El Desafío de Consolidar El Orden Republicano y La Idea de Nación Chile en El Siglo XIX
El Desafío de Consolidar El Orden Republicano y La Idea de Nación Chile en El Siglo XIX
El Desafío de Consolidar El Orden Republicano y La Idea de Nación Chile en El Siglo XIX
Dentro de todo el período histórico, se desarrolló un intenso conflicto político e ideológico, derivado de las diferentes
alternativas institucionales y de gobierno que se propusieron para organizar políticamente al país, aunque siempre dentro de
un paradigma republicano. Esto se manifestó siempre en la elite gobernante, grupo que había encabezado el proceso
independentista.
En consecuencia, se desarrollan una serie de fuerzas o partidos políticos en formación. Los conservadores o pelucones, los
liberales o pipiolos y los denominados estanqueros, grupo de comerciantes de tendencia conservadora en lo político y liberal
mercantil en lo económico. Se agregan a éstos, si bien con un peso político mucho menor, los partidarios del régimen federal.
Se promulgan una serie de leyes de la mayor importancia, entre las cuales destacan la ley de pueblos de indios, la del
establecimiento de almacenes francos en Valparaíso, el Reglamento de Administración de Justicia, la prohibición del
reclutamiento forzoso, la ley de indulto de 1828 y la que crea el cargo de presidente de la República. Así mismo, en el año 1828
se da inicia al Primer Periodo Legislativo del Congreso Nacional en Chile.Al año siguiente y bajo el imperio de la Constitución de
1828, se realizan elecciones presidenciales, siendo electo presidente de la República el candidato liberal Francisco Antonio Pinto,
destacado militar y abogado de gran ilustración. Había sido ministro del Interior de Freire y presidente de la República entre
1827 y 1829. De tenencia liberal, es el principal impulsor de la Constitución de 1828. Posteriormente es elegido Consejero de
Estado, Senador y presidente del Senado.
En esta elección, el liberal Joaquín Vicuña, quien hasta entonces ostentaba el cargo de Intendente de la Provincia de Coquimbo
y había obtenido la cuarta mayoría, es designado vicepresidente. Esta situación, sumada a una alta inestabilidad política,
desencadena una rebelión del sector conservador opositor al gobierno que provoca la renuncia de Pinto y da inicio a la guerra
civil.
El Congreso Nacional, dominado por el bando pelucón, establece la fórmula para instaurar una nueva Constitución Política, la
que es promulgada por el presidente Prieto el 25 de mayo de 1833. Esta Carta Fundamental consagra un régimen
esencialmente autoritario en el que el presidente de la República asume la mayor cuota de poder y decisión, en desmedro del
Congreso Nacional. La Constitución de 1833, que regirá hasta el año 1925, da inicio al periodo de los gobiernos conservadores.
Así, se inaugura un período de mayor estabilidad política y constitucional, bajo la hegemonía social y política de la oligarquía
chilena.
El triunfo del general Joaquín Prieto, en la batalla de Lircay (1830), además de poner fin a la guerra civil, marco el inicio de una
nueva etapa de la historia de Chile. El grupo conservador se impuso de manera definitiva sobre los liberales y, una vez en el
poder, se empeñó en dar estabilidad al país y en diseñar las instituciones que rigieron durante gran parte del siglo XIX.
Los conservadores eran un grupo muy variado de ciudadanos que encontraron en el pragmatismo de Diego Portales una buena
interpretación de lo que entendían por orden institucional, basado en la administración centralizada del poder. Aunque Portales
tuvo una breve participación directa en las actividades de gobierno, cuando fue ministro del Interior, Relaciones Exteriores,
Guerra y Marina, entre 1830 y 1831, tomo una serie de medidas tendientes a ordenar la actividad política y combatir diversos
problemas sociales, y otras con el fin de eliminar a sus enemigos políticos:
Hacia fines de 1831, el ministro se retiró del gobierno y asumió como intendente de Valparaíso, y volvió a dedicar su tiempo a
sus actividades comerciales. Dos años después, el orden político que había pensado fue plasmado en una nueva Constitución
(obra de Mariano Egaña), que rigió al país hasta 1925. Sin embargo, el devenir de los hechos hizo que Portales retomara, años
más tarde, su participación directa en el gobierno, desempeñando cargos ministeriales hasta su muerte (7 de junio de 1837).
Llevadas a la práctica las ideas de Portales, los conservadores se abocaron a gobernar el país. La época de los decenios (1831
– 1861), conocida así por la reelección para un segundo periodo de cinco años de cada uno de los presidentes de aquellos años,
fue el periodo en que se establecieron las bases institucionales del país.
El Estado de Chile se conforma realmente con la Constitución de 1833, la cual fue promulgada el 25 de mayo de 1833. Con
esta nueva carta se estructura al Estado según las necesidades de la realidad social y otorga un período de estabilidad
importante para el desarrollo del país. Los redactores del texto fueron el liberal Manuel José Gandarillas y el conservador
Mariano Egaña, quienes debieron ceder en sus posiciones ideológicas para llevar a buen término su cometido
.
Disposiciones generales Poder ejecutivo Poder legislativo
Sufragio censitario e indirecto. Duraba 5 años en el cargo con la Dictaba decretos y reglamentos
La ciudadanía se concede sólo a posibilidad de reelección inmediata. para aplicar leyes.
hombres libres mayores de 25 Nombra a los ministros y Podía interpelar a los ministros.
años, si eran solteros, o mayores funcionamientos públicos. Dictar leyes periódicas donde se
de 21, si estaban casados, teniendo Convoca el funcionamiento del establecían los contingentes de
ambos bienes económicos. Congreso. FFAA, presupuesto de la nación y
Se permitía ocupar otros cargos Podía intervenir en la elección de los contribuciones.
políticos mientras se era senador o jueces.
diputado. Podía declarar estado de Sitio y
La religión católica, apostólica y veto a leyes.
romana es la única religión oficial y Comandaba las FFAA.
practicable. Ejercía el patronato sobre la Iglesia.
La Constitución de 1833 no respondía claramente al modelo presidencialista ni al modelo parlamentario. Durante los primeros
cuatro decenios de su vigencia tuvo una aplicación esencialmente presidencialista; sin embargo, a partir de 1871 se dará
comienzo a una serie de reformas constitucionales que contribuirán, hacia fines del siglo XIX y principios del XX, a la instauración
en Chile de un régimen parlamentario o a un "parlamentarismo a la chilena".
Gobierno El gobierno
Gobierno fuerte
centralizado establece el orden
Entre 1831 y 1861 hubo tres presidentes, José Joaquín Prieto, Manuel Bulnes y Manuel Montt. Algunos historiadores denominan
al período 1831-1861 República Autoritaria para enfatizar el rasgo central del régimen político; otros lo califican como Orden
Aristocrático, en alusión al grupo social que ostentó el poder, y todavía otros lo llaman Época de la Organización, destacando la
estabilidad política, el crecimiento económico, el desarrollo cultural y la consolidación de la soberanía sobre el territorio que se
logró a lo largo de esas tres décadas.
A partir de 1830 la situación económica entró en una fase de franca
recuperación. Una destacada participación en esta tarea le
correspondió al ministro de Hacienda Manuel Rengifo, quien organizó
adecuadamente la Hacienda de la República. Una de sus primeras
medidas fue rebajar el gasto fiscal; para ello eliminó una importante
cantidad de puestos en la administración pública y redujo la planta del
ejército. Con el fin de evitar la corrupción al interior de la burocracia
estatal, dispuso que todo decreto de pago fuese autorizado por el
ministro de Hacienda. Paralelamente, consiguió contrarrestar con éxito
el contrabando, lo que ayudó a aumentar los ingresos fiscales
Para favorecer el desarrollo del comercio exterior, Rengifo restableció
los almacenes de depósito en Valparaíso (1832), que habían sido
organizados durante el gobierno de O'Higgins, pero que debido al intenso
contrabando habían sido inoperantes.
Manuel Rengifo (1793 – 1845)
Esta medida favoreció no solo a Valparaíso, que pronto se convirtió en uno de los principales puertos del Pacífico, sino también
la entrada de mercaderías importadas al país, lo que regularizó así el abastecimiento de los mercados internos. En 1834 se
reformó la ley de aduanas. Se establecieron derechos de internación para algunas mercaderías y se rebajaron
considerablemente los de los productos considerados como imprescindibles para el desarrollo de las ciencias, las artes y la
industria. Esto facilitó el ingreso de libros, de instrumentos y de maquinarias, entre otros. En 1835 y 1836 se dictaron las leyes
de cabotaje y navegación, respectivamente. Ambas perseguían aumentar la cantidad de buques con pabellón chileno. También
la naciente industria fue favorecida con medidas aduaneras proteccionistas; se gravó con fuertes derechos la importación de
artículos que ya se producían en Chile, como ropas, zapatos y velas, entre otros.
Con la llegada de la década de 1850, en la que el país fue gobernado por Manuel Montt, se inició la era de los ferrocarriles en
Chile. El primero de éstos comenzó a ser construido en 1850, cuando el empresario norteamericano Guillermo Wheelwright se
asoció con ese fin con un pequeño grupo de empresarios de Copiapó. La inauguración del tramo de 81 kilómetros entre el
puerto de Caldera y Copiapó, se realizó el 25 de diciembre de 1851. Tras ser superada la crisis provocada por la revolución de
1851, comenzó la construcción del tendido ferroviario entre Santiago y Valparaíso. En 1856 se comenzó la construcción del
ferrocarril al sur del país. La primera etapa, Santiago-Rancagua, quedó terminada en 1860.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la economía chilena tuvo dos grandes
ciclos expansivos ligados a la exportación de determinados productos a los
mercados mundiales. En las décadas de 1850 y 1860, el crecimiento económico
tuvo directa relación con la exportación de trigo, plata y cobre. Las finanzas
públicas se estabilizaron y los ingresos fiscales crecieron de manera
significativa por primera vez tras la Independencia; se modernizó el sistema
financiero con la creación de numerosas instituciones crediticias al alero de la
Ley de Bancos de 1860 (que reglamentó el funcionamiento de estas
instituciones. Esto se hizo necesario debido a la rápida proliferación de
bancos que se había iniciado en las décadas anteriores. El primer banco que
funcionó con autorización legal en Chile fue el Banco de Valparaíso, fundado
en 1855 por el empresario Agustín Edwards)
Se modernizó la infraestructura productiva y de transportes del valle central chileno. El auge económico permitió al Estado
financiar un amplio programa de obras públicas y educacionales, a la par que se reformó y modernizó el aparato legal con la
promulgación de nuevos códigos que reemplazaron al sistema jurídico colonial. En consecuencia, con el despegue económico y
el crecimiento de los centros urbanos, se instalaron en el país las primeras industrias orientadas al mercado interno. La
expansión económica chilena era subsidiaria del espectacular crecimiento de las economías industriales europeas, que alcanzó
su clímax a mediados de la década de 1860. Sin embargo, la detención de este primer gran ciclo expansivo de la economía
mundial en 1873, inauguró un largo período de estancamiento que afectó profundamente a la economía chilena.
Tras la Guerra del Pacífico y la incorporación de las ricas regiones salitreras de Tarapacá y Antofagasta, el país conoció un
nuevo ciclo de crecimiento económico, esta vez ligado a la exportación de salitre. La estructura económica adquirió una mayor
complejidad, se expandieron los servicios públicos y las cuentas fiscales volvieron a estabilizarse. Los nuevos mercados de la
región salitrera y de los centros urbanos en expansión dinamizaron al conjunto de la economía, creando una importante
demanda por artículos industriales que en parte comenzó a ser satisfecha por productores nacionales.
.
Despligue económico
Crecimiento económico producto de:
minería (plata,carbón y cobre) y agricultura (para Califormia y Australia)
Desarrollo de
infraestructura Desarrollo de sistema financiero
Organizado oficialmente en octubre de 1849, El Club De La reforma se convirtió en la primera forma de sociabilidad política
moderna, reuniendo a exaltados, y a otros opositores al gobierno conservador de Bulnes. Posteriormente, existieron otras
versiones del Club De La Reforma, siempre dirigidas a lograr la apertura del sistema político, incorporando a la ciudadanía a la
toma de decisiones. Muchos de los objetivos establecidos por el Club De La Reforma, se l evaron a cabo con las reformas
constitucionales aprobadas el año 1874.
La sociedad de la igualdad, fundada por Santiago Arcos y Francisco Bilbao en 1850,
fue una organización política liberal, basada en las ideas liberales europeas, y en la
teoría política de Karl Marx. Bilbao publicó, en junio de 1844, su famoso artículo
Sociabilidad Chilena, en el periódico El Crepúsculo. Esta publicación provocó que fuera
juzgado por blasfemia, sedicia e inmoralidad, y fuera multado a pagar $1.200 (una
considerable suma de dinero en esa época).
No contentos con esto, los jueces lo expulsaron del Instituto Nacional, por lo que viajó
a Francia, llegando en octubre de 1845 a ese mismo país. En París, donde permaneció
por cinco años, se nutrió de las ideas liberales francesas, e inspirado también por
las ideas liberales de Karl Marx, regresa a Chile el año 1850.
De vuelta en su tierra natal, y junto a Santiago Arcos, idean la fundación de la
Sociedad de la Igualdad, con el objetivo principal de educar al proletariado. Esta idea,
fue efusivamente apoyada por otros liberales de la época, como Eusebio Lillo y
Manuel Guerrero Prado.
La creación de la sociedad, se concretó el 14 de abril de 1850, y logró, entre otras cosas, la creación de baños públicos,
escuelas gratuitas, clases de inglés, economía, artes y aritmética para los obreros. En una época en que la población santiaguina
no ascendía de 90.000 habitantes, la Sociedad realizó desfiles de más de 1.500 miembros. Sin embargo, las autoridades
tuvieron fuertes roces con esta sociedad, que representaba un foco muy fuerte de revolución. Algo inaceptable para el
gobierno conservador de ese entonces.
En 1851, el conservador Manuel Montt asume la presidencia. Un tiempo después, el general José María De La Cruz (candidato
derrotado) y las fuerzas opositoras al gobierno, no reconocen el triunfo de Montt, decretando una sublevación militar en
Concepción. Este levantamiento sería aplastado por el mismo Bulnes, quien siempre fue un opositor de la Sociedad de la Igualdad,
y que Montt había nombrado como General en Jefe del ejército. En este enfrentamiento, conocido como la Batalla de Loncomilla,
fueron apresados y exiliados los miembros de la Sociedad de la Igualdad. Para su disolución, la sociedad contaba con casi 3.500
integrantes.
A principios de marzo del año 1842, nace la l amada sociedad literaria de 1842, movimiento
literario de 1842, o simplemente generación del 42. El calmado clima que se vivió durante
esa época fue un factor importante a la hora de crear este movimiento. Las exportaciones
trigueras a EEUU y Australia, y la explotación minera de Chañarcillo mantenían una próspera
atmósfera económica; mientras que la destacada obra política de Portales, y el triunfo en
la guerra contra la confederación Perú-boliviana mantenían calmados los ánimos políticos
nacionales. Otro factor determinante, fue la presencia de Andrés Bello, que ayudó a
incentivar el amor por la literatura a los jóvenes. Además, durante esa misma época, l egó
una oleada de inmigrantes argentinos, entre ellos: José Joaquín de Mora y Domingo Faustino
Sarmiento.
La generación del ’42 estuvo envuelta en polémicas. Una de las discusiones que dio el pie
para la formación de este movimiento literario, la llamada “Controversia Filológica”: En abril
del 1842, Pedro Fernández Garfias publicó, en el diario El Mercurio De
Valparaíso, su artículo “Ejercicios Populares de la Lengua Castellana”, en el que expone varios términos y vocablos que él
considera reprobables., acusaban a Bello de impulsar a la juventud a estudios que iban en desdoro de la Ilustración. Esta “Batalla”
se prolongó hasta finales de junio de 1842, integrándose a ella José María Núñez
Así, las polémicas siguieron a los miembros de la sociedad literaria durante todo su trabajo en ella. El 3 de mayo de 1842, con
el discurso inaugural de José Victorino Lastarria, comenzó la gestión de la Sociedad. La sociedad Literaria surge, según palabras
de Jacinto Chacón “gracias al espíritu de protesta contra los perseguidores y sus reaccionarios”. Espíritu que nació debido a la
persecución de los conservadores en contra de los intelectuales liberales de esa generación, luego de la muerte de Diego
Portales