Primer Capitulo Del Libro La Escuela de Cristo

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PRIMER CAPITULO DEL LIBRO LA ESCUELA DE CRISTO.

Juan 1:51, “Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo
abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del
Hombre.”

Lucas 9:23, “Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, tome su cruz cada día, y sígame.”

 Primero Se Nos Da un Panorama del Objetivo de Nuestra Educación.


El método que Dios usa con Su pueblo para asegurar una plena expresión de Su
pensamiento es, primero que todo, presentar el Objetivo perfecto. Esto fue lo que
Él hizo cuando en el Jordán abrió los cielos y dijo: “Este es mi Hijo amado, en
quien tengo complacencia.” Él presentó y dio testimonio de Aquel que era la
expresión plena, completa y detallada de Su pensamiento para Su pueblo. El
apóstol Pablo en palabras familiares para nosotros expresa el hecho: “Porque a
los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a
la imagen de Su Hijo.”

“Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia.” “…conforme a la imagen


de Su Hijo.” Esta es la presentación, el testimonio y la declaración del propósito
divino en relación a Él. Por eso, repito, el primer objetivo del Espíritu Santo es que
conozcamos lo que está en la mira de nuestra educación espiritual, a saber, que
Él está por revelar a Cristo en nosotros para después conformarnos a Él. ¡Para
aprender a Cristo, primero debemos ver a Cristo!

 La Preeminente Marca de una Vida Gobernada por el Espíritu

Esta es la marca de una vida gobernada por el Espíritu Santo. ¡Cristo va


haciéndose más y más grande a medida que avanzamos! Si esto es verdad,
bueno, ese es el camino de la Vida. Si usted y yo alguna vez llegáramos a un
lugar donde pensáramos que lo conocemos todo, que lo tenemos todo y que lo
hemos alcanzado todo, sepa que a partir de ese momento las cosas se
estancarán. Podemos asumir que el Espíritu Santo ha cesado las operaciones y
que la vida se ha petrificado.

 El Desafío y el Significado de un Cielo Abierto

¡Permítame exhortarlo! Vuelvo a insistir sobre esto, porque no solo debemos


añadir otras cosas rápidamente, sino asegurarnos de que estamos en lo correcto.
El cielo abierto trae a su misma puerta la revelación de Dios en Cristo y la pone a
su disposición, a fin de que usted no dependa, en primer lugar, de bibliotecas,
libros, directrices o de cualquier otra cosa. ¡La revelación está ahí para usted! Sin
embargo, por mucho que el Señor vea como algo bueno el uso de esas otras
cosas para ayudarlo y enriquecerlo, usted tiene su propio cielo abierto, su propio
camino despejado y no un domo cerrado sobre su cabeza. El Señor Jesús está
siendo más, y cada vez más maravilloso en su propio corazón, porque “…Dios,
que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en
nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la
faz de Jesucristo.”

 La “Otredad” de Cristo

Es necesario que entremos a la muy severa escuela del Espíritu, lo cual resulta en
el descubrimiento de que nuestras mejores intenciones son corruptas, de que
nuestros más puros motivos son inmundos ante Sus ojos, de que el yo brota en
algún lugar en las cosas que intentamos que sean para Dios. No podemos
producir desde esta naturaleza algo aceptable para Dios. Todo lo que alguna vez
llegue a Dios será únicamente en Cristo, no en nosotros. En esta vida nunca será
en nosotros, ni como nuestro. Siempre existirá la diferencia entre Cristo y
nosotros. Aunque Él viva en nosotros, Él y únicamente Él, es el objeto de placer y
satisfacción divina, y la lección básica que usted y yo tenemos que aprender en
esta vida, bajo la tutela, revelación y disciplina del Espíritu Santo es, que Él es
diferente a lo que somos nosotros, y que esa “otredad” es definitivamente algo
absoluto. ¡Esta es una de las lecciones difíciles!

 La Imposibilidad de Alcanzar el Estándar de Dios por Nosotros


Mismos.

Si usted está mirando hacia adelante lo que estoy diciendo, verá a qué lo conduce
esto. Lo conduce a la más gloriosa posición. Lo conduce al glorioso hecho
mencionado por el Señor Jesús, en aquellos días antes de que las cosas llegaran
a ser internas: “Aprended de mí…y hallaréis descanso para vuestras almas.” Ese
es el objetivo. Nosotros nunca encontraremos descanso para nuestras almas,
hasta que, en primer lugar, hayamos aprendido la absoluta diferencia entre Cristo
y nosotros, y en segundo lugar, hayamos aprendido la absoluta imposibilidad de
ser como Él por medio de algo que podamos encontrar, producir o hacer en
nosotros mismos. No está en nosotros, en nosotros mismos, ni de esa manera. Así
que, más nos vale haber pasado por nuestra última desesperación con respecto a
nosotros mismos. ¡Estas dos cosas son básicas!

 Una Última Palabra y una Exhortación

Bien, hemos visto la primera y la segunda lección en el caso de los discípulos. A


través de los meses y años ellos llegaron a ver cuán completamente diferente era
Él de ellos, y entonces, llegaron al punto de la desesperación, al asunto mismo, tal
como pretendía el Señor que fuera. Él lo previó todo. No podía entorpecerlo, no
podía salvarlos, tenía que permitirles ir por ese camino. Y justamente al final,
cuando ellos estaban haciendo sus más fuertes proclamas acerca de la lealtad,
fidelidad y resistencia de ellos, y de lo que iban a hacer cuando los sometieran a
prueba, Él les dijo a todos: “¿Ahora creéis? He aquí la hora viene, y ha venido ya,
en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo…” Y a uno en
particular le dijo: “No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.”

¿Qué cree que sintieron esos hombres cuando Él fue crucificado, todos huyeron
dejándolo solo y uno lo negó? ¿No cree usted que una oscura desesperación
entró en sus almas, no solo por las perspectivas y expectativas perdidas, sino una
desesperación sobre sí mismos? Sí, y Él tenía que permitirlo. No podía dar ni un
paso para evitarlo porque era necesario. Y usted y yo iremos por el mismo camino,
si estamos en la misma escuela. ¡Es esencial! Ninguna obra de edificación puede
ser hecha, hasta que esto haya avanzado internamente en nosotros.

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