Tu perfil de educador del Sagrado

Corazón
Presentación
Esta última unidad tiene como finalidad ofrecer más elementos para que, a través
de la elaboración de tu perfil, hagas una síntesis que te oriente para poder traducir
en procesos pedagógicos todo lo asimilado a lo largo del curso.

Es muy interesante adentrarse en los documentos que orientan la pedagogía del

Sagrado Corazón. Nuestros descubrimientos animan nuestra esperanza y, a la
vez, comprometen nuestra manera de ser y de hacer como educadores del
Sagrado Corazón de Jesús.

Te ayudará leer textos sobre nuestro estilo y talante educador, los retos para los
educadores en el siglo XXI, un marco del contexto actual para las instituciones
educadoras.

También podrás concretar y reflexionar a partir del perfil del educador de la FESB
y de las competencias que permiten desarrollarnos como educadores en el interior
de las instituciones.

Objetivos
Los objetivos de esta unidad son:

 Conocer y profundizar diversos textos que iluminen y completen tu perfil de

Educador Sagrado Corazón.
 Reflexionar sobre el propio perfil como educador en base al perfil propuesto
en diferentes documentos.
 Poder reflexionar, expresar y compartir sobre lo nuclear del educador del
Sagrado Corazón

Indice del material de la unidad

Documento 1 : Nuestro estilo educador

- Documento 2 : Un educador de calidad

- Documento 3 : Perfil del educador-FESB

- Documento 4 : Competencias del educador

- Documento 5 : Autoevaluación del perfil del educador (ayuda para la reflexión

personal)
Actividades a realizar :

Actividad individual

Desde tu lugar en el colegio ¿cómo vives el ser educador del Sagrado Corazón en
tu tarea diaria?¿Qué es para ti lo nuclear e irrenunciable de ser educador del
Sagrado Corazón?
Recuerda extensión : entre 1 y 2 caras de extensión (letra tamaño 12 del tipo
Arial, Avenir Next, Calibri o Gil Sans MT e interlineado sencillo)

Participación en el foro (forma parte de la evaluación de la unidad)

Comparte (unas 10 líneas) lo que ha supuesto para ti la participación en este

curso. En tu reflexión puedes incluir si lo recomendarías a tus compañeros y el
motivo (o motivos) que les darías para ello.

Documento 1 : Nuestro estilo educador

NUESTRO ESTILO EDUCADOR

( documento elaborado y presentado en la reunión de profesores nuevos de

noviembre 2009 )

Magdalena Sofía Barat después de haber adaptado varias veces el plan de

estudios que era algo así como el Carácter Propio de la época, escribe: “el mundo
cambia, tenemos que cambiar una y otra vez nuestros planes de estudio” ella tenía
entonces 83 años...

En los documentos de nuestra tradición se subraya:

1. El valor único de la persona

“hay que asegurar que cada niña sea tenida en cuenta como si fuera la única”. S.
Barat 1838

“que cada persona se abra a la verdad, al amor y a la libertad” Constituciones

“que la persona toda sea en centro de la educación”. Capítulo 2000.

2. La importancia de la formación del pensamiento.

Los estudios en la tradición pedagógica eran fuertes, no por la acumulación de

conocimientos sino por la construcción de hábitos intelectuales, hoy diríamos
“aprender a aprender”.
Hemos de formar a los alumnos en la reflexión, juicio, sentido crítico en un mundo
que es cada vez mayor la información.

3. La relación de reciprocidad.

Leemos en nuestros textos :

“nuestro servicio de educación se realiza en una auténtica relación de reciprocidad

en la que cada uno recibe y da para crecer juntos” Constituciones 14.

Esta atmósfera, hecha de relaciones interpersonales, de confianza, de cariño, en la

cual cada uno se siente importante, es el secreto de la pedagogía del Sagrado
Corazón y es una realidad muy valorada por las alumnas y alumnos de todas las
generaciones.

“Nos relacionamos con el otro con respeto, sencillez, amor sincero”.

4. Una fe activa y comprometida

“La dimensión espiritual debe ser el eje de nuestra reflexión en torno a la

educación” Magdalena no lo dice así pero tiene afirmaciones parecidas. Lo dice
Karan Singh, diplomático, que fue ministro de educación y de Salud, autor de
varias obras de filosofía, ciencias políticas, presidente de una organización
interconfesional. Experto y consultado por la UNESCO “Educar para una la
sociedad mundial, hablando del mundo que les ha tocado vivir a los jóvenes
escribe:

“La dimensión espiritual debe ser el eje de nuestra reflexión en torno a la

educación”. Así de rotundo.

Es un acto educativo

 Aquello que desarrolle su sensibilidad, la observación, la mirada, la

creatividad.

 Lo que les ayude a adentrarse en su interior: sus sueños, reflexiones.

 Lo que les ayude a desprenderse de sí mismos, a compartir, a perder el

tiempo con otros, a convivir con gente diversa, desarrollando el respeto...

5. Una mirada al mundo que nos rodea para responder a las necesidades.

El tema central de uno de los últimos capítulos nos insta a “mirar la realidad,
analizarla, dejarnos interpelar por ella y que esto sea para nosotros un compromiso
de colaboración y transformación”.

Hoy nos toca educar en un mundo globalizado e interrelacionado, con

las connotaciones negativas de una mayor marginación y pobreza para la
mayoría, y también un cúmulo de oportunidades y posibilidades de desarrollo de
muchas personas.
La globalización ha cambiado el paisaje de nuestras vidas, empequeñece nuestro
espacio, disminuye nuestros tiempos, rompe fronteras.

Tenemos que reflexionar juntos sobre la nueva dinámica de este hecho cuando
nos formulamos objetivos, estrategias. No podemos educar igual que hace 20
años.

Hoy llegan a nuestros Colegios nuevas ideas, nuevas culturas, los niños está
marcados por la diversidad como hace tiempo no se conocía, los jóvenes hablan
otro lenguaje que no entendemos, los inmigrantes llaman a las puertas. ¿Cómo
hacer camino de acogida, de reconciliación?

Todo esto es un grito, una llamada para nosotros educadores, que nos obligará a
reflexión, pautas de diálogo y apertura.

6. Una nueva colaboración con los laicos

En un Documento escrito en 1992, titulado: “La suerte de la Sociedad está en

nuestras manos”, se lee: “Es de suma importancia transmitir la tradición educativa
de la Sociedad. En nuestro servicio de iglesia la colaboración con los laicos, el
compartir con ellos nuestra herencia educadora es una opción profunda de nuestro
carisma”.

Y en el CIE: La Educación transformadora y la educación en colaboración con

otros implica:

A. Revisar programas y trabajar en la formación de docentes

Tendríamos que emprender una acción decidida para orientar las estructuras,
métodos y pedagogía en general hacia los fines, trabajando conjuntamente en
equipos interdisciplinares que apunten a la educación integral ( algo olvidado hoy )

B. Hacernos preguntas qué nos desafien

• Qué impacto deseamos lograr a través de nuestras instituciones;

• Cómo participar en una transformación del sistema educativo del país a través de
las instituciones en las cuales estamos comprometidas;

• Cómo clarificar si podemos estar colaborando con grupos cuya orientación e

intereses reprobamos.

C. Reafirmar el sentido de nuestras opciones

Todos decimos que queremos una educación que promueva una mayor justicia,
solidaridad y participación; que permita a los alumnos ser sujetos de su propia
formación.

Y nos pregunta ¿Cómo ayudar a nuestros alumnos, por pequeños que sean, a ir
tomando conciencia de las causas de la actual situación de las clases más
oprimidas y hambrientas?
¿Qué precio estamos dispuestos a pagar por las consecuencias de este tipo de
análisis?

Documento 2 : Un educador de calidad

( texto elaborado por Tere Irribaren para las Jornadas de Educación 2007 en Santa
María de Huerta ).

1. El educador es presencia ligera.

El futuro de la educación comienza por mirar a los niños como sujetos creativos,
apasionados… Frente al discurso fatalista y negativo generalizado, solo se puede
construir un proyecto educativo desde la fe en las posibilidades, la confianza en
que los niños tienen soluciones, imaginación y proyectos. En este terreno somos
docentes y discentes a la vez

Josefina Aldecoa en “Historia de una maestra” escribe:

(...) Las miradas de los niños, las sonrisas, la atención contenida, la avidez que
mostraban por los nuevos descubrimientos que juntos íbamos a
hacer, me trastornaban, me embriagaban. Leíamos, contábamos, jugábamos,
pintábamos, nos asomábamos a mundos lejanos en el tiempo y el espacio; nos
sumergíamos en mundos diminutos y cercanos que encerraban
milagros naturales.

Ese era el milagro de la profesión que estaba empezando a vivir y

que me mantenía contenta a pesar de la nieve y de la cocina oscura, a pesar de
lo poco que aparentemente me daban y lo mucho que yo tenía que dar.
Y quizás por eso mismo, tendría que pasar mucho tiempo hasta que yo me
diera cuenta de que lo que me daban los niños valía más que todo lo
que ellos recibían de mí".

2. El educador activa los dinamismos vitales

Ello supone concebir el aprendizaje desde la óptica del que aprende y no del que
enseña; que el aprendizaje no es algo dado, sino algo que se construye; que la
metodología de aprendizaje no puede basarse en la pasividad, sino en la actividad
discente; que el aprendizaje se desarrolla en el contexto personal y en el área de
intereses y motivaciones del alumno. En síntesis, que el profesor debe ser el
creador de espacios de aprendizaje, diseñador de experiencias diversas de
aprendizaje en las que se puedan desarrollar las capacidades, habilidades,
actitudes, sentimientos y valores de sus alumnos. El alumno debe ser
el constructor del conocimiento.

Manuel Rivas en ¿Qué me quieres amor? Alfaguara 1998

Leamos cómo ve un niño a su maestro de primaria:

“Todo lo que tocaba Don Gregorio era un cuento fascinante. El cuento podía
comenzar con una hoja de papel, después de pasar por el Amazonas y la sístole y
diástole del corazón. Todo conectaba, todo tenía sentido.

Construíamos el Pórtico de la Gloria. Plantábamos patatas que habían venido de

América. Y a América emigramos cuando llegó la peste de la patata."Las patatas
vinieron de América" le dije a mi madre a la hora de comer, cuando me puso el
plato delante. “¡Qué iban a venir de América! Siempre ha habido patatas",
sentenció ella.

"No, antes se comían castañas. Y también vino de América el maíz."

Era la primera vez que tenía clara la sensación de que gracias al maestro yo sabía
cosas importantes de nuestro mundo que ellos, mis padres, desconocían. "

3. El educador amortigua el golpe

Nadie lo ha expresado mejor el sentido compasivo y liberador que Albert CAMUS

en su obra póstuma titulada "El primer hombre". Camus vuelve a Argelia a la
búsqueda de su infancia, "el había crecido en una pobreza desnuda como la
muerte" (p.61) en un barrio "como un cáncer aciago, exhibiendo sus ganglios de
miseria y fealdad" y en "una familia en la que se hablaba poco, donde no se leía ni
escribía, una madre desdichada y distraída" (p.33).

Cuando buscaba su infancia, Albert Camus se encuentra con la figura del maestro
"uno de esos seres que justifican el mundo, que ayudan a vivir con su sola
presencia" (p.39).

Del maestro le vino a Camus "el único gesto paternal, a la vez meditado y decisivo,
que hubo en su vida de niño. Pues el señor Bernad, su maestro de la ultima clase
de primaria, había puesto todo su peso de hombre, en un momento dado, para
modificar el destino de ese niño que dependía de él, y en efecto, lo había
modificado" (p.120). Albert Camus salva su densa soledad y su desesperación sin
limites a causa del maestro. "Solo la escuela proporcionaba esas alegrías de niño.
E indudablemente lo que con tanta pasión amaban en ella era lo que no
encontraban en casa, donde la pobreza y la ignorancia volvían la vida más dura,
más desolada, como encerrada en sí misma; la miseria es un fortaleza sin puentes
levadizos"(p.127).

"En la clase del señor Germain (aquí le da el verdadero nombre), sentían por
primera vez que existían y que eran objeto de la más alta consideración: se los
juzgaba dignos de descubrir el mundo". "Más aún, el maestro no se dedicaba
solamente a enseñarles lo que le pagaban para que enseñara: los acogía con
simplicidad en su vida personal, la vivía con ellos contándoles su infancia y la
historia de otros niños que había conocido, les exponía sus propios puntos de
vistas, no sus ideas " (p.128).

Y finalmente, recuerda Camus el último acto de grandeza de su maestro, que

"había asumido solo la responsabilidad de desarraigarlo para que pudiera hacer
descubrimientos todavía más importantes"(p.139).
Recuerda aquel momento en el que le consigue una beca para seguir estudiando
ya fuera del barrio y le despide diciéndole -"Ya no me necesitas -le decía- tendrás
otros maestros más sabios. Pero ya sabes dónde estoy, ven a verme si precisas
que te ayude" (Pg. 152).

Buscar el futuro

Se ha dicho que hay que ser optimista para ser buen educador “los pesimistas
pueden se buenos domadores pero no buenos maestros”, dice F. Savater.

Por eso es bueno que acabemos escuchando las lúcidas palabras que el joven
Doctor Cardoso le dice al prematuro envejecido periodista en la extraordinaria
novela de Antonio Tabucchi titulada "Sostiene Pereira”:

"Pues búsquelo, replicó el doctor Cardoso, como ya le he dicho antes, búsquelo,

señor Pereira, él es joven, él es el futuro, usted necesita tratar con un joven,
aunque escriba artículos que no puedan publicarse en su periódico, deje ya de
frecuentar el pasado, frecuente el futuro. ¡Qué expresión más hermosa!, dijo
Pereira, frecuentar el futuro, qué expresión más hermosa..."(1)

. Antonio Tabucchi: "Sostiene Pereira", Ed. Anagrama, col. Panorama de

narrativas, nº 329, Barcelona, 1997(15ª), pp. 134-135.

Documento 3 : Perfil del educador-FESB

https://aula.smformacion.com/pluginfile.php/137172/mod_book/chapter/22328/M
%C3%B3dulo%20III%20Unidad%205%20Documento%203%20Perfil%20educador
%20FESB.pdf

Documento 4 : Catálogo de competencias

del educador-FESB
https://aula.smformacion.com/pluginfile.php/137172/mod_book/chapter/22329/M
%C3%B3dulo%20III%20Unidad%205%20Documento%204%20Competencias
%20del%20educador%20FESB.pdf

Documento 5 : Autoevaluación perfil del

educador
https://aula.smformacion.com/pluginfile.php/137172/mod_book/chapter/22330/M
%C3%B3dulo%20III%20Unidad%205%20Documento%205%20Autoevaluaci
%C3%B3n%20del%20educador.pdf