El Renacimiento Urbano
El Renacimiento Urbano
El Renacimiento Urbano
4.2. El comercio
- El comercio terrestre
En las ciudades se vendían los excedentes agrícolas que procedían de los feudos
y, con el paso del tiempo, se organizaron mercados semanales en los que los
campesinos vendían sus productos: frutas, hortalizas, animales de corral…
En algunas ciudades, una o varias veces al año, se celebraban ferias, que eran grandes mercados a los que
acudían comerciantes de fuera de la ciudad, e incluso del país.
Las ferias solían contar con la protección de los monarcas y los
señores feudales, porque les proporcionaban importantes ingresos a través
de los impuestos y abastecían a la población de productos que llegaban de
otras regiones. Por ello regulaban su funcionamiento, garantizaban la
vigilancia y otorgaban a los mercaderes importantes privilegios. De esta
forma se atraía al mayor número posible de feriantes.
En Europa las ferias más importantes eran las de Champaña, en la
actual Francia, en la que se intercambiaban los productos procedentes de las dos grandes áreas comerciales de
Europa: la de la Europa central y del Norte, y el área mediterránea. En España, destaca la de Medina del Campo.
- El comercio marítimo
A finales de la Edad Media se desarrolló enormemente el comercio
marítimo, favorecido por los avances en la navegación: un nuevo tipo de barco
(carraca), que permite más carga, y el uso del astrolabio y la brújula , que
permitió que los barcos se alejaran de la costa y navegaran en línea recta hacia los puertos de destino).
Las dos grandes áreas comerciales eran :
a) Europa central y del norte
Comprendía los territorios que bañaban el mar del Norte y del Báltico, así como importantes territorios de
Europa septentrional y central. En ella destacaban ciudades como Brujas y Gante (actual Bélgica), Amberes (Países
Bajos), o Hamburgo (Alemania) . En esta zona, los comerciantes se asociaban para reducir los gastos y, sobre todo,
para protegerse en caso de pérdidas de mercancías por asaltos, naufragios, etc. De entre estas asociaciones, la más
importante fue la Hansa, con centro en el mar Báltico, y que monopolizó el comercio del hierro, madera, resinas,
7. LA CULTURA Y EL ARTE
7.1. LA CULTURA
En las ciudades, la cultura dejó de ser dominio exclusivo de la Iglesia. A partir
del siglo XI, las escuelas empezaron a depender de las catedrales y de los
concejos de las ciudades. En ellas, los estudiantes aprendían a leer y a escribir, y
algunas nociones de cálculo. Sin embargo, pronto se hizo necesario aumentar la
preparación para formar a los hijos de los nobles, los comerciantes y los
escribanos. Surgieron entonces las universidades, que a partir del siglo XII se
propagaron por las principales ciudades europeas: Bolonia,
Oxford (en la imagen), París, Salamanca. La universidad
medieval se dividía en dos niveles. En los Colegios Menores se
formaban los bachilleres, durante cinco años, y los estudios
superiores se realizaban en Colegios Mayores, donde los
bachilleres podían convertirse en doctores en medicina,
derecho o teología.
A finales de la Edad Media (1440), el alemán Johannes
Gutenberg inventó la imprenta. Los libros impresos y sus
grabados, mucho más baratos, contribuyeron a extender la
cultura por toda Europa. Será la antesala del Renacimiento.
7.2. EL ARTE GÓTICO
A partir de mediados del siglo XII se impone un nuevo estilo en la construcción y en las artes plásticas: el arte
gótico. Este estilo nace en Francia y se extiende por todo Occidente, prolongándose hasta el siglo XV e, incluso,
principios del XVI.
El arte gótico surge como consecuencia de :
- por un lado, el crecimiento de las ciudades. La nueva clase dirigente, la burguesía, busca un nuevo tipo de
edificio civil y religioso que el románico, que sea más grande, más llamativo y más
representativo de su poder, tanto político como económico.
-Por otro lado, un cambio profundo en el dogma, en las creencias y en la actitud de la
Iglesia, más favorable que en el pasado a destacar los
aspectos positivos de la fe: frente al temor a pecar y al
castigo que refleja el arte románico, el arte gótico
intenta reflejar la esperanza del hombre en la salvación
y consideran el arte un medio para exaltar a Dios.
7.2.1. La arquitectura gótica
El edificio más representativo de la arquitectura gótica es la catedral, símbolo de la ciudad y orgullo de toda la
población, dispuesta a los mayores sacrificios para construir esos edificios gigantescos que, a veces, tardaban siglos
en terminarse. Pero también se conservan edificios civiles, como palacios, edificios comunales y lonjas.
• Los palacios góticos solían ser de planta cuadrada. Tenían una fachada imponente que mostraba la importancia
de la familia propietaria. Ejemplo es la Casa del Oro, en Venecia.
• Un esquema similar tenían los edificios comunales o Ayuntamientos, con grandes fachadas hacia la plaza
central de la ciudad. Incluían grandes salas, en las que se reunían los regidores y los
consejos de las ciudades, en ocasiones muy numerosos. También solían estar
espléndidamente decorados. En la imagen, el ayuntamiento de Bruselas.
• Las lonjas eran grandes naves, con pilares muy elevados, que estaban dedicadas a los
negocios. Allí iban los mercaderes a exponer sus mercancías, pactar sus contratos,
cambiar moneda o trabajar con letras de cambio. Eran espacios sencillos, pero decorados
con elegancia. En la imagen, la Lonja de Zaragoza.
Sin embargo, el edificio por excelencia es la catedral. Casi todas las grandes ciudades Europas de la Baja Edad Media
tienen una.
La catedral gótica presenta tres características generales:
- Verticalidad : Esta búsqueda de la altura tiene un sentido simbólico: el afán del hombre por ascender, por
llegar al Cielo para acercarse cada vez más a Dios.
-Luminosidad : Dios se muestra ahora como la luz que el hombre busca para salir de las tinieblas del mal, y los
avances en las técnicas constructivas harán posible plasmar de forma simbólica esa visión: los muros son sustituidos
por vidrieras de colores, y la luminosidad coloreada del interior de la catedral logra crear efectos de irrealidad que
ayudan al creyente a acercarse a ese nuevo Dios, más amable y comprensivo.
- Naturalismo: Los elementos escultóricos que siguen apareciendo unidos a la arquitectura suelen ser bastante
naturalistas: follajes, hojas y animales en la decoración de los capiteles. Las esculturas de santos, vírgenes, etc., son
más amables, más cercanas (se miran, se sonríen…), con lo que el creyente acude a rezar sin el temor que
experimentaba en los siglos precedentes.