Cosmovisión Bíblica Cristiana. Una Aclaración Importante.

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Un pensamiento antes de nuestro próximo Encuentro.

Hoy deseo meditar en este Grupo de Cosmovisión, algo que creo debemos expresar
aquí, y también a la Iglesia.

Quienes comenzamos con este Grupo de estudio, no deseamos que se malinterprete el


espíritu que nos anima. Por ello, en primer lugar creemos oportuno dejar claro que
deseamos interpretar el sentir de Jesús al invitarnos a “conocer al único Dios
verdadero, y a Jesucristo”. Luego, entendemos que este conocimiento debe
crecer constantemente y no debe quedar en nosotros. Más aún, es bueno que
nos preparemos para defender nuestra fe, y aún transferirla a las generaciones que
vienen. De allí el organizar Encuentros para compartir todo aquello que el Señor nos ha
dado en este tiempo. Pero hay otro objetivo precioso en esto, y es que anhelamos
compartir para continuar enriqueciéndonos mediante lo que el Señor les ha dado a
todos aquellos que se sumen a los Encuentros. (Siempre evitando debates estériles
que no conducen a ningún lugar.)

Jesús nos enseñó que el principal mandamiento es amar a Dios con todo nuestro
corazón, y con toda nuestra alma, y con toda nuestra mente y con todas
nuestras fuerzas. (Marcos 12:30). Quienes escriben desde una perspectiva de
cosmovisión cristiana bíblica, (generalmente eruditos en distintas disciplinas: filosofía,
apologética, teología y todas las ciencias del conocimiento,) sostienen que no debemos
olvidar amar a Dios con toda nuestra mente. No hemos sido llamados a amar a
Dios sin comprender, dicen, y aún más, glorifica a Dios que aún con nuestra mente
podamos amarle y conocerle.

Para conocer más a Dios es necesario ir a lo profundo, ahondar, investigar, sondear,


averiguar. Por cierto, sabemos que así y todo - en este mundo al menos -, no
llegaremos a conocerle en toda su grandeza, su multiforme sabiduría, la gloria que le
rodea, sus incontables atributos, como Él es en realidad. Aun así, Jesús nos convoca a
conocerle más: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero,
y a Jesucristo, a quien has enviado”. Juan 17:3.

Jesús nos mostró como es el Padre. “El que me ha visto a mí ha visto al Padre.” Juan
14:9 “¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre, y que el Padre está en mí?” Juan
14:10. “Padre, así como tú estás en mí y yo en ti”… Juan 17:21. Él se esforzó por
hacer simples sus enseñanzas, por eso lo hacía mediante parábolas sencillas que
siempre tienen un significado muy profundo y una aplicación para nuestras vidas, aún
hoy.

Una persona que investiga lo que se le ha dicho, que bucea para conocer a
Dios más profundamente, es digna de imitar. Recordemos el espíritu que movió a
los de Berea. “éstos eran de sentimientos más nobles que los de Tesalónica, de modo
que recibieron el mensaje con toda avidez y todos los días examinaban las Escrituras
para ver si era verdad lo que se les anunciaba”. Hechos 17:11.

Pablo no podía imaginar una oración o un culto en el cual la mente permaneciera


inactiva: “Porque, si yo oro en una lengua extraña, es mi espíritu el que ora, pero mi
entendimiento no se beneficia. Entonces, ¿qué debo hacer? Pues orar con el espíritu,
pero también con el entendimiento; cantar con el espíritu, pero también con el
entendimiento.” 1ª Cor. 14:14-15.
¡Que podamos cumplir con lo que nos hemos propuesto!. Nos gozamos en que
podamos encontrarnos a los pies del Maestro también como Iglesia Acercate a
la Vida, abiertos a todas las Congregaciones y hermanos que deseen participar
y como parte del ADN que nos fuera impartido. Si cuidamos nuestro corazón,
Él nos abrirá la mente para conocerle más.

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