamentos sustentáveis, educação, modelo probit multinomial


ordenado, mudança climática; JEL: C35, D12, I25, Q50

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E l calentamiento global es uno de los principales problemas que


hoy enfrenta la humanidad (IPCC, 2018). Cada año acaban en
los océanos unos trece millones de toneladas de residuos plásticos
(ONU, 2018a, 2018b), y se producen 2.100 millones de toneladas de
desechos, y solo se recicla y aprovecha el 16% (Semana, 2019). Más
del 80% de las aguas residuales se vierten sin ningún tratamiento en
los ríos o en el mar, lo que los contamina y pone en riesgo la vida de
miles de personas que carecen de sistemas de acueducto y saneamiento
básico (ONU, 2015).
Para el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio
Climático (IPCC), el calentamiento global ha motivado la adopción
de comportamientos ambientales sostenibles, para reducir los efectos
destructores de la actividad humana cotidiana. Los jóvenes tienen un
mayor compromiso con la sostenibilidad ambiental, debido al impacto
de su comportamiento, para ellos y para las generaciones futuras, tal
como fue definida la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y
el Desarrollo, creada por la ONU, en Nuestro futuro común, su informe
publicado en 1987.
Para limitar los efectos nocivos del cambio climático se necesita
fortalecer la gobernanza a diversos niveles y mejorar la capacidad
institucional, los instrumentos de ambiental, la innovación y la trans-
ferencia tecnológica, y la financiación (IPCC, 2018). Para el IPCC
es imprescindible, además, modificar el comportamiento y el estilo
de vida. Los humanos deben adoptar comportamientos que ayuden
al cuidado, la conservación y el uso sostenible del planeta sin perder
de vista los factores que condicionan su comportamiento (Banco
Mundial, 2015). Es decir, sin asumir que actúan con independencia
del entorno, las condiciones sociales y lo efectos sobre los demás.
Diversos estudios analizan el comportamiento y las actitudes
personales favorables al medio ambiente, como los de Ogunbode y
Arnold (2012), Franzen y Meyer (2010). Si se identifican los factores
que más influyen en ese buen comportamiento es posible mejorar el
diseño y la aplicación de las medidas y políticas de desarrollo (Banco
Mundial, 2015), así como las estrategias para formar seres humanos
más conscientes, responsables y respetuosos del medio ambiente, y de
los efectos de su comportamiento (Richardson et al., 2009).
Se considera que la educación es un motor del desarrollo econó-
mico (Haddad et al., 1990). Y se reconoce que es una estrategia fun-
damental para crear conciencia sobre el cambio climático (causado en
gran parte por el calentamiento global) y ayudar a que las poblaciones
se adapten a los escenarios de degradación ambiental (Unesco, 2014).

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La educación aumenta el conocimiento del hábitat y sus amenazas,


fomenta convicciones y valores ambientales e induce a cambiar los
comportamientos y modos de vida y que aceleran el deterioro del
planeta (Severiche et al., 2016; Villadiego et al., 2015). Por ello, es un
medio de movilización social que puede ayudar a encontrar solucio-
nes a los problemas ambientales (Unesco, 2014), en forma directa o
difundiendo conocimientos, lo que se facilita cuando gran proporción
de la población es educada (Franzen y Meyer, 2010).
Una meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es
que en 2030 todos los estudiantes adquieran conocimientos teóricos
y prácticos para promover el desarrollo sostenible (ONU, 2017)y
contribuye a crear sociedades más pacíficas. ¿Por qué es importante la
educación? La educación es la clave para poder alcanzar otros muchos
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS. Esta meta es transversal,
pues sin adoptar estilos de vida que favorezcan la sostenibilidad
(difundidos y transmitidos mediante la enseñanza), no es posible
alcanzar los ODS relacionados con el medio ambiente: agua limpia,
saneamiento, energías no contaminantes, preservación de las especies
y de los sistemas marinos y terrestres.
Sabaneta es un municipio del Departamento de Antioquia
empeñado en acciones institucionales para contrarrestar el cambio
climático. Su plan de desarrollo “Sabaneta de todos” (2016-2019)
identificó los problemas ambientales que lo aquejan, incluida la con-
taminación del aire y del agua, la producida por las basuras, y otros
más (Alcaldía de Sabaneta, 2016). Según el plan estos problemas son
causados, en alto grado, por factores de carácter individual, como el
desconocimiento de prácticas sostenibles y de cuidado del medio
ambiente, el poco sentido de pertenencia y de respeto de la riqueza
natural, y el mal manejo personal de los residuos (ibíd.). El plan
resalta la importancia de la educación para afrontar esos problema,
como destacan algunos trabajos empíricos (p. ej., Lubell et al., 2007;
Ogunbode y Arnold, 2012), aunque sin identificar las diferencias del
comportamiento individual entre grupos de población (por edades,
lugares de residencia, sexo y otros factores sociodemográficos).
Este artículo analiza los factores que influyen en el comporta-
miento ambientalmente favorable de la población de Sabaneta. En
particular, evalúa dos hipótesis. Primera, si el comportamiento más
favorable (ahorro de agua y energía, separación de residuos sólidos,
uso de bolsas reutilizables) está asociado a mayores niveles de esco-
laridad. Segunda, si esa asociación entre comportamiento ambiental
y nivel de escolaridad difiere entre individuos de los grupos sociode-

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mográficos, en particular entre habitantes rurales y urbanos y entre


mayores de 55 años y de menor edad. Este estudio es de gran interés
para la comunidad, porque Sabaneta enfrenta un alto riesgo climático
(Corantioquia, 2020) que se podría reducir con la difusión de compor-
tamientos favorables al medio ambiente. Además, el conocimiento de
las diferencias entre individuos puede afinar las estrategias educativas.
Para el análisis se utiliza un modelo de elección discreta multino-
mial ordenado, con datos de la Encuesta de Percepción Ciudadana
de Calidad de Vida (EPCCV ) de Sabaneta para 2018, considerando
las respuestas de los residentes en el módulo de medio ambiente.
Cabe señalar que no se analizan el comportamiento asociado a la
responsabilidad social de las empresas, pues la atención se centra en el
individuo como agente de cambio. Primero se revisa la literatura sobre
la relación existe entre nivel educativo y comportamiento ambiental.
Después se examinan los datos y se presenta el modelo. Al final se
discuten los resultados y se exponen las conclusiones.

REVISIÓN DE LA LITERATURA

Hay gran interés por estudiar los factores que influyen en el compor-
tamiento ambiental personal, como guía de las estrategias para mitigar
los efectos del cambio climático. Las ciencias del comportamiento
han estudiado los tipos de intervención que modifican algunos com-
portamientos (Michie et al., 2011). Las estrategias de intervención
pueden ayudar a que el comportamiento personal favorezca el desa-
rrollo sostenible a largo plazo (Morra y Rist, 2009).
Los factores que estudia la literatura incluyen aspectos económi-
cos como el ingreso (Scott y Willits, 1994; Franzen y Meyer, 2010);
aspectos sociodemográficos como la edad (Ogunbode y Arnold, 2012;
Martinsson y Lundqvist, 2010), el sexo (Martinsson y Lundqvist,
2010; Casey y Scott, 2006), la zona de residencia (Martinsson y Lun-
dqvist, 2010), y la densidad de población (Franzen y Meyer, 2010).
Para la Unesco, la educación es un elemento de desarrollo económico
y social que puede condicionar la conducta del ser humano para evitar
la degradación ambiental (Unesco, 2014). Esta revisión se centra en
la influencia de la educación, a nivel agregado e individual.
Lubell et al. (2007) se basan en el modelo de interés colectivo
de acción política masiva, muy utilizado para analizar problemas
de acción colectiva y explicar fenómenos como la protesta política
y (Finkel et al., 1989; Finkel y Muller, 1998). Con una encuesta na-
cional a ciudadanos estadounidenses, analizan las motivaciones que

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guían el comportamiento favorable al medio ambiente en un contexto


de masas. Estiman un modelo probit ordenado y encuentran que la
educación está altamente asociada a comportamientos ambientales
más favorables y a habilidades cívicas que enfrentan los costos del
calentamiento global.
Martinsson y Lundqvist (2010) emplean datos de las encuestas
anuales SOM (sociedad, opinión, medios), realizadas por la Universi-
dad de Gotemburgo desde 1986 a unos 6.000 ciudadanos suecos de 15
a 85 años. Buscan determinar si se puede aplicar la visión cosmopolita
de la ciudadanía ecológica –la adopción de virtudes cívicas verdes– o
si es posible un comportamiento favorable al medio ambiente sin una
actitud sostenible. Estiman la correlación entre visión cosmopolita y
algunas variables socioeconómicas, incluida la escolaridad. Encuentran
que es posible tener un comportamiento favorable al medio ambiente
sin cambiar de actitud. En particular, que los individuos con poca
escolaridad tienen prácticas más ecológicas que quienes han cursado
educación media-baja; y los que tienen alta escolaridad aumentan su
puntaje de comportamiento ambientalmente favorable.
Franzen y Meyer (2010) analizan los factores individuales y de
país asociados a la preocupación ambiental en los 26 países que
participaron en el Programa de Encuestas Sociales Internacionales
(ISSP), en 1993 y 2000. Empleando modelos multinivel, encuentran
que en la preocupación colectiva por el cuidado del medio ambiente
no influye el nivel educativo general; pero a escala individual los años
de escolaridad sí tienen una asociación positiva y estadísticamente
significativa con las preocupaciones ambientales. Por ello argumentan
que la educación es importante para convertir la preocupación am-
biental en comportamientos ambientalmente responsables. Álvarez
y Vega (2009), también encontraron que la escolaridad tiene una
fuerte y significativa influencia en el comportamiento ambiental de
las personas.
El trabajo de Scott y Willits sobre Pensilvania ya mencionado
analiza algunos factores que pueden influir en la conciencia ambiental
personal, incluidos la educación y los valores del nuevo paradigma
ambiental (NEP) propuestos por Dunlap y Van Liere (1978). Hacen
un análisis que cubre a 3.632 personas mediante regresión múltiple
bivariada. Los resultados indican que la educación tiene una asocia-
ción directa con la conciencia ambiental, aunque los resultados no
son estadísticamente significativos; y que la variable NEP (compuesta
por las actitudes y comportamientos ambientales de las personas en-
cuestadas), no es un buen predictor del comportamiento ambiental.

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Casey y Scott (2006)anthropocentric, and apathy scales, together


with the items in the New Ecological Paradigm (NEP aplican un
cuestionario a 292 participantes de 126 localidades urbanas y rurales
de Australia para evaluar su comportamiento ambiental y su de pre-
ocupación ecológica. Utilizando regresiones múltiples y la prueba de
correlación de Pearson, encuentran que un mayor nivel educativo se
asocia a mayores niveles de preocupación ambiental y a comporta-
mientos más ecológicos.
Ogunbode y Arnold (2012) evalúan el nivel y la distribución de
la conciencia ambiental en la ciudad Ibadan (Nigeria) en función de
diversos factores, incluido el estatus social representado por el grado
de escolaridad y la ocupación. Hacen comparaciones de categorías
de población con pruebas t student y no paramétricas, incluida la
U de Mann-Whitney (para comprobar la heterogeneidad de dos
muestras ordinales) (Quispe et al. 2019) y el análisis de varianza de
Kruskall-Wallis (para probar si un grupo de datos proviene de la
misma población) (ibíd.). Los resultados muestran que la escolaridad
está fuertemente relacionada con el cuidado del medio ambiente, y
con una mayor inclinación a comportamientos proambientales.
En su estudio sobre China, Chen et al. (2011) usan datos na-
cionales de la Encuesta Social General de 2003, tratados mediante
estadística multivariante. También usan la escala de valores del NEP,
a los que aplican una regresión logística para estimar los efectos de las
actitudes ambientales y de los rasgos sociodemográficos sobre cada
comportamiento proambiental. Los autores concluyeron que el nivel
educativo es clave para la actitud ambiental, porque no solo ayuda a
entender los problemas ambientales, sino que también promueve la
responsabilidad individual.
En su trabajo sobre Peterborough (Inglaterra), Pothitou et al.
(2016)specifically relating to behaviours, attitudes and habits towards
energy use. Our results are based on an empirical survey and we find
significant correlations which indicate that residents with positive
environmental values and greater environmental knowledge are more
likely to demonstrate energy behaviours, attitudes and habits which
lead to energy saving activities in households. This is further sup-
ported through a Principal Component Analysis (PCA encontraron
una correlación positiva entre conocimientos sobre emisión de gases
de efecto invernadero, ahorro de energía y acciones para reducir el
uso de energía. No estudiaron directamente la escolaridad, pero sí
elementos claves de la educación, como el conocimiento ambiental,
los hábitos y las actitudes hacia energías domésticas. Después de

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aplicar la prueba de correlación de Spearman y la prueba exacta de


Fischer –presentadas por Pértega y Pita (2004)– a los datos de 249
encuestados, concluyen que el conocimiento es crucial en los cambios
del consumo de energía y de los patrones de compra.
Villadiego et al. (2015) identifican los factores que inciden en el
comportamiento desfavorable hacia el medio ambiente, y no en su
comportamiento favorable. Su estudio, sobre humedales, encuentra
que el bajo nivel de educación de la comunidad contribuye a que es-
tas zonas de tierras inundadas se degraden con el paso del tiempo, y
pierdan su importancia ecológica. En cerca del 46% de las viviendas
de la zona hay un individuo con estudios básicos incompletos; lo que
afecta el grado de comprensión de los efectos de sus acciones sobre
el entorno.
Casaló et al. (2019) exploran la asociación entre actitud ambiental
general y algunos comportamientos proambientales. Emplean re-
gresiones logísticas multinivel o de efectos mixtos con datos de una
encuesta que suma diversas covariables, incluido el nivel educativo. Los
resultados sugieren que el grado en secundaria y el título universitario
están asociados positivamente a todos los comportamientos proam-
bientales, salvo la separación de basuras, que solo tiene una asociación
significativa con el título universitario.
En general, hay consenso sobre la relación positiva entre compor-
tamiento favorable al medioambiente y nivel de educación. Pero es
necesario evaluar si las acciones favorables impulsadas por la mayor
educación difieren entre individuos, y si las diferencias pueden ser
explicadas por otros factores sociodemográficos. En la siguiente sec-
ción se presentan los datos y el modelo utilizados para analizar si los
comportamientos proambientales están asociados a mayores niveles de
educación (la primera hipótesis), y si las diferencias en los efectos de
la educación son explicadas por otros factores (la segunda hipótesis).

LOS DATOS Y EL MODELO

Los datos

Se usan los datos de la EPCCV de 2018 sobre Sabaneta (Observatorio


Territorial de Sabaneta, 2021). Esta encuesta por conglomerados cubre
a 415 residentes mayores de 18 años, y utiliza el método de medición
multidimensional de la calidad de vida del Dane, lo que evita sesgos
por potenciales influencias políticas. El error muestral es del 5%. En
2018, en Sabaneta había unos 54 mil habitantes mayores de 18 años,
un 75% en el área urbana, y el resto en la rural; el 23% tenía más de

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55 años; el 59% de estrato 2, y el 32% de estrato 3 (Observatorio


Municipal de Condiciones de Vida de Sabaneta, 2018). La encuesta
hace las siguientes preguntas sobre el medio ambiente (comporta-
miento ambiental) que aquí se usan: ¿Lleva bolsas reutilizables al
supermercado o a las tiendas para evitar el uso de bolsas plásticas?
¿Separa residuos en su casa? ¿Ahorra agua en su casa? ¿Ahorra energía
en su casa?

Cuadro 1
Comportamiento ambiental, calificación
Comportamiento Puntaje Respuesta afirmativa/negativa a las preguntas
Muy favorable 4 Cuatro respuestas afirmativas
Favorable 3 Tres respuestas afirmativas
Poco favorable 2 Dos respuestas afirmativas y dos negativas
Desfavorable 1 Tres o cuatro respuestas negativas
Fuente: EPCCV, elaboración propia.

Con base en las respuestas a esas preguntas se construye la variable de


comportamiento ambiental del cuadro 1. Esta variable ordinal refleja
el nivel de compromiso para proteger el medio ambiente. Un puntaje
de 4 indica que las respuestas a las cuatro preguntas son afirmativas,
lo que sugiere un comportamiento muy favorable hacia el medio
ambiente. El puntaje de 3 indica que tres respuestas son afirmativas.
El de 2 corresponde a dos respuestas afirmativas y dos negativas. Y
el de 1, a tres o cuatro respuestas negativas, lo que denota un com-
portamiento desfavorable.
Las estadísticas descriptivas de las respuestas muestran que el
33% de las encuestados tienen un comportamiento ambiental muy
favorable; el 35%, un comportamiento favorable; el 24%, un com-
portamiento poco favorable; y el 8% restante, un comportamiento
desfavorable. Es decir, la mayoría de los habitantes de Sabaneta
tiene un comportamiento favorable o muy favorable hacia el medio
ambiente. La encuesta incluye preguntas sobre los aspectos socioe-
conómicos que aquí se incluyen como covariables. Los datos de la
encuesta sobre nivel educativo indican que el 2,5% tiene estudios
de posgrado, el 18% estudios de pregrado, el 23% estudios técnicos
y tecnológicos, el 55% estudios de primaria y secundaria y el 1,5%
ningún grado de escolaridad. Cabe señalar que Sabaneta presentó
una de las tasas de analfabetismo más bajas del país en 2015, el 2,3%
(Pérez y Montoya, 2016).
Los análisis de tabulación cruzada en el cuadro 2 muestran que los
comportamientos sostenibles de las personas varían según sus niveles
de escolaridad. Con base en las cifras, los residentes con estudios de

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posgrado muestran el nivel más alto de comportamientos sostenibles


muy alto y alto (80% de la población), seguidos por los residentes
con estudios de pregrado (70,6%), primaria/secundaria/sin estudios
(67,9%), y estudios técnicos (62,5%). Las cifras muestran, como punto
de partida, que los sabanatenses que adoptan el nivel más bajo de
comportamientos sostenibles son los que tienen primaria/secundaria/
sin estudios (11,5%), seguido por los residentes con estudios técni-
cos terminados (8,3%) y estudios universitarios de pregrado (2,6%).
Ninguno de los residentes con estudios de posgrado muestra bajos
niveles de conductas sostenibles.

Cuadro 2
Tabulación cruzada de comportamiento ambiental y nivel educativo
Comportamiento, porcentaje de la población
Nivel de estudio Muy Poco
Favorable Desfavorable
favorable favorable
Primaria/secundaria/no estudio 31,2 36,8 20,5 11,5
Técnico-tecnólogo 30,2 32,3 29,2 8,3
Pregrado 38,7 32,0 26,7 2,7
Posgrado 40,0 40,0 20,0 0,0
Fuente: EPCCV, elaboración propia.

El modelo

Para analizar los factores que influyen en el comportamiento ambien-


tal de los habitantes de Sabaneta, y en particular el papel del nivel
educativo, se emplea el modelo probit ordenado multinomial. Este
modelo se ajusta a la naturaleza ordinal de la variable dependiente
construida, y los coeficientes se estiman con el método de máxima
verosimilitud (Hill et al., 2011). El término de error idiosincrásico
asume una distribución normal estándar, para lo cual se utiliza la fun-
ción probit (ibíd), que también permite la presencia de correlaciones
entre alternativas ordenadas, lo que es deseable para no adoptar el
supuesto de independencia de alternativas irrelevantes (Wooldridge,
2010). Aquí se sigue el estudio de Lubell et al. (2007), que utiliza
un modelo de respuesta ordinal para predecir el comportamiento
ambiental individual y sus determinantes.
En el modelo probit ordenado, la probabilidad de observar el
resultado i entre 4 alternativas de comportamientos (Pi) corresponde
a la probabilidad de que la función estimada (zj) se encuentre dentro
de los puntos de corte i y j (ecuación 1).
Pi = P (i < zi* < j ) (1)

donde z* representa los 4 niveles de comportamientos:

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desfavorable = 1 si f zi* ≤ 1
poco favorable = 2 si 1 ≤ zi* ≤ 2
z* =
favorable = 3 si 2 ≤ zi* ≤ 3
muy favorable = 4 si zi* > 3

La función de densidad acumulada de la distribución normal estándar


en diferentes puntos de corte se utiliza para estimar la probabilidad
del i-ésimo comportamiento en el conjunto de comportamientos aquí
definidos. La variable latente/índice zj está linealmente asociada a las
covariables (x), más el termino de error estocástico (uj) como muestra
la ecuación 2.
z = 0 + 1 technical + 2 undergr + 3 postgr +  i xi + uj (2)

Las covariables technical, undergr y postgr de la ecuación 2 son dummies


relevantes que indican si la persona tiene título técnico, de pregrado,
o de posgrado (la base corresponde educación primaria, secundaria
y sin escolaridad). Un objetivo particular es analizar los coeficientes
estimados ̂1, ̂2, y ̂3 para determinar si los habitantes de Sabaneta
con mayor escolaridad tienen un mejor comportamiento ambiental,
como concluye la mayoría de los trabajos revisados.
La matriz xi de la ecuación 2 incluye algunas variables de control.
La variable dummy age55 denota una edad mayor de 55 años (la
base corresponde a edades de 18 a 55 años); male es igual a 1 si la
persona es hombre (la base es mujer); urban es igual a 1 si vive en
el área urbana (la base es el área rural); strata3, strata4 y strata6 son
iguales a 1 si el estrato corresponde a las categorías nacionales 3, 4 y
6, respectivamente. El estrato es una variable proxy para clasificar por
ingresos (en la encuesta nadie pertenece al estrato 5). Los estratos 1
y 2 corresponden a la categoría base o de referencia pues son los de
menores ingresos. Cuanto mayor es el estrato, mayor es el ingreso
esperado; work es una variable ficticia que vale 1 si la persona tiene
trabajo.
Como señala la literatura, se necesitan más análisis de la posible
heterogeneidad del comportamiento ambientalmernte sostenible por
nivel educativo. Esos análisis ayudarían a identificar las estrategias
educativas más adecuadas para impulsar el cuidado ambiental según
las características sociodemográficas. Los coeficientes estimados ̂h de
la ecuación 3 se utilizan para determinar si el mejoramiento hipotético
del comportamiento ambiental debido a la mayor escolidad difiere
entre individuos según la edad, el lugar de residenci y demás factores.

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z = 0 + 1 technical + 2 undergr + 3 postgr +  j xj+  h technical • xj


j h

+  h undergr • xj +  h postgr • xj + uj (3)


h h

Para analizar el signo y la magnitud de los cambios en la variable


dependiente ordinal a partir de cambios discretos en las covariables
incluidas en este estudio, se estiman los efectos marginales para varia-
bles discretas. Matemáticamente, los efectos marginales se representan
de la siguiente manera (Hill et al., 2011):
∂Pi (z = 1) ⁄ ∂x = - (1 - B' x)
∂Pi (z = 2) ⁄ ∂x = - (2 - B' x) B +  (1 - B' x) B
(4)
∂Pi (z = 3) ⁄ ∂x = - (3 - B' x) B +  (2 - B' x) B
∂Pi (z = 4) ⁄ ∂x = - (3 - B' x) B

Una limitación de la regresión probit ordenada es que supone regre-


siones paralelas (UCLA, s.f.); es decir, que el efecto de los cambios
en las covariables sobre la variable respuesta es el mismo para cada
probit acumulado (las betas estimadas tienen una pendiente común).
Después de hacer la prueba de razón de verosimilitud aproximada, esta
hipótesis no se rechaza a ningún nivel de significancia convencional
(Prob > chi2 = 0,24), lo que indica que nuestras estimaciones son
más consistentes que las del modelo probit para variable categórica
nominal.
Las estimaciones de nuestro modelo probit ordinal incluyen errores
estándar corregidos por conglomerados urbano-rurales (Stata, s.f.).
Esta corrección es necesaria no solo para reducir la pérdida de eficien-
cia de los estimadores, sino también para evitar sesgos comunes en
los modelos probit/logit ordenados (Williams, 2008). El análisis de
correlaciones tetracóricas no muestra signos de alta correlación entre
variables binarias (suponiendo una distribución normal), y la prueba
del factor de inflación de varianza (VIF) no muestra la presencia de
multicolinealidad entre las variables explicativas.

Los resultados

El cuadro 3 muestra los resultados estimados del modelo probit


ordinal, que incluyen los puntajes del comportamiento ambiental.
Estos resultados se organizan en dos partes. La parte A muestra los
efectos marginales de los cambios de las variables socioeconómicas
sobre el comportamiento ambiental estimados con la ecuación 2. Los
coeficientes de technical, undergr y postgr son clave para determinar
si el aumento de los niveles de escolaridad está asociado a aumentos

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Educación y comportamiento ambiental. Un estudio de caso 205

del nivel de comportamiento ambientalmente sostenibles. La parte


B muestra los efectos marginales estimados de la ecuación 3, que de-
terminan si dentro de cada nivel de educación hay comportamientos
heterogéneos que puedan ser explicados por características sociode-
mográficas como la edad y la zona de residencia.

Características socioeconómicas y comportamiento sostenible

Los resultados clave del nivel educativo (cuadro 3, parte A) muestran


que la probabilidad de encontrar un comportamiento muy favorable
hacia el medio ambiente aumenta a medida que aumenta la esco-
laridad. Los efectos marginales de la columna 1 muestran que la
probabilidad de dicho comportamiento es 6,4 puntos porcentuales
(pp) mayor en personas con estudios de pregrado que en personas
de la categoría base, y 11,8 pp mayor en las personas con estudios de
posgrado. También muestran que las personas con estudios técnicos/
tecnológicos tienden menos a un comportamiento ambiental muy
favorable que las personas de la categoría base (-1.18 pp menos).
Sorprendentemente, la probabilidad de un comportamiento muy
favorable de la columna 2 es -0,3 pp menor en personas con estudios
de pregrado que en personas de la categoría base, y -1,4 pp menor en
personas con estudios de posgrado en personas de la categoría base.
Como se esperaba, las columnas 3 y 4 de la parte A muestran que
la probabilidad de encontrar comportamientos poco favorables y
desfavorables entre las personas con título de posgrado es menor que
la de encontrarlos en personas de la categoría base (-6,3 pp y -4,0 pp,
respectivamente). Algo similar ocurre entre las personas con estudios
de pregrado en las que estos comportamientos -3.5 pp y -2.5 pp menos
probables que en las de la categoría base. Estos resultados concuerdan
con los de los trabajos que concluyen que las personas con más edu-
cación tienen una mayor actitud cívica a cuidar el medio ambiente
(Lubell et al., 2007; Ogunbode y Arnold, 2012; Casaló et al. 2019), y
que la educación es un factor clave para promover el comportamiento
ambientalmernte4 sostenible (Martinsson y Lundqvist, 2010).
La gráfica 1 representa el comportamiento ambiental probable
por nivel educativo, considerando el valor medio de los factores ex-
plicativos. Entre las personas con estudios técnico/tecnológicos los
comportamientos favorable y muy favorable obtienen una probabili-
dad acumulada del 66% (gráfica 1a). Y entre las personas con estudios
de pregrado y posgrado de estos comportamientos es mayor, el 72%
y el 78% respectivamente (gráficas 1b y 1c). Igual que en el caso de

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206 Diana Pérez Arango, Andrés Camacho

los efectos marginales, la probabilidad de un mejor comportamiento


ambiental aumenta con el nivel de educación.

Cuadro 3
Modelo Probit ordenado de comportamientos sostenibles
Variable dependiente: Comportamientos Sostenibles
Variables Muy favorable Favorable Poco favorable Desfavorable
Independientes 1 2 3 4
Parte A
technical -,0118*** -,0001 ,0065*** ,0053***
(,0011) (,00012) (,00018) (,0008)
undergr ,0643*** -,0031** -,0352*** -,0259***
(,0032) (,0015) (,0010) (,0027)
postgr ,1187*** -,0148*** -,0630*** -,0409***
(,0034) (,0038) (,0037) (,0033)
age55 0,0424*** -,0011*** -,0233*** -,0179***
(,0098) (,00016) (,0071) (,0028)
urban -,0263*** -,0004** ,0146*** ,0121***
(,0018) (,0002) (,0000) (,0016)
strata3 ,0378*** ,0003 -,0210*** -,0172***
(,0059) (,0005) (,0048) (,0016)
strata4 ,0698*** -,0048*** -,0378*** -,0270***
(,0057) (,0006) (,0061) (,0003)
strata6 -,2159*** -,085*** ,1066*** ,1944***
(,023) (,0125) (,0110) (,0245)
male -,0474 -,0002 ,0262 ,0213
(,0527) (,0011) (,0312) (,0225)
work -,0323 -,00028 ,0179 ,0147
(,0403) (,0011) (,0237) (,0177)
Parte B
technicalage55 -,1231*** -,0281*** ,0674*** ,0837***
(,0348) (,0098) (,0148) (,0297)
undergrage55 ,0659 -,0165 -,0334 -,0160
(,1398) (,0205) (,0749) (,0444)
postgrage55 -,1642*** ,0040 ,0871*** ,0731***
(,0332) (,0057) (,0091) (,0183)
technicalurban -,0505*** -,0018 ,0281*** ,0243***
(,0064) (,0014) (,0014) (,0035)
undergrurban -,0511*** ,0047 ,0276*** ,0187***
(,0173) (,0033) (,0069) (,0071)
postgrurban -,1277** ,0203 ,0667*** ,0406**
(,0535) (,0135) (,0212) (,0186)
Observaciones 415 415 415 415
Nota: ***, **, y * estadísticamente significativo al 1%, 5%, y 10%, respectivamente.
Los coeficientes estimados son efectos marginales y los errores estándar van entre paréntesis.

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Educación y comportamiento ambiental. Un estudio de caso 207

Gráfica 1
Comportamientos ambiental probable por nivel educativo
a. Estudios técnicos b. Estudios de pregrado
37.81%
.4 .4
34.84% 34.62%

.3 .3
31.64%
Probabilidad

Probabilidad
.2 .2

.1 .1

0 Estudios técnicos Estudios de pregrado


0
1 2 3 4 1 2 3 4
Comportamientos sostenibles (niveles) Comportamientos sostenibles (niveles)

c. Estudios de posgrado
.5 44.14%

.4

33.39%
Probabilidad

.3

.2

.1

0 Estudios de prosgrado

1 2 3 4
Comportamientos sostenibles (niveles)

Fuente: elaboración propia con base en los resultados estimados

Los resultados de la variable age55, columna 1 de la parte A, muestran


que la probabilidad de que las personas de más de 55 años tengan un
comportamiento muy favorable es 4,2 pp mayor que las de menor
edad (la categoría base). Pero las columnas 2, 3 y 4 muestran una
menor probabilidad de comportamientos favorables, poco favorables
y desfavorables entre las personas mayores de 55 años que entre las
de la categoría base (-1.1 pp, -2.3 pp, y -1,7 pp, respectivamente).
Análisis estadísticos adicionales que no se presentan aquí muestran
que la probabilidad acumulada de encontrar comportamientos muy
favorables y favorables entre mayores y menores de 55 años es del
70,6% y del 66% respectivamente; es decir, las personas de más edad
tienden a ser algo más responsables con el medio ambiente que las
más jóvenes. Estos resultados concuerdan con los de Pearson, Casey
y Scott (2006), aunque difieren de los de Martinsson y Lundqvist
(2010) y Chen et al., (2011), pues estos dos últimos encuentran que las
personas más jóvenes adoptan muestran comportamientos favorables
hacia el medio ambiente con más frecuencia.

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208 Diana Pérez Arango, Andrés Camacho

Los resultados de la variable urban muestran que quienes residen en


el área urbana tienen comportamientos menos favorables que quienes
viven en el área rural. La probabilidad de encontrar comportamientos
muy favorables y favorables entre residentes del área urbana es menor
que la de encontrarlos entre residentes del área rural (2.6 pp y 0.04
pp, respectivamente). El mayor nivel de un probable comportamiento
muy favorable de ambos grupos de (urbanos y rurales) es del 30% y
del 33%, respectivamente, y de un nivel favorable, del 35% en ambos
casos). Este resultado difiere del de Martinsson y Lundqvist (2010),
según el cual el comportamiento ambiental de quienes residen en
zonas urbanas es mejor que el de los habitantes de zonas rurales o
menos urbanizadas. Nuestros resultados sugieren que en el área rural
de Sabaneta hay más conciencia de las acciones relacionada con el
medio ambiente que en el área urbana. Esto quizá obedezca a la cer-
canía de los pobladores rurales a importantes ecosistemas estratégicos
y áreas protegidas; al mayor conocimiento de los residentes rurales de
las normas de protección y conservación establecidas por el municipio
en el Sistema Local de Áreas Protegidas (Acuerdo 30/2018); y a la
mayor absorción de la información sobre el cambio climático en las
personas de zonas rurales − que se difunde en el marco de la educación
ambiental establecida en ese mismo Acuerdo.
Los resultados de la columna 1, parte A, muestran que el compor-
tamiento es ambientalmente menos favorable a medida que aumenta
el estrato socioeconómico. La probabilidad de que las personas de
estratos 3 y 4 adopten un comportamiento muy favorable y favo-
rable es 3,7 pp y 6,9 pp mayor que las de las personas de estratos 1
y 2. Mientras que la probabilidad de que las personas de estrato 6
adopten un comportamiento muy favorable es 21 pp menor que las
de la categoría base. En las columnas 3 y 4, las personas de estrato 6
tienen 10,6 pp y 19,4 pp menor probabilidad de adoptar comporta-
mientos poco favorables y desfavorables que las de la categoría base
Este resultado difiere de los de Scott y Willits, Franzen, Meyer, y
Martinsson y Lundqvist, que encuentran que las personas con mayor
nivel de ingresos (aquí estrato más alto) tienen una mejor actitud hacia
el medio ambiente que las de menor poder adquisitivo.
Los coeficientes de male y work no muestran diferencias estadís-
ticamente significativas entre hombres y mujeres, ni entre trabaja-
dores y no trabajadores, en su posible comportamiento ambiental
(cuadro 3, columnas 1 y 2). Aunque otras cifras que no se reportan
aquí muestran que la probabilidad acumulada de comportamientos
muy favorables y favorables entre hombres y mujeres es del 65% y del

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Educación y comportamiento ambiental. Un estudio de caso 209

69% respectivamente, es decir un poco mejores entre estas últimas.


Además, las personas que trabajan tienden a preocuparse algo menos
por el medio ambiente que las que no trabajan, pues la probabilidad
acumulada de comportamientos muy favorables y favorables de estos
dos grupos son respectivamente del 66% y del 68%.

Fuentes de heterogeneidad de los efectos de la educación

Esta parte del análisis explora las fuentes potenciales de heteroge-


neidad de los efectos de los niveles educativos en el comportamiento
ambiental (cuadro 3, columnas 1 a 4, parte B). Los resultados con-
sideran la heterogeneidad que puede ser explicada por covariables
socioeconómicas estadísticamente significativas; age55 y urban.
Los coeficientes de technicalage55, undergrage55 y postgrage55
muestran que la probabilidad de un mejor comportamiento am-
biental debido debido a un mayor nivel educativo difiere entre las
personas mayores de 55 años y las de menos edad. Los resultados
de la columna 1 indican que la probabilidad de un comportamiento
ambientalmente muy favorable entre mayores de 55 años con estudios
técnico-tecnológicos y de posgrado es 12,3 pp y 16,4 pp menor que
entre menores de esas edad con los mismos niveles de estudio. Por su
parte, las columnas 3 y 4 muestran que la probabilidad de encontrar
comportamentos poco favorables y desfavorables entre mayores de 55
años con estudios técnicos/tecnológicos y de posgrados es 6,7 pp y 8,7
pp mayor que entre menores de esas edad con igual nivel educativo.
Los resultados de la parte A mostraban que un mayor nivel de
escolaridad se reflejaba en un comportamiento más favorable hacia
el medio ambiente, y que ese mejor comporamiento era ligeramente
mayor entre personas mayores de 55 años. El resultado del modelo de
interacción entre variables indica que entre personas con los mismos
niveles de educación, el comporetamiento ambiental de las menores
de 55 años tienden a ser mejor que el de las de más de 55 años. Por
tanto, la educación es un elemento estratégico y fundamental para
que se adopten comportamientos más favorables al medio ambiente
desde las etapas iniciales de la vida.
Por último, los coeficientes de technicalurban, undergrurban y post-
grurban muestran que la probabilidad de mejorar el comportamiento
ambiental con una mayor escolaridad difiere entre habitantes de zonas
urbanas y rurales. Los coeficientes de la columna 1, parte B, muestran
que la probabilidad de encontrar un comportamiento muy favora-
ble entre habitantes urbanos con estudios técnicos/tecnológicos, de
pregrado o de posgrado es 5,0 pp, 5,1 pp y 12,7 pp menor que entre
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habitantes rurales con igual nivel de estudios, respectivamente. Por


su parte, los coeficientes de la la columna 3 muestran que la probabi-
lidad de que un habitante urbano con esos mismo niveles de estudio
tenga un comportamiento poco favorable es 2,8 pp, 2,7 pp, y 6,6 pp
mayor que la de un habitante rural con la misma escolarodad. Y la
probabilidad de un comportamiento desfavorable es 2,4 pp, 1,8 pp y
4,0 pp mayor entre habitantes urbanos que entre habitantes rurales
con esos niveles de estudio. En suma, considerando el mismo nivel de
educación, los residentes de zonas rurales tienden a actuar de manera
más favorable hacia el medio ambiente que los de zonas urbanas.

CONCLUSIONES

Este trabajo, que analiza los factores socioeconómicos que influyen


en el comportamiento ambiental de los habitantes del municipio co-
lombiano de Sabaneta, se centra en la influencia del nivel educativo.
Los resultados indican que la probabilidad de encontrar comporta-
mientos más favorables hacia el medio ambiente aumenta a medida
que aumenta el nivel educativo. Este resultado se puede generalizar a
otros municipios y muestra la importancia de lograr avances regionales
en materia educativa para ayudar a contener el deterioro ambiental
y a lograr los ODS relacionados con el consumo y la producción
responsable.
No obstante, la influencia de la educación tiene efectos heterogé-
neos estadísticamente significativos. Las personas menores de 55 años
con mayores niveles educativos muestran comportamientos ambien-
talmernte más favorables que las personas mayores de 55 años con
igual nivel de educación De modo debe darse prioridad a la educación
en las etapas tempranas del ciclo de vida. Además, se deben hacer
mayores esfuerzos para promover comportamientos más respetuosos
con el medio ambiengte entre habitantes urbanos con mayores niveles
de escolaridad, lo que reduciría la brecha de comportamiento entre
poblaciones urbanas y rurales.
Se necesitan más iniciativas encaminadas a fortalecer las políti-
cas educativas y ambientales que promuevan el cuidado del medio
ambiente. Guiadas por la búsqueda de entornos más saludables y
sostenibles y orientadas a los ODS relacionados con el cambio cli-
mático, incluido el ODS 12. Los resultados llevan a recomendar que
los formuladores de políticas, nacionales y municipales, impulsen
estrategias que aumenten la escolaridad, teniendo en cuenta las dife-
rencias sociodemográficas asociadas a la edad y la zona de residencia.

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Educación y comportamiento ambiental. Un estudio de caso 211

Se espera que estas políticas siembren una cultura de cuidado por


el medio ambiente en los más jóvenes, y que tracen estrategias para
concientizar y sensibilizar a la población urbana sobre la importancia
del cuidado y la conservación del planeta.
Eñ artículo tiene algunas limitaciones. La primera es la imposibi-
lidad de añadir variables socioeconómicas que han identificado otros
estudios, incluido el costo de las acciones favorables y el estado civil.
Una limitación estadística es la carencia de factores de expansión de
la encuesta utilizada que podrían mejorar las estimaciones, reducir los
sesgos y mejorar la eficiencia de los coeficientes. Otra limitante es el
sesgo de aceptación, pues los encuestados pueden haber respondido
atendiendo al interés del encuestador o a su creencia en lo que es
socialmente aceptable. Futuros estudios deben incluir una prueba de
este sesgo y métodos cualitativos complemenarias para analizar los
relatos personales.

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