1852 - 1880 - Informe y Video. COMPLETO

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1852 – 1880

Hacia 1850 la confederación presentaba un halagador panorama. Políticamente


la república estaba pacificada y el estado central se había reconstruido, lo que
se había logrado con la institución del encargado de relaciones exteriores.
Desde el punto de vista económico la Confederación estaba prospera, el
levantamiento del bloqueo había significado la normalización en el puerto de
buenos aires y con ellos cifras récord en la importaciones y exportaciones.
En el transcurso del año 1850 se inició una serie de negociaciones circunscritas a
consolidar la Confederación, tanto en el plano nacional como en el
internacional. La Legislatura de Buenos Aires, en las Sesiones del 3 y 4 de
Octubre de 1850, refutó con fundados argumentos las posiciones adoptadas por
las autoridades brasileñas, arribando a la conclusión de la inevitabilidad de la
guerra.
Cuando el doctor Guido regresó de Río de Janeiro dando por terminada su
misión ante la Corte Imperial, en octubre de 1850, se había concretado la
ruptura de relaciones. Brasil inició entonces una sutil política con el fin de lograr
el apoyo de Paraguay y actuar diplomáticamente en el ámbito de Entre Ríos y
Corrientes, para ir abriendo paso a un movimiento de opinión favorable a los
planes en marcha del Gobierno Imperial.
En 1850, el poder de Rosas era omnímodo; nada parecía oponerse a sus
designios y hasta los emigrados consideraban inútil continuar con su prédica
contra el régimen de la dictadura.
En 1850 Rosas imperaba sin resistencias. Todas las tentativas para derrocarlo
habían fracasado. Buenos Aires estaba acostumbrada a soportarlo que apenas
lo sentía y hasta le hacía periódicamente manifestaciones de adhesión, que los
de afuera y muchos de los de adentro consideraban espontáneas. Rosas, por
razones políticas, necesitaba que la atención del país, en el que gobernadores y
caudillos responden a sus directivas, siguiera puesta en Buenos Aires, de allí su
estratégica decisión de no negociar con Paraguay y romper relaciones con
Brasil.
El reequipamiento del Ejército de Observación en la costa del Uruguay, que
tenía como objetivo desmoralizar a sus belicosos vecinos, sirvió para fortalecer
los proyectos que Urquiza tenía en mente.
La ruptura final entre Urquiza y Rosas se produjo en 1851 con su manifiesto del
1° de mayo, que afirmaba que Entre Ríos reasumiría sus derechos soberanos y
convocaba la reorganización nacional; sólo Corrientes lo apoyó en ese
momento.
El 29 de mayo de 1851 se firmó una alianza entre Brasil, Entre Ríos y el gobierno
de Montevideo contra Oribe (aliado de Rosas) para asegurar la independencia
de la banda oriental; Rosas respondió declarando la guerra al Brasil.
PRONUNCIAMIENTO DE URQUIZA:
A partir del pronunciamiento de Urquiza en 1851, se afirmaba la ruptura del
entrerriano con Rosas “de una manera clara, positiva y pública” como requerían
las instrucciones al encargado del Brasil en Montevideo, Rodrigo da Souza Silva
Pontes, el imperio brasileño verá la oportunidad de sumarse a las fuerzas del
Litoral otorgando ayuda material a cambio de estabilidad en la Banda Oriental
(expulsión del ejército rosista), asegurar su área de influencia (Río Grande do
Sul) y conquistar un antiguo anhelo, la libre navegación del Paraná, una de las
causas a futuro de la batalla de caseros.
En febrero de 1852 el ejercito grande avanzo sobre Buenos Aires en la BATALLA
DE CASEROS
Causas de la batalla:

 El deseo de las provincias de terminar con el mandato de Rosas.


 Libre navegación del Paraná y del Rio de La Plata.
 Formación de la triple alianza al mando de Urquiza.
Consecuencias

 Rosas deja su cargo.


 Triunfo de Urquiza.

A fines de noviembre, Brasil, Uruguay y los estados de Entre Ríos y Corrientes


declararon la guerra a Rosas. El Imperio concede un crédito de cien mil
patacones para financiar la guerra, cifra que se reconocía como deuda de la
Nación Argentina, dos mil espadas más las municiones y armas que hicieran
falta. El costo humano de la guerra lo pondrían las provincias del Litoral. Una
división de infantería con un regimiento de caballería y dos baterías de seis
cañones cada una serían el aporte militar brasileño, 4000 hombres al mando
del general Manuel Marques de Sousa, aparte de 12 000 reservistas en las
costas del Uruguay que intervendrán si era necesario.

Tras reunir y adiestrar sus fuerzas en Gualeguaychú, Urquiza reunió las fuerzas
provinciales en el campamento del Calá, y partió el 13 de diciembre al
encuentro del Ejército Grande, el cual se concentró en Diamante, puerto de
Punta Gorda. Desde allí, las tropas fueron cruzando el Paraná desde la víspera
de Navidad hasta el día de Reyes de 1852. Las tropas de infantería y los
pertrechos de artillería cruzaron en buques militares brasileños, mientras la
caballería cruzó a nado.
Por su parte, Rosas asumió en persona el mando de su ejército contaban con
10 000 infantes, 12 000 hombres de caballería y 60 cañones. Las fuerzas contra
atacantes de Urquiza contaba con al menos 24 000 hombres, entre ellos 3500
brasileños y 1500 uruguayos. Entre sus jefes se encontraban notorios
argentinos, como los futuros presidentes Bartolomé Mitre y Domingo Faustino
Sarmiento. Sin embargo, el grueso de sus tropas estaba formado por gauchos
indisciplinados. Solo los brasileños eran soldados profesionales.

Al amanecer Urquiza hizo leer a sus tropas una proclama. La batalla duró seis
horas y se desarrolló en la estancia de la familia Caseros, situada en las afueras
de la ciudad de Buenos Aires.

Esta batalla significó el fin de la larga hegemonía de Juan Manuel de Rosas,


quien se exilió a Gran Bretaña, las propiedades de Rosas fueron confiscadas y
se prohibieron las manifestaciones públicas en su apoyo.

Luego de la derrota del gobernador de Buenos Aires, surgieron numerosos


partidos que se diferenciaron más por los hombres que los dirigían que por sus
ideas sobre los destinos del país (fracciones políticas que aspiraban al control
del poder), muchos historiadores coinciden en denominar período de la
organización nacional a la etapa que se inició en Caseros y que se prolongó
hasta 1880.

En este proceso se tomaron dos proyectos importantes de pensadores


políticos de la época Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento:

 Alberdi propugnaba la combinación de la centralización del poder con el


desarrollo económico para él la continuidad de una autoridad fuerte era
la única que permitiría mantener el desarrollo económico que se había
iniciado en el país contemplaba el crecimiento económico acelerado y
unilateral basado en un sistema político al que denominaba República
posible.

 Sarmiento, en cambio ponía el acento en la cuestión sociocultural antes


que en el progreso económico tomando como modelo el caso de los
Estados Unidos, imaginaba una sociedad de pequeños y medianos
propietarios Rurales conformada por inmigrantes europeos, pero el
sueño de Sarmiento no se cumplió los inmigrantes que él esperaba no
eran los que llegaron, y para esto era necesario ofrecerles una
educación laica y gratuita. En cuanto a la población nativa, Sarmiento
creía que se transformaría tanto por la educación pública como por los
valores y los hábitos de trabajo que aportarían los inmigrantes.

Después de caseros Urquiza designó como gobernador provisional al doctor


Vicente López y Planes el autor de nuestro Himno Nacional, el gobierno de
López y Planes expropió los bienes de Rosas, devolvió las propiedades que
habían sido confiscadas por el ex gobernador y restableció la libertad de
imprenta.

Los federales del Litoral, los unitarios y los liberales, con distintas experiencias
de gobierno, coincidían en la necesidad de que el país se insertará en el núcleo
de los países industrializados.

RESUMIDO
Buenos Aires y la Confederación
(1852-1862)
Tras la caída de Rosas, la Argentina atravesó un período de enfrentamientos
entre Buenos Aires y las demás provincias que formaban parte de la
Confederación. Aunque los porteños se separaron y conformaron su propio
Estado, las provincias comenzaron a organizar el país, a partir de la sanción de
la Constitución nacional.
Después de Caseros
La batalla de Caseros puso fin al período de la confederación rosista en febrero
de 1852. Rosas partió al exilio en lnglaterra y Urquiza entró con las tropas
vencedoras en la ciudad de Buenos Aires, donde nombró gobernador
provisional de la provincia a Vicente López y Planes.
Muchos porteños se sintieron descontentos por la presencia del ejército en la
ciudad y por la pérdida de la hegemonía de su provincia en la política nacional.
Por su parte, los exiliados anlirrosistas comenzaron a volver, pero sus
expectativas chocaron con las medidas tomadas por Urquiza, quien, en respeto
de las autonomías provinciales y para evitar nuevos enfrentamientos, se opuso
al reemplazo de los gobernadores del Interior que habían apoyado a Rosas.
Urquiza mostró un gran interés por concretar la organización constitucional del
país. De acuerdo con sus propuestas, las provincias acordaron la vigencia del
Pacto Federal de 1831, le delegaron el manejo de las relaciones exteriores y
aceptaron el proyecto de organización nacional. Con el objeto de establecer los
puntos de acuerdo, los gobernadores, convocados por Urquiza, se reunieron en
San Nicolás de los Arroyos. Allí, el 31 de mayo de 1852 firmaron el Acuerdo de
San Nicolás, por medio del cual nombraron a Urquiza como director provisorio
de la Confederación Argentina.

El acuerdo de San Nicolás – Mayo de 1852


 Se pone en vigencia el Pacto federal en 1831
 Se reconoce a Urquiza como el encargado de las relaciones exteriores y
de mantener la paz interior
 Se nombra a Urquiza como director provincial de la Confederación de
Buenos Aires.
 Se decide realizar un Congreso constituyente con representación
igualitaria
 Libre navegación de ríos y libre comercio. Abolición de los derechos de
transito sobre las mercaderías que pasaban de una provincia a la otra.

Días después de Caseros, el Protocolo de Palermo volvió a poner en vigencia el


Pacto Federal de 1831, redactado en 18 artículos, su objetivo fue sentar las
bases de la organización nacional de la Argentina y sirvió como precedente a la
sanción de la Constitución de 1853, figurando genéricamente como uno de los
“pactos preexistentes” mencionados en el preámbulo de la Constitución.
El Acuerdo nombró a Justo José de Urquiza como director provisorio de la
Confederación Argentina, para conducir las relaciones del exterior, asegurar el
cumplimiento del Pacto Federal y del Acuerdo, mantener la paz interior y si
fuese necesario intervenir para reglamentar la libre navegación de los ríos
interiores, el sistema de correo y mejora en las comunicaciones, asegurar la
reunión del Congreso, promulgar y hacer cumplir la constitución que se
sancionase.

El acuerdo fue ratificado por todas las provincias con excepción de Buenos
Aires.

La secesión de Buenos Aires


Ante la nueva situación política, los grupos dominantes de Buenos Aires
adoptaron distintas posiciones:
• Los federales o urquicistas defendían el proceso de organización nacional.
Entre ellos se contaban el gobernador Vicente López y Planes y su hijo, Vicente
Fidel López.
• Los autonomistas o provincialistas, cuyo líder era Valentín Alsina, se oponían a
la política de Urquiza, a la capitalización de Buenos Aires y a la nacionalización
de la aduana. En caso de no lograr el predominio sobre las demás provincias,
proponían la secesión de Buenos Aires en un Estado independiente.
• Los nacionalistas, seguidores de Bartolomé Mitre, eran partidarios de la
organización nacional, pero bajo la dirección de Buenos Aires.
El debate sobre el Acuerdo llegó a la legislatura bonaerense en las llamadas
"jornadas de junio". Bartolomé Mitre y Dalmasio Vélez Sársfield fueron los
principales oradores opositores. Vicente Fidel López y Juan María Gutiérrez,
ministros de la provincia, destacaron la necesidad de una organización
provisoria para llegar a la organización nacional. Como sus argumentos fueron
rechazados, el gobernador López y Planes renunció. En respuesta, Urquiza
ocupó militarmente la ciudad y asumió personalmente el gobierno de la
provincia. Sin embargo, la oposición no cesó y el 11 de septiembre de 1852,
aprovechando que Urquiza se había marchado a Santa Fe para la inauguración
del Congreso Constituyente, los autonomistas y los nacionalistas, unidos a
antiguos rosistas, se levantaron contra el gobierno nacional. La legislatura
porteña desconoció al Congreso Constituyente, retiró sus diputados y reasumió
el manejo de las relaciones exteriores. A partir de entonces, Buenos Aires se
separó de la Confederación.
En septiembre, la provincia de Buenos Aires se retiró de la Confederación, por
la sospecha de parte de los exiliados que regresaban de que Urquiza podía ser
otro Rosas y además porque la mayoría de los porteños creían que la
reorganización debía realizarse bajo la dirección de Buenos Aires, así como
también por el permanente deseo de mantener los beneficios de los impuestos
portuarios para su propia provincia.
El entonces gobernador Vicente López y planes renunció y Urquiza decidió
asumir personalmente el gobierno de Buenos Aires en septiembre del mismo
año Urquiza se dirigió a Santa Fe para inaugurar el Congreso Constituyente, los
conspiradores porteños aprovecharon y pusieron en marcha un movimiento
revolucionario, se destacaron en el dos grupos:

 los nacionalistas encabezados por mitre, exponía sus deseos de lograr la


organización del país pero no aceptaban que no se reconocieron Buenos
Aires un lugar preferencial en ese proceso.
 los aislacionistas o autonomistas liderados por Valentín Alsina eran
partidarios de que Buenos Aires se constituyera como estado
independiente ambos grupos desconocieron el acuerdo de San Nicolás.

Este mismo año se comenzó a sancionar en Santa Fe el Congreso Federal


constituyente, para la redacción del proyecto se utilizaron como fuentes el
pacto Federal de 1831, La Constitución de 1787 de los Estados Unidos de
América y las frustradas constituciones de 1819 y 1826. El libro de Alberdi
“Bases y puntos de partida para la organización política de la República
Argentina” fue otra de las fuentes utilizadas por los constituyentes de Santa Fe
este proyecto fue aprobado y sancionado el 1 de mayo de 1853.

Constitución de 1853

En noviembre de 1852 se inauguraron las sesiones del Congreso Constituyente


en Santa Fe. En su mayoría, los diputados habían sido elegidos por los
gobernadores con el consentimiento de Urquiza. Una comisión redactó el
proyecto a partir del cual se aprobó la Constitución. El texto fijaba que el
Estado debía resguardar el bien público y las libertades individuales y fomentar
el progreso de la sociedad y la inmigración extranjera. La Constitución fue
promulgada el 1 de mayo de 1853.
Las fuentes de la Constitución fueron los documentos para la organización
política (estatutos, reglamentos, constituciones y pactos) producidos desde
1810; la obra de Alberdi, Bases y puntos de partida para la organización política
de la República Argentina, El Dogma Socialista, de Esteban Echeverría y la
Constitución de los Estados Unidos.
Los diputados adoptaron la forma de gobierno representativa, republicana y
federal, lo que significaba que las provincias conservaban su autonomía.
Sin embargo, se trataba de autonomías restringidas, ya que el gobierno federal
asumía amplios poderes, entre ellos, la posibilidad de declarar el estado de
sitio y el recurso de la intervención federal. Se estableció la división en tres
poderes.
El Poder Legislativo, compuesto por dos cámaras: la de Senadores, integrada
por dos senadores por provincia, y la de Diputados, elegidos
proporcionalmente al número de habitantes de cada provincia. Estaba un
Poder Ejecutivo integrado por un presidente, acompañado por un
vicepresidente; elegido por seis años. El Poder Judicial quedaba conformado
por la Corte Suprema de Justicia y tribunales inferiores.

Urquiza, presidente constitucional

En noviembre de 1853, Urquiza fue elegido presidente constitucional. Debido a


la separación de Buenos Aires, la ciudad de Paraná se constituyó en la sede de
las autoridades nacionales. Urquiza llamó a elección de senadores y diputados
para formar el primer Congreso Nacional. En cambio, la organización del Poder
Judicial fue más difícil, ya que faltaban personas capacitadas.
Aunque Urquiza propiciaba una política de paz, debió intervenir en varios
conflictos: la secesión de Buenos Aires, la guerra entre Santiago del Estero y
Tucumán y las rebeliones en Santa Fe y en San Juan.
La Confederación debió enfrentar serios problemas: la falta de recursos, la
dependencia del puerto de Buenos Aires para el comercio exterior, diversas
trabas para organizar un mercado interno (cobro de derechos de tránsito entre
las provincias, dificultades en las comunicaciones y en el tránsito de las
mercaderías) y la escasa recaudación aduanera y fiscal.

Urquiza tomó medidas en pos de la unificación y modernización económica,


como la abolición de las aduanas interiores y los derechos de tránsito. La
mejora del sistema de correos, caminos y mensajerías, la habilitación del
puerto de Rosario para el comercio exterior y el impulso a la instalación de
ferrocarriles y a la colonización.

En 1856, el Congreso aprobó la Ley de Derechos Diferencial es, que fijaba


aranceles aduaneros más altos a las mercaderías que provinieran de otros
puertos. El objetivo era incrementar el comercio de la Confederación y
perjudicar los intereses de Buenos Aires. Sin embargo, estas medidas no dieron
los resultados esperados y el puerto de Buenos Aires siguió siendo el principal
centro del comercio exterior del país.

El Estado de Buenos Aires


Después de desconocer el Acuerdo de San Nicolás, Buenos Aires se organizó
como Estado independiente. En 1854 dictó una Constitución que proclamaba
libre ejercicio de su soberanía. Para la provincia fue un período de gran
prosperidad, debido a que el aislamiento le permitió disfrutar de las rentas
aduaneras en momentos en que crecía el comercio exterior, tener que hacer
frente a gastos nacionales.
Las relaciones con la Confederación
Buenos Aires y la Confederación habían firmado tratados de pacificación y para
establecer el carácter provisional de la separación en 1854 y 1855. Pese a ello, la
permanente intervención de Buenos Aires en la política interna de las provincias
y la sanción de la Ley de Derechos Diferenciales originaron conflictos. Además
de las razones políticas, el conflicto tenía razones económicas: la grave situación
económica de la Confederación, que necesitaba resolver con urgencia la
reincorporación de Buenos Aires.
Un acontecimiento político precipitó el enfrentamiento: el encarcelamiento y
posterior asesinato del gobernador sanjuanino, Nazario Benavidez, hecho
instigado por los porteños. El Congreso autorizó al presidente de la
Confederación a resolver el conflicto por la fuerza. El 23 de octubre de 1859, el
ejército federal dirigido por Urquiza, derrotó al de Buenos Aires, conducido por
Mitre en la batalla de Cepeda. Urquiza exigió la renuncia del gobernador Alsina
e inicio negociaciones para reincorporar a Buenos Aires a la Confederación; esto
se acordó en el Pacto de Unión Nacional, también conocido como Pacto de San
José de Flores, por el lugar donde se firmó.
No obstante, Buenos Aires puso condiciones: solo aceptaría la Constitución
luego de que una Convención provincial la estudiara y propusiera reformas. Por
esa razón, en septiembre de 1860 se aprobó la primera reforma constitucional,
algunos de cuyos cambios aseguraban la autonomía bonaerense. Por ejemplo,
se reemplazó el artículo 3°, que declaraba a Buenos Aires capital de la
República, por otro que establecía que la capital se fijaría por ley del Congreso,
previa cesión de la Legislatura o Legislaturas provinciales del territorio a
nacionalizar.
Buenos Aires se impone a la Confederación
La unión no suprimió las rivalidades entre Buenos Aires y las otras provincias.
El gobierno porteño trató de mantener su autonomía y, en especial, el manejo
de sus recursos aduaneros. En 1860, cuando Bartolomé Mitre fue elegido
gobernador de Buenos Aires, se firmó un convenio complementario al Pacto de
San José de Flores, mediante el cual Buenos Aires mantenía el manejo de la
aduana por un tiempo indeterminado y se comprometía a entregar 1.500.000
pesos mensuales a la Confederación.
El nuevo presidente, Santiago Derqui, intentó mantener relaciones cordiales con
el gobernador bonaerense para fortalecer su posición y asegurar la paz.
Sin embargo, en el interior aumentaron las rivalidades entre los partidarios de la
Confederación y los de Buenos Aires. Surgieron grupos favorables a los porteños
en Santiago del Estero, Córdoba y San Juan, mientras que Mitre postergaba el
pago de los fondos prometidos al gobierno nacional.
El 17 de septiembre de 1861, las fuerzas de Urquiza y Mitre volvieron a
enfrentarse en la batalla de Pavón. Después de las primeras acciones, Urquiza se
retiró del campo de batalla, por lo que Derqui se vio obligado a renunciar.
Urquiza y Mitre se reunieron y pactaron que a este último le correspondía
establecer la unidad nacional, para lo cual asumió como presidente provisional
en enero de 1862. Durante los meses siguientes, las expediciones militares que
Mitre envió al interior controlaron la situación y las provincias fueron delegando
el manejo de los asuntos nacionales en su persona. El centro del poder político
se había desplazado del Litoral a Buenos Aires. Mitre fue elegido presidente
constitucional y tomó posesión del cargo el 13 de octubre de 1862.
Durante la Presidencia de Mitre
La guerra de la Triple Alianza fue un conflicto armado, ocurrido entre 1864 y
1870, en el que se enfrentaron Paraguay y la Triple Alianza, conformada por
Brasil, Argentina y Uruguay.
Esta guerra se inició cuando el presidente de Paraguay, Solano López, se dirigió
hacia Uruguay para auxiliar al gobierno del Partido Blanco, que se encontraba
en guerra civil contra el Partido Colorado, el cual era apoyado por el ejército de
Brasil.
Cuando Brasil invadió Uruguay, en apoyo del Partido Colorado, Solano López se
apropió de un buque brasileño, el 12 de noviembre de 1864, anunciando al
siguiente día el inicio de la guerra. Debido a la logística y apoyo del gobierno
argentino y la fuerza armada de Brasil, el gobierno del Partido Blanco uruguayo
se rindió y el Partido Colorado asumió el gobierno de dicho país, es decir
que ahora Uruguay estaba junto a Brasil.
Debido a intereses políticos a favor del Partido Blanco, Solano López quiso llevar
tropas a Uruguay, pero para ello debía atravesar Argentina y pidió autorización;
sin embargo, esta fue rechazada por el presidente argentino Bartolomé Mitre.
Por este motivo, Paraguay invadió la provincia argentina de Corrientes, en abril
de 1865. Esto dio lugar a que Argentina, quien hasta el momento había
mantenido una posición neutral, se uniera a Brasil y al Partido Colorado de
Uruguay. De esta forma se formó la Triple Alianza y se desató un conflicto bélico
en contra de Paraguay, siendo este país derrotado y habiendo finalizado la
guerra con grandes pérdidas en cuanta población, territorio y economía.
Terminadas las acciones militares, el gobierno argentino, ejercido por Sarmiento
manifestó que la nación derrotada podía participar en la fijación definitiva de las
fronteras. El mismo pretendía frenar la expansión de Brasil y neutralizar la
desconfianza que la guerra había despertado en el mundo.
El presidente Avellaneda logro firmar un tratado de paz con Paraguay en 1876,
por el cual se reconocía el límite del rio Pilcomayo, las islas Cerrito y Apipé
correspondían a Argentina y Yaciretá a Paraguay.
Causas y consecuencias de la guerra de la Triple Alianza
Causas
Las principales causas de la guerra de la Triple Alianza fueron las siguientes:
 Las ideas del Imperio de Brasil de expandir su territorio en busca de
zonas más templadas.
 Los conflictos civiles que estaba teniendo Uruguay con la confrontación
del Partido Blanco y el Partido Colorado.
 El apoyo por intereses políticos de Paraguay al Partido Blanco uruguayo
y de Brasil al Partido Colorado.
 La oposición de Argentina de que las fuerzas paraguayas cruzaran hacia
Uruguay por su territorio.
 La influencia del Reino Unido con sus ideas imperialistas, en contra de
las políticas de libre deuda de Paraguay.
Consecuencias
Las principales consecuencias de la guerra de la Triple Alianza fueron las
siguientes:
 Grandes pérdidas de población, territorio y poder económico para
Paraguay, luego de ser derrotado en esta guerra.
 Se introdujeron ideas liberales en Paraguay, con la creación de partidos
políticos y la intervención de organismos nacionales en dichas políticas.
 El Partido Colorado de Uruguay, con el apoyo de la Triple Alianza, logró
conservar el gobierno usurpado.
La formación del Estado argentino
En el período 1862-1880, durante las presidencias de Mitre, Sarmiento y
Avellaneda, se sentaron las bases para la formación del Estado argentino. Estos
presidentes organizaron las instituciones políticas, jurídicas y militares
necesarias para el afianzamiento de un poder central. Para que esto fuera
posible, establecieron alianzas con los sectores dominantes del Interior y
reprimieron las resistencias de los caudillos del Noroeste y el Litoral.
Un proyecto común
Los tres presidentes que se sucedieron entre 1862 y 1880 representaron un
proyecto común: el de la formación del Estado nacional. Durante el gobierno de
Mitre, los nacionalistas porteños impulsaron un proceso de centralización
conducido por Buenos Aires, para el que era imprescindible crear un sistema de
alianzas con los grupos dominantes del Interior. Estos sectores vieron en la
implementación de un poder central la oportunidad de beneficiarse en las
actividades económicas. Así, por ejemplo, los terratenientes azucareros de
Tucumán, al aliarse al Estado nacional, obtuvieron rebajas impositivas, nueva
maquinaria, subsidios y acceso al mercado de Buenos Aires para su producción.
En el Litoral, Urquiza asumió una actitud conciliadora e impulsó la incorporación
de las provincias en un proyecto nacional.
Hacia fines del mandato de Mitre se presentó el problema de la sucesión
presidencial. Los candidatos representaban a los partidos entonces existentes:
Urquiza, al Partido Federal, con apoyo en el Litoral; Rufino de Elizalde, al Partido
Nacionalista y Adolfo Alsina, al Partido Autonomista. Por su parte, los oficiales
del ejército propusieron un candidato de unión: Domingo Faustino Sarmiento.
Mediante negociaciones se llegó a la fórmula Sarmiento-Alsina, que triunfó en
los comicios de 1868.
Cuando fue el turno de suceder a Sarmiento, este propició la formación de un
partido de alcance nacional. De la unión del autonomismo porteño y el Partido
Nacionalista, que representaba a la mayoría de los gobernadores provinciales,
surgió el Partido Autonomista Nacional (PAN). Su candidato, Nicolás Avellaneda,
se impuso en las elecciones de 1874. Mitre, su rival político y líder del Partido
Nacionalista, se rebeló contra las autoridades, pero fue derrotado por las tropas
enviadas por el presidente. Este triunfo del gobierno consolidó la autoridad
presidencial.
Los partidos políticos
Los partidos políticos que existían en tiempos de la formación del estado
argentino estaban divididos en dos grupos:

 Partido Federal, mayoritario en el interior y el litoral.


 Partido Liberal, fuerte en Buenos Aires, con apoyo minoritario de las
provincias.
El problema de la capital dividió al Partido Liberal:

 Los Cocidos: dirigido por Mitre proponían la capitalización de Buenos


Aires y la utilización de los recursos de la aduana para la reorganización
nacional.
 Los Crudos (autonomistas), respondían a Alsina. Se negaban a ceder la
capital a la Nación y a compartir los ingresos aduaneros. Contaban con el
apoyo de grupos orilleros provenientes del federalismo porteño.

Periodo 1868-1880

Las elecciones presidenciales de Argentina de 1868 se llevaron a cabo para


determinar el sucesor de Bartolomé Mitre.

Presidencia de Sarmiento (1868-1874)

Domingo Faustino Sarmiento fue electo su sucesor y Adolfo Alsina fue electo
vicepresidente.

Presidiendo una economía próspera ensombrecida por la costosa guerra del


Paraguay, Bartolomé Mitre se esforzó por no arriesgar la tenue unidad nacional
que su administración se había asegurado de consolidar. Aunque él eligió a
candidatos anticipados, Mitre evitó declarar apoyo abierto a ninguna de las
figuras, mientras que limitaba el camino a los que él consideró como no
aceptables. Los electores de la provincia de Buenos Aires favorecieron al
candidato del Partido Autonomista Adolfo Alsina, quien fue persuadido por
Mitre de postularse a la vicepresidencia. La nominación principal fue entregada
al Embajador de Argentina ante los Estados Unidos, Domingo Sarmiento, quien
permaneció en su puesto y no hizo campaña. Mitre también apoyó al exlíder del
Partido Unitario Rufino de Elizalde y su compañero de fórmula el General
Wenceslao Paunero, figura clave en la victoria de Mitre en la Batalla de Pavón.
El único candidato que no recibió ningún apoyo de Mitre fue Justo José de
Urquiza, pues Mitre pensaba que su participación podría provocar otro conflicto
separatista.

Todos los candidatos, exceptuando Sarmiento, eran polémicos en muchos


círculos pero tenían, a su vez, grandes bastiones de apoyo, lo que provocó que
estas elecciones fueran, por mucho, las más competitivas que habría en el país
hasta el establecimiento del sufragio secreto en 1912.
Se realizó en 1869 el primer censo nacional. Puso de relieve los aspectos de la
estructura social que necesitaban ser modificados. El censo descubrió un país de
grandes extensiones territoriales pero deshabitadas o en poder de los indios y
un índice altísimo de analfabetos que alcanzaba el 71%.

El programa de reformas generales llevado adelante por Sarmiento, Mitre y


Avellaneda se ocupó de estos problemas.

Para Sarmiento la educación era fundamental, tanto para asegurar la cohesión


de la comunidad nacional para el progreso económico y político. Mediante la
Ley de Subvenciones de 1871 procuró garantizar los fondos para la creación de
nuevas escuelas y la compra de materiales y libros

Durante su presidencia se realizó una vigorosa actividad en torno al tema


educativo:

 Las primeras escuelas normales,

 El Colegio Militar (1870)

 La Escuela Naval (1872),

 El Observatorio Astronómico (1872),

 La Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (1870)

 Alrededor de ochocientas escuelas primarias.

 Durante su gobierno la población escolar se elevó de treinta mil a cien


mil alumnos.

 Proyectó la ley sobre la creación de bibliotecas públicas y abrió las


primeras escuelas públicas y creó también las primeras escuelas para
sordomudos.

 La Escuela Normal de Paraná fue el modelo para los institutos de


formación de maestros el "normalismo" se convirtió en sinónimo de
excelencia. Sarmiento también promovió la difusión del libro.

Además durante su gobierno

 Se instalaron las vías férreas de Buenos Aires a Córdoba.

 Ley de Educación publica, obligatoria y gratuita.

 Trae maestras norteamericanas, porque admiraba la política y economía


de EEUU.
 Pone a Avellaneda como Ministro de Educación

 Se da la epidemia de la fiebre amarilla, por lo que se clausuran los


centros de estudios, clases universitarias y los cultos.

 Esto provoca que la gente de dinero deje las casas y se instalen en casas
lejos de la ciudad.

Estas casas son las que luego se usan para inquilinatos (Barracas y la
Boca). Se venden durante la epidemia a bajo precio y los que las
compran, las alquilan a los inmigrantes.

 Se dio impulso a la inmigración que se asentó preferentemente en el


litoral donde se fundaron numerosas colonias agrícolas.

 Comienzan los primeros conflictos con Chile, por los límites de las
fronteras en la Patagonia. El conflicto era sobre el Canal de Beagle, el
Estrecho de Magallanes y Tierra del Fuego.

Al acercarse las elecciones, se presenta Mitre nuevamente, Alsina


(vicepresidente) y como Sarmiento no estaba conforme con ninguno, entabla
conversación con los gobernadores del interior y presenta a Avellaneda. Se
forma el PAN (gobernadores del interior y Partido Autonomista Nacional), que
es el que gobierna. Este propone a Avellaneda y triunfa.

Mitre se levanta contra el gobierno, en lo que se conoce como la revolución


mitrista o rebelión mitrista de 1874. Sin embargo son sofocados y asume la
presidencia Avellaneda.

Presidencia de Avellaneda (1874-1880)

El 14 de abril de 1874, en medio de una gran tensión política, se realizaron


elecciones presidenciales. Nicolás Avellaneda se impuso sobre Bartolomé Mitre,
quien sólo triunfó en Buenos Aires, Santiago del Estero y San Juan.

Como presidente compartió con sus antecesores un mismo proyecto de país


que resultó fundacional para el estado argentino y que se basó en tres metas:
“Nación, Constitución y Libertad”.

 La nación entendida como la entidad superior que unificó a todas y cada


una de las provincias en un estado común.

 La constitución como un catálogo de derechos que regulan las relaciones


de las personas y limita a los tres poderes de estado.
 La libertad como principio básico del liberalismo.

Fue el primer presidente civil, que no pertenecía a ninguna de las fuerzas


armadas, políticamente opuesto a las aspiraciones autonomistas de la provincia
de Buenos Aires.

En febrero de 1879 fuerzas chilenas ocuparon la provincia de Antofagasta (hasta


ese momento perteneciente al territorio de la República de Bolivia) y dan inicio
a la denominada Guerra del Pacífico, del Guano o del Salitre. Aun cuando la
Argentina mantenía fuertes disputas territoriales con Chile, la Argentina no
intervino en ese conflicto, lo que permitió el aplastante triunfo chileno en la
misma.

La economía y la crisis

El permanente déficit presupuestario y la urgencia de afrontar el pago de las


deudas públicas fue la causa de la sanción durante la presidencia de Avellaneda,
a principios de 1875, una Ley de Aduanas que aumentaba un 40 % los derechos
de importación de productos industriales. A fines de 1875 se hizo evidente la
crisis financiera del gobierno, causada por los des manejos financieros del
gobierno y por la baja de los precios de las materias primas en el mercado
mundial.

El Banco Nacional fue utilizado para solventar parte de las necesidades de


fondos del gobierno nacional, pero para ello debió acudir, a su vez, a un crédito
tomado al Banco de la Provincia de Buenos Aires. Finalmente, tras buscar
infructuosamente otras salidas, el presidente se decidió a una reducción masiva
del gasto público, despidiendo 6000 empleados públicos y bajando los sueldos
en un 15 %.

No todos estaban de acuerdo con esa solución; existía una fracción del
autonomismo (en que sobresalían Dardo Rocha, Miguel Cané, Carlos Pellegrini y
Vicente Fidel López) que durante sucesivas discusiones parlamentarias a lo largo
del año 1875 propusieron alguna forma de proteccionismo para promover la
industrialización, para que el país dejara de depender de las exportaciones de
productos primarios y las importaciones de productos industriales.

Apenas tuvo en claro que se estaba saliendo de la crisis, el presidente propuso


una Ley de Inmigración y Colonización (Ley Avellaneda), que promovía
activamente un ingreso de personas que hasta entonces era un proceso caótico.
Por la misma, se garantizaba a los inmigrantes el alojamiento en el puerto de
llegada y en el punto del interior en que decidieran radicarse, y se les facilitaba
conseguir su primer trabajo. Se produjo un nuevo aumento del número de
inmigrantes, que se instalaron en las colonias agrícolas de Santa Fe, Entre Ríos y
Córdoba, e incluso unas pocas en Buenos Aires, en mayor proporción que hasta
entonces.

Avellaneda fue el más claro realizador de las ideas del fomento de la


inmigración, en especial la europea, que la Constitución de 1853, definió en su
famosa "cláusula del progreso".

En diciembre 1876 llegó al país el primer barco frigorífico, Le Frigorifique,


equipado con dos cámaras. Esto modificaba notablemente el panorama de las
exportaciones argentinas e incrementaba el valor del ganado y permitió llevar a
cabo el primer embarque de carne congelada hacia Europa, y al año siguiente
las primeras exportaciones de cereales. Estas actividades irían creciendo
gradualmente hasta convertirse en los dos renglones más importantes de las
exportaciones argentinas a partir de la década de 1890.

Como consecuencia de esa expansión agrícola, la extensión de la red ferroviaria


tuvo un gran impulso durante el gobierno de Avellaneda, lo que equivale a un
aumento del 89 % en seis años. El propio presidente inauguró el ramal hasta
San Miguel de Tucumán (iniciado durante la presidencia de Sarmiento) y se
extendieron los dos ferrocarriles de la provincia de Buenos Aires: el Oeste y el
Sur. También se extendió el ramal que debía ir hacia Chile, llegando hasta Villa
Mercedes, en San Luis.

La Conquista del Desierto

En 1867 se había promulgado la Ley 215, que ordenaba al gobierno nacional


llevar las fronteras al Río Negro, pero no pudo tener aplicación debido a la
Guerra del Paraguay.

La ofensiva contra los indígenas debió esperar hasta el año 1872; ante las
señales de que se planeaban ataques contra sus tolderías, el cacique mayor
Calfucurá ordenó el malón más grande de la historia, que en marzo de ese año,
atacó y saqueó gran parte del centro de la provincia de Buenos Aires. Una
rápida reacción del general Rivas con apoyo de indios ranqueles le permitió una
completa victoria en la batalla de San Carlos.

A partir de entonces, favorecido el gobierno nacional por la muerte de


Calfucurá, se inició una serie de avances en la frontera, especialmente en el
oeste de Buenos Aires. A principio de 1876, los caciques Juan José Catriel y
Manuel Namuncurá (hijo y sucesor de Calfucurá) lanzaron otro gran malón
sobre el sur de la Provincia de Buenos Aires.

El ministro Alsina lanzó entonces una agresiva campaña para ocupar el oeste de
la provincia: a lo largo de 1876 avanzó con cinco columnas paralelas sobre los
principales asentamientos de avanzada de los indígenas, ocupándolos. Para
evitar nuevas incursiones, ordenó la construcción de la llamada Zanja de Alsina:
una línea de fortines unidos por una zanja, que sirvió como límite para los
territorios sin conquistar de 374 km entre Ítalo, en el sur de Córdoba, y Nueva
Roma, a corta distancia de Bahía Blanca.

Sin darse cuenta, al tomar las lagunas del oeste, Alsina destruyó las bases de la
prosperidad de los indígenas, ya que las lagunas ocupadas eran utilizadas para
mantener alimentados a sus caballos y para engordar los animales arreados por
los malones; por otro lado, en esos años la población indígena fue atacada por
una epidemia de viruela que costó la vida a miles de ellos.

Tras la muerte de Alsina, Avellaneda nombró en su reemplazo al general Julio


Argentino Roca, que había criticado la supuesta actitud defensiva de Alsina. En
contraste con su antecesor, que había intentado incorporar a los indígenas a la
civilización occidental, Roca creía que la única solución contra la amenaza de los
indígenas era su sometimiento, su expulsión o su eliminación. Sobre la base de
esa premisa propuso un proyecto de ley para ocupar todo el territorio indígena
hasta los ríos Negro y Neuquén en dos años. La ley fue sancionada el 4 de
octubre de 1878.

A lo largo del año 1878 se lanzaron sucesivas ofensivas sobre las posiciones
indígenas, causando centenares de bajas a las fuerzas de Namuncurá y la
captura de los temidos caciques ranqueles Pincén, Catriel y Epumer. Unos 4000
indígenas, en su mayoría mujeres y niños, fueron capturados en estas
campañas.

El 11 de octubre de 1878, mediante la Ley 954, se creó la Gobernación de la


Patagonia, con sede en Mercedes de Patagones, actual Viedma, cuyo primer
gobernador fue el coronel Álvaro Barros; su jurisdicción alcanzaba hasta el cabo
de Hornos.

En abril de 1879 se lanzó el ataque final: cinco divisiones que sumaban 6000
hombres, incluyendo 820 indígenas aliados, avanzaron en abanico hacia el río
Negro; el ministro Roca festejó el 25 de mayo en la isla Choele Choel. De
acuerdo a la Memoria presentada por el ministro de Guerra, 1313 indios de
lanza resultaron muertos y 1271 tomados prisioneros; cinco caciques
principales fueron tomados prisioneros y uno fue muerto; 10 513 indios de
chusma –mujeres y niños– fueron tomados prisioneros, y otros 1049 fueron
reducidos.

Así la presidencia de Avellaneda iniciaba la integración geopolítica de


aproximadamente un tercio de la actual superficie continental de Argentina.
Luego de la culminación de las exitosas expediciones, la Argentina logró
incorporar definitivamente a su soberanía territorial toda La Pampa y la
Patagonia. Asimismo millones de hectáreas pudieron comenzar a ser utilizadas
por la población de raza blanca, formándose pueblos, puertos, estancias, al
fomentarse el progreso a través del establecimiento del avance de las
comunicaciones, los caminos, las postas y los telégrafos.

La revolución de 1880

Tras el fracaso de la Conciliación, los nacionalistas promovieron la candidatura


presidencial de Tejedor, que contaba con el respaldo de Buenos Aires y algunos
apoyos provinciales. Tras la muerte de Alsina (candidato natural de los
autonomistas), el único personaje suficientemente prestigioso en ese partido
era el general Roca, que fue propuesto como candidato por su cuñado, el
gobernador cordobés Miguel Juárez Celman, y en Buenos Aires por el médico
Eduardo Wilde; pronto tuvo el apoyo de la mayor parte de los gobernadores.

Poco antes, Avellaneda había propuesto la federalización de la ciudad de


Buenos Aires como solución definitiva a la "cuestión capital".

Gran cantidad de porteños compraron armas y formaron una fuerza militar de


voluntarios en el Tiro Federal, mientras Tejedor ordenó la formación de milicias
provinciales. Avellaneda respondió prohibiendo por decreto la creación de
cuerpos armados voluntarios provinciales. Tras una agresiva manifestación
porteña que estuvo a punto de atacar la Casa Rosada, el 17 de febrero Tejedor
se reunió con Avellaneda, que se comprometió a no ocupar la capital con el
Ejército.

El 11 de abril se realizaron las elecciones para presidente, de las que surgió una
amplia victoria para los electores de Roca, excepto en Buenos Aires y
Corrientes. Tejedor ofreció a Roca que ambos renunciaran a sus respectivas
candidaturas, lo que fue declinado por Roca. El desembarco de 3500 fusiles y
miles de municiones en el Riachuelo causó un tiroteo entre fuerzas porteñas y
nacionales.

El 13 de junio, Avellaneda decretó el traslado del gobierno federal al pueblo de


Belgrano como capital provisional, y el Senado y parte de la Cámara de
Diputados se trasladaron allí. Ese mismo día se reunió el Colegio Electoral, que
eligió presidente al general Roca.

Cuatro días más tarde comenzaron los combates; tras dos batallas sobre el
Riachuelo, las fuerzas porteñas lograron detener por tercera vez a las nacionales
en los Corrales, pero terminaron por retirarse ante la amenaza de un nuevo
ataque. Se habían producido unos 3000 muertos, y la situación de Buenos Aires
era desesperada: apenas contaba con 4000 hombres y las fuerzas nacionales
seguían avanzando, de modo que Tejedor encargó a Mitre negociar con el
presidente.

El día 25 de junio se firmó un acuerdo que incluía una amplia amnistía, la


renuncia de Tejedor, el reconocimiento de la elección presidencial de Roca y la
federalización de Buenos Aires si el Congreso así lo decidía. Las milicias fueron
desarmadas, y Tejedor renunció el día 30.

El 24 de agosto el presidente Avellaneda envió el proyecto de ley para


federalizar la ciudad de Buenos Aires, que fue sancionada el 21 de septiembre.

El 12 de octubre de 1880, el general Julio Argentino Roca asumió la presidencia


de la Nación, iniciando el período de la República Conservadora.

Todavía faltaba, la aprobación de la federalización por parte de la legislatura


porteña. Esta inició el debate el 12 de noviembre, destacándose en su defensa
el diputado, periodista y poeta José Hernández, mientras que el principal
opositor fue Leandro N. Alem, ambos autonomistas. El 25 de noviembre la ley
fue aprobada por mayoría.

La desvinculación política de la capital con la provincia en la que se asentaba


había sido una aspiración constante de las provincias argentinas (con excepción
de la de Buenos Aires, que reaccionó enérgicamente ante la medida) durante
todo el proceso de formación del estado argentino.

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