Notas M7
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Preparatoria AUGE
1 Tipos de Textos
Unidad 1: El Texto como Manifestación Creativa y Comunicativa del
Ser Humano
1.1 Introducción
Los textos son una forma de expresión que nos permite comunicarnos, transmitir
ideas, emociones y conocimientos. Existen diferentes tipos de textos, cada uno
con caracterı́sticas distintivas y propósitos especı́ficos.
1. Estructura: Los textos narrativos suelen tener una estructura que in-
cluye introducción, desarrollo y conclusión. También pueden presentar
elementos como la trama, los personajes, el conflicto y la resolución.
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• El narrador omnisciente es aquel que tiene conocimiento completo
de la historia, los personajes y sus pensamientos. Puede acceder a
la información tanto externa como interna de los personajes, incluso
conocer eventos futuros. Este tipo de narrador tiene una perspec-
tiva objetiva y puede brindar una visión amplia de la historia, ya
que no está limitado por la experiencia personal de un personaje en
particular.
• El narrador testigo es un personaje secundario que presencia los
eventos de la historia y relata lo que ha visto o escuchado. Este
narrador tiene un conocimiento limitado a su propia perspectiva y
experiencia, ya que solo puede transmitir lo que ha observado direc-
tamente. Su visión puede ser subjetiva, influenciada por su inter-
pretación personal de los hechos.
• El narrador protagonista es un personaje principal en la historia que
cuenta los eventos desde su propia perspectiva. Este tipo de narrador
narra en primera persona y tiene un conocimiento limitado a sus
propias experiencias, pensamientos y sentimientos. La narración se
realiza desde el punto de vista del protagonista, lo que puede brindar
una visión subjetiva de los acontecimientos y una mayor conexión
emocional con el lector.
3. Personajes: Los personajes en un texto narrativo son las figuras que dan
vida a la historia. Son seres ficticios o reales que interactúan entre sı́ y
con el entorno para impulsar la trama y transmitir emociones al lector.
El personaje principal, también conocido como protagonista, es el centro
de la historia y juega un papel fundamental en el desarrollo de la trama.
Durante su participación en la historia, presenta una gran evolución y
complejidad.
4. Tiempo y Espacio: Los textos narrativos pueden situarse en diferentes
tiempos y lugares. El autor tiene la libertad de crear mundos ficticios o
utilizar escenarios reales.
Texto Narrativo 1
Habı́a una vez un pequeño pueblo enclavado en lo profundo del bosque. Sus
habitantes vivı́an en armonı́a, rodeados de árboles centenarios y rı́os cristalinos.
Pero un dı́a, una sombra oscura se cernió sobre el lugar. Un malvado hechicero
llegó al pueblo con la intención de robar su fuente de energı́a mágica.
Los valientes habitantes del pueblo, liderados por el joven héroe llamado Lu-
cas, decidieron enfrentarse al hechicero y proteger su preciado tesoro. Con va-
lentı́a y determinación, se adentraron en el bosque oscuro, enfrentando peligros
y desafı́os en su camino.
Tras una ardua batalla, Lucas logró derrotar al hechicero y devolver la paz al
pueblo. Los habitantes celebraron su victoria con alegrı́a y agradecieron al joven
héroe por su valentı́a y sacrificio.
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Desde entonces, la historia de Lucas y su valentı́a se convirtió en una leyenda
que se transmitı́a de generación en generación, recordándonos que siempre existe
la esperanza y el coraje para enfrentar cualquier adversidad.
Texto Narrativo 2
Se conocieron. Tenı́an prohibido enamorarse. Se enamoraron. Sufrieron.
Sufrieron más. Se murieron por falta de comunicación.
Texto Narrativo 3
Habı́a una vez una joven princesa que vivı́a en Polanco. Un dı́a su papá,
el rey, cometió un fraude de millones de dólares y lo metieron a la cárcel. La
princesa querı́a conservar su palacio ası́ que decidió poner un anuncio en el
periódico solicitando un prı́ncipe que liquidara su deuda. Hoy la princesa con-
serva su código postal y comparte el lecho con un hombre de setenta años.
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1.3 Textos Lı́ricos
Los textos lı́ricos están centrados en los sentimientos y emociones del autor.
Suelen manifestarse en forma de poemas, canciones o composiciones lı́ricas.
Algunas caracterı́sticas clave son:
Lo dejarı́a todo,
todo lo tirarı́a:
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los dı́as y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor.
Tú, que no eres mi amor,
¡si me llamaras!
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será desde un milagro,
incógnito, sin verlo.
• ¿Cuáles son las principales diferencias de este texto con un texto narrativo?
1.4 La Poesı́a
La poesı́a es una forma de expresión artı́stica que utiliza el lenguaje de man-
era especial, utilizando ritmo, musicalidad y recursos literarios para transmitir
ideas, emociones y experiencias. Se caracteriza por su brevedad, su estructura
lı́rica y su enfoque en la belleza y la estética del lenguaje. A través de la poesı́a,
los poetas exploran temas profundos, evocan imágenes vı́vidas y despiertan sen-
timientos en el lector. La poesı́a puede adoptar diferentes formas y estilos, como
sonetos, haikus, poemas libres, entre otros, y ha sido una forma de expresión
utilizada por diversas culturas en todo el mundo desde tiempos antiguos.
La poesı́a es una forma de expresión artı́stica que utiliza el lenguaje de man-
era especial, utilizando ritmo, musicalidad y recursos literarios para transmitir
ideas, emociones y experiencias. Se caracteriza por su brevedad, su estructura
lı́rica y su enfoque en la belleza y la estética del lenguaje. A través de la poesı́a,
los poetas exploran temas profundos, evocan imágenes vı́vidas y despiertan sen-
timientos en el lector. La poesı́a puede adoptar diferentes formas y estilos, como
sonetos, haikus, poemas libres, entre otros, y ha sido una forma de expresión
utilizada por diversas culturas en todo el mundo desde tiempos antiguos.
El sujeto lı́rico del poema es aquel que habla en el poema: el equivalente
al narrador en el texto narrativo.
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no hay cosa en los cuartetos que me espante.
1.4.1 El Haiku
Un haiku es una forma tradicional de poesı́a japonesa que se caracteriza por
su brevedad y su estructura de tres versos. Un haiku tradicional consta de 17
sı́labas distribuidas en tres versos: el primero con 5 sı́labas, el segundo con 7
sı́labas y el tercero nuevamente con 5 sı́labas. Esta estructura fija le otorga
concisión y precisión al haiku.
Haiku 1
No te derrumbes
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
Haiku 2
Preciosa, no sé
Si te sepas preciosa
Yo, preciosa, sé
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1.4.2 La Rima
Una rima es una repetición de sonidos al final de los versos en un poema o una
composición poética. Se trata de un recurso utilizado para crear musicalidad,
ritmo y estructura en la poesı́a. La rima puede ser asonante o consonante,
dependiendo de qué tipo de sonidos se repiten.
La rima asonante se produce cuando se repiten los sonidos vocálicos en
las últimas sı́labas de los versos, mientras que los sonidos consonantes pueden
variar. Esto significa que las vocales deben coincidir en cuanto al sonido, pero las
consonantes pueden ser diferentes. Un ejemplo de rima asonante es el siguiente:
En este caso, los sonidos de las vocales “a” en “blanca” y “calma” se repiten,
creando una rima asonante.
Por otro lado, la rima consonante se produce cuando tanto los sonidos
vocálicos como los consonantes se repiten en las últimas sı́labas de los versos.
Esto significa que tanto las vocales como las consonantes deben coincidir. Un
ejemplo de rima consonante es el siguiente:
Aquı́, los sonidos de las vocales “i” y los sonidos de las consonantes “ll” se
repiten en palabras como “brillan” y “brillo”, creando una rima consonante.
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus dı́as
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
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se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Rı́ete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.
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1.5 Figuras Retóricas
Las figuras retóricas son herramientas especiales que se usan en el lenguaje para
hacerlo más interesante y expresivo. Son como trucos o adornos que se añaden
a las palabras y las frases para que suenen más bonitas, llamen la atención o
transmitan emociones de manera especial.
Hay muchas figuras retóricas diferentes, cada una con su propio efecto y
propósito. Las principales figuras son:
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– La única constante es el cambio.
Actividad. Identifica las figuras retóricas usadas en cada una de las sigu-
ientes oraciones.
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6. ¿Qué libro le leyó el narrador a Roxana durante la llamada?
7. ¿Qué pregunta el narrador sobre la cicatriz de su tı́o? ¿Cuál es la respuesta
inicial del tı́o sobre la cicatriz?
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1.7 Texto Dramático
El texto dramático se expresa estéticamente al igual que el texto narrativo y
el lı́rico. La particularidad del texto dramático es que no alcanza su objetivo
artı́stico por sı́ mismo, pues a diferencia de la novela y de la poesı́a que son
entidades completas, éste está pensado y escrito para la representación en un
escenario. En el caso del teatro, el acto comunicativo se vuelve más complejo
que en otros textos literarios; si la obra dramática se lee, el dramaturgo es el
emisor, la obra el mensaje y el receptor es el lector individual, pero cuando
se le representa, que es el fin que condiciona la validez del texto dramático,
los emisores son el dramaturgo, el director y los actores, lo que transcurre en el
escenario (la acción directa) es el mensaje y el receptor es el espectador colectivo
o público.
Acto 1
Escena 1
(Un salón vacı́o con una mesa en el centro. Laura está sentada en una silla,
mirando por la ventana. John entra por la puerta principal.)
JOHN: -Buenos dı́as, Laura. ¿Qué te trae por aquı́ tan temprano?
LAURA: -Buenos dı́as, John. He estado esperando tu llegada. Tenemos
mucho de qué hablar.
JOHN: -¿Sucede algo? Pareces preocupada.
LAURA: -Sı́, hay algo importante que necesito decirte. Pero primero, siéntate.
(John se sienta frente a Laura.)
JOHN: -Estoy todo oı́dos. ¿Qué quieres decirme?
LAURA: -Anoche recibı́ una carta. Es de mi madre. Me informa que está
muy enferma y necesita que regrese a casa de inmediato.
JOHN: -Oh, lo siento mucho. ¿Cuál es la enfermedad?
LAURA: -No está claro en la carta, pero suena grave. Necesito ir a verla y
cuidar de ella.
JOHN: -Por supuesto, entiendo que debes estar con tu madre en este mo-
mento difı́cil. ¿Cuándo planeas partir?
LAURA: -Lo antes posible. He hecho los arreglos necesarios y tengo un vuelo
mañana por la mañana.
JOHN: -Entonces debes aprovechar el tiempo que te queda aquı́. ¿Hay algo
que pueda hacer por ti antes de que te vayas?
LAURA: -Solo necesito que estés aquı́ para apoyarme. Estoy nerviosa por
lo que vendrá y me reconforta saber que estás a mi lado.
JOHN: -Siempre estaré aquı́ para ti, Laura. Puedes contar conmigo en los
momentos difı́ciles.
(Laura y John se toman de las manos y se miran con cariño.)
Fin de la escena 1.
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1. ¿Qué sucede en el fragmento que leı́ste?
2. ¿Qué personajes intervienen en la acción?
3. ¿Cómo identificaste estos personajes? ¿Los presenta alguien?
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1.10 Texto Ensayı́stico
Actividad. Lee el siguiente texto y responde las preguntas.
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A diferencia de los otros tipos de texto literarios que ya has estudiado, en el
ensayo las convicciones del autor con respecto al mundo que lo rodea determinan
su posición frente a algún conflicto o tema de su interés. El autor de un ensayo
escribe sus ideas y argumenta sus puntos de vista sin necesidad de crear voces
distintas a la suya, lo anterior lo hace protagonista de sus propios escritos.
Por su ı́ndole misma, el ensayo es un escrito que requiere de una estricta
ordenación lógica en su estructura. Todo ensayo se compone de tres partes:
introducción, desarrollo y conclusión. No obstante, es trabajo del escritor el
determinar cómo desarrollará cada uno de estos elementos.
En resumen, la función de un ensayo es presentar o exponer a otras personas
las ideas personales del autor, su punto de vista, su posición ante un problema
o tema determinado.
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2 Contextos Literarios
El contexto dentro de la literatura se refiere al conjunto de circunstancias que
afectan o posibilitan la creación literaria y que el autor plasma en sus textos:
al ambiente histórico, geográfico, social, ideológico y cultural que circunda a
la obra literaria y al autor. Podemos clasificar el contexto global de una obra
literaria en distintos tipos de contextos.
Actividad.
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Dagón
Escribo esto bajo una fuerte tensión mental, ya que cuando llegue la noche
habré dejado de existir. Sin dinero, y agotada mi provisión de droga, que es
lo único que me hace tolerable la vida, no puedo seguir soportando más esta
tortura; me arrojaré desde esta ventana de la buhardilla a la sórdida calle de
abajo. Pese a mi esclavitud a la morfina, no me considero un débil ni un
degenerado. Cuando hayan leı́do estas páginas atropelladamente garabateadas,
quizá se hagan idea -aunque no del todo- de por qué tengo que buscar el olvido
o la muerte.
Fue en una de las zonas más abiertas y menos frecuentadas del anchuroso
Pacı́fico donde el paquebote en el que iba yo de sobrecargo cayó apresado por un
corsario alemán. La gran guerra estaba entonces en sus comienzos, y las fuerzas
oceánicas de los hunos aún no se habı́an hundido en su degradación posterior;
ası́ que nuestro buque fue capturado legalmente, y nuestra tripulación tratada
con toda la deferencia y consideración debidas a unos prisioneros navales. En
efecto, tan liberal era la disciplina de nuestros opresores, que cinco dı́as más
tarde conseguı́ escaparme en un pequeño bote, con agua y provisiones para
bastante tiempo.
Cuando al fin me encontré libre y a la deriva, tenı́a muy poca idea de cuál era
mi situación. Navegante poco experto, sólo sabı́a calcular de manera muy vaga,
por el sol y las estrellas, que estaba algo al sur del ecuador. No sabı́a en absoluto
en qué longitud, y no se divisaba isla ni costa algunas. El tiempo se mantenı́a
bueno, y durante incontables dı́as navegué sin rumbo bajo un sol abrasador, con
la esperanza de que pasara algún barco, o de que me arrojaran las olas a alguna
región habitable. Pero no aparecı́an ni barcos ni tierra, y empecé a desesperar
en mi soledad, en medio de aquella ondulante e ininterrumpida inmensidad azul.
El cambio ocurrió mientras dormı́a. Nunca llegaré a conocer los pormenores;
porque mi sueño, aunque poblado de pesadillas, fue ininterrumpido. Cuando
desperté finalmente, descubrı́ que me encontraba medio succionado en una
especie de lodazal viscoso y negruzco que se extendı́a a mi alrededor, con
monótonas ondulaciones hasta donde alcanzaba la vista, en el cual se habı́a
adentrado mi bote cierto trecho.
Aunque cabe suponer que mi primera reacción fuera de perplejidad ante una
transformación del paisaje tan prodigiosa e inesperada, en realidad sentı́ más
horror que asombro; pues habı́a en la atmósfera y en la superficie putrefacta
una calidad siniestra que me heló el corazón. La zona estaba corrompida de
peces descompuestos y otros animales menos identificables que se veı́an emerger
en el cieno de la interminable llanura. Quizá no deba esperar transmitir con
meras palabras la indecible repugnancia que puede reinar en el absoluto silencio
y la estéril inmensidad. Nada alcanzaba a oı́rse; nada habı́a a la vista, salvo una
vasta extensión de légamo negruzco; si bien la absoluta quietud y la uniformidad
del paisaje me producı́an un terror nauseabundo.
El sol ardı́a en un cielo que me parecı́a casi negro por la cruel ausencia de
nubes; era como si reflejase la ciénaga tenebrosa que tenı́a bajo mis pies. Al
meterme en el bote encallado, me di cuenta de que sólo una posibilidad podı́a
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explicar mi situación. Merced a una conmoción volcánica el fondo oceánico
habı́a emergido a la superficie, sacando a la luz regiones que durante millones
de años habı́an estado ocultas bajo insondables profundidades de agua. Tan
grande era la extensión de esta nueva tierra emergida debajo de mı́, que no
lograba percibir el más leve rumor de oleaje, por mucho que aguzaba el oı́do.
Tampoco habı́a aves marinas que se alimentaran de aquellos peces muertos.
Durante varias horas estuve pensando y meditando sentado en el bote, que se
apoyaba sobre un costado y proporcionaba un poco de sombra al desplazarse el
sol en el cielo. A medida que el dı́a avanzaba, el suelo iba perdiendo pegajosidad,
por lo que en poco tiempo estarı́a bastante seco para poderlo recorrer fácilmente.
Dormı́ poco esa noche, y al dı́a siguiente me preparé una provisión de agua y
comida, a fin de emprender la marcha en busca del desaparecido mar, y de un
posible rescate.
A la mañana del tercer dı́a comprobé que el suelo estaba bastante seco para
andar por él con comodidad. El hedor a pescado era insoportable; pero me
tenı́an preocupado cosas más graves para que me molestase este desagradable
inconveniente, y me puse en marcha hacia una meta desconocida. Durante todo
el dı́a caminé constantemente en dirección oeste guiado por una lejana colina que
descollaba por encima de las demás elevaciones del ondulado desierto. Acampé
esa noche, y al dı́a siguiente proseguı́ la marcha hacia la colina, aunque parecı́a
escasamente más cerca que la primera vez que la descubrı́. Al atardecer del
cuarto dı́a llegué al pie de dicha elevación, que resultó ser mucho más alta de lo
que me habı́a parecido de lejos; tenı́a un valle delante que hacı́a más pronunciado
el relieve respecto del resto de la superficie. Demasiado cansado para emprender
el ascenso, dormı́ a la sombra de la colina.
No sé por qué, mis sueños fueron extravagantes esa noche; pero antes que
la luna menguante, fantásticamente gibosa, hubiese subido muy alto por el este
de la llanura, me desperté cubierto de un sudor frı́o, decidido a no dormir más.
Las visiones que habı́a tenido eran excesivas para soportarlas otra vez. A la luz
de la luna comprendı́ lo imprudente que habı́a sido al viajar de dı́a. Sin el sol
abrasador, la marcha me habrı́a resultado menos fatigosa; de hecho, me sentı́
de nuevo lo bastante fuerte como para acometer el ascenso que por la tarde no
habı́a sido capaz de emprender. Recogı́ mis cosas e inicié la subida a la cresta
de la elevación.
Ya he dicho que la ininterrumpida monotonı́a de la ondulada llanura era
fuente de un vago horror para mı́; pero creo que mi horror aumentó cuando
llegué a lo alto del monte y vi, al otro lado, una inmensa sima o cañón, cuya
oscura concavidad aún no iluminaba la luna. Me pareció que me encontraba en
el borde del mundo, escrutando desde el mismo canto hacia un caos insondable
de noche eterna. En mi terror se mezclaban extraños recuerdos del Paraı́so
perdido, y la espantosa ascensión de Satanás a través de remotas regiones de
tinieblas.
Al elevarse más la luna en el cielo, empecé a observar que las laderas del valle
no eran tan completamente perpendiculares como habı́a imaginado. La roca
formaba cornisas y salientes que proporcionaban apoyos relativamente cómodos
para el descenso; y a partir de unos centenares de pies, el declive se hacı́a más
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gradual. Movido por un impulso que no me es posible analizar con precisión,
bajé trabajosamente por las rocas, hasta el declive más suave, sin dejar de mirar
hacia las profundidades estigias donde aún no habı́a penetrado la luz.
De repente, me llamó la atención un objeto singular que habı́a en la ladera
opuesta, el cual se erguı́a enhiesto como a un centenar de yardas de donde
estaba yo; objeto que brilló con un resplandor blanquecino al recibir de pronto
los primeros rayos de la luna ascendente. No tardé en comprobar que era tan
sólo una piedra gigantesca; pero tuve la clara impresión de que su posición y su
contorno no eran enteramente obra de la Naturaleza. Un examen más detenido
me llenó de sensaciones imposibles de expresar; pues pese a su enorme magnitud,
y su situación en un abismo abierto en el fondo del mar cuando el mundo era
joven, me di cuenta, sin posibilidad de duda, de que el extraño objeto era un
monolito perfectamente tallado, cuya imponente masa habı́a conocido el arte y
quizá el culto de criaturas vivas y pensantes.
Confuso y asustado, aunque no sin cierta emoción de cientı́fico o de ar-
queólogo, examiné mis alrededores con atención. La luna, ahora casi en su cenit,
asomaba espectral y vı́vida por encima de los gigantescos peldaños que rodeaban
el abismo, y reveló un ancho curso de agua que discurrı́a por el fondo formando
meandros, perdiéndose en ambas direcciones, y casi lamiéndome los pies donde
me habı́a detenido. Al otro lado del abismo, las pequeñas olas bañaban la base
del ciclópeo monolito, en cuya superficie podı́a distinguir ahora inscripciones y
toscos relieves. La escritura pertenecı́a a un sistema de jeroglı́ficos desconocido
para mı́, distinto de cuantos yo habı́a visto en los libros, y consistente en su
mayor parte en sı́mbolos acuáticos esquematizados tales como peces, anguilas,
pulpos, crustáceos, moluscos, ballenas y demás. Algunos de los caracteres rep-
resentaban evidentemente seres marinos desconocidos para el mundo moderno,
pero cuyos cuerpos en descomposición habı́a visto yo en la llanura surgida del
océano.
Sin embargo, fueron los relieves los que más me fascinaron. Claramente
visibles al otro lado del curso de agua, a causa de sus enormes proporciones,
habı́a una serie de bajorrelieves cuyos temas habrı́an despertado la envidia de un
Doré. Creo que estos seres pretendı́an representar hombres. . . al menos, cierta
clase de hombres; aunque aparecı́an retozando como peces en las aguas de alguna
gruta marina, o rindiendo homenaje a algún monumento monolı́tico, bajo el agua
también. No me atrevo a descubrir con detalle sus rostros y sus cuerpos, ya que
el mero recuerdo me produce vahı́dos. Más grotescos de lo que podrı́a concebir
la imaginación de un Poe o de un Bulwer, eran detestablemente humanos en
general, a pesar de sus manos y pies palmeados, sus labios espantosamente
anchos y fláccidos, sus ojos abultados y vidriosos, y demás rasgos de recuerdo
menos agradable. Curiosamente, parecı́an cincelados sin la debida proporción
con los escenarios que servı́an de fondo, ya que uno de los seres estaba en
actitud de matar una ballena de tamaño ligeramente mayor que él. Observé,
como digo, sus formas grotescas y sus extrañas dimensiones; pero un momento
después decidı́ que se trataba de dioses imaginarios de alguna tribu pescadora
o marinera; de una tribu cuyos últimos descendientes debieron de perecer antes
que naciera el primer antepasado del hombre de Piltdown o de Neanderthal.
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Aterrado ante esta visión inesperada y fugaz de un pasado que rebasaba la
concepción del más atrevido antropólogo, me quedé pensativo, mientras la luna
bañaba con misterioso resplandor el silencioso canal que tenı́a ante mı́.
Entonces, de repente, lo vi. Tras una leve agitación que delataba su ascensión
a la superficie, la entidad surgió a la vista sobre las aguas oscuras. Inmenso,
repugnante, aquella especie de Polifemo saltó hacia el monolito como un mon-
struo formidable y pesadillesco, y lo rodeó con sus brazos enormes y escamosos,
al tiempo que inclinaba la cabeza y proferı́a ciertos gritos acompasados. Creo
que enloquecı́ entonces.
No recuerdo muy bien los detalles de mi frenética subida por la ladera y el
acantilado, ni de mi delirante regreso al bote varado. . . Creo que canté mucho, y
que reı́ insensatamente cuando no podı́a cantar. Tengo el vago recuerdo de una
tormenta, poco después de llegar al bote; en todo caso, sé que oı́ el estampido
de los truenos y demás ruidos que la Naturaleza profiere en sus momentos de
mayor irritación.
Cuando salı́ de las sombras, estaba en un hospital de San Francisco; me
habı́a llevado allı́ el capitán del barco norteamericano que habı́a recogido mi
bote en medio del océano. Hablé de muchas cosas en mis delirios, pero averigüé
que nadie habı́a hecho caso de las palabras. Los que me habı́an rescatado no
sabı́an nada sobre la aparición de una zona de fondo oceánico en medio del
Pacı́fico, y no juzgué necesario insistir en algo que sabı́a que no iban a creer. Un
dı́a fui a ver a un famoso etnólogo, y lo divertı́ haciéndole extrañas preguntas
sobre la antigua leyenda filistea en torno a Dagón, el Dios-Pez; pero en seguida
me di cuenta de que era un hombre irremediablemente convencional, y dejé de
preguntar.
Es de noche, especialmente cuando la luna se vuelve gibosa y menguante,
cuando veo a ese ser. He intentado olvidarlo con la morfina, pero la droga
sólo me proporciona una cesación transitoria, y me ha atrapado en sus garras,
convirtiéndome irremisiblemente en su esclavo. Ası́ que voy a poner fin a todo
esto, ahora que he contado lo ocurrido para información o diversión desdeñosa
de mis semejantes. Muchas veces me pregunto si no será una fantasmagorı́a, un
producto de la fiebre que sufrı́ en el bote a causa de la insolación, cuando escapé
del barco de guerra alemán. Me lo pregunto muchas veces; pero siempre se me
aparece, en respuesta, una visión monstruosamente vı́vida. No puedo pensar en
las profundidades del mar sin estremecerme ante las espantosas entidades que
quizá en este instante se arrastran y se agitan en su lecho fangoso, adorando a
sus antiguos ı́dolos de piedra y esculpiendo sus propias imágenes detestables en
obeliscos submarinos de mojado granito. Pienso en el dı́a que emerjan de las
olas, y se lleven entre sus garras de vapor humeantes a los endebles restos de
una humanidad exhausta por la guerra. . . en el dı́a en que se hunda la tierra,
y emerja el fondo del océano en medio del universal pandemonio.
Se acerca el fin. Oigo ruido en la puerta, como si forcejeara en ella un cuerpo
inmenso y resbaladizo. No me encontrará. ¡Dios mı́o, esa mano! ¡La ventana!
¡La ventana! ¡LA VENTANA!
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1. ¿Cuál crees que haya sido el contexto de producción del autor del texto?
2. ¿Por qué el narrador se siente bajo una fuerte tensión mental al escribir
el texto?
6. ¿Qué relación tiene el personaje Pepe con los sucesos del movimiento es-
tudiantil de 1968 en México?
7. ¿Qué ocurrió el 2 de Octubre de 1968 en la Ciudad de México?
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